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El modelo económico
de la pereza*
Rodrigo Uprimny**
Quiero decir con toda seriedad que la ces el gran secreto de la economía:
creencia en la virtuosidad del trabajo cómo producir más eficiente. O, por
está haciendo mucho daño en el mundo decirlo en lenguaje ortodoxo, cómo
moderno y que el camino de la dicha y maximizar las ganancias y minimizar
la prosperidad está en una organizada
los costos, con los mayores rangos de
disminución de aquel […] La mora-
productividad. En el cuarto de al lado,
lidad del trabajo es una moralidad de
esclavos y el mundo moderno no tiene el militante clandestino repetía a sus
necesidad de esclavos. (Russell, 1980, pupilos el clásico discurso: “Las viejas
pp. 271-273). relaciones de producción capitalista
se han convertido en trabas para el
Lentamente el profesor colocó con desarrollo de las fuerzas productivas,
solemnidad la típica fórmula de mi- por eso, hoy se abre una época de
croeconomía, después de trazar las revolución social a fin de sustituir las
clásicas curvas de producción. Luego arcaicas relaciones, por unas nuevas
afirmó apodícticamente: “En condi- que, en vez de trabar, impulsen el
ciones de competencia perfecta, el ni- desarrollo de las fuerzas productivas”.
vel de producción en el cual se obtiene Tal como vemos, estos dos discursos,
el máximo beneficio es aquel en el cual a pesar de que se presentan como
el coste marginal sea igual al precio”; el enemigos irreconciliables, se articulan
alumno asentía y comprendía enton- amorosamente en un punto común: la
apología del crecimiento económico
y del trabajo. Pero no sería lícito hoy
* Tomado de la sexta edición de la revista Papeles preguntarnos: ¿el crecimiento para
Económicos, de la Universidad Externado de qué? O en términos de la ortodoxia
Colombia en 1983.
** Doctor en Economía Política de la Universi- marxista: ¿es el desarrollo de las fuerzas
dad de Amiens, Picardie Francia. Este artículo productivas un fin en sí? ¿Puede se-
fue escrito cuando era estudiante de v año
de Derecho en la Universidad Externado de
guirse pensando que la solución de los
Colombia. angustiantes problemas que presenta
RETROSPECTIVA
Sin embargo, habría que p reguntarse: per se, y comprendiendo que la cien-
¿qué tan racional es la conducta del cia no es más que el modesto intento
hombre actual, que siguiendo la l ógica humano por resolver los problemas
económica imperante amenaza con que las diferentes épocas nos plan-
destruir la vida en el planeta? Por en- tean, es menester devolver a la razón
de, “plantear, como lo hacen tantos su función turbulenta y agresiva. El
economistas, la maximización de las pensamiento, en búsqueda de nuevas
ganancias monetarias de los individuos respuestas, debe recobrar su negati-
como la única actitud racional posible vidad, su capacidad de subvertir lo
es olvidar que esta forma de racionali- actual, y no postrarse a adorar sus
dad económica es el producto de una primeras sistematizaciones y elabora-
evolución histórica singular, y caracte- ciones. Hay que renunciar al confort
riza a las sociedades capitalistas desa- de las verdades bien establecidas y
rrolladas, donde el control y la acumu- asumir las contradicciones a que nos
lación del capital constituyen el punto aboca la continua renovación de los
estratégico de la competencia social”. modos y modas científicas, como los
conflictos propios de un mundo en
En esas circunstancias, en tanto no eclosión. El conocimiento, aunque
existe una racionalidad económica requiere paciencia y consagración,
está lejos del espíritu del notario o
de los tópicos fundamentales de la Escuela de
del coleccionista.
Frankfurt. Al respecto, ver en especial la de
Marcuse, en El hombre unidimensional’, donde Es osado y agresivo. Es irreverente
muestra cómo la racionalidad se ha convertido
en el soporte más eficaz de la mistificación. Al
con los dogmas mundanos, así como
derrotar el pensamiento negativo (lógica de con las tradiciones lógicas y científicas
la protesta), al eliminar cualquier opción por estables. Es capaz de aventurarse en
fuera del sistema dado, la racionalidad domi-
nante (positivismo, empirismo, etc.) suprime continentes desconocidos, en busca de
de la sociedad contemporánea cualquier forma verdades secretas. Es capaz de romper
de contestación revolucionaria, de rechazo con todo, incluso consigo mismo, en
radical. De esa manera convierte al hombre
moderno en un ser unidimensional; es decir, una dialéctica incesante y fecunda, en
en un individuo que ha perdido su capacidad búsqueda de soluciones imaginativas
de crítica y de contestación, y solo concibe la
dimensión de la adaptación e integración al
a las necesidades históricas. Por eso,
statu quo. A ello contribuyen los patrones todos los grandes renovadores del
consumistas del capitalismo tardío que, al pensamiento han tomado la duda del
conquistar la conciencia infeliz del individuo,
le hacen cómoda su ausencia de libertad. Por
pasado y el presente como eje orien-
eso, tales sociedades admiten un margen de tador de sus reflexiones creadoras.
crítica (concepto marcusiano de ‘‘tolerancia Supieron aceptar lo inaceptable y se
represiva’’), pues saben que esta no encuentra
arraigo social por la unidimensionalidad de negaron a admitir lo colectivamente
sus miembros. admitido. No resulta entonces exage-
rado afirmar que la verdadera ciencia Entonces, los tiempos modernos nos
no está tan lejos del arte y la literatura, imponen la tarea de realizar cierto tipo
aunque científicos y poetas se desco- de contrainvestigaciones sociales (es
nozcan mutuamente. Son quizás las decir, que niegan los postulados con
más osadas y nobles aventuras de la mayor arraigo social) o, para utilizar la
imaginación, y las expresiones más teoría de Paul Feyerabend, de efectuar
acabadas y perfectas de las posibili- contrainducciones; es decir, “la intro-
dades infinitas del ser humano. ducción, elaboración y propagación
de hipótesis que sean inconsistentes,
En esas condiciones, se trata de reivin- o con teorías bien establecidas con
dicar nuevas opciones para el hombre, ‘hechos’ bien establecidos. O dicho
de un esfuerzo de imaginación sobre con precisión, sugiero proceder con-
formas organizativas y maneras diver- trainductivamente, además de pro-
sas de operar en lo económico, lo cual ceder inductivamente (Feyerabend,
plantea la necesidad de abandonar 1974, p. 23). Bajo tales supuestos es
los supuestos teóricos sobre los cua- que considero factible plantear, co-
les descansa, en gran parte, la lógica mo una alternativa real, un modelo
económica contemporánea. Es decir, económico de la pereza, una cierta
se trata de plantear la polémica sobre racionalidad del ocio.
nuevos terrenos, aunque ellos impli-
quen una inescrupulosidad metodo- ¿Un modelo económico
lógica, una imprudencia que afecta de la pereza?
a los ortodoxos. A fin de cuentas, al
decir de Bachelard: “En el reino del El fin de la revolución no es el triun-
pensamiento, la imprudencia es un fo de la moral de la libertad y demás
embustes […] con que se engaña a
método. Solo la imprudencia puede
la humanidad desde hace siglos, sino
tener éxito. Es necesario marchar lo
trabajar lo menos posible y disfrutar
más rápido posible en las regiones de la intelectual y físicamente lo más posible
imprudencia intelectual” (Bachelard, […] Al día siguiente de la revolución
1980, pp. 12-13). Por otra parte, la habrá que pensar en divertirse. (La-
historia muestra cómo las grandes fargue, s. f., p. 59).
revoluciones del pensamiento las han
iniciado las herejías. ¿No fue calificada Hemos denominado el artículo El
de herejía la concepción heliocéntrica modelo económico de la pereza; sin
del universo propuesta por Copérnico? embargo, al hacerlo no hemos tenido
¿No contradijeron los lugares comunes la intención de aceptar integralmente
más acentuados y los postulados de la las peligrosas consecuencias episte-
física tradicional, las conclusiones de mológicas y políticas que derivan del
Einstein en su teoría de la relatividad? uso de un concepto como “modelo”.
humanos porque sin ellas no podría a expensas del tercer mundo, o como
realizar la venta de los nuevos pro- dice René Dumond, de “asesinos que
ductos, cada vez más alejados de las arrancan las proteínas de la boca de los
necesidades reales” (Novak). niños pobres”. En síntesis, no se trata
simplemente de sustituir las actuales
Todo lo anterior nos conduce a afirmar sociedades por modelos autoritarios
que tampoco se trata de postular la ex- –estos sí verdaderos modelos de eco-
tensión del tiempo libre con el mante- fascismo– que, integrando el discur-
nimiento de unos patrones consumis- so ecológico dentro de su lógica, lo
tas, en una sociedad de opulencia, pues conviertan en soporte del sistema y
el ocio mismo se convertiría en bien del autoritarismo vigentes (v. gr., el
mercantil, en factor de desigualdad y Club de Roma).
de insatisfacción. El cuestionamiento
debe ser entonces más profundo y sin- Al decir de Gorz, “la limitación del
cero. No debe solo analizar la super- crecimiento no es un fin en sí, ni tiene
ficie, la apariencia, los problemas de interés si es preconizada e impuesta
circulación mercantil y contaminación por una ‘nueva élite organizada’ que
ambiental; una genuina racionalidad tenga el anticrecimiento como todo
de la pereza implica una subversión programa. Al contrario, la formación
del modo de vida actual de las formas de semejante élite es el antídoto indus-
productivas y de consumo vigentes, trial a la imaginación revolucionaria”
de las mismas herramientas hoy uti- (Gorz, Ecología y política, p. 20).
lizadas. “Una sociedad que introdu-
jese la semana de 32 o de 24 horas, Dentro de este contexto, creemos que
sin que las relaciones de producción una racionalidad de la pereza4 se fun-
y de trabajo sean transformadas [...]
no habría avanzado nada hacia una
forma superior de civilización, sino 4 A través de todo el escrito, hemos utilizado
simplemente producido, a una mayor indiferentemente los términos ocio, pereza,
tiempo libre, etc. Lo hemos hecho intencio-
escala, la civilización subproletaria de nalmente a pesar de que se suela distinguir
las grandes ciudades americanas [...] nítidamente tales acepciones, con el ánimo
de oponer cierto tipo de ocio ‘‘productivo’’ a
No puede haber emancipación del la simple pereza, ‘‘madre de todos los vicios’’.
individuo en su tiempo libre, sino a Aun cuando creemos que en determinadas
condición de que haya emancipación circunstancias esa distinción puede ser váli-
da, hemos preferido evitar esa diferenciación
en su actividad social principal: el tra- maniqueísta, puesto que creemos que ella
bajo” (Gorz, Le socialisme difficile). En supone una excesiva emparentación ideoló-
tales condiciones, el ocio sería además gica con la ética del trabajo y la racionalidad
productivista. Según esa concepción, el ocio
una actividad criminal, pues sería el únicamente sería válido, y éticamente acep-
ocio de las naciones industrializadas, table, si es ‘‘productivo’’; es decir, solo si es…
tiempo libre, siempre que se haga de arte del despilfarro, como lo llama
otra forma. Vance Packard, se lograría entonces
solucionar la aparente paradoja de de-
Se trata entonces, y, ante todo, de fender el decrecimiento y la extensión
proponer “otro modo de producción del ocio como soluciones genuinas,
cualitativamente diferente que incor- en un mundo en el cual las grandes
pore a los hombres la restricción del mayorías viven aún por debajo de los
valor de uso” (Lefevbre, 1978, p. 22). niveles absolutos de miseria; en una
Desde ese punto de vista, las exigencias época en la cual el hambre y la pobreza
ecológicas tendrían como fundamento constituyen aún problemas alarmantes
que, siendo la naturaleza, en última a ser resueltos. “Hoy día la utopía no
instancia, la fuente primaria de todo consiste en preconizar el bienestar
valor de uso, su amenaza pone en por el decrecimiento y la subversión
peligro la existencia misma de tales del actual modo de vida; la utopía
valores. Siendo el valor de uso (no el consiste en creer que el crecimiento
valor de cambio), la verdadera génesis de producción social aún puede so-
de la riqueza, en el sentido humano del portar el superbienestar, y que dicho
término y no en su acepción economi- crecimiento es materialmente posible”
cista, su reivindicación como objetivo (Gorz, 1977, p. 15).
y categoría fundamental de compren-
sión de la sociedad futura nos permite La anterior consideración implicaría
distinguir netamente la racionalidad coetáneamente una transformación
de la pereza, las opciones actualmente sustancial de las relaciones de trabajo
vigentes, ya sean del capitalismo o de y de consumo. Por una parte, cier-
los socialismos autoritarios. De esa tos tipos de consumo serían incom-
manera, al orientarse la producción patibles con esa forma de vida, por
en función de la producción útil (y no tratarse de bienes de lujo (como los
de mercancías y modelos de consumo, automóviles) objetivamente irrepar-
fuentes de insatisfacción y enajena- tibles y, por ende, por ser fuentes de
ción), toda una serie de despilfarros desigualdad y pobreza. Por otra parte,
propios del capitalismo podrían ser ciertas herramientas y técnicas serían
suprimidos: bombillas que poten- de discutible aplicabilidad, puesto que
cialmente podrían durar 10.000 o implicarían una sumisión a procesos
más horas, cuya vida útil es reduci- incontrolados por la comunidad y el
da a 1.000 o menos; vestimentas de individuo, y, por ende, enajenantes;
uso único; envases desechables (frío requerirían, como en el caso de la ener-
pack); aparatos irreparables, etc. Eli- gía atómica, un manejo rígidamente
minadas esas contraproductividades centralizado y burocrático, contrario
propias de los sistemas vigentes, ese a las exigencias autogestionarias que
Aristóteles. (s. f.). La Política (Vol. i). Madrid: Lechner, R. (1977). La crisis del Estado en
Ediciones Nuestra Raza. América Latina. Caracas: Editorial El Cid.
Camus, A. (1958). El revés y el derecho. Buenos Marx, C. (1978). Carta a Ruge. Bogotá D. C.:
Aires: Editorial Losada. Editorial Viejo Topo.