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Diálogo interreligioso y Vaticano II

reflexiones
Jaume Flaquer, SJ
Responsable del área teológica de Cristianisme i Justícia.
Profesor de la Facultat de Teologia de Catalunya
E-mail: jflaquer@jesuites.net

Recibido: 15 mayo 2012


Aceptado: 25 junio 2012

RESUMEN: Si el Vaticano II supuso una verdadera revolución en torno al diálogo


con el resto de las religiones, todavía se mostró mucho más revolucionario cuando
uno de los puntos centrales de ese nuevo diálogo fue la salvación obrada por Dios.
En este artículo se ofrecen algunas claves tanto para comprender la relevancia de la
apertura mental, espiritual y teológica de la Iglesia católica cuanto para hacernos car-
go del amor salvador de Dios Padre con los que por una u otra razón no lo llegaron
a conocer.
PALABRAS CLAVE: Iglesia, diálogo interreligioso, libertad religiosa, anatema.

Interreligious dialogue and Vatican II


ABSTRACT: Despite of Vatican II meant a full revolution in terms of Interreligious
dialogue, the true revolution came when one of the main items of that dialogue was
salvation’s effect accomplished in God. This article provides clues to understand the
relevance of the Church’s spiritual and theological open mindedness. And to realize
the greatness of our Father’s healing love for comes to those who for one reason or
another did not get to meet Him. for whatever reason did not come to know.
KEYWORDS: Church, inter-religious dialogue, religious freedom, anathema.

El mundo como lugar vez, la Iglesia hace un esfuerzo


de encuentro por mirar de otro modo a aquellos
que no están doctrinalmente en
El Concilio Vaticano II inaugura comunión con ella. Esta mirada ya
una nueva época en las relaciones no es anatemizante, sino que está
de la Iglesia Católica y las otras re- impregnada de deseos por ras-
ligiones. Por primera vez en un trear las huellas de Dios por toda
texto oficial se reconoce y aprecia su creación. El mundo ya no es
«todo lo bueno» que existe en las visto como un lugar amenazador
demás religiones. Por primera y peligroso para la moral y la doc-

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trina, ni es vivido como un exilio Cuando las puertas estaban


del que se espera salir un día para cerradas…
volver a la patria celeste. El mundo
se descubre nuevamente como lu- La Iglesia deja atrás siglos de cir-
gar de encuentro. cunscripción de la gracia sobrena-
tural exclusivamente al interior de
Aquel velo del Templo, del sancta
la tradición judeo-cristiana para
sanctorum, que se rasgó por la
abrirse a perspectivas más inclusi-
irrupción de la muerte de Jesús y
vas. Es muy significativo que
que separaba lo sagrado de lo pro-
aquel adagio famoso extra Eccle-
fano, el lugar de encuentro del lu-
siam nulla sallus no sea ya utiliza-
gar de exilio, se fue retejiendo po-
do en el Concilio, a pesar de haber
co a poco a través de los siglos.
sido una constante en el Magiste-
Las puertas de la Iglesia, protecto-
rio desde Cipriano y de haber sido
ras e incomunicadoras, quedaron
utilizada en el IV Concilio de Le-
definitivamente cerradas, defi-
trán (1215) y en el de Florencia
niendo claramente un dentro y un
(1442). En éste se llega a decir con
fuera, un refugio y una intemperie,
convicción lo siguiente:
un lugar de salvación probable y
un lugar de condena indudable. (Este Concilio) «Firmemente cree,
predica y profesa que nadie que
Pero nuevamente esas puertas se no esté dentro de la Iglesia católi-
abrieron: entraron nuevos aires ca, no sólo paganos, sino también
dentro de la Iglesia, y salieron de judíos, herejes y cismáticos, pue-
ella gentes en busca de otras hue- de hacerse partícipe de la vida
llas del Creador. El velo del Templo eterna, sino que irá al fuego eter-
volvió a rasgarse para dejar fluir no que está aparejado para el dia-
esa Gracia condensada dentro. blo y sus ángeles (Mt 25,41), a
no ser que antes de su muerte se
Esto es, en mi opinión, la gran ri- incorporase a la Iglesia. (…) Y que
queza fundamental del Vaticano II, nadie, por más limosnas que hi-
la revolución que supuso el Con- ciere, aun cuando derramare su
cilio. sangre por el nombre de Cristo,
puede salvarse, si no permanecie-
¿Y esto qué supone en lo que res- re en el seno y unidad de la Igle-
pecta al diálogo interreligioso? Es sia católica» (DH 1351).
fácil de adivinar. A Dios no sólo se
le encuentra dentro, sino también Es cierto que la Iglesia nunca in-
fuera. Por tanto, el cristianismo no terpretó el extra Ecclesiam en su
tiene la exclusividad en el acceso a sentido más estricto. Es más, con-
Dios. denó a los que la llevaban hasta

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extremos más allá de lo razonable. Una perspectiva de diversos


Pío V condenaba en 1567 la afir- grados de plenitud
mación de Miguel Bayo que decía:
«Todas las obras de los infieles son En el contexto de estas discusio-
pecados, y las virtudes de los filó- nes, el Concilio supone una verda-
sofos son vicios» (DH 1925). Siglos dera revolución porque el hecho
después, Clemente XI en 1713 determinante ya no es la perte-
condenaba la opinión jansenista nencia explícita a la Iglesia, sino el
según la cual no solamente no ha- grado, mayor o menor, de todos
bía salvación fuera de la Iglesia, los hombres de asociarse al miste-
sino que «fuera de ella no se con- rio pascual, es decir, de entrar en
cede gracia alguna» (DH 2429); y comunión con la vida y muerte de
aunque «la oración de los impíos Jesucristo. El centro ha quedado
es un nuevo pecado; y lo que Dios desplazado de la eclesiología a la
les concede, es un nuevo juicio
cristología. Por ello se ha definido
contra ellos» (DH 2459). Para este
el período anterior al Vaticano II
movimiento intransigente, al ca-
como exclusivista y eclesiocéntri-
recer los no-cristianos de la gracia
co, y el inaugurado por el Concilio
y al estar la naturaleza humana
como inclusivista y cristocéntrico.
completamente corrompida por el
Por obvio que pueda parecer, es
pecado, todo intento de acceder a
una verdadera novedad el recono-
Dios, filosófico o espiritual, no era
más que idolatría y, por tanto, de- cimiento por parte de la Iglesia del
bía ser castigada como tal. pecado que también la habita. Su
«imperfecta santidad» hace que
La Iglesia oficial, en cambio, en re- «la Iglesia peregrinante» (…) lleve
lación con los no-cristianos, siem- «consigo la imagen de este mundo
pre se resistió a cerrar dos brechas que pasa» (LG 48). Este reconoci-
abiertas en esas puertas cerradas a miento permite a la Iglesia a acer-
su salvación: el deseo de bautismo carse al diálogo con humildad y
y la ignorancia no-culpable. Por el sin prepotencia.
primero se reconocía que toda per-
sona no bautizada, pero con de- La perspectiva, pues, ya no es la de
seos incluso implícitos de ello, po- una dicotomía entre un dentro y
dría salvarse, y por el segundo se un fuera, sino la de quien contem-
reconocía que aquel que no había pla el mundo y percibe grados di-
recibido el anuncio del evangelio o versos de plenitud y de acogida de
que lo había recibido inadecuada- la salvación de Dios ofrecida a todo
mente no podía merecer el castigo el mundo (cf. 1 Tim 2,4-6). Recono-
eterno (cf. AG 7). ce además el trabajo del Espíritu

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Santo depositando bondad y ver- menciona algunos elementos de


dad en la mente y en el corazón de cada una de las grandes religio-
los hombres, e incluso en los ritos y nes. El judaísmo es la religión que
culturas de los pueblos (cf. LG 17). aparece como la más cercana. La
Por ello, el Concilio permite enten- Iglesia, consciente de que ciertas
der todo lo bueno que existe en las ideologías han producido la per-
religiones no cristianas no simple- secución de los judíos en Europa,
mente como producto del intento desculpabiliza al judaísmo de la
del hombre de elevarse hacia Dios, muerte de Cristo diciendo que
en contraposición al cristianismo «aunque las autoridades judías
que sería el resultado del Dios que con sus seguidores reclamaron la
desciende sobre el hombre. Permi- muerte de Cristo, lo que se perpe-
te una mirada mística de la reali- tró en su pasión no puede ser im-
dad viendo a Dios presente y ac- putado indistintamente a todos
tuando en todas las cosas (cf. Ejer. los judíos que vivían entonces ni a
Esp. 235-237). los judíos de hoy» (NA 2). Asimis-
mo, a pesar de que ciertos textos
de los evangelios parecen sugerir
Acercamiento a las religiones que los judíos han perdido el fa-
de manera no-anatemizante vor de Dios y su herencia, el Con-
cilio apuesta por la interpretación
El Concilio, por primera vez, sale que considera que «los dones y la
al diálogo con las religiones sin vocación de Dios son irrevoca-
una intención defensiva, apologéti- bles» (LG 16).
ca y anatematizante. Respecto a lo Los musulmanes aparecen en se-
bueno, «no rechaza nada de lo que gundo lugar. El Concilio valora
en estas religiones es verdadero y la estima de los musulmanes
santo» y respecto a las discrepan- por María, su reconocimiento del
cias, ya no las condena, sino que Creador, su profesión de la fe de
«considera con sincero respeto los Abraham y su adoración a un solo
modos de obrar y de vivir, los pre- Dios misericordioso que ha de
ceptos y doctrinas» de esos pue- juzgar a los hombres el último día
blos. Incluso reconoce que éstos (cf. LG 16).
«no pocas veces reflejan un deste-
llo de aquella Verdad que ilumina Por lo que respecta al budismo, el
a todos los hombres» (NA 2). Concilio se detiene en su «recono-
cimiento de la radical insuficien-
El Concilio no se contenta con una cia de este mundo mudable» y en
valoración genérica, sino que su búsqueda del «estado de libera-

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ción y de iluminación». Finalmen- encíclica Ecclesiam Suam. En ella


te, del hinduismo destaca la rique- no solamente habla de la impor-
za de sus mitos y de su filosofía y tancia del diálogo, sino que se afir-
aprecia sus formas de vida ascéti- ma que éste forma parte esencial
ca y de meditación (cf. NA 2). de la Iglesia puesto que Dios mis-
mo ha establecido un diálogo de
Sin duda, hoy en día, tras el pro- salvación con la humanidad. Dios
greso en el conocimiento «inter-
salva mediante diá-logo: 1) porque
no», especialmente del budismo y
lo hace por su Palabra, que es
del hinduismo, debería hacerse
Cristo; 2) porque no lo hace impo-
mención de otros elementos, co-
niendo sino ofreciendo, y 3) por-
mo el de la doctrina del advaita o
que la iniciativa dialógica parte de
no-dualidad hindú. Y, sobre todo,
Dios. Por tanto, si la Iglesia ha de
desde la teología de las religiones
ser reflejo de la comunión trinita-
actual, la jerarquización de las di-
ria, no puede menos que ser ella
versas religiones que sitúa al bu-
misma dialogal. Una consecuen-
dismo y al hinduismo en las zonas
cia clara del hecho de que Dios en-
más alejadas del cristianismo, po-
tabló un diálogo de salvación con
dría matizarse si se toman otros
el hombre cuando éste aun no lo
referentes, como el de la no-vio-
merecía es que la Iglesia no puede
lencia, por ejemplo.
ni imponer ni exigir una contra-
En consonancia con los Derechos partida previa a la mano tendida
Humanos, por primera vez, la que debe ofrecer a los fieles de las
Iglesia «reprueba» públicamente, otras religiones.
«como ajena al espíritu de Cristo,
cualquier discriminación o veja-
ción por motivos de raza o color, 50 años después del Vaticano II
de condición o religión» (NA 2).
Hoy en día, sin embargo, echamos Cinco décadas después del Conci-
en falta la mención de la discrimi- lio, sus textos siguen siendo refe-
nación de género… rentes e inspiradores para el diálo-
go interreligioso de la Iglesia. El
contexto de hoy, sin embargo, es
La Iglesia dialogal diferente. Por una parte, la cultura
del diálogo parece plenamente
Entre las dos últimas sesiones del asumida en la Iglesia, y por otra,
Concilio, es decir, antes de la re- ciertas corrientes eclesiales consi-
dacción de la Declaración Nostra deran que se ha ido demasiado le-
Aetate, el papa Pablo VI escribió la jos. La prevención contra el relati-

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vismo domina cierto discurso apuntan a la posibilidad del reco-


eclesial y enfría el espíritu de mu- nocimiento pleno de Cristo. Por
chas iniciativas de diálogo interre- eso, el Concilio se queda «corto»
ligoso. para todos aquellos que conside-
ran, de manera más o menos for-
Hay que reconocer que la Iglesia mulada, que la época del anuncio
se ha visto sorprendida por nu- y proclamación del evangelio ha
merosas posturas teológicas plu- pasado.
ralistas que han ido más allá del
Concilio, afirmando una plurali- En todo caso, el Concilio no afir-
dad de caminos de salvación y ma, pero tampoco niega, en línea
hasta una igualdad en el valor rahneriana, la posibilidad de con-
mediador de cada tradición hacia siderar que la salvación de los cre-
la Realidad Última. Esto último yentes de otras religiones está po-
supone, en palabras de John Hick, sibilitada positivamente por el ve-
una verdadera Revolución Coperni- hículo religioso que éstos utilizan
cana, que los herederos del Conci- para abrirse a Dios. Lo que exige
lio no pueden asumir. Ciertamen- el Concilio en Gaudium et Spes es
te que el Vaticano II reconoce las que cualquier creyente (o no cre-
riquezas de las religiones, pero yente) se asocie al misterio pas-
a la vez hereda la tradición ol- cual (GS 22), pero ni obliga a que
vidada de las Semillas del Verbo esta asociación sea consciente y
de Justino y la de la Preparación explícita por medio del bautismo
evangélica de Eusebio de Cesarea. ni prohíbe pensar que esta asocia-
Es decir, la Verdad está disemina- ción se pueda realizar por medio y
da por el mundo, pero está en for- gracias a los elementos de verdad,
ma seminal con respecto a la Ple- bondad y santidad que existen en
nitud de Cristo. Y, en todo caso, todas las tradiciones religiosas. ■

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