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TRABAJO DE GRADO
Por
José Gabriel Haddad Briceño
Mayo de 2010
1
UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
DECANATO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
COORDINACIÓN DE POSTGRADO DE INGENIERÍA GEOFÍSICA
MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA TIERRA
Mayo de 2010
2
ii
Mayo de 2010
ii
iii
DEDICATORIA
iii
iv
AGRADECIMIENTOS
A todos mis compañeros de Intevep con quienes compartí un año de mi vida, el cual
que será inolvidable para mí, en especial gracias a Carolina Zambrano, Juan
Almeida, José Cornielis, Oscar Corona, Francisco Navas, Otoniel Chacón, Grace
Somogyi, George Quercia, Wilson Leal, Thais Rodríguez, Genaro Bolívar, Aníbal
Ortega y Darling Criollo que aportaron su grano de arena para que este proyecto
pudiera realizarse. También agradezco a nuestros compañeros de PDVSA Gas
Anaco, Daniela Ravelo, Carolina García y Francisco Carrera por su colaboración y
apoyo incondicional.
Gracias…
iv
v
RESUMEN
v
vi
ÍNDICE GENERAL
Pág.
APROBACIÓN DEL JURADO…………………………………………………..…….ii
DEDICATORIA…………………………………………………………………….…… iii
AGRADECIMIENTOS……………………………………………………………..……iv
RESUMEN………………………………………………………………………….…… v
ÍNDICE GENERAL……………………………………………………………………... vi
ÍNDICE DE FIGURAS………………………………………………………………….. xi
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………..…… 1
CAPITULO I MARCO TEÓRICO……………………………………………………... 6
1.1 Geomecánica……………………………………………………………………….. 6
1.2 Suelos y rocas……………………………………………………………………… 6
1.3 Comportamiento mecánico de materiales geológicos…………………………. 7
1.4 Características especiales de los materiales geológicos…………………….... 7
1.5 Definición de esfuerzo………………………………………………………...…… 8
1.6 Convención de signos…………………………………………………………...… 9
1.7 Esfuerzos efectivos………………………………………………………………… 10
1.8 Presiones de poro………………………………………………………………..… 11
1.9 Esfuerzo vertical o de sobrecarga………………………………………………... 12
1.10 Esfuerzos horizontales…………………………………………………………… 13
1.11 Orientación y magnitud de los esfuerzos in situ………………………………. 14
1.12 Deformación………………………………………………………………………..15
1.13 Relación esfuerzo-deformación…………………………………………………. 16
1.14 Elasticidad…………………………………………………………………………. 18
1.15 Propiedades mecánicas de las rocas…………………………………………... 19
1.16 Módulos elásticos a partir de registros acústicos……………………………... 20
1.17 Módulos elásticos a partir de ensayos de laboratorio………………………… 21
1.18 Correlación entre módulos elásticos dinámicos y estáticos…………………. 21
1.19 Esfuerzo en un punto……….……………………………………………………. 22
1.20 Estado de esfuerzo en la corteza……………………………………………….. 22
1.21 Clasificación de los esfuerzos en las rocas……………………………………. 23
1.22 Esfuerzos tectónicos……………………………………………………………... 24
vi
vii
vii
viii
viii
ix
ix
x
3.6.1.6 Mallado………………………………………………………………………….. 87
3.6.2 Procesamiento…………………………………………………………………….88
3.6.3 Post-procesamiento……………………………………………………………… 88
3.6.3.1 Visualización…………………………………………………………………… 88
3.6.3.2 Ajustes en las cargas aplicadas……………………………………………… 88
3.6.3.3 Refinamiento de la malla……………………………………………………… 89
3.7 Acople de los modelos geomecánico y dinámico………………………………. 89
CAPITULO IV ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS……………………..90
4.1 Comparación y evaluación de la información del campo……………………… 90
4.2 Análisis de experiencia de perforación…………………………………………... 92
4.3 Estimación de geopresiones……………………………………………………… 94
4.3.1 Esfuerzo vertical…………………………………………………………………..94
4.3.2 Presión de poro…………………………………………………………………... 95
4.3.3 Presión de fractura………………………………………………………………. 96
4.4 Propiedades mecánicas de las rocas……………………………………………. 97
4.5 Cálculo de los esfuerzos horizontales…………………………………………… 98
4.5.1 Esfuerzo horizontal mínimo…………………………………………………….. 98
4.5.2 Esfuerzo horizontal máximo ……………………………………………………. 99
4.6 Mapas de propiedades mecánicas………………………………………………. 101
4.7 Análisis cinemático………………………………………………………………….104
4.8 Análisis dinámico…………………………………………………………………… 108
4.8.1 Preprocesamiento……………………………………………………………….. 109
4.8.2 Procesamiento…………………………………………………………………….111
4.8.3 Postprocesamiento………………………………………………………………. 112
4.9 Acople de los modelos…………………………………………………………….. 114
CAPITULO V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES………………………. 119
5.1 Conclusiones……………………………………………………………………….. 119
5.2 Recomendaciones…………………………………………………………………. 120
REFERENCIAS………………………………………………………………………….122
APÉNDICES…………………………………………………………………………….. 125
Apéndice A………………………………………………………………………………. 125
Apéndice B………………………………………………………………………………. 132
Apéndice C……………………………………………………………………………….163
x
xi
ÍNDICE DE FIGURAS
Pág.
Figura 1.1. Componentes del tensor esfuerzo………………………………………. 9
Figura 1.2. Esfuerzos intergranulares y presión de poros para granos
en contacto……………………………………………………………………............... 11
Figura 1.3. Estado de esfuerzo in situ………………………………………………... 13
Figura 1.4. Regímenes de esfuerzos………………………………………………… 15
Figura 1.5. Curva típica de esfuerzo deformación…………………………………. 17
Figura 1.6. Polígono de esfuerzo……………………………………………………... 32
Figura 1.7. Tipos de fracturas…………………………………………………………. 33
Figura 1.8. Superficie de fluencia del criterio de Mohr Coulomb………………….. 36
Figura 1.9. Superficie de fluencia del criterio de Hoek Brown…………………….. 37
Figura 1.10. Superficie de fluencia del criterio Drucker Prager……………………. 38
Figura 1.11. Envolvente de falla para Mohr Coulomb y las modalidades
de Drucker Prager……………………………………………………………………….39
Figura 1.12. Envolvente de falla para Mohr Coulomb y Wiebols y
Cook Modificado…………………………………………………………………………41
Figura 1.13. Envolvente de falla para Mohr Coulomb y Lade Modificado………... 43
Figura 2.1. Cuenca Oriental de Venezuela………...………...………...………........ 55
Figura 2.2. Ubicación del Distrito Anaco………...………...………...………............ 56
Figura 2.3. Mapa del Campo San Joaquín, correspondiente a la Arena
San Juan A………...………...………...………...………...………...………............... 57
Figura 2.4. Mapa estructural de AMA, atravesada por el Corrimiento
de Anaco………………………………………………………………………………… 61
Figura 2.5. Columna estratigráfica de oriente………...………...………...……….... 62
Figura 3.1. Flujograma de la metodología de trabajo………………………………. 69
Figura 3.2. Mapa isopaco – estructural del Campo San Joaquín…………………. 73
Figura 4.1. Histogramas de frecuencia de la curva de RHOB para la
Formación San Juan………………….………………….………………….……….… 91
xi
xii
xii
xiii
xiii
1
INTRODUCCIÓN
Teniendo en cuenta que los pozos direccionales son cada vez más requeridos para
accesar a zonas de alta complejidad geológica y que muchos de los campos en
desarrollo poseen bajas presiones de yacimiento, los problemas operacionales por
causas de estabilidad de hoyo son cada vez más frecuentes. El desarrollo de una
metodología para modelar el estado de los esfuerzos in situ a lo largo un campo
petrolero, tomando en cuenta la estructura geológica, podrá ayudar a visualizar
cuáles serían los mejores procedimientos a aplicar, entiéndase esto como:
trayectorias adecuadas, ventanas operacionales de densidades del fluido de
perforación, orientaciones óptimas de cañoneo de los pozos, fracturamiento,
predicción de arena e incluso el modelado de esfuerzos acoplado con las estrategias
de producción. Este tipo de análisis permitiría reducir el tiempo y el dinero empleado
en el diseño y ejecución de un plan de desarrollo de explotación de un campo
petrolífero.
En las últimas dos décadas se ha incrementado el uso de los estudios del estado de
esfuerzos in situ en la industria petrolera, principalmente para prevenir el ovalamiento
de hoyo (formación de breakouts) y evitar el colapso del pozo[1]. El conocimiento de
las magnitudes y direcciones de los esfuerzos en un campo servirán para diseñar el
fracturamiento de un pozo, estimular la producción en un yacimiento de hidrocarburo,
así como también para simular la producción de un campo con un modelo
acoplado[7].
1. Estudiar los modelos geológicos estructurales previos del Campo San Joaquín.
CAPITULO I
MARCO TEÓRICO
1.1 Geomecánica
Los materiales geológicos pueden ser divididos en rocas y suelos; sin embargo, la
diferencia entre ellos a veces no es muy clara, a pesar que el método de análisis de
cada uno es generalmente distinto. Los suelos son aglomerados relativamente
sueltos compuestos de minerales, materiales orgánicos y sedimentos que se
encuentran sobre la roca madre. Las rocas son materiales geológicos con fuerzas
moleculares entre sí, que le confieren a los granos minerales una resistencia interna
considerable. La diferencia entre ellos está relacionada con la resistencia intrínseca
del material, por lo que resulta difícil diferenciar entre una roca blanda y un suelo
7
duro. En el sector petrolero es usual trabajar con rocas, por lo que a los suelos se les
conoce como rocas no consolidadas[8].
σ = σ + α Pp 1.1
Se define como la fuerza aplicada sobre un cuerpo por unidad de área. En la Figura
1.1 se muestra una representación de este concepto.
F
σ = 1.2
ΔA
9
donde:
σ: esfuerzo.
F: fuerza aplicada sobre el material.
∆A: es el área sobre la cual actúa la fuerza aplicada.
⎛F ⎞
σ ij = l im ⎜⎜ j ⎟⎟ 1.3
A →0 A
i
⎝ i⎠
σ12 = σ21
σ13 = σ31
σ23 = σ32
Este estudio se basará en esfuerzos efectivos, es decir, los esfuerzos soportados por
el esqueleto mineral sólido; y por tanto el tensor de esfuerzo σij es considerado
tensor de esfuerzo efectivo. Para materiales geológicos porosos, la existencia y
desarrollo de presiones de fluido en los poros, puede ser sumamente importante. Sin
embargo, si las presiones del fluido en los poros son conocidas, los esfuerzos
efectivos pueden ser evaluados y convertidos en cantidades primarias para modelos
constitutivos.
Las formaciones geológicas están conformadas por rocas, compuestas a su vez, por
granos minerales y poros llenos de fluidos. Debido a la naturaleza porosa de las
lutitas, estas reaccionan no sólo ante los esfuerzos totales sino también ante la
11
presión de los fluidos en sus poros. El esfuerzo compresivo efectivo viene dado por
la diferencia de esfuerzo compresivo y la presión de poro. La presencia de un fluido
en el espacio poral tiene como consecuencia, la disminución del esfuerzo
compresional. Si la presión de poro se incrementa lo suficiente el esfuerzo se puede
reducir a tal punto que se puede producir una falla en la roca[9].
La presión de poro es la presión que tienen los fluidos dentro de los poros de la roca
(Figura 1.2). Durante el proceso de compactación de la roca se expulsa el agua y se
observa una disminución de la porosidad. Si la velocidad de compactación no excede
a la velocidad con la cual escapan los fluidos, entonces la presión de poro que se
desarrolla es igual a la presión hidrostática del agua de formación llamada presión de
formación normal. El gradiente de presión normal es de 0,465 lpc/pie. Por lo tanto, si
el fluido dentro de la matriz porosa de la roca no puede escapar, la presión de poro
empieza a aumentar a valores por encima de las presiones normales. Estas
presiones son llamadas presiones anormales. Las lutitas son formaciones que en
ocasiones presentan presiones anormales. Las presiones de poro en formaciones
permeables, por ejemplo, las areniscas, disminuyen por operaciones de producción
normal (presiones subnormales por agotamiento).
σv = zγ 1.5
donde:
σv: esfuerzo vertical o sobrecarga
Z: profundidad
γ: peso específico total del suelo
σ v = ∫ ydz 1.6
13
μ
σH ≅σh = σV 1.7
(1 − μ )
donde:
μ: relación de Poisson.
σh: esfuerzo horizontal.
1.12 Deformación
• Punto de cedencia: es el punto por encima del cual las deformaciones serán
permanentes. La muestra no retomará a su condición original.
1.14 Elasticidad
La teoría de elasticidad trata con situaciones donde existen relaciones lineales entre
la aplicación de esfuerzos y las deformaciones resultantes, aunque la mayoría de las
rocas se comportan no linealmente cuando están sometidas a grandes esfuerzos,
para cambios suficientemente pequeños de esfuerzos, este comportamiento puede
ser generalmente descrito por relaciones lineales.
En esta teoría se asumen que los desplazamientos son muy pequeños y que el
cuerpo regresa a su condición original luego que las fuerzas dejan de actuar.
σ = Eε 1.9
donde:
σ: esfuerzo aplicado al material.
ε: deformación relativa sufrida por el material en la misma dirección del esfuerzo.
E: constante de elasticidad o módulo de Young.
Los modelos de elasticidad lineal que consideran la roca como frágil, asumen que la
roca falla al sobrepasar su límite elástico o resistencia máxima, es decir, que la roca
ha perdido su capacidad de soportar carga. Estos modelos son considerados
19
Las propiedades mecánicas de las rocas dan información asociada con la rigidez y
resistencia de la roca, conocer estas propiedades físicas, especialmente de las
lutitas, es de suma importancia para desarrollar relaciones constitutivas realistas que
permitan hacer diagnósticos apropiados para resolver o reducir los problemas
asociados durante la perforación. La caracterización mecánica de las lutitas se basa
en la interpretación de una serie de observaciones indirectas de los ripios, registros y
núcleos[1].
inverso para valores de SH > Sh > Sv (Figura 1.4). Los regímenes de estado de
esfuerzo pueden ser transicionales si las magnitudes de dos de los esfuerzos son
iguales. Un estado de esfuerzo donde Sv = SH > Sh puede producir una combinación
de fallas normales y rumbodeslizante, mientras que si las magnitudes del SH = Sh >
Sv provocará una combinación de fallamiento inverso y rumbodeslizante[7].
Varios autores han propuesto diferentes clasificaciones para los esfuerzos in situ y la
terminología actualmente usada para describir a estos esfuerzos muestra cierta
diversidad. Voight (1966) clasificó a los esfuerzos in situ (vírgenes) en dos grupos:
gravitacionales y tectónicos. Los esfuerzos tectónicos fueron a su vez
descompuestos en esfuerzos actuales y esfuerzos residuales. Obert (1968) dividió a
los esfuerzos in situ en esfuerzos externos, compuestos por esfuerzos
gravitacionales y tectónicos y esfuerzos internos compuestos por esfuerzos
residuales. Los esfuerzos externos también son llamados esfuerzos regionales
(Fairhurst 1968).
24
Los esfuerzos inducidos son creados por el hombre mediante la adición o remoción
de material, alterando por medio de la perforación o excavación a los esfuerzos
naturales previamente presentes en la zona. El campo de esfuerzo natural puede
estar compuesto por los esfuerzos gravitacionales, los esfuerzos tectónicos y
residuales.
Los esfuerzos inducidos han sido ampliados para poder incluir no sólo a los
esfuerzos inducidos sino también a los esfuerzos naturales como el hinchamiento,
consolidación y otros fenómenos fisicoquímicos. También se adicionó a la lista
fenómenos tectónicos de escala regional y local que pueden provocar una alteración
de los esfuerzos tectónicos activos, como: empuje de ridge, empuje de placa,
succión de fosas, arrastre del manto, esfuerzo de membrana, vulcanismo y flujo de
calor y migración de esfuerzo. Este fenómeno es de conformidad con lo que se cree
que son los mecanismos de accionamiento del movimiento de las placas, descrito en
el proyecto del “World Stress Map” (Zoback 1989). El esfuerzo tectónico remanente
está definido como un esfuerzo residual íntimamente ligado a episodios tectónicos
como: fallas, pliegues y juntas. Finalmente en esta clasificación se ha incluido a los
esfuerzos terrestres, los cuales vienen dados por los efectos de la variación de la
temperatura por las estaciones, atracción lunar y las fuerzas de Coriolis. La
contribución de este tipo de esfuerzo al estado de esfuerzo in situ es casi
despreciable, pero puede cobrar importancia en estudios de campos de esfuerzos a
profundidades someras[7].
En general es difícil diferenciar, con sólo observar la estructura, entre los esfuerzos
tectónicos activos y los remanentes. Aunque para los ingenieros esto no implica una
gran importancia, para los geólogos y geofísicos si lo es, pues el estado de esfuerzo
actual puede no ser el reflejo de la estructura geológica que observamos hoy en día.
Puede que existan esfuerzos remanentes preservados desde la generación de los
plegamientos y fallas en el pasado geológico. De ahí la importancia de la historia de
los esfuerzos, los cuales pueden ser inferidos en parte a partir de un análisis
cinemático[7].
Son esfuerzos equilibrados que se mantienen en una estructura una vez que son
removidas las fuerzas externas, en la mecánica de rocas también son llamados
esfuerzos internos. Los esfuerzos residuales están relacionados a sistemas
balanceados entre las fuerzas tensiles y compresivas que están contenidas en un
dominio que va desde una escala micro hasta una macro. La presencia de esfuerzos
residuales permite la existencia de deformaciones internas residuales, las cuales
pueden ser críticas para la estabilidad de hoyo durante la perforación de un pozo
petrolero o la excavación de un túnel en el subsuelo[7].
26
Los pliegues, al igual que las fallas, se clasifican a menudo como de origen tectónico
o no tectónico. Los de origen tectónico se forman como resultado de las fuerzas que
operan dentro de la corteza terrestre. Los de origen no tectónico, son en gran parte,
resultado de movimientos producidos por la gravedad cerca de la superficie de la
tierra; su causa última es, en muchos casos, la tectónica. Sin embargo no siempre es
posible una distinción clara entre estos dos tipos de origen[12].
Localmente, la tensión puede ser ocasionada por una cupla. Los pequeños
graven son un ejemplo claro de ello. En estos se pueden observar fisuras, las
cuales son un ejemplo claro de que han estado sometidos a regímenes
tensionales[12].
• Domos de sal. Esta estructura resulta del movimiento ascendente de las masas
de sal, conformándose un núcleo central de sal y un domo circundante de
estratos sedimentarios. Estos también poseen rasgos estructurales pequeños,
raramente de más de unos pocos kilómetros de diámetro[12].
Ciertas técnicas petrográficas son usadas por los geólogos y geofísicos como
indicadores de la orientación de los paleoesfuerzos, es decir, la dirección de los
esfuerzos in situ al momento de la deformación. Basándose en el análisis de ciertas
estructuras como: fallas, pliegues, juntas, diques, volcanes, etc[7].
Las ovalizaciones tipo breakout son un tipo de falla compresional, que se forman
debido a la diferencia de magnitudes entre los esfuerzos horizontales, produciéndose
el fallamiento en dirección del esfuerzo horizontal mínimo. Por otro lado las fracturas
inducidas son fallas tensiónales que se generan en dirección al esfuerzo horizontal
máximo debido a un exceso de presión hidrostática. Analizando los tipos de falla
observados en un hoyo se puede precisar las orientaciones de los esfuerzos
horizontales máximos y mínimos [7].
σ 1 S1 − PP
=
σ 3 S 3 − PP
= [μ 2
+1+ μ ]
2
1.10
Falla Inversa:
S H max − PP
SV − PP
= [μ 2
+1+ μ ]
2
1.11
Falla Normal:
SV − PP
S h min − PP
= [μ 2
+1+ μ ]
2
1.12
Falla Transcurrente:
S H max − PP
S h min − PP
= [μ 2
+1+ μ ]
2
1.13
donde:
( )
2
f (μ ) = ⎡ μ 2 + 1 + μ⎤
1
2
1.14
⎢⎣ ⎥⎦
En el gráfico mostrado en la figura anterior tanto SV como Shmin son conocidos. Para
un régimen normal Shmin=[(SV-PP)/f(µ) +Pp], lo cual es una línea recta vertical acotada
hasta que SHmax ≤ SV condición que hace pasar a un régimen transcurrente.
Cuando una roca es sometida a compresión o a tensión, tienen lugar una serie de
fenómenos que culminan con la fractura del material. El resultado dependerá de las
33
presenta cuando la carga alcanza la resistencia última, la cual está cercana al límite
elástico, de manera que poca cedencia se presenta en estos materiales.
De todas las teorías de falla que se han propuesto para estudiar el comportamiento
de las rocas, la teoría de máximo esfuerzo de corte y la máxima energía de distorsión
son las que mejor describen el fenómeno de falla en estos materiales. Tresca (1864),
después de realizar sus experimentos, concluyó que la cedencia en los materiales se
presenta en los planos de máximo esfuerzo de corte y cuando el corte máximo
alcanza un valor límite (teoría de máximo esfuerzo de corte):
σ1 − σ 3
τ max = = ctte 1.15
2
Por su lado, Von Mises (1913) propuso un criterio de cedencia, el cual establece que
la falla ocurre cuando la energía de distorsión por unidad de volumen alcanza un
valor límite (teoría de máxima energía de distorsión).
f (σ ij ) = J 2 D − k 2 = 0 1.16
Donde k representa la cedencia límite en una muestra sometida a corte simple y J2D
es la segunda invariante del esfuerzo deviatórico y se define de la siguiente forma:
J 2D = 1
6
[(σ 11
2 2 2
]
− σ 22 ) + (σ 22 − σ 33 ) + (σ 33 − σ 11 ) + σ 122 + σ 132 + σ 23
2
1.17
[
J 2 D = 16 (σ11 − σ 22 ) + (σ 22 − σ 33 ) + (σ 33 − σ11 )
2 2 2
] 1.18
τ = S o + μ iσ n 1.19
σ3
σ 1 = σ 3 + Co m +s 1.20
Co
37
Donde m y s son constantes que dependen de las propiedades de la roca y del grado
de discontinuidad que posea el material antes de que sea sometida a esfuerzo.
El criterio de Von Mises puede ser escrito de la siguiente manera: J2 = k2, donde k es
una constante empírica. El criterio de Von Mises extendido o criterio de Drucker
Prager fue originalmente desarrollada para mecánica de suelos (Drucker Prager,
1952). La superficie de cedencia del criterio de Von Mises extendido, es un cono
circular recto cuyo eje coincide con el eje hidrostático de esfuerzos σ1 = σ2 = σ3. La
intersección de esta superficie de cedencia con el plano π es una circunferencia. La
función de cedencia usada por Drucker Prager describe la zona límite para suelos
perfectamente plásticos, y tiene la forma:
J 2 2 = k + aJ 1
1
1.21
Estas dos versiones del criterio de Drucker Prager surgen por la comparación del
criterio de Mohr Coulomb. Las dos modalidades de Drucker Prager se grafican junto
con el criterio de Mohr Coulomb en el plano π. La circunferencia interna está inscrita
en el hexágono generado por el criterio de Mohr Coulomb, mientras la circunferencia
externa lo circunscribe.
Zhou (1994) presentó un criterio de falla, el cual es una extensión del criterio de
Drucker Prager en la zona circunscrita con elementos similares al criterio de la
energía de deformación efectiva de Wiebols y Cook (1968). El criterio de resistencia
descrito por Zhou predice que la roca falla cuando:
J 2 2 = A + BJ 1 + CJ 12
1
1.22
27 ⎡ C1 + (q − 1)σ 3 − Co q −1 ⎤
C= ⎢ − ⎥ 1.23
2C1 + (q − 1)σ 3 − Co ⎣ 2C1 + (2q + 1)σ 3 − Co q + 2 ⎦
donde:
Co Co C2
A= − B− o C
3 3 9
3 (q − 1) C
B= − (2C0 + (q + 2 )σ 3 )
q+2 3
C1 = (1 + 0,6μi )Co
Figura 1.12. Envolvente de falla para Mohr Coulomb y Wiebols y Cook Modificado[14].
⎡⎛ I13 ⎞ ⎤ ⎛ I1 ⎞
d
El criterio de Lade Modificado, desarrollado por Ewy (1999), asume que el parámetro
d = 0, con la finalidad de obtener criterio que pueda predecir linealmente el esfuerzo
de corte al incrementar I1. De esta manera, el criterio es similar al propuesto por Lade
y Duncan (1975) en el que la relación I13/I3 = k1, donde k1 es un parámetro cuyo valor
depende de la densidad del suelo.
42
donde:
I 1 ' = (σ 1 + S − P0 ) + (σ 2 + S − P0 ) + (σ 3 + S − P0 )
I 3 ' = (σ 1 + S − P0 ) ⋅ (σ 2 + S − P0 ) ⋅ (σ 3 + S − P0 )
S = So / tanφ
tanφ = μi
1.31.1 Introducción
En este método de análisis, una región compleja que define un continuo se discretiza
en formas geométricas simples llamadas elementos finitos. Las propiedades del
material y las relaciones gobernantes, son consideradas sobre esos elementos y
expresadas en términos de valores conocidos en los bordes del elemento. Un
proceso de ensamble, en el cual se consideran debidamente las cargas y
restricciones, da lugar a un conjunto de ecuaciones y la solución de dichas
ecuaciones nos da el comportamiento aproximado del continuo[15].
Las ideas básicas del método de elemento finito se originaron gracias a los avances
en el análisis de las estructuras de las aeronaves. En 1941, Hrenikoff presentó una
solución de problemas de elasticidad utilizando “el método de trabajo de marco”. En
un artículo en 1943, Courant utilizó interpolación polinomial por partes sobre
subregiones triangulares para modelar un problema de torsión. Turner y otros
investigadores obtuvieron matrices de rigidez para armaduras, vigas y otros
elementos y presentaron sus hallazgos en 1956. Clough fue el primero en acuñar el
término elemento finito en 1960.
En los primeros años de la década de 1960, los ingenieros utilizaron el método para
obtener soluciones aproximadas en problemas de análisis de esfuerzos, flujo de
fluidos, transferencia de calor y otras áreas. Un libro de Argyris, publicado en 1955,
sobre teoremas de energía y métodos matriciales, cimentó métodos adicionales en
los estudios del elemento finito. El primer libro sobre elementos finitos por
Zienkiewicz y Chung fue publicado en 1967. A finales de la década de 1960 y a
principios de la siguiente, el análisis por elemento finito se aplicó a problemas no
lineales y de grandes deformaciones. El libro de Oden sobre continuos no lineales
apareció en 1972.
1.31.3 Definición
1.32.1 Abaqus
1.33 Materiales
Los materiales son definidos a partir de la selección del mismo y la definición de los
requerimientos necesarios para establecer su comportamiento, además está
permitido combinar comportamientos de materiales como por ejemplo elasticidad y
plasticidad.
1.34 Elementos
• Estáticos y cuasi-estáticos.
• Dinámicos implícito, dinámicos explícitos, análisis dinámico modal.
• Acústicos, shock, análisis acústicos – estructurales.
• Mecánica de la fractura.
Los elementos sólidos pueden estar compuestos por un solo material (homogéneo) o
puede contener varias capas de diferentes materiales. Estos elementos son más
precisos si no están distorsionados, particularmente para los elementos cuadriláteros
y hexaédricos. Todos los elementos sólidos pueden ser definidos como cuerpos
rígidos, de esta manera no presentan deformaciones[18].
Los elementos sólidos pueden ser usados para el análisis lineal y no lineal, los
cuales pueden incluir contacto, plasticidad y grandes deformaciones. Se pueden
utilizar para el análisis de esfuerzos, transferencia de calor, acústicos,
piezoeléctricos, análisis acoplado térmico–esfuerzo, fluidos–esfuerzos y térmicos–
eléctricos[18].
51
Los elementos finitos y sus nodos definen le geometría básica de la estructura física
que se está modelando. Cada elemento del modelo representa una porción discreta
de una estructura física que está conformada por una serie de elementos
interconectados por nodos. Las coordenadas de los nodos, la conectividad entre
ellos y los elementos geométricos del modelo son llamados malla y esta será por lo
general una aproximación de la geometría real de la estructura.
1.36 Contactos
En los métodos de elementos finitos los contactos son una especie de condición de
discontinuidad, permitiendo bajo ciertas normas que las fuerzas se trasmitan de una
parte del modelo a otra. Este análisis deberá ser capaz de detectar cuando dos
superficies están en contacto y aplicar las condiciones acordadas. Al igual que debe
tener la capacidad de saber cuando no lo están para remover las condiciones de
contacto[17].
52
Esta condición de contacto es aplicada cuando la distancia entre los cuerpos es cero.
Su magnitud es la proyección de la fuerza resultante sobre el vector normal a la
superficie.
Se dice que un cuerpo plano delgado sometido a una carga plana sobre su borde.
Puede ser usado cuando el espesor de un cuerpo es relativamente pequeño
comparado con sus dimensiones laterales. Este debe ser definido en el plano XY, y
todas las cargas y deformaciones están restringidas a ese plano. Por eso los
esfuerzos estarán en función de las coordenadas planares y fuera de ese plano los
esfuerzos normales y de corte son cero[19].
Si un cuerpo largo plano de sección transversal uniforme está sometido a una carga
transversal a lo largo de su longitud, un espesor pequeño de área cargada puede
tratarse como una deformación plana unitaria. La deformación plana está definida en
el plano XY y todas las cargas y deformaciones estan restringidas a ese plano. Este
método de modelado es generalmente usado para cuerpos muy gruesos en relación
a sus dimensiones laterales. La deformación plana puede aplicase a cortes
transversales de ejes, presas de concreto o paredes. Esta teoría también puede
aplicarse a cortes de túneles bajo tierra que viajan a lo largo del eje Z[19].
54
CAPITULO II
UBICACIÓN GEOGRÁFICA Y
MARCO GEOLÓGICO
recursos las reservas estimadas para su parte meridional o Faja Petrolífera del
Orinoco, pasaría a ser la cuenca de mayores recursos petrolíferos de América [9].
Ubicado en la región central del estado Anzoátegui, el Distrito Anaco se extiende por
13.400 km2, desde el corrimiento frontal de la Serranía del Interior, en el norte, hasta
el corrimiento de Anaco, en el sur; termina al este en el sistema de fallas de Urica, y
su final occidental se coloca 30 km al oeste del límite entre los estados Anzoátegui y
Guárico (Figura 2.2).
la silla tectónica entre el domo norte del Campo San Joaquín y el domo de Guario no
es muy pronunciada, por lo que estos dos domos pueden tener yacimientos
comunes[9].
Este campo abarca un área aproximada de 450 km2, de la que también forman parte
los Campos El Roble y Guario, individualizados por razones administrativas. En esta
área se localizan un total de 662 yacimientos, con hidrocarburos que presentan una
gravedad que oscila entre 34°-60° API, porosidad entre 9 % y 25 % y la
permeabilidad entre 10 md y 200 md. Para 1998, se estimó el gas original en sitio
(GOES) en 8.123 MMMPCN, y para el año 2005 se había recuperado 5.794
MMMPCN de gas. En los campos de Anaco, predominan los yacimientos de
condensado asociado con petróleo liviano y existe un buen número de yacimientos
de gas seco, siendo el área productora de grandes volúmenes de gas[9].
Figura 2.3. Mapa del Campo San Joaquín, correspondiente a la Arena San Juan A.
Cortesía de PDVSA Oriente 2005.
58
El descubrimiento de los campos Santa Ana, San Joaquín y Santa Rosa fue en el
año1934, cuando un estudio de fotografías aéreas y el reconocimiento geológico de
superficie permitió delinear las estructuras dómicas correspondientes al área[9].
El primer pozo perforado entre los Campos Santa Ana, San Joaquín y Santa Rosa
fue el Pozo Santa Rosa 1 (RG-1), el cual alcanzó una profundidad de 7.214 pies, fue
completado por la Mene Grande Oil Company el 14 de febrero de 1934 y se
abandonó en mayo de 1936. Durante 1934-1936, los geólogos de la Creole y Mene
Grande desarrollaron un detallado trabajo de superficie sobre los domos de San
Joaquín y realizaron extensos programas sísmicos, lo que permitió establecer un
buen patrón estructural de la zona para 1937[9].
Muchos de esos geólogos que han estudiado el Oriente de Venezuela han coincidido
que el origen de las estructuras de Anaco datan de Mioceno-Plioceno, formándose
esta serie de domos como resultado de la compresión y el arrastre durante el empuje
de las capas. En 1949 E. S. Driver, después de un exhaustivo análisis de los perfiles
sísmicos en los campos de Anaco, sugirió la hipótesis que el Corrimiento de Anaco
pudo haberse iniciado como una falla normal con buzamiento noroeste que estuvo
activo durante una temprana secuencia de sedimentación[22].
Un estudio detallado de los espesores del área de Anaco realizado por L. M. Banks
en 1955 complementó la hipótesis de Driver, en la cual el Corrimiento de Anaco (falla
inversa actualmente) en su origen fue una falla normal contemporánea con
Merecure. Esto causó un ensanchamiento en la sección a través de la falla.
Posteriormente, debido a procesos compresivos, se transformó en una falla inversa
que se desplazaba a lo largo del plano de debilidad generando el Corrimiento de
Anaco que conocemos hoy en día[22].
59
La historia del Campo San Joaquín puede ser aplicada para todos los campos
pertenecientes al área mayor de Anaco a continuación se describe la cronología de
los eventos geológicos sedimentarios y estructurares de mayor relevancia que
ocurrieron desde la depositación de los estratos hasta hoy en día [21]:
La falla ha sido cartografiada como una falla inversa con rumbo N50°E, de
aproximadamente 70 km de largo y que yace diagonalmente a través del patrón
estructural, en general este-oeste, de la cuenca Oficina. El plano de la falla es
cóncavo hacia arriba y buza 45° NO en Santa Ana. A medida que la falla se
profundiza parece confundirse con el buzamiento de los estratos y puede
transformarse con un corrimiento a lo largo de un plano de estratificación. Se ha
estimado que el desplazamiento estratigráfico oscila entre 80 pies y 1.200 pies cerca
del extremo suroeste de la falla, hasta posiblemente más de 7.000 pies en el Campo
Santa Rosa en el extremo noreste, como se puede observar en la Figura 2.4[21].
La falla de Anaco termina al sureste del área El Toco o puede pasar de forma
gradual a una serie de fallas normales, mientras que al norte de Santa Rosa la falla
penetra un área estructuralmente compleja, cerca de la Falla de Urica y al parecer,
intercepta el eje de la cuenca estructural de Maturín, donde su relación es poco
conocida[21].
Santa Rosa
N El Roble
San Roque
Corrimiento de Anaco
El Toco Santa Ana
donde son comunes las arenas lenticulares y los rellenos continentales. Pertenece al
Mioceno Inferior y Medio, concordante sobre la Formación Merecure. Consiste en
una serie alternada de lutitas con areniscas de grano fino, comúnmente muy duras;
lignitos y calizas son componentes menores, pero muy frecuentes. Las areniscas
suman el 30 % de la formación, pero hacia la región de Anaco aumenta el porcentaje
de lutitas y presenta un notable incremento en su espesor desde el sur hacia el norte
y desde el este hacia el oeste, lo que da indicios del aporte desde nor-oeste,
profundizando la cuenca al sur este.
• Miembro Blanco: Depositado encima del miembro azul, el Miembro Blanco está
compuesto de arenas poco consolidadas, limos y arcillas plásticas. No hay
yacimientos y por lo tanto se considera de poco interés económico[20].
• Miembro Azul: Está formado por lutitas limosas, color gris oscuro, con areniscas
arcillosas micáceas, de granos finos y de color gris claro. En esta secuencia se
encuentran fósiles de aguas marinas y salobres[20].
• Miembro Verde: Está conformado en la parte superior por lutitas gris claro y gris
verdosa, en bloque, moderadamente dura, fisible, hidratable, microcarbonosa,
micropirítica, ligeramente calcárea, con delgadas intercalaciones de arenisca y
limolita. Hacia la parte media e inferior del miembro, se reconoce lutitas marrón
oscuro, en bloque, blanda a moderadamente dura, fisible, ocasionalmente
quebradiza, en parte limosa, hidratable y microcarbonosa, con intercalaciones
que presentan mayor espesor de limolitas y areniscas de grano fino, con pobre
porosidad visual e inclusiones de carbón[20].
• Miembro Amarillo: Predominan las lutitas gris oscuro y gris medio, en bloque,
blanda a moderadamente dura, fisible, hidratable, soluble, en parte limosa,
microcarbonosa, micropirítica, ligeramente calcárea, con intercalaciones de
areniscas de grano fino a muy fino. Hacia la base del estrato existe abundante
lutitas gris claro y marrón claro, en bloque, en parte laminar, blanda a
moderadamente dura, en parte limosa, microcarbonosa, micropíritica y
ligeramente calcárea[20].
La Formación Merecure se caracteriza por poseer una secuencia de arenas que van
desde ME-A hasta ME-T4,5. Subyace a la Formación Oficina, marcando la
transgresión del Oligoceno y el desarrollo de la Cuenca Oriental de Venezuela
durante el Oligoceno Medio y el Mioceno Inferior.
Entre ME-S6 y ME-T1 las areniscas son gris oscuro y beige, grano fino a medio, sub-
redondeado, friable, matriz arcillosa, cemento silíceo, cuarzo libre y también carbón.
67
presenta areniscas beige, gris oscuro y marrón oscuro, de grano fino a muy fino con
intercalaciones de lutita. Luego subyace SJ-C con el predominio de areniscas gris
claro, gris verdoso y beige, de grano fino a medio, friable y buena porosidad visual[20].
• TEMB-C: está constituido por areniscas de grano fino a medio, en cuyo tope se
caracterizan por ser cuarzo-cristalinas, beige, friable y con abundante cuarzo
libre, mientras que en la base son gris oscuro con escasas intercalaciones de
lutitas.
CAPITULO III
METODOLOGÍA
El proyecto está dividido en siete fases principales necesarias para cumplir cada uno
de los objetivos propuestos.
Constituye la primera parte del proyecto donde se revisó todo el material bibliográfico
que pudiera proporcionar información acerca de los conocimientos básicos
necesarios para desarrollar el trabajo: identificación de las estructuras geológicas en
el subsuelo (pliegues y fallas), regímenes de esfuerzos asociados a las estructuras
geológicas, reología de la roca (frágil y/o dúctil), modelos matemáticos para la
proyección de los esfuerzos. Esto fue de gran ayuda en el desarrollo del proyecto,
pues asentó las bases teóricas para su desarrollo.
Se realizó una descripción del modelo estructural del Campo San Joaquín a partir de
trabajos previos, reseñando las características resaltantes de su morfología y se
realizó un recuento de la historia del campo.
Se listaron todos los pozos perforados entre el domo norte y el domo central del
Campo San Joaquín, llegando a contarse con un número de 32 pozos
potencialmente candidatos para el proyecto.
pozo físicas y digitales (base de datos SYMDE) se encontró información sobre las
pruebas de campo tomadas en estos pozos como: pruebas de presión y pruebas de
integridad de formación (PIP, Microfrac). Además gracias al apoyo de la Gerencia de
Estudios Integrados Oriente se obtuvo las líneas sísmicas, mapas estructurales,
modelos de velocidades y los polígonos de falla del Campo San Joaquín.
La segunda fase se basó en seleccionar los pozos en el área de estudio que poseen
registros de imagen acústica, registros de imagen microresistiva, caliper de 4 ó 6
brazos orientados o cualquier otra forma de identificar la dirección de los esfuerzos
horizontales. Una vez seleccionados, se les realizó un análisis a partir del estudio de
la orientación de las fallas tipo breakout, fracturas inducidas en la pared del pozo o
los patrones de ovalaciones, para determinar la dirección de los esfuerzos
horizontales. En este caso sólo se encontraron cuatro pozos que poseían registros
de imágenes acústicas, los cuales fueron los Pozos: JM-190, JM-206, JM-215 y el
JM-221. Al realizar un análisis de frecuencia de ocurrencia a partir de las
orientaciones de las fallas tipo breakout se obtuvo que los valores promedios de la
dirección del esfuerzo horizontal máximo eran de 164°, 173°, 151° y 152°;
respectivamente, para un valor promedio general de 160° azimut.
73
σ v = ∫ ydz 3.1
donde:
σv = esfuerzo vertical
y = densidad (g/cc)
dz= diferencial de profundidad (pies)
77
X
⎛ Ro ⎞
Pp = Sv − ( Sv − Ppn) * ⎜ ⎟ 3.2
⎝ Rn ⎠
donde:
Pp = presión de poro (lb/gal)
Sv = esfuerzo vertical (lb/gal)
Ppn = gradiente de presión de poro normal (gradiente del agua) (lb/gal)
Ro = resistividad observada (g/cc)
Rn = resistividad normal (g/cc)
X = exponente de Eaton
X
⎛ DTn ⎞
Pp = Sv − ( Sv − Ppn) * ⎜ ⎟ 3.3
⎝ Dto ⎠
donde:
DTo = tiempo de transito de la onda compresiva observada (g/cc)
DTn = tiempo de transito de la onda compresiva normal (g/cc)
78
(1 / B )
⎛ 106 106 ⎞
⎜ − ⎟
⎜ DT DTml ⎟
⎜ A ⎟ 3.4
⎜ ⎟
Pp = ⎝ ⎠
Pr of
(1 / B ) (1−U ) (U / B )
⎛ ⎛ 106 106 ⎞ ⎞ ⎛ 106 106 ⎞
⎜⎜ − ⎟ ⎟ ⎜ − ⎟
⎜ ⎜ DT DTml ⎟ ⎟ ⎜ DT DTml ⎟
⎜⎜ A ⎟ ⎟ ⎜ A ⎟ 3.5
⎜⎜ ⎟ ⎟ ⎜ ⎟
⎜⎝ ⎠ ⎟ ⎝ ⎠
Pp = Sv − ⎝ ⎠
Pr of
donde:
DT = tiempo de transito de la onda (µs/pies)
DTml = tiempo de transito normal de la onda (µs/pies)
A = valor empírico
FG = K * (Sv − Pp ) + Pp 3.6
79
FG − Pp
K= 3.7
(Sv − Pp )
donde:
FG = gradiente de fractura (lb/gal)
K = coeficiente de la matriz de esfuerzo
3, 30
⎛ 304,8 ⎞
G = 0.030⎜⎜ ⎟⎟ 145032,63 3.8
⎝ DTp ⎠
donde:
G = módulo de corte (lpc)
DTp = tiempo de transito de la onda compresiva (µs/pies)
80
Este valor puede ser estimado mediante la utilización de las siguientes ecuaciones
empíricas dependiendo del tipo de material estudiado[9].
2 , 93
⎛ 304,8 ⎞
UCS = 0.77 ⎜⎜ ⎟⎟ 145,04 3.10
⎝ DTp ⎠
⎛ 304,8 ⎞
UCS = 10 ⎜⎜ ⎟⎟ 145,04 3.11
⎝ (DTp − 1) ⎠
donde:
UCS = resistencia a la compresión uniaxial (lpc)
⎛ 304,8 ⎞
FA = 11 ⎜⎜ ⎟⎟ − 10,2 3.12
⎝ DTp ⎠
81
⎛ 304,8 ⎞
⎜⎜ − 1⎟⎟
FA = asen ⎝ DTp ⎠ 57,29582
3.13
⎛ 304,8 ⎞
⎜⎜ + 1⎟⎟
⎝ DTp ⎠
donde:
FA = ángulo de fricción (grados)
3.3.6.4 Cohesión
Al igual que para el ángulo de fricción, en este caso se aplicaron también las
relaciones de Horsrud y Lal, mostradas a continuación[9]:
⎛ 1 − sen(FA 0,01745) ⎞
CS = UCS ⎜⎜ ⎟⎟ 3.14
⎝ 2 cos(FA 0,01745) ⎠
⎛ 304,8 ⎞
⎜ −1⎟
⎜ DTp ⎟
CS = 5 ⎜ ⎟ 145,04 3.15
⎜ 304,8 ⎟
⎜ DTp ⎟
⎝ ⎠
donde:
CS = cohesión (lpc)
E=
(
RHOB 3DTs 2 − 4 DTp 4 )
DTs 2 (
DTs 2 − DTp 2 )
13400000000 3.16
82
donde:
E = módulo de Young (lpc)
RHOB = densidad de la formación (g/cc)
Se calcula mediante la relación entre las ondas acústicas compresivas y las ondas
acústicas de corte[9]:
2
1 ⎛ DTs ⎞
⎜ ⎟ −1
2 ⎜⎝ DTp ⎟⎠
Poisson = 2 3.17
⎛ DTs ⎞
⎜⎜ ⎟⎟ − 1
⎝ DTp ⎠
Una vez calculado el K se estimó la curva del esfuerzo mínimo para cada uno de los
pozos mediante la utilización de la ecuación 3.18, la cual toma la relación entre las
magnitudes del esfuerzo vertical efectivo y el esfuerzo horizontal mínimo efectivo
observada en el punto donde se realizó la prueba de integridad de formación y la
reproduce para todo el pozo:
El valor del esfuerzo horizontal máximo fue estimado por medio de un polígono de
esfuerzo (POLIESF) construido con los datos previamente calculados. En este paso
se realizó un retroanálisis a partir de las ovalizaciones o fallas tipo breakout
caracterizadas en los pozos del área de estudio.
Este análisis se realizó a través de una restauración, la cual es clave para realizar
cualquier interpretación estructural. Para esto es necesario construir previamente una
sección vertical mediante un perfil topográfico[24].
3.5.2 Restauración
3.5.3 Balanceo
Este proceso parte de la suposición que los valores de los volúmenes, áreas o
longitudes de las capas o estratos rocosos se mantienen constantes en las distintas
etapas de la restauración y con ello que el modelo se conforme en un sistema
cerrado.
Éste análisis se realizó utilizando elementos finitos, valiéndose para esto del acceso
del software Abaqus, perteneciente a la compañía Simulia y cumpliendo el siguiente
procedimiento:
3.6.1 Pre-procesamiento
Este permite construir el modelo y añadir las cargas y restricciones deseadas a partir
del siguiente procedimiento:
3.6.1.1 Geometría
3.6.1.2 Propiedades
Se definió las propiedades mecánicas de las rocas a utilizar para cada formación o
parte del modelo. Estas propiedades fueron calculadas individualmente a partir de los
registros de pozo o pruebas de núcleos y se asociaron mediante un procedimiento
estadístico, en el cual se calculó la media aritmética tomando como población de
datos los valores de las propiedades mecánicas calculados previamente.
3.6.1.3 Ensamblaje
Para el ensamblaje del modelo, cada una de las partes que representan a las
formaciones o miembros de las mismas son acopladas para formar la estructura
geológica que se interpretó en la línea símica.
87
3.6.1.4 Interacciones
Se definieron las interacciones para enmarcar las reglas que rigen la no linealidad del
modelo. Como primer paso se precisaron los dos tipos de interacciones presentes en
el modelo, como lo son: los contactos entre las capas superpuestas y los contactos
generados por la acción de una falla. Para cada uno de estos casos se especificaron
los tipos de fuerzas que están interactuando (fuerzas normales y fuerzas
tangenciales), además de ciertas características de las mismas como: el coeficiente
de fricción y el tipo de desplazamiento.
Seguidamente, se creó una interacción para cada una de las superficies de las
partes que pudieran encontrarse en contacto, precisando cuál de ellas es la
superficie maestra y cual es la esclava. Conjuntamente se asignan a estas
superficies en contacto el tipo de interacción a la que pertenecen (contactos entre
fallas o contactos entre capas).
3.6.1.6 Mallado
Se generó el mallado del modelo, esto consistió en dividir las partes del mismo en
pequeños elementos. En esta etapa se define el tipo de elemento a utilizar, para este
caso específico por tratarse de análisis en dos dimensiones se utilizó un arreglo
cuadrático dominante, mallado de una forma libre, lo que significa que la mayoría de
los elementos serán cuadrángulos; sin embargo, también existen elementos
88
3.6.2 Procesamiento
3.6.3 Post-procesamiento
3.6.3.1 Visualización
Si los resultados no concuerdan con la realidad, se debe ajustar los valores de las
fuerzas tectónicas horizontales para que éstas representen los valores reales
obtenidos en el campo.
89
CAPITULO IV
Se analizaron los ocho pozos seleccionados para construir el modelo de estudio (JM-
190, JM-195, JM-205, JM-206, JM-207, JM-215, JM-221 y JM-240), listando los
eventos ocurridos durante la perforación con la finalidad de identificar los problemas
característicos de cada zona (Apéndice A). También fueron utilizados para calibrar
las curvas de geopresiones, logrando que estas reproduzcan los eventos y las
condiciones que presentó el pozo durante su perforación.
En la Formación San Juan resaltan las grandes pérdidas de circulación que ocurren
en la zona de transición entre Vidoño y San Juan, estas pérdidas son ocasionadas
por fallas naturales que están presentes a lo largo de la zona de estudio.
Estas curvas fueron calibradas con los eventos de perforación tales como: los influjos
y los cortes del lodo por gas, además de llevar las presiones de poro en las arenas, a
los valores tomados durante la perforación mediante pruebas de presiones.
Esta presión fue calculada mediante la utilización de teorema de Matthews and Kelly
y fue calibrada con los resultados de una prueba de integridad de presión realizada
en el Pozo JM-220 (Apéndice A.21), arrojando valores para los 1.000 pies de
profundidad por el orden de 13,5 lb/gal, en el Miembro de Colorado el gradiente de
fractura es de 15 lb/gal y para las Formaciones Merecure y San Juan alcanza los
15,5 lb/gal; pudiéndose observar que de la presión de fractura se ve notablemente
influenciada por el comportamiento de la curva de presión de poro y la constante K
calculada a partir de la prueba de campo realizadas en el Pozo JM-220 (Figura 4.6)
97
⎛ Rhob ⎞
DTs = ⎜⎜ 13400000000 ⎟⎟ * F 4.1
⎝ G ⎠
donde:
Rhob = densidad de la formación (g/cc)
98
Tabla 4.1. Propiedades mecánicas de las rocas para el Campo San Joaquín.
Repitiendo este procedimiento para cada uno de los pozos y utilizando la presión de
poro y el esfuerzo vertical, calculada anteriormente, se crearon las curvas de
esfuerzo mínimo horizontal para cada uno de los pozos. Obteniendo que en los
primeros pies los valores se situaban por 13,2 lb/gal, para el Miembro Colorado
promedian 14,7 lb/gal y para la Formación Merecure y San Juan alcanzan los 14,9
lb/gal y 15,0 lb/gal respectivamente. Estos valores siempre estuvieron por debajo de
los valores de esfuerzo vertical, lo que indica que el régimen de esfuerzo puede ser
normal o transcurrente.
Éste es uno de los parámetros con mayor complejidad para su estimación, ya que es
necesaria una gran capacidad de interpretación por parte del analista, debido a que
éste debe realizar un análisis de sensibilidades, para el cual debe poseer una
importante base teórica y un buen conocimiento del área de estudio, para poder
lograr mediante un método de iteraciones resultados que concuerden con los
eventos observados en los registros de imagen.
adaptaba a las condiciones del campo; en este caso al estudiar los pozos JM-190 y
JM-215 se pudo inferir que el mejor criterio fue el de Lade modificado (Figura 4.8),
debido a que reproducía los distintos estados de esfuerzos de los que se tiene
conocimiento que están presentes en el área.
En la Figura 4.8, correspondiente al Pozo JM-190, se puede observar que para las
Formaciones Colorado y Merecure los valores del esfuerzo horizontal máximo son de
18,78 lb/gal y 18,63 lbs/gal respectivamente. Aquí el esfuerzo horizontal máximo se
encuentran por debajo del esfuerzo vertical y es mayor al esfuerzo horizontal mínimo.
Esto significa que se esta en presencia de un régimen normal (Sv>SHmax>Shmin).
Esto se puede extrapolar hasta la superficie; no obstante, al entrar a la Formación
San Juan el valor del esfuerzo horizontal máximo alcanza los 20,31 lb/gal
sobrepasando al vertical, lo que significa que pasa a un régimen transcurrente. En el
Grupo Temblador el comportamiento de la curva promedia los 20,17 lbs/gal valores
muy similares al del esfuerzo vertical, lo que significa que se encuentra en un
régimen transtensivo.
101
Los mapas generados (Figuras 4.9 - 4.11) muestran que la zona media de los domos
central y norte del Campo San Joaquín posee una mayor resistencia y rigidez que los
flancos norte y sur de dichas estructuras, siendo el Pozo JM-203, situado al noreste,
el que posee el mayor valor, tanto para la resistencia a la compresión uniaxial como
102
Figura 4.9. Mapa de resistencia a la compresión uniaxial (UCS) Formación San Juan.
103
• Etapa 6: Este nuevo régimen de esfuerzo, tomó a la falla normal como un plano
de debilidad preexistente y generó la reversión del desplazamiento para
conformar una falla inversa. Esto puede explicar el porqué de la ausencia de
fallas similares paralelas a ella a lo largo de la Cuenca Oriental de Venezuela
(Figura 4.14).
Todas estas curvas han sido balaceadas por el método de longitud de capas (Figura
4.16) y mantienen las mismas longitudes presentadas en la Tabla 4.2.
• Se aplicó deformación plana, debido a que los tres domos del Campo San
Joaquín se encuentran alineados en una dirección N 60 E y flanqueados por
sendas fallas que se proyectan a lo largo de sus flancos con una sección
transversal prácticamente uniforme a lo largo de toda la estructura.
4.8.1 Preprocesamiento
Para la creación del modelo cinemático se empleó una técnica denominada como
“plantilla”, en la cual se generan una serie de puntos a lo largo de todos los topes
estructurales y fallas interpretadas en la línea símica para conformar un patrón sobre
el cual se creó cada una de las partes que constituyen la geometría de la estructura
(Figura 4.17), sin correr riesgo que ocurra un solapamiento o por el contrario existan
espacios vacíos entre las distintas partes.
Una vez generada la geometría del modelo, se procedió a asignarle los valores de
las propiedades mecánicas a cada una de las partes. Previamente, se subdividieron
las formaciones o miembros en dos o más subregiones, dependiendo de su espesor,
y se calcularon los valores promedios de la densidad, el módulo de Young y la
relación de Poisson para esos intervalos de profundidad.
Después de ensamblar todas las piezas, se crearon las interacciones que definirían
los contactos entre las partes. Se asignó un valor de coeficiente de fricción de 0,6
110
4.8.2 Procesamiento
En la Figura 4.19 se presenta la gráfica del modelado del esfuerzo vertical, donde se
observa que los esfuerzos verticales van aumentando a medida que aumenta la
profundidad, pudiéndose observar un pequeño salto o anomalía al atravesar el
Corrimiento de Anaco (encerrado en el ovalo). Esto es debido a que en los contactos
de falla se genera una reacción por la acción de la fuerza normal, además de esto
también existe una componente vertical generada por las fuerzas tangenciales que
actúan en estas interacciones o planos de fallas inclinados.
4.8.3 Postprocesamiento
Para refinar el tamaño de la malla se realizaron una serie de corridas del proyecto
modificando el tamaño de los elementos, empezando desde 150 metros (longitud de
uno de los lados) y 5076 elementos, hasta alcanzar la convergencia. Ésta se alcanza
en el punto donde la variación de los valores máximos de esfuerzo o deformación
con respecto al número de elementos llega al equilibrio, es decir, que la pendiente de
la curva se acerca a la horizontalidad. En la Tabla 4.3 y las Figuras 4.21 y 4.22 se
observa que para un mallado con un total de 380.609 elementos de 15 mts de
longitud, la variación del esfuerzo y la deformación es mínima, lo que implica una alta
precisión en los resultados.
113
Para que los resultados del modelado de elementos finitos tuvieran mayor exactitud y
reprodusieran las condiciones reales del campo, se acopló el modelo dinámico con
análisis geomecánicos llevados a cabo en pozos ubicados a lo largo de la línea
sísmica. Obteniendo que los resultados concordaron y que el modelo era apto para
realizar cualquier proyección para futuros pozos a perforar en la zona de estudio.
119
CAPITULO V
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5.1 Conclusiones
• La simulación numérica determinó que los pozos ubicados al sur del Campo San
Joaquín, cercanos al Corrimiento de Anaco, poseen regímenes transcurrentes y
transtensivos en La Formación San Juan y en el Grupo Temblador
respectivamente.
5.2 Recomendaciones
• Realizar pruebas de microfrac o minifrac que permitan medir el valor del esfuerzo
horizontal mínimo en la Formación San Juan y el Grupo Temblador para
corroborar el modelo geomecánico en estas formaciones.
• Realizar análisis geomecánicos a núcleos del campo para afinar el cálculo de las
propiedades mecánicas.
121
REFERENCIAS
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mechanisms. Guidelines: Focal mechanisms, World Stress Map Project. Extraído
en septiembre de 2009, desde http://www.world-stress-map.org/, pp. 9.
123
12. Billings, P. (1974) Geología Estructural. EUDEBA. Buenos Aires, Argentina, pp.
20-84.
16. Smith, I. y Griffiths, D. (2004) Programming the finite element method 4th Edition
Wiley UK pp. 21.
17. (2007) Abaqus: Getting started with Abaqus. Simulia Manual, Interactive Edition
6.7, USA, pp. 1-1 – 3-6.
19. (2007) Abaqus: Analysis User’s Manual. Simulia Manual, Volume IV: Element.
Version 6.7, USA, pp. 21.1.2-2.
21. Banks, L. y Driver, E. (1956) Geologic history of Santa Ana structure, Anaco
structural trens Anzoategui, Venezuela. Geological Department. Mene Grande Oil
Company. Venezuela, pp. 1-16.
22. Murany, E. (1979) Tectonics Basis for Anaco Fault, Eastern Venezuela.
Departamento de Exploración, Meneven S.A. Venezuela, pp. 1-14.
23. Davis, G. (1984) Structural geology of rocks and regions. John Wiley & Sons.
New York, USA, pp. 16-23.
24. Suppe, J. (1985) Principles of structural geology. Prentice-hall. New Jersey, USA,
pp. 57-70.
124
25. Yin, Z. y Ranalli G. (1995) Estimation of the frictional strength of faults from
inversion of fault-slip data: a new method. Journal of Structural Geology, Vol. 17,
No. 9. Great Britain, pp. 1327-1335.
27. Henk, A. y Nemcok, M. (2008) Stress and fracture prediction in inverted half-
graben structures. Journal of Structural Geology 30. USA, pp. 81-97.
APÉNDICES
Apéndice A
Figura A.2. Distribución de las fallas tipo Breakouts para el Pozo JM-190.
Figura A.3. Distribución de las fallas tipo Breakouts para el Pozo JM-206.
127
Figura A.4. Distribución de las fallas tipo Breakouts para el Pozo JM-215.
Figura A.5. Distribución de las fallas tipo Breakouts para el Pozo JM-221.
128
Tabla A.1. Inventario de información de los Pozos del Campo San Joaquín.
129
130
131
Apéndice B
143
Apéndice C
174
175
176
177
178
179
RESUMEN