Sei sulla pagina 1di 180
Gaetano Kanizsa Gramiatica de la vision Percepcién y pensamiento “Tao origina: Gramatica del vedere. Saggisupercecione gestalt Publicado en italiano por Sciet Etrice I Mulino, Bolonia, 1980 “Traducei6n de Rosa Premat Indice Revisén cienifia de Lorenzo Vilches ‘Sopervsion de Santiago Estaun CCuiberta de Mario Eskenazi Prélogo | 9 1. Los enigmas de tn percepetén / 17 be 1: edicidn, 1986 Te reimpresin, 1998 Speen eR Mma esa meen siger 0 presume pabeos P {© 1980 by Societ Eitice I! Mulino, Boloia {© de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidds Tbérica, S.A. “Mariano Cubj, 92 - 08021 Barcelona Editorial Paid, SAICF, 3. Defensa, 599 - Buenos Aires i ISBN: 84-7500-422-8 Depésito legal: B-40.079/1998 Impreso en A¥M. GrificS. Le. (08130 Sta. Perpttua de Ia Mogoda (Barcelona) Impresoen Espa - Printed in Spain La comstitucién de los abjetos fenoménicos / 23 1 Ta relacion figura-fondo / 25, 2. Las leyes de la segmentacién del campo visual o leyes de la for- macidn de las unidades fenoménicas / 28 21, Proximidad / 29 212). Semejanza / 32 23. Continuidad de direccion / 34 2/4. Direccionalidad y orientacion / 34 25. Cierte (37 2°. Coherencia estructural y pregnancia / 40 2.7. Articulaciones sin restos / 43 28. Experiencia pasada / 47 3, La homogeneidad maxima / 49 4 Sinergia y rivalidad entre factores / 50 3. Campos de aplicacin de las leyes de organizacién perceptiva 56 El espacio tridimensional / 62 1, gPodemos «ver» la distancia? / 6f {1 Convergencia y acomodacién / 63 1.2, Separacién binocular / 65 2. La tridimensional en vision monocular (68 2. El «Gancfeld> / 71 2.2, Las eondcones par a pereepin de na suerice bidi- mensional ! 7 3. El gradiente de textura en la imagen retinica / 75 GRAMATICA DE LA VISION 4, Claroscuro, perspectiva aérea, superposicion / 80 5, Paralaje y perspectiva de movimiento / 85 [La identidad de ls objets fenomenicos / 87 Permanencia del objeto y constancia de sus caracteristicas / 87 1 3) Identdad fenoménieneidenidd fica 89 4. Gomera de eid eta 98 1 Ell de Ta estimalacion proximal 98 4}. Tipo de os trayectoras minimas (actor dela proximidad) rH 6 Hl principio de las transformaciones minimas (actor dela «seme- anne 108 1. Uipvivcipo de a uniormidad de ts trayectorias (Factor deta buena drecelons) 172, ‘ pin de a homogeneded cineca (todavia ebuens des clon) 115 Las constanclas perceptivas (119) Donde esti el problema / 119 La constancia de tamafio / 120 [La constancia de forma / 126 Correlatos en la estimulacion / 129 La constancia cromética / 136 5.1. Los colores en la fisica y en Ia fisiologia / 136 5.2: Tonalidad, claridad y saturacion / 147 5'3. Colores epifinicos, diaffinicos y de volumen / 153 544. La transparencia / 154 5'5. Otras formas de apariencia / 167 Goior objetual e iluminacién / 162 ‘También la constancia cromatica es un fendmeno de naturaleza relacional /172 a percpcin actual, a experiencia prod y el wexpeimento imps ble» / ‘Cémo se hacen invisibles los objetos / 184 Qué cosa esta delante y qué cosa esté detras / 195 [La transparencia parad6jtca / 201 Europa invertida / 205, El avestruz que baila / 208 fol de Ia regularidad en la organizacion pereeptiva / 217 ‘Qué se entiende por «regularidad» en el ambito fenoménico / 217 [La tendencia a la regularidad en e comportamiento amodal / 220 (Cuando lis condiciones locales prevalecen sobre la regularidad de la estructura global / 223, 4, Tendencia a la regularidad en conflicto con otros factores de ot- ganizacién / 225 5, Las superficies anémalas son un producto de la tendencia a la ‘maxima regularidad / 237 INDICE 1 6. Regularidad y articulaciones del campo en figura y fondo / 238 7. Importancia de la regularidad en el mundo fenoménico / 239 {Contornos sin gradiente 0 contornos cognitivos? / 245 {Las superfices andmalas, un producto de la complementacién modal / 245 2. La hipétesis del contraste de claridad / 252 3. Las superfices anémalas estan vinculadas a la presencia de indices de profundidal / 258 44. Efectos funcionales de los contornos anémalos / 262, 5. Otra hipotesis causal: la activacin de las neuronas «discriminato- ras de contorsos» / 264 6, El paradigma cognitvista/ 269 7. Nuevas observaciones / 273 9. La complementaciin amodal entre ver y pensar / 279 1. ‘Ver y pensar: guna dicotomfa s6lo fenoménica’ / 279 2. La presencia amodal, un fenémeno para revaluar / 283 3, Efectos funcicnales de la complementacién amodal / 288 3.1, Formaciin andmala de superficie y contornos / 289) 3.2\ La complementacién amodal aumenta la «cantidad de color» (290 3,3. La complementacién amodal crea objetos visuales diferen- tes /29! 3.4. Expansisn y contrassién de la complementacidn amodl /295 35. La imagen consecutiva de una figura complementada amo- dalmente / 297 4, Un instrumento de andlisis / 297 4.1. Simplicidad / 299 42. Proximidad / 302 4.3. El papel de la familiaridad / 304 5. Observaciones finales / 305 10, Est enmascarado s6lo lo que puede desenmascararse / 309 s {Paradoja o sofisma? / 309 ‘Cuséndo una estructura esta enmascarada / 3/2 Las texturas /318 COtras téenicas de enmascaramiento / 327 4.1. Enmascaramiento mediante la manipulacién de la articula- ida figura-fondo / 327 4.2. Enmascaramiento mediante el desmembramiento fenoméni- ‘0 de una configuracion / 330 Conclusion / 342 Bibliografia | 343, Prélogo a la edicién espafiola Este volumen es la traduccién de una parte de mi libro Gram: ‘matica del vedere —un conjunto de ensayos ¢ investigaciones sobre la fenomenologia experimental de la visiin— y de cinco capitulos de otro libro mio escrito en colaboracién con Pablo Legrenzi y Maria Sonino, Percesione, linguaggio, pensiero. En estos capitulos he intentado dar una respuesta a algunos de los principales proble- mas de la percepcién visual: c6mo se constituyen los objetos y las condiciones de su identidad, la percepcién del espacio y del color, el fenémeno de la sonstancia de los atributos perceptivos. El hecho de agregar esta parte mas general y sistemética representa una introduceién a los ‘emas tratados en la segunda parte y hace, segiin ‘mi opinién, que el titulo sea ms apropiado. En estos tiempos en los que el inglés parece haberse convertido en la lengua oficial de la comunidad cientifica es para mi un motivo de particular satisfaccidn ver un libro mio traducido al espafol, una de las mas antiguas, nobles y extendidas lenguas del mundo. Agra- ddezco mucho el taberme dado esta oportunidad a quienes con tanta solicitud se exidaron de la edicién de mi libro, a la traductora Sra. Rosa Premat y al editor de mi obra en Espaia. G. Kawtzsa 1. Los enigmas de la percepcion Una ciencia de la percepcidn solo puede comenzar en el momen- to en el cual nos preguntamos por qué y cémo el ambiente en el cual vivimos se articula para nosotros en objetos diferentes entre si, ¥ por qué se articula en esos objetos que poseen precisamente esas Caracteristicas determinadas de forma, de color, de tamano, de olor, de dureza, que estan colocados a una cierta distancia de nosotros, que se mucven a varias velocidades 0 estin completamen- te inméviles, y asi podriamos continua. A nivel del sentido comin ¢s dificil darse cuenta de que preguntas como ésas puedan hacerse sensatamente. De hecho, la respuesta obvia parece ser: «EL mundo festa_hecho de muchas cosas y objetos, abrimos los ojos _y. los fencontramos alli fuera,-anle Nosotros. Com Todas sus propiedades (naturalmente,.con la’ condicién de que estén iluminados y no demasiado alejados de nosotros». En’ todo caso. se tratara de"en- tender el funcionamiento exacto de los érganos de los sentidos que registran cada vez esa realidad externa. de determinar su grado de precision y de sensibilidad, su rapidez de reaccién y otras cosas por €l estilo, Pero dada nuestra capacidad de construir aparatos capa- ces de hacer lo mismo. y de hacerlo mejor atin, son problemas que no parecen tener excesivas dificultades. El hombre de la calle esta convencido, probablemente. de que los cientificos ya hemos resuel- to estos problemas, pero en cuanto al hecho de que en cada oca- registren precisamente esos objetos, precisamente con esas ccaracteristicas, no logra entender por qué razén se tendria que ver alguna otra cosa, Esa actitud se podria definir como «realismo ingenuo», y es la actitud ms natural-de.quien-observa el mundo 2 GRAMATICA DE LA VISION que lo rodea. Incluso el estudioso de 1a percepcién, que ha elabo- ado teorias y modelos del progreso perceptive mucho ms com- plejos, se convierte en un realista ingenuo cuando, como producto de sus anilisis conceptuales, vuelve a considerar al mundo con intenciones practicas, para manipularlo o moverse dentro de él. En este caso, también éi esta convencido de ver muchos objetos dife- rentes porque en realidad hay muchos objetos diferentes, de verlos con una cierta forma porque tienen, fisicamente, esa forma, de verlos a diferentes distancias porque efectivamente estan a diferen- tes distancias, y si los ve en movimiento est convencido de que eso sucede porque ciertamente estdn en movimiento. Entonces, Ia existencia de una correspondencia entre las carac- teristicas de la realidad fisica y las de la realidad perceptiva 0 fenoménica aparece, en general, como una cosa obvia, como una ‘cosa que no necesita ser explicada, 0 sea que es vivida como un dato y no como un problema. Se puede intentar poner en duda esta fuerte confianza en la coincidencia perfecta entre el mundo fisico y el mundo perceptivo, es decir, poner en duda lo obvio de los hechos perceptivos, tomando en consideracién algunas situacio- nes en las cuales nos esté faltando, por alguna razén, la correspon- dencia entre la realidad fisica y la realidad perceptiva a la que ‘estamos tan habituados, Incluso el sentido comin conoce algunas {de esas situaciones. Son aquellas en las cuales es habitual decir, por ejemplo, «nuestros sentidos nos engafian» o «se ha sido victima de una ilusién». Probablemente a todos nos ha pasado alguna vez cl tener la clara impresién de que el tren en que se esti, parte de la estaci6n, y luego darse cuenta de que quien parte, em direccién puesta, es el tren que parece detenido en el andén contiguo. También puede suceder que por un acceso de fiebre 0 por efecto de una bebida un poco abundante, el color, la forma, la estabilidad misma de los objetos circundantes, sufran deformaciones més 0 menos importantes. Y es asi que cualquiera puede ver dos lapices teniendo un lapiz con la mano a pocos centimetros de la narizy fijando ambos ojos en un dedo de la otra mano colocado a unos 30cm de distancia en la misma direcci6n. El valor de estas situaciones aparentemente parad6jieas esta en el hecho de que permiten darse cuenta de que en el plano de la realidad perceptiva existen ciertos aspectos o relaciones (por ejem- plo el movimiento de los objetos, su forma, su localizacién espa- Gial, su numero) que no siempre pueden explicarse haciendo una simple referencia a la existencia de ese aspecto o esa relacién en el plano de la realidad fisica. En efecto, pueden.nio.estar-«fisicamen- fe», sin que por ello dejen de estar sperceptivamente» presentes Respecto a esto observaremos la figura 1 LOS ENIGMAS DE LA PERCEPCION 3 f a CvV2d Fic 1, Supetfcie andmaa (Kastesa 1988) Cualquier persona no prevenida describe esta situacién como consitulda por un tringulo Blanco no transparente que eubre par. Glalmente tes discos negros y otro trdngulo limitad® por un Tare gen negro. En realidad, desde un punto de vista estrictamente Eromeisico a nivel de realidad fsca a descripciontendrla que set Bin diferone: se trata de tes sectors erelares negrosy de tes {ngulos dispuestos con un derto orden uno respecto al otro, nada mis. Al-tldngulo blanco fenoménico no le corresponde’ringin a a re. aoomeneremeancarae, {BP tar eoerctivo que, en conviciones de iuminacion Optima, mi ‘Gor gan a verlo como operativo, la constatacién de su presencia «geoméirica», no son suficientes para hacer ver él fexgono.. Este permanece como un dato spensador, srepresentado», «eonstruido mentalmente, pero Fro 5, Enmascaramiento de un hexégono 16 GRAMATICA DE LA VISION no percibido genuinamente. Permanece completamente «invisible». ‘como si hubiese sido «tragado» por la configuracién global, a pesar de no haber sido cubierta ni una minima fraccién de su perimetro total De la misma forma, es bastante dificil descubrir qué es la figu: ra 6, ademas de una especie de jeroglifico representado por signos egros, asi como no es facil descifrar a primera vista la escritura contenida en la figura 7 Ht Fie. 6, {Signos negros sobre fondo blanco 0 letras ss sabre fondo negra? Fr, 7. Palabra especularo figura unitaia? Sin embargo, en ambos casos las palabras que en un primer tiempo no se ven, y que son bien conocidas por las configuraciones que se imponen a la percepcidn, estan presentes al descubierto y sin ningén enmascaramiento. Finalmente, hay una tercera categoria de situaciones que pue- den poner en guardia contra una concepeién simplista del proceso perceptivo como un registro pasivo del ambiente fisico. Son las situaciones en las cuales se puede constatar unadiscrepancia, a veces notable, entre el color, la forma, el tamafio y otras caracte: risticas del objeto fenoménico, y las caracteristicas correspondien: tes del objeto fisico. En la figura 8 hay dos triangulitos grises fenoménicos que se ven diferentes por su claridad, a los que corresponden, a nivel fisico, dos superficies que reflejan exactamente la misma cantidad de luz LOS ENIGMAS DE LA PERCEPCION " ic 8, Contaste de elaridad por lo cual, desde este punto de vista, son perfectamente idénticas. En [a figura 9, a la mayor parte de los obscryadores Jes parecen més alos» Tos caracteres impresos cn la superficie. con.contorno dentado que'los que se encientran en la superficie con contornos rectilineos, si bien en este punto no existe ninguna diferencia en fa realidad fisica Fc. 9, Efecto del margen sobre Ia densidad (Kanizsa 1960) ‘Son numerosisimos los casos de una discrepancia de ese tipo, ‘casos que estén representados por las Ilamadas ilusiones éptico-geo: métricas, de las que reproducimos algén ejemplo particularmente evidente En la figura 10, las lineas oblicuas objetivamente paralelas a la diagonal del cuadrado, convergen y divergen perceptivamente por la accién que ejercen sobre ellas los pequeiios segmentos que las cortan. En efecto, si esos segmentos se alejan, las lineas vuelven a aparecer paralelas. Para constatar el paralelismo, es suficiente lle- var la pagina horizontal a la altura de los ojos y observar las lineas cn su direccién. Las dos diagonales de los dos paralelogramos de Ia figura 11 son objetivamente de la misma longitud, pero nadie puede sustractse a su imponente diferencia en el plano perceptivo. GRAMATICA DE LA VISION Fo. 10, Husién de Zoetiner Fe. 11 Masia de Sander Siempre con respecto a la dscrepancia entre la longitud fica la longtud perebia, se puede ver la figura 12 que reproduce una Vavantepatcalrmeinte ca de son cls de Mller Por la cual dos segmentos iguales son sfenomenicamente» de au distinta longitud. Fay En afiguta13 se puede ver una notable diferencia de superficie entre el cuadrado cubierto por la banda-negra-anct ¥ aquellos ccubiertas por las bandas mis angostas.—— poe ae > Fic: 12. lusién de Maller-Lyer I Fic. 13. Contraccicn fenoménica del espacio (Kani 1975) LOS ENIGMAS DE LA PERCEPCION 9 En la figura 14, que es una variante de una situaciGn estudiada por GiovaNett (1967), Ia forma en que estin dispuestos los tridn- ulos y los cuadrados aitera, a nivel fenoménico, la rectilineidad de Ta alineacion geométrica de los puntos y de las rayitas verticales. IDLE A eg AVA PAA Fro, M, Ruptura dela rectiineidad (Grovawets 1967) Hemos expuesto este pequefio muestrario de situaciones de apa- riencia un poco paraddjica, con el fin de demostrar que la respues- ta del realismo ingenuo al problema de la relacién entre la realidad fenomenica y Ia realidad fisica, no es tan segura como puede pare cer a primera vista. Durante mucho tiempo las situaciones de este tipo han sido consideradas como «curiosidades» 0 «diversiones» que poco o nada tenian que ver con los procesos de la percepeion veridica y normal de cada dia, Se trata simplemente de un prejui- cio, ya que no es sensato admitir que existan «excepciones» dentro de un campo cientifico que no puedan ser reincorporadas a las Teyes generales que rigen en ese campo. Las llamadas ilusiones y las otras situaciones de laboratorio que puedan parecer extrafias y diferentes de las situaciones cotidianas, son hechos perceptivos ‘como todos los otros y, como tales, sometidos a sus mismas leyes. Por eso, ya que esos determinados fenémenos tienen una particu- lar evidencia, pueden presentar la ventaja de aislar y hacer resaltar factores que no pueden individualizarse fécilmente y que no son accesibles al estudio en condiciones ordinarias. Esos fenémenos nos hacen sospechar que también todas las otras situaciones coti- dianas més comunes, en las cuales la correspondencia entre la realidad fisica y Ia realidad perceptiva parece ser completa, escon- den efectivamente un problema. Esa correspondencia general puc- de no aparecernos mas como un hecho obvio, sino como un resul- tado que debe ser explicado. Por el momento, las paradéjicas situaciones que hemos examinado nos obligan a reconocer el hecho » GRAMATICA DE LA VISION de que la existencia de una caracteristica determinada en el plano fisico (por ejemplo la forma, el tamafio o el color de un objeto), no es siempre una condiciGn’suficiente para que esa caracteristica se dé también en el plano fenoménico. Es necesaria la presencia de ‘otras condiciones, cuya individualizacién y andlisis constituyen la tarea fundamental del estudio de la percepcién. Si ahora que hemos constatado que no se puede considerar la percepcién como un simple tomar nota o un registro cuidadoso de los objetos que constituyen el mundo exterior, examinamos con mas atencién las condiciones necesarias para que se produzca una Percepeién, nos damos cuenta de que las cosas son mas bien com- plicadas, Nuestro mundo fenoménico, constituido por los objetos y Por los hechos que vivimos como presentes alrededor nuestro, no es una copia directa del ambiente fisico sino el resultado de una serie de mediaciones. La actividad perceptiva nos provee de un conocimiento mediato ¢ indirecto de los objetos y hechos fisicos. Estos ultimos representan s6lo el comienzo de tina cadena muy compleja de procesos que en el caso de la percepeién visual, que asumimos como paradigmética, puede ser esquematizada de esta manera: el objeto fisico (fuente de los estimulos) emite o refleja radiaciones luminosas de distinta frecuencia e intensidad, Esas ra- diaciones (estimulos distales), después de un trayecto mas 0 menos tego pace en a rerina de un Obervador dn afea de eximi (estimulo proximal) que corresponde a la proyeccién épti- ca del objeto. Est area varin de tamano con ln vavieion ela distancia entre objeto y organismo, mientras su forma varia con el cambio de la inelinacién del objeto respecto al observador. Del rea de estimulacién de la retina parte una cadena de procesos fisiologicos (reacciones fotoquimicas a nivel de los receptores, de~ sencadenamiento y conduccién de impulsos nerviosos a lo largo de las vias Opticas aferentes), que modifican el estado fisiol6gico del rea cortical a la cual llegan. Los procesos corticales resultantes yen el substrato fisiol6gico de la experiencia perceptiva (nivel psicofisico). EI dato perceptivo (objeto fenoménico) es una experiencia que no tiene ningiin observador, ya que el organismo de cada observador tendra un proceso cortical diferente. En este punto, si se reflexiona bien sobre la descripcién anterior y.sobre lo que verdaderamente quiere decir todo lo que esta impli- Cito en cada fase del proceso constituido por los hechos fisicos y biolégicos que se dan entre el objeto «fisico» y el objeto «fenome- nico», se presentan algunos problemas considerables: 1. El objeto fenoménico reproduce mas @ menos ficlmente al objeto fisico, lo que normalmente nos da un conocimiento sulicien- te para guiar nuestro comportamiento en el ambiente, Este es un LOS ENIGMAS DE LA PERCEPCION a primer enigma de soluci6n no facil. En efecto, sabemos que en los 30s que median entre ambos polos (objeto fisico ~ objeto Fenoménico), la unidad del objeto fisico se pierde completamente ‘Allo largo del trayecto que va de la superficie del objeto a la retina del observador, las radiaciones son completamente independientes tuna de otra, La retina, a su vez, esté constituida por un mosaico de elementos histolégicamente separados (conos y bastoncillos), ‘que se excitan diversamente y que envian a los centros superiores mensajes relativamente aislados. Y bien, al final de esta cadena de fases intermedias, en el curso de las cuales no queda nada del objeto en cuanto entidad unitaria separada de otros objetos, el objeto reaparece como correlativo fenoménico de un proceso fisio- 6gico central. ;Cémo es posible esto? {De qué manera se recons- tituye la unidad del objeto fisico a nivel fenoménico? Esta es una primera cuestidn a la cual debe responder una teoria de la percep- cidn y hacia la cual debe dirigirse 1a investigacion empirica 2. Un segundo enigma est constituido por las llamadas constan- cias perceptivas. No slo vemos al mundo poblado de objetos dife- rentes uno de otro, cuando en las radiaciones luminosas y en los procesos de trasmisin fisiol6gica no queda ni rastro de las diferen- cas de origen, sino que tales objetos permanecen relativamente invariables en el tiempo en lo que se refiere a sus caracteristicas Principales, tales como el tamano, la forma, el color. El amano de lun objeto fenoménico pareceria tener que depender, en alguna forma, del tamafio de la zona retinica estimulada por las radiacio- nes que provienen del objeto fisico, por lo que debiera haber una ierta correlacién entre forma percibida y forma de la proyeccion retinica, Ademis, la claridad y el color fenoménicos debieran cam- biar con el cambio de la intensidad y del tipo de la estimulacion. ‘Ahora bien, ninguna de estas relaciones se verifica de forma per- fecta, A pesar de la variacién, dentro de limites bastante amplios, de las relaciones espaciales (distancia, inclinacién) entre el objeto fisico y el observador, y de la intensidad y composicion espectral de las radiaciones provenientes de las superficies de los objetos, con las consecuentes variaciones, con frecuencia muy importantes, del tamafio y de la forma de la proyeccién o imagen retinica y del tipo de procesos que tienen lugar, los objetos fenoménicos corres- pondientes normalmente no cambian en forma sensible de tamafio, forma, claridad y color. Tenemos, entonces, otro de los problemas clave de la psicologia de la percepcién. 3. Un tercer problema respecto al cual se ha discutido mucho por lo menos desde los tiempos de Berkeley, es el de la percepeién de la profundidad o distancia. ;Cémo se restablece, a nivel feno- ménico, la tridimensionalidad 0 corporeidad de los objetos y det 2 GRAMATICA DE LA VISION ambiente, también perdida en la transmisiGn de los mensajes que parten de los objetos y a nivel retinico, donde la proyeccién éptica €s bidimensional ya que existe un solo estrato de receptores? 4, También Ia percepcién del movimiento origina una cantidad de problemas. Cuando un objeto se mueve, la estimulacién que producen las proyecciones 6pticas de sus radiaciones luminosas se desplaza sobre la retina, pero cuando nosotros mismos nos move- mos en el ambiente, 0 cuando giramos la cabeza 0 os ojos, las pro- yecciones de los objetos se desplazan sobre la retina en las formas ‘més variadas. Sin embargo, mientras en el primer caso vemos habitualmente un objeto en movimiento, en el segundo caso nor- malmente se percibe el ambiente en quietud. Otros problemas complejos estan representados por los distintos tipos de movimien- tos aparentes y por la direccién y velocidad de los movimientos reales. 5. Ademés de tener un cierto tamafto, una forma, un color, una posicién en el espacio y determinadas propiedades cinéticas, los ‘objetos perceptivos, especialmente aquellos particulares objetos que son las otras personas, tienen un gran numero de cualidades terciarias y de valencias: son atrayentes 0 repugnantes, serenos 0 amenazadores, inquietos, perentorios, y se podria continuar. Estas cualidades son, 0 por lo menos parecen formar parte de la natura- Jeza misma de los objetos, vividas en forma inmediata como sus ccaracteristicas constitutivas. {En qué forma esas cualidades son transportadas del objeto fisico o de las personas al observador? En otras palabras, jes posible determinar una relaci6n de correlacion constante entre las condiciones de estimulaciGn y la percepcién de las valencias, de los sentimientos, de las relaciones causales? 6. Y por fin, {de qué manera y hasta qué punto la experiencia pasada del observador, sus necesidades, sus motivaciones, sus acti- tudes, en una palabra, su personalidad, influyen en sus percepcio- nes? La evidencia experimental a este respecio es todavia exigua y contradictoria, también porque el campo de investigacidn es extre- madamente dificil. Sin embargo, se trata de un tema del maximo interés, que actualmente se observa con gran atencién y que se analiza a fondo. Estos son los problemas mas importantes que debe afrontar una psicologia de la percepcién. Trataremos de darles una respuesta en las proximas paginas, exponiendo los resultados de las investigacio- nes metodol6gicamente més rigurosas y por lo tanto mas atendi bles, que nos parecen de Ia mayor importancia desde un punto le vista te6rico. 2. La constitucién de los objetos fenoménicos Es el problema de como el amp visual se atu en unkdades ere tenant, exo se puede formar pregunta sees sos memes que enen el ambiente bs forma de dose << gr evens qu se desarlln eel intron de tadacones ea bj a ona de proces runic ye mp a rE ce Inundad de los objete cs de ng, Sree mat de nomen que ns ga de ambiente 5 ern: ana cantdad inumersble de elementos alas © consti Pos no de oro apo que esa experiencia COREE- independ po ua mira de sensciones, qu COTES may gelctimlaciones retina, en cambio es Pon at me me, or prande, pro sempre nto de oieior» oe as palabras, cuando abrimos Ios ojos nos encontramos frente tne mundo habia, frmado por casas, ols, aux Tonite “Es dec que vemos objton y no quedan rasros J voids, prowess ico, mpulsos nervioso, sesacions cle mentale. Tanto es al que para a mayor parte de Is personas no ene probloma a este respect, no hay nada que explicar: acess personas, si vemos eum eos alrededor nUeSUO es por Par oat Jeo ex alrededor nuestro basta, Han sido propuestas {iis solulones est problema en el terreno cent. es le lineas prcolopieas de posiion prevalentemente aio- minis ieocacioneica, eada puso proveniente de un receptor cree agar, nivel de los centoncorials, a tras fants «Sens ari Itentaes». con una correspondenca punto punto entre ee GRAMATICA DE LA ISION «, alternativamente se ven como «figura» la cruz blanca sobre fondo negro o la cruz negra sobre fondo blanco. En la figura 26h prevalece la cruz blanca sobre fondo negro, y en la figura 26c la cruz negra sobre fondo blanco. Por consiguiente, también aqui acta el factor de la proximidad en virtud del cual asume el papel de figura preferiblemente la zona limitada por los mérgenes que ‘estdn mas vecinos entre si, aunque con un cierto esfuerzo es posi ble, naturalmente, ver como figura también la zona delimitada por los margenes mas alejados entre sf, y percibir una cruz de brazos mas amplios. . > e Fro. 26, Segmentactn en base Ia proximidac El factor de proximidad se puede poner en evidencia muy clara- mente empleando el movimiento estroboscopico, es decir, ese mo- vimiento fenoménico que se obtiene presentando sucesivamente, con muy breves intervalos de tiempo, dos_estimulos luminosos inméviles en dos lugares diferentes del espacio. Si en un ambiente oscuro se presentan primero los puntos A, B, C, D, y luego, después de un brevisimo intervalo de oscuridad, se encienden s6l0 los puntos e, f, g, ubicados a mitad de camino entre las posiciones ‘ocupadas al comienzo por los otros (fig. 27a), algunos observado- res pueden ver los puntos A, B, C desplazarse hacia la derecha y detenerse en los lugares e, f, g (en este caso, el punto D se apaga sin reaparecer), pero otros bservadores pueden ver B, C, D desplazarse hacia la izquierda para ocupar los mismos lugares e, f, g (en este caso no reaparece el punto A). Esa ambigiedad se termina apenas se modifican las posiciones en las cuales se encien- den e, f, g. En la disposicién de la figura 27b el movimiento se hace coercitivamente hacia la izquierda, y en la de la figura 27¢ el ‘movimiento se hace siempre hacia la derecha. El factor que deter- mina en forma decisiva la direccién del movimiento es, entonces, la Jongitud del recorrido. En el primer caso, la direccion es indife- 2 GRAMATICA DE LA VISION > Fio 27, La proximidad determina Ia direcidn del movimiento aparente rente porque la distancia a recorrer es igual en ambos sentidos, en los otros dos casos la direccién del movimiento esta determinada por las leyes de la proximidad: en igualdad de las demas condicio- hes, el movimiento se efectia preferentemente por el recorrido ‘més corto, 2.2, Semejanza Si modificamos los colores de algunos puntos de la figura 21 en lugar de efectuar desplazamientos, nuevamente obtenemos una seg- mentacién bien definida en el conjunto de los puntos que, aunque permanecen perfectamente equidistantes entre si, y del mismo ta- Imafio y forma, se articulan en colwnnas verticales y lineas horizon- {ales constituidas por elementos del mismo color, tal como se pue- de ver en las figuras 28 y 29. eocVeoe eccee eo5eoce 00000 eoVeoce ecceve eo5eoce 00000 eo5eoce eooee Fos 28 29, Reagrupamiento en base la semejanca cromatica LA CONSTITUCION DE LOS OBJETOS FENOMENICOS, 3 Manteniendo la paridad de las otras condiciones, tienden, pues, ‘8 unificarse entre si los elementos que poseen algan tipo de seme- Janza. En el caso que hemos visto, se trata mas de una igualdad cromitica que de una semejanza, pero la afinidad de forma, de tamatio 0 de otras caractetisticas tiene el mismo efecto. Por ejem- plo, en las figuras 30 y 31 Ia unificacién 0 teagrupamiento se produce en base a la igualdad de forma. erseore eoeoe erseore aacad ersere eoooe e@rsere aaaae ersere eooee Fics, 30 31, Reagrupamiento en base a la igualdad de forma Un caso particular de unificacién por semejanza es el que est Ueterminade por et Hamado destino conudn o. mas simplemente, semejanza de comportamiento. En virtud de este factor, las partes del campo que se mueven juntas © en forma semejante, © que simplemente se mueven a diferencia de otras partes del campo que estan quictas, tienden a consttuirse como unidades segregadas. Sucede, en efecto, que logramos percibir como estructuras unita- fias ciertas partes del campo (formadas, por ejemplo, por objetos fisicamente presentes pero que hasta ese momento no fueron vistos como algo diferente del fondo), s6lo cuando comienzan a moverse respecto a otras partes del campo que permanecen inméviles. Los ° . ° — 9 . i . > © Fc. 32. El movimiento solidario determina la unifcacin (Musarn 193 Fn GRAMATICA DE LA VISION seis pequetios discos de la figura 32a aparecen reagrupados espon- tineamente en dos columnas verticales, en virtud de los factores de proximidad y de semejanza que actéan en la misma direcci6n. Si se hace de modo que se desplacen simulténeamente el disco central de la serie blanca y los dos discos extremos de la serie negra, ‘manteniendo inméviles los otros tres discos (fig 32), la estructura del campo sufriré una transformaciOn sibita: en lugar de las dos lunidades de partida, crométicamente homogéneas, tendremos dos nuevas unidades (fig. 32¢), una formada por los discos en movi- mento, dispuestos como los vértices de un tridngulo, y la otra por cl triingulo de los discos quietos. 2.3. Continuidad de direccion Se llama asi el factor por el cual en la figura 33a todos ven esponténeamente una configuracién constituida por dos partes: un Segmenio recilineo horizontal sobre el que se apoya una curva muy Sinuosa, si bien nada impide considerarla como obtenida por la ‘yuxtaposicién de las dos lineas @ y 6 (fig. 336) también por super- Posicion de las lineas c y d (Fig. 33c). En estos titimos casos, que Son solamente hipotetios ya que no se realizan nunca espontinea mente, en el punto de encuentro o de cruce cada linea continuaria en otra linea con una direcciGn diferente, cambiaria de improviso {a estructura. La configuracion que se impone en forma coercitiva es, en cambio, aquella en la cual en el punto de cruce se ve al sezmento de recta continuar reetilineo y ala linea sinuosa unificar- se con otro elemento curvilineo. ‘Andlogas consideraciones son vslidas para la situacién. de la figura 35. donde no se ve xt +2y, y tampoco xz + ty, sino mucho mas naturalmente ay que corta f2- En forma también muy eviden- fe, los puntos de la configuracién de la figura 35 se articulan en sezmentos rectilineos y curvilineos segiin el principio de la buena continuacion 24. Direccionalidad y orientacién No debe confundirse la continuidad de direccién y la direcciona: lidad, que es un caricter inmediato de muchas totalidades. Este factor fue estudiado por Bozz1 (1969), que analizd como la direc- cionalidad de una figura puede influir sobre su organizacion int na. En la figura 36a los puntos dispuestos para cubrir una porcién cuadrada de la superficie de la hoja, son iguales y equidistantes LA CONSTITUCION DE LOS OBJETOS FENOMENICOS. as uno de otro. En esta situacién es igualmente fécil ver tanto una estructura en filas de puntos horizontales como una estructura en fila de puntos verticales. $i ahora quitamos un cierto niimero de puntos, de modo que queden completamente inalteradas las rela- Giones de igualdad y distancia de los puntos que quedan, podemos My Eis Fo 33, La continuidad de dteceiin como factor de uificaciéa 6 GRAMATICA DE LA VISION b Fo. 36. Reagrupamiento segin ln direcconalidad de ta estructura (Bozzi y z pio de la buena Fic. 35. Nuevamente la buena direccia soa) 1969) 7 LA CONSTITUCION DE LOS OBJETOS FENOMENICOS a esperar que se mantenga sin cambios la facilidad de organizarlos en filas de puntos tanto en sentido horizontal como vertical. En cam- bio, en la figura 366, los puntos se organizan a la izquierda de forma espontanea en tres filas verticales antes que en once horizon- ales, mientras que a la derecha Ia organizacién més espontinea es la de tres lineas horizontales. Es decir, que los puntos se alinean ‘egiin la direceién principal de la configuracién a la cual pertene- teen, de lo que se puede deducir Ia existencia de un factor de eagrupamiento independiente de los factores de proximidad y se- mejanza. La acciGn de ese factor de direccionalidad es particular- mente evidente en la figura 36c: Hay otro factor de unificacién que no se confunde con la conti- nuidad de direccién y con 'a direccionalidad de la estructura, que es la orientacién en el espacio. Si se pide a un grupo de personas que con una linea dividan en dos partes la figura 37, casi todos trazan la divisién a lo largo del limite entre la zona ocupada por las T inclinadas y la ocupada por las T derechas, aunque se trate de formas perfectamente iguales. Las formas I y T son diferentes, pero estén compuestas de lineas que tienen la misma orientacién fen el espacio, y eso parece ser suficiente para favorecer su agrupa- miento en contra del factor de semejanza. J SIETT TT AAD i 44 rr 4 PRS » TT TT ON Ea EPS tat! TET TO Aa Jitter TAY DISA TT TTT AAD Fic. 37. Oriemtacin oo 1 semejanza (Brcx 1966) 2.5. Cierre En la figura 38a los reagrupamientos fenoménicamente natura- Jes se realizan segun los principios de la proximidad y de la seme- janza: parejas de tridngulos alternadas con parejas de rectdngulos. En la figura 38D, en la cual Jos elementos negros pueden com- plementarse detris de las superficies rectangulares, la unificacion {que se impone ya no esti determinada por la proximidad y por la semejanza: est favorecida la formacién de dos hexigonos parcial- 8 GRAMATICA DE LA VISION »4 «| »« 4 4 Fic 38. El cietre prevalece sobre la proximidad (Kawzse y Gexaino 1982) mente cubiertos. Es el resultado de la accién de un nuevo factor: el cierre El mismo principio esta ilustrado de forma eficaz en la figura 39, En la figura 39a se impone Ia segmentacidn en pequefas colum has formadas por pares de segmentos prdximos; en la figura 39b no queda nada de esa unidad de figura: su lugar es el «espacio b Fo. 39, Ciete cor 2 proximidad LA CONSTITUCION DE LOS OBIETOS FENOMENICOS »” vacio» entre las nuevas figuras representadas por los cuadrados, es decir, por las zonas cerradas. A este factor se debe, probablemente, la aparicién del trisngulo blanco de la figura 1, con la consiguiente formacién de mérgenes cuasiperceptivos, a los cuales no corresponde ningin «salto» o falta ide homogeneidad en la estimulacidn, Es la tendencia de las tres lineas en angulo a «cerrarse» en un tridngulo, y de los tres sectores fangulares a completarse en tres discos, lo que hace necesaria la formaci6n del triingulo blanco, detrds del cua! las complementacio- nes se pueden operar en forma «amodal». : Frio 40. Cierre contra buena direcion La importancia del factor cierre la podemos constatar en la situacién de la figura 40, donde han sido complementadas las dos curvas de la figura 35, en forma tal que la tendencia a la forma cerrada prevalece netamente sobre la continuidad de direccién. TLo mismo se puede decir de la figura 41, donde Ia misma ten dencia se impone sobre el factor proximidad. A pesar de las i OO Fis 41. Cierre contra proximidad ” GRAMATICA DE LA VISION terrupciones, las formas que tienden a cerrarse prevalecen sobre Jas formas en x constituidas por las partes més proximas. Aqui actiia también otro factor que ya conocemos: la tendencia a con- vertirse en figura que tiene el area con margenes convexos. Vol viendo por un momento a la figura 7, se puede ver que el cierre se impone sobre la familiaridad, dado que logra hacer «invisible» una palabra bien conocida, para ia que pareciera haber condiciones de tuna legibilidad normal 2.6. Coherencia estructural y pregnancia Con la enunciacién del principio de la pregnancia, llamado tam- bién de la «buena Gestalt», Wertheimer ha restablecido, segin Merzaer (1975), la unidad entre la psicologia de los drganos de los sentidos y la psicologia de la personalidad, unidad que estaba per- dida desde los tiempos de la famosa distincién de Dilthey entre «erkldrende> y averstehende» Psychologie. Este concepto clave de la teoria guestaltista no ¢s facil de definir y puede dar la impresidn de una cierta nebulosidad e indetermina- i6n, puesto que hay quien lo usa con frecuencia en forma arbitra- ria como si fuera una palabra migica que sustituye a una verdadera explicacién. En realidad, hablar simplemente de una «buena Ges- talb» puede ser demasiado genérico y, por lo tanto, es preferible precisar mejor utilizando los conceptos de simplicidad, orden, sime- trfa, regularidad, estabilidad, pero, sobre todo, de coherencia estruc- tural, de carécter unitario del conjunto. El campo perceptivo se segmenta de manera que unidad y objetos perceptivos resulten, en lo posible, equilibrados, arménicos, construidos segiin un mismo principio en todas sus partes, que de esa manera «se pertenezcan», se requieran» reciprocamente, estén bien juntos. En la figura 33 ya hemos visto actuar una tendencia similar: la articulacién se realizaba de modo que las unidades resultantes cumplieran un mis- mo principio constructivo en todas sus partes. En efecto, la buena ‘continuidad actia con frecuencia (no siempre), de manera de ase- ‘gurar regularidad y pregnancia a los resultados de la organizacion, En la figura 42, a y b son, sobre todo en virtud del factor de cierre, dos figuras diferentes, cada una de las cuales tiene una forma definida propia. Pero si estas dos figuras se aproximan en Ja forma indicada en la figura 43, en el momento del contacto se transforman, de golpe, en otras dos figuras, y se hace casi imposi- ble ver las dos configuraciones de las que se ha partido. En el nuevo conjunto, cada linea pasa a formar parte del todo que le es estructuralmente més afin: el arco se acopla a las lineas curvas para ¥ LA CONSTITUCION DE LOS OBJETOS FENOMENICOS 4a eS formar Ia figura redondeada, y los segmentos rectilineos se unen entre si para formar un poligono irregular sin tramos curvilineos. Las figuras que asi resultan estin construidas segin un principio coherente, sus partes se pertenecen reciprocamente, estan bien juntas, La tendencia a la uniformidad 0 coherencia estructural y a la continuidad de direccién, en este caso colaboran para darle al ‘campo perceptivo una articulacién particular, en lugar de las mu- chas «iedricamente» posibles. Una de estas iiltimas podria ser, por ejemplo, la que esta ilus- trada en la figura 44, es decir, una configuracion constituida por un amareo» exterior yun «niicleo» central: es una segmentacién que es muy raro que se realice espontaneamente. Fic 4, Posiitidad de uniicacion que no se reaiza Un caso privilegiado de coherencia estructural esti representa- do por las figuras geométricas regulares con un alto numero de ejes de simetria. Por esta raz6n, si se realiza el experimento ilustrado ppor las figuras 42 y 43, con partes de circulo y de poligonos regu- Tares (figs. 45 y 46), el resultado es todavia mas coercitivo. La tendencia a la maxima regularidad posible parece estar en la base del rendimiento perceptivo diferente de las figuras 47a y c respecto al de las 476 y d. Mientras la b aparece coercitivamente ‘como un cubo, es muy dificil ver la a en tercera dimension, aunque también represente el dibujo en perspectiva de un cubo, Pero la a a GRAMATICA DE LA VISION Fos 4S y 6. Unifiacién por regulridad ya es regular, simétrica y equilibrada en el plano bidimensional, mientras la b Se regulariza si se ve vomie Usidimteusional: hos dngulos se hacen rectos y las superficies se transforman en cuadrados. A lac, estando compuesta por partes todas regulares, permanece confinada en el plano; en cambio la d se ve en la tercera dimen- sin. Si se viera como una figura plana, estaria compuesta por las g 9 it RA Mo+c+a Fo. 47. Tendencia «Ia mérima regulardad (Korein 1930) + LA CONSTITUCION DE LOS OBIETOS FENOMENICOS 8 i Frio. 49. Accién de Ia constancia de (Monnaca 192) Fo. 48. Las figuras de anchura constante ‘Se realzan fenomenicamente anchut (Monivacn 1982) tres zonas irregulares de la tercera fila, 0 por dos paralelogramos superpuestos, mientras que de esta manera los paralelogramos se hacen rectingulos y todos los angulos se hacen rectos. ‘Una categoria especial de situaciones, en las cuales la regulari- dad impone el rol de figura a algunas partes del campo, es aquella fen Ia cual acta el factor representado por el «paralelismo de los ‘mirgenes» 0 por la «constancia de anchura». En la figura 48 se hacen «figura» espontineamente las lineas paralelas entre si, que se unen para dar lugar a los marcos cuadra- dos, mientras es muy dificil que se vea como marco (es decir como figura) a zona comprendida entre el cuadrado externo y el segun- do cuadrado. En la figura 49 preferentemente resaltan como «figu- ras» las bandas blancas, entre cuyos margenes media fenoménica- mente siempre la misma distancia, mientras las zonas negras tienen funciones de «fondo». Si sucediese lo contrario tendriamos una serie de figuras negras, de forma més bien irregular, sobre fondo blanco. En tcoria tendrian que ser posibles ambas alternativas, no hay razones «objetivas» que puedan explicar 0 hacer prever un rendi- miento perceptivo en lugar del otro, Si a pesar de eso nuestro sistema perceptivo prevalece sobre el cere. ‘Efconfcto entre regularidad y buena comtinuidad puede resol verse favor de sia hima, que parece ser un fate pata fe efcaz, Sen la figura 6@ se aproximan las dos configuracio. Mens clases» wimdttices, de ace abtiene b. en la cual en vittud Ge buena dicecon,deseprecen ls dos sonfiguraciones de pa ara dar lugar dos shocesssuperpuestas que presentan una timetts menor: Lo mismo se puede dect para las § cruces de la oxexexek Fis 65, Convexidad contra Gerre Ls Fie. 66, Buena direcion contra regularidad Py GRAMATICA DE LA VISION figura 67a que cuando se aproxi eden en I jiman se pierden en la nueva confi- guraci6n b, donde se superpone un cuadrado formado por la resul- tante de la unificacién de las 12 partes de los contornos de las cruces sobre cuatro formas menos regulares. cose oy ore Fro. 67. La cruz central de a desaparece en b Se puede estudiar la intensidad relativa de los distintos princi- jos organizativos variando sistematicamente as condiciones. S. Wenresrewnio (1968) ha elaborado un método apropiado para icterminar una cierta jerarquia entre los factores de proximidad, de semejanza, de homogencidad de estructura, de regularidad, poniendo a cada uno de ellos en conflicto con todos los otros. Ei sujeto debia decidir a cudl de dos figuras «incompletas» pertenecta un tercer elemento que, en rigor, podia completar tanto una como Ja otra de las dos figuras mutiladas. La figura 68 nos da un ejem- plo. Reproduce la situacién empleada para analizar la rivalidad ‘entre regularidad e identidad cromatica. De los 25 sujetos interro- zgados, 18 unieron los dos elementos de color diferente, justifican- do su eleccién con estos términos: «asi se completa el cuadrado», «es su lugar, «faltaba justo este pedacito». La tendencia a la regularidad o a 1a «buena complementacién», en este caso demues- tra tener una fuerza de organizacién mayor que la identidad cro- | LU Frio 68. Regularidad contra identidad cromtica (Wesnenrewe 1968) LA CONSTITUCION DE LOS OBJETOS FENOMENICOS 38 mética con Ja que est en conflicto. La graduacién que establece Wehrenfennig coloca en el primer puesto a la regularidad, seguida la semejanza y por la homogeneidad de estructura y, en dltimo fugar, el factor de la proximidad, Naturalmente que ese orden jerdrquico s6lo es vélido para el tipo de situaciones examinadas en 4u investigaciOn y, por lo tanto, debe ser confirmado por investiga- ciones posteriores. En otras modalidades sensoriales se verifican conflictos anilo- ‘gos, con resultados diferentes que en el campo visual. Las leyes de Wertheimer se han demostrado validas también para la percepcién aciistica (Bozz1-Vicario 1960) y para la tétil (BecKeR 1935; ScHoLz 1957; Srorrex 1961). ‘Sin embargo, la_jerarquia de los distintos principios se ha mostrado un poco diferente que en la visién. Por ejemplo, en Ia percepcién téctil Ia buena direccién desempeita un papel mucho Thenos importante que en la percepcidn visual como factor de lunificacion figural. Es muy dificil que en esta sltima una cruz se ‘yea como dos dngulos que se tocan por la punta, mientras que Tesultados como ése se dan en la mayoria de los casos del campo tactil. Estos resultados no se refieren a Ia estimulacion tactil «esté- fica», sino a los que se obtienen palpando, explorando con los Gedcs Jos modelos en relieve (naturalmente, con la exclusién de la Vista), En los experimentos de Becker la figura 69a, que a la vista DDO io. 69, Unificacon en la pereepein téctil(Bucken 1935) les aparece a todos como constituida por dos circulos sobrepuestos, al takto ha sido vivida con frecuencia del modo que aparece en b 0 G, es decir, como dos especies de esa realidad. TLas dificultades comienzan cuando se reflexiona sobre la estruc- tura del ojo y se tienen en cuenta las leyes que regulan el recorrido e los rayos luminosos y sus proyecciones sobre la retina. Nos ddamos cuenta, entonces, de que la retina es una superficie bidimen- onal y que, por o tanto, podria proporcionarnos datos solamente sabres de la cual nos legan los rayos luminosos, pero ‘Sobre la distancia de sus fuentes. coMO-sé puede ver en la figura 76, el punto F se proyecta al ‘eeniro de la fetina, en la fovea j, mientras la proyeccién del punto P eae en p, otra zona retinica. Esta diferente localizacién en la éstimulacin proximal nos puede permitir distinguir que la posicion de P en el espacio visual es diferente de la de F. Pero como e GRAMATICA DE LA VISION, Fr. 76, Todos los puntos del espacio ubicados en la misma direc se proyectan pantoj bre el mismo punto de a retina re también P,, P2 y los otros infinitos puntos que podemos imaginar tubicados eni la misma direecién dan lugar a la misma estimulacion pp, ce6mo podemos ver que estin colocados a diferentes distancias? {io'mismo vale para todos los innumerables punto F,, Fay -.. Fas que proyectan su imagen sobre la fovea. En otras palabras, en la pProyecciOn retinica existen las bases para la percepciGn directa del Titto-y deb ancho, pero no Tas de Ta percepcion de a profundidad. Esta cuestiGn fue contestada por Berkeley —y despuds de él por tos fil6sofoe empiristas y gran parte de los fisidlogos y de los psicd- Jogos, comenzando por Helmholtz hasta los actuales transac- cionaiistas (Ames 1951) y cognitivistas (Grecory 1970)—diciendo ‘que, simplemente, no. vemos las distancias en la tercera dimension. ‘Creemos ver el espacio mientras, y separacin «no eruzadas La separacidn retinica representa, entonces, mucho més que las hipotéticas sensaciones cinestésicas de la convergencia y de la aco- modacion, representa un seguro y sensible correlato fisiolégico de las impresiones de profundidad. Esta funcién batoscépica de la Separacién, que ya habia sido intuida por Euclides y luego por Kepler, fue experimentalmente demostrada por WHEATSTONE (1838), por medio de un aparato éptico inventado por él y llamado festereoscopio. Se trata de un dispositivo por medio del cual a los {dos ojos se les presenta separadamente dos dibujos planos (Ilama- dos «estereogramas»), que proyeetan dos imagenes ligeramente separadas sobre las respectivas retinas. ‘Sea AB un objeto inclinado en el espacio, con el extremo A mis proximo y con el extremo B mas alejado del observador (fig. $0). Cuando los dos ojos fijen el punto F, la imagen ba en el @ GRAMATICA DE LA VISION plano de proyeccion Fro. 80, Reproduccién de la separacion binocular sobre wn plano de proyeccion F = punto fijado; ayby ms corto que ojo izquierdo seré mas corta que la imagen ba en el ojo derecho. Si imaginamos que con un plano frontal paralelo («plano de pro- yecciém») cortamos los haces de rayos que dan origen a las dos imégenes retinicas, obtendremos sobre ese plano dos proyecciones, ‘ayby y ab equivalentes a las proyecciones sobre la retina. En el estereoscopio se presenta al ojo izquierdo el estereograma aby, yl ojo derecho cl estereograma ayby, haciendo de modo que ccaigan sobre los jos cama si provinieran de la direccién de AB (por medio de prismas, de lentes 0 de espejos. figura 81). El resultado es la visién de un objeto tinico colocado en el espacio {ridimensional, como el objeto AB al que corresponden las proyec- _siones aby y dsby. 2. La tridimensionalidad en vision monocular Las demostraciones experimentales mediante el estereoscopio no permiten dudas sobre la accién de la separacion binocular como eficaz factor de las impresiones de distancia y de corporeidad, aunque no sepamos a través dle qué procesos acite esa separacidn, Pero aun reconociendo su importante papel en la visiGn batoscépi- ESPACIO TRIDIMENSIONAL o Fi 81. Esquema de funcionamiento del estereoscopio de expejos est axby = estereogra 1: esp. = expejos; AB = objeto fenoménico 4, no podemos considerarla el vnico factor eficaz, y esto se da por lo’ menos por dos razones. rm ar, su acciGn tiene limites teoricos bien precisos, eesti a ejects de a cna interpupar oe ooo Ilrededor de 6.5 cm. (con el aumento de a distancia al observador, disminuye rpidamente el tamafo de la separacién retinica y, por @onsecuencia, es necesario que Ia distancia entre dos objetos en el ‘espacio sea siempre ms grande para que pueda ser distinguible en base a la separacién) En efecto, mientras a una distancia de 1m _ estamos en condiciones de discriminar diferencias de profundidad e 0,5 mm, a 50 m el umbral ya es de 1-2 m, a S00 m no se pueden diferencias de.profundidad menores de 100 m, y-después e108 300 ningun liferencia de distancia produce ya_una _ separacin-uillizable por nuestro aparato visual a nears bneuar lament, tener corporeidad fenoménica, ten- e {Ie parecer totalmente plana. Sn hablar de las colinas 0 de ntarlas distantes unos kilmetros. Ya que en estas condicio- "SE HOS aparece en relieve, la separacién lar no puede ser el tinico factor de la visiGn tridimensional. eee asa de que noes necesaro tener. dos ojs para vt ls distancia quien flene un solo ojo sabe dstguat ua figura plana de 70 GRAMATICA DE LA VISION tun cuerpo tridimensional, y est en condiciones de moverse con Seguridad en su propio ambiente. Como es posible, entonces, la existencia de una pereepeidn de la distancia en visién monocular? {Qué datos o hechos presentes en Ia estimulacién pueden ser con- Siderados correlativos con una percepeién como ésa? Ya hemos visto como responden a esta pregunta Berkeley y la mayor parte de los fisidlogos y de los psicdlogos empiristas. Sim- plemente, niegan la existencia de una verdadera percepcidn tridi- Inensionai; la distancia no puede ser percibida, sino solamente infe- rida, juzgada, pensada. Su razonamiento parte de la constatacién de que la informacion contenida en la estimulacién retinica no seria suficiente para dar- nos la vision de la tercera dimensién. Como se ilustra en ta figu- ra 82, los segmentos a, b, c, d,¢, f, de diferente longitud, coloca- dos a diferentes distancias y con diferentes inclinaciones respecto al observador, todos dan lugar a la misma proyeccién retinica p ya ue todos subtienden el mismo dngulo visual. Lo mismo se puede decir de las superficies bidimensionales A, B, C, D, etc., de la figura 83 Fics 82 y 83. Familias de configuraciones equvalentes Desde este punto de vista, los segmentos de la figura 82 y las superficies de la figura 83 constituyen dos familias de configuracio- nes equivalentes, En otras palabras, una proyecci6n retinica deter- ‘minada puede ser producida no por una sola, sino por un infinito inimero de situaciones externas muy diferentes entre si. Pero si dos PL ESPACIO TRIDIMENSIONAL n ‘miembros de una familia de configuraciones equivalentes dan lugar feuna proyeccidn retinica igual, tendrian que dar lugar a la misma percepcién. ;,Cémo hace, entonces, el observador para discriminar ttre dos objetos externos? {Cémo hace, en particular, para atri- Duirles una distancia diferente? Puesto que las bases de una distincién como ésa no parecen Jocalizables en la estimulacién, parece légico llegar a la conclusion de que el observador tiene que valerse de otros criterios para identificar los objetos y evaluar su distancia relativa. Estos criterios Serian fruto de la adquisicin de conocimientos y serian utilizados fn los procesos de juicio inconsciente de los que ya hemos habla- do. Uno de esos criterios, llamado empirico, podria estar represen- tudo, por ejemplo, por el hecho de que nosotros conocemos, en general, el tamaro de los objetos. De acuerdo a esto, si una silla Produc una imagen retinica mis pequei que a de ota sil este echo puede ser interpretado como un indicio de su mayor distan- tia del observador. Mas adelante examinaremos tanto éste como (otros indicios empiricos, como la superposicién y la perspectiva faérea. Por el momento debemos constatar que si bien la adquisi tidn de conocimientos desempeiia sin duda un papel en la accion de estos criterios o indicios de profundidad, el punto de partida de los empiristas esta realmente equivocado. Ese punto de partida ‘consiste en afirmar que fa distancia no se puede ver, en la medida ‘en que en la estimulacién retinica bidimensional no estén conteni- das suficientes correlaciones de la tercera dimensidn. Esta afirma- ‘i6n pasa por alto la realidad, ignora ese hecho fundamental que {6 el testimonio de nuestra experiencia directa. Si en vez de espe- ‘cular sobre la imposibilidad de la percepeién tridimensional, con- imos en una verdadera observacidn fenomenolégica, no podemos dejar de constatar que vemos la corporeidad de los objetos y su distancia relativa respecto a nosotros, asi como vemos Su color 0 su forma. Y ningin razonamiento puede transformar un dato verda- deramente percibido en un dato simplemente deducido, Ele i» 21. El «Gansfeld: El caso de que Ia profundidad sea un hecho de la experiencia inmediata, es decir, que sea vista directamente como el alto 0 el tincho, est demostrado por un experimento realizado por primera ‘vez por Metzcrr en 1930 y repetido por otros investigadores con Aécnicas diversas (HocherG, Trreset, Seaman 1951; Cotten 1957). Metzcer se habia preguntado cémo apareceria el espacio visual ‘ando el ojo fuera estimulado en forma totalmente homogénea en & n GRAMATICA DE LA VISION cada una de sus partes sensibles, y no se dieran, por lo tanto, las condiciones que normalmente dan lugar a la vision de superficies Timitadas por margenes. Con este fin construy6 un dispositivo par- ticular que estaba constituido por una pared curvada en forma tal ue Menaba por entero el campo visual del observador. iluminada dESmmodo que release radiaciones de la misma intensidad sobre todas las zonas de la retina. En estas condiciones de «campo total- mente homogeneo» (Gaxzre1p), el observador no percibe una su perficie que corresponda a la superficie fisica real de la cual vienen Feflejados los rayos luminosos, sino que tiene la impresién de estar circundado de un mar de niebla que se extiende indefinidamente fn todas direcciones. La niebla no llega hasta los ojos, comienza a algunos centimetros de ellos. Delante de los ojos se forma, enton- es, una zona de espacio «vacio», mas allé del cual la niebla se espesa cada vez més, hasta que ya no es penetrable por la mirada. Con iluminacién de baja intensidad, el Ganzfeld es oscuro y tiene tuna profundidad de alrededor de 40 em; si se aumenta la intensi- dad de las radiaciones, se aclara el campo totalmente homogéneo ys dilata hasta una amplitud de alrededor de 2 m. Si se aumenta posteriormente Ia intensidad de la iluminaciGn, la niebla se retira gradualmente del observador, se condensa cada vez mis, hasta tomar In apariencia de una superficie compacta localizada a una distancia definida del observador, y separada de é1 por un espacio vvacio, Esto sucede cuando comienza a aparecer la «textura» de la pared que refleja La impresion de profundidad es, entonces, un-fenémeno primor- dial, no trasladable a otro, que se produce cuando las condiciones de cstimulacion son las mis simples. 5, mientras la percep- clon de una superficie bidimensional ya es el resultado de un pro eso de diferenciacin de una estructura perceptiva mas elemental Por eso el problema de la percepcién tridimensional esta refor- mulado radicalmente. No se debe preguntar de qué manera surge tun espacio de tres dimensiones de una superficie original bidimen- sional, sino, exactamente al contrario, como de ta niebla original tridimensional se forman objetos delimitados por superficies com- pactas, colocados a una distancia bien definida respecto a nosotros {En un espacio vacio, a través del cual la mirada puede penetrar sin ‘encontrar resistencia, - ‘FL ESPACIO TRIDIMENSIONAL B 2.2. Las condiciones para la percepcién de una superficie bidimensional e El experimento de Metzger nos demuestra que para que el ‘campo perceptivo adquiera una organizacién, es necesario que la ‘estimulacién proximal no sea del todo homogénea. En su caso, la falta de homogeneidad estaba provocada por el coeticiente de re- flexiGn diferente de las pequefias areas correspondientes a la «gra hulacidn> de la pared revocada. Solo en estas condiciones es posi bile la formacion de una superficie fenoménica bidimensional colo- cada en el espacio en tres dimensiones. Korrka (1935) extiende el fexamen a otf0s tipos de discontinuidad en la estimulacién, respon- Sables de la formacion de los puntos, las lineas y los mdrgenes fenoménicos. ‘Ambos estn de acuerdo en rechazar un andlisis que parta de la ‘base de que los estimulos de la visi6n son cada uno de los rayos liuminosos que excitan cada uno de los receptores fotosensibies. Segin ellos, los fendmenos perceptivos slo se comprenden si se ‘admite que el sistema perceptivo no reacciona solamente con estt mulos aislados. sino mucho mas con su relacién y con las caracte- fisticas de su disiribucion espacial y temporal. Por eso el tipo de falta de homogeneidad en la estimulacién flobal que esta correlacionada con la aparicién de un margen 0 de tin contorno en el campo visual es un salto brusco en 10 que se fefiere a Ia intensidad o a la longitud de onda de las radiaciones que estimulan dos zonas contiguas de la retina ‘Ademis de los contornos, en la experiencia visual tenemos las lineas simples que atraviesan una zona cromaticamente homogénea €I punto de vista de la estimulacidn, incluso Tas fineas puie~ den sér consideradas como delgadas superficies estimuladas en for- ‘diferente que el campo que las circunda. Sin embargo, desde el ppunto de vista fenoménico, en este caso las superficies como tales ‘no-existen y en cambio se impone la impresidn de la «linea filifor- me, en la cual la ventaja fenoménica tiene el cardcter de ser sola- mente contorno cn detrimento de la superficie, en la misma forma fn que un punto se ve, en el limite, como carente de extensién. Pero en lo que se refiere al mecanismo de produceién, incluso la imple linea es el correlativo fenoménico de un desnivel brusco, Imas bien de un desnivel doble en la estimulacion, El sistema perceptivo, entonces..reacciona.a.las diferencias en {re as Greas estimuladas, a las relaciones entre sus intensidades mis E.2 Tos valores absolutos.de estas iltimas. "Gioson (1950; 1966) ha desarrollado esta idea y ha estudiado las eyes segiin las ‘cuales los abjetos perceptivos —que se forman 1" GRAMATICA DE LA VISION apenas se pasa de Ia estimulacién totalmente homogénea a una estimulaci6n que contenga cualquier discontinuidad— adquieren corporeidad fenoménica y se disponen en el espacio visual tridimen- sional a varias distancias y con diferentes inclinaciones respecto al observador. ‘Ante todo, niega la exactitud de la afirmacién segtin la cual la imagen retinica no contiene la suficiente informacion para la vision de la distancia. Esa afirmaciGn s6lo es valida si se sigue el razona- miento de Berkeley ilustrado en la figura 76, y se considera la distancia como una linea que conecta el ojo” con un punto del ‘espacio exterior, pero ya no es exacta si, con los guestatistas, se centiende por «estimulo» no sélo la radiacin luminosa que excita cada receptor 0 un grupo aislado de receptores, sino también el ‘orden o el tipo de distribucién con el que las radiaciones caen sobre zonas adyacentes de la retina. Teniendo en la mente tal concepcién no atomistica de constituida por una sucesion bastante uniforme de relieves y de depresiones mis o menos gran- des, como los diversos tipos de telas, la corteza de los arboles, un ‘muro de ladrillos, un campo arado, un prado o la superficie encres- pada del mar. Aun en una superficie lisa, la wtextura» puede estar epresentada por las particulas de composicién quimica diferente de las cuales esta constituido el material, como es el caso de un bloque de granito pulido 0 de un conglomerado. En ambos casos, las diversas zonas de la superficie reflejan la luz en forma diferen: cial, y la imagen que se enfoca en el ojo estara caracterizada por variaciones ciclicas de la intensidad de las radiaciones en el primer ‘caso, y por variaciones ciclicas de la longitud de onda en el segun- do caso. Una «mieroestructura» cicliea 0 repetitiva de la imagen como ésa es, como lo demostré Metzger, el correlato estimulante de una superficie visual ELESPACIO TRIDIMENSIONAL 1 4. El gradiente de textura en la imagen retinica Si ahora consideramos la manera en que las superficies de nues- tro ambiente fisico son proyectadas sobre la retina, debemos distin- ir tres casos fundamentales. Una superficie puede ser frontal, es i, dispuesta en un plano paralelo respecto a la frente del obser- wador y perpendicular a ia linea de mira; puede ser longitudinal, 0 sea extenderse alejéndose del observador en un plano paralelo a la linea de mira; o puede ser variadamente inclinada, es decir, tenet luna posicidn intermedia entre las dos primeras. ‘La figura 84 muestra cémo se proyectan en la retina una super- ficie frontal y una superficie longitudinal. Lo que se puede obser- Var es que mientras la imagen retinica ab (correspondiente a la superficie frontal AB) tiene una microestructura en la que los ‘espacios entre las diversas unidades son todos iguales, en la imagen tbe los puntos equidistantes en la superficie longitudinal BC se pproyectan con intervalos espaciales decrecientes de c a b plano de proyeccién (J B Fo 84. Proyecciones de tna superficie ronal de una superficie longitudinal. La Sperficie AB es una pared colocada frente al observador. El grfico puede repre Semlar una seccion vista de costado: en exe caso BC cs el pavimento, o sino una feccién vista desde urriba: entonces BC es la pared 8 la derecha del observador. En la imagen retinica, pues, esti. contenida una variable que permite distinguir una superficie frontal de una superficie longitu- ital. Una superficie frontal produce en la estimulacién una mi ‘efoeStructura caracterizada por una distribucion repetitiva, cuyos ciclos se repiten a intervalos regulares, una superficie longitudinal 16 GRAMATICA DE LA VISION {da lugar a una distribuciOn repetitive que presenta una variacién serial en la longitud de los ciclos, es decir, presenta un gradiente de densidad de los elementos de la microestructura. De esta forma, la percepcién de la distancia comienza a ser ‘menos enigmatiea. Decir que la inclinacién de una superficie es algo que se puede ver, ya que tiene un «estimulo» adecuado en el ‘gradiente de textura, equivale a decir que se puede ver la tercera dimension, no en abstracto, como distancia entre dos puntos sus- pendidos en el vacio, sino concretamente, como un conjunto de Superficies que con diversas inclinaciones se alejan del observador y Henan todo su campo visual. ‘ ‘Si esto es verdad, tiene que ser posible provocar impresiones de distancia aun sin la presencia de superficies fisicas longitudinales 0 inclinadas, siempre que se logre producir un oportuno gradiente microestructural sobre la retina. Los pintores saben muy bien cOmo obtener ese resultado aplicando las reglas de la representacién de la perspectiva, de tal manera que nos hacen ver en una superficie Fio 85, Fro 86, Fo. 85. Un gradiente artificial de densidad microestructural ds lugar una impr ‘sion de distancia continua (Giwsow 1950) Fi. 86, Distribucidn de pun puntos "a la de ms arriba, mientras erada que va negativamente de ‘determinado sega | ESPACIO TRIDIMENSIONAL n aM vee et iA taht ih" Van yh ti Foo. 7, tener una impresion de distancia no es necesaria una alineacion 4e los puntos, que sea producto de su espacamiento regular i spectiva lineal» comin. se obtienen impresiones de profundidad IMediane cl uso de gradientes de densidad microcstrutural solamente, es decit ‘Milzando el fendmeno max general de la -perspectiva texturale (Gision 1950) Fic: 88. Otro tipo de gradiente textural (Giasow 1980) tun conjunto de superficies longitudinales, frontales ¢ inclina- i consituyen el sespaciow del cuadro. Las figuras 85, 86,87, , 90, nos muestran algunos ejemplos de gra iclales eh. Verdaderas impresiones de profundidad. tos ejemplos estén construidos segin las reglas geométricas la perspectiva, pero aplicadas, en este caso, a la microestructura las superficies en lugar de apiicarlas s6lo a los contornos y a las internas de las superficies mismas, como sucede en la pers- iva lineal ordinatia (figs. 89 y 90), que es solamente la re: de un caso particular del fendmeno mas general de la proyec- ‘ptica del medio ambiente sobre la retina. El grado de inclinacién fenoménica es una funcién del ritmo del iente microestructural. Un gradiente que decrece rapidamente Ja condicién para la vision de una superficie longitudinal parale- 4 la linea de mira; un gradiente con un lento dectecimiento de densidad es el correlato de una superficie inclinada; un gradien- ulo da lugar i imprest den supers frontal crecer hacia arriba, de derecha a izquier- ™ GRAMATICA DE LA VISION Fic. $9 Fo. Fic. §9. Impresion de distancia producida por un gradiente en el espaciado entre Hineas(Grnsow 1950) Fo. 90. No es la direccidn de las lineas en el campo visual sino el gradient de densidad To que determina la impresion de la tercera dimension (Gissow. 1950) da, de izquierda a derecha o hacia abajo, y estas cuatro condicio- nes corresponden a la vision de un pavimento, de una pared a la izquierda 0 a la derecha, de un techo, tal como se ilustra en la figura 91. ‘Aun conociendo bien las leyes de la proyeccién perspectiva del ambiente exterior sobre la retina, es normalmente muy dificil ver Jos objetos en perspectiva, sin una particular perspicacia y una larga tjercitacion, Sou testimeaio de esto los dibujos de los ios y les de los adultos que no han aprendido a dibujar. Por otra parte, basta recordar que fueron necesarios siglos, antes de que los hom- bres descubrieran, un poco al azar, esas iécnicas de dibujo que permiten representar el espacio tridimensional en un plano bidimen- sional, y de este modo de producir sobre la retina imagenes corres- pondientes a las que producen los objetos fisicos realmente tridi- ‘mensionales. Fl gradiente. microestructural o gradiente de textura de la imagen retinica no es, entonces, un indicio que sea «interpre- tado» conscientemente. En todo caso, Ia.interpretaciin puede Ser -xinconsciente», pero esto equivale a decir que el sistema percepti- vo elabora los datos presentes en la estimulacién de forma automs- tica, mediante procesos que ignoramos, «como si» conociese las leyes de la perspectiva, es decir de la proyeccién, a través de-un sister di6ptrico, de los rayos provenientes de los cuerpos solidos. »ACIO TRIDIMENSIONAL » 91, Gradienes de densidad en cuatro direcciones diferentes (Ginsow 1950) En primer lugar, esta afirmacion no puede cambiar el hecho de fa tridimensionalidad fenoménica es un dato de experiencia y no el producto de un juicio, y en segundo lugar, no agrega nada a la comprensiGn del fenémeno que tenga un valor explicati- ‘Yo mayor que la determinacién de una correlacién psicofisica regu- Jar entre precisas variables de la estimulaciGn y aspectos del mundo fenoménico. El gradiente de textura también puede explicar en parte la cor- ‘poreidad o relieve de los objetos. En efecto, la superficie exterior fle un objeto sdlido siempre esta curvada 0 plegada de alguna manera, lo que significa que produciré sobre la retina microestruc- tras con gradientes de una densidad que varia en forma continua fo brusca, En la figura 92 esta reproducida una mutacion brusca, de lun gradiente de una densidad determinada a un gradiente menos fempinado, y el resultado perceptivo es la impresion de un pliegue fen una superficie, o de dos superficies con diferente inclinacion ‘se encuentran formando un éngulo cOncavo en direccién al ‘Observador. El pasaje inverso, de un gradiente menos empinado a ‘uno més empinado, da la impresin de un éngulo convexo. En la figura 93 se tiene un imprevisto cambio de densidad, pero no de mnte. Esta discontinuidad da la impresién de un salto, de un tel cure dos upetces dl margen vibe de un objet en , Fic. 92 Fic. 93 Fic. 92, Una mutacién imprevstaen el gradinte genera la impresén de un piegue © angulo (Ginsow 1950) Fic. 93, Una mutacin imprevsta de densidad, pero no de gradiente, genera le fmpresion de un desnivel de profundidad entre dos superiies (Grso% 1980) el espacio. Andlogamente se pueden obtener impresiones de super- ficies curvadas en forma variada, mediante las variaciones continuas graduales del gradiente. Las variaciones y las mutaciones en la densidad microestructural de la imagen retinica pueden ser, entonces, los correlatos especifi- cos de las caras y de las curvas de un objeto sdlido, con sus diversos grados de inclinacién, como también de los dngulos y los. margenes que separan al objeto del fondo. 4. Claroscuro, perspectiva aérea, superposicién La impresion de comporeidad también se correlacona. con la disiribucion de la iluminacién sobre la superficie de un cuerpo. Ene ier ics ny eed pot i pinto ps sles cl volumen y el relieve de los objetos (claroscuro) sobre una tela bidimensional. Las partes de un cuerpo sélido que estén en la ESPACIO TRIDIMENSIONAL a reecién de una fuente luminosa reflejan més luz que las que estén minadas slo indirectamente, por eso las partes iluminadas y las 1. sombra producen freas adyacentes en la imagen reti- iadas con diferente intensidad, y la direccién de este Fcontribuir a la impresion de relieve, Mado’ €n sombrav le corresponde en la percepcion un saliente \protuberancia, al orden inverso «en sombra-iluminado» le corres- tuna entrada 0 eavidad. Cuando el paso de la luz a la sombra fgradual, la impresion es la de una superficie curva, mientras que “Wuna transicion repentina le corresponde un dngulo, Cuando las impresiones de convexidad 0 de concavidad de un jo bidimensional son obtenidas mediante la luz y la sombra 0 la ayoda de los gradientes de textura y sus variacones, se tifica una transformacién de las protuberancias en cavidades, y rsa si, dando vuelta el dibujo, se invierte el orden luz-sombra 94 y 95), Fic: 94, Invigrtase el libro (Kastess 1960) 695, Invirtiendo la dzecciin de lon gradients las concavidades se hacen convex dades, y vieversa (invertase) 2 GRAMATICA DE LA VISION Un alto gradiente de la iluminaci6n unido a la impresién de la distancia es la llamada «perspectiva aérea». Las montafas lejanas tienden a asumir tna tonalidad azul y, en general, las proyecciones retinicas de objetos distantes son menos nitidas y menos intensas en su color que fos objetos proximos. Esto se debe al hecho de que las radiaciones deben atravesar estratos de atmésfera de espesor muy diverso de acuerdo con la distancia de la cual provienen y, en consecuencia, son modificadas en forma diferente segtin los indices de refraccién y de absorcién del estrato de aire atravesado, No es seguro que este tipo de distribucién de la luminosidad sea un verdadero correlato primario y no, en realidad, un indicio to- ‘mado de la visi6n tridimensional, ya que raramente esta separado de otras factores directos de la percepcidn de la distancia, como son la perspectiva lineal y los gradientes de densidad textural. Cuando un objeto esconde en parte otro objeto a la vista, el objeto escondido se mas alejadlo del observador que el primero (fig. 96). Este jando se trata de objetos conocidos 0 de forma geométricamente regular, ya que la superposicién (0 cobertura u oclusi6n), siempre ha sido conside- rada un fuerte indicio «empirico» de distancia, La profundidad no serfa, entonces, algo directamente percibido, sino el fruto de una inferencia basada en la interpretacin de un indicio que se ha aprendido, Pero la disiocacion sobre dos planos a diferente protun- lidad también se tiene con objetos o formas carentes de significado (fig. 97). También en este caso se puede invocar la accion de la experiencia pasada, en cuanto hayamos observado que basta des- plazar la cabeza para que la superficie del objeto posterior aumen- Fic. 96. El indo dela superpsicidn Fc. 97. La figura eubierta en parte se ve ‘mis Tejana "ACIO TRIDIMENSIONAL, 8 tamaio y cambie de forma, mientras el delantero permanece ion, : ‘como también se tiene un efecto coercitivo de profundidad ibujos bidimersionales, que no se modifican como conse- de los movimientos de ia cabeza y que carecen de gradien- rales, Ia explicaciOn se debe buscar en algtn otro factor pico. Ese factor parece ser la tendencia que tienen los 6s a evitar asumir, en la medida de lo posible, una funcién 2. Ya hemos visto actuar esta tendencia cuando analizamos el figura-fondo (pag. 59). Los margenes de la parte del ipo visual que se ve como «figura» delimitan solamente la figu- hho pertenecen al «fondo». El fondo, que en esa zona esté ido de limites, «pasa detras» de la figura, aunque te6ricamente ‘impide que la configuracién pueda ser vista como dos zonas japuestas con el margen en comin. Ese resultado perceptivo no imposible, pero es el fruto de un planteamiento a favor que uiere esfuerzo y que siempre es muy libil ‘Cuando las lineas cue se encuentran determinando topogriica- inte dos regiones cerradas que tienen una parte de contorno en Win son numerosas, se pueden producir fenoménicamente tres ductos diferentes: ana figura atravesada por una linea; dos figu- 4 +O Fic 98. Le disposicion de las figuras sobre dos planos diferentes evita que un ‘margen tenga una fancion doble a GRAMATICA DE LA VISION ‘as yuxtapuestas apoyadas en el mismo plano con un contorno en comtin; dos figuras dispuestas sobre diferentes planos, una de las cuales esté parcialmente cubierta por la otra Cuél de estas soluciones perceptivas se verificaré efectivamente depende de la manera en que se encuentran los margenes. La unificacién de las lineas se hara en base al principio de la continui- dad de direccién, del que ya hemos hablado (pag. 70). Por lo tanto fen la figura 98, como se unifican los limites 1 y 3, el limite 2 Continia amodaimente detrés del cuadrado (y asi se evita el margen ‘comin como también la nea que atraviesa una figura unitaria). En la figura 99, como ta linea 3 representa una buena continuacion tanto para el margen 1 como para el 2, y se trata de una situacion de tan fuerte equilibrio de fuerzas, no puede evitar convertirse en el limite comin de dos figuras yuxtapuestas o en una linea que atraviesa una figura unitaria. ‘La tendencia a evitar la doble funcién de los limites provoca, entonces, la complementacién amodal de determinadas zonas dei ‘campo, lo que da lugar a un desplazamiento de los objetos visuales en planos de diferente profundidad. # + Fic. 99. Dos figuras yuxtapuestas 10 TRIDIMENSIONAL s sey perspectiva de movimiento ail ‘ahora hemos examinado las caracteristicas de las estimu- ‘que pueden ser consideradas correlativas con la percepcion de la tridimensionalidad, en condiciones de inmovilidad del observador como del mundo exterior. Hemos considera~ fas informaciones que sobre la distancia pueden darnos las que no se mueven sobre la retina. ‘estas condiciones son puramente hipotéticas, ya que nor- sme las imagenes retinicas se mueven y se transforman ‘tlecto de auesros movimienios de 1os movimien- “tos. Si nos desplazamos lateraimente frente-a-un j veremos que los objetos que estén presentes en el campo ‘cambian sus posiciones reciprocas y en relacin al objeto En la figura 100 sc ha buscado mostrar las posiciones reci- en las que aparecen sucesivamente los tres objetos A, By At A bb 8 100. lnformacin aportada por parlaje de movimiento. nl parte inferior nn yroyeconcs ease lo bjton A, BC as poss ae ay Py soso. Ps del observador % GRAMATICA DE LA VISION C cuando el observador se desplaza de P; a Ps, manteniendo cons- tante la fijacién de la mirada sobre el objeto medio B. Estos cambios de la posicion aparente de los objetos se deben a mutacio- nes correspondientes de sus proyecciones en la imagen retinica, y ese fenomeno, conoeido con el nombre de paral de movineno, at Imente considerado como un importante indicio Le vision de la distancia, pia (raion “4 ro si en vez de tener en cuenta solamente el desplazamient relativo de algunas 2onas dela imagen retina tespecto a otras, consideramos qué sucede con la imagen retinica entera durante los, desplazamientos del observador, encontramos que al_ movimiento continuo del observador corresponde una transformacion continua de la estructura de la imagen retinica. Una transformacioh regular que sigue leyes geométricas precisas y que, como veremos en el capt dedicado al movimiento, constituye sity ninguna duda el factor més potente de la percepcién del espacio tridimensional identidad de los objetos fenoménicos ynencia del objeto y constancia de sus caracteristicas El mundo no se nos presenta como una multiplicidad cadtica de ones la realidad pereeptva se aticul en cambio, en unk segiin leyes que es posible indagar. Hemos visto que una pmentacion como ésa representa un gran problema del que es eesario darse cuenta plenamente si se quiere comprender el sen- Ode Ia investigacidn de la psicologia en cl campo de la per- NOtro aspecto de nuestra percepcién, que a primera vista no plantear ningin problema serio, pero que frente a una flexion un poco més atenta aparece como realmente misterioso, la felativa constancia que mantienen las caracteristicas de los bjetos perceptivos en las més variadas condiciones de estimula- [Una persona o un objeto que se alejan o se aproximan a psotros, que se dan vuelta y se inclinan, que pasan de una zona iluminada a una zona sombria, para nosotros permanecen, larmente, siendo la misma persona y el mismo objeto, no Bitian de tamano, deforma 0 de colo ‘Como ya se ha dicho, este hecho cotidiano no despierta ni sterés ni maravilla en el profano, que en general no logra ni yuiera entender qué otra cosa se debiera ver; Ia persona. que 0s observando, 10s objetos.que. nos rodean no sufren,.en la lidad, ningut ;caciOn apreciable mientras se mucven fren- rosotros, 0 mientras nosotros nos desplazamos respecto_a flos, y por es0 parece que nuestro sistema perceptivo no hace sino ss GRAMATICA DE LA VISION registrar esa realidad. Para el sentido comin nuestros ojos son, en efecto, nada mas que las ventanas a través de las cuales constata: ‘mos Io que sucede fuera de nosotros. En este punto se rehace el analisis que hemos hecho en el primer capitulo, cuando nos ocupamos de la constitucién, en nues- tra experiencia visual, de los objetos fenoménicos como unidades diferentes entre si, a partir del mosaico no estructurado, amorfo, de {a estimulacidn retinica. Recordemos una vez mas 1a distin” cin entre estimulo distal y estimulacién proximal, y ten {gamos presente que esta ditima es la que cuenta, verdaderamente en la constitucién de nuestra experiencia. Los-objetos. o el «trueque» de Ia identidad fos elementos de un todo se produce de tal forma que quede, a medida de lo posible, inalterado el papel que esos elementos ‘en ese todo. En Ia situacién de la figura 107,° a pesar de que dos puntos inecen fisicamente idénticos en las dos presentaciones sucesi- se ve una cruz que se desplaza globalmente hacia la derecha, el consiguiente «cambio» de identidad entre los dos puntos: el 10 punto «fisico» que al comienzo era el centro de la cruz, se jerte en una extremidad del brazo horizontal izquierdo por t0 del desplazamiento. Pero desde el punto de vista fenoménico no ha habido ningun bio de identidad: e! punto central ha permanecido como centro 3, A diferencia de lo que hemos hecho en la figura 106, por las razones que ya mos, en 1 ejemplos que sigden nos adaptamos a ia técnica de Termus de tacion de las seeuencias en Sus experimentos. Por eso, en la primera fase indicadas con pequefcs discos negro las parts iluminadas,y eh la segunda se indica con un ecu ls partes vsbles Por lo tanto las partes Huminadas, fet la primera como ef Ia segunda fae, se indican con un eirculito que tiene Pequedo disco dente. %6 GRAMATICA DE LA VISION oa See eae Sins Fic. 107. Se mueve la ecruz» y 0 los «puntos» individuslmente. Los pequesios ‘sos negton indica las lamparillas en la primera fase. Los cireulos blanco indian iis lamparila en la segunda fase. Los citculesblaneos con el disco en el interior Indican las lamparilas encendidas tanto en la primera como en la segunds fase {Teanes 1926) de Ia cruz y se ha desplazado hacia la derecha junto con ella. Por otra parte, no tiene sentido hablar de «cambio de identidad» mien- tras se permanece en el ambito fenoménico. Ternus usa este térmi- no, con un rigor impropio, slo para poner en evidencia el hecho de que la constitucion en Ta experiencia de la impresion de identi dad no est necesariamente relaci ‘con la permanencia de objetos constantes en el mmundy dc la fisica. Se pueden hacer andlogas consideraciones con respecto a los tridngulos de las figuras 108 y 109, que se desplazan o ruedan en su totalidad, mientras sus partes conservan, cada una, su propio papel (de «vértice» 0 de «punto del centro» del lado que es base, y asi awe 7200 ee YO * © 0 Saker ie Sanus ceeanieie ee a6 ¢e% "0 ° Fo, 108, Fra 108. Fc. 108. Las unificaciones estroboscdpicas se producen de manera de preservar Ie “entdad de la estructura (Tens 1926) Fic, 109, El triingul se desplaza en su totalidad (Texsus 1926) IDAD DE LOS OBIETOS FENOMENICOS ” estilo), sin que sobre esta organizacién tenga la més minima Ta identidad 0 no identidad fisica. 0 a este tiltimo punto es bastante instructiva la compa- tre las situaciones de las figuras 110 y 111 nel primer caso, en los cinco puntos superiores, que son fen ambas fases, a la identidad fisica le corresponde bién una continuidad fenoménica (se ven quietos en su lugar y, Jo tanto, idénticos a si mismos), mientras que para los otros 0s se establece una identificacién en neto desacuerdo con la fisica (los tres puntos de la izquierda se ven saltar hacia 1a permaneciendo entonces idénticos a si mismos, aunque mente a la derecha sean iluminados otros tres puntos que te no tienen nada que ver con los de la izquierda). Fic, 110. 110, Desplazamiento de una «parte» natural de a estructura total (Teams 1920) Fic. 111. Deslizamiento sotdari de la estructura (Tenses 1926) ‘Con la situacién de Ja figura 111 se tiene un resultado fenomé- 9 completamente distinto, a pesar de ser. por tantas razones, pa ala anterior: aqui los cinco puntos centrales no permane- inmoviles, y los tres puntos de la izquierda no saltan al lugar os de la derecha, pero se ve un arco compuesto de ocho puntos dose o corriéndose solidariamente hacia la derecha, com- tindose igual que la linea de puntos de ta figura 106, por lo que onsideraciones hechas en ese caso son totalmente validas para conclusion, se puede afirmar, que. prescindiendo de la mayor snor existencia de objetos permanentes en. la realidad fisica, la joménica depende de la constitucién de configuracio- sel ailipo pETeEptIVO. Estas configuraciones sloba- permanecer idénticas, y es en el ambito de estas ‘mas amplias donde se encuacra el problema de la conser- de la identidad de cada parte y no como una cuestion de nes parciales entre los elementos individualmente. En efec- indo se ve una configuracién en movimiento. la impresisn de 98 GRAMATICA DE LA VISION identidad se determina entre partes estructuralmente homélogas: €| tecentro» permanece centro, y lo mismo.hacen el. «vértice», e] Saws eb cangulon, la «base», el «fulcro», el «eje», y otros. 4. El papel de la estimulacién proximal En este punto vale Ia pena volver por algunos momentos al primer experiment de Ternus para ver si es posible profundizar posteriormente aquellos resultados. Y comencemos preguntindo- hos si se habria podido hacer la misma demostracion usando una Tinea continua en lugar de una fila de puntos. La respuesta es que habria sido perfectamente posible, aunque un poco més complica- do téenicamente. Imaginemos tener una faja coloreada (A-B en la fig. 112) y dos fuentes de luz capaces de proyeetar zonas luminosas del tamaiio deseado y con contornos muy netos: AB Fic. 112, Movimicnto solidario de fa estructura con intercambio de Ia ientidad de Tas partes En un primer momento se ilumina s6lo el tramo A-A de la faja, y luego, después de un breve intervalo de oscuridad, s6lo el tramo B-B. ‘Aunque un mismo tramo de la faja (el tramo central By-Ay), se ilumina tanto en la primera como en la segunda fase, esa identidad isica no condiciona Ia identidad fenoménica. Lo que se ve es un desplazamiento global hacia la derecha de la linea A-Ay, que a partir de su localizacién primitiva va a ocupar la posicién By-B. ‘Como principio, la situacidn es totalmente equivalente a la de la fila de puntos, pero respecto a ésta presenta la desventaja de ser ‘mucho menos convincente desde el punto de vista demostrativo. 44 Una demostracin particularments cara de mo a identi fenomenica de las parte se eaatlece ef funcion defo, esta dada por To que sucede en los “Sins mines donde esas de pls de ius 6 bens Seep LetndRie yf aparads programado de lamparila Inmoviles. También £2 Ease movirtento be ean sep los princpiosestablcidos por Terns ¥ 0 Spin ls lees estroboscpics IDENTIDAD DE LOS OBIETOS FENOMENICOS 99 jo una fila de puntos se pone més en evidencia la disociacién fe identidad fisica e identidad fenoménica, ya que la fila es un junto formado por un cierto nimero de subunidades naturales tivamente aisladas y, por eso, més facilmente distinguibles una fotra que las partes de las cuales se piensa que est compuesta la a compacta. ™ La eleccién, por parte de Ternus, de la técnica experimental lada en la presentacién estroboscépica de figuras formadas por ‘puntos y no por lineas, se debe, probablemente, a este criterio de Wor eficacia demostrativa. Por otra parte, por la misma raz6n fodol6gica, Wertheimer ya habia usado complejos de puntos iscretos para estudiar y poner en evidencia las leyes de la unifica~ 10 de la formacién de los grupos. Pero debe recordarse que ‘uno como el otro habian utilizado también las lineas conti- ¥ las zonas crométicamente compactas. © De todos modos, nos parece que ¢s importante darse cuenta con ‘laridad de que en ambos casos el problema de la identidad feno- “miénica ¢s absolutamente el mismo, porque reconocer esto nos per- ‘mite dar un paso adelante. Podemos preguntarnos, por ejemplo, si es necesario apelar al fecurso del movimiento estroboscépico —que es complicado y ca- de dar a todo el experimento un aire de artificiosidad— obte- ‘hido mediante iluminaciones sucesivas de objetos diferentes (filas ie puntos) o de partes diferentes de un mismo objeto (Caja). No ‘46 podrian hacer los mismos razonamientos utilizando el movimien- {o real, es decir, trasladando realmente la faja A-B de la figura 112 We izquierda a derecha o viceversa? El experimento es de facil realizacién, pero los razonamientos ‘4 wuelven mas complicados. En efecto, si probamos a realizarlo ‘en verdad es suficiente con empujar Suavemente un lépiz 0 una ‘de papel sobre el plano de la mesa (fig. 113)— podremos tatar que Ia faja se mueve solidariamente como un todo tinico, decir, que ninguna de sus partes est4 inmévil respecto a las otras jes, cada una conserva su lugar y su papel en el todo. Como es habitual, en este punto se podria decir: el resultado descontado, ya que en realidad todas las partes de la faja se mn, ¥ como tienen conexiones fijas entre si estén forzadas a A 8 Fao 113, Correspondenci entre identdad fiscae idemidad fenoménica 100 GRAMATICA DE LA VISION moverse solidariamente y mantener cada una su propio lugar en el conjunto; ;qué otra cosa se deberfa ver? Una vez mas, entonces, no habria ningin problema, ya que a la realidad fenoménica se le puede hacer corresponder una realidad fisica totalmente congruente. Y sin embargo, una ver mas esta correspondencia no dice toda Ja verdad, como se puede constatar introduciendo en la situacién la leve modificacién siguiente. Se coloca una pantalla opaca delante de la faja en movimiento de la figura 113, pantalla en la que se ha recortado una ventanita a través de la cual s6lo sea visible una parte de la faja (fig. 114) Pantalla Fr, 114 A na realidad fica de movimiento le corresponde una realidad fenomé nia mowed Een neyo ta parte wl de af en movimiento ral dts det petra ‘que tiene fe pantalla opaca; estin punteadas las partes invisibes de la faja en ‘movimiento real detré de Ta pantalla, ‘Admitiendo que el color de la faja sea perfectamente homogéneo, {que sus margenes sean perfectamente paralelos, y que la direccién de su movimiento sea perfectamente constante, en estas condicio- nes la faja, que sin embargo esta atravesando con movimiento real el espacio que esti detris de la ventanita, fenoménicamente no se ‘mueve, se inmoviliza, en abierta discrepancia con la realidad fisica Recogiendo hechos de razonamientos anteriores sobre temas anilogos, se podria estar tentado de dar la siguiente explicacién no olvidemos la obligada distincién entre objetos reales y estimu- laciones proximales: en este caso no se ve ningin movimiento porque, en realidad, la imagen retinica de la parte visible de la faja esta quieta». Como los estimulos distales, que provienen de la superficie compacta y cromaticamente homogénea de la faja en ‘movimiento, son totalmente iguales entre si, tampoco tienen cam- bios los procesos que ellos producen sobre ia retina y por ¢s0, ya DAD DE LOS OBIJETOS FENOMENICOS 101 nada cambia en la estimulacién proximal, no hay razén para que algo cambie en la experiencia, es decir, que aparezca Fella esa particular forma de cambio que es el movimiento. Pero ya sabemos, porque hemos partido de esa constatacién, las cosas no son asi. En efecto, apenas quitamos la pantalla y gemos visibles la extremidad anterior y posterior de la faja, toda faja se mueve, aunque contintia siendo valida la afirmacién de ‘anada cambia» en la estimulacidn retinica en lo que se refiere pparte central de la faja misma (la que antes se veta inmévil a rayés de la ventanilla de la pantalla). Y si todavia quedara alguna duda sobre este punto —o sea que un cuando se ve moverse toda la faja nada cambia sobre la retina Ja zona correspondiente a la parte de la faja— en un cierto ido se puede hacer la contraprueba. Es decir, que se puede strar que es posible obtener el movimiento fenoménico de la ‘entera, aun manteniendo realmente inmévil desde el punto de fisico su parte central, y haciendo mover solamente su lado Merior y su lado posterior. ‘Tampoco este experimento ofrece grandes dificultades y se pue- realizar de varias maneras. Un procedimiento simple puede ser iguiente, que esta ilustrado en sus fases mas importantes en la mira 115, Hit son dos cartoncitos negros, rectangular, del mismo ho pero de distinto largo, 0 sea D debe ser més largo que A. El joncito mis corto A debe estar fijo y permanecer inmévil duran- todo el experimento. Detris de A se hace correr el cartoncito D, fen forma tal que de la posicién indicada en 1 pase a la posicién dicada en 3, pasando en forma continua a través de toda la serie Pposiciones intermedias, una de las cuales esta indicada en 2. Las ‘eondiciones de iluminacién deben ser tales que no permitan ver la perposicidn de los mirgenes cortos del cartoncito A respecto al joncito D, cosa que se obtiene facilmente haciendo observar el ispositivo a contraluz. © Deseribamos el proceso primero desde et punto de vista de la mulacién proximal. Admitamos que el movimiento se produz- como esta indicado en la figura 115, de izquierda a derecha, tiendo que desde luego podia ser elegida la direccién opuesta in influir en los resultados. Cuando comienza el movimiento de D ‘Aposicisn indicada en 1), su margen derecho se desplaza detras del gen inmovil de A y contintia avanzando hasta que sw margen osterior haya llegado a empalmar con el margen izquierdo de A jn indicada en 3). Durante todo este tiempo, mientras se odluce el hacia la dere: cha con el agregado de nuevo material, y se «contrae» gradualmen- te por la izquierda, mientras no sufre ninguna transformaciGn en su parte central, “ Nada de eso se advierte en Ia experiencia visual: el rectdngulo se desplaza en su totalidad, exactamente como se desplazaba soli Gariamente el rectingulo de la figura 113, con la diferencia de que Jo que alli se daba «por supuesto» aqui ya no To es tanto. Incluso cen aquel caso, después de introducir la pantalla con ventanilla, la correspondencia entre identidad fisica € identidad fenoménica se demostro mas problematica de lo que parecia a simple vista, De esa form a introduccin de la pantalla transforma en un rect lo perceptivamente inmévil al rectingulo fisicamente en movi Shien que era visible a través de ta ventana (fig. 114). Si ahora confrontamos este rectingulo de la figura 114 que se IDENTIDAD DE LOS OBJETOS FENOMENICOS vos, realmente, con el rectingulo de la figura 115 que «erece» de lado y «disminuye» del otro, nos vemos obligados a hacer algu- afirmaciones de sabor paradéjico. En ambos la identidad fenoménica se realiza en total discrepan- ‘con la identidad fisica, pero eso sucede en formas muy diferen- | En el primer caso, a una realidad fisica de movimiento corres- una realidad fenoménica de inmovilidad; en el segundo caso realidad fisica de inmovilidad corresponde una realidad feno- de movimiento. Sin contar con el contraste todavia. mas ivo que existe entre Ia situacidn de la figura 113 y la de la 115, donde un rendimiento perceptivo igual se realiza sobre ‘base de'condiciones fisicas radicalmente diferentes. {Cémo es posible que se verifiquen resultados tan discordantes ‘en qué direccion se puede buscar una respuesta eventual al gran sTogante que plantea la existencia de discordancias como ésas? Es dificil encontrar una solucién satisfactoria sino se esta ple- jente persuadido de que para estos fines es indtil confrontar la lidad fenoménica con la realidad fisica, los objetos perceptivos los objetos fisicos. Hasta que no se abandone esta infructuosa se terminard siempre en un ctimulo de hechos contradictorios ‘en razonamientos tan intrincados como ineficaces, ‘Como hemos visto en el capitulo anterior respecto a la «segre- {gacién> de los objetos perceptivos, cada vez que se logra descubrir “una ley que no esté basada sobre esta simplista correlacion, se jede constatar que, en general, los casos en los cuales se com- ba una perfecta correspondencia entre realidad fisica y reali- fenoménica, aun cuando son la enorme mayorfa, siempre son yente «casos particulares» de una regularidad més amplia. La cia de una correspondencia como ésa, por positiva que sea Jos fines de nuestra adaptacién al ambiente y de nuestra supervi- ia misma, no debe inducirnos a considerarla una explicacién fenémenos perceptivos, tales como la constitucién de objetos sos en la experiencia, objetos que permanecen idénticas a si ‘enel tiempo, que poseen cualidades relativamente constan 1 OtFOs, Para convencerse de que una explicacién como ésa no es valida, Util encontrar y analizar los casos de no-correspondencia, que sben ser valorizados y no dejados de lado como con frecuencia se je a hacer, consideréndolos como una simple curiosidad de Fatorio, 0 como ilusiones de los sentidos, o como excepciona- disfunciones de las actividades perceptivas regulares. Con este | en el primer capitulo hemos usado los casos de «pluralidad > para demostrar que la formacién de unidades perceptivas jece a sus propias leyes y no esta condicionada a la existencia tot GRAMATICA DE LA VISION efectiva de objetos fisicos. Para eso ha servido el presente analisis de los casos de «discrepancia» entre identidad’ fenoménica y per- manencia de objetos en el mundo fisico: a este método nos vamos ‘atener para estudiar Ta constancia de las cualidades de los obje- tos, la percepcion del movimiento, de los caracteres expresivos, eteétera. En el intento de establecer cualquier correlacién que fuese ne- cesaria entre hechos fenomeénicos y otros hechos controlables que puedan ser considerados como sus condiciones, nos limitaremos a decir, por el momento, que en las investigaciones sobre la identi dad fenoménica y sobre las «constancias», de las cuales nos dispo- hemos a exponer los resultados, ha sido considerada la estimula- cién proximal como variable independiente, que en el caso de la -conocidr- como «imagen fetinica» “que es controlada y distales. me la a través de la’ manipulacion de los estimul En efecto, conocemos bastante bien la relaciGn entre el flujo de las radiaciones luminosas y sus proyecciones retinicas, relacién que esta enunciada por las leyes de la Gptica fisica y fisioldgica. En cambio, todavia se ignoran casi totalmente las relaciones entre los procesos retinicos y los procesos cerebrales, asi como las relaciones entre estos dltimos y los hechos perceptivos. 5. El principio de las trayectorias minimas (factor de ta proximidad) Y volvemos a las investigaciones experimentales sobre la identi- dad, Habiendo puesto en claro que la «técnica de los puntos» de ‘Ternus es solamente un dptimo recurso metodol6gico, ahora pode- ‘mos ver qué factores y qué tendencias actian sobre el fendmeno de la identificacién en el caso del movimiento de objetos visuales compactos, continuos, no interrumpidos, es decir, el caso de la ‘mayor parte de los objetos con los que tenemos que ver cada dia \Tomemos una linea que se desplace a lo largo de un recorrido perpendicular a su propia direccion, manteniéndose paralela a si misma. Observémosla a través de una apertura recortada en una pantalla (fig. 116). Veremos una linea moverse, precisamente, en dircccién normal a la propia direceién, manteniéndose paralela a si misma: el movimiento fenoménico corresponde al movimiento fisico, ‘Como ya no nos fiamos mas de esta correspondencia, probamos ‘a hacer mover la nea en otra direccién, por ejemplo a lo largo de luna trayectoria que forma un dngulo de 45° con la direccién prin- cipal de la linea, tal como esta indicado por las flechas trazadas en os | movimiento fenoménico corresponde al movimiento isco (WALLA 1935), a opaca con una apertura circular através dela eal seve una parte de I en'movimicato. cchas punteadas = direciin dl movimiento real Tlechos cominuas ~ dreccion del movimiento feneménico —LP 117, La direccisn del movimiento fenoménico no cortesponde a la del movi imiento real (WalLAcH 1935), iye minimamente en la diteccién fenoménik esplazdndose en la misma forma que antes, en la direccién ppor la fecha central, es decir, a lo largo de un recorrido cular a su propia direccién principal. fos encontramos de nuevo frente a una situacién paraddjica del ‘de las que ya conocemos: a dos realidades fisicas diferentes les sponde una realidad fenoménica idéntica. Pero ahora sabemos 106, GRAMATICA DE LA VISION que es mejor pasar por alto este enfrentamiento, de por si poco esencial, y que nos conviene tomar en cuenta la estimulacién proxi- mal. Podremos constatar, entonces, que por efecto de la «equiva- Tencia» de los estimulos distales, la estimulacién proximal es per- fectamente idéntica en las dos situaciones y que, por lo tanto, es logico esperar un rendimiento fenoménico idéntico. Por otra parte, ‘un minimo de reflexién seria suficiente para convencernos de que todas las afirmaciones hechas para estas dos situaciones son validas para cualquier otra direccién que se haga tomar al movimiento real, siempre que éste sea una traslacion rectilinea por la cual la linea siempre permanezca paralela a s{ misma. Todas estas situa- cciones producen una estimulacién proximal idéntica, y por eso todas deben dar lugar al mismo resultado perceptivo, segin el principio que otras veces hemos recordado. {Pero a qué resultado, y por qué precisamente a ése? El movi- miento percibido podria corresponder, en realidad, a cualquiera de fos infitos movimentos reales que pueden dar lugar ala misma estimulacién retinica. Pero como esto s6lo es valido en teoria, ya gue en ia pct siempre se real un determinado movimiento fenoménico y s6lo ése, la pregunta que se impone se refiere al factor © los factores que privilegian una entre todas las otras soluciones perceptivas posibtes Si analizamos atentamente Ia situacién, nos damos cuenta de aque en el campo del movimiento y de las identificaciones fenomé- rnicas volvemos a encontrar en accién un principio que ya conoci ‘mos: el principio de la proximidad, que en este caso s¢ manifiesta como principio de las trayectorias miinimas. 4 Fo. 118, Descomposicién del movimiento real ren los componentesf ys, de los ales solo festa fenoménicamente presente IDAD DE LOS OBJETOS FENOMENICOS 0 se demuestra en la figura 118 con un punto cualquiera de la . Sean las dos posiciones Ly L,, en dos momentos temporales ivos, en la linea real que se mueve en la direccién indicada fa flecha d, direccidn que esta a 45° en relacién con la direccién la linea misma. EI punto a cumple, «en realidad», el recorrido final del cual se encuentra en a; «fenoménicamente», en ibio, recorre la trayectoria f y va a terminar en b, donde, en idad, ha legado el punto b. Este resultado se puede expresar do que es como si el movimiento real r se hubiera descom- to en los dos componentes f y s. Este ultimo, que se desplaza largo de la linea, no es visible por la ya mencionada «equiva- y» de todos los puntos, y por eso s6lo permanece visible el mente f.° Este razonamiento puede ser repetido para todos ‘otros puntos de la linea, y, por lo tanto, se la vera desplazarse su totalidad segan la trayectoria f. Pero en teoria, r podria descomponerse de muchfsimas otras (véanse dos ejemplos en la figura 119), todas permitidas fa situacion de la estimulacién proximal. En otras palabras, a ria identificarse con cualquier otro punto de Ly. Pero entre todas estas identificaciones posibles, fenoménicamen- 119. Dos hipoteicassdescomposiconese del movimiento eal a, con movi os fenomerico rewuanes tary ¥ edi) 0 normales a diesson de L 5. Fsta «descomporiciin de los movimientos= puede hacerse visible en un cierto ido. Si se hace imposible la sinterpermutabiidads entre fos puntos, marcando to de la recta (coloredndolo ® haciendolo mis grande). se observa una fra division fenomenica: el punto se desprende dela linea y se desl 0 56 10 largo 6e ela, mientas La linea se desplaza en total por el camino mis JPo sea segun la eirecion perpendicular a si misma. 108 GRAMATICA DE LA VISION te se impone la soluci6n por la cual —y aqui aparece la «proximi dade bisa. sepa ssn pec mpi oro 1n0 més corto. Lo que implica otra consccuencia; el movimien- to en Ia direccidn perpendicular a la diteccion principal de la linea ‘no ¢s solamente el mas corto, sino también el més lento entre todos los otros posibles. raed 6, El principio dels transformaciones minimes (ato dea asemejanza») Hagamos una variaci6n en el experimento de Wallach. Sustitu- ‘yamos la apertura circular de la pantalla por algunas aperturas largas y angostas, como las que se representan en las figuras 120, 121 y 122, y veamos qué sucede. a a Fics 120, 121 y 122. Tiende a reaizarse un objeto que se transforma lo menos posible durante todo ef tanscurse del movimiento (WattAcn 1933) Flechas continuas = direccion del movimiento fenoménio: fechas punteadas exte ‘ores = drecién del movimiento real; lechas punteadasimeriores = drecsin del ecorrido mas cor Ahora no s6lo no hay correspondencia entre el movimiento fenoménico y el movimiento real (excepto para la linea de la figura 120), sino que el recorrido efectuado por la porcién de la linea que 5 visible a través de la apertura, ya no es ni siquiera el mas breve, perpendicular a la direccién de la'linea misma, Esta vez, el trayec- to recotrido es paralelo a los margenes de la apertura, y por eso puede cambiar mas veces su direccién, si lo hacen a'su vez los -mdrgenes de la apertura (fig. 122). Qué determina ese cambio en el comportamiento fenoménico? Segin Wallach, en el caso de la apertura circular la presencia fenoménica de Ia linea no esta limitada a su parte directamente visible, ya que la linea es vista como presente «amodalmente> detris de la pantalla, mientras que en el caso de la apertura angos- ta la linea se ve como constituida s6lo por la parte visible, y por €0 su movimiento se produce en forma tal que se ve un ‘objeto )AD DE LOS OBJETOS FENOMENICOS 109 ‘conservando su propia forma y su propio tamatio, sin ni sustracciones de partes.° ‘caso se puede considerar como una trasposicién del princi ide la semejanza al campo de la percepcién de los movimientos: limites que permiten las condiciones, se producen las identi- mes por las cuales se ve desplazarse un objeto con el maximo ilidad 0, si se quiere, con el minimo de transformaciones, j que tiende a realizarse un objeto que permanece igual a 10 durante todo el desarrollo del proceso. Como. ya. hemos . también los resultados de Ternus se deben a la accidn de esta del factor de la semejanza, que aqui acta como factor de dad fenoménica: la tendencia a Ia maxima estabilidad 0 a la jacin del rol o lugar de las partes en el todo. En este punto podemos aclarar una contradiccién que parece tir entre la diferencia de resultados que se obtienen con pan- 'ysin ella, y la afirmaci6n que hemos hecho varias veces segiin I ca estimulos proximales iguales deben corresponder ret 0s perceptivos iguales». O sea, je6mo es que se ve en movi- to la porcin central del recténgulo de la figura 113, cuando la pporcién se ve inmévil cuando las extremidades del rectin- se quitan de la vista mediante una pantalla como en la figura J, aunque Ia estimulacién proximal en los dos casos es exacta- te igual? ‘La contradiccion es solo aparente. La correspondencia entre el de la estimulacidn proximal y el nivel fenoménico, de ninguna sa se entiende en forma elemental como una correspondencia 0 4 punto», por lo que aunque las dos estimulaciones proxi- de las figuras 113 y 114 son «localmente> iguales en lo que Hrefiere a la zona ceniral de la faja, entre ellas existe una profun- diferencia si se consideran en forma menos parcial. Esta dife- ia esta representada por el comportamiento diferente de las idades visibles de los dos recténgulos; en un caso estin les y en cl otro en movimiento sincrénico. En este dltimo la identificacidn se produce en «concordanciar aparente con la j6n fisica,’ en una forma en que se cumple una vez mas el 6, Este comportamicnto perceptivo diferente puede aparecer comprensible si se fen cuenta el hecho de que cn ambos casos no solo cambié et ancho de Ia Sino otra condicion importante. Con apertura cteulae. el Targo de la iil de la linea no permanece constante (cece en Ta primera mitad del fo para cisminuir en Ia segunda mitad, a medida que las partes la primero de-detris de la pantalla'y después se esconden detris Permanece prictcamente constante en el caso dels fsuras ange de un breve tramo ini del tram fi TE resultado del experiment Hlustrado en la figura 1 fancies slo aparente es la). tas (con demuestra que la 10 GRAMATICA DE LA VISION principio de maxima estabilidad: se ve un recténgulo desplazarse ‘con un movimiento solidario de todas sus partes y sin defor- maciones, El método empleado por von Scume (1933) de las «alternati- vas estroboscépicas», también permite verificar que la identidad fenoménica con frecuencia se realiza por accidn del factor de la semejanza. Para entender en qué consiste, volvamos al experimen- to que se ilustra en la figura 102 y al dispositive que se usa en él Pero esta vez, las bolitas con los proyectores correspondientes son cuatro, dispuestas en los vértices de un cuadrado ideal como en la figura 123. e a e e 8 8 e * Fro. 123, Esquema del experimento de von Scien (1933) fake son encendidos os TATE" fase: son encendidos 8 2 En Ja primera fase son iluminadas simulténeamente la bolita A de arriba y la bolita A de abajo, y luego, después del habitual intervalo de oscuridad, se iluminan solamente las dos bolitas B de la izquierda y la derecha. iOué se vera? Sabemos que debemos esperar los «saltos estro- bosc6picos», es decir, los movimientos a través de los cuales se realiza una identidad fenoménica sobre la base de una no-identidad fisica: las dos bolitas A se desplazaran perceptivamente de sus pposiciones de partida hacia las posiciones ocupadas por las bolitas B, conservando su propia identidad, es decir, que contindan siendo ‘vistas como las bolitas A pero localizadas en otro lugar. {Pero en qué direccién se producirdn estos movimientos? Para decirlo mas concretamente: Ia bolita que en la primera fase se encuentra «arriba» se moverd hacia la bolita de la derecha, mien- tras que, al mismo tiempo, la de «abajo» se dirigird hacia la izquier- da, Zo sucederd lo contrario? En la figura 124 estén indicadas las dos posibilidades: un movimiento en el sentido de las agujas del reloj 0 en sentido contrario, JENTIDAD DE LOS OBJETOS FENOMENICOS 1 124, EI movimiento se produce indefinidamente ya sea en sentido de las aguas ‘del Feloj como en semido coarario, . Se debe tener presente que las distancias AB son iguales a las icias BA, y que, por lo tanto, no puede intervenir como factor utivo ni la vecindad ni el «camino mas corto». Por lo tanto, la laciOn es indeterminada, no ofrece elementos para una prevision. en electo, los resultados que se obtienen reflejan esta indeter- inacidn, los desplazamientos fenoménicos se producen indiferen- inte Ya Sea en sentido horario 0 bien en sentido antihorario, Pero los resultados se hacen mas univocos tan pronto como se itrocluce un caracter diferenciador entre los dos objetos, por ejem- . una diferencia cromética. Si la bolita superior y la de la dere- son negras, mientras son blancas la de abajo y ia de la izquier- el movimiento que s¢ ve ser4 subre xy en sentido horario, es ir, que la identificacién se produciré de manera que los objetos serven su propio color en el desplazamiento (fig. 125). Se obtienen resultados andlogos si en lugar de la semejanza o jaldad cromatica, se usan objetos similares por su forma o por su fio, como se puede ver en los ejemplos de las figuras 126 y 127, donde los movimientos se producen casi siempre en sentido ntrario a las agujas del reloj, con mantenimiento de la forma y lel tamano. En todos estos casos, la alternativa se resuelve decididamente tin el principio de la semejanza: el semejante va con el semejan- No Fro. 125, Accién de Ia Ssemejanza cromatica , ev Fic. 128. Accin dela ‘semejanza de forma Fo 127. Aecin deta semejanza de tamano iy GRAMATICA DE LA VISION te, se impone la tendencia a la estabilidad de los objetos percepti- vos, a persistir sin cambios en sus earacteristicas el mayor tiempo posible, Cuando se hace imposible la permanencia de todas las Caracteristicas de un objeto, e1 método de las alternativas estrobos- ‘Opicas se presta muy bien para estudiar el distinto peso que ejer- cen los distintos factores (por ejemplo color, forma, tamaiio, dis- tancia), sobre la instauracion de la idemtificacién perceptiva. Inclu- 80 se pueden enfrentar dos factores y controlar el resultado feno- ‘ménico para juzgar su fuerza relativa. Véanse los ejemplos de las figuras 128 y' 129, donde la alternativa es entre color y forma y ‘color y tamaiio respectivamente. » x @ 20 Fic, 128. Color contra forma, tia se puede conservat precio de una transformacton Fic, 129. Color contra tamano En estos casos, la identidad s6lo puede ser conservada con el precio de una transformacién: si en el ejemplo de la figura 128 se ffectia tun movimiento en sentido horario, el citculo permanece irculo pero debe cambiar de color, y lo mismo vale para el cu ‘drado. En cambio, si el movimiento se efectdia en sentido antiho- rario, los dos objetos mantienen su propio color pero estan obliga- dos a cambiar de forma, Si se veriica el primer caso, se puede fafirmar que la identidad se determina sobre todo en ‘base a la forma. Desde este punto de vista, en el segundo caso tendrian més importancia las caracteristicas cromiticas. 7. El principio de ta uniformidad de las trayectorias (factor de la «buena direccidn») En la base de otros casos de identidad fenoménica encontramos de nuevo un principio que ya nos era conocido como factor de lunificacién en las configuraciones estiticas: la buena direccién. En {TIDAD DE LOS OBJETOS FENOMENICOS, 13 campo de los fendmenos de la identidad éste se manifiesta en formas: a) como principio de la homogeneidad cinética, b) 0 principio de la uniformidad de las trayectorias. En una de las primeras situaciones analizadas en este capitulo | encontramos un ejemplo de la accién de este factor de su forma Emel caso de las figuras 104 y 105, la identidad fenoménica se ealiza preferentemente en forma tal que los movimientos de los jetos percibidos se produzcan a lo largo de una trayectoria uni- in desviaciones bruscas. En el caso en cuestiGn, es favorito ido rectilineo. Después del encuentro, cada disco contintia do fenoménicamente en la misma direccién que tenia antes encuentro mismo, sea, sin «tener en cuenta» las trayectorias “Pero si luego —sin modificar para nada el comportamiento de s dos objetos durante el trayecto de A a A; y de B a B,— les eemos recorrer trayectorias mas largas y les agregamos, antes y muds de esta fase que permanece sin cambio, otros tramos de ido, el resultado fenoménico puede permanecer igual, pero bien puede cambiar radicalmente. ‘Silos recorridos agregados, por ejemplo, son los que se ilustran a figura 130, las trayectorias fenoménicas de los dos objetos ontiniian «cruzindose», mientras que en el caso de la figura 131, pues del encuentro fos dos objetos no contindan movieuduse ent ft recta sino que cada uno cambia bruscamente ta direccién.” 120, Principio dela uniformidad de la trayectoria. Prevalece el race de dos ‘movimientos (Merzcex 1975) Los comportamientos fenoménicos no denen, naturalmente, una relacién ia con los recorridos efectuados sabjetivamente» por los dos objets, Ios [pueden cruzarse 0 no cruzase, sin que haya correlacgn entre las dos lines na GRAMATICA DE LA VISION Py Fic. 131. Los dos movimientos no se eruzan (MerzceK 1975) ‘Tampoco aqui la uniformidad de las trayectorias es un hecho pura- mente «local», sino que se refiere al cardcter de la trayectoria en su totalidad: la identidad fenoménica se realiza de modo que uno de los objetos, antes y después del encuentro, se mueva en zig-zag a lo largo de un recorrido con continuos cambios de direccién, mientras el otro objeto se mueve llanamente, con un solo cambio de direccién Es facil ver que es bastante estrecha la relaci6n con el factor de la buesia direcciGn en Campo estativd, y esto es tan cierto que, Ia configuracién de la figura 133, por ejemplo, podria muy bien ser utilizada como dos «recorridos> a lo largo de los cuales hacer mover dos puntos (a igual velocidad y con una llegada simulténea al punto de encuentro), obteniendo probablemente resultados and- logos. Como en la configuracién estitica la linea recta no se cont [LI Frio 133. La identidad fenoménica estudiada con el método de las sombras méviles (Merzcr 1934) P Fic, 132, Dispositvo de Merzoex (1984) para la produce de sombre movies JAD DE LOS OBJETOS FENOMENICOS, us Ja linea sinuosa, en 1a nueva situacién tendremos dos pun- ‘cuando se encuentran no se cruzan, porque en ese caso se obligados a cambiar el tipo de trayectoria. rincipio de la homogeneidad cinética (todavia la «buena ») ;GER (1934) realiz6 un anilisis exhaustive de la accién del io de la homogeneidad cinética, del que damos algunos ejem- ¥y describimos la técnica experimental Se debe disponer de un disco giratorio provisto de orificios 3s simétricamente a lo largo de los didmetros, en los cuales jpueda colocar un cierto nimero de varillas rigidas en posicién nndicular al plano del disco (fig. 132) y a las distancias desea- » Mediante un haz de rayos paralelos, las sombras de las varillas mn ser nitidamente proyectadas sobre una superficie transhi rectangular ubicada en una abertura recortada en una pantal . de manera que el observador, colocado del otro lado de la ja, sdlo puede ver la sombra de las varillas y su desplazamien- fen el plano, sin saber qué objeto los produce ¥en qué forma son (fig. 133), Cuando el disco gira a velocidad uniforme en un plano horizon- J, sobre la zona rectangular translicida se ven las sombras verti- de las diferentes varillas que van y vienen en sentido horizon- ‘con un movimiento oscilatorio arménico. Naturalmente, en este ¥y venir a periodos regulares las sombras se superponen. Por la fen que se realiza la identidad de las diferentes sombras 165 del instante de la superposicidn. se puede deducir a qué responde. Por cierto, la sombra que viene de la derecha, 16s de la superposicion, en teoria, puede identificarse percep- inte tanto con la sombra que se mueve hacia la izquierda 0 con la que se mueve en sentido contrario.” Metzger pudo establecer que la forma de resolver esta alterna- puede depender de varios factores. Uno de los mas importan- hha demostrado ser el principio de la buena direccién, que en su én. cinética, es decir, aplicable a hechos para los cuales la yensién temporal desempefia un papel esencial, se puede enun- i de la siguiente forma: a igualdad de las otras condiciones, la E 19. La eventajan de Ia téenica de Meteger es solamente de carieter didéetico, Tis sombras estin produeidas por verdaderos bastoneilles. pero steno esen- I estimulacion proximal, el sistema con que sla produce fo ene inportancia. [puede obtencr ef mismo resultado con el medio mis comodo del film de anima ero en exe cso todo es menos convincente 6 GRAMATICA DE LA VISION identidad fenoménica se establece, preferentemente, entre objetos perceptivos que tienen caracteristicas cinéticas homogéneas, es de- ir, que se mueven a velocidad constante © con aceleraciones 0 desaceleraciones del mismo tipo. La afinidad entre el factor de la «buena direcciOn» y el principio de la homogeneidad cinética en los fenomenos de identidad resulta evidente, siempre que los movimientos realizados por dos 0 mis sombras se representen grificamente teniendo presentes dos paré: metros: la distancia entre las sombras en funcién del tiempo. Véan- se, por ejemplo, los tres casos que se ilustran en las figuras 134, 135 y 136. +4 eee eS Fics. 134, 135 y 136. Representacon grifica de las posciones de las sombras en uncion del tiempo En la parte inferior de cada una de las figuras est representado eh so gratrio visto desde arriba, con indicacion de las posici- nes donde estin colocadas las varillas. Sobre cada disco se encuen- tran los diagramas con las curvas obtenidas registrando sobre la ordenada tas posiciones tomadas por eada sombra en Tos sucesivos instantes de tiempo, que son registradas en la abscisa Hay una estrecha analogia entre las trayectorias fenomé cas de cada sombra y la forma como se estructuran las lineas en. JAD DE LOS OBJETOS FENOMENICOS. 17 _rafica, tanto que en muchos casos casi es posible prever jento cinético de las sombras por la observacién de as estiticos. En la figura 134, las curvas que represen- ‘movimientos de las dos varillas dispuestas en los extremos ddidmetro, estén bien separadas visualmente y se cortan en puntos segiin el principio de la buena direccién, En general, las lineas a-ayas y b-by-b> , mientras es mas dificil, pero ble, la organizacion espontanea a-by-a2 y b-ay-b>. Por es0 bras se cruzardn: después de cada superposicidn, la sombra viene de la derecha continuard su trayectoria hacia la izquierda sa, si bien no se puede excluir que, conforme a la més rara ativa estatica, ocasionalmente se verifique una inversion de la un rebotar de las sombras después del encuentro. Se esta- tentado de decir que en el primer caso a identidad fenoménica mde a la fisica, y que en el segundo caso se tiene un sque> de identidad. Pero una afirmacién como ésa estaria to- menos justificada aguf que para las situaciones examinadas - Ya que la identidad sfisica» de una sombra s6lo significaria: a producka por el mismo objeto fisieo que gira dtr dela la El mismo anélisis vale para la situacién de la figura 135, que se a las sombras de dos varillas situadas a diferente distancia fentro de rotacién. Perceptivamente se impone aquella identi por la cual las sombras cumplen movimientos fluidos, sin s0- itos ¢ imprevistos cambios de velocidad, Se ve una’ sombra se lentamente hacia adelante y hacia atras sobre la pantalla angular, mientras otra sombra la sigue, la pasi, para luego tia velozmente al retornar, “Cuando ocurre, como en el caso representado por a figura 136, la superposicidn y la separacién de las sombras se produce lualmente, de modo que el «trueque» se produce sin saltos, itima eventualidad se verifica con cierta frecuencia: se ve un de sombras sobre la pantalla que ondulan hacia adelante y ia atras, aproximandose hasta que se tocan y volviendo a alejar- ritmicamente, de manera que la sombra de la derecha permane- impre a la derecha y a dela cquierda siempre ala equictda, La literatura psicol6gica es rica en observaciones y en resultados rimentales que se refieren a la constitucién de la identidad sénica, 0 que pueden ser vistos bajo este Angulo visual. Se fa, entonces, continuar largamente con nuestro analisis de las 5 que resuelven «qué cosa se unifica con qué cosa» en momen- ‘temporales sucesivos. Pero cuando se reflexiona sobre el orden Seguir en esta exposicidn y sobre la seleccién del material a izar, nos damos cuenta de que se trata de razonamientos y de us GRAMATICA DE LA VISION hechos que también se refieren a la constitucién de la percepcién del movimiento, ya que en el fondo se trata de dos aspectos de! mismo problema: el movimiento se refiere a objetos idénticos a si mismos y son idénticos a sf mismos los objetos que son vistos en movimiento Por eso, y como aqui no intentamos ocuparnos del movimiento fenoménico, abandonamos el tema de la identidad para pasar a un tema que, como ya hemos dicho, esta estrechamente unido a él: el problema de las constancias perceptivas. Las constancias perceptivas estd el problema ‘Nos hemos dado cuenta de que la continuidad 0 permanencia de objeto en el tiempo, el ser idéntico a si mismo. constituye un ma cuando hemos podido constatar que no hay una necesa- feorrespondencia enire identidad fenomeniea € i sica. Fobjeto fenoménico y el objeto «real», llegamos a la conclusién ‘que si alguna correlacién puede localizarse, tiene que ser inda- di estimulacién ‘existencia de un objeto fisico realmente persistente en el ‘ha demostrado no tener demasiada importancia en orden a nico Lene COMO. premisa- er EAN UN PrOCESO deaenificcnmese ‘otro modo, a pesar de su extrem: utilidad bio-_ fica, la correspondencia no se verifica. Las cosas son diferentes ete eee eres lidades de los objetos se impone a la ater m como un hecho oblemético particular, cuando nos damos cuenta de que existe Ta estimulacion proximal ¢s lo menos constante que se pueda ia peal einen create forma, de tamafio, de intensidad, de las «imagenes retinicas» 0 GRAMATICA DE LA VISION (cs decir de las zonas de la retina sobre las cuales se proyectan las radiaciones luminosas provenientes de los objetos), nos damos cuenta de lo extraordinario que es el movernos en un ambiente estable, leno de objetos que no solo permanecen siendo los mis- ‘mos objetos con el correr del tiempo, sino que en la mayor parte de los casos no cambian de tamafio, de forma o de color. Esto no significa que no veamos objetos en movimiento o que no percibamos objetos que se hacen mas grandes 0 més pequefios, que se deforman 0 que cambian de color. La cuestiOn es que tanto su permanecer constante como sus cambios rio depender We la constancia'o det cambio de objetos reales, sind dé Ta existencia de condiciones. én Ta estimulacion proximal, que en un caso favorece la Constancia y en otro el cambio fenoménico, prescindiendo de como se produce esta estimulseion-~ mn “SI'Se logra prodiucir sobre Ta retina condiciones de estimulacin iguales a las que producen los objetos «reales», el resultado seré el mismo en ambos casos. Basta pensar en el cinematégrafo. Los objetos reales provocan ciertos € cos "(tamaio, mo- inion, identidad, constanct: forma etcetera) s Jo los fotogra. fig_y- Wego" proyecto las sombras sobre 1a-pantalla-(tos-objet foals ya.no , de manera que apareciera de un tamafio siempre igual al del disco «muestra» para las distintas distancias de este tltimo. Las condiciones experimen- FANCIAS PERCEPTIVAS ns ran de cuatro tipos: visién binocular, visién monocular, vi- ‘monocular con pupila artificial de manera de reducir la aco- én, vision monocular con pupila artificial y con cortinas sobre las paredes del corredor (tinel de reduecién) para Jos indicios eventuales que produciria la ligera luz proceden- Jos discos luminosos. dren ideas Fo. 141, Dispostivo experimental de Houway y Bonin (1941) *© 10 pies (= 3.05 em): Pb = proyectores rariaba de 10 4120 pies (de ~ 3.05 em a ~ 36,50 m); resultados obtenidos estan representados en el gréfico de la 142, Las dos lineas punteadas representan dos curvas teéri- la horizontal corresponde a los resultados que se debieran ner en base a la ley del angulo visual, la diagonal corresponde resultados que se debieran obtener en base a la constancia jva de tamafio. En efecto, si el tamafio percibido fuese cional al tamatio de las imagenes retinicas (ley de Euclides), vador deberia mantener constante el didmetro del disco de cid, porque el disco de muestra cambia de tamaiio a las distancias de tal modo que produce siempre la. mism in retinica. Si en cambio se aplicara la ley de la constancia iva del tamafo, el observador deberia aumentar continua- cl didmetro del disco de comparaciGn al aumentar la distan- ¥y por lo tanto el tamafio) del disco de muestra. lineas continuas representan los resultados empiricos. La 'A representa los valores experimentales obtenidos en la vi- binocular. Corresponden muy bien a aquellos tedricos que la «constancia», incluso se tiene una leve «hiperconstan- En la vision monocular (curva B) se tiene una aproximacion perfecta a la constancia de tamaiio. Sélo con el tinel de reduc- (Curva D) nos aproximamos, si bien no del todo, a la curva lada por la ley de Euclides para la cual el tamaio percibido yeional al tamafio de la imagen retinica 126 GRAMATICA DE LA VISION Dimetro del disco Distancia del disco Fo, 142, Grafios de los resultados de Hotway y Borivo (1981) 3. La constancia de forma Con respecto a la forma percibida de los objetos, nos podriamos plantear ef mismo interrogante que nos hemos planteado para el famafo fenaménica’ zqué relacin existe entre-forma-de la imagen retinica y forma. del obj ? ‘La forma de la imagen retinica producida por un objeto real en un ojo humano normal es bastante facil de determinar en base a las \ cas jempre que se cono7ci Ia stancia forma del objeto, sus dimensiones, su de O}O-y-swrincli- aed respect i pan roa aes pn. Po lo fart OTe Tata eel oe pete eorretponiere de manera directa a la forma de la imagen retinica, seria posible prever la primera conociendo la segunda ‘También en este caso sabemos bien que esto no es verdad, ya que si asi fuera, Ia forma de cualquier objeto deberia cambiar Continuamente con la variacién del punto de vista desde el cual es observado. Veamos tno de los numerosos experimentos que THOU tus (1931) ha dedicado a la determinaciGn exacta de la verdadera “relacién entre forma fenoménica y «forma perspéctica», que es como él llama a la proyeccidn retinica El sujeto observaba, con los ojos situados a una altura fija de 48,5 em respecto al plano de una mesa, un circulo de 39,75 em de didmetro que podia estar sobre la mesa en una de las tres posicio- ines que se indican en la figura 143, es decir, con el punto més cercano al observador a 54,5 em del extremo de la mesa (posicién ‘A), 0.2 109 em (B) 0, por fin, a 163.5 em (C). ey Fic. 143. Esquema del experimento de Tuovtrss (1931) forma aparente del objeto se establece mediante dos méto- ‘con la reproduccién gréfica 0 con la seleccién entre una serie de comparacién que tengan diferentes relaciones entre ‘dos ejes principales. En el primer caso el sujeto podia modificar fibujo mismo siempre que no lo hubiese encontrado adecuado Tepresentar lo que veia. En el segundo caso el procedimiento ascendente y descendente de la psicofisica clisica. La obser- in era binocular con buena luz, por lo cual el sujeto «sabia» era Ia forma real del objeto. Se us6 el mismo procedimiento 2, Resultados metdios de una serie de tres experimentos de Toutes (1931), fe GacienleCosente_Coxienie_Cactnte_ Caciene fridoperpectico reproducide perspectico reproducido perpecico 7 Gusdrado en A Cuadrado en B ‘Cundrado en © Gacienie_Coviente _CoxienteCasiente.—_ Caciete perspccco reproducido perpéctico reprodicido penpection 18 GRAMATICA DE LA VISION ‘con un cuadrado que era presentado con una de las diagonales (de 38 em de largo) perpendicular al observador. La tabla 2 contiene los resultados medios de una serie de tres experimentos relativos al disco, obtenidos a partir de un sujeto con el método del dibujo. La tabla 3 las medias de nueve reproduccio nes del cuadrado en cada una de las tres posiciones del objeto. Los rntimeros que aparecen son los cocientes eje menorieje mayor (y respectivamente, los cocientes diagonal verticalidiagonal horizontal) en las reproducciones grficas, y los cocientes calculados para las proyecciones retinicas. ‘Los mismos resultados estan representados en las figuras 144 y 145, en las cuales las Iineas punteadas indican la forma del objeto fisico, las figuras negras representan Ia «forma perspéctica» y las lineas continuas la forma del objeto fenoménico. es Fics 144 y 145, Objeto fic, «forma perspéctice»y objeto fenoménico € Incluso para la forma de los objetivos visuales parece vAlida la constatacién que se ha hecho respecto a su tamafto: la forma que se ve no obedece estrictamente a las leyes de la perspectiva, no depende de una manera rigurosa de la forma de la imagen retinica, pero presenta una cierta tendencia a permanecer «constante» & pesar de las variaciones de esta dltima, Thoules sostiene que las INSTANCIAS PERCEPTIVAS 19 «, estin acortadas pecto a las frontales. Estas dos reglas de la perspectiva también valen para cada ele jento de la microestructura que esté comprendida en la misma a que Jos contornos. Esta comprensidn dptica o gradiente de densidad de la microestructura representa tambien la base de la percepcién de a inclinacion, ya que la pendiente del gradiente Fetinico. de una superficie fisica es proporcional a su grado de inclinacidn. Si bien la compresion del contorno es més facil de observar que la comprension de la textura, sobre todo en el caso ‘de las superficies con granulacion muy pequena, esta titima tiene Anta importancia como la primera en 1a pereepeion de la in- La constancia de la forma percibida de una superficie de letonces, dla posibilidad de sere larelacon entre su alta 3 Tongitud, cuando la primera esté «comprimida> respecto a la otra la retina. Esta posibilidad esti dada por la relacion entre el iimero de elementos texturales contenidos a lo largo de la dimen- sion longitudinal «comprimida» y el niimero de elementos conteni- dos a lo largo de la dimensién frontal. En la parte superior de la figura 149 estan dibujados los contornos de un euadrado y de dos Iwapecios. En los experimentos sobre la constancia, de’los que GRAMATICA DE LA VISION [essa A 8 & Be BR on Fic. 19. Gradiente de densidad microestructual y constancia de forma 1 an excuidos todos los indcios de profundidad, ls imagenes rei de un euadrado en posi font y con dos eras de inclinacion eferene,tenen estas formas. Pero como B y C no son sists, necsaramenic, como proyeccon de A también en aque is eapriments os contr pros se proxman mis forma do lie tmagencsretinies que de on contornosprese. don, con To-gue se demuestra que en ausencia de la pereepcion tote cStmaendre worse verte Ta constant Perea fms 5 Enla oita pale las mismas figuras se ven como un cuadrado en, tes ininactones, La perspectiva miroetuctral (pra I calle parte comprendida en la zona superior del trapecio contiene Initmo numero de elementos que la parte inferior) es el correlato en Ia etimulacion tanto del grado de inclinacion del cuadrado como al mismo tiempo, de la constancia de su forma. Enel gradient de den dfs elements def mcroestu tura se -de_determinar también el cor de | tonstancia Jencmménted detariai.” Como hemos tepetido varss ces os EOS OS TETESTgramos confronta e tama no nos apareeen en el vacto», sin esquemas de referencia, como Sicede en las situaciones arifiiales ereadas en el laboratorio. Ge- “neralmente estén en contacto con el terreno, es decir, con tuna Tuperficie longitudinal que en ia mayor parte de los casos ests provista de una granulacin bastante homogénea, cuya proyeccicn Ferinia tiene unvgradiente Je densidad microestructral decrecien- te de abajo hacia arriba, A esa caracteristca de la estimulacion orresponde la impresion de una distancia continua, que se extien de dou el observador hacia el horizonte o hacia tna pared fron tal Esta distancia, como consecuencia de la uniformidad aproxima CONSTANCIAS PERCEPTIVAS 13s de los elementos tisulares, ante en todas sus partes, F eso la distancia percibida de un objeto esté determinada I punto en el cual su imagen retinica corta el gradiente uctural correspondiente al terreno y, al mismo tiempo, su io percibido esta determinado desde la Unido de mide se en ese punto. Lo'que permanece constante es la escala tel visual y no tanto el tamafio de los objetos. visuales. De ahi que dos objetos de igual tamaiio colocados a diferente incia se verdn iguales en tamatio, ya que sus imagenes retini- , aun siendo de distinto tamafio, cubrirén un nimero igual de lidades microestructurales del terreno. Esta claro que el razona nto es valido también para un mismo objeto que se acerca 0 se Ja del observador, sin que su tamaiio fenoméntco sua grandes os La figura 150 ilustra este principio: los cilindros de la izquierda lucen imagenes perfectamente iguales sobre la retina, pero apa- n de distinto tamaho porque cubren un nimero distinto de rentos del terreno y de las paredes, elementos que son percibi- ‘como iguales en tamatio por la tendencia del espacio percepti- ‘a asumir una escala constante, Para ser percibidos como de igual iaflo, pera colocados a distancias diferentes, los cilindios deben ar imagenes de distinto tamafio, pero que cubran porciones es del espacio visual constante ‘(cilindros de la derecha), Como conclusion, parece que la constancia se debe considerar propiedad de campo antes que una propiedad de los objetos, fa constancia seria una consecuencia de la constancia de la esca: del espacio visual. iene, fenoménicamente, una escala 150. Efecto de la presencia de una cescala constants» en el espacio visual 16 GRAMATICA DE LA VISION 5. La constancia cromética ‘Ademis de tener un tamaio y una forma constantes, 1os objetos de ners Gmnbiente fenomeénico tienen.un color, que en. general fo sufre cambios sensibles por grandes que sean las variaciones de Iniluminacidn. Un objeto blanco continia siendo blanco aunque se Io traslade de plena luz solar a una habitacién débilmente ilumina- dda por una fuente de luz cien o mil veves menos intensa que Ia exterior y, a la inversa, un objeto que aparece negro con ilumina ion artificial continda siendo visto como negro aun a pleno sol Cuando refleja mucha més luz que el objeto blanco en la sombra Planteados en esos términos, estos hechos no parecen ser muy misteriosos a primera vista: los objet iv fen_un r,.80n_ Dlancos, rojOs, grISeS,.M 9 lo que fuere. y To tanto parece natural que ‘con iluminaciones de diferente tensidad aparezcan como mas © menos iluminados, pero conser- vven su propio color. ;Para entender que si existe un problema y que més bien se trata de un problema grande —para decirlo con las palabras de Hering ‘da constancia aproximativa del color de los objetos, a pesar de las ‘grandes variaciones cualitativas y cuantitativas de 1a iluminacién general del campo visual, ¢s uno de los hechos mas importantes y mis impresionantes en ei campo de la éptica i esario hablar antes de los mecanismos de la vi 5.1. Los colores en ta fisica y en la fisiologia Lgsclones pueden sr defnidos desde por le menos res Puntos de vista diferentes: cl de la fisica, el de la fisiologia y el punto de share lg Srben os fon seas detniiones se relcten a fea iy diferentes, hay un cierto nexo entre estos tres niveles, y por lo tanto es itil, aun en este sitio dedicado sobre todo a los Aspectos psicol6gicos, hacer una breve referencia a las dos prime- ras definiciones. para la fisica los colores son una especificacién de la energia radianté y; précisamenie, no son otra cosa que radiaciones de una deferminada longitud de onda. El universo esté atravesado conti- fnuamente por una enorme cantidad de radiaciones (rayos gamma, rayos Rontgen, radar, radio ondas, etcétera) que tienen longitudes de onda que van desde una billonésima de milimetro a muchos Kilometros y que en conjunto constituyen el lamado espectro.elec- tromagnético (fig. 151). Los rayos Tuminosos, es decir, aquellas radiacionies que estén en condiciones de excitar el ojo produciendo fendmenos visuales, representan una pequetiisima parte del espec- 0 electromagnético entero, precisamente la gama de longitudes ‘onda que van desde alrededor de 380 a alrededor de 760m * nada el espectro visible 0 tambien luz. Cuando el ojo humano se expone a la accidn de una fuente de rgia radiante, como el Sol por ejemplo, que emite al mismo npo radiaciones de todas las longitudes de onda del espectro ble», se produce la vision de una luz blanca. Newton demostrs fa luz blanca no es el producto de una estimulacién simple, ya ue un haz de luz solar puede ser descompuesto en sus componen- ‘elementales por medio de un prisma de cristal. aprovechando Al hecho de que las radiaciones de diferente longitud de onda se wvian de forma diferente cuando pasan de un medio més denso [un medio menos denso y viceversa (fig. 152). Fic, 152, Descomposicin espectal de la luz blanca 21 ma (milimicrén) ~ 1 millonésima de milimetro. bs GRAMATICA DE LA VISION De esta manera demostré también que cada longitud de onda siempre produce Ia visién de un color bien definido. Mientras algunos cuerpos, como el cristal o el agua, permiten el paso de los rayos de todas las longitudes de onda, otros absorben una parte, de ‘manera que la luz que los atraviesa resulta coloreada segin la longitud de onda de las radiaciones que logran pasar. A estos ‘cuerpos se los llama total o parcialmente transparentes, En cambio, la mayor parte de los cuerpos son opacos, 0 sea son cuerpos.cuy’ superficie refleja todos los rayos que le Hlegan o reflejan una parte mas 0 menos grande y absorben el resto. Las superficies que reflejan_todas 0 casi todas las_radiaciones incidentes aparecen blancas, mientras que las que absorben Ta ma- yor parte de las radiacfones y reflejan s6lo las de una restringida {gama de longitud de onda, aparecen coloreadas. Desde el punto de vista de la fisica, entonces, los colores no son otra cosa.que las distintas longitudes de onda qué van desde alre dedor de 380 a alrededor de 760 mii, y que pueden ser medidas exactamente por aparatos especiales Namados espectrometros. Esta definicion evita cualquier referencia-a ur organismo per ceptor y no menciona esas experiencias subjetivas peculiares que lamamos fenémenos cromiticos. Esto significa que un objeto que se nos aparece amarillo (porque refleja solamente radiaciones de alrededor de 560 mu), sein esta definicién continéa teniendo este «color» aunque cerremos los ojos, porque contintia reflejando radiaciones comprendidas en esa banda de frecuencias. Pero si ese objeto se pone en la oscuridad ya no refleja ninguna radiacidn, y entonces se deberia decir que ya no es amarillo, ni siquiera en el sentido del que hemos hablado, Sin embargo, si lo volvemos a llevar a la luz, demuestra haber conservado su. propio «color» porque su superficie ha mantenido la propiedad de absorber la mayor parte de las radiaciones o de reflejar s6lo aquellas que producen Ia visiGn del amarillo. Por lo tanto, podemos decir que incluso en la oscuridad el objeto tiene su color si, nHedificatid® la defini "icimos antes; entendemos por Color de una super- ficie su coeficiente de reflexion, que a su vez depende de las carac- teristicas fisioquimicas de la superficie misma Ademés de la longitud de onda o de la frecuencia, hay otras dos caracteristicas de las radiaciones luminosas que son importantes en. relacién con una teoria cromética. Son_la.amplitud de onda 0 su intensidad y Ja. composicién espectral de la radiaci6n, & decir, su mayor 0 menor pureza. En seguida veremos cémo las variaciones de esos parametros del estimulo fisico estin relacionados con otros tantos_atributos de los colores considerados como experiencias psicologicas.. PANCIAS PERCEFTIVAS, 19 fa encontar una definicon adecuada de los colores pasa a fisica a la fisiologéa, vemos que cl acento esta puesto, {satura en los prOces0s fisioquimicos que son activados en i ‘organismno.por la.estimulacicn luminose. Cuan- ‘onsideran algunos antecedentes, nos damos cuenta de que vel es decisivo a los efectos de la verificacion de impresiones icas en nosotros mismos. Si bien los rayos luminosos consti- ‘el estimulo adecuado y normal de los procesos visuales, no son necesarios para que en nosotros se determine la per- de un color. Se pueden ver colores sin que los ojos sean lados por la luz. Su aparicién puede ser producida por una in mecanica sobre los bulbos oculares, por una irritacion qui- ‘0 eléctrica del nervio optico, a través de la accidn de determi- Grogas 0, incluso, con la estimulacién directa de las dreas del cerebro. Estos hechos demuestran que el color, en ito fenémeno consciente, no es el registro directo de una condi- de la luz, sino que se verifica solamente con la mediacién de 808 fisioldgicos que se producen en el interior del organismo. convencernos de esto realizando este simple experimen- Fijamos la mirada en la figura roja de la zona A durante unos ‘segundos, cuidando de no desviar la mirada del punto negro ral durante todo cl tiempo. Luego se dirige la mirada hacia la ay sofija en el punto megro que se encuentra en la zona B. Después de un brevisimo periodo de espera, se verd aparecer una similar a la primera pero de color verde. Se obtiene un itado andlogo si después de fijar la mirada se cierran los ojos. ibign en este caso aparecera una imagen verde en la oscuridad lar. ‘La verificacién de este fendmeno cromatico, que toma el nom- 0 GRAMATICA DE LA VISION bre de consecutiva. y que se manifiesta mientras el ojo no esta estimulado por radiaciones de longitud de onda correspondien- tes al verde, demuestra claramente, por una parte, la naturaleza subjetiva de In experiencia cromitica, y por otra la dependencia que tiene esta experiencia de los procesos fisiologicos que se de- sarrollan en el sector dptico, que en este caso son la consecuencia de una prolongada estimulacion previa de la retina efectuada por Jos rayos «rojos» (para ser mis exactos, de rayos de alrededor de 750 my). Es decir que los colores, con el signi que see da a esa palabra en el lenguaje cotidiano, son producto de la actividad “HO una propiedad Inkerente a Ta energia radiante. Por Jo tanto es justo decir, como hemos 10 antes, que eT TIVE fisiologico es el decisivo para la verificacién y la compren- sidn de las imy ilicas. Lamentablemente, y a Causa de ipresiones.cromtica Ta complejidad de los procesos y de las enormes dificultades que presenta la inyestigacién en este campo, no podemos sino agregar ue los conocimientos en este nivel todavia esti poco avanzados. ‘Abundan mas las teorias y las hipotesis que los hechos seguros y aceptados universalmente. A pesar de los grandes progresos de la bioquimica moderna y de la electrofisiologia, todavia no eonoce- ‘mos con absoluta seguridad las sustancias que estan presentes en cl ‘ojo vivo ni cuales son exactamente los procesos que se desarrollan enel. Las dos teorias que todavia hoy gozan del mayor crédito son la ig orate la cuadricromadtica, propuestas ambas hace cerca de ui sig 1. La teoria tricromadtica, que deriva directamente de las obser- vaciones de Newton sobre la descomposicién y recombinacién de la luz blanca, fue formulada por T. YouNo (1801) y reafirmada y desarrollada por H. von Hetwnottz (1852). Parte del hecho de que para reobtener ta luz blanca después de la descomposicién con tun prisma, no es necesario volver a mezclar con una lente todas las radiaciones obtenidas, sino que es suficiente utilizar tres radiacio- ‘nes sacadas de zonas del espectro suficientemente alejadas entre si. Por otra parte, dosificando adecuadamente la intensidad de las tres radiaciones, se pueden obtener todos los otros colores del espectro en la visin. Son numerosas las ternas de radiaciones con las cuales 5 posible obtener estos resultados, por lo que no cs facil estable- ‘cer cudles son las longitudes de onda realmente fundamentales (llamadas, en el lenguaje técnico de los fisicos, «colores primarios») Los mejores resultados se logran con tres bandas de frecuencia que, cuando actian solas, dan lugar a la vision de un cierto tipo de rojo, de un cierto tipo de verde y de un cierto tipo de azul, y que se sacan de las zonas de onda larga, media y corta del espectro ISTANCIAS PERCEPTIVAS ui ivamente (alrededor de 650, 530 y 460 ma). Las figuras 153, pueden servir para ilustrar todo lo que se ha dicho. En la a Se muestra el efecto de la superposicidn de los tres «colo- iarios», en el grafico de la segunda se puede ver en qué jones deben ser mezcladas las tres longitudes de onda para el efecto fenoménico de una luz monocromitica cualquiera, a 183. Fusién de los tres scolores primariose, La zona donde se superponen las ‘adiaciones es fenoménizamente blanca Si se vara convenientement la inten: "Sida de las res radiacones se obticnen todos los colores de espect Partiendo de estos hechos de la fisica, la teoria de Young-Helm- joltz postula también para el plano fisiol6gico un modelo triddico je debiera ser suficiente para la individualizaciOn de las 200-250 ialidades cromiiticas que nuestro aparato visual esta en condicio- de discernir. Se admite que en la retina existen tres tipos de ptores, cada uno dé los cuales seria especificamente sensible a a de las tres bandas de una longitud de onda de las que se ha wenido en considerar «primarias». Eso se deberia a la presencia ‘de pigmentos visuales diferentes en esos receptores, los cuales, faungue en alguna medida reaccionen a las radiaciones de todas las ongitudes de onda, tienen una reactividad maxima para una de las tres radiaciones «fundamentales». La figura 155 muestra como puede representar esqueméticamente Ia distribucién de la sensibi 3. En realidad no se trta de huces rigurosamente monocromitica, sino de ‘bandas de radiaciones pertenecientes a zonas dl espectro a las cuales corresponden fenoménicamente un color rojo-anaranjado, mn amarilo-verdoso. yun violet lado.

Potrebbero piacerti anche