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Universidad Panamericana del Puerto

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales


Cátedra de: Diseño y Evaluación de Proyectos

Autora:
Rosa Linda Varela
CI: 19.295.132
Profesor:
Luis Gómez

17/01/18
Introducción

Steve Hanke, académico de la Universidad Johns Hopkins y una autoridad mundial en la


materia, asegura a BBC Mundo que, "por convención, la profesión económica acepta que
existe hiperinflación cuando la tasa de inflación supera el 50% mensual".
Hanke, quien también es director del Proyecto sobre Divisas en Dificultades del Instituto Cato,
un centro de investigaciones en la capital estadounidense de tendencia conservadora, aclara
que "una inflación de 50% mensual, si se calcula de forma anualizada, llegará a cerca de
13.000% al año".

Hiperinflación

Subida del nivel de precios muy rápido y continuado, que provoca que la gente no retenga el
dinero, por su pérdida de valor constante, y prefiera conservar las mercancías.
"los expertos consideran que el medio millón de desempleados, la hiperinflación y las disputas
por tierras son síntomas de un posible estallido social".
La discusión acerca de qué es hiperinflación ha venido asomándose en Venezuela, país en el
que la medición del costo de vida es, hace tiempo, un tema de debate.
No hay acuerdo acerca de la velocidad a la que crece el costo de la vida, en parte porque no se
publican cifras oficiales.

En el mes de octubre, Venezuela superó por primera vez en su historia el umbral de la inflación
al ubicarse en 50.6%, según datos de la firma econométrica. Esto técnicamente se traduce en
que el país entró en una hiperinflación, según el estudio “The Monetary Dynamics of
Hyperinflation” (1956) del economista Phil Cagan, el cual establece que una inflación mayor a
50% mensual es una hiperinflación.

De acuerdo con los investigadores de la Universidad Johns Hopkins, Steve Hanke y Nicholas
Krus, la hiperinflación de venezuela es la número 57 documentadas en el mundo. Es la segunda
del siglo XXI, después de la de Zimbabwe (2007-2008), es también la segunda hiperinflación de
un país perteneciente a la Organización de países exportadores de Petróleo (OPEP) y la
primera en América Latina, desde la sufrida en Perú en 1990.

A finales de diciembre de 2017 Las alzas de precios, súbitas y brutales, tienen un nombre:
hiperinflación, una zona oscura de la economía y de la vida cotidiana de las sociedades que un
puñado de países ha sufrido desde hace un siglo, entre ellos varios vecinos de América Latina
donde hubo, como ocurre en Venezuela, un manejo desordenado de las cuentas fiscales y la
emisión de dinero sin respaldo económico que perdía rápidamente valor y del que todos
buscaban deshacerse antes de que los precios escalasen más y más. Para atajar ese perverso
proceso fueron necesarios programas de estabilización. ¿Cómo se hicieron? ¿Cuáles sacrificios
implicaron? ¿Hay un esfuerzo parecido en el horizonte de la economía y la política en el país?

En Bolivia, los empleados que almorzaban en el restaurante de la cuadra ordenaban la comida


y la cuenta al mismo tiempo: el precio del plato podría duplicarse cuando llegasen al postre. En
Argentina, en la mañana de pago al trabajador, su esposa tomaba rápidamente el sobre con el
dinero para correr a hacer compras antes de los aumentos de precio de cada tarde. En Brasil,
las diarias alzas y remarcajes de precios dispararon las ventas de calculadoras de bolsillo de la
empresa Dismac: anécdotas de la cotidianidad en América Latina de tres décadas atrás, que
asombran, pero ya no tanto, a quienes viven en Venezuela.
La inflación venezolana en 2017, aún sin las cifras del Banco Central, fue de 2.616%, según
calcula la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional. La firma Ecoanalítica la estimó en
2.735%. Fue en octubre cuando la inflación mensual fue superior a 50%, cota reconocida por
los estudiosos de la economía, desde hace 60 años, para marcar el ingreso de un país en el
túnel de la hiperinflación: una inflación que no solo es muy alta sino que avanza
aceleradamente, destruyendo la capacidad de compra de la moneda.

Venezuela tuvo su último año de inflación con solo un dígito (6,2%) en 1983; entre 1984 y 2012
promedió 32% anual; en 2013 alcanzó 56,2%, en 2014 fue de 68,5% y en 2015, último año con
cifras del BCV, se le ubicó oficialmente en 180,9%. Para 2016 los economistas independientes
la estimaron en 550% y, tras la disparada de 2017, asoman negros presagios para el año que
comienza.

La inflación “puede llegar a 10.000% si el BCV sigue financiando al gobierno”, advirtió el


diputado opositor José Guerra, ex director de la Escuela de Economía de la Universidad
Central de Venezuela. Tamara Herrera, de Síntesis Financiera, ha hablado de 6.000%. La firma
Torino Capital la proyectó a 10.554%: precios 100 veces más altos que al cierre de 2017.

Conclusión
“Todas las hiperinflaciones en el mundo se han detenido cuando la autoridad monetaria deja
de financiar el déficit del sector público, y este logra balancear sus ingresos y gastos. ¿El ajuste
es doloroso? Sí. Lo es. Pero más doloroso es continuar transfiriendo riqueza de los pobres a los
ricos a través de ese impuesto llamado inflación”, manifestó Javier Escobal, doctor en
Economía por la holandesa Universidad de Wageningen.

La hiperinflación venezolana, informó el experto, es la segunda del siglo XXI, después de la de


Zimbabue; la primera en América Latina en casi tres décadas y la primera en un país petrolero
que no está en guerra. “Se requiere un programa de estabilización que en el corto plazo
desmonte los controles sobre los precios y los tipos de cambio. Como señaló John Maynard
Keynes (el influyente economista británico que vivió entre 1883-1946) hace casi un siglo, no
hay efecto más destructivo para una sociedad que el deterioro de su moneda”.

García Larralde al igual propone cuáles son las soluciones para enfrentar ese fenómeno de la
economía que -a su juicio- para los venezolanos es imperativo parar cuanto antes el desarrollo
de la hiperinflación.

Primero plantea terminar con la impresión de dinero sin respaldo por parte del Banco Central
de Venezuela (BCV), “lo que implica sanear y equilibrar las cuentas fiscales, y aumentar la
eficiencia de la gestión pública”.

Segundo explica que esa medida debe estar acompañada con la unificación del tipo de cambio,
“auxiliado por un generoso financiamiento externo, que permita su rápida estabilización a
niveles muy por debajo de la cotización del dólar paralelo, lo que tumbará los precios de una
gran cantidad de bienes e insumos importados”.

Además cree que esto “permitirá la libre concurrencia al mercado de divisas para traer
repuestos, equipos e insumos con los cuales aumentar la oferta del aparato productivo
doméstico, e importar los bienes de consumo que hagan falta”.
Bibliografía

https://www.slideshare.net/LuisAlfredoGmezRodrg/hiperinflacin-2017-2018-en-venezuela

http://especiales.prodavinci.com/hiperinflacion/

http://runrun.es/rr-es-plus/333833/5-claves-para-entender-la-hiperinflacion-
venezolana.html

http://www.el-nacional.com/noticias/economia/tunel-hiperinflacion_218561

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