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TRATAMIENTO DE PROBLEMAS DE CONDUCTA (NIÑOS Y ADOLESCENTES)

1. AREA COGNITIVA:

• A) Desde el punto de vista cognitivo el niño o adolescente vá a presentar 3 caractericticas:


o (1) Es frecuente que el niño o adolescente tenga una autoimagen negativa donde se vea despreciado, no
amado e indeseable para otros; y que su conducta sea en parte motivada por un ataque para defenderse de
los desprecios.
o (2) Baja tolerancia ante la frustración : Soporta muy mal no satisfascer sus deseos inmediatamente y ello
le lleva a reaccionar con ira, impulsividad o manipulación.
o (3) Falta de empatia por los derechos y sentimientos ajenos. Es egocentrico centrado en satisfascer sus
deseos.
• B) Las intervenciones cognitivas se dirigen a modificar los tres componentes anteriores. Basicamente se trata de
la RESOLUCION DE PROBLEMAS Y EL AUTOCONTROL frente a la impulsividad, y el
ENTRENAMIENTO EN EMPATIA frente a la escasa responsabilidad y falta de conciencia de los sentimientos
del otro. Se trabaja en formato de grupo de adolescente donde se exponen y modelan problemas relacionales,
identificando los componentes cognitivo-conductuales de cada situación/sujeto, y generando/entrenando
alternativas. (Terapia cognitiva-conductual- Foultisch,1988; Kazdin, 1989).
• Otras intervenciones cognitivas se centran en trabajar con la familia y como sus actitudes y el problema se
interrelacionan circularmente (p.e Huber y Baruth, 1989)

2. AREA AFECTIVA:

• A) La principal caracterictica de la afectividad de los trastornos de conducta es la falta de control del


niño/adolescente de sus emociones en relación a su baja tolerancia a la frustración y la falta de empatia con el/la
agredida.
• B) Las intervenciones cognitivas-conductuales tratan de facilitar que se IDENTIFIQUEN LOS SENTIMIENTOS
y que se module o REGULE SU EXPRESION. Con niños más pequeños se facilita este aprendizaje mediante las
instrucciones verbales y el modelado en el contexto por ejemplo de una terapia de juego o por orientación
familiar. Con adolescentes los grupos de chicos/as con problemas similares o la terapia familiar tienen la misma
finalidad. Se trabajan tres aspectos: (1) Identificar que se siente, (2) Como se puede expresar, (3) Como se puede
sentir el otro.

3. AREA SOMATICA:

• Puede ser frecuente la ASOCIACION DE OTROS TRASTORNOS que puedan requerir MEDICACION, como
la hiperactividad (p.e psicoestimulantes), los trastornos afectivos (p.e antidepresivos), o las crisis de agresividad
extrema en forma de convulsiones (p.e antiepilepticos ).

4. AREA INTERPERSONAL:

• (1) La familia en estos casos suele presentar intentos de solución del trastorno de conducta caracterizado por el
exceso de métodos cohercitivos-castigos e inconsistencias (p.e falta de limites claros, no mantenimientos de
consecuencias, desacuerdos parentales, etc) . También puede darse el caso de que el trastorno del niño o
adolescente forme parte de conflictos más generales de la propia familia ( a menudo de problemas conyugales) y
que este sea empleeado en la misma disfunción familiar.
• (2) Puede bastar, en casos de disfunción familiar baja, un planteamiento de ORIENTACION A LOS PADRES de
tipo psicoeducativo y conductual: El terapeuta enseña a los padres a como manejar los problemas de conducta
mediante el modelado directo (demostración en vivo ), la bibliografia seleccionada que después se discuste
(lecturas ) y el manejo de la propia ira parental (por ejemplo mediante la inoculación al estrés ).
• (3) En caso de disfunciones familiares más amplias y graves puede estar indicada la TERAPIA FAMILIAR O DE
PAREJA. Estas intervenciones suelen estar guiadas por planteamientos sistémicos y cognitivos (p.e Huber y
Baruth, 1986; Selekman, 1996)
• (4) En caso de familias con desventajas culturales y socioeconómicas la intervención de los servicios sociales y
de las redes de APOYO SOCIAL suele estar recomendada.
5. AREA CONDUCTUAL:

• (1) Los objetivos conductuales se dirigen a reducir la conducta antisocial y aumentar la conducta prosocial del
niño o adolescente.
• (2) Se suele listar las conductas y capacidades del niño/adolescente que funcionen adecuadamente. Se identifica y
se presta APOYO A LO QUE EL SUJETO HACE BIEN (p.e deportes para niños fuertes y agresivos ).
• (3) Se indaga lo que los padres y el chico hacen juntos que sea divertido y agradable y se prescribe que lo realicen
con frecuencia creciente.
• (4) Identificar un solo problema de conducta por vez para su manejo. Se diseña con los familiares y entorno
ESTRATEGIAS DE EXTINCION o reducción de esas conductas evitando el castigo físico y empleando
intervenciones alternativas (extinción, tiempo fuera, sobrecorrección )

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Trastorno de conducta
Es un trastorno de la niñez y la adolescencia que implica problemas de comportamiento crónicos tales como:

• Comportamiento desafiante, impulsivo o antisocial


• Consumo de drogas
• Actividades delictivas

Causas, incidencia y factores de riesgo

El trastorno de conducta ha sido asociado con:

• Maltrato infantil
• Conflictos familiares
• Defectos genéticos
• Drogadicción o alcoholismo de parte de los progenitores
• Pobreza

El diagnóstico es más común entre muchachos.

Es difícil saber realmente qué tan frecuente es este trastorno, debido a que muchas de las cualidades necesarias para hacer
el diagnóstico, tales como "actitud desafiante" y la "desobediencia de las reglas", pueden ser difíciles de definir. Para
realizar un diagnóstico preciso, el comportamiento tiene que ser mucho más extremo que una simple rebeldía de
adolescente o vivacidad juvenil.

El trastorno de conducta a menudo está asociado con el trastorno de déficit de atención y ambos conllevan un gran riesgo
de que se presente dependencia del alcohol y/o de otras drogas.

El trastorno de conducta también puede ser un signo inicial de depresión o trastorno bipolar.

Los niños con trastorno de conducta tienden a ser impulsivos, difíciles de controlar y despreocupados por los sentimientos
de los demás.

Síntomas

• Comportamientos antisociales, como intimidar o pelear


• Romper las reglas sin razón aparente
• Comportamiento cruel o agresivo hacia personas y animales (peleas, usar armas peligrosas, actividad sexual
forzada, asaltos callejeros o arrebatar carteras)
• Destrucción de la propiedad (iniciar incendios de manera deliberada, irrumpir e ingresar destruyendo la propiedad
de otras personas)
• Consumo excesivo de alcohol y/o de drogas psicoactivas
• Mentir para conseguir un favor o evitar obligaciones
• Escaparse
• Ausencia injustificada a la escuela o al trabajo (comenzando antes de los 13 años)
• Vandalismo

Signos y exámenes

Algunos de los signos comunes del trastorno de conducta son:

• Intimidar
• Pelear
• Quedarse en las noches por fuera del hogar sin acatar los toques de queda u otras limitaciones

Estos niños a menudo no se esfuerzan en ocultar sus comportamientos agresivos y tienen problemas para tener amigos
cercanos. El diagnóstico se hace sobre las base de los antecedentes de estos tipos de comportamientos.

Tratamiento

El tratamiento efectivo requiere de un compromiso estrecho de parte de la familia del joven. Los padres pueden aprender
técnicas para ayudar a manejar la conducta problemática su hijo.

En casos de maltrato, es posible que sea necesario retirar al niño de la familia y ubicarlo en un ambiente menos caótico.
El tratamiento con medicamentos o la psicoterapia se pueden utilizar para la depresión y el trastorno de déficit de
atención, que normalmente acompañan el trastorno de conducta.

Muchas escuelas de "modificación del comportamiento", "programas educativos y terapéuticos de salidas al campo" y
"campamentos de entrenamiento de reclutas" se ofrecen a los padres como solución para este trastorno de conducta. Estos
programas pueden emplear una forma de "terapia de ataque" o "confrontación" que realmente puede ser dañina y son
técnicas para las cuales no existe ningún soporte investigativo. Los estudios sugieren que es más efectivo el tratamiento
de los niños en el hogar junto a la familia.

En caso de estar considerando la posibilidad de optar por un programa de hospitalización, debe hacerse una averiguación
exhaustiva del mismo, ya que se han presentado muchas lesiones y muertes relacionadas con algunos de estos programas
y en muchos estados no están regulados.

Expectativas (pronóstico)

Aquellos niños que presentan síntomas severos o frecuentes tienden a tener el pronóstico menos alentador. Las
expectativas son igualmente desalentadoras para los individuos que presentan otras enfermedades, como trastornos del
estado de ánimo y consumo de drogas.

Complicaciones

Los niños con trastorno de conducta pueden llegar a desarrollar trastornos de personalidad como adultos, en particular el
trastorno de personalidad antisocial. A medida que sus comportamientos empeoran, estos individuos también pueden
desarrollar problemas notables a nivel legal o de drogas. La depresión y el trastorno bipolar se pueden desarrollar en la
adolescencia y a comienzos de la adultez.

Situaciones que requieren asistencia médica

La persona debe acudir al médico si su hijo:

• Continuamente se involucra en problemas


• Tiene altibajos en el estado anímico
• Está intimidando a los demás
• Está siendo víctima
• Parece estar demasiado agresivo
El tratamiento oportuno puede ayudar.

Prevención

Cuanto más temprano se inicie el tratamiento para el trastorno de conducta, mayores probabilidades tendrá el niño de
aprender mejores técnicas de adaptación y de prevenir algunas de las complicaciones potenciales.

Trastorno de adaptación
Divorcio

Es una reacción emocional y conductual que se desarrolla al cabo de tres meses de una situación de estrés en la vida y que
es más fuerte o mayor a lo que se esperaría para el tipo de evento que ocurrió.

Causas, incidencia y factores de riesgo

Los adultos generalmente desarrollan trastornos de adaptación debido a problemas maritales o financieros.

En los adolescentes, los factores estresantes comunes incluyen:

• Conflictos familiares
• Problemas en la escuela
• Asuntos sobre sexualidad

Otros factores estresantes para personas de cualquier edad son:

• La muerte de un ser querido


• Cambios generales en la vida
• Catástrofes inesperadas

No existe forma de predecir qué tipo de personas que estén afectadas por el mismo estrés probablemente vayan a
desarrollar el trastorno de adaptación. Las condiciones financieras, el apoyo social y las oportunidades para hacer una
carrera y las oportunidades recreativas pueden ejercer influencia en la buena forma como una persona reacciona al estrés.
Asimismo, la susceptibilidad al estrés de una persona dada puede estar influenciada por factores tales como:

• Estrategias para salir adelante


• Inteligencia
• Flexibilidad
• Factores genéticos
• Habilidades sociales

Síntomas

Para un diagnóstico de trastorno de adaptación, los síntomas de una persona deben ser tan severos que afecten su trabajo o
vida social. Algunos de estos síntomas pueden ser, entre otros:

• Agitación
• Perturbaciones de la conducta
• Estado de ánimo deprimido
• Palpitaciones
• Dolencias físicas
• Temblores o fasciculaciones
Los síntomas del trastorno de adaptación se inician de manera característica dentro de los 3 meses posteriores al factor
estresante y por lo general no duran más de 6 meses, a menos que el factor de estrés siga estando presente (como una
enfermedad o vivir en un vecindario peligroso).

En ocasiones, los síntomas pueden ser severos y la persona puede tener pensamientos suicidas o cometer un intento de
suicidio.

Signos y exámenes

Los siguientes criterios se deben tener en cuenta para establecer el diagnóstico:

• Los síntomas claramente siguen a un factor de estrés


• Los síntomas son más severos de lo que se esperaría
• Parece no haber otros trastornos subyacentes
• Los síntomas no son parte de la aflicción normal por la muerte de un ser querido

Tratamiento

El objetivo principal del tratamiento es aliviar los síntomas y ayudar a la persona a retornar a un nivel similar de
desempeño como antes de que ocurriera el hecho estresante.

La terapia individual puede ayudar a la persona a:

• Obtener apoyo
• Identificar sus respuestas anormales al factor estresante
• Maximizar el uso de sus fortalezas

La mayoría de los profesionales en salud mental recomiendan algún tipo de psicoterapia para ayudarle a la persona a
identificar o aprender diferentes respuestas a los factores estresantes en su vida. Los tipos de terapia pueden abarcar:

• Terapia conductual
• Psicoterapia individual
• Terapia de familia
• Grupos de autoayuda

Cuando se utilizan medicamentos, por lo general son complementarios de otras formas de tratamiento. Dependiendo de
los síntomas, pueden abarcar:

• Ansiolíticos
• Antidepresivos
• Antipsicóticos (rara vez)
• Estimulantes (para pacientes que están muy retraídos)

Expectativas (pronóstico)

Los trastornos de adaptación en general mejoran rápidamente sin síntomas remanentes.

Situaciones que requieren asistencia médica

Solicite una cita con el médico si presenta síntomas del trastorno de adaptación.

Prevención

No hay una forma conocida de prevenir este trastorno, pero el apoyo fuerte de amigos y de la familia puede ayudar.
Trastorno afectivo estacional
Se refiere a episodios de depresión que ocurren cada año durante el otoño o el invierno. Los síntomas mejoran en la
primavera o el verano.

Causas, incidencia y factores de riesgo

El trastorno puede comenzar en la adolescencia o principios de la adultez y, como cualquier otra forma de depresión,
ocurre con más frecuencia en las mujeres que en los hombres.

La mayoría de las personas que padecen "depresión de invierno" o "claustrofobia" no tienen trastorno afectivo estacional
(TAE). Las personas que viven en lugares con largas noches de invierno no necesariamente son más propensas a padecer
este trastorno.

Se desconoce la causa de este trastorno, pero se cree que está relacionada con muchos factores como:

• La luz ambiental
• La temperatura corporal
• La regulación hormonal

Existe una forma rara que ocurre en el verano.

Síntomas

Los síntomas generalmente se intensifican gradualmente a finales del otoño y en los meses de invierno.

• Depresiones en las tardes con disminución de la energía y la concentración


• Aumento del apetito con aumento de peso (la pérdida de peso es más característica de otras formas de depresión)
• Aumento del sueño y somnolencia diurna excesiva (los problemas para dormir son más característicos de otras
formas de depresión)
• Falta de energía y pérdida de interés en el trabajo y otras actividades
• Movimientos lentos, perezosos, letárgicos
• Aislamiento social
• Tristeza e irritabilidad

Signos y exámenes

En una consulta, el médico buscará otras causas para los síntomas y confirmará el diagnóstico. Se puede necesitar una
evaluación psicológica para una depresión más severa.

Ver también: depresión

Tratamiento

Como en otros tipos de depresión, los antidepresivos y la psicoterapia pueden ser efectivos.

Hacer caminatas largas durante las horas del día y hacer ejercicio pueden mejorar los síntomas. Manténgase activo
socialmente, incluso si esto implica algún esfuerzo.

La fototerapia utilizando una lámpara especial con una luz brillante y fluorescente (10.000 lux) para simular la luz del sol
también puede servir.
• Siéntese a unos pies de distancia de la caja de luz durante aproximadamente 30 minutos cada día, preferiblemente
temprano por la mañana, para simular la salida del sol. Un mejoramiento en los síntomas de depresión debe
ocurrir al cabo de 3 a 4 semanas si la fototerapia va a ayudar.
• Los efectos secundarios incluyen fatiga ocular y dolor de cabeza. La gente que toma fármacos que los hacen más
sensibles a la luz, como ciertos medicamentos para la psoriasis, antibióticos o antipsicóticos, deben evitar la
fototerapia. Se recomienda un chequeo con el oftalmólogo antes de comenzar el tratamiento.

Comúnmente, los síntomas mejoran por sí solos con el cambio de las estaciones.

Expectativas (pronóstico)

El pronóstico es bueno con un tratamiento continuo, aunque algunas personas padecen el trastorno durante toda su vida.

Complicaciones

El trastorno afectivo estacional puede algunas veces progresar a un síndrome depresivo mayor.

Situaciones que requieren asistencia médica

Consulte con el médico si experimenta síntomas del trastorno afectivo estacional.

Prevención

Las personas que han padecido de manera recurrente depresión estacional deben hablar con un profesional en salud
mental para explorar tratamientos.

Nombres alternativos

Depresión de invierno; TAE

Trastorno del desarrollo del lenguaje expresivo

Es una afección en la cual un niño tiene una capacidad por debajo de lo normal en cuanto a vocabulario, producción de
oraciones complejas y recordación de palabras. Sin embargo, los niños con este trastorno pueden tener las habilidades
normales del idioma necesarias para entender la comunicación verbal o escrita.

Causas, incidencia y factores de riesgo

Aproximadamente del 3 al 10% de todos los niños en edad escolar padecen el trastorno del lenguaje expresivo y es un
asunto muy común en esta población.

Las causas de este trastorno no se comprenden bien. El daño al cerebro en el encéfalo y la desnutrición pueden ocasionar
algunos casos. Los factores genéticos también pueden estar implicados.

Síntomas

• Destrezas de vocabulario por debajo del promedio


• Uso inapropiado de los tiempos gramaticales (presente, pasado y futuro)
• Problemas para elaborar oraciones complejas
• Problemas para recordar palabras

Signos y exámenes

Se deben practicar exámenes estandarizados del lenguaje expresivo y comprensión no verbal si se sospecha un trastorno
del lenguaje expresivo. Además, es posible que sea necesario realizar pruebas para otros problemas del aprendizaje.
Tratamiento

El mejor método terapéutico para este tipo de trastorno es la terapia del lenguaje, cuyo objetivo es incrementar el número
de oraciones que el niño puede utilizar. Esto se hace por medio de técnicas de construcción en bloque y logopedia.

Expectativas (pronóstico)

El grado de recuperación del niño depende de la gravedad del trastorno. Con factores reversibles, como las deficiencias
vitamínicas, se puede presentar una recuperación casi completa.

Los niños que no tienen ningún otro problema de desarrollo o de coordinación motriz tienen el mejor pronóstico. Con
frecuencia, estos niños tienen antecedentes familiares de retraso en los hitos importantes del desarrollo del lenguaje, pero
finalmente se ponen al nivel de los demás.

Complicaciones

• Problemas de aprendizaje
• Baja autoestima
• Problemas sociales

Situaciones que requieren asistencia médica

Si usted está preocupado acerca del desarrollo del lenguaje de su hijo, hágalo examinar.

Prevención

Una buena nutrición durante el embarazo y la primera infancia y el buen cuidado prenatal pueden ayudar. Se desconocen
otros métodos de prevención.

Nombres alternativos

Trastorno del lenguaje expresivo

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Trastornos del habla


Los trastornos del habla se refieren a varias afecciones en las cuales la persona tiene dificultad para comunicarse por vía
oral.

Ver también: deterioro del habla.

Causas, incidencia y factores de riesgo

El habla es una de las formas primarias con la que las personas se comunican con quienes se encuentran a su alrededor y
es una forma efectiva de vigilar el crecimiento y desarrollo normales, así como de identificar problemas potenciales.

Las disfluencias son trastornos del ritmo usualmente caracterizados por la repetición de un sonido, una palabra o frase. El
tartamudeo es quizás la disfluencia más seria.

Las deficiencias en la articulación implican sonidos que se producen de manera incorrecta o inapropiada.

Los trastornos de la voz implican anomalías en la calidad, el tono y volumen del sonido.
Existen muchas causas potenciales del deterioro del habla y la más común es el retardo mental. Otras causas pueden
abarcar:

• Trastorno por déficit de atención (TDA)


• Autismo
• Parálisis cerebral
• Paladar hendido
• Síndrome del maullido del gato
• Trastornos del paladar
• Síndrome de Gilles de la Tourette
• Hipoacusia
• Dificultades de aprendizaje
• Trastornos neurológicos, incluyendo accidente cerebrovascular, enfermedad de Parkinson y ELA
• Esquizofrenia
• Anquiloglosia
• Lesión en las cuerdas vocales

El retardo en el desarrollo del habla es uno de los síntomas comunes en los niños con retraso en el desarrollo y se presenta
en un 5 a 10% de todos ellos. Los niños tienen una probabilidad 3 ó 4 veces mayor que las niñas de presentar trastornos
del habla.

Síntomas

Disfluencia:

• Repetición de sonidos, palabras o frases después de los 4 años de edad


• Frustración al intentar comunicarse
• Sacudidas de la cabeza al hablar
• Pestañeo al hablar
• Vergüenza al hablar

Deficiencia en la articulación:

• Habla ininteligible a la edad de 3 años


• Omisión de las consonantes al comienzo de las palabras a la edad de 3 años
• Omisión de las consonantes al final de las palabras a la edad de 4 años
• Problemas persistentes en la articulación después de los 7 años
• Omisión de sonidos donde deben ocurrir
• Distorsión de sonidos
• Sustitución de un sonido correcto por uno incorrecto

Trastornos de la voz:

• Desviaciones en el tono de voz


• Desviaciones en el volumen y calidad de la voz

Signos y exámenes

• Evaluación de la Articulación de Denver (Denver Articulation Screening Examination)


• Escala de Desarrollo del Lenguaje Temprano (Early Language Milestone Scale)
• Prueba de Denver II (Denver II)
• Test de Vocabulario en Imágenes de Peabody (Peabody Picture Test Revised)
Tratamiento

El mejor tratamiento es la prevención e intervención oportunas por parte de un logopeda. El entrenamiento para el habla
es un esfuerzo que requiere de dedicación y tiempo y puede producir muy buenos resultados si es consistente y
continuado.

Expectativas (pronóstico)

El pronóstico depende de la causa del trastorno y mejora con la intervención temprana. Generalmente, el habla puede
mejorar con terapia del lenguaje.

Complicaciones

Los trastornos del habla pueden llevar a problemas psicosociales asociados con la comunicación ineficaz.

Situaciones que requieren asistencia médica

Consulte con el médico si:

• El habla de su hijo no se está desarrollando de acuerdo con los hitos normales.


• Piensa que su hijo está en un grupo de alto riesgo.
• Su hijo está mostrando signos de un trastorno del habla.

Prevención

El retardo mental y la hipoacusia hacen que los niños tengan mayor probabilidad de desarrollar trastornos del habla. Los
bebés que estén en riesgo deben ser remitidos a un audiólogo para un examen de audiología y, en caso de ser necesario, se
puede entonces iniciar la terapia del lenguaje y audiológica.

A medida que los niños comienzan a hablar, es común que se presente alguna falta de fluidez. Los niños carecen de un
gran vocabulario y tienen dificultad para expresarse ellos mismos, lo que produce un discurso entrecortado. Si los padres
prestan excesiva atención a la falta de fluidez, se puede desarrollar un patrón de tartamudeo; por lo tanto, la mejor manera
de prevenir el tartamudeo es evitar prestar demasiada atención a la disfluencia.

Nombres alternativos

Deficiencia articulatoria; Trastornos de la voz; Disfluencia (falta de fluidez)

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Trastorno mixto del lenguaje receptivo y expresivo


Es una discapacidad del lenguaje que ocasiona un deterioro tanto en la comprensión como en la expresión del lenguaje.

Causas, incidencia y factores de riesgo

Entre un 3 y un 5% de todos los niños presentan trastorno del lenguaje expresivo y receptivo o ambos. Estos niños tienen
dificultad para entender (receptividad lingüística) y usar el lenguaje (expresión lingüística). La causa de este trastorno se
desconoce, aunque es posible que los factores genéticos y la desnutrición jueguen un papel en su desarrollo.

Los problemas con las habilidades lingüísticas receptivas comienzan generalmente antes de los cuatro años de edad.
Algunos trastornos del lenguaje mixtos son ocasionados por lesión cerebral y, algunas veces, se pueden diagnosticar de
manera errónea como trastornos del desarrollo.
Síntomas

• Problemas con la comprensión del lenguaje


• Problemas con la expresión del lenguaje
• El lenguaje contiene muchos errores de articulación
• Dificultad para rememorar los primeros recuerdos visuales o auditivos

Signos y exámenes

Se pueden aplicar exámenes estandarizados del lenguaje expresivo y receptivo si se sospecha que el niño presenta este
trastorno. También se le debe hacer un audiograma para descartar la posibilidad de sordera, ya que esta es una de las
causas más comunes de los problemas del lenguaje.

Todos los niños a quienes se les diagnostica esta afección deben ser examinados por un neurólogo o por un especialista en
el desarrollo pediátrico para determinar si se puede neutralizar la causa.

Tratamiento

La logopedia y la terapia del lenguaje son el mejor método para este tipo de trastorno del lenguaje. Además, se
recomienda la psicoterapia, debido a la posibilidad de un problema emocional o de conducta asociado con dicho trastorno.

Expectativas (pronóstico)

Los resultados varían de acuerdo con la causa subyacente. La lesión cerebral u otras patologías estructurales generalmente
están asociadas con un pronóstico desalentador con deficiencias crónicas en el lenguaje, mientras que otras causas más
reversibles se pueden tratar de una manera efectiva.

Complicaciones

La dificultad para entender y utilizar el lenguaje puede causar problemas de interacción social y afectar la capacidad de
funcionar de forma independiente como adulto.

Situaciones que requieren asistencia médica

Los padres preocupados a causa de la adquisición del lenguaje de su hijo deben someterlo a exámenes, ya que la
intervención temprana puede proporcionar los mejores resultados posibles.

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Trastornos en la lecto-escritura.
De acuerdo con el autor Rodríguez, Santiago (1998), Las causas que provocan la aparición de trastornos en
la lectura y escritura pueden ser orgánicas que afectan la estructura orgánica del sistema nervioso central
relacionada con la función psíquica afectada. O bien funcionales que se caracterizan por debilidad
psicofísica, inestabilidad emocional e insuficiente estimulación en el desarrollo del lenguaje.

Los síntomas primarios son afectaciones en el análisis y síntesis visual, afectaciones en las representaciones
témporo-espaciales, alteraciones en la percepción fonemática, en la esfera motriz y en el componente. Estos
trastornos pueden ser:
a) Disgrafia.
Trastorno específico estable y parcial del proceso de escritura que se manifiesta en la insuficiencia para
asimilar y utilizar los símbolos gráficos del lenguaje.
Podemos encontrar diferentes tipos de disgrafias teniendo en cuenta la sintomatología que se presenta.
* Disgrafia acústica: Se manifiesta en una dificultad en la percepción acústica de los
fonemas y en el análisis y síntesis de la composición sonora de la palabra. Déficit en el reconocimiento
de fonemas semejantes por sus características acústico-articulatorias. Insuficiencia para unir los
grafemas en sílabas y estas en palabras. Ocurren omisiones, transposiciones, adiciones y/o
sustituciones.
• Disgrafia óptica: Se presenta una alteración en la representación
y percepción visual. Dificultad para reconocer las letras por separado y relacionarlas con los sonidos
correspondientes, no existe la asociación fonema-grafema. Una misma letra puede percibirse diferente
en uno u otro momento provocando cambios sistemáticos de grafemas semejantes desde el punto de
vista gráfico.
* Disgrafia motriz: Se evidencia una dificultad motriz fina que afecta las conexiones de los
modelos motores con los sonoros en las diferentes palabras presentándose pérdida o desviación del
renglón, de. Se dificulta la coordinación para reproducir los movimientos articulatorios por alteraciones
de la cinestesia articulatoria que se refleja en la escritura. Se omiten letras (sílabas, vocales y
consonantes) cuyos fonemas son semejantes.
* Disgrafia agramática: Se evidencian cambios constantes de estructuras gramaticales
en la escritura.

El tratamiento fonoaudiológico va encaminado al restablecimiento de las funciones afectadas tales como la


orientación temporo-espacial, las deficiencias motrices, la percepción visual y fonemática y las insuficiencias
gramaticales y semánticas. Conjuntamente se reeduca el lenguaje oral estimulando el desarrollo de los
procesos psíquicos superiores restantes.

b) Dislexia.
La Dislexia segun el autor Schunk, Dale H. (1997), es un trastorno específico estable y parcial del proceso de
lectura que se manifiesta en la insuficiencia para asimilar los símbolos gráficos del lenguaje, teniendo en
cuenta el analizador afectado podemos encontrar:

* Dislexia acústica: Se manifiesta en la insuficiencia para la diferenciación acústica de los


fonemas y en el análisis y síntesis de los mismos, ocurriendo omisiones, distorsiones, transposiciones
o sustituciones. Se confunden los fonemas por su similitud articulatoria.
* Dislexia óptica: Imprecisión de coordinación viso-espacial manifestándose en la
confusión de letras con similitud gráfica.
* Dislexia motriz: Se evidencia en dificultad para el movimiento ocular. Estrechez del
campo visual que provoca retrocesos, intervalos mudos al leer, salto de renglones.

Alexia

• Alexia con agrafía: daño parietal posterior y parietotemporal de


hemisferio izquierdo. El paciente pierde la capacidad para leer y escribir, debido a que no reconoce las letras.
• Alexia sin agrafía: el sujeto puede escribir y reconocer letras, pero
no logra secuenciarlas para la lectura de palabras.
• Alexia frontal: defectos de la lectura propios de la afasia de
Broca, se caracteriza por mala secuenciación.
• Alexia espacial: lesiones en el hemisferio derecho, los
componenetes de la lectura se ven afectados como ejemplo hay defecto en el seguimiento de renglones.

1.1.4.1. Trastorno del lenguaje expresivo

La alteración en el desarrollo del lenguaje expresivo, es un problema lingüístico de codificación, en el que están
deteriorados la producción simbólica y el uso comunicativo del lenguaje.

Criterios diagnósticos del Trastorno del lenguaje expresivo (DSM-IV-TR)

A. Las puntuaciones obtenidas mediante evaluaciones del desarrollo del lenguaje expresivo, normalizadas y administradas
individualmente, quedan sustancialmente por debajo de las obtenidas mediante evaluaciones normalizadas, tanto de la
capacidad intelectual no verbal como del desarrollo del lenguaje receptivo. El trastorno puede manifestarse clínicamente a
través de unos síntomas que incluyen un vocabulario sumamente limitado, cometer errores en los tiempos verbales o
experimentar dificultades en la memorización de palabras o en la producción de frases de longitud o complejidad propias
del nivel evolutivo del sujeto.

B. Las dificultades del lenguaje expresivo interfieren en el rendimiento académico o laboral, o en la comunicación social.

C. No se cumplen criterios del trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo ni del trastorno generalizado del
desarrollo.

D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla, o privación ambiental, las deficiencias del lenguaje deben
exceder de las habitualmente asociadas a tales problemas.

Nota de codificación: Si está presente un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica, se codificará
en el Eje III.

El individuo no puede expresar la idea en palabras y presenta también problemas en la expresión no verbal. Se observan
dificultades similares con la repetición, la imitación y el señalar objetos con su nombre o actuar bajo órdenes. Los niños
que padecen tienen un curso, pronóstico y diagnósticos comórbidos diferentes a los otros trastornos de este mismo grupo
de patologías.

Descripción clínica

El trastorno de expresión del lenguaje, se puede hacer evidente antes de los 3 años, este estado causa preocupación en los
padres de los niños que parecen inteligentes, pero todavía no hablan, o poseen poco vocabulario o baja compresión. El
período de 4 a 7 años resulta crucial. Normalmente a los 8 años, queda establecida una de las dos direcciones evolutivas.
El niño puede entonces progresar hacia un lenguaje prácticamente normal, permaneciendo sólo defectos sutiles y quizás
síntomas de otros trastornos de aprendizaje. Alternativamente, el niño puede permanecer incapacitado, mostrar un
progreso lento y más tarde perder algunas capacidades previamente adquiridas. En este caso puede existir una
disminución del CI no verbal, posiblemente debido al fracaso en el desarrollo de la secuenciación, la categorización y de
las funciones corticales superiores relacionadas con ellas. El niño puede perder parte de la inteligencia mostrada al
principio y llegar a parecerse a un adolescente retrasado mentalmente. En ambos casos, las complicaciones del trastorno
del lenguaje expresivo incluyen timidez, retraimiento y labilidad emocional. En el lenguaje verbal se producen tantos
errores semánticos como sintácticos de tal forma que la selección de palabras y la construcción de la frase pueden estar
deterioradas; las paráfrasis, las narraciones o las explicaciones son ininteligibles o incoherentes. El niño con un trastorno
del lenguaje expresivo puede usar formas de expresión lingüística que evolutivamente son más primitivas, y puede confiar
más en la comunicación no verbal para las peticiones y comentarios. Puede ser que emplee frases cortas y estructuras
verbales simples, incluso en comunicaciones no verbales como el lenguaje por signos. Esta característica implica un
problema en el desarrollo simbólico a través de las modalidades del lenguaje, conduciendo a un grupo diverso de retrasos
en la articulación, vocabulario y gramática.

Los individuos con un retraso en el lenguaje expresivo, pueden utilizar formas de lenguaje expresivo de desarrollo
temprano pero más lentamente. Estos niños pueden ajustar su lenguaje para hablar con niños pequeños de una forma
apropiada, lo que sugiere alguna facilidad y flexibilidad en el uso de sus habilidades lingüísticas. Pueden verse asociados
trastornos del aprendizaje, trastornos del desarrollo de la articulación, impulsividad, falta de atención, o agresividad. En
los primeros años cuando el niño se frustra puede tener rabietas, o cuando es mayor rechazar el hablar durante un corto
periodo. Los problemas con las interacciones sociales pueden conducir a problemas con los compañeros y a
sobredependencia de los miembros de la familia.

Etiología

Se han descrito diversas etiologías que comprenden factores neurológicos, genéticos, ambientales y familiares. En
determinados casos actúan conjuntamente influencias teratogénicas, perinatales, tóxicas y metabólicas. Cuando existe
pérdida auditiva, el grado de pérdida correlaciona intensamente con la magnitud del deterioro del lenguaje. Se han
propuesta también como causas daños sutiles en el cerebro y retrasos en la maduración del desarrollo cerebral, aunque no
existen evidencias al respecto. Así, se ha informado de que los niños con trastorno del lenguaje expresivo presentan
menor flujo sanguíneo cerebral en el hemisferio izquierdo.

Evaluación

En la evaluación se incluye una valoración psiquiátrica (atención y problemas de conducta), neurológica, cognitiva y
educativa. La inteligencia se determina mediante una medida no verbal del CI. Resulta razonable realizar un test de
agudeza auditiva, y resulta esencial una exploración de los trastornos de aprendizaje concomitantes.

Diagnóstico diferencial

Los trastornos del lenguaje se asocian con otros muchos trastornos psiquiátricos, de modo que puede resultar difícil
separarlos. Así con respecto al retraso mental que tienen un deterioro generalizado de todo el funcionamiento intelectual,
los niños con trastorno de expresión del lenguaje tienen estas capacidades no verbales dentro de los límites de la
normalidad.

Diagnóstico diferencial de los trastorno del lenguaje (Baker y Cantwell)(Kaplan y Sadock, 1999)
Deterioro Retraso T. Expresión del T. Mixto del Mutismo Trastorno
Autismo
auditivo Mental lenguaje lenguaje selectivo fonológico
Comprensión - - - + - + +
Expresión - - - - - Variable +
Audiograma - + + + Variable + +
Articulación - - - - - + -
Lenguaje
+ Limitado - + Limitado + +
Interno
Uso de gestos + + - + + + +
Altos o bajos
Atiende sonidos + - + Variable + +
Mira a la cara + + - + + + +
Ejecución + - + + + + +

La diferencia con el trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo, reside en la comprensión.

En los trastornos generalizados del desarrollo, los niños presentan además ausencia de lenguaje interno, de juego
imaginario o simbólico, del uso apropiado de los gestos y de la capacidad para establecer relaciones sociales
significativas. Además no expresan frustración ante las dificultades comunicativas. Estas características no están
presentes en el trastorno de expresión del lenguaje.

Además, a diferencia del trastorno autista y de los trastornos generalizados del desarrollo, la comprensión de la
comunicación verbal y no verbal es normal.

Por último, los niños con afasia o disfasia adquirida tienen una historia de desarrollo del lenguaje normal, , el deterioro ha
tenido lugar después de un accidente o trastorno neurológico.

Tratamientos

Las terapias deben ir dirigidas a mejorar las estrategias de comunicación y las interacciones sociales. La logoterapia debe
aplicarse lo más rápidamente posible tras el diagnóstico, y debería tener como objetivo el ampliar el número de frases
utilizando métodos constructivos, para ello, se podrá aplicar el refuerzo conductual, entrenamiento con fonemas,
vocabulario y construcción de frases. La psicoterapia individual puede ser un apoyo útil, ya que al positivar la autoestima
mejora la comunicación efectiva.

La psicoterapia familiar, en especial a los padres puede estar indicada en elgunos casos para disminuir tensiones
familiares derivadas de las dificultades del niño y para elevar la compresión del problema.

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1.1.2. Trastornos del aprendizaje


• CONCEPTO
• TIPOS:

• Transtorno de la lectura
• Transtorno del cálculo
• Transtorno de la expresión escrita
• Transtorno del aprendizaje no especificado

• EVALUACION
• DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Concepto

El DSM-IV contempla como trastornos del aprendizaje una serie de dificultades en el aprendizaje de las habilidades
académicas, particularmente lectura, cálculo y expresión escrita. Las deficiencias evolutivas en la adquisición o ejecución
de habilidades específicas se suelen hacer evidentes en la niñez, pero con frecuencia tienen consecuencias importantes en
el funcionamiento posterior. Estos trastornos suelen ocurrir en combinación, y con frecuencia comórbidamente con otros
trastornos psiquiátricos tanto en el individuo como en las familias y en la práctica, los niños con estos trastornos de
aprendizaje son descubiertos de forma secundaria.

La definición de la mayoría de estos trastornos implica que un área particular del funcionamiento está deteriorada en
relación con la inteligencia general. Como grupo, estos trastornos están ampliamente extendidos, englobando del 10 al
15% de la población en edad escolar (Hales y Yudofsky, 2000).

Los trastornos del aprendizaje implican déficits en el aprendizaje y la ejecución de la lectura, la escritura (no la caligrafía
sino la expresión escrita) y el cálculo. Las personas con trastornos del aprendizaje presentan también normalmente un
trastorno de la comunicación o de las habilidades motoras, quizás otros síntomas de disfunción cortical, problemas
emocionales y motivacionales, o quizá trastornos psiquiátricos asociados.

Estos trastornos están definidos de manera que quedan excluidos aquellos individuos cuya lentitud en el aprendizaje
queda explicada por falta de oportunidades educativas, escasa inteligencia, deficiencias motoras o sensoriales (visuales o
auditivas) o problemas neurológicos.

Con frecuencia, el diagnóstico se realiza durante el período escolar. Durante los primeros años escolares, las habilidades
básicas, atención y motivación construyen pilares para el aprendizaje subsiguiente. Los deterioros importantes en estas
funciones se identifican en la necesidad de un abordaje precoz.

La etiología de los trastornos del aprendizaje, aunque desconocida, está presumiblemente relacionada con la maduración
lenta, la disfunción o la lesión cortical o de otras áreas corticales relacionadas con estas funciones de procesamiento
específicas. Sin embargo, la fuerza de la evidencia directa de anormalidades biológicas o genéticas varía con los
trastornos, y también están implicados claramente factores no biológicos. No existe razón para asumir que cada trastorno
sea debido a un mecanismo patológico único, y la subtipificación podrá ser posible a medida que los mecanismos
cerebrales implicados sean mejor comprendidos.

Evaluación

Los criterios del DSM-IV especifican que un diagnóstico debería basarse en algo más que en la observación clínica:
siempre que sea posible es esencial evaluar la presencia de un déficit específico con protocolos de tests estandarizados.
Dependiendo del trastorno, pueden resultar necesarias para el diagnóstico tanto las medidas formales del CI como las de
habilidades específicas.

La evaluación incluye los tests de inteligencia, la valoración de las capacidades específicas (toda la gama de habilidades
académicas, habla y lenguaje y función motora), y la observación de la conducta del niño en clase. Normalmente, debe
determinarse la calidad de la enseñanza en la escuela antes de establecer el diagnóstico.

Resultan útiles tanto la valoración neurológica como la psiquiátrica (teniendo en cuenta especialmente los trastornos de
conducta perturbadores, y trastornos de déficit de atención, otros trastornos del aprendizaje y la comunicación y la
privación social, los tests de visión y audición, medidas del CI, psicológicas, neuropsicológicas y educativas (incluyendo
la velocidad de lectura, la comprensión y la ortografía). Se espera que en un futuro las nuevas técnicas de imagen
contribuyan significativamente a la valoración diagnóstica.

Diagnóstico diferencial

Los trastornos del aprendizaje deben diferenciarse de posibles variaciones normales del rendimiento académico, así como
de dificultades escolares debidas a falta de oportunidad, enseñanza deficiente o factores culturales.

Una audición alterada puede afectar la capacidad de aprendizaje, debiendo investigarse con pruebas audiométricas o de
agudeza visual. En presencia de estos déficits sensoriales sólo puede diagnosticarse un trastorno de aprendizaje si las
dificultades para el mismo exceden de las habitualmente asociadas a dicho déficit.

En el retraso mental, las dificultades de aprendizaje son proporcionales a la afectación general de la capacidad intelectual.
Sin embargo, en algunos casos de RM leve el nivel de aprendizaje se sitúa significativamente por debajo de los esperados
en función de la escolarización y la gravedad del retraso, en estos casos debe realizarse un diagnóstico adicional del
trastorno de aprendizaje adecuado.

El trastorno disocial puede resultar también una complicación, pero puede aparecer previamente al fracaso escolar e
incluso en los años de preescolar. Aunque se ha insistido mucho en el solapamiento emocional resultante de los trastornos
del aprendizaje y de la comunicación, existe un cuerpo de conocimientos creciente sobre antecedentes y concomitantes
neuropsiquiátricos y sociofamiliares de estos trastornos.

Resulta también esencial evaluar un posible trastorno afectivo (baja motivación) y otros trastornos psiquiátricos y
neurológicos. Normalmente los tests de percepción sensorial se obtienen para valorar los posibles deterioros de la visión o
de la audición, que pueden agravar o imitar las manifestaciones de estos trastornos.
Tratamientos

El tratamiento de los trastornos específicos del aprendizaje requieren un abordaje educacional multimodal. Estos
trastornos van asociados frecuentemente con altas tasas de trastornos psiquiátricos comórbidos, así como a una gran
variedad de complicaciones psicológicas que incluyen la baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, pasividad,
rigidez en situaciones nuevas de aprendizaje y escaparse sin permiso de la escuela.

Con el tiempo los casos leves pueden resolverse gracias a la educación y la práctica persistentes. Algunos individuos
pueden compensarlos por medio de un aprendizaje excesivo, pero otros conservan déficits específicos de aprendizaje
durante la edad adulta. Con frecuencia, los problemas conductuales asociados y las complicaciones intrapsíquicas
persisten más allá de la duración de los déficits evolutivos, y pueden permanecer sintomáticos durante la vida adulta.

En la práctica, debe diseñarse un plan individual de educación para cada niño, pero la calidad de la evaluación inicial y
los servicios de tratamiento son variables. El manejo multidisciplinario y la comunicación resultan esenciales, ya que
muchos especialistas y profesores pueden estar implicados en la educación y tratamiento de un solo niño. Una
comunicación cuidadosa, especialmente durante los períodos de transición, resulta vital para mantener el progreso del
desarrollo y el educacional. La intervención educativa temprana puede emplear uno de los varios sistemas terapéuticos.
Puede resultar necesario alentar la autoestima del niño (o adulto) para ayudarle a tolerar los esfuerzos terapéuticos. El
tratamiento debe dirigirse directamente a los trastornos del aprendizaje, pero también a la comunicación, al trastorno de
conducta y TDAH posiblemente asociados (Kaplan y Sadock, 1999).

La implicación de los padres es crucial para apoyar el programa educacional y para los esfuerzos continuados del niño en
un ambiente libre de críticas. Está demostrado que los padres pueden ayudar escuchando cada día en casa cómo leen sus
niños.

No se ha demostrado la eficacia de psicofármacos, vitaminas o las dietas. La terapia psicofarmacológica no resulta útil en
el tratamiento de estos trastornos. Resulta necesario un manejo contundente para paliar los efectos de una baja autoestima,
la paciencia, la asertividad, y la flexibilidad. A nivel psicoterapéutico, el manejo de las complicaciones psicológicas
secundarias y la evaluación y tratamiento de los trastornos psiquiátricos concurrentes, requieren algo más que una
perspectiva puramente educacional o neuropsiquiátrica. Estos trastornos neuroevolutivos parecen tener un origen
predominantemente genético o neuromaduracional, pero los factores sociodemográficos son también críticos en la
aparición de complicaciones en estos trastornos. Por tanto, los factores psicosociales e interpersonales son de máxima
importancia en el tratamiento y el pronóstico.

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1.1.2.1. Trastornos de lectura
La dislexia común se caracteriza por una adquisición lenta de las habilidades de lectura. La velocidad lectora lenta,
comprensión deteriorada, omisiones y distorsiones de palabras y rotaciones de letras están más allá del nivel de
rendimiento esperado basado en la edad y el CI.

Criterios diagnósticos del Trastorno de la lectura (DSM-IV-TR)

A) El rendimiento en lectura, medido mediante pruebas de precisión o comprensión normalizadas y administradas


individualmente se sitúa sustancialmente por debajo de lo esperado dados la edad cronológica del sujeto, su coeficiente
de inteligencia y la escolaridad propia de su edad.

B) La alteración del criterio A interfiere significativamente en el rendimiento académico o las actividades de la vida
cotidiana que exigen habilidades para la lectura.

C) Si hay un déficit sensorial, las dificultades para la lectura exceden de las habitualmente asociadas a él.

Nota de codificación: Si hay una enfermedad médica (pe., neurológica) o un déficit sensorial, se codificarán en el Eje III

Aunque aprender a leer puede ser comprometido por varias razones, el trastorno de la lectura es una incapacidad
neuropsicológica específica que se observa incluso en la presencia de una inteligencia normal, una educación, una
motivación y un control emocional apropiados. El trastorno de la lectura es diferente de la simple lentitud en los
aprendizajes.

Para desarrollar la adquisición de la lectura de una forma normal, deben estar intactas varias funciones neurológicas y
psiquiátricas. El control ocular (no deslizar la vista sobre letras o líneas), la orientación espacial (atacar las letras y las
palabras desde la izquierda, reteniendo en la memoria el trazo de las formas de las letras), la secuencia verbal, la
comprensión del sentido estructural de una frase, y la abstracción y categorización requieren que las funciones oculares y
cerebrales estén intactas, al igual que la integración cortical. Existe un uso simultáneo de la percepción visuoespacial
(discriminación de la forma), secuenciación (espacial y temporal) procesamiento visual y auditivo de modalidad cruzada,
elaboración fonética (unidades linguísticas de sonido), análisis sintáctico (gramática) y semántico (significado), así como
la búsqueda de la comprensión. Deben estar intactos la atención, la motivación y el esfuerzo.

En general, la habilidad lectora correlaciona con el CI (especialmente la codificación verbal y la secuenciación). Una
adquisición general lenta de la lectura o un trastorno específico de la lectura pueden ser resultado de problemas que
afecten cualesquiera de estas funciones. La dificultad en la lectura puede ser el resultado de un retraso mental, una lesión
cerebral, una perturbación psiquiátrica (especialmente influencias sobre la atención y la ansiedad), déficits sensoriales,
carencias culturales y escolarización inadecuada (Kaplan y Sadock, 1999).

Descripción clínica

Normalmente, estos individuos muestran dificultad en la tarea de traducir los símbolos verbales (letras) a palabras basadas
en la audición. Además, a menudo se encuentran deterioradas la orientación derecha-izquierda, la discriminación auditiva
y las habilidades perceptivo-motoras. Entre los signos de deterioro de las habilidades visuales y perceptivo-motoras se
incluyen la rotación de letras (b,d), inversiones de letras, omisiones y sustituciones.

Normalmente todos los individuos con un trastorno de la lectura presentan problemas de ortografía, que pueden ser más
graves, o durar más, que el problema de la lectura. Aproximadamente el 80% presentan otros déficits verbales
demostrables.

Muchos manifiestan un trastorno de la expresión escrita, un trastorno fonológico, un trastorno de las habilidades motoras
o una mala escritura. Algunos tienen lesiones o síntomas de lesión en el hemisferio no dominante. Son bastante frecuentes
las dificultades de atención, incluso para tareas que no están relacionadas con la escritura y el lenguaje. Aproximadamente
una cuarta parte muestran trastornos de conducta, que empiezan normalmente antes de la adolescencia o incluso antes de
los años escolares. Aproximadamente un tercio de los niños con trastorno disocial presentan trastorno del desarrollo de la
lectura.

Etiología

Parece ser que los factores etiológicos principales son neurológicos, pero la gravedad y duración de los síntomas están
sujetos al aprendizaje y a la experiencia. Cuando se postulan defectos cerebrales en regiones corticales similares, los tests
neuropsicológicos identifican modelos similares a individuos con trastornos cerebrales localizables. Los estudios
neuropatológicos han demostrado anomalías neuroanatómicas que implican anomalías en el desarrollo del córtex cerebral.
Estas ectopias neuronales y displasias están extendidas por el córtex, pero están principalmente concentradas en el
hemisferio izquierdo, especialmente en la región perisilviana. En las regiones frontal inferior y temporal superior, estas
anomalías neuronales incluyen micropoligiria, ectopias neuronales en la capa cortical 1, nódulos (pliegues cerebrales) y
displasias arquitectónicas (Hales y Yudofsky, 2000).

Existe también una ausencia del modelo cerebral normal de una región amplia de dominio del lenguaje (la región de
Broca) en el hemisferio izquierdo. En cambio, el planum temporal es simétrico en estos cerebros, de tal forma que no se
ve el desarrollo normal de un centro de lenguaje diferenciado. La asimetría normal en esta parte del cerebro está ausente.
Se ha visto que el riego sanguíneo cerebral era más asimétrico hacia el lado izquierdo durante tareas de tipo semántico en
individuos con trastorno de la lectura. Además, a la evidencia de un subdesarrollo del área de Broca (planum temporal
izquierdo), se añade una mayor difusión de anomalías corticales. La ectopias neuronales y la simetría anómala implican
un fracaso relativo en el desarrollo del cerebro que no está restringido a regiones de dominio del lenguaje. Estas
anomalías de la estructura cerebral influyen sobre una amplia gama de funciones cerebrales que incluyen habilidades
espaciales y verbales, la dominancia motora (lateralización) y la noción de derecha-izquierda.

No puede darse por sentado que ninguna de estas anomalías cause el trastorno de la lectura, ya que los factores
educacionales y ambientales interactúan alterando la expresión de estas lesiones neuronales. Estas anomalías
citoarquitectónicas se adquirieron probablemente durante el período de gestación de la emigración neuronal masiva en la
formación topográfica del córtex cerebral. Dado que las lesiones adquiridas de forma temprana pueden causar una
reorganización de la estructura e interconexiones del córtex (incluso en puntos distantes, lejos de las lesiones originales),
puede especularse que las características arquitectónicas y de conexión de los cerebros disléxicos pueden sufrir una
reorganización cerebral y presentar un funcionamiento anormal.

Tales alteraciones en la organización sugieren que las teorías basadas en los modelos de la pérdida de la función del
trastorno de la lectura pueden subvalorar significativamente los potenciales y talentos especiales de estos individuos.

Además, se ha especulado que la presencia de niveles elevados de testosterona en la fase prenatal puede conducir a una
lateralización cortical lenta (función del hemisferio izquierdo reducida), dislexia, dominancia lateral izquierda y
enfermedades autoinmunes (supresión del timo) y homosexualidad en varones.

Se han propuesto varias formulaciones neuropsicológicas para los trastornos de la lectura que implican principalmente
déficits de lenguaje o procesamiento simbólico. Aunque la agudeza visual general es frecuentemente normal, se ha
sugerido que determinados disléxicos muestran déficits en la visión focal. Sin embargo, se han probado muchos métodos
de entrenamiento ocular y no resultan eficaces.

Las historias psiquiátricas familiares muestran una elevada prevalencia de trastornos de lectura, habla y lenguaje en
hermanos y padres. Las historias familiares no son consistentes con un único modo de transmisión, lo que sugiere que el
trastorno resulta genéticamente heterogéneo. Sin embargo, los análisis de conexión genética han implicado el cromosoma
15 en la transmisión autosómica dominante de determina dos casos de trastorno de la lectura.

En contraposición a estos hallazgos, la lentitud simple en la adquisición de la lectura presenta características diferentes.
En el caso de la lentitud en la adquisición de la lectura existe una asociación con un CI bajo, mientras que la población
con trastorno de la lectura, presenta un CI bastante normal. En el primer caso existe la misma proporción en ambos sexos,
mientras que para el trastorno de la lectura existe un predominio masculino de 3:1. Más allá del trastorno de la lectura,
una adquisición lenta del lenguaje se asocia con una prevalencia mucho más alta de parálisis cerebral y otros trastornos
neurológicos, torpeza física, apraxia constructiva y lentitud en el aprendizaje aritmético, sin dejar de lado los factores
psicosociales y educacionales que contribuyen a enlentecer la adquisición de la lectura.

A pesar de los factores neurogenéticos que pueden conducir a un trastorno de la lectura, su expresión está influida por la
oportunidades educativas, el apoyo familiar, la personalidad individual, el impulso y la ambición. En la aparición del
trastorno de la lectura parece ser que actúan algunas variables como bajo peso al nacer, accidentes prenatales y
perinatales, trastornos neurológicos manifiestos, y anomalías en el EEG. Al revisar esta diversidad de hallazgos, se puede
inferir que el trastorno de la lectura no es un trastorno unitario, y que múltiples factores etiológicos pueden operar en el
mismo individuo. Los numerosos factores neurológicos, psicológicos, de atención, conductuales y culturales se entienden
mejor como correlaciones o factores de riesgo que como causas. Por tanto, ello implica que la corrección de cualquiera de
estos déficits puede contribuir solo marginalmente a remediar de forma general el trastorno de la lectura, y perder la
oportunidad de maximizar las fuerzas potencialmente anormales y talentos especiales de estos individuos.

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1.1.2.3. Trastorno de la expresión escrita
Este trastorno no está bien caracterizado en la literatura psiquiátrica, y los aspectos psiquiátricos de la valoración y
tratamiento no están bien desarrollados.

Son características las dificultades en la ortografía, la gramática, la construcción de frases y párrafos, la estructura
organizacional y la puntuación. Aunque no necesariamente, el contenido ideacional y la abstracción intelectual pueden
estar limitados.
Criterios diagnósticos de la Expresión escrita (DSM-IV-TR)

A) Las habilidades de escritura, evaluadas mediante pruebas administradas individualmente ( o evaluaciones funcionales
de las habilidades de escritura) , se sitúa sustancialmente por debajo de las esperadas dados la edad cronológica del sujeto,
su cociente de inteligencia evaluada y la escolaridad propia de su edad.

B) El trastorno del criterio A interfiere significativamente en el rendimiento académico o las actividades de la vida
cotidiana que requieren la realización de textos escritos (pe., escribir frases gramaticalmente correctas y párrafios
organizados

C) Si hay un déficit sensorial, las dificultades en la capacidad para escribir exceden de las habitualmente en él.

Nota de codificación: Si hay una enfermedadmédica (pe., neurológica) o un déficit sensorial, se codificaran en el Eje III

Entre los síntomas se incluye velocidad lenta al escribir y producción baja, ilegibilidad, rotaciones de letras, búsqueda de
palabras y errores sintácticos, borrones, rectificaciones, errores de espacios y puntuación, y problemas de ortografía. La
producción baja, el rechazo a completar el trabajo o a presentar las tareas y el bajo rendimiento. Estos déficits pueden ser
el resultado de problemas subyacentes con la función grafomotora (control de la mano y el lápiz), funciones motoras finas
y visuomotoras, atención, memoria, formación y organización del concepto (prioridades y fluidez), así como de la función
del lenguaje expresivo. Al igual que otros trastornos del aprendizaje, éste se supone que puede ser el resultado de ciertas
características neurocorticales modificadas por experiencias ambientales.

La prevalencia no está determinada, pero parece que existe un predominio masculino estándar de 3:1 a 4:1 presente en la
mayoría de los trastornos del aprendizaje. Se han desarrollado métodos formales para evaluar y medir la expresión escrita,
pero pueden obtenerse cribados clínicos adecuados a partir de muestras de copias, dictados o redacciones espontáneas.
Resulta posible una terapia curativa genuina, con intervenciones educativas consistentes en formatos alternativos de
escritura y habilidades de construcción. La reciente disponibilidad comercial de procesadores de textos puede contribuir a
la curación de algunos individuos. Estando pendientes investigaciones psiquiátricas adicionales, la evaluación e
intervención psiquiátrica sigue las líneas generales para los trastornos del aprendizaje.

1.1.2.4. Trastorno del aprendizaje no especificado


En esta categoría la DSM-IV-TR incluye los trastornos que no cumplen los criterios de cualquier trastornos especificado
anteriormente. Esta categoría puede referirse a deficiencias observadas en las tres áreas (lectura, cálculo y expresión
escrita) que interfieran significativamente el rendimiento académico aún cuando el rendimiento en las pruebas que
evalúan cada una de las habilidades individuales, no se sitúe sustancialmente por debajo de lo esperado, teniendo en
cuenta la edad de la persona, su CI y la enseñanza propia de su edad.

1.1.4.2. Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo


Dado que conlleva ambos déficits, receptivo y expresivo, el trastorno mixto del lenguaje es bastante más grave y
socialmente perturbador que el trastorno del lenguaje expresivo. Y en función de la naturaleza de los déficits, la
comprensión no verbal puede estar preservada o deteriorada.

El trastorno del lenguaje mixto receptivo-expresivo es el deterioro del desarrollo de la comprensión del lenguaje que
implica tanto a la decodificación (comprensión) como a la codificación (expresión). Normalmente se observan múltiples
déficits corticales, incluyendo funciones sensoriales, integrativas, de memoria y de secuenciación.

Criterios diagnósticos del Trastorno Mixto del lenguaje receptivo-expresivo (DSM-IV-TR)

A. Las puntuaciones obtenidas mediante una batería de evaluaciones del desarrollo del lenguaje receptivo y expresivo,
normalizadas y administradas individualmente, quedan substancialmente por debajo de las obtenidas mediante
evaluaciones normalizadas de la capacidad intelectual no verbal. Los síntomas incluyen los propios del trastorno del
lenguaje expresivo, así como dificultades para comprender palabras, frases o tipos específicos de palabras, tales como
términos espaciales.
B. Las deficiencias del lenguaje receptivo y expresivo interfieren significativamente en el rendimiento académico o
laboral, o en la comunicación social.

C. No se cumplen los criterios de trastorno generalizados del desarrollo.

D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla o privación ambiental, las deficiencias del lenguaje exceden
de las habitualmente asociadas a estos problemas.

Nota de codificación: Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica, se codificaran en el Eje
III.

Descripción clínica

Lo más importante es la alteración significativa tanto de la comprensión, como de la expresión. En los casos leves, puede
darse una comprensión lenta de las frases complicadas o un procesamiento lento de determinadas formas lingüísticas (por
ejemplo, palabras poco usuales, poco comunes o abstractas; lenguaje espacial o visual). Pueden existir dificultades en la
comprensión del humor o los modismos, y en leer indicadores situacionales. En casos graves, estas dificultades pueden
ampliarse a frases o a palabras sencillas, lo que refleja un procesamiento auditivo lento. Se pueden observar mutismos,
ecolalia o neologismos. Durante el período de desarrollo, el aprendizaje de las habilidades del lenguaje expresivo se
deteriora por el enlentecimiento del procesamiento del lenguaje receptivo.

La mayoría de estos niños tienen dificultades para conservar recuerdos visuales y auditivos y para reconocer y reproducir
símbolos en una secuencia ordenada. En algunos casos se observan anomalías en el EEG bilaterales. Otros tienen una
deficiencia parcial de la audición para los tonos uniformes, un umbral más alto de excitación o una incapacidad para
localizar el origen del sonido (Kaplan y Sadock, 1999).

Muchos de los niños con esta afectación tienen problemas de socialización y, múltiples problemas emocionales derivados,
como baja autoestima y sentimientos de inferioridad.

Los trastornos comórbidos que se asocian frecuentemente al trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo son, el
trastorno de la lectura, del cálculo y de la escritura. Además aproximadamente el 50% presentan trastornos del
aprendizaje y más del 70% tenían un trastorno por déficit de atención/hiperactividad, trastornos de ansiedad o depresivos.

Etiología

Se desconoce la causa del trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo. Algunos datos indican un componente
familiar genético. Pero actualmente se piensa que la etiología principal parece ser neurobiológica, normalmente factores
genéticos o lesiones corticales. El examen neurológico revela anomalías en aproximadamente dos tercios de los casos.
Entre los hallazgos electroencefalográficos se incluye un ligero aumento en las anomalías no diagnosticables,
especialmente en el hemisferio dominante del lenguaje. Las tomografías computarizadas pueden mostrar anomalías,
aunque éstas no son uniformes ni diagnosticables. De forma similar, la audición dicótica puede ser anormal, pero sin
hallazgos específicos o de lateralización.

Evaluación

La evaluación incluye una valoración del CI no verbal, de las habilidades sociales, de la agudeza auditiva, de la
articulación, de las habilidades receptivas (comprensión de palabras sueltas, combinaciones de palabras y frases), de la
comunicación no verbal (vocalizaciones, gestos y miradas) y de las habilidades del lenguaje expresivo. Las habilidades
del lenguaje expresivo pueden medirse por la longitud media de los enunciados, las estructuras sintácticas, el vocabulario
y la conveniencia social, que se comparan a las normas o pautas evolutivas. Existen instrumentos estandarizados para
valorar la comprensión, con pautas que empiezan a los 18 meses.

Deben tenerse en consideración diagnósticos médicos, neurológicos y psiquiátricos (trastorno del aprendizaje, trastorno
autista, trastorno generalizado del desarrollo, retraso mental, trastornos del estado de ánimo y mutismo selectivo)
concomitantes.
Diagnóstico diferencial

El trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo se distingue de la afasia (que no es un trastorno del desarrollo sino
una pérdida de las funciones del lenguaje preexistentes), de otros déficits adquiridos (normalmente causados por traumas
o enfermedades neurológicas) o de la ausencia del lenguaje (un estado muy raro normalmente asociado a retraso mental
profundo).

Los individuos con un trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo pueden aproximarse en la adolescencia a la
gravedad del trastorno autista debido a la dificultad social, las estereotipias, a la resistencia al cambio y a la baja
tolerancia a la frustración. Sin embargo, normalmente presentan mejores habilidades sociales, conocimiento del entorno,
abstracción y comunicación no verbal.

El criterio fundamental para diferenciarlo del trastorno de expresión del lenguaje, es que los niños con trastorno mixto del
lenguaje receptivo-expresivo tienen un déficit en la comprensión del lenguaje. Los niños con trastorno fonológico o
tartamudeo tienen la comprensión y expresión del lenguaje normal, a pesar de presentar alteraciones del habla aunque al
principio puede pasar desapercibido.

Tratamiento

Para el tratamiento de los problemas del lenguaje expresivo y receptivo, resulta esencial la participación de una logopedia.
Se mantendrá la educación especial hasta que los síntomas mejoren. Una vez que se sitúa a un niño en el curso que le
corresponde, se pueden necesitar todavía ayudas académicas suplementarias. Puede ser necesario tratamiento psiquiátrico
para los problemas de atención y de conducta, y terapia del habla para un trastorno fonológico.

A menudo es necesaria la psicoterapia para los problemas emocionales y de conducta, pero sin olvidar prestar atención a
las habilidades sociales.

La atención psicológica a la familia, puede ser importante para enseñarles patrones adecuados de interacción con el niño.

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