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UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR

DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO


COORDINACIÓN DE POSTGRADO DE INGENIERÍA GEOFÍSICA
MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA TIERRA

TRABAJO DE GRADO

ESTUDIO DE LA INFLUENCIA DE LA GEOLOGÍA ESTRUCTURAL APLICADO


A MODELOS DE ESTABILIDAD DE HOYO PARA EL CAMPO SAN JOAQUÍN

Por
José Gabriel Haddad Briceño

Mayo de 2010

1
UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
COORDINACIÓN DE POSTGRADO DE INGENIERÍA GEOFÍSICA
MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA TIERRA

ESTUDIO DE LA INFLUENCIA DE LA GEOLOGÍA ESTRUCTURAL APLICADO


A MODELOS DE ESTABILIDAD DE HOYO PARA EL CAMPO SAN JOAQUÍN

Trabajo de Grado presentado a la Universidad Simón Bolívar por:


Ing. José Gabriel Haddad Briceño
como requisito parcial para optar al grado académico de
Magister en Ciencias de la Tierra

Realizado bajo a asesoría de:


Tutor académico: Dra. Milagrosa Aldana

Mayo de 2010

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ii

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR


DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
COORDINACIÓN DE POSTGRADO DE INGENIERÍA GEOFÍSICA
MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA TIERRA

ESTUDIO DE LA INFLUENCIA DE LA GEOLOGÍA ESTRUCTURAL APLICADO


A MODELOS DE ESTABILIDAD DE HOYO PARA EL CAMPO SAN JOAQUÍN

Por: José Gabriel Haddad Briceño


Carnet No.: 0786231

Este Trabajo de Grado ha sido aprobado en nombre de la Universidad Simón Bolívar


por el siguiente jurado examinador:

Mayo de 2010

ii
iii

DEDICATORIA

A mi Padre José Alfredo Haddad


A mi Madre Cecilia Briceño
Y a mi Hermana María Teresa
Mis seres más queridos

iii
iv

AGRADECIMIENTOS

Agradezco profundamente a mi familia por su apoyo incondicional durante todas las


etapas de mi vida. En especial gracias a mi padre y madre por forjar los valores que
hoy en día me caracterizan.

Agradezco a mi tutor Juan Ramos por darme la oportunidad de trabajar a su lado y


contribuir con mi formación profesional, de igual manera, agradezco a mi tutora
Milagrosa Aldana por su apoyo y guía durante la realización de este trabajo.

Un especial agradecimiento a Leonardo Graterol por darme la oportunidad de realizar


este proyecto, a Geralf Pineda por su valiosa guía y ayuda en todo momento y a
Abrahán Salazar y Familia por su Amistad y todos los momentos compartidos.

A mi Familia en Caracas con quienes compartí durante esta etapa de mi vida y me


proporcionaron calor de hogar, entre ellos: Aura, Efrén, Beltrán, Feber, Rubén,
Gloria, Enrique, José Ángel y Alfredo Elías.

A todos mis compañeros de Intevep con quienes compartí un año de mi vida, el cual
que será inolvidable para mí, en especial gracias a Carolina Zambrano, Juan
Almeida, José Cornielis, Oscar Corona, Francisco Navas, Otoniel Chacón, Grace
Somogyi, George Quercia, Wilson Leal, Thais Rodríguez, Genaro Bolívar, Aníbal
Ortega y Darling Criollo que aportaron su grano de arena para que este proyecto
pudiera realizarse. También agradezco a nuestros compañeros de PDVSA Gas
Anaco, Daniela Ravelo, Carolina García y Francisco Carrera por su colaboración y
apoyo incondicional.

Por último agradezco a la Universidad Simón Bolívar y a PDVSA Intevep, dos


instituciones que hacen que me sienta orgulloso de ser Venezolano.

Gracias…

iv
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UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR


DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
COORDINACIÓN DE POSTGRADO DE INGENIERÍA GEOFÍSICA
MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA TIERRA

ESTUDIO DE LA INFLUENCIA DE LA GEOLOGÍA ESTRUCTURAL APLICADO


A MODELOS DE ESTABILIDAD DE HOYO PARA EL CAMPO SAN JOAQUÍN

Por: José Gabriel Haddad Briceño


Carnet No: 0786231
Tutor académico: Dra. Milagrosa Aldana
Tutor Industrial: Msc. Juan Ramos
Mayo de 2010

RESUMEN

Al proyectar los valores de los esfuerzos principales en el subsuelo, tomando en


cuenta los elementos estructurales presentes, se puede reducir la incertidumbre en el
cálculo del estado de esfuerzo in situ, con esto se quiere agilizar la planificación de
las trayectorias de los pozos y definir ventanas operacionales de densidad más
seguras.

A partir de la descripción del modelo geológico establecido para el Campo San


Joaquín ubicado en la Cuenca Oriental de Venezuela se desarrolló una metodología
para interpolar las magnitudes y orientaciones de los esfuerzos tomando en cuenta la
geología estructural. Seguidamente, se realizaron estudios geomecánicos donde se
calcularon las propiedades mecánicas de las rocas, geopresiones, magnitudes de los
esfuerzos principales y sus orientaciones de manera local (pozo a pozo), a
continuación se realizó un análisis cinemático mediante una restauración estructural
donde se determinó la dirección de los paleoesfuerzos y los regímenes presentes
para el momento de la ocurrencia del plegamiento y/o falla; posteriormente se realizó
un análisis dinámico, empleando métodos numéricos con los que se proyectaron los
esfuerzos a través de una línea sísmica orientada en dirección del esfuerzo
horizontal máximo (160° AZI) presente en el Campo San Joaquín, esto se hizo
mediante la utilización de un programa de análisis de elementos finitos (Abaqus) y
finalmente se acopló el modelo geomecánico local con el modelo geológico regional
calculado a partir de simulaciones numéricas, obteniendo que el esfuerzo horizontal
máximo en los pozos cercanos al Corrimiento de Anaco se incrementa a tal punto
que ocurre un cambio de régimen de esfuerzo de normal a transcurrente en la
Formación San Juan y de normal a transtensivo en el Grupo Temblador.

Palabras Claves: geomecánica, geología estructural, estabilidad de hoyo, elementos


finitos, San Joaquín.

v
vi

ÍNDICE GENERAL

Pág.
APROBACIÓN DEL JURADO…………………………………………………..…….ii
DEDICATORIA…………………………………………………………………….…… iii
AGRADECIMIENTOS……………………………………………………………..……iv
RESUMEN………………………………………………………………………….…… v
ÍNDICE GENERAL……………………………………………………………………... vi
ÍNDICE DE FIGURAS………………………………………………………………….. xi
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………..…… 1
CAPITULO I MARCO TEÓRICO……………………………………………………... 6
1.1 Geomecánica……………………………………………………………………….. 6
1.2 Suelos y rocas……………………………………………………………………… 6
1.3 Comportamiento mecánico de materiales geológicos…………………………. 7
1.4 Características especiales de los materiales geológicos…………………….... 7
1.5 Definición de esfuerzo………………………………………………………...…… 8
1.6 Convención de signos…………………………………………………………...… 9
1.7 Esfuerzos efectivos………………………………………………………………… 10
1.8 Presiones de poro………………………………………………………………..… 11
1.9 Esfuerzo vertical o de sobrecarga………………………………………………... 12
1.10 Esfuerzos horizontales…………………………………………………………… 13
1.11 Orientación y magnitud de los esfuerzos in situ………………………………. 14
1.12 Deformación………………………………………………………………………..15
1.13 Relación esfuerzo-deformación…………………………………………………. 16
1.14 Elasticidad…………………………………………………………………………. 18
1.15 Propiedades mecánicas de las rocas…………………………………………... 19
1.16 Módulos elásticos a partir de registros acústicos……………………………... 20
1.17 Módulos elásticos a partir de ensayos de laboratorio………………………… 21
1.18 Correlación entre módulos elásticos dinámicos y estáticos…………………. 21
1.19 Esfuerzo en un punto……….……………………………………………………. 22
1.20 Estado de esfuerzo en la corteza……………………………………………….. 22
1.21 Clasificación de los esfuerzos en las rocas……………………………………. 23
1.22 Esfuerzos tectónicos……………………………………………………………... 24

vi
vii

1.23 Esfuerzos residuales……………………………………………………………... 25


1.24 Causas de la formación de los pliegues y las fallas………………………….. 26
1.24.1 Procesos tectónicos……………………………………………………………. 26
1.24.2 Procesos no tectónicos………………………………………………………… 27
1.25 Limites de los esfuerzos in situ con profundidad……………………………… 28
1.26 Efecto de las estructuras geológicas y las heterogeneidades
en la variación del estado de esfuerzo in situ……………………………………….. 28
1.27 Efecto de las condiciones de borde en la predicción del estado
de esfuerzos in situ……………………………………………………………………...29
1.28 Estimación de la orientación de los esfuerzos………………………………… 29
1.28.1 Métodos basados en la orientación a partir de estructuras
geológicas……………………………………………………………………………….. 29
1.28.2 Orientación de los esfuerzos a partir de la solución de los
planos de fallas…………………………………………………………………………. 29
1.28.3 Método de cálculo de la dirección de los esfuerzos in situ
a partir de fallas mecánicas observadas en el hoyo………………………………... 30
1.29 Polígono de esfuerzo…………………………………………………………….. 30
1.30 Criterios de falla en mecánica de rocas………………………………………... 32
1.30.1Criterio de Mohr Coulomb……………………………………………………… 35
1.30.2 Criterio de Hoek y Brown……………………………………………………… 36
1.30.3 Criterio de Drucker Prager…………………………………………………….. 38
1.30.4 Criterio de Wiebols y Cook……………………………………………………. 40
1.30.5 Criterio de Lade modificado…………………………………………………… 41
1.31 Método de elemento finito……………………………………………………….. 43
1.31.1 Introducción……………………………………………………………………... 43
1.31.2 Aspectos históricos…………………………………………………………...... 44
1.31.3 Definición…………………………………………………………………………45
1.32 Programas de computadora…………………………………………………….. 45
1.32.1 Abaqus……………………………………………………………………………46
1.33 Materiales………………………………………………………………………….. 47
1.34 Elementos…………………………………………………………………………. 48
1.34.1 Características de los elementos……………………………………………... 48
1.34.2 Elementos para el análisis de esfuerzos/desplazamiento…………………. 49

vii
viii

1.34.3 Elementos sólidos continuos………………………………………………….. 50


1.34.4 Aplicaciones típicas…………………………………………………………….. 50
1.35 Discretización del modelo (Mallado) …………………………………………… 51
1.36 Contactos………………………………………………………………………….. 51
1.36.1 Interacción entre las superficies………………………………………………. 52
1.36.2 Comportamiento normal……………………………………………………….. 52
1.36.3 Modelo friccional………………………………………………………………... 52
1.36.4 Superficie esclava y maestra………………………………………………….. 52
1.37 Simulación en dos dimensiones (2D) ………………………………………….. 53
1.37.1 Esfuerzo plano………………………………………………………………….. 53
1.37.2 Deformación plana……………………………………………………………... 53
CAPITULO II UBICACIÓN GEOGRÁFICA Y MARCO GEOLÓGICO…………… 54
2.1 Cuenca Oriental de Venezuela…………………………………………………… 54
2.2 Distrito Anaco………………………………………………………………………..55
2.3 Campo San Joaquín……………………………………………………………….. 56
2.4 Antecedentes del campo………………………………………………………….. 58
2.5 Ambiente de sedimentación………………………………………………………. 59
2.6 Cronología estructural……………………………………………………………... 59
2.7 Corrimiento de Anaco……………………………………………………………… 60
2.8 Columna estratigrafía de la zona…………………………………………………. 61
2.8.1 Formación Mesa…………………………………………………………………. 63
2.8.2 Formación Las Piedras………………………………………………………….. 63
2.8.3 Formación Freites………………………………………………………………... 63
2.8.4 Formación Oficina………………………………………………………………...63
2.8.5 Formación Merecure…………………………………………………………….. 66
2.8.6 Formación Vidoño……………………………………………………………….. 67
2.8.7 Formación San Juan…………………………………………………………….. 67
2.8.8 Grupo Temblador………………………………………………………………… 68
CAPITULO III METODOLOGÍA………………………………………………………. 69
3.1 Revisión bibliográfica………………………………………………………………. 70
3.2 Estudio del modelo estructural del Campo San Joaquín……………………….70
3.2.1 Modelo estructural……………………………………………………………….. 70
3.2.2 Caracterización de las fallas……………………………………………………. 70

viii
ix

3.2.3 Análisis estratigráfico……………………………………………………………. 70


3.3 Modelo Geomecánico……………………………………………………………… 71
3.3.1 Recolección de datos……………………………………………………………. 71
3.3.2 Selección de los pozos candidatos…………………………………………….. 72
3.3.3 Comparación y evaluación de la información del campo……………………. 74
3.3.4 Análisis de experiencia de perforación………………………………………… 76
3.3.5 Estimación de las geopresiones……………………………………………….. 76
3.3.5.1 Esfuerzo vertical……………………………………………………………….. 76
3.3.5.2 Presión de poro………………………………………………………………… 77
3.3.5.3 Gradiente de fractura………………………………………………………….. 78
3.3.6 Propiedades mecánicas de las rocas………………………………………….. 79
3.3.6.1 Módulo de corte………………………………………………………………... 79
3.3.6.2 Resistencia a la compresión uniaxial………………………………………... 80
3.3.6.3 Ángulo de fricción……………………………………………………………… 80
3.3.6.4 Cohesión………………………………………………………………………... 81
3.3.6.5 Módulo de Young……………………………………………………………… 81
3.3.6.6 Relación de Poisson…………………………………………………………... 82
3.3.7 Cálculo de los esfuerzos horizontales…………………………………………. 82
3.3.7.1 Esfuerzo horizontal mínimo…………………………………………………... 82
3.3.7.2 Esfuerzo horizontal máximo………………………………………………….. 83
3.4 Mapas de propiedades mecánicas………………………………………………. 83
3.5 Análisis cinemático………………………………………………………………….84
3.5.1 Perfil topográfico…………………………………………………………………. 84
3.5.2 Restauración……………………………………………………………………… 84
3.5.3 Balanceo………………………………………………………………………….. 85
3.5.4 Orientaciones de los paleoesfuerzos………………………………………….. 85
3.6 Análisis dinámico…………………………………………………………………… 85
3.6.1 Pre-procesamiento………………………………………………………………. 86
3.6.1.1 Geometría………………………………………………………………………. 86
3.6.1.2 Propiedades……………………………………………………………………. 86
3.6.1.3 Ensamblaje……………………………………………………………………... 86
3.6.1.4 Interacciones…………………………………………………………………... 87
3.6.1.5 Cargas y condiciones de borde………………………………………………. 87

ix
x

3.6.1.6 Mallado………………………………………………………………………….. 87
3.6.2 Procesamiento…………………………………………………………………….88
3.6.3 Post-procesamiento……………………………………………………………… 88
3.6.3.1 Visualización…………………………………………………………………… 88
3.6.3.2 Ajustes en las cargas aplicadas……………………………………………… 88
3.6.3.3 Refinamiento de la malla……………………………………………………… 89
3.7 Acople de los modelos geomecánico y dinámico………………………………. 89
CAPITULO IV ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS……………………..90
4.1 Comparación y evaluación de la información del campo……………………… 90
4.2 Análisis de experiencia de perforación…………………………………………... 92
4.3 Estimación de geopresiones……………………………………………………… 94
4.3.1 Esfuerzo vertical…………………………………………………………………..94
4.3.2 Presión de poro…………………………………………………………………... 95
4.3.3 Presión de fractura………………………………………………………………. 96
4.4 Propiedades mecánicas de las rocas……………………………………………. 97
4.5 Cálculo de los esfuerzos horizontales…………………………………………… 98
4.5.1 Esfuerzo horizontal mínimo…………………………………………………….. 98
4.5.2 Esfuerzo horizontal máximo ……………………………………………………. 99
4.6 Mapas de propiedades mecánicas………………………………………………. 101
4.7 Análisis cinemático………………………………………………………………….104
4.8 Análisis dinámico…………………………………………………………………… 108
4.8.1 Preprocesamiento……………………………………………………………….. 109
4.8.2 Procesamiento…………………………………………………………………….111
4.8.3 Postprocesamiento………………………………………………………………. 112
4.9 Acople de los modelos…………………………………………………………….. 114
CAPITULO V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES………………………. 119
5.1 Conclusiones……………………………………………………………………….. 119
5.2 Recomendaciones…………………………………………………………………. 120
REFERENCIAS………………………………………………………………………….122
APÉNDICES…………………………………………………………………………….. 125
Apéndice A………………………………………………………………………………. 125
Apéndice B………………………………………………………………………………. 132
Apéndice C……………………………………………………………………………….163

x
xi

ÍNDICE DE FIGURAS

Pág.
Figura 1.1. Componentes del tensor esfuerzo………………………………………. 9
Figura 1.2. Esfuerzos intergranulares y presión de poros para granos
en contacto……………………………………………………………………............... 11
Figura 1.3. Estado de esfuerzo in situ………………………………………………... 13
Figura 1.4. Regímenes de esfuerzos………………………………………………… 15
Figura 1.5. Curva típica de esfuerzo deformación…………………………………. 17
Figura 1.6. Polígono de esfuerzo……………………………………………………... 32
Figura 1.7. Tipos de fracturas…………………………………………………………. 33
Figura 1.8. Superficie de fluencia del criterio de Mohr Coulomb………………….. 36
Figura 1.9. Superficie de fluencia del criterio de Hoek Brown…………………….. 37
Figura 1.10. Superficie de fluencia del criterio Drucker Prager……………………. 38
Figura 1.11. Envolvente de falla para Mohr Coulomb y las modalidades
de Drucker Prager……………………………………………………………………….39
Figura 1.12. Envolvente de falla para Mohr Coulomb y Wiebols y
Cook Modificado…………………………………………………………………………41
Figura 1.13. Envolvente de falla para Mohr Coulomb y Lade Modificado………... 43
Figura 2.1. Cuenca Oriental de Venezuela………...………...………...………........ 55
Figura 2.2. Ubicación del Distrito Anaco………...………...………...………............ 56
Figura 2.3. Mapa del Campo San Joaquín, correspondiente a la Arena
San Juan A………...………...………...………...………...………...………............... 57
Figura 2.4. Mapa estructural de AMA, atravesada por el Corrimiento
de Anaco………………………………………………………………………………… 61
Figura 2.5. Columna estratigráfica de oriente………...………...………...……….... 62
Figura 3.1. Flujograma de la metodología de trabajo………………………………. 69
Figura 3.2. Mapa isopaco – estructural del Campo San Joaquín…………………. 73
Figura 4.1. Histogramas de frecuencia de la curva de RHOB para la
Formación San Juan………………….………………….………………….……….… 91

xi
xii

Figura 4.2. Histogramas de frecuencia de la curva de DT para la


Formación San Juan………………….………………….………………….…………. 91
Figura 4.3. Curva de perforación del Pozo JM-190 y los problemas
ocurridos durante su perforación……………………………………………………… 93
Figura 4.4. Comportamiento del registro Caliper………………….………………… 94
Figura 4.5. Curvas de geopresiones para el Pozo JM-215………………………… 95
Figura 4.6. Curvas de geopresiones para el Campo San Joaquín……………….. 97
Figura 4.7. Polígono de esfuerzo calculado a 8550 pies en el Pozo
JM-190 para bajo el criterio de Lade modificado………………….………………… 100
Figura 4.8. Estados de esfuerzo in situ, Pozo JM-190………………….………….. 101
Figura 4.9. Mapa de resistencia a la compresión uniaxial (UCS)
Formación San Juan. ………………….………………….…………………………… 102
Figura 4.10. Mapa de módulo de Young. Formación San Juan…………………… 103
Figura 4.11. Mapa de relación de Poisson. Formación San Juan………………… 103
Figura 4.9. Etapa N° 1 de la restauración………………….………………………… 104
Figura 4.10. Etapa N° 2 de la restauración………………….………………………. 104
Figura 4.11. Etapa N° 3 de la restauración………………….………………………. 105
Figura 4.12. Etapa N° 4 de la restauración………………….………………………. 105
Figura 4.13. Etapa N° 5 de la restauración………………….………………………. 106
Figura 4.14. Etapa N° 6 de la restauración………………….………………………. 106
Figura 4.15. Etapa N° 7 de la restauración………………….………………………. 107
Figura 4.16. Balanceo por el método de longitud de capas……………………….. 108
Figura 4.17. Geometría creada a partir e la línea sísmica NO-SE
tomada en el Campo San Joaquín………………….………………….…………….. 109
Figura 4.18. Condiciones de borde………………….………………….……………. 110
Figura 4.19. Gráfica de contorno para el esfuerzo vertical………………………… 111
Figura 4.20. Gráfica de contorno para el esfuerzo horizontal máximo…………… 112
Figura 4.21. Gráfica de número de elementos vs. Máximo valor de esfuerzo…... 113
Figura 4.22. Gráfica de número de elementos vs. Máximo valor
de desplazamiento………………….………………….………………….…………… 113
Figura 4.23. Ubicación de los Pozos JM-190 y JM-205 y su cercanía
al corrimiento de Anaco en el Campo San Joaquín………………….…………….. 114
Figura 4.24. Gráfica de esfuerzos principales para el pozo JM-190……………… 115

xii
xiii

Figura 4.25. Gráfica de esfuerzos principales para el pozo JM-205……………… 116


Figura 4.26. Gráfica comparativa del esfuerzo vertical calculado mediante
un estudio geomecánico y mediante el método de elemento finito……………….. 117

xiii
1

INTRODUCCIÓN

Uno de los mayores problemas que se presenta en la perforación de un pozo, lo


constituye la inestabilidad de las zonas de lutitas. Estadísticas mundiales han
revelado que estos problemas incrementan el tiempo y costo de la perforación en un
rango entre 12 % y 15 % para pozos verticales, mientras que si se trata de pozos
horizontales o de alto ángulo de inclinación, este porcentaje podría aumentar[1].
Debido a esto, mantener estable el pozo es uno de los principales retos que afronta
la ingeniería de perforación. La inestabilidad de hoyo es producida por una alteración
del equilibrio mecánico o químico del medio rocoso en el que se está perforando un
pozo, causada a su vez por la interacción entre el fluido de perforación y la
formación. Esto puede producir ensanchamientos del hoyo, derrumbes, pérdidas de
circulación, atascamiento de tubería, entre otros problemas que en muchos casos no
pueden ser controlados, produciendo pérdidas parciales o totales del hoyo[9].

El conocimiento del estado de esfuerzo in situ es crítico para la optimización del


diseño y la construcción de un pozo, como también para el desarrollo de una
estrategia de producción adecuada. Hasta los momentos, los estudios geomecánicos
son realizados de manera puntual, siendo desarrollado el modelo para uno de los
pozos ya perforados y extrapolado a la zona de interés, suponiendo que el campo
presenta un comportamiento isotrópico y homogéneo.

Comúnmente son observados ciertos cambios en la orientación y magnitud del


estado de esfuerzos a lo largo de una cuenca. Estas variaciones evidencian que los
yacimientos presentan cierta heterogeneidad, lo que nos lleva a plantear la
realización de un proyecto para determinar la alteración de los esfuerzos in situ
tomando en cuenta la estructura geológica de la cuenca.
2

En los últimos 20 años se ha incrementado la utilización de técnicas para la


estimación del estado de esfuerzos con aplicabilidad a la industria petrolera, a objeto
de establecer mejores direcciones de perforación y ventanas operacionales de
densidad del fluido de perforación más seguras. Es importante destacar que la
aplicación de los análisis de mecánica de sólidos al subsuelo, se inicia con los
estudios sobre las dinámicas de las fallas que fueron liderados por E. M. Anderson
en el año 1951[10]. Por su parte Mark Zoback[2], ha aportado grandes avances en el
campo del estudio de los esfuerzos en la corteza terrestre desde la década de los
años 70. La técnica del estudio para la determinación de la variación del estado de
esfuerzos en función de las estructuras geológicas es relativamente nueva; ha sido
desarrollada a nivel mundial, iniciándose en la Universidad de Stanford desde los
años 90, como un proyecto de investigación a cargo de David Pollard y ha contado
con la colaboración de otros investigadores como Andrew Thomas y los hermanos
Laurent y Frantz Maerten, entre otros[3, 4].

Este último grupo de trabajo ha incorporado la utilización de métodos numéricos


como los análisis de elementos finitos, para abordar las complejidades geológicas
estructurales del subsuelo. Estos métodos tienen su origen a mediados del siglo XX
con los análisis de las estructuras de aeronaves y en los proyectos de construcción
de plantas nucleares, para los cuales era necesario estudiar a detalle los esfuerzos y
las deformaciones en estas estructuras que presentaban formas muy complejas,
logrando desarrollar un método que discretiza la morfología de los elementos,
mediante su suplantación por pequeñas geometrías de formas simples que son
analizadas por medio de ecuaciones diferenciales parciales.

En Venezuela, el Instituto de Tecnología Venezolana para el Petróleo (Intevep S.A.)


se inició en este campo de estudio en el año 1995 cuando Oscar González desarrolló
el software Geostress[5], el cual es un paquete para generar modelos estáticos de
yacimiento. Este software posee un módulo geomecánico que estima las direcciones
de los campos de esfuerzos mediante álgebra tensorial[6]. Actualmente en Intevep la
pericia de geomecánica realiza ensayos mecánicos y caracterizaciones de
3

yacimientos, mientras que la pericia de estabilidad de hoyo se dedica a estudiar los


campos de esfuerzos a partir de datos suministrados por los pozos, realizando esto
de una manera local por medio del uso del software POLIESF. Con el presente
proyecto se desea avanzar en la integración del área de la geología y la
geomecánica para contribuir al perfeccionamiento de técnicas que incrementen la
eficiencia de los tiempos operacionales de perforación.

Durante la historia petrolera, constantes avances tecnológicos han marcado la pauta


sobre las estrategias a seguir para la perforación de los pozos. Muchos de estos
avances han tenido un fin común, construir los pozos de una forma más segura,
económica y en el menor tiempo posible.

Teniendo en cuenta que los pozos direccionales son cada vez más requeridos para
accesar a zonas de alta complejidad geológica y que muchos de los campos en
desarrollo poseen bajas presiones de yacimiento, los problemas operacionales por
causas de estabilidad de hoyo son cada vez más frecuentes. El desarrollo de una
metodología para modelar el estado de los esfuerzos in situ a lo largo un campo
petrolero, tomando en cuenta la estructura geológica, podrá ayudar a visualizar
cuáles serían los mejores procedimientos a aplicar, entiéndase esto como:
trayectorias adecuadas, ventanas operacionales de densidades del fluido de
perforación, orientaciones óptimas de cañoneo de los pozos, fracturamiento,
predicción de arena e incluso el modelado de esfuerzos acoplado con las estrategias
de producción. Este tipo de análisis permitiría reducir el tiempo y el dinero empleado
en el diseño y ejecución de un plan de desarrollo de explotación de un campo
petrolífero.

El conocimiento del estado de esfuerzo in situ de la corteza terrestre es muy


importante para afrontar ciertos problemas relacionados a la geofísica, la geología y
a la ingeniería de petróleo[7]. Para esta última el estado de esfuerzo in situ juega un
rol crítico en los siguientes casos:
4

• Reducción de la incertidumbre en el cálculo de los esfuerzos in situ en zonas de


alta complejidad estructural.
• Optimización de las trayectorias de los pozos.
• Selección de la ventana operacional.
• Cálculo de las presiones de colapso.
• Orientaciones óptimas para el cañoneo de los pozos.
• Estudios de fracturamiento hidráulico de pozos.
• Inyección de desechos (ripios de perforación).
• Modelado de esfuerzos acoplado a las estrategias de producción.
• Estudio de subducción.
• Predicción de producción de sólidos (arenamiento).

En las últimas dos décadas se ha incrementado el uso de los estudios del estado de
esfuerzos in situ en la industria petrolera, principalmente para prevenir el ovalamiento
de hoyo (formación de breakouts) y evitar el colapso del pozo[1]. El conocimiento de
las magnitudes y direcciones de los esfuerzos en un campo servirán para diseñar el
fracturamiento de un pozo, estimular la producción en un yacimiento de hidrocarburo,
así como también para simular la producción de un campo con un modelo
acoplado[7].

Así el objetivo del presente trabajo consiste en estudiar la influencia de la geología


estructural en las variaciones del estado de esfuerzos in situ aplicado a modelos de
estabilidad de hoyo para el Campo San Joaquín, Venezuela.

Para lograr este objetivo, se pretende:

1. Estudiar los modelos geológicos estructurales previos del Campo San Joaquín.

2. Elaborar un estudio geomecánico local en el área de interés.


5

3. Estudiar el comportamiento de las propiedades mecánicas y su correlación con


los modelos estructurales.

4. Realizar un análisis cinemático a una sección vertical que represente las


estructuras geológicas del Campo San Joaquín.

5. Desarrollar un método para la ejecución de un análisis dinámico de las


estructuras geológicas del Campo San Joaquín.

6. Acoplar los modelos geomecánicos locales al modelo regional.

El trabajo está estructurado de la siguiente manera: introducción, marco teórico,


descripción del área de estudio, metodología, análisis y discusión de resultados,
conclusiones y recomendaciones. Por otra parte para poder llevar a cabo este
proyecto se cuenta con los datos de más de treinta pozos ubicados entre el domo
norte y el domo central del Campo de San Joaquín, entre los que se incluyen: los
registros de pozos, sumarios operacionales, pruebas de campo, datos geológicos;
además se cuenta con una línea sísmica con dirección 160° AZI, alineada con la
orientación del esfuerzo horizontal máximo, que pasa por el Pozo JM-190 y con los
mapas isopacos-estructurales y los polígonos de falla de las principales arenas del
campo.
6

CAPITULO I

MARCO TEÓRICO

1.1 Geomecánica

La geomecánica es la disciplina que estudia las características mecánicas de los


materiales geológicos que conforman las rocas de formación. Esta disciplina está
basada en los conceptos y teorías de mecánica de rocas y mecánica de suelos, que
relacionan el comportamiento de la formación bajo los cambios de esfuerzo producto
de las operaciones petroleras de perforación, completación y producción de pozos.
Aunque las bases de la geomecánica fueron realizadas a principios de siglo, las
aplicaciones petroleras empiezan a tener mayor divulgación al comienzo de la
década de los 70, y por lo tanto esta es una disciplina novedosa para la ingeniería de
petróleo. La geomecánica utiliza resultados experimentales de campo y laboratorio
conjuntamente con soluciones analíticas para resolver problemas particulares[8].

1.2 Suelos y rocas

Los materiales geológicos pueden ser divididos en rocas y suelos; sin embargo, la
diferencia entre ellos a veces no es muy clara, a pesar que el método de análisis de
cada uno es generalmente distinto. Los suelos son aglomerados relativamente
sueltos compuestos de minerales, materiales orgánicos y sedimentos que se
encuentran sobre la roca madre. Las rocas son materiales geológicos con fuerzas
moleculares entre sí, que le confieren a los granos minerales una resistencia interna
considerable. La diferencia entre ellos está relacionada con la resistencia intrínseca
del material, por lo que resulta difícil diferenciar entre una roca blanda y un suelo
7

duro. En el sector petrolero es usual trabajar con rocas, por lo que a los suelos se les
conoce como rocas no consolidadas[8].

1.3 Comportamiento mecánico de materiales geológicos

Los materiales geológicos están compuestos de partículas sólidas y poros llenos de


fluidos que pueden desplazarse. Debido a esto, cuando un elemento de material
geológico está sometido a un esfuerzo externo, el mismo, se distribuye en un
esfuerzo intergranular y una presión de poros de manera que:

σ = σ + α Pp 1.1

Donde σ es el esfuerzo total, Pp es la presión de poro y α es una constante conocida


como Coeficiente de Biot, que mide la cantidad de esfuerzo que toma el fluido. El
esfuerzo intergranular σ es conocido como el esfuerzo efectivo y es el esfuerzo que
controla el comportamiento mecánico de los materiales geológicos. Todos los efectos
medibles de un cambio de esfuerzo (compresión, distorsión, resistencia) son debidos
solamente a esfuerzos efectivos[8].

1.4 Características especiales de los materiales geológicos

Los materiales geológicos presentan características muy particulares y por lo tanto


los problemas son bastante diferentes. Algunas de las características particulares de
los problemas que involucran materiales geológicos son las siguientes[8]:

• Los materiales geológicos son esencialmente diferentes en cada localidad y por


lo tanto cada caso tiene que ser tratado de una manera particular. No existe un
material geológico de propiedades constantes para una zona.
8

• El comportamiento de los materiales geológicos depende de presión, tiempo y


condiciones ambientales, y por lo tanto estos factores deben ser determinados
para evaluar su comportamiento.

• Los materiales geológicos tienen memoria, en el sentido que su historia pasada


afecta su comportamiento futuro.

• En la mayoría de los casos la masa del material geológico por investigar


representa una gran extensión areal a diferentes profundidades, por lo que sólo
se puede evaluar sobre la base de pequeñas muestras obtenidas en localidades
puntuales.

• Debido a las grandes profundidades, resulta difícil y costoso obtener información


de las características de la roca.

• Los materiales geológicos son sensibles a la perturbación por las operaciones de


muestreo, por lo que las propiedades mecánicas medidas en el laboratorio
pueden no ser representativas de su comportamiento in situ.

• Los materiales geológicos no poseen una relación esfuerzo-deformación única y


lineal. Un mismo material presentará diferencias a diferentes presiones
confinantes.

1.5 Definición de esfuerzo

Se define como la fuerza aplicada sobre un cuerpo por unidad de área. En la Figura
1.1 se muestra una representación de este concepto.

F
σ = 1.2
ΔA
9

donde:
σ: esfuerzo.
F: fuerza aplicada sobre el material.
∆A: es el área sobre la cual actúa la fuerza aplicada.

Las componentes del tensor de esfuerzo son mostradas en la Figura 1.1. En el


sistema de coordenadas cartesianas, estas componentes del tensor pueden ser
definidas como:

⎛F ⎞
σ ij = l im ⎜⎜ j ⎟⎟ 1.3
A →0 A
i
⎝ i⎠

Donde Fj es la fuerza en la dirección coordenada j y Ai es el área normal en la


dirección i, en la cual actúa la fuerza Fj[8].

Figura 1.1. Componentes del tensor esfuerzo[8].

1.6 Convención de signos

Diferentes convenciones de signos son usadas en relación con mecánica de sólidos


y geomecánica. En ciertas aplicaciones, esfuerzos normales de compresión han sido
10

tomados como positivos, mientras que en otras aplicaciones diferentes, se han


tomado como positivos los esfuerzos normales de tensión. Aunque una convención
de signos no afecta la mecánica de deformaciones, esto es importante en la
interpretación de información con un sentido físico. Las componentes σ11, σ22 y σ33
son asumidas positivas cuando estas son compresivas. Las cantidades positivas de
esfuerzos normales y de corte son mostradas en la Figura 1.1[8].

En ausencia de momentos, el tensor de esfuerzo σij puede ser mostrado en forma


simétrica, es decir:

σij = σji 1.4

Esto implica que,

σ12 = σ21
σ13 = σ31
σ23 = σ32

1.7 Esfuerzos efectivos

Este estudio se basará en esfuerzos efectivos, es decir, los esfuerzos soportados por
el esqueleto mineral sólido; y por tanto el tensor de esfuerzo σij es considerado
tensor de esfuerzo efectivo. Para materiales geológicos porosos, la existencia y
desarrollo de presiones de fluido en los poros, puede ser sumamente importante. Sin
embargo, si las presiones del fluido en los poros son conocidas, los esfuerzos
efectivos pueden ser evaluados y convertidos en cantidades primarias para modelos
constitutivos.

Las formaciones geológicas están conformadas por rocas, compuestas a su vez, por
granos minerales y poros llenos de fluidos. Debido a la naturaleza porosa de las
lutitas, estas reaccionan no sólo ante los esfuerzos totales sino también ante la
11

presión de los fluidos en sus poros. El esfuerzo compresivo efectivo viene dado por
la diferencia de esfuerzo compresivo y la presión de poro. La presencia de un fluido
en el espacio poral tiene como consecuencia, la disminución del esfuerzo
compresional. Si la presión de poro se incrementa lo suficiente el esfuerzo se puede
reducir a tal punto que se puede producir una falla en la roca[9].

1.8 Presiones de poro

La presión de poro es la presión que tienen los fluidos dentro de los poros de la roca
(Figura 1.2). Durante el proceso de compactación de la roca se expulsa el agua y se
observa una disminución de la porosidad. Si la velocidad de compactación no excede
a la velocidad con la cual escapan los fluidos, entonces la presión de poro que se
desarrolla es igual a la presión hidrostática del agua de formación llamada presión de
formación normal. El gradiente de presión normal es de 0,465 lpc/pie. Por lo tanto, si
el fluido dentro de la matriz porosa de la roca no puede escapar, la presión de poro
empieza a aumentar a valores por encima de las presiones normales. Estas
presiones son llamadas presiones anormales. Las lutitas son formaciones que en
ocasiones presentan presiones anormales. Las presiones de poro en formaciones
permeables, por ejemplo, las areniscas, disminuyen por operaciones de producción
normal (presiones subnormales por agotamiento).

Figura 1.2. Esfuerzos intergranulares y presión de poros para granos en contacto[8].


12

La predicción de las presiones de poro en el yacimiento es un proceso muy


especializado. Existen métodos geofísicos cualitativos que permiten estimar la
presencia de presiones anormales a una profundidad aproximada, previas a la
perforación. Además, existen métodos durante la perforación, los cuales toman en
cuenta parámetros como: tasa de penetración, velocidad de rotación, peso sobre la
mecha, etc. Otros métodos utilizan análisis de ripios. También existen registros que
permiten calcular la presión de poro, tales como resistividad, sónicos, densidad
neutrón y rayos gamma. Existen pruebas directas de evaluación como RFT y
pruebas de restauración de presión, las cuales se realizan en las areniscas[1].

1.9 Esfuerzo vertical o de sobrecarga

El esfuerzo vertical geoestático a cualquier profundidad puede calcularse


considerando la densidad que posee el suelo por encima de dicha profundidad. Así
pues, si el peso específico del suelo es constante con la profundidad, entonces:

σv = zγ 1.5

donde:
σv: esfuerzo vertical o sobrecarga
Z: profundidad
γ: peso específico total del suelo

Generalmente el suelo es más compacto al aumentar la profundidad debido a la


compresión originada por los esfuerzos geoestáticos, por lo que el peso específico
no es constante. Si el peso específico del suelo varía de forma continua con la
profundidad, los esfuerzos verticales pueden calcularse por medio de la integral:

σ v = ∫ ydz 1.6
13

Si el suelo está estratificado y el peso específico de cada estrato es diferente, los


esfuerzos verticales pueden calcularse adecuadamente por medio de una
sumatoria[9].

1.10 Esfuerzos horizontales

En el subsuelo, el estado de esfuerzos se representa por medio de un esfuerzo


vertical y dos horizontales, Figura 1.3. El esfuerzo vertical es el resultado del peso de
las rocas suprayacentes, como ya se ha mencionado. Los esfuerzos horizontales
ocurren como consecuencia del esfuerzo vertical, la elasticidad de la formación y los
esfuerzos tectónicos. El caso más simple es aquél en el que los esfuerzos
horizontales son iguales (isotrópico), en ese caso la relación entre el esfuerzo vertical
y el horizontal es definida mediante la siguiente ecuación[9]:

μ
σH ≅σh = σV 1.7
(1 − μ )

donde:
μ: relación de Poisson.
σh: esfuerzo horizontal.

Figura 1.3. Estado de esfuerzo in situ.


14

1.11 Orientación y magnitud de los esfuerzos in situ

La roca se encuentra sometida a un estado de esfuerzos antes de la perforación,


estos esfuerzos se conocen como esfuerzos in situ (esfuerzo vertical efectivo o de
sobrecarga, esfuerzo horizontal mínimo efectivo y esfuerzo horizontal máximo
efectivo). Normalmente estos esfuerzos son compresivos debido al peso de la
sobrecarga.

Con frecuencia, las propiedades más difíciles de determinar en cualquier estudio de


estabilidad de hoyo son la dirección y magnitud de los esfuerzos máximo y mínimo.
En realidad estos esfuerzos no son iguales. En las áreas en las que los esfuerzos
horizontales son muy diferentes entre sí, el azimut del pozo relativo a la dirección del
esfuerzo horizontal máximo es uno de los factores más crítico en la estabilidad de
hoyo.

El esfuerzo de sobrecarga es la presión que se ejerce sobre la formación a una


profundidad dada debido al peso total de la roca y los fluidos encima de esa
profundidad. El valor típico de gradiente de sobrecarga es de 1 lpc/pie; sin embargo,
a profundidades someras este valor tiende a ser menor y a grandes profundidades
puede ser mayor. Generalmente se utiliza una integración de un registro de densidad
para estimar el valor del esfuerzo de sobrecarga[9].

Cuando se perfora cerca de estructuras enormes como domos de sal o áreas


tectónicas, los esfuerzos horizontales pueden diferir entre sí y se describe como
componentes de esfuerzo horizontal mínimo y máximo. El esfuerzo horizontal mínimo
se deriva del ensayo de integridad de formación o de los datos de micro
fracturamiento hidráulico. También se utilizan registros de caliper orientados y de
imágenes, para la observación de fallas por compresión (breakout) y fracturas
inducidas durante la perforación para estimar la dirección del esfuerzo horizontal
mínimo y máximo.
15

A diferencia del esfuerzo horizontal mínimo, el esfuerzo horizontal máximo no se


determina por mediciones directas, por lo tanto se puede estimar a partir de la
observación de fallas en las paredes de hoyo (registros de imágenes acústica o
resistiva) y utilizando algún modelo de comportamiento de la roca, realizando un
retro-análisis. En la Figura 1.4 se muestra cómo se comporta la estructura geológica
asociada a diferentes regímenes de esfuerzos, mediante el cual es posible conocer
la magnitud relativa de los esfuerzos entre sí[9].

Régimen Normal Régimen Rumbo Deslizante Régimen Inverso


Figura 1.4. Regímenes de esfuerzos[10].

1.12 Deformación

Cuando un cuerpo es sometido a un sistema de fuerzas externas, este experimenta


cambios en relación a su configuración original. De aquí se puede definir
deformación como la relación que existe entre la nueva magnitud o forma de un
elemento y su configuración original o no alterada, cuando es sometido a fuerzas
externas.

Según la teoría de la elasticidad, un material puede recobrar su forma y dimensiones


originales cuando se anulan las cargas que lo deformaban. La ley de Hooke
establece que, dentro de ciertos límites, la deformación en un material es
directamente proporcional a los esfuerzos que la producen. Un material elástico no
obedece necesariamente esta ley, pues es posible que algunos materiales recuperen
su forma original sin cumplir la condición límite de que el esfuerzo sea proporcional a
la deformación.
16

Los experimentos muestran que, cuando un cuerpo se somete a tensión, no sólo se


le producirá una deformación axial (alargamiento), sino también una deformación
lateral (estrechamiento). Poisson demostró que estas dos deformaciones son
proporcionales entre sí, dentro de los límites de la ley de Hooke. Esta constante se
expresa como:

Deformación unitaria lateral


υ= 1.8
Deformación unitaria axial

Y se conoce como relación de Poisson. Esta misma relación se verifica para la


compresión, pero en este caso se produce una deformación lateral de
ensanchamiento[8,9].

1.13 Relación esfuerzo-deformación

Existen muchas técnicas experimentales que se pueden emplear para medir la


deformación. Por consiguiente, si se sabe que hay una relación entre el esfuerzo y la
deformación, es posible calcular el estado de esfuerzo en un punto, después de
medir el estado de deformación. Se definen como deformaciones principales a las
que ocurren en dirección de los esfuerzos principales. Además, en las caras de un
elemento alineado en las direcciones principales, las deformaciones por cortantes
son nulas, igual que los esfuerzos cortantes[9].

Para conocer el proceso de deformación y falla de un material uno de los métodos


más usado consiste en el estudio de las curvas de esfuerzo y deformación, las
cuales se crean a partir de pruebas de compresión axial de cilindros de roca, y
midiendo las deformaciones laterales y axiales producidas por la carga axial
aplicada. En la Figura 1.5 se muestra una curva de esfuerzo y deformación de un
material geológico. En estos ensayos con núcleos las muestras son sometidas a un
esfuerzo de confinamiento y la roca responde al esfuerzo bien sea por cambio en el
volumen, por cambio de forma (deformación) o por ambos. En la Figura 1.5 se
17

representa un resultado típico de un ensayo a través de la curva esfuerzo


deformación, en la cual se presenta el esfuerzo aplicado axialmente como una
función de la deformación axial de la muestra. Esta curva se obtiene con ensayos de
compresión que pueden ser uniaxiales y triaxiales. Si el esfuerzo radial de
confinamiento es igual a cero se trata de un ensayo uniaxial; si el esfuerzo es
diferente a cero, entonces el ensayo es triaxial. Mediante esta curva se definen
algunos conceptos importantes[1,9]:

Figura 1.5. Curva típica de esfuerzo deformación.

• Zona elástica: en esta zona la roca se deforma mientras es sometida a un


esfuerzo, sin deformaciones permanentes. Bajo esta condición, la deformación
es proporcional al esfuerzo aplicado siguiendo la ley de Hooke.

• Zona plástica: bajo esta condición la roca retomará parcialmente a su forma


original una vez que ese esfuerzo haya cesado, es decir, presenta
deformaciones permanente. Si se continúa aplicando esfuerzo, la roca fallará
(resistencia última).
18

• Punto de cedencia: es el punto por encima del cual las deformaciones serán
permanentes. La muestra no retomará a su condición original.

• Resistencia a la compresión máxima: es el punto máximo de la curva. Si se


obtiene de un ensayo uniaxial se denomina Resistencia a la Compresión Uniaxial
(UCS).

1.14 Elasticidad

La teoría de elasticidad trata con situaciones donde existen relaciones lineales entre
la aplicación de esfuerzos y las deformaciones resultantes, aunque la mayoría de las
rocas se comportan no linealmente cuando están sometidas a grandes esfuerzos,
para cambios suficientemente pequeños de esfuerzos, este comportamiento puede
ser generalmente descrito por relaciones lineales.

En esta teoría se asumen que los desplazamientos son muy pequeños y que el
cuerpo regresa a su condición original luego que las fuerzas dejan de actuar.

La ley de Hooke establece una relación lineal entre el esfuerzo y la deformación de


los materiales, de la siguiente manera[9]:

σ = Eε 1.9

donde:
σ: esfuerzo aplicado al material.
ε: deformación relativa sufrida por el material en la misma dirección del esfuerzo.
E: constante de elasticidad o módulo de Young.

Los modelos de elasticidad lineal que consideran la roca como frágil, asumen que la
roca falla al sobrepasar su límite elástico o resistencia máxima, es decir, que la roca
ha perdido su capacidad de soportar carga. Estos modelos son considerados
19

conservadores, ya que realmente la roca es capaz de deformarse adicionalmente de


manera plástica sin necesidad de llegar al estado de colapso.

1.15 Propiedades mecánicas de las rocas

Las propiedades mecánicas de las rocas dan información asociada con la rigidez y
resistencia de la roca, conocer estas propiedades físicas, especialmente de las
lutitas, es de suma importancia para desarrollar relaciones constitutivas realistas que
permitan hacer diagnósticos apropiados para resolver o reducir los problemas
asociados durante la perforación. La caracterización mecánica de las lutitas se basa
en la interpretación de una serie de observaciones indirectas de los ripios, registros y
núcleos[1].

• Módulo de Young. Es una medida de la rigidez del material o la resistencia a ser


comprimido por un esfuerzo uniaxial. Se define como la relación entre los
esfuerzos compresivos y la deformación resultante. La mayoría de las rocas se
comportan de forma no lineal frente a esfuerzos de gran magnitud, pero frente a
esfuerzos relativamente pequeños describe un comportamiento relativamente
lineal[1,9].

• Módulo de corte o torsión. Es considerado una medida de la resistencia de la


muestra a ser deformada debido a esfuerzos de corte. Se define como la relación
entre los esfuerzos de corte y la deformación angular[9].

• Módulo volumétrico. Describe el cambio de volumen bajo la acción de la


presión hidrostática y se define como la relación entre el esfuerzo hidrostático y
la deformación volumétrica del material; se considera una medida de la
resistencia de la muestra a la compresión hidrostática. El inverso de este módulo
es conocido como compresibilidad volumétrica[9].
20

• Relación de Poisson. La relación de Poisson es una medida de la extensión


lateral con respecto a la contracción longitudinal. El diámetro de la muestra
incrementa al aplicar un esfuerzo, por lo que se produce una elongación lateral
en la misma.

• Cohesión. La cohesión se define como la resistencia intrínseca de la roca


debido a las fuerzas atractivas que actúan sobre los átomos superficiales de las
partículas. Estas fuerzas atractivas dan lugar a la formación de enlaces químicos
en los puntos de contacto superficiales. La resistencia y el número de enlaces
que se forman en la cara de contacto entre dos partículas depende en gran parte
de la naturaleza fisicoquímica de las rocas, por ejemplo, el proceso de
cementación en el que la arena se transforma en arenisca. Las rocas que han
sufrido poco grado de compactación y no poseen mucho material cementante
son fácilmente disgregadas y se conocen como friables, este tipo de formaciones
se encuentran por lo general a profundidades someras y no son sometidas a un
intenso tectonismo[11].

• Ángulo de fricción interna. Este parámetro define la fricción intergranular de la


roca. El ángulo de fricción viene dado por la relación entre las resistencias al
corte y compresivas del material. Esto es determinado a través de ensayos
triaxiales que se realizan con núcleos de una misma profundidad, a varias
presiones de confinamiento[11].

1.16 Módulos elásticos a partir de registros acústicos

La velocidad de la onda compresional y de corte es función de los módulos elásticos,


por lo que si se conoce la velocidad de propagación de esta onda en el medio, se
pueden determinar esos parámetros elásticos. Los módulos calculados de esta
manera son conocidos como módulos elásticos dinámicos y dan resultados distintos
a aquéllos determinados por ensayos de núcleos, conocidos como módulos elásticos
estáticos.
21

Un gran número de las aplicaciones geomecánicas en la industria petrolera son


generadas por medio de procesos estáticos, los cuales sólo pueden medirse en el
laboratorio. Por otro lado cualquier módulo elástico determinado a través de tiempos
de tránsito será parte de los procesos dinámicos, los cuales necesitaran ser
calibrados con valores calculados a partir de análisis de núcleos o comportamientos
observados en el pozo.

Debido a que los registros acústicos generalmente vienen expresados en tiempos de


tránsito y no en velocidad de onda, las ecuaciones de trabajo y las relaciones de la
teoría de elasticidad, utilizan directamente las unidades de los registros (μseg/pie)[9].

1.17 Módulos elásticos a partir de ensayos de laboratorio

Los módulos elásticos son generalmente determinados a partir de ensayos de


laboratorio realizados a núcleos extraídos de la formación. Los ensayos comúnmente
realizados a núcleos para determinar sus propiedades geomecánicas son:

• Ensayos de compresión uniaxial y triaxial.


• Ensayos de Cilindros de Pared Delgada (TWC).
• Ensayos del efecto de debilidad por agua.
• Ensayo de corte.

1.18 Correlación entre módulos elásticos dinámicos y estáticos.

Los resultados obtenidos de ensayos de laboratorio (estáticos) difieren de los


obtenidos a través de registros acústicos (dinámicos). En los ensayos de laboratorio
se calculan el módulo de Young y la relación de Poisson en el intervalo elástico de la
curva de esfuerzo - deformación, la cual se explicó previamente.

Debido a estas diferencias es necesario de alguna manera correlacionar las medidas


dinámicas con las estáticas. En el laboratorio es posible medir módulos elásticos
22

dinámicos y estáticos, lo cual se logra sometiendo una muestra del material a un


ensayo triaxial, donde el equipo esté instrumentado para realizar mediciones
dinámicas. Se establece una correlación entre el módulo de Young y relación de
Poisson estática y dinámica, la cual será usada para extrapolar los parámetros
calculados por los registros acústicos y así producir un perfil continuo y calibrado de
los módulos estáticos[9].

1.19 Esfuerzo en un punto

El concepto de esfuerzo en la mecánica de rocas puede ser definido de una manera


simplista como la fuerza aplicada sobre un cuerpo por unidad de área, pero a
diferencia de los materiales artificiales como el concreto y el acero, los materiales
naturales como las rocas y los suelos están sujetos a esfuerzos naturales (vírgenes)
que son llamados esfuerzos in situ. El esfuerzo es una cantidad enigmática que,
acorde con la mecánica clásica, está definida en un punto, en un continuo e
independiente de la conducta constitutiva del medio[7].

1.20 Estado de esfuerzo en la corteza

El estado de esfuerzo en la litosfera está controlado por fuerzas locales, causadas


por la concentración de esfuerzos debido a las heterogeneidades estructurales,
cargas por efectos de la topografía y anomalías termales; y por fuerzas regionales
directamente relacionadas al movimiento e interacción entre las placas.

La variación en la magnitud y orientación de los esfuerzos ocurre en una variedad de


escalas, donde los esfuerzos principales son definidos utilizando una notación
estándar S1 > S2 > S3. Además Sv indica el esfuerzo vertical, mientras que SH y Sh
son los esfuerzos horizontales máximos y mínimos respectivamente. Según esto,
tres regímenes principales de esfuerzos pueden ser definidos basándose en la
orientación del esfuerzo principal: un régimen de esfuerzo normal donde Sv > SH >
Sh, un régimen de esfuerzo rumbodeslizante donde SH > Sv > Sh y un régimen
23

inverso para valores de SH > Sh > Sv (Figura 1.4). Los regímenes de estado de
esfuerzo pueden ser transicionales si las magnitudes de dos de los esfuerzos son
iguales. Un estado de esfuerzo donde Sv = SH > Sh puede producir una combinación
de fallas normales y rumbodeslizante, mientras que si las magnitudes del SH = Sh >
Sv provocará una combinación de fallamiento inverso y rumbodeslizante[7].

1.21 Clasificación de los esfuerzos en las rocas

Estos esfuerzos se pueden dividir en esfuerzos in situ y esfuerzos inducidos. Los


esfuerzos in situ, también llamados naturales, primitivos o vírgenes; son esfuerzos
que existen en la masa rocosa previos a cualquier perturbación. Por otro lado los
esfuerzos inducidos están asociados a perturbaciones artificiales (excavaciones,
perforaciones, bombeos, cargas, etc.) o a cambios en las condiciones naturales
(deshidratación, hinchamiento, consolidación, etc.).

En general, los esfuerzos in situ en las masas rocosas que se observan en la


actualidad son producto de la acumulación de eventos en su historia geológica. Una
masa rocosa pudo haber experimentado varios ciclos de procesos geológicos
fisicoquímicos, térmicos y mecánicos. Contribuyendo todos estos al campo de
esfuerzo in situ actual.

Varios autores han propuesto diferentes clasificaciones para los esfuerzos in situ y la
terminología actualmente usada para describir a estos esfuerzos muestra cierta
diversidad. Voight (1966) clasificó a los esfuerzos in situ (vírgenes) en dos grupos:
gravitacionales y tectónicos. Los esfuerzos tectónicos fueron a su vez
descompuestos en esfuerzos actuales y esfuerzos residuales. Obert (1968) dividió a
los esfuerzos in situ en esfuerzos externos, compuestos por esfuerzos
gravitacionales y tectónicos y esfuerzos internos compuestos por esfuerzos
residuales. Los esfuerzos externos también son llamados esfuerzos regionales
(Fairhurst 1968).
24

Los esfuerzos inducidos son creados por el hombre mediante la adición o remoción
de material, alterando por medio de la perforación o excavación a los esfuerzos
naturales previamente presentes en la zona. El campo de esfuerzo natural puede
estar compuesto por los esfuerzos gravitacionales, los esfuerzos tectónicos y
residuales.

Los esfuerzos inducidos han sido ampliados para poder incluir no sólo a los
esfuerzos inducidos sino también a los esfuerzos naturales como el hinchamiento,
consolidación y otros fenómenos fisicoquímicos. También se adicionó a la lista
fenómenos tectónicos de escala regional y local que pueden provocar una alteración
de los esfuerzos tectónicos activos, como: empuje de ridge, empuje de placa,
succión de fosas, arrastre del manto, esfuerzo de membrana, vulcanismo y flujo de
calor y migración de esfuerzo. Este fenómeno es de conformidad con lo que se cree
que son los mecanismos de accionamiento del movimiento de las placas, descrito en
el proyecto del “World Stress Map” (Zoback 1989). El esfuerzo tectónico remanente
está definido como un esfuerzo residual íntimamente ligado a episodios tectónicos
como: fallas, pliegues y juntas. Finalmente en esta clasificación se ha incluido a los
esfuerzos terrestres, los cuales vienen dados por los efectos de la variación de la
temperatura por las estaciones, atracción lunar y las fuerzas de Coriolis. La
contribución de este tipo de esfuerzo al estado de esfuerzo in situ es casi
despreciable, pero puede cobrar importancia en estudios de campos de esfuerzos a
profundidades someras[7].

1.22 Esfuerzos tectónicos

Las estructuras geológicas actuales se pueden interpretar a partir de las evidencias


que dejó su pasado tectónico. Muchos de los mecanismos relacionados con la
tectónica de placa han sido propuestos para modelar esfuerzos tectónicos locales.
Recientemente, proyectos como el “World Stress Map” son capaces de mostrar
patrones globales de esfuerzos tectónicos en la litosfera. Existen dos grupos
principales de esfuerzo tectónicos:
25

• Las fuerzas tectónicas regionales actúan en los límites de las placas de la


litósfera como también actúan en forma de tracción de corte en la base de la
litosfera, de empuje de placas en las zonas de subducción, como también en los
ridge oceánicos y en las fosas de succión.

• Las fuerzas tectónicas locales son ejercidas a través de la flexión de la capas de


la litosfera, compensación isostática y el arrastre del manto en la litosfera marina.
Los esfuerzos tectónicos relacionados a los movimientos de placas se comportan
de una manera uniforme a lo largo de grandes extensiones.

En general es difícil diferenciar, con sólo observar la estructura, entre los esfuerzos
tectónicos activos y los remanentes. Aunque para los ingenieros esto no implica una
gran importancia, para los geólogos y geofísicos si lo es, pues el estado de esfuerzo
actual puede no ser el reflejo de la estructura geológica que observamos hoy en día.
Puede que existan esfuerzos remanentes preservados desde la generación de los
plegamientos y fallas en el pasado geológico. De ahí la importancia de la historia de
los esfuerzos, los cuales pueden ser inferidos en parte a partir de un análisis
cinemático[7].

1.23 Esfuerzos residuales

Son esfuerzos equilibrados que se mantienen en una estructura una vez que son
removidas las fuerzas externas, en la mecánica de rocas también son llamados
esfuerzos internos. Los esfuerzos residuales están relacionados a sistemas
balanceados entre las fuerzas tensiles y compresivas que están contenidas en un
dominio que va desde una escala micro hasta una macro. La presencia de esfuerzos
residuales permite la existencia de deformaciones internas residuales, las cuales
pueden ser críticas para la estabilidad de hoyo durante la perforación de un pozo
petrolero o la excavación de un túnel en el subsuelo[7].
26

1.24 Causas de la formación de los pliegues y las fallas

Los pliegues, al igual que las fallas, se clasifican a menudo como de origen tectónico
o no tectónico. Los de origen tectónico se forman como resultado de las fuerzas que
operan dentro de la corteza terrestre. Los de origen no tectónico, son en gran parte,
resultado de movimientos producidos por la gravedad cerca de la superficie de la
tierra; su causa última es, en muchos casos, la tectónica. Sin embargo no siempre es
posible una distinción clara entre estos dos tipos de origen[12].

1.24.1 Procesos tectónicos

• Compresión horizontal. Son fuerzas compresivas que actúan paralelamente a


la superficie de la tierra. En otras palabras, el eje de esfuerzo principal máximo
es paralelo al nivel del mar. En la mayoría de los casos, la fuerza activa, análoga
a un pistón en movimiento, opera sobre un lado, mientras que sobre el otro, un
bloque estacionario induce una fuerza de resistencia.

Aplicando este principio a las cadenas orogénicas, se supone que la fuerza


primaria actuó perpendicularmente a la dirección de los pliegues. Si la intensidad
de la fuerza compresiva disminuye hacia abajo las capas superiores se mueven
más que las inferiores.

La compresión horizontal, sin embargo, puede ser meramente la resultante de


una cupla horizontal. Estos pliegues poseen rasgos menores a los de una
cadena orogénica, se ha sugerido que algunos pliegues de California se deben a
cuplas resultantes de movimientos horizontales a lo largo de las fallas verticales.
Sin embargo algunos geólogos creen que cadenas orogénicas enteras se deben
a gigantescas cuplas terrestres[12].

• Tensión horizontal. La tensión horizontal causaría fallas gravitacionales. En


cierto sentido, no es correcto hablar de tensión, excepto en la parte más externa
27

de la corteza. Sería mejor decir que el eje de esfuerzo principal mínimo es el


horizontal. En cualquier caso la corteza cedería a lo largo de fracturas verticales
de tensión, o a lo largo de fracturas de cizalla con una inclinación de 60 grados.
Si el interior de la tierra se expandiera, una capa exterior sería sometida a
tensión[12].

Localmente, la tensión puede ser ocasionada por una cupla. Los pequeños
graven son un ejemplo claro de ello. En estos se pueden observar fisuras, las
cuales son un ejemplo claro de que han estado sometidos a regímenes
tensionales[12].

• Intrusión de magma. La intrusión de material magmático puede causar


plegamiento. El ejemplo más claro de esto lo ofrecen los alcoholitos, donde no
sólo los sedimentos suprayacentes son arqueados en forma de domo, sino que
también el techo puede ser fracturado y fallado. Sin embargo, estos rasgos
estructurales poseerán un tamaño y distribución limitado. Durante los períodos
de orogénicos principales, la intrusión de magma puede estar acompañada de
deformaciones considerables, pero en muchos de los casos el movimiento del
magma es el resultado de la orogenia y no la causa[12].

• Domos de sal. Esta estructura resulta del movimiento ascendente de las masas
de sal, conformándose un núcleo central de sal y un domo circundante de
estratos sedimentarios. Estos también poseen rasgos estructurales pequeños,
raramente de más de unos pocos kilómetros de diámetro[12].

1.24.2 Procesos no tectónicos

Entendemos por procesos no tectónicos aquellos que no están directamente


relacionados con movimientos dentro de la corteza terrestre. En muchos casos, el
término procesos superficiales sería igualmente bueno, porque la deformación es el
resultado de movimientos cerca de la superficie de la tierra, bajo la influencia de la
28

gravedad. Sin embargo, aun en estos casos, la deformación es el resultado indirecto


de algún movimiento dentro de la tierra. Los rasgos estructurales se pueden clasificar
bajo las siguientes categorías. Los formados cerca de la superficie de la tierra, bajo
la influencia de la gravedad; influenciados por procesos químicos y relacionados con
una glaciación[12].

1.25 Limites de los esfuerzos in situ con profundidad

Las variaciones de las componentes horizontales de los esfuerzos in situ están


dominadas por la resistencia que posean las rocas. También la generación de una
nueva falla o la reactivación y desplazamiento a partir de alguna discontinuidad pre-
existente puede alterar la composición de los esfuerzos in situ. Estos valores pueden
ser calculados mediante el uso de distintos modelos basados en ciertas asunciones
en cuanto a la fragilidad o el comportamiento dúctil de una roca[7].

1.26 Efecto de las estructuras geológicas y las heterogeneidades en la


variación del estado de esfuerzo in situ

Las masas de rocas raras veces son uniformes, en particular en la corteza


continental. Las variaciones en los atributos de las rocas, la existencia de estructuras
geológicas y las heterogeneidades, pueden afectar la distribución y magnitud de los
esfuerzos in situ, además de contribuir, en parte, a la dispersión observada con
frecuencia en las mediciones de campo. Los esfuerzos horizontales pueden variar
sustancialmente de una capa a otra en una formación estratificada, debido a los
cambios de rigidez de las rocas[7].
29

1.27 Efecto de las condiciones de borde en la predicción del estado de


esfuerzos in situ

Poco se sabe sobre la naturaleza de las restricciones de movimiento que se pueden


encontrar en la naturaleza. Se ha discutido largamente la suposición de la ausencia
de movimiento lateral y algunos autores precisan que tomando en cuenta que las
rocas son deformables la hipótesis de la no restricción lateral es poco realista. Sin
embargo, es conocido que los campos de esfuerzo en un volumen de roca dependen
de las fuerzas aplicadas y de las condiciones de borde definidas a lo largo de las
fronteras del modelo. La variación de estos parámetros definirá el régimen de
esfuerzo in situ[7].

1.28 Estimación de la orientación de los esfuerzos

Varios métodos han sido propuestos en la literatura para la estimar la orientación de


los esfuerzos. Estos métodos pueden ser divididos en tres grupos principales:

1.28.1 Métodos basados en la orientación a partir de estructuras geológicas

Ciertas técnicas petrográficas son usadas por los geólogos y geofísicos como
indicadores de la orientación de los paleoesfuerzos, es decir, la dirección de los
esfuerzos in situ al momento de la deformación. Basándose en el análisis de ciertas
estructuras como: fallas, pliegues, juntas, diques, volcanes, etc[7].

1.28.2 Orientación de los esfuerzos a partir de la solución de los planos de


fallas

Por medio de estudios de las ondas sísmicas registradas en varios sismógrafos es


posible inferir la dirección del movimiento de la falla que causó un terremoto. Esta
técnica se basa en el estudio del primer patrón de movimiento de las ondas
30

compresionales, pudiendo determinar así la orientación de los esfuerzos en una


determinada región[7].

1.28.3 Método de cálculo de la dirección de los esfuerzos in situ a partir de


fallas mecánicas observadas en el hoyo

Las ovalizaciones tipo breakout son un tipo de falla compresional, que se forman
debido a la diferencia de magnitudes entre los esfuerzos horizontales, produciéndose
el fallamiento en dirección del esfuerzo horizontal mínimo. Por otro lado las fracturas
inducidas son fallas tensiónales que se generan en dirección al esfuerzo horizontal
máximo debido a un exceso de presión hidrostática. Analizando los tipos de falla
observados en un hoyo se puede precisar las orientaciones de los esfuerzos
horizontales máximos y mínimos [7].

1.29 Polígono de esfuerzo

Las rocas en la corteza terrestre presentan fallas, fracturas y discontinuidades en


muchas escalas y orientaciones y las magnitudes de los esfuerzos están limitadas
por la resistencia friccionante de las discontinuidades planares. Es decir,
particularmente las diferencias entre el máximo y el mínimo esfuerzo efectivo in situ,
están limitadas por esta resistencia friccionante, tal que los procesos geológicos que
originan estos esfuerzos no pueden producir desigualdades mayores entre los
esfuerzos sin antes generar deslizamiento sobre la discontinuidad y subsecuente
relajación de los esfuerzos in situ[1].

Se conoce además que para la mayoría de las rocas, la resistencia friccionante se


encuentra entre 0,6 y 1,0 y es entonces posible calcular valores limites de esfuerzos
efectivos, ya que en este diagrama para un valor dado de esfuerzo horizontal mínimo
hay un valor máximo de esfuerzo horizontal máximo establecido por la resistencia
friccional de la falla.
31

Jaeguer y Cook (1979) y Zoback y Healy (1984) definieron valores límites de S1 y S3


como:

σ 1 S1 − PP
=
σ 3 S 3 − PP
= [μ 2
+1+ μ ]
2
1.10

Entonces los esfuerzos pueden variar desde la condición geostática o litostática


(ausencia de tectonismo) hasta los limites definidos por la ecuación 1.10. Para
diferentes regímenes de esfuerzos la ecuación se expresa como:

Falla Inversa:

S H max − PP
SV − PP
= [μ 2
+1+ μ ]
2
1.11

Falla Normal:

SV − PP
S h min − PP
= [μ 2
+1+ μ ]
2
1.12

Falla Transcurrente:

S H max − PP
S h min − PP
= [μ 2
+1+ μ ]
2
1.13

La utilización de las expresiones en un espacio SHmax vs Shmin considerando que


SHmax > Shmin permite construir un polígono de esfuerzos admisible dependiendo del
régimen de esfuerzos tal como se presenta en la Figura 1.6.
32

Figura 1.6. Polígono de esfuerzo[13].

donde:

( )
2
f (μ ) = ⎡ μ 2 + 1 + μ⎤
1
2
1.14
⎢⎣ ⎥⎦

En el gráfico mostrado en la figura anterior tanto SV como Shmin son conocidos. Para
un régimen normal Shmin=[(SV-PP)/f(µ) +Pp], lo cual es una línea recta vertical acotada
hasta que SHmax ≤ SV condición que hace pasar a un régimen transcurrente.

En régimen transcurrente, se cumple que SHmax= [ f(µ)(Shmin-Pp) +Pp], lo cual es una


línea con pendiente. Para el régimen inverso SHmax=[ f(µ)(SV-Pp) +Pp], lo cual es una
línea horizontal[13].

1.30 Criterios de falla en mecánica de rocas

Cuando una roca es sometida a compresión o a tensión, tienen lugar una serie de
fenómenos que culminan con la fractura del material. El resultado dependerá de las
33

condiciones en las que se realiza el experimento. En la Figura 1.7 se muestran los


resultados típicos para distintos casos.

Figura 1.7. Tipos de fracturas. 1) Fracturas por extensión (splitting), 2) Fracturas de


cizalla (tipo Coulomb), 3) Fallas tipo Coulomb y 4) Fallas por extensión[14].

Muchos materiales obedecen a la Ley de Hooke cuando se les aplican pequeños


esfuerzos, pero cuando se someten a altas cargas comienzan a aparecer efectos de
histéresis originando la deformación residual permanente o deformación inelástica.
Ciertos materiales elásticos tienen una heterogeneidad microscópica debido a la
distribución aleatoria de partículas y/o a cierta orientación preferencial de los granos;
otros, por el contrario, tienen una heterogeneidad marcada en todo el cuerpo. Por su
parte, las rocas poseen esfuerzos residuales debido a la naturaleza tectónica del
subsuelo, lo cual complica asumir un estado de perfecto equilibrio. Particularmente,
cuando una roca en el subsuelo está sometida a una sobrecarga y temperatura
elevada, el comportamiento inelástico es intensificado de manera que la
deformación, normalmente frágil, se convierte en dúctil, lo cual conlleva a inferir que
las rocas pueden mostrar cualquiera de estos dos comportamientos dependiendo de
la condiciones de carga a la que está sometida.

La deformación inelástica se presenta cuando la carga sobrepasa el límite elástico de


la roca, y como consecuencia genera un daño al material. Este daño generalmente
se califica como falla por cedencia. De igual manera, la fractura frágil en la roca se
34

presenta cuando la carga alcanza la resistencia última, la cual está cercana al límite
elástico, de manera que poca cedencia se presenta en estos materiales.

De todas las teorías de falla que se han propuesto para estudiar el comportamiento
de las rocas, la teoría de máximo esfuerzo de corte y la máxima energía de distorsión
son las que mejor describen el fenómeno de falla en estos materiales. Tresca (1864),
después de realizar sus experimentos, concluyó que la cedencia en los materiales se
presenta en los planos de máximo esfuerzo de corte y cuando el corte máximo
alcanza un valor límite (teoría de máximo esfuerzo de corte):

σ1 − σ 3
τ max = = ctte 1.15
2

Por su lado, Von Mises (1913) propuso un criterio de cedencia, el cual establece que
la falla ocurre cuando la energía de distorsión por unidad de volumen alcanza un
valor límite (teoría de máxima energía de distorsión).

f (σ ij ) = J 2 D − k 2 = 0 1.16

Donde k representa la cedencia límite en una muestra sometida a corte simple y J2D
es la segunda invariante del esfuerzo deviatórico y se define de la siguiente forma:

J 2D = 1
6
[(σ 11
2 2 2
]
− σ 22 ) + (σ 22 − σ 33 ) + (σ 33 − σ 11 ) + σ 122 + σ 132 + σ 23
2
1.17

En términos de esfuerzos principales,

[
J 2 D = 16 (σ11 − σ 22 ) + (σ 22 − σ 33 ) + (σ 33 − σ11 )
2 2 2
] 1.18

Las teorías de cedencia señaladas muestran excelentes resultados con materiales


dúctiles cuya magnitud tanto del esfuerzo de máxima compresión como de tensión
son iguales. Sin embargo, los datos experimentales en rocas (materiales cuyo
35

máximo esfuerzo a compresión supera al máximo esfuerzo a tensión) no son


consistentes con los modelos propuestos por Tresca y Von Mises. Asimismo,
Topping (1951) demostró que la fluencia en las rocas está influenciada por el
esfuerzo hidrostático y Baushinger (1886) observó que la secuencia de cargas y
descargas alteraba la superficie de cedencia del material.

Con la finalidad de cuantificar los diversos efectos de carga, temperatura y esfuerzo


hidrostático sobre el comportamiento de la roca, muchos investigadores han
modificado las formulas de cedencia propuestas por Tresca y Von Mises. En este
sentido, diversos criterios de falla han sido propuestos con la finalidad de describir la
resistencia de la roca bajo diferentes condiciones de carga en el laboratorio (ensayos
uniaxiales, triaxiales y/o poliaxiales)[14].

1.30.1 Criterio de Mohr Coulomb

Una teoría o modelo de falla, basada en las consideraciones anteriores, fue


propuesta por los físicos Coulomb y Navier, por lo que recibe el nombre de criterio de
Coulomb o de Navier-Coulomb, aunque como este modelo considera lo propuesto
por Mohr se conoce tradicionalmente como teoría de falla de Mohr Coulomb. Esta
teoría o criterio propone que las rocas se rompen por planos en los que se cumple la
ecuación:

τ = S o + μ iσ n 1.19

Donde So, es la resistencia de corte o cohesión del material, y es el esfuerzo de


cizalla necesario para romper una roca por un plano en el cual el esfuerzo normal es
cero y μi es el coeficiente de fricción interna del material. Multiplicado por el esfuerzo
normal da el esfuerzo de rozamiento que hay que superar para producir
deslizamiento.
36

Figura 1.8. Superficie de fluencia del criterio de Mohr Coulomb[14].

La teoría de Mohr Coulomb es la de mayor uso práctico en el estudio de estabilidad


de hoyos. Este criterio sólo considera el máximo y mínimo esfuerzo principal que
actúa sobre la roca para definir las condiciones de falla e ignora la influencia del
esfuerzo intermedio. En contraste al criterio de Mohr Coulomb, trabajos
experimentales posteriores han demostrado que la resistencia de la roca está
fuertemente influenciada por el esfuerzo intermedio, especialmente cuando σ2 > σ3.
El criterio de Mohr Coulomb desprecia el efecto del esfuerzo intermedio, en
consecuencia es subestimada la resistencia de la roca para condiciones de
esfuerzos anisotrópicos[14].

1.30.2 Criterio de Hoek y Brown

Este criterio empírico utiliza como parámetro de entrada la resistencia de compresión


uniaxial e introduce dos parámetros de resistencia adimensionales, m y s. Luego de
estudiar un amplio rango de datos experimentales, Hoek y Brown (1980) señalaron
que la relación entre el máximo y mínimo esfuerzo principal está dado por:

σ3
σ 1 = σ 3 + Co m +s 1.20
Co
37

Donde m y s son constantes que dependen de las propiedades de la roca y del grado
de discontinuidad que posea el material antes de que sea sometida a esfuerzo.

El criterio de Hoek Brown fue originalmente desarrollado para estimar la resistencia


de la roca en aplicaciones de excavaciones subterráneas. De acuerdo a Hoek y
Brown (1980, 1997) los valores de m se pueden manejar bajo los siguientes rangos:

5<m<8 Rocas Carbonáticas


4 < m < 10 Lutitas
15 < m < 24 Areniscas

Estos valores pueden representar una alternativa cuando no se posean datos de la


muestra en estudio del laboratorio. Para un material rocoso sin discontinuidades, el
parámetro s es igual a la unidad. Para una muestra de roca completamente
granulada o agregado de roca el parámetro s es igual a cero. Este criterio, al igual
que el criterio de falla de Mohr Coulomb, se basa en la hipótesis de que el esfuerzo
principal intermedio no tiene influencia sobre la falla en la roca[14].

Figura 1.9. Superficie de fluencia del criterio de Hoek Brown[14].


38

1.30.3 Criterio de Drucker Prager

El criterio de Von Mises puede ser escrito de la siguiente manera: J2 = k2, donde k es
una constante empírica. El criterio de Von Mises extendido o criterio de Drucker
Prager fue originalmente desarrollada para mecánica de suelos (Drucker Prager,
1952). La superficie de cedencia del criterio de Von Mises extendido, es un cono
circular recto cuyo eje coincide con el eje hidrostático de esfuerzos σ1 = σ2 = σ3. La
intersección de esta superficie de cedencia con el plano π es una circunferencia. La
función de cedencia usada por Drucker Prager describe la zona límite para suelos
perfectamente plásticos, y tiene la forma:

J 2 2 = k + aJ 1
1
1.21

Donde k y a son constantes del material, y pueden determinarse cuando se grafica la


envolvente de falla obtenida de J1 y J21/2. El parámetro, obtenido de la intersección de
la curva con el eje J21/2, está relacionado con la cohesión del material y el parámetro
a, la cual es la pendiente de la envolvente, está relacionada con la fricción interna del
material. De esta forma, el criterio de Drucker Prager puede compararse al criterio de
Mohr Coulomb. De igual manera, cuando la constante a es igual a cero el criterio de
Drucker Prager se reduce al criterio de Von Mises.

Figura 1.10. Superficie de fluencia del criterio Drucker Prager[14].


39

El criterio de Drucker Prager puede estudiarse bajo dos modalidades:

• Zona de Drucker Prager Circunscrita.


• Zona de Drucker Prager Inscrita.

Estas dos versiones del criterio de Drucker Prager surgen por la comparación del
criterio de Mohr Coulomb. Las dos modalidades de Drucker Prager se grafican junto
con el criterio de Mohr Coulomb en el plano π. La circunferencia interna está inscrita
en el hexágono generado por el criterio de Mohr Coulomb, mientras la circunferencia
externa lo circunscribe.

En un análisis de estabilidad de hoyos, frecuentemente se utiliza el criterio de


Drucker Prager para medir la influencia del esfuerzo principal intermedio. Sin
embargo, recientes pruebas de laboratorio indican que el criterio de Drucker Prager
circunscrito tiende a subestimar la resistencia de la roca para condiciones de
esfuerzos bajos y sobrestima los valores de la resistencia de la roca para los valores
de esfuerzo alto. Para la estabilidad de hoyo el primero es considerado muy
conservador mientras que el último puede proporcionar predicciones alejadas de la
realidad[14].

Figura 1.11. Envolvente de falla para Mohr Coulomb


y las modalidades de Drucker Prager[14].
40

1.30.4 Criterio de Wiebols y Cook

Zhou (1994) presentó un criterio de falla, el cual es una extensión del criterio de
Drucker Prager en la zona circunscrita con elementos similares al criterio de la
energía de deformación efectiva de Wiebols y Cook (1968). El criterio de resistencia
descrito por Zhou predice que la roca falla cuando:

J 2 2 = A + BJ 1 + CJ 12
1
1.22

Los parámetros A, B y C están relacionadas con las resistencias uniaxiales en


compresión para estados de esfuerzos triaxiales (σ1 = σ2) y (σ2 = σ3). Si (σ1 = Co, σ2
= σ3 = 0), entonces si sustituimos en la Ecuación 1.22 tenemos:

27 ⎡ C1 + (q − 1)σ 3 − Co q −1 ⎤
C= ⎢ − ⎥ 1.23
2C1 + (q − 1)σ 3 − Co ⎣ 2C1 + (2q + 1)σ 3 − Co q + 2 ⎦

donde:
Co Co C2
A= − B− o C
3 3 9

3 (q − 1) C
B= − (2C0 + (q + 2 )σ 3 )
q+2 3
C1 = (1 + 0,6μi )Co

La superficie de cedencia de este criterio, mostrada en la Figura 1.12, coincide con el


eje hidrostático de esfuerzos (σ1 = σ2 = σ3), y coincide en los vértices del hexágono
de Coulomb ubicados en los ejes principales. Este plano π o deviatórico es
perpendicular al eje hidrostático (σ1 = σ2 = σ3)[14].
41

Figura 1.12. Envolvente de falla para Mohr Coulomb y Wiebols y Cook Modificado[14].

1.30.5 Criterio de Lade modificado

El criterio de Lade es un criterio de falla tridimensional para materiales influenciados


por fricción pero sin efectos cohesivos entre los granos que conforman el material.
Este criterio contempla la siguiente relación:

⎡⎛ I13 ⎞ ⎤ ⎛ I1 ⎞
d

⎢⎜⎜ ⎟⎟ − 27⎥⎜⎜ ⎟⎟ = η1 1.24


⎣⎝ I 3 ⎠ ⎦ ⎝ pa ⎠

Donde, Pa= presión atmosférica, y d y ŋ1 son constantes del material.

El criterio de Lade Modificado, desarrollado por Ewy (1999), asume que el parámetro
d = 0, con la finalidad de obtener criterio que pueda predecir linealmente el esfuerzo
de corte al incrementar I1. De esta manera, el criterio es similar al propuesto por Lade
y Duncan (1975) en el que la relación I13/I3 = k1, donde k1 es un parámetro cuyo valor
depende de la densidad del suelo.
42

Si consideramos la cohesión en el material, debe introducirse un parámetro S,


además de la presión de poro. Realizando todas estas modificaciones y definiendo
apropiadamente las invariantes, se obtiene la siguiente relación:

(I1 ')3 = 27 + η1 1.25


(I 3 ')

donde:

I 1 ' = (σ 1 + S − P0 ) + (σ 2 + S − P0 ) + (σ 3 + S − P0 )

I 3 ' = (σ 1 + S − P0 ) ⋅ (σ 2 + S − P0 ) ⋅ (σ 3 + S − P0 )

El parámetro S está relacionado con la cohesión de la roca y ŋ1 representa la fricción


del material. Estos parámetros pueden ser derivados directamente del criterio de
Mohr Coulomb:

S = So / tanφ

η1 = 4(tan 2φ )(9 − 7 sen φ ) / (1 − sen φ )

tanφ = μi

Según Ewy (1999), este criterio predice el efecto de fortalecimiento en la roca al


incrementar el esfuerzo principal intermedio, seguido de una ligera reducción en la
resistencia de la roca cuando el valor intermedio de esfuerzo es demasiado alto[14].
43

Figura 1.13. Envolvente de falla para Mohr Coulomb y Lade Modificado[14].

1.31 Método de elemento finito

1.31.1 Introducción

El método del elemento ha llegado a ser una herramienta poderosa en la solución


numérica de un amplio rango de problemas de ingeniería. Las aplicaciones van
desde el análisis por deformación y esfuerzo de automóviles, aeronaves, edificios y
estructuras de puentes hasta el análisis de los campo de flujo de calor, de fluidos,
magnéticos, filtraciones y otros problemas de flujo. Con los avances en la tecnología
de las computadoras y de los sistemas CAD, pueden modelarse problemas
complejos con relativa facilidad. En una computadora pueden probarse varias
configuraciones alternas antes de construir el primer prototipo. Todo esto sugiere que
debemos modernizarnos empleando estos desarrollos para entender la teoría básica,
las técnicas de modelado y los aspectos computacionales del método del elemento
finito.
44

En este método de análisis, una región compleja que define un continuo se discretiza
en formas geométricas simples llamadas elementos finitos. Las propiedades del
material y las relaciones gobernantes, son consideradas sobre esos elementos y
expresadas en términos de valores conocidos en los bordes del elemento. Un
proceso de ensamble, en el cual se consideran debidamente las cargas y
restricciones, da lugar a un conjunto de ecuaciones y la solución de dichas
ecuaciones nos da el comportamiento aproximado del continuo[15].

1.31.2 Aspectos históricos

Las ideas básicas del método de elemento finito se originaron gracias a los avances
en el análisis de las estructuras de las aeronaves. En 1941, Hrenikoff presentó una
solución de problemas de elasticidad utilizando “el método de trabajo de marco”. En
un artículo en 1943, Courant utilizó interpolación polinomial por partes sobre
subregiones triangulares para modelar un problema de torsión. Turner y otros
investigadores obtuvieron matrices de rigidez para armaduras, vigas y otros
elementos y presentaron sus hallazgos en 1956. Clough fue el primero en acuñar el
término elemento finito en 1960.

En los primeros años de la década de 1960, los ingenieros utilizaron el método para
obtener soluciones aproximadas en problemas de análisis de esfuerzos, flujo de
fluidos, transferencia de calor y otras áreas. Un libro de Argyris, publicado en 1955,
sobre teoremas de energía y métodos matriciales, cimentó métodos adicionales en
los estudios del elemento finito. El primer libro sobre elementos finitos por
Zienkiewicz y Chung fue publicado en 1967. A finales de la década de 1960 y a
principios de la siguiente, el análisis por elemento finito se aplicó a problemas no
lineales y de grandes deformaciones. El libro de Oden sobre continuos no lineales
apareció en 1972.

Las bases matemáticas se fijaron en la década de 1970. El nuevo desarrollo de


elementos, estudios de convergencia y otras áreas afines pertenecen a esta
45

categoría. Actualmente, los avances en computadoras mainframe


(supercomputadoras) y la disponibilidad de poderosas microcomputadoras han
puesto este método al alcance de estudiantes e ingenieros que trabajan en industrias
pequeñas, lo cual ha contribuido enormemente a su uso y desarrollo[15].

1.31.3 Definición

El método de elemento finito es una técnica para resolver ecuaciones diferenciales


parciales, que parte de la discretización de estas ecuaciones a partir de su dimensión
espacial. Esta discretización es llevada a cabo mediante la generación de pequeñas
regiones de geometría simple pero configuración arbitraria (elementos finitos).
Resultando ecuaciones matriciales que relacionan los valores de entrada en puntos
específicos de los elementos (nodos) y los valores de salida en esos mismos puntos.
Parar resolver estos sistemas de ecuaciones creados para regiones extensas, la
ecuaciones matriciales generadas para las sub-regiones pueden ser sumadas nodo
por nodo, resultando un sistema de ecuaciones globales[16].

1.32 Programas de computadora

El uso de computadoras es una parte esencial para el análisis de elemento finito.


Para resolver problemas de ingeniería y para interpretar los resultados son
necesarios programas computacionales bien ideados, mantenidos y apoyados. Se
dispone de muchos paquetes comerciales de elemento finito que cumplen esos
requisitos. La tendencia en la industria es que los resultados son aceptables sólo
cuando han sido resueltos utilizando ciertos paquetes estándar de computación. Los
paquetes comerciales proporcionan plataformas de entrada de datos amigables al
usuario, con formatos de exhibición elegantes y fáciles de interpretar.

El análisis de elemento finito implica tres etapas de actividad: pre-procesamiento,


procesamiento y pos-procesamiento. El pre-procesamiento implica la preparación de
datos como las coordenadas nodales, la conectividad, las condiciones de frontera y
46

la información de las cargas y material. La etapa del procesamiento implica la


generación y modificación de la rigidez, así como la solución de ecuaciones que
resulta en la evaluación de las variables nodales. Otras cantidades relacionadas con
los gradientes o los esfuerzos pueden evaluarse en esta etapa. La etapa de
Procesamiento resuelve el problema numérico definido por el modelo, dependiendo
de la complejidad del modelo y de la capacidad del o los computadores empleados
puede tomar desde unos segundos hasta días enteros la corrida del análisis.

El post-procesamiento trata de la presentación de los resultados. En general en esta


etapa se calculan y muestran la configuración deformada, las formas modales, la
temperatura y distribución de esfuerzo. Un análisis completo por elemento finito es
una interacción lógica de tres etapas. La preparación de los datos y su pos-
procesamiento necesitan de un esfuerzo considerable si todos los datos van a ser
manejados manualmente. Lo tedioso del manejo de datos y la posibilidad de incurrir
en errores al incrementarse el número de incrementos son factores desalentadores
para el analista de elemento finito[15].

1.32.1 Abaqus

Abaqus es un programa de simulación ingenieril, perteneciente a la compañía


Simulia, basado en el método de elemento finito, que puede resolver problemas que
van desde los relativamente simples análisis lineales hasta las más difíciles
simulaciones no-lineales. El Abaqus contiene una extensa librería de elementos con
los que se puede modelar virtualmente cualquier geometría. También posee una
extensa lista de modelos de materiales con la que se puede simular el
comportamiento de la mayoría de los materiales, incluyendo: metales, gomas,
polímeros, compuestos, concreto reforzado, espumas altamente deformables y
materiales geotécnicos como suelos y rocas. Diseñada como una herramienta
multipropósito el Abaqus puede ser utilizado para estudiar más que los problemas
estructurales, pudiendo resolver problemas en diversas áreas como: transferencia de
47

calor, difusión de masa, conducción térmica de componentes eléctricos, acústicos,


mecánica de suelos y análisis piezoeléctricos.

El Abaqus CAE es un ambiente gráfico interactivo, que permite crear modelos,


generando o importando las geometrías de una estructura, para ser analizada y
descompuesta en regiones malladas. Las propiedades físicas y mecánicas son
asignadas a esta geometría, junto a las cargas aplicadas y condiciones de borde.
Una vez creado el modelo el Abaqus CAE presenta y monitorea interactivamente las
corridas y posee la capacidad para visualizar los resultados para que sean
interpretados y evaluados por los analistas.

El Abaqus posee dos tipos principales de análisis, estándar y explicito. El


Abaqus/Standard realiza análisis multipropósito que pueden resolver una amplia
gama de problemas lineales y no-lineales, incluyendo análisis estáticos, dinámicos,
térmicos y eléctricos. Resolviendo un sistemas de ecuaciones implícitas para cada
solución. El Abaqus/Explicit utiliza una formulación para el análisis dinámico explicito
de elemento finito, generando una solución con pequeños incrementos de tiempo,
ideal para la solución de problemas de explosión o impacto y para análisis que
involucren comportamientos altamente no-lineales[17].

1.33 Materiales

Los materiales son definidos a partir de la selección del mismo y la definición de los
requerimientos necesarios para establecer su comportamiento, además está
permitido combinar comportamientos de materiales como por ejemplo elasticidad y
plasticidad.

Los paquetes comerciales de elemento finito permiten la simulación de modelos con


características lineales, no-lineales, materiales isotrópicos y anisotrópicos. El uso de
integración numérica en los elementos incluye integración numérica a lo largo de la
48

sección transversal en shells y vigas, proporcionando mayor flexibilidad para analizar


estructuras más complejas[18].

El comportamiento del material es definido dentro de las siguientes categorías


generales:

• Propiedades generales Propiedades elásticas.


• Propiedades inelásticas.
• Propiedades térmicas.
• Propiedades acústicas.
• Propiedades para fluidos hidrostáticos.
• Propiedades de difusión de masa.
• Propiedades eléctricas.
• Ecuaciones de estado.

1.34 Elementos

El método de los elementos finitos supone que el comportamiento mecánico en un


dominio continuo, está conformado por un número finito de partes o elementos.
Sobre estas partes o elementos son consideradas las propiedades del material y las
relaciones constitutivas, donde a su vez, estos elementos se encuentran conectados
entre sí por un número discreto de puntos llamados nodos, localizados en sus
contornos[18].

1.34.1 Características de los elementos

• Familia: la mayor diferencia entre las diferentes familias de elementos es la


geometría que cada una de estas asume. Las familias de elementos que son
usadas en un análisis de esfuerzos pueden ser cuadráticas, triangulares,
hexagonales, etc[18].
49

• Grados de libertad: son variables fundamentales calculadas durante un análisis.


Estos grados de libertad están íntimamente relacionados con la familia del
elemento[18].

• Números de nodos y orden de interpolación: El orden de interpolación es


determinado por el número de nodos usados en el elemento, por ejemplo, los
elementos que tienen nodos sólo en las esquinas usan interpolación lineal y son
llamados elementos lineales o elementos de primer orden. Los elementos con
nodos intermedios usan interpolación cuadrática y son llamados elementos
cuadráticos o elementos de segundo orden. Los elementos triangulares o
tetraédricos modificados, usan interpolación de segundo orden modificado[18].

• Formulación: se refiere a la matemática usada para definir su comportamiento.


Presentan dos opciones, la primera es usada para los análisis de
esfuerzos/desplazamientos y está basada en la teoría Lagrangian. La segunda
es la teoría Eulerian o espacial, la cual se usa para análisis de mecánica de los
fluidos[18].

• Integración: emplea técnicas numéricas para integrar sobre el volumen de cada


elemento, la cuadratura de Gaussian es la más usada para los elementos. Se
evalúa la respuesta del material para cada punto de integración en cada
elemento. Algunos elementos continuos pueden usar integración completa o
reducida, esta decisión puede tener un significativo efecto sobre la exactitud de
los resultados[18].

1.34.2 Elementos para el análisis de esfuerzos/desplazamiento

Son usados en el modelado de análisis mecánico lineal o no lineal con posibilidad de


involucrar contacto, plasticidad y grandes deformaciones. También puede ser usado
para análisis de esfuerzos térmicos, donde la historia de temperatura puede ser
obtenida desde un análisis de transferencia de calor. Los tipos de análisis son:
50

• Estáticos y cuasi-estáticos.
• Dinámicos implícito, dinámicos explícitos, análisis dinámico modal.
• Acústicos, shock, análisis acústicos – estructurales.
• Mecánica de la fractura.

Estos elementos están disponibles para: Elementos Continuos, estructurales, rígidos,


conectores, elementos de propósitos especiales y de contacto[18].

1.34.3 Elementos sólidos continuos

Los elementos continuos o elementos sólidos son medios donde no hay


discontinuidades entre las partículas que lo conforman y que la descripción
matemática de este medio y de sus propiedades se puede realizar mediante
funciones continuas. Pueden ser usados para modelar una amplia variedad de
componentes simplificando un modelo complejo en pequeños bloques.

Los elementos sólidos pueden estar compuestos por un solo material (homogéneo) o
puede contener varias capas de diferentes materiales. Estos elementos son más
precisos si no están distorsionados, particularmente para los elementos cuadriláteros
y hexaédricos. Todos los elementos sólidos pueden ser definidos como cuerpos
rígidos, de esta manera no presentan deformaciones[18].

1.34.4 Aplicaciones típicas

Los elementos sólidos pueden ser usados para el análisis lineal y no lineal, los
cuales pueden incluir contacto, plasticidad y grandes deformaciones. Se pueden
utilizar para el análisis de esfuerzos, transferencia de calor, acústicos,
piezoeléctricos, análisis acoplado térmico–esfuerzo, fluidos–esfuerzos y térmicos–
eléctricos[18].
51

1.35 Discretización del modelo (Mallado)

Los elementos finitos y sus nodos definen le geometría básica de la estructura física
que se está modelando. Cada elemento del modelo representa una porción discreta
de una estructura física que está conformada por una serie de elementos
interconectados por nodos. Las coordenadas de los nodos, la conectividad entre
ellos y los elementos geométricos del modelo son llamados malla y esta será por lo
general una aproximación de la geometría real de la estructura.

El tipo de elemento, su forma y ubicación, como el número de elementos utilizados


en la malla afectan a los resultados obtenidos en la simulación. Una malla con una
alta densidades de elementos proporcionara una mejor exactitud en los resultados,
aunque también incrementa el tiempo requerido para el análisis del problema[17].

1.36 Contactos

Muchos problemas ingenieriles involucran contactos entre dos o más componentes.


En estos problemas actúa una fuerza normal entre los cuerpo en contacto y si existe
fricción entre las superficies, las fuerzas de corte pueden crear una resistencia
tangencial al movimiento de los cuerpos. El objetivo general de la simulación del
contacto es identificar las áreas en las superficies que están en contacto y calcular
los esfuerzos que estas generan.

En los métodos de elementos finitos los contactos son una especie de condición de
discontinuidad, permitiendo bajo ciertas normas que las fuerzas se trasmitan de una
parte del modelo a otra. Este análisis deberá ser capaz de detectar cuando dos
superficies están en contacto y aplicar las condiciones acordadas. Al igual que debe
tener la capacidad de saber cuando no lo están para remover las condiciones de
contacto[17].
52

1.36.1 Interacción entre las superficies

La interacción entre las superficies en contacto consiste en dos componentes: una


normal y una tangencial a las superficies. La componente tangencial es relativa al
movimiento (desplazamiento) de los cuerpos y posiblemente a esfuerzos de corte
fricciónales. Hay varios modelos de interacción para los contactos entre superficies y
pueden ser asignados independientemente para cada una de las superficies[17].

1.36.2 Comportamiento normal

Esta condición de contacto es aplicada cuando la distancia entre los cuerpos es cero.
Su magnitud es la proyección de la fuerza resultante sobre el vector normal a la
superficie.

1.36.3 Modelo friccional

Este comportamiento usualmente es llamado resistencia al deslizamiento tangencial


y es proporcional a la fuerza normal ejercida entre los cuerpos. Cuando dos o más
superficies están en contacto, usualmente trasmiten tanto fuerzas de corte como
fuerzas normales a través de la interfase.

Este análisis necesita la aplicación de fuerzas friccionantes, las cuales se oponen al


desplazamiento tangencial sobre la superficie. Por defecto el coeficiente de fricción
es cero (superficies lisas), pero adquiere valores que van entre cero y uno para
superficies rugosas[17].

1.36.4 Superficie esclava y maestra

Por defecto el método de elemento finito cataloga las superficies utilizando un


algoritmo de contacto esclavo-maestro, donde los nodos que pertenecen a la
superficie esclava no pueden penetrar al segmento que define la superficie maestra.
53

Sin embargo, el algoritmo no establece restricciones a los nodos de la superficie


maestra. Por esta razón se debe tener mucho cuidado para seleccionar
apropiadamente el tipo de superficie, para esto deben cumplirse las siguientes
reglas[17]:

• La superficie esclava debe tener el mallado más denso.


• La superficie esclava debe poseer el material más deformable.

1.37 Simulación en dos dimensiones (2D)

1.37.1 Esfuerzo plano

Se dice que un cuerpo plano delgado sometido a una carga plana sobre su borde.
Puede ser usado cuando el espesor de un cuerpo es relativamente pequeño
comparado con sus dimensiones laterales. Este debe ser definido en el plano XY, y
todas las cargas y deformaciones están restringidas a ese plano. Por eso los
esfuerzos estarán en función de las coordenadas planares y fuera de ese plano los
esfuerzos normales y de corte son cero[19].

1.37.2 Deformación plana

Si un cuerpo largo plano de sección transversal uniforme está sometido a una carga
transversal a lo largo de su longitud, un espesor pequeño de área cargada puede
tratarse como una deformación plana unitaria. La deformación plana está definida en
el plano XY y todas las cargas y deformaciones estan restringidas a ese plano. Este
método de modelado es generalmente usado para cuerpos muy gruesos en relación
a sus dimensiones laterales. La deformación plana puede aplicase a cortes
transversales de ejes, presas de concreto o paredes. Esta teoría también puede
aplicarse a cortes de túneles bajo tierra que viajan a lo largo del eje Z[19].
54

CAPITULO II

UBICACIÓN GEOGRÁFICA Y
MARCO GEOLÓGICO

2.1 Cuenca Oriental de Venezuela.

Se encuentra ubicada en la zona Centro-Este de Venezuela, al sur de la Cordillera


de Costa y de la Serranía del Interior, limitada al norte, por la línea que demarca el
pie de monte meridional de la Serranía del Interior Central y Oriental; al sur hasta el
escudo de Guayana, específicamente, por el curso del río Orinoco desde la
desembocadura del Río Arecuna hacia el este hasta Boca Grande, siguiendo de
modo aproximado el borde septentrional del Cratón de Guayana; hacia el este se
extiende hacia la plataforma continental del Atlántico, por debajo del Golfo de Paria,
incluyendo la parte situada al Sur de la Cordillera Septentrional de la Isla de Trinidad
y se hunde en el Atlántico al este de la costa del Delta del Orinoco, siendo ésta un
área nueva para la explotación de hidrocarburos, y hacia el oeste por el
levantamiento de El Baúl y su conexión estructural con el mencionado cratón, que
sigue aproximadamente el curso de los ríos Portuguesa y Pao; formando una
depresión topográfica y estructural que comprende la subcuenca Guárico al oeste y
la subcuenca Maturín al este (Figura 2.1) [9].

La Cuenca Oriental de Venezuela tiene una longitud aproximada de 800 km en


sentido oeste-este, una anchura promedio de 200 km de norte a sur y un área total
aproximada de 165.000 km2 y comprende la mayor parte de los estados Guárico,
Anzoátegui, Monagas, Delta Amacuro y parte del sur de Trinidad. Por su contenido
de hidrocarburos, es la segunda cuenca petrolífera en magnitud de América del Sur,
sólo sobrepasada por la cuenca del Lago de Maracaibo. Si se añaden a estos
55

recursos las reservas estimadas para su parte meridional o Faja Petrolífera del
Orinoco, pasaría a ser la cuenca de mayores recursos petrolíferos de América [9].

Figura 2.1. Cuenca Oriental de Venezuela.

2.2 Distrito Anaco

Ubicado en la región central del estado Anzoátegui, el Distrito Anaco se extiende por
13.400 km2, desde el corrimiento frontal de la Serranía del Interior, en el norte, hasta
el corrimiento de Anaco, en el sur; termina al este en el sistema de fallas de Urica, y
su final occidental se coloca 30 km al oeste del límite entre los estados Anzoátegui y
Guárico (Figura 2.2).

Se encuentra conformado además por dos extensas áreas de explotación: la unidad


de producción Área Mayor Anaco (A.M.A.) con un área de 3.160 km2 y formada por
los campos Santa Rosa, Guario, El Roble, San Joaquín, Santa Ana y El Toco; y la
unidad de producción Área Mayor Oficina (A.M.O.) con un área de 10.240 km2
conformada por los siguientes campos: Aguasay, La Ceibita, Mata R, Zapatos, Soto
Mapiri, entre otros[9].
56

La configuración estructural-estratigráfica de la Subcuenca de Maturín da como


resultado dos tipos de provincias tectónicas: una compresiva al norte, delimitada por
el Corrimiento de Anaco en donde están alineados una serie de domos que
conforman los campos principales del Área Mayor de Anaco, y una provincia
extensiva al sureste del corrimiento, en donde se ubican los campos del Área Mayor
de Oficina[9].

Figura 2.2. Ubicación del Distrito Anaco[9].

2.3 Campo San Joaquín

El Campo San Joaquín se encuentra ubicado aproximadamente a 8 km al sureste de


la población de Anaco y a 150 km al suroeste de Maturín. Está conformado por tres
domos asociados a una silla tectónica, en cuyas crestas aflora la Formación Oficina.
El domo sur posee una forma alargada en dirección N 50° E y los domos norte y
central en dirección N 60° E. Estos domos son asimétricos y sus flancos presentan
buzamientos locales de 25° al noreste y 80° al sureste (Figura 2.3). Se han
encontrado fallas normales con desplazamientos de 150 pies, aproximadamente, y
una profunda silla tectónica está presente entre los domos norte y sur del Campo
San Joaquín. Las discrepancias en la acumulación y espesores de la zona
productora indican que estos domos están definitivamente separados. Sin embargo,
57

la silla tectónica entre el domo norte del Campo San Joaquín y el domo de Guario no
es muy pronunciada, por lo que estos dos domos pueden tener yacimientos
comunes[9].

Este campo abarca un área aproximada de 450 km2, de la que también forman parte
los Campos El Roble y Guario, individualizados por razones administrativas. En esta
área se localizan un total de 662 yacimientos, con hidrocarburos que presentan una
gravedad que oscila entre 34°-60° API, porosidad entre 9 % y 25 % y la
permeabilidad entre 10 md y 200 md. Para 1998, se estimó el gas original en sitio
(GOES) en 8.123 MMMPCN, y para el año 2005 se había recuperado 5.794
MMMPCN de gas. En los campos de Anaco, predominan los yacimientos de
condensado asociado con petróleo liviano y existe un buen número de yacimientos
de gas seco, siendo el área productora de grandes volúmenes de gas[9].

Figura 2.3. Mapa del Campo San Joaquín, correspondiente a la Arena San Juan A.
Cortesía de PDVSA Oriente 2005.
58

2.4 Antecedentes del campo

El descubrimiento de los campos Santa Ana, San Joaquín y Santa Rosa fue en el
año1934, cuando un estudio de fotografías aéreas y el reconocimiento geológico de
superficie permitió delinear las estructuras dómicas correspondientes al área[9].

El primer pozo perforado entre los Campos Santa Ana, San Joaquín y Santa Rosa
fue el Pozo Santa Rosa 1 (RG-1), el cual alcanzó una profundidad de 7.214 pies, fue
completado por la Mene Grande Oil Company el 14 de febrero de 1934 y se
abandonó en mayo de 1936. Durante 1934-1936, los geólogos de la Creole y Mene
Grande desarrollaron un detallado trabajo de superficie sobre los domos de San
Joaquín y realizaron extensos programas sísmicos, lo que permitió establecer un
buen patrón estructural de la zona para 1937[9].

Muchos de esos geólogos que han estudiado el Oriente de Venezuela han coincidido
que el origen de las estructuras de Anaco datan de Mioceno-Plioceno, formándose
esta serie de domos como resultado de la compresión y el arrastre durante el empuje
de las capas. En 1949 E. S. Driver, después de un exhaustivo análisis de los perfiles
sísmicos en los campos de Anaco, sugirió la hipótesis que el Corrimiento de Anaco
pudo haberse iniciado como una falla normal con buzamiento noroeste que estuvo
activo durante una temprana secuencia de sedimentación[22].

Un estudio detallado de los espesores del área de Anaco realizado por L. M. Banks
en 1955 complementó la hipótesis de Driver, en la cual el Corrimiento de Anaco (falla
inversa actualmente) en su origen fue una falla normal contemporánea con
Merecure. Esto causó un ensanchamiento en la sección a través de la falla.
Posteriormente, debido a procesos compresivos, se transformó en una falla inversa
que se desplazaba a lo largo del plano de debilidad generando el Corrimiento de
Anaco que conocemos hoy en día[22].
59

2.5 Ambiente de sedimentación

El ambiente de sedimentación es transicional, fluvio-deltaico con el desarrollo hacia


la parte norte del área de un cinturón de meandros y hacia la parte central de un
sistema de canales entrelazados, por lo que esta zona presenta condiciones
geológicas favorables para la acumulación de hidrocarburos[9].

La secuencia sedimentaria del subsuelo de esta área se extiende desde el Mioceno,


Plioceno y por último el más joven, el Pleistoceno. Se caracteriza por presentar una
columna estratigráfica que se destaca por una secuencia de rocas sedimentarias de
gran prosperidad petrolífera depositada en el intervalo geológico comprendido entre
el Cretáceo y el Mioceno Medio del Terciario. En ellas están presentes las
Formaciones Temblador, San Juan, Vidoño, Merecure y Oficina, principalmente, con
remanentes localizados en las Formaciones La Mesa y Freites. La Formación Oficina
se caracteriza por cuerpos arenosos intercalados de arenas y lutitas. En esta área se
identifican los miembros: Blanco, Azul, Moreno, Naranja, Verde, Amarillo y Colorado.
La Formación Merecure está constituida principalmente por areniscas, delgadas
limolitas y lutitas; la Formación San Juan, Vidoño y el Grupo Temblador son de
carácter eminentemente arenoso y facies carbonáticas[9].

2.6 Cronología estructural

La historia del Campo San Joaquín puede ser aplicada para todos los campos
pertenecientes al área mayor de Anaco a continuación se describe la cronología de
los eventos geológicos sedimentarios y estructurares de mayor relevancia que
ocurrieron desde la depositación de los estratos hasta hoy en día [21]:

• Durante el Oligoceno, simultáneamente a la sedimentación de Merecure se


empezó a formar una falla normal de buzamiento noroeste conocida actualmente
como el Corrimiento de Anaco.
60

• Para finales del Oligoceno y principios de Mioceno Temprano se empiezan a


formar una serie de domos en el bloque deprimido de la falla normal.

• El plegamiento de las capas ha continuado ininterrumpidamente hasta el día de


hoy; sin embargo el crecimiento de la falla normal fue detenido para el momento
de la depositación del Miembro Naranja, perteneciente a la Formación Oficina.

• Para finales de la depositación de la Formación Oficina, se inició la inversión del


movimiento de la falla normal hasta conformar el Corrimiento de Anaco actual,
siendo esto el resultado de una configuración del régimen de esfuerzos
compresivos en la Cuenca Oriental de Venezuela.

• Este nuevo régimen de esfuerzos, tomó a la falla normal como un plano de


debilidad preexistente y generó la reversión del desplazamiento para conformar
una falla inversa. Esto puede explicar el porqué de la ausencia de fallas con
características similares paralelas al Corrimiento de Anaco lo largo de la cuenca.

• El levantamiento y empuje prosiguió durante el Mioceno, causando el


adelgazamiento de la Formación Freites. La estructura continuó creciendo
durante el Plioceno y Pleistoceno hasta conformar la morfología que observamos
actualmente.

2.7 Corrimiento de Anaco

Uno de los rasgos geológicos más distintivos de la Cuenca Oriental de Venezuela lo


constituye el Corrimiento de Anaco y el grupo de domos asociados, de rumbo
noreste, que cruzan la provincia de fallas normales de rumbo este-oeste. El
Corrimiento de Anaco y los domos son obviamente estructuras compresionales, pero
aparecen en un asentamiento que normalmente sería interpretado como tensional;
más aún, estos rasgos compresionales están comparativamente aislados de rasgos
similares en el noreste[21].
61

La falla ha sido cartografiada como una falla inversa con rumbo N50°E, de
aproximadamente 70 km de largo y que yace diagonalmente a través del patrón
estructural, en general este-oeste, de la cuenca Oficina. El plano de la falla es
cóncavo hacia arriba y buza 45° NO en Santa Ana. A medida que la falla se
profundiza parece confundirse con el buzamiento de los estratos y puede
transformarse con un corrimiento a lo largo de un plano de estratificación. Se ha
estimado que el desplazamiento estratigráfico oscila entre 80 pies y 1.200 pies cerca
del extremo suroeste de la falla, hasta posiblemente más de 7.000 pies en el Campo
Santa Rosa en el extremo noreste, como se puede observar en la Figura 2.4[21].

La falla de Anaco termina al sureste del área El Toco o puede pasar de forma
gradual a una serie de fallas normales, mientras que al norte de Santa Rosa la falla
penetra un área estructuralmente compleja, cerca de la Falla de Urica y al parecer,
intercepta el eje de la cuenca estructural de Maturín, donde su relación es poco
conocida[21].

Santa Rosa
N El Roble

San Joaquín Guario

San Roque
Corrimiento de Anaco
El Toco Santa Ana

Figura 2.4.Mapa estructural de A.M.A., atravesada por el Corrimiento de Anaco[9].

2.8 Columna estratigrafía de la zona

A continuación, en la Figura 2.5, se presenta la columna estratigráfica tipo


encontrada en los campos del Distrito Anaco, pertenecientes a la Cuenca Oriental de
Venezuela:
62

Figura 2.5. Columna estratigráfica de oriente. Tomado y modificado de [23]


63

2.8.1 Formación Mesa

La culminación del proceso sedimentario de la Cuenca Oriental está representada


por la formación Mesa, de ambiente continental. Se extiende sobre los Llanos
Orientales de Guárico, Anzoátegui y Monagas. Esta sección descansa en forma
transicional sobre la Formación Las Piedras y su espesor es de un máximo de 180
pies. Consta básicamente de estratos prácticamente horizontales con pequeñas
inclinaciones, es considerada de edad Pleistocena, debido a su posición discordante
sobre la formación Las Piedras del Plioceno. Está formada por arcillas solubles de
color rojizo, crema y grisáceos, alternado hacia la base con areniscas de grano
grueso, guijarros, peñas y peñones[20].

2.8.2 Formación Las Piedras

Su edad data del Plioceno y se presenta a lo largo de la Cuenca Oriental de


Venezuela, con un espesor máximo de 5.000 pies. Esta unidad se caracteriza
litológicamente por la presencia de sedimentos poco consolidados que incluyen
areniscas, limolitas carbonáceas, arcillas y lignitos. Hacia el norte, incluyen una zona
basal conglomerática[20].

2.8.3 Formación Freites

Descansa concordante y transicionalmente sobre la Formación Oficina, es de edad


Mioceno Medio a Superior y se compone esencialmente de lutitas. Pueden
distinguirse tres intervalos, según la presencia de areniscas cerca del tope de la base
de la formación, en contraste con la parte media[20].

2.8.4 Formación Oficina

La Formación Oficina contienen las arenas de mayor producción en el área de


Anaco. El ambiente sedimentario es del tipo fluvio deltaico a marino de aguas llanas
64

donde son comunes las arenas lenticulares y los rellenos continentales. Pertenece al
Mioceno Inferior y Medio, concordante sobre la Formación Merecure. Consiste en
una serie alternada de lutitas con areniscas de grano fino, comúnmente muy duras;
lignitos y calizas son componentes menores, pero muy frecuentes. Las areniscas
suman el 30 % de la formación, pero hacia la región de Anaco aumenta el porcentaje
de lutitas y presenta un notable incremento en su espesor desde el sur hacia el norte
y desde el este hacia el oeste, lo que da indicios del aporte desde nor-oeste,
profundizando la cuenca al sur este.

La Formación Oficina ha sido separada en siete miembros individuales en base a sus


cualidades litológicas y paleontológicas. Las areniscas comprendidas en esta
formación han sido agrupadas en unidades de arenas, a las cuales en orden
estratigráfico descendente son conocidas como: Blanco, Azul, Moreno, Naranja,
Verde, Amarillo y Colorado[20].

• Miembro Blanco: Depositado encima del miembro azul, el Miembro Blanco está
compuesto de arenas poco consolidadas, limos y arcillas plásticas. No hay
yacimientos y por lo tanto se considera de poco interés económico[20].

• Miembro Azul: Está formado por lutitas limosas, color gris oscuro, con areniscas
arcillosas micáceas, de granos finos y de color gris claro. En esta secuencia se
encuentran fósiles de aguas marinas y salobres[20].

• Miembro Moreno: En el tope y la parte media del estrato, se encuentra


conformado por arcillas de color gris claro y gris verdosa, plástica, soluble,
blanda, limosa, con pequeñas intercalaciones de carbón, escasas intercalaciones
de lutitas y areniscas cuarzo-cristalina, de grano fino a medio. La parte basal del
estrato está constituida por una lutita gris verdoso oscuro y gris verdoso claro,
laminar, en parte en bloque, moderadamente dura a blanda, limosa e
hidratable[20].
65

• Miembro Naranja: Está caracterizado en el tope por una secuencia monótona


de lutitas gris claro y gris oscuro, en bloque, blanda a moderadamente dura, en
parte quebradiza, hidratable, ocasionalmente limosa, carbonosa, no calcárea.
Luego continúa con lutitas gris oscuro y marrón oscuro, blanda a
moderadamente dura, fisible, poco quebradiza, limosa, microcarbonosa,
levemente calcárea, con intercalaciones de limolita y areniscas cuarzo-cristalina,
consolidadas, de grano fino a medio y porosidad visual regular. Hacia la base de
este miembro los espesores de areniscas y limolita son mayores[20].

• Miembro Verde: Está conformado en la parte superior por lutitas gris claro y gris
verdosa, en bloque, moderadamente dura, fisible, hidratable, microcarbonosa,
micropirítica, ligeramente calcárea, con delgadas intercalaciones de arenisca y
limolita. Hacia la parte media e inferior del miembro, se reconoce lutitas marrón
oscuro, en bloque, blanda a moderadamente dura, fisible, ocasionalmente
quebradiza, en parte limosa, hidratable y microcarbonosa, con intercalaciones
que presentan mayor espesor de limolitas y areniscas de grano fino, con pobre
porosidad visual e inclusiones de carbón[20].

• Miembro Amarillo: Predominan las lutitas gris oscuro y gris medio, en bloque,
blanda a moderadamente dura, fisible, hidratable, soluble, en parte limosa,
microcarbonosa, micropirítica, ligeramente calcárea, con intercalaciones de
areniscas de grano fino a muy fino. Hacia la base del estrato existe abundante
lutitas gris claro y marrón claro, en bloque, en parte laminar, blanda a
moderadamente dura, en parte limosa, microcarbonosa, micropíritica y
ligeramente calcárea[20].

• Miembro Colorado: El Miembro Colorado está conformado por intercalaciones


de lutitas y bloques de areniscas. Las lutitas son de color gris oscuro, gris medio,
sublaminar, blanda a moderadamente dura, fisible, en parte quebradiza, en parte
limosa, microcarbonosa, micropirítica, no calcárea. Las areniscas son
blanquecinas, beige, cuarzo-cristalinas, de grano fino a medio, subangular a
66

subredondeado, matriz arcillosa, cemento silíceo, con inclusiones de carbón,


abundante cuarzo libre. También muestra lentes de carbón negro,
moderadamente duro[20].

2.8.5 Formación Merecure

El ambiente de la Formación Merecure, en el Área Mayor de Anaco y en el Área


Mayor Oficina, es probablemente de aguas dulces a salobres, y corresponde al
comienzo de la transgresión del Terciario Medio que continuará durante el Mioceno
Inferior y Medio. Esta formación posee un espesor máximo de 1.900 pies
aproximadamente y se caracteriza por la abundancia de areniscas masivas de grano
medio, sucias, con estratificación cruzada, presentan intercalaciones, capas de lutitas
que aparecen y desaparecen lateralmente, esto nos indica que la deposición fue en
un ambiente de gran actividad de origen continental y fluvial.

La Formación Merecure se caracteriza por poseer una secuencia de arenas que van
desde ME-A hasta ME-T4,5. Subyace a la Formación Oficina, marcando la
transgresión del Oligoceno y el desarrollo de la Cuenca Oriental de Venezuela
durante el Oligoceno Medio y el Mioceno Inferior.

Las secuencias de arenas ME-A a ME-M1 se caracteriza por presentar mayormente


areniscas cuarzo-cristalinas, beige y marrón claro, de grano fino a muy fino, sub-
redondeada a sub-angular, matriz arcillosa, cemento silíceo, con inclusiones de
carbón, cuarzo libre y con algunas intercalaciones de lutitas.

La secuencia estratigráfica comprendida entre ME-M2 y ME-S5 está constituida


mayormente por areniscas beige y gris claro, de grano medio a fino, sub-angular a
sub-redondeado, matriz arcillosa, cemento silíceo, microcarbonosa, cuarzo libre.

Entre ME-S6 y ME-T1 las areniscas son gris oscuro y beige, grano fino a medio, sub-
redondeado, friable, matriz arcillosa, cemento silíceo, cuarzo libre y también carbón.
67

En la base de la Formación Merecure desde ME-T1 hasta ME-T4,5; la sección se


caracteriza por areniscas marrón claro y beige, de grano fino a medio,
subredondeado a redondeado, matriz arcillosa, cemento calcáreo, cuarzo libre, e
intercalación de lutitas y carbón[20].

2.8.6 Formación Vidoño

De edad Paleoceno, esta formación está representada en la Serranía del Interior de


Anzoátegui y Monagas, por una sedimentación marina de aguas relativamente
profundas.

Esta formación de carácter transgresiva es casi exclusivamente lutítica. En el


subsuelo de Monagas, se caracteriza por una secuencia de lutitas oscuras ricas en
glauconita, seguida de una caliza masiva en la base intercalada con areniscas y
lutitas blandas, delgadas y sin laminaciones[20].

2.8.7 Formación San Juan

Se caracteriza por la presencia de areniscas masivas grises bien estratificadas, de


grano fino a medio, bien escogido, localmente glauconíticas y a veces calcáreas. La
presencia de microfósiles indica una edad del Maestrichtiense y representa el primer
horizonte Cretáceo. El contacto con el infrayacente Grupo Temblador es concordante
y transicional. La Formación San Juan es de ambiente nerítico–costero donde el
aporte arenoso, uniforme, lento y constante originó la regularidad en la distribución,
la buena estratificación y el gran porcentaje de arenas de la formación. Posee un
máximo espesor de 1.800 pies aproximadamente y está constituida por tres arenas
principales: SJ-A, SJ-B y SJ-C, las cuales presentan escasas intercalaciones de
lutitas, con matriz arcillosa y cemento silíceo.

El intervalo superior correspondiente a SJ-A está formado por areniscas cuarzo-


cristalinas, beige y marrón oscuro, de grano fino a medio, mientras que SJ-B
68

presenta areniscas beige, gris oscuro y marrón oscuro, de grano fino a muy fino con
intercalaciones de lutita. Luego subyace SJ-C con el predominio de areniscas gris
claro, gris verdoso y beige, de grano fino a medio, friable y buena porosidad visual[20].

2.8.8 Grupo Temblador

Corresponde a la edad Cretácico Tardío. La secuencia estratigráfica corresponde


específicamente a las arenas: TEMB-A, TEMB-B, TEMB-C, TEMB-D y TEMB-E de
matriz arcillosa, con granos sub-redondeados a sub-angulares[20].

• TEMB-A: se caracteriza por el predominio de areniscas blanquecinas y gris claro,


de grano medio a fino, friable, mala a regular porosidad visual, cemento silíceo,
microcarbonosa y cuarzo libre.

• TEMB-B: está conformado por areniscas de grano fino a medio, pobremente


cementadas que se caracterizan en el tope por ser de color marrón oscuro, beige
y gris oscuro, mientras que en la base son arenas cuarzo-cristalinas, beige, con
abundante cuarzo libre.

• TEMB-C: está constituido por areniscas de grano fino a medio, en cuyo tope se
caracterizan por ser cuarzo-cristalinas, beige, friable y con abundante cuarzo
libre, mientras que en la base son gris oscuro con escasas intercalaciones de
lutitas.

• TEMB-D: constituido por areniscas blanquecinas y beige, cuarzo-cristalinas, de


grano medio a fino, friable, micropirítica, en parte galuconítica, con intercalación
de lutitas.

• TEMB-E: areniscas gris oscuro, cuarzo-cristalinas, de grano medio a fino, friable,


en parte consolidada, abrasiva, con inclusiones de glauconita e intercalaciones
de lutitas.
69

CAPITULO III

METODOLOGÍA

El proyecto está dividido en siete fases principales necesarias para cumplir cada uno
de los objetivos propuestos.

Figura 3.1. Flujograma de la metodología de trabajo.


70

3.1 Revisión bibliográfica

Constituye la primera parte del proyecto donde se revisó todo el material bibliográfico
que pudiera proporcionar información acerca de los conocimientos básicos
necesarios para desarrollar el trabajo: identificación de las estructuras geológicas en
el subsuelo (pliegues y fallas), regímenes de esfuerzos asociados a las estructuras
geológicas, reología de la roca (frágil y/o dúctil), modelos matemáticos para la
proyección de los esfuerzos. Esto fue de gran ayuda en el desarrollo del proyecto,
pues asentó las bases teóricas para su desarrollo.

3.2 Estudio del modelo estructural del Campo San Joaquín

A partir de los análisis geológicos realizados previamente, se describió el modelo


estructural del Campo San Joaquín. En esta etapa se estudió el modelo estructural,
los análisis estratigráficos, además de la caracterización de las fallas.

3.2.1 Modelo estructural

Se realizó una descripción del modelo estructural del Campo San Joaquín a partir de
trabajos previos, reseñando las características resaltantes de su morfología y se
realizó un recuento de la historia del campo.

3.2.2 Caracterización de las fallas

En este paso se efectuó una descripción de las principales fallas presentes en el


campo, las cuales han de subdividir el área de estudio en subregiones.

3.2.3 Análisis estratigráfico

Se describió la columna estratigráfica tipo del campo, tratando de identificar las


formas, composiciones litológicas y propiedades geofísicas de las secuencias
verticales. Estas se subdividieron por unidades litoestratigráficas.
71

3.3 Modelo Geomecánico

Basándose en conceptos y teorías de mecánica de rocas y mecánica de suelos, se


construyó un modelo geomecánico local para los pozos en el área de interés que
busca relacionar el comportamiento del material rocoso con los esfuerzos a los que
se ve sometido, producto de las operaciones petroleras de perforación de pozos.

En primer lugar se requirió determinar la distribución de los esfuerzos alrededor del


hoyo. Estos esfuerzos inducidos están controlados principalmente por la acción de
los esfuerzos in situ, la orientación del pozo, las propiedades mecánicas de la roca,
la presión de poro, la densidad del fluido de perforación y los planos estratigráficos.
Para calcular estos esfuerzos se utilizaron soluciones analíticas o numéricas
dependiendo del modelo de comportamiento de la roca considerado.

3.3.1 Recolección de datos

Se listaron todos los pozos perforados entre el domo norte y el domo central del
Campo San Joaquín, llegando a contarse con un número de 32 pozos
potencialmente candidatos para el proyecto.

Se buscó en la base de datos digital “DIMS32 for Windows”, de PDVSA Oriente, la


información concerniente a las características del pozo, entre las cuales se
encuentran: el esquema mecánico, registro geodésico (Survey), sumario de
operaciones y sumario de lodo; en otras bases de datos digitales como el “FINDER”
se hallaron datos sobre las características del taladro como: altura de la mesa rotaria,
elevación del terreno coordenadas de superficie y los topes estructurales que
atravesó el pozo durante su construcción; por medio de la Gerencia de Calidad del
Dato de Oriente de recopiló la información de los registros tomados en el pozo:
gamma ray, gamma ray espectral, caliper, caliper orientados, densidad bruta,
densidad neutrón, resistivos (someros, medianos y profundos), sónicos monopolares,
sónicos dipolares, imagen resistiva e imagen acústica; por último en las carpetas de
72

pozo físicas y digitales (base de datos SYMDE) se encontró información sobre las
pruebas de campo tomadas en estos pozos como: pruebas de presión y pruebas de
integridad de formación (PIP, Microfrac). Además gracias al apoyo de la Gerencia de
Estudios Integrados Oriente se obtuvo las líneas sísmicas, mapas estructurales,
modelos de velocidades y los polígonos de falla del Campo San Joaquín.

3.3.2 Selección de los pozos candidatos

El primer criterio de selección se basó en listar todos lo pozos ubicados en el área de


interés, la cual se encuentra entre el domo norte y el domo central del Campo San
Joaquín (reduciendo el número de pozos candidatos a 18), para después seleccionar
aquellos pozos de la población anterior con mayor disponibilidad de información útil
para un estudio de estabilidad de hoyo (registros, análisis de núcleos, pruebas de
campo). Este proceso se realizó mediante la creación de un inventario donde se
evaluó cada uno de los pozos basándose en la cantidad de información que estos
poseían y asignándole un valor a cada uno de éstos datos dependiendo de su
importancia para el estudio, para posteriormente seleccionar los pozos que
acumularon el mayor puntaje (Apéndice A).

La segunda fase se basó en seleccionar los pozos en el área de estudio que poseen
registros de imagen acústica, registros de imagen microresistiva, caliper de 4 ó 6
brazos orientados o cualquier otra forma de identificar la dirección de los esfuerzos
horizontales. Una vez seleccionados, se les realizó un análisis a partir del estudio de
la orientación de las fallas tipo breakout, fracturas inducidas en la pared del pozo o
los patrones de ovalaciones, para determinar la dirección de los esfuerzos
horizontales. En este caso sólo se encontraron cuatro pozos que poseían registros
de imágenes acústicas, los cuales fueron los Pozos: JM-190, JM-206, JM-215 y el
JM-221. Al realizar un análisis de frecuencia de ocurrencia a partir de las
orientaciones de las fallas tipo breakout se obtuvo que los valores promedios de la
dirección del esfuerzo horizontal máximo eran de 164°, 173°, 151° y 152°;
respectivamente, para un valor promedio general de 160° azimut.
73

Tabla 3.1. Tabla de direcciones de los esfuerzos horizontales

Por último de seleccionaron todos los pozos alineados en dirección al esfuerzo


horizontal máximo (160°AZI) que coincidían con una línea sísmica requerida en esta
misma dirección que partiera del pozo JM-190, incluyendo adicionalmente a los
pozos que poseían registros de imagen acústica, además del pozo G-95, por ser el
pozo más cercado al área de estudio que se encuentra al sur del Corrimiento de
Anaco, siendo finalmente seleccionados los pozos: JM-190, JM-195, JM-205, JM-
206, JM-207, JM-215, JM-221, JM-240 y el G-95 (Figura 3.2).

Figura 3.2. Mapa isopaco – estructural del Campo San Joaquín


74

3.3.3 Comparación y evaluación de la información del campo

Se seleccionó sólo aquellos datos necesarios para realizar el estudio de estabilidad


de hoyos a partir de las carpetas o historias de pozo, la herramienta informática
“DIMS 32”, reportes finales de pozos, la bases de datos “SIMDE” y “FINDER”,
carpetas de registros de pozos, entre otros. Seguidamente se procedió a evaluar la
información, para identificar y filtrar aquellos datos que no fuesen consistentes o
representativos de las condiciones del campo, dando como resultado la exclusión de
algunos datos de los pozos ya seleccionados.

Para poder extrapolar la información en el área de estudio, se corroboró que ciertas


propiedades en los distintos pozos presentasen el mismo comportamiento. Esto se
llevó a cabo por medio de un análisis estadístico de frecuencia de ocurrencia,
generando histogramas de los registros fundamentales para el estudio, tales como
densidad y acústico compresivo. También se realizó un análisis cualitativo del
comportamiento que presenta cada una de las curvas, identificando las zonas donde
no se tenían de datos o aquellos donde se presentaba un comportamiento anómalo.

A continuación se presenta el listado de los datos recolectados y su clasificación


según el tipo de información. Además se muestra la tabla 3.1, donde se listan ciertos
análisis llevados a cabo en cada uno de los pozos, entre los que se encuentra un
análisis de la calidad de la información de los registros tomados.

• Registros: rayos gamma, resistividad, caliper, caliper orientados, densidad


neutrón, rayos gamma espectral, mud logging, imágenes acústicas y resistivas,
sónico dipolar, sónico monopolar.

• Reportes diarios de perforación: fecha, profundidad, tasa de penetración,


galonaje, eventos de perforación, registros de torque, presión anular y presión de
tubería, entre otros.
75

• Reportes de desviación (Survey): inclinación, azimut, severidad de la pata de


perro “Dogleg”.

• Reportes de fluidos de perforación: densidad, propiedades reológicas,


porcentajes de sólidos, formulación promedio.

• Pruebas de campo: minifrac, microfrac y mediciones de presiones de formación.

• Datos geológicos: mapa estructural, columna estratigráfica (topes, bases y


nombre de la formación), sección estructural e historia geológicas.

• Muestras de campo: muestras de núcleos, pared, ripios y derrumbes.

Tabla 3.2. Resumen del inventario de Información


76

3.3.4 Análisis de experiencia de perforación

En este punto se realizó un resumen de los eventos ocurridos durante la perforación


y de las condiciones en las cuales se construyeron los pozos, para realizar un
análisis de la problemática presentada durante toda la perforación. Para cada uno de
los datos se registró la fecha del evento, densidad del fluido de perforación y la
profundidad correspondiente a la cual ocurrió el incidente.

Para la realización del análisis de los eventos ocurridos durante la perforación, se


investigó con anterioridad la arquitectura del pozo, la columna estratigráfica
atravesada (topes y bases) y el reporte de los fluidos de perforación; para después
examinar los sumarios operacionales e identificar los problemas ocurridos, asociados
a la estabilidad de hoyo, tales como: taponamiento de las mallas o líneas de flujo,
embolamiento de la mecha, repasos, pérdidas de circulación, arrastres, apoyos,
pegas de tubería, arremetidas, influjos de gas; y así determinar las zonas que
presentaron la mayor cantidad de problemas de inestabilidad.

3.3.5 Estimación de las geopresiones

3.3.5.1 Esfuerzo vertical

El calculó de la sobrecarga se realizó mediante la integración del registro de


densidad en función de la profundidad[9], utilizando el software Drillworks Predict
perteneciente a la compañía Knowledge Systems como plataforma para éste y otros
cálculos de geopresiones.

σ v = ∫ ydz 3.1

donde:
σv = esfuerzo vertical
y = densidad (g/cc)
dz= diferencial de profundidad (pies)
77

3.3.5.2 Presión de poro

La presión de poro se estimó mediante el uso de los registros sónicos y resistivos,


empleando los teoremas de Bowers y de Eaton[9]. Estos fueron calibrados con
pruebas de presión en arenas, así como con algunos eventos de perforación.

Para el teorema de Eaton, basado en los registros de resistividad (profunda), se


utilizó la siguiente ecuación[9]:

X
⎛ Ro ⎞
Pp = Sv − ( Sv − Ppn) * ⎜ ⎟ 3.2
⎝ Rn ⎠

donde:
Pp = presión de poro (lb/gal)
Sv = esfuerzo vertical (lb/gal)
Ppn = gradiente de presión de poro normal (gradiente del agua) (lb/gal)
Ro = resistividad observada (g/cc)
Rn = resistividad normal (g/cc)
X = exponente de Eaton

El método de Eaton sónico basa sus cálculos en el registro acústico compresivo y


utiliza la siguiente ecuación para estimar el valor de la presión de poro[9]:

X
⎛ DTn ⎞
Pp = Sv − ( Sv − Ppn) * ⎜ ⎟ 3.3
⎝ Dto ⎠

donde:
DTo = tiempo de transito de la onda compresiva observada (g/cc)
DTn = tiempo de transito de la onda compresiva normal (g/cc)
78

Para el teorema de Bowers, basado en los registros sónicos, se utiliza la ecuación


3.4 cuando la profundidad de la velocidad máxima es mayor a la profundidad del
tiempo de tránsito (dmaxv > Prof)[9], en este caso, no ocurre la sobrecarga:

(1 / B )
⎛ 106 106 ⎞
⎜ − ⎟
⎜ DT DTml ⎟
⎜ A ⎟ 3.4
⎜ ⎟
Pp = ⎝ ⎠
Pr of

Si la profundidad de la velocidad máxima es menor o igual a la profundidad del


tiempo de tránsito, se supone que ocurre sobrecarga y se utiliza la siguiente
ecuación[9]:

(1 / B ) (1−U ) (U / B )
⎛ ⎛ 106 106 ⎞ ⎞ ⎛ 106 106 ⎞
⎜⎜ − ⎟ ⎟ ⎜ − ⎟
⎜ ⎜ DT DTml ⎟ ⎟ ⎜ DT DTml ⎟
⎜⎜ A ⎟ ⎟ ⎜ A ⎟ 3.5
⎜⎜ ⎟ ⎟ ⎜ ⎟
⎜⎝ ⎠ ⎟ ⎝ ⎠
Pp = Sv − ⎝ ⎠
Pr of

donde:
DT = tiempo de transito de la onda (µs/pies)
DTml = tiempo de transito normal de la onda (µs/pies)
A = valor empírico

3.3.5.3 Gradiente de fractura

Se determinó por medio de la aplicación de la correlación de Matthews y Kelly y se


ajustó con un valor obtenido en una prueba de integridad de formación para un punto
en específico[9]:

FG = K * (Sv − Pp ) + Pp 3.6
79

El valor de K se determina a la profundidad a la cual se realizó la prueba de


integridad, ya que a esta profundidad se conoce el valor del gradiente de fractura
real[9].

FG − Pp
K= 3.7
(Sv − Pp )

donde:
FG = gradiente de fractura (lb/gal)
K = coeficiente de la matriz de esfuerzo

3.3.6 Propiedades mecánicas de las rocas

Para la determinación de las propiedades mecánicas (resistencia a la compresión


uniaxial, ángulo de fricción y la cohesión) alrededor de las paredes del pozo, se
emplearon las correlaciones de Lal, Horsrud y McNally; y para el cálculo del módulo
de corte, módulo de Young y la relación de Poisson se utilizó las ecuaciones
convencionales.

3.3.6.1 Módulo de corte

Es la relación entre el esfuerzo y la deformación cuando existe corte o cizalla y viene


dada por[9]:

3, 30
⎛ 304,8 ⎞
G = 0.030⎜⎜ ⎟⎟ 145032,63 3.8
⎝ DTp ⎠

donde:
G = módulo de corte (lpc)
DTp = tiempo de transito de la onda compresiva (µs/pies)
80

3.3.6.2 Resistencia a la compresión uniaxial

Este valor puede ser estimado mediante la utilización de las siguientes ecuaciones
empíricas dependiendo del tipo de material estudiado[9].

Para las arenas, McNally aplicó la siguiente correlación[9]:

UCS = exp (−0,036 DTp ) 145,04 3.9

Para las lutitas, se empleó las correlaciones de Horsrud y Lal, respectivamente:

2 , 93
⎛ 304,8 ⎞
UCS = 0.77 ⎜⎜ ⎟⎟ 145,04 3.10
⎝ DTp ⎠

⎛ 304,8 ⎞
UCS = 10 ⎜⎜ ⎟⎟ 145,04 3.11
⎝ (DTp − 1) ⎠

donde:
UCS = resistencia a la compresión uniaxial (lpc)

3.3.6.3 Ángulo de fricción

Este parámetro fue estimado empleando las correlaciones empíricas de Horsrud y


Lal, las cuales vienen dadas por las siguientes ecuaciones, respectivamente:

⎛ 304,8 ⎞
FA = 11 ⎜⎜ ⎟⎟ − 10,2 3.12
⎝ DTp ⎠
81

⎛ 304,8 ⎞
⎜⎜ − 1⎟⎟
FA = asen ⎝ DTp ⎠ 57,29582
3.13
⎛ 304,8 ⎞
⎜⎜ + 1⎟⎟
⎝ DTp ⎠

donde:
FA = ángulo de fricción (grados)

3.3.6.4 Cohesión

Al igual que para el ángulo de fricción, en este caso se aplicaron también las
relaciones de Horsrud y Lal, mostradas a continuación[9]:

⎛ 1 − sen(FA 0,01745) ⎞
CS = UCS ⎜⎜ ⎟⎟ 3.14
⎝ 2 cos(FA 0,01745) ⎠

⎛ 304,8 ⎞
⎜ −1⎟
⎜ DTp ⎟
CS = 5 ⎜ ⎟ 145,04 3.15
⎜ 304,8 ⎟
⎜ DTp ⎟
⎝ ⎠

donde:
CS = cohesión (lpc)

3.3.6.5 Módulo de Young

Se definió aplicando una relación entre ambas ondas acústicas (compresiva y de


corte) y la densidad de la formación[9]. Esta relación se ilustra a continuación:

E=
(
RHOB 3DTs 2 − 4 DTp 4 )
DTs 2 (
DTs 2 − DTp 2 )
13400000000 3.16
82

donde:
E = módulo de Young (lpc)
RHOB = densidad de la formación (g/cc)

3.3.6.6 Relación de Poisson

Se calcula mediante la relación entre las ondas acústicas compresivas y las ondas
acústicas de corte[9]:

2
1 ⎛ DTs ⎞
⎜ ⎟ −1
2 ⎜⎝ DTp ⎟⎠
Poisson = 2 3.17
⎛ DTs ⎞
⎜⎜ ⎟⎟ − 1
⎝ DTp ⎠

3.3.7 Cálculo de los esfuerzos horizontales

3.3.7.1 Esfuerzo horizontal mínimo

Se estimó mediante la utilización del coeficiente de la matriz de esfuerzo, calculado a


partir de una prueba de integridad de formación (ecuación 3.7). El cálculo del
coeficiente K, para el esfuerzo horizontal mínimo, se realizó tomando los valores con
los cuales se cerraba la fractura observados en las curvas generadas por las pruebas
de campo.

Una vez calculado el K se estimó la curva del esfuerzo mínimo para cada uno de los
pozos mediante la utilización de la ecuación 3.18, la cual toma la relación entre las
magnitudes del esfuerzo vertical efectivo y el esfuerzo horizontal mínimo efectivo
observada en el punto donde se realizó la prueba de integridad de formación y la
reproduce para todo el pozo:

Sh min = K * (Sv − Pp ) + Pp 3.18


83

3.3.7.2 Esfuerzo horizontal máximo

El valor del esfuerzo horizontal máximo fue estimado por medio de un polígono de
esfuerzo (POLIESF) construido con los datos previamente calculados. En este paso
se realizó un retroanálisis a partir de las ovalizaciones o fallas tipo breakout
caracterizadas en los pozos del área de estudio.

Este método consiste en tratar de representar las condiciones iniciales, es decir,


esfuerzo vertical, esfuerzo horizontal mínimo, presión de poro, ángulo de fricción,
resistencia a la compresión uniaxial y las condiciones del hoyo (inclinación, azimut,
densidad del fluido de perforación); para reproducir un esfuerzo horizontal máximo en
base a las fallas tipo breakout observadas. La estimación del valor del esfuerzo
horizontal máximo se realiza por medio de cinco criterios de falla (Mohr Coulomb,
Hoek y Brown, Wiebols y Cook, Drucker Prager y Lade modificado), seleccionando el
que mejor se ajuste al modelo geomecánico del campo.

3.4 Mapas de propiedades mecánicas

La generación de mapas de isopropiedades mecánicas (módulo de Young, relación


de Poisson, etc.) se realizó mediante el paquete Geostress, desarrollado por PDVSA
Intevep, el cual es un visualizador que se emplea para la interpolación de datos
mediante el método de Kriging o la red de triángulos irregulares. Se graficaron los
valores de ciertas propiedades mecánicas calculadas para los pozos, a partir de
registros eléctricos y posteriormente se cotejaron con los estudios geológicos
realizados previamente en el Campo San Joaquín.

El método de Kriging es un método geoestadístico de interpolación, en el cual es


superpuesta una cuadrícula sobre los datos, para después interpolar los valores bajo
la premisa de una variación espacial continua del mismo patrón.
84

Con respecto a la red de triángulos irregulares (TIN), se puede decir que es un


método geoestadístico de interpolación a partir de la representación física de
vectores y la construcción de un mallado triangular distribuido irregularmente.

3.5 Análisis cinemático

El análisis cinemático (deformación y desplazamiento) de las estructuras geológicas,


tiene como meta interpretar el efecto sobre un cuerpo de roca generado por la acción
de la deformación (dilatación, distorsión) y/o desplazamiento (traslación, rotación),
prescindiendo de las fuerzas que lo producen[23].

Este análisis se realizó a través de una restauración, la cual es clave para realizar
cualquier interpretación estructural. Para esto es necesario construir previamente una
sección vertical mediante un perfil topográfico[24].

3.5.1 Perfil topográfico

Se generó un perfil topográfico a lo largo de la línea de la sección y se adicionaron


los datos geológicos observados en la superficie incluyendo los tipos de rocas, los
límites entre las distintas unidades, el buzamiento de las capas y la localización de
cualquier falla en la superficie, para posteriormente extrapolar la información a lo
largo del perfil utilizando algún método de construcción de secciones geológicas. Sin
embargo para otros casos, donde ya se posee la interpretación estructural a lo largo
de una línea sísmica, se procede a la representación de la estructura y a la
incorporación de la información procedente de los pozos para obtener la sección
geológica.

3.5.2 Restauración

La restauración consistió en retrodeformar la estructura actual hasta obtener las


capas alineadas en forma paralela, recreando el momento de la deposición de los
85

estratos y sus posteriores etapas de deformación, siguiendo la cronología descrita en


los modelos estructurales del área se puede inferir el tipo de régimen que actuaba al
momento de generarse cada uno de los eventos geológico estructurales de mayor
relevancia durante la historia de la cuenca[24].

3.5.3 Balanceo

Fue necesario balancear el modelo para corroborar si es factible la retrodeformación


suponiendo que se cumple el principio de conservación de las masas. Se adaptará
este principio dependiendo de las necesidades, realizándose entonces por medio de
un balance de volumen, balance de área o un balance de longitud de las capas[24].

Este proceso parte de la suposición que los valores de los volúmenes, áreas o
longitudes de las capas o estratos rocosos se mantienen constantes en las distintas
etapas de la restauración y con ello que el modelo se conforme en un sistema
cerrado.

3.5.4 Orientaciones de los paleoesfuerzos

Se realizó un análisis temporal de esfuerzo-deformación para inferir cuáles eran las


orientaciones de los paleoesfuerzos al momento de ocurrir el pliegue o falla, basado
en la teoría Andersoniana.

3.6 Análisis dinámico

El análisis dinámico (variabilidad de la dirección y magnitud de los esfuerzos) de las


estructuras geológicas, interpreta los esfuerzos y procesos mecánicos que dan lugar
a la formación de las estructuras geológicas, en relación con las fuerzas que los
producen, siendo necesario desarrollar previamente el proceso cinemático[23].
86

Éste análisis se realizó utilizando elementos finitos, valiéndose para esto del acceso
del software Abaqus, perteneciente a la compañía Simulia y cumpliendo el siguiente
procedimiento:

3.6.1 Pre-procesamiento

Este permite construir el modelo y añadir las cargas y restricciones deseadas a partir
del siguiente procedimiento:

3.6.1.1 Geometría

El método de la creación de la geometría establece el modelo basándose en una


línea sísmica y en la descripción del análisis geológico estructural del campo. Esto
puede hacerse dibujando la geometría directamente en el programa o importándola
desde un modelador sólido externo.

3.6.1.2 Propiedades

Se definió las propiedades mecánicas de las rocas a utilizar para cada formación o
parte del modelo. Estas propiedades fueron calculadas individualmente a partir de los
registros de pozo o pruebas de núcleos y se asociaron mediante un procedimiento
estadístico, en el cual se calculó la media aritmética tomando como población de
datos los valores de las propiedades mecánicas calculados previamente.

3.6.1.3 Ensamblaje

Para el ensamblaje del modelo, cada una de las partes que representan a las
formaciones o miembros de las mismas son acopladas para formar la estructura
geológica que se interpretó en la línea símica.
87

3.6.1.4 Interacciones

Se definieron las interacciones para enmarcar las reglas que rigen la no linealidad del
modelo. Como primer paso se precisaron los dos tipos de interacciones presentes en
el modelo, como lo son: los contactos entre las capas superpuestas y los contactos
generados por la acción de una falla. Para cada uno de estos casos se especificaron
los tipos de fuerzas que están interactuando (fuerzas normales y fuerzas
tangenciales), además de ciertas características de las mismas como: el coeficiente
de fricción y el tipo de desplazamiento.

Seguidamente, se creó una interacción para cada una de las superficies de las
partes que pudieran encontrarse en contacto, precisando cuál de ellas es la
superficie maestra y cual es la esclava. Conjuntamente se asignan a estas
superficies en contacto el tipo de interacción a la que pertenecen (contactos entre
fallas o contactos entre capas).

3.6.1.5 Cargas y condiciones de borde

En esta etapa se aplica las condiciones de borde (restricciones de movimiento) y


cargas externas teniendo como base la conclusiones del modelo cinemático. Como
fuerzas externas entiéndase a la fuerza de gravedad y a las fuerzas tectónicas; estas
últimas actúan de forma horizontal haciendo que todo el modelo se encuentre en
compresión.

3.6.1.6 Mallado

Se generó el mallado del modelo, esto consistió en dividir las partes del mismo en
pequeños elementos. En esta etapa se define el tipo de elemento a utilizar, para este
caso específico por tratarse de análisis en dos dimensiones se utilizó un arreglo
cuadrático dominante, mallado de una forma libre, lo que significa que la mayoría de
los elementos serán cuadrángulos; sin embargo, también existen elementos
88

triangulares en menor proporción. Estos elementos presentaran un orden lineal, es


decir, sólo presentan nodos en sus vértices y no se ejecutará el método de
integración reducida para obtener una mayor exactitud de los resultados.

3.6.2 Procesamiento

El procesamiento permite ensamblar y resolver el sistema algebraico de ecuaciones


que representan el sistema físico, generando una solución y convirtiendo las
condiciones de equilibrio en un conjunto de ecuaciones algebraicas lineales o no
lineales, en función de los desplazamientos nodales permitiendo hallar las
deformaciones y los esfuerzos en los elementos.

3.6.3 Post-procesamiento

El post-procesamiento facilita el manejo de los resultados numéricos, bien sea en


forma de listas, tablas o en forma gráfica:

3.6.3.1 Visualización

Aquí se visualizan los resultados obtenidos a través de gráficas, animaciones o


tablas de resultados, para obtener una mejor perspectiva de los esfuerzos y
deformaciones en el modelo.

3.6.3.2 Ajustes en las cargas aplicadas

Si los resultados no concuerdan con la realidad, se debe ajustar los valores de las
fuerzas tectónicas horizontales para que éstas representen los valores reales
obtenidos en el campo.
89

3.6.3.3 Refinamiento de la malla

Debido a que los elementos finitos son métodos de aproximación, la precisión de la


solución se incrementa con el número de elementos generados. La mejor solución se
obtiene realizando una serie de corridas del modelo en las cuales se incrementa el
número de elementos y graficándolas en contra de los valores máximos de los
esfuerzos y de desplazamiento hasta alcanzar la convergencia.

3.7 Acople de los modelos geomecánico y dinámico

Se cotejaron los resultados obtenidos en ambos procesos y ajustaron las


propiedades mecánicas de las rocas, condiciones de frontera y cargas aplicadas al
modelo de elementos finitos para poder incorporar los productos generados en los
análisis geomecánicos locales al modelo regional realizado mediante la simulación
dinámica. Se busca que el modelo final represente las variaciones del estado de
esfuerzos observados en la configuración estructural del Campo San Joaquín.
90

CAPITULO IV

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

4.1 Comparación y evaluación de la información del campo

Con la finalidad de evaluar la confiabilidad de la información de los pozos en el área


de estudio, fueron elaborados histogramas de frecuencia de la densidad y la lentitud
de onda compresional para los pozos evaluados, discretizados por formación, para
comparar así su distribución y los valores de la media en cada uno de los casos. La
decisión de hacer la comparación con sólo estas dos series de datos se basó en que,
tanto el registro de densidad como los registros acústicos compresivos, son
determinantes en la estimación de las propiedades mecánicas a partir de datos de
registros de pozos.

En las figuras que se mostradas en el Apéndice A y en las Figura 4.1 podemos


observar que en general la distribución de la densidad por formación presenta una
buena correspondencia y que los valores de la media están por el orden de 2,56
gr/cc para Colorado (Apéndice A.8), 2,47 gr/cc para Merecure (Apéndice A.10) y de
2,52 gr/cc para San Juan (Figura 4.1). En cuanto a los histogramas de la onda
compresiva presentan bastantes similitudes entre sí para las Formaciones Colorado
y Merecure con valores de 91,86 us/pie y 77,38 us/pie (Apéndice A.9 y A.11); sin
embargo, en la Formación San Juan (Figura 4.2) se observó que el Pozo JM-206
presenta valores más altos que los valores promedio de los demás pozos del área,
por lo que se tomó la decisión de excluirlo de la población de datos.
91

Figura 4.1. Histogramas de frecuencia de la curva de RHOB


para la Formación San Juan

Figura 4.2. Histogramas de frecuencia de la curva de DT


para la Formación San Juan
92

4.2 Análisis de experiencia de perforación

Se analizaron los ocho pozos seleccionados para construir el modelo de estudio (JM-
190, JM-195, JM-205, JM-206, JM-207, JM-215, JM-221 y JM-240), listando los
eventos ocurridos durante la perforación con la finalidad de identificar los problemas
característicos de cada zona (Apéndice A). También fueron utilizados para calibrar
las curvas de geopresiones, logrando que estas reproduzcan los eventos y las
condiciones que presentó el pozo durante su perforación.

Es importante resaltar que, dependiendo del tipo de problema y de las condiciones


que presentaba el hoyo (e.g., tipo y densidad del fluido de perforación, derrumbes
presentes, acciones tomadas), se puede realizar un análisis preliminar de estabilidad.

Analizando las formaciones de interés para el estudio, se notó que la Formación


Merecure presenta gran variedad de problemas (ver Figura 4.3). Entre ellos se
observa la inestabilidad en las lutitas, lo cual se ve reflejada en apoyos, torque y
arrastres, esto puede ser explicado por la presencia de lutitas con alto contenido de
ilita. Otros problemas observados en esta formación fueron los influjos y el corte de
lodo por gas, seguidos de pérdidas de circulación. Esto puede ser causado por la
diferencia entre las presiones presentadas en las distintas arenas a lo largo de la
formación, lo que nos confirma el alto grado de complejidad que presenta perforar
esta zona.

En la Formación San Juan resaltan las grandes pérdidas de circulación que ocurren
en la zona de transición entre Vidoño y San Juan, estas pérdidas son ocasionadas
por fallas naturales que están presentes a lo largo de la zona de estudio.

Entre los eventos analizados trasciende: el alto número de problemas presentados


en las lutitas de la Formación Oficina, tales como: pérdidas de circulación, apoyos,
torque, arrastres, repasos e influjos. Además de una pega de tubería en el Pozo JM-
190 en el Miembro Colorado de la misma Formación Oficina, la cual conllevó a
93

realizar una reentrada y cambiar el tipo de fluido de perforación que se venia


utilizando hasta el momento (base agua) por un lodo 100 % aceite. Esto indica que el
problema de inestabilidad presentado hasta el momento, estaba asociado a la
interacción química entre el fluido y la formación (Figura 4.3).

Figura 4.3 Curva de Perforación del Pozo JM-190 y los


problemas ocurridos durante su perforación

Al analizar el comportamiento de los registros de caliper en los pozos del área de


estudio se puede observar que no se presentó mayor grado de inestabilidad en los
hoyos productores. Esto se refleja en el calibre del hoyo que se mantuvo casi
invariable la lo largo de las Formaciones Merecure y San Juan. Sólo se pudo
observar algunos picos, muy puntuales que no representan ningún peligro para la
integridad del pozo, hacia la zona basal de la Formación Merecure (Figura 4.4).
94

Figura 4.4. Comportamiento del registro Caliper.

4.3 Estimación de geopresiones

4.3.1 Esfuerzo vertical

El primer análisis realizado fue la estimación del esfuerzo vertical o gradiente de


sobrecarga. Este cálculo se hizo mediante la utilización del software “Drillworks
Predict”, a partir de la integración del registro de densidad en función de la
profundidad y se obtuvo un comportamiento similar para todos los pozos
presentando valores para una profundidad de 1.000 pies de 16,77 lb/gal, a los 5.000
pies de 18,78 lb/gal y a los 10.000 pies de 19,85 lb/gal.
95

4.3.2 Presión de poro

Para el cálculo de la presión de poro se emplearon los teoremas de Eaton resistivo y


sónico (ver sección 3.3.5.2), los cuales contemplan la utilización de los registros de
resistividad y acústicos compresivos, respectivamente. La utilización combinada de
estos dos métodos se debe a que la correlación de Eaton resistivo es muy certera a
profundidades someras, pero en la zona productora (profundidades mayores de
7.000 pies) los resultados son poco representativos. A estas profundidades, estando
ya en el hoyo productor, se empleó la correlación de Eaton sónico, que proporcionó
resultados satisfactorios para el cálculo de las presiones de poro en las lutitas.
Arrojando que existe una sobrepresión de 10 lb/gal en las zona basal del Miembro
Colorado y en la zona lutítica la Formación Merecure la presión de poro se mantiene
por el orden de la presión de poro normal 8,33 lb/gal (Figura 4.5).

Figura 4.5. Curvas de geopresiones para el Pozo JM-215


96

Estas curvas fueron calibradas con los eventos de perforación tales como: los influjos
y los cortes del lodo por gas, además de llevar las presiones de poro en las arenas, a
los valores tomados durante la perforación mediante pruebas de presiones.

El comportamiento de las curvas de presión de poro se caracterizó por mantener


valores muy cercanos al gradiente de presión normal (8,33 lb/gal), a excepción del
Miembro Amarillo de la Formación Oficina que presentó una sobrepresión de 9,5
lb/gal y a la zona basal del Miembro Colorado con 10 lb/gal perteneciente a la misma
formación. En lo que respecta a las arenas en la zona productora (Formaciones
Merecure y San Juan) presentaron gradientes de presiones subnormales debido al
agotamiento de presión al cual han sido sometidas durante su vida productiva, estas
arenas se comportaron de forma aisladas y no presentaron un patrón o tendencia
claro. En el caso de Merecure se puede encontrar arenas con gradientes de presión
que van desde 7,3 lb/gal hasta arenas con menos de 4 lb/gal. En el caso de San
Juan el comportamiento de sus tres arenas (SJ-A, SJ-B y SJ-C) fue un poco más
homogéneo y mantuvieron un gradiente muy parecido por el orden de las 5 lb/gal.
(Figura 4.5)

4.3.3 Presión de fractura

Esta presión fue calculada mediante la utilización de teorema de Matthews and Kelly
y fue calibrada con los resultados de una prueba de integridad de presión realizada
en el Pozo JM-220 (Apéndice A.21), arrojando valores para los 1.000 pies de
profundidad por el orden de 13,5 lb/gal, en el Miembro de Colorado el gradiente de
fractura es de 15 lb/gal y para las Formaciones Merecure y San Juan alcanza los
15,5 lb/gal; pudiéndose observar que de la presión de fractura se ve notablemente
influenciada por el comportamiento de la curva de presión de poro y la constante K
calculada a partir de la prueba de campo realizadas en el Pozo JM-220 (Figura 4.6)
97

Figura 4.6. Curvas de geopresiones para el Campo San Joaquín.

4.4 Propiedades mecánicas de las rocas

El cálculo de las propiedades mecánicas, mediante la utilización de las correlaciones


de Lal, Horsrud y McNally (ver Sección 3.3.6), se realizó a partir de la utilización de la
onda acústica compresiva. Por otro lado, para el cálculo del módulo de Young y de la
relación de Poisson, era necesario poseer el registro de densidad y de velocidad de
onda de corte, siendo necesario generar este último sintéticamente a partir de la
siguiente ecuación, basada en el trabajo de Castagna, Batzle y Eastwood[28]:

⎛ Rhob ⎞
DTs = ⎜⎜ 13400000000 ⎟⎟ * F 4.1
⎝ G ⎠

donde:
Rhob = densidad de la formación (g/cc)
98

G = módulo de corte (lb/gal)


F = factor de corrección

Realizando un análisis cualitativo del comportamiento de las curvas obtenidas, se


pudo observar que propiedades como la relación de Poisson disminuían a medida
que aumentaba la profundidad, como era de esperarse, desde 0,40 para los primeros
pies de profundidad hasta valores de 0,15 en la Formación San Juan y el módulo de
Young aumentaba a medida que se incrementaba la compactación de las rocas
(mayor profundidad) desde 483.906 lpc para profundidades someras hasta 4.987.303
lpc para la Formación San Juan. No obstante, al calcular propiedades como la
resistencia a la compresión uniaxial, se observó que a partir de la Formación
Merecure los valores estimados mediante el uso de las correlaciones de Horsrud y
McNally poseían valores excesivamente altos (mayores de 5.000 lpc), por lo que se
tomó la decisión de utilizar las correlaciones de Lal (ver Tabla 4.1).

Tabla 4.1. Propiedades mecánicas de las rocas para el Campo San Joaquín.

4.5 Cálculo de los esfuerzos horizontales

4.5.1 Esfuerzo horizontal mínimo

El esfuerzo horizontal mínimo se estimó mediante el cálculo del coeficiente de la


matriz de esfuerzo (Ecuación 3.18), a partir de las pruebas de integridad de
99

formación realizadas en el Pozo JM-220, donde se determinó que el valor de K es de


0,58 en el tope de la Formación Colorado.

Repitiendo este procedimiento para cada uno de los pozos y utilizando la presión de
poro y el esfuerzo vertical, calculada anteriormente, se crearon las curvas de
esfuerzo mínimo horizontal para cada uno de los pozos. Obteniendo que en los
primeros pies los valores se situaban por 13,2 lb/gal, para el Miembro Colorado
promedian 14,7 lb/gal y para la Formación Merecure y San Juan alcanzan los 14,9
lb/gal y 15,0 lb/gal respectivamente. Estos valores siempre estuvieron por debajo de
los valores de esfuerzo vertical, lo que indica que el régimen de esfuerzo puede ser
normal o transcurrente.

4.5.2 Esfuerzo horizontal máximo

Éste es uno de los parámetros con mayor complejidad para su estimación, ya que es
necesaria una gran capacidad de interpretación por parte del analista, debido a que
éste debe realizar un análisis de sensibilidades, para el cual debe poseer una
importante base teórica y un buen conocimiento del área de estudio, para poder
lograr mediante un método de iteraciones resultados que concuerden con los
eventos observados en los registros de imagen.

Empleando el método del polígono de esfuerzo, se realizó un retroanálisis a ciertos


puntos seleccionados en los perfiles de imagen acústica, la mayoría de ellos donde
existían fallas compresionales tipo breakout. A partir del conocimiento de variables
como esfuerzos verticales, esfuerzos horizontales mínimos, propiedades mecánicas
de la roca, condiciones del pozo y las características de las fallas tipo breakout se
estimó mediante un método iterativo la variable faltante, la cual era el esfuerzo
horizontal máximo. Todo este proceso fue realizado utilizando la herramienta
POLIESF[13] (Figura 4.7), la cual emplea cinco criterios de falla distintos (Mohr
Coulomb, Hoek y Brown, Wiebols y Cook, Drucker Prager y Lade modificado). Al
analizar el total de los puntos estudiados, se seleccionó el criterio que más se
100

adaptaba a las condiciones del campo; en este caso al estudiar los pozos JM-190 y
JM-215 se pudo inferir que el mejor criterio fue el de Lade modificado (Figura 4.8),
debido a que reproducía los distintos estados de esfuerzos de los que se tiene
conocimiento que están presentes en el área.

Figura 4.7. Polígono de esfuerzo calculado a 8550 pies en el Pozo JM-190


para bajo el criterio de Lade modificado[13]

En la Figura 4.8, correspondiente al Pozo JM-190, se puede observar que para las
Formaciones Colorado y Merecure los valores del esfuerzo horizontal máximo son de
18,78 lb/gal y 18,63 lbs/gal respectivamente. Aquí el esfuerzo horizontal máximo se
encuentran por debajo del esfuerzo vertical y es mayor al esfuerzo horizontal mínimo.
Esto significa que se esta en presencia de un régimen normal (Sv>SHmax>Shmin).
Esto se puede extrapolar hasta la superficie; no obstante, al entrar a la Formación
San Juan el valor del esfuerzo horizontal máximo alcanza los 20,31 lb/gal
sobrepasando al vertical, lo que significa que pasa a un régimen transcurrente. En el
Grupo Temblador el comportamiento de la curva promedia los 20,17 lbs/gal valores
muy similares al del esfuerzo vertical, lo que significa que se encuentra en un
régimen transtensivo.
101

Figura 4.8. Estados de esfuerzo in situ, Pozo JM-190

4.6 Mapas de propiedades mecánicas

Los mapas generados (Figuras 4.9 - 4.11) muestran que la zona media de los domos
central y norte del Campo San Joaquín posee una mayor resistencia y rigidez que los
flancos norte y sur de dichas estructuras, siendo el Pozo JM-203, situado al noreste,
el que posee el mayor valor, tanto para la resistencia a la compresión uniaxial como
102

para el módulo de young; sin embargo, el mapa de la relación de Poisson muestra


que la zona central de los domos posee una capacidad de deformación mayor que
los flancos de la estructura, esto se debe a que esta zona se encuentra a menor
profundidad y por ende está más relajada y menos compactada. Por otro lado,
también se puede observar que no existen cambios significativos o zonas aisladas a
lo largo del campo y a medida que se alcanza estratos más profundos, aumentan los
valores de resistencia de la roca (UCS) y la rigidez de la misma (módulo de Young),
mientras que la capacidad de deformación disminuye (relación de Poisson) con la
profundidad. Los mapas para las Formaciones Colorado, Merecure y San Juan
también pueden observase en el Apéndice B.

Figura 4.9. Mapa de resistencia a la compresión uniaxial (UCS) Formación San Juan.
103

Figura 4.10. Mapa de módulo de Young. Formación San Juan.

Figura 4.11. Mapa de relación de Poisson. Formación San Juan.


104

4.7 Análisis cinemático

La restauración parte de la reproducción de la interpretación sísmica en un primer


paso, donde se midieron las longitudes de los topes estructurales de cada una de las
capas, para posteriormente ir retrodeformando gradualmente la estructura hasta
alcanzar la horizontalidad de los estratos, esto fue realizado a la par de la historia
estructural del campo. A continuación se describen las etapas de la restauración:

• Etapa 1: Ocurre la depositación del Grupo Temblador y la Formación San Juan,


seguido de la delgada franja de Vidoño, observada en el área de Anaco. Esto
ocurrió sin eventos estructurales considerables durante el Cretacico y Paleoceno
(Figura 4.9).

Figura 4.9. Etapa N° 1 de la restauración

• Etapa 2: Durante el Oligoceno, simultáneamente a la sedimentación de


Merecure se empezó a formar una falla normal de buzamiento noroeste conocida
actualmente como el Corrimiento de Anaco (Figura 4.10).

Figura 4.10. Etapa N° 2 de la restauración


105

• Etapa 3: Para finales del Oligoceno y principios de Mioceno Temprano,


comienza la formación de una serie de domos en el bloque deprimido de la falla
normal (Figura 4.11).

Figura 4.11. Etapa N° 3 de la restauración

• Etapa 4: El plegamiento de las capas ha continuado ininterrumpidamente hasta


el día de hoy; sin embargo, el crecimiento de la falla normal fue detenido para el
momento de la depositación del Miembro Naranja, perteneciente a la Formación
Oficina durante el Mioceno temprano (Figura 4.12).

Figura 4.12. Etapa N° 4 de la restauración

• Etapa 5: Para finales de la depositación de la Formación Oficina se inició la


inversión del movimiento de la falla normal hasta conformar el Corrimiento de
Anaco actual, siendo esto el resultado de una configuración del régimen de
esfuerzos compresivos en la Cuenca Oriental de Venezuela (Figura 4.13).
106

Figura 4.13. Etapa N° 5 de la restauración

• Etapa 6: Este nuevo régimen de esfuerzo, tomó a la falla normal como un plano
de debilidad preexistente y generó la reversión del desplazamiento para
conformar una falla inversa. Esto puede explicar el porqué de la ausencia de
fallas similares paralelas a ella a lo largo de la Cuenca Oriental de Venezuela
(Figura 4.14).

Figura 4.14. Etapa N° 6 de la restauración

• Etapa 7: El levantamiento y empuje prosiguió durante el Mioceno causando el


adelgazamiento de la Formación Freites. La estructura continuó creciendo
durante el Plioceno y Pleistoceno hasta conformar la morfología que se observa
actualmente (Figura 4.15). Durante este período también se formó una falla
107

normal al norte de la estructura de los domos, la cual posee rumbo noreste y


buza N 150° E.

Figura 4.15. Etapa N° 7 de la restauración

Todas estas curvas han sido balaceadas por el método de longitud de capas (Figura
4.16) y mantienen las mismas longitudes presentadas en la Tabla 4.2.

Tabla 4.2. Longitudes de los topes de las formaciones


108

Figura 4.16. Balanceo por el método de longitud de capas.

4.8 Análisis dinámico

El análisis dinámico se realizó empleando el método de elementos finitos y mediante


el uso del programa comercial Abaqus, perteneciente a la compañía Simulia,
generando un modelo en dos dimensiones que representa un corte estructural en
dirección del esfuerzo horizontal máximo con las siguientes consideraciones:

• El esfuerzo horizontal máximo y el esfuerzo vertical, eran los principales


esfuerzos que habían gobernado la formación de las estructuras presentes en el
Campo San Joaquín.

• Se aplicó deformación plana, debido a que los tres domos del Campo San
Joaquín se encuentran alineados en una dirección N 60 E y flanqueados por
sendas fallas que se proyectan a lo largo de sus flancos con una sección
transversal prácticamente uniforme a lo largo de toda la estructura.

• A lo largo del campo no existen fallas orientadas en dirección NO-SE, es decir,


que corten el área transversal de los domos y subdividan el campo en dos o más
subregiones.
109

4.8.1 Preprocesamiento

Para la creación del modelo cinemático se empleó una técnica denominada como
“plantilla”, en la cual se generan una serie de puntos a lo largo de todos los topes
estructurales y fallas interpretadas en la línea símica para conformar un patrón sobre
el cual se creó cada una de las partes que constituyen la geometría de la estructura
(Figura 4.17), sin correr riesgo que ocurra un solapamiento o por el contrario existan
espacios vacíos entre las distintas partes.

Una vez generada la geometría del modelo, se procedió a asignarle los valores de
las propiedades mecánicas a cada una de las partes. Previamente, se subdividieron
las formaciones o miembros en dos o más subregiones, dependiendo de su espesor,
y se calcularon los valores promedios de la densidad, el módulo de Young y la
relación de Poisson para esos intervalos de profundidad.

Figura 4.17. Geometría creada a partir de la línea sísmica NO-SE tomada


en el Campo San Joaquín

Después de ensamblar todas las piezas, se crearon las interacciones que definirían
los contactos entre las partes. Se asignó un valor de coeficiente de fricción de 0,6
110

para las fallas, basado en las conclusiones de los estudios de Yin-Ranalli[25] y


Zoback-Towned[26]; para los contactos entre las capas se tomó la decisión de
asignarle al coeficiente de fricción un valor de 0,9 para que la acción de las fuerzas
tangenciales pudieran generar desplazamientos flexurales entre las capas en
contacto.

Al modelo se le aplicó ciertas condiciones de borde (Figura 4.18). En su parte inferior


se restringió el desplazamiento en dirección vertical y en su límite derecho (SE) se
restringió el desplazamiento en forma horizontal, esto basado en trabajos previos
realizados por Henk y Nemcok[27]. En lo que respecta a las cargas aplicadas, en un
primer paso se le asignó a la fuerza de gravedad el valor promedio o gravedad
estándar, el cual es de 9,8066 m/s2, esta carga trabajará sobre todo el modelo.
Seguidamente se aplicó una carga distribuida que actuaba desde el margen
izquierdo (NO) con un valor máximo de 1,4x108 Pa en su parte inferior, que simula el
efecto de las cargas tectónicas o esfuerzo máximo horizontal.

Figura 4.18. Condiciones de borde.


111

4.8.2 Procesamiento

En la Figura 4.19 se presenta la gráfica del modelado del esfuerzo vertical, donde se
observa que los esfuerzos verticales van aumentando a medida que aumenta la
profundidad, pudiéndose observar un pequeño salto o anomalía al atravesar el
Corrimiento de Anaco (encerrado en el ovalo). Esto es debido a que en los contactos
de falla se genera una reacción por la acción de la fuerza normal, además de esto
también existe una componente vertical generada por las fuerzas tangenciales que
actúan en estas interacciones o planos de fallas inclinados.

Figura 4.19. Gráfica de contorno para el esfuerzo vertical.

El esfuerzo horizontal máximo modelado se muestra en la Figura 4.20. Como se


observa en esta figura, el esfuerzo mantiene una tendencia a aumentar con respecto
a la profundidad, pero se ve afectado lateralmente por la presencia de fallas y
cambios estructurales, reflejando falta de continuidad lateral en ciertas zonas críticas
de la estructura.
112

Figura 4.20. Gráfica de contorno para el esfuerzo horizontal máximo.

4.8.3 Postprocesamiento

La adecuación del tamaño de malla o refinamiento de malla tiene como objetivo


principal obtener el equilibrio entre resultados altamente precisos y tiempos de
procesamientos moderados, mientras mayor sea el número de elementos más
certeros o precisos serán los resultados, sin embargo, existe un punto llamado
convergencia o equilibrio, a partir del cual el incremento del número de elementos no
afectará a las magnitudes de los resultados.

Para refinar el tamaño de la malla se realizaron una serie de corridas del proyecto
modificando el tamaño de los elementos, empezando desde 150 metros (longitud de
uno de los lados) y 5076 elementos, hasta alcanzar la convergencia. Ésta se alcanza
en el punto donde la variación de los valores máximos de esfuerzo o deformación
con respecto al número de elementos llega al equilibrio, es decir, que la pendiente de
la curva se acerca a la horizontalidad. En la Tabla 4.3 y las Figuras 4.21 y 4.22 se
observa que para un mallado con un total de 380.609 elementos de 15 mts de
longitud, la variación del esfuerzo y la deformación es mínima, lo que implica una alta
precisión en los resultados.
113

Tabla 4.3. Valores máximos y mínimos de esfuerzos y desplazamiento


para distintos números de elementos.

Figura 4.21. Gráfica de número de elementos vs. Máximo valor de esfuerzo.

Figura 4.22. Gráfica de número de elementos vs. Máximo valor de desplazamiento.


114

4.9 Acople de los modelos

Para acoplar el modelo geomecánico y el dinámico, se tuvo que cotejar ambos y


ajustar las propiedades mecánicas en ciertos partes para que los dos modelos
concordaran y se pudiera realizar cualquier proyección. Se estudió, además, la
influencia de la estructura geológica del área (Figura 4.23), entiéndase por esto, la
ubicación de los pozos y su cercanía con los eventos estructurales como fallas o
cambios litológicos. En la Figura 4.24 se observa cómo los valores del esfuerzo
horizontal máximo para el pozo JM-190 aumentan al acercarse al Corrimiento de
Anaco, logrando inclusive que la Formación San Juan y el Grupo Temblador
alcancen un régimen transcurrente. Sin embargo, en la Figura 4.25 para el pozo JM-
205, que se encuentra en una zona cercana a la cresta del domo y alejado de las
principales fallas del campo, se observa que los valores del esfuerzo horizontal
máximo en la Formación San Juan se incrementan sin llegar a sobrepasar los
valores de esfuerzo vertical, manteniéndose en un régimen normal.

Figura 4.23. Ubicación de los Pozos JM-190 y JM-205 y su cercanía


al corrimiento de Anaco en el Campo San Joaquín
115

Figura 4.24. Gráfica de estado de esfuerzos para el Pozo JM-190.


116

Figura 4.25. Gráfica de estado de esfuerzos para el Pozo JM-205.


117

En lo que respecta al esfuerzo vertical, los comportamientos para ambos


métodos son muy similares. Como se puede observar en la Figura 4.26, sólo
existe una anomalía en el Pozo JM-190 que ocurre al atravesar el Corrimiento
de Anaco. Este cambio se debe, en parte, al cambio litológico que observa el
pozo al atravesar la falla (cambio de densidades). Por otra parte, debido a que
el pozo no atraviesa completamente a las Formaciones Colorado y Merecure
no se cuenta con el registro de densidad completo para estos estratos bajo
corrimiento, lo que provocaría que en la simulación se subestimaran los
valores de densidad para esta zona.

Figura 4.26. Gráfica comparativa del esfuerzo vertical calculado mediante un


análisis geomecánico (Predict) y mediante el método de elemento finito (Abaqus).
118

Mediante este procedimiento se pudo modelar los esfuerzos verticales y horizontales


máximos a lo largo de un corte transversal de la cuenca, empleando el método de
elementos finitos se observó la influencia que ejercen ciertos eventos estructurales
como fallas, plegamientos y cambios litológicos en las magnitudes de los esfuerzos.
Estas variaciones pueden llegar a ocasionar cambios en el tipo de régimen de
esfuerzo en función de la profundidad que sólo se pueden explicar si se analizan en
conjunto con la estructura geológica del campo.

Para que los resultados del modelado de elementos finitos tuvieran mayor exactitud y
reprodusieran las condiciones reales del campo, se acopló el modelo dinámico con
análisis geomecánicos llevados a cabo en pozos ubicados a lo largo de la línea
sísmica. Obteniendo que los resultados concordaron y que el modelo era apto para
realizar cualquier proyección para futuros pozos a perforar en la zona de estudio.
119

CAPITULO V

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

5.1 Conclusiones

Para estudiar la influencia de la geología estructural en los estudios de estabilidad de


hoyo, se llevó a cabo una serie de procedimientos como un análisis geológico
estructural y un análisis cinemático, para conocer la cronología de los eventos
estructurales que se suscitaron en el campo y las condiciones actuales del mismo.
De igual forma se realizaron estudios geomecánicos y análisis dinámicos, por medio
de elementos finitos, que generaron un modelo a través del cual se pueden proyectar
los esfuerzos a lo largo de un corte estructural. Los resultados obtenidos a partir de
estos análisis permiten concluir que:

• En el Campo San Joaquín ha predominado un régimen compresivo, el cual fue el


causante de la formación de los domos y del Corrimiento de Anaco, ambas
estructuras gobernadas por el esfuerzo horizontal máximo.

• El cálculo de las magnitudes de los esfuerzos in situ señala que en las


Formaciones Oficina y Merecure predomina un régimen de esfuerzos normal y
en la Formación San Juan un régimen transcurrente.

• La orientación del esfuerzo horizontal máximo promedio para la zona de estudio,


calculada a partir de registros de imágenes acústicas, es de 160º AZI y la del
esfuerzo horizontal mínimo es de 70º AZI.
120

• Las propiedades mecánicas dinámicas no muestran un cambio significativo a lo


largo del campo y se determinó que la correlación de Manohar Lal fue la más
representativa para la zona.

• A partir del análisis cinemático se dedujo que el esfuerzo horizontal máximo ha


sido un factor dominante a lo largo de la vida de la cuenca y por ende su orden
de magnitud debe ser mayor o igual al esfuerzo vertical.

• Mediante un análisis dinámico, aplicando métodos de elementos finitos, se


demostró que la estructura geológica y el tipo de litología afecta notablemente a
los valores de los esfuerzos principales.

• La simulación numérica determinó que los pozos ubicados al sur del Campo San
Joaquín, cercanos al Corrimiento de Anaco, poseen regímenes transcurrentes y
transtensivos en La Formación San Juan y en el Grupo Temblador
respectivamente.

• La metodología seguida en este proyecto es recomendable para la proyección de


los esfuerzos principales en campos muy fallados o con altas complejidades
geológicas.

5.2 Recomendaciones

• Realizar pruebas de microfrac o minifrac que permitan medir el valor del esfuerzo
horizontal mínimo en la Formación San Juan y el Grupo Temblador para
corroborar el modelo geomecánico en estas formaciones.

• Realizar análisis geomecánicos a núcleos del campo para afinar el cálculo de las
propiedades mecánicas.
121

• Recomendar la toma de registros de imagen acústica o resistiva con el fin


determinar las orientaciones de los esfuerzos horizontales y aplicar métodos de
retroanálisis para estimar sus magnitudes.

• Continuar con este proyecto y realizar un análisis en tres dimensiones en el cual


se incorpore la influencia del esfuerzo horizontal mínimo.

• Aplicar la metodología de este trabajo a otros campos con diferentes


complejidades estructurales para fortalecer los procedimientos establecidos.
122

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125

APÉNDICES

Apéndice A

Figura A.1. Registro de Imagen acústico del Pozo JM-190.


126

Figura A.2. Distribución de las fallas tipo Breakouts para el Pozo JM-190.

Figura A.3. Distribución de las fallas tipo Breakouts para el Pozo JM-206.
127

Figura A.4. Distribución de las fallas tipo Breakouts para el Pozo JM-215.

Figura A.5. Distribución de las fallas tipo Breakouts para el Pozo JM-221.
128

Tabla A.1. Inventario de información de los Pozos del Campo San Joaquín.
129
130
131

Figura A.8. Histogramas de frecuencia de la curva de RHOB


para el Miembro Colorado.

Figura A.9. Histogramas de frecuencia de la curva de DT


para el Miembro Colorado.
132

Figura A.10. Histogramas de frecuencia de la curva de RHOB


para la Formación Merecure.

Figura A.11. Histogramas de frecuencia de la curva de DT


para la Formación Merecure.
133

Figura A.12. Histogramas de frecuencia de la curva de RHOB


para la Formación San Juan.

Figura A.13. Histogramas de frecuencia de la curva de RHOB


para la Formación San Juan.
134
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140
141
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Apéndice B
143

Figura B.2. Curvas de geopresiones del Pozo JM-190.


144

Figura B.3. Curvas de geopresiones del Pozo JM-195.


145

Figura B.4. Curvas de geopresiones del Pozo JM-205.


146

Figura B.5. Curvas de geopresiones del Pozo JM-206.


147

Figura B.6. Curvas de geopresiones del Pozo JM-207.


148

Figura B.7. Curvas de geopresiones del Pozo JM-215.


149

Figura B.8. Curvas de geopresiones del Pozo JM-221.


150

Figura B.9. Curvas de geopresiones del Pozo JM-240.


151
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156

Figura B.15. Estados de esfuerzo in situ del Pozo JM-190.


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Figura B.16. Estados de esfuerzo in situ del Pozo JM-215.


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Apéndice C
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RESUMEN

Al proyectar los valores de los esfuerzos principales en el subsuelo, tomando en


cuenta los elementos estructurales presentes, se puede reducir la incertidumbre en el
cálculo del estado de esfuerzo in situ, con esto se quiere agilizar la planificación de las
trayectorias de los pozos y definir ventanas operacionales de densidad más seguras.
A partir de la descripción del modelo geológico establecido para el Campo San
Joaquín ubicado en la Cuenca Oriental de Venezuela se desarrolló una metodología
para interpolar las magnitudes y orientaciones de los esfuerzos tomando en cuenta la
geología estructural. Seguidamente, se realizaron estudios geomecánicos donde se
calcularon las propiedades mecánicas de las rocas, geopresiones, magnitudes de los
esfuerzos principales y sus orientaciones de manera local (pozo a pozo), a continuación
se realizó un análisis cinemático mediante una restauración estructural donde se
determinó la dirección de los paleoesfuerzos y los regímenes presentes para el
momento de la ocurrencia del plegamiento y/o falla; posteriormente se realizó un
análisis dinámico, empleando métodos numéricos con los que se proyectaron los
esfuerzos a través de una línea sísmica orientada en dirección del esfuerzo horizontal
máximo (160° AZI) presente en el Campo San Joaquín, esto se hizo mediante la
utilización de un programa de análisis de elementos finitos (Abaqus) y finalmente se
acopló el modelo geomecánico local con el modelo geológico regional calculado a partir
de simulaciones numéricas, obteniendo que el esfuerzo horizontal máximo en los pozos
cercanos al Corrimiento de Anaco se incrementa a tal punto que ocurre un cambio de
régimen de esfuerzo de normal a transcurrente en la Formación San Juan y de normal a
transtensivo en el Grupo Temblador.
Palabras Claves: geomecánica, geología estructural, estabilidad de hoyo, elementos 
finitos, San Joaquín. 

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