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Para una visión actualizada y de conjunto de los requisitos exigidos por la jurisprudencia del TS para el
cumplimiento en España de las sentencias pronunciadas en el extranjero puede consultarse ESPINAR VICENTE, Jose María
en “Tratado Elemental de Derecho Internacional Privado”, Universidad de Alcalá, Madrid, 2008, paginas 357 y ss.
2
Johnson v. Johnson, 676 So. 2d 458 (Fl. Dist. Ct. App. 1996)
1.2 Fuentes Jurisprudencial y Legislativa
La primera sentencia del Tribunal Supremo norteamericano 3 en relación con una demanda de
reconocimiento y ejecución de sentencia extranjera data de 1895. En el caso Hilton vs. Guyot 4 el alto
Tribunal americano sentó hace más de cien años los fundamentos que aún hoy en día se siguen
aplicando en materia de exequatur en ese país. La sentencia tiene un especial reconocimiento en el
derecho internacional privado en general y norteamericano en particular y ello por cuanto delimita
con precisión el concepto del comity en el que se basa la teoría general del reconocimiento de
ejecutorias extranjeras entre las naciones.
Los principios que inspiran el comity niegan al reconocimiento de sentencias extranjeras entre
las naciones tanto el carácter de obligación puramente exigible como el de mera cortesía. El comity
tiene una armoniosa y combinada naturaleza de la que se desprende lo siguiente: que el
reconocimiento de actos de soberanía procedentes del extranjero por un lado constituye una
obligación moralmente exigible (duty) y por otro tiene un marcado valor progresista toda vez que, con
ello, se contribuye en ultima instancia a la realización de la justicia entre los hombres y los pueblos.
A pesar de ser los Estados Unidos una nación con una antiquísima tradición en materia de
relaciones internacionales, en la actualidad no existe legislación federal en materia de exequatur. De
otra parte, tampoco ha suscrito convenio internacional alguno para el reconocimiento y ejecución de
sentencias extranjeras, ni la perspectiva actual sugiere la necesidad o conveniencia de que la situación
vaya a cambiar.
Por ello, la única vía de aproximación al problema es la que proporcionan las fuentes (norma
escrita o, en su caso, jurisprudencia) de cada uno de los estados de la Unión en el que se pretenda
obtener el reconocimiento y ejecución de una sentencia extranjera.
Llegados a este punto, conviene resaltar que en los Estados Unidos coexisten dos tipos de
sistemas estatales a efectos de reconocimiento de sentencias extranjeras. En primer lugar, el más
veterano de ellos –el de common law- y en segundo lugar el más depurado y moderno de Recognition
Act, basado en el anterior.
De los cincuenta estados de la Unión, veinte aún carecen de legislación estatal en la materia y
se rigen por los principios del common law. El resto, es decir treinta estados, sin lugar a duda los más
3
Conviene aclarar que el Tribunal Supremo norteamericano no tiene las competencias de un tribunal de casación,
como las de nuestro Tribunal Supremo o los tribunales del mismo nombre en países de nuestro entorno histórico. Las
funciones del Tribunal Supremo norteamericano responden más bien a las de nuestro Tribunal Constitucional.
4
Hilton v. Guyot, 159 U.S. 113 (1985)
5
Vid. Banque Libanaise Pour le Commerce v. Khreich, 915 F.2d 1000, 1003 (5th Cir. 1990) en la que se reconoce la
aplicación frecuente de la ley estatal : "courts have frequently held that state law governs the recognition and enforcement of
foreign country judgments"); Id. Nicor Int'l Corp. v. El Paso Corp., 318 F. Supp. 2d 1160, 1163-64 (S.D. Fla. 2004).
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avanzados, han acometido a lo largo de los últimos casi cincuenta años su propia política legislativa
bajo la forma de una Ley Uniforme - Recognition Act.
En el momento actual, los estados con una norma interna de reconocimiento, es decir estados
que, a partir de una Ley Uniforme, han promulgado su propio Recognition Act, son los siguientes en
los siguientes años de adopción de la norma interna:
Estado Año
California 1967
Colorado 1977
Connecticut 1988
Delaware 1977
Distrito de Columbia 6 1995
Florida 1994
Georgia 1975
Hawaii 1996
Idaho 1990
Illinois 1963
Iowa 1989
Maine 1999
Maryland 1963
Massachusetts 1966
Michigan 1967
Minnesota 1985
Missouri 1984
Montana 1993
Nevada 2007
New Jersey 1997
New Mexico 1991
New York 1970
North Carolina 1993
North Dakota 2003
Ohio 1985
Oklahoma 1965
Oregon 1977
Pennsylvania 1990
Texas 1981
Virgin Islands 1992
Virginia 1990
Washington 1975
Los estados que aún se rigen por el tradicional sistema de common law son Alabama, Alaska,
Arizona, Arkansas, Indiana, Kansas, Kentucky, Louisiana, Missisippi, Nebraska, New Hampshire,
Rhode Island, South Carolina, South Dakota, Tennessee, Utah, Vermont, West Virgina, Wisconsin y
Wyoming.
El sistema organizativo del Recognition Act tiene su antecedente más inmediato en las reglas
del tradicional common law, un sistema que en su momento fue de aplicación generalizada en Estados
Unidos y que a la postre supone una depuración del mismo. Desde el punto de vista material hay
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Aunque no propiamente estados, se incluye en la lista el Distrito de Columbia y las Islas Vírgenes.
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escasas diferencias relevantes entre uno y otro sistema. Digamos que en los estados de derecho común
(common law) las normas aplicables al reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras se
encuentran en estado puro mientras que en los estados con norma interna de reconocimiento
(Recognition Act) tales normas se encuentran ya depuradas. Es evidente que el sistema de Recognition
Act resulta en una mayor seguridad jurídica para el justiciable al desprenderse la norma a invocar de
un texto escrito y claro que, además, ha sido promulgado con rango de ley.
Desde una perspectiva evolutiva, el inveterado sistema de common law constituye la piedra de
toque de la doctrina del comity desarrollada de forma coherente a finales del siglo XIX por la vía
jurisprudencial anteriormente mencionada, Hilton vs. Guyot. Por su parte, dicha doctrina evoluciona a
lo largo de las décadas siguiente y con el transcurso del tiempo sus postulados llegan a inspirar una
Ley Uniforme en materia de reconocimiento de sentencias extranjeras 7.
Los trabajos para el desarrollo de dicha Ley Uniforme culminaron en 1962 con la aprobación
por parte de la Conferencia Nacional de Delegados para la Unificación de Leyes Estatales del primer
texto de la misma con el nombre de The Foreign Money-Judgments Recognition Act. Con la adopción
en 1962 de una Ley Uniforme, se trataba de dar respuesta a la honda preocupación generada en los
Estados Unidos a raíz de las continuas denegaciones de exequatur que, casi de forma masiva, venían
pronunciándose en países extranjeros ante el problema exigido por la respectiva normativa del foro
local de acreditar la reciprocidad, lo que, en Estados Unidos, solamente con common law y las reglas
de comity a mano como instrumentos principales para determinar la procedencia o denegación del
reconocimiento de sentencias extranjeras, planteaba obstáculos difícilmente salvables. Por ello, con la
aprobación de un texto uniforme y la recomendación de su adopción por parte de todos los estados de
la Unión a la mayor brevedad posible, la referida Conferencia ponía todas sus expectativas en que el
problema de reconocimiento de sentencias norteamericanas en el mundo quedaría, si no plenamente
resuelto, al menos sustancialmente menguado.
Así, pues, con la adopción de su propio Recognition Act, cada uno de los estados, siguiendo
los principios de una Ley Uniforme elaborada, desarrollada y mejorada desde hace mas de cuarenta
años, viene homologando las normas procesales y los requisitos materiales y formales que son de
aplicación en materia de exequatur en su propia circunscripción territorial. Aquellos estados que aún
no han adoptado la Ley Uniforme, siguen rigiéndose por el tradicional modelo de common law.
7
Esta Ley Uniforme se aplica solamente a sentencias pecuniarias y no a otras que tengan por objeto otro tipo de
obligaciones o prestaciones, aunque como se verá más adelante la propia Ley Uniforme no excluye la posibilidad de que los
estados reconozcan y ejecuten sentencias extranjeras distintas de aquellas que entrañan una obligación pecuniaria, ello en los
términos que resulten del “comity or otherwise”. Vid. Sección 11, Ley Uniforme, 2005.
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Más recientemente, y con el solo ánimo de acelerar el proceso de unificación en todos los
estados de la Unión en materia de reconocimiento de sentencias extranjeras, la American Bar
Association adoptó con fecha 13 de Febrero de 2006 una resolución aprobando el texto de la Ley
Uniforme de 2005 y declarando que el mismo constituye “Ley Apropiada” para aquellos estados que
deseen promulgarla como norma interna, a lo que desde ese momento les exhorta.
En primer lugar, la versión de la Ley Uniforme de 2005 aclara las diferencias existentes entre
esta norma para el reconocimiento de sentencias extranjeras y la Enforcement of Foreign Judgments
Act. La nueva Ley Uniforme aclara que el ámbito de aplicación de ésta última norma se circunscribe
única y exclusivamente al reconocimiento y ejecución de sentencias entre los estados de la Unión,
diferenciándolo del objeto de la Ley Uniforme, que se refiere al reconocimiento de sentencias
emitidas en un país extranjero 8.
En segundo lugar, la nueva versión de la Ley Uniforme de 2005 impone expresamente dos
requisitos procesales: uno, activo, al demandante del reconocimiento de sentencia extranjera, en
sentido de que corresponde al actor acreditar que la sentencia cuya ejecución se insta se circunscribe
al ámbito de aplicación de la Ley , disposición ausente del texto original de 1962. Y otro segundo
requisito, pasivo, imponiendo al demandado la carga de la prueba sobre la existencia de causas que,
en su caso, puedan concurrir para la denegación del exequatur.
Las mejoras no son teóricas, ya que de un lado aclaran aspectos de la ley que durante años han
sido objeto de debate y de esta manera queda consagrado el principio fundamental de acuerdo con el
cual las sentencias extranjeras son homologables en los Estados Unidos y por tanto acreedoras de
exequatur, salvo prueba en contrario 9.
Estas son, pues, las principales novedades de la versión 2005 de la Ley Uniforme; una versión
que no es radicalmente nueva sino que está concebida desde los principios que inspiraron su redacción
inicial en 1962 con las adaptaciones que han sugerido mas de cuarenta años de experiencia. Queda por
ver si en los próximos años la Ley Uniforme será adoptada por lo que ya constituye una minoría de
8
En efecto, esta Ley Uniforme (en inglés Foreign Money-Judgments Recognition Act) no debe confundirse con la
ley de 1948, modificada igualmente en 1962, llamada Uniform Enforcement of Foreign Judgments Act. A pesar de sus
desafortunadas similitudes en cuanto a su denominación, ambas leyes tienen por objeto fines distintos a pesar de que el
común denominador de ambas normas sea a ejecución de sentencias. La denominada Enforcement of Foreign Judgments Act
de 1948 (reformada en 1962) se refiere a ejecución de sentencias a nivel interestatal ello a fin de a dar contenido a la cláusula
Full Faith and Credit prevista en el Artículo IV, Sección I de la Constitución norteamericana. Por el contrario, the Foreign
Money-Judgments Recognition Act, objeto de este trabajo, se refiere a la ejecución de sentencias extranjeras en los Estados
Unidos.
9
Sección 4(d), Ley Uniforme, 2005.
10
Sección 6(b), Ley Uniforme, 2005.
11
Artículos 518 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, 1971 Código Civil y 245.3 Ley Orgánica del Poder Judicial.
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estados que, significativamente, son los de menor exposición al comercio internacional. Para eso está
el ejemplo de la mayoría más adelantada.
En segundo lugar, se aplica la Ley Uniforme a las ejecutorias extranjeras en las que se declare
una obligación de pago de una cantidad pecuniaria, quedando, pues, excluidas cualesquiera otras
condenas que no se circunscriban a dicha obligación, es decir aquellas de carácter personalísimo o
condenas de dar, de hacer o de no hacer de las que se deduzca cualquier actividad o inactividad que
no sea la de satisfacer una cantidad cifrada en dinero. En particular, la Ley Uniforme establece a título
individual la salvedad de las siguientes sentencias que, por su peculiar naturaleza, quedan
expresamente excluidas de su ámbito de aplicación 14:
En cualquier caso (y así son de prácticos los norteamericanos) nada impediría a un juez de un
estado con Recognition Act entrar a conocer acerca de una demanda de exequatur de una sentencia
extranjera que contemple una condena distinta de o adicional a la meramente pecuniaria, ello incluso
dentro del ámbito propio del Recognition Act, ya que el juez puede recurrir en todo momento a la
aplicación directa de las omnipresentes e inderogables normas del comity, puesto que el propio
Recognition Act recoge especialmente esa posibilidad 15.
12
La Ley Uniforme de 2005 está dividida en los siguientes capítulos. Section 1. Short title; Section 2. Definitions;
Section 3. Applicability; Section 4. Standards for recognition of foreign-country judgment; Section 5. Personal jurisdiction;
Section 6. Procedure for recognition of foreign-country judgment; Section 7. Effect of recognition of foreign-country
judgment; Section 8. Stay of proceedings pending appeal of foreign-country judgment; Section 9. Statute of limitations;
Section 10. Uniformity of interpretation; Section 11. Saving Clause; Section 12. Effective date; Section 13 Repeal.
13
Sección 8, Ley Uniforme, 2005.
14
Sección 3, Ley Uniforme, 2005.
15
“This Act does not prevent the recognition under principles of comity or otherwise of a foreign country judgement
not within the scope of this [act]”. Section 11, Saving Clause.
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2.3 Requisitos y garantías del foro de origen
De igual manera, la nueva Ley Uniforme de 2005 exige que el juez ex quo haya sido
competente por razón tanto del fuero general de las personas físicas y jurídicas (personal jurisdiction)
como por razón de la materia (jurisdiction over the subject matter) 18. La Ley Uniforme declara
improcedente la excepción de falta de competencia en el procedimiento de exequatur en Estados
Unidos la medida en que se den determinados supuestos:
Además de dichas anteriores excepciones oponibles por el demandado (vulneración del due
process y falta de competencia) la Ley Uniforme de 2005 recoge otras seis causas de posible
oposición a la demanda de exequatur, las cuales ya existían en el texto original de 1962. Dichas
causas de oposición son las siguientes 19:
16
Sección 4(b)(1), Ley Uniforme, 2005.
17
Ver por ejemplo Autos del TS de 15 de febrero y 3 de octubre de 2000 (RJ 1773 y 7980).
18
Sección 4(b)(2) y (3), Ley Uniforme, 2005.
19
Sección 4(c) (1) a (6), Ley Uniforme, 2005
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Estas causas de oposición son perfectamente conocidas en derecho español cuya
jurisprudencia las recoge sustancialmente en su integridad, remitiéndome desde aquí a la doctrina
científica y jurisprudencial española ya citada.
La excepción de que el foro extranjero no adolezca de las maldades del forum non
conveniens20 ha dado y sigue dando no pocos quebraderos de cabeza al hombre de leyes continental
cuando se enfrenta a esta institución procesal que tiene plena vigencia incluso fuera de los países del
entorno anglosajón. De acuerdo con la doctrina clásica del forum non conveniens, un tribunal puede y
debe declinar el ejercicio de su jurisdicción en base a la consideración de que el foro no solo es
impráctico sino que existe otro de jurisdicción competente en el que la litis puede ventilarse con
mayor facilidad práctica para las partes en atención a criterios tales como localización de la mayoría
de las partes y de los medios de prueba con los que éstas inventan valerse.
En estado puro, esta institución pudiera parecer que choca frontalmente con la tradicional
doctrina civilista de corte napoleónico que consagra la validez del todopoderoso pacta sunt servanda
bendiciendo la libertad de las partes para someterse al foro de su libre elección 21. La excepción que
brinda la Ley Uniforme en base al principio del forum non conveniens queda enmarcada, sin embargo,
como garantía del demandado y salvaguardia de sus derechos como factores coadyuvantes a la
consecución de los verdaderos fines de la justicia. De ahí la expresa exigencia de la Ley Uniforme de
que el foro sea seriously inconvenient, lo que exige del juzgador de instancia en materia de exequatur
el máximo rigor en el planteamiento de la cuestión.
20
“In the case of jurisdiction based only on personal service, the foreign court was a seriously inconvenient forum
for the trial of the action”. Sección 4(c)(6), Ley uniforme, 2005.
21
Artículo 55, Ley de Enjuiciamiento Civil.
22
Auto TS ya citado de 15 de febrero de 2000 (RJ 1773) que rechaza la búsqueda fraudulenta de un foro de
conveniencia basándose en los Artículos 6.4 del Código Civil y 11.2, L.O.P.J.
23
Secciones 4(b) en relación con 4(c)(7)y(8), Ley Uniforme, 2005.
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Hace casi cincuenta años, el modelo de Ley Uniforme de 1962 nada contemplaba en materia
de reciprocidad respecto a la ejecución de sentencias norteamericanas en el foro de origen. La versión
de 2005 sigue el antecedente y nada establece al respecto.
En la 114ª Reunión Anual de la Conferencia Nacional que aprobó el texto de la Ley Uniforme
en Julio de 2005 se debatió la cuestión sobre la conveniencia de incluir en el nuevo texto la del
requisito de reciprocidad en el foro de origen. Tras los correspondientes debates, y aún
reconociéndose que en la actualidad aun persiste el problema de ejecuciones de sentencias
norteamericanas en un número de países, se consideró que no era procedente la exigencia de
reciprocidad sobre la base de que con ello no se mejoraría la situación en nada ni se ganaría nada en
aras a eliminar los obstáculos que impiden la ejecución de sentencias norteamericanas en el
extranjero. Los delegados de la Conferencia se consideraron satisfechos con los avances de certeza
jurídica y uniformidad alcanzados en las últimas décadas con la adopción de una Ley Uniforme, lo
que se consideró como satisfactorio a efectos de lograr estabilidad en la materia y por tanto propiciar
impulso a las operaciones internacionales.
Ello no obstante, hay algunos estados con norma interna de reconocimiento que imponen al
demandante de exequatur el requisito adicional de la prueba de reciprocidad respecto al
reconocimiento y ejecución de sentencias norteamericanas en el foro de origen. En consecuencia,
dichos estados podrían rechazar la petición de reconocimiento de sentencia extranjera para el supuesto
de que la reciprocidad del foro de origen no haya sido satisfactoriamente acreditada. Los estados de
Colorado, Florida, Idaho, Maine, North Carolina, Ohio y Tejas dejan a la discreción del juez la
concesión de exequatur en casos de inexistencia de reciprocidad. En los de Massachusetts y Georgia
la falta de reciprocidad es considerada como un requisito absolutamente inexcusable para la obtención
del exequatur.
3.1 Competencia
24
Sección 4(d), Ley uniforme, 2005.
-9-
La demanda de reconocimiento y ejecución de exequatur en Estados Unidos debe estar
acompañada de una certificación emitida por el secretario judicial del tribunal del foro extranjero
acreditativa de la sentencia cuya ejecución se solicita. El documento debe estar legalizado mediante
el procedimiento previsto en el Convenio de la Haya de 1961 25. Tanto Estados Unidos como España
son parte en dicho Convenio, gracias al cual, a través de la legalización mediante apostilla, un
documento público original de un país podrá tener validez en otros países firmantes del mismo. Dicha
certificación debe estar traducida al inglés, si bien, a menos que el demandado-deudor se oponga a la
misma, no se precisa traducción jurada.
Tras ello, el juicio celebrado en el extranjero será, por el mero reconocimiento de la sentencia
que le puso fin, reconocido en los Estados Unidos, adquiriendo desde ese momento la sentencia
extranjera la misma firmeza y valor de cosa juzgada que tiene una sentencia norteamericana. Sin
embargo, si fuera denegado el exequatur, la decisión del tribunal impedirá el reconocimiento y
ejecución de la misma en cualquier otro estado norteamericano, ello por aplicación del mismo
principio de res judicata.
25
Instrumento de Ratificación de España del Convenio suprimiendo la exigencia de legalización de los documentos
públicos extranjeros hecho en La Haya el 5 de octubre de 1961, B.O.E. num. 229, de 25 de septiembre de 1978. Por su parte,
los Estados Unidos ratificaron dicho Convenio con efectos al 15 de octubre de 1981. 527 U.N.T.S. 189, T.I.A.S. 10072.
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discrecionalidad para la admisión de un segundo recurso, lo que parece no tener precedente en ningún
estado de la Unión.
Sin embargo, en caso de que el juez extranjero se haya pronunciado sobre las costas del
proceso en el foro de origen, el juez del estado de reconocimiento debería, en puridad de conceptos,
hacer cumplir dicha condena. Es decir no se trata de imponer las costas del procedimiento de
exequatur en Estados Unidos sino de reconocer los términos de la sentencia cuya ejecución se
pretende. De igual manera, no sería problemático, por la misma razón, solicitar el pago de intereses
sobre la cuantía señalada en la ejecutoria extranjera.
En los common law states o estados en los que no es de aplicación el régimen de Recognition
Act, el procedimiento de exequatur está basado en los principios del comity, un deber que, como
quedó dicho en su momento, tiene más contenido moral que obligacional, se sitúa por encima de la
mera cortesía internacional, y se aplica en aras a los principios de justicia y concordia internacionales
motivados por el do ut des facio ut facias.
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sistema que rige en los estados sometidos a Recognition Act, los tribunales de los estados de common
law exigen generalmente, la presentación de demanda acompañando a la sentencia pecuniaria
extranjera en la forma de una acción por deudas.
En los estados sometidos al régimen de common law, en caso de que la condena extranjera
recaída en el juicio de instancia se hubiese determinado en moneda distinta al dólar norteamericano, el
contravalor de la misma se establece una manera más flexible que en el caso de estados firmantes del
Recognition Act en los que el contravalor se establece el día del pago. En los common law states
puede el demandante optar a efectos del cálculo del correspondiente contravalor de moneda, según las
circunstancias del caso, entre la fecha en que se celebró el juicio de origen, la fecha en que se celebró
el juicio en el estado de reconocimiento o bien, el día en que el pago se realice. Por lo demás, son
aplicables los comentarios anteriores en materia de intereses y costas.
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2 abril 2012
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