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COLECCIÓN FREUD 0 LACAN

Dirigida por Roberto Harari


Karin Obholzer

.
.

CONVERSACIONES
CON EL
.........-· .. ·HOMBRE DE LOS LOBOS
·. ,.

Un psicoanálisis
y las consecuencias

Ediciones Nueva Visión


Buenos Aires
1

EL HOMBRE DE LOS LOBOS


·-·

"'' .l..
1' ,...,, .·�
UN HOMBRE "ART NOUVEAU"

. ,

1 .
'

"¿Quiere aprender ruso con él?", me preguntó el jubilado,


apoyado en sus muletas, señalando la puerta de la vivienda de
su vecino, puerta que no tenía placa ni nombre alguno. La
curiosiaad, que asomaba en sus ojos por detrás de unos espe­
�- -

juelos redondos, me dio de lleno, mientras en sus labios se


dibujaba una sonrisa que decía muchas cosas. Una vez más
había trepado en vano los cuatro pisos de la vieja casa situada
en el corazón de Viena, únicamente para estar se�ura, ahora sí,
de haber encontrado lo que buscaba. Durante semanas había
buscado la dirección del Hombre de los Lobos, a quien, hasta
hacía poco tiempo, conocía sólo como Sergei P. A pesar de
que había tratado de encontrarlo ya va1ias veces en su casa,
hasta ahora los resultados habían sido nulos.
Esta vez el vecino me informó en forma muy detallada sobre
sus actividades diarias, lo que hizo que mi próxima visita
tuviera más éxito: es raro que el Hombre de los Lobos esté en
casa. Por las mañanas duerme hasta tarde. Más de una vez ha.
ocurrido que alguien llama a su puerta a las diez y media, y él
aparece completamente adormilado y malhumorado, pregun­
tando con tono de reproche: "¿Qué es lo que quiere tan tempra­
no? Todavía estoy durmiendo". Unicamente los domingos se
levanta a las nueve, sale, y vuelve recién al atardecer. Los
martes y jueves, antes del mediodía, una mucama limpia su
casa, así que él sale más temprano hacia la hostería donde

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almuerza. "Es ruso y viudo, sabe usted", opinó el jubilado con cocina y el cuarlo de h·abajo, que yo ya conocía. De las paredes
g1·avedad, como tratando de disculpar este cambio vital, tan �olgab�n �us paisajes y naturalezas muertas, influidas por el
desacostumbrado para él. 1mpres10msmo. Me señaló dos pinturas al óleo que colgaban
"Yo firmo mis escritos.como Hombre de los Lobos. ¿Cómo es s<:>bre el canapé en el cuarto de trabajo que no habían sido
que sabe mi nombre?". El hombre viejo y delgado, que conser­ pmta?as por él y representaban a su padre y a su hermana. Un
vaba todos sus cabellos blancos peinados hacia atrás abrió la conoc1do se las habfa enviado a principios de los años veinte
puerta en la siguiente visita, un núércoles a eso de la� once· su desde Rusia, en aquella época más liberal en la que Lenin, a fin
aspecto _era una cómic� m�zcla ele rechazo pleno de reproches de dar 1mpulso a la economía, hacía propaganda con la Nueva
Y amab1hdad. Me cayo b1en desde el primer momento. "No
Política Económica.
concedo entrevistas", dijo. "Pase". "Considero que este paisaje está muy bien logrado, éste un
Me hizo esperar en un recibidor sin ventanas, desapareció poco menos", me explicó, contemplando sus propias obras como
durante un momento y, al regresar, se había puesto un saco un critico distanciado, y agregó que admiraba especialmente a
sporl sobre la camisa, cuyo botón superior estaba cuidosamen­ Velázque;t y a los impresionistas y, entre los pintores más
te cerrado. Me condujo a un estudio, tapizado con un papel modernos, a Van Gogh.
oscuro y floreado; por la disposición de los elementos se podía wHoy ya casi no pinto", suspiró. "Sabe, cuando uno es tan
ver que era su cuarto de trabajo. Allí me señaló un lugar en un viejo como yo, lavar los pinceles y todas esas cosas se vuelve
canapé anticuado, mien tras se sentaba al escritorio vecino. "Mi muy molesto ... Mis conocidos me recomiendan, por otro lado
libro sólo le interesa a un pequ_eño círculo de especialistas", mudarme a un asilo de ancianos. Pero no tengo nada de gana�
opinó, sorprendido de que quisr,;!r.a·.escribir sobre él. "Casi nadie de hacerlo. Estoy acostumbrado a vivir solo".
se ocupa de psicoanálisis en Vien5\'\·� Sentados nuevamente en su gabinete, caldeado por necesi­
A continuación me explicó que justO ese día no tenía tiempo, dad med1ante una pantalla eléctrica, comenzó a jugar ensimis­
ya que tenía una cita con el dentista. "Pero la llamaré" mado co� la_ carta de una empresa de pompas fúnebres, clara­
'

prometió, "y tengo un par de cuadros para mostrarle". , mente VJSible sobre su escritorio. Ya había establecido las
Mi siguiente visita comenzó telepáticamente. Despúés de fonnalidades para su entierro. Quería ser enterrado en el
esperar en vano durante dos semanas el llamado del Hombre cementerio del Bosque de Vienadonde yacían su esposa Teresa
Y su madre. "Uno se alegraría si pudiera morir antes", dijo,
de los Lobos, resolví ir a verlo y recordarle su promesa. empuJando el cenicero en mi dirección. Este fue el comienzo de
Mientn1s me vestía, sonó el teléfono. "Habla el Hombre ele los nuestra relaci_ón: �1 Hombre de los Lobos había cumplido
l.obos", dijo una voz con un ligero acento ruso. entonces, a prmc1p1os de 1973, ochenta y seis años.
"Estaba justo por ir a verlo", le respondí, tan confundida co­
mo él.
"Es transmisión de pensamiento", descubrió él encantado. Algunas semanas antes había aparecido la traducción alema­
"Tiene que escribir esto sin falta. Pero no escriba cómo me �� ?e las memorias del Hombre de los Lobos,' publicadas
encontró. si no la gente vendrá a molestanne permanentemente". 1mctalmente en los Estados Unidos. El libro había llegado a mis
"Me alegc·o de que le interesen mis cuadros'', dijo esta vez a
moclu de saludo, y comenzó en seguida a mostrarme su casa
que rnanlenía s[n calefacción. Allí estaba el dormitorio arre: 1 Der \Volfsmann �om Wol{smann. Erinnerrmgen, Berichte, Diagnosen, he·
g�a�n en forma co nv e nc ional , el cuarto más grande' de la rausgcgeben von Muricl Gardincr [El Hombre de los J.obosporelHombre de los
;1v1enda, que probablemente había compartid() con su mujer Lobos , cd1ta�o por Muriel Gardiner, Buenos Aires, Nueva Visión, 1983. En Jo
fcres¡¡ hc1s�a su muerte, un cuarto más peque110 junto a la _
sttces•vo se c1tan los números de página de la edición castellana (N. del '1'.)).

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lll
manos por casualidad; lo leí en unu sola noche, y decidí no podí a saber si el Hombre de los Lobos tenía todavía algo
encon trar a ese hombre. F'inahnente, después de varios inten­ que decir que no est u viera ya plasmado en sus memorias, a
tos que resultaron infructuosos -después de to d o, lo ún ico que partir de ese momento me hi ce el firme propósito de no soltar
cono cía eran sus in·iciales-, una deducción lógica me condujo a más l a presa. Y la editorial, con el con st ant e interés demostra­
la dirección del Hombre' de Jos Lobos. do por mi trabajo, me ayudó a sob r el le v ar los años siguientes,
En rigor de verdad, no podría decir qué fue lo que me fascinó en Jos que mi histqria creció y creció, para hacerse al mismo
tanto de este libro, ni por qué me sentía atraída por este tiempo, sin embargo, cada vez más interminable.
hombre. La historia de su vida, la de un acaudalado noble ruso Fui a ver al Hombre de los Lobos y le hice la pr opuesta de
que luego empobreció y tuvo que pasar el resto de sus días en mantener conversaciones con él, a partir de las cuales surgiría,
el exilio, tenía algo de romántico para mí. Cuan do Jo conocí, me más adelante, un libro. El v iejo pareció alegrarse. "Pero d eb o
pareció que Jo había creado un tallista, en un estilo "CLrt pedir consejos, debo pregunta!"'', opinó. Me sentí un poco
"
nouveCLu . A veces, cuando pensaba e n él, tenía la impresión de desconcertada; claro, era la primera vez que entraba en contac­
que era un hombre al que se le debían regalar orquídeas. to con el carácter obsesivo de mi futuro interlocutor, r asgo que,
Había buscado al Hombre de los Lobos a fin de escribir un a menudo, iba a darme tanto trabajo.
reportaje sobre él para el periódico en el que trabajaba enton­ El Hombre de los Lobos aclaró expresamente a quiénes debía
ces. Me encontraba en los co mienzos de mi carrer a como consultar antes de poder sentirse capacitado para tomar una
periodista. Una entre.,;sta con este monu mento todavía vivo de decisión definitiva: a Muriel Gardi ner, quien publicara sus
la historia rusa contemporánea y de los comienzos del psicoa­ memorias y vivía en los Estados Unidos, le iba a escribir una
nálisis era, naturalmente, una..�n cosa para mí. lVIi reportaje carta pidiéndole permiso. Lo mismo al Dr. E., un psicoanalista
fue publicado, se le prestó atencii:in .y"se lo elogió, pero yo había au striaco emigrado a Norteamérica, colaborador de l Archivo
esperado más. Después, los años-qí.ie-siguíeron me enseñaron Fr eud en Nueva York. E. pasaba los ver an os en Viena, y
cómo pueden desarrollarse estas historias en l a realidad. analizaba todav!a al Hombre de Jos Lob os durante esas esta­
La enfermedad que sufría el Hombre de los Lobos es denomi­ días. Además, esta cuestión debía ser discutida con el Dr. S., un
nada neurosis obsesiva en los textos p sic oanalíticos incluidos psicoanalista vienés y Docente Autorizado, entonces Director
en sus memorias. Yo no podía hacerme una idea cabal de lo que del H ospital Psiquiátrico de la ciudad de Viena, con quien el
esto significaba, y hubiera querido con tinuar investigando este Hombre de los Lobos se trataba una vez por semana. Yo conocía
i nterr og ante. Me habría gustado descubrir también por qué, en a S. p orque le había realizado un reportaje, y a través de ese
verdad, fue trata do durante cuatro años por Freud; para mí, conocimiento me fotmé una irnpresión de los dos analistas restan­
esto no Sl!rgía claramente de la bibliografía. Sin embargo, tenía tes. Pensé que se iban a o poner a las conve¡;saciones y traté de
E;ll ese entonces muy poco tiempo, y no me pude ocupar más del disuadir al Hombre de los Lobos de sus intenciones, sin lograrlo.
Hombre de los Lobos. ' "Lo siento, no puedo hacerlo", dijo una voz tri ste por teléfono
Un año y medio después , en el verano de 1974, r ecibí un unas dos semanas después. Muriel Gardiner había en viado Uf\
llan1ado de la editm·ial Stock. La casa parisina me había telegram a urgente, en el que desaconsejaba cualquier tipo de
ub icado a través de una compañera de la Radio Austriaca, que entrevista; aparentemente, el Hombre de los Lobos no se
'
se acordaba de mi artículo, ya que hasta ent onces n adi e había animaba a a'ctuar en contra de esta prohibición. Pero yo soy de l
podi do dar con las huellas del Hombre de los Lobos. Stock se tipp de personas que no pueden ce�er fácilme nte cuando están
ima gin aba, al menos eso me parecía, un tratado ro mánti co: empeña das en algo. Comencé a V1S1tar al H ombre de los Lobos
Viena a principios de siglo, l a monarquía, los blancos caballos de tanto en tanto, a hacerle preguntas, tratando de establecer
de la Escuela Española de Equitación, Freud. .. A pesar de que una relación personal con él.

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El se ponía muy contento cada vez que yo iba a verlo, me de ancianos. Enjulio de 1977 sufrió una lipotimia en el corredor
contaba muchas cosas, y con �ujo de detalles. Un día me pidió del edificio donde vivía. El Dr. S. lo llevó al Hospital Psiquiá­
que me sentara al escritorio, y él se acomodó en el canapé. Si se trico, en donde permaneció hasta su muerte, ocurrida el 7 de
hubiera acostado, habríamos adoptado la clásica posición de mayo de 1979.
paciente y analista. Otra vez, al llegar, me mostró dos libros De nuestras priJ:neras conversaciones y de nuestras charlas
ilustrados sobre pintura rusa que había preparado. Reiterada­ realizadas durante'las visitas al Hospital Psiquiátrico hice
mente me señaló, como algo trascendente, un clladro de un resúmenes confiando en mi memoria. Las restantes conversa­
pintor ruso que llevaba por título "¿Qué es la verdad?". En ruso, ciones fueron registradas en cintas magnetofónicas. Cuarenta
me explicó, había dos palabras para "verdad", pmuda ,para l a horas de grabación conforman l a base del presente texto.
verpad en e l sentido cotidiano, e istirnz para la verdad que se
encuentra detrás de las cosas. ¿Qué es l a verdad? Una y otra
vez nos hemos planteado este interrogante y, en este sentido, Resulta casi obvio decir que la realización de este libro -el
en busca de esas dos verdades, llevarnos a cabo nuestras trabajo que implica por sí mismo, y las distintas dificultades
conversaciones. que debimos superar con el correr del tiempo, se extendieron
"Parece que, a pesar de todo, quiero que usted escriba algo", �
por un período qe más de cinco años- fue pos ble únicamente
opinó un día el Hombre de los Lobos. "Pero debe ser publicado merced a la simpatía personal que se estableCió con el Hombre
recién después de mi muerte. Debe comprenderme, no puedo de los Lobos. Quizás, esta simpatía brinde también una expli­
hacerlo de otra manera". Acord.@.mos encontrarnos, en el futu­ cación para la confianza con la cual actué. Estaba firmemente
ro, en mi casa; esto le resultal!;la·.'Olás..grato que recibirme en l a convencida de que iba a concretar este proyecto literario, tantas
suya. Y o me había propuesto, oqg¡.l?'�ente, llevar a cabo el veces a punto de quedar en la nada, a pesar de que durante mucho
siguiente plan: tomar primero dos o· tres semanas de vacacio­ t.iempo no tuve la menor razón para sentirme se � a.
.
.

nes, luego conversar con el Hombre de los Lobos varias horas En primer lugar me ocupó el problema de la !dentlficac1ón.
al día, elaborar el material, repreguntar a fin de completar... Traté de dilucidar cuál de las personas que aparecían en sus
Mi interlocutor no estaba para nada de acuerdo con este recuerdos se adaptaría mejor a mí. Decidí probar con el rol de
procedimiento de trabajo. Quería reunirse conmigo una vez su herma.na mayor, Anna. Por más curioso que pueda parecer,
cada dos semanas, y no más seguido. ¿Qué hubiera podido frente a un hombre más de medio siglo mayor, ese rol me
hacer? Tenía, muy a mi pesar, que adaptarme aliento modo de parecía natural, ya que, por mi propia situación familiar, soy
un anciano, siempre con miedo al pensar en la posibilidad una hermana mayor. En todo caso, el Hombre de los Lobos
de que el Hombre de los Lobos falleciera; al fin y al cabo se pareció disfrutar cuando, en ocasiones, le dispensaba un trato
acercaba a su cup1pleaños número ochenta y ocho. ligeramente petulante o cua�do lo dirigía un �nto, al verlo
Entre septiembre de 1974 y enero de 1976 ¡;¡os encontramos demasiado enredado, para rru gusto, en sus d1versas penas.
cada dos o tres semanas, y cada vez conversamos valias horas. Una vez lo visité vestida con una pollera larga hasta los.
Luego, el Hombre de los Lol:¡os comenzó a venir más espaciada­ tobillos, a fin de revivir en su memoria la atmósfera de fin de
mente, porque su cansancio iba en aumento, y también porque siglo, asi como el.recuerdo de su hermana Anna, dos años y
se daba cuenta de que ya me había contado las cosas importan­ medio mayor que él, que se había quitadol a vida. Durante años
tes, y caía en repeticiones cada vez con may.Jr "<<'<:ucmcia. fantaseó con el recuerdo de lo elegante que había estado en esa
Cuando pasaba un largo tiempo sin dar :;r.i.:<1c·� rl• vida, 1o ocasión ..\ Y, sin embargo, me sentí muy sorprendida el día en
visitaba para ver cómo estaba. A pesar de qnEl ¡;p dt!lcili ;uba día que me explicó que me identificaba con su heTrnana.
a día, no fue posible convencerlo de que se retirara a un asilo Traté de realizar todo lo posible a fin de crear una atmósfera

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más pe1·sonal y amistosa que la que existe habitualmente entre Un escollo terrible que tuvimos que salvar fue el asunto del
analista y paciente. A pesar de ello, el Hombre de los Lobos veía contrato. Yo no sabía que cuando se trataba de material de una
en mi una especie de nueva analista, que se agregaba a todos cuantía importante era necesario suscribir un contrato. Cuan­
los analistas con los que había estado en contacto a lo largo de do la editorial Stock me lo indicó, y le conté al Hombre de los
su vid�. No soy psicoanalista pero, pese a ello, la situación Lobos, se produjo de repente algo así como una completa
de transferencia antes descripta permitió crear algo parecido ruptura de la confianza. "Primero hace pasar las cosas como un
a un último análisis de este famoso paciente. En este caso, el asunto de amistad, y luego me viene con un abogado", expresó
objeto en estudio fue el efecto de sus tratamientos analíticos. él, que había estudiado leyes.
Mi independencia económica y emocional me permitía tomar Tuve que visitar al doctor S. en su consultorio, y explicarle
un punto de vista tan distante como el que pocos psicoanalistas todo. El doctor S., un hombre enjuto, metido en el papel frio Y
podrían haber alcanzado. distante del analista, dijo: "el paciente tiene derecho a emitir
Teniendo en cuenta mi edad, suponía que con el correr de los opiniones críticas sobre el tratamiento". Pero me pidió que
años uno se vuelve más razonable y esclarecido. El Hombre de conversara el asunto con el doctor E., quien, como todos los
los Lobos puso muy a las claras ante mis ojos la tragedia que se años, llegaría en agosto. Si bien estábamos en el mes de junio,
oculta detrás de la frase de Jean Cocteau: "Lo terrible de la yo tenía miedo, �na vez más, de que el Hombre de los Lobos
edad es que uno es joven". El Hombre de los Lobos tenía todavia púdiera morir antes de poder firmar el contrato. El doctor.S. se
los problemas de su juventud, problemas con las mujeres, mostró dispuesto a testificar que nuestras conversac10nes
problemas con el dinero. Taml;ñ€n la relación con sus dientes habían tenido lugar, en caso de que esto fuera necesario.
había permanecido igual, y ¡:)eriñan-entemente acompañaban Cuando finalmente llegó el doctor E., descubrí que no estaba
nuestras conversaciones sus quejas¡-referidas a sus distintas dispuesto a hablar conmigo sin más ni más. El Hombre de los
prótesis dentales. Lobos, que a causa del contrato estaba por lo _menos tan
Si bien la relación con su sastre era más equilibrada que inquieto como yo, me informó que debía, en pnmer lugar,
antes, todavía le daba una importancia increíble, para un escribir una carta, en la cual expresara mi deseo de tener una
hombre de su edad, a la cuestión de la vestimenta. Síempre entrevista. Después de enviar esa carta, recibí el llamado de E.,
venía vestido impecablemente, a veces con un elegante traje de y quedamos en encontrarnos en una casa en la Schwarzspa­
finas rayas, otras con un traje oscuro o una combinación nierstrasse, en la cual se alojaba dllrante su estadía en Viena.
deportiva. El Jugar que ocupaba la vestimenta en su vida quedó E., de cabellos oscuros y también enjuto, se comportó de una
claro el día que le propuse que nos tomáramos unas fotog¡·afias manera muy arrogante. El, que con sus cartas había alentado
con el disparador automático de la cámara. Concurrió a venne un año antes al Hombre de los Lobos para que se encontrara
la siguiente vez, con un traje negro. Como mi cámara tuv� conmigo, quería convencerlo de que tenía que decirme que no
repentinamente una falla, debimos aplazar las fotos. Durante estaba de acuerdo con la publicación de las conversaciones. E.
esa tarde mencionó vru'ias veces el tema de la vestimenta. me dio a entender que no sólo debía esperar la muerte del
"Creo que hoy tengo un aspecto muy solemne", opinó. "Sería Hombre de los Lobos, sino también la de una persona muy ·
mejor si me vistier<:� uu poco más informalmente". Le tomé la cercana a él, sobre la cual había hecho muchas revelaciones.
palabra. "Está bien, la próxima vez me voy a vestir más Además, E. dejó entrever que rechazaba absolutamente los
informalmente. Pero usted, usted tiene que vestirse en fonna libros escritos por legos, y que únicamente un psicoanalista
elegante. Hagámoslo así: yo informal y usted elegante". estaba autori,zad o a hacer este tipo de declaraciones.
El Hombrel de los Lobos no estaba pru·a nada de acuerdo con
el comportamiento de su analista. En realidad, ambos lo
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17
estas cuestiones verdaderamente banales. La� dudas compul­
encontrarnos injusto . E . trató de convencer a su paciente de lo .
olcarme al
sivas y la permanente rumiación me rmpedtan �
contrario sin el menor resultado. Finalmente conversamos neurosis obses1va.
trabajo. En todo caso sé hoy lo que es una .
sobre el asunto con un abogado propuesto por E. Yo había maten al grabado a un p :o­
Naturalmente debía someter el .
declarado que tenía intenciones de comprar los derechos del d1rec ta del mat�nal
ceso de redacción, ya que la transcripción
Hombre de los Lobos. El precio por ello y las costas legales de hbro.
obtenido no podía dar..nunca un texto legible en forma
debían ser pagados inmediatamente, y los derechos pasarían, enerme lo más
Sin embargo, me había propuesto tratar de mant .
tras su muerte, a mi poder. Pero cuando estuvimos de acuerdo habla da, para conse rvar aquel estilo
cerca posible de la palabra
con respecto a todo, el Hombre de los Lobos dio, repentinamen­ e n e l pensa­
característico con sus repeticiones y sus saltos
te, un paso atrás. "Debo pensarlo una vez más", düo. Poco a poco � !
miento, prod cto de la escue a del p �icoan álisis , de la edad, Y
me acercaba a la exasperación. Su abogado también perdía
quizás también de la neurOSIS obsesiva.
paÚlatinamentc la paciencia. A fines de septiembre de 1975,
sin embargo, firmamos el contrato previamente elaborado: el
asunto se había retrasado casi medio año. El Hombre de los Cuanto más envejecía, más se fijaba e l Hombre de los Lobos en
Lobos consideraba nuestro acuerdo como un éxito personal, determinados estereotipos que difícilmente podía abandonar.
algo que todavía había podido lograr en vida. Algunas de estas'frases las escuché un par de cientos de vec�s,
por lo menos. Creo que nadie puede tomarme a mal st digo
abiertamente que mi interlocutor, a veces, me sacaba de las
Escribir el texto era, sin emQargo, la más difícil de todas las .
casillas. Con el tiempo, no quedó demasiado del encantam1e� to
barreras. Es casi imposible desC:lfra't lo que significa escribir un art nouueau que creí descubrir al principio de nuestra �elac1ón
libro que uno, como autor, desea·qua-sea publicado, y por el otro en su persona. A pesar de todo, nuestra mu�ua S1Dlpatía
lado saber que para ello hay que esperar que un hombre muera. permaneció como el sentimiento más fuerte, y stento un pro­
Creo que seria demasiado engorroso comenzar a describir los fundo agradecimiento hacia este hombre.
conflictos psíquicos surgidos de esta situación, las inhi!;¡iciones
para escribir y la desesperación resultante.
Las 40 horas de grabación, con las interminables repeticio­
nes de un hombre casi nonagenario, se transformaban a menu­
do en un laberinto cuya salida no podía encontrac Es posible
que a veces me haya enredado en las neurosis de mi interlocu­
tor, en sus dudas compulsivas y en el permanente rumiar sobre
las mismas cosas, en el sin sentido de su vida en la cual sólo
había tenido mala suerte, en la que casi todo había sido un
fracaso, en la que siempre había hecho lo incorrecto.
Durante períodos muy prolongados fui incapaz de trabajar
en el manuscrito. En cuanto me sentaba al escritorio para
ocuparme del material, me invadía lm cansanciointerminaple,
no se me ocurría nada, caía en pozos depresivos. Me perdía en
trivialidades absurdas: si debía o no, y cómo, poner notas al pie,
si debía abreviar nombres, y cuáles. A veces pasaban semanas
y meses, y era incapaz de tomar una decisión con respecto a

19
18
EN EL ESPEJO DEL PSICOANALISIS

"Contar con datos provenientes de tantas fuentes cabales,


detalladas y profundas, hace posible que tanto el lego como el
hombre de ciencia aprecien en qué medida puede ayudar el
psicoanálisis a una persona seriamente perturbada", 1 escribe
la editora Muriel Gardiner en el libro El Hombre de los Lobos
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7 ·.;·. •''"
'

'
por el Hombre de los Lobos. Tanto ella como Anna Freud se
-
....
.; . . . .�
. ...
esfuerzan por dibujar, en el prólogo de esta obra, un cuadro
positivo de los efectos curativos del análisis. El Hombre de los
Lobos apareee como un jubilado incapaz de hacer daño, confor­
me, casi feliz. Tal como surge de las siguientes conversaciones,
faltan completamente capftulos muy importantes de la vida de
este famoso paciente. El libro transmite, por momentos, un
cuadro muy armónico del Hombre de los Lobos.
Freud publicó seis casos en forma detallada, pero analizó él
mismo únicamente a cuatro de esos pacientes. El Hombre de
los Lobos es, por lo tanto, uno de aquellos famosos casos sobre
los cuales se basa la totalidad de la bibliograffa psicoanalftica.
En consecuencia, ya que fue posible observar a este paciente
durante tanto tiempo, habría sido muy importante brindar un
' cuadro lo más exacto posible de sus condiciones y situación de
vida. Tanto Anna Freud, hija de un padre famoso, como Muriel
Gardiner, psicoanalista ligada desde hace décadas a la ense­
ñanza de Fre ud, e�án involucradas en esta parcialidad.

l. •El Hombre...", p. 9.

21
Tras l a finalización del tratamiento, Anna O. presenta una Sin embargo, Sergei se des arrolló, por lo menos al principio, en
postura adversa al análisi¡;. Jua nito huye, en su vida adulta, forma n ormal. Concurrió al bachillerato, y recién la gonorrea,
.
del ansia do saber de los analistas. Unicamente el Homb1·e de que sufre a los 18 a ños, desencadena. en él graves depresiones.
los l�obos se presta a " ...cooperar activamente en la reconstruc­ Se repone de las mismas pero, después de un año, el inesperado
ción de su propio caso...".2 Así lo expresa Anna Freud en el suicidio de su hermana le provoca una grave recaída.
prólogo. Ella habla expresame.nte de nuest;ro "... Hombre de los A fin de distraerse; viaja a San Petersburgo para realizar
Lobos...'? Y lo presenta como UJl alu1:rmo modelo del psicoaná­ estudios; sin embargo, no se encuentra en condiciones de seguir
lisis. las disertaciones. Recurre al tratamiento con el famoso neuró­
E� �e alídad , el �o�bre de los Lobos está obligado hacia sus l oao Bechterev; que trabaja con hipnosis. Luego visita distintos
a.nalistas en muy distintos aspectos, y la dependencia econóini­ �
s atorios en Alemania, donde es tratado por eminencias tales
ca en l a cual se encuentra en sus últimos años de vida no le como Kraepelin y Ziehen. Su padre había consultado antes a
permite expresar su opinión en forma pública. Esta opinión Kraepelin en distintas ocasiones por sus cuadros melancólicos.
podrá ser publicada recién después de su muerte. En el sanatorio Neuwittelsbach, cerca de Munich, se enamo­
El libro El Hombre de los Lobos... contiene, junto a los ra de una enfermera. Teresa es algunos años mayor que él,
recuerdos_ del paciente, la descripción del caso d� Freud y una divorciada y madre de una hija. Comienza un extraño ir y venir.
colaborac1ón de Ruth Mack B runswick, así como también A veces, reresa parece ceder ante sus requerimientos, otras,
una corta descripc ión de su vida llegado a la ancianidad, quiere concluir la relación. El joven ruso, antes tímido y re­
redactada por la editora Mu.Qel Gardiner. _ traído, reacciona de una manera· tan inusitada, que hace que
En primer lugar, sigue Ul).il·.desclipción resumida de su vida Kraepelin Jo diagnostique, como a su padre, como maníaco
y de los textos m�s impo t: tantes, p \lJ?licados sobre el H ombre de depresivo. Los médicos, la familia, l os conocidos, todos están en
.
los Lobos: Serge1 P. nactó el 6 de -enero de 1887 en una finca contra de l a relación del noble con la enfermera.
rural en el su1· de Rusia, hijo de ri co s terratenientes per�ne­ Sergei se separa finalmente de Teresa y vuelve a Rusia. El
CJtmtes a l a nobleza. Cuando tenía cinco años sus p.adres se padre babfa muerto poco tiempo antes, disponiend? en su
establecieron en Odessa. La familia alt er nab� su residencia testamento que el hijo recibirla su parte de la herenc1a sólo a
ent.re la. casa de la ci udad y una mansión señorial, semejante a los 28 años. Comienzan peleas por los bienes con la madre pero,
un castlllo, en el campo. Sergei y su hermana Anna dos años poco tiempo después, Sergei hereda de un tío una fortuna
Y medio mayor que él, fúeron criados por niñeras, gobern antas considerable y dispone por lo tanto de dinero propio. Parece
Y preceptores. La madre, con una disposición hipocondríaca, estar curado de su pasión por Teresa.
estaba ocupada con sus enfermedades; el padre, un conocido A pesar de que no se s ie nte enfermo, decide viajar nuev�­
hberal, con la política y con crisis depresivas ocasionales. Una mente a Alemania, para recibir consejos del profesor Kraepehn
abuela, aparentemente, se quitó la vida. El abuelo -al estilo de con respecto a sus a ntiguas depresiones. No puede evitar
Los hermanos Karamazou- quiso quitarle la novia al hijo. Un encontrarse con Teresa; el viaje no era más que un pretexto
tío sufría de paranoia y murió, totalmente aislado y solitario' para volver a verla. El reencuenti·o lo sumerge en una depre­
en una propi edad d ist an te. sión muy profunda, y regresa en una condición psíquica deplo­
No debe sorpre ndernos que alguien, teniendo en cuenta este rable· a su casa.
trasfondo familiar, quiera ing res ar a la carrera de paciente. El siguiente lratamiento lo realiza en un sanatorio en las
cercanías de Francforl, donde sin embargo permanece muy
2. !búkm, p. 13. poco tiempo. A continuación consulta al profesor Zieben en
3. lói<km, p. 14 Berlín, que le recomienda una estadía en el sanatorio Schla-

22 23
chtensee. Su madre y su tía viajan a Berlín y se alojan en una Tras cuatro años finaliza el tratamiento analítico, pocos días
pensión vecina. En ocasiones, visita a Teresa en Munich. El antes de iniciarse la Primera Guerra Mundial. Sergei regresa
médico y la madre esperan que la relación se enfríe lentamente a Odessa, y Teresa permanece con su pequeña hija Else en
con el tiempo, y hablan de una mujer "con la cual ningún Baviera. Sus intenciones son seguirlo poco tiempo después. De
hombre podría estar bien".• Sergei adopta esta opinión, y improviso, Alemania y Rusia se encuentran en guerra y surgen
quiere volver a Rusia. Se reúne con Teresa una última vez. Una dificultades para obtener una visa. Finalmente, y a pesar de
pelea con ella lo lleva a escribirle una carta de despedida todo, Teresa llega a Odessa y el casamiento, largamente pla­
definitiva. Sumido en la depresión más profunda, vuelve a su neado, puede llevarse a cabo.
hogar. Teresa no se lleva bien con su suegra y los restantes familia­
. En Odessa es tratado por el doctor Drosnes, un médico joven·, res. Es por eso que la joven pareja pasa los meses de invierno
que leyó las obras de Freud y ha intentado realizar tratamien­ en Moscú, donde el Hombre de los Lobos, que ha retomado sus
tos psicoanalíticos. Es lo suficientemente inteligente para·. estudios, se prepara para los exámenes. En la primavera
reconocer que el caso sobrepasa sus conocimientos, y propone aprueba en Odessa los exámenes estatales de la carrera de
consultar a Freud en Viena. Sergei se pone en camino con el derecho. Comienzan nuevamente las peleas con la madre. De
médico y con un estudiante de medicina, cuya misión consiste repente, llega la noticia de que Else, la hija de Teresa, quien se
en administrar enemas al paciente noble que sufre de trastor­ habla que�ado en·Munich con su hermano, está enferma.
nos evacuatorios, y jugar a las cartas con los otros dos viajeros. El Hombre de los Lobos permanece en Odessa y Teresa
"Esto es la huida hacia la mujer'',6 dice Freud cuando se obtiene la visa para viajar. Pero el estado de Else empeora, y
entera de la historia con Te��, y.presta su acuerdo para que resulta imposible enviar dinero a Alemania. Sergei decide
vuelva a reunirse con ella; esto,_s.iqembargo, recién después de entonces viajar siguiendo a su esposa. En Bucarest, donde es
algunos meses de análisis. Sergei ·queda tan impresionado por detenido por los franceses, se entera de que pocos días después
el método y la personalidad de Freud que decide permanecer de su partida, en el año 1918, las tropas del Ejército Rojo
bajo su tratamiento. Debido a que el análisis le ocupp. única­ hicieron su entrada en Odessa.
mente una hora por día, los tres jóvenes rusos tienen tiempo de Su camino pasa por Viena, donde también visita a Freud.
divertirse en Viena, la capital de la entonces imperante monar­ Este le recomienda un nuevo tratamiento, debido a que existi­
quía austro-húngara. rían restos no analizados. Algunos meses después, tras la
Recién un año después -€ntre tanto, Drosnes y el estudiante muerte de Else, regresa con Tetesa a Viena. El tratamiento se
d� medicina habfan regresado a Odessa- Freud otorga s u prolonga durante más de medio año.
consentimiento para que Sergei se encuentre con Teresa. Esta Al Hombre de los Lobos le resulta imposible volver a la Rusia
posee una pequeña pensión en Muních, y tiene un aspecto muy bolchevique. Por una casualidad afortunada encuentra un
venido a menos, debido al sufrimiento que le causara la puesto en una compañía de seguros, en donde trabaja, hasta su
separación. Repentinamente, Sergei decide casarse con ella. jubilación en el año 1950, én la división de seguros contra
Debe, sin embargo, aceptar las reglas del psicoanálisis, que terceros.
indican que una decisión de este tipo sólo puede ser tomada .1!:1 noble acaudalado se ha transformado en un inmigrante
después de finalizar el tratamiento. Algún tiempo más tarde, sin medios. Este cambio en sus condiciones de vida desencade­
Teresa se muda a Viena con él. na nuevamente graves depresiones, por lo que aeude a Freud
en busca de trátamient� Este, sin embargo, se encuentra ya
4. Ibidem., p. 94. muy enfermo, y lo recomienda a su alumna Ruth Mack
5. lbidem., p 102 Brunswick.

24 25
La vida del Hombre ele los Lobos es la de un sencillo burgués: pero sanó deficientemente".9 En su texto se ocupa fundamen­
trabaja como un pequeño empleado en una aseguradora, lleva · talmente del origen y los efectos de esta neurosis en su infancia.
a su mujer los domingos a pasear al campo, su hobby es pintar "He soñado que es de noche y estoy en mi cama. (Mi cama
· paisajes. Teresa, casadá inicialmente con un hombre rico, debe tenfa los pies hacia la ventana, frente a la ventana había una
adaptarse a la nueva situación. Sin embargo, parece perder hilera de viejos nogales� Sé que era invierno cuando soñé, y de
cada vez más el gusto por la vida, descuida su aspecto y se noche.) De repente laventana se abre sola y veo con gran terror
interesa principalmente por ahorrar. Algunos días después de que sobre el nogal grande· frente a la ventana están sentados
la entrada d1:0 Hitler en Austria, en marzo de 1938, el Hombre unos cuantos lobos blancos. Eran seis o siete. Los lobos eran
de los Lobos la encuentra en su casa, muerta por su propia totalmente blancos y parecían más bien como unos zorros o
.
voluntad. perros ovejeros, pues tenían grandes rabos como zorros y sus
Muriel Garctiner, una norteamericana que por entonces orejas tiesas como de perros al acecho. Presa de gra!l angustia
estudiaba medicina en Viena, pertenece al eh-culo psicoanal� evidentemente de ser devorado por los lobos rompo a gritar y
tico: El Hombre de los Lobos la conoció durante su análisis con • rto...".lO
desp1e
Ruth Mack Brunswick. Muriel Gardiner tomó con él lecciones A partir de este sueño, que el paciente tuvo a la edad de
de ruso y luego, después de interrumpir la enseñanza, él la cuatro años y que levaliera su seudónimo psicoanalítico, Freud
visitó ocasionalmente con motivo de renqvar su póliza de descubre la causa de la neurosis. En este sueño se encuentran
segut·os. La encuentra por casualidad en la calle después del reelaborados elementos de distintos cuentos infantiles (Cape­
suicidio de Teresa; su dese:!�ación la conmueve tanto que lo rucita Roja, el Lobo y los Siete Cabritos), como también la
ayud¡;¡ a conseguir una visá para. Viajar a París y Londres. Allí historia de un sastre-los sastresjugarán después, a lo largo de
ha de encontrarse con Ruth Mac'kBrunswick, que lo ayuda a su vida, un papel muy especial-' y un lobo sin cola, que le
sobrellevar este nuevo golpe del destino. contara su abuelo. Detrás del sueño, sin embargo, se encuen­
En su descripción del caso, De la hs i toria de un.a neurosis tra, según la interpretación de Freud, un episodio de su
in.fantil,6 Freud describe a su paciente como "una persona por infancia temprana, piedra fundamental de su angustia de
completo dependiente e incapaz de sobrellevar la existencia".7 castración: a la edad de un año y medio enferma de paludismo
También escribe: "El paciente de quien trato aquí se atrincheró y duerme por tal razón en la habitación de los padres, en lugar
durante largo tiempo tras una postura inabordable de dócil de hacerlo, corno siempre, en el cuarto de la niñera. Una tarde
apatía. Escuchaba, comprendía, pero no permitía aproxima­ fue "testigo de un coitus a tergo repetido tres veces", en el
ción alguna. Su intcligencia intacta estaba como cortada de las cual pudo "ver los genitales de la madre asi corno también el
fuerzas pulsionales... hizo falta una prolongada educación miembro del padre"." El autor sale al encuentro de las
para moverlo a participar de manera autónoma en el trabajo. dudas eventuales del lector con l·especto a esta interpreta­
Su holTOr a una existencia autónoma era tan grande que ción del sueño con las siguientes palabras: "Así pues, no
contrarrestaba Lodas las penurias de la condición de enferrno".8 puedo hacer más que recordar el sabio aforismo de que entre
Freud describe la enfermedad de su paciente como "secuela de el Cielo y la Tierra hay cosas con que la sabiduría académica
una neurosis obsesiva que se extinguió de manera espontánea,
• El tA!rminoScflneider designaen alemán tant.o al sastre como, familiar­
menc.e, al rabino encargado de las circuncisiones; las connotaciones implíci·
6. Sigmund Fn�ud· De la historia de una neurosis infantil, en Obras tas se dan por lo tanto en el idio
nv' original. (N. del T.)
Completas, Buenos Atr
es, Amorrortu Editores, 1979, 'J'omo XVll, p. 1·112. 9. lbidem, p. 10.
7. Ibídem, p. !l.
\
JO. Tbidem, p. 29.
8. IIJLd�m, p. 12. 11. lbi
dem, p. 37.

26 27
ni sueña•. •zA esta escenaprimordial se agregan luego intentos Freud ve una relación entre las alteraciones intestinales del
de seducción por la her·mana mayor y amenazas de castración paciente y los problemas que éste tiene con el dinero: "En
proferidas por la niñera. Los síntomas de la neurosis obsesiva nuestro paciente, en la época de su neurosis posterior, esta
aparecerán después, durante un viaje de los padres. En ese relación (con el dinero) se encontraba perturbada en medida
momento surgen rencillas entre la niñera y una gobernanta particularmente enojosa, y no era el factor que menos contri­
inglesa, recientemente contratada, que demuestra ser una buía a su heteronomfa y su incapacidad para vivir. La herencia
persona intolerable y, muy probablemente, dada a la bebida. A desu padre yde un tfo lehabian vuelto muy rico, era manifiesto
partit· de ese momento el paciente se transforma en un niño que atribuía gran valor a ser tenido por tico y podía ofenderse
irritable y muestra, repentinamente, terror ante algunos ani­ mucho si se lo menospreciaba en ese terreno, pero no sabía
males, pero al mismo tiempo se dedica a torturar escarabajos cuánto poseía, ni lo que gastaba ni lo que conservaba".'5
y orugas. Cuando la madre, a fin de distraerlo, lo introduce en Freud ve como segundo problema en la actualidad la relación
la historia bíblica, cae bajo la extraña compulsión de proferir . alterada entre el Hombre de Jos Lobos y las mujeres. Tiene una
maldiciones sacn1egas. inclinación hacia las personas de la servidumbre y se enamora
Apartir de la escena primordial se produce una alteración en compulsivamente cuando ve a una mujer tomar una determi­
la relación del Hombre de los Lobos con su padre. Se identifica nada postura. En esta postura recuerda también a la niñera
con la madre, con la mujer, cuyo estado de castración observa­ Gruscha, que aparece mucho más tarde en el análisis del
ra, pero reprime su actitud homosexual. Este complicado paciente como una evocación muy lejana de la infancia: "No
estado de las cosas se mani�sta en trastornos en la región menos significatividad se atrajo la posición que, según nuestra
anal: "El órgano en que pod�á:;exterio�izarse la identificación construcción de la escena primordial, había visto adoptar a la
con la mujer, la actitud homosexu al,_pasiva hacia el varón, era mujer; pero esa significatividad permaneció limitada al campo
la zona anal. Entonces las perturbaciones en la función de esa sexual. El fenómeno más llamativo de su vida amorosa tras
zona habían cobrado el significado de un impulso de ternura llegar a la madurez eran ataques de un enamoramiento sen­
femenina, y lo conservaron también durante la enfermedad sual compulsivo que emergían en enigmática secuencia y
posterior".13 Los trastornos de la actividad intestinál se en­ volvían a desaparecer, desencadenaban en él una gigantesca
cuentran presentes todavía durante el análisis: "Cuando co­ energía aun en épocas en que se encontraba inhibido en los
menzó el tratamiento conmigo se había acostumbrado a lava­ demás terrenos, y se sustraían por entero a su gobierno." Estos
tivas que le aplicaba un acompañante; durante meses no se amores compulsivos estaban " atados a una determinada
___

producían evacuaciones espontáneas a men os que le sobrevi­ condición oculta sólo para su conciencia... La mujer tenía que
niera una repentina excitación de cierto lado ... Su principal haber adoptado la posición que at:ribuimos a la madre en la
queja era que el mundo se le escondía tras un velo o que él escena primordial . A partir de la pubertad sintió como el mayor
estaba separado del mundo por un velo. Este último sólo se encanto de la mujer grandes y llamativas nalgas; otro coito que
desgarraba en el preciso momento en que las heces abandona­ no fuera desde atrás apenas le deparaba goce"-"
ban el intestino a raíz de las lavativas, y entonces voivia a Por razones sociales Freud rechaza la idea de informar con
sentirse lambién sano y normal".14 mayor precisión sobre las molestias actuales del paciente_ Sin
embargo, sería posible curarlo mediante el análisis, mediante

l2. lbidem, p. 13. ["Hay algo más en el Cielo y en la Tierra, Horacio, de Jo


que ha soñado tu filosofía", Homlat, acto f, escena V (N. del T.).J
15_ Ibí
dem, pp. 67-68.
_

l:J. Ibídem, P- 72_


14. lbirU!m, p. 69. 16. lbidem, p. 40.

28 29
suficiente material como para permitir l a cura, pero al mismo
la toma de conciencia de los episodios inftt otiles que desenca­ tiempo retuvo el núcleo que más tarde produciria la psicosis".17
denaron los trastornos ne_u�óticos. ¿Es esto posible, por un lado curarse, por el otro retener el
núcleo de una psicosis, algo tan sustancial?
La analista opina con respecto al hecho de que el paciente.
Dado de alta por Freud tras cuatro años de análisis y un retra­ que sufría antes una neurosis obsesiva, haya enfermado repen­
tamiento de medio año de duración, el Hombre de los Lobos tinamente de paranóra: "Es dificil decir por qué el enfermo
sintió, en octubre de 1926, que nuevamente necesitaba anali­ desarrolló una paranoia en lugar de volver a su primitiva
zarse. Ruth Mack Bnmswick lo trata inicialmente durante neurosis. Tal vez el primer análisis lo había despojado de los
cinco meses, y luego, después de aproximadamente dos años, habituales modos neuróticos de solución de los conflictos. Cabe
en forma irregular a lo largo de varios años más. Fre�d preguntarse tal vez si el paciente fue siempre un paranoide
atiibuyó la necesidad del retratarnientoa restos transferencia­ Jatenten.'8
les no resueltos; en esta ocasión, son nuevamente elementos.
residuales de la transferencia los que· aparecen.
De acuerdo con RuthMackBrunswick se ha producido, entre
La editora Muriel Gardiner describe en su contribución "La
tanto una importante alteración en el ca-rácter del Hombre de vida del Hombre d.e los Lobos años después", 19 cómo reencontró

los L bos. Si bien Freud lo describe corno cornpulsivamente al paciente, ya famoso, después de la guerra. Nos habla de
honrado y consciente, su nueva analista aprende a conocerlo encuentros breves, separados por varios años, nos cuenta de
desde otra faceta. Culpable d� todas las pequeñas deshonesh­ _
sus cuadros, que vendiera para él en Norteamérica, y cita sus
dades posibles, oculta por ej¡:implo..a Freud, su benefactor, que cartas. En algunas ocasiones, la conversación gira alrededor de
lo ayudara a menudo matel'Í.Il).I!J.�nte, la posesión de joyas mujeres, que traen problemas al Hombre de los Lobos, en otras
familiares. Sus síntomas, cuando concurre al tratamiento _ con de la época de su jubilación o de los últimos años de vida de su
Ruth Mack Brunswick, están dados por una representaciqn madre, que fue a vivir con él después de la muerte de Teresa,
permanente que lo tortura: su nariz se ha transformaqo llama­ o de la enfermedad de su casera Tiny, llamada aquí Gaby.
tiva e incurablemente a causa de la obstrucción de las glándu­ Un episodio impresionó especialmente al Hombre de los
las sebáceas. A veces, las alteraciones de la nariz son desenc�­ Lobos; en form� correspondiente, ocupa una porción importan­
denadas por molestias en los dientes. Así como antes iba de un te del texto: durante la época de la ocupación caminó, sin
sastre a otro y nunca estaba contento, peregrina ahora 9e pensar demasiado en lo que hac1a, hasta un distrito ocupado
dermatólogo en dermatólogo o de dentista en dentista. por los rusos, y se puso a pintar allí una fábrica, aparentemente
Ruth Mack Brunswick diagnostica la enfermedad �ctl.¡al vacía. Cuando quiso regresar a su casa, los soldados rusos se lo
corno una paranoia de tipo hipocondríaco. Opina que durante impidieron y lo llevaron al edificio donde se encontraba un
el análisis con Freud la transferencia no fue elaborada en puesto milita-r. Es detenido durante algunos dias, sospechoso
forma suficiente, lo que hizo posible la aparición de la nuev� de espionaje. Recién después de mucho ir y venir puede conven­
enfermedad. Freud había puesto al Hombre de los Lobos, cas1 ce¡· a los rusos de la inocuidad de su pintura.
al finalizar su análisis, un plazo, ya que ei tratamiento se ?abía El lector se entera de que el Hombre de los Lobos busca, tam-
estancado porlargo tiempo. Este plazo representa la med1da de
fuerza m:ís poderosa que puede oponer <'1 analista a la resisten­
cia del paciente. Como consecuenci�. el tratamiento tuvo �n­ 17. El Hombre de los Lobos..., op. cit, p. 219.
18. Ibídem, p. 219.
tonccs una culminación satisfacton:l.. Ruth 1\'lack Bru�swwk
19. Ibídem, p. 223.
escribe al respecto: "El resultado fue que el paciente aportó

31
30
bién en este momento, el consejo de psiquiatras y psicólogos
cuando se encuentra frente a situaciones vitales difíciles. En el
otoño de 1955 toma contacto con un psicoanalista; más tarde,
recibe ayuda en forma ¡·egular de otro analista.
En el capítulo final, "{mpresiones diagnósticas", la editora lo
describe de la siguiente manera: "el rasgo que caracteriza la
personalidad del Hombre de los Lobos es la prominencia de las
dudas obsesivas, las cavilaciones, el cuestionamiento, el verse ·
totalmente absorbido por sus propios problemas. Lo que el
..

Hombre de los Lobos experimenta como depresión e,s a veces ·


uha reacción ante una pérdida real, y otras, la desesperación
que le provocan sus dudas obsesivas, su culpa, sus autorrepro­
'
ches y su sensación de fracaso".20
Muriel Gardiner cita a otros analistas que también descri­
ben al Hombre de los Lobos como una personalidad obsesiva. El
11
defecto, que le quedó al paciente de su neurosis obsesiva, no
pudo ser eliminado en forma completa ni por Freud ni por Ruth
CONVERSACIONES CON EL
Mack Brunswick. Muriel Gardiner opina al respecto: "Algunas
HOMBRE DE LOS LOBOS
manifestaciones de este defei:to se mantienen aún después del
análisis del Hombre de los bos: períodos de c,iepresión, de
�I.:Q
duda y de vacilación, ambivalene ia, sentimientos de culpa y
fuertes necesidades narcisistas. Tales manifestaciones fueron
modificadas y reducidas por el psicoanálisis, pero no destrui­
das [sic). Sin embargo los resultados positivos del análisis del
Hombre de los Lobos son verdaderamente impresioriantes".21
El lector podrá evaluar por si mismo cuán impresionantes son
después de tomar contacto con las siguientes conversaciones.

20. Ibídem, pp. 279-280.


2L Ibídem, p. 284.
'

FREUD PADRE

·.

Hombre de los Lobos (HL): Sabe usted, me va tan mal, en los


últimos tiempos tengo siempre estas terribles depresiones...
(me mira con desconfianza). ¿Quizá piense ahora que el psico­
análisis no me ayudó?
·-·

* .....
Obholzer (0): Pero no, ¿por qué habría de hacerlo? A cual­
.� .

.
.
'

'"'.f�· ....
quiera le puede ir mal. ¿Existe una razón para sus depresiones?
HL: De eso prefiero no hablar. ¿Así que usted se interesa por
el psicoanálisis? Sí, el interés, parece, siempre vuelve. En ñsica
es posible demostrar algo, pero no se puede mirar adentro del
cerebro humano. Por eso se interesan las personas en esto,
antes era diferente. Una vez, hace tiempo, hace veinte años,
escribí un par de artículos sobre el psicoanálisis, y acudí a
algunas revistas para su publicación. En esa época, nadie
quelia saber nada de los artículos. Un redactor me dijo: "La
teoría de la relatividad de Einstein, eso todavía se puede
entender, pero el psicoanálisis, ¿qué quiere usted con él?" Eso
me enojó mucho. Freud era un genio, eso hay que decirlo. Todas
esas ideas, que introdujo en su sistema... Aun cuando hay.
muchas cosas que no concuerdan, fue sin embargo un trabajo
grandioso.
0: Estuve ya un par de veces aqui para ver cómo estaba. Pero
no lo encontré nunca. La última vez le escribí una nota...
HL: Estuvo bien que utilizara un papel grande para su nota.
Si no podría haberla pasado por alto. Lo mejor es que me
escriba una �arjeta antes de venir. He estado fuera de C<i�sa en

35
muchas ocasiones últimamente. El doctor E., del Arcl1ivo verdadera confianza en mí. Sabe usted, pasó así: en el secun­
Freud de Nueva York, estuvo cuatro semanas en Viena. Habi­ dario tenía un amigo, y este amigo tenía a su vez un amigo
tualmente, cuandoviene, se qúeda comomáximo tres semanas. mayor, que arregló todo. Había una confitería en la cual se
Esta vez se quedó cuatro semanas. El me observa, porque le encontraban tres chicas. Y este amigo sabía que esas señoritas
interesa saber qué pasó con el paciente de Freud. Siempre me que estaban en la confitería también hacían otros servicios...
cita temprano, antes del mediodía, y a veces también al 0: ¿Qué clase de señoritas eran?
atardecer. Todo eso me cansa mucho, tengo que levantarme HL: Atendían a los clientes. Y al lado tenían un cuarto...
más temprano. Si no, me gusta dormir hasta tarde. Sí, y los 0: ¿Y los dueños de la confitería lo sabían?
martes por la tarde voy a ver al doctor S., a pesar de que no me HL: Sí, muy probablemente lo sabían, lo toleraban o quizá lo
sirye para nada. habían arreglado así, quizá también ganaban algo.
0: ¿Y por qué va entonces? 0: ¿Qué edad tenía entonces?
.
HL: Yo tampoco Jo sé; E . opinó una vez que tenía que 1r, HL: Diecisiete.
entonces fui simplemente y así quedaron las cosas. ¿Usted lo' 0: ¿Esa fue su primera experiencia sexual?
conoce? HL: Sí. En todo caso, fuimos allí y yo le pregunté a mi amigo
0: ¿Al doctor S.? Sí, una vez tuve una entrevista con él. -1discúlpeme que tenga que contarle estas cosas terribles!- si
HL: Hace un año me inscribí en un asilo de ancianos en el teníamos que llevar preservativos o no. Y él contestó: entonces
Cottage, aquí cerca. E. y S. querían que lo hiciera sin falta. Allí la puta se va a reír. Y no llevamos ninguno. Y después dijo,
me dijeron que toma aproximadamente un año basta que cómicamente, que el nombre de la primera mujer con la cual se
pueda conseguir un lugar. Ué5éria preguntar ahora, pero no tienen relaciones, esto es, claro, una superstición, es el mismo
tengo ganas. Allí tendría sol amente�un cuarto, y acá tengo dos, que el de la mujer con la cual uno se va a casar. Y en nuestro
el escritorio y la cocina. Pero''r�almente me resulta muy cas? fue verdad. La mujer se llamaba María, lo recuerdo, y mi
cansador' subir hasta el cuarto piso, en la casa no hay muJer se llamaba verdaderamente María Teresa. Por lo tanto,
.
ascensor... (suspira). Dios mío, todos queremos enveJecer, pero fue cierto.
nadie sabe lo que significa. Ni siquiera me animo ya a �alir de 0: ¿Y en el caso de este amigo?...
vacaciones, hasta empacar se me hace demasiado trabajoso. HL: En realidad era un conocido de mi profesor de violín, que
Antes viajaba a Semmering o a EsLiria, en Austria existen trajo una vez a la casa de campo, porque mi padre había notado
lugares lindos por todas partes. También tuve la idea de que no tenía compañeros. El me llevó a la confiterla. Y la chica
mudanne a Nueva York, pero era sólo una fantasía ya que ni con la cual mantuvo relaciones se llamaba Nadia. Y la hija del
siquiera hablo inglés. .. ·
profesor de violín también se llamaba Nadia. El padre no
0: Freud escribe que su enfermedad se desencadenó a causa quería, al principio, que ella se casara con él, ya que no era un
ele una purgación. buen partido. Pero luego él falleció y realmente se casaron.
HL: ¿Una qué? Como ve, esta superstición resultó, por casualidad, verdadera.
0: Una gonorrea. En todo caso, bueno, no pasó nada más.
HL: ¿Cómo dice"? 0: ¿Lo de la gonorrea fue después?
0 : ¡Go-no-rre-a! HL: Sf, ocurrió después: me la contagié de la hija de unos
HL: Ay, ¿tenemos que hablar de esas cosas horribles? campesinos. Eso fue un año después. Pensé que estaba en un
0: ¿Qué hay de raro en eso? Le puede pasar a cualquiera. lugar seguro, que en el campo no podía pasar nada. Siempre me
Quizá le consuele saber que yo también Luve una gonorrea. habían dicho que era peligroso cuando uno iba con las prosti­
.HL: ¡ Realmente, que usted me cuente esto! Debe tener tutas. Y en el campo es menos peligroso. Pero resultó lo

37
contrario. Esta incluso estaba casada, pero el marido estaba en casualidad él estaba también en Berlín, y Hasselblad me
el servicio militar, creo. O sea, en todo caso, no contaba con ello, · preguntó 1;i quería hablar con su tfo. Fui a verlo, y él diagnosticó
y menos en ese lugal'.. que todo se tr·ataba de una neurosis puberal. Esto pasa, dijo, y
O: ¿Y usted le pagó a la campesina, o estaba enamorado? opinó que debíamos realizar un viaje. Viajamos entonces a
HL: Pero no, siempre se daba algo, eso era lo que correspon­ Italia, y eso me clist¡;ajo, y todas estas ideas pasaron. Este
día. Por lo menos eso es lo que creo, pasó hace tanto tiempo. En Hasselblad era un muy buen acompañante, ya que se trataba
todo caso, fue con la campesina que me pasó. Un compa�ero del de un hombre callado y también él tenía una gonorrea. Ya
colegio me había contado que tenía una gonorrea cróntca. Eso había tenido un par antes, y en Roma se pescó una más.
me asustó muchísimo, pensé que me iba a pasar lo mismo . La Entonces vi que no se trataba de algo tan terrible. Ese fue en
palabra crónica, entiende, era tan terrible. Un médico me · realidad el mejor resultado.
colocó un catéter, eso fue muy doloroso y llevó mucho tiempo. 0: Verdaderamente, eso fue muy razonable.
¿Qué es lo que se hace hoy en día? HL: El consejo estuvo bien dado. Se me ocurre otra cosa. Por
0: Uno se aplica una inyección de penicilina. favor, llamemos a las cosas por su nombre: ya antes de la
HL: En aquella época no era tan fácil. En todo caso, yo no gonorrea había teruelo mala suette con mi pene, con mi miem­
estaba conforme con el médico. Luego encontré un profesor que bro. Usted conoce esos insectos, las garrapatas. En una oca­
me trató. Después de un tiempo dijo: usted puede casarse sión, estábamos en la casa de campo y corrimos entre los
mai iana. Por algún tiempo p_?�ervará que su mie_mbro puede , ,
arbustos nos acostamos sobre el pasto trepamos a los árboles.
t: c;ia, y se le va a pasar. A pes�
gotear, pero eso no tiene imP,O-!an En todo caso, de golpe, algo me picó. Me froté, me arañé. De
de que el médico dijo eso, yo m�.Pr-:,ocupé. Sabía que no eXlstla repente vi que el asunto tomaba una forma imposible, el
nin�ro.na razón para ello. Sin embargo... esto era una represen­ miembro estaba hinchado, muy grande y colorado. Se lo dije a
tación compulsiva. Por otra part.e, nadie sabía nada de la mi padre. Y él buscó a uno de nuestros empleados que era u na
gonorrea. Yo me sentfa terriblemente mal. lYli hermana me especie de cirujano militar. Así le decíamos, no era verdadera­
preguntó: "¿Qué te pasa? ¿Estás enamorado?" Le dije que tenía mente un médico, sino solamente un médico a medias, pero que
que adivinar. No adivinó. ¿No piensa que tendría que haberlo entendía de estas cosas. Y él, de alguna manera, extrajo la
adi-vinado? garrapata, y se me pas6. Creo que estuve dos semanas acosta­
·

O: ¿Cómo podría haberlo adivinado? do, y me colocaban bo.lsas de hielo.


HL: El único que notó algo era un tal Viktor. Alguna otra vez 0: ¿Qué edad tanía entonces?
le contaré sobre él. Era un est udiante que nos visitaba. Una vez HL: Ocho años, más o menos. Quizás eso contribuyó a que la
me lo encontTé y se dio cuenta en seguida de que estaba gonorrea me produjera una impresión tan fuerte. Esto, sin
enfermo, anímicamente. "¿Qué es lo que le pasa?, dijo. Tiene un embargo... no �é si se lo conté a Freud. Después, ocurrió además
aspecto totalmente diferente. Está totalmente cambiado". Yo otra cosa. Cuando tenía aproximadamente quince años, sentí
dije: no, no es nada. El: "pero sí, su aspecto es totalmente también en una ocasión picazón en esa zona. Sin embargo, era
diferente". El se dio cuenta. invierno y cstabamos en Odessa. Me rasqué y vi que había algo
Fui entonces a Berlín con mi madre y con mi hermana, que que no estaba en orden, que estabu hinchado y colorado. Se lo
concurrieron allí a un sanatorio. Llevamos con nosotros a un conté a mi padre, y j usto estaba de visita un médico, un
estudiante, un tal Hasselblad, su abuelo o su bisabuelo habían neurólogo. El me revi;;ó y dijo: es una gonorrea. Yo no había
emigrado desde Suecia. Es cómico, ¿no es cierto? Siempre tenido trato;; tuduvía con mujer alguna, eso era totalmente
llevamos con nosotros a extraños. Y este Hasselblad tenía un imposible. Y mi pudre -ve usted, así era la educación sexual­
tío. un tal profesor Anton, que era psiquiatra en Viena. Por empezó a retat·me: "¡Anduviste con mujeres! ¿Quieres termi-

38 39
nar con sífilis?, ¿quieres pudrirt.c?" Yo dije, no sé nada de estas lla. Opina precisamente que algún episodio en la infancia, un
cosas. Quizá gotee porque· está .-esfriado. Eso se decía en trauma, es la causa de la enfermedad. Y que si uno puede
broma, ¿no? El me contestó: �No digas pavadas". Por supuesto, re�o¡·dar este acontecimiento, entonces sana. O sea, en cinco
lúzo venir a un especialista y éste comprobó que no se trataba rrunutos. Y esto, naturalmente, me cayó muy bien' que uno
para nada de una gonorrea. Algo se había intlamado bajo la pudiera atribuir todo a un trauma.
piel. Quizá no había mantenido lo suficientemente limpio el 0: ¿Y Freud l e dija!lue podía durar tanto tiempo'?
miembro. Me dio simplemente algún remedio y se me pasó. Ve HL: No. Primero pareció que iba a durar un par de meses. Y
usted, también están las amenazas de mi padre. Esto puede luego se estiró más y más en el tiempo. Freud era un genio, aun
haber contribuido tambión a que la gonorrea me produjera una cuando no todo lo que decía era correcto. Si lo hubiera visto era
ünpresión tan terrible. Bueno, la verdad es que no sé. �
u�a personalidad fascinante... Tenía ojos muy serios, q e lo
0: O sea que el asunto de la gonon·ea mejoró. Luego su miraban a uno basta el fondo del alma. Su aspecto general era
hermana se quitó la vida. ¿Pero por qué fue a verlo a Freud?, �so muy simpático. Yo sentí simpatía por él. Eso mismo era la
todavía no lo entiendo. ¿Qué es lo que le dijo a Freud que lo _f
trans eren_ci ll;. Poseía una fuerza de atracción o, mejor dicho,
afectaba'? una tnadiación, que resultaba muy agradable y positiva.
HL: Bueno, depresiones. Cuando le �onté sobre mis distintos problemas, dijo: "Tenemos
0: ¿O sea que fue a verlo por sus depresiones? ya los medios para cm·ar los males que lo aquejan. Hasta ahora
HL: Sí, en realidad fue por Teresa. usted ha buscado las causas de su enfennedad en la tasa de
O: ¿O sea que usted cmp�ó su tratamiento psicoanalítico noche". Entonces se trataba de encontrar las raíces de los males
porque se había enamorado7·iNo - es algo totalmente natural del alma en alteraciones corporales. Lo psíquico era totalmente
que uno esté un poco confundido'c:.uando está en una situación ignorado. Y se trataba de una trampa, todo tenía una explicación.
de ese tipo? · 0: ¿Y qué fue lo que dijo que tenía que hacer?
HL: Bueno, vea usted, quizá las cosas hubieran andado sin I-�L: Prim:ro vivi en un sanatorio. Freud dijo que tenía
Freud. Pero todos estaban contra Teresa: los médicos, mi madre, pacientes alh, y que de esa mane1·a se ahorraba camino. Por
mis parientes. Todos dijeron que se trataba de una mujer con la seis semanas aproximadamente viví allí. Me pareció fascinan·
cual no se podía vivir. Si me hubiera decidido a viajar a lo de te qu e u� médico dijera que existia el medio correcto paxa
Teresa, qui¡:ás hubiera funcionado incluso sin Freud. tratar m1 enfermedad. Eso era la creencia.
0: Y el doctor Drosnes, su médico en Odessa, ¿también 0 : ¿Y usted se acostó en su diván desde la primera hora, y él
escaba contra usted? se sentó a su cabecera?
HL: El también. Quizá si hubiera dicho: vil\iemos a ver a HL: El me dijo también por qué. Había habido una chica que,
Teresa, todo habría estado en orden. Pero no lo dijo. Y por eso cuando estaba sentado en el otro extremo, trató de seducirlo.
yo no sabía qué tenía que hacer. No me podía m i poner, y 0:. ¿Ah, sí?
entonces viajamos a Viena. Y si Freud no hubiera dicho "esto HL: Bueno, todo era tan nuevo e interesante para mí. Yo
es la huida hacia la mujer", y si yo no hubiera podido ver es �ba ac?stumbrado a los viejos psiquiatras... El d.ijo que uno
nuevamente a Teresa, ni siquiera me habría quedado. Nadie debla decir todo lo que se le ocurriera, según iban saliendo los
hubiera pensado que eso podía durar tanto tiempo. Yo suponía pensamientos.
t¡uc todo iba a pasar rápidamente, y que luego todo estaría en 0: El dijo: el tratamiento es así, usted debe decir todo lo que
orden. Drosnes me había explicado en Odessa: existe el psicoa­ se le ocurre.
ntllisis, y existe un profesor Freud, y éste _i nventó un nuevo HL: Todo lo que me viene a la cabeza.
método que es grandioso. Lo que descubrió es casi una maravi- 0: ¿Le explicó por qué?
'

HL: No no me lo explicó en detalle. Aparentemente pensaba 0: Eso lo hacemos todos.


d
que las c sas importantes ,se encuentran en el inconsciente, y HL: Si él no la hubiera sobrevalorado, quizá no habría podido
que pueden salir por la asociación libre. Cuando él me exphcó llevarla a cabo.
todo, yo le dije: Está bien, estoy de acuerdo, pero voy a 0: Cuando usted habla sobre Freud, impresiona tan frío y
comprobar si esto es correcto. Y él dijo: "Trate de no hacerlo racional. Dice estereotipadamente: Freud era un genio. Pero
para nada. Porque en el momento en el que trate de observar también tuvo una relación emocional con éL
las cosas críticamente, no podremos avanzar más con el trata­ HL: ¿Con quién?
miento. El tratamiento lo ayudará de una manera u otra, ya 0: Con Freud.
crea o no crea que lo va a ayudar". Bueno, porsupuesto" después HL: Y sí, realmente lo admiraba. Bueno, esto tiene que ver
renuncié a todo tipo de critica. con mi padre. Mi padre me decepcionó, ya que prefirió a mi
0: ¿Porqué? hermana. O sea que la relación con mi padre no era buena. Ya
HL: Y bien, porque él lo dijo claramente, si continúo critican­ que, por favor, en forma homosexual o de alguna manera,
do, no puedo avanzar para nada, ya que siempre quiero demos­ estaba muy atado a mi padre, y me hubiera gustado mucho que
trar algo. En algún lado escribe que yo tengo una tendencia se ocupara de m í y que me introdujera en los negocios. Y luego

especial a aclarar contradicciones. Quizá se trate precisamente de mi padre mmió, Y. no tuve ya ningún padre, y acudí a Freud. Y
lo contrario de mi carácter, ya que en mi caso las contradicciones Freud dijo: por suerte su padre falleció, si no nunca hubiera
luchan continuamente entre sí. Y justo donde tengo que tener sanado. Vea usted, recién se me ocurre que dijo eso... Probable­
oica
l6o- , no la tengo. Cuando se 1-.abla en forma teóricarentonces la

mente quería decir que jamás hubiera podido llevar a cabo esta
encuentro. Preferiría tenerlFen
: "el sentimiento... transferencia, de mi padre hacia él, ver en él a mi propio padre.
Pero esto es verdaderamente·'interesante, lo que dijo, no Quizá fue favorable el hecho de que haya acudido a él justo
critique y no piense en eso, y no busque contradicciones, acepte cuando había muerto mi padre. Usted ve la importancia que él
más bien lo que le digo y la mejoría vendrá por sí sola. De esta atribuía a la transferencia. Por supuesto es posible lograr una
manera, lógicamente, logró crear una transferencia total sobre mejoría a través de la transferencia. Vea usted, yo tenía un
su persona. ¿Y, acaso está bien eso? Esa es también uría buena conflicto con mi padre, interno, no externo. Por fuera no tenía
pregunta. Una transferencia muy intensa lleva a que, después, con él ningún conflicto, pero internamente, y luego mi padre
usted siga estableciendo este tipo de relación con otros hom­ falleció, y Freud me dice, usted ha tenido suerte... El quería
bres que, de alguna manera, reemplazan a Freud, y cree en decir, por lo tanto, que si mi padre no l1ubiera muerto, yo no
ellos sin poder criticarlos. Y esto me ocurrió en parte a mi. De habría podido establecer una transferencia con éL
manera tal que la transferencia es una cosa también peligrosa. 0: ¿Le resultaba difícil decir todo lo que se le ocmría?
0: Probablemente. HL: Bien, a veces se me ocurrían cosas que, en realidad, no
HL: Si uno considera todo en forma critica, entonces no me gustaba para nada decir. Pero seguí las reglas y dije
queda demasiado del psicoanálisis. Está bien, ayudarme me siempre todo. En mi infancia tuve pensamientos blasfemos,
ayudó. Bneno, él era un genio. Piense en el trabajo que llevó a insulté a Dios y otras cosas. Y en el caso de Freud también fue
cabo, acordarse de todas esas pequeñeces, no olvidar nada, así, entonces pensé, Freud es un tramposo, algo así se m<:
extraer esas conclusiones. ¿C.�ué puede haber tenido, seis, siete ocurrió. Entonces lo dije. El lo soportó estoicamente.
pacientes por día?, y lo que escribía. Era un hombre de gran 0: ¿A menudo sucedía que usted le decía estas cosas?
espíritu, un hombre muy inteligente, eso no se puede discutir. HL: No, no H menudo.
Y tampoco que se equivocó muchas veces, errar es humano. Y 0:¿Y eso se le ocurrió así porque sí?
también está claro que sobl·evaloró su obra. HL: El pensamieni.<> vino así, solo.

43
'

0: Ajá, Freud es un tramposo. ¿Y él qué elijo? 0: Todos los días una ho1·a, durante cuatro años, todos los
HL: Lo soportó estoicamente. En realidad, un psicoanalista, días una hora...
según Freud, debía ser una �specie de Dios. HL: Sí. Realmente es algo totalmente increíble.
0: Bueno... 0: ¿Y su madre no dijo nada sobre el hecho de que usted
HL: ¿Pet·o no cree usted que el psicoanálisis, cuando uno se estuviera durante cuatro años en Viena?
abandona a él, puede resultar perjudicial para un ser humano .HL: No, ella vio que yo estaba mejor, y estaba de acuerdo con
cuando se trata de la toma independiente de decisiones? eso.
0: Probablemente. ¿Fumaba realmente mucl1o durante las 0: ¿Cuánto cobraba Freud por una hora?
horas de análisis? ¿Fumaba tanto? HL: Cuarenta coronas.
HL: Sí, sí. 0: ¿Cuánto es eso, aproximadamente, en moneda actual?
'0: ¿Y usted, fumaba también? HL: Es difícil decirlo. Le puedo dar una cifra a modo de
HL: No, no fumaba, yo estaba acostado. comparación. En Alemania se pagaba entonces en un sanatodo
0: También se puede fumar estando acostado. de primera clase diez marcos por día. Por diez marcos usted
HL: Entonces tendría que haber pedido un cenicero, y eso no tenía todo, el tratamiento, el médico, el cuarto. ¿Qué son ahora
podía ser. Entonces yo no fumaba tanto. diez marcos? Eso es ridículo.
0: ¿Pero l?reud fumaba? 0: ¿Y cuántas coronas eran diez marcos?
HL: Sí, fumaba casi todo el tiempo. HL: El rublo ruso equivalía aproximadamente a dos francos
0: Y también leí que al principio, cuando comenzó con el y medio. Y las siguientes monedas tenían todas el mismovalor:
análisis, invitaba a los pacie,ntes a su casa a comer. corona, franco suizo, franco francés. Y el marco tenía algo más
HL: No, eso no lo hizo. 7- ·.�·. ·•• de valor.
0: Entonces eso ya no ocurrí&:en su época. Y además se dice 0: En otras palabras, cuarenta coronas por hora eran aproxi­
que, en ocasiones, hacía txaer refdger:ios. madamente, digamos, 35 marcos o bien 16 rublos y un día en
HL: No, no. un sanatorio costaba 10 marcos. En cualquier caso era muy
0: ¿Nunca? ¿A qué hora iba usted siempre? caro.
HL: A veces antes del almuerzo, a veces por la tarde. HL: Era muycaro. Vea usted, en Rusia un pequeñoempleado
0: Muchos pacientes encuentran insoportable del análisis vivía con 100 rublos al mes. Puede darse una idea de lo barato
el hecho de que el psicoanalista juegue a los misteJ;os, que que resultó todo. Y bueno, la desventaja del psicoanálisis está
actúe en forma tan impersonAl, que no cuente nada de sí dada por el hecho de que, seguramente, es aplicable únicamen­
mismo, y desarrollun en Lonces agresiones tremendas contra el te a las personas ricas. Casi ninguna otra gente puede pagar un
analista. tratamiento así, yo tampoco podría pagarlo, en estos días. Y
HL: No, eso no me ocurrió nunca. A veces, él también expre­ hay algo más: para muchas personas el dinero representa un
saba su propia opinión. problema que los enferma. Y este problema es totalmente
0: Pero, en general, no contaba nada sobre sí mismo. ignorado por el psicoanálisis.
·

HL: Muy poco, pero algo sí. Habló por ejemplo sobre la 0: O sea que pobre Freucl no era, si atendía 8 a 10 horas por
pintura, y sobre el hecho de que tenia un hijo que quería ser día.
pintor, que luego abandonó la pintura y se hizo arquitecto. HL: Seguramente, pero vea usted, tan astuto no era. Suscri­
Contaba cosas por el estilo, pero poco, muy poco. bió empréstitos de guena.
0: ¿Y usted iba a verlo todos los dias? 0: ¿Ah sí?
HL: Sí, todos los días, menos el domingo. HL: Sí, y perdió también.

44 45
sentados los lobos, hasta llegar a la interpretación, no sé, me
0: ¿Conoció usted a la familia Freud?
HL: Sólo de verlos. Más tarde conocí a su hijo Martín. parece que hay un largo camino. En mayor o menor grado es un
Durante la época en la que me enconh·aba bajo tratamiento con asunto tirado de los pelos.
Freud lo vi una ve� subir las �sealeras, y ot1·a vez a su hija, esta 0: Pero sin embargo es cierto que tuvo ese sueño .
Anna Freud, en aquella época era una muchachita, quizá de 15 HL: Sí, sí, eso es cierto.
años de edad. 0: Probablemente psted le contara otros suei\os además.
0: ¿Y conoció a otros pacientes de Freud? HL: Por supuesto, pero ya no puedo acordarme para nada de
los sueños que le conté.
HL: Sólo de vista. A dos de ellos los vi más tarde en la calle,
y no se veían precisamente sanos. Uno de ellos era un barón 0: ¿Y no le impresionaba cuando interpretaba sus sueños?
judío, eSto me lo contó Freud, es cierto que los judíos recibieron HL: Bueno, él había dicho que era lo mismo si uno lomaba
títulos nobiliarios en Austria. Este era muy gordo, en la época con�miento o no de las cosas. El efecto permanece en la
en la que lo vi en el consultorio vestía elegantemente y tenía un conctencla. Esa es una afirmación que debería ser demostrada
aspecto normal. Pero luego, después de la guerra, tenía un ¿no? La asociación libre me resulta más simpática en est
.

aspecto terrible, y estabajun toa una mujer totalmente inacep­ sent1do, ya que en este caso a uno se le puede ocurrir alero.
"' Pet·o
table. Se veía que estaba muy venido abajo, y que de alguna esta escena primordial, es toda una construcción.
manera no habí a sanado. Pero por favor, no sé más detalles. Y 0: Usted se refiere a la interpretación que Freud hace del
el otro vestía de una manera tan eJCtraña. A los pacientes los sueño, que usted observó el coito de sus padres, el triple coito.
veía en el consultorio y le pregunt�·ba a Freud: ¿Quién es éste, HL: E;s todo muy poco probable, ya que en Rusia los n)ños
quién es aquél? � ·:

;.·- duermen en el cuarto de las niñeras, y no en el cuarto con Jos
padres Por favor, puede haber habido en algún caso una
0: ¿Y él le contestaba? -" '-',- :,
HL: Nunca me decía los nombres.
·
excepc10n, ¿puedo yo saberlo?, pero jamás logré acordarme de
algo parecido.
0: ¿Qué es lo que pensó cuando leyó por primera vez la
Historia de una neurosis infantil'? La lógica nos dice que uno no debe ir de las consecuencias a
HL: No pensé muchas cosas al respecto. las causas, sino al revés, de la causa a las consecuencias. Si
0: ¿Pensó entonces que todo lo que Freud escribía en ese donde se encuentra A también está B, entonce:>, cada vez que
texto era correcto? yo e�cuentre nuevamente una A, debo encontrar también una
HL: No tuve ningún pensamiento especial. Eso se debía a la B. S1 se hace el camino inverso, de las consecuencias hacia la
transferencia. ca�1�a, esto no es más que una prueba por indicios, como en los
JUtC_lOS. Pero es un argumento muy débil, ¿no? EI afirma que yo
0: ¿Y hoy? _
HL: Enprimerlugar la historia de los sueños. Sabeusted, ¡no loVl pero, ¿qmén le garantiza que eso es cierto? ¿Que no se tr11ta
creo demasiado en la interpretación de los sueños! de una fantasía de él? Eso es lo que pasa. Mejor empezamos con
0: ¿Por qué no? Ja teoría. Y segundo, cuando algún recuerdo inconsciente es
HL: En mi historia, ¿qué es lo que realmente explican los llevado al plano conscienle, eso no ayuda para nada. l:'or favor
sueños? No sabtia decir qué. Freud atribuye todo a la escena el mismo Freud dijo que era un t·evoluciomu·io espiritual.. :
primordial, que deriva a partir del sueño..Pero en el sueño la Bueno, también debo observar críticamente al psicoanáhsis. no
escena no apat·ece. Cuando interpreta que los lobos blancos son puedo cr�er todo lo que dijo Freud. Siempre pensé que t!l
camisas de noche o sábanas o vestidos, resulta un poco tirado recuerdo 1ba a llegar. Pero no llegó.
de los pelos, por lo menos así pienso yo. Esta escena en el sueño, 0: ¿Podría decirse que su resistencia es tan fuer Le, aü n hoy'
en la que se abren las ventanas y todo eso, y que allí están que no quiere acordarse?

46 47
HL: Y bien, eso sería también una suposición, pero no es Lambién un papel. Pero, en última instancia, era normal. Ella
ninguna prueba. no podría haber hecho otra cosa, si no, se hubiera tratado
0: No, no es una prueba. Y la historia con su hermana... realmente de un incesto. No podía tenet· esas consecuencias.
HL: Vea usted el asunto con mi hermana, eso sí lo recordaba. Bueno, él se acercó a ella, pero, en última instancia, se trataba
De las otras cosa� no me podÚt acordar, lo que quería decir él con de su hermana, y eso no puede ocurrir entre hermano y
los lobos. Pero esto lo sé bien. Ella era agresiva, y por eso el hermana. Ella se puso de pie y se fue, y de esa manera la cosa
complejo no desapareció, sino que de alguna manera siguió debería haberse terminado. Ahora bien, este complejo con mi
actuando. hermana es verdaderamente el punto que arruinó mi vicia
0: ¿Qué quiere decir con e�o? entera. Ya que en las mujeres que de alguna manera se parecen
. . .
HL: Con mi hermana eXJStló ese eptsodJO de seducctóu en la a mi hermana, me refiero a la posición social o a su educación,
an
infancia, cuandojugó con mi miembro. Es algo muy import �: ¿no?, aparecía nuevamente la prohibición, se trataba nueva­
cuando pasa en la infancia. Yo era muy pequeñ? cuando ocurn� mente de incesto. Quizás existe también en este caso un factor
est� episodio de seducción, debe haber ocurndo antes de
rm hereditario, relacionado con esas enfermedades mentales, pero
yo
quinto año de vida. 1\lli padre vendió esa propte dad cuando mejor lo dejarnos. En todo caso, el recuerdo está, no se trata de
tenía cinco años. Todavía me puedo acordar de que nos sentá­ una ficción, y no se trata de una conclusión ni de una construc­
debe
bamos entre las puertas, y todo sucedió allí. ¿Pero debe,_ ción. Y eso quedó. aclarado. Y no sirvió para nada, ya que la
el
realmente tener estas consecuencias, o es ya patológtco elección de Teresa, mi mujer, en este caso se trataba nueva­
Qui zá
hecho de que de un episodio así s.urjan consecuencias? mente de una persona que de alguna manera estaba por debajo
pasó con otros chicos y no tuv _o e(e� p a l
guno, n ? lo sé. de mi posición. Digámoslo claramente: o bien por debajo de mí
O: La mayor parte de los ntños ti'en�n vtvenc1as sexuales. rango, o bien por dinero.
HL: Tengo una conocida que me c bi;jS una vez que, _cuando
ti 0: ¿O sea que estas mujeres no tienen similitud alguna con
a
su hijo era pequeño, tenía quizá seis años de edad, vmo � su hermana?
e la runa
prima de visita. Y que cuando entró en su cuarto, vJOqu_ HL: No se parecen en nada. Cuando toman el dinero, ¿no es
jugaba con su cosa, con su miemb ro, y decía: ay, qué lmdo que cierto?, entonces no son como nú hermana. Las otras son las
cuelan de la colita (riéndose). Así que , usted lo ve, esLas cosas hermanas... Por otra parte, Freud me dijo que, antes, él
tuvo
pas:n, y nadie se vuelve neurótico p�r . ellas. Eso no también hipnotizaba.
_ como lo hacfa 011
consecuencias. Claro, no era tan S1stemat1co 0: Sí, inicialmcnlc.
amos esas
hermana. Pero vea usted, después, cttando miráb IIL: Inicialmente, y luego lo dejó. Yo creo que el estado
l'iguras con mujeres desnudas, me sentí un poco atraído hacia hipnótico es peligy:nso, ya que en ese caso lan1bién se traLa de
ella... Eso t.runbién lo describe Freud. una especie de transferencia. No es lo mismo, ya que bajo el
0: En este momento no puedo r·ecordarlo. trance lúpnólico uno no está consciente de que está prestando
enta ­
HL: Estábamos mirando un libro, en él est.aban repres su confianza. En el caso de la transferencia uno sabe cuándo la
se Lratab a. Y
das mujeres desnudas, no sé de qué clase de libro confianza es muy grande. Uno puede tomar una posición algo
ento, Luve
puedo acordru·me de que entonces, en aquel mom_ más crítica al respcci.o... pero, en el fondo, ambos procesos son,
na.
ganas de expresar mi sell.'l.Jalidad, de acercarme a m1 herma obviamente, muy similares, cuando yo hago lo que me indica la
De cualquier manera, ella se puso de pte Y_SC
f\le. tmnsferencia, eso es muy parecido a lo que haría si alguien me
0: ¿Qué edad tenía usted cuando ocurno eso? . hipnotizara. Eso es la influencia. Creo recordarque Freu.d dijo:
HL: Es difícil decirlo, quiz:i tenía 10 años, qut7.iís un
poco Btteno, hipnosis, qué ¡¡igni lica hipnosis, todo lo que hacemos es
más. En todo caso, ella me t'echazó. Eso puede haber
temdo larnbién hipnosis. ¿Por· qué rea1mentc abandonó la hipnosis?,

48 49
ci leyó al respecto. i
n do espiritual! Pero lo que se ve hoy en dla... Bueno, también
no puedo recordarlo ya. Seguramente uste otgo bastante mal.
ción con Jos pacientes,
¿Por qué limitó su mélodo � l a conversa Y bueno, usted preguntó qué era lo que hacía en Viena· el
y no continuó hipnotizándolos? doctor Drosnes estaba aquí, y teníamos además un estudia�te
tenia resultados
0: Por lo que yo sé, pensaba que la hipnosis no ':!
con nosotros. o sufría-de trastornos digestivos, y un estudian­
más racional.
duraderos, que era necesario encontrar algo te delsan�tono del padre de Drosnes me aplicaba lavativas. Y
HL: Sí, claro. Lo racional es la explicación a travé
s de estas
do consulté a este est � d1ante, que me aplicaba las lavativas, vino con noso­
construcciones . Yo creía verdaderamente, cuan tros a Vtena. Esa era la tarea, podemos decir, del estudiante.
momento. El, por
Freuc\, que los recuerdos volverían en algún !?ero detrás había otra idea. A Drosnes le gustabacon pasión el
en mi caso ningún recuerdo
lo menos, lo describió asi. Pero ;u7go de cartas. Y jugaba un juego ruso, que es similar al
volvió a mí. bndge, para el que son necesarias tres personas. Entúnces se
hizo en Viena
O: ¿Y además del análisis, qué otra cosa lo enseñamos al estudiante, y jugábamos a las cartas muchas
durante todos esos cuatro años? veces hasta las 3 de la madrugada. Pero en realidad, este
ma.
HL: Por ejemplo, tomé lecciones de esgri .
estudtante era totalmente superfluo. Y cuando comencé el
ima en Rusi a?
0: ¿Ya habla aprendido esgr �
amte to con Freud y se lo conté, dijo -usted sabe que los
HL: Sí. Teníamos un pariente que era oficial y él sugir
ió que trat
ps1 c _
oanahstas sJemprcJuegan con la homosexualidad incons­
reali zar algú n tipo de
yo tomara lecciones de esgrima, fl fin de cient�: sí, esto estimula la homosexualidad inconsciente y el
t n maestro ele esgrima, que
gimnasia. Y aquí en Viena exisíi(l( estudtante no puede aplicarme más enemas. Cuando com ncé �
antes había sido oficia l en el ejéré1to.. italiano, y que tenía un
talmente diferentes el tratamiento con Freud los resultados fueron muy buenos.
club de esgrima. Sí, bueno, eran tiemp-'Qs-to .
Empecé a senltrme muy bien. Salíamos, íbamos a los cafés' al
reso y pens ábam os que la huma­
entonces. Creíamos en el prog Prater. Era una vida agradable.
no podía hacer otra cosa que mejo rar. Peor no puede ser.
nidad
opin an que cuando 0: Pero sinembargo después Freud le puso un plazo' y le dijo
En lo que respecta a Rusia, hay quienes que el tratamientD debía finalizar en esa fecha.
vuelva la democracin, será un paraíso. HL: El escribió que de esa manera fucionó.
imperial con
YViena era también muy diferente, una ciudad 0 : Sí. ¿Pero qué pasó antes?¿Cómo es que llegó a ese punto?
ad un cierto brillo. Y
muchos militares. Eso le daba a la ciud HL: Bueno, porque ya había durado mucho tiempo. Cuatro
judios eran siempre
además había algo más: los comediantes ai'ios es un ]a¡·go tiempo.
teatr o, "Bud apester Affairen"
los mejo'res. Y había entonces un 0: Pero el análisis se había estancado.
geni al, qué interesan­
se llamaba, que era un teatro judio. Era HL: Aparentemente.
ente . No existen hoy
te, qué cómico, qué inspiradamente ocutT 0: ¿Usted no se dio cuenta de ello?
en día ya tealros de este tipo. HL: Yo no lo sent í así.
0: Tampoco existen casi judíos. 0: ¿No notó nada en absoluto?
HL: También babia en el Pmter· una Vene
cia en Viena, todo
ente. Al1ora, por HL: No _D? noté �ada. Yo estaba contento simplemente de
era muy difer .!
esto también desapareció. Todo que el anahsJs termmara. También a mí los cuatro años se me
el Jose stiidter Theater
f
ejemplo, ponen a menudo en escena en habían hecho un poco largos.
cia, hace mucho, me
piezas france�.ts. Cuando estuve en Fran 0: Fre�d se�ala que usted había huido y se había refugiado
íanesprit, un conte-
gustaban mucho las piezas francesas. iTen en l a reststencta.
HL: El escribió claramente, y luego funcionó. Me puso el
• El parqu�,.'! de dlvcr·:ioncs mAs importo.nte de Viena1 un símbolo de la plazo, y luego, aparentemente, funcionó. .
ciudad, 4"e auu l,oy �xistc a �rlllas del D>mubio. (N. del 'l'.)

51
c. n
O: Pero el plazo es, seguramente, el último medio cuando ya 0: Usted piensa que no es verdad.
no existe ninguna otra salida en un caso. El tratarn1ento debe HL: No lo creo.
haberse estancado, con seguridad, mucho tiempo antes. 0: ... que su posición se modificó.
.
HL: Ya lo creo, de acuerdo con sus manifestac10nes. Sm HL: No, ¿qué es lo que puede haber cambiado tanto? ¿Que
embargo no puedo dar ninguna información más detallada al terminé mis estudios? Nunca tuve mucho interés por las
respecto. Yo no lo sentí. actividades políticas. Esos son, verdaderamente, los intereses
O: Eso significa que usted siempre tenía algo para contar. soc iales.
·

HL: Contar siempre conté algo. Pero él no podía encontrar lo 0: No, ¿cómo es eso? Intereses sociales pueden ser también
que quería encontrar, no sé realmente qué. Pero mire usted, el interés por otros hombres.
todas estas construcciones son realmente para dudar. ¿Cree HL: También tenía conocidos.
usted en todas las construcciones de los psicoanalistas.1
0: ¿En aquella época, cuando se analizaba?
O: ·No. Pero en este caso, ¿qué quiere decir usted con cons­ HL: Y luego estaba también Teresa. Y en lo que respecta al
trucción? plazo, él dijo que faltaba la finalización del tratamiento. Y
HL: Bueno, esta escena con los lobos blancos, que son los luego me puse contento de que el asunto llegara a su fin, porque
padres y el coito, y que eso haya sido la razón. ¿Usted cree en estar allí sentado cuatro años tampoco fue muy agradable.
eso? 0: ¿No fue agradable?
O: Bueno, en realidad no lo creo. Pero mi pregunta es: ¿cómo HL: Bueno, Dios mio, al fin y al cabo yo quería volver a
Uegó Freud a decir que el tratamiento se había estancado? Rusia ... Usted pregunta qué es lo que hi ce. Bien, ¿qué es lo que
HL: Deberíamos volver a Frew:l a la vida y preguntarle, ¿no hice realmente? En pril\ler lugar me hice manda1· los libros
es cierto? No sé lo que pasabá:'¡lo-1-. su.cerebro. para mi canera. Elegí la facultad de derecho ya que en ella no
O: ¿No salió a la luz luego ese a&ll�t,o con Grw;cha, la mu;a se realizan experimentos, como en las facultades de ciencias
;
ma, que trabajaba en la finca cuando"usted era muy pequeno. naturales. En el caso de los abogados, lo que dice el libt·o es lo
HL: Eso es algo que recuerdo en forma muy bonosa. No mismo que usted escucha en las clases. Entonces, no es impres­
puedo saberlo ya exactamente. No puedo recordarlo. No puedo cindible concurrir a la universidad, y uno podía rendir las
siquiera recordar a esa Gruscha. Era una ucama, c:eo yo. No materias en forma libre. Esto es lo qne hacían losjudíos, ya que
r� _
puedo recordar más exactamente la relacwn que eJ,;:rstt?. existía tm numerus clausus, el ingreso estaba restringido. Los
O: Pero Freud escribe que luego, después de que él fiJara el judios estudiaban en el extranjero, pero eso no era reconoc.ido.
plazo, surgió nuevo material. Por lo tanto, debían rendir exámenes nuevamente en Rusia.
.
HL: Eso fue hace tanto. Ya no tengo la menor 1dea al Así que roe preparé para el examen final, y de esa manera
respecto. . estaba ocupado; también iba a verlo a Freud, o salía con Teresa
O: Luego escrihe también que usted habría temdo escasos al teatro o al cine.
intereses sociales: ''Por eso al paciente le faltaron todos Sí, y ahora me acuerdo de algo más: un día recibí una .
los intereses sociales que dan contenido a la v-ida".' Y durante invitación del cónsul ruso. El se enteró de alguna manera qu.e
el análisis él habría observado cónw mejoró esto. yo era ruso. Fui y él me preguntó qué es lo que hacía y otras
�e acue¡·do de esa oración. Pe1·o creo que no significa
HL: Sí, r cosas por el estilo. Le conté que estaba enfermo, y que estaba
demasiado. en tratamiento con Freud. Y él me preguntó: "¿Por qué no se
une a la colonia rusa?" Bueno, ¿cómo hubiera podido presentar
allí a Teresa?, ni siguiera estaba casado con ella. Nos casamos
1,. S. Freud, JJe le historia de una. neurosis infantil, op. .cit., p. 66. después, cuando viajamos a Rusia. Eso no era posible. Y el

53
por lo menos parecida. Yo era permeable a nuevos conocimien- .
hecho de que no hablara ruso, eso era lo de menos. Pero el
tos, pero no dejaba caer las viejas ataduras...
problema realmente set;o era que ni siquiera hablaba francés.
0: Eso lo escribe también en la historia de su caso.
En Rusia todas las muchachas hablaban francés. Pero con
IIL: Por esa razón la cosa se complica, obviamente, ya que se
Teresa no se podía hacer nada... entonces, busqué una excusa,
establece una lucha entre lo nuevo y lo viejo. Usted conoce la
cualquiera. De esta manera terminó el asunto. El cónsul pensó
expresión de investidura por el objeto. Cuando poseo un nuevo
probablemente, éste es un ruso rico... usted sabe cómo es eso,
obJeto, no puedo abandonar el viejo. De esta manera se origina
quieren contribuciones y todas esas cosas. Más larde trabaja­
una confusión.
ron en contra del gobierno bolchevique. Una vez fui citado a
0 : Realmente, eso es una hermosa cualidad.
hacer declaraciones al respecto. Pero no sabía nada sobre eso.
HL: Pero complica las cosas.
0: ¿Y no podrla haber ido solo?
0: ¿Freud se referla a algo en concreto?
HL: No podía dejar sola a Teresa. Qué cree usted, ella se
HL: No, �so no, él lo expresó como una consideración pura­
hubiera puesto muy celosa.
mente leónca. Por otra parte, cómo llegué a los egipcios no lo
0: ¿Tan celosa era?
sé. Si yo fuera árabe...
HL: Era lo suficientemente celosa.
0: Y después _de cuatro años, al finalizar el tratamiento'
0: ¿Y usted, no e�:a celoso?
¿Freud lo dio de alta, digamos, como curado?
HL: Por un tiempo tuve celos. Ella me había enviado una foto
HL: Freud dijo que, cuando uno deja atrás el psicoanálisis,
en la que estaba maquillada como.una actriz. Entonces me puse
entonces puede cur�se. Pero también tiene que estar el deseo
celoso. Pero luego se me pasó. �··-::.
-

de curarse. Es lo miSmo que comprar un boleto para un viaje.


0 : Y para la finalización del tratamiento, usted le hizo a
Freud un regalo.
.
"' '�-
��
Este o eto le da a uno la posibilidad de •;ajar. Pero no tengo
que Vl�ar. Depende de mí, de la decisión que yo tome.
HL: Freud había dicho que u n regalo es algo conveniente,
para evitar que el sentimiento de agradecimiento se vuelva . 1\l�diante este punto de vista �1 reconoce el libre albedrío, ¿no
muy mtenso. El mismo sugirió que yo podía regalarle alg'o. .

es Cierlo� or otro lado, precisamente en los libros sobre

0: O sea que él presuponía que usted estaba agt·adecido.


psicoanális�s está esc
_ z:ito en tono de burla: ¿de dónde podría
vemr este hbre albedr:ío?, todo está determinado. Siguiendo a
HL: Sí.
Freud, deberíamos decir, en realidad: si está todo aclarado
0: ¿Y qué fue lo que le regaló?
ento_nces <=:1 sujeto involucrndo debe curar. Y no que él pued �
HL: Una princesa, una figura egipcia bastante grande.
elegir dec1du·se pot· la salud o no. Pero el asunto del boleto
0: ¿Una antigüedad egipcia?
HL: Sí, una auténtica antigüedad egipcia.

des�rma esta eoría. Ya nadie se ocupa ele estas cuestiones en
r�ahdad, del hbre albed.I·ío. El concepto albedrío ha desapare­
0: Debe haberle costado una fortuna.
Cido totalmente.
HL: No puedo acordarme. Probablemente. En aquella época
O:_ Quizá por el hecho de que no se puede avanzar en ese .
no representaba demasiado. Era una buena pieza, una anti­
se_ntid? Pero entonces Freud creía más bien en la deter­
güedad. Una imitación no hubiera tenido ningún valor. E l ;
mtnaciOn.
tenía muchas cosas antiguas.
Hl.: Entonces tendrla que haber dicho, cuando se aclaren
Por otra parte. él dijo una vez que entre los egipcios ocunia
l.oclos .:stos asuntos de la infancia, si eslos asuntos son la causa
lo siguiente: cuando pasaban a creer en nuevos dioses, no
d� ln., inhihiciones y de los síntomas, entonces todo debe pasar.
dejaban en el olvido a los anteriores. No reemplazaban a los
S1 us C(•J-recto que todo se origina en la infancia y que Juego, al
viejos dioses por nuevos sino que dejaban a los viejosy tomaban
volver al recuerdo, la enfermedad desaparece, entonces debe
nuevos en forma agregada. Y él pensaba que mi mente es o era

55
54
.

desaparecer. Y no es posible afirmar que el paciente pueda


elegir. Yo veo en eso una cierta contradicción. Y bien, creo que profesión. Yo, durante mucho tiempo no fumé·' únicamente en
el psicoanálisis se encuentra en este momento en un punto �
los últimos mios estoy.fumando tanl .
muerto. Scbopenhauer dijo que la ley de la razón no puede ser 0: ¿De acuerdo con su opinión uno fuma tanto cuando está
descontento?
utilizada para el ser humano. Si no puede ser utiliz ada si la

lógica no puede ser utilizada en el caso del se¡· huma o no
HL: Probablemente le falte a usted el hombre apropiado.

puede entonces surgir una ciencia. Entonces, toda la psicol gía 0: Por favor, eso no es ninguna dificultad ...
es una pseudociencia. HL: Apa1·entemente le falta a usted el hombre apropiado.
0: Bueno, por favor, algunas pet·sonas creen eso. 0: ¿Qué pasa en la actualidad con su neurosis obsesiva?
HL: Ahora bien, segCm Freud, se trataba de una ciencia. Pero HL: Yo creo que una cosa así es congénita' uno no puede
cambiarla.
esta limitación, de que uno tiene que querer, arrasa en realidad
con todo el edificio.
0: ¿Con eso quiere decir que todavia tiene ideas compul­
0: ¿En relación con qué explicó lo del boleto? sivas?
HL: Yo le pregunté si iba a curarme una vez que todo se HL: No me gusta hablar sobre hoy. Vea usted' no es normal
. .
aclarara. Y él respondió: No, no es así, y empleó la comparación que uno se recnmme permanentemente por las cosas que hizo
con el boleto. mal.
0: Pero, no obstante, ¿él también lo ayudó? 0: ¿Qué es lo t¡ue sería nonnal?
HL: Y sí, me ayudó ya que posibilitó que me casara con HL: Algunas personas simplemente olvidan, o bien le echan
Teresa. Esa decisión no fue fácil 'de· tomar, pero logré llevarla la culpa a otras...
a cabo. Terminé con mis estudios, .fue-go trabajé 30 años en la 0: Cabria preguntarse si estas personas son normales.
l
compañía aseguradora. Me compo.M'-'enr forma más o menos
normal, mis depresiones mejoraron. Pero existe por supuesto
una cuestión. No sé si no entramos en un terreno complicado.
E l me ayudó con la condición de que no me metiera en conflic­

tos. o todo depende solamente del hecho de si recibí ayuda o
no, smo que todo depende también de una casualidad ele los
hombres que encuentro, y de las situaciones en las cuate� caigo.
Pero qué calor hoy. En realidad tendría que estar acostum­
lJl·ado, en Odessa hacía siempre mucl1o calor-. No puedo recor­
dar haber suC1·ido tanto por el calor como este año. El año
pasado también hizo mucho calór. Pero no lo sufrí tanto. Y sí,
en el verano me sienLo peor que en el invierno.
0: Yo ya me voy, creo que se hizo tarde.
HL: Fue muy amable de su parte haber venido (mirando el
cenicero). Fumamos mucho.
0: ¿Cuántos fuma por día?
HL: 30 cigarrillos por día.
0: Yo también, más o menos,
HL: ¿Por qué fuma usted? Si tiene algo que hacer, ti ene una

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57
RESTOS DE LA TRANSFERENCIA

Hombre de los Lobos: La doctora Garcliner escribió, y ya le dije


a usted que está en contra de cualquier forma de entrevista.
Usted tiene que entender, no puedo hacerlo... Además, le
escribió·una inmigrante rusa. Junto a esta cm·ta se encontraba
una carta dirigida a mí, escrita en ruso. La doctora Gardiner
envió todo de vuelta. Ella tendría que haberme mostrado y
haberme enviado lo que escribió ésta en ruso. No lo hizo. Bueno,
está bien, tampoco creo que hubiera pasado nada.
Obholzer: Ah, ¿usted cree que hubiera podido iniciar una
relación con esta inmigrante?
HL: Sí, algo así, ¿no?
0: Aparentemente, usted debe estar protegido por todos los
costados. Nadie puede acercársele.
HL: Bueno, usted ve. Y por otro lado, me siento obligado, ya
que ella se preocupó por mi libro. Fue ella quien llevó a cabo las
conversaciones con la editorial y todas esas cosas, y eso repre­
sentó muchísimo trabajo.
0: También obtuvo algo a cambio.
HL: Sí, usted sabe, esta transferencia. Establecí una trans­
ferencia con ella, y la transferencia es un asunto peligroso. He
confiado mucho en otras p€!rsonas, y luego uno está verdadera­
mente entregado, al final...
0: O sea que, al comenzar la Primera Guerra Mundial, usted
viajó a Rusia. Teresa lo siguió después. Se casaron. Luego
la hija de Teresa enfermó, y ella volvió a Alemania. Usted la
siguió con algo de retraso y, en el camino, visitó a Frec:d. Y él ron. Eso ya se lo conté. Y luego utilicé un medicamento que él
opinó que existían, en su caso, un par de restos no ? nah� ados, me prescribió. Y esto continuó hasta el día de hoy. Mi intestino
_
y usted volvió a tratarse nuevamente con éL ¿En que conS1St1an no funciona para nada por sí solo. Dos veces a la semana debo
en realidad estos restos? ·
tomar algo. A veces, cuando lo tomo u na vez por semana, tengo
HL: Eso es un capítulo aparte, lo que eran estos restos. La dolores. Es terrible, lo que este hombre causó.
pregunta es totalmente acertada. Usted piensa con lógica 0: ¿Antes no tenía n-ingún trastorno evacuatorio?
(riéndose). HL: Antes funcionaba impecablemente.
0: Y bien, ¿qué eran los restos? 0: ¿Y la dian-ea...?
HL: Se trata de una cuestión· algo escatológica. Pero t9ngo HL: Eso fue sólo un par ele veces, cuando él me administró el
que contarle al respecto, si usted sabe ya tanto sobre mí. Me calomeL Vea usted, esto también es algo que resulta muy
resulta desagradable. ¿Debo o no debo? Tuve un cierto padeci­ desagradable. Uno tiene que tomar algo, y no sabe si va a
miento intestinal que-¡ lamentablemente!- adquirí a causa del actuar, aparecen los dolores... este asunto con el intestino tuvo
psicoanálisis. Ocurrió en realidad así: en una ocasión tuve como consecuencia que yo me quedara en esa ocasión con
diarrea, y entonces viene el doctor Drosnes a la finca. Le digo F1·eud. El dijo: esto tenemos que tratarlo todavía.
que tengo diarrea. El saca del maletín una botellita envuelta en 0: En la segunda vez.
papel y dice: esto es calomeL' Drosnes coloca unas gotas en una HL: Sí. Entonces, los ingleses habían ocupado Oclessa, y yo
taza v dice: "Tómelo". La consecuencia fue que empeoró. había podido viajar. Fui muy tonto al escuchar a Freud y
0: "¿La diarrea? :_. permanecer en Viena. Y se estiró todo a lo largo del invierno.
HL: La diarrea. En la siguien'¡;;t d:casión le digo que no sirvió 0: Eso fue a causa de los trastornos del aparato digestivo.
para nada, que empeoró. El opina:-1:i'--4P sis que le di fue muy HL: Por los trastornos digestivos. Yo podría haber sido un
.,
baja. poco más listo y decir: vea usted, señor profesor, esto nova. Una
0: ¿Cómo se llama el medicamento? vez conocí a un pariente de él, o quizás un pariente de su esposa,
HL: Calomel. un tal Schütz. Era austríaco, pero había estudiado en Rusia. A
0: No lo conozco. este sujeto le conté que le había preguntado a Freud si debía
HL: Después, un médico clínico me dijo que es únicamente quedarme en 'Rusia o viajar al extranjero en el caso de que los
para los caballos, pero no para los hombres. Bueno, debo decirle bolcheviques continuaran en el poder. Y Freud dijo: es mejor
que ocun-ió lo siguiente, que no pude comer absolutamente que uno se quede en la tierra en que nació. Se Jo conté a Schütz,
nada durante todo el invierno. Viví a té con leche y cosas y él opinó: sabe usted, Freud conoce la inteligencia humana
parecidas. 'l'omaba un poco de té y en seguida tenia que salir muy bien, pero aparentemente no conoce la inteigencia
l bolche­
corriendo. E1·a terrible. '!'odas las mucosas estaban les1onadas. vique.
¿Cu-ál fue la consecnfmcia? La consecuencia fue que estas El pensaba que todo era muy sencillo, un par de cosas
diarreas cesaron. Pern sobrevino otra situación. cambian y todo el resto queda igual. Realmente no sé... vea
0: Una constipación, supongo. usted, un hombre tan inteligente como Freud. Cuando llegué
HL: Sí, un<.1 constipación contra la cual no había nada que de Rusia y le pregunté: ¿qué opina usted de la guen-a mundial?,
hacer. Si tomaba un medicamento, volvían a aparecer las no supo decirme otra cosa que: "tenemos una posición incorrec­
diarreas. Las lavativas, que F'reud luego prohibió, me ayuda- ta fi·ente a l a muerte". Yo creo que no se trata de una posición.
Yo me analicé con él, y él, pol· supuesto, era un hombt·e muy
inteligente. Pero usted ve, era únicamente un hombre, .Y errar
""· Cloruro dc1 mor·:uriv. ut.i.liz�do corno purgante. (N. del 1'.) es humano.

60 61
0: ¿Y qué pasó luego con sus trastornos intestinales? estaba parado con su plato en la mano. Parecía un patricio
HL: De alguna manera hice que funcionara un par de veces romano, un ser humano muy hermoso. Se casó más tarde con
por sí solo. Y entonces él me escribió: lo ha logrado. ¡No logré una cantante. Y fue el primero en tener un auto en Odessa. Sí,
absolutamente nada! Por favor, no sé realmente, quizá, si y luego tuvo un accidente y murió en el acto.
hubiera viajado y realizado manejos con el dinero, y los comu­ Este Anakran tenía un primo, que era muy desagradable. En
nistas hubieran venido, quizá no estaría aquí sentado hablan­ aquella época era estudiante, y alguien lo trajo una vez a
do con usted. No lo sé. En todo caso, la razón me decía: tienes nuestra finca. No recuerdo si lo tratábamos o no. En todo caso
que viajar inmediatamente y arreglar tus asuntos. Y yo le dije: era el �er más inocente que usted pueda representarse, total­
quiero viajar debido a mis cuestiones económicas. Y él me mente meapaz de hacerdaño. ¿Y sabe lo que me contó mi madre
conttlstó: no, usted debe quedarse. Tiene que resolver todavía después? Estuvo con los bolcheviques, y luego fue fusilado. O
esto y aquello. Y entonces me quedé. Y a causa de eso, después sea, usted ve que con los rusos era asunto de suerte, quién es
ya fue muy tarde. Cuando fui a ver a los ingleses, algo des­ el que lo agarra. Uno lo va a fusilar, y el otro lo deja escapar.
pués, me dijeron: no podemos darle una visa, el Ejército Rojo No se puede saber, qui zás hubiera podido salvar mi fortuna,
ocupa Odessa. Y pien se usted, en el año '38, después de la y algttien se hubiera dado cuenta, y quizá me hu bieran fusilado
muerte de mi mujer, cuando fui a ver a los ingleses por una visa, también a mí. Puede ser de esta manera o de otra. En todo caso
todavía tenían mi expediente . la razón me decía: tienes que viajar a casa y arreglar tu�
0: ¿Entonces fue a causa de la transferencia que usted se asuntos, no te quedes a causa del intestino. Fue totalmente
quedó? . inútil. Esto tengo que contárselo. Estos son hechos reales. No
HL: La transferencia es una ';refación positiva, y yo creo que es posible ignorarlos. Lo que no signjfica que yo tome una
el psicoanálisis lo vuelve a un&: a·.-la infancia, y que uno posición en contra de Freud. Pero él no era ningún dios.
reacciona entonces más o menos como un niño. Y bien, la transferencia es un arma de doble filo. Por un lado
0: A veces tengo la impresión de que tomó a mal el hecho de ayuda, por otro lado es una cosa que no está bien. Si yo
que Freud no asumiera un rol paternal con respecto a ·usted considero a Freud como un padre y le creo todo, puedo cometer
hasta el final de su vida. un error. Me dijo, por ejemplo, que no debía viajar para arreglar
·

HL: No le recrimino nada. Le recrimino que no me dejara mis asuntos materiales, y sin embargo se trataba del momento
viajar. Ahora bien, vea usted, este asunto con el intestino se lo apropiado. Pero debido a la tl'ansferencia que yo mantenía con
debo al psicoanálisis, y perdí mi fortuna. Una vez más, son 61, permanecí aquí. La transferencia es, en cierta manera, una
aspectos negativos del psicoanálisis, y sobre ellos se puede fals·iñcación de l a realidad, ya que el depositario de la transfe­
hablar. l'Cncia no e:; mi padl'e. Y sin emba1·go, me comporto como si lo
0: Sí, natul'almente. ¿O sea que usted piensa que obró mal fuera. Usted ve que alli existe un cierto peligro. Y eso tuvo stls
en este asunto de su fortuna? consecuencias, el hecho de que yo mE' quedara. Y luego, fue ya
HL: El no debería haberme retenido. Pero uno puede inter­ muy tarde. Si hubiera sido mi padre, hubiera tenido un mejor
pretar ese hecho como quiera. También podría decirse que conocimiento de la polí tica que Frcud .. .

quizá me salvó de un peligro. Eso puede ser, no lo sé. 0: ¿Su padre? .


Existía, por ejemplo, una familia en Odessa, gente muy rica, HL: Con seguridad, ya que él conocía la situación política en
de apellido Anakran. Y un hijo de ellos era compañero mío en Rus ia, que Freud desconocía totalmrnte. Fr·eud no se ocupaba
el bachillerato. Comíamos en el colegio al mediodía y en el lugar para nada de la política. 'l'odo eso le resultaba muy lejano, ya
donde se repartía la comida había que hacer una fila, con el que el psicoanálisis se ocupa del i ndi viduo aislado. Y en la
plato en la mano. Y siempre observaba a este Anakran, cómo política se trata, más o menos, de psicología de ma�as, o de algo

62
parecido, cualquiera sea el nombre que tenga. Y usted ve, ya su 0: Sin embargo, la mención a la falta de independencia...
opinión, cuando le pregunté lo que pensa?a de la P _
nmera
HL: Bueno, una dependencia psíquica, pero no que yo no
Guena Mundial. "Tenemos una posición equtvocada frente a la pudiera vestirme. Me quedé entonces solo en Viena. ¿Quién iba
muerte". Eso no es ningún punto de vista. Y bien, en realidad
a vesti rme entonces? Y luego, también trabajé...
es una tarea muy diffcilla que nos hemos propuesto. Queremos O: No, se me ocurre que fue la doctora Mack la que habla de
tomar posición frente al psicoanálisis. Así por lo menos lo
vestirse: "El hombre. que había venido acompañado por su
entiendo yo.
.. médico y su enfermero [sic], que hasta había sido incapaz de
O: Sí. No es sencillo. ¿Y desde entonces nunca volVlo a
vestirse solo, ahora trabajaba dw·amente cuando conseguía
Odessa? cualquier tarea...".1 Fueron los psicoanalistas los que empeza­
HL: No. Todavía conservo el boleto con el cual viajé basta ron con esto, y no los periodistas.
aquí. Quizá debería dejárselo a usted como legado... Hace HL: Usted defiende a su ttibu. ;Qué tontera que hi-zo la
í

algún tiempo, una conocida quería convencerme por tod�s los doctora Mack! ¿Cómo pudo escribir algo así? Eso es un dispa­
medios de que viajara a Rusia. Ella averiguó, y me hubteran rate. Ella era, por otra parte, una pe1·sona muy decidida. Dejé
dado una visa. ¿Pero qué sentido hubiera tenido? de verla tiempo después. La encontt·a1·on muerta en la bañera.
O: ¿Y cuánto tiempo se quedó su madre en Rusia, después de 0: ¿Se quitó la vida?
que usted partió?
. . HL: No, creo que fue un ataque al corazón. En todo caso, la
HL: Ella dejó Rusia en el año '23. Pnmero fue a ltalla, con un doctora Mack escribe que yo tenía paranoia. Quizá me curé
tío italiano, y luego estuvo con un primo mlo en Praga, ya que rápidamente, a fin de demostrar que no tenía razón.
mi madre y mi esposa no se llev�ban bien. Lamentablemente. 0: ¿Usted no quería tener paranoia?
En ocasiones' viaJ·aba a Viena-y-'Se'quedaba durante un mes, Y HL: Yo no quería tener paranoia. Además, y esto lo escribió
una vez, viajé a Praga. Mi madz'� llegó con un pasaporte también la doctora Gardiner y ha sido confirmado por todos, no
soviético, ella podía salir al extranjero. Una vez, después de la existe una paranoia que aparezca y luego desaparezca. Eso
Se!!Unda Guerra Mundial, cuando Austria estaba ocupada por no elCiste. Cuando uno sufre realmente de paranoia, no se cura.
las" fuerzas rusas, yo comenté que mi madre había yiajado 0: Usted se sentía mal, y quería tratarse nuevamente con
legalmente. Y el funcionario que me interrogaba opinó: eso Freud. Y él lo envió a lo de la doctora Mack. ¿Por qué ocurrió
debe haber costado probablemente mu cho, mucho dinero. rMlmente eso?
0: ¿Su madre podía pagarlo? HL: Freud tenía ya cáncer, cáncer en la mandíbula. Y ya no
HL: Sr aparentemente todavía tenía joyas. tenía más alumnos, o apenas unos pocos... tenía poco tiempo.

O: Ent nces olla no sufrió la época stalinista. Len in murió en Me acuerdo de que viajé con él en un taxi, y que habl amos. El
1924. tenía dificultades para hablar. Dijo que no podía tratarme,
HL: Durante la era de Lenin hubo un período muy liberal. La pero que había una norteamericana, una de sus alumnas, y ella
escasez de alimentos indujo a Lenin a realizar propaganda a me trataría. Me dio su dirección. Ella, cuando vino Hitler,
favot· de la Nuevá Política Económica. Fue en esa época cuando volvió a Norteamérica... Creo que todo esto está descripto en
mi primo me pudo enviar algunas cosas, los cuadros de mi fonna muy imprecisa en el libro.
padre y de mi hermana, que ya le mostré. Lo que se me ocurre, O: Y sí, el lector se pregunta a!<ombrado cómo usted, de

por olra parte, es que algunos críti�s d� �i l bro escriben que, repente, después de haber sido tratado por Freud durante
cuando fui a verlo a Freud, no podía ru s1qutera vestmne por lanlos años, perdió nuevamente el equilibrio psíquico.
mis propios medios. Eso es, obviamente, un disparate. Aquí
uno está copiando a otro.
1 El Hombre de los lAbos... , op. cit., p. 18:1.

64 (;5
mi mente, en realidad una idea extrana. Existen cosas peores

HL: En realidad usted tiene razón. Si yo hu iera estado que perder el dinero. Cuando se está desfigurado, es mucho
co.u·ado, no tendría que haber pasado una cosa as1. peor. Este es, por sí mismo, un pensamiento normal. Pero el
O: Y sob1·e todo tan terrible. hecho de que justo pensara algo así demostró, creo yo, que
.
HL: '{ qué terrible que fue. Fue mucho peor que cualquier estaba fijado a algo externo, que uno no puede estar desfigura­
otra co:;a mucho peor que la historia con la gonorrea. do, digámoslo así. B�eno, tenía este granito en la nariz, y fui al
O: Us�d tuvo un barrit.a en la nariz, y eso lo sacó.totalmente médico del seguro y le dije: vea usted, aquí tengo un comedón.
de quicio. ¿Cómo pudo pasar algo así? Y él me dio una pomada y me dijo: vuelva en tres semanas. Si
}IL: ¿Cómo pasó algo así? Bueno, usted ve, en el caso de la no pasa, no se trata de un granito, sino de una glándula que se
. _
gonon·ua existfa el pensamiento de que yo tem_a algo, algo
ha inflamado.
terriple, algo que no debía ser. A p�sar de que sab1a que no me Me apliqué la crema, no sirvió pa1·a nada, y volví a verlo. El
iba a producir dalla alguno. Lo úmco que había era �1 goteo, Y miró y dj i o : bueno, aquí no podemos hacer nada. Yo: ¿debo
daba re almente lo m ismo, y a pesar de eso yo sufria. A ver, llevar este granito en la nariz toda mi vida? Y bueno, con esto
¡, .:: ó mo lo explicó Freud? Usted lo sabe mejor que yo. no se puede hacer nada, dijo el médico del seguro. Vea usted,
· 0: ¿Mejor que usted? No, no. eso fue Jo primero que, probablemente, me impresionó. Le
HL: Resulta paradójico, pero es así. pregunté a Freud si no me podía recomendar un dermatólogo.
0: No, no es cierto. Me recomendó a Erman n, y fui a verlo. Era judío, un hombre
HL: Sí, de cualquier manera, duró un tiempo hasta que lo viejo. Y éste opinó: es una glándula inflamada, y la podemos
:.uperé, y pensé que no tenía P!nguna !mporta_ncia. Y lueg.o extirpar. Y comprimió la zona y la extrajo. De esa manera se
pa::;ó y apareció nuevamente. €oli la'tlanz ocumó algo parect­ produjo, naturalmente, una n i flamación de la nariz.
do. Áhora bien, ¿qué fue lo que s.uce!iió? Usted me hace e �ta Además, ya había tenido problemas con las glándulas sebá­
pr.;gunt.n, y yo ni siquiera puedo contestarla. ¿Ha e
t do
ru ceas. Me había ocurrido ya en Odessa, y allí también consulté
:.otlguna vez depresiones? por la hinchazón de las glándulas sebáceas. Y en ese entonces
0: Sí. : un médico dijo, con mucho acierto: cuando usted sea viejo y
IIL: ¿Ha tenido alguna idea fija, o no se cruzaron ideas fijas tenga la piel como pergamino, entonces no lo va a tener más,
ea >:> U camino? porque su piel no va a tener más grasa. O sea, este Ermann me
O: Id\las fijas, no sé si puedo lla� arlas así. Cuando t�ngo sacó la glándula. De esta manera, quizás irritadas por la
pe11ssmientos depresivos, en�onces p1enso que nadie me qtuere. presión, se produjo la protrusión de las venas. La nariz se veía
'HL: Y bien, es algo parecJdo. como si estuviera torcida, y estaba totalmente enrojecida. Volví
0; No sé s i eso es una idea fija. a verlo a Ermann y él opinó: podríamos hacer una electrólisis.
HL: Es algo muy parecido. Cuando uno está desfigurado, ¿no Electrólisis quiere decir matar las terminaciones nerviosas.
es C:crto?, entonces la gente no lo quiere a uno. Usted ve, el
Realizó este procedimiento y se produjo algo similar a lo que .
resultado es prácticamente el mismo. Pero cómo fue que tienen los sujetos picados de viruela...
sucedió... fue así: tenía una dilatación de las glándulas sebá­ 0: Agujeros.
ceas, y enlences la.s peo-ueñas v�oitas de la nariz se hinchou:�n HL: Se originaron agujeros, pequeños agujeros, que comen·
y :oe enrojecieron. Y pn.:;do acordarme de que en una ocaston zaron a irritarme, ¿no es cierto? Me miraba constantemente al
.
pasó por m i mente el síguiente pensamiento: has perd1do todo, espejo para ver si se iban. Y no se i ban. Me dije, quiero
pero también podrias eslar desfigurado. consultar a otro médico. Y alguien me recomendó a un derma­
0: Ah sí, entiendo. tólogo conocido, llamado Kren. Este médico ya falleció, ambos

l L: Ahorn mo acnerdo, era una idea de este tipo que pasó por

67
''
vv ,.
fallecieron hace ya mucho. Fui por lo tanto a lo de este Kren y que esto puede extirparse? ¿Con diatermia? Y él exclama: ¡por
él nrira la nariz y pregunta: ¿Quién le hizo eso? Yo le contesto: el amor de Dios, eso deja cicatrices! Pero las otras cicatrices no
Bueno, no me gustat·ía decir su· nombre. Y él contesta: Esto es las encontró. Bueno, está bien, yo sólo quería ver lo que decía.
terrible. ¿Cómo se puede.hacer algo así? Electrólisis, eso deja Ya que él había dicho: Las cicatrices no desaparecen.
cicatrices. Esto se trata de una manera totalmente diferente, 0: ¿Y antes había recomendado la aplicación de diatermia?
la diatermia es el único método correcto. HL: Sí, y luego dijonuevamente otra cosa totalmente distin­
Cuando llegué a casa, después de haber realizado la electró­ ta. Todavía puedo i·ecordar muy bien el escándalo que hizo al
lisis, mi mujer se aferró las manos con desesperación y dijo: exclamar: ¡Por el amor de Dios, eso deja cicatrices! Pero no
¿Qué te pasó?, sangre, sangre, sangre en toda la cara. Se veía encontró estas cicatrices. Y de esa manera se terminó el asunto.
terrible, 1 uego curó, y quedaron las pequeñas depresiones. Y es 0: ¿Y cuando la doctora Mack describió su estado como
por eso que me enojé. Y fui a verlo a este Kren, y en cuanto le paranoia, eso resultó demasiado para usted?
digo electrólisis,junta sus manos y hace teatro. ¿Cómo se puede HL: Bien, la doctora Mack intE>rpretó mi estado en el sentido
hacer algo así ? Y luego d ijo: las cicatrices no se van. Y en el de que el tratamiento con Freud no había logrado interpretar
momento en que dijo eso, yo pensé, estoy desfigurado. El dijo psicoanalíticamente todo. Esa fue su explicación. Pero mi
por supuesto que esto no se va. Usted ve aquí nuevamente algo explicación es distinta. Porque yo sé que le presté muy poca
de transferenc i a... atención a lo q�e ella me dijo. El tratamiento no sirvió para
0: Hacia este médico, el doctor Kren. nada basta que me dijo lo de la paranoia. Recién allí comencé
HL: Sr. hacia este médico, .ya que con los otros estaba a ocuparme del asunto. Yo ya conocía la paranoia.
descontento. ;::.: Yo tenía un tío que vivió como el rey Luis II de Baviera. Un
t
0: Transferencia quiere decir eñ'ea e caso: usted creyó lo que
-�•· ·\-
caso típico de misantropía. Este fue un caso, y luego tenía
él dijo. también un primo por parte de mi madre. Era el hijo de la
HL: Sí, en ese momento creí lo que decía. El afirmó que hermana mayor de mi madre. Tenía una forma más leve de
estaba mal hecho, y eso no me lo había dicho nadie antes. Al paranoia. Terminó intemado en un manicomio de Praga. Pero
principio me molestó ... pero luego se transformó en algo .terri­ estuvo suelto durante muchos años, y todos sabíamos que tenía
ble. Estaba desesperado, y lo único que podía pensar era en lo paranoia.
terrible que era... Mi madrevivió un tiempo en Praga y me contó sobre él. Cosas
0: Este fue el estado que la doctora Mack describió como por el estilo: de repente, en la caUe, notaba que lo perseguían.
paranoia. Entonces saltaba del tranvía, tomaba un tranvía en otra
HL: Sr, sf, y luego me curé a mí mismo. Pero ahora le voy a dirección, luego saltaba nuevamente, y luego a otro' para
cont,at· otra cosa totalmente diferente. O sea, alguna vez pasó, confundir a sus perseguidores...
pasaron un par de años, y luego nose vio nada. Entonces pensé, 0 : ¿Y no pasaba nada?
mo voy üdivertir un poco y voy a ir a verlo a Kx·en, para ver si HL: Por supuesto que no pasaba nada.
�ncuPnLra las cical•·ices. El había dicho claramente: las cicatri­ 0: ¿El creía ser perseguido?
ce!' no desaparecen.' HL: Una vez nos visitó con su padre. Yo pensé, si se queda
0: ¿Y qué fue lo que dijo? aqm_ dos semanas con nosotros, me vuelvo loco. Permanente­
JIL: Nntu•·almente ni siquiera se acordaba que había estado mente cambiaba sus decisiones, era algo terrible. O sea que yo
en ;>u con�ultorio. Habían pasado varios años. Yo le digo: vea sé muy bien lo que es paranoia. Y además, se alimentaba
uslL'd, kuro unas pequeñas venitas rojas en la nariz. El las únicamente de leche, ya que creía que todos los otros alimentos
ntin� y o¡nua: Bueno, eso puede serext1rpado. Yo contesto: ¿Así estaban envenenados. Y ella dice de repente que yo tengo

69
paranoia. Naturalmente, la cosa no me gustó. Y entonces, de
repente, sentí el deseo de no ser considerado como un para­ 0: ¿Eso es lo que le dijo la doctora Mack?
noico. HL: Eso es lo que me dijo.
Yo estaba muy orgulloso de lo que había escrilo Freud sobre 0: ¿Qué quiere decir?
mí: su inteligencia intachable, etc. El era un enemigo de las HL: Usted ya sabe, en el psicoanálisis todo gira siempre
religiones, y cuando yo le conté que ya de njño tenía dudas alrededor de lo sexual.
debido a la contradicción presente en el hecho de que por un 0: ¿Y ella se veía a sí misma como una mujer decente?
lado habláramos de un Dios ani.ado, y por otro lado existiera HL: Ella se sentía una mujer decente. Con una mujer
tanta maldad en el mundo... Yo pensaba, en esas ocasiones, que decente no se habla de cosas indecentes. Eso es lo que se dice
había'.algo que no estaba bien. Y por supuesto me puse muy en general. Pero de sus explicaciones de los sueños y otras cosas
orgulloso cuando dijo que sólo un chico podía pensar en forma parecidas, ni siquiera tomé noticia Tenía que copiar sobre mis
.

tan lógica, y cuando me alabó como un pensador de primera sueño?.. únicamente en el momento en que dijo paranoia

.

clase y qué sé yo. Y de golpe ser considerado como paranoico.


, pro UJO una i mpresión en mí. Bueno, y luego todo pasó en
Bueno, entonces junté todas mis fuerzas, y no me miré más al realtdad en una forma fantásticamente rápida.
espejo, y de alguna manera superé esas ideas. Eso duró algunos 0: Sin embargo no se entiende bien cómo pudo pasar todo
días. En algunos días se había ido. eso. En ese moinento usted no se encontraba en una situación
0: ¿Tan rápidamente se fue? especialmente dificil, y de repente sobreviene esta recaída, que
HL: Sí, desapareció en alguno�ías. Este fue el mayor logro fue peor que todo lo anterior.
que conseguí. Aún hoy no puedo ei\tender cómo pude lograrlo-. HL: Y sí, fue una recaída muy grave. Fue una crisis, que pude
Tan rápidamente, ¿no es cierto?,-.y v,erdaderamente en una superar con la ayuda de la doctora Mack. Pero también se
forma tan f ácil. Entoncesve usted cómo un diagnóstico erróneo podría creer que el hombre no está totalmente curado cuando
puede llevar, en algunos casos, a que el pacientejunte todas sus cae en una crisis de este tipo. En realidad no había razón
fuerzas sana$ para poder superar un determinado estado. Yo alguna. Se trataba de una verdadera enfermedad. Y si Freud
creo que con la doctora Mack obtuve el mejor resultado yá que me hubiera curado completamente, no debería haber caído en
me puse en contra de los psicoanalistas, y tomé por mí mismo este estado.
una decisión. Bueno, ahora vas a terminar de una vez de pensar 0: Quizá tenía dificultades con su mujer.
siempre en tu nariz. Por eso fue tan importante el efecto HL: De ninguna manera. Tuve bastantes dificultades con
curativo. Fue un resultado mucho mejor que el obtenido con ella, en Rusia principalmente, debido a las peleas con mi
Freud, ya que rechacé en este caso la transferencia. madre.
0: ¿Y cómo explica usted aquello que la doctora Mack 0: Pero, discúlpeme usted por ser tan indisc1·eta. Pero la
caracterizó como restos transferenciales no resueltos'? doct?ra Mack ;scribe esto. Ella afirma que usted, en aquella
HL: No sé realmente cómo es que ella lo explicó. Realmente ocastón, ademas ele estar casado con su mujer, tenía relaciones
presté muy poca atención a lo que ella me decía. Algo similar con otras mujeres.
a identificación con la mujer o cosas parecidas, creo yo. En todo . HL: Bueno, tener ob:as mujeres, no se puede decir. Ahora
caso no dijo nada nuevo. Dijo lo mismo que había escrito Freud. b1en, ¿qué hombre ha 5ido siempre fiel a su mujer?
Y yo no reaccioné para nada a sus consejos, y no le presté 0: ¿Usted no le daría entonces demasiada importancia al
atención en lo más mínimo. Todavía puedo recordarlo: hable asunto?
alguna vez con una mujer decente sobre cosas indecentes, ya HL: No, era Lma cosa tt·ansitoria, sabe usted. Ahora, usted
.
que usted ha hecho esto muy pocas veces en su vida. t1ra una pregunta en la cunl deberíamos volver a detenernos.
Por supuesto no es corrccco el hecho de que en ocasiones haya

70
71
Eso no tiene nada que ver con todo el asunto. Pero ella lo puso
sido infiel. Pero eso es... está bien, voy a concluir con este ahora. en el texto.
Bueno, realmente ya le conté a usted todo al respecto. Vi <?: Ella escribe: "Volvió a su antiguo hábito de seguir a las
entonces que él no encontraba estas cicatrices. Pero la pregun­ muJeres en la calle... acompañaba ahora con frecuencia a
ta es: ¿cómo puede origjnarse una idea fija de este tipo después las prostitutas hasta su alojamiento..."�
de haber estado tanto tiempo en tratamiento con Freud? La HL: Bueno, sí, de vez en cuando abordaba a una mujer y
doctora Mack opinó que había quedado aparentemente una luego me 1ba_ con E_!lla. Pero eso era sólo transitorio.
semillita no solucionada, y que esto sería la paranoia. Pero ni 0: ¿Pero su mujer lo sabía?
la doctora Gardiner, ni el doctor E., ni ningún oti-o admitieron HL: No, por supuesto que no. Eso lo hacen también otros
que se tratara de una paranoia. Ella está sola con su diagnós­ hombres.
tico. Y en las personas que sufren realmente de paranoia, la 0: Es c ierto. ¿La doctora Mack conocía por lo tanto a su
paranoia no desaparece. Y además tan rápidamente, en algu­ esposa?
nos días, eso no eJ.."iste. Y bien, ella se equivocó, y debido a este �L: Sí, ):'a no me acuerdo porqué pero en una ocasión dijo que
error yojunté todas mis fuerzas y lo superé. Bien, ¿qué es lo que terna que 1r con Teresa. Y entonces consideró que no era para
dice usted, dijo algo con respecto a otras mujeres? nada hnda. Estaba en conh·a de m i esposa. Creo que era por
O: Yo pensé que usted tenía algún tipo de dificultad con su celos, porque Freud la había alabado. Usted sabe cómo es esto
mujer, quizá dificultades sexuales. Y usted contestó que eso no para las muje¡:es, aun cuando una mujer sea psicoanalista.
era correcto, porque un hombre a veces puede ser infieL 0: Pero a su mujer no se lo dijo.
L
HL: o que ella escribe es otro asunto. Estas son cosas.. . La HL: No, a mí mujer no, pero a mí sí. Dijo que no era para mí.
doctora Mack tenía, de alguna Í � ii � et:-�· algo contxa mi mujer.
�:f Intentó ponerme en contra nada menos quede mi propia mujer.
O: ¿Ah sí? Por favor, éstas son cosas...
;·_,
HL: Sí. Yo creo que había algo de'celos detrás, ya que Freud 0: Eso no es del todo correcto.
-··

la había encontrado muy hermosa. HL: No, por s�puesto que no es correcto. Yluego escribió una
0: ¿A su mujer? cosa qu� es un d1sparate, lo que ella escribió. Que yo de vez en
HL: Sí, ella era realmente muy bonita, y a él le pareció:muy cuando 1b � con alguna muJer por allí, eso no tenía nada que ver
simpática y otras cosas. Y la doctora Mack. .. con la nanz. Y bueno, era una psicoanalista ortodoxa que por
0: ¿Ella no era linda? d
supuesto creía todo lo que Freud decfa. Ahora' ¿uste cree en
HL: No, no era linda. Era del tipo yiddisch. Bueno, tampoco el psicoanálisis?
era hon;ble, claramente un tipo yiddisch. Quiu\s eso la moles­ 0: Yo soy escépli<:a...
Laba un poquito. Horrible no era. Unicamente era muy decidi­ HL: Es escéplicH.
da. Puedo recordar que una vez me quejé debido a mi situación 0: Algunas cosas de las que Freud descubrió están
con
material, y ella contestó: A usted le va mejor que a mí. Por un seguridad muy bien. Considero impresionante su sistema.
Si.
lado es cierto que yo tengo más entradas, pero también tengo por otro lado, sirve como método curativo, es un hecho que mé
muchos más gastos. Y usted no tiene tantos gastos. Dio vuelta plantea algunas duelas. Bueno, pienso que, de alguna maner
a,
las cosas de tal manera que el hombre rico resultaba en usted me lo confir10ará.
realidad pobre ya que tenía muchos gastos. Eso era típicamen­ HL: Bueno, están precisamente estos dos extremos. Cuando
te americano. Sí, esta historia tan extraña, cómo pudo suceder. no existe Lra.nsferencia, entonces no sirve para nada. Pero
si
¿Quién puede contestarlo?
0: Sí, y cómo... 2. Ibídem, pp. 1S7-188.
HL: ¿Y qué fue en realidad lo que escribió sobre las mujeres?

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72
está presente la tt·ansfcnmcia, entonces �xiste el peligro de que
usted comience a establecer tnmsferencu1s con los demas, _ y no Siempre quería ahorrar. Después, cuando pude ahorr
ar un
pueda tomar decision�o�s por sí solo. Yo creo que esto fue lo que poco de dinero, compramos bonos para la vivienda.
sucedió en mi caso. A través de la unión tan intensa con Freud Yo quería comprar en realida(i una ca,sa, pero ella no quería
establecí transferencias con otras figuras, que de alguna mane­ _
hac:erlo, ella quería s implemente ahorrar. No era más que
una
ra podían representar al padre. Ya le conté a usted lo que tlp1ca alemana. Y lnego, cuando vinieron Jos nazis y
elevaron
ocurrió con el dinero, que no hice nada de nada. Eso fue un error el valor oro de los títulos hipotecarios, quizás enton
ces sintió
muy grande. que había dicho algo equivocado...
Y antes de salir de Rusia dcbctía haber preguntado a mis 0: Y usted trabajó luego en una compañía de segur
os.
conocidos cómo hacer para salvar mi dinero. Conocíamos una HL: Sí, realmente era muy poco agradabl e. Había que ver la
rica fañiilia de armadores navieros, eran gente muy decente, manera de conseguir clientes. En realidad nada extraordinar
io.
que me h ubieran podido ayudar. Pero no, yo voy al banco y Me J:ubie �
a gustado más trabajar en un
banco. Pero quién sabe si
hablo con el director del mismo. Y él me dijo: Si usted viaja a b�b 1era s
1do mejor En realidad me hubiera gustado trabajar por
.-
Alemania o a Austria, es mejor que lleve coronas y marcos. Y rru cuenta, pero rru esposa quería algo concreto, seguro
.
eso fue lo que hice. El me dio este consejo, obviamente, porque 0: ¿Y qué es lo que hubiera hecho en caso de poder
trabajar
quería sacarse de encima las monedas peor valuadas. Pero la por su cuenta? ·
transferencia siguió actuando, bueno, es un director de un HL: Me h ub iera gustado por ejemplo ser comerciante...
banco... esto es sólo un ejemplo. O..Sea que l a transferencia es 0: Y antes de conseguir el trabajo en la ase� radora, ¿reci­
.
una cosa peligrosa. Si uno conslctera�todo críticamente, no bJeron la ayuda financiera de Freud?
queda mucho del psicoanálisis. Buerw;-.¡¡í, ayudarme me ayudó. HL: En algún lado se dijo que mi mujer y yo vivimos a costa
Usted ve, la doctora Mack hizo un diagnóstico erróneo, y a de Freud. Eso no es cierto. Unicap¡ente me ¡¡.yud9 en algunas
través de este diagnóstico erróneo me curó. oportunidades a salir de apuros. Me dijo: Yo ;recibí dinero de
O: En verdad, ¿cuánto hace que vive usted en esta casa? usted, tome ahora usted algo de mí. El tenía pac ientes extran­
HL: Desde 1927. En Rusia conocimos oficiales austría-cos, jeros y alumnos, y por eso tenía monedas extranjeras dolares
que se establecieron luego en Sankt Georgen, sobre el Attersee, y lil:¡ras, y entonces me podi¡¡. dar de vez en cuando ·aÍgo.
y abrieron allí una pequeña fábrica dejabón. Ellos propusieron 0: Pero él bacía una colecta una vez por año para usted.
que nos fuéramos a vi,rir a Sankt Georgen, y me ofrecieron un HL; No, no, qunca escuché nada sobre eso.
lugar pan1 Lrnbnjar :dli. :/li[i mujer pasó todo un invierno en 0: Pero por favor, la doctora Mack escribe: "Freud inicia
Sankt Georg<!! Y yo vtví aquí en Viena, en Floridsdorf. Des­ entonces una colecta de dinero para su ex paciente, q�e tanto
pués de la guerra hal.na una escasez terrible de viviendas, era �
había aporta o a los fines teóricos del psicoanálisis; desde e¡¡e
necesario levantarse a las 6 ele la mañana, bien temprano, y momento rcp1te la colecta todas las primaveras, durante seis
salir corriendo pant poder conseguir un cuarto. Tardé bastante años."3
tiempo hasta que pude cnconLt·ar un cuarto. Más tarde pude HL: Pero no, eso no es correcto.
encontrar iod •;ive do� � mbientes.
·

l
0: Que no es correcto, por favor...
"
Y esta vn - .rla, mi nn1jer realmente no .la quería. A mí me HL: No, es cierto que de vez en cuando fui a verlo y él me dio
gustaba pur"' •.• tenía lllucha luz para pinta . De repente me
r

'1 un par de libt·as, pero en ningún momento me dio una suma

1
llama a la c( mpañía ri.c seguros, y me dice que alquiló la gr_ande de dinero. Me ayudó un poco hasta que pude conseguir
vivienda. Má., l.< rdc repeLía siempre que odiaba esta casa. m1 puesto. Luego la cosa se terminó.
Entonces mudémonos, decfu yo. Pero tampoco quería hacerlo.
3. Ibidem, p. 182.
74
75
0 : ¿Entonces usted no reC'ibió todos los años esa colecta?
En re�lidad, cuand� estuve después en Londres, podría
HL: Conseguí mi puesto en la aseguradora ya en el año '22. haberlo V1Sltado. El sab1a con seguridad que yo estaba allí. Pero
0: ¿Por qué es que escribe eso la doctora Mack? no tuvo ganas. La doctora Mack consideró todo como un asunto
HL: Son fantasías de ella. peligroso, por los naris. Que los nazis se enteraran de alguna
0: ¿Y qué pasó con las joyas? manera que yo estaba en contacto con los psicoanalistas. Y la
HL: Las joyas me las trajo un conocido de Rusia. doctora Gardiner escribió también que existía un riesgo. Pero
todo salió bien.
0: Sí, y ella escribe... ¿acaso usted no leyó nunca el libro?

HL: Oh, sí, ¿qué escribe? 0: ¿Freud sabía que usted estaba en Londres?
0: Escribe: "Por lo tanto, no contó a nadie que poseía las joyas. HL: Con seguridad que sí.
El tell}Ol' de perder la ayuda de Freud no le dejó pensar que este 0: ¿Cree usted que él debería haberle esCI;to diciéndole que
no hab1ía permitido que éste gastara su pequeño capital".• lo quería ver?

H : No, eso tampoco es cierto. Es un disparate. Las joyas HL: Creo que si, ¿no? Bueno, tenía cáncer, y también el
asunto con los nazis, y también estaba muy viejo.
cons1stían en un collar, que nos enviaron de Rusia. Y por este
collar recibimos, creo, algo así como 8.000 chelines, y con ese 0: Murió muy poco tiempo después.
dinero compramos la vivienda. ¿Qué es lo quehabía que ocultar HL: Murió poco tiempo después, estaba verdaderamente
en eso? muy enfermo.
0: ¿Por qué, entonces, la doctora Mack afirma algo así ? 0: Pienso también que, en realidad, él debería haberlo
HL: No, puede ser otra cosa. Cr;eo que Freud nos dio durante invitado.
algún tiempo dinero, cuando yqji�tenía mi trabajo, y cuando HL: Yo esperaba algo así. La doctora Mack había opinado

la doctora Mack se enteró opinó:'U!Jt� ahora tiene un trabajo, que �e trataba de un asunto peligroso para mí. No sé, yo no
sentía en aquel momento que se tratara de algo peligroso... en
ya no necesita nada más de Freud:-<'' -'<..,
0: Pero Freud sabía que usted ten[� trabajo. ese ;ntonces la doctora Gardiner me envió 100 dólares. Pero yo
HL: Por supuesto, por supuesto. tema algunos ahorros, y por lo tanto no los necesitaba y se los
0: ¿O acaso usted le ocultó que había conseguido un puesto? envié de vuelta. Muy poco tiempo después recibí una citación
HL: No, ya se lo había dicho. En todo caso se trataba de dela Gestapo: está sacando moneda e:>.-tranjera del Reich. Tuve
algunas entregas, de vez en cuando, no eran entt·egas regula­ que ir tres o cuatro veces, y siempre comenzaban, una y otra
res. Y luego yo consegtú mi puesto. Puedo acordarme, una vez vez, con este tema. Yo dije: es que no lo necesitaba. No pensé
fui a verlo.. . él tenía dos cuartos, uno al iado del otro' y entró al para nada en ello. Una vez fui al interrogatorio, y uno comenzó
.

segundo, y me dejó en el primero. Buscó entonces el dinero que a hablar conmigo en ruso. Sabía hablar rllSO. Y entonces, este
me iba a entregar, y yo lo seguí. Entonces exclamó: ¡No, no hombre dijo: el asunto está terminado.

entl·e aquí Tal vez pensó: Dios mío, qi.té es lo que le ocurre, ¿y 0: ¿Y fue en lo de la doctora Mack donde usted conoció a la
doctora Gardiner?
s1 me �ses¡na aquí? Naturalmente, retrocedí en seguida.
HL: Primero impartí clases de ruso a una inglesa, que sé
0: SID embargo, creo que debería conocerlo muy bien.
llamaba Strachey. Luego, estaba en tratamiento con la doctora
HL: Sí, por supuesto, en tocio caso gritó. Y luego, cuando mi
mujer se suicidó, él no quiso recibirme. La mucama me dijo, los
1 Mack, y allí estaba también la doctora Gardiner, que hacia
1 también psicoanálisis con ella. La vi por primera vez en la sala
na�is acaban de irse; él esLá enfenno, y no puede recibirlo. Así,

'1
de espera de la doctol'a Mack, pero en ese entonces no supe que
no lo volví a ver más después de la muerte de mi esposa.
esta mujer iba a tener un papel importante en mi vida. La
doctora Mack siempre quería tomar lecciones de ruso, pero
4. lbidem, p. 18a.

7'1
76
quiere hablar sobre el presente. ¿Por qué, en realidad? Qu�zás
luego no tenía tiempo. Y un día me dijo que la doctora Gardiner
es ingenuo de mi parte, pero yo creo que una persona que t1ene
quería que le enseñara ruso, así,qu� me conecté con ella. O sea
tantos años de psicoanálisis detrás puede h&ular sobre todo, o
que nuestra relación es muy a;ntlgua, pero nunca fue muy
bien sobre casi todo.
cercana. Unicamente intercambiamos cartas, y nada más que
HL: Usted me pone exactamente en el tema. Tengo que
eso. Y bueno, la doctora Mack... siempre tuve la impresión de
contarle algo muy t�rríble. Tengo una amiga.
que la doctora Mack de alguna manera no me quería. Y la
0: ¿Y qué?

doctora Gardiner me escribió, después de la guerra, que


HL: Podría venir aquí, y sorprendernos.
la doctora Mack siempre había hablado con entusiasmo de mí,
O: ¿Y eso sería tan terrible?
de mi intuición y de la lógica... me sentí muy sorprendido HL: Probablemente se pondría terriblemente celosa. Es,
entonpes.
precisamente, una mujer muy impulsiva, y podría hacer una
Por 'Otro lado yo pensaba que tenia que representar aunque _ .
escena. Me encontré con ella hoy a la marrana por casualidad
sea algo para ella. Porque una vez había dicho: usted me
en la calle. Es por eso que hoy estoy tan intranquilo... es muy
recuerda a un artista norteamericano, que sufrió mucho. Su
poco probable que justo hoy vaya a venir. A pesar de ello estoy
nombre era Brunswick. Sí, ella se casó con este artista. Y si me , Por favor, ella
siempre muy nervioso cuando usted está aqm.
encontraba parecido al hombre con el cual se casó, tengo que
viene muy poco.. ,
haberle sido simpático de alguna manera... En aquel entonces
O: Lo siento mucho, pero no podia saberlo. .
conocí también a Stekel, que es un alumno de Freud. El tenía
HL: Yo pensé que podría decir que usted está aprendiendo
un perro con un nombre ruso, al:�.al le preguntaba: ¿Cuál es
ruso conmigo.
el primer psicoanalista por el alfa�to2. Y el perro contestaba:
0: Sí, ¿por qué no lo hace?
A-bra-ham. Es cierto, yo lo vi. El le Rt;�
i:l:lntaba al perro: ¿quién
HL: y bien, ella sabe que yo ya no enseño más. He pensado
es el primer psicoanalista? Y el per ro: :Aa-braa-haam...
que en caso de ser necesario, le voy a decir que se trata de una
0: Qué cómico.
antigua alumna...
HL: Y luego, el doctor E . me dijo: la princesa siempre h�bló
0: ... que justo está de visita... .
con las mejores palabras de usted... lo de la princesa es algO' así:
HL: En caso de ser necesario. Sólo en caso de ser necesano...
era una gran admiradora de Edgar Allan Poe. Y a mí me puso
Debo decirle algo. He pensado esto una y otra vez. ¿Deberíamos
de alguna manera en esa categoría, por supuesto no por mis
encontrarnos en un café? Pero, si lo quiere la suerte, ella
logros, sino por el carácter. Leí una ve" que un cJ1tico francés
entraría en este café precisamente. He tenido tant� mala
llamó a eso has romantisme, un bajo romanticismo, donde se
suerte en mi vida, me han ocurrido tantas casualidades
habla de muerte y masoquismo y sadismo, donde todo desem­
tontas...
boca en la locura. Eso le producía aparentemente una gran
O: Entonces lo mejor es que usted venga a venne.
impresión a esta gente. Yo no tengo para nada el Lipo de Edgar
HL: ¿A su casa?
Allan Poe...
O: Sí.
0: ¿Esta era Marie Bonaparte?
HL: Bueno, es preferible hacer el viaje y no que pase algo
IIL: Sí. Leí su libro. Creo que no era del todo nonnal. Era una
desagradable. Estoy contento, en realidad, de que hayamos
gran mujer, una gran tipa. En aquel entonces, en París, me .
encontrado una $Oluci6n. �y, Dios mio, todo esto es te'"?ble�1ente
invitó a almorzar, pero tuve que decil' qué no. Estaba en un
desagradable. Esta mujer no me comprende en 1? �1�s rnmuno.
estado deplorable, después de la mue1·te de mi mujer...
Considera al psicoanálisis como algo totalmente mutil.
(Sigue una pausa prolongada.)
0: ¿Van a casarse?
0: Hay una cosa que no entiendo del todo: usted dice que no

79
78
HL: No puedo casarme con ella, ya que no me comprende en 0: Yo habría esperado que, en algún momento después del
lo más mínimo. Y por eso siemp¡·e surgen peleas, ella quiere análisis la fijación con las mujeres simples hubiera terminado
casarse sí o sf. y que u �ted se hubiera buscado una mujer que estuviera a su
0: ¿Qué edad tiene? nivel.
HL: Sesenta. Una vez ternúnamos, yo debería haber dicho HL: He conocido compañeras del trabajo, pero no eran en
entonces, no quiero seguir. Hoy ya no puedo decirlo, ella está realidad mujeres intelectuales. Mi mujer Teresa tampoco era
enferma... muy inteligente, per<! por lo menos tenia comprensión pa_ra el
0: ¿Cuánto liempo hace que la conoce? psicoanálisis. Bueno,· en realidad hay muy pocas muJeres
HL: Aproximadamente unos 25 años. intelectuales. Y en comparación con mi hermana, cualquiera
0: ¿Y cuándo se pelearon? hubiera tenido unaparte muy dificil. Mi hermana era realmen­
HL: Hace 20 años. Sólo durante un par de semanas. Luego, te muy inteligente. Ninguna hubiera podido acercarse fácil­
por ca,sualidad, nos encontramos en la calle. Y ella dijo: recon­ mente. Usted es también, en realidad, una mujer extraordinaria.
ciliémonos. No debería haberle he<;ho caso. 0: ¿Yo? ¿Le parece?
0: Me parece que usted tiene bastante éxito con las mujeres.
HL: Casi demasiado. Tampoco entiendo por qué.
0: Yo sí lo entiendo. Si lo compa1·amos con un vienés medio,
que piensa únicamente en la comida y en el vino... si no quiere
más a esta mujer, entonces termine simplemente su relación
con ella.
HL: No, no puedo hacerlo. .
0: Entonces quédese con ella �y··liusque una segunda, con la
cual se entienda mejor. -·:'- -
'
-

HL: Es demasiado tarde para eso.


0: ¿Y su amiga no sabe nada de su existencia como Hombre
de los Lobos?
HL: Sabe que estuve en tratamiento con Freud, pero del libro
no sabe nada.
0: ¿Usted no le contó nada sobre eso?
HL: Pensaría que uno es millonario por haber escrito un
libro.
0: Y el a t-tículo que yo escribí sobre usted, ¿tampoco lo leyó?
HL: Por suerte no.
0: ¿Trabaja?
HL: En una época trabajó. Pero luego se enfermó, y vivió de
lo que le daba su madre, y ahora vive de lo que le doy yo.
0: En realidad aún hoy sigue siendo así, que usted se
interesa por las mujeres senciUas.
HL: ¿Ha leído usted mi libro? Entonces sabe que la mujer
intelectual era mi hermana.

80 81
REMANENTES DE LA INFANCIA

Hombre de los LobQs: Sabe usted, de vez en cuando me siento


repentinamente tan débil. Bien, no debe olvidar que en enero
voy a cumplir 88, y ésta es una edad donde uno ya no puede
esperar demasiado. ¿Qué es lo que piensa usted verdadera­
.
.. .... . ·� mente de lo que escribe la doctora Gardiner sobre mí?
Obholzer: Y bien, escribe cosas muy agradables...
HL: No hay demasiado escrito en el libro sobre el tiempo
después de la Segunda Guerra, ¿no es cierto?... bueno, usted
sabe que siempre tengo muchas dificultades con mis dientes.
Tengo dos prótesis, una de ellas me hace sentir mal, y la otra
me duele. Y sin dientes me veo terrible. Y cuando como, es algo
terrible. La dentadura original es siempre la mejor. Bueno, qué
es lo que yo queria todavía... queria comentade sobre este
Viktor.
Esta mademoiselle, nuestra gobernanta, estuvo con unos
polacos antes de venir a trabajar con nosotros; pero no se
trataba de polacos ricos y distinguidos, sino de comunes mor­
tales. Estaba empleada con una familia, creo que el padre era
mMico militar, y el hijo se llamaba Viktor. El asunto es que
si�mpre oíamos historias sobre este Viktor. Siempre empezaba
a contar algo, luego continuaba, y de repente se olvidaba por
quó hsbía empezado a contarlo... bueno, en todo caso, contaba
historias sobre este Viktor. Y luego, por casualidad, no sé bien
e11 qué circunstancias, conocí a este Viktor.
Lo.;; rusos son en realidad más bien lentos. Por lo menos

83
existe un proverbio en ruso, quizá tenía valor únic�mente para
los rusos de antaño y hoy perdió vigencia. Pensar con el cerebro ext1·emadamente nacionalista, y que él era su líder. Aparente­
de la reta uardi . .. esto significa q�e el ruso es inteligente,
a mente se fue a lsrael y se transformó en un hombre famoso. En
¡::
pero que siempre se da cuenta demasiado tarde de las cosas. El aquel entonces tomé algunas fotografías, donde estaba tam­
ruso sabe las cosas recién cuando ya es muy tarde, se da cuenta bién él, pero cuando entró Hitler las rompí.
demasiado tarde de las cosas. Los rumanos son mucho más En aquella época, rrri padre organizaba grandes festejos, e
vivaces que los alemanes o que los rusos, podría decirse. Y este invitaba a los periodistas. Hubo un cierto tiempo en quese bailó
� iktor daba la impresión de no tener para nada el tipo ruso, mucho entre nosotros, en ocasiones también invitaban a estu­
Sino de ser enteramente rumano. Era muy vivaz, era muy diantes, siempre se trataba de algún asunto de estilo político.
pequeño, me hice arrrigo de él. Y mi madre, que no se ocupaba para nada de la política, tuvo
Por supuesto que yo no me involucraba en la política. Y mi una vez la idea -probablemente no tenía demasiado claro el
padre publicaba una revista liberal. Y porque nadie sabía qué hecho de que estas dos cosas no van juntas-, de juntar política
nombre ponerle, mi madre dijo: Lo mejor es Quo ua.dis? y veladas de baile e invitar al mismo tiempo a los periodistas
0: ¿Y por qué le pusieron el nombre Quo ua.dis?? y a los estudiantes. Y fue en una de estas ocasiones cuando vino
HL: No, no, al final tuvo un nombre sirrrilar a Noticias del también Viktor.
su r, �o es posible hacer una traducción literal, algo así como Bueno, en todo caso, no sé si fue casualidad, si fue intención,
. pero uno de estos bailes tuvo lugar el 14 de diciembre. Y el 14
DLano alemán del sur, Diario de la Rusia meridional, ¿no es
cierto? Era una publicación mensual. Bueno, me hice amigo de de diciembre se recordaba la revuelta de los decembristas. El
este Viktor, me resultaba muY-simpático, y una vez.que .,;no a �
14 de ciembre de 1825, tras la muerte del zar Alejandro, se
verm� traía una cinta con Tos-;·colores austriacos en el ojal, produJo la revuelta de los decembristas contra Jos zares. No sé
amanlloy negro. Yo pregunto: ¿Que es eso que tienes en el ojal? si mi pad1·e fijó esta fecha a fin de conmemorar el acontecimien­
Bueno, ctice él, y me cuenta que fundó una Jiga. Usted sabe que to, o si fue casualidad. En todo caso, acudieron estudiantes que
los estudiantes rusos son todos revolucionarios. Pero él fundó se ocupaban poco de la política, entre ellos este Viktor con su
exactamente lo contrario, una liga monárquica. Y la ci.nta era insignia y, además, los colegas del periódico. Y uno creyó
su símbolo. reconocer que se trataba de una reunión de monárquicos, y
·

En uquel entonces sufrimos la Guerra Ruso-Japonesa, y a estaba horrorizado (se ríe). Yle dijo a mi padre: ¿Sabe usted que
algunos que eran muy patriotas les tocó muy íntimamente el su casa alberga a un monárquico"? Al dia siguiente, mi padre me
hecho de que Rusia, un país tan colosal, perdiera. Fue un lo echó en cara, había decidido que no se podía permitir que yo
asunto totalmente vergon?.oso, el pequeño Japón derrota al pafs tuviera amistad con un monárquico, uno de sus colaboradores
colosal. Este Viktor era también, corría el año 1904, un patriota. se lo había recriminado y otras cosas por el estilo. Por supuesto
1\ mí no me molestaba, yo pensaba: ¿Qué me importa esto? que, en esemomento, a mí meresultabamuy doloroso tener que
El periódico de n:ú padre era marcadamente liberal. No alejarme de él sin más ni más ...

estaba prohibido expresamente ser liberal, pero se trataba por 0: ¿Lo hizo?
r;upuPsto de un partido opositor desde el punto de vista del HL: Bueno, lo hice y no lo invité más a partir de ese momento.
gobierno. Ylos periodistas que tenían contacto con n:ú padre no Pero tenía que verlo una vez más. Ya habíamos arreglado una
me producían una gran impresión, con algunas excepciones. excursión a un balneario a orillas del mar. En aquelJa época
Puedo acordarme de uno, un judío; en Odessa había muchos casi no había autos, qujzá� había un solo automóvil en toda
judíos y periodistas también, éste me llamó la atención, y Odessa, había coches tirados por caballos. El alquiló uno de
n•ud•o después leí en el diario que existía en Israel un partido estos coches, y viajamos con él hacia este balneario. Y en el
momenln en que salíamos de excursión, veo repentinamente

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cias sobre la inflación. Y entonces yo le dije a mi madre, mi
que mi padre viene bacía nosotros, mi paclre que me había padre no había venido con nosotros: ¿No tendríamos, tal vez,
prohibido tener tratos con él. Claro, obviamente eso me resultó que tener parte de nuestro dinero en el extl'anjero? Piense
muy desagradable, y no sabía bien qué es lo que !;enía que usted por un momento que yo tuve esa idea. ¡Yo! Yo mismo no
hacer. Nos miró, a � y a este Viktor. Yo simplemente no tenía dinero alguno. Pero bueno, después, cuando tuve algo de
saludé, pensé que quizá no nos reconocía. Miré simplemente dinero, tampoco lo hice:
hacia adelante, no saludé, y él tampoco dio señal alguna de 0: ¿Qué fue lo que dijo su madre?
vida. Si nos reconoció o no, no �o sé, nunca lo pude aclarar. HL: Nada, lo ignoró. Una vez mi madre viajó a Italia con mi
0: ¿Nunca habló con él sobre eso? hermana, y vieron una mansión desocupada a orillas del lago
I;IL: No, nunca hablamos de ese acontecimiento. El me de Como. Mi madre le preguntó a mi hermana si quería que se
podría haber hecho reproches, pero nunca dijo nada, y natural­ la compraran. Mi hermana no la quiso, y asf terminó el asunto.
mente yo tampoco. Me di cuenta entonces de que, bueno, tienes No era que mi madre quisiera comprar la mansión para sí
que ponerte serio con Viktor, interrumpí la amistad y no lo vi misma. Bueno, creo que todo sucedió como consecuencia de la
más. En todo caso esta historia debe ;haber producido una guerra. Si no, con seguridad todo habría sido muy diferente, no
impresión muy fuerte en mi. Cuando más tarde leí el libro de puedo dedr cómo, pero creo que Rusia se hubiera transformado
MereshkovskiEl 14 de diciembre, se despertó en mí un interés en una democracia parlamentaria. Mi padre pertenecía al
muy grande por estos decembristas, quiz.á por este asunto. En partido de los cadetes·...
el colegio, lógicamente,jamás',escuchamos nada de la revuelta 0: ¿Cuál era el objetivo político de ese partido?
de
. los decembristas contrá-los zares. Sabe usted es muy .
HL: Sí, yo creo que no tenían muy claro su objetivo, o lo que
'
� ��resante, los nobles rusos desc�ndían de los varegos, los querían, una república o... en todo caso, una monarquía imi­l
Vlkingos suecos, y hubo quienes opinaron qu.e se trataba de una tada por un parlamento. Y cuando estalló la revolución, que­
revuelta de los vikingos contra los alemanes, porque el zar era rían algo de acuerdo con el modelo inglés, no de acuerdo con el
en realidad alemán. Todo esto me impresionó de tal manera modelo norteamericano, ya que el presidente de Norteamérica
que, más tarde, escribí un guión para una película sobre esa tiene demasiado poder. O sea, en el caso de querer una monar­
revuelta de los decembristas. qtúa, querían una monarquía constitucional, pero creo que en
0: ¿Qué pasó con ese guión? realidad estaban a favor de la idea republicana.
HL: Laverdades que, hace algún tiempo, aquí mismo en Viena, 0: ¿Estos demócratas constitucionales estaban a favor de la
lo destruí, yo no tenia ninguna relación con los círculos literarios. independencia de Ucrm1ia?
0: ¿Puede acordarse de la revolución de 1905? HL: Sí, bueno, en realidad no eran miembros del Movimiento
HL: Sí, había una gran agitación, nosotros reforzamos nues­ de Liberación Ucraniano, pero los liberales estaban a favor de
tra casa con barricadas, mi padre se compró una Browning, que esos territorios tuvieran más autonomía, y el diario había
para defendernos. Normalmente no existía la pena de muerte, tomado esa posición. Sabe usted, cuando yo era un niño ni
pero en aquella época tuvieron lugar muchos ajusticiamientos. siquieraexistía la palabra Ucrania. Había rusos pequeñosy rusos
Después pasó todo. Se pensaba que todo se había tranquilizado grandes, y a los ucranianos se los llamaba rusos pequeños.
nuevamente. Alrededor de 1908, ya nadie pensaba más en ello. 0: ¿Acaso los ucranianos no hablan otro idioma?
0: ¿No hubo un cambio de opinión, de manera tal que HL: Sí, el idioma es algo diferente.
algunos tenían el sentimiento de que no todo iba a seguü· siendo 0: ¿Es un dialecto, o un idioma distinto?
siempre así?
HL: En realidad no. Después de la revolución de 1905, • Cndctcs = K. O.= llt?nHkrata� Gonstitucionnlcs. (N. del T.)
fuimos al extranjero. En 1906 los diarios siempre traían noti-
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HL: En realidad, es un idioma distinto. Actualmente existe
la República Ucraniana, y yo creo que el idioma es el ucraniano, 0: No es así, que yo sepa.
en todo caso, las diferencias son mucho más marcadas que HL: Está bien, no llaman tanto la atención quizá pero,
anteriormente. Antes únicamente los campesinos hablaban privadamente, cuando expresan su opinión, son, la may01ia de
ucraniano. las veces, extremistas. Por lo menos en mi experiencia.
0: ¿Acaso usted hablaba ucraniano? O: Mi experienc.ia en ese sentido es totalmente diferente.
HL: No, no lo hablaba correctamente. HL: ¿Ah sí? (!-lace uni! larga pausa). Se me ocurre al respecto
0: ¿Pero lo entendía? otra cosa, que tiene que ver con la política. El padre de este
HL: Sí, es bastante parecido, de manera tal que se puede doctor Drosnes, que me derivó a Freud, usted lo recuerda, tenía
entender, en todo caso es el idioma más parecido al rupO, pero una institución psiquiátrica. Y cuando yo comencé con las
se trata de un idioma propio. No sé si ya le he contado al depresiones, mi madre consultó al padre del doctor Drosnes. Y
respecto, yo tenía un CQ.I)dis.cípt!lO que era ucraniano. No tenía . él opinó que yo tenía que hacer más movimiento, tenía que
ninguna otra particularidad por la cual qebiera recordarlo, su ·aprender carpintería, tenía que cepillar y otras cosas por el
nombre era Nikovsky. Y entre 1917-1919 hubo un gobierno estilo. Bueno, creo que eso ocurre en algunos sanatorios, que
ucraniano, que no duró mucho tiempo: los bolcheviques lo hacen trabajar a los pacientes. En todo caso, mi familia hizo
liquidaron muy rápidamente. Estábamos en la misma clase en venir a un carpintero. Habitualmente, estábamos en el campo
el colegio, pero yo no tfi!nía ningún contacto con él. Y de repente únicamente en los meses de verano, y en el invierno no pasaba
leo en el diario que era el ministro de relaciones exteriores del nada en ese lugar. Yo tuve la idea de quedarme algún tiempo en
gobierno ucraniano en Vien¡¡., y que se alojaba en el Hotel ese lugar, e hice transportar un banco de carpintero a la finca.
Habsburg. •' No puedo recordar bien si le dediqué algún tiempo a esa
-

.•.

Yo pensé: ¡Este, y encimá i 1


1il�fstro!, lo tengo que visitar. ocupación allí...
e:ñor ministro lo recibirá. Y
Primero vino un secretario: Sí, et' ·$' 0: ¿Le resultaba entretenido cepillar madera?
él apareció, y tuve la impresión de que era dos cabezas más alto HL: No, no mucho. Bien, en ese entonces el psicoanálisis no
que en el colegio secundario, vestido muy elegantemente, el era conocido, y los médicos intentaban aplicar este tipo de
cabello engominado, de repente un gran señor. No hablé mucho cosas. En los sanatorios, muchos pacientes fabricaban bolsitas.
tiempo con éL Puedo recordar que mencionó que el periódico de En todo caso el hecho fue que el banco de carpintero fue
mi padre había tomado partido por el movimiento ucraniano. trasladado a la finca. Sí, y en Rusia existía una policía política,
Más tarde escuché que, en Norteamérica, era el presidente de que estaba prácticamente siempre cerca. Había dos tipos de
un part ido que abogaba por la independencia de Ucrania. gendarmes, unos con uniformes azul claro, que et·a la policía
Pero bueno, sigamos hoy con la política: nunca me ocupé de local, a la que veíamos muy poco. Los otros tenían uniformes
la política, pero la polilica se ocupó de rní. azul oscuro y éstos eran, no sé cómo llamarlos, hoy en día se
0: ¿La política no lo interesó especialmente en ninguna habla siempre de servicios secretos... bueno, era simplemente
ocasión? la policía politica. De repente me llega una citación de la policía,
HL: A mí me interesaban la pintura y la literatura, la política cuar1do yojam< ÍS me había ocupado, obv iamente, de actividades
no es en realidad más que una eterna lucha, y también están los políticas. Entonces fui. Un policía me saluda y me señala un
fanáticos, y nunca me gustó el fanatismo. Las mujet·es adoptan sillón: Por favor tome asiento. F.:ntonces viene un oficial, y el
una postura especialmente fanática dentro de la política. oficial dice: Nos ha llegado la noticia de que una máquina de.. , .

0: ¿En quién piensa usted e.n especial? ¿cómo se dice máquina ele imprimir?
HL: Bueno, es una cosa muy conocida. 0: Una prensa de impri.núr.
HL: De que una prensa de imprimir ha sido transportada a

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el hombre que csLaba a cargo tuvo lástima de mí y me dijo: No
la finca, y que en ese lugar se imprimen proclamas contra el deje que lo enrolen. Después de terminar la revisación, ya no va
gobierno zarista. Yo digo: Esto es una equivocación, y expliqué a poder hacer más nada. Entonces va a tener que hacer el
cómo era la cosa. Bueno, fueron muy amables conmigo, aparen­ servicio militar como un soldado común, y no como un volunta­
temente lo de la prensa era sólo un pretexto. ¿O es que rio. Me fui y le conté todo el asunto a mi madre, y ella lo arregló
realmente se lo creyeron? De repente comienza con otra cosa: todo. Bien, esto fue tan:}bién un episodio...
Dígame usted, ¿por qué su señor papá está contra nosotros? 0: ¿No quería cumplir con el servicio militar de ninguna
0: ¿Contra quién? manera?
HL: Contra el gobierno zarista. ¿No puede usted ejercer HL: No, no.
i.qfluencia sobre su padre, para que trabaje con nosotros? Si él 0: Pero cuando era chicojugaba mucho tiempo con soldados.
trabajara con nosotros, podría hacer una carrera con la cual HL: Sí, en mi niñez tenía una predilección por los militares,
nunca soñó en su vida. Bien, mi padre tenía talento de organi­ pero con el tiempo se perdió. Cuando tenía algo así como diez
zador, y contaba con él. Yo digo: Bien, vea usted, yo no tengo años, leía libros sobre cadetes y cosas parecidas, y me interesa­
ningunainfluencia sobre mj padre, esto es asunto suyo. Bueno, ban mucho. Cuando uno tiene cierta edad algunas cosas lo
¿y usted comparte sus opiniones? Yo rugo: sí, sí, comparto sus entusiasman. Bueno, vea usted, debería haber entrado como
opiniones. ¿Puede usted hacerlo constarpor escrito? Yo digo: sí, soldado común. Como voluntario uno pasaba nada·más que un
cómo no, por favor, si ustedes quieren... año, pero si no hubie1·an sido tres o cuatro años. Se trataba de
0: ¿La opinión de su padr\ll un asuntq serio. Pienso que fue una irresponsabilidad de lllÍ
HL: De mi padre, sí, sí. ��6e .cómo lo formulé, pero hice
_

padre, el hecho de no haber contestado el formulario.


constaren todo caso que compartía.los ideales liberales. Eso fue 0: ¿Cree usted que lo olvidó?
todo. O sea, vea usted, que tu�e que ver hasta con la policía HL: Sí, con seguridad. El quiso, es casi... ¿Habrá querido?
zarista. Bueno, y la segunda vez, no tuvo que ver entonces con ¿Por qué hubiera querido? Simplemente se le pasóy no contestó
la policía, sino que ocurrió algo que hubiera poilido t1mer un el formulario... por otra parte, mi madre se había propuesto
final muy desagradable para mí. Existía entonces en Rusia una fmnemente hablar un inglés perfecto. Toda su vida se dedicó a
ley que decía que cuando una familia tenía únicamente un hijo, aprender el iilioma inglés. Ella hacía traducciones del idioma
éste no tenía que hacer el servicio militar. Y además, cuando inglés al ruso. Tras su muerte encontré un par de cuadernos.
uno había terminado el bachillerato, podía anotarse como Me sorprendió la belleza de las cosas que escribía... mi madre
voluntario para hacer un servicio de un año de duración. había reconocido ya durante mi infancia que el inglés era más
Por supuesto que ni me ocupé del asunto, ya que sabía que importante que el francés. Pero esa gobernanta me a1Tuinó
no tenía qt¡e hacer el servicio militar. De repente me llega todo.
una citación para presentarme. Yo pensé que se trataba de una 0: ¿Qué gobernanta?
equivocación, voy y digo: ¿Por qué es que me envían una HL: ¿Leyó usted mi libro?
citación? Soy hijo único, y por lo t�tnto estoy exceptuado del 0: Sí, sí, natu"ralmente.
servicio milita1·. El oficial a cargo dijo: Enviamos un cuestiona­ 1-IL: Bueno, entonces sabe que teníamos una gobernanta
rio a su padre, y él no contestó. Quizá-mj padre había muerto inglesa. Mi madre tenía mucha razón al querer que aprendié­
entre tanto-, quizá su padre quiso que usted hiciera el servício ramOs inglés. Pero eso fracasó por culpa de esla persona, que
militar. Bueno, vea usted, ya que él estaba muy ocupado con su estaba loca o era una bebedora, no sé bien. En todo caso me
periódico, se le debe haber pasado por alto. En todo caso, él se resullaba claramente antipática, de manera tal que nunca
olvidó de contestar el formulario. aprendí inglés. Con el francés y el alemán me fue mejor. Si
Entonces dije: Bueno, ¿qué es lo que debo hacer? Entonces,
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usted leyó mi libro, entonces sabrá que tuvimos úna gubernan·
HL: Bueno, er� una persona simple... Tenia un hijo, que
t� francesa y un preceptor austríaco. Pero eso recién tuvo lugar _ . Y estableCJó aparentemente un vínculo afectivo conmi­
fallec10,
tiempo después. Cuando era pequeño tenía una niñera.
go. Me quería mucho. Vivió con nosotros más tarde, cuando se
0: ¿La niñera se dedicaba exclusivamente a atenderlo a
puso vieja, pero la edad la tornó un poco confusa. Era muy
usted, o también a s u .hermana?
cariñosa conmigo, y siempre sentí que me quería mucho.
HL: Era para mí.
0: ¿Más que su madre?
0: Y su hermana tenía una niñera propia.
HL: Mi madre era· de naturaleza reservada y fiia, no era
HL: Por entonces, mi hermana ya no tenía ninguna niñera.
capaz de expresar sus sentimientos. No es que no amara a sus
Bueno, sí, en parte se ocupaba también de ella, dormíamos con
hijos... no pudo llegar a expresar ese sentimiento. Puedo
ella en un cuarto. Pero la que se encargaba de mi hermana era
recordar por ejemplo a la madre de mi primo, cuyo nombre era
e¡;¡ realidad la gobernanta inglesa.
Schura, ella se arrodillaba delante de él y lo besaba... eso nunca
0: ¿Qué edad tenía usted cuando fue confiado a esta niñera?
ocurrió en nuestro caso.
HL: Debo haber sido muy pequeño.
0: ¿No?
0: ¿O sea que ocurrió tiempo después de su nacimiento?
HL: A la mañana temprano le dábamos un beso, y antes de
HL: Podríamos decir que la tuve desde que nací.
dormir también le dábamos un beso, pero fuera de eso no
0: ¿Y quién fue la que lo amamantó cuando era bebé?
exjstía otro tipo de temura. Unicamente cuando estábamos
HL: 'l'eniamos además una nodriza, que viVÍa no muy lejos de
enfermos, entonces se ocupaba mucho de nosotros. ¡Siempre
la finca en la cual nací. El hijo de la nodriza era mi hermano
con ese miedo de que nos resfriáramos! Era hipocondrí aca...
de leche. Una vez fuimos!! visi_!ar a mi hermano de leche, puedo
0: ¿Su madre?
recordarlo Pe1·o, en reallda4.; lic:> �naardo ningún otro recuerdo
: HL: Sí, se imaginaba sufrir todas las enfermedades posibles,
d; la nodnza. Me acuerdo únic���nte de la nanja, la niñera.
_ y al final, vivió 89 años y murió de vieja. Pero eso sí queme faltó
S1, debo haber terudo una edad ei\la�cual la conciencia no había
ternura de parte de mi madre. Bueno, tampoco mi padre era eÍ
despertado aún en forma completa. Cuando mi padre vendió la
finca en la cual nací, yo tenía cinco años de edad. O sea que en �ipo que anduviera mostrando ternura. Lo único que hizo fue
Jugar con nosotros, enseñarme el alfabeto ruso, pero eso fue en
el caso de todos los recuerdos que se relacionen con es'ta finca
realidad todo.
yo sé que tenía menos de cinco años. Me causó mucha Lristeza
0: Usted proviene de una noble familia de latifundistas.
e� hecho de que la vendieran. Entonces la nanja me consoló y
_ ¿Usted tenía algún título en especial?
dJ)O: Solamente han vendido los lugares -siempre decía los
HL: No, no teníamos ningún título. Pertenecíamos a la
lugares-, pero la finca, la finca no ha sido vendida.
nobleza, que era un;, condición, y esta condición constaba en el
0: ¿Qué es lo que quiso decir con los lugares?
pasaporte. Dworjanin. Ygraschr:ú:min era el burgués. En Rusia
HL: Bueno, yo tampoco Jo entendí. De cualquier manera
existían castas sociales. Mi abuelo no pertenecía a la nobleza.
tampoco le creí.
0: ¿Y a qué casta pertenecía?
0: ¿,Y hasta qué edad dunnió en el cuarto de su nanja?
H.L: AJos comerciantes. Era comerciante, hacía negocios y se
HL: Bu�no, no sé, basta que tuve siete u ocho mios, o algo así.
estableció luego como terrateniente, y compró esta finca y con
0: ¿Umcamente usted, o también su hermana?
HL: No puedo acordarme bien, inicialmente dormíamos los
ella se hizo rico. Era tierra negra, Jos precios aumen a t ;on en
forma colosal. Era un muy buen suelo para plantar cereales.
dos, Y luego creo que dormía yo solo, ya que mi hermana era
Los lugares que tienen tien-n nogra son los más f értiles. Eso es
mayor.
habitual en todo el sur, pero muchas veces la lluvia es escasa.
0: ¿Y qué tipo de mujer era esta nan.ja?
E"'isten regiones de Husia, por ejemplo en Bielorrusia, donde el

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suelo es arenoso o arcilloso. En nuestra región los campesinos HL: Sí, mis padres, después devender la finca en las cercanías
siempre tuvieron buenas cosechas. Nunca hubo hambrunas, de Cherson, compraron una casa en Odessa y una propiedad
todos tenían suficiente comida. En Bielon-usia era distinto, campestre en las cercanías; la casa de campo era más grande que
había mucha pobreza, y eso se veía en seguida. Un detalle nada la casa de la ciudad. Sí alguna vez va a Odessa tiene que visitru·
más: nuestros campesinos usaban botas, y en Bielorrusia nuestra casa de campo._ Queda a una hora de tren, la segunda o
zapatos hechos con harapos. tercera estación, se llamaba Wasilevka, de Basil, ¿no?
0: ¿Enlences fue su padre el primero en adquirir 1;:¡ cond1ción 0: ¿Su padre se llamaba Basil?
de noble? HL: No, se llamaba Konstantin, yo me llamo en realidad
HL: Sí, erajuez de paz, juez honorario, y por ello fue elevado Sergei Konstantinovitch, y mi hermana se llamaba Anna
a la .condición de noble. Konstantinovna. Laestación de tren cercana a la finca se llama
·o: ¿Y su madre? Wigoda, en ese entonces era un pueblo que contaba con unos
HL: Ellos eran nobles. Tenían también una finca, pero no era
·
doscientos habitantes.
tan 'grande. · O: ¿Tiene todavía parientes en Rusia?
0: ¿Entonces su madre pr-ovenía de 1,1na familia mejor que la HL: No tengo ninguna conexión. Mi primo, este Schura, me
de su ·padre? escribió hasta 194-5. Después no supe nada más de él, no dio
HL: Sí, si quiere decirlo así. más señales de vida. Yo pensé o bien está muerto, o no es
0: ¿Acaso la unión de sus padres fue vista como un matrimo- aconsejable escribir. En sus cartas me contaba que Odessa
había sidil ocupada por los rumanos, y que había sido empleado
·

nio de conveniencia? ·,- ·

HL: No, no. Mi madre era7 e'it' r�'iilidad una persona muy en la administración de la ciudad por los ocupantes. Por eso
talentosa. Una vez pasó todo el•'iñyierno en Niza, y volvió creo que no le debe haber ido muy bien cuando volvieron los
trayendo va1ios dibujos, y todos se sorprendieron por Jo bien rusos.
q11e 11abía qibujado, en especial los pies y las manos, que es lo Este Schura es quien me envió los cuadros que le mostré. La
más difíciL Luego hizo venir a un pintor de la escuela de arte propiedad de campo fue expropiada, y se establecieron koljo­
de Odessa. El pintor vino y miró sus cuadros y dijo: Sí, todo es ses· algo así, la casa de Odessa también fue expropiada. Schura
muy lindo, pero usted tiene que trabajar. Tiene que trabajar escribió también que, después de que Hitler le regalara Odessa
t.odos los días nueve horas por día. Bueno, y en cuanto ella a Jos rumanos, el pretor se afincó en la casa de campo. Hizo
escuchó esto, no volvió a agarr-ar un lápiz. También tenía un reparar el techo de la casa. Esto es lo último que escuché de
don para la literaturf'- Pero era únicamente talentosa, como nuestra finca. Fue muy estúpido de mi parte hacerme mandar
suele decirse, Usted ya lo vio, en cuanto el pintor dijo que tenía los cuadros de mi padre y de mi hermana. Nosotros teníamos
que trabajar, no quiso saber más nada. dos Kandinsky, que mi padre comprara una vez en Munich. Le
0: Entonces usted heredó el talento artístico de su madre. hubiera dicho mejor que enviara estos cuadros. Pero yo no
HL: Bueno, la pintura no es más que un hobby. A mi padre sabía nada. .. recién .después leí que Kandinsky es uno de los
le gustaba mucho la música. En una época incluso quiso asistir fundadores de la pintura abstracta.
al conservalorio, por lo bien que tocaba el piano. Mi madre Mi madre no sufrió daño alguno en ese entonces en Rusia.
tenía tamb1én mw vena humorística. Eso porque siempre tratamos bien a los campesinos. Nadie
0: ¿Su pé!dre n<>? presentó quejas contra nosotros. Mi madre incluso visitaba a
HL: Nu, t·n reHlidad no. Pero mi madre tenía también una los campesinos.
cualidad 1 uy dc:tt-�Lnble, era muy celosa.
0: ¿Y dc.:.pu¿·s dec·:mplirusted cincoaño-5 vivieron en Odessa? • Granjas colectivas. <N. del T.)

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0: ¿Y con respecto a su educación, sus padres nunca le aprendido a cabalgar bien. Cuando tenía diez años mi padre me
advirtieron que su fortun a no iba a ser siempre la misma, que envió al picadero. Luego hizo veni1· a un pintor, y esto fue muy
quizás alguna vez tuviera que trabajar? bueno, ya que si nojamás hubiera podido pintar. Las clases de
HL: Lamentablemente no. Me acuerdo una vez que contaron violín fueron simplemente un paso en falso. JVIi padre quería a
de un terrateruente polaco que perdió t.odo, yo tenía en ese toda costa que yo aprendiera a tocar el violín. Y el maestro de
entonces unos 17 años aproximadamente. Y en esa ocasión dije: violín tenia miedo deperder su paga, y dijo: Dejaren este punto
Espero que nunca nos pase algo así. ¡Puede usted representar­ sería una pena.
se algo así, que yo haya pensado en algo parecido! Mi padre, finalmente, fue lo suficientemente inteligente
0 : ¿Ustedes vivían de las entradas que producían sus propie­ como para darse cuenta de que no era ninguna pena, ya que yo
dades? no tenía ningún interés por el violín. Me dolía la mano, no pod.ía
HL: No, en menor grado. Teniamos préstamos, hipotecas. soportar más ese chinido. Es necesari o tener muy buen oído,
Cuando mi padre murió nu estra fortuna alcanzaba a dos y yo no tenía un buen oído. El maestro dijo una vez: Nunca va
millon es de rublos. Sí, eran épocas interesantes, por lo menos a poder afinar el violín solo. ¿Para qué aprender, entonces? Era
para los que tenfan tierras. Lógicamente para el trabajador los totalmente innecesario. ¡Sí, si hubiera aprendido a tocar el
tiempos actuales son mejores, por lo menos desde el punto de piano habría sidototalmente diferente! Pero violín... el asunto
vista social. Pero cada cultura se basa en el hecho de que era así: mi hermana aprenwó a tocar el pi ano, y yo debía
existen personas que tienen tiempo para las cosas elevadas. Yo aprender a tocar el violín... ahora bien, ¿de qué estábamos
estoy muy descontento, en rea).i<lad, con mi ed ucación. Recibí hablando en realidad?
únicamente todo aquello que':se'Tefu!re a la teoría, había que 0: Sobre su educación.
leer libros, había que estar fonna1lo'en literatura, pero nadie le HL: La educación... cabalgar, eso fue una muy buena idea.
wo nunca valor alguno a las cosas prácticas. 0: ¿Por qué, en realidad?
En Norteamérica es común que el hijo de un industrial HL: Bueno, porque es un deporte muy agradable. En el
trabaje én la fábrica de su padre en algún pues to menor, para campo uno tiene.la oportunidad de cabalgar mucho, ¿no? Esa
aprender a conocer todo el mecanismo. Como hijo de un· terra­ era una de las ocupaciones principaJes, cabalgary salir de caza.
teniente, yo tendría que haber aprendido cómo se maneja una 0: ¿Usted iba también de ca1.a?
finca. Cuando tenía 20 o 22 años de edad, mi madre me escribió, HL: Sí, por supuesto.
contándome que mi padre quería introducirme en la agricultu ­ 0: ¿Era un buen cazador?
ra. Con 22 uño;;, ya es un poquito tarde. Y luego mi padre HL: Bueno, era bastante bueno. 'I'ampoco e1·a un cazador
ü\lleció. Nunca ptldimos volver a ese asunto. Yo hubiera tenido apasionado. A los diez años, creo, me regalaron paTa Navidad
interés por touas estas cosas, pero mi padre no se preocupó para un Monte Cristo, así se llamaba a un tipo de arma pequeña. Sé
nada de ello. El pensaba que había suficiente dinero, ¿no es que era todavía muy chico. Es realmente un asunto perverso,
cierto?, y qu¡• lodo iba a quedar siempre asf. No hacía falta lirar con el Monte C1;sto sobre los gorriones.
preocuparse por las cosas prácticas, por la administraci ón de la 0: ¿Eso es Jo que hacía?
finca. HL: Sí, sí. Cuando cazábamos, lo más importante eran las
0: ¿Acasn él entendía algo de agricultura? chochas. En realidad, permanecían casi todo el tiempo en el
HL: Yo c¡·po que no mucho, pero por Jo menos un poco. Y norte. En Bielonusia había pantanos, lagos y ríos. En el sur
luego, estalla e�·La mademoiselle allí, con sus historias román­ de Rusia había una g an estepa, casi no había árboles, un
r

ticas qu�> nos c<mtaba. . . bueno, no todo estuvo mal en mi par de acacias, pero todo eran campos, campos y campos. El
educación. Con"1dero por ejemplo correcto el hecho de haber p.:u·que de nuestra propiedad tenía aproximadamente dos

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kilómetros de lnrgo, pero eso era un a excepción. E� el otoño, en unos siete u ocho kilómetros de distancia. Pasábamos en la
septiembre, octubre, las chochas emigraban hac1a el sur. Se finca los meses del verano, era t1lgo así como nuestra residencia
juntaban en aquellos lugares donde había árbolt>s y arbustos, de verano. Y fue allí donda ocut·rió este hecho. Ivlis padres
y volaban en xig zag... o sea que el otoño era la época importante estaban en el extranjero, y nos confiaron al cuidado del herma­
para la caza; las chochas hacían una escala antes de comenzar el no menor de mi madre. El emigró más larde a Italia.
viaje a través del Mar Negro. Sí, estas chochas eran muysabrosas. Teníamos un jardinero, que era una especie de jefe de los
Aquíjamás he podido comer chochas, fijese usted, en ruso usamos demás servidores. Este jardinero tenía también hijos, dos
la misma palabra alemana para designar a las chochas. niñas y un varón, con los cuáles jugábamos. Nuestra finca
0: ¿Así que se dice de la misma manera en ruso? quedaba muy alejada, siguiendo el Dnieper, y no había muchos
HL: Sí, sf. otros chicos ... y de repente la hija de este jardinero y mi
0: ·¿Y su hermana iba también de caza? hermana Anna, que tenía entonces seis años, desaparecieron.
HL: No, ella no; había mujeres que iban a cazar, pero mi Hubo una gran excitación. Puedo recordar todavía cómo nues­
hermana no. Mi padre había dicho que no ten ía miedo por mí tro tío iba y venía, muy nervioso, y se secaba el sudor, ya que
ya que tenia un gusto por lo saludable, ya que iba de caza, él había asumido la t·esponsabilidad. Estas dos nüi.as, la hija
cabalgaba y otras cosas. De todas maneras no sirvió mucho, ya del ja•·dinero y Anna, habían dtJsa¡nu·ecido. Por supuesto bus­
que terminé en lo de Freud. camos por todos' lados, en el parque y afuera. Finalmente las
O: ¿Y su hermana no tenía un gusto tan saludable? encontraron, se habían escondido en una zanja.
HL: No, estaba todo el día se11¡�c;la leyendo. No se in!eresaba Más tarde les preguntaron qué era en realidad lo que se les
para nada por los vestidos, en .e�idarl
¡; tendría que haber sido había ocunido, y dijeron, no sé en realidad de quién era la idea,
un hombre. Para mí es una gran i p� gnita la causa por la cual si provenía de mi hermana o de la hija del jardinero, no lo sé,
se suicidó mi hermana. No puedo; eror dar a mi hermana más dijeron que querían huir al casetio, para trabajar allí como
que leyendo. Siempre dij o que no era una belleza clásica. ¿Pero mucamas.
qué es en realidad una belleza clásica? Horrible no era., ¿Re­ ¿Cómo se le ocurre en realidad a la hija de un ten·ateniente
cuerda usted su retrato? Era en realidad bastante linda.- Pero querer trabajar como mucama? Eso puede deberse a una cierta
no hacía nada para mejorar su aspecto, nada de nada. Y luego, identificación... y este asunto con las mucamas surgió nueva­
esa muerte horrible, mercurio. Para eso es mejor el gas, como mente en una ocasión con mi hermana. Algo no estaba bien.
hizo TerElsa. Ella era una especie de sabia, hacía experimentos de química.
0: ¿Su hermana no tuvo nunca un amigo? Y de repen te dijo un par de vece�: Sí, si la seii.ora es horrible y
HL: Por lo que yo sé, no. la mucama hermosa, eso debe ser t<;rrible para la señora.
0: Quizá suñ·ió mucho por el hecho de que nadie se interesa­ 0: ¿Eso fue lo que dijo su hermana?
ra por ella. HL: Sí, mi hennana, cuando y�1 era más g ande. Y una vez,
r

HL: Algunos se interesaron por ella, pero no le gustaban, y cuando estábamos en el sanatorio en Alemania, me dijo: En.
además siempre pensaba que la querían por su dinero. Al realidad, la mejor profesión es In de mucama. Hace su t-rabajo
,
respecto me viene a la memoria algo, algo que escribí en mis y luego queda libre por el rP4o dl'i tiempo. En realidad es un
recuerdos, pero que la doctora Gardiner suprimió. Se trata de pensamiento muy extraño p••ra nn1. niña de la cual se pensaba
un recuerdo de la infancia que, de acuerdo con lo que yo pienso, que iba a ser una nueva marlarnc l'ulie o quéséyo, que siempre
tiene mucha importancia para el punto de vista psicoanalítico, estaba sentada frenLe a lo,; lib•·¡,,. � que de repente dice que la
y quisiera relatárselo. mejor profesión es la de una mucautu. En eso hay algo que no
Nuestra pt·opiedad quedaba en la cercanía de un caserío, a anda bien. Pero cUa dccí:J. csre l.it><J Je cosas. Quizás eso tuvo

98 90
alguna inOuencia sobre mí, de alguna manera, no sé en reali­ HL: En realidad no, no puedo reco.rdarlo. Mi hermana era
dad. Pero la doctora Gardiner lo suprimió. joven, era rica, y era la preferida ele mi padre. Em la niña de s us
0: ¿Por qué? . ojos. Mi padre me decepcionó muchisimo, al preferir a mi
HL: No pude encontrar esa historia. Se me ocun-e algo al hermana. Yo no estaba celoso de ella, ya que, en realidad, ella
respecto, en realidad no tiene mucho que ver con este asunto, no respondía a estas.preferencias. Y cuando se suicidó, me di
discúlpeme. Pero mi hermana creía que tenía una nariz roja, a cuentA de que mi padre le hacía, de alguna manera, un
pesar de que nunca tenía la nariz roja. Entonces hicimos un reproche. El dijo: Y bueno, era solamente una mujer y necesi­
pacto, de preguntarnos ajorziran, esto es nariz roja, si uno lo taba un hombre. Sí, eso fue lo que dijo. Fue para él una
l ee de atrás para adelante. Entonces ella me preguntaba: decepción, ya que le habría dado dinero si ella hubiera querido
¿Ajorziran? Y yo miraba y decía: no, no, no, no la tienes, todo vivir en el extranjero... cualquiera de sus deseos hubiera sido
está en orden. cumplido. Y ella va y se mata. ¡Con mercurio! Fue una tortura
O: ¿Sí? terrible, Jos dientes se le cayeron. ¿Por qué hace un hombre algo
HL: Le cuento esto porque aparentemente la identifico un así?
poquito con mi hermana. Puedo recordar, porque usted preguntó si nadie se interesa­
0: ¿Cómo, por favor? ba por ella. Conocíamos a una familia, que por un lado se
HL: Yo creo que la iden tifico un poquito con mi hermana. sentían como aristócratas, pero por el otro tenían una tradición
0: ¿A mí? revolucionaria. Unicamente les faltaba riqueza, y el dinero era
HL: Sí. (Se ríe.) •·
·- para esta familia lo más importante. Cuando estábamos en
0: ¿Pero cómo es eso? ¿Acaso me .ve usted parecida a ella? Berlín apareció el hijo de esta familia, el hijo mayor, un hombre
HL: No, eso no, pero siento quii" cÓn usted se puede hablar guapo, pero que ya tenía algunos cabellos grises. Nos reíamos
muy bien. mucho siempre que contaba que en la Guerra Ruso-Japonesa
O: Ajá. Y con su hermana también se podía hablar bien. un barco se había dado vuelta, y en ese mismo momento su
'
¿Pero no por el aspecto? cabello había encanecido. Su hermana concurría en Berlín a
HL: No, no por el aspecto. Ahora dígamc una cosa, ¿por qué una academia de artes plásticas, quería ser pin tora. Y ella
se suicidó mi hermana? Eso también es algo muy extraño. No contaba que su hermano sufría depresiones, pero únicamente
tenía ninguna razón. cada vez que no tenía dinero. Bueno, una vez apareció, estaba
0: Es realmente incomprensible. vestido muy elegantemente, parecía un lord inglés, y le hizo a
HL: Ning\ma razón, no estaba euf<n·ma ni nada. mi hermanaAnna una proposición de matrimonio. Yle dijo que
0: SI, y sobre todo es muy extraño el hecho de que nadie haya si no lo aceptaba, se iba a suicidar. Pero como ella ya se había
notado nada en !os días previos. enterado de cuándo lo atacaban las depresiones, no lo tomó en
HL: Quién lo hubiera pensado. Tenía un aspecto tan normal, serio. Y él tampoco se suicidó.
¿no? 0 : ¿Qué posición tenía usted realmente en el colegio?
0: ¿No sufría depresiones? HL: No la comprendo muy bien. ¿Si era buen o mal alumno?
HL: Bueno, en ese entonces no se las llamaba depresiones. 0: Siempre, en cada clase, hay líderes...
Pero tampoco se quejaba, o decía tengo una wrrible depresión. IIL: Bueno, en nuestro caso es distinto, nosotros no teníamos
Bueno, ¿y por qué Teres a tampoco r.nnifcst.ti nada de lo que actividad política en el bachiUerato.
planeaba? Tampoco existió en este caso una razón, s i hubiera O: No me refiero a eso. Especialmente los niños en edad
habido alguna pelea... escolar tienen compañeros que son líderes, mientras que otros
0: ¿Acaso sus analistas no tienen niogun.J Leorfu al respecto? son los que reciben los golpes.

lOO 101
mente en el oesle, en la Polonia rusa, y en el sur, en Ucrania.
HL· No eso no ocurría en nuestro caso. Yo entré al colegio en
Cuando alguno quería vi11jar a San Petersbm·go o a Moscú,
el seg�do año del bachilleratQ, en ese moment� uno ya está
tenía que llevar una especie de pasaporte. Unicamente a4ue·
bastante crecido. Aquí existe la escuela pn':'ana. Todo s los
_ la llos que tenían una educación superior podían vivir en San
niños deben concurrir a la escuela primana. En Rus1a
Petersburgo o en Moscú, o sea, había gran cantidad de ab?ga·
escuela primaria no era obligatoria, y a ella concurrían única­ _
dos y médicos judíos, pero un pequeño comerc1ante, por eJCrn­
mente los hijos de las familias más pobres. Entonces existía la
intención de que también Jos hijos de las familias más pobres
plo, tenía que tener un permiso para vivir allí. �� por eso que
la poblaciónjudía habitaba principalmente la reg�on del sur, .;n
hicieran el bachillerato. De esta manera se .explica quizá
Ucrania, y en Bielorrusia...
también el hecho de que los estudiantes fueran tan radicales.
O: ¿Sin embargo, en su familia no existían prejuicios conlra
En todo caso, la escuela primaria no era obligatoria, aqui es
los judíos?
obligátoria. ¿Usted fue también a la escuela primaria?
HL: No, no en el caso de mi padre. En el partido había una
0: Sí, por supuesto.
gran cantidad de judíos, en el pa�tido de los demócratas
HL: ¿Cuántos años?
constitucionales, y él no hub1era pod1do pertenecer al mismo
0: Cuatro. En Rusia, en realidad, la persecución no podría decirse que se
HL: Bien, usted ve que es totalmente diferente. Yo entré al
hiciera directamente, el menosprecio a los judíos se basaba e¡,
colegio recién en el segundo año del bachillerato. Enlos pueblos
la religión y no en la raza, como ocurrió con Hitler. Cuando un"
no había, lógicamente, otra elección. Los hijos de los campesi­
de ellos abrazaba la religión ortodoxa, entonces gozaba de Lodo�
nos iban a la escuela primaria, y J.ps ot.t-os tenían maes_tros que
los dere-chos, como cualquier otro. No sufría ningún tipo d.:
les daban enseñanza en sus castt
limitación. En San Petersburgo había sobre todo mucbo.;;
..•

0: La nariz tiene un rol muy imPP,tt�!lte en la historia de �u


alemanes. En comparación con San Petersburgo, Odessa er�<.
enfermedad, y la doctora Mack escribe que ya en el coleg�o
lógicamente, una ciudad de provincia. Pero era muy linda, y'
usted sufría por su nariz, ya que, debido a su forma, sus
compañeros lo habían apodado Mops!

que estaba situada sobre una elevación, frente a mar, y de:-:;cle
, la altura se ve todo el puerto, los barcos. Estaba s1tuacla en una
HL: Sí, sí, bueno... en el colegio todos tenían algún apodo, sí,
buchta, se dice en ruso, no sé cómo se dice en alemán...
y me pusieron ese nombre. 1
0: La palabra es muy similar, Bucht.
0: ¿No le resultaba desagradable?
HL: Bucht, o sea que es prácticamente la misma palabra e11

1
HL: Sí, me resultaba desagradable, no me gustaba para
ruso y en alemán para designar una bahía. Bueno, los chieoE; el•
nada. Per() fue únicamente en los primeros ai'ios, 4espués, en
los primeros años en el bachillerato eran bastante ternbles. M..,
cuarto o quinto año, eso ya no ocunía. Eran niños muy travie­
acuerdo de un par de cosas... teníamos un maestro francé;;, que
sos, ¿no es cierto? En realidad, la población de Odessa no tenía
no dominaba la len!!Ua rusa. Un alumno cometió alguna ln• ·¡...
buena fama. Esto ocurre también en todos los puertos. Era una
sura y el maestJ:o 1; dijo: Vaya a pararse al rincón. En el ri ncot.
población muy mezclada, había griegos, armenios, georgianos
y muchos mt\s. En una palabra, había también mucha chusma.

colg ba una imagen sagrada, por supuesto una cosa nada Ll"I1Ú.l
que ver con la otra, pero un alumno tuvo, inmediata!'lentl·. C¡lll'
Mi padre decía siempre que no era una ciudad rusa para _ muy 1mpon.u ••t!
hacer una broma, se puso de pie y con un rure
nada, ya que vivían en ella tantos extranjeros, mediterráneos
dijo al maestro francés: No se puede poner al qumido Tlin:-; k
sobre todo. También había muchosjudios. Losjudíos no podían
plantón en el rincón. Y el maestro, que no co�ocía las cn:<t ur ,.
vivir en San Petersburgo, no podían vivir en el norte, única-
brcs, dijo: Bueno, entonces vaya al otro nncon.
O: ¿Y usted siempre fue un alumno modelo?
• Perro de hocico chalo. (N. del T.)

iu!
102
HL: Bueno, en segundo y tercer aiio era regular, más tarde
HL: Pero de dónde, nunca. Pero ahora 9ue m :nciona ese
fui un buen alumno, llegué a recibir una disLinción, en la que
tema, se me ocurre algo. En Rusia los armemos teman fan;:ta de
se leía: Al exitoso. Bien, a partir de ese momento, tuve bastante
homosexuales. Me habían contado que cuando algwen 1ba a
poco éldLo en mi vida. .
0: ¿Y no tenía ningún amigo? una casa de baüos en la reg]ón del Cáucaso, le preguntaban:
HL: En los primeros años tenía un par de conocidos, pero ·Quiere una mujer o un muchacho? Cuando estudiaba en la
luego esa relación se interrumpió por alguna razón. � n.iversidad, en Odessa, había un armenio, que se llamaba
0: ¿Y su hermana? Murato. Era un hombre hermoso, pero sus OJOS eran muy
HL: Eso fue, probablemente, un aspecto negativo para mi, el intranquilizadores. Ojos totalmenle extraños. Eso era lo que
hecho de que mi hermana no tuviera amigas. No tenía ninguna era tan lindo en él.
.
amiga. De manera tal que yo crecí sin tener relación alguna con Nosotros habíamos formado un pequeño grupo de estudian·
las muchachas. La única era una tal Natascha, la hija de un tes, al que pertenecía también Murato. Y m: dice en u�a
descendiente de Dostoyevsk:i. Mi hermana tenía una amistad ocasión: "Sabe usted, después de la representac10n en el teat1o,
poco profunda con ella. Y era verdaderamente horrible, ¿no'?, todos irán a ver a S. P.", éste era un actor de Odessa del cual se
pero, con esa excepción, no tuvo prácticamente ninguna amiga. sabía que era homosexual. Esto se lo conté a Freud, S. P., ¿no?. ,
Puedo recordar que, cuando tuve que tomar lecc1ones de ale­ como las primeras letras de mi nombre. S. P. aparee� menciO­
mán, ya había alcanzado la pubertad, y me dijeron que las nado en su texto: Este Murato dijo entonces que todos Iban a ver
lecciones me las daría la herma1;1a de este Hasselblad. Y yo me aS. P. Entoncesyosupeloquequeríadecir. UnavezconcuTÍa una
alegré mucho, y tenía mucho i�s, orque había una mujer, clase teórica enla universidad. No había ningún lugar, �mcamen­

e
una muchacha de por medio... tejunto a este Murato había un asiento libre. Me sentéJunto a él.
·• ...
Mi madre tenía una naturalezá'muy celosa, y en cuanto lo De repente me tomó la mano y come�zó a a� r e� la Estaba
.
oyó descartó de plano a la muchacha. Puedo recordar que me haciendo algún tipo de prueba. En segwda tome di s
tancia.
enojé mucho por ello. Y entonces me dije: Si no puedo estar en O: ¿Y en el coleg]o no tuvo ningún episodio?
. En Odessa
HL: No, en el coleg]o nunca oí que pasara algo as1.
contacto con mujeres mejores, entonces me voy a dedicar:a las
mucamas. Puedo recordar muy bien cuánto me enojé por esta había muy pocos homosexuales, muchos menos que en el
prohibición. Y lo que dije lo dije, puede decirse, por venganza. exLranjero. Unicamente en el Cáuca�o, los armemos. En el
Usted ve, también mi madre tuvo algo de culpa. Mi madre no colegio había también un par de armemos, pero estoy seguro de
toleraba l a cercanía de mujet·es, de mujere� jóvenes. ¿Qué que ninguno de ellos era homosexual.
hubiera podido pasar si esta muchacha me daba clases de Además otra cosa. Tuve una segunda experiencia. Pero por
alemán? Es realmente anormal. No, tenía que venir Hassel­ favor realmente no sé. Yo viajaba a París, y había otro señor
blad, él sí, pero no ella. en el �ompartimento. Me recosté y me dormí en el rincó� Junto
0: ¿La hermana de Hasselblad tenía su edad? a la ventana. El sujeto se acercó a la ventana y puso su p�e muy
HL: Era algo mayor. Pero todavía era joven, y también muy cerca del mío. Yo no sabía qué hacer, si tenía que empuJarle el .
bonita, creo. Y yo me aleg¡·é mucho. De alguna manera fui pi�... por eso me hice el dormido. El hombre acercó un poco
empujado a toda esta situación. Por mi hermana y por el hecho también la rodilla, pero después, de ¡·epente, aba�donó su
inlenlo. Aparentemente fue, también, u�a insin';lact�n. QuJso _
de que mi madre era muy celosa y porque mi hermana no tenía
amigas. No había nadie. ver cómo reaccionaba yo. Fuera de este tipo de ep1sod.toS, no he
0: Hay una cosa más que me interesn. ¿Tuvo alguna vez tenido ninguna experiencia en este terreno.
. .
O: ¿Y lo que Freud escribe sobre su onentaCJon homo­
.

verdaderamenLe relaciones homosexuales?


sexual...?

104
105
TERESA
HL: En todo caso será inconsciente. Para Freud cualquier
relación entre un hombre y otro hombre es homosexual.
0: Probablemente sea· c01·recta la afirmación de que todo
hombre tiene una disposición bisexual.
HL: Pero los homosexuales son relativamente pocos.
0: Lo que ocurre es que las normas de la educación son muy
fuertes.
HL: Y bueno (se ríe), no s� si debo contarle a usted.
0: ,¿Y por qué no?
HL: Mis intentos de acercarme a las mujeres... una vez,
entablé una conversación con una mujer, en lo del sastre, y no
pensé que ella podía, de alguna manera, obtener mi nombre. Y
lo obtuvo a través del sastre, quien también le dijo que traba­
jaba en la aseguradora municipal, y entonces ella me llamó. Y Hombre de los· Lobos: Lo que yo quería preguntarle, ¿en
asf se estableció una relación. realidad tiene usted todavía la idea de escribir algo sobre mí?
0: ¿Hasta ahora? . Obholzer: Eso depende de cuánto me vaya a contar usted.
HL: Sí, hasta ahora. ·.-· HL: Y bien, vea, ya estoy en una edad avanzada, y todas estas
0: Ah, ¿se t1·ata de su amiga'?.·;- cosas me han dado mucho t1·abajo. Y además, estoyen una edad
.
� ·•

HL: Sí, se trata de mi amiga Uste'd-ve, todo se paga. donde, lógicamente, un hombre está cansado y todo le res� l�a
0: Se trata realmente de una ironía del destino. Freud demasiado. Por favor, cuando muera, entonces puede escnb1r
escribe que usted siempre tuvo una relación muy especial con
sus sastres. ' su libro sobre mí. Quiero pedirle únicamente q�e no aparez�a
nada mientras viva. Porque entonces se produc1na , un confl
_ tc­
HL: Se trata de una ironía del destino. _
to... Sí, y a la doctora Gardiner le escribí que no iba a trabaJar
0: ¿Y ella lo llamó? con usted. Tiene que comprenderme, no puedo hacer otra cosa.
HL: Yo debía haber dicho en seguida, no se pueden hacer 0: Está bien...
llamadas a este teléfono. Pero pensé, estoy solo, no tengo a ! .
HL: No sé realmente qué es lo que debo 1 acer, ¡·epetn· iodo
nndic, y otras cosas. Está bien, encontrémonos. Usted ve, cómo de nuevo. Estas conversaciones con usted, t1enden a parecerse
!>urgió todo esta bist01ia, y después ella se enfermó, y ahora a una especie de psicoanálisis, y yo ya hice tantos análisis.
c:;t.oy en dificultades. 0: ¿Y ahora esto es demasiado para usted?
0: Eso es mtty gracioso, discúlpeme si me río. HL: Ya no tengo más ganas.
HL: Si, es muy cómico. O: En ¡·calidad lo comprendo. .
HL: Sí, ya estoy cansado de los análi�is. (I·Iace � na p:�usa )·
:
Bien se me ha ocurrido un pensruruento relaciOnado cr¡.¡

Dost yevski. En realidad, todo Dostoyevs_ki no es má� que una
ilustración del mundo como representac10n que descnbe Scho·
penhauer. Sus héroes no actúan en realidad �iguien�o sus
intereses o los de la clase a la c ual pertenecen, smo que stguen
:
sus ideas que a menudo son totalmente extrafias y abs.urdas.

107
106
sto que
¿Acaso recuerda usted Los demonios? En esta oor'a un tal alguna manera sobrepasan la realidad. Por supue
una repre·
Stavrogin toma entre sus dientes el lóbulo de la oreja del también otros escritores describen al mundo como
gobernador. Y en otra ocasión lo oye decir: Nadie me toma el tan desnuda como Doslo-
sentación, pero no en una forma
pelo. Y él se pone de pie, lo toma del pelo y lo lleva por el cuarto. y�s�.
Todas éstas son ideas que �uenan muy alejadas de la realidad... O: ¿No poddamos trazar también un . paralelo con Freud?.
�odo lo que hace Stavrogin lo hace únicamente para demostrar­ su
¿Acaso él no describe a los hombres más bten de acuerdo con
se una y otra vez a sí mismo qué gran hombre que es, que es representación, y no· de acuerdo con la realidad?
de
capaz de soportar todo. Cuando por ejemplo recibe una bofeta­ HL: Sí, claro, Freud consideraba como muyvalt?sala obra
da, no h ace nada al respecto. No obtiene de eso absolutamente
Dostoyevski. No sé si usted lo sabe. Lo cons1d eraba muy
nada, y los otros tampoco.. . o sea: el mundo entero se ha � f
superior a Tolstoi, a pcsat· e qu e To_lst?; es tan_ amos
o como
convertido en un mundo de representaciones, por eso impresio­ seres huma·
Dostoyevski. Pero en Tolsto1 la descnpc1�n de los
na en' .una forma tan irreal, y tiene un efecto tan interesante do
nos se corresponde más con las proporc1�nes reales. Cuan
pot·que contiene mucho material inconsciente, que no ha sido _na
i quita la v1da, lo hace por una
por ejemplo Anna Karen se
descripto en realidad por otros . ad, Y esto _es
cierta razón, porque ha stdo exclutda de la soc1ed
Por otro lado, se me ha ocurrido además otra cosa. ¿Se en camb10,
comprensible para todos. En el caso de Dostoy evsk1,
surgen a menudo situaciones en las cuales tm�
acuerda usted el final de esta novela, Los demonios? Este se pregunta
Verchovenski, que vive en lo de la generala, debe seguir por
cómo es que a un personaje se le ocurre esta 1dea. Hay
siempre sus caprichos y hacer lo que ella le pide, ya que no tiene ue uno
ejemplo una escena, no me acuerdo bien dónde, en la q
nada, no tiene jubilación ni nada. Y, con el tiempo, no soporta
quiere pegarse un tiro, pero el mome nto en que lo va a �
ace�· es
más la situación y se va, parte c.Oñi.el t.ren. Y luego, pasada la De re e se oye 1s
d pa1o Y
determinado por otra persona . p n t�
un
primera estación, no sabe adónde ir, s; resñia, tiene fiebre, y terua razón algun a para
el sujeto se suicidó, a pesar de que no
entonces llega la generala con médl�o �\:' pegarse \tn ti ro. ..
En realidad, esto es exactamente lo mismo que hizo Tolstoi,
O: ])e cualquier manera usted volvió a caer e� la depres1on
es más, él murió así. Se sentaba con su secreLario en el tren y recuperado
después del suicidio de su hermana. Usted se habta
viajaba sin saber por qué ni para qué ni adónde. Después de la
muy bien después de la gonorrea.
primera estación tenía que bajar, ya que se rcsñiaba y tenía cru en una
flL: Sí, cuando mi hermana se qUlto la v1da
. _ . _

fiebre. Entonces avisaban a su mujer y ella venía, llena de


depn·sión terrible... . . .
. .
O. Y fue en tonces cuando v1S1ló d1stíntos s anaton
reproches por supuesto, por lo que le había hecho, porque había os en
es capado. Bueno y después él se muere. Muere exactamenLe
Ale�tl ania .
�;amo Verchovenski. A nadie se le ocurrió n unca esto, por lo
I1J ,: Sí, fue algo parecido a lo que describe Thomas
Mann en
1
menos jamás leí que alguien haya trazado un paralelo en este
La monta.ñn mágica, como dijeron algunos, creo yo, en. una
caso. SI uno
crítica escrita sobre mi libro. Bueno, era realmente como
0: Pero todo escritor da cuerpo al mundo como una represen­ os utiliza ban os natu- ·
viviera en una pensión. Los médic métod
tación. o y �ra
rü;tns, o bien p racti caba n la hipnosis. Per �tl­
o lll1 susce
HL: Sí, un poco más o menos. Pero la mayorfa escribe con un o
ulc a hbipnosis. Me acuerdo de que, en u � s� aLo n n , un méd1c o
poco más de sentido de la realidad, me parece, en fonna más luego
laizo una ,·ez uno de estos pases magicos, y deJÓ .
comprensible. Tienen menos ideas absurdas. Por ejemplo vea
¡ ., hubitació11 en puntas de pie. Yo vi que él salia, que deJaba la
usted, este Stavrogin se casa con una persona imposible, una
hal.!it.,1ción, y no me dormí para nada. Es así:
otras perfio�us
loca, una muchacha loca. Estas son todas situaciones que de me es muy dlf
pt.1cdc,n ejercer una influencia sobre mí, pero
tcLl

108 109
dejarme hipnotizar, no caigo dormido. ¿Es raro, no es cierto? lin hablaba en italiano. Y Kraepelin le dijo que mi enfermedad
Un hombre, que siempre necesita consejos, de repente no era la enfermedad de la voluntad, una debilidad de hl voluntad,
resu]ta permeable a la Jtipnosis. Esta es también una situación ¿no es cierto? Bueno, esto era en z·ealidad a causa de Teresa. Y
extraña. todos los del sanatorio, cuando se enteraron de que me había
O: Pero después de haberse graduado en el bachillerato, enamorado de ella, me dijeron: No lo va a lograr, es una mujer
cuando estudió en San Petersburgo, estuvo en Jo de un médico tan consciente de sus·obligaciones, no quiere tener nada con un
que, de acuerdo con lo que usted escribe, lo hipnotizó. Y eso lo hombre. Y todos sus esfuerzos serán vanos. Eso es lo que me
ayudó en tor.rna transit01·ia. dijeron. Y luego, todo resultó simplemente diferente.
HL: Ah, sí, en San Pelersburgo. Había ocurrido algo así, ella había estado casada una vez y
0: Este médico lo hipnotizó realmente. había tenido una hija, Else, ¿no es cierto?, y el matrimonio ha­
HL: Sí, sí, era Bechterev, era un psiquiatra conocido. El bía fracasado. Había entonces huido en sus pensamientos,
quería para su instituto una suma que mis padres habían para dedicarse a ayudar a los enfermos y tenía ideales que,
decidido donar después de la muerte de mi hermana, pero ellos habitualmente, no tienen las mujeres. Y especialmente pqrque
la entregaron al hospital de Odessa. Pero en el caso de Bechte· era tan linda. Realmente es sorprendente, que se 'hubiera
rev, tampoco sirvió para nada, no me dormí. Pero el primer día puesto a trabaja!' en un sanatorio, eso no tiene nada que ver.
después del tratamiento me sentí mejor, el segundo un poco Bueno, y luego comenzó !a historia conmigo, y ella no quería
menos, y al tercet·o ya no había ningún efecto. saber nada de mí, sin embargo después vino, volvió a escribir,
Es claro, los psiquiatras antes <\& Freud casi ni llegaban al no quiso saber más nada ni continuar con esta historia. Luego,
campo psíquico. Puedo acordarme7deouno nl que mi madre !tizo aparentemente, vio que eso no iba más, y nada más l e produjo
llamar un par de veces. Tuve con él oon"'ersaciones prolonga· aleg¡ia, y dejó el sanatorio.
das, y muy detalladas. Y en el cuarto en el cual estábamos 0: ¿Por qué es que, en realidad, Kraepelin no quería que
l1abía un sillón que tenía un sistema de resortes que permitía usted se casara con Teresa?
que uno se inclinara hacia atrás. Bueno, y yo le contaba de mis HL: Y bien, el hombre llega a internarse en un sanatorio, y
pE!sares con mucho entusiasmo. De repente se pone de pié y de repente quiere casarse, esto no es un proceder muy acepta.
pregunta cómo es que funciona en realidad el sillón. Tan poco ble. Por lo menos de acuerdo con los puntos de vista de aquel
interés tenían. A él le interesaba más el sillón que el paciente. entonces. Usted ya conoce el tema de los matrimonios por
Los psiquiatras anteriores no se dedicaban para nada al conveniencia y otras cosas parecidas. Ya le conté que él le había
contenido de los trastornos sobre los cuales uno se quejaba. informado a mi tío que nti enfermedad era una enfermedad <in
! Opinaban que existía algún trastorno físico, de algún tipo, que la voluntad, y sobre el asunto con Teresa, opinaba que yo debía
, podía ser curado con baños y métodos similares. Eso era, por sobreponerme a él. Y de esa manera podría curarme, era justo
Sll puesto, una concepclón errónea, y en este sentido Freud el momento preciso. Freud lo vio de otra manera. Y el asllnto
"portó algo nuevo... con 'l'eresa, le pareció que sería algo así como bueno, ¿cómo se .
0: Antes de ver a F'reud usted estuvo sin embargo con rlecía ant.es?, un estado maníaco, ¿no es cierto?
Exaepelin. O: Y usted opina que Kraepelin no aceptó este matrimonio
HL: Sí, fue en Munich, donde conocí a Teresa. En ese ,
. inconveniente...
cHtonces estuve en un sanatorio en Neuwittelsbach, cerca de HL: Sí, probablemente le pareció algo de alguna manera
Mnnich, f!staba aproximadamente a diez minutos de caminata poco cuerdo, porque al fin y al cabo yo era ruso, ¿no'1, eso no era
eh 1 castillo Nymphenburg. Allí fue él a verme. Ypuedorecordar un buen partido.
quü mi tío vino desde Italia y no hablaba alemán, pero Kraepe· 0: ¿Usted opina que él compartía los pt·ejuicios de su clase?

L 1 (J 111
HL: Y c laro con seguridad.
, 0 : ¿,Jamás conoció a este hombre, y a pesar de eso, el primer
O: ¿Y qué pasó con el primer matrimonio de Teresa'? matt·imon.io ele Teresa le resulta tan desagradable?
I-IL: Bueno, eso es otro asunto. Usted puede imaginarse qué HL: Sí, me resulta desagradable.
tipo de relación fue. Tiempo después, cuando estábamos en 0: Per·o, sin embargo, ¿ella ya eslaba divorciada, cuando
Rusia y había estallado la guerra, no pO<Iiamos enviar dinero usledes se conocieron?
a Alemania. Entonces le dije a Teresa: Podrías escribirle al HL: Sí, ya estaba divorciada.
padre de Else, para que te ayude. Ella se enojó muchísimo, y O: ¿Y por qué esto le resulta tan desagradable?
dijo: ¿Cómo piensas algo así de mí, escribir le a ese desgracia­ HL: (Hace una pausa.) ¿Quier:e fumar otro cigarrillo? (ofre­
do... ? Ve usted, ni siquiera quiso hacer eso, porque había una ciéndome un cigarrillo).
enemistad. 0: ¿Qué edad tenía Teresa cuando la conoció?
0: ¿Y cómo fue eso? HL: Bueno, como usted sabe, mi mujer era bastante mayor
HL: Luego murió su Else, ella habíaviajado sola a Alemania, que yo.
y yo la seguí. Entonces teníamos esperanzas de poder salvarla. 0: ¿Cuántos años?
Queríamos viajar a Suiza. Pero luego el médico dijo que ya no HL: Creo que mentía con respecto a su edad.
tenía ningún senlido, que no había esperanzas, y después de 0: ¿Quiere decit· que jamás le confió el año en que verdade­
dos o tres semanas Else falleció. ramente nació?
0: ¿Por qué no llevó a Else con usted a Rusia? HL: Yo creo que, cuando ella hablaba, daba la idea de ser
HL: Bueno, tampoco la llevé a Teresa inicialmente. Cuando unos ocho años mayor que yo. O sea que por lo menos son ocho
estalló la guetTa, ella estaba en �lí;lilich y yo en Odessa. años, quizás eran también nueve. La verdad es que no puedo
O: Si, y Juego ella viajó a Rusia: � rqJ>odría haber llevado a saberlo. Cuando viajó a Rusia, dijo que había perdido todos sus
Else. .., ·';-
- papeles. Cuando la conocí dijo que tenfa 28 años, y yo tenía 20.
HL: A decir verdad, esa idea no se le ocurrió a nadie. O: Al principio hubo muchas idas y venidas con Teresa...
Naturalmente que podría haber hecho algo así. Pero vea usted, HL: Bueno, fue por su culpa, no por mi culpa. Siempre
en ese entonces era muy difícil conseguir la visa para poder andaba rehusándome.
viajar. El tránsito estaba totalmente interrumpido. Y nadie 0: Resulla sorprendente el hecho de que, de acuerdo con su
pensaba que la guerra iba a durar tanto. Todos creían que iba libro, usted, de repente, al llegar al s anatorio, se comporte en
a durar un par de meses, pero no cuatro años. Y Else concurría \lOA rt>rrna tan resuelta. Antes sufría siempre de depresiones y
a la escuela en Munich, yvivia en esa ciudad co11 uno:; iios. Por se: sr-mtía muy mal. Uno podría esperar que, en realidad, w;led
eso, simplemente, se quedó con el hermano de Teresa. Teresa fuer,, muy tímido.
me hizo reproches, se hizo rep¡·oches también u sf misma, por llL: Y bien, ¿pero qué fue lo que elijo Freud?, ésta es la. huida
haber viajado a Rusia y haber dejado atrás a E!se... hacia lo l11ujer.
0: ¿Cuál era el ap.ellido de soltera de Teresa? 0: ¿Qué quiere decir eso? DP. acuerdo con lo que había escrito
HL: Kellcr. anlc:;, uno esperruia que usLed actuara tímidamente.
0: ¿Y el apellido de su primer marido? HL: Enlonces me puse activo.
HL: (llace una pausa). Mejor dejemos ese tema. 0: Entonces de repente se puso Lan activo.
0: ¿Por qué le resulta tan desagradable? HL: Usted tiene razón en eso. no e.� totalmente comprensible.
HL: Eso no es agradable. ( l; IJsled simplemente va a su cuaro t ... ¿y luego estas idas y
O: ¿Acaso usted conoció alguna vez a �ste hombre? v<..rwl!S risibles? ¿Por qué es que ella siempre se negaba a
HL: No, ella nunca tuvo nada más que ver con 61. \'CrJ.;?

112 113
HL: Ella me contó que había levantado algo muy pesado, y
HL: Quizá tenía miedo de tener un hijo. Algún tiempo que tuvo entonces el parLo prematuro. Más no puedo decirle.
después, cuando me visitó en Berlín, me dijo que había tenido 0: Pero al principio no puede haberesLado embarazada, y sin
un hijo que murió al nacer. Estúpidamente, jamás me ocupé de .
embargo, CX1st1eron todas esas idas y venidas.
estas preguntas. Creo que. tendría que haber pensado también HL: No, eso fue después, cuando yoya me había ido. Y cuando
en eso, ¿no? e�taba en el Sanatorio Schlachtensee, yo la veía de tiempo en
0: ¿No pensó pat·a nada en eso? t1empo. Y luego, cuando rompimos en Berlín, ella me dijo que
!fL: No, no pen�é para nada en eso. Yo quería poseerla, nada antes... no, creo que me lo dijo después. No me dijo nada
mas. Pero usted t1ene toda la razón, de por sí resulta extraño
entonces en Berlín. ¿Y qué es lo que usted cree con respecto a
que un paciente que tiende a la depresión, a la debilidad, de
la voluntad? ¿Qué posición tiene al respecto?
repet:�te se vuelva tan enérgico. Es cierto, me sentía realmente
0: ¿Se refiere a si hubo una falla en su educación?
muy enérgico. Aparentemente en el ser humano las cosas son
HL: El término voluntad no aparece para nada en Freud. En
en ocasiones de una forma, y a veces de otra. Freud la voluntad es la pulsión. En realidad' es lo contrario es
0: ¿Y en el mal parto ... el hijo era de usted?
HL: Sí.

la capacidad de reprimir la pulsión y hacer lo que uno consid ra
J'azonable. Por lo tanto la pulsión no es lo mismo que la
0: ¿'Fue un mal parto o un aborto? voluntad. Sí, y ah�;a me �cuerdo de otra cosa: cuando rompi­
HL: Ella dijo que había tenido un mal parto. _ qmso ayudarme. Me dio una dirección
mos con Teresa, m1 t10
0: ¿Y usted no se enteró de que estaba embarazada? en Odessa que yo no conocía. Allí uno podía encontrar mujeres
j
HL:_Eila no me di o nada. M� lo contó recién algún-tiempo
. de la sociedad. En ese lugar tuve un contacto con una damamuy
despues. Yo me hab1a 1do en ese entonces. hermosa, era una judía. Una vez fuimos a pasear con mi tío al
0: ¿Y en qué mes tuvo este marpar to?
parqu_e. De repente vimos a esta dama con un pequeño niño o
HL: Eso no lo sé. Pero tiene qÜ Ef ha"ber sido en una etapa un� mña, y él la miró detenidamen.te y dijo: mira a esta mujer,
avanzada, ya que me contó que el niño se le parecía mucho. q�e cosa más hermosa, es una muJer realmente linda. Y yo le
Umcamente tenia mis ojos, mis ojos claros. Por lo tanto, tiene dije: con esta muJer estuve hace cuatro semanas en la dirección
que haber tenido alguna forma. No me interesé para nad:S en que tú me diste.
ese asunto, no había nada en ese asunto. Más tarde, esta intermediaria me contó que Ini tío siempre
0: ¿Era un niño o una niña? quería �ncontrarse con esa mujer, pero que ella no lo quería, y
HL: Un niño, creo yo. que decal que quena _ tener una cita conmigo. Y fui a verla un
0: ¿Y este parto prematuro' ocurri ó en su casa o en el par de veces. Bueno, ésa es una que puedo recordar, yhay otras:
hospital? antes do q ue 'l'eresa viniera a vivir a Viena, eso fue recién
HL: Creo que fue en su casa. Ella levantó algo pesado, según
contó, y entonces se produjo el parto.

despllés de os años, también tuve encuentros con otras muje­
t·es. Yo le due a Dt·osnes que tenía que averiguar si en Viena
0: ¿Todavía trabajaba en el sanatorio? había algo sitnilar a esta intermediaria de Odessa. Y é l averi­
HL: Sí.
guó y me dijo que había algo así. Bueno, quedaba cerca' en la
0: ¿Y allí se diet·on cuenta de que estaba embarazada? Wipplingerstrasse.
HL: Nunca mencionó que los del sanatorio hubieran visto F� i a ese lugar. Una mujer mayor abrió la puerta y dijo:
algo. Dijo únicamente que fue un mal parto. ¿Qu1ere quedat -se con mi sobrina, con la Ther? También se
0: ¿Y en I'Sa oca,.ú.J a usted no le dijo nada? llamaba Teresa.
HL: No, no escnhiú nada. Y yo le djje: Primero tengo que verla. Salió la sobrina, u na
0: Es exlraño, ¿no le parece?

115
114
muchacha hermosísima, de unos 20 anos de edad. Durante un 0: Ah, ¿entonces era realmente la prima?
tiempo fui n verla. Poco después, paseando por la Kiirntner­ HL: Sr, era la prima. Y en tonces ella se puso celosa. Bueno,
strasse, veo de repente que 'Ther viene caminando hacia mí. eso duró un cierto tiempo, pero luego se aplacó.
Toda empavonada. Con qn tapado de piel magnífico. Yjunto a 0: ¿Y cuándo sucedió eso?
ella un hombre muy apuesto y muy alto, también vestido muy HL: Cuando yo estaba en tratamiento con Freud. Debe haber
elegantemente. Casi no la pude reconocer. Bien, saludé y seguí sido en los años en que.ella todavía no se había mudado a vivir
caminando. conmigo. Al principio Freud no me dejaba ir a verla, y pasaron
Ella dejó al hombre esperando, vino hacia mí y me dijo: Sabe dos años, hasta que me lo permitió. Y luego, pasó todavía un
usted, trabajo actualmente en la Opereta, venga a verme cierto tiempo en Munich.
algu,na vez. Vivo siempre en lo de mi tía. Bueno, nunca más fui 0: ¿Y su prima vivía en Viena?
a verla. Quiero contarle esto simplemente para que vea lo HL: Viajaba todo el tiempo de Munich a Viena y de Viena a
cuidadoso que era. Nunca pensé que me podía pasar algo así, Munich.
como en 1·ealidad me sucedió, caer en las manos de una mujer 0: ¿Y usted la reconoció sin haberla visto antes?
que permanentemente me pide dinero . . . HL: Adiviné que se trataba de su prima.
0: No comprendo la historia totalmente. ¿Qué tipo de ínter­ 0: ¿Había visto alguna foto de ella?
mediación'? ¿Qué tipo de mujeres? HL: No, no había visto ninguna foto. A pesar de que no eran
HL: Mujeres de sociedad. No eran prostitutas. o bien quizá tan parecidas, debe haber tenido algún rasgo similar, porque la
si usted quiere, prostitutas finas, secretas. reconocí. Tengo un retrato de Teresa, tengo que traérselo
0: Ajá. -:-_;
.
·.
.•
alguna vez, en él parece una actriz. Ella me preguntó si le
HL: E1·an verdaderas damas, de las cuales nadie sabía que permitía concurrir a un baile en Munich. Yo le dije: No tengo
.., -',�
hacian eso. nada en contra. Y ella salía e iba a los bailes, y entonces me
-

0: Usted pagaba por ellas. mandó este retrato. En él tiene un aspecto un tanto ávido de
HL: Si, sí, y una buena cantidad. En realidad, no represen­ conquista.
taba mucho dinero para mi. En ese entonces todo era :dife­ Y con el tema de la prima pasó algo más. Le contó a Teresa
rente... que yo quería iniciar una relación con olla, y entonces dejaron
0: ¿Y Teresa sabía que usted andaba con ott·as mujeres? de llegar cartas. Yo escribía, y no t·ecibia respuesta. Le dije a
HL: Bueno, no. Ocm-rió únicamente una cosa, por la cual se .Freud: algo pasa, no da señales de vida. Y Freud, por supuesto,
puso celosa. B':lla tenía una prima, a la que describió siempre no Qltiso enterarse y dijo: son ideas suyas. Pet·o la situación
como la ovqja nogTa d,, la familia. Me conL6 que esta Liesl había continuó así, y no recibí ninguna noticia más de ella. Le dije
tenido apa1·cntcrnentc una relación con un conde Thun. Y una entonces a Freud: vea usted, hace tres semanas que no recibo
vez pasó lo siguiente: veo a una mujer en la calle y me parece carta alguna. Entonces me dio su permi so para que viajara a
que... en realidad no tenía, ahora que lo pienso, ninguna Munich. Bueno, viajé. Cuando toqué el timbre, la mucama,
similitud con Tl'rP.sa. Pero algo en ella me llamó la atención, y Maria se llamaba, abrió la puerta y me la quería cerrar en las
yo pensó, debe !'er ésb. narices. Bien, yo trabé la ptterta con el pie y entré. Y luego nos
Me dirig'i a C'Pa y le dije: ¿No es usted la prima de Teresa? Y reconciliamos. Ella quería cortar la relación conmigo.
ella dijo: No, nv, no scJy la prima, y así. Bueno, y de todas 0: ¿A causa de la prima?
maneras yo ln11J!t un puquito con ella y luego, por cortesía dije: HL: A causa de la prima.
Qttizá •ws volvf'u.os a �ncontrar. Y ella luego le contó a Teresa O: ¿Y cuando viajó con 'l'eresa a Rusia...?
una novela ;;,.t.r•c t• •i, ._ua había queridu iniciar una rebción... HL: Después del tratamiento funcionó, ya que Teresa era

ll.6 117
una persona muy lógica. Si me hubiera unido a otra mujer, el Y este deseo no podía ser cumplido. En todo caso, siempre h�bo
tratamiento, por supuesto, no hablia resultado. Ella tuvo dificultades con Teresa. Recuerdo un par de detalles qu;za de
ciertas dificultades únicamente cuando comenzaron las peleas poca importancia. Ella era muy p<,queño burguesa. tenía una
con mi madre. _
concepción totalmente distinta. Cuando llegó a Rus1a. contrató
0: ¿Cuál fue la causa, en verdad? naturalmente una mltcama propia, pero que podw _ trabapr
HL: Bueno, existfa una gran enemistad entre mi madre y únicamente basta las ocho. Eso originó, lógicamente, muchas
Teresa. Esta enemistad tuvo su origen en Teresa. Nada le venía rencillas. Las otras muchachas estaban celosas...
bien, todo tenía que ser diferente. Por esa razón no pude, O: ¿Usted piensa que ésa es una actitud pequefto burguesa?
después, hacer que mi madre viniera a vivir con nosotros, eso HL: No, no, no esto en especial. Pero ella no podía adaptarse.
lo con,seguí recién después de la muerte de Teres�. A Teresa le Y además, era alemana, quizá sintió también este rechazo.
molestaba que mi madre quisiera tanto a sus parientes, y a Recuerde usted que en ese momento había esto. liado la guerra,
nosotros no. Esa era la idea de Teresa. Bueno, en realidad para y existía mucho odio contra los alemanes. Obvi�mente no en!
mi madre los parientes eran una cosa muy importante, pero yo oportuno que fuera alemana, a pesm: el� qu� nache l. a perstgmo
nunca lo sentí así. por ello. Al casarse conm1go era, en ultima msta�c1a, t u� a. En
A causa de la pelea con mi madre perdí luego mi fortuna, ya _ : ta no
Jos restaurantes había carteles que dectan: Se sohc 1
que no podía hablar nada más con ella... y ella estaba perma­ hablar en alemán. Eso tampoco era una ofensa tan ten·ible.
nentemente con sus parientes, y estos parientes, lógicamente, No sé si usted sabe que en Rusia existía una adoración por
también se apartaron de mí. EriN.Jna situación muy desagra­ todo Jo nórdico mucho tiempo antes de que llegara Hitler.
dable. Yo había pasado el invieinó'Oe 1'914/1915 con Teresa en Durante la guena, entonces, fueron desenterrados esos viejos
Moscú, preparándome para los exárii�nes .. . nombres, por ejemplo Igor. La persecución de los judíos y la
O: O sea que Teresa estaba celosa de su madre. adoración por lo nórdico siempre existió, sólo que en menor
H.L: Sí, ya lo creo. Lo que usted dice es correcto. medida.
0: Pero su madre tenía prejuicios contra Teresa. . 0: ¿Cuándo ocurría eso?
H.L: Por supuesto, a mi madre no le pareció bien que me . ..
HL: Antes de la Primera Guen·a í\1undtal. Rec1en durante la
casara con Teresa. guerra se originó ese terrible odio hacia lo alemán. En Rusia
0: ¿Pensaba en un matrimonio por conveniencia? había muchos alemanes, muy trabajadores y laboriosos. Ade­
HL: Sí, naturalmente, ella era enfermera y pertenecía lógi­ más, los vikingos y los alemancf< eran cosa;; d isti n LM para los
camente a una clase infewior. Pero usted ya sabe cómo es esto, rusos. Un grupo ele vikingos babíH conqutbtado Rus1a, en ruso
cuando la madre tiene celos ele la nue1·a y viceversa. Mi madre .
los llamábamos Varagi, o sea los V!J.regos. Y l os mgleses
tenía siempre celos de todo el mundo. Mi padre había dicho una supieron aprovechar la ocasión para crear odio en contra de los
vez que él no conocía ese sentimiento en lo más mínimo. Pero alemanes. Bueno, todo esto pasó a causa de la guctTa. Si no.
ella tenía sus razones...
todo hubiera sido diferente. No puedo decir cómo, pero creo que
O: ¿Y cómo debería haber sido su esposa, de acuerdo con el Rusia se hubiera transformado en una democracia con parla·
gusto de su madre?
mento. Todos los partidos e�;tahan a fnvnr del a guerra, lambiéu
HL: Rica, en primer lugar. ,, los demócratas, n los que pertl'necia mi purlr:o. Unicamentc los
0: ¿Con oció alguna vez una muje·r así?
bolcheviques estaban en contra de la guerra y por eso, despué,,
IIL: Nunca en forma profunda. Y Teresa sintió lógicamente tuvieron éxito...
el rechazo. Ella, a su vez, estaba muy unida a su madre, a sus Debo contarle también lo siguicltte. Jam:ís me interesé en
padres. Ella quería que mi madre fuera como su propia madre. .
realidad por lo. política, sino údc::.menle por la pmtura y la

11.8
119
literatura. Pero después de la revolución, cuando Kerenski había un conde, llamado Trubezkoi. Escuché una confel·enc-ia
llegó al poder, pensé entonces que debía unirme al partido dictada por él, en la que hablaba sobre la revolución. Bueno, y
demócrata. Kerenski era el presidente de ese partido. Me allí señaló l o bondadoso que era el pueblo rm;o. Dijo: Comparen
aceptaron en seguida, porque mi padre había e t nido un papel ustedes por ejemplo la Revolución Francesa y la Revolución
importante en el mismo. En seguida fui elegido para el comité. Rusa. Han pasado cuatro meses, todavía eran los liempos de
Cada semana se hacían reuniones sociales, hablábamos real­ Kerenski, y a nadie 1� pasó nada, a nadie se le ha tocado ni
mente poco de política. Había música, se bailaba. Yo acudía siquiera un cabello. Qué pacífico que es el pueblo ruso. Mencio­
también. nó las ejecuciones que habían tenido lugar en Francia, y cosas
Creo haberle contado antes de Stavrogin, el que siempre parecidas. Por lo tanto, opinó, esto va a seguir así.
hacía cosas tan extrañas. El, según Dostoyevski, q).leria demos­ Volví a casa en un coche de caballos, y le pregunté al cochero
trarse permanentemente que podía hacer todo. En mi caso cuál era su postura frente a la revolución. Y él me dijo, ya en ese
ocurre algo un poco parecido. Yo hago algo para demostrarme momento, cuando Kerenski todavía estaba en el poder, cuando
a mí mismo que lo puedo hacer. Cuando lo hice, el asunto está todavía no había habido persecuciones ni nada, dijo: Va a correr
liquidado ¡.iara mí, y no quiero seguir con él. Me es suficiente mucha sangre. Y yo me asombré y le pregunté: ¿Cómo dice
saber que puedo hacerlo, y entonces lo abandono. Bueno, en el usted eso, han pasado ya cuah·o meses y a nadie le ocurrió
caso de la pintura no fue así, pero la pintura es un hobby. En nada? El dice: Sí,. pero tiene que ser así. Bueno, ve usted, él
el partido demócrata había muchos jóvenes que dictaban tenía razón, sabía más.
conferencias. Y entonces se me ocurrió la idea de que tenía que 0: ¿Se trataba de un bolchevique?
dictar, en alguna ocasión, una..�Q.ñferencia. Debía demostrar­ HL: NO", no, no tenía ninguna postura política. En general los
me que también podía dictar un'a i:onf.erencia, a pesar de que no campesinos no eran bolcheviques. Los campesinos querían que
tenía ninguna necesidad de hacer1'0:·F;Teud opinaba que tenía las propiedades fueran repartidas, para poder tener su propia
que dedicanne a la economía nacional. Me contó que, de no tiena, pero no querían el sistema de koljoses. Los campesinos
haber sido psicoanalista, se hubiera dedicado también a ella. no estaban con Jos bolcheviques. Este cochero era un campesino
Pero no hubiera llegado muy lejos, usted ya ve, todos estos sin ninguna instrucción. Cómo es que tenía entonces ese
economistas ele boy no saben qué es lo que dicen. presentimiento... pero usted ve, su profecía se cumplió. ¿No
Bueno, entonces me busqué un tema, algún asunto relacio­ resulta extraño? Captó la situación mucho mejor que el estu­
nado con la economía nacional, y dicté una conferencia. Había dioso, que había dicho que todo estaba bien y que iba a seguir
algunos cientos de oyent.J;;. Para mí, por supuesto, fue una gran así. Y el campesino sabía que iba a ser diferente.
superación, poder hablar delante de tantas personas. Bueno, O: ¿Acaso la clase dirigente no pensaba, en ese momento, que
en todo caso, fue un gran cxito. Puedo acordarme de que un tal no iba a poder conservar para siempre sus privilegios?
Grossfeld, un abogadc. muy instruido, dijo: he oído que dictó HL: Nadie pudo prever una cosa así. Vea usted, si la guerra
una conferencia grandiosa. Entonces creyeron que podrian no hubiera tenido Jugar, jamás habrían llegado al podel· Jos
utilizarme como caballo de desfile. Y me dieron el encargo de bolcheviques. Estoy totalmente convencido ele esto. La guerra
viajar a umt d e las ciudades de la provincia para dictar fue un disparate total. Los liberales, que no eran socialistas
conferencias allí. Viajé, pero no preparé absolutamente nada. sino simplemente demócratas, también apoyaban la guerra.
En una palabra, teni¡¡ suficiente con haber logrado un éx.ito Lenin se dio cuenta claramente de la situación. He leído que,
como el que obtuve una vez en la vida. Entonces, a partir de ese antes de la guerra, dijo que no creía que el zar Nicolás y el
momento, no qui.:;e saber más nada de la política. emperadol· Francisco José nos dieran el gusto de comenzar la
O sí, se me oc:urrc: aún olra cosa. En el partido demócrata guerra. Este fue un punto muy estúpido, también i:m el progra-

120 121
ma de los liberales, ¿no es cierto?, esa guerra llevada hasta el O: ¿Su padre tenía una amante? ¿Y su mad�e lo sa?ía?
triunfo final. HL: Sí, lo sabía. Ocurrió así· m1 n1adre habla alqmlado un
Pero estaba claro que en ningún momento podía hablarse de palco en el teal.ro, y de repente le dijeron que el palco estaba
una victoria, Jos soldados volvían del frente por millares. ocupado. 1\lli padre lo había reservado para su amante. Nunca
Habla,· así implicaba una ceguera total. Pero, de acuerdo con el la vi, pero me parece qu.e debe haberlo desplumado totalmente.
ptmto de vista de entonces, hacer las paces era poco patriótico. 0: ¿Y qué fue lo que dijo su madre?
Solzhenitsin escribió muy correctamente, Rusia prometió a los HL: La relación entre mi madre y mi padre no era buena, ya
aliados llevar la guen-a hasta la victoria final. Pero, y esto lo que él le era infiel. Y mi madre tema una naturaleza mu.>:
escribió muy apropiadamente, no prometimos llevar a cabo un celosa. Bueno, pero yo quería contarle a usted olra cosa. Mi
suicidjo. Y eso era claramente un suicidio. Nadie puede repre­ padre me limitó el derecho a recibir mi herencia hasta que
sentarse algo más estúpido, cuando todo se está cayendo seguir cumpliera 28 años,ya que tenía miedo de que cayera en manos de
hablando de la victoria final. una ladrona de este tipo. Y siempre creí que estaba a salvo de e�;e
0: Pero en el caso de Hitler ocunió exactamente lo mismo. peligro. Nunca pensé que, que yo llamémosla Luise que me iba
.•. •

HL: Bueno, pero Hitler no era normal. Pero estas personas a involucrar en una historia de este tipo con esta LUJse...
.

eran más o menos sujetos normales... tan ciegos... Cuando mi padr-e murió, yo tenía un abogado, que era judío.
0: Volvamos a hablar de Teresa... Y mi madre tenía también su abogado, que era un polaco, un
HL: En el caso de Teresa fue si!pplemente así. Freud dijo que terrateniente rico. Y en una ocasión, fui con mi mujer a "-isitar
yo había buscado algo inconveni'ente, porque ella era simple­ a la mujer de mi abogado. En general, Teresa no quería ir a
mente una enfermera, a pesarde �qdi! t_e'flía unareputación muy ningún lado. Ellos vivían en la casa de un comerc1ante, que
buena en el sanatorio. Tuvimos difi'cu�tades, pero Freud dijo tenía una perfumería. Se llamaba Audersky, y era tamb1én
que yo había buscado algo inconvenienLe y obtenido algo muy polaco. Y su mujer se parecí� mu�ho a e�ta Luise.
.
bueno, ¿no?, porque ella era una persona muy decente. Bueno, cuando fui con m1 mujer a v151tar a la mujer del
0: ¿Ella dejó el sanatorio a causa de usted? abogado, conocimos a esta señora Audersky. Bueno, me cayo
HL:
.

Aparentemente todo ese asunto dejó de gustarle des­ muybien, y en ocasiones la enco.1tré casualmente en la cmdad,
pués de la historia conmigo, en primerlugar. En segundo lugar, la saludé y la acompañé por un trecho. Por supuesto que no
y esto no lo quería escribir, yo le hice llegar dine1·o. tenía ningún interés en tener una historia con ella, ya que eso
0: ¿Cuando se scpa1·aron usted le dio dinero? ¿Y ella Jo aceptó? era muy riesgoso. Y vea usted, en cuanto Teresa salió de
H'L: Lo aceptó. Y con ese dinero se compró una pensión. Odessa a causa de la enrcrm1.1dad de Else esta Audersky me
,

0: Yo me preguntaba de dónde había sacado el dinero. Como escribió una carta. Se enconLrabn en una "'tuación econón1ica
enfermera no podía ganar tanto. muy mala. Bueno, lo que quel'ia era dinero.
HL: El dinero se lo di yo. Vea usted, siemprepenséque no era Vea usted la mujer me gustaba mucho, pero rompí la
el tipo de hombres que gastan grandes sumas en mujeres y se carta y no fui a verla. Nunca hubiera creído que iba a
.
pierden. En el caso de las mujeres que conocí, fue en dos o tres terminar así, ya que no tengo para nada esle l1po <;Jc Jnclnla­
oportunidades, no fueron sumas importantes. Pero quisiera ción. Y ahora estoy en las manos de una persona 1mpos1hle.
conturle una cosa más: n1i padre me restringió en el derecho a Bueno, alguna vez le voy a túner que conLar de esta Luisn,
utilizar mi herencia, ya que tenía miedo de que cayera bajo la cómo ocurrió lodo. Otra vez ...
influenc i a de una mujer que pudiera robarme. Mi padre tenía O: En lo que respecta a Teresa, me sorprende que nadie haya
una amante, y ella me escribió, inmediatamente después de su notado nada' que ella sufrie•·a por a1:;uoa razón. ¿Acaso sus
.
muerle, un par de cartas. Tiré esas cartas. analistas no tienen ninguna te:oría con re;,peclo a su smc1'd'10.?

122
HL: En realidad no. Teresa se haya suicidado, y usted no haya notado nada. Hay
0: ¿Tampoco ellos puecl{ln ,explicar qué pasó? algo que no concuerda. Eso no existe, que algtlien se suicide y
HL: Puedo recordar que entonces le dije algo a la doctora el mundo alrededor no note absolutamente nada.
Mack con respecto a Teresa. Y ella elijo, Teresa, no me importa HL: ¿Qué es lo que quiere decir?
Teresa. Mi paciente es usted. Debo interesarme por usted, 0: Usted vivía con esta mujer, y ella se suicida, y usted no
e-xplicó. Eso no es un punto de vista, ¿no? notó nada. Eso me resulta muy poco creíble.
0: ¿En ese entonces Teresa vivía todavía? HL: ¿Por qué?
HL: Sí, fue en la época de la historia con la nariz. 0: Alguien tendría que haber notado aunque fuera algo.
0: Bueno, ése es el punto de vista de los seguidores de Freud, HL: Por el contrario, en aquella ocasión, cuando salí, tuve la
que tiene hoy en día cada vez menos vigencia. Hoy se toma en impresión de que se sentía mejor. Estaba completamente
cuenta a la familia o, si se trata de una pareja, se tiene en normal y no pude notar absolutamente nada.
cuenta a la pareja. 0: Pero en los años previos debe haber estado descontenta.
HL: Eso es correcto, obviamente. Ya que si yo dependo de HL: No se olvide usted de que justo en ese momento Hitler
Teresa, tiene que ocuparse también de Teresa y no decir: no es entró en Austria. Quizá tenía algún tipo de idea persecutoria,
mi paciente. creía por ejemplo que, por su aspecto mediterráneo, podía ser
0: Los freudianos ortodoxos no hacen estas cosas, quienes lo tomada por unajüdía. Ella me contó que su abuela era espaiío­
hacen pertenecen a otra escuela. la, cosa que después su hermano negó. Pero tenía el aspecto de
HL: Esa postlll"a es más corre.c.ta. Bueno, yo no sé en realidad una española. Y luego me contó una cosa, me contó que su
qué otros puntos defiende está �o;cuela. Sin embargo, en este madre, aparentemente, había tenido una relación con unjudío,
punto tienen razón, que uno pued_{!ii?�luir a los otTos, ya que el eso yo no lo escribí, pero ella me lo contó. Y yo le dije: Bien,
enfermo depende de otras personas. Uno no puede excluirlos y ¿acaso podrías ser judía? Y ella contestó: No, eso fue en otra
decir, no se trata de mi paciente. Sí, la doctora Mack me ayudó, época. Es probable que haya tenido algún tipo de idea al
yo también escribí eso. Pero luego sobrevino la muerte,de mi respecto...
mujer. Si no hubiera ocurrido eso, la situación habría seguido 0: ¿Su hermano no sabía nada de eso?
siendo soportable. Pero después cometí tantas tonterías, usted HL: No, no hablé con su hermano de eso. Le pregunté
sabe, a causa de ese complejo, ¿no? Me podría haber buscado únicamente po1·la abuela española, y él lo negó. Y cuando le dije
otra mujer. Esta Luise era en realidad algo totalmente inapro­ que podríamos pedir la certificación de la raza aria a Würz­
piado. Al ligarme a ella arruiné en verdad lodo. burg, su lugar de na<:imiento, ella se asusló muchísimo... El
0: E$o 1�0 puede ser del todo cierto, usted estuvo tanto tiempo suicidio todo es incomprensible, comportarse así, como si no se
en trntam1ento con Freud, y luego con la.doc.tom Mack, eso fue tuviera nada por delante. Es verdaderamente incomprensible.
mucho tiempo antes de la muerte de su mujer... 0: Pero algo así no ocurre de la noche a la mañana.
HL: Está bien, ése es el pu nlo de visra que usted tiene, y debo IIL: Claro, claro, ella siempre tenía quejas relacionadas con
reconocerlo. Si Freud me hubiera ayudado, me hubiera ayuda­ su salud. Esto
. lo escribió también en sus cartas de despedida:
do realmente, y si el tratamiento hubiera tenido como resulta­ Dentro de muy poco tiempo ya no voy a ser capaz de vivir. Y
do una curación absoluta, entonces no habría cafdo en esta además tenía algo con la vesícula. El médico decía siempre
situación con la tal Luise. El complejo con mi hermAna debe1ia que no le pasaba nada con la vesícula. Pero, en una ocasión,
haber desaparecido hace mucho tiempo. Y usted ve claramente se hizo un estudio y en el informe decfn que la vesícula
que no se extinguió. estaba llena de cálculos. Y ella elijo: Entonces tengo que
0: De todas maneras resulta mny extraño el hecho de que operarme, no Jo voy a poder soportar. Y luego comenzó con el

124 125
corazón, y se preocupaba continuamente por la vesícula, a desapareció luego, eso et·a una especie de condición, ¿no?. v
después todo fue difícil, yo me sentía obligado... y ella tambiér ,
pesar de que no tenía ataques. ·pero el asunto del suicidio era ;
una idea lija en el la. cuando podíamos tener relaciones ni siquiera se arreglaba un
0: La diferencia de edades debe haber tenido también un poquito o se embellecía, no, se ponía lo peor. Vea u sted v esto
era lo terrible, esto que le estoy contando es un ;e �reto ,
papel importante.
HL: Sí, claro, se paraba delante del espejo y decía: Soy vieja entonces yo buscaba lo sexual en otras mujeres, a ella la amaba
_
y hornble. Yo le contestaba: Eso es lo que tú cr ees es una y buscaba en otras mujeres lo sexual. Pero eso no tiene nada
tontería. Pero no servía para nada . Perdió todo inte ér s en los que ver con su suicidio. Hitler tiene que ver con su suicidio. Vea
usted, vivir algo así, como lo que yo viví con ese suicidio, eso no
vestidos, y yo le decía: ¿Por qué no te haces un vestido nuevo?
Pero ·no quería hacer nada. Este pensamiento suicida no ha lo puede entender ningún hombre, la impresión que produce \' ·

sido aclarado. las consecuen cias que tiene.


0: ¿Le importaba estar casado con una mujer varios años 0: Eso es cierto, naturaln1ente.
m ayor que usted? HL: Por supuesto que eso tif1e también mi relación con esta
HL: Se mantenía bien, lo ve usted en las fotografías. Luise.
0: ¿De qué manet·a?
0: Sí, pero en ellas era todavía joven. Antes de morir debe
haber tenido unos sesenta años. HL: Porqu e fue un shock tan terrible.
�: ted opina que, en la actualidad, tiende a ceder porque
No tenía el aspecto de una persona envejecida. Bueno . 0: ¿Us
tamb1én quena decirle a usted alg
ci Es un asunto íntimo lo qu� L1ene miedo de que también ella se mate?
voy a contarle. Yo quería ac é rc ar
m e a Teresa. Teresa me HL: Sí, con seguridad. Luego comenzó a imaginar que tenía
excitaba sexualmente. O sea que rá huida hacia la mujer era problemas con l a vesícula; cuando vio en el informe que
sexual, eso es correcto. ¿Pero qué fue lo que sucedió? Me fui, y tenía cálculos, su frió un susto terrible. Entonces dijo: No vov a
cuando volVJ, a ella, qué fue lo que encontré se había venido sobrevivir a otra operación. Antes había sido operada del
totalmente abajo, estaba flaca corno un esqu leto.� : apéndice, la operación la hizo el mejor profesor de Viena' y
Entonces f�� cuando vi que esta mujer... Freud dijo que se después de la operación hubo muchos problemas.
_
trata de narc1s1smo, narCISismo enfermizo, yo no lo acepté, la Simplemente se imaginó que ya no era capaz de vivir. Y este
muJer debe haberme amado, si n o no estaría en ese estado. pensamiento, soy fea y horri ble, estaba fijo en su interior. No
Entonces lo primero qte se roe ocurrió cuando volvf fue "no voy dejó. entrever en ninguno de sus actos que iba a hacer algo así.
a casarme con otra muJer � que n o sea Teresa"
de tal manera mi No h abía ntnguna razón. Por favor, si hubiéramos tenido

narcisismo estaba satisfecho, la muj r qu te rechazó, que
e alguna pelea, o hubiera estado celosa. Pero no había nada, el>t.<�
es lo absurdo. Uno de l os pensamientos que escribió en sus
rehusó leer tus cartas, está enferma por tu culpa. Si no
hub1eras vuelto, quizás habría fallecido estaba en un estado cartas de despedida lo incluí en mis memorias. Es siempre lt>
terrible, por lo tanto ella te ama, por lo t�nlo te vas a casar con mismo. En todas las cartas lo mismo: De todas maneras no va
ella. Y entonces, entonces viene la otra parte, lo sexual. Activi­ a pasar mucho tiempo, es mejor ahora, y me ahorra el terrible
dad sexual tuvo, mientras tuvo energía, luego, cuando adquirió final. Ella es incapaz de vivir por sí sola.
Puedo traerle a usted esas cartas, y tampoco va a pode•
este aspecto, lo quevoy a contarle es un secreto' ya no me atraía
más sexualmente . aclara1· nada. No estaba tan enferma. Pero el suicidio s" 1�
0: ¿C uando adelgazó tanto? apareció como algo verdaderamente grandioso. Siempre d&ch:
HL: Cuando adelgazó tanto y enfermó por mi causa, ella, ele las malas personas no se suicidan. Y un tiempo antes, escucha
alguna manera... ella era ia mujer fuerte, ella me rechazó, eso mos en una ocasión un disparo en la calle, y ella diJo: S! ru··

126 1-'
.• -
hubiera dado a mí habría eslado bien. Bueno, claro, la pérdida está siempre...
de la fortuna, y las pequeñas escapadas. No olvide usted que 0: ¿Y usted opina que el psicoanálisis puede servir única­
también se reprochaba lo de Else, el hecho de que hubiera mente para aquel...?
muerlo. Y luego, después de haberse casado con un hombre HL: Que busca ayuda. Y eso no ocurrió nunca con Teresa.
rico, había perdido todo y estaba parada frente a la nada. Freud había dicho qu!! era completamente sana desde el punto
0: ¿Por qué no hizo que Teresa fuera tratada por un psicoa­ de vista psíquico, y que en su caso se trataba únicamente de
nalista? enfermedades físicas.
HL: Bueno, no se sentía enferma psíquicamente. 0: ¿Ah sí? ¿Usted la hi zo ver por Freud'? ¿Por qué causa?
0: S u e�posarehuía todo contacto, no quería ir a ningún lado, HL: Bueno, ya no puedo recordarlo muy bien. Creo, probable­
y se .enqutstaba cada vez más. Eso es un signo de que algo no mente, que le conté que existían ciertas deshonestidades. Y él
está en orden. dijo entonces: Ya veo que usted no se portó bien en Rusia.
HL: No losé. Yo no noté nada. Quizá tenía una vida de la cual 0: ¿Y cuándo fue eso?
yo nada sabía. Y la lucha contra mi madre, la realizó en forma HL: Un par de años antes de su muerte. Cinco o seis años
muy consecuente. Si hay algo que no tenía era falta de volun­ antes. Entonces fue cuando la doctora Mack dijo: Bien, el
tad. No necesitaba autoridad. profesor se equivo¡;ó completamente al respecto...
0: ¿Pero estaba cada vez más encenada , se interesaba 0: ¿En el caso de Teresa?
únicamente por el dinero...? HL: ...y se sorprendió de que ella hubiera podído convencedo
HL: Sí, pero nunca hubiera ftlc¿:a ver a un psicoanalista. No de. que era absolutamente normal desde el punto de vista
' ·• · ··•
sentía que lo necesitara. psíquico.
0: ¿Usted se lo propuso? _,,'\ � 0: ¿Y la doctora Mack no compartía esta opinión?
HL: No. Yo sabía claramente que ella estaba en contra de H.L: No, me dijo: Usted estuvo casado 25 años con una loca.
algo así. Si estaba enferma, entonces tenía una enfermedad 0: ¿Eso fue lo que la doctora Mack dijo cuando Teresa
que no era abordable por el psicoanáíisis. Uno debe de sentir falleció?
que necesita ayuda, que no puede soiucionar sus problemas por HL: Sí.
sí mismo. Ella nunca tuvo este sentimiento. Cuando un hombre 0: ¿Y cómo lo fundamentó?
se mata... si existe algo usí eomo una pulsi6n de muerte, HL: Digamos que con el suicidio, ésa fue la demostración ele
entonces 'feresa la tenía. Sicll1pre recalcó que el suicidiQ era que no era normal. Bueno, las peleas con mi madre, en reali­
algo muy hermoso y correcto. c�,rno un granel ioso acto heroico. dad, tampoco eran algo normal. Pero vea usted, en el caso de mi
Y Cllamlo el dinero se dcsval•lriz6, es muy probable que se haya hermana el suicidio resulta todavía más incomprensible que en
hecho reproches, yo siempr-e qu1se comprar algo. Yo creo que el el caso de Teresa... Sí, se trataba de un pensamiento hipocon­
estado en el que s.e encuentra un;. persona que se suicida es dríaco muy claro, el caso de mi mujer, que pensaba que estaba
muy difícil de definir. tan enferma. C1·eía que estaba enferma, y que no iba a vivir
0: ¿Cree usted queexistl' al�o 'ISÍ como la pulsión de muerte? mucho tiempo más y cosas por el estilo...
IIL: Por lo que he visto, lo.q p�imanalistas ya no creen más en
la pulsión de muerte. F:n l •'alir!Ml yo tampoco. Yo creo que la
situación puede ser Lan c:u•n¡;li,::.ldi' e¡ ue uno pre f-iere desapare­
cer. Pero que se tt·aLe de llll ic1sti n!.o. no lo creo en rculidad. El
instinto de conserva ción Jll••!d..: � <"t' mti;; o menos intenso, pero

128 129
EL COMPLEJO CON LA HERMANA

1
1
1

Hombre de los L.obos: Recién, cuando venía en el taxi. algo me


hizo recordar un proverbio ruso: De la gran nobleza a la
ridiculez hay sólo un paso. Creo que este proverbio no existo en
'- · alemán.

Obholzer: Yo no lo conozco.
.... -�

HL.: Pensé en este proverbio cuando leí: Puschh


in para
hombres dul'OS. Puschk:in se retorcería en su tumba si pudiera
leer algo asf. Luego recordé sus poesías, una que voy a tratar
de traducil' por el sentido: "Camarada, créelo, la grandiosa
estrella ascenderá, Rusia despertará, y con los fragmentos del
absolut ismo del poder único alguien escribirá nuestros nom­
bres..." y ahora resulta que, sobre una botella de aguardiente,
alguien escribe: Puschldn para hombres duros. eso es realmen­
te ridículo, ¿no es así? Está bien, también exislcn lasMozartku­
geln, pero esto no llama tanto la atención, expresa una cicl'l.a
ternura .. Mozartkugeln..
. .'

El doctor E., por otra parte, opina que debo continuar mis
memorias y escri bir. Ahora bien, le contesté yo al re;;pecf:o, esto '

nova a agradarte a la doctora Gardiner. Veo por todas la,; cosas


que suceden que quiere ser la única que me ofreció su protec­
ción. Ella me escribió que, cuando apareci6 m1 libro, una , usa -

• LiteralmentAl, bolas de Mozart; nombre de unos bomlonaii t�:.dc�;uno!t>S


vieneses. (N. del T.).
de París le escribió en ruso. Vea usted, inclusive S. dijo que 0: Por ot1·o lado E. podría considerar que la verdad está
tend1ia que haberhecho una fotocopia y habérmela enviado, de registrada en sus cintas.
manera que yo pudiera saber loqueescdbía esta mujer en ruso. HL: Aparentemente no es tan egoísta. Bien, por favor,
Quizás era una mujer rica, y quería invitarme a París. hablaré con usted en forma totolmente abierla. Lo que usted
Podría babor sido una inmigrante rica. Los rusos no se ocupa­ me contó una vez, que había tenido gonorrea, fue muy astuto de

r f! de_! psicoanálisis. Y si una rusa se ni teresa por el psicoaná­ su parte. De esa manera logró una cierta identificación, una
hsis, tiene que tener, por!o menos, un alto grado deinstrucción. identificación mía con usted. Y por otro lado, de algúnmodo, me
En todo caso me tendría que haber enviado esa carta. No lo liberó de esta prohibición. Lógicamente, tengo demasiada edad
hizo. Usted ve por qué. No quiere que se mezcle además otra como para poder extraer consecuencias prácticas de eso, ¿no es
mujer. No voy a escribir por supuesto ninguna palabra sobre cierto? Si tuviera 20 o 30 años menos, quizá fuera algo así como
uste�:.Le pregunté cómo era la carta, y me dijo que había una curación...
escnto en un tono muy insistente. ¿Me comprende usted? Porque estamos igualados en este
0: ¿Quién? ¿La rusa? aspecto. Usted me dice algo que, en verdad, resulta poco
HL: Sí. favorable para usted. Me brinda su confianza. Quizás esto
0: En realidad, eso tampoco sería una razón... debería haber pasado antes, ¿me entiende? Por lo tanto, yo saco
HL: Sí, está claro, ella no quiere que nadie más escriba so­ la siguiente conclusión: el saber y el recuerdo, el saber y la
bre mí. interpretación ño alcanzan. Tiene que surgir también alguna
0: En cierta forma lo entiendo, es humano. vivencia. Y esta vivencia no tuvo lugar- O, si usted quiere,
HL: El doctor E. lo considera d�io:t1;a manera, él no tiene nada podríamos decir que tuvo lugar, pero que ya era demasiado
en contra, me escribió diciéndomet¡uéusted podía hacerlo. tarde. ¿Cómo pudo usted tener esa idea...?, otra mujer no
<?= Usted mencionó una vez que éUambién graba las conver-· cuenta algo así. Pero ustc<l sí me contó lo de la gonorrea, ¿no es
sac10�es que tiene con usted. Uno podría esperar que no cierto?
estuVIera de acuerdo con nuestras conversaciones. 0: Sí. ¿Pero por qué no habría de decirlo?
�L: Ap_arentem��te no es ése el caso. Además, lo que grj;lba HL: Bueno, usted es así, pero otros piensan de manera
sera publicado rec1en, qué se yo, en unos cincuenta años. cliferente. Hay algo en todo este asunto que no está bien. Bueno,
0: Entonces él ya no va a estar vivo. por supuesto, la historia sigue así: Teresa mudó, y en su carta de
HL: Preci�amente, cuando ya no viva. Me dijo que se inlcr·w­ despedida escribió: Cásate con una mujer decente, y ve a ver a la
ga a los pac1entes de Fl'eud, y que la costumbre del .Archivo hennana... ya no puedo recordar cómo se llamabo... y deja que te
Freud, pa¡·a el cual trab�rja, es que todo sea publicado recí,úl aconseje, y no Le enganches con una perdida, porque esto putlde
l
después de algunos años. significar tu caída. Lo que advirtió era simplemente lo correcto.
0 : Claro, co�o médico, es más diñcil para él. Para mí, por 0: ¿Que usted e t nia debilidad por las mujeres de la calle?
. 1-IL: Sí, ella se dio cuenta perfectamente de que existía ese
eJemplo, no eJOste la obligación del secreto médico, v nosotl"os
len:mos uf! trato regido por otras cond·iciones. A pe;ar de ello, pelig-ro. Si yo me hubiera puesto de novio con una mujer
me 1mpres1ona mucho la ttctitud de E. decente, podría haberme casado, y podría de alguna manera
HL: Que sea tan objetivo. Bueno, debería contarle qué es lo vivir. Pero con una perdida uno no puede empezar nada.
que resulta favorable para él y qué es lo que no es fa\·orat-lo.;. Porqueestas mujeres... o bienle piden dinero permanentemen­
ambas cosas, ¿no? El dijo que la verdad es importante. Pe1·o 1; te o qué sé yo. Bueno, y pasó precisamente eso, me encuenh·o
doctora Gai:diner.lo considera de otra manera. Aquel!u quu c¡,tá en una situación desesperada con esta amiga. ¿Quiere usted
escnto, esta esento, y no se debe hablar n1ús dC!l terna. que le cuente al respecto?

132 133
0: Sí, ¿por qué no? ¿Pero por qué se trata de una perdida? O: ¿A causa de est.a mujer quería viajar a Norteamérica?
HL: Es lo sufi cientemente perdida como para casarse y no HL: Sí. a causa de esta mujer, po(que es realmente im-
decirme nada al respecto. posible.
0: ¿Cómo? Que se casó.'.. O: ¿Y el hombre con el cual se casó?
HL: Se casó, no me dijo nada, y siguió viniendo todo el tiem)JO HL: ¡Pero qué! E!itá casada y divorciada dos veces.
a verme. Si me hubiera dicho que se había casado, entonces 0: ¿Y no recibe nada de sus ex maddos?
hubiera terminado con ella. Pero después se divorció. Bueno, HL: No, no recibe nada. Ella es muy hábil, por ejemplo
por favor, perdida, ¿qué es lo que se entiende por perd.ida? La cuando frente al cine o al teatro hay muchas personas paradas
palabra no es muy linda. ¿Podríamos encontrar quizás esperando por sus entradas, entonces simplemente va y dice:
una p¡¡.labra algo m�jor, que no fuera tan ofensiva? Yo reservé mis entradas, y le dan las entradas. Uno pod1ia
En mi vida me uní en dos ocasiones a m uje1 es imposibles, y
· pensar entonces que es muy hábil. Pe¡·o no tiene intereses ni
con la prímera todo salió bien. Inclusive llegué a escribir algo nada. Dice que leyó mucho. Peto yo vi lo que tiene en la
al respecto, tuve suerte, pude escapar de ella, pero, tontamen­ biblioteca, nada es cierto. Está fijada únicamente en cosas
te, le di el escrito a un tal Cem1ak, con quien tenía amistad, y materiales, y no tiene seguro médico... tengo que contarle esto
con quien luego me peleé. Y ahora me resulta muy difícil a usted, usted tiene que tener una visión del asunto.
llamarlo y preguntarle: ¿Tienes todavía el escrito? Pensé en 0: Yo creo que, cuando ella se casó, usted tendría que hnber
dárselo a usted. El doctor S. ta�bién me lo desaconsejó, qué podido separarse de ella.
puedo hacer ahora con él, ya pasaron diez años. Podría sin HL: Es que me lo dijo recién cuando ya se había divorciado
'E :
embargo contarle brevemente ncnta :e este asunto. Este caso nuevamente.
·

p
salió bien, afortunadamente. En e'$tct' puede ver usted cómo 0: Pero ella usó durante un tiempo otro apellido.
todo depende de las casualidades. Y luego me metí con esta HL: Vino a verme y no dijo nada. No sé cuánto tiempo duró
otra, y no puedo ya salir, porque esta mujer no tiene nada. No ese matrimonio. En todo caso ya se había divorciado cuando me
tiene jubilación, no tiene seguro médico, está enferma... enfer­ dijo que tenía un nuevo nombre de casada.
ma del corazón, tiene angina de pecho, enferma de los riñones, O: ¿Y a pesar de ello siempre siguió viéndolo?
enferma de la vesícula, tiene diabetes... ¿qué más quiere? HL: Sí, a pesar de todo siempre venia a verme.
Ahora también dice que tiene cáncer. Por favor, yo ya no sé. 0: ¿Y le pedía dinero?
Y me tortura permanentemente con reproches, quiere qtlC yo HL: En ese entonces no. Pero, a causa del libt'o, cometí un
me case con ella. Uno no puede casarse con una mujer asf, es terrible error. Me pagaron algún dinero, y yo le di una suma
una psicópata grave. En realidad ni siquiera sé de qué podría importante.
hablar con esta mujer. Siempre es lo mismo, tiene un único 0: ¿Pero ella no sabe de dónde viene el dinero?
interés. Bueno, ¿qué puedo decirle? Pasamos frente a una casa, HL: No, no sabe nada del libro. Yo tampoco le d'igonada, ella
y dice: una casa así me vendría muy bien. Tiene pretensiones pensada que uno gana millones con un libro. Entonces vendría.
totalmente irreales, y no tiene seguro médico, no tiene jubila­ con que Curd Jül'gcns le dio a su mujer tanta plata, y tú no
ción, está enferma, y yo esloy ligado a ella desde hace ya 25 haces nada de eso... permanentemente reproches... yo tengo la
años. Nos encontramo$ únicamente los domingos, toda la culp a de todo... yo no sabía verdaderamente que había genLe de
relación os loca e imposible. Todo es una catástrofe. Ya me este tipo, mujeres así, que son imposibles en todos tos sentidos.
hubiera gustado que me invitaran a viajar a Norteamé1-ica. 0: Naturalmente existen mujeres así.
Pero no quieren. Y después de todo, ¿qué voy a hacer en HL: El doctor E. escribe: Que grite, que se enfurezca, ¿qué
Norteamérica? más puede pasar? Está bien, es muy Ji icil habla1'. Pero cuando
sobrevienen permanentomcntc escándalos con esLa mujer, HL: Sí, por supuesto que no le esc¡·ibo nada al respecto a la
como aquella vez... tuvimos una pelea en l a calle, y algunas doctora Gardiner, ya que me di cuenta de que hay algo que no
personas fueron a llamar a la policía, fue unasituación terrible. le gusta.
Quizás usted puede darme algún consejo al respecto. El doctor 0: ¿Y el docLor S.?
S. dijo en una ocasión que los hombres son simplemente tontos. HL: Finalmente opinó, sí, sí, es una distracción para mí,
0: 8n realidad sólo puede darle un consejo, que es separarse cuando converso con usted. Pero la doctora Gardiner está
de esa mujer·. totalmente en cont'ra, y ya no le escribo absolutamente nada
HL: El doctor S. dice que si no lo logré en aquella ocasión, más sobre usted.
cuando cortamos pot· un tiempo y luego nos reconcili<Jmos, 0: ¿Y qué fue lo que dijo el doctor E. con respecto a su amiga?
entonces no existe ya esperanza de poder terminar. Yo se lo HL: Esa es una muy buena pregunta. ¿Qué es lo que dice el
conté a' la doctora Gardiner, y ella dijo, a pesar de que sabe muy doctor E . al respecto? Creo que el doctor S. ha dado en el clavo.
poco de esta historia -le dije únicamente que una mujer me Según el doctor E.: puedo en este momento hablar con usted, y
persi gue con exigencias-, que el doctor S. no tendría que haber eso es bueno, todo está nuevamente en orden. En ese sentido,
dicho algo así. Uno no puede fijarse en esta posición, si se el doctor S. dijo: él lo considera más sano de lo que usted es en
reconciliaron una vez, entonces tiene que quedarse junto a la realidad. Esto según la teotia que dice que Preud me curó en un
mujer hasta que entregue su último aliento. cien por ciento. Usted ve, mis recuerdos, todo el libro está
0: En este caso, la doctora Gardiner tiene mucha razón. construido sobre esto. Y ésa es la razón por la cual la doctora
HL: Si, tiene razón. Pero él di�e siempre: Está bien, está Gardiner me recomendó que escribiera mis memorias. Para
.
bJen. Me resulta muy penoso, yo}r'! :t. a tratarme con éL Y no mostrarle al mundo cómo Freud curó a un hombre gravemente
pago absolutamente nada. Y es una"pei'sona muy amable. enfermo. Y luego los críticos dije-ron sobre este libro: El Hombre
0: ¿El doctor S.? ·Á••'-',� de los Lobos perdió el contacto con el resto de los seres
HL: Sí, pero me dijo: Si en aquella ocasión no resultó, nos� humanos. Todo eso está mal. E l contacto no se perdió en ningún
va a modificar nunca. En un par de oportunidades que momento. Pot· el contrario, el contacto con los restantes hom­
se brindaron, podría haber terminado con ella. Pero este pl!n­ bres era muy estrecho, y de todo surgían conflictos. Nada de eso
samiento, expt·esado por el doctor S., todo debe quedar así, me es correcto.
impidió tomar una decisión. Así, los psicoanalistas me dieron Y sí, a Norteamérica... ¿quién me va a tomar, quién se va a
algo malo, en vez de algo bueno. Por favor, esto se lo dig-o en ocupar de mí? Todo eso cuesta dinero, ¿no? Origi nalmente, E.
confianza: esto es verdadernmente... yo estoy en tr:tLamicnto me escribió, todavía tengo la carta: nuesLros amigos en Amé¡·i­
con el doctor S., y luego viene el doctor E. y me analizo duran!a ca van a hacer Lodo por el Hombre de los Lobos, y si necesita
1 tres semanas, este es... ¿qué clase de transferencia puede imperiosamente viajar a NOJ·teamélica, entonces puede venir
' haber? El paciente debe establecer una transferencia. tiene a No¡·teamérica. Por oLro lado, no sé realmente si se va a sentu·
que estar el complejo con el padre. Pero cuando die?. personns bien. Bueno, hace poco le mostré la carta, y él dice al respecto:
lo aconsejan, entonces da lo mismo que si lo estuviera leyendo esto es una fantasía.
·

en el diario. ¿Puede uno confiar en otras personas, o al baccrlv 0: Usted no sabe hablar inglés, y todo ese ambiente
está perdido? extraño...
0: ¿Y qué es lo que dice el doctor E. que tiene quehacer u':tecl'? HL: Sí, seguro, se trata de una fantasía. Pero el doctor F..
HL: Le escribí y le contlí que íhamos a encontr01rnt>;; con piensa así: yo debo actuar simplemente como un hombre sano.
usted. Y él me dijo que yo debía visitarla. Un hombre sano quizá tendría la fuerza de corta1-, de una vez
0: ¿Eso fue lo que dijo el doctor E.? por todas, con esta mujer. Sin embargo, E. me dice bueno, no es

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demasiado, pasar un domingo un par de horas, aunque grite más. ¿Qué es lo que dice el doctor S.'? Usted no necesita darle
!
aunque se enfurezca, yo tengo que poder soport�rlo. Pero, ¿que absolutamente nada. No le debe absolutament.e nada. Ella no
hay de bueno en esto? ¿Y dónde va a term1nar toda esta es un niño pequeiío. Se metió con usted, y ése es un problema
(
historia? de ella. Y luego el as,unto con respecto a la jubilación... bueno,
O: ¿Qué es lo que le vio usted a esta mujer, en realidad? vea usted, yo no estoy en el partido socialdemócrata, pero mis
¿Acaso ejerció una atracción sexual tan intensa sobre usted? puntos de vista son en realidad más bien socialistas. Porque me
HL: Tenía una atracción se;-a.lal. Y lo absurdo es que esta digo: es cierto que es muy injusto que algunos tengan dinero y
atracción se::\'Ual ni siquiera era muy grande. los otros no tengan nada. ¿Cómo podría uno avalar lo contrario?
0: ¿f\.h sí? Eso no es vcrdade1·amente po:;;ib)e.
HL: Qlúzás al principio, pero luego cedió. De cualquier Pero ve usted, el doctor S. es un conde, bueno, y el doctor E.
manera esta mujer es... ¿cómo podria describirla? Esta mujer tiene una buena posición. Estas personas no lo entienden. Pero
está programada para pelearse. Ese es su elemento. Las �sted, como mujer, quizá lo comprenda: yo siento realmente
calumnias, quejarse de otras personas, sentirse como una una cierta obligación, ya que hace mucho t.iempo que estoy con
víctima... sentir que toda la inj ustici a posible cae sobre ella. Y esta mujer. Y por otra parte, ella está enferma en realidad, ¿no'?
a demás tiene que imponer su voluntad en todos los sitios Pero lo terrible es que uno no puede hablar con esta mujer.
adonde llega. En el restaurante comienza en seg1.1ida: su ¡Esta mujer quería denunciarme! Quiere hacer público su caso,
porción es muy pequeña, y l a persoÍ,}a de la mesa de al iado tiene esta ioj usticia, esta terrible maldad que yo le hice, ya que yoera
una porción más grande. Luego, eS\á�nferma del corazón ydice un viejo, y ella era tan joven. Esto tiene que tomar estado
que el aire está viciado. O que hay oi<a:r'-a,naftalina, allí cuelga público, tiene que salir en la televisión. ¿Qué se puede hablar
un sobretodo, y tiene olor a naftalina. Eso no lo puede soportar, con una mujer así? No se puede hablar con ella. Me la paso
tienen que abrir l as ventanas. El mozo dice pero eso no es sentado como un idiota, y callo. Y ella dice ya estás de vuelta con
posible porque están las otras personas, hace frío... : tu ataque.
Realmente no puedo describir lo terrible que es esta mujer. 0: ¿Qué clase de ataque?
Con el1a no se puede hablar sobre nada. ¿De qué podría hablar HL: Un ataque de depresión.
yo con ella? Una vez le conté que un conocido tenía dos puestos, O: Ah.
uno en un ministerio y el otro en una sociedad literaria. Esta HL: En realidad no se le podría explicar lo que es una
sociedad no estaba de acuerdo con sus puntos de vista, y no depresión. Sin embargo, no es tonta. No, no es tonta. Pe1·o estó
1 quería dejarlo trabajar, pero sin embargo 61 recibía el dinero. tan fijada, sabe usted, al pequeño círculo en el que vive, y
No se trataba de sumas importantes. Le cuentbesto únicamen­ únicamente se mueve dentro de este pequeño círculo. Enton­
te a causa de esta mujer. Ella en seguida: esto tienen que ces, puede ir a la boletería y decir, yo reservé entradas, y no
publicarlo los diarios. Es una gran injusticia. El hombre no reservó en realidad ninguna. Para esas cosas es buena. Estudió
hace nada. Usted no puede contarle nada, y ella empieza en en una academia de comercio. Esta academia de comercio no
seguida con la:> amenazas. era m6.s que una escuela secundaria comercial. Pero tenía el
0: Terrible. nombre de la academia. Entonces, lógicamente es una acadó­
HL: Usted ve que me comprende. Yo ya Jo sabí a, usted me mica. Su madre dijo también que era muy inteligente y cosas
comprende. I�os hombres no lo entienden. por el estilo, y muy instruida, por su puesto. Pero no se puede
0: ¿Quién no lo entiende? hablar con esta mujer. Cualquier palabra que usled le dice, en
HL: Los hombres no lo entienden, porque consideran todo seguida salta: eso hay que haceJ·]o p úblico. Y, ¿qué me dice
enteramenie desde el punto de vista de los hombres y nada usted?

138 l�Q
también su mujer se había suicidado. El era el único ser
0: Está totalmente ida. Loca.
humano que podía entender algo de estas cosas.
HL: y bien, lo que dice el doctor S.: una psicópata grave con
O: ¿Cuándo había muerto la mujer de este hombre?
pensamientos paranoides.. Se siente perseguida en todas par­ ' HL: Mucho antes, diez años atrás.
tes. Siente que el destino está en contra de ella.
O: Y esta Saint Quentin pensaba que, como las mujeres de
O: ¿Y siempre fue así, desde el principio?
ambos se habían �ciclado...
HL: No, al principio no era así. Pero ahora tiene 60 años.
HL: Claro, que él me iba a entender.
Aparenta mucho menos, a pesar de todas sus enfermedades. Va
0: ¿Y fue así?
al cinc, y también tiene que ir después al teatro, al Teatro
HL: Comprendió todo en seguida. Había pasado por esta
Raimund. .
situación, y me previno. Me puso sobre av1so unas c1en veces.
0: i;Y va sola?
También él había enfermado, y luego cayó en las garras de una
HL: Sí, va sola. Yo me desacostumbré. Bueno, está enferma,
mujer. Lamentablemente no le hice caso. Y sí , con él se podía
cada dos palabras dice: Una mujer mortalmente enferma. Le
hablar muy bien.
cuento esto únicamente para que tenga una impresión del tipo
Para él lo más importante era tener éxito con las mujeres.
de persona con la cual estoy ligado. No sé cómo voy a salir de
Eso era lo que más apreciaba. Era alto, y tenía una buena
esto. Pero tengo que contarle también del pt·imero, de mi
·figura. No era un hombre hermoso, pero t�nfa mucha suerte
primer episodio. ¿Es tarde ya?
con las mujeres. Y de alguna manera evaluo en forma c�rrecta
O: No. . el estado que sigue a un suicidio acaecido en esas circuns­
HL: Bueno, en realidad no qM,iél:9 irme tan rápidamente, si
tancias.
no, no vamos a avanzar nunca: Oe!i.,cñbí el primer episodio,
Me contó cómo se hizo dependiente de una mujer. Hasta que
pero le di el escrito a este Cermak. Y1u·ego nos separamo tanto
. � la descubrió con otro hombre, y entonces todo terminó. Y la
que no t�ene ningún sentido volver a encontrarlo. El dina: Ah,
segunda vez, estaba casado con una franc sa, que tenía un caf é
sí, ahora que necesita algo, quiere reconciliarse. El escribió un e_
en el primer distrito. El cometía infidelidades permanente­
libro, que envió inclusive a la mujer de Roosevelt. Y bueno; era
mente salía con todas las mujeres posibles. Se trataba de un
un tipo tnuy fantasioso...
matri�onio arreglado, porque la mujer era rica, era la dueña
O: ¿Qué profesión tenia?
de este café. Durante la guerra no tenfamos suficiente para
IIL: Escribe. Es escritor. Pero esc!'ibió únicamente ese libro,
comer. En ocasiones me preparaba algo, cuando yo llegaba allí.
que no L uvo muclw éxito. Ct·eo que tuvo que pagar encim a. La
Después debe haberse enterado de ulg�, porque se quejaba
historia fue en ¡·calidad así: una voz en el Cottage estaba una
siempre, y decía que quería que la repa�naran. O sea, volver a
tal condesa Saint Quontin. Provenía de Odossa, a pesar de que
Francia. Pero luego cr:eo que se reconciliaron. Voy a conta!'le
su familia c1·a austríaca. El-p,adre trnbajobn en Odessa como
toda la historia en forma breve, eso duró un par de años y tuvo
director de una empresa industrial, y por eso creció en Rusia.
un final feliz...
Ellas hablan ,·uso como los mismos ru.sos, son dos hermanas. Y
O: ¿Eso ocurrió, por lo tanto, durante la guerra?
tenían además un hermano, que fue un jerarca nazi que murió .
HL: Esa es la ,.rida que llevé después de la muerte de mt
en un accidente. No se sabe realmente cómo. Durante la
esposa. No hice más que tonterias. Y ahora vengo a termmar
guerra, volaba en un ;wión, y al aterrizar, de r�peute, h��ía
con esta persona imposible.
desaparecido. No se sabe cómo se pudo haber catdo del av10n.
O: Esta fue la primeramujerdespués dela muert� deTeresa.
Una historia muy extraña.
HL: Después de la muerte de Teresa tuve una muJer, era un�
En todo caso, esta Saint Quenlin me dijo, tras l a muerte de
muchacha muy joven. Puedo traerle un retrato de ella, SI
mi esposa, que me iba a pt·cscntar a eRte Cennak, porque

141
lJ.\ 0
quiere. Era bonita, rubia y bonita. Y todo terminó bien. Fue J?Or
O: ¿En rea lid�cl nunca le molestó el �\�c�o de que, �ua�do sted
una casualidad que pude deshacerme de ella. Pero era dwz �
veces mejor que ésta. Y vengo a terminar con esta mujer. Y todo
iba con una muJer a la cama, ella r cc 1 b1e1a dmero oc usted.
d
por mí falta de cui ado y mi propia tontería.
HL: Yo lo encontraba normal .
0: ¿Entonces, no veía nada malo en ello?
A esta mujer la vi por primera vez en lo del sastre. El sastre . .
HL: Ella no tenía·oada. De algo tenía que \'lVI!'.
siempre tuvo un papel importante en mi vida, eso usted lo
O: Yo encuentro todo muy extraño... digamos que lo menos
sabe. Además de que entablé una conversación con una mujer
que hubiera esperado yo d: un anális�s es que lo liberara de este
�iscúlpeme, voy a serie totalmente franco- y luego nos íbamos .
tipo de relaciones con muJeres pnmtt!vas.
a un hotel, evitaba decir mi nombre y dar mi dirección. Y en eso
tendríaque haber podido pensar, que estábamos en el sastre y
HL: Bueno, usted ve, Freud no me liberó.
O: Eso es en realidad lo menos que uno podría esperar, que
que éste'conocía mi nombre ymi dirección. Y, como usted ve, no
se me ocurrió. Ella estaba maquillada, cabello rubio, no, teñido
usted pudiera encontrar una mu�e: q�e estuvi � �� a su altura.
HL: Vea usted, mi mujer lo adivmo. Lo escnb10 claramente
de rubio, me gustó mucho. Y yo esperé afuera, hasta que
en su carta de despedida. Bueno, cuando hablo c�n usted, es
salió de lo del sastre, y entonces fuimos a un café, y también,
diferente que cuando hablo con el docto� S. El tiene menos
después, llegó su madre. Bueno, ¿qué quiere que le diga? _ , com leJO _
tiempo para mí. ·Además, esta muJe: tema ei de ]?­
0: ¿Se fueron en seguida a la cama? p
limpieza. Mucho cuidado que no �ub1era una m�ne na por alh,
HL: Nos fuimos en seguida a la cama. Yo conocía un hotel por _ _
o si había olor a naftahna... hub1era s1do Jo m1rumo, que me
allí. Hoy, cada vez que paso frente: al hotel, me descompongo.
hubieran liberado de este complejo, ¿no es así?
¡Este hotel, en el cual comenzó la i:ii-atoria con esta mujer!
0: Sí, a mí me parece lo mismo.
¡Mi Dios, es algo terrible! Y ahora estoy..sentado aquí y no sé .
s
qué es lo que voy a hacer con esta mujer. Quedamo en que yo
HL: ¡Hubiera sido lo mínimo! El no me :uró este c�mpleJO. Al
.
contrario. El hecho de que pus1era tanto 1nl.erés en !o sexuaL.
iba a dejar una carta en un café vecino, para arreglar nuestra
0: ¿Quiere decir que usted hizo eso?
próxima cita. Si no hubiera conocido mi dirección, hubie¡¡a
HL: Claro, por supuesto, Freud siempre elevaba hasta el
salido dos o tres veces con ella, y eso hubiera bastado. De
ciel o todo lo sexual, elevaba tanto lo sexual.
repente, ella me llama.
O: ¿Por qué piensa usted eso? No lo comprendo.
0: A la compaíúa de seguros.
HL: A la compallía de seguros. Y la primera, ella también me
HL: Vea Ltsted, no es posible que uno deJe vía hbre a l as cosas
sexuales . Vea si no mi ejemplo, adónde lleva l0clo f:S�o.
llamó. Y m e resultó muy desagradable, porque el portero dijo
O: ¿Cómo es eso? ¿Acaso usted dej6 vía l.ibn;• u sus lllStlnlos
_

1que ella me había traído algo, porque la comida era realmente


sexuales?
'muy mal a. En todo caso yo pensé, bueno, no tengo a nadie...
HL: Bast::mte.
\endría que haber dicho de inmediato: Por favor no me llame
O: ¿De veras? Más bien, no sé, en realidad no tengo esa
más, las llamadas privadas están prohibidas aquí, y debería
impresión.
haber.;:olgado en seg1.1ida. Pero no lo hice. Y ella arregl ó todo de
tal manera que nos veíamos cada dos o tres semanas, e íbamos
.
HL: Bueno, \o; éndolo
.
desde un punto de l"lsta moderno es
baslaote inocente.. .
ju ntos al hotel. Y eso fue toda la relación. Primero nada. Hasta
'1 O: Usted parece ser de los ue piensan q•Je existe u!la
q
que l a cosa tomó otra forma totalmente diferente, entonces yo
diferencia en el aspecto sexual cuando se trata de una muJer
pasaba los domingos con ella, y cosas así. Bueno, tengo que
intelectual o de una mujer más primitiva, digilmo'-', una rdtda.
pe
contarle todo, para que usted pueda ver mejor los detalles.
HL: Esa era la idea equivocada.
Tengo que contarle todo esto.
O: Está completamente equivocada.

142
HL: Bueno, esto se debe, lógicamente, al complej.o con mi si usted conoce esta novela de Goncharov, que es una de las
hermana. Usted dijo, muy correctamente, que era lo mínimo, mejores novelas rusas.. .
que me podían habercUl·ado. Esto le arruina a uno toda la vida. 0: ¿De quién es?
Usted se une a mujeres imposibles, y tiene que soportar todo lo HL: El escritor se llama Goncharov. Escribió un libro que
que venga de esta relación. Y para un hombre, que ya es describe la vida de un hombre llamado Oblomov, un terrate­
neurótico, esto es lo peor que puede haber. Quisiera seguir niente que vive únicamente en la fantasía, y es incapaz de
contándole. ¿Tenemos tiempo todavía? hacer nada. En realidad esta novela, Oblomov es también el
0: Naturalmente. título, es bastante aburrida, ya que no pasa absolutamente
HL: Usted opina lo mismo que yo, es una situación muy nada. Quiere conquistar luego a una mujer, pero entonces
penosa para mí, tener que llamar a este Cermak y decirle: aparece un alemán que quiere evitar esta relación, un sujeto
¿Todavía tienes eso? Entonces, él me va a contestar: Como enérgico y razonable. Yo creo que se trata de la única novela
necesitas algo de mí, entonces me llamas. Y yo tengo que rusa en la cual se adora a un alemán. Bueno, y entonces el
admitir, si hubiera seguido sus consejos, nada de esto hubiera alemán se casa con la mujer a la que ama Oblomov. Pero todo
pasado. el libro carece de un argumento, es necesario tener una cierta
0: ¿Cómo es eso? ¿Acaso él conocía a su amiga? comprensión literaria para poder leerlo. Bueno, hágase una
HL: No la conocía, pero me previno. Bueno, voy a contarle idea, éste es un libro muy got·do, y le gustó. Para eso tenía
esto: había una muchacha, tenía unos 20 años. Muy linda, no comprensión. ·
tenía el aspecto de una prostituta. Estaba vestida sencillamen· Pero también estaba el asunto del dinero. Permanentemente
te. Todo. Yo le hice una invitación.Yino conmigo al hotel. Creo quería dinero. Pero, en comparación con lo que me cuesta esta
que arreglamos que yo le iba a �c:t:ibir.cuando quisiera volver persona en la actualidad, eran sumas ridiculas. Tenía lm hijo
a verla. No le di mi dirección. Ap�e.n�mente, en algún roer natural, que vivía en Yugoslavia, y necesitaba dinero �ara él.
mento se la debo haber dado, algún tÍ'empo después. En todo Para su hijo. Por lo menos la finalidad era decente. S1empre
caso, yo me encontraba con ella una o dos veces por mes, y todo decía: 50 chelines, y a la semana siguiente, nuevamente 50
hubiera andado muy bien. No era muy caro, ella era agrad�ble, chelines. En aquella época el dinero valía más, y yo tenía una
y también obtenía una satisfacción sexual. Todo hubiera esta· pequeña reserva.
do en orden. Conocimos a un capitán, y nos hicimos buenos amigos.
Bueno, y entonces comienzo nuevamente a hacer tonterías, Lógicamente, como capitán, era muy conservador, pero eso no
me voy de vacaciones... la conoci en noviembre o diciembre. me molestaba. Soñaba con los nazis, y cuando los nazis entra·
Luego, en la primavera del año siguiente, me tomé vacaciones, ron en Austria, vino a verme ydijo: ahora usted puede quedarse
y tuve la ocurrencia, por qué no salir de vacaciones con esta tranquilamente sentado, nadie va a poder quitarle este lugar,
muchacha. Se lo propuse, yviajamosjuntos al lago Neusiedler. a pesar de que en realidad nadie había tratado jamás de
Allí, en seguida, sentí lo siguiente: acabas de hacer una gran hacerlo. Bueno, estaba totalmente entusiasmado. Pero no
tontería, esto de venir aquí con la muchacha . .. perteneció al partido. Bueno, ¿y cuál fue la consecuencia? ·
0: ¿Y eso por qué? Lógicamente, no lo ascendieron. Muchas veces venía a cenar
HL: Antes ella era modesta. De repente comenzó a tener con nosotros, y se comportaba de manera tal que uno pensaba
pretensiones, a hacer compras... no tenía ningún tipo de in;;­ que iba a ser arrestado en cualquier momento. Se transformó,
truccíón y era totalmente primitiva pero, algo muy gracioso, por razones personales, en un convencido enemigo de los nazis.
tenía una gran comprensión literaria. Por las tardes hacía que Yo le conté de esta, Gretl se llamaba, de esta Gretl. Gretl
llevaran vino a la habitación y leía, leía siem¡.¡w libros. No sé Falland. Le dije: qué hermoso nombre tienes. Me contó que le

144 145
era... ya no me acuerdo el nombre, pero se trataba de algún
habían dicho que tenía un tipo gótico. Bueno, probablemente compositor famoso. Yo pensó que todo esto sonaba muy ra�o...
rubia y nónlica. El capitán dijo: Jamás se la va a poder sacar _
Bueno, de repente recibo una carta. ¿De donde? Del ho�pttal
de encima, ni siquiera en toda su vida. Se va a quedar con usted de enfermedades sexuales en 1\losterneuburg. .Me escnbe lo
para siempre. Todo indicaba que iba a suceder así, pero siguiente: Estoy enferma, y estoy haciendo un tratamiento
terminó felizmente. En todo caso, me di cuenta: Dios mío, con para la malaria (se ríe), Pero cuando esté sana nuevamente,
esta mujer no puedes hacer demasiado. Has cometido una voy a trabajar, eso lo sé. Yo pensé: bueno, eso tenemos que
tontería. Y luego, de alguna manera, digamos que renuncié a verlo, en qué vas a trabajar. Si vas a seguir trabajando como
la relación. trabajaste hasta ahora.
.
0: ¿Y qué fue lo que dijo ella? O: ¿Se trataba verdaderamente de una prostttuta?
HL; Lo encuentro algo cómico. Por supuesto que no le gustó. HL: No, no era una prostituta, era una tejedora.
En todo caso me dj cuenta de que el asunto no iba a durar 0: ¿Ah, sí?
mucho, y me decidí a cortar la relación. Poco antes había HL: Ni siquiera vivía en Viena, vi"ia en los alrededores de
alquilado un cuarto en Viena para ella. Ella me pedía wnero Viena, en algún lugar.
permanentemente. Aun cuando no eran cantidades muy gran· .
O: Usted dijo antes algo parecido. Y ella fue en segutda a
des, significaban bastante para mí. Amenacé con denunciarla acostarse al hotel con usted...
a lapolicía. Luego vino una vez más, creo que fue la última. Eso HL: No, .no era una prostituta. Simplemente vino conmigo.
no le gustó a mi mucama, que tenía esperanzas de casarse No por eso tiene que ser una prostituta. Era una tejedo·ra, tejía.
conmigo.
·

Yo fui entonces al hospital de enfermedades venéreas. Ella


0: ¿Tiny? ¿Ella abrigaba también· esas esperanzas? escribió que estaba haciendo un tratamiento para la malaria,
HL: Sí, tenía la esperanza de casars�,conmigo. A mí no me pero yo ya sabia de qué se trataba, usted conoce el tratamiento
dijo nunca nada. Pero mi madre me contóque quería reo.lmente para la malaria de la sífilis, y yo tenía que mandarle nueva­
matarse a causa de esta Gretl. Pero a mí no me dijo nunca nada. mente dinero...
En todo caso, eso fue una tragedia para Tiny. Gretl compremJra ·
Otra oersona nohubiera tenido ninguna compasión para con
por lo menos mis cuadros. esta mu'jer. Yo no puedo hacerlo. Tampoco pude en ese momen­
0: ¿Su amiga no los comprende? to tener la entereza para decir: No, tiene una enfermedad
HL: Para nada. Nada:Pór el contrario. Me hizo varias veces venérea o algo por el estilo, y no le envío absolutamente nada.
reproches, porque le mostraba cuadros después de tener rela­ Me dio mucha lástima y entonces viajé a l<Josterneuburg.
ciones. Algo ten-ible. b
Hasta ese entonces esta a, lógicamente, muy bien aconsejado,
1 0: Cómico. en el sentido de que tenía que terminar la relación con ella...
HL: No sé, quizás encierre en mi el deseo de meterme con 0: ¿Eso se Jo había aconsejado Cermak?
' mujeres locas. No sé qué es lo que hay detrás de todo esto. En HL: Cermak vivió algo así después de la muerte de su esposa.
todo caso, el final de lahistoria con esta Gretl fue así: recibo una Se ligó a unamt�erque no era en realidad de una clase b,aj a, era
carta ... usted sabe, ella contaba a veces cosas que me hadan _ fiel.
inclusive una maestra, la hija de un profesor, pero le �ra m
pensRr que, aparentemente, no era del todo normal. Me contó Y en el momento en que se enteró de que le era mfiel, su
por ejemplo que una vez estaba parada sobre un puente y dependencia hacia ella aumentó. En otros aspectos era, en
miraba al agua. Y entonces pasó un señor y preguntó: ¿Qué es realidad u n hombre muy enérgico. Pero usted ve que un
'
.
lo que le ocurre a usted•? Ella: No tengo dinero. El le dio
-

swci4io puede tener ciertas consecuenciA�- ¿Por qué ":� ocurno


entonces cien chelines y sig\tió su camino. Y luego pasó otro antes? Usted ve, tiene que haber algún t1po de relaCIOn.
señor, se acercó a ella y le dijo: ¿Sabe usted quién era eseseño1·?:

147
146
,•


¿ ué �día yo hacer? Gre�l me daba mucha lástima
, y yo
quena Vlsttarla. Pot· eso, Simplemente, fui a verl
hospi tal, la <:nfcrmera ,me dijo: Tenfa papeles
.
a En el quería casarse con ella, pero que no trabajaba, y ella quería
falsos, no se entonces dejarlo. Y que su hijo ya era grande, y que la ayudaba.
!
l ama en realtdad Grctl Falland, sino que su nomb
re es Karo­ ,
O sea se transformó en una mujer decente.
hne Müller. La enfetmera dijo después... usted 0: ¿Y usted volvió � encontrada?
ve, qué impor­
tante que es cu_ando uno recibe un consejo HL: Le dije: Voy a visitarte, y a ver los cuadros. Luego pensé
apropiado en el
mo�ent� aprop1ado. La enferm era me salvó que era mejor no ir, y no fui a verla. Bueno, le he contado una
de ella. Me dijo:
Mejor dej� descansar a la se �ora Müllersobre el lado izquierdo. historia, usted ve que en este caso tuve suerte. Yluego caigo con
Estp me hizo pensare_n segwda que me estab
a aconsejando que una mujer, con ésta... este primer episodio es una historia muy
era �ejor que no la VIStt _
ara. Yo pensé: voy a ir a hablar con el interesante, cómo por una casualidad... y se trata claramente
méd1c�. Le pregunto a la enfermera:
¿Puedo hablar con ,
ele una casualidad el hecho ele que el médico se haya preocupa­
�l m_éd1��? M� contesta: Sí, pero está en Viena, dirige una do por ella, ella le produjo una buena impresión, y él hablaba
1n7tttuc•on all1. Puedo_darle la dirección. Me dio la dirección, ,
con mucho entusiasmo de su caso ella era muy bonita.
y
fu1 a verlo Y este médico estaba muy entu
� siasmado con Gretl. Usted sacó una conclusión totalmente correcta, cosa que los
Me dtce: S1, sabe usted, se trata de una
familia muy decente el psicoanalistas no-quieren hacer. No quieren darse cuenta. Yo
padre es un obrero. Esta chica es la oveja
Nosotros queremos hacer una p_,!!rsona
negra de la fami a. li le dije al doctor E.: vea usted, éste es un final tan triste. ¿Y qué
decente de ella y todo quiere decir con que estoy totalmente curado? Entonces él
eso. Está en buenas manos COl'!' I.\Qso.tros,
la vamos a c uidar y contestó a esto: Bueno, qué es lo que quiere, usted en realidad
no� vamos a oc par de ella. Yo digW·J�ng
� o alquilado un cuarto se curó totalmente. Pero nadie puede pedir de un médico que lo
pata ella .. E� d1ce: devuelva esa haliitació
n. Esto ele aqui es cure por los tiempos de los tiempos. Y entonces dio vuelta las
� � ,
mucho m?s 1mp rta te y por �avor no
se mezcle más en este cosas de tal manera diciendo que habían pasado muchos años,
}
asunto. S1 e e�v¡a dinero arrumará
todos nuestros esfu�rzos. y que yo ya era muyviejo, y que una cosa no tenía nada que ver
No le enVle dinero, no necesita preocup
arse más por ella. con la otra. Pero cuando pensamos con lógica, entonces tene­
Nosotros vamos a hacer de ella una pers
ona decente. mos que decir lo que usted dijo: lo menos que podrían haber

Cuando hab ó así, yo pensé: bueno, ento
nces voy a an·uinar hecho era liberarme de este complejo.
,
todo. No emne más dmero y no volví
a oír más de ella. y En el caso de Teresa fue muy simple, Freud lo dijo, yo
después, habían posado muchos años
en In calle Wahr!nger, mientras baja las
,
la veo en una fannacja buscaba algo malo, porque ella era únicamente una enfermera,
c01·tinas, a esta Gn,;tl y obtuve algo muy bueno, porque era una persona decente.
o Karohne... baJaba las cortinas. Le
hablé, y quedamos en Jamás hubiera creído que iba a terminru· así. Y ahora caigo en
encontrarnos en un café. Cuando ]1\ vi,
me contó que tcrúa un manos de una pet·sona así, Lot.almente imposible. Y lo terrible
empleo Y que trabaj_aba allí en la fanna
cia. Y su hijo también es... esta Grell me dijo una vez que estaba totalmente en contra
se ocupaba de el! , yq !eyo tenía que ir
? l a verla y verlos cuadros. de los nazis... dijo una ve7. que el único partido bueno era el
0: ¿Ella tambtén pmtaba?
partido comunista, pero luego, en otra ocasi6n dijo algo así
HL: No, mis cuadros.
como que era únicamente una chusma roja. ¿Qué es lo que
0: ¿Usted le regaló cuadros? estaba por contarle?
HL: Sí, yo le regalaba cuadros, y uno de
ellos se lo dio a lajefa 0: Lo que había dicho Grell.
_
de enfermeras, porque le había gustado
mucho. Y le quedaban HL: Sí, bueno, ella estaba tol.almente en contra de los nazis.
otros cuadros todaVla, y yo tenía que
ir a visitarla. Y entonces Pero luego, aparentemente, tuvo acuerdo con algún nazi, con
arreglamos algo, y luego me contó que
había un hombre que un empleado nazi. Y luego me contó también de otra muchacha,
que había tenido alguna relación con los franceses o con los
HS

149
ingleses, Y que esto luego se desvaneció de al"una manera· y HL: El Archivo.
b
0: ¿En forma regular?
·

entonces elijo: lo hi?.o todo por adorna1·se ·


0: ¿Por qué? HL: SL
ón del
f!L: Por adornarse. Vea usted, esto
es lo más terrible en esta 0: O sea que usted, de alguna manera, recibe una pensi
muJer, que haga todo Por adornarse. Pide Archivo F'reud. .
dinero porque está
e�ferma,_Pero luego se compra vestidos HL: ... que no disfruto para nada, es todo para esta mujer. Si
. Para esto tiene ya 60
podría vivir
anos Y ?d1a a las mujeres viejas. Aparent
e�ente se siente como pudiera guardar para mí lo que ellos me envían,
una qumcean _e muy bien.
�a. Y qué fue lo que dijo Gretl: Todo por adornar­ reproches
se, por los vestidos. O: Pero por favor, no puede hacerle ningún tipo de
Y �to lo veo con Luise, cómo funciona, cuan
do una mu"er al Archivo, es todo culpa suya.
ivo. Dependo
HL: Sí, con seguridad la culpa no es del Arch
e�tá fiJada en aJgo así. En el caso de Gret
s1mpleme�te Y_ el dinero era para el hijo,

l no era así Se ve.s a
materialmente de ellos ya que, con mi jubilación,
no podría
y eso es t�taJmente lo mire es
comprenslble. ¿Peroésta?¿Para qué nece
sita en realidad tanto darle tanto dinero a ella. Desde cualquier punto que
d todo está lleno de conflic­
inero? una situación terrible. Usted ve que
sobt·e mi estado de
0: ¿Se compra siempre vestidos nuevos? tos. Y esto finalmente repercute también
_ ahor si E. envía el
. HL: St, a adelgazó. Y achicar los vestidos cuesta ánimo. Esta dependencia de Norteamérica, de
d má­" de interr o­
mero que comprar vestidos nuevos. dinero, no es nada agradable. Dependo puramente
o más va a envia r algo? ¿Por cuánto
0: ¿Y usted la deja hacer si,n-o -:pr testar? gantes. ¿Cuánto tiemp
H�: "Ya lo ve usted, o bago nac!_a,,aJ respecto. tiempo más le podré dar algo a esta mujer ?
� Pero realmente
no se como va a termmar todo esto." � · 0: ¿Y Luise sabe esto?
nada. Pero
0: ¿Y de d?n�e saca usted dinero para pagad�? HL: Sabe lo del Archivo, del libro no le conté
HL: Rec1.b1 cimero por el libro. mendigar no es nada agradable. Y tampoco es
un senti miento
n algo para
0: ¿Y todo el �inero que recibió ... no lo apro
vechó para Ústed' agradable el hecho de que, por compasión, me envíe
.
smo que se lo d1o a su amiga? esta mujer.
recibiendo
HL: En r�alidad ella recibió únicamen
te una parte Yo O: ¿Después de su muerte ella va a continuar
estaba muy mtranquilo en casa y entonces algo?
le di simPJem�nte una cosa
un poco de cimero. En realidad cometí
un en·or. HL: No estoy seguro de eso, el doctor E. dice a veces
manera,
0: ¿Pero nunca está satisfecha? y otras veces dice algo totalmente diferente. De esta
existe una dependencia con el doctor E., y así
-�IL: No, satisfecha no está nunca. Y ah01 el asunto no
·a dice siempre ¡0
ml-mo.. GQué es lo que voy a hacer cuan termina nunca, y el tratamiento es infructuoso. Se
origina una
do mueras? y yo la ta rouy
lógicament e, resul
coQ.u_e�o. El do;tor E. me envía un poco
de dinero para ella. gran cantidad de dependencias yeso,
podt ia deetr .
· GEl le env1a dmero? ¿Se puede saber para
qué? pernicioso. Resulta dañino para el yo,
s podrían
HL: Pat·a esta mujer. O: Pero no comprendo bien el motivo. ¿Qué interé
·

a?
�: ¿Y é! lo ayuda únicamente po¡;- ¡;-azim
es filantrópicas' o tener ellos en mantenerlo con esta dependenci
us. d Ie d10 algo para el Archivo? HL: Bueno, eso es fácil de enten der. El docto r E. quiere
.
el caso más f
_ amos o de f'reud,
iL:
I Le di una gran cantidad de cuadros
pintados por mí seguir el caso, un caso tan famoso,
llllSffiO. a.
quiere seguir este caso hasta ver cómo termm
0: ¿Y es� dine�o proviene del Archivo o lo paga O: ¿Y usted obtiene ese dinero simplemente
por el hecho de
' el doctor E
de su prop1o bols11lo? dejarse estudiar hasta su muerte?
·

150 151
HL: Con ese dinero él me ayudó, me ayudó
con Luise. Sus
intenciones son buenas, no puedo
reproche. Pero no es algo razo
realmente hacerle ningún
nable. O bien uno está en basta el último centavo. Debo decirle que es un martlno. Esta �
de la intlación. Todo se vuelve cada vez más caro, y debo d jar

tratamiento, o el tratamiento lern mujer quie1·e imponer permanentemente su voluntad. Cu'ndo


una, y entonces deben dejar­
la .:..entana está abierta hay que cerrarla porque hace fiio, Y
me solo. Se originan también :
contradicciones, el doctor E.
piensa de una manera; el doctor cuando está cerrada, hay que abrirla p r que se aboga, le falta
S. por su lado piensa de otra, �
la doctora Garctiner a su vez, tiene
otra opinión... uno se sient-e el aire. y el sobretodo tiene olor a nafta1m? . Permanentemente
en un torbellino de dependenc
ias, que se contradicen mutua­ tiene pretensiones. Permanentemente qwere algo, Y nada de lo
mente. que uno hace le viene bien.
0: ¿Y qué interés tiene por ejemplo el O: ¿Usted sale con ella � algün lado?
doctor S., que lo recibe
una vez por semana? HL: Pero sí, vamos al eme.
-fiL: Se lo pidió el doctor E., O: ¿Y no le molesta el hecho de que ella se comporte de esta
y quiere estar en b uenas
relaciones con el Archivo. Y ento
nces, simplemente lo aceptó. manera?
.
Quizá quiera escribir algo al resp HL: Naturalinente. ¿Pero qué podrfa hacer? Estoy metldo en
ecto, no sé...
0: En todo caso, hasta hace un par una situación ... alguna vez le voy a rela_tar e � reahda _
de años cobraba 200 o 250 � c?mo
cheli nes por sesión. sucedió todo. Porque usted, como muJer, p1ensa qmza ele
HL: ¡Pero! ¿No dijo usted en una alguna manera en forma al �o diferente... pero, ust:d ve, no ��:e _
ocasión que yo tenía que
casarme con Luise? más que una tontería detras de otra. Y todo podna �tnbuu,e
0: ¿Yo? No puedo recordar que a este complejo con mi hermana. La doctora Gardiner no se
haya dicho algo así. ¿Piensa
usted que entonces ella podrúi-r
ecibir el dinero después de su preocupó para nada por estas cosas. Buen?: tan;p?co yo le conté
muerte? " ·.� -·�
demasiado al respecto. En alguna ocas1on, últ un ame�te, _le
HL: No, pero no puede pedirme"l'Ja comenté algo, y ella opinó: Bueno, usted no habla mgles,
aa más allá del matrimonio.
0: Sí, es correcto. Norleamérica no es para usted. Unicamente puede pensar en
HL: Pero casarse con una persona así ir a Alemania. ¿Pero quién va a recibirme en Aleman�a? Bueno,
es algo muy dificil,
cuando uno no puede llevarse bien le conté a usted w1a historia, que tuvo un final fel ;tz. Ella no
con esta persona, no puede
hablar, no puede estar de acu volvió a molestru·me, y utilizaba el dinero para su hlJO. No �?ara
erdo en nada, encima estar
casados. Entonces uno adquiere adornarse. Pero una mujer así, que está enfema, que no h�ne
más obligaciones, ahora, yo no
tengo ningún tipo de obligación :
legal. Y permanentemente las seguro médico y que, a pesar de to?o esto, qu1ere estarvest1da
peleas... a la l\ltima moda, eso E'" algo ternble.
0: Es un asunto arriesgado O: Aparentemente encontró siempre hombres que le finan-
. ¿Y no obstante u�ted quiere
cas!1rse en este momento? ciaban los gustos.
HL: Usted dijo sin embargo algo
al respecto.. . 1-IL: Sí, estuvo casada en dos oportun1clades.
.

'!_ adem�s,
_

0: Uno podrfa pensarlo, natura


lmente, como una posibilidad probablemente, ha tenido otros hombres. Desde nma padece
teórica: ¿qué pasaría si se casa una enfermedad cardiaca, estaba except�ada de las horas de
?
HL: Bueno, vea usted, casarse con gimnasia en el colegio. Y los naz1s tamb1én la exceptuaror:t a
una pet·sona, eso ti·ac más
responsabilidades, que esta per
sona utilizaría. Se trata de una causa de su enfe!·medad cardíaca. Pero si puede salir connugo
persona que no se detiene ante
nada. al cine, y luego por la noche ir al teatro, entonces no debe estar
Pero el dinero no alcanza nunca. tan tcrriblemen te e::�lcrma.
Ella empicw nuevamente .
con el encat·ecimiento de los pre O: Es que ti•:n;.; que mostrar allí sus vestidos. ¿Y vtcne a verlo
cios,y ahoraviene con el asunto
a vece;; a �u eusa?

152
153
HL: Esto, por supuesto, c.:¡ algo que resttlta poco natural, el SEXUALIDAD, DINERO, MASOQUISMO
hecho dc que yo realmente no quiero que venga aquí. Antes
venía fl menudo a verme aqtú. A veces, también, yo iba a verla
a su casa, cuando todavía vivía su madre. Todavía me hace
reproches por ello. La gente dice que soy una perdida, porque
tú vienes a verme. Yo arruiné su buena reputación. Ella es, por
supuesto, la mujer más linda y decente de toda Viena. Usted ve
que c�t.a mujer, encima, tiene un de!ido de grandeza. Ocurrió,
además, la siguiente desgracia: tenía piorrea y hubo que
extraerle varios dientes y, de repente, enfermó verdade.ramen­
te del corazón. Casi no podía caminar. Desde ese momento, y
han transcurrido unos die:z años, o pasaron ocho años, no sé
muy bien, no vino más a verme, ya que no podía subir las
escaleras. Pero ahora podtía venir, ya que el asunto del corazón
está mejor. ¿Qué es lo que voy a hacer con ella si está acá Hombre de los Lo'bos: Por favor, antes de que me olvide, no
conmigo? Lógicamente, se siente ofendida por este asunto... no tengo el número de teléfono de su casa. Tengo únicamente el
puedo explicarle lo que es una depresión, no lo-entiende. número de teléfono del diario donde trabaja (sacando un
Depresión tiene la gente rica;' a:.ia ooal le va muy bien. papelito del bolsillo). ¿Sería usted tan amable de escribir aquí
0: ¿Ella no sufTe depresiones:?,,.'.·,� su número de teléfono? Podría pasar algo. El invierno está por
HL: Y además, encima, es orgullósa: No estoy nerviosa, mi empezar... bueno, la próxima vez tenemos que discutir cómo
iene la idea de que todo sujeto que sufre una
pul�o no tiembla... t vamos a encontrarnos. Resulta que mi amiga está enferma
depresión es un estúpido. Una idea totalmente primitiva.•Y esto desde hace unos diez al1os. Desde entonces no viene a mi casa.
para una persona que tiene dificultades con su salud psíquica... Siempre quiere venir pero yo no la dejo entrar. Pero siempre
una persona asi es lo más inapropiado e imposible que uno se amenaza con que va a venir. Bueno, en realidad es poco
pued(' imaginar. No podría pensar en algo menos apropiado probable que venga.
que e,;ta mujer. Obholzer: ¿Pero amenaza con que va a venir?
HL: Sí, amenaza. Está enojada porque no la invito. Eso os
comprensible, ¿no? Tengo que hablar de todas estas cosas con
usted, si no, no va a entender nunca en qué situación me
encuentro. Y usted, por supuesto, alguna vez quiere esCJ·ibir
algo así como Tolstoi. La muerte de luan Ilich... eso es una
narración. Usted sabe que en Rusia se utiliza el patronímico.
Y Tolstoiescribió un cuentosobre cómose siente este !van Ilich,
y acerca del sentimiento que lo embarga, de que todo da lo
mismo en la vida. Un asunto muy triste, en todo caso... ajá, este
es su n úmero de teléfono. Muchas gracias. Puede ser que algún
día no pueda venir. Usted se asoció con una ruina, y debe
soportar las consecuencias.
Quería decirle otra cosa, con respecto al asunto éste con mi

155
amiga, es un asunto privado, por supuesto que no debe hablar
de este asunto con nadie. Yo confío en usted, es un asunto muy el hermano menor que se llamaba Víctor Luis o Luis Víctor. Y
desagradable. Por �upuesto que fue lm descuido de mi parte este ayudante era homosexual. Y una vez estaba en los baños
entablar una relactón con esta mujer. Vea usted cuál fue el centrales y quiso propasarse con un muchacho, y el emperador
resultad �. Fue una tontería y eso es lo que más me enoja. y en Francisco José se enteró. Fue degradado en consecuencia, y se
una ocaston. nos separamos totalmente, y luego nos encontra­ fue a vivir a un lugar.�erca de lschl. Pero este capitán Leta,
mos de nuevo, y todo empezó otra vez. Nos reconciliamos, y no ahora que hablamos de asuntos sexuales, faltaba al trabajo
. haber hecho algo así. Ahora ya no puedo subsanarlo.
deb1a muchas veces alegando enfermedad. Tenía dificultades para
¿Qué es lo que tengo que hacer? caminar. Finalmente, falleció de mala muerte, por cáncer. Una
0: Después de tantos años, naturalmente' es algo muy vez m e mostró su historia clínica, y allí leo: En el año 1911
diñcil. sífilis. Pero no se le notaba para nada En realidad, ésa era la
HL: Claro, porque son muchos af\os y porque está enferma, enfermedad que yo más temía. No sé bien por qué, durante un
son dos cosas... tiempo las enfermedades venéreas desaparecieron totalmente
0 : ¿Y qué va a hacer ella cuando usted ya no viva'? en Viena, y luego regresaron.
HL: Sí, claro, eso es también un problema. Sobre este 0: Sí, pero el porcentaje es muy bajo. Usted dijo que Freud
problema podríamos hablar en otra ocasión. Quizá puede lo llevó a desinhibirse, que Freud estaba a favor de que uno
darme algún consejo. liberara sus instintos.
0: ¿Qué es lo que debo acon:sejarle? HL: Toda su doctrina se basa en el hecho de que la neurosis
HL: Bueno, por favor, quiz:t· cuando hablemos con más se origina en la represión. Por lo tanto, la consecuencia que uno
detalle s,obre este asunto. Toda\in,"Sfl,.be usted muy poco. extrae es que no debe imponerse limitaciones.
0: Qutstera saber s1, cuando usted' se trataba con Freud y él 0: Cuando yo le pregunté hasta qué punto se había desinhi­
comenzaba una y otra vez a hablar sobre sexualidad, eso no le bido, usted opinó que, en comparación con los tiempos que
resultaba extraño. Eso, con seguridad, no era habitual .en su corren, no había sido gran cosa.
casa. HL: Claro, con seguridad.
�: La finalidad �el psicoanálisis consiste en no reprimir
.
0: ¿Y qué era lo que se pensaba antes? ¿No se podía para
sus !nstmtos. Eso L1ene que gustarle a cualquiera. Fue, en nada acostarse con quien uno quisiera, no se podía siquiera
realldad, un cierto alivio. pensar en masturbarse? ¿Cuáles eran las ideas al respecto, y
0 : ¿Y a usted el hecho le parecía totalmente nonnul, que un hasta qué punto logró usted perder las inhibiciones?
. HL: Usted ve que yo entablaba contacto con mujeres, y que
méd1co hablara con usted sobre sus problemas sexuales?
HL: ¿Por qué no? ¿Acaso nosotros no estamos hablando iba con ellas a un hotel.
ahora sobre ese tema? 0: Y en realidad, ¿eso no se debía hacer?
0: Bueno, claro, lo que pasa es que han transcurrido más de HL: En realidad, no se debía hacer.
60 años. En el año 1910 todo era bastante difet·ente 0: ¿Qué era lo que estaba permitido, entonces?
J:iL: �
E!l realidad m� causó mucha impresión, era lgo revo­ HL: Es muy rufícil de decir, cada cual se las tenía que
luctonano. En la ofictna tenía un compañero, un tal capitán arreglar. Vea Ltsted, antes era así, había una prohibición, no se
' .
Leta, que era un matemático genial. Cada vez que uno iba a podían tener relaciones. Cuando llegué a VienA cayó en mis
ved? le daba un problema pa1·a resolver. Conocía muy bien la manos un folleto, un cuadernillo del seguro médico, en el que
teona de E�n�te1n. Era de origen húngaro, su hermano fue decía: Evita el contactosexual extmmar t imonial. En el cuader­
ayudante, StrvJendo al hermano del emperador Francisco José nillo había un dibujo de una mujer que estaba sentada y lloraba
'
amargamente. Aparentemente se había contagiado. Todavía

1.56
157
0: ¿O sea que usted no recuerda esa frase?
puedo recordar csle cuadro. Quena decir: si no lo evitas, HL: No, no puedo haber dicho algo así de ninguna manera.
entonces te vas a enfcrm_ar:. Así era, más o menos. En ese 0: Sí, pero, entiéndame, ella escribe eso. ¿Acaso usted no lo
entonces, estas enfermedades estaban bastante difundidas. leyó?
0: ¿Y cuál era la postura con respecto a la masturbación? HL: No, no puedo recordarlo. Ella escribió alguna tontería.
HL: Bueno, por Dios, entonces se decía que uno se volvía loco, 0: ¿Por qué? A mí me pareció algo muy cómico.
que era muy peligroso, que era muy dañino. HL: Eso es ridículo {se ríe).
0: ¿Sus padres afirmaban esto? 0: ¿Por qué? Yo creo que no es nada importante.
HL: Ellos nunca hablaron conmigo al respecto. Pero era el HL: Cuando me traté con ella, estaba casado con Teresa, y
concepto coniente, de que se t1·ataba de algo anormal y muy entonces no necesitaba para nada masturbarme.
p�rnicioso. Y cuando fui a verlo a Freud, él dijo: Bueno, es algo 0 : No sé por qué, algunas personas se masturban a pesar de
exagerado, el asunto no es tan grave. ello.
0: ¿Acaso Freud estaba a favor de que uno se masturbara? HL: Bueno, principalmente son jóvenes, que todavía no han
HL: No, no, esto es· llevar las cosas demasiado lejos. Lo tomado coraje para estar con ninguna mujer, o que no han te­
consideró como un asunto inocuo. Pero fuera de él, todo ei nido la oportunidad.
mundo tenía la opinión de que se trataba de algo peligroso. Se 0: Eso ocurre �mbién en el caso de parejas, no es tan poco
dijo de Gogol que se había entregado a la masturbación de tal común.
manera que lo llevó a la muerte. He oído que, hace poco, HL: ¿Y qué postura tiene usted con respecto a todas estas
pasaron un film sobre él en la.televisión, y cuentan que tenía cosas? ¿Sexo grupal y cosas por el estilo?
sífilis. Me resulta diñcil de c.r,ee.-t"ya
..que en Rusia se decía que 0: Yo creo que no podría hacerlo.
murió a causa de la masturbaciP,A..,1 'laturalmente, no pue4o HL: Yo hablé al respecto con la doctora Gardiner. Y ella dijo
saber qué es lo que sucedió en rea:)idad. Aparentemente no entonces, bueno, no es nada especial, no es importante. Esa es
tenía ningún tipo de relación con mujeres. una reacción del puritanismo norteamericano.
0: ¿Y esta fl·ase que le atribuye a usted la doctora Mack, es 0: Bueno, yo me sentiría muy inhibida.
cierta o no? Ella escribe que usted habría dicho: "Oh no, por HL: Sí, por supuesto, uno tiene que ser muy desinhibido. En
supuesto, sólo me masturbaba •·cgularmente para las grandes mis tiempos hubiera sido casi imposible. Ahora se lo ve como
fiestas".' algo corriente.
HL: No, no sé nada sobre eso. 0: No es para tanto.
0: Pero eso es lo qlte el[a escribe. HL: En realidad no sé, pero de acuerdo con Jo que uno lee...
HL: ¿Que yo dije una cosa así'? 0: Bueno, sí, en el diario.
0: Sí. " ...por supuesto, sólo me masturbaba regularmente HL: Ahora no se ve tanto. Durante un tiempo estuvo de
para las grandes fiestas". moda.
. HL: No, eso no es posible, n o so.n más que tonterías. Eso no 0: ¿Y qué es Jo que piensa al respecto?
t1ene nada que ver con los días festivos. HL: Creo que me pasaría lo mismo que a usted, tengo
0: Ella esclibe que usted teuf;¡ una rdación especial con los demasiadas inhibiciones. Uno iene t que tener algunas inhibi­
dias de fiesta. ciones.
HL: No, ella fantnseaba u11 P•·r�uit.o. No es posible, qué 0: ¿Y esto que la doctora Mack escribe sobre usted, lo leyó
tonLeria. La doctora Mack f�;¡t..•_>'-'dO<� 1p1 poqqito. recién hace poco tiempo?
HL: Sí, sí. Antes había sido publicado únicamente en revis-
1. EL Hombre de los Lcl>os... , op. c1l., p. ¡¡:;¡¡_

159
t58
tas especializadas. No me resulta muy agradable el hecho de HL: Eso depende por supuesto de la mujer, de cómo está
qtle mis conocidos, o por l o menos una parte de mis conocidos const.ruida. Hay mujeres con las cualea sólo es posible hacerlo
hayan leído esto. por delante. Me ha ocurrido algunas veces.
0: ¿Lo que escribe la·doctora Mack'? 0: ¿Ah sí, existe algo así'?
HL: Lo que escribe Mack y lo que escribe Freud... HL: Si. Eso depende de si la vagina está situada más hacia
0: Bueno, lo que Freud escribe, que usted pt·esenció el coito adelante o más hacia 'atrás.
de sus padres y esas cosas, no es tan grave. Lo que escribió O: Ah, bueno. Freud, en todo caso escribe: �'Paseaba él por la
Freud es bastante tolerable, pienso yo, la hist.oria infantil. En aldea que correspondía a la finca y vio en la orilla de la laguna a
cambio, lo que escribió la doctora Mack, no me parece del todo una muchacha campesina arroilillada, atareada en lavarropa...".2
cor-recto, el hecho de que haya sido publicado. Lo involucra a HL: Sí, puedo acordarme de algo así, pero no estoy de
usted como adulto. acuerdo, eso no tiene nada que ver con el hecho de lavar.
HL: ¿Escribió eso cuando Freud todavía estaba con vida? 0: Bueno, quizá podria ser algo distinto. En todo caso, él
O: Sí, fue publicado a fines de los años '20, en una revista. quiso decir que usted, cuando se encontraba con algo así, caía
HL: Poro fue publicado únicamente en revistas especia- en un enamoramiento involuntario. Y: "IIasta su elección de
lizadas. objeto definitiva, e¡_ue tanta importancia cobró para su vida, se
O: Sí, pero a pesar de ello, ahora aparece publicado junto con muestra dependiente -por las circunstancias que l a rodearon
sus memorias. y que no hemos de consignar aquí- de la misma condición de
HL: Bueno, lo que escribe la_doctora Gardiner tampoco es amor, como emisaria de la compulsión que desde la escena
algo tenible. Ella en realidad·:no escribe mucho. Yo pensé primordial... gobernaba su elección amorosa...".3
primero que mis memorias iban a.<�p�ecercomo memorias, sin HL: Eso no es cierto.
el agregado de las historias cünicas. Esa fue una idea de la 0: ¿Cómo?
doctora Gardiner. Ella pensó que si aparecían únicamente mis HL: No, eso no es cierto.
memoria:>, nadie iba a comprar el libro. En todo ca,so, si 0: ¿Y por qué escribe Freud algo así?
hubieran estado nada más que mis memorias, no hubiera sido HL: En el caso de Teresa, ya que lo que usled quiere saber son
tan desagradable para m.í. El hecho de que todas las personas detalles, la pl'imera vez que hicimos el amor ella se sentó sobre mí.
lean mi historia clínica... bueno, no se puede hacer ya nada más 0: Eso se¡·ía totalmente lo contrario...
al respecto. Tuve que hacer lo que pensaba la cloct.ora Gardiner. HL: Yo me pregunto lo siguiente: ¿estamos sentados aqtú y
Pero a:;f T·esulta verdadeJ:amente complicado, está.n esos en­ juzgam os al psicoanálisis? (se ríe).
cuentros que escribe la doctora Carcliner, luego el texto de 0: Usted sabe muy bien, l a verdad. ..
Freud y el texto de la doctora Mack y mis memorias, está todo HL: Bueno, por esovengo a verla, ya que me digo a mf mismo,
un poco revuelto. Bueno, y si, entonces eventualmente el texto en realidad, también lo dijo el doctor E., la verdad es lo más
de Frcud... pero el todo deja, de alguna manera, una impresión impot·lante. Y en el caso ele mi historia con Freud, se trata, en
poco satisfactoria. última instancia, de algo general, no de algo personal. Por eso
O: Y hay algo más, volviendo al tema de la sexualidad. Freud uno puede aceptar el punto de vista del doctor E., y hay que
hace una observación, y dice que usted prefería tener relacio­ esct·ibir la verdad. En todo caso ust.cd tiene mucha más com­
nes sexuales en una determinada posición, que era precisa­ prensión que el doctor S. y que el doctor E.
mente desde atrás...
H L: Bueno, tampoco eso era absolutamente así, no. 2. l�rcud, De la historia de una neurosis infantU, op. cit., p. 85.
O: ...que cualquier otra posición le producía menos placer. 3. lbirlem, p. 86.

.LGO 161
0: En última instancia, yo no soy una psicoanalista.
HL: Yave usted, tampoco los psicoanali stas pueden ayudar­

nálisis, después de la muerte de Freud, no ha tenido prá_ct ca­
mente progresos. Todas las ciencias se desarrollan y no se s1 no
me. Usted misma dijo que por lo menos el complejo con mi podríamos culpar por este estancamiento a la afirmación ele
hermana tendría que haber desaparecido. Pero no desapareció.
que inconscientemente uno go�a cuando se tortura.
O: Sí. .
O: ¿Qué es lo que qUJere dec1r con eso?
HL: Bueno, con respecto a lo que escribe la doctora Gardiner:
HL: Bueno, vea usted, Freud dice, cuando usted se encuentra
ellos me utilizaron como un caballo de desfile. El libro debería
en una si tu ación desagradable, bueno, sufre, tiene depresiones
demostrar en realidad que el psicoanálisis puede curar un caso
y cosas por el estilo. Pero con eso obtiene una satisfacción, u na
tan grave ... Bueno, en realidad me ayudó bastante. Bien,
satisfacción masoquista.
trapsferencia, ¿qué es la transferencia?
O sea que éste es también un punto que no está del todo
La transferencia es confianza, y la transferencia existe
aclarado. Porque al fin y al cabo, cuando yo digo tú te sientes
también sin psicoanálisis. Todas las relaciones humanas p ue­ bien, esto es un estado, tú te sientes mal, esto es otro estado, o
den, en última instancia, ser atribuidas a este fenómeno. sea sentimientos de alegrfa, buen humor, mal humor y dep:e­
Unicamente en el caso de Freud y del psicoanálisis, la ti·ansfe­ siooes, son todos distintos estados. Pero cuando algmen d1ce
rencia se transforma en un medio para la curación... que cuando uno está mal existe una satisfacción in�nsciente,
Mi primo, tengo un retrato de él que no puedo encontrar, una
entonces, en realidad, estamos abandonando la lóg1ca.
foto interesante, tiene el cabel�o largo y el aspecto de un genio,
Y esto es entonces lo que dice Schopenhauer: La ley ele la
este primo me contó la siguie�te·bistoria: Había un hombre qu�
razón no es válida para el ser humano. El serhumano puede ser
creía que tenía un reloj en el p.ec\to ..):"andaba todo el día por a
llí
bueno en un sentido, y malo en relación con otras cosas, y eso
y hacía tic tac, tic tac. El era el l'elo j ; ¿no? Entonces viene un
se contrapone con la lógica. Pero esto ocurre también en parte
médico y lo revisa un poquito por aquí y por allá, y de repente,
en la psicología de Freud, usted puede sentlrse n:uy mal, per�
lo hace muy hábilmente, de manera que el otro no lo nota, tiene
él le dice: Bueno, en el inconsciente hay una satiSÜlCCJón. Alh
un reloj an la mano y le dice: Vea usted, tenía un reloj adentro,
ve uno la gran diferencia. En la lógica dice claramente: tertium
y yo se lo saqué. Vea usted, éste es el reloj. El hombre se curó.
non datur, no existe una tercera opción. � bien A es igual a B,
Y después de algunos años el médico se encuentra con este o no es igual a B, pero cuando A es a veces Igual a B yotras veces
hombre curado, y cree que puede contarle toda la historia. Yl e
,
no entonces usted ya no sabe qué hacer. No sé si usted sabe lo
,
dice: ¿Sabe usted cómo lo curé? Le hice creer que l e sacaba el que quiero decir con esto.
reloj del pecho, mediante un truco. El otro dice: Ah, así fue. Y .. . .
O: ¿Existe, de acuerdo con su opm1ón, una sat1sfacc10n o no?
_

vuelve a su casa, s e sienta y comienza nuevamente tic tac, tic HL: Bueno, vea usted, yo no soy onmisapiente (se ríe). No
tac. Mj hermana opinóque se trataba únicamente de un clúste, puedo decirlo, ?ero en ;e�lidad �reo que no. Po�que entonc
que no podia ser ciertJJ. Pero yo le pregunté al do ctor S.: ¿Cree
. . . . ;s .no
tiene ningún t1po de logica, y s1 no tten� rungun tipo de Jog¡ca
usted que algo así es posible? El dice: sí, es posible. Es posible .
entonces no puede construir uno una c1enc¡a a partir de eso.
curar a una persona con un método como ése. Por lo tanto, uno Pero este tertium non datur, no existe una tercera opción... en
pJJdría sacar la siguiente conclusión: quizá Freud no hizo más reaHdad sí existe, porque usted puede sentirse bien y puede
que construir aJgo, y pudo curar a las personas medjante esta
sentirse mal, y puede sentirse mal y tener una sati��acción, y
construcción... .
esto anula lo anterior... La doctora Gardmer me env1o una vez
A pesar de todo, es realmente sorprendente lo poco que se un colega que quería de mí una confirmación de que había
avanza en este campo, tampoco con el psicoanálisis es posible tomado el psicoanálisis como una especie de religión.
avanzar mucho. Esto lo dijo el mismo doctor S., que el psicoa-
0: ¿Y usted hizo eso?

1.62
1G3
HL: No, no lo hice, porque no me quería mezclar con esos frente al psicoanálisis hoy en día, como usted puede notar.
asuntos. También es muy <Jieycil responder en realidad si yo ¿Acaso usted tiene una posición más positiva al respecto?
torné el psicoanálisis c.:omo una religión. En todo caso es algo 0: Su historia no es precisamente alentadora.
pat·ecido, cuando uno cree en alguna enseñanza, entonces se HL: Precisamente alentadora. Una vez pensé lo siguiente:
acepta como a una religión. Vea usted si no a los comunistas... en el análisis el analista transporta al paciene
t a la infancia. Y
0: ¿Y usted opina que el psicoanálisis es similar a una el paciente vive todo-como un niño. Pero no por eso tiene que
religión? pasar el sufrimiento.Y ésta es la gran pregunta: ¿tiene que pasar
HL: Yo creo que sí. Consideremos algtmas personas como el el sufrimiento cuando uno se acuerda de algo? Esta pregunta,
doctor E., que c1·een ciegamer·lte en el psicoanálisis y que todo en realidad, nunca fue contestada. Si al menos Jos discípulos
lo que dice es conecto. A él no le molesta que existan contradic­ del psicoanálisis después de Freud no se hubieran apoderado
cion'es. Por ejemplo: satisfacción masoquista... muchas cosas de mí.
del psicoanálisis"han sido reemplazadas por otros pensamien­ O: ¿Usted opina que tendrían que haberlo dejado en paz?
tos, que por lo menos suenan más cercanos a la ciencia. Amor HL: Sí, porque hubiera podido actuar en forma mucho más
y odio pueden ir juntos, ¿no?, y los psicoanalistas reemplazan n
i dependiente. Esta intromisión desde afuera no tuvo ningún
estos conceptos por ambivalencia. efecto favorable.
Bueno, ¿dónde está la diferencia, si yo digo ambivalencia o 0: Pero usted -¡a era adulto. Todo eso ocurrió recién después
digo amor-odio? Por el contrario, amor-odio es mucho mejor. El de la Segunda Guerra Mundial. Y uno piensa, en general, que
término ambivalencia está mli§. bien agnado, se u_tiliza en no se puede influir tanto sobre un hombre adulto.
realidad en diferencias much9'�n_qres. Ambivalencia es un HL: Usted ve sin embargo cómo Freud influyó sobre mí.
término mucho más débil que amor y.odio. El idioma ruso tiene 0: Pero eso ocurrió hace ya tanto tiempo.. .
-� .. :.il"'>
muchos proverbios, y la mayor parte·'de...
los proverbios vienen riL: Estas transferencias se basan sin embargo en una
del pueblo, pertenecen a la sabidtuia popular. Tenemos por premisa errónea. Cuando alguien que no es su padre es consi­
E>Jemplo un proverl:>io que dice, t¡·aducido: Del amor al od�o hi:IY derado como padre, o una mujer que no es su hermana es
sólo un paso. Sí, describe estos estados en realidad muy bien. considerada como su hermana, esto no pnede llevar, en última
Tome usted por ejemplo a Dostoyevski, él habla en realidad instancia, a nada bueno. Son todas formas de negar la realidad.
muy seguido de amor-odio. El psicoanálisis no tiene en estas Existe en Lituania un proverbio, que yo leí: Con la :razón de
cosas nacla que agregar, a lo SllffiO, que uno puede obtener una otros no vas a llegar muy lejos, o algo así. Los lituanos son tm
satisfacción. Pero eso no ayuda a nadie... pequeño pueblo, y me maravilla que tengan ideas tan lógicas,
En lo que respecta a los psicoanalistas, podemos decir que que uno no puede llegar lejos con la razón ajena. Y en el
:;on una cruz. No pueden avanzar. Tenddan que avanzar por lo psicoanálisis uno vive en realidad más o menos con la razón
menos un paso. Pero siempre es lo mismo. Trabajan permanen­ ajena. Y ésté es el peligro del psicoanálisis, que uno pase a
temente con aque-llo que elaboró Ft·eud. Y con estos lineamien­ depender de las decisiones de personas extrañas, que no son
t,)s básicos y con estos símbolos no pueden avanzar. Yo leí sobre para nada competentes y que no tienen la menor idea de
Lcni n, leí que su é:x"ito podía atribuirse al hecho de que siempre muchas cosas, pero que creen, que porque son psicoanalistas,
:wanzaba con el tiempo. El decía, por ejemplo: Todo el poder a pueden saberlo todo y pueden guiarlo a uno.
Jo;; soviets. Después de dos meses dijo: Esto ya no importa, Acabo de acordarme de un chiste que una vez le conté a
curren olros tiempos. No podemos lograr nada más, si hacemos Freud, un chiste que oí en Rusia. Y él se rió mucho, el chiste le
siClnpre lo mismo. Pero los psicoanalistas hacen siempre lo cayó especialmente bien, porque era muy antineligioso. Freud
mis;-no. No avanzan para nada. Tengo una postura crítica tenia una postura muy antirreligiosa.

165
El chiste es el sigt_Iientc: Un par de niñosjuegan con caca, y muy dificil lograr algo con el psicoanáUsis. ¿Cómo puedo
u!" adulto les d1ce: Dws mío, ¿qué es Joque están haciendo? Los establecer una transferencia con un homb1·e cuando lo duplico
_
mno� explican, estamos.construyendo una iglesia, y el adulto
en edad? ¿Y éste tiene que ser mi padre? No, eso no funciona. Y
emp1eza a retarlos y de repente dice bueno está bien están Freud mismo dijo que una mujer había acudido a él, no sé bien si
haciendo una iglesia, pero ¿dónde está el sac�rdote? Edtonces tenía 60 o 70 años de.edad... y él dijo: En estos casos, el psicoaná­
lisis no puede lognr nada, pero yo la. consuelo un poco, porque
uno de los niños dijo: lo que pasa es que no nos alcanza la caca tienemiedodesalir a la calle. Tiene miedo de ser atropellada. Esto
para hacer el sacerdote. Esto le gustó .muchísimo a Freud.
Fíjese usted, y ahora le hacen a él, y a.l psicoanálisis todo la lo dijo él mismo. Bueno, lo que creo es que ambos vemos la cosa
mís,rna c1itica, que hizo una religión, que se trata simplemente desde un punto de vista bastante ctitico... Yo creo que original­
de una creencia, ¿no? mente ustedme iba a hacer preguntas, y todo iba a tener la fonna
0: ¿Usted supone entonces que la transferencia con Freud no
de una entrevista. Pero yo estoy haciendocon usted lo mismo que
se resolvió basta ahora? hacía con Freud, yo le cuento a usted lo que se me ocurre.
0: Pero eso no hace nada.
HL: Yo creo que este médico que me envió la doctora Gardi·
HL: Eso no hace nada. Tampoco se me van a ocurrir tantas
ner quizá podría haber tenido razón. Dio vuelta las cosas y dijo cosas.
q:'e yo había aceptad� el psicoanálisis como una religión. Opi· 0: No creo que se pLteda afirmar algo semejante.
no que la transfe1·enc1a tenía un papel muy importante en mi HL:En todo caso hayquedecir: obien ayudó, o no ayudó. Uno
v·ida, porque yo habíasido muy:�:�igioso en mí infancia. Y quizá no puede decir, si un hombre recibe un tratamiento con rayos
sea realmente así, la gran mej9li#. se,debió a la transferencia. para el cáncer, yluego muere a causa del cáncer, que lo curaron.
Bie!". el psico�álisis es �!la cosa co_wp}jcada. ¿Pero quién puede Entonces, lo que el doctor E. dice no es correcto. El dice que
decu· algo ofic1al y defimtivo al respecto? El efecto en mí fue, en ayudó en aquella oportunidad pero que uno no puede pedir
todo caso, favorable. Pero no tuvo lugar una curación completa. que siga funcionando hasta una edad muy avanzada. Eso no es
0: ¿Y ahora, cree usted todavía en el psicoanálisis?
HL: Ahora ya no creo más en nada. una opinión seria.
0: Bueno, pero en el caso del cáncer puede aparecer un nuevo
0: ¿En nada de nada?
HL: Bueno, D�os mío, creo en la transferencia. Por supuesto tumor.
que soy de la op1món de que es posible obtener una mejoría a HL: Yo creo que es muy_difícil de compararesto con la mente.
irav�s de �a transferencia. Vea usted, yo tenfa con mi padre un ¿Qué es lo que pu<lde �urgir de nuevo? Segun Ft·eud, todo está
allí desde la infancia.
c�nt11cto, rnterno, no externo. Y mi padre muere, y Freud me 0: Por supuesto que eso es con-ecto.
d1ce: Tuvo suerte de que su padre muriera si no nunca se HL: Lo que tiene de malo el psicoanálisis es que uno se
habría . curado. El opinaba, por lo tanto, que si' mi padre acostumbra a vi\rir bajo la guía de un extraño. Yo quen-ía decir
no hub�era muerto, no habría podido establecer la t¡·ansferen­ que el psicoanálisis debilita el yo. Puede ele alguna manera
CJa c?n él. Usted ve la importancia que le atribuía a la transfe­
rencr�. Y P:;tra los psicoanalistas actuales, esto prácticamente aliviar el ello, pero el yo sufre, porque uno se liua o a una
no eXJste. S1 no,el �actor E. no vendría y trataría de explicarme autoridad. ¿No cree usl.:>d eslo?
0: Pero, de acuerdo con la teoría de Freud, eso no debmia
todas l�s cosas postbles, cuando sabe que desde antes estoy en
. '

tratamrent� con el doctor S. Y estos dos, en deternúnadas ocurrir. El pncietlle dt!heria tener por sí mismo la posibilidad
_
cu·cunstanc1as, drcen lo contrario. ¿A quién tengo que creerle?
de encontrar quó es lo mejor para él.
Y además, Freud Siempre recalcó: Es muy favorable el hecho HL: Y también está o.lli el complejo con el pad1·e. El psicoa­
de que usted sea todavía tan joven. En personas mayores es nalista es la fi¡.;ura t]d padre.

167
166
0: Sí, pero eso es solamente un objeto proyectado. Eso no familia, los vínculos familiares, la relación entre los pad.res y los
quim·c decir que esta figura paterna tenga que decir siempre lo hijos.
que uno debo hacer. HL: Eso es totalmente cierto. Usted ve, cuando algo es
IIL: Bueno, pero detrás, se encuentra el pensamiento de reprimido durante la infancia, eso significa que usted no pued�
que ... de acuerdo con l a teoria uno tendría que ser enteramente soportar algo desagradable. Es un paso fuera de 1� reahdad. As1
libre, no sufrir influencias de ningún tipo... En realidad, el como dijo Freud: los locos abandonan la reahdad. Algunos
psicoanálisis deberia facilitarle a uno vivir sin la figura pater­ neuróticos transforman esta realidad, ellos saben que es así,
na. Pero en realidad ocurre que uno continúa viviendo con la pero no lo pueden sentir de esta manera. Esa es l a in�apacidad
figura paterna. de soportar la vida tal como es. Entonces, usted ttene a los
<,): Algunos pacientes, después del análisis, presentan un criminales por un lado, y por otro lado tiene a los neuróticos.
sentimiento de odio bastante intenso hacia el analista, y no Creo que fue Stekel quien dijo: El neurótico es un criminal
.. quieren saber nada más de él. Aparentemente no es su caso. que no se anima a cometer un crimen. El neurótico no mala a
· : HL: No, yo continué con la creencia. otra persona, pero se enferma, y no puede tolerarlo. Cuando
0: Después de esta reeducación, ya que el psicoanálisis es usted reprime algo en la infancia, entonces, siempre quev-uelva
también algo así, el paciente debería, de una vez, llegar a ser a caer en una situación desagradable, mostrará una tendenc1a
adulto. a hacerlo desaparecer de alguna manera.
HL: Sí, esto debería ser así. Pero debido a la existencia de la O: Pero eso lo hace cualquier persona que reprime algo, que
transferencia aparecen algun,¡i§:"_Q.ificultades, una cierta apre­ le resulta desagradable. No es nada especial.
ciación errónea de la •·calidad, :fésfa luego se venga. HL: Sí, pero lo importante es la medida. Si Freud me hubiera
0: Su problema principal fuE!''y':'.lls el problema con las curado verdaderamente, entonces no lendría que haberme
mujeres. quedado enganchado con esta mujer. Esto es algo totalmente
Hl.: Usted ve el problema: por un lado tenía hipocondría a enfermizo.
causa de la g·onorrea, y por otro lado estaban las mujeres. Usted O: Quizá no pudo reconocer adecuadamente este problema.
dijo en una oporttmidad que yo tenía éxito con las mujeres. Pero HL: ¿Qué es lo que quiere decir?
yo no podía utilizar este éxito. Puedo traerle alguna vez fotos O: Que Preud no pudo reconocer correctamente su relación
de las mujeres con las cuales fácilmente hubiera podido empe­ con las mujeres.
zar una relación. Pero, sin embargo, allí estaba el complejo con HL: Aparentemente.
mi hermana, que arruinó toda mi vida. O: Probablemente pensó que con 're•·esa estaba todo en
0: Simplemente cae una y otra vez con mujeres a las cuales orden.
tiene que dar dinero. HL: Bueno, mientras ella vivió, sí.
HT : Pero con esta mujér Audcrsky, yo tenía en ese entonces
. O: Probablemente es mucho pedir que hubiera previsto todo
toda \'in dinero, y podría haber hecho algo, pero no hice absolu­ lo que pasó. . .
tamente nada. Pero fíje�;e usLed,l a hija de mis conocidos sedujo Hl.: Si no hubiera encontrado a esta muJer, todo hub1era
a e�te niño, se acuerda que yo le conté, y él es totalmente .
continuado normalmente hasta mi mue1'te. Pero allí estabn la
normal. Usted lo dijo con toda !'azón, por lo rnénOS tendrían que falla. Usted ya sabe, este complejo con las mujeres de baja
.

haberme liberado de este complejo. estofa, el complejo con mi hermanay todas estas c?sas. �imple­
0: l loy s� piensa en realidad que no son ciertas vivencias mente me quedé enganchado, y es una persona 1mposJblc, es
se:..:nulos infau!.iles, sino que la causa de las neurosis reside en la una psicópata grave, y no se puede hablar de nada con ella
porque comienza a fantasear con todo. Y todo lo que pasa por

lGS 169
'riene la confianza de decirle a un hombre totalmente extraño
su fantnsra, ciE>spués lo cree. Por lo tanto. es imposible tener
que suba a verme. No, ts totalmente imposible. ..
uno;\ conver;;ación con ella. Lógica, cosas por el estilo... sí,
_ 0: ¿Y él subió?
<.lC'b1do a esta desinhibición se produjo esta catástrofe.
HL: Si, subió.
0: ¿P?r q ué desinhibición'? El hecho de que un hombre tenga
0: ¿Y usted bajó luego a verla?
una atnlga con la cual se va a la cama es la cosa más natural del
HL: Sí, bajé a \'erla... ¿pero a quién se le ocurre hacer algo así,
mundo. Para eso no hace falta ninguna desinhibición espec ial.
tener esa osadía? Esta mujer se anima a hacer cualquier cosa
HL: ¿Qué otra cosa debelia haber hecho?
Q: Cuando usted dice que se desinhibió sexualmente, y que
es�o es lo terrible. O empieza a hablar de mi mujer, por qué n
_ �
deJé que le h1c1eran la auLopsia. El caso no podría ser más claro.
a ca•uo<l de úso comenzó su relación con Luise ...
El equipo de emergencias vino y demostró claramente, gas de
HL: ¿Por qué me dirigi a esta mujer en Jo del sastre, cuando
luz, el gas estaba abierto, estaba sentada delante de la estufa.
sé que puede encontrar mi dirección? Allí está, claramente, el
todo eso estaba escrito en el certificado de defunción. Está tod¿
error que cometí, el error que tanto me cuesta.

0: ¿Y cuá sería entonces su ideal? ¿Vivir como un soltero?
claro. Si usted le presta atención, entonces yo maté a mi mujeJ".
porque no pedi la autop�ia. Así empieza a echar·me la culpa de
¿No tener mnguna relación con l as mujeres?
. todo. Se lo cuenl:o únicamente como un ejomplo ilustrativo,
HL: O b1en uno conoce una mujer con la cual puede enmnder­
cómo puede hacer de todo una calumnia.
s� de o.lgunn manera espiritualmente, o bien, en caso contrario.
Y además, el suicidio de Teresa tuvo lugar jmto en la peor
tiene que cambiar permanen t�fu.e nt!; de mujer, para no que-
época. Si hubiera sido másjoven, habría sido mejor, y si hubiera
darse enganchado con una. ,·
0: ¿Le parece que seria mejor Wi biar?&t sido más viejo, también habría sido mejor. Pero verdaderamente.
tuvo lugar en el momento menos apropiado, y entonces comencé
HL: Yo tendrí!l que haber seguido es�a receta. O bien
a hacer tonterías, y .uve mala suerte. Con esta Gretl tuve
encuentros a alguien. entonces todo está bien. Pero si
suerte en realidad. Entonces, tendría que haber aprendido que
no encue111.ras a nadie, entonces lo mejor. .. estome lo recdmen­
?
d también mi amigo, este capitán: tenga cuidado y cambie
.
con las mujeres no es Lan f
la haya encontrado de vuela,
áciL. con esta Luise, el hecho de que
t la probabilidad era igual a cero.
s1empre de mu�er. Y durante un tiempo seguí ese consejo. Pero
l uego me quede enganchado con ésta, y esto es una tragedia. Yo
, i
La encontré en el distrito cuarto y ella vive en el decmosépti ­
mo. Y la encuentro allí, justo en el momento menos a¡Hopiado.
no se qué v<�y u _l�ncer con esta mujer. No tiene seguro médico,
Un mes antes n o hubiera sido pel igroso, y un mes después
no LwnCJtlb.llacwn, tengo que casarme con ella. Esto me lo dice
tampoco hubiera sido peligroso. Pero en ese día era peligroso.
todo el tiempo, cuela vez que la encuentro, cásate, y cásate y
Y la encuentro en el distrito cunrto, y entonces esla historia
Cl���Lc, es rcalmeme terrible... y no me deja siquiera que una comienza nuevamente desde el principio. ¡;�nLonces, usted ve.
vcc1�a. por las mañanas, me suba la leche y la coloque frente
a m1 puerln.
lo que pasa en nuestras vida:;, los acontecimientos más increí :
bies ocunen... durante un tiempo dijo que no quería casar,e
O. ¿Cómo es que no lo deja?
.
KL: < Por qué no vas tú mismo a buscarla? Tú puedes bajar

onmigo, ya que yo consideraba que ella era poca cosa, y que se
. 1ba a casar con otro. Pero luego ,-jno y di
jo: Tengo que casarme
muy b1en la e�call:!ra. Claro, tiene miedo de que yo entre en
entonces con un hombre al que no amo...
con lacto con esla vecina... esta mujer hi7.o una vez una co.:;a,
0: ¿Y ell:l lü ama a usted?
put:<.lo rC'Cor·darla: cuando todavía no eslábamos tan alejados.
HL: Aparenccmcnt.e. .Me ama porque soy ruso.
fue una ve7. ul caf é Aída, le pidió a un hombre que subiera �
0: ¿Y qué es lo que Ye de importante en eso?
vonno, � u n hom�re totalmente cxtra1o, i y le dijo que me dijera
HL: Porque los rusu,.; sou los más poderosos.
que ten!!\ quo b:1Jar t�J caf é. Y, ¿qué piensa ust:ed al respecto?

171
171\
,•

0: EsLa Luise parece pt·ovcnir de un ambiente realmente O: ¿Y stlS enfenneclades, cómo se maniues�;an? ¿Acaso se ve
nefasto. algo en ella'? ¿Quó síntomas presenta?
HL: Decir nefasto es poco. Le voy a contar un poquito sobre HL: No se m :miCicst:ln para nada.
la historia de esta LuiSe. Su padre era policía, primero fue 0: ¿No se puede ver nada en ella?
d
vigilante y luego esluvo asignado al servicio interno. Su madre HL: No, no se ve nada. Yo tenia un conocido que ijo que los
proviene de Mahren, segun puedo recordar, tenían una granja. que tienen esle lipo· de arrugas, estas arrugas tan marcadas
Pero a pesar de que es tan izquierdista, comenzó a hablar de la alrededor de la boca no viven mucho tiempo. Ella tenía estas
sangre azul de su madre. an·ugas, pero desaparecieron.
0: ¿Era hija única? 0: Entonces cada vez está más joven.
�L: No, tenía una hermana mayor, que falleció a causa de u n HL: Sí, cada vez está más joven.
tumor cerebral. 0: Pero si no tiene ningún síntoma, ¿cómo es que usted está
0: Luise es por l o tanlo la hermana menor. entonces seguro de que tiene en realidad esas enfermedades?
HL: Sí. Su abuelo tenía un circo, y por sus venas corría HL: Bueno, eso se lo creo.
sangre de gitanos, me conló. 0: ¿Pero no lo sabe con seguridad?
0 : Usted tiene una debilidad por estas mujeres. HL: Comprobªnles no tengo ninguno.
HL: ¿Por cuáles? 0: Quizá esté simplemente mintiendo.
0: Por las españolas y por las gitanas. HL: No, no, n o puede ser cierto. Aquella vez, cuando enfermó
HL: Eso es romántico. Peró-- el romanticismo me cuesta tanto, en realidad apenas podía caminar. Pero luego mejoró.
muchos nervios. Los domingos" ni. � diee que lo que le doy todos Pero estas enfermedades mepa1·alizan. Cuando un ser humano
los meses es muy poco. Entonces pasa-hambre durante toda la está enfermo, entonces uno no puede tratarlo como si estuviera
sem�a,ylos domingos se llena. Al mediodía pide sopa, carne, una sano.
porc1on doble de verduras. Y después encima café. Está claro, se 0: Ella debe haberse dado cuenta ya hace rato de que usted
llena hasta el tope, ¿no es cierto? Y yo estoy en una situación tiene esa idea... probal>lcmcntc las enfermedades no sean más
·
desesperada, no puedo cortar esas salidas de los domingos. que un engaño. Usted dice que ella puede ir al cine.
0: ¿Y usted tiene que pagar todo? HL: Sí, va al cine, y luego va al teako.
HL: Y luego vienen las exigencias: Dame más y dame más. 0: Probablemente todo se trate de un fraude.
Siempre mirH cuánto dinero me queda en la billetera. Y HL: No, no, debe cs�ur vcrcladcramen�e enferma.
después, encima, lengo que darle un pa1· de billetes de cien. 0: En todo caso, su relación con las mujeres no es del todo
Para todo lo que necesita, necesita medir el nivel de azúcar' norrnal, do <llguna nutnura está altet·ada.
necesita para los dientes ... HL: Sí, rue al�crada por la historia con m i hermana. Esta
0: ¿Y a la noche comen otra vez? seducción en la infancia fue algo anormal. A pesar de que en el
HL: Sí, también por la noche. ¿Qué digo por la noche? Ya una caso de estos conocidos, su hijo tenia entonces quizá seis ai'ios
hora después del almuerzo de nuevo quiere comer algo. Enton­ de edad, y estaba esta primtt de visita yjugaba con su miembro
ces pide... ¿cómo se lll·una esto? y decía: -¡.;s tan hcrmoRo, colgando así de la colita... pero en mi
0: ¿Un flan? caso fue algo diferente. Actuaba en forma sistemática, m i
IIL: Nada de flan. De nuevo carne, y cosas así. hermana...
0: Debe ser terriblemente gorda. 0: En realidad me parece que. según lo que alcanzo a
H L: Era gorda, pero bajó de peso. Y ahora los vestidos le entender, su hermana es demasiado poco. También su madre
quedan mal, ahora necesita nuevos vestidos ... tiene que haber tenido un papel, o su niñera.

172
HL: La niñera era una señora mayor. ¿Qué clice usted?, eso no es conecto. Si mi voluntad fuera algo
0: u�ted siempre tuvo debilidad con las mujeres humildes. intenso, entonces nunca hubiera caído en esta situación con
HL: Sí. pero Teresa ero una persona decente, en cambio esta esta mujer... usted ve, soy muy débil y estoy Lotalmente
mujer... . desprovisto de voluntad. Ella ahoga cualquier intento antes de
0: Las relaciones emocionales se aprenden , como muchas que nazca.
otras cosas. Yo creo que usted aprendió a tener relaciones 0: Yo no diría que usted tiene una voluntad de hierro,
emocionales con mujeres humildes a través de su nii\era. hablando francamente. Creo que en su educación tiene que
HL: Esas ideas no las tuvo nunca Freud, y no se trataba de haher habido algo que salió mal.
una relación sexual. HL: Quizá se irai() do un defecto congénito.
Q: Las relaciones madre-hijo son, en última instancia, tam­ 0: Yo ditia más bien un error en su crianza.
bién sexuales. HL: Freud confunde la voluntad con el instinto. Por otro lado
HL: Freud no se planteó jamás esa cuestión. Tampoco existe dijo lo siguien te: Después del psicoanálisis uno tiene la posibi·
nada al respecto en la historia clínica. Esta es una idea suya, lidad de curarse es como un boleto. Si uno lo utiliza o no, eso
que yo, porque estaba ligado a esta nanja, me intereso por eso depende de su �oluntad. Entonces, existe el libre albedrío.
más por las mujeres humildes. Freud lo explicaba por el lado de Usted ve, en esto hay una contradicción. De repente hay que
mi hermana, que se trataba del incesto. querer algo, y todo el tiempo él confunde la voluntad con el
0: ¿Y usted apoya más bien la teoría de Freud'? instinto.
HL: Yo creo que, en ese pun�o. él tiene razón. 0: En ese sentido el psicoanálisisve las cosas desde un punto
0: Y toda la atmósfera, el hecQ.
h !Je gagar a una mujer, eso es
,1¡1
de vista muy simplista. Si el paciente no se cura, entonces se
f

mucho más raro en nuestros d�tls, cq:o yo. Y además, el medio dice simplemente que no quiso. La resistencia era muy grande.
·
con la niñera y todas esas cosas. �,,.· ,
: HL: Esa es una observación muy correcta. Como psicoanalis­
HL: En mi caso eso fue muy intenso. Estaba mi hermana, ta, uno debería poder decir: si uno tiene en cuenta todos los
estaba esta nanja, estaba la gobernanta. En la finca uno estaba aspectos, entonces el paciente tiene que curar. Pero no si quiere
separado de cualquier otro tipo de contacto. En la ciudad la o si no quiere.
gente se ve mucho más. Per·o en esta esfera tan estrecha, O: Además, la esencia de la nem·osis es que uno no desea lo
estábamos muy apretados. razonable.
Bueno, pero si usted no opina como Freud, ¿por qué en HL: Este e� en renlidad el núcleo de toda la cuestión. Usted
realidael quiere escribir sobre este asunto'? lo ve en mi caso: yo quiero estar con esta mujer, a pesar de que
0: Uno no tiene que estar de acueJ:do ineludiblemente con los sé que no me va a traer ninguna alegría. Por el contrario, me
puntos de vista de Freud para podet· escribir. cuesta dinero.
HL: En todo caso la voluntad. El concepto de voluntad O: O bien, uno puede llegar a ver que hace algo mal, pero que
desaparece en Freud. En Freud la voluntad está representada no puede cambiarlo...
verdademmente por el instinto. Pero enl'ealidad la voluntad es HL: Fíjese usted, qué poca ayuda que me puede dar el doctor
lo contrario del instinto. La voluntad no es más que el sojuzga­ F..: Usted tiene miC'dO de la mujer, tiene miedo de la castración.
miento del instinto por los aspectos racionales. Kraepelin Me sale con estas CO!<Rs...
había dicho que mi enfem1cclad era una enfermedad de l!i. 0: ¿Qué es lo que quiere decir con esc1, en realidad?
voluntad. Yo se Jo conté al doctor E., y él dijo: Por ol contrario, HL: Cuando u no tiene un miedo exagerildO, que no tiene
usted tiene una voluntad muy fuerte. Usted pone en movimien­ l'undamento alguno, en el hombre se t1·ata siempre de la
to a unu gran cantidad de gente, a la doctora Garcliner, a mí... castración. Es tocl() un di�parate. Usted lo elijo muy bien: en esto

174 175
consisten todas las neuro:;is, r¡uc ·uno sabe que algo no debe ser O: Si una mujer Vfl a la cama con alguien por dinero, eso es
así, pero no puede haccl'lo de oka manera. Todo el psicoanálisis algo sospechoso d<'sdc el p1·íncipio. Prohablcmente, tampoco
cst.á en decadencia. ¿UstC!d es partiduriu o no? fuera clifcrr�ntc en su época. ¿l�rcud sabía que usted salía con
0: Es imposible contestar esa pregunta tan f ácilmente, por mujeres a las cual s les p}lgaba?
e
sí o por no. En la época en que vivió Freud, muchos de sus HL: Sí, por supuesto.
descubrimientos fueron innovadores. Como m étodo curativo, O: ¿Y no encontraba nada anormal al respecto?
el psicoanálisis no parece algo globalm ente practicable. HL: Para nada. Freud también tenía su opinión con respecto
HL: En todo caso la voluntad, usted ve. Si yo hubiera podido al diuero. Cuando estuve con él yo especulaba . El complejo
superar el conflicto con Teresa , si hubiem podido viajar a verla, con el diner-o. No lenfa u na postura cor-recLa con respecto al
a pesar de que los médicos estaban en contra, eso hubiera sido tema del dinero. Y él opi nó que yo lenia que dedicarme a la
en 1'ealidad lo correcto. Pero tuve que hacer un largo rodeo, a economía nacional. Pero ésa es una ciencia que no me interesa
través de Freud. Eso fue una muestra de debilidad. en lo más mínimo. Y usted ve. ahora tengo estas dificultades
0: Naturalmente resulta muy e:-..'traño, cuando uno está con el dine1-o, qué cosa cómica. Y él dijo: Bueno, si usted no se
enamorado... ocupa de economía nacional. entonces no sé cómo puede con·e­
HL: Entonces. aclúa por sí mismo, no necesita ningún gir esle complejo con el dinero. Y usted ve que, hoy, realment-e
consejero. tengo conflictos ·muy importantes con el tem a del dinero.
0: Y US[ed no se nnim ó, precisamente, a actuar contra los 0: ¿Pero si u:;ted r·ecibe su dinero mensua lmente, entonces
médicos, contra su familia. : _ no tiene problemas?
HL: Ese es un pen�amienlQ- b�tailte sano, creo yo.
_

HL: Entonces no tengo dificultades.


0: Y después, el dinero... quízá F,re.ll.? no se enteró demasiado 0: El di nero en relación con las mujeres...
bien de que usted siempre le daba di ñero a las mujeres. Quizá HL: Sí, allí hay algo que no está en orden. Con respecto al
no lo comprendió en todas sus consecuencias. pasado, es "lgo así, yo me lo represento por lo menos así: una
HL: Es posible que no haya comprendido lo que eso signifi­ modificación puede �obrevcnir cuando uno exper-imenta algo
caba. No tomó conocimiento de ello. que se conlrupone a lo que uno está acostumbrado a vivir. Pero
0: Y en aquella época era algo totalmente obvio que. cuando el recuerdo solnrncnle, creo yo, no sirve para nada. De acuerdo
u n hombre vivía junto con una mujer, o cuando estaba casado con Frcucl es ::;u(icicnte t>l hecho de que uno se acuerde. Bueno,
con ella, la mujer vivía del dinero del hombre. y yo tengo duclt1,; sonrc ustc concepto. Yo creo que a través de
HL: Pero fíjese usLed, si uno camina por la c:alle, y le gusta ur1a vivencia puede! ocurrir un cambio. Pero tiene que ser
una mujer, y quiere irsP. con esta Hlujcr ni hoLel. Usted lo sabe vivido, real. no exí�Li r solamente en el espíritu, no ser solamen­
muy bien, eso os posiblo ünicarnenl:e si uno le da algo. lo una rcprcsenlacil.ln. No c.; suficiente.
0: Sí, pero la idea de por sí. A mí me parece algo fuera de todo 0: l�sle es uno ele lo� aspectos más modernos de la psiquia­
tipo de canon, que·si voy caminando por la calle y alguien me dice tría, por otra parLe.
venga conmigo al holcl que le voy a pagar algo, acepte y vaya. HL: Podda traer un ej!!mplo. El asunlo con l a gonorrea, ¿no?
IIL: Y bueno, usted us una mujer decente. Si usted me rlice que tuvo ¡¡ononca, eso es algo que uno vive. El
0: ¡Qué quiere decir mujer decente! P01·o cuando quiero ir hecho de que olJ·a perRona sea tan abierta. Esa es una vivencia
con alguil'n a la camf1, entonces lo hago porque me divierte. No que puede cambiar algo. Normulmence una mujer no dice.algo
pido dinero por ello. así. En todo caso es un:1 si tuación única, y estas cosas pueden
HL: Ese es su punto de vista. Pero no es el punto de vista de producir grandes camhios. Esto es sólo un ejemplo. Pero el
una Luise. hecho de que uno se <lCttl·t·dede algo, resulta muy poco. Allí falta

176 177
COMO EMPLEADO DE SEGUROS
el momento de la vivencia. Y por eso, básicamente, no creo en
el psicoanálisis.
Por otra parte la doctQra Gardiner debería venir en noviem­
bre, a fines de no,;embre... bueno, ha llegado la hora de
despedirse. Cada ve;: que i.engo que hacerlo me resulta muy
difícil separarme de usted. Eso es claramente una vivencia
hllmana. Y después, en casa, estoy solo de nuevo.

Hombre de los Lqbos: Bueno, la doctora Gardiner estuvo aquí.


La vi, y ella me dijo entonces que alguien volvió a escribir una
carta, a la editora Fischer, para que me la enviaran a mí.
Aparentemente se dio cuenta de que no estaba totalmente de
'
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acuerdo con lo que hizo aquella vez con la rusa. Por supuesto no
puedo saberlo, quizá fue algo bueno que ella haya rechazado su
carta en esos términos, quizá no hubiera tenido más que
problemas con esta mujer...
Obholzer: Usted no tenía ninguna obligación de contestar
esa carta.
HL: Bueno, esta vez no abrió la carta. Alguien escribió a
la editorial Fischer, y como ellos no conocen mi dirección, se la
enviaron a la doctora Gardiner. Y ahora me encontré con
la doctora Gardiner en un caf é. Bueno, ella se olvidó ele traer la
carta consigo...
0: ¿La carta quedó en Norteamérica?
HL: No, la olvidó en el hoteL Dijo que la iba aenviareljueves,
yo la vi el miércoles. O sea que tendría que haber recibido la
carta el viernes, pero el viemes no llegó nada. Llamé a un
conocido que es amigo de su esposo. Me dijo que iba a hablar con
' .
ella. Recién el sábado llevó la carta al correo central. Bueno,
ayer la recibí.
0: ¿Y de quién era esta carta?
HL: ¡Adivine!
0: ¿De la rusa de Francia?

179
178
HL: No. Yo también pensé que quizás era de esta inmigrante de que, me parece q ue fue el emperado� Augusto quien dijo:
.
rusa. Es de otra dama. Cada persona debe tener unpapel en su VIda. Es�:?, en realidad,
0: ¿De qué dama se trata? no es algo para nada estúpido. Derepente el destmo, a menudo
HL: He pensado que lenclrian que formar un sindicato, todas a través de acontecimientos nimios, lo pone a usted en un papel
estas damas, y juntar fonrlos ... p ara el cual no está p r
·edestinado en lo más mínimo. Y ahora

0: ¿Para qué? tengo que asumir el ' papel de esta pequeña estrella, ¿no?
HL: Pa1·a Luise, ¿no? Bueno, o sea, ayer recibí la carta. La O: Pe.ro en realidad no se trata del peor de los papeles.
dama tiene un nombre germánico muy �radicional, no voy a .
HL: ¿Pero para qué toda esta car·ta? No puedo dejarla vemr.
decirlo por ahora, y tampoco voy a decir su apellido. ¿Qué es lo que voy a hacer entonce� con est� mujer? S� no la
.0: ¿Conoce usted a esta dama? .
tuviera a esta otra, entonces le hubrera escnto que VImera, Y
HL: No, no, no la conozco. Es un lugar que queda cerca de podríamos ir juntos al teatro. Pero tengo acá a esta persona
Hamburgo, me dijeron. Ella me escribe lo siguiente: Su ibro l colgada del cuello.
. .
apareció hace tanto tiempo ya, que tengo miedo de que haya O: ¿Acaso escribe qué es lo que hace, o que profes10n te1ne?
.
• _

muerto en este lapso. Pero si, a pesar de todo, esta carta llega HL: Ni idea.
a usted, quiero que le dé un poquito de felicidad. Después 0: ¿Qué edad tiene, nada de nada?
escribe que su padre nació en el mismo año que yo, pero en abril, HL: Tampoco. Tendr·ía que haber mandado una foto, ast uno
_

abril es el mes peligroso, Luise nació también en abril. Estos podría saber por lo menos qu� aspecto tiene: Bu�no, en el caso
son los de Aries, ¿no?, son tan:.Q.esagradables. di
de la rusa, hubiera sido algo ferente, como mm1grante o como
Su padre se parecía a mí, ctta�o erajoven. Aparentemente rusa uno podria pensar que se quiere preQCupar por uno. Eso
tiene un complejo con el ¡.¡adre. �JI�l{O escribe que en su vida tendría que haberme enviado. Pero una carta, ¿qué hago yo con
ocurrieron cosas muy parecidas, ya que la época o bien, como una carta?
ella dice, el ch·culo <:ultut'al era el mismo. Esto es muy intere­ O: Naturalmente estos asuntos siempre son iguales, uno no
sante. Aparentemente, en una época el círculo cultu1·�J del sabe de quién se trata.
norte de Alemania y el de la Rusia del sur eran bastante .
HL: Uno no sabe quién es esa persona, y qué es lo que qwere
parecidos. Ya que ella escribe que era parecido, entonces debe en realidad.
haber sido parecido. Luego continúa escribiendo, se lo repito O: Esto no surge del contenido de la carta.
textualmente: Su cara tan tl'isle duranLe la ocupación de Viena HL: En realidad, no lo dice. La otra, como rusa, como
por los nazis 111eimpresionó mucho. Megustar[a mucho visitar­ inmigrante... quién sabe si estas conclusioncs son correctas.
lo en Viena. Pero si esto 1·estdLara imposible, quiero saludarlo .
Quizá pensó que yo ganaba algo con el libro.
afectuosamente. Fü·ma. 0: Eso no se puede saber.
Ahora bien, ¿dígame usted qué tengo que hacer con esto?Ya HL: Es muy probable, tal vez.
le mostré la carta al doctor S., y él'dicc: Esta mujer parece eslar O: Bueno, tampoco puede uno endilgárselo �sí dir�ctamenlo.
muy exaltada. La letrn e:< •nny extraña, uno tiene que adivinar -
HV No :;e sabe. Pero en realidad daba la unprcswo de que
de qué palabra se trata. Hucno. ¿qué es lo que dice al respecto? tenía un verdadero interés, po1·que escribía en rus1l. Pero con
Hacerse famoso es fácil, ser t�1moso en cambio difícil... ésta no puedo hacer absolutamente nada. ¿Qué dice usted al
0: ¿Le parece? ¿Qué e& lo que dice entonces el docto1· S.'? respecto?
HL: Bueno, c.:;cribir, av,raclcrer por las palabras tan amables O: Si usted pudiera tomar contacto con ella y, en el caso de
y decir que no quierodevclar rni incógnit.ay podo tanto la visita que no le gustara, distanciarse nucvameite, entonces sería
ILO es posible, o algu .a:;i, ;;implemente. F(Jcse usled, me acuerdo � ,
factible. Pero para usted algo así es muy d¡fíc¡J.

L80 181
HL: Sí, para mí es algo muy diñcil. Usted ya me conoce. ambiente totalmente extraño. Y por olro lado no sé en realidad
0: Y después se enferma, y no sé, quizás, entonces usted si ella me quiere. Quiere venir acá, y quedarse un par de dias.
tenga dos. En realidad no esc¡;be diciendo que quiere que yo vaya a verla.
HL: Quizás esté enferma, y no esté en una situación muy Una cosa así sería algo directamente invasivo.
buena... 0: La decisión de contestarle o no depende únicamente de
0: ¿Le cuenta acaso si está casada? usted. Nadie se la puede quitar.
HL: No, pero esta frase, si eso no es posible, implica que ella HL: Creo que es muy peligroso meter�e en algo así. ¿Qué
piensa que ell.iste otra mujer. ¿Por qué, si no, habría de ser puedo hacer con ésta aquí? Estoy en llll<• situ� ción muy des­
imposible? Posible es, puede venir cuando quiera. Un impedi­ agradable, y nada me puede ayudar. ¿De que me strven � as
mentoseríaúnicamente el hecho de que yo estuviera casado, o cartas amables y las palabras hermosas, que nada me dan? Con
.
que tuviera una pareJa. Entonces podrían surgir dificultades. aquella rusa, hubiera sido posible intentarlo. Como inmigrante
'- .

0: Pero como todas las mujeres siempre piensan en lo se podría haber sentido quizás obligada, pero una aleJ:?ana, del
mismo, uno puede suponer que ella busca un hombre. De norte de Alemania, una mujer totalmente desconoCida... hay
acuerdo con todo lo que usted me contó, siempre pasó lo mismo una sola cosa que no entiendo, ella sabe qué edad tengo, pero
con casi todas las mujeres que usted a lo largo del tiempo... escribe como si yo tuviera cuarenta o cincuenta años. En esas
Todas, en última instancia, quieren tener una relación con condiciones se en'tiende una carta así. Bueno. creo que simple­
usted. mente ella quiere tener un hombre. Pero a una edad así, ¿qué
HL: Dueno, casarseverdader:�J1?.ente, no losé, pero<!e alguna puede hacer uno?
manera establecer un vínculo.· 0: ¿Usted quiere decir con su edad?
. .
0: Por otro lado, si usted quiere. s �Ür de Viena, quizás ésta HL: Sí, con mi edad. Pero como usted ve, eso no le tmp lde a
·-

sería una posibilidad para viajar-·¡¡: i:Uemania. esta mujer escribirme.


. ..
HL: Yo también pensé en ello. La doctora Gardiner dijo que 0: Algunas mujeres desean una relactón padre-hiJa.
viajar a Nort�érica es para mi algo absolutamente impo,síble, HL: Ella me compara ya con su padre:.
porque no hablo mglés. En todo caso, si esta mujer lee un libro de O: Ya ve usted. Pero una relación así tampoco es, en realidad,
este tipo, entonces, de alguna manera, tiene que ser una mujer lo correcto.
ínstruida. Una mujer humilde no hubiera leído el libro. HL: Por supuesto. Esta relación es, en realidad, algo que no
0: ¿Escribe algo sobre el libro? está bien. Usted lo expresa muy conecl-amente.
HL: Dice que el libro la impresionó mucho, que yo estaba 0: Se tt·a ta de una relación en la cua l ao cxist•' lglHildad entre
mu� triste en la época de los nazis. Por qué se le cruzó eso, no ambas partes.
lo se. Pero usted ve que se trata, de alguna manera, de una HL: ¿Qué tipo de rol debería tener uno com<i·padre en una
persona exaltada, con sólo ver la letra ya se sabe. relación así ?
0: ¿Ah, sí? 0: Con respecto a Luise, usted ti ene un papf!! similar al ele
HL: Muy particular, muy libre, líneas, modificaciones total­ un padre.
men�e fantásticas de las letras... pero vea usted, para mí salir HL: Eso también es algo obvio.
de Vtena es una cosa muy dificil. Entonces, esta mujer tendría 0: Sí, pero no parece hacerlo demastu!o feliz.
qve mantenerme, tendría que ser una mujer con una fot'tuna. HL: Como usted ve, no es algo agraclablc: t.encr IJn rol de e¡;LP
Bueno, uno siempre está más o menos entregado. tipo. Uno debetia darse cuenta ya a partir ele c;.Lil experiencia.
0: Pero usted recibiría su jubilación. Pero si la mujer es además vieja, enlronce.-; tl! mpoco produce
HL: Tendría que entregar la vivienda. Viajar lejos, a un alegría alguna.

182
0: ¿Por qué'? No lo entiendo, eso depende mucho de la mujer. HL: Este Lubin pensaba que yo había incorporado al psicoa-
HL: �s una in�ó¡:;nita X. Uno no puede arriesgar nada. nálisis desde un punto de vista digamos religioso.
0: s, ella cscnbe que su padre nació en el mismo año que 0: No, no se trata de 61.
usted,entonces usled puede calcular que debe tener aproxima­ HL: Del otro no of hablar nunca. ¿Sobre qué escribió?
damente unos sesenta años. 0: Ernest Jones escribió una biografía de Freud, tres tomos
HL: Sí, algo así, sesenta o alrededor de sesenta. gordos. Y en esta biograffa hay un capítulo sobre usted. Lo hice
0: Aproximadamente la misma edad que Luise. fotocopiar para usted.
_ J:IL: Sí, si n? �sluviera esta Luise, entonces podría muy HL: Qué bien, muchas gracias.
facilmenle escnbtr, venga a Viena podemos habla r podemos 0: Puede llevarlo a su casa y leerlo tranquilamente. Me
� ¿
ir al cine. Pero tengo a ésta colgad del cuello, y ent nces va a gustaríaque me dijera qué piensa al respecto. ¿Nunca escuchó
e �
tpp �ar � .hacer escenas... no me queda otra opción que el nombre?
e
scnb1r, d1c1endo que me siento muy agradecido... HL: ¿Cómo, por favor? No, no.
0: Pero como usted ve a Luise únicamente los domingos' ·
0: El escribe aquí...
tendría tiempo en los otros días. HL: Bueno, lo voy a leer en casa. ¿Escribe que me conoce?
J:IL:
En todo caso, el doctor S. me desaconsejó hacer todo tipo 0: Sí, en el libro dice lo siguiente: "Todavía mantengo un
de mtentos. Además, uno no sabe adónde puede conducir toda intercambio epistolar con él". 1
esta historia. HL: Ah, se trata quizá del doctor Sterba. Es un médico con
0 : Pero por favor, eso no se puede decir de antemano. el cual me carteo. En navidades siempre me manda...
-

HL: ¿No toma café? ·.- O: No, Jones ya murió. Murió en 1958, o sea que esto tiene

0: Tomo jug? de manzana$. Si iño café a esta hora, no voy que haber ocurrido antes. . .
a poder dorm:rr en toda la nó<!bG! :' Hablando de otra cosa' HL: Que yo recuerde, no he tratado con mngun otro psicoa­
_

¿conoció usted a Ernes� Jones? nalista.


HL: Vea usted, olvidé traer mi audífono. El año asado O: En todo caso, Jones está bien infonnado. En sus memo­
p
escJChaba todo, peru este año mi oído está cada v.:z pedr. Con rias, por ejemplo, usted escribe doctor D. en vez d� doctor

el hempo, todo me produce más molestias es muv Drosnes, y Jones escribe el nombre completo, y lo cscnbe muy
- desagrada-
'
ble. Hable por favor un poco mt1s fuerte. correctamente.
0: Dije: ¿conoció usted a Ernest Jones? HL: Hay un tal docto¡· Sterba. Es un vienés que emigró a
HL: ¿Qué es lo que r¡u:ierc decir'? Norteamérica. Hace unos diez aii.os, aproximadamente, me
0 : A Ernest ,Jc,nes, ¿Jo conoce usted? invitó a verlo. Pero después nunca más dio señales de vida. Es
HL:No. alguien que conozco. ¿Pero éste de aquí? Y usted dice que él
0: Es un inglé� que estuvo con Frcud. Bl ta.nbicn e:::c-:·ibió escribe que mantenia...
sobre usted. O: .. . intercambio epistolar con usted.
HL: ¡,Cómo so llnm<l'? HL: ¿Y si me repite una vez más el nombre?
0: Ernest Joncs... él escribe que mantuvo un contactn �;pi.,­ 0: Ernest Jones.
tolRr con usted. HL: Erncst Jones...
liL: Ah sí, seguramente :;e traLa de Luhin. La d�c.ora O: Era inglés, y tomó lecciones depsicoanálisis aquí en Viena
Gardiner me envió una vez un psicoanalista qut: �" Jl;",lluiJa
1. Emcst Junes, Vida y obra de Sigmund Freud, Buenos Akes, Hom1é, 3
Lubin.
0: No, no se trata de Lubin. volúmenes.

185
con Freud, aproximadamente en la época de la Primera Guerra 0: ¿El lo visitó?
Mundial. HL: No, yo estaba de vacaciones y él vino a verme. Fue en la
HL: Sí, aguarde un momento, Freud tenía un paciente que frontera con Alemania, en Salzburgo. Se quedó uno o dos días
era inglés. Sin embargo; no puedo l·ecordar cómo se llamaba. El en ese lugar. Pero el contacto fue a través del doctor E., y este
me lo presentó, ahora lo recuerdo. Era un hombre muy elegan­ analista venía de S4iza. Yo creo que, además, ya debe haber
te, rico y vestido muy elegantemente, y lo visité unas dos o tres muerto.

veces. Pero tenía otro nombre. ¿Cuál era el nombre que usted 0: Jones también ya murió.
me dijo? Johnson, ¿Johnson dijo usted? HL: Bueno, si él dice que habló conmigo.
0: Jones. O: No, no dice eso. Escdbe que se carteaba con usted.
·J:IL: Jones no, así no se llamaba. HL: Pero yQ debería recordarlo. Quizás me confunde con otro
0: Bueno, en cualquier caso, Jones escdbió una biografia de paciente.
tres tomos gordos sobre Freud, en la cual incluye todo tipo 0: No lo creo.
de información que pudo recoger. Y, aparentemente, también HL: No puedo recordarlo. Recuerdo al analista de Suiza, y
se carteó con usted, y le hizo algunas preguntas que se encuen­ después a este Kirie. Y además, había una mujer casada, .una
tran elaboradas en un capitulo. inglesa, creo, Strachey. Creo que es escntora, o él e�·a escntor.
1-JL: Bueno, lo voy a leer en casa, quizá entonces lo recuerde. O: James Str.achey, es el editor de la Standard Edttlon de las
!{il'le se llamaba aquel sujeto _que le mencioné antes, que era obras de Freud.
tan e legante. • HL: ¿Qué es él, psicoanalista?
0: ¿Se trataba de un pacieñté� ·•
0: Creo que sí.
HL: No lo sé. O era un paciente.,- o realizaba un análisis HL: Su mujer, a ella sí puedo recordarla, era una auténtica
didáctico. En todo caso Jo fui a visitar, vivía muy bien, deben inglesa, tan pausaday fría, era muy bonita. Durante un tiempo
haber sido muy ricos. Creo que lo vi una o dos veces, y luego no le di lecciones.

volvi a oír más de él. Pero se llamaba IGrle. 0: ¿Cuándo fue eso?
0: ¿Eso fue en Jos años '20? HL: Fue en los años '20, pero no duro mucho tlempo. A la
_ .

HL: Sí, fue en el '22 o en el '23, o un poco antes. doctora Gardiner le di lecciones durante muchos años. Pero no
0: El asunto con Jones tie11e que haber sido después, yo creo recuerda casi nada. En aquella época vi a su primer marido, del
que entre 1950 y 1958 le hizo algunas preguntas. cual se separó después, para casarse con un inglés.
HL: Sí, espere un momento, quizá en el año '55. 0: Pero ella se casó con Buttinger.
0: Sí, eso es posible. HL: Sí, pero anles estaba casada con un norteamericano
HL: En 1955 había un médico en Suiza... mucho mayor que ella. Creo que fue un asunto que duró muy
0: ¿Y cómo se llamaba? poco. y Juego se casó con un inglés que era más joven que ello.,
HL: Creo que se llamaba Wein o Weinero algo parecido, pero y estudiaba música.
no Jones. Y P.l estaba muy interesado en que hiciera un dibujo' Adónde fue a parar, no l o sé. También tomaba lecciones
algo infantil. conmigo. ¿Cómo era que se llamaba? Bueno, creo que s�
0: Quizás se trataba del test de Rorschach, inventado por un llamaba Gardiner. Buttinger estaba, creo yo, en elArbeLterzet­
psiquiatra suizo. tung, como usted.
HL: Bueno, no creo que ésa sea la clave. Todo Jo que hice no O: No, Buttinger no trabajaba en el Arbeiterzeitung.
sirvió para nada. Había que hacer algo con colores o tintas, HL: Yo creo que tuvo conflictos con los socialdemócr:'itaH,
(1
Juego doblarlos, y él interpretaba algo. criticó mucho la postura de los sncialdemócl'atas frenle

186 1"'1
Hitler. Y luego, escribió un libro,Am Bcispiel Osterreichs, ese
libro lo tengo.

O: ¿En qué año ocurrió esto?
.
}lL: A ver, en el '38, el año en que entró .I-lJtler.
0: Buttinger dirigía el partido socialista, que era ilegal aún O: ¿Ocurrió antes de la muerte de Teresa?
antes de la ocupación c)e Austria por los nazis. Tuvo que vivir ..
mucho tiempo en la clandestinidad, y la doctora Gardiner Jo
HL: Sí, ocurrió antes. Bueno, y Freud, el hiJO de F re
.
u�,
se
comportó de una manera impecable, no demostró ten�r rmodo
ayudó mucho en aquella época.
para nada. Dijo únicamente: Bueno, ah?ra va a v�n� el Dr.
HL: Yocreoque él es un poco másjoven que ella, porlo menos Fulano, que era el superior de estos suJetos, no se b1en qué
se lo ve más joven. _ ya !'! esta gente. Y
cargo tenía. Aparentemente él conoc¡a
0: ¿Y usted, tuvo algo que ver con los na;ds?
cuando venga voy a mostrarle simplemente que esto no es m�s
HL: Hubo algo con el hijo de Freud. A ése lo conocí. Primero
trllbajé en 111 Anglo-Danubian-Lloyd, y allí trabajaba el hijo
que una declaración de impuestos. � al po�o t1empo, una m�c]1a
nora después. llegó un funcionano nazt, y yo le mostre la
mayor de Freud, Martín se llamaba. .
declaración. Vea usted, se trata de un asunto de Impuestos, el
0 : ¿Cómo empleado?
D1·. P. ... tenia estos papeles aquí con nosotros. Y entonces me
HL: No, no, era abogado y tenía que ver con l a
sección dejaron libre.
créditos. Puedo recordar que una vez dictó una conf
erencia, 0: ¿Y no ocurrió nada más?
cuyo título era "La moral de las cuotas•· (se ríe). .
HL: No. Bueno·, a¡¡í que éstos fueron los que medeluvlero!l en
0: ¿Ah, sí?
HL: Bueno, no se trataba, c1eo yo, de un gran genio una ocasión

de Freud. ¿Acaso no ha muedñ.en el ínterin?
, este hijo O: ¿Y. todos los que iban a v�r a Freud eran detenictos'?
_ no habta nadie allí,
.

HL: Sí, supongo que si. Cuando yo llegue,


0: ¿Martín Freud? Sí, creo·qu'"e y;falleció. y de repent.(' llegaron unas cincuenta personas, armadas.
HL: Una vez, tuvimos un asuñ '�:(ife impuestos en la asegu­
radora. Había una casa editora en t O: ¿Y esl� era a causa de Freud?
la Berggasse. Sabe usted, no
HL: Sí, por Freud, ya que ellos estaban e11 contra del
en la casa en que vivió Freud, sino un pa1 de casas más
· ajlá, en
dirección a la Wahringerstrasse. Allí había una editorial que
psicoanálisis. Qué sé yo . qué es lo que pensaban. Pero Freud, el
dirigía el hijo de Freud. bijo de F'reud, se comportó con ¡pucho valor, a pes�: de que la
situación era bastante desagra¡:lable. Me sorprendio mvcbo el
0: ¿No se trataba del Psychoanaly-tische Verlag?
HL: Si, era el Psychoanalytische Verlag. En ese enton
hecho de que no se mostrara para nada preocupado. 'f.
este
ces, funcionario, el que mandaba a estas personas, ta�bten se
cuanclo vinieron los nazis, pensé en ir a buscar una declaración
de impuestos. Voy allf, todo estaba muy tranquilo. Sin comportó en tcu·ma muy leal. Después pude 1rme a mt cas¡.1.
go, el portero vio que yo iba a lo de Freud:y lla:mó a los naz
embar­ O: ¿Sabían ellos que usted había sido paciente de Freud �
is. IL: No, y tampoco preguntaron nada al respecto. El f�_ncto·
J
0: ¿Usted no sabía nada sobre ese asunto?
nario controló ónicamente si se trataba de una declaracwn de
HL: No, no sabía absolutamente nada. El me dio la declar
a­ impuestos. F.�o no tuvo nada que ver con Freud pad�
ción, y yo salí. Y de repente veo abajo, en el patio de la entrad ·e.
a, O: ¿Tuvo usted una relació¡t más cercana con Marttn Frc�td,
unas cinC\Ienta personas armadas. Inmediatamente me
detu­ o solamente contactos profesionales?
vieron, y subímos nuevamente a lo de Freud. Me hiciero
n Hl,: Teníamos una sucursal de créditos, y él también estaba
sentar allí, y un nazi me vigilaba, como para impedir que empleado, o nlgo así, por la Apglo-Danubian-Lioyd. Fuera de
escapara. Eran unos sujetos que actuaban como volunmrios...
eslo, llQ lo t-..alé n unca.
. .
(l: ¿[Jsted estaba en contra de los naz1s?
*El �icmp!a de Austria. (N. del '1'.) _ ,
HL: Bueno, entonces yo era pn apaLnda y eso me convema,

188
JBD
O· Entonces tuvo suerle.
ya que no tuve que enrolarme. En una ocasión alguien vino a HL: Sí, tuve suerte de que me hayan tachado de la lista.
verme y anduvo haciendo averiguaciones.
O: Bueno, vea usted, entonces, en alguna oportunidad de su
0: ¿Un nazi? vida tuvo suerte, ya que en ocasiones dice que nunca tuvo más
HL: Bueno, un caballero anduvo haciendo averiguaciones.
que mala suerte en su vida.
Yo le mostré entonces un retrato de mi padre. El dice: Sí, tengo . .
HL: Bueno sí, tam9ién en ocas10nes he te�do sue�t�, lóg¡ca­
.

que decírselo abiertamente, me han encargado que averigüe si


mente. La desgracia más grande que he temdo e� mt:V1da es 1�
usted tiene antepasados judíos. Pero he visto el retrato de su
historia con esta Luise, esta historia me desar ticulo. Y no se
padre, parece un zar, en verdad. Y se fue. Una vez llegó una
realmente cómo salir de este asunto.
cítación, y tuve que ir a la policía. Alü reunidos estaban unos
O: ¿Y trabajó entonces durante 30 años en la compañía de
in,migrantes, y alguien nos largó u n discurso sobre la confianza
seguros, a pesar de que nunca había sido educ�do para traba
que significaba que ellos se dignaran siquiera a hablar con ;
jar? ¿Cómo se explica el hecho de que haya podido aguantarlo.
nosotros. Luego se nos dijo que teníamos que inscribirnos como
HL: Simplemente lo aguanté. . . .
intérpretes.
O: Discúlpeme, esto puede ser un clisé, pero los mmtgran�s
0: ¿Como voluntarios?
rusos trabajaron preferentemente como conduct<>res de truas . ,

HL: Debíamos firmar que estábamos de acuerdo en ser


_

o porteros en club.es nocturnos, o cosas asf. En todo caso,Jamas


empleados como intérpretes. Alii había aproximadamente una
tuvieron profesiones tan burguesas. Me sorprende el hecho de
decena de rusos, que se daban vuelta y trataban de salir de la
que haya podido soportar el trabajo como empleado de una
fila Pero sólo uno logró evita ..r . tener que firmar. Todos los
compañía de seguros. . .
demás, incluyéndome a mí, lifl�mos. El que se salvó dijo algo
HL: Bueno, en este caso, también tuve suerte. E n m1 hbro
así como que si erallamado a seryjr.;.�� f ábrica en que trabajaba .
escribí cómo a través de un estudiante, llegué a Ehrenzwe1g,
iba a quebrar, y eso iba a ser una :catástrofe para el Reich.
que se t b
rata a de una especie de dios local para las compañías
Bueno, este sujeto no tuvo que firmar, pero todos los demás
firmamos.

de seguros. Cuando Ehrenzwei!S �cía que n_o había qu e h�cer
juicio, entonces no se hacía JUICIO, era Siempre la u _ltima
Por un tiempo no· pasó nada, pero de repente, recibí una
instancia. Y a través de su hermana conseguí el trabaJo en la
citación, me llamaban para actuar como intérprete. ¿Usted
aseguradora. En realidad no quería u� trabajo en una asegu­
sabe lo que es para los rusos un intérprete? Es un traidor, nada .
radora, siempre me resultaron poco s1mpáttcas.
más. Bueno, entonces dije que ya era muy viejo, que estaba
Hubiera preferido trabajar en un banco, a pesar de que no
l'ufcrmo y cosas por el estilo, empecé a quejarme. Y el empleado
hubiera tenido demasiado éxito. Cuando veo cómo cuentan el
dijo: Bueno, entonces lo vamos a dejar de lado, tiene que venir
dinero, creo que nunca lo hubiera P;>dido a�rcnder, son verda­
una persona másjoven. Logré zafar de ese asunto y pude volver
deros artistas, ¿no? Bueno, yo quena trabaJar en un banco. Yo
a casa. Pero en realidad, ese asunto podría haber sido algo muy
pensaba en un banco se puede e�pecular, p�ed� volver a �er
peligroso.
rico. Bueno, pero él no tenía relac10nes con rungun banco, solo
O· ¿Tendría que haber vuelto a Rusia?
aseguradoras. Entonces, de repente recibo una carta de Schle­
HL. Tendría que haber regresado, y los rusos me hubieran !
singer, el director general Schlesmger. Era representante
fu•,ilado inmediat�u,lente como traidor. Era algo muy peligro- .
general de Elementar Phonix, era un hombre 1mportante, por
!', ro de ol,;:runa manera logré escurrirme de todo ese asunto, lo tanto fui a verlo...
y '1 'í'." no volví >l oír nada más de él. Me podrían haber
Sall muy decepcionado porque pensé, bueno, un banco, pero
obligado. Pero creo que, simplemente, me topé con gente
esto era otra cosa, aseguradoras, no me gustó para nada, me
dcccute.

19]
parecía un trabajo aburrido y burocrático, donde no pasa nada,
Ninguna persona sabía en qué situación me enco�traba
en un banco están las fluctuaciones cambiarías, la bolsa... cuando estuve detenido con los rusos. Pero debo dec1r que
bueno, pero fui y obLuve el puesto. Fui allf y, aparentemente, fueron muy correctos. Los soldados dedan: A nosotros nos da
nadie sabía qué cr·a lo·que tenían que hacer conmigo. Todo el
lo mismo nosotros le llevamos l a comida a todos. Nos da lo
invierno me la pasé sentado allí, y no tenia nada que hacer.
mismo 1� razón por la cual está detenido. No tenían una
Bueno, quizás tampoco estaba adaptado para trabajar en un
postura política. En una ocasión, tiempo atrás, esttve metid�
banco, quizás mucho menos. �
en una situación peligrosa. Fue un dcscUldo ternble de m1
O: Sí, pero resulta sorprendente el hecho de que haya parte, empecé a hablor con los rusos. Siempre llamaban a mi
aguantado durante tanto tiempo. Cada día el horario regular
d�oficina. ¿Piensa usted que se trata de la innuencia de Freud?

puerta, en la casaen la que vivo. En una ocas16 llego a la casa,
!
entro, y salen a mi encuentro dos rusos ..Y yo d 1� e, hablando en
Nó ·creo que esta constancia lo acompañe desde su infancia.
HL: Bueno, sin embargo, fui al colegio secundario. También
ruso: ¿Qué es lo que desean? Uno me rrura, y die�: ¡Contrarre ·
volucionario! Podría haberme disparado en ese mstante, y no
había obligaciones allí, y eso deja huellas. Quizás, si hubiera
le hubiera sucedido· nada. En ese· momento, alguien llama
recibido mi educación únicamente en mi casa, si no hubiera ido al
desde afuera: vengan aquí, rápido, rápido, ¡aquí! Y él me miró
colegio, entonces, quizás, no lo habría logrado. Tampoco resultaba
una alegria especial, concurrir todos los días al colegio...
y salió corriendo..
O: ¿En dónde fue eso, en la entrada de l a casa?
0: ¿Usted piensa que se relaciona más bien con su edu-
HL: Sí, en la puerta de entrada de la casa.
cación?
·

O: ¿En su casa? Pero s u casa no quedaba para nada dentro


HL: Ya lo creo. Tuve qué'.'ir¡:¡tender idiomas. Al principio,
de la zona rusa.
tenía preceptores en casa, pero luj¡'g9-.fui al bachillerato. Eso da
HL: Fue inmediatamente después de la finalización de la
una cierta disciplina. ¿Bueno, y qué hubiera podido hacer?
guerra, antes de que llegaran los norteamericanos.
Mientras vivió Teresa, tenía una cierta base, pero ahora...
O: Ah claro, los rusos estuvieron allí primero.
puedo recordar cuando me encarcelaron los rusos ... en realidad HL: Luego, en una ocasión, vinieron y pregrmtaron por mí,
no me encarcelaron... me dijeron: Usted no fue cncarcela·do, fue
esto me lo contó mi madre. La portera djjo que yo estaba en la
detenido. Por lo tanto, fui detenido. Y conté que mi padre tenia
oficina. Leí después que los norteamericanos se habían enojado
una propiedad en Bielom1sia. Y dije: La tierra era muy mala,
mucho porque los rusos andaban espiando en todos los distri­
arena y arcilla. Y entonces empezoron a pelearse, cómo, es un
tos. Pero eso fue sólo al com.ieuzo, más tarde no vinieron más.
suelo excelente, empezaron a pelear...
O: Los norteamericanos se inquietaban porque los rusos
Con los rusos era un asunto muy particular. ¿Cómo había
espiaban en sus distritos.
podido ir al distritoruso para pintar allá? Ellos mismos dijeron:
HL: Al principio se dedicaban a husmear. Puedo �cordarme
si usted nos hubiera preguntado, nosotros le hubiéramos
también de otro episodio. Yo llego a casa, y hay un ofic1al parado,
permitido pintar. Pero cometió el error de no preguntar. ¿Qué
es lo que había que preguntar? Yo no pintaba la casa, pintaba
!
gesticula, insulta... así como a los rusos se �es dice Ivan, e los
llamaban a losalemanes Fritz. Entonces, éstemsultaba: mald1tos
el paisaje. No se podía llamar a eso una casa, eran un par de Fritzen, no quieren alquilar viviendas a los oficiales rusos.
muros destruidos por las bombas. No había nada allí, nada de Y alrededor de él había un montón de gente, parados como
nada. Pero, en algt'm lugar, detrás de aquellos muros, allí
estaban ellos. Pero eso yo no lo sabía... fue importante para los
?
una majada de ovejas. Yo en Sef.:uida voy y di o: ¿Qué quiet·e
.
usted, una casa? El dice: No qmero en este e d!f . qwero
icto, en
rusos el hecho de que no hubiera huido, sino emigrado legal­
el edificio de al iado. Venga conmigo. l�ui con él, llegamos a un
mente. En aquella época los franceses ocupaba n Odessa.
edificio y encontramos en scguida un cunrto vacío, y entonces

192
193
HL: ¿Que ya no es más un veneno?
se tranquilizó. Llegaron algunos rusos más, y el oficial dijo que
0: Antes era l a gran moda, pero hoy es casi imposible.
yo tenfa que ir a buscar una: botella de vino.
HL: Bueno, es?í bien, es bue�o que usted me lo diga. Y
Fui Y busqué el vino. Cuando volví, el suboficial dice: Es .
c1anuro es muy dJfic¡J de consegutr. Terminamos hablando de
.

peligroso, podría esta envenenado. Yo dije: Les voy a mostrar
cada cosa.
en segu1da que no est a envenenado, y tomé. Entonces vio que
0: Con el gas no'tiene ningún sentido.
no �e trataba de veneno. Se tranquilizó y dijo: Vamos a comer
HL: Entonces, la situación es todavía peor. Pasando a temas
¿qmere come¡· con nosotros? Yo digo: Sí, cómo no, encantado:
más alegres, le traje mi número de ubicación en el cementerio.
Bu�no, entonces co� con ellos. Después de comer pidió que
_ vmo, pero que no tenía que estar abierto. La tumpa está ?ien al principio, cuando usted sale de la iglesia
traJera todavfa mas
. a la calle pnnc1pal... bueno, le agradezco que me haya dicho lo
Yo d1go: ¿De dónde voy a sacar esa� botellas? Bueno, voy a ver,
del gas.
voy a trata� ele obtener botellas as1. El me explicó: Sabe usted,
0: ¿Alguna vez se lo propuso seriamente?
tenemos m1edo de que se trate de veneno. Mañana, cuando
. HL: Sí, pero ;lhora está tntalmente fuera de cuestión. Tam­
venga, t1ene que tr�ernos botellas c�rradas. Yo, por supuesto,
. poco uno lee en los diarios ya que alguien se mate con gas. Una
no busqu6 nada. ¿Dondehubierapodido encontrar botellas así?
esperanza men\JS de lograr una solución apropiada.
Entonces, fu¡ a verlos una vez más, pero ya se habían ido. En
0: ¿Por qué querría usted matarse? Está sano, no está para
ese caso también tuve suerte. Fue muy inconsciente de mi
nada �achacoso. No hay realmente una razón valedera.
parte hablar con los rusos, hacer de intérprete. Bueno, no me
HL: Bueno, sí, tenemos que hablar todavfa de eso. Esta
pasó nada. Pero, por ejemp]o-;_en aquella época tuvimos un
Luise...
méd1_� que provenía áe Rúsia, ,pero que tenía un nombre
aleman
:
�1 me contó que su hijo·sieinpre hablaba con los rusos.
0: ¿Por qué sigue dándole dinero?
HL: Porque no tiene nada. ¿Tengo que dejar que se muera de
Le prevm1eron que no lo hiciera; de repente, se lo llevaron. Vea
hambre?
usted, uno pasó por �odo tipr de situaciones, y de repente, está
. 0: Bueno, ¿pero por qué tanto? .
frente a una encruciJada con una mujer tan estúpida y no sabe
HL: Bueno, recibí algo últimamente del libro. Cometí el error
qué es lo que tiene que hacer. Es verdaderamente...
d� darle demasiado. Y ahora se acostumbró. Sí, con este asunto
0: Grotesco.
del casamiento... ¿,pero casarse con una persona con la cual
HL: Grotesco. Y hace poco le cli 50.000 chelines, para que
. usted no puede hablar? En seguida comienza con la larga lista
pud1era tener su seguro de salud. Esta suma, 50.000 de golpe...
do reproches. Hace treinta años me diste tan poco dinero,
bueno, todo r��ulta mu!, penoso. ¿,Pero qué es lo que puede . _
. deJaste que me munera de hambre, me utilizaste. Y uno tiene
hacer uno, suicidarse? ¿ nene que matarse uno?
quo oír todo eso. Y el doctor E. escribe: Utilice sus conocimien­
0: No vale la pena.
tos sobre psicoaná l isis y todo eso, y encima me hace reproches.
HL: A veces, cuando pienso en todo esto' me parece la única
Y entonces, el que tiene la culpa encima soy yo...
salida posible.
Bueno, no sé realmente qué contarle. Hay temas diversos.
0: Es algo parecido a viajar a Norteamérica.
Por ejemplo, está l a doctora Gardiner, que publicó mis merno­
HL: Es menos complicado.
0: Yo lo encuentro muy complicado, suicidarse. ¿Cómo

r as. Y ella misma escribió una gran parte del libro, bajo el
título: .Encuentros con el Hombre de los Lobos". Bueno, en
querría usted suicidarse?
realidad, lo que escribe allí es tanto como nada. Escribió que
HL: Por suplleoto, trngo gas. .
sufro de reumatismo. No puedorecordarhabersufridounasola
. 0: �ero el gas lto "" ln m¡smo que en el año 1938. Hoy es casi
vez en mi vida de reumatismo. Tenía dolores de cabeza,
Imposiblf' matar:·., C".t �:·,_;, �iJ ga:s ya. no es más un v(meno.

195
194
migraña. Eso desapareció completamente más tarde. Antes nada en el libro. Y por eso quisiera hacerle esta pregunta:
era muy fuerte. A veces, tenía que faltar al trabajo y quedarme ,
¿quiere usted que le cuente con más detalles qué fue lo quH
acostado. En realidad, esci·ibió cosas totalmente banales, ¿no? pasó después de la muerte de mi esposa?
·
0: Como editora tenía que escribir algo. 0: Sí, naturalmente.
HL: Bueno, en realidad no sabía mucho. Antes tuvo un papel HL: Vea usted, si va a escribir qué fue lo que pasó después
en mi vida, al principio, cuandole daba lecciones de ruso. Puedo de la muerte de mj esposa, va a ser una historia muy larga. Mi
recordar que una vez vino, creo que fue antes de Navidad. mujer murió en el año '38. 1938, '48, '58, '68, han pasado mucho
Llamó, y me traía cigarrillos. No sé qué fue lo que se le ocurrió. más de treinta años. Pero sobre eso no hay nada escrito.
Bueno, sonó el timbre, y ella dijo: Me gustaría conocer a su 0: Muy poco.
esposa. Bueno, pero resulta que Teresa era una persona muy HL: Exceptuando lo que escribe la doctora Gardiner. Pero no
especial. No sé bien, creo que estaba celosa de ella. En todo caso es prácticamente nada.
dijo que no iba a salir, y que yo tenía que decir que estaba 0: Sí, es algo más bien superficial.
enferma. Bueno, no tenía otro remedio. Todo ese asunto me HL: Bueno, vea usted la muerte de mi esposa me sacó
,

resultaba muy penoso. Y tuve que decirle: Discúlpeme, pero mi completamente de los carriles. Cometí entonces muchas tonte­
mujer está enferma. No puede recibirla. Fue la única vez que rías. Y me metí en esta situación, tan desagradable, con esta
vino a verme en forma privada. m ujer. Tengo que contarle !a historia, por lo menos en form¡�
·
Pero aparte, la doctora Gardiner tuvo un papel en mi vida, breve. No sé si usted quiere escribir al respecto. No sé en
cuando la encontré en la calle �espués del suicidio de mi esposa. realidad si fue una buena idea el hecho de que la doctora
En esa ocasión me ayudó m¡,\�l;¡'!J, ¿no? Cuando pude hacer el Gardiner me alentara a escribir mis memorias.
viaje a París y Londres, pud'e !l'üpéi-ar eso. Bueno, y ahora la 0: ¿Por qué?
situación es así, ¿no es cierto?: éü·:lnpo le escribí que usted me HL: Bueno, vea usted, Freud siempre dice que no al respecto.
había propuesto realizar estas entrevistas, me telegrafió di­ O; ¿A escribir memorias? No lo entiendo.
ciéndome que no tenía que hacerlo. Por eso le hice a usted la HL: En 1�:� crítica de un diario alemán está �sci;to qqe )."ret!d
propuesta de publicar cualquier cosa referida a mí después de relató únicamente la historia infantil, ya que escribir sobre la
nú muerte, entonces todo es igual. Pero mientras viva no, porque historia de la vi.d!l es irrealizable y ¡¡ocial.rpente,.,
no quiero tener un conflicto con la doctora Gardiner. Bueno, la 0: No aceptable. Bueno, lii. Pero !JSted se encuentra en tut<t
doctora Gardiner escribió en estos "Encuentros..." que no quería posición totalmente diferente. Como médicp, Freud tenía que
verse forzada a caer en el papel de la psicoanalista... ¡;¡ctuar teniendo en cuentA el ;secreto profe;sionlll. No poélia
0: De la consejera. Ella escribe: "Yo necesité de todo mi violarlo. Pero usted no está par¡;t nad¡¡ lisado a secreto alguno,
ingenio para no dejarme arrastrar al rol de consejera .2 " es algo totalmente diferente.
HL: Sí, pero resulta algo ctifícil, por un lado quiere escribir HL: Pero usted ve que él estaba en c¡¡ntra.
sobre mí, por otro lado no quiere verse forzada. Por eso, en O; Pero par;a sí mismo como m�dico.
realidad, es que nunca supo demasiado sobre mí. Yo tampoco HL: Cuando cumplió 60 años creo, y $e festejó el aniversario,·
,

le pude contar demasiado. Unicamente tuvimos un par de yo quise escribir algo sobre �l. Entopces se lo dije a la doctora
encuentros, las veces que vino a Viena. Y en el par de horas que Mack, y ella dijo: El pt·ofesor está en contra de que yo escrilnt
pasé con ella, no le podía contar sabe Dios qué cosas. Bueno, con algo sobre él. ¿No? El estaba en coMra.
respecto a mi vida después de la muerte de mi esposa no hay 0: Pero para 11sted es lo mismo. Es únicamente un as unto
suyo, personal, si usted quiere escribil' algo.
2. El Hombre d<! los Lobos..., op. cit., p. 279. HL: Creo que la doctora Gardiner lo entendió así.

J96
r

0: Yo creo que los psicoanalistas escribieron todo Lipo de


nrticulos para su sexagésimo ·aniversario. HL: Es algo muy pasajero. Al principio, uno tiene una
HL: El capítulo sobre Freud de mis memorias fue escrito en satisfacción. Y luego, cuando pasa el tiempo, uno se pregunta:
aquella ocasión, cuando Freud todavía ..;vía. Yo lo quena ¿Para qué sirve en realidad todo eso? Bueno, usted ahora se
_ un par de
publicar. Pero la doctora Mack dijo: El profesor se opone. propuso escribir sobre mí. Yo le traJO cuadros.
O: Freud siempre estaba en contra de que alguien escrib1era Aparentemente quiero que usted escriba algo.
alno
b
con respecto a su persona. Pero eso es, por supuesto, un 0: Aparentemente.
problema de él. Si usted tiene ganas de escnbir sus mcmonas,
• .
HL: Si no, no hubiera traído los cuadros...
Freud no puede evitado.
l:lL: Bueno, no lo publiqué en aquella ocasión porque la
doctora Mack dijo que él estaba en cont1·a. Después, se lo di a
la doctora Gardiner. Y ella me escribió que Anna Freud había
dicho que, en su opinión, era lo mejor quo yo había escrito.
0: Yo no comparto esa opinión.
HL: ¿Cómo es eso, por favor?
0: No considero que ese capítulo sea el mejor que escribió.
Sus recuerdos infantiles me gustan mucho más.
HL: Yo creo también que es-o-es más importante.
0: La historia infanlit tiene
-;mfic�a más vida. El texto sobre
Freud es muy impersonal. -�• -'��

HL: Bueno, traté de escribir algo objetivo.


0: Aparentemente allí está el en·or. "
HL: (Se ríe) Ah, ¿sí? .
0: En mi opinión, es mucho mejor, cuando se trata de este
tipo de cosas, ser subjetivo.
HL: Con los recuerdos r·estantes no fui objetivo. Pero, ·na
usted, eso es también un asunto muy exLr�i'io. Le di rnu··!·>t
importancia a estas memol;as. Escribir me distraía, �¡ nhora
me parece: bueno, ¿para qué escribiste todo eso? Sería ITtciJ'>!.
que hubieras pensado cómo salir de este asunto con Luisc. En
esto fracasé.
0: Pero le gustó mucho hacerlo.
HL: Sí, entonces si, cuando lo escribí.
0: Y a usted le importa que se publique un libto escrilo por
usted.
HL: Sí bueno, pero eso es simplemente orgullo.
0: El orgullo no es algo malo.
HL: No, no es algo malo, pero Lampoco es algo buen-).
0: ¿Porqué no es algo bueno?

198
19 9
"YO, EL CASO MAS FAMOSO"

. .

Hombre de los Lobos: Usted ve que tengo un problema detrás


del otro. Por ejemplo con mi dentadura. Pero no tiene ningún
sentido que me haga hacer una nueva prótesis. Tengo un par de
dientes muy largos, me molesta, no lo puedo soportar. Tend1ian
. que acortar estos dientes, o, definitivamente, sacarlos.
,. ·'IW · .·�
Obholzer: ¿Son dientes suyos?
�... 4.

'
-:.(�'·.":._.,., HL: Sí, abajo tengo dos o tres dientes propios. Y son de una
longitud colosal. Un conocido me dio la dirección de un experto
en ortodoncia. Con Jos ortodoncistas tengo mejores experien­
cias que con Jos dentistas. Una vez me hice tratar por una
mujer, una ortodoncista, pero que en esa ocasión no pudo hacer
nada. La primera vez Jo hizo muy bien, la segunda vez hizo una
prótesis agregada, que no dio resultado. Y ahora, permanente­
mente estoy cambiando, en unas ocasiones tomo una, luego
vuelvo a la otra, y ninguna es la correcta. Pero ésta que tengo hoy
es la que soporto mejor, y sin embargo ya tiene 15 años de uso. Ah,

1.
me había olvidado completamente, le L-t·aje de vuelta lo de Jones.
0: Puede·queclárselo, yo no Jo necesito.
HL: Yo tampoco lo necesito. Puede tomarlo, está en el bolsillo·
de mi sobretodo.
0: ¿Lo leyó?
HL; No, no, vi que todo estaba mal. Se lo di al doctor S., que
dice que Jones escribió una biografíasobre Freud y que contiene
muchos errores. No sólo lo que esc1-ibió sobre mí está mal, sino
otras cosas también. No sé bien de qué clase de hombre se trata.

201
í
\
0: ¿Usl€d no lo conoce? Y Drosnes, yo croo que el nombre Drosnes es citado también por
HL: A Jones, no, no lo conozco. Freud.
O: ¿Pero por qué enlonces escribe él que m�ntenía una
.0: No, no. Sí, y Lambién hay una observación, que considero
con·espondencia con usted? ¿Leyó usted ese pasaje? extremadamente particular. Pero si usted no lo leyó, resulta
HL: Sí, lo leí. Nunca mantuve correspondencia con él. francamente difícil...
0: Extraño. HL: Bueno, era demasiado.
HL: Yo creo que, en alguna ocasión, envié una carta a este O· BtH no. a·r·F• r�quí: "A partir de los seis años sufría la
Lubin. Fuera de él y del doctor E., jamás mantuve cotTr.JP••n­ compuJ- •Jil -k ¡oa. ·I'Ír blasfemias contra el Todopoderoso; bajo
dencia con otro psicoanalista. Ah, y también estaba e<.Le tal una comp:1lsión s.mi!ar también le pidió a Freud, al comienzo
Sti!rba, que era un vienés, no erajudío, pero sin embargo emi�ó de su pr1mera hora de análisis, ¡que mantuviera con él una
a Norteamérica. Me encontré con él, y me envía todos los anos relación por vía rectal y luego defecara sobre su cabeza!"1
para Navidades una pequeña foto, siempre con alg�11 m_oti�o HL: ¿Yqué? ¿Su cabeza? No lo entiendo. ¿Puede repetirme la
religioso. Una vez estuvo en Viena, y desde entonCes Jamas d10 última oración?
señales de vida. . O: Sí, es algo extraño: "bajo una compulsión similar también
O: ¿Acaso no leyó para nada laque escribe Jones sob�·c usted?
le pidió o Freud, al comienzo de su primera hora de análisis,
HL: Bueno Jo miré un poco y vi que está mal. Por ejemplo el
¡que mantuviera con él una relación por vía rectal y luego
año del fallecimiento de mi padre. ¿Y cómo puede escribir que
defecara sobre su cabeza!"
mi padre era abogado? Mi p��. era juez hon?rarJo: Ademá� HL: Nu e-ntiendo. ¿Qué es lo que quiere decir? ¿Su cabeza?

escribe lo que yo publiqué. En ifq�¿_é'lla época .Jamas pubhque ¿Qué pa '" c<:•r. h cabeza'?
nada. Eso es falso. , . ··
-.. '-
(. 1 r, t. ;r algo así como: tener relaciones con él por
0: Usted publicó artículos en una revista sobre seguros. atr.1s _. -,; " '" '-n la cabeza .
'
HL: Ah sí, eso sí. HL: ;-.<o, quizá lo que OC\Irrió fue algo distinto. Cuando estaba
0: Quizá Jones se reñere a eso. acostadu ,m el diván, me daba vuelta cuando Freud decía algo
HL: ¿Usted leyó esos artículos?
que me interesaba especialmente, o que me llamaba la aten­
0: No, usted me contó al respecto.
ción. Y Freud dijo: Usted se da vuelta porque quiere mostrar
HL: Sí, eso sí. Pero escribe que yo mantuve una correspon­ que tiene ojos hermosos. Eso me lo dijo Freud. Por supuesto que
dencia con él. Jamás manluve una correspondencia con él. no volvf a darme vuelta, para que él no creyéra que soy tan
0: Qué curioso. vanidoso, o qué só yo. El se referia al inconsciente. Pero fue la
HL: E l doctor S. dice también que Jones escribió cosas única vez qne me di vuelta allí. Y esta situación me la explicó
inco1-rectas sobre Freud. Freud de la sigui,.nt.emanera: él se sentaba detrás de la cabeza,
0: Eso puede ser. y no al pie ele los pacientes, porque hubo una vez nna paciente

l
HL: ¿Cómo es que un hombr·e puede escribir una biografía y que que·ría seducirlo, levantando sus polleras. Y él contó que,.
fantasear de esa manera? Eso no lo comprendo. por esa razón, se sentaba en el extremo cercano a la cabeza de
0: Son tres lomos gordos. los paci1:11tes.
HL: No necesitaba escribir falsedades. 1 O: ¿U!.ted v;1itlt• que Joncs sencillamente inventó esta histo­

1
O: Naturalmente tenía mucho material pru·a proccs:1r. ria?
HL: Bueno, quizá confundió algo. HL: (l _¡z_ ·1 ll(l escribió algo...

O: Quizá la doctora Gardiner le contó de usted.


1-IL: No sé, puede haber oído de mí a través de otra per�<ona.
1. Em('�t Jon:-�� \lido y obru ... , u¡.>. cit.

202
203
0: Jones cita una carta escrita a Ferenc.zi. que tenía, no sé IJicn, setenta o más años. Y él dijo: ¿Qué es
HL: Yo no puedo recordar que Freud haya escrito algo al lo que puede uno hacer? Con una persona tan vieja no se puede
respecto. El hecho de que me haya dado vuelt,a es una situación hacer psicoanálisis. Tiene miedo de salir a la calle y ser
irrelevante, ¿no es cierto? Pero lo que éste escribe, no sé, me atropellada, y por eso se niega a salir a la calle. Bueno, dijo él,
parece que no está del todo cuerdo. yo simplemente la consuelo un poquito. Pero él mismo admitió
0: Usted no sabe de nada al respecto. que, a una edad determinada, la capacidad de establecer una
HL: No, no sé nada. ¿Qué es lo que quiere decil·? ¿Qué q\liere transferencia se acaba y que, entonces, aparentemente, el
decir con relación? pskoanálisis no funciona más.
0: Relación por atrás.. . 0: ¿Y el doctor E. no cree eso?
HL: ¿Homosexual? HL: Apaxentemente no lo cree, ya que siempre trata una y
0: Sí, homosexual, supongo. otra vez de encontrar explicaciones analíticas para distintos
HL: Por el amor de Dios, ¡qué estupidez!, eso es, escribir algo asuntos. ¿Pero cómo puedo establecer una transferencia si soy
así, no, no sé realmente, a este hombre no le funciona bien la dos veces más viejo que él?
cabeza o algo asi, cómo puede escribir una taradez de este tipo. 0: ¿Qué edad t iene?
El me explicó esto: se sienta atrás porque tuvo una paciente, con HL: Bueno, no sé, debe tener cincuenta o sesenta, qwzás es
la cual se sentaba al extremo de los pies, y realizó un tipo de un poco mayor. No, no creo que sea mucho mayor.
movimiento con los pies, y lo quería seducir, o algo por el estilo. 0: ¿Y el doctor. S.?
Eso es lo que Freud me dijo. ¿Pero esto? ¿Tener relaciones por HL: Bueno, ltsted ya lo conoce, ¿qué edad puede t-ener?
atrás, qué quiere decir eso? Es totalmente falso, cien poz· \.-iento. 0: Bueno, algo así como setenta, ¿no?
No, este hombre debe estar m'ak·de-Ja cabeza. ¿Cómo puede HL: No, no c¡·eo.
hablar de un abogado, cuando nuq�;a-s �habló de eso? ¿Cómo se 0: Quizá sesenta.
0"
le ocurren esas ideas? HL: Sí, algo así. Sabe usted, cuando uno estuvo una vez con
0: Yo también me lo pregunto. Freud, entonces, lógicamente, analharse con otros es muy
HL: Esto también lo djjo el doctor S., que había escrito diñcil.
muchas cosas que estaban mal. Bueno, no puedo dar r¡jn·guna 0: ¿No son ian bueno:;?
explicación al respecto. HL: Sí. Y además yo tenía ... ¿qué edad tenía cuando llegué a
0: Le di el texto porque quería saber cuál era su opinión, ya �orlo a Freud'? En el aiío '10, nací en el año '87...
que usted está involucrado. 0:23
HL: Esas son ideas delirantes ... algunas pe·rsonas fantasean. HL: Sí, 23, era en realidad l a edad apropiada.
Jamás podría haberme vestido como me describe ésie. 0: ¿El doeror S. ctee que exisre una transferencia entre usted
0: La doctora Mack, por favor. El doctor Jones también y él?
escribe al respecto. HL: No hnbl· ' con él con respecto a este tema.
HL: Sí, para que suene más lindo. 0: ¿Hace curinto tiempo que lo conoce, en realidad?
0: Eso suena muy interesante. HL: Uf, hace muchos años.
HL: Entonces, el éldto de Freud es tanto mayor. Bueno, el O. ¿Y cómo fue que llegó a consultarlo?
en-or que comete el doctor E. es que cree que un hombre viejo HL: Bueno, a t1·avés del doctot· E. Al principio, cuando el
puede ser sometido a un tra tamiento psicoanalítico. El psicoa­ dod()r E. me ctwtl'i a verlo, el doctor S. me rechazó. Dijo que no
náli �is, lógicamente, no sirve para un hombre viejo, esto lo dijo tenía tiempo y C<lSflS por el estilo, y me dio la dirección de un tal
el mtsmo l''l:eud. Una vez me contó de un caso de una racien te Winturstein. P.stuvc con este Wintersr.ein un pm· de veces y le

204 205
problema hombre viejo/mujer joven le resulta, probablemente,
conté lo imposible que era esta mujer. Y él dijo, apropiadamen­ poco simpático.
te: Bueno, no conocemos mujeres así. ¿Quién conoce una mujer 0: ¿Conoce usted a su esposa?
así? Unicamente alguien que se ha vuelto totalmente dependien­ . .
HL: Una vez estuve allí y vi a una muJer, y pense que se
te, pero, si no, no conocemos a este tipo de mujeres, eso dijo él. trataba de su hija. Pero era su esposa. Y él es un hombre mucho
0: ¿Este Winterstein? mayor. También es� problema existe para él. Por eso, cuando
HL: Sin embargo, tanto el doctor S. como el doctor E. creen ve lo mismo en otros, tiene la tendencia a considerarlo desde un
que comprenden a esta mujer, que uno se puede llevar bien con Y.
punto de vista optimista, no pued� v�r l?s peligros. Usted ve
ella. E"e es el error. también que los p sicoana listas estan lirrutados.
0: ¿Y por qué no fue a verlo entonces a este Winterstein? Y por otrolado, terminar programan?o a un ser humano para
HL: Su tratamiento fue transitorio, luego dijo que tenía que que le pregun te siempre al pstcoanahsta, es algo totalmente
verlo al doctor S. Pero este Winterstein entendió cómo era la incorrecto. Debo decir, a favor de Freud, que él nun:a sost�':o
cosa, él mismo dijo que no sabía qué se podía hacer con este tipo este punto de ..,;sta. El opinaba que, cuando u!l pstcoanáhsJs
de gente. Pero usted también entiende que con estas personas terminaba entonces uno podía decidir en forma mdependiente. _
es imposible llegar a un acuerdo. Simplemente nadie presta �
Pero lo qu hacen éstos... Este viene de Norteamédca Y conver­
atención al argumento... sa conmigo sobre mis asuntos, y me envía a verlo al doctor S.,
0: ¿r\caso se acuesta todavía hoy en el diván? y todo así, eso está todo mal. En una palabra, no queda
Hl.. :-..o. _
demasiado del psicoanálisis. Pero el doctor E. cree a c1egas cada
0: Pt:ro si el doctor E. es t.an ortodoxo, entonces debería palabra que dijo Freud.
exigirle que se acostara en el 'di\i'an:• . .
O: ¿Acaso no continuó su desarrollo en forma mdepend1ente
HL: Bueno, no resulta tan esencihl-que uno se acueste o no. para nada?
O Pero uno se puede concentrar mejor. HL: No continuó su desarrollo para nada. El doctor S. es
HL. Bueno, pero aparentemente el doctor E. es, en última mucho más crít ico. Imagínese usted cuál puedeser ei resultado,
instancia, muy astuto... no... es·un psicoanalista ortodoxq, y en cuando uno es tratado por tres médicos, y cada cual dice algo
estos casos la astucia no sirve pat·a nada, son muy cerrados. diferente.
Creen que con un par de representaciones es posible liberarse O: Cómo es eso, a usted lo tratan únicamente dos.
de todo. Pero las interrelaciones son mucho más complicadas. .
HL: Está el doctor E., el doctor S., y en parLe tamb1én la
En realidad, todo este asunto tiene el aspecto de una catástrofe. doctora Gardiner, ella tan1bién esc1-ibió sobre mf. Y usted viene
�stoy
J en el mismo estado que aquella vez, cuando acudí a verlo a ser la cuarta.
a Freud, y Freud ya no está.
O: Yo no soy una analista.
O. ¿Usted cree que Freud podría ayudarlo hoy? HL: Sí, pero hablamos sobre estas cosas.
H.L: No, no lo creo. 0: Yo no lo quiero analizar.
0: ,}�1 doctor S. le deja contar sus sueños'? .
HL: Bueno, pero alcanza cuando el doctor E. dtce algo, y l a ·
B1 : 'o tiene tanto tiempo. Pero cuando viene el doctor E. y doctora Gardíner dice otra cosa, entonces uno se confunde
le cu.: ·:n sueño, entonces lo interpreta de la misma manera
totalmente.
que l1• ce siempre. El psicoanálisis podría func ionar s( los En ruso existe un proverbio, se lo conté un a vez al doctor S.,
.•.

psicol'ln ..i,;tas fueran dioses. Pero son simplemente seres hu­


y le gustó mucho. Dice así: Cuando un ni�o tiene siete niñeras,
manos. ;.iemprc hay algo que los influye. Vea usted, por qué entonces le falta un ojo. Este proverb _ qlllere dec1r
io _ que, cuando
es que <' doctor S. siempre apoyó la relación con Luise: funcio­
muchos se preocupan por alguien, entonces se diluye la respon-
na. I-unci.;,na. Porque él mismo tiene una mujer joven, y el

207
sabilidad. Y ésta es, en realidad, la situación en l a que me ejemp lo, que no va a venir más, entonces, usted no se podria
encuentro después de la muerte de Freud. Porque no sé verda­ casar...
deramente a quién le debo creer. HL: Casarse, vea usted, casarse con una persona con la cual
0: ¿Pero en realidad la falla está en usted, porque siempre les uno no puede hablar razonablemente...
pide a todos su consejo? O: Eso es distinto, cuando usted no se quiere casar�
HL: Sí, con seguridad (se ríe), por supuesto. Es, claramente, HL: Esto es muy peligroso para mí.
la frnse: ¿debemos confiar en los demás, o entonces quedaremos 0: Pero este estado de indecisión tampoco lo hace feliz.
abandonados? HL: No.
0: Yo considero que su comportamiento es muy extraño. Si O: Entonces, en otras palabras, usted no tiene el talento de
tengo un problema, entonces� pienso: ¿qué es lo que quiero yo? hacer que la vida sea agradable para usted.
ljL: Bueno, yo creo que, de alguna manera, mi Yo está HL: Eso es lo que dice el doctor E.: No tengo el talento de
lesionado . orientarme correctamente.
0: ¿En su caso? 0: Usted dijo antes que el psicoanálisis es una especie de
HL: Sí, creo. reeducación. Entonces, Freud debe habeJ:Io reeducado bas�tante.
0: Aparentemente, us ted se ha acostumbrado demasiado a HL: B ueno aparentemente no.
,

los analistas. 0: Por otro la<lo la teoria de Freud dice que el analista sólo
HL: Lo malo de un analista es que uno se aferra a ellos, que, puedo dar consejos en situaciones excepcionales.
de alguna manera, uno se transfiere a su infancia y que, a HL: Pero él no seguía esa regla.
través de la transferencia, per�me todo como un niño. Para un O: El paciente tiene que encontrar las cosas por sí solo.
niño todos los adultos tienen aütOi-idad. y les pregunta a todos: :
HL: El no lo seguía. Yale conté en una ocasión que me retuvo�
¿qué es lo que usted piensa, y qué'es lo que piensa usted? Y Y dijo: Vea usted, si le falta dinero o un buen traje, eso no es
entonces uno no puede llegar a ninguna decisión. importante. Es mucho más importante que se quede aqui y
0: Pero usted no puede seguir siendo un paciente durante tratemos Jos restos. Y ese tratamiento duró tanto que el
,

toda la vida. Tiene que salir, en algún momento, de esta Ejército Rojo entró en Odessa.. .
situación. ¿Por qué no puede tener una relación igualitaria con 0: ¿El doctor S. también le da consejos?
el doctor E.? ,
HL: Claro naturalmente que también me da consejos.
HL: Bueno, Freud opinaba que cuando uno termina el aná­ 0: ¿Y el doctor E. también?
lisis, no tendda que ver más al analista. Sf, y Freud pensaba liL: El doctor· E� también. Dice el doctm· E.: Espero que esta
también que el psicoanálisis es una especie de reeducación. ve?. siga mis consejos. Bueno, ésa es su idea, poder observar y
Pero 1;1 mi edad, la transferencia y el complejo con el padre ya no cuidar del paciente hasla que exhale su último aliento� Cuando
operan más... esté muerto, entoncesya no se va apoder hacer nada más. Pero
0: ¿Por qué tiene que ver todo desde este nivel? Usted podría mientras pueda respirar, en tonces tiene q ue ser psicoanaliza­
mantener una amistad con el doctor E. do. ¿No es cierto?, esto es realmente cxtr11ño� Lo que el doctor
HL: Pero usted ve que todo el tiempo él me hace reproches� E. tampoco entiende es que la fuerzu interna es cada vez menor,
Yo pienso que, simplemente, no comprende para nada la a medida que uno envejece.
situación. 0: ¿Cómo es que no entiende algo así?
0: Usted siempre busca el consejo de otras personas. ¿Por HL: No lo entiende�
qué no se propone realizar algo por sí mismo? Cuando alguien 0: Pero eso ocurre con todos Jos seres humanos.
hace una observación, eso lo influye� Si el doctor E. dice, por HL: Un fanático del psit:oanáli�is, esu existe.

208 209
0: Y cuando usted le dice al docto1· E. que el análisis no tiene y aparente. Lo que Lienesque hacer es echarla, ¿no es cierto?, y
ningún sentido, dada su edad, ¿qué es lo que le contesta? entonces no puede tener más pretensiones, ya que no estoy
HL: Bueno, tan direcLamente no se lo dije nunca, tampoco c3sado con ella ni tampoco hemos convivido. Pero, sin embargo,
quiero ofenderlo, ¿no es cierto? El tiene buenas intenciones. e¡¡isten algunas inhibiciones y muchos peros, ¿no? No es tan
Pero para él lacosa es simplemente así: cree que hay que seguir sencillo.
al pacienl.c hasta que exhale su último aliento. Vea usted, todo esto es algo que antes llaroábamo� una
0: ¿A tocios los pacientes? relación de amor-odio. Y ahora, los analistas tratan de mter­
HL: No, no a todos los pacientes. Pero sí cuando puede pretarlo diciendo que se trata de una postura ambivalente.
encontrar a alguien como yo. Yo soy, por supuesto, el caso más Bueno, el hecho de quela llamen ambivalencia no me sirve para
famoso. Por eso hay que observarlo basta el último momento. nada. Por el contrario, el ténnino ambivalencia transforma la
'. 0: ¿Fue la doctora Gardiner la que le presentó al doctor E.? realidad en algo más inocente, mucho más i_no�ente. Pero
HL: Bien, la doctora Gardiner escribió que había un analista amor-oclio es algo falto de lógica, son contradiCC iones, y las
del Archivo Freud de Nueva York que quería visitarme. Bueno, bien con la lóg¡ca ... ahora b .
ten, el
contradiccio nes no se llevan
y yo pensé que era un asunto sin consecuencias, y le dije que no doctor E. escribe diciendo que en realidad todo está perfecta­
tenía nada en contra. Pero luego vinieron otros, un tal Lubin, mente bien, y que únicamente yo soy culpable, ya qu� tomo
que tenía la teoría de que yo había incorporado al psicoanálisis todas las cosas en forma trágica. Y ahora clígame, ¿como ve
como una especie de religión ... entre nosotros, quizá sea posible usted esta situación?
que no estuviera del todo equivocado. Esta transferencia tuvo O: A mí también me parece que usted tendría que haberse
un papel muy importante:, a.hOi.P lo veo. Y si ahora ya no tiene acostumbrado un poco mejor. En última n i stancia, convive con
mucha importancia lo que e1lós digan, antes funcionaba. esta historia desde hace 30 años. Muchas otras personas están
0: ¿Y cómo se establl!ció la ié!át ión con E.? casadas, y no resulta muy clistinto.
'HL: Se estableció de lu siguiente manera: él viene todos los HL: Sí, por supuesto, hay bastantes matrimonios infelices.
c¡,
años acá, no sé bien pot· qué, ni para qué. Es un vienés ue tuvo 0: ¿Acaso usted quiere cambiar algo?
.
que emigrar a causa de los nazis. Aquí también h ay una HL: El doctor S. dijo siempre: Encontrar una soluctón, no
asociación psicoanalít -ica, Freud trabajó por supuesto aquí en eJcisten soluciones en la vida, hay que soportarla. Bueno, hay
Viena, quizá viene por eso, no lo sé. En última instancia, siem­ muchas cosas en el psicoanálisis que están tiradas de los pelos.
pre trata de analizarme, y yo no mesiento biencon él. Siempre me Por ejemplo el asunto con la angustia de castración, también es
hace reproches, que no Lt:ngo en cuenta esto, aquello o lo oh·o. algo tirado de los pelos. Esto lo veo en las cartas del doctor E.,
0: ¿Qué es lo que no tiene en cuenta? él cree en todas estas cosas, y entonces viene con todos estos
HL: Las enseñanzas de Freud. De acuerdo con su opinión, no sí
mbolosy explicaciones, que ocultan el cuadroreal. El escribe:
sigo aquello que dijo J/'rcud. Utilice sus conocimientos de psicoanálisis, y encima me hace
0: ¿Qué es lo que opina el doctor E. que tiene que hacer reproches, echándome la culpa.
.
usted? Cuando comenzó a enviarme el dinero para esta mujer,
HL: Lo com:reto es f'SLil historia con Luise. El considera que entonces me fui de vacaciones y quise salir a pintar, y trepé a
no me comp<>rto cc•nett. •menLe con respecto a ella, que no soy una elevación, me tuve que agarrar de unos arbusto� y enton­
lo suficie ·men'e r 'co, que no tengo que darle tanta ces sentí un dolor intenso en la mano. Entonces dtJO que no
importan. • • �u;c ·�>1•• , ,¡,"'agradables. El doctor S. no es un había soportado la suerte de recibir su ayuda. Y por eso busqué
psicoanuh.•a U.n Lnátiw como E., E. es un terrible simplifica­ que me pasara algo así. Eso es algo tirado de los pelos. Una vez,
teur, simpld'1ca todo, ¿no'? Entonces, todo es muy sencillo, claro después de la guerra, la doctora Gardiner me envió una caja de

210 211
dulces, era invierno, y yo la llevé a casa. Entonces sufría algo En Alemania,
inglés, únicamente puede pensar en Alemania.
parecido, y un docente adscripto, un tal Maier, me irradió la lo de esla señor a Bulle , no ...
"·a casa de quién
?A
.
mano Y él me explicó que hay una placa en la mano que es muy O: ¿Acaso le escribió usted?
sensible en las personas que, como el hombre actual, no ¿no.? Qué
HL: Sí, sí, tuve que rechazarla, es lo qlte me faltaba,
'
trabajan más con las manos. Y su sucesor dijo que no se sabía
es lo que voy a hacer con ella, cuando la otra
es tan celosa .
de dónde provenía ese trastorno. Pero el doctor E. lo sabe
0: ¿Qué es lo que le.escribi ? ?
. . ,�
mucho mejor, es la alegría, que no pude soportar, de que me hdad al doctor s_ Sl podl
HL: Le escribí... le pregunte en r ea
ayudara, y entonces volvemos a lo masoquista. .
darle su dirección a ella Pero después pensé: ¿para
qué.
0: ¿La doctora Gardiner es en realidad tan ortodoxa como el
Entonces ella va a contestar y nue v ament e voy a ten � r que
doctor E.?
romperme la cabeza pensando qué es lo que le voy a e � o: t .
b r Y
'. HL: Bueno, en realidad el doctor E. es muyortodoxo. Una vez no se bie n, en
el doctor S. dijo: sí, que estaba de acuerdo, pero .
realidad tengo algo en contra, o expresó algo P?r el esttlo.
leí que el éxito de Lenin podía atribuirse al hecho de que se El no
adaptaba siempre a las situaciones y que no partía siempre del ,
me prohíbe dar su direccón si tiene que ser ast. Per.o constd
i
era
mismo punto, y tampoco decía siempre Jo mismo. Sino que él
mejor que no lo hag�. Bueno, Y. enton ces le escnb í qu e sus
decía, lo que anunciamos hace dos meses ya no tiene valor hoy, tan alegrado_m�cho pel o que
.
palabras llenas de canñ� me hab
hoy tenemos que actuar en forma diferente. Lenin avanzaba

de
.

H' la narse
podían surgir com·plicac10nes, y que ella pod1� ! �
con el tiempo. Tenía en cuenta las modificaciones que se
producen con el tiempo. Y �sto no acune con el doctor E.. El
,
qué se trataba. O sea en pocas p�labra�! no se SI eXI ste en su
idioma este proverbio: La montana pano un ratón... .
O: Es una frase de Horacio: La montaña está de parto Y
sigue insistiendo con los Stll);tfg_los psicoanalíti
-cos tales como la parló
angustia de castración y qué S'e Y.,O. todas las cosas posibles, y
un ratón.
vuelve siempre a lo mismo. ·N6:--considera que el hombre
HL: ...mucho ruido, muchas demostracio�es? y no hay nada
envejece, que ve las cosas desde otro punto de vista, que, tal
detrás. Toda una montaña es puesta en movtm1ento, lu g
y eo �1
como lo dijo el mismo Freud, el tratamiento psicoanalítico está doctor a Gardl·
resultado es únicamente un ratón. Creo que la
condenado al fracaso en los pacientes añosos. Para él se trata
ner no se encargó muy bien del asunto, n_o tendda que haber
de un dogma que puede ser utilizado una y otra vez... tomado
dicho que no quería verse f?rzad�. Tendría que haber
0: ¿Y la doctora Gardiner es igual? en m1 destmo_
una parte más activa
HL: Usted ve lo que ella escribió sobre mí. Dijo que no quería
O: ¿Usted le cuenta algo sobre Luise?
caer en el papel de psicoanalist<L.
0: De consejera...
'
HL: l'raté de contarle un par de veces.
O: ¿Y qué fue lo que ella dijo?
HL: Si yo escribo sobre alguien, entonces tengo que saber todo_ :
HL: Dijo quizá puedan llegar a un acuerdo, con una deter­
0: O, en lo posible, mucho. Tampoco puede saber uno to-
minada cantidad. Bueno, cómo es que podemos legar ! a un
do. Yo tampoco me entero de todo. dad, ¿no?, porqu e en reah d � d lo qtt�
acuerdo, fijar una canti
ffi_,: ¿Por qué, si yo ya le conté suficientes cosas sobre mí? o yo muera _ Esa es s1 � mpre la
ocurre es qué va a pasar cuand
Que yo sopa no le he ocultado nada. Usted ve claramente, estoy
cuestión_ Y el doctor K dijo algo así como que el Ar c � vo podía
enviar algo, y la última vez, cuando estuvo acá, no diJ
bajo el signo de esLa infeliz idea, de haberme asoc iado con esta O nada al
j
mujer, con la cual no puedo terminar y, mientras más enveez·
respecto- Ya no sé bien qué es lo 9ue ocu_re.r
BuénO, en Norteamé­
co, más dificil me resulta. Ese es mi problema. Y no sé cómo
lica las cosas están peor, los ps1�oanabslas_ �anan menos:
puedu salir de él. Y<l tuve la idea de enrigrar a Norteamérica.
O· -Por la inflación o porque tlenen tamb1en menos pactentes. ?
Y la doctora Gardimlr dijo al respecto: como usted no habla
H'C':Yo creo que t � bién tienen menos pacientes. Recuerdo

:'-12 213
una frase de la d octora Gardiner: Los psicoanali:;t v·ena leí en el diario que alguien se había suicidado en n
ganan tanto como antes. Quizás el psicoanálisis ya no
as ya no
está más
�o�l, y 'que sobre la mesa había un� hoja de papel que d7c1��:
de moda allá. Con un poquito de Veronal me desp1do de este valle de lagn­
0: Existen otros tratamientos, que Qo son tan cm·os mas. y bueno, se tomaba Veronal, mi padre tomaba Vet·onal, Y
. ¿Quién
puede costea1·se un tratamiento tan prolongado? falleció a los 49 años.
.
. ul timo "
O: ¿Siempre sufrió. _de insommo, o rec1ón en los ::;
.

HL: Eso mismo. Yo podía l)acerl'o antes, pero


hoy ya no
_ .

.
pod1ia pagarlo. tiempos.?
.
0: Se trata de encontrar mélodos más practicables. HL: En realidad ahora, y ahora tamb1én me acosturobré a
HL: Bueno, los medicamentos... estos medicamentos.
0: La cuestión es si estos medicamentos son convenientes. O: ¿No puede dormir sin los somníferos?
HL: Tampoco sirven. Uno se acostumbra HL: Bueno, tendría que probar.
a los medicamen-
tos. Puedo decirlo por expe1iencia prop O: ¿Cuánto tiempo hace que toma estos medicamentos.?
ia, el doctor
me da algo, y no noto demasiadas dife.rencia
S. i s empre HL: Uf, hace años.
s si lo tomo o si no
lo tomo. O: ¿Diez años, cinco años?
0: ¿Qué es lo que le da el doctor S.? HL: Diez año:;.
HL: Son medicamentos distintos, uno se O: ¿Todos los dras?
llama Nutrilen, no
sé en realidad muy bien, eran djstintos HL: Sí, lodos los días.
productos.
0: ¿Y para qué sirven esO& medjcamentos? O: Usted es verdaderamente resist�nte:
, .
HL: Durante un tiempt:r.oourri-6 que yo HL: Otro sujeto qllizá. ya no estana Vlvo... la ultrma vez
no me encontraba
permanentemente en este esta.do, .de mela estuve de vacaciones en Tragoss. A la mesa estaban sentadas
ncolía, sino que me
afectaba de tiempo en tiempo, y éntonces dos señoras, tilla, no sé, estaba al borde de la muerte, Y la otra
el doctor S. me dio .
Tofranil, y en aquella ocasión me ayud quizá tenia setenta aii.os. Yo salí a carmnar �on la de s�tenta.
ó. Pero ahora es un
estado crónico. Y los medicamentos ya no Ella dijo que LE'nía algo en el piey que no se ammaba a saln�ola.
actúan. Lo 4'nico que :
hacen es secarme la boca, pero también En realidad, no tenía nada en el pie. Buscaba una �o�pam�. Y
me acostumbré a la
sequedad. bien. salí con ella y nos lUcimos amigos. Ella escnb1a poes1as
:
0: ¿Y por qué los toma? �
jugaba con las palabras. Todavía pu;dorec?r arlo: El que am �
HL: Bueno, el doctor S. dice que se trata
de una depresión,

no puede olvidar, el que amó y olvJdo, olv1 0 como se ama. Mu)
que yo me encuentro en un estado ingenioso. M tlY hennoso. Ül,r·a poesía decw algo así como qu�
de depresión desde que
Tiny... yo le pregunté al doctor S. desd cuando tú l<1 v<L:;, entonces las flores ya no florecen más.
e cuándo se había
empeorado mi cuadro, y entonces dijo buen Probablemente se lo escri bió a muchos hombr;s.
o, en realidad, desde ..
que murióTiny. Usted dijo que, en ocasione
s, también sufría de

Nos entendíflmos muy bien. Leco�té so re nn y le?JJe -usted
depresiones. ¿Qué hace usted? conoce a Solzt,.-.nitsón- éste es el pnmer Circulo del m_fiemo, lo
0: En realidad nada. No tomarla merucame que le estoy lOutaudo, ya que en realidad no le con�e nada de
ntos así, sin más.
No tiene ningt ín sentido, si uno se acostumbra. Luise. Cuando vnlvimus a V.iena pensé, esta muJer es tan
.
HL: Y además, pam dormir, tomo agradable, tt:;otgu c¡LW pedirle su dirección y conlll1uar nuestra
Mogadán. ¿Lo conoce .
usted? relación. Y dL•!'C:pf'nteveoque vive bastante cerca de lo deLUJse.
0: ¿Es un ba1·bitúrico? O: ¿Es ci<Jrto'1
HL: No lo sé. Mire, tengo que preguntarle al doct HL: Jus(l'. , .,r.pn, la visJté y pense, SI t1ene u�a casa,
, • •

or S., podría
ser algo malo, ¿no? Puedo recordar que una entonces pu.Jr, re;'.;_;;ollTI(:; en ella y escapar de Lwse. Pero
vez, cuando llegué

2 l. 4 215
tenía únicamente un cuarto. La casa tenía ilnicamente un
ambiente y una cocina. El cuarto tenía un aspecto muy agrada­ habían dado un sobre, y en el sobre, a modo de reconocimiento,
ble. Comencé entonces a contarle sobre Luise. Ella dice: Ah, la había un billete de mil chelines...
conozco de vista. Una vez habían ido a bañarse desnudas y la 0: ¡Entonces, de nuevo lo n:Usmo!
Luise estaba allí, con unos brazaletes, ella contó que se compor­ HL: Bueno, ésta no sería tan peligrosa, era una persona
tó �n forma _provoc�tiva. Su _conducta fue tan terrible que las decente.
!DUJeres �uVleron tme�o de muarla, ya que pensaban que o bien 0: ¿Qué ocupac.ión.tenía?
1ba a dec1r una vulgandad, o bien iba a pasar a los hechos. Vea HL: Había trabajado en un negocio. Ya estaba jubilada. Pero
usted qué impresión produjo esta mujer en ¡>ersonas totalmen­ observe usted qué impresión le causó Luise. Y el doctor E.
te extrañas. Bueno, entonces he actuado en forma incorrecta. escribe siempre, una psicópata inocua, incapaz de hacer daño.
,¿Pero qué iba a hacer? Tampoco le gustaba a Tiny, mi emplea­ No sé a qué psicópata inocua se refiere, que genera peleas de tal
da. O_ sea q';le, en poca� palabras, no me moví más. Porque calibre en la calle, que hacen que terceras personas se metan
tamb1én tema m1edo _ de 1r a verla y encontrarla a Lwse. Fui a y llamen a la policía. Y en aquella ocasión inclusive pasaba un
ve�la Y protesté contra Luise, y ella también se quejaba de patrullero, por suerte siguió de largo. Esa no es una persona
Lu1se, y no lleg�os a n�da. Con usted es algo distinto, inocua. ¿Cómo que una persona inocua? Bueno, y encima,
hablamos sobre ps1coanáhs1s _ y tenemos intereses comunes. Y ahora Luise tiene un perro. Eso es lo que faltaba. Antes, cada
por otra parte, en última instanciayo no sabía qué es lo queell� dos palabras decía: perro de porquería. Un perro de porquería
quería. Todo era un poco sospechoso. no podía estar con ella, porque todas las mujeres qweren tener
0: ¿Cómo sospechoso? · algo que ver con el perro, sexualmente, ¿no es cierto? Eso es una
HL: CR_iend? entre dien�S},; _ Ella djjo una vez algo que me asquerosidad. Yahorase consiguió un perro, un perro peqt1eño,
. y lo alimenta, lo que a su vez cuesta plata.
sorprendió. DIJO que cuando \!].a_.l,!lujer quiere a un hombre y
todas esas cos�, y cuando se coñocen durante largo tiempo, 0: ¿Y por qué se consiguió un perro?
entonces la muJer puede aceptar los deseos especiales del HL: Bueno, usted sabe, lógicamente la relación conmigo le
homb�e. ¿Qué es lo que usted entiende con eso? Lo, que me resulta desagradable. Por qué solamente los domingos, sola­
parec1ó sospechoso eran los deseos especiales a los que se mente los domingos, si no, no nos vemos. Usted entiende.
refería... Desde este punto de vista, todo resulta poco satisfactorio. Eso
0: O sea, con otras palabras, ella t:.mbién se enamoró de hay que admitirlo. ¿Pero qué es lo que puedo hacer? Casarme
usted. con ella, eso es algo imposible. Ya le di dinero para el seguro
H�: Bueno, sí, simpatfa... eso es lo tr-ágico en mi caso. médico. Desconoce la palabra agradecimiento. Lo único que
]Hubiera temdo tantas oportunidades! ¡l\>lejores oportunida-. puede hacer es exigir, solamente exigir siempre. Y exigir
des! Y no las pude aprovechar y me quedé colgado de una nuevamente, yrep1·ochar. Y además, es comunista. No está en
tramposa como ésta. Esa t Luise, es una tramposa. el partido, pero lo es por sus convicciones.
0: Bueno, si alguna vez tiene que escaparse de Luise, 0: ¿Es religiosa?
entonces puede venir conmigo. HL: Odia la cruz como si fuera un demoruo. Está totalmente
llL: Muchas gracias por el ofrecimiento. Bueno, entonces en contra de la religión, usted no puede imaginarse cómo. El
pensé, lo digo e1_1 forma totalmente abierta, si tengo que sacerdote seduce a los niños. Bueno, discúlpeme, no sé cuál es
escaparme de Lmse, 110 puQdo escondettih.! en su casa tiene su postura frenté a la religión.
tírucamente la cocina y un cuarto. Además, unu vez coniÓ sobre 0: No soy religiosa.
unas personas que habían sido muy amables con ella. ; HL: Usted no es religiosa. Ella tampoco lo es. Bueno, uno
y le
puede no ser religioso, pero no es necesario que, cada vez que
216
217
HL: Nadie puede casarse con una mujer así. ¿Puede uno
ve un sacerdote, sobrevenga un ataque de ira. Pero ella, en casarse con una mujer con la cual no se puede hablar, que todo
seguida empieza a insultar... el tiempo viene con ideas locas?
.
0: Apru·entemente protesta siempre contra todos. O: Entonces, debería haberse separado de ella, eso hubiera
HL: Para ella la vida es una lucha. Donde pueda luchar, allí sido mejor. ·•

está ella. Y yo quiero tener paz. Estos son los conceptos más HL: Pero tampoco quiere eso. Vea usted, esta es s1mple�en·
.
_

contrapuestos que puedan existir. Bueno, ¿o sea que puedo te la lucha. Los psicoanalistas tratan únicamente a suJetos
disponer de su casa? ricos. Los problemas de la vida, de qué vivo, si tengo seguro
0: No de toda mi casa. médico, si tengo jubilación, nada de eso les interesa, porq1e
HL: Pero de una parte. estas preguntas no aparecen en su consultono Y aho� ·a, e� tan �
:
0: De una parte. parados, discúlpeme, voy a utilizar una expresión ordm� na de
HL: ¿Cómo puedo salir de este asunto? Si usted me pudiera Luise: están allí parados como un niño delante de la nuerda.
dar un consejo, qué es lo que tengo que hacer. Bueno, dejémoslo, 0: ¿Los psicoanalistas?
quizá más tarde. El doctor S. dice que es una psicópata grave. HL: Uno dice una cosa, el otro dice otra cosa. No toman nota
<!::.
0: Quizás, en realidad, usted no quiera separarse de esta para nada de lo que ocurre. Mientras fui rico bueno, entone
mujer. era diferente... Le voy a contar una cosa, quizás usted comr•
"
HL: Esa es una pregunt� que ni yo mismo puedo contestar. mujer puede aclararme algo mejor que los psicoanalista
0: Freud escribe que u;¡'� tenía tendencias masoquistas Porque ellos asumen el punto de vista de los ho":lbre;. Po t.·
st n
muy intensas. .� , � ejemplo el doctor S.: usted no le debe nada a esta mu�er. No e
HL: Esos siempre salen cori"el·inasoquismo. Jamás hice que ido con ella. Usted le da dmero , y er<
casado, no ha conviv
d
las mujeres me pegaran. Los masoquistas verdaderos se hacen realidad no necesitaría darle absolutamente nada. Cosas por
pegar por las mujeres. estilo. Yo, en cambio, me digo a mí mismo que hace muchCI
0: Trunbién existe el masoquismo psíquico. tiempo que estoy con esta mujer, y que ella está �nferma, que
y
HL: Volviendo al presente, el hecho de que esta mujer esté no tiene una jubilación, y eso me preocupa, lóg¡camente.
enferma complica mucho las cosas. Está enferma del corazón, O: Yo, en realidad, también comparto la opinión de que usted
de los riñones, tiene diabetes. O sea que no puede enojarse. De no le debe nada a esta mujer.
acuerdo con su punto de vista, únicamente puedo decir a todo HL: Y por otro lado, siempre está la misma pregunta: ¿Qtl!'
sí y amén. Si no, se enoja, le da un ataque. Tengo las manos voy a hacer cuando te mueras? Una situación sin salida.
atadas. O: Pero tampoco podría obtener tan fácilmente u�a pe�s¡nr . .

0: Usted parece atemorizarse mucho por las enfermedades. HL: No, tendríamos que estar casados durante drez anos. "l'
HL: Lo malo es que ella no tiene un seguro médico. yo no voy a vivir diez años más.
0: Pero usted dijo que le había dado dinero para el seguro O: Eso no se sabe. Entonces, tendría que, sin1plemenl<.,
la pr•�·
médico. casarse lo antes posible. Por otro lado se plantea uno
HL: Ella afmna que tiene muchas limitaciones, pero el gunta, cuánto tiempo más va a vivir usted.
doctor S. dice que no hay algo así. Ella dice que puede ir a ver HL: Está claro que no voy a vivir mucho tiempo más.
únicamente al médico clínico, pero no consultar especialistas. O: Es posible que usted entonces no tenga gan�s. .
Quiere convencerme de que el seguro tiene limitaciones. HL: Ya no tengo más ganas. Vea usted, es muy sunple. Pen.:;,·
que podría hacer de cuenta que soy unayersona modern� l•:l
0: Por otro lado, usted mantiene a esta mujer desde hace 30 .
años y ella quiere casarse. Todavíu, probablemente, tiene asunto de los matrimonios por convemenc1a, y las muJel'l\�
esperanzas...

218
·
.

humildes, son todos prejuicios, todos los hombres son iguales. 0: ¿Vivir allí? ¿Acaso el doctor S. le propuso algo así?
Pero en la práctica veo que uno no puede llevarse bien con una HL: Sí, por unas semanas o meses, no sé bien qué es lo que
persona que n o tiene una cierta educación. No sé de qué puedo piensa al respecto. . .
hablar con ella. Siempre salen los mismos temas: las peleascon O: No haga algo así. Mejor vaya a un as1lo de anc1anos. Yo
los vecinos, la vieja proveniente de Bohemia, que no abre la conozco el Steinhof...,
ventana que da al pasillo y entonces apesta, el aire está HL: ¿Qué es eso? ¿Steinhof? . ,
viciado... el círculo de las cosas que le interesan es tan pequeño. O: Sí, el hospital psiquiátrico de la ciudad de V1ena. ¿Por que
Unicamente exigencias ... piensa S. que usted tenchia que ir allí?
0: ¿Y ella le dice todos Jos domingos que quiere casarse con HL: Para no ver más a esta Luise, ellos no dejarían que
· usted? viniera a verme, así me puedo reponer de ella, opinó. Pero creo
_
·

HL: El último domingo no hablamos de ello, pero en los que es un pensamiento totalmente eqmvocado.
domingos previos, siempre se trataba el tema del casamiento. 0: Es u n manicomio de veras.
0: ¿Y usted, qué dice? HL: Yo le pregunté: ¿Es un manicomio? El elijo: No, te�emos
HL: Nada de nada. distintas divis iones también hay algunas donde están mter­
0: ¿Y entonces qué dice ella?
, �
nados pacientes qu no son directamente locos. No lo sé, en
HL: Empieza a hablar de alguna otra cosa. Como salida se realidad. De todos modos gracias por avisarme.
me ocurrió emigrar a Norteamérica. O: Por favor, si es tá hambriento de aventuras Y no quiere
:
0: Aun cuando uno sc :escape, no puede solucionar los perderse algo así...
problemas. ·:�·.
HL: ¿Usted estuvo allí?
• ·•

HL: Eso es así. El doctor Sc-Ell'ce: Usted va a pensar perma­ 0: Una vez hice un reportaje...
nent-emente en ella. HL: Bueno, por el momento no existe necesidad, en el estado
0: Le traería problemas de conciencia. en el que me encuentro. El elijo, si mi cuadro empeora, entonces
HL: Y yo tengo demasiados problemas de conciencia. Otros puedo ir con él. Y yo le pregunté si creía que el momento ya
hombres hacen las cosas en forma diferente. Su padre simple­ había llegado, y entonces me dijo que todavía no.
mente abandonó a su madre, y jamás pagó alimentos. O: ¿Cuándo le propuso esto? .
. . .. ,
0: ¿Sus padres estaban casados? HL: Lo mencionócomo una posJb1hdad. No dlJOque tema que
HL: Sí, estaban casados, y él simplemente se fue, se buscó ir ya. Opinó, únicamente, que era una posibilidad, cuando mi
una más joven y nunca pag6 alimenLos. Po1· eso, entonces, es estado empeorara.
necesario tratar mal a los homln·cs, ¿no'? O: En compat·ación con el hospital Steinhof, un asilo de
0: Y bueno, ¿qué qujere hacer usted? ancianos es algo hermoso, espero que lo entienda.
HL: Esto ya no es vida. HL: Ahoraveo que escribí mis memodasy que mi caso no fue
0: Pero tampoco puedo tenninar con ella más que una propaganda para elpsicoanálisis. Si usted escribe
HL: No es tan sencillo. 'I'an revolucionaJ'i¡¡ como es para algo de esto, espero que salga otra cosa.
otras cosas, considera que el hombre debe cuidAr de la mujer. 0: A mi lo que me importa es la verdad
: .
La mujer no necesita hace•· absolutamente nad:l. HL: Es por eso que, aquella vez en m1 casa1 le mostre el
¿Qué es lo que pas., con su !'Orazón'? Tan 111!'11 1\o debe estar, cuadro. ¿Qué es la verdad? ¿Lo recuerda usted? El doctor E:
si puede caminar hasta el ci nu u hnst!l el teal.ro. N¡,¡ p11ede ser tan opinó que debía escribir lo que pasó cl_espués ele la mue·te de ��
grave. ¿Por qué n unca Luvo un lraba,io'? F,¡;o t'ti lo que ocLUTe con mujer. Pero no puedo hacerlo, uno tJene que lomar d1�tanc1a.

estas mujeres, no quieren trabqjt1r en n�drt.., ¿y en el hospicio? Yo le dije que tampoco le iba a gustar a la doctora Gardmer, ya

220 221
'.

que ella escribió que actualmente estoy sano. El doctor E. dijo O: ¿Qué va a hacer pa1·a las fiestas?
que lo más importante no es la doctora Gardiner, que lo más HL: Estoy enganchado con esta Luise. No me perd<ma las
importante es la verdad. Se lo dije al doctor S., y entonces el fiestas.
doctor S. dijo, si cada 'uno dijera la verdad, entonces el mundo 0: ¿Entonces la va a vermás seguido, y no sólo los domingos?
ya no existiría. Usted ve que Jos puntos de vista son muy HL: Y sf, el día de Navidad, al día siguiente y luego para Año
distintos. Nuevo. También tendría que ver a mis conocidos...
0: La doctora Gardiner escribe en forma bastanle poco
crítica, y creyente...
, HL: . . .vea lo que logró f•'reud. Que ella no me enviara nada
de.esta rusa. Si la mujer escribe en ruso, uno tiene q\te saber
lo que escribe. En realidad, la doctora Gardiner es uqa persoqa
agradable. Pero uno nunca sabe cómo son las mujeres. Tampo­
co sé nada con respecto a esa rusa. Quizás hubiera dicpo: venga
conmigo, si tiene tantas dificultades. Poro tendría gue acos:
·
tumbrarme a Francia y, en realidad, no se q �1é�s lo que piensa.
Quizá pensó que yo p uedo pasar por cualquier tipo de situación,
que todavía estoy armado. Eso.sería también un caso difícil...
Por otro lado, con el diner�a -lo pensé, porque con Luise
siempresurgen peleas con rcspe.<;to,al dinero, qué le voy a decir:
tú determinas en qué vamos a gastar el dinero, y yo no me
preocupo más por el mismo. Con mi mujer era también así, yo
le daba el dinero y ella disponía. Yo no tenía nada que •ver con
eso. Pero Teresa era una persona decente, pero con una perspn¡�
así uno nunca sabe qué le va a tocar.
0: Probablemente, usted tenga que pasar hambre en algún
sitio, porque va a gastar todo el dinero.
'
HL: Ese sería quizá mi destino, no tener nada más qu\)
comer. Fue un gran descuido haberle dado tanto dinero. Y
encima, no exis� más la ejecución en la cámara de gas.
0: ¿Qué es Jo que dice en realidad el doctor S. con respecto a
sus ideas de suiéidio?
HL: Que no vale la pena matarse por ella, ella no lo vale.
0: Además, qué vergüenza par¡l los psi\!oan¡ilistas, el caso
más famoso se suicida, usted no les va a hacer algo así.
HL: Sí, tengo que tener cuidado por los psi(;9a!la1istas.
0: No sería muy lindo que usied hiciera algo ¡¡sí.
HL: El caballo de desfile. Bueno, la próximá vez voy a. venir
recién después de las fiestas, pensé qúe lo mejor sería el 8 de
enero, ya para entonces habrá pasado todo el movimiento.

., . .;
222
A.l\I[OR - ODIO...

'
. .

Hombre de los Lobos: Imagínese usted la terrible estupidez que


hice. Tomé medio. vaso de vino y le prometí 50.000 chelines. Mi
madre siempre tuvo miedo de que yo fuera borracho, porque mi
padre tomaba mucho, sabe usted. Pero no heredé eso. En
realidad, soy neutral con respecto al alcohol. No odio tomar,
sino que me da lo mismo. Pero no estoy acostumbrado a
romar. No tomo. Ese medio vaso de vino hizo que me pusiera
descuidado. Y entonces pensé, si le doy el dinero, me va a dejar
en paz... ¿y el resultado? A la vez siguiente viene con un nuevo
tapado de invierno, todo orlado de piel, y con una nueva gorra
de piel. Para esto, ella tiene una gorra de piel, pero es oscura,
y ahora, haciendo juego con el tapado, se compró una gorra de
piel clara. Con este tapado parece una princesa. Imagínese
usted, los reproches que me hice, y las veces que me dije cómo
puedes ser tan tonto y creer que va a mostrar algo de gratitud.
Estaba más"insopoTtable que antes. ¡Todavía más!
Estábamos en el cine, y de repente se sentó en otro lado, y
luego desapareció. Yo pensé, me voy a casa. No se dónde está.
Una mujer se me acercó y me dijo: una mujer lo espera en l a
calle siguiente. Si no, no la hubiera descubierto. Le digo a usted
qt1e me siento como en una novela de Dostoyevski.
Obholzer: ¿Y ya le elio el dinero?
HL: Lamentablemente. Lamentablemente ya lo hice. Por
supuesto que después casi me vuelvo loco. ¿Qué es lo que lucis­
te? Ahora ya no tienes más dinero. Le diste lo último que te

2'Y
-0
q�edaba. Ay, las cosas quemehace hacer esta mujer. Ydespués 0: Ese es quizá un tipo. Pero otro tipo está dado precisamen­
p1cnso que alguna vez, finalmene,t voy a actuar razonablemen­ te por lo contrario.
te. Después v�elve a mí el pensamiento de darle dinero, para HL: Bueno, ahoraya se In conlé, por lo menos pude hablar del
_ asunto.
no tener senttmtentos de culpa. Claro, por supuesto está el
Q
pensamiento con el cual ella siemp1·e me tortura: ¿ ué va a 0: Parece que pasó unas fiestas muy agradables.
suceder cuando tú mueras? Y además, el asunto del casamien­ HL: Terribles, p uedo decirle, terribles. La vi el día de
�o. Pe�o con una mujer así uno no se puede casar. Es algo Navidad, y luego para Año Nuevo, y ayer querfa verme nuev a­
_ mente para Reyes. Yo, entonces, le dije que no. El dia de Reyes
lmpostble. ¡Impostble! No está de acuerdo con nada. Y luego
emp1eza con que hac7 25 años le daba tan poca plata. En es tan1bién mi cumpleaños. Pero cuando ella festeja mi cum­
_ _
aque!la ��ca estaba divorc1ada. Pero si usted la escucha, yo la pleaños en realidad hace una segunda fiesta de cumpleaños
seduJe. c,Como p�ede u� hombre, un hombre tan viejo, hacer para ella. En todo caso es el vino que no tolero, entonces
algo con una m�¡er tan Joven? Es una cochinada. Y viene con consiento cosas. Tengo que recordarlo: cuando has tomado
esas cosas. Y yo tendría que decir: tú también eres una cerda vino, entonces mejo.r no hables de estas cosas.
ya que te metiste conmigo. Pero esta mujer no tiene ningun� 0: Lo mejor sería que no tomara absolutamente nada.
lógica. Y usted ve, cuando le cuento esto al doctor E. no le HL: Bueno, cuando tomo algo todo me resulta un poco más
presta atención y meda consejos de cómo tendría que act�ar un fácil. Pero entonCes, especialmente, no debo tomar decisiones.
hombre sano y razonable. P_ero nada de eso me sirve. Ella dijo que necesitaba una protección, y que necesitaba
0: Parece ser así. ·
-
. dinero para los dientes, para un análisis de la función hepática
HL: He pens�do que lo me1o.ii'
es,sáltar por la ventana. Yo vivo y para radiograf ías. Tiene todas las enfermedades posibles. Y
� un cuarto ptso. Pero despu-¡Js i'tre digo: si le hubieras dado
n después, allí va, con todas sus enfermedades, y se compra un
_
uu
� camente 30.000, entonces te hubiera quedado algo. y me tapado de pieL Es, aparentemente, una mujer enferma de
d;go, mat a _ s
r�e por 20.000 chelme muerte. Una mujer enferma de muerte no se compra algo así.
no vale la pena. El dinero no
v:Ue en r eahdad nada. Y eso es lo que ella piensa también, el Y quiere ir al teatro dos veces en el día, una vez conmigo, y luego
dinero no val� nada. Po eso !�_derrocha. Por supuesto que tengo que darle el dinero para que vaya sola. No, si yo se lo digo,

cuando aparectó con esa p1el no dtJe nada. Sólo hubiera recibido es una pesadilla, todo esto. Es el mismo Dostoyevski encarna­
reproches, y hubiéramos tenid� una pelea. Nunca me compras­ do. Una vez más, ¿no es todo esto una estupidez absoluta? Pero
t� nada, nunca me compraste JOyas, nunca me compraste una no vale la pena matarse por ello.
p1el. Bueno, t � stcd ya se da cuenta. Esto origina 1ínicamente 0: Usted mismo puede enfermar y necesitar dinero.
pelc:>s, y no s1rvc para nada. Entonces no dije nada de nada. El HL: Y bueno, ya no tengo nada. Es así, cuando ella tiene
destmo, que me envió a esta persona, es muy cruel conmigo. fiebre, entonces sale. Y pide que yo baga lo mismo. Cuando
Para cohno, ella está con los rusos. tengo fiebre también tengo que salir. ¿Sabe usted qué es lo más
0: ¿Qué quiere decir con eso? terrible? Antes no se preocupaba po1· la política. De bistoría por
HL: Bueno, una vez tuvo una relación con un ruso. Y has ta supuesto ni idea. Leer no lee. Bueno, leyó, pero 1 uego vio que la
ahora, h�1sta Iace poco siempre decía: te amo porque eres ruso. vida es distinta y no leyó nliÍ.S. Una falta Lula\ de instrucción.
; Tabttla rctsa., podríamos decir. No tiene tampoco una posición
�sto lo repet1a u�a y otra vez._ Usted dijo una vez que tenia
suerte con las mujeres. Pero mt suerte es, aparentemente, mi política. Ahora, sin emb<n·go, ve las películas de la t.clevisiórL
desgrac1a c�n las mujeres. No sé tampoco por qué tengo suerte. En ellas muestran la época en que existía la set·vidumbre en
No soy el tJp� que le gusta a las mujeres. A las mujeres les Rusia. Sin embargo, la servidumbre fue abolida en 1861, desde
_
gustan mas b1en los fanfarrones con músculos. entonces no existe más. Y la hambruna mris terrible fue, en

:¿26 227
·
realidad, después de la guerra, en esta oc�sión �icen que a
.
� de estas cosas. No puede situarse para nada en el problema.
gente comía carne humana, no lo sé en real1dad. Ella d1ce, sm
Quizá la doctora Mack podría comprenderme mejor, pero ella
embargo, que en mi época. los terratenientes oprimían a los también era norteamericana. Bueno, en realidad debelia con­
campesinos, y que éstos comían c�u·ne humana. ¿Cómo voy a tarle alguna vez cómo comenzó todo esto. Usted no sabe nada de
explicarle que eso no es cierto? No me cree. Yv iene enlonces con
esto. Pero hoy no quiero comenzar, es demas1ado tarde.
esta historia y cree que tiene algo así como el derecho moral a
0: Pero recién son las siete y media.
una reivindicación, porque ésLe es un inmigrante, y los rusos HL: Bueno, quiiá, si le cuento tendré un cierto alivio, algo así
inmigrantes explotaron al pueblo, y entonces ahora yo lo puedo corno confesar. Quizá me ayude.
explota r a él. l!:s una comunista, yt1 se lo dije. No está en el
0: Probablemente.
partido. Pero quiere jugar a la princesa.
HL: Vea usted, no puedo hacer esto con el doctor S. Me
. da
, ¿Pero qué clase de comunismo es éste? Esto es únicamente media hora, y eso ya es mucho, y así no podemos avanzar. Esto
resentimiento, porque no tiene absolutamente nada. De la
puedo tratarlo únicamente cuando hablo como con usted, du­
teoría, de la doctdna comunistá· no entien de en realidad abso­
rante horas. Bien, ¿debo comenzar con el asunto?
lutamente nada, no sabe de qué se trata. Pero lo utiliza para
O: Sí.
culparme todo el tiempo, y para atribuirse derechos. Yo perdi
HL: Vea u sted dijo que yo tenía éxito con las mujeres. ¿Por
toda mi fortuna, y después trabajé 30 años en la aseguradora.
qué dijo es� en. realidad? Nunca escribí nada al respecto.
Por lo tanto m1die puede decir que soy un latifundista. Eso es
0: Bueno...
ridículo. Pero ella, sin embargo, me trata corno si fuera un
HL: Es cierto, tengo éxito. Pero nunca lo utilicé, porque tenía
latifundista. En Viena existen tan pocos comunistas. Es una
inhibiciones. Yo tengo que ser el que da dinero, ¿no? ¿Pero cómo
ocurrencia diabólica del dest�{,¡. �a le digo, fue algo terrible,
se dio cuenta?
estos dos días, uno detrás del ot�;?,>..S.
j me caso con ella, entonces O: En primer 1ugar, lo pensé a Parti� de sus relatos, en
nos va a ver en la sección: Personas ante el Juez. . .
segundo lugar fue simplemente una msp¡raCión. En u �a oca­
0: ¿Por qué?
sión yo queria verlo, y usted no estaba en casa. Y habta un�
HL: Porque no podría soportarlo. La m¡¡taría.
señora que vive, creo, en el piso de abajo, y �e preguntó que
0: ¿Cree que podría hacer algo así? quería, y si ella podía darle algún mens�Je. Se puso muy
HL: Sin duda. Freud no pudo mostrarmP cómo salir de
curiosa quería a toda costa darle un mensaJe a usted. Aparen­
esta ambivalencia. Pero en cambio, Dostoycvski sí se ocupó
de este problema. Bueno, claro, usted no dcue olvidur que se

tement buscaba un pretexto para entrar en contacto con usted.
Y entonces pensé simplemente: una más que se interesa por él.
trate1 de la raz¡J. U n europeo occidental puedr> so lucionar HL: Bien, acertó en este caso. Una conocida mía, que vive en
este tipo de cosas con mayor facilidad que un ruso.
nn tenía una amiga, una persona muy hermosa, y me
Schi:inbru
0: ¿Usted cree eso?
HL: Lo que ocurre es que, de alguna manera, los rusos

contaba sie pre que su amiga preguntaba por mí. Trabajaba
.
en un banco, y podríamos haber empezado algo. Hub1era
tenemos en la sangro los instintos salvajes, por esu un ruso no
podido empezar algo con tantas. Y luego había otra, que me
puede solucionar estas cosas de una manera nr.m �al. l!:n ellos,
visitaba siempre y que me sugirió que podíamos casarnc��. No
lo sentimental tiene una r·epresentacióf! mas intensa que en los
era mi tipo. Pero era una persona hermosa, una ?.olaca. Tam­
europeos occidentales, que viven de acuerd o <.'<ln la razón dusde
bién podría haber llegado a algo con ella. Pero le dije: No, usted
hace mucho tiempo. Usted segurnmunle tuvo rlifcr·encia.s con su no obLondlia una pensión, porque la diferencia de edades ent�e
esposo, cuando so divorció, y de alguna manC'ra lo :nreglarou.
nosolros es muy grande. Ella dice, en reaidad
l era de un me�JO
Y la doctora Gardiner, como norteam01icaoa, no entiende nada mucho mejor: Mire, también podríamos juntarnos. CualqUier

228
229
otro hubiera aceptado. Ella se ofendió. Pero, al final, quedamos suma pequeña, no lenía importancia. Yeso duró varios años. Y
amigos. Y aquella mujer en Schonbrunn, Jo que hizo, en ese yo me acostumbr·é a eslo. Luego vinieron los rusos.
entonces yo ya no era tan joven. Sí, dormir, dormir y no vivir 0: ¿La cosa empezó durante la guerra?
más... tuve dificultades muygrandesporque no queria destruir HL: En la época de los nazis.
su matrimonio. Ella tenía hijos. Y no aproveché ninguna de 0: Entonces usted la conoce hace más de 30 años.
estas ocasiones, y siempre me ligué a mujeres que no tenían HL: Veinticinco años, eso es lo complicado, que haya durado
ningún valor. Cuanto menos valor tenía una muj er, más me tanto.
importaba. ¿Puede comprenderlo? 0: La guerra terminó en 1945.
D: No. HL: Entonces fue antes. En la época de los nazis, antes dP
HL: Yo tampoco Jo entiendo. Allí pasaba algo con mi herma­ que llegaran los rusos. Pero era una relación superficial, no me
na, algo así como miedo frente al incesto, o algo parecido. Ya lo costaba demasiado. Eso me lo echa hoy en cara, que la tuve por
creo. ¿Usted dice que tenemos tiempo todavía? monedas. Y luego, cuando vinieron los rusos, no había nada
0: Sí, SÍ. para comer. Dura!) te un tiempo no la ..,; más y pensé, el asunt<>
HL: Bueno, esto ocurrió así: vi a esta mujer por primera vez se terminó. No la vi quizá durante un año. Una vez la encontto
en lo del sastre. Era una mujer bonita, aún hoy es bonita. Y no y le dije, veámonos de nuevo, pero ella no vino. Una vez. cuand•J
se me ocurrió que no era un luga1· para entablar una conversa­ hacía una fila para comprar pan, la vi. Pero me puse de tat
ción con una mujer. En otras ocasiones, cuando encaré a una manera que ella no pudiera verme. Consideré que el asunto
mujer, no pasó nada, no habí¡:t' Itingú.n peligro. había terminado.
En Odessa, una vez, fui a un hQ�•!;Qn una mujer, de repente Y Juego vino esta historia con la mano. La doctora Gardinl"r
llama a mi casa y dice: Yo soy ésta, la't¡ue... -puede imaginarse me envió una caja de dulces, la busqué en el correo y l a llevé> a
el susto que me dio-. Pero dije: está equivocada, y corté. Eso casa, era invierno, y entonces tuve este dolor. Fui a ver a un 1.<11
ocu1·rió una vez, pero en general nunca tuve dificultades No se
.• doctor Maier, y él me irradió la mano. Durante un tiempo nn
me ocutTió que podía tener consecuenc ia alguna. Y no pensé salí con mujeres porque este asunto con mi mano derecha l'P
que le iba a pedir mi dirección al sastre. Y entonces, me había transformado en una idea -fija hipocondriaca, no voy a
encontré un par de veces con ella, y luego pensé que no la iba poder pintar más, era como con la nariz, una tortura. Entonn.;;-,
a ver nunca más. no pensaba para nada en mujeres, estaba tan ocupado cou llll
De repente, una vez, suena el teléfono en la oficina, y ella me mano. Finalmente fui una vez a ver al médico y él dijo: Yn 1111
dice que obtuvo el número del sastre. Yo debería haber dicho: tiene que veni.r más, está curado. Y me fui a casa y sentí alivi",
aquí las conversaciones privadas están prohibidas, y debería está todo bien, ya no necesita venir más...
haber cortado. Pero pensé, bueno, no tengo a nadie y me gusta Entonces tenía que ver cómo encontraba nuevamente una
bastante. Bueno,-me encontré con ella. Ese fueel primererror. mujer. Parafestejar fui al cine, daban una película rusa. ¿CouuJ
Nos encontrábamos cada tres semanas, más o menos, íbamos se llamaba? Stalingrado. Primero fui a un café y eché una
al hotel, ella no pedía mucho. Esto me Jo echa hoy en cara: mirada a las mujeres, pero no había nada apropiado. Luego rui
entonces no me pagabas nada. al cine. Cuando me iba para casa veo, en la vereda opuC';;I¡l,
0: Desde el pri nci pio arreglaron que se iban a encont1·ar úni- esperando el ranvía,
t a n na mujer, y su figura me gustó muc'n+.
camente para ir al hotel... Me acerco y, ¿quién es? Luise. Piense usted, la probabi lidad • ""
HL: Sí, por qué, eso no lil:lnc nada. de uno a un millón y medio, ¿no? Nos saludamos. Y, ¿q•ti•.l.. ..,
0: Y que ella se iba a acostar con usted por cline·ro. que nos veamos nuevamente? Así volvió a empezar.
HL: Con estas mujeres es normal que uno pague. Era una Pero esta vez ella empezó: ¿Cuándo nos casamos? Yu ur. ! ·

230 : ,l
.

respondía nada. Ya noíbamos más como antes al hotel, sino que ocupada con su madre, le absorbió toda la vi.da. Bueno, enton­
pasábamos juntos los domingos, salíamos a recorrer el curso ces aceptó, volví a casa y dije: No puedo tenerla toda la vida
viejo del Danubio, y todo iba muy bien. Y así transcurrieron los como empleada, yo tenía ya una mucama, Tiny. Así que volví
ai'ios, hasta 1954, creo. Ibamos al cine, y yo iba a su casa. Luise y le dijo: voy a declarar que trabajas para mí y Juego, en cuanto
me permitió visitarla. En aquella época estaba bastante man­ sea posible, te voy a dar de baja, y voy a seguir pagando el
sa, no ocurría nada especiaL Y luego, una vez, fue antes de las importe mensuaL ¡No, de ninguna manera! Entonces, l a Secre­
Navidades de 1955, nos encontramos, y de repente me hace un t.aría de Trabajo podía venir y molestarla. La Secretaría de
escándalo en la calle, un escándalo terrible. Tengo que casarme Trabajo no tiene nada que ver con esto, pero ella se lo imaginó.
con ella, y ella no quiere que nuestra relación siga asf. Conoció No, ponemos el plazo de tres semanas... o sea, un ultimátum.
a alguien, quiere cortar la relación conmigo. Yo me sorprendí Entonces cometí el error más importante. De repente me
�u�ho. Pensé: ¿por qué así, de repente? Todo el tiempo había . pareció que el mundo se acababa, no sé bien qué fue Jo que
s1do muy amable y, de repente, este escándalo. Dijo que en tres sucedió entonce!; conmigo. Tendría que haber dicho: bueno, si
semanas iba a cortar la relación. Yo estaba perplejo y no sabía no quieres las cosas asf, entonces termin�mos. Porque no tenía
qué era lo que pasaba con esta mujer, estaba fuera de sí... ¿qué ningún sentido, la Secretaría de Trabajo se alegra si nadie le
debía hacer? Lógicamente tendría que haber dicho, cuando me produce molestias.
contó que conocía a un constructot·, tendría que haberle dicho Y le digo: bueno, entonces nos vamos a casar. Pegó un salto
bueno, vete con tu constructor. O sea , terminar. Y entonces muy alto en la t:ama, el mundo daba vueltas, entonces yo era
recordé sí, aquella vez en Berlín, me alejé de Teresa, y luego lo lodavía el barón, entre tanto ese título lo perdí. ¡Degradado!
lamenté mucho. Entonces, sopor:té el aluvión de insulto s en Mami, mami, el barón se va a casar conmigo, el mundo gira y
realidad no sabía qué era lo-i¡UE tenía que hacer, y de sta � muchas cosas más.
manera nos alejamos. -�,'·\�
0: ¿Le dijo que se iba a casar con ella?
Bueno, sentí que estaba totalmente desarmado. De repente HL: Sí. Ahora, cómo se me escapó algo así, no lo sé. ¿Cómo
toda la neurosis estaba allí, y la desesperación y el no saber qué puede uno ir y decir, en cinco minu�os, en forma repentina, me
hacer. Y súbitamente el miedo de perderla. Nos encontrarnos caso? Es una locura, ¿no? Bueno, por supuesto, al momento
una vez más y me dijo lo siguiente: en las próximas tres siguiente volví a la realidad, Dios mío, qué fue lo que hice, qué
semanas tienes que tomar una decisión, o bien nos casamos o es lo que prometí, es una locura. Y ella, en el séptimo cielo ... o
terminamos. Entonces me encontré con una conocida, l a pola�a, sea que, aparentemente, en aquella época me amaba, porque se
aquella que me había hecho el ou·ccimiento de \rÍVÍr juntos , la veía tan feliz, yo no era un partido lan b rillante como para
teníamos una relación amistosa, ella también p·inta. Hablé con que ella estuviera tan feli z.
ella y le dije q\Ie no había podido dormir en toda la noche, y que Me encuentro luego con este Cennak cuya mujer también se
iba a ha�er lo siguiente. Si la empleaba conmigo por forma, había suicidado, y. é l 'me ·dice: Si te casas con ella, te lo firmo
,

ento�ces tba a tener derecho a seguro médico y a jubilación, era mañana vas a abrirl allave del gas. Entonces sentí que no podía
suficte�tc con d eclararla durante seis semanas, luego podría casarme con ella, aun cuando me mataran, no podía casarme'
renunc1arybastabaconpagarmensualmcntc una pequeñacuota. con ella. Imposible. Esto fue un stlbado, me encontré con
Bueno, pensé, eureka, encontré una solución. Voy a verla y Cermak un sábado, y mientras caminaba para casa, ella salta
le digo: Pienso declarar que trabajas para mí. No le dije de de ¡·epente del tranvía. Le digo a usted que todo era como una
entrada que pensaba darla de baja. Cuando le dije que iba a novela. Me dice: estuve reci�n <!n In Mariahilferstrasse y elegí
declararla como empleada mía, dijo está bien, entonces estaría una hufanda para ti. Yo seguía pcnsa11do, no puedo casarme
protegida. No tiene jubilación, nunca trabajó, siempre estuvo con ella, si tengo que decirlo tiene que ser a hora mismo. Vamos

23'2 2;;13


a un caf é. Ella: ¿Qué te pasa? ¿Qué ocuJTe'? Yo tuve que decir: llamabaMenninger, nuera psicoanalista, era psiquiatra. Cuan­
No puedo casat·mc conligo. do dije algo relacionado con el psicoanálisis, él dijo: ¿Y quién
Entonces sobrevino una explosión de insullos, se puso de pie cree en eso? Era docente, un hombre agradable, por otra parte
de golpe y escapó corriendo. Entonces me causó mucha pena, y ya fallecido. Y me dice: usted se encuentra en un estado en el
la segur. Se detuvo y me dijo: bueno, lo vamos a hacer de otra que no puede ver a esta mujer. Escribale que, por el momento,
manera... bueno, se quedó parada, se tranquilizó un poco. Yo no puede reunirse con ella. Por ahora páguele lo que acordaron,
digo: bueno, a pesar de todo, podemos ir a ver el espectáculo de en su estado lo peor es caer en la duda. Ahora ya acordó eso,
patinaje sobre hielo, habíamos quedado en ir a verlo. Por mantenga su promesa, pero no puede verla.
supuesto que yo estaba lleno de culpas terr ibles, haberle Bueno, le escribí, en ese entonces todavía era mansa, le
prQmetido matrimonio, y ella viajó al cenlro para comprarme escribí diciéndole que estaba enfermo psíquicamente y que el
una bufanda. Ella estaba tan feliz y yo, de repente, le digo que psiquiatra me había prohibido encontrarme con ella, y le envié
no puedo. 'l'enibles sentimientos de culpa. ¿Qué debía hacer? la suma.
Sumido en la mayor desesperación caminé hasta casa, y Así pasaron meses, esto ocurrió en Navidad, llegó abril o
entonces luve el sigttiente pensamiento, un pensamiento ab­ mayo, mi estado era terrible, me pasaba todo el día en la cama,
surdo, ya que le prometí matrimonio y ahora no quiero casar­ a las seis de la �arde me levantaba, mi criada me traia algo para
me, y ella no quiere figurar como mi empleada: voy a donarle comer, entonces salia a pasear un poquito y volvía en seguida
por escl'iLo una parte de mis entradas, en ese entonces eran 250 a casa. Este estado duró meses, uno de los cuadros más
o 300 chelines, voy a donarle esta suma. El doctor E. me había terribles que haya tenido. Después de tres meses, de repente,
r·ecomendado una psicoanalisla"er. \iiena, y pensé en hablar alguien golpea a l a puerta, yo había pagado la suma. Ella entra
con ella, para ver qué decía. Bntdnces fui a verla, era una furiosa: Esto es una maldad terrible, quiero mi dinero, espero
mujer, una psicoanalista -lo malo de la transferencia en el que llegue mi dinero, nadie se preocupa por mi, tengo una
psicoanálisis es el hecho de que uno siempre pregunta-, y esta bronquitis grave... Bueno, se portó de una manera imposible,
gansa. en vez de decirme: Mire usted, no haga algo asi, n\) tiene yme puse tan furioso que la insulté. Créamequenola amenacé,
por qué asumir obligaciones... yo tenía el Código Civil en casa, pero estuve a punto de hacerlo. ¡Afuera, desaparece!, le grité.
sobre la mesa, y allí decía que una promesa matrimonial no O sea, en una palabra: lío.
tiene ningún valor legal. Ella tendlia que haber dicho: no tiene Yo pensé: ¿para qué le estoy enviando dinero? Este sujeto
ningún valor legal, ¿pot· qué levan donar algo?Yo podría haber Cermak había dicha también qué estupidez hiciste, ¿por qué
hecho llll lll·reglo, o pagar algo. Y esta gansa, esta psicoanalista hiciste algo asf1 Y yo pensé: ¿para qué hice algo así? Y le
me dice: Ducno, me parece que es un pensamiento muy razona­ pregunté a Cermak si conocía un abogado, y fui a verlo. Y este
ble, así como uno paga impuestos... abogado dice: la promesa que usted hizo no tiene valor, está en
0: ;,Vive lodavía? contra de las buenas costumbres. La muje1· no hace nada para
Hl.: Yo creo que todavía existe, tmn gansa total. Que se iba usted, por lo tanto puede anularla. Yo le pregunté: ¿Podré
a esL:luleccr un lazo para toda !a vid:. no, en eso no pensó. Era arreglar por una suma global? Yél dice: déle 2.000 chelines, eso·
lo más tonto que podía hacer. Cu;,ndn uno Lienc que terminar, será suficiente.
entonc�>�s hay que terminar comp!P.t.,•mente, pero no ar,í, creán­ Mis ahorros se habían acabado, prácticamente ya no tenía
dose unu obligación para con h mHJCr. nes. Yo pienso:
dinero, toda mi fortuna consistía en 10.000 cheli
Entonces fui con ella a ve1 a un abc.g:¡do y me compt·ometí por 2.000 es demasiado poco, le voy a dar 5.000. En ese momento
escrito a pagarle tanto dinero. D•·sde luego, mi estado, mi sentí un alivio, quizá puedo salir de esta tt-ampa. Contraté al
estado psíquico, era terribie. Entoncr:.;; fui a ver a un médico, se abogado, y él le escribió diciéndole que anulaba el arreglo

2:34 235
anterior, o bien ella aceptaba la compensación, o yo iba a Bueno, entonces vino el doctor E., voy a verlo, y le digo: Mire
suspender los pagos. Ella vino a verme, pero siempre pude usted, luve un ataque de ira, tan intenso que creí que iba a
lograr esconderme en lo de Tiny. Luego nos encontramos en lo matar a esta mujer. Ahora ya no estoy furioso, y quiero recono­
del abogado, y el abogado dice: ésta es una mujer extraña. Ella ciliarme con ella. Cada cual... Sabe usted, si hu biera conversa­
había estado con él, y éllahabía interrogado un poquito. Bueno, do de esto con una persona totalmente común, el portero de la
fuimos a ver al abogado y delante de la casa ella dice, de repente, casa, una mucama,,cualquiera que tuviera un poquitito de
_
que no va a subir. Entonces, qué podía haceryo, subí solo a ver cerebro, mehubiera dicho: Vea, hasta ahora salió todo tan b1en
al abogado y le digo que no quiere subir. El dice: espere, bajo yo. para usled, esté contento. Vayay búsquese alguna mujer en la
13aja y ella le explica: No voy a hablar con usted sobre este calle, cualquiera que le guste, ¿no es cierto'? Siempre logró
asunto, voy a hablar únicamente con el doctor. ¿Qué· podía conquistar a las mtücres que le gustaban, e ir al hotel. Cual­
hat:.er él? Entonces subió nuevamente . quiera rne hubiera dicho algo así.
Fuimos luego a un café, y todo comenzó: 10.000, no, 5.000, ¿Y qué me dice él? ¿Sabe lo que me dijo? Vea, usted describe
10.000, no, 5.000, así una y otra vez. Entonces ella dijo: Necesito a esta mujer en forma incot-recta, no es tan mala. Porque yo
una persona, quiero tener una persona. Yyo, que quería aplacar escribí que Freud me había reprochado haber descripto mal a
las cosas, le digo: Bueno, vas a tener una persona, si necesitas Teresa. El dice: Yo no puedo prohibirle nada, porque entonces
algo, un consejo o algo así, entonces me tienes a mí. Eso era una usted podría hace1me un reproche. Lo dejo en stts manos. Creo
hipoteca, ¿no es así?, no debí haber dicho algo así, vas a tener que sería mejor que no se reconciliara con ella. Yo ct·eo... bueno,
una persona. Eso fue una falla más en todo el asunto. Salimos ¿qué quena decir eso? Creo que sería mejor... y al día siguiente,
y ella se alejó un poco,volviómiJ:Wamente, se alejó... si, creo que caminando por la calle, de repente ella se me adelanta y si­
voy a aceptar. No, voy a pensarlO, ::( "!!.sí todo el tiempo... gue caminando, en vez de detenerse... Cuando la vi, me detuve.
Nos fuimos cada cual por su lado:;yftespués de dos días llamé Luego corrí hacia ella y le dije: hola. Y ella dice: hay cosas que
al abogado y él me dijo que había firmado. Todavía tengo el no se pueden repetir en la vida, fuiste tan desagradable conmi­
comprobante, pero no me sirve para nada. O sea que el asunto go. Y caminamos otro poco, y llagamos al parque delante del
estaba terminado. Hotel Regina, allf nos sentarnos. De repente, me abraza: una
No habían pasado dos días y ya llega una carta de ella: vez más, voy a olvidarlo todo. ¿Y, qué dice usted?
prometiste que iba a poder tener una persona, necesito tu Esle rechaw y luego, nuevamente, ámame, fue un contraste
consejo, quiero saber qué debo hacer con el dinero, te veo en tal tan marcado que, por lógica, volvió a refon:arlo todo. Una mujer
caf é. Fui, de nuevo empezarnos a discutir sobre esto y aquello, que acaba de decir que le había hecho tantas cosas, y ahora
declaraciones de amor, ella se iba a olvidar de todo y cosas por quiere nuevamente, y yo también quiero... Después de ese
el estilo. Y yo tenía la impresión de que si decía que sí, iba a ser encuenlro vohi a hablar con el doctor E., y él me dice: no puedo
el final. Entonces dije que no, de ninguna manera, y la rechacé. prohibirle nada. Porque después usted podria hacerme algt'tn
Y viajé luego a ver a una conocida, la que vive en Sch<:inbrunn, reproche. ¿Pero quién va a hacerle algún reproche? Y ella fue
gente agradable, ellos dijeron que me consideraban de la muy asluta, sabía que si pasaban dos días yo no iba a volver, y
familia, y de repente, La vida allí se me apareció como algo dijo: pasado mafia na me voy de viaje con mi mtlclrc, tienes hasta
Lerriblemente nbun-ido. ¿Qué dice usted de esto? En vez de mañanapara tom:1r tma decisión. ¡Qué asluLa esluvo! Entonces
estar contento, porque había podido salir tan bien parndo, de fui a verlo al doctor E., le dije que ya no estaba furioso y él, de
repenteloarmino todo. Quierovolver a verla, quieroencontrar­ alguna manera, me dio carta blanca, entonces fui a tomar un
me con ella, la vida no tiene sentido sin ella, y me descubro caf é, y luego fui a verla y golpeé. No había nadie en casa. El
esperando que me escriba. Y, ¿qué dice usted al respecto? des tino estaba de nti p arte. Volví ::t toma-r algo a un café, pensé

23G 237
qu? no volviera. Sin embargo vino y me dijo: Mi madre no
qué voy a hacer, se van de viaje, quizá vuelva más tarde. Y
Qutere que vengas a verme, por los chismes. O sea que, o bien
entonces volví, y ella estaba allí. V todo el asunto empezó de
nos encontramos en tu casa, o tengo que terminar. Hablé de
nuevo. O sea, continuará.
esto con la polaca, y ella dijo: Está con otro. Ese pensamiento
0: ¿Ya entonces venía el doctor E. a Viena?
HL: Sí, después de la historia con los rusos. En ese entonces �e resulló desagra�able, y pensé, puede venir, no pasa nada si
VJene a vet·me. Entonces le dije: Está bien, podemos vernos en
me ayudó mucho, porque me dijo: los rusos no se interesan para
c�sa. Ella se volvió a casar y no me dijo nada. Si me hubiera
nada en usted. Pero en este caso su consejo fue totalmente
dtch� que se había casado, entonces, lógicamente, hubiéramos
equivocado. Bueno, espere un momento. ¿Dónde nos habiamos
termtnado. Pero así, como yo no sabía nada...
quedado? Ah, cuando nos reconciliamos. Ahora detengámonos
A partir de entonces vino a verme dos veces al mes, no nos
un momento.
e�1contrábamos los domingos. Yo me sentía como libre. Una vez
0: O sea, aproximadamente 20 años atrás. _
dtJe: Vamos al cine. Estaba acostumbrado a salir con ella al
HL: ¿Tenemos tiempo todavía?
cine. Dijo que no, no quería ir a ningún lado conmigo, venía
0: Sf, SÍ. cumplía con el acto y vol via a irse. Porque estaba casada. Fíjes�
HL: Tengo que reunir mis pensamientos ... ¿Puedo continuar
us�d. y yo, ento;nces, comet� una gran tontería, le dije: Vamos
la próxima vez, o tengo que terminar la historia ahora?
al eme. Y ella: No, no tengo ttempo, mi madre está enferma, mi
0: Me parece que es mejor si me cuenta todo de una vez.

H : No es nada, hoyvamo�� terminar un poco más tarde. Yo
}
ma�·e, etc. E':tonces e digo: veámonos el domingo, y vino el
dommgo, y ast arrutne todo, porque entonces volvieron los do­
tambtén lo prefiero. ¿Cómlrsfgu(l. entonces la historia? Fui
mingos. Destruí todo lo que había constt·uido. Por mi propia
entonces a Grossgmain. Allívivía-la polaca. Y ella me dijo: ¿Qué
has hecho? ¿Te has reconciliadÓ riuevamente con esa mujer?
estupidez. Y, ¿qué dice usted?
Después se divorció. el matrimonio duró únicamente creo
Pero esto es una locura. Ahora puedes hacer únicamente una
yo, un par de meses. Se divorció, y estaban los domingos: Y ya
cosa, darle únicamente ta.•lta plata como puedas, y no ceder. Y
estaba en el brete.
si ella no quiere eso, entonces simplemente sepárate.:Bueno,
0: Inicialmente, cuando usted la conoció, ¿ella estaba casada?
creo que en aquel entonces le di 200 chelines.
HL: Entonces estaha divorciada. El primer marido era
Muy pronto tuvimos una pelea, ella dijo 300, yo dije 200. O
alemán, en aquel momento ella me ello sus documentos, y yo
sea que empe�ó con el dinero. En aquella ocasión permanecí
busqu6 sus d�cumentos austríacos. Era algo automático, que
firme, me fui, y ella me arrastró de la ropa al interior de su casa
ll.ls mujeres dJvorcJadas n�cuperaran la ciudadanía austríaca.
y cedió. l!:n ese entonces todavía Lenía la fnerza suficiente. ''o
Bueno, vea usted, ahora viene el último capítulo de este
me sentia mal, sentía que estaba manteniendo lo que me babia
cautiverio en Egipto, por darle algún nombre...
propuesto. Todo el-astu1to no me costaba demasiado, la relación
andaba bien. Yo no quería dru· demasiado, y en seguida empezó
0: Habría sido mejor que se hubieran casado al principio.
a quejarse, era muy poco para ella. Voy a contarle las cos:u
HL: Quizás habria sido mejor.
brevemente. 0: ¿Y más tarde de nuevo quiso usted casarse con ella?
1 IL: Bueno. entonces salíamos los domingos, y de tiempo en
Cada vez que trataba de mantener los lfmites, observé ::¡�.e·
_

tte>mpo dla empezaba: Ya podríamos estar casado:; hacemucho


ella empezaba a oscilar, que me quería dejar o cosas por a
tiempo. Yo hablé con '!'inyy elladijo: Bueno, esta mujer no sabe
estilo. l!:st.o ocurrió después de dos aiios. Entonces, fui de
ndóncle pertenece. Hasta ella estaba de acuerdo. Por supuesto
_

vacaciOnes a Harclegg, y tenia la sensación de que la histori"


q�e el doctor E. y el doctor S. estaban en contra. Pero yo no les
ihn a terminar, de que el que yo le daha era poco dinero par"l
ella, que iba a dejru·me. No me parecía bien, y tenía miedo d.: diJe nada de esto, en contra de su consejo. le contesté: Bueno,

239
238
estoy ele acuerdo, casémonos. Y ella me dice: No sir\!o para esto. ele lo penoso que fue para mí todo esto. Y además, usted sabe
Como amante sí, pero como esposa no sirvo, y quiero qu e las .
tamlúén, esta historia con Teresa y el confltcto, y todo l o que
cosas queden como hasta ahora. Bueno, me sentí ofendido. duró' es una herida sobre otra herida.
0: ¿Y cuúndo empezó nuevamente con el asunto del casa­ 1 o: ¿Por qué mencionó usted lo del casamiento? _ . .
miento? HL: Bueno, yo también me lo p regunto: ¿por· que dije algo
HL: Reci6n hace tres años. En aquel entonces, durante así? No era neces ario, debería haber dicho, o aceptas mi
mucho tiempo estuvo todo tranquilo. Y el asunto iba muy bien. proposición de empl_earre, o nos sepa ramos. Usted ve que hice
Yosabía: lo princi pal es que ella no quiera casarse. Al principio todo mal.
me sentía ofendido, pero luego me dije, gracias a Dios. Así O: Aparentemente, si entendí bien, ust-ed se fue a la cama con
transcurrió el tiempo, hasta que empezó a enfermarse. Hace ella, y esto ocurrió después, bajo una sensactón de eufor;a.
once años tuvo problemas con el corazón, y desde entonces no HL: Bueno, de repente me pareció que el mundo tba a
vino más a mi casa. Nos encontrábamos en algún lugar los desaparecer si no la veía dttrante tres semanas. Y ahora
domingos, y por aquella época falleció también su madre. tenemos el desastre, ¿no?
Entonces ella \rivfa en parte de la jubilación de la madre. Y O: Ahora ya todo sucedi ó. Considerando todo este asunto
después debe haber tenido a alguien y mencionó que podía debo decir que Freud se comportó mucho más razonablem ente
.
casarse con él. Yo dije que estaba de acuerdo, ya no tenía más que los analistas que lo vieron a usted desptt6s, cuando elijo:
trato con ella, está enferma, es bueno si tiene a alguien. ésta es la huida hacia la mujer, y usted puede casarse. St no
Durante un tie mpo dijo que no quería casarse conmigo hubiera dicho eso, probablemente hubiera ocunido el mismo
porque yo la consideraba inferior. Pero que iba a casarse con desastre.
otro. Y luego vino y me dijo;_'I'ru;lgo que casarme con alguien a HL: Claro que tuvo una actituci muy razonable.
quien no amo. Eso fue hace tres"añ_c:is. Luego no hubo casamien­ O: Pero ahora, después de 20 o 30 años de ida� yvenidas... eso
to, ella estaba enfenna, la tragedkempezó nuevamente hace
i no se olvida. O todoqueda comu ant<'sose terrmna, una dedos...
tres años. Le he contado a usted toda la historia. Y ella es cada HL: Usted ya Jo ve, si me caso con ella nada cambia, el odio
vez más insoportable, más insoportable ... Bueno, se lo cuento está...
a usted porque. vea usted, el doctor E. y el doctor S. diced: usted O: Usted no puede ohidar lo que ella le hizo, y ella, natural-
no tiene ninguna obligación para con ella, son todas ideas suyas mente, tampoco olvida lo que usted le hizo.
y masoquismo. Y usted, como mujer, ¿qué dice al respecto? HT.: No� hemos hecho mucl1o daño el uno al ot.ro...
0: Bueno, es una historia difícil. Yo entiendo que usted se O: Veinte años de reñir y polcar es Blgo muy rliffcil de bonar.
sienta obligado. Su historia me tocó de ce·t·ca, ele a lguna mane­ Y Luise tiene probablemente el sent imiento de que arruinó su
ra. Usted dijo que se iba a casar con ella, y olla se alegró y dijo, vida. De algun a manera su colllportat,,icnto es comprensible.
el barón se va a casar conmigo, y luego coo1pró la bufa nda y HL: Es comprensible que me odie
estaba muy contenta ... si se hubiera puesto insoportable ... pero O: 'Eso quizá sea exagerado. T)ero olra persona, en el l ugar de
fue muy amable, y se alegró... Luise, hubiera dicho hace yo t.iem po, con este hombre no se ·
HL: Usted ve cuántas cosas hay detrás de todo esto. Y usted p uede hacer nada, me busco otro � a en aquel entonces,
.
puede valorar estos momentos, pero ni el doctor E. ni el doctor después de la primel·a promesa de mut.nmomo. Per·o pareceSPt·
S. los valoran. nue ella tiene al!runas cualidades pnrocidas a las suyas, que no
0: ¿Acaso les contó esta historia? consigue decir: bueno, tem!ina mos y no quiero saber más n¡¡da
IlL: No le prestan atención. Usted, como mujer, ¿se da de él.
cuenta?, tiene mucha más comprensión. Puede darse una idea HL: Si ella pudiera decir algiJ n�:. yo me sentiría contento. Lo

240
del casamiento lo dije sin pensarlo, y qui2á todo hubiera caso, esta mujer, lo único que espera es poder saquearme, y es
andado bien si no hubier<¡ dicho que tenía que venir los algo insoportable. Lo único que queda es odio y rabia.
domingos. Entonces habría seguido viniendo dos veces al mes... 0: Aun cuando usted se casara ahora con ella...
y ahora siento que arruiné todo por mi propia mano, eso es lo HL: No, ahora ya no queda nada. Ahora me reprocha nú
que me tortura. Todc• ],) que hice estuvo mal. Y también usted ancianidad y se comporta en forma imposible. Ahora reina un
lo dice: ahora no h:>y posibilidad de reconciliación. odio inclaudicable, ·nada va a cambiar, aunque me casara diez
0: Muy dificil. veces con ella. Le doy sumas considerables, ni una sola vez
HL: Y pura ella ,,,; ,ma ofensa muy grande, si le digo que no agradece, ni una sola vez gracias. Hace un año todavía decía:
es normal. Entonces ':<e pone como loca. Pa¡·a ella todo es· blanco Te amo porque eres ruso. Entonces todavía pasaba algo. Pero
'
o negro, normalidad o locura. Es la mujer menos apropiacla que ahora ya no queda nada, nada. Ahora únicamente queda el
urlo se pueda imaginar pa1·a un hombre psíquicamente inesta· adornarse, ¿no es así?, y la utilización. En todo caso no es todo
ble. Y siempre el interés, el interés, los chismes, chismes de tan sencillo como lo ve el doctor E., no se trata sólo de
mujeres, lo que pasa en la casa, y la porción, Ja·que está sentada masoquismo, no es así. Existen hechos reales, que hacen que la
al lado tiene una porción más grande. Ese es su único tema. situación toda sea terriblemente dificil. Yo siento directamente
0: En todo caso, cuando usted se enamora de alguien, parece el odio, el odio...
perder completamente la noción. 0: ¿Cuando se encuentran?
HL: Bueno, con Teresa, de alguna manera, la cosa anduvo. HL: Sí.
Pero en ese caso intervino F.x;f!ud. Antes también había una 0: ¿Y: por qué ella se reúne con usted?
confusión enorme. Pero sin�embru;:go siempre encontré una HL: Viene por el dinero.
salida. Aun cuando hubiera di� ,u.�des, podía soportarlo de
¡;: 0: El asunto con el dinero, desde el principio...
alguna maner·a. Pen' esta mujer os· insoportable. HL: Ahora, en todo caso, lo único que queda es odio.
0: Pero no fue tan in.>oportable desde el principio. 0: ¿Por ambas partes?
HL: Al principio no. Bueno, y ahora, la pregunta de Marga- HL: Usted ve cómo me trata ella.
rita: ¿Qué hay del suicidio? 0: ¿Y usted, también la odia?
0: ¿Debo aconsejarle que se quite la vida? HL: Bueno, cnando se pone tan insoportable, sí.
1
11
HL: Bueno, en todo caso, ésta es una situación muy crítica. 0: ¿Y si no?
0: Y lo que usted dijo, de saltar por la ventana... HL: Entonces no.
HL: Bueno, sí, ¿qué ocurre con ello? 0: ¿Pero tampoco la ama?
0: Eso no es... HL: No sabría decide, no sé de estas cosas.
HL: ¿Una solución?
0: En realidad no. ¿Acaso no tiene miedo?
HL: Sí, lógicamente que tendda miedo. Tendría miedo de
sobxevivir y quedar hecho un lisiado. Eso se1ia todavía peor. Y
luego pienso: Dios mio, que\ feli� podria ser si todavía pudiera
caminar y mover las mano¡; . .t\hora tengo todos los huesos rotos,
y estoy mucho pC!or. Y el c:iRnur.o no se consigue. Había una
película sobn� Hidc-r, en la c•1rtl mostraban los últimos días de
los nazis. Y él !e da r:anuro ;.o cada uno de sus colaboradores y
se disculpa de no puder hacer un mejor regalo. Bueno, en tC;clo
(

242 243
UN JOVEN DI!: NOVENTA AÑOS

Hombre de los Lobos: Sf, ella quiere dinero y entonces vuelve a


empezar con las enfermedades, y entonces se compra nueva­
mente un vestido. Tiene sólo un vestido, y cuando tiene dos,
entonces ya quiere un tercero... y entonces sale con que tiene
·-
' ·
' cólicos l'enales, y que necesita un tratamiento, y que el trata­
,. ·;;:,-.
miento cuesta 500 chelines. Dame 500 chelines. ¿Pero de dónde
·�

voy a sacar el dinero?


Obholzer: Pero usted hace poco, para Navidad, le dio di nero .

HL: Un montón de dinero L�di todo lo que recibí por el libro.


0: ¿Y ya empieza a pedir de nuevo?
IIL: Es permanente. Cálculos y tratamientos para el riñón,
y todo eso cuesta caro. Y así todo el tiempo. Pero si necesita
t.rat.amientos, entonces no Lendr[a que compra1·se otro vestido .
Es una persona t.erdblc. Antes era más modesta. Bueno, ¿qué
puedo hacer con ella? gra más mode;;ta, pero creo que después
conoció' a alguien que le dio dinero. Debe haber tenido una
relación con ella, ¿o a lo mejot· no tuvo ninguna? No sé, estaba
enferma, y no creo que PI IP haya d :-.�do dinero por nada, pienso
yo. Yo pensé, si tiene a ulguicn e.:; mejor, ¿no? Pem, de alguna
manera, él la acostumbró ro::�l. Y entonces ella se acostumbró
u vivir la gran vida. Después, me hablaba siempre de casarse.
Y de repente vien e y nw dir·e: ¿Tengo que casarme con un
lJombre al que no amo? F:ueno, ¿qué le podía decir yo? Tienes
que casarte. Pero eso no sil-ve pJra nada. Poro lo malo fue, creo
yo, que se acostumbró n ga.5tar di nero. Tcx)o Lomó entonces \lll
cariz muy desagradable para mí, más desagradable no podría y nos reconciliamos. Fue una tonte1-ía, una tonLería que ya no
habersido, las t'ilfcnnedadcs, la muerte de la madre, cientos de puedo remediar. Aunque nos reconciliamos, hubo un momento
enfermedades, diabetes, corazón, riñones... ¿qué más quiere donde podría haber mejorado las cosas...
usted? 0: ¿Fue cuando usted había salido de vacaciones?
En t�do caso son realidades, la mujer está enferma, ¿no?, HL: Sí, fue algo así: me propuse lo siguiente, le voy a dar
. únicam ente una peq1,1eña suma, y nada más. Le dije aquí tienes
t1ene chabetes, sufre del corazón y de los riñones' no tiene
seguro médico. .. 200 chelines, y ella dijo 300 y todo el resto. Yo me mantuve
0: Pero ahora ella tiene un seguro médico. firme, dije 200 y me dirigí hacia la puerta. EnLonces tiró de mí
HL: Sí, hueno, va a cumplir sesenta pero no sé en realidad si y me introdujo nuevamente en s u casa, y esluvo de acuerdo.
.pagó o no el dinero correspondiente. ¿Quién puede saberlo? No Ent.onces no tenía ningún tipo de ayuda, tenía que ser ahorra­
puedo sacarle nada al respecto. tivo, mi jubilación era pequeña. Salíamos los domingos, viajá­
0: ¿Le preguntó? bamos a Grinzing. Ahora ella va al teatro, entonces no iba al
HL: Sí, al;?ra le doy 800 chelines por mes· qu e se agregan a teatro. No só cuánto tiempo siguió todo así. He tratado de
la_suma ... D J O que se le había ocurrido salir con alguien de 25 acordarme, pero no sé bien en qué año ocurrió eso. Tiene que
'I
anos, Y luego se quedó dormida. ¡Prueba de amor! Entonces yo haber sido un par de años después .
era todavía lo suficientemente fuerte como para rechazarla. Y Yo había viajado a Hardegg de vacaciones, y entonces noté
entonces, estuve con algunas personas que eran mis amigos, y que algo no estaba en orden con ella, que estaba descontenta,
de repente, sentí que me fal�aqa. Esto es absurdo. Pasé tantas poco dinero. Viajé a Hardegg, y todo el tiempo pensaba si me iba
fue tan difícil... ella dno, lltVn,
eba,,yo me escondía en lo de Tiny: a dejar o no. Y yo pensaba bueno, si ella no quiere, entonces no
Pud� lograrlo, y de repente, rne?.f!".l�f!iba. Bueno, ¿usted entiende se puede hacer nada. Pero no me gustaba. Luego volví a Viena
estO< . y a los dos días alguien llama, ¿no es cierto?, es ella que me dice:
0: Porque usted no tenía a nadie. No quiero saber nada de otros hombres, me quedo contigo, y
HL: En ese mo�1ento tendría que haber ido sin pt:;nsarlo a arregló lodo como para venir dos veces al mes. Fijese usted, se
buscru:alguna muJer, eso me hubiera distraído. Pero pensé que había casado y no me dijo nada.
no l.ema dme1·o, y no busqué a nadie. Y entonces vino el doctor Y así tend1-ía que haberlo dejado yo, dos veces al mes, no me
E., y yo le digo: ella escribió que estuvo conmigo y que traté de hubiera molestado y me hubiera costado poco pero simplemen­
ahorcarla. Tenía marcas. Yo nunca la toqué. Tenía una marca te era poco para mí, únicamente dos veces al mes. Yyo elije, ¿por
en el cuello, que pnJbaba que yo había tratado de ahorcarla, eso qué no nu� vemos más seguido? Antes ella venia todos los
afii·maba ella. Le c t� e n to esto al doctor E., le rugo: vea usted, domingos, yo le dije vamos al cine, ella dijo no, mi madre me

ella a rma que h·aL e de ah orcarla, y yo ni siquiera la toqué. El espera, no puedo, y se iba siempre muy rápidamente .
lend l!a que haberse dado cuenta de qué tipo de persona era. Y Y usted ve cuál fue mi error, mi error es que cuando me
me d1ce: Vea ust(!d, creo que es mejor que no se reconcilie con imagino algo, entonces tiene que ser así. A la fuerza, y aunque
ella. Pero no quier,1 qt�P. después me reproche haber perdido pase con la cabeza a través de la pared. ¿Por qué no va al cine?
una oportu nJd:,d . IO:�n ul> lo peor que me podrían haber rucho.
·
• No quería ir al cine porque estaba casada.
iOportunidutl! 'L.:J , clr: qul' haberme dicho: No pierde nada si Yo tenía conocidos... Sí, en realidad era así, también Lcngo

<.leJa a esto pet'SOIHL. Swrupre puede tener person as asf. que contarle esto: el domingo, la semana pasaba, únicamente
Y ahora, por �ur•:.�;;i o, carta blanca, fui en seguida a verla y los domingos no sabía qué hacer. ¿,Qué hacer los domingos·?
U? estaba en casa. 1' lJese usted, el destino estaba conmigo. y yo Primero fui a lo del capitán, un conocido de la oficina, entonces
rHenso, voy a !Jl·o!J:..r una YC7. más, y vuelvo y ella está en casa, los domingos se llenaban. Luego dejé de ir, porque noté que a

246 247
e�us personas no les gustaba que fuem a verlos el domingo. Y oLro
día n? ten.fa �ent.d? yo no s;:tbía qué hacer con los domingos. El 0: Pero este asunto de la pensión daba realmente lo mismo.
,
·

maldt to domngo stempre fue el día más tot-riblc, después de l a si la mujer le gustaba a usted y usted a ella.
HL: Bueno, usted ve las oportunidades que perdí...
mue.:te de mt:' esposa. k a trabajar a la oficina me distraía, pero el
dorrungo era temble. ¿Qué podía hacer el domin o?
0: Pero usted dijo que se llevaba bien con ella.
a

Bueno, tll:mbién estaba esta otra conocida, Jo"polaca, juntos HL: Sí, nos llevábamos bien.
0: A decir verdad, iio entiendo por qué no empezó a salir con
habíamos pmtado desnudos artísticos, tenía una amistad con
ella. En�onces empece, a verla solamente los domingos, todos ella. ¿Y luego se buscó otro amigo?
HL: No, se casó.
los d�mtngos. Tmy preparaba unas milanesas, entonces no
. 0: Pero usted tenía una amistad con ella.
�ecesttaba cocmar. Con ella me entendía muy bien, las polacas
HL: Pero nunca tuvimos relaciones sexuales.
son, usted las conoce de las operetas, la mujer más linda es la
polaca. Las P?lacas no son las mujeres más línclas, pero tienen 0: ;,Por qué no?
HL: Era más bien una especie de camaradería.
un don es�ec1al de a�aptaxse al hombre, tienen eso. Bueno, yo
0: ¿Y cómo se le ocurrió a ella proponerle casamiento?
mo cnLendfa muy bten con ell a. ¿Una mujer puede tener un
am1g? qu� solo_ pueda verla los d omi ngos? Terminado. HL: Simplemente Jo propuso.
0: rernble. 0: Es extraño, ¡:¡no tiene estas ideas recién cuando conoce un

HL: ¿ o es cierto? Entonces, no sab ía qué hacer los domin­
poco más de cerca a un hombre. ¿Qué ocupación ten.fa?

gos. Y sm pensar o, �in re{\��ionar qué consecuencias, qué
HL: No trabajaba, ten.fa dinero, su madre pudo rescatar mucho.
0: ¿Además tenía dinero?
gra�es conse�uenClas 1ba at�r, le digo: ¿Por qué no quieres
HL: Además tenía dinero. Aquella vez, cuando me separé de
vemr el dommgo? Yo mismo J lle. metí en el asunto. Y ella
Luise, estaba muy contento, y todo salía bien, ella firmó. Y
ise había divorciado' enton:
encantada, dice que sí, entre táflt(
luego, en seguida, volvió a empezar. Y yo me dije lo siguiente:
ces podía venir los. domingos. Si hubiera sido un par de
. no le voy a dar demasiado dinero y entonces todo va a andar
,
semanas antes hubtera dicho que no, pero éste era justo el
mo�ento menos apropiado, y así volvieron esos estúpidos bien. Yo todavía era joven. Usted no tiene que olvidar que ya
tuve mis festejos, o más bien mis condolencias, por mi octaaé- b
dommgos. Ahora el domingo es el dia del robo, porque ella
SlmO octavo cumpleaños. Entonces tenia veinte años menos, y

permanentemente me pide dinero.


0: ¿,Todos los domingos? pude mantenerme, no le duba tanto dinero. Entonces, una vez,
HL.: Y ad�más, nec¡¡sito esto, dume un par de billetes de cien nos peleamos, y yo dije no, no voy a darte tanto dinero, y salí,
y ella directamente me arrastró hacia adentro. Yo tenía la
más, Y todavw esto y lo otro. Nunca lleva plata, siempre tengo que
pagar todo. Y después, con lo que queda, empieza a exigir cosas. fuerza suficiente como para resistir, y no habría sido tan
0: ¿Y esta polaca no podría habct·sido una buena amiga para terrible si no hubiera empezado el asunto con los domingos.
usted? Ella dijo entonces: muy poco dinero, y puso límites, y empezó
;:¡ venir únicamente dos veces al mes, y eso volvió a enojarme.
HL: �!la me lo propuso, incluso quería casarse conmigo, pero
- que no tb a obtener una pensión, ella era mucho más
yo Le dJJe ¿Por qué no quería ir al cine? Para enwnccs había contraídu
�. matrimonio, pero no me había dicho nada. Si hubiera sabido
JOven. Ento�ces dtJO: bueno, también podríamos juntarnos,
que se había casado, entonces hubiera cortado inmediatamen­
pe�o yo no dJJ� nada al respecto porque ya había empezado con
Lutse. Despues se ��ó. Ye nosab �a quc iba a vivir tanto, y para
te. La polaca, entonces, vino una vez a verme y dijo... Luise
obtene� una pensJOn es necesano cstaJ· casados durante un había dicho que su madre no quería que yo fuera a verla a su
c1erto ttempo. casa, y yo le dije, bueno, entonces encontrémonos en mi casa. La
polaca dijo: probablemente tiene un amigo, pero esa idea me

218
24!)
de Seguridad Social me paga una jubilaci<in, y que el Seguro
resultó desagradable, y pensé que, en realidad, quizá la madre
M unicipal me paga un suplemeno. l Le mostré las cartas, pero
no q uería que yo fuera . Y no corté con ella. La situación quedó
no entra en su cabeza. Dice suplemenLo, pero yo tengo que
entonces así, la veía dos veces al mes, y los domingos los pasaba
recibir una segundajubilación municipal. No puedo convencer­
con !a polaca. Esta luego se consiguió un novio y, de repente,
la de que el suplemento es en realidad un regalo que me hace
volVJ a eslar solo los domi ngos. Si la doctora Gardiner me
la Caja Municipal, ellosno tienen ninguna obligación de pagar.
hubiera enviado entonces aquellas píldoras verdes...
0: ¿Qué clase de píldoras verdes? Es un suplemento de la jubilación estatal. Ella lo interpreta
como una segundajubilación y, además, un suplemento. ¿Qué
HL: Píldoras que le levantan el ánimo. Si me las hubier'l
mandado cnlonces, hubiera tenido una excusa. Hubiera toma­ quiere usted? De la única manera que uno podría lograr algo
do una píldora Los domingos y hubiet·a pi ntado. Cuando la con esta mujer es matándola.
doctora Gardiner me envió las píldoras, yo ya había dicho: Ella afirma que yo cargo con una cu lpa, porque siendo tan
Veámonos los domingos. Ese fue el error... vi ejo empecé a salir con una mujer joven. Otros hombres que
0: ¿Qu� clase de pfldoras son ésas? ¿Cómo se llaman? tiene� una mujertanjoven le alquilan una vivi enda y qué sé yo,
HL: Ay, estas píldoras, la verdad, ni siquiera me> acw"rdo, m¡;c ella dJCC que yo dependo de ella, que le debo. Puedo mostrarle
tengo que fijar. No es haschisch, pero lo levantan a uno' 1<, cartas en las cuales usted puede ver que ella depende de mí.
Pone las cosas de tal manera como si yo la hubiera seducido.
estimulan.
0: Quizá sean anfetaminas. Usted, como mujer, ¿piensa que yo le debo algo? ¿Le debo algo,
HL: El doctor S. dice que..puedo tomarlas una v�z por tengo que casarme con ella? Tiene el punlo de vista de que
\ ahoradebo casarme con ella, porquehemos estadojunlos tanto
semana. Ahora, hace sema.tas· que no tomo ninguna. Las
tomaba cuando salía a pintar. AhO�;a ya no pinto más. tiempo y ella era entonces tan joven, cuando empezamos a
0: ¿Y esas píldoras pueden comprarse en la farmacia? salir. Que ella tendría que haberse casado con un millonario y
HL: Aquf no se consiguen, pero en Norleamérica sí. Pero el qué sé yo qué cosas. El doctor E. dice, sin embargo: Si usted se
doctor S. dice que no son peligrosas si uno toma una o dos por casa con ella, entonces yo no voy más. Usted no le debe ni un
s:n:tana. Ahora hace mucho que no tomo ninguna, el 'efecto, centavo, opina el doctor S. Como mujer, ¿cómo ve usted la cosa?
logtcamente, es cada vez más débi l. Bueno, en�onces ella 0: Yo, como mujer, también pienso que usted no le debe
empezó a venir Jos domingos. Antes venía únicamente dos nada. Me sumo a las otras opi niones.
veces por mes, porque le parecía muy poco dinero. Y no se mo HL: Ella tendría que haber pensado.. .
oc urrió pensar: cuidado, pol· ahora viene t
Ílticamenle dos veces 0: Sí, con seguridad. En una relación cua lquiera tiene el
derecho de decir que no quiere más. Incluso en un matrim01tio
al mes, por lo tanto, has conseguido Jo que en realidad querías.
D o: vecesa! mes, eso no es ni�guna catástrofe. ¿Por qué? Antes
es posible separarse, y pedir el divorcio.
,
salla conmtgo e 1bamos al eme, ¿po1· qué no quiere ir más al HL: Es siempre la misma historia: ¿Qué va a pasar cuando
�ine? Esa �ue una estupidez de mi parte, ¿para qué íbam os a ir muera? Todo el tiempo habla de mi muerte. No es un tema muy
JUn�s al eme? Y entonces cometí esta tontería y le dije: Ven el agradable.
dommgo... y t.oclo lo que había conseguido, lodo lo <¡J� h;:.bia 0: ¿Le resulta desag¡:adable a usted?
log1·ado, se perdió una vez más. HL: Si, lógicamente me resulta desagradable, ya que no sé
De alguna manera, las cosas funcionaron mit!H�n;c. ] tl;, qué es lo que puedo decirle. El doctor K dijo, en una oportuni­
esluvosana. Pero luego murió su mad1·ey llegaron h:; ,L. cr .•
.
d..,d, que el Archivo la iba a ayudar, en otra oportunidad dijo
dades, y lambi�n envejeció y se puso más loca. A. l•.:n•. c:<;t;, que no era un asunto del Archivo ayudarla. No conozco nada de
totalmente loca. Por ejemplo, no puedo explicarle q••c
· b c._�., este tema, y ella quiere saber qué va a pasar con ella.

250 251
0: De c ualquier manera, tcnclríti que conseguir una pensión usted comprende que yo piense en huir y refugiarme con una
mfnima. mujer que me escribe una carta hermosa.
HL: Claro, yo también lo creo. Cualquiera que no tiene 0: Podría huir y enviarle dinero a Luise todos los meses.
absolutamente nada y que tiene más de 60 años tiene que HL: El doctor E. quiere convencerme siempre de que estoy en
recibir una pensión mínima. Pero no sé en realidad a cuánto una situación excelente, queella es una psicópata que no puede
asciende. Voy a averiguarlo. De cualquier manera, ella no hacerme dañoy que; en realidad,yo soy culpablede todo, ya que
quiere saber nada al respecto, es algo terrible, una pensión no puedo comprender correctamente la situación, ni dominar­
mínima después de tantos años, y CurdJürgens le dio a Simone la. Usted ve que la doctora Gardiner opina que lo mejor sería
tant.os millones. viajar a Alemania. Ahora, por lo menos, está esta mujer, pero
0: Naturalmente que no se trata de mucho dinero, pero de la antes, antes de que llegara esa carta, no había nadie allí, y con
pensión mínima uno puede vivir. Hay que admitir que ella no esa carta tampoco puedo hacer mucho. El doctor S. opina que
se encuentra en nna situación muy agradable. Piense usted de ninguna manera debo pensar en hacer visitas.
que tiene 60 años y que no sabe de qné va a vi vi r. 0: ¿Y los problemas de conciencia con respecto a Luise,
HL: Ese es el punto c.titico, el hecho de que ni el doctor S. ni provienen de la promesa de casarse con ella?
el doctor E. pueden ponerse en la posición de Luise. Ellos HL: No por la promesa matrimonial, ella firmó entonces que
tendrían que decirse a sí mismos que se trata de nna situación renunciaba a cualquier tipo de reclamo. Pero a veces pienso
muy desagradable cuando yo se que todos los mese;; recibo que, si estuviera casado, quizá ella me trata1ia mejor. ¿Qué
tanto dinero y que a partir del.pt;mero de enero no voy a recibir más puede pedir? Pero el doctor E. y el doctor S. dicen que ella
nada más. Esto también hay·.que.tenerlo en cuenta. Pero ellos no cambiaría, estuviéramos o no casados. Entiéndame, la
no lo consideran para nada. E)JP!> ,po le deben nada, ella tiene mujer es una psicópata grave y no tiene una idea correcta de lo
que estar contenta si recibe algo. Derechos no tiene. Es necesa­ que debe ser y de lo que no debe ser. Todo se relaciona con su
rio admitir que esta mujer está en una situación muy desagra­ persona, todo lo que es favorable para ella, eso está bien, y todo
dable. Y bueno, ¿qué voy a hacer? ¿Viajar a Norteam�rica? La lo que no le conviene, eso está mal. Desde este punto de vista,
doctora Gardiner me dijo: como usted no habla inglés; Nortea­ el casamiento no sirve para nada. Yo tampoco creo que ella
mérica debe quedar fnera de sus planes. Annque una lengua, cambiaría.
en úl t ima instancia, uno l a puede aprender. Con seguridad 0: No, yo tampoco lo creo.
c¡uc, a mi edad, eso no a va resultar fácil. Pero cuando uno se HL: Yo le dije que, :;;i quiere casarse conmigo, entonces

11 encuen tra en un país, apnmder es más fácil . Ella dice: para


usted, lo único que queda por· con�idcrar es Alemania. Pero,
tendría que tratarme de otra manera. Entonces me d,ijo que, si
as! fuera; se mostraría desde otro lado. ¿Qué opina al respecto?
1 ¿quión me recibiría en Alemania? Ahora, por lo menos, está 0: Esto es muy gracioso. Eso quiere decir que, de alguna
esta mujer allí, pero anles no tenfa absol utamehte a nadie en
.

manera, ella siente que no se comporta con usted de la manera


Alemania. más agradable.
0: Probablemente no podl'ia jamás decidirse a viajar a HL: Aparentemente es coqsciente de esto.
Alemania o a Norteamérica. 0: Y dice que se mostraría entonces de otra manera. Sí, quizá
HL: Probablemente no quieTo decidirme, ya que pasaría a durante dos semanas, pero luego...
ser una persona totalmente dependienlc de aquellos que me HL: A veces pienso para nú, bueno, si me caso con esta
1·eciban. En Norteamérica conozco gente desde hace mucho persona, entonces no tendría que escuchar estos reproches
liempo, sería otro tipo de relación. Pero depender de personas eternos. Pero son esperanzas vanas, una persona así no cam·
totalmente extrañas, que o no no conoce ... en última instancia, bia. Cuando una persona es así, y uno no se puede llevar bien

2!'í2 253
con ella, el carácter permanece igual, se case uno con clla o no. hubieras perdido todo en el juego, habría sido diferente. Pero
_
0: ¿Alguna vez habló con ella con respecto a cómo p1ensa no hiciste nada, simplemente te lo quitaron, y no puedes ha..:er
que
sería todo si estuvieran casados? nada al respecto. En realidad todavía te pertenece, en la
HL: No quiero tratar este tema para nada, porque entonces fantasía te pertenece siempre.
ella, lógicamente, no lo suelta. Fijese usted todos los inmigrantes que vinieron. Los psicoa·
O: Pero ella debería haberse dado cuenta hace rato ya de que n alistas dijeron que setrataba de un rasgo masoquista, el hecho
usted no se va a casar. de que yo no me lamentara por haber perdido todo. Pero eso no
HL: Aparentemente todavía no se ha dado cuenta. es c ierto. Porque a los n
i migrantes en general no les preocupó
0: ¿Usted cree que todavía tiene esperanzas? demasiado. A mí también siempre me asombró el hecho de que
HL: Eso parece, si no no hablaría permanentemente de no se preocuparan mucho por el asunto. O bien se imaginaron
casamiento. ¿Es cierto que el gas no es más venenoso? que era algo transitorio o, como en mi caso, pensaron que eran
0: Sí. listos y que iban a volver a ser ricos nuevamente. Asi como antes
HL: ¿Está usted segura? el dinero no tenia ninguna importancia, porque había mucho,
0:Sí, estoy segura. tampoco tuvo importancia después, cuando no teníamos nada.
HL: O sea que no tiene ningún sentido abrir la llave ele gas. El doctor S. dijo. en una ocasión: Los hombres son verdade­
0: No. ramente estúpidas. Sí, los hombres son estúpidos en vE.'rdad Yo
HL: Con el dinero, con esos 50.000 chelines, realmente no tengo el siguiente punto de vista: las mujeres han sido oprilru­
tenia derecho, fue algo irracional. das por los hombres, eso es cierto. Y entonces desarrollaron
O: Pero resulta algo satisfa.Ctorio;•cuando uno tiene mucho ciertas características, así como lo hicieron los judíos. Los
dinero y puede decir: bueno, aqut{!s¡;.án tus 50.000 chelines. judíos fueron oprimidos y, lógicamente, buscaron una salida.
HL: Pero fue algo irracional. Las mujeres encuentran la salida mucho más rápido.
·

0: No todo lo satisfactorio es racional. Fíjese usted, una vez yo tenía un estudiante a mi cargo, que
HL: Uno podría decir: para mí fue algo satisfactorio no poder dejó devenir. Llevó acabo una seriederodeos, muy difíciles, me
refrenarme y decir: aquí tienes. Algo así, más o menos. Ese es buscó en la revisla de seguros, y no sé cuántas cosas más. Fíjese
un punto muy importante. Cuando empieza a quejarse, estoy usted qué fácilmente me encontró ella.
tan enferma, necesito esto y aquello, esto cuesta tanto y tanto 0: Pero no se puede decir que la lógica sea una C!iracteristica
y yo tengo que darle protección, entonces me digo, esta mujer que las mujeres hayan desarrollado especialmente.
me amó, tiene� que darle una base. Estas palabras, usted HL: Usted llegó al punto. El espíritu de las mujeres trllb«.i<�
comprende, me ablandan. Antes era rico, y podía afrontarlo. más rápidamente. Yo veo esto también en Luise. Ella tiene una
Pero ahora ya no puedo hacerlo más. Y, a pesar de que hace ya astucia que eQ realidad desarma. Ir a la boletería y decü-, yo
décadas que soy un inmigrante, me siento todavía justificado encargué entradas, el boletero no se acuerda del nombre.. yo
de hacer regalos de este tipo. En realidad, éste es el punto. no podría hacer algo así, pero ella se anima. Yo creo que. E.'n ias
0: Algo así también a mí me parece muy extraño. mujeres, cómo podría decirlo, en las mujeres el e�píritu t rabah
HL: Quierojugar al gran señor, a pesar de que no poseo nada. más rápidamenLe, tiene más recursos. Porque> C'l p!lnfHIrapid.•
O: Aparentemente, uno no puede desprenderse nunca de y el pensar despacio, son cosas que tienen i111pvrt•ut<:ia.
esas cosas de la infancia y de la juventud. Usted puede ser muy inteligente, pero si piensa Jcnt�•rnC't· te
HL: Yo era rico, pero perdí todo. Perdí todo pero de una pierde las oportunidades y no le sirve para nadn
manera injusta, simplemente me lo quitaron. Y quizás, en el Y puede meterse toda su inteligencia en el bolsillo Y P�'n ,
inconsc iente, yo piense: en realidad todavía te pertenece. Si algo que me sorprende tanto de Luise, lo rápirloqu, ',:,¡ •¡.m··11

254 �
·... j
lo que es útil para ella. Bueno, ¿cómo procederla usted con 0: Quizás ella también tiene únicamente una casa con un
Luise, si estuviera en mi lugar? solo ambiente.
0: Me resulta muy difícil ponerme en su lugar. HL: No, no creo que sea así.
HL: Porque usted es una mujer. 0: Y después, todo va a volver a ser exactamente como con
O: No sólo por e5o. Yo soy una persona totalmente diferente, Luise.
jamás toleraría cosas así de nadie. HL: O sea que usted opina como S. y como E., que yo tengo
HL: Eso es: yo he tolerado demasiado de ella. Y ahora la el derecho moral, digámoslo así, de dejarla, y de no darle más
situación es la misma que ocune con aquellos maest.ros por los nada, y de abandonarla totalmente.
cuales los alumnos no tienen ningún respeto. Entonces, el 0: Desde el punto de vista legal, tiene ese derecho.
maestro puede hacer lo que sea, no sirve para nada: En el HL: Para ello, tendría que estar casado, o por lo menos
co)egio teníamos un profesor de matemáticas, que hasta tarta­ tendría que ser mi compañera.
múdeaba. Pero su aspecto todo, su modo de ser era tal, que 0: Usted sabe, todas estas trabajosas cavilaciones tienen
nosotros lo respetábamos. Hacíamos burlas con respecto a los que ver con lo legal, lo sabe muy bien. Pero con la postura legal
otros profesores, les dábamos apodos y los criticábamos. Pero no arreglamos nada.
con éste, ning1.Ín apodo ni nada, todos lo respetaban. El sabía HL: Sí, hay un proverbio romano: Summum iu.s, summa
cómo infundir respeto. Y así ocurre también con los animales iniuria.'
y con los niños. Y en mi caso, se perdió el respeto. Entonces, en 0: Después d� haber estado con una persona durante 30
realidad, sólo queda terminar. Porque nada sirve ahora, nada años, es prácticamente lo mismo que un matrimonio, aun
de lo que haga, nada de lo que,diga, sirve para algQ. cuando, no convivan. Y en un matrimonio puede ocunir lo
Le dije al doctor S.: Quizá':me case con ella, así obtiene el mismo, que las personas ya no se entiendan.
seguro médico, y después me suif;i.q,g_. Y él dijo: ¿Qué, además HL: Sí, si uno deja el punto de vistajurídico de lado, entonces
de matarse a causa de ella quiere l'ecompensada? es algo así como un matrimonio.
0: ¿Qué quiere decir recompensada? Usted la recompensa Q_ Y usted no va a poder hacer algo así, no necesitamos
en realidad todos los domingos, cuando se encuentra cqn ella. discutirlo. Si no, se hubiera separado hace ya tiempo.
Además, todo es un disparate total, casarse y después liquidar­ HL: Bueno, alguna vez tiene que suceder algo porque,
se. Yo creo que ya tiene un seguro médico. Usted le dio el dinero finalmente, no voy a tener más dinero, no voy a poder pagar
para el seguro médico. más el alquiler y entonces voy a tener que suicidarme. Alguien
HL: No sé si lo utilizó para eso. Se compra cosas permanen­ dijo, en una ocasión, que todo se iba a tranquilizar cuando yo
temente. No sé si lo utilizó en realidad para el seguro médico. envejeciera. Pero en mi caso nada se tranquilizó.
No tengo ningún comprobante. Desde el principio tendría que He pensado muy a menudo en Dostoyevski, y en su novela
haber actuado con esta mujer. en forma diferente. Pero .ya ·no Los hermanos Karamazov. Pensé que, en realidad, yo repre­
tengo fuerzas para eso, y estoy demasiado viejo como para sentaba a los tres hermanos. Soy Alioscha, ¿no?, soy Iván, que
apm·tarme de ella. Este es el final al que he arribado. Para no siempre discute, y soy Dimitri, que desan-olla pasiones inten­
verla, tendría que t·ecogenne alguien en Norteamérica. Quizá, sas. Y esto, lógicamente, es una cosa muy difícil. En Dosto­
comenzar algo con esta señora Bulle, Pero en realidad no sé:, yevski usted ve que cada cual se conforma con sus cualidades.
quizá su simpatía no vaya tan lejos. Dimitri es una persona apasionada, dominado sobre todo por
0: Pero usted no l a conoce para nada. No pLtede pretender de
una mujer totalmente extraña que lo albergue.
• La aplicación más estricta del derecho lleva a las peores injustic-ias.
HL: Bueno, ella esc1ibió como si... (N. del T.)

256 257
sus sentimientos, el otro piensa más y el tercero busca la estos domingos. La polaca lo describe muy con-ectamentc: es
verdad. como ascender al Monte Blanco todos los domingos. Tengo que
Pero en mi caso estas tres personalidades están reunidas en invertir tanta fuerza cuando estoy junto a esta persona. Por
una sola persona. Permanentemente busco la verdad, y no ejemplo, estoy oyendo mal, y ella podría hablar un poquito más
consigo aclarar nada, a pesar de mi edad. Y las pasiones fuerte. Pero habla en voz baja, porque hablar más alto represen­
también están, discúlpeme, lógicamente, no el aspecto libidi­ ta demasiado esfuerzo para ella. Y cuando habla, siempre lo
noso, pero odio y rechazo y atracción, todo ocurre como en un mismo, es algo tan poco interesante, lo que hizo la vieja de
hombrejoven. En realidad, tendrían que tener otra forma. ¿No Bohemia, que no abre la ventana, y cuya hija es visitada
es algo extraño? Y tampoco sé cómo explicarlo. No puedo permanentemente por hombres. El chismorreo, es imposible,
explicarlo al ribuyéndolo a un carácternacional. Usted lo ve, en ya no sé, y ésta dijo esto y aquélla dijo lo otro. Tend1ia que
la novela de Dostoyevski esas tres personas son independien­ haberla conocido a usted hace tiempo, cuando todavía erajoven.
tes, están separadas entre sí. Pero estas características en un 0: ¿A quién?
solo ·hombre, hasta una edad tan avanzada, eso es algo un HL: ¡A usted! Ustedhubiera sido una mujer apropiada para
poquito extraño. mí. Cuando veo a ese pobre papagayo encadenado, me da
0: No debe olvidar que en una novela las distintas caracte­ lástima. Está allí trepado, y es lo mismo que cuando encierran
tisticas deben estar representadas por distintas personas. Si a una persona. No puedo entender que a esta mujer le cause
no, no se puede escribir absolutamente nada, resulta muy alegría ver al animal todo el día en su jaula.
difícil. 0: ¿Tiene un papagayo en su casa?
·

HL: Si no, uno se confunde'\iñ;poco, como ocurre en mi caso HL: Sí, en su casa, y también tiene un perro, es una especie
ahora, ¿no? ._., ':.,, de gran danés o algo por el estilo. Es muy grande, cuando uno
0: Aparentemente es una ilusión creer que, cuando uno llega, entonces ladra y la cosa dura siempre unos diezminutos.
envejece, se vuelve más, cómo podtia decirlo, más inteligente Es necesario llevarlo a otro cuarto. Antes tenía tres jaulas con
y esclarecido. papagayos. Y bien, tener un pen-o, comprarse inodoros, no
HL: Pero en general es así, las personas mayores son más tener seguro médico, todo el cuadro es una locura absoluta. Por
tranquilas, pasan más tiempo en la cama, ¿no es así?, eso no es descuido propio caí en una situación deirante,l y tengo que
una ilusión. aceptarlo, todo por culpa de mi tontería. Usted recuerdaA.silo
0: ¿Usted Jo cree? Yo no conozco tantos ancianos, no lo sé. nocturno de Gorki, hay un barón que no sabe cómo llegó a
Q.uizá sea únicamente una opinión popular, que no coincide con pertenecer a esta sociedad. Asf me siento yo también: ¿cómo es
·1a realidad. que usted llegó a esta Luise? ¿Cómo llegó a esla mujer?
HL: Bueno, mi madre llegó a la edad de 89 años, y estabamuy Paso sentado horas con ella. Antes no iba nl!nca al tcalro,
tranquila. Por Jo menos en mi caso, todo está entremezclado pero ahora es una locura total, ahora vamos juntos al teatro, y
ahora, en mi caso reina, digámoslo así, el desorden. La polaca luego vuelve a ir sola por la tarde, al teatro Raimund. Esa obta.
dice que fue una debilidad ele mi parte viajar a verlo a Freud. Señora luna ya la vio cuatro veces.
Bueno, no tengo muchas salidas, puedo intentar algo diferente, 0: Ten-ible. ¿,Los domingos siempre va al Loatrc?
está Norteaméricn, está la señora Bulle, está el salto por la HL: Si, por la tarde. Quería que yo fuera también por la
ventana. noche, pero me negué. Esta mujer no es tan vieja, podría
0: Si usled salta de l a ventana, entonces no va a poder buscarse otra persona. ¿Por qué no busca a narl1e?
intentar nudu mas, sería el punto final. O: Bueno, digamos que con sesenta probai.Jlemente no sea
HL: Usted no tiene una idea de la torttn·a que representan tan fácil.

2�8 25!J
HL: Pero hay suficientes hombres en Viena. m-reglar en una cantidad. Y cntoncos yo dije: 'I'icne que ser una
0: Probablemente existan pocos hombres de esa edad, mu­ cantidad muy grande. Ella tendría que poder vivir de eso. La
chos cayeron en la guerra. Pienso que hay pocos hombres de esa doctora Gardiner escribió que alguien se había identificado
edad. conmigo, y que quería tener un cuadro mío. Pero cuando se
HL: Bueno, ésa es la tragedia, ella también lo dice, que no trata de dinero, entonces, de repente, silencio. Bueno, el Archi­
hay hombres. vo, ¿no? La últimB: vez le leí algo al respecto. Lo que le leí en
O: Es cierto, todos fueron a la guerra y los que sobreviven la respuesta de u na carta de S. a E., en la que le preguntaba s1�
están bien agarrados. estos así llamados am.jgos norteamericanos estarían dispues­
HL: Usted también tuvo un marido. tos a recibirme.
0: ¿Cómo uno? Yo no tengo sesenta años, hay bastantes 0: No me leyó nada.
hombres de mi edad. Es otra generación. HL: El doctor E . escribi ó que no tenía los medios par<l
HL: Ah claro, usted cree que especialmente la generación de mantenerme allí. ¿No se lo leí?
Luise... 0: No.
0: Yo nacf en194.3... I-IL: Bueno, entonces puedo contárselo. El no tiene los me­
HL: ¡Dios mío! Eso fue después de la guerra. dios para mantenerme, lo único que podría hacer sería buscar­
0: No, durante la guerra. me un lugar en Nueva York, y luego la terapia, él podría
HL: Fue todavía durante la guerra... tratarme. Pero cree que si fuera a Suiza o a Alemania, debido
0: ¿Cómo es en realidad su relación, hoy en día, con su a mi... ¿qué es lo que escribe?... gran poder de adaptación. Me
sastre? ·. gustaría saber dónde está el gran poder de adaptación, no lo sé.
HL: Es una persona muy agiadñble� Este traje me lo hizo él. ¿Qué quiere decir con gran poder de adaptación? Bueno, logré
Siempre dice: Cuando necesite algo�'entonces venga a verme, salir de Rusia y también superé el problema en Rumania,
coser un botón... cuando los francese� no reconocían las monedas e":tranjeras.
0: ¿Usted no puede coser un botón? ¿Y qué dice el sastre de Logré un par de cosas Pero a mi edad, ¿dónde puede estar el
eso? gran poder de adapLación? El escribe, en todo caso: cree que
HL: Le pregunto cuánto le debo, y me contesta, o bíen 3 teniendo en cuenta mi gran poder de adaptaci ón podría encon­
chelines, o bien nada. trar n uevos amigos. Bueno, eso también es una fantasía. A mi
0: Realmente es muy barato. edad ya no se encuentran amigos.
HL: Incluso quería regalarme una chaqueta, pero no me 0: Es difícil, usted tiene razón en eso.
quedaba bien. En realidad, si todo fuera como lo describió la HL: Pero lo que más me enoja es lo siguiente: nunca le di
doctora Garcliner, entonces todo tendría que ser muy diferente. tantos cuadros a la doetora Gardjner como la última vez. Y
Y eso me sorprende, y me pregunto: ¿cómo es que ella no ve que jllsto esta vez, no recibo nada a cambio. Por otra parte, una vez,
todo es direr·ente a lo que describió? El hecho de que nada de fue hace mucho Liempo, pinté un cuadro de tlllestro estanque en
esto la moleste. Tendría que molestarle, tendrra que estar al Rusia, y lo vendí por intermedio de un conocido, que es pinLor, ·
tanto del desastroso estado psíquico en que me encuentro. al ministerio Me pagarou 7.000 chelines por él, entonces era
Seguramente lo sabe por el doctor E., él tiene que habérselo una cantidad importante.
con tado. O: ¿Aquí en Viena?
0 : Pero usted dijo que no le había hablado demasiado sobre HL: Sí, todavía se encuenb·a en algún lugar de Viena, en un
Luise. ministerio. Este pintm·, el ciJnocido mío, tuvo la ocurrencia de
HL: No, no le conté demasiado. Ella me dijo: Quizá puedan designare! cuaJ1·e er. furm<.�. musical, y entonces agregué un par

260 261
de notas. Y la cmplenda del mi�i!:;tedo elijo: ¿Qué título tiene el UNA RELACION HUMANA
cu ad o? No ¡Jul'do esr:ribir onda más que notas. Entonces yo le
. �
diJe: ;PatSaJ " ruso", así se llama el cuadro. Esa fue una compra
por encargo Ya no salgo más u pintar. Me resulta muy dificil.
Y pmtar con pusteles no es pintar en serio, no es más que polvo,
y no dura.
En todo caso, la do:tora Gardi ner es una mujer rica, podría
haberme c•w 1rlo el dmero. ¿No cree usted? En última instan­
,
ciahy ella trn .uién lo dijo se hizo famosa gracias a mí.
0: ¿Ella dijo eso?
HL: Sí, anora tiene un nombre.
0: ¿Y antes no lo tenía?
!'iL:.Antes no era �onocida como psicoanaista. l Se ocupaba
�a s bten de pedagog¡a Pero luego, muchas personas le escri­
.

bteron a causa de rní, la editora Fischer le envió la carta de la Hombre de los Lobos: Bueno, e imagínese que todavía tenía en
señora Bulle. En realidad, podría enviarme algunos centavos. el banco, en la caj a de seguridad, estampillas que, en algún
0: ¿,Trató de rastrear el dine.r.Q .aquí en Viena? tiempo, fueron tasadas en unos 10.000 chelines . Y me encuen­

. :

HL: Sí ell v�lvió a �re gunt�e , cn esta carta me pregunta tro con Luise, y ella me sigue y ve que entro en el banco. Y
entonces yo quería most.rarle que no tenía nada más en la caja
SI ya rec1h · dmt�··>. " •,JI.·no. ¿qLté.,� l
o que hay que hacer en
estos caso� .1lttnc 1H.H::varnenlc algunos centavos. E lla es de seguridad. No tengo nada más en la caja, me había olvidado
millonaria, una mu.1r·· rica. t-ío pasa nada. Siempre reviso el completament.e que todavfa estaba el álbum con las estampi­
cast!l e:o del cor�·eo, vacío, y ya no tengo más ganas de piptar. llas . Entonces ella lo vio y empezó a decir que quería hacer
Ñ!e u·nta muchJSHno el hecho de haber perdido las ganas de tasar las estampillas conmigo. Ust.ed sabe, con las estampillas
pmtar. No se puede confiar en nadie. es necesario ser un conocedor, yo no sé de este tema, no son muy
valiosas. Había también estampillas de la época de Hitl er,
alguien me dijo una vez que únicamente una hoja tenía algo de
valor.
Entonces ella dijo que quería ir a tasarlas conmigo. ¿Y cuál
fue el resultado? Fue a !.asarlas conmigo, yo podría haberlo
hecho solo, y la tasoción alcanzó a 17.000 cheli nes. Y entonces
me pidió las estampillas y dijo, cuando mueras, me van a
desalojar, y no puedo pagar el alquiler, y quiero las estampillas.
Bueno, nuevamente tiras y aflojes, y usted ya me conoce. Hizo'
lo que siempre bace, obtuvo dinero de mí, al despedirme exigió
que subiera y le bajara dinero. Y yo le dije: Bueno, está bien ,

pero únicamente con la condición de que no me pidas nada más


hasta que el doctor E. mnndealgo. Me lo prometió. Resulta muy
denigrante para ella, estar allí sentada siempre como una
mendiga. Bueno, cst.uvo de acuerdo. Nos pusimos de acuerdo

262 263
Lransitoriamente. No sé qué �a a resultar de esto. l-Iablé con el como odian los ¡ usos, ningún otr·o pueblo puede odiar, son
doctor S. al respecto, y él me dijo: bueno, podría haberse hecho
·

capaces de un odio tenible. Me dijo: A veces tengo miedo de


lambién de otra manera, pero ahora ya ocurrió, y como usted usted. Eso ya lo había dicho anLes. Y ahora dijo, cada dom'ngn
tiene un cierto sentimiento de culpa... permanentemente ves­
una ascensión al Monte Blanco. Las cosas S(l acumul an y se
tidos nuevos, y ahora empieza de nuevo con el reumatismo. El
acumulan y alguna vez van a originar nna desca rga teniblu. Yo
de las estampillas me hubiera dado 5.000 chelines como ade­ no lo creo. ¿Qué E¡S lo que voy a hacer? ¿Qué significa una
lanto, y lo que después hubiera sacado del remate, no lo puedo descarga? A menudo estas relaciones terminan con una verda­
saber. Ella dijo que conocía gente que coleccionaba estamp1llas dera tragedia. Pero creo que, por ahora, puedo conser\'ar la
y que, con seguridad, iba a obtener un mejor precio que yo. Pero calma, y no creo que llegue a hacer alguna locura. Uno nunca
ahora ya ocurrió. ¿Qué piensa usted? sabe.
()bholzer: ¿Y usted cree que las cosas van a quedar así? 0: A veces usted se encuentra realmente de un hutnOl'
HL: No, no lo creo. miserable.
O: Yo tampoco. ¿Acaso tomó hoy las píldoras verdes de la HL: Es que nada funciona. No puedo seguir saliendo hasla
felicidad? que cumpla 200 años con Luise, r i a tomar algo, ir al teatro,
HL: No, hace meses que no las tomo. cosas que no me interesan, i.r a esos cines. De alguna manm·a
0: IVIe da la impresión de que· está un poquito acelerado. tiene que terminar. ¿Pero de qué manera? Por ahora mere.5uIta
HL No, lo que pasa es que, como llegué demasiado tempra -
imposible preverlo. Dios mío, la polaca tendría que e.;tnr
no, me senté en un local, aquí cerca, y tomé un vaso de vino. agradecida, se casó con un hombre rico. Hace poco estuvieron
0: Espero que no haga ningw¡a tontería como aquella vez, en la India, en Vietnam y creo que también en algún lugal' de
para las Navidades, con Luis.:: ·:.-
. .•
China. Creo que está también un poquito loca. Ahora cree e., !11
HL: A veces pienso que debería_$JI.lt_arle algo del libro. Ahor� transmigración de las almas. :Me dijo que me encuentro en un
me pregunta siempre: ¡,De dónde sacas el dinero? Porque le di estado totalmente lamentable. Cuando muera, mi alma ;;o va
tanto dinero. a encru·nar en el cuerpo de un perro. O sea qLJe las probabilida­
0: ¿Ella quiere saber de dónde tiene usted el dinero? , des son bastante malas. Y además, hay una cienciajaponesu de'
HL: No sé lo que debo decirle. Ya le di todo el dinero que agrupar flores. Y ella se ocupa ahora de eso.
obtuve por el libro. 0: Ikebana.
0: Dígale que lo ahorró. HL: Sí. Y luego, me contó que su madl'e, ya fallecida, la vi.->iLó
HL: Eso es lo que le digo, pero no Jo cree. dos veces después de su muerte. Y es to lo toma como ,, 11«
0: ¿Por qué no? verdad absoluta, ciento por ciento. Vea usted, rnn c:-;ta.; p<'t.:n
HL: Bueno, ¿por qué entonces antes le daba tan poca plata?
nas tengo trato. Pero ós�a era tolalmen te ínocent<>. Y adcm,u,
Cree que yo Lenía el dinero también antes. era muy hábil. Logró sacar muchas riquezas de l'olnnia. fo••ro
O: Pero entonces, usted todavía no lo babia ahorrado. lo hizo, no lo sé. Nos enlendíamos muy bien. Las polucr"!' t .•
<mPr•
HL: Bueno, podría decir eso. una capacidad especial no es que SC<m más li ndus qur ni J'lh
0: De L\Jdas maneras, ahora ella le pregunta: ¡,De dónde
,

rnuje1·cs, pero pueden adaptarse mejor al hombre. Y ell.1 ')�


sacas el dine1·o? también una inmigronte, su padre era un fabricaale mtty t'WI>,
HL: No lo dice en l'ot·ma directa. Dice cosas como ésta :
creo que era un nuevo rico. Además, tiene olra cualidad ¡ w•·
negocios oscuros, tus negocios oscuros. llueno, la polaca ya lo buena, y es que no pretende descender del rey, como tod •s In�
dijo: cada domingo una ascensión al Monle Blanco. Esta es una restantes polacos Todos los polacos, exceptuánaula, afrm, :
polaca, una eslava, existe una cierta similitud. Y ella dijo que, en verdad que descienden, ap;ucnternenle, dPl réy. !•:r. ln<.J,1

2G4
0: ¡,Por qué no'! Léalas, por favor.
caso, ella me arruinó wdo. Porque me encontraba con ella los
domingos, y luego apareció un hombre qua úniC<\mente podía HL: "C orazoncito, 1�0 fumes tanto, aquí hay señores mayores
verla el domingo, y entonces mis domingos quedaron libres. que pCJ·d�cron una p1crna por fumar. 'l'u no quenías eso, mi
Esos domingos que yo no podía soportar. A causa de los corazoncrto, un hombre tan apuesto como tú, que tiene el
domingos atTuiné todo. Créame que en realidad pienso que no aspecto de un lord. Cuento los días basta el sábado a la tarde ..."
soy un neurótico, que soy un esquizoú·énico, yo me hice este Bueno, ella escribe, como ve usted, que no puede esperar, estar
diagnóstico. En aquella ocasión debo haber sufrido un estado ser}tada en una esquina, porque no está con su hombre, y
ele locura total. Ella me dice, vamos a poner un plazo de tres c renta las horas hasta que yo llegue, y cosas por el estilo. ¿Qué

semanas, y luego vamos a ver. Y esta frase, aparentemente dtce usted de esto?
in�nte, me produjo una impresión enorme. En vez de decir 0: Bueno, discúlpeme, cómo podría decirlo, la manera de
bueno, estoy de acuerdo, y pensar al respecto, en vez de eso expresa1·se es bastante primitiva.
digo, bueno, entonces no queda otra cosa, me caso contigo. Es HL: Primitiva, bueno. Pero se trata de u n amor orimitivo
como si le hubiera dicho otro hombre. Eso es una escisión, ¿no? porque la persona es primitiva. No puedo tomar a mai eso. Per�
Eso es una escisión. Yo no pensaba para nada en casarme, y de ella .
d ijo... esto que lleva consigo, una vez lo expresó de la
.
repente digo: casémonos. Es como si al guien dentro de mí, lo stgu1ente manera: no puedo darme el lujo de tener a alguien
hubiera dicho. Y entonces ella saltó, el mundo se detiene, qué como l�. N� potlía aprovechar un amor así, con u n hombre que
felicidad tan grande y todo eso. Entonces vino s:. maC:re, que no no t7ma dmero, porque no tiene jubilación y no tiene segpro
_
med1co. No se tendría que haber ligado a mí. Eso es correcto.
estaba muy entusiasmada. Dijo: VlliiJ.os a ver qué resulta de
todo esto. Entonces, en ese mome·nto·entendi oue había come­ Pero yo no puedo hacer nada por ella. Y ahora me hace
tido una tontería terrible. Buenopj:}ero creo q�e ya le conté a responsable, dice que yo, de alguna manera arruiné toda su
usted todo esto, ¿no? Sabe usted, veo que la literatura rusa me �
vida. ¿Pero quión la obligó? ¿O es posible rec nocer de alguna
ha producido un daño muy grande. .manera que esta muJer me amó? ¿Tengo o no tengo obligacio­
0: ¿Cómo es eso? nes? Estas son cuestiones morales, usted sabe, que uno nunca
HL: Bueno, vea usted, este asunto con las mujeres . AIJ{ tiene puede responder de a ntcrnano. Y cada uno me dice algo diferen­
.
usted el tema de la "resun·ecciónH. Los que predican esta idea te. El doctor S. me d1ce � l�e fl9 le debo ni Ull solo centavo, que
_
ella umcamente me utrlrzo. Usted puede terminar cuando
dicen siempre que In mujer, que los hombres del pueblo son
hombres como cualquiera, también como aquelios qu" pert(me­ quiera, y no darle ni un solo centavo, porque ella es muy
cen a las clases superiores, y que cualquiera que picn.;;e de otra malvada con usted. U:;Lec.l ve los problemas que asoman detrás
manera es u n prejuicioso. También un¡¡ mujer, por poco ins­ de eslo.
truida que sea, es, en última instancia, una mujer. Este Y el doclor E. ... hf1blando de él, he recjbido una carta suya.
pensamiento no es pronunciado, pero atravic•sa como un hilo Voy a leérsela después. Ella estuvo muy insolente, no sé si ya
rojo toda la literatma rusa. Siempre se trata de ltwantar a se lo conté. Bueno, 16gicumente, cuando se pone tan terrible e
aquellos que est.án más abajo. Eso no ocurru para nada en otros msolente, �ntoncc;s yo L?mbién �·ito, ¿no es cierto? Bueno, y
.
países. Hay un endiosamienLo del campesino. Fíjc:;<; �i no usted ella d1ce: St, yo gnto, y trc�nc algUien a quien le dio mi nombre
en Tolstoi, que usaba la camisa de los campesinCJs... He traido Y mi di rección, y si y� gri to y el la sufre un infarto y muere,
un par de carlas de ella, que me escribió huct; tiempo. Por este entonces yo soy el asesmo, y e:;o lo sabe esta persona. Me viene
amor tuve que pagar tanw. Yo quería pregumarie, ¿qué piensa con cosas por el estilo. ¿No es una persona totalmente loca?
usted de estos cartas? Suenan infantiles, en rea;idad. No sé, oc
Esta es una persona totalmente l a. Bueno la carta del doctor
¿debo leérselas?. no, no tiene ningún valc•r. E., me escribe: "Estimado doctor, me al gr � o de que baya

266 267
recibido e'l cheque. No me resulta del todo claro por· qué se pone ciertas limitaciones para entender algunas cosas y, en reali­
usted nervioso. Teniendo en cuenta su situación financiera dad, tendría que haber sabido de antemano que ella no iba a
actual, no hay ninguna diferencia si el cheque llega una poder comprender nada del tema que usted le quería el>."])licar."
semana antes o después. Probablemente mi carta haya sido Yo le escribí sobre el asunto del suplemento, sabe usted.
enviada con algo de retraso. No me resulta posible observar con "Cuando L. s e fija en un pensamiento, nada la puede desviar
precisión absoluta todos mis compromisos". Ve usted, aquí lo del mismo". Lo ve usted, éste es el meollo de la cuestión.
tiene. El me ofreció enviarme dinero para Luise. Aproximada­ Cuando a ella se J.e ocurre algo, es m
i posible convencerla. No
mente 5.000 chelines. existe lógica alguna que pueda convencerla. "Es una historia ya
0: ¿Po¡· mes? vieja, y no me sorprende oír que no haya entendido nada del
HL: 5.000 chelines por mes: Pero el dólar cae. Yo le envio los asunto del suplemento. Me alegra que, finalmente, haya podi­
datos sobre el cambio. Pero cada vez la suma que llega es do expresar sus sentimientos de ira, ya era tiempo". Nueva­
menor. Bueno, pero son aproximadamente unos 5.000 cheli­ mente del todo equivocado. Si yo me dejo llevary grito, entonces
nes. Bueno, como usted puede ver en esta carta, él cree que el la cosa empeora.
dinero que recibí de la doctora Gardiner por el libro todavía 0: ¿Realmente?
existe. Pero ya no lo tengo. Se lo di todo a ella en estos últimos HL: Sí, lógicamente, entonces después encima me lo echa en
años. Pero si le digo que le di todo el dinero a ella, entonces me cara. Y yo no logro nada. Y luego quiero que nos reconciliemos,
va a decir: Bueno, ¿qué se cree usted? ¿Yo tengo que enviarle no separarnos -peleados, y entonces le doy dinero. Bueno, usted
dinero para que usted se lo dé a esa mujer, esa insaciable? ve que la gente no comprende esta situación. Por lo menos el
Entonces no le voy a enviar na@. más. Por otro lado _está mal doctor E., usted ve lo mal que interpreta todo.
informado, cree que tengo sufi.Ci�pte...dinero. Al doctor S. se lo "Y sí ella dice abiertamente que está buscando testigos para
cuento porque el doctor S. no .me��il'-·�nero. Pero fue un error llevarlo a juicio, esto le da a usted todo el derecho de interrum­
de E., no de.bería haber hecho esto. Hubiera sido mejor que no pir la relación". Ella hizo lo siguiente: una vez, estaba hablando
me hubiera enviado nada, porque entonces ella me habría un poco más fuerte de lo debido, y ella... había una pareja, se
abandonadoy se hubiera buscado otra persona. No tendríp que dirigió a ellos y dijo: Vean, ustedes pueden ser mis testigos,
haberle dado estos 5.000 chelines a ella. tienen que darme su nombre y su dirección, ustedes oyeron
0: ¿Cuánto hace que usted recibe esa cantidad? cómo me trató rni esposo. Lógicamente, dice: mi esposo. El no
HL: Diez años, no, más, catorce años o algo así, entonces ella es vienés, es ruso. Téstifiquen que provocó un escándalo.
todavía estaba sana. 0: Increíble. ¿Y qué dijeron ellos?
0: ¿Todos Jos meses? HL: Vaya usted con sus peleas a otra parte, y arréglense
HL: Sí. Y con esto, él arruinó todo. Y ahora, la doctora solos, no tenemos ganas de ir al juzgado.
Gardiner arntinó todo con este libro. Yo recibí el dinero, yvolví 0: ¿Y eso lo hizo en un negocio?
a dárselo a ella. ¿Entiende usted? Ella tendría que haber HL: No, en el tranvia.
pensado, un hombre tan viejo, y e n las manos de una mujer de 0: ¿Hace poco?
esta catadura. A p<lrtir del éxito he tenido nada más que HL: Hace dos semamJs. Oostoyevski, comparado con esto, es
problemas. Este éxito me está destruyendo. Bueno, ¿se da un colegial. En comparación con lo que me hace sLÚ'rir esta
cuenta usted que toda la situación es, en realidad, una tragedia? mujer, Los demonios, Los hermanos Karamazov, no son nada.
Bueno, sigo leyendo: "Quisiera permitirme aclararle lo si­ Es algo increíble. Y precisamente en Viena, r:m esta ciudad
guiente con respecto a su impresionante descripción de lo aparentemente tan tranquila, tengo que encontrar algo así.
acaecido el último domingo a l a ta1:de: usted sabe que L. tiene "¡¿Qué persona continuaría una relación con una mujer que le

2()1\ 269
dice en la cara que lo va a Ueva1· a juicio?!" -'EnlTO signos de O· Eso no importa absolularnenle nada.
interrogación y de exclamación- "Si lo amenaza nuevamente I!L: Una sobrevaloración de un rendimiento espiritual. ¿Por
con la justicia, entonces usted tiene otra razón para pegar un qué tendría que ser importante que la gente lo lea? ¿Y que yo,
golpe en la mesay decirle que, si ella tiene esa opinión de usted, cuando muera, continúe viviendo en los cerebros de otras
entonces no tiene que contar más con sus visitas". Nuevamente p!'rsonas que lean el libro? ¿Qué es la fama? ¿Qué importancia
equivocado. Ella dice que únicamente puede comer los domingos. t.ieM? ¿Qué valor?·Ninguno.
Bueno, el resto no es tan importante: "Observo con gTan O: No sé si uno puede ver las cosas así.
tristeza que usted siem pre trata, todavía, de mantenerse en un IJL: Bueno, nuevamente es una cuestión bastante dificil de
estado de tensión, creyendo en las cosas más improbaples y evaluar.
tiradas de los cabellos. Ya es más que tiempo de que termine 0: Si usted no hubiera publicado el libro, quizá tampoco sería
con esta mujer. Se lo he dicho a menudo y soy consciente, en feliz.
realidad, de que tampoco esta vez va usted a l1accrme caso. HL: Probablemente tampoco. Entonces me diría, ¿para qué,
Supongo también que no hizo ningún contacto con el director en real.idad, has vivido? Nadi e sabe de tu existencia. Y nadi e se
del asilo de ancianos. Espero tener noticias de usted a la int"'resa más por ti, ya que has muerto. Por ejemplo Tiny. Ella
brevedad, y lo saludo cordialmente, su servidor J<:;.''. ya no existe. Está su casa, un piso más abajo. Ella trabajó y
Y, ¿qué dice usted de esto? El cree que es tan f ácil terminar. t.rabajó. y nadie sabe quién vivió allí. Mi vecino hizo las cosas
No es algo tan f ácil, cuando uno anduvo treinta años con una mejor que yo. Su mujer murió, y él secasó con una mujer mayor.
mujer. Y encima, si la mujer :está enferma. En laS- críticas l\o e� muy linda, pero hace muchas cosas por éL Yo me fijé
publicadas sobre mi libro habm muchas comparaciones con la muchú en el aspecto. El aspecto de las cosas me cegó. Y la
obra de Dostoyevski En una dica..¡ib¡:.ejemplo: Las memorias ambición de escribir algo, no es más que un encantamiento.
pueden ser leídas como una novela rusa del círculo de persona­ ¿;;;o cree usted esto?
jes de Dostoyevski. En otra crítica dice que tanto Freud como O · A mí me pareció siempre algo genial poder escribir libros.
su paciente más sensible son dos maestros de la literat.ura. O IIL: Sí, bueno, a mí también me pareció lo mismo.
sea que los criticas son muy favorables. ¿Pero qué obtuve yo de O: ¿Y no le parece que usted es un tanto desagTadecido, al no
esto? Sí, ¿qué obtuve? Nada de nada. Dinero. Y no fue demasia­ pouer apreciar todo eso?
do. Todo fue a parar a las manos de esta Luise. Aquí podemos HI.: Ese es también un pensamiento. Desagradecido, ya que
ver que, en realidad, el éxito no significa tanto como uno cree. 110 ;;f. apreciar el éJrí.o.
t Quizá no es más que falta de modestia.
Buc¡no, por lo menos en mi vida personal no cambió nada debido O: lfsLed ha sido educado para ocuparse de asuntos inlelec­
al éxito. Quizás hubiera sido mejor que el libro no hubiera t.llalcs y artísticos. Seguramente su vecino fue educado en
aparecido para nada. Entonces, estaría m::is tranquilo con esta · forr1.a totalmente difere·nte. El, probablemente, no tenga nin­
persona. ¿O acaso usted piensa que el éláto compensa algo así? g•ma de estas ideas.
¿Cómo juzga usted esto? 1[L: 1\Ii padre valoraba mucho lo espiritual, mi hennana
0: Ya lo creo, el éxito es algo importanle. t.enía Wtlentn.
HL: Al principio me pareció algo genial. Se lo lee en Nortea­ U l�n otro medio, este tipo de ideas no son consideradas más
mérica. Y luego, todo reventó como una pompa de jabón. Y qu lClcuras, y como tales, desechadas.
ahora ya no me produce ninguna alegría. l L: Así ocmTe con esta Luise. No tiene la menor idea de
0: No lo entiendo del todo. t od....� estas ,·C>sas. Unicamenie tiene sentido para lo pnictico,
HL: He llegado a la conclusión de que en realidad se t.rata de p:u·a :,1 d inero, o cómo segu1r adelanie. A mí siempre todo eso
un asunto de narcisismo. n w :nt.eresó muy poco. Yo pintaba, escribía a\go... lógicamente,

270 271
fu'i educado así, pero cómo se enciende una estufa, eso no tenfa mente, una importancia inmensa. Es una cuestión de prestigio.
la menor importancia. En su generación, una mujer es algo únicamente si tiene un
0: Y como no tuvo hijos... marido. No hay duda da eso.
HL: Sí, así lo sentí yo también. Mis cuadros, ellos son mis
·
HL: Ella dice lo mismo. A veces tengo el siguiente pensa­
hijos. miento, quizás es una locura: todos Jos médicos dijeron que yo
0: Y la doctora Gardiner tuvo la mejor de las intenciones con no debía casarme con Teresa. Pero después, de alguna manera,
el libro. Usted no puede hacerle ningún reproche. funcionó. Entonces, podría ser mejor si cumplo con sus deseos,
HL: Sí, seguro, ella pensó que me iba a producir alegria. quizás entonces todo mejore. El doctor· S. mee que es un
0: Usted se alegró. razonamiento totalmente erróneo, y que nada cambiaría.
HL: Me alegré. Y el hecho de que la alegría no perdure se 0: Si de todas maneras todo sigue como hasta ahora, es
debe a la influencia perniciosa de esta mujer. Ella aplasta con totalmente igual si está casado o no lo está.
sus pies todo lo espiritual. Unicamente es permeable al éxito HL: Su falta de comprensión, eso no cambiaría.
económico. He pensado a menudo que hubiera sido mejor que 0: Pero no le cuesta nada, toma únicamente cinco minutos.
le hubiera dicho algo del libro. Así, siempre me echa en caia que HL: Usted piensa que es lo mismo.
jamás hice nada. Que, después de haberme jubilado, tendría O: Sí.
que haber tomado algún trabajo, para poder darle más dinero. HL: Bueno, pero usted también opina como el doctor S., que
Bueno, corno usted ve no existe nada más enojoso que estar nada cambiaría.
junto a una mujer poco instruida. Eso es lo que he aprendido. 0: Nada cambiaría.
Y yo pensaba que se trataba úr}i�mente de un prejuicio. Pero HL: El doctor E. cree... no sé, quizá se trate de un rasgo
no es más que la realidad, es asf." Y,riíi opinión con respecto a judío...
las mujeres humildes, eso no es rií 'ás'que una idea totalmente 0: ¿El doctor E. es judío?
equivocada. En Rusia endiosábamos a los campesinos, eso era HL: ¿El doctor E.? Sí. El depender de las letras, no es cierto.
una reacción contra el r6gimen zarista reaccionario. Y simple­ Porque en última instancia lo que escribe Freud nosonmás que
mente exageramos. Pero yo lo capté, y llevo estas ideas eh mí. representaciones. Y la enfermedad de un ser humano no
0: Usted mismo tiene también alguna forma de actuar de la depende de representaciones, sino también de fuerzas. Cuando
burguesía pudiente. Y puede ser que Luise haya tomado algo Ltno es más joven entonces tiene un volumen mayor de fuerza
de usted, creo yo. Claro que, naturalmente, sin sus horizontes. ydeenergfaque en la ancianidad. Con el tiempo vienen muchas
HL: Ella tomó algo ele mf, pero, dr� alguna manera, lo cosas, experiencias, pero uno no puede poner siempre en
interpretó mal. Esta es la pregunta: ¿dependo de esta mujer·, o primer plano lo freudiano. Eso es sin embargo lo que hace
no dependo de ella? siempre el doctor E., l1abla una y otra vez del psicoanálisis.
0: Yo creo quo sí. Pero no se trata de ningún conocimiento fundacional, que
HL: ¿A pesar de todos sus defectos? ¿Puede existir algo así ? permita explicarlo todo.
0: Sí, puede existir algo así. Bueno, un asunlo 1·adical sería, del'initivamente, ir a Nortea­
HL: Quizá no sea más que una idea delirante, el hecho de rnérica. Creo que, realmente, las nuevas impresiones serían
poder cambiarla, el deseo. A pesar de que uno sabe que muy favorables Fíjese usted, aquella vez, cuando me fui de
simplemente no se puede, el inconscicnt.e se aferra a esa Odessa en el barco francés que llevaba oficiales a Marsella,
aspiración. Si yo le pregunto a usted como mujer: ¿cree que el tuve un sentimiento de felicidad muy grande, de poder salir de
matrimonio es algo tan importante para una mujer? algo tan terrible como Rusia en ese momento. La vida en
0: Para una mujer de esa edad, el casamiento tiene, lógica- Odessa, donde no se sabía qué iba a ocurrir al día siguiente, era

272 273
muy opresiva. En una ocasión estaba ocupada por los austría­ entre nosotros surgió una relación humana, que antes no
cos, luego volvían a ocuparla los bolcheviques, y luego estaban existía. No puede tomar esto a mal. Bueno, yo le dije que
nue�amente los ucranianos en el poder y siempre así. Entonces no tenía que dar ninguna entrevista. Pero ól encontró una

?orte con todo lo que había vivido alü. Y todo quedó, en ese persona por la cual se sintió atraído. Pero esctibirle esto a la
mstante, como recortado. Fue un hermoso sentimiento. doctora Gardinerno.tiene ningún �entido. No tendría compren­
0: ¿.'\caso sabía usted entonces que no iba a regresarjamás? sión, como mujer se pondría celosa. Yo hice muchas cosas para
HL: No, eso no lo sabía. Pero a pesar de ello tuve el senti­ ella, ella hizo las negociaciones y todo eso. El no tendría que
miento: gracias a Dios que este capítulo se cierra que abando­ haber cedido. Ahora, además, está senil... Yo no debería haber
o<¡ este país terrible donde pasaron cosas tan d sagradables
� alimentado los sentimientos que surgieron en mí hacia usl.ed.
, Y ahora tengo 0: ¿Por qué no?
par? mL un estadode ánimo parecido. Bueno, no
lo se, qUJzas _ es una fantasía. Ahora tengo el sentimiento de que HL: En realidad tendría que estar de acuerdo con la idea de
.
en VIena, en esta V1ena he pasado el suicidio de mi esposa, viví que no hice lo que recomendó la doctora Gardiner. Pero ella
tantas cosas desagradables, sufrí la cárcel por los rusos, que tiene que saber que no tengo a nadie, y que me. llevo bien con
tampoco fue agradable. A pesar de que en realidad no tendría usted. Yo no podía despacharla a usted tan f ácilmente: Déjeme
que echarles la culpa, al principio, lógicamente, cuando llega­ tranquilo. .
. 0: No es f
ron, estuvieron muy subidos de tono. ¡Traidor! ¡Guardia blan­ ácil encontrar gente con la cual uno pueda llevarse
ca! Pero luego, cuand� se t��nquilizaron y me dejaron ir, bien, eso me pasa a mi también.
entonces fueron en reabdad d jE!!.ve<;,I!S mejores que esta L�a�ise, HL: No me entiendo con ninguna ot1·a mujer tan bien como
que me reprocha haber explotado ¡¡-.ent.e como latifundista. Eso con usted.
no ocurría para nada con los rusos: Por el contrario, el oficial me 0: Ella tiene que entender también que usted, en realidad,
.
llamaba por m1 nombre y m i patronímico. Usted sabe cómo es siempre eslá bastante solo. Unicamente Luise, siempre ella. Y
en Rusia. Sergius Konstantinovich, ¿qué leyó usted?, ¿qué es lo quizá para usted también fue importante el hecho de que una
?
que conoce e nuestra literatura? Pero bueno, fue desaír-ada­
.
persona más joven se interesara por usted.
ble. He VIVIdo aquí tantas cosas desagradables. Quisiera no HL: Sí, lógicamente. Y además queríamos que esta cosa
saber más de esta tierra, discúlpeme si soy franco con usted, sirviera para algo, que el asunto fuera estudiado detallada­
.
QUISiera no saber nada más de esta ciudad. Quisiera que todo mente. No es todo tan f ácil como lo escribió la doctora Gardiner:
fuera como aquella vez, cuando me subf a aquel barco y partí, el psicoanálisis Jo ayudó, y él pudo sobrevivir a Lodos los golpes
Y no volver nunca más. Pero bueno, esto es quizá solamente una del destino. Pero no puedo éScribirle esto. De todas maneras
fantasía ... Lo que la doctora Cardiner no tuvo en cuenta ... ella puedo decirle que es algo muy dificil representar el papel de un
cree, bu�no, se �ata de una periodista que quiere saber algo caballo de desfile del psicoanálisis.
sobre nu, Y yo s1mplemente acepté. Pero ella se olvida de que 0: Pero usted hizo en realidad algo que un caballo de desfile
yo, en últi X?a.instancia, so! solamente un hombre, y que usted no hace.
.
ha s1do la umca que, a decu·verdad, mostró comprensión para HL: ¿Qué cosa?
todo. 0: El hecho de que usted hablara conmigo indica que no se
0: Me interesé por usted. ·'
comportó exac�amente como se debe comporta1· un caba1lo de
llL: Yo no le podfa decir simplemente: bueno, no quiero saber desfile.
nada más de usted. No puede pedirme que haga algo así. HL: Quizá cometí algün error.
0: Sí, yo pienso lo mismo. 0: Lo que pasa es que usted no quiere ser un cah>�llo dtJ
liL: ¿No piensa usted así? Ella Licne que tener en cuenta que desfile.

27-.1 2'f6
HL: Usted ya lo ve, no puedo lograrlo. siempre andan con prostitutas, porque �u marido dice que es
s,
0: Esa imagen, de alguna manera, le molesta. algo prohibido. y por lo tanto le es atractiVO. Bueno y entonce
la novela. Un bomhre así
HL: Es que en realidad no quiero serlo. Se trata de un papel se encuen tra con una u
I_U � er, y ve en
estúpido, hay que repetir siempre aquello que los demás cticen. ella de repente que estaba equivocado, que la mujer mtelectual
No puedo tener mi propia opinión, no puedo tener puntos de
es la mujer sexual y no la otra. En ese momento, cuando él
comprueba esto, no s¡�bc qué hacer, es muy ta:de ya.
vista. Tengo una idea para una novela, discúlpeme, es algo un Algo así ..
;
pre habw
poco fantástico: un hombre es forzado a asumir sexualmente ve que la mujer no era el objeto sex';lal que el s1e�
creído, el objeto sexual sería en reahdad otra muJer,
un rol pasivo -usted sabe, la hermana tuvo el rol activo-, y por o sea la
eso la mujer debe ser la atacante. De Anna la hennana a la mujer intelectual. De repente lo ve, se hace present e en su
mucama Anna hay un camino muy corto. Y como la hermana conciencia en fo1ma instan tánea, pero ya es muy tarde, ya no
no. me quiso, ella rechazó mis intentos de aproximación, y si no se puede hacer n ada. Discúlpeme, no �s más que una fantas ía.
j
?
lo hubiera hecho, entonces se habría tratado de una relac i ón O: ¿Acaso siempre tuvo un rol pas1vo fre�te a las m u er s
e.
.
muje­
entre un hermano y una hermana, lo que· en realidad no es HL: No,j11más me dejé pegar por una mujer, al�as
justamente lo correcto. En todo caso yo avancé sobre ella, y res tienen un tono de mand o, y s1emp re las re<: hace. �o e
.:Un,
dicc10
había una mucama, en realidad no era una mucama, era una gusta el papel sádico e!1 las mujer es. Esa es la contra
por un lado tener este t1po de muJeres y por otro lado recha
muchacha muy joven, a la cual yo le daba clases. zar­
0: ¿Clases de qué? pegar por las
las ... Sin embargo, hay hombres que se hacen
HL: Bueno, tetúa el mismo I)Ombre. Sólo que era de Lituania, mujeres. .
y allí el nombre es algo difer¡¡;At�. le decían Hanne y yo le daba O: si, hay cosas asL ¿Acaso usted tuvo alguna vez tendenc1as
clases y en una ocasión la besé yla._a'bracé... Bueno, ahora sigo sexu ales sádicas?
hablando de la novela: un hombre eSimpulsado por un camino HL: En realidad no. .
sexual equivocadoy adquiere un ideal: en el intercambio sexual ?
O: ¿Entonces era más bien la parte agres1va.
tiene que haber una parte de sadismo por el lado de la mujer.
' HL: Me sentín agresivo. Jamás me gustó el papel del hombre
Todavía no es una mucama... masoquista, eslo es lo extraño. .
Con las mucamas en reaHdad no tuve mucho que ver. Una O: Quizá le hubiera gustado ser más masoqu1sta, Ynunca lo
vez, fue en el Cáucaso, tuve que ver con una. Allf había una vez pudo aceptar. .
una mucama, era inclusive alemana, y se mostró dispuesta, HL: Quizá tuve en ese senttdo una barrera.
entonces yo le dije que tenía que venir durante la noche, y ella 0: Podría sel'.
vino y tuvimos relaciones. Y luego tuve un miedo terrible de HL: Uno nunc·a st1he.
haberme contagiado una gononea, pero todo salió bien. No O: Probablemente fue educado para represe�tar el papel
tuve que ver con otras mucamas, pero luego empecé a frecuen­ masculino agresivo, y se animó a hacerlo úmcamente
con
tar a las mujer€$ de la calle. Estas podían tranquilamente ser mujeres no intelectuales.
finas, en Odessa había una casa de este tipo, a la cual concu­ HL: Eso puede sc1·. .
ITían mujeres refinadas, y uno pagaba. Fíjese usted como O: y con las mujeres intelectuales tuvo dificultades con su
siempre es necesario darle dinero a la mujer, ella tiene que papel mas-:ulino.
pedir algo. No sé cómo debo continuar describiendo esto... HL: Es una buena idea.
O: Usted no es ninguna excepción, eso ocurre con mucho
0: Usted se refiere ahora a la novela. s
1-IL: Sí, la novela. Usted sabe que e:>dsten muchos homhr.es... hom bres. .
Hace poco leí de una mujer que se queja de que los hombres HL: Fue LlnP. desgr·acia que mi hermana me baya sedu
cidO.

276 277
l' 0: El tabú por el incesto aumentó sus dificultades.
i HL: Fíjese usted, estaba entonces el problema con las muje­
HL: La pri1uera vez que pude olvidarlo fue cuando usted dijo res. Usted dijo que yo había teni do suerte con las mujeres. Tuve
que había tenido gononea. éxito, podría haber tenido tantas y tantas, que hubieran sido
0: Me resulta muy curioso que algo así lo haya impresionado con seguridad mucho mejores para mí que L�ise. Pero me até
tanto. ·
a una persona imposible, y esto tuvo con segundad susra�ones,
HL: Fue una impresión muy grande. Usted opjna que he l a seducción por mi �ermana, el hecho de que yo haya t�rudo un
tenido dificultades para asumir, digámosl o así, el rol masculi­ papel pasivo, o qué sé yo. Uno puede pel?sar en cualqu�er cosa,
.
no frente a las mujeres intelectuales. o quizá en un cierto grado de masoqmsmo, ¿no es Clerto?, Y
O· Sí, probablemente tuvo miedo de perder el
liderazgo, y un ahora la conozco a usted y veo que toda mi postura estaba
hombre es educado para ello, para comportarse equivocada.
en forma
niasculina y a�esiva y superior. Esto, naturalmente, 0: ¿Con respecto a las mujeres?
es algo . . .
totalmente equwocado, pero la educación es así a pesar de
. HL: Con respecto a las mujeres. Una muJer as1 me hub1era
•--'
wuo. venido bien tal como es usted. Pero no como esas otras
HL: Todo es mucho más complicado de lo que creen los mujeres. ¡Ah ora ya es demasiado tarde! Ya no puedo cambiar
psicoanalistas. Usted tendría que haber llegado antes nada, con noventa años.
, tendría
que ser mayor. Usted es muy joven pero, la verdad, no se puede 0: ¿Pero nunca pensó antes en hacer algo así?
hacer nada al respecto. .
HL: Ya ve que nunca pensé en ello. Bueno, usted tlene que
O· Yo tampoco puedo hacer nada al respecto. saber también cuál es su posición, dónde está parada en
HL Tengo que creer en us�títlno tengo a nadie más no creo realidad, ¿no?
en lo:: psicoanalistas, por eso·te¡;;¡go que quedarme ' 0: ¿Qué quiere decir con dónde estoy parada?
junto a
usted. Es necesario tener a argufcn... La doctora Gardin HL: En relación conmigo.
er
e.scribió que e� taba en contra de todo tipo de entrevista,
no tuve fuerzas pora decide a usted que no. Usted vio Ue
pero yo J;!
0: Yo creo que usted me gusta m�cho, ya lo sa e.
.
CJ nos HL: Bueno, pero entiende tambtén que la diferenc1a de
llevamos b1en, y toda nuestra relación es, también, un inteno . edades es algo colosal. O sea que, en realidad, sólo podríamos
­
gante... pensar en algo espiritual, ¿no?
0: ¿Qué es lo que quiere decir con un interrogante? 0: Bueno, claro, con seguridad.
l�L: Uno no �onoce sobre estos temas. Fíjese usted, si yo HL: Pero en realidad no es del todo así.
tuvrcra unos vemte años menos, o treinta entonces nu
estra 0: Pero...
r_.,¡ución sería algo bastante comprensibl
e...'Vea, tengo que ser HL: Usted me comprende muy bien, no necesito decirlo todo.
i.i.an�o con usted, no ti.ene ningún sentido que
uno... usted Si yo fuera másjoven, por lo menos podríamos probar, hacer un
comprende, usted, discúlperne la expresión pero
no se me intento, pero... usted sería la mujer apropiada para mí, con
ocun·<> otro término, usted inumpió en mi vida y llevó
a cabo usted me entiendo bien. Con ella no me entiendo, y está colgada
algo 4ue quizá no se había propuesto para nada, y lo
hizo sin de mí. El hecho de que usted me dijera que había tenido·
l..u�F •lr ·n! a da que lo había hecho, pero lo hizo.
Onorrea produjo un cambio muy gra11de en mí.
c
"
"'
O· lné ,., lo que hice? O: ¿Acaso en toda su vida nunca se encontró con una mujer
J-H Dio vuelca mi postura frente a las mujeres. que le dijera algo así?
111 · Cómo es eso, no lo comprendo.
HL: No encontré ninguna, ninguna otra hubiera dicho algo
IIL No sé, ¿puedo hablar con toda franqueza?
así. Pero usted si lo dijo.
O. S", por favor, ¿pot· qué no? O: Entonces puede estar contento de haber conocido a una

,
. � 279
mujer así. En realidnd, no es algo tan triste. 0: Si no nos hubiéramos sentido atn1ídos el uno por el otro,
HL: Usted quiere decir que con la edad, uno tiene Q\le estas conversaciones ni siquiera hubieran tenido lugar. Si esta
volverse razonable. atracción no hubiera existido habría sido imposible que hubié­
0: Bueno, no tengo esa impresión. ramos pasado tanto tiempo juntos conversando. Esa era una
HL: Creo que me volVí razonable ya que veo que aposté todo condición previa...
a una carta equivocada. HL: Bueno v ahora, en realidad, la cosa es así, yo la tengo
0: En realidad, toda la historia es sorprendente. Yo caí sobre únicamente a "usted:..
usted como llovida hace algunos años, y usted me atrajo mucho... 0: 11 Luise.
HL: En realidad, yo tendr ía que haber reaccionado en forma HL: A Luise...
poco amistosa. 0: A sus conocidos.
'0: ¿Por qué? HL: Los conocidos.
HL: No quería que nadie me reconociera, y usted me recono­ 0: Y a los analistas.
ció. Pero sin embargo, reaccioné en fonna positiva. HL: Los analistas no comprenden. Bueno, al fin y al cabo
0: Se trata verdaderamente de una expe1·iencia interesante, hemos pasado juntos algunas horas interesantes, esto es ver­
cuando de repente alguien golpea a nuestra puerta y resulta daderamente una relación ht\mana. Y el hecho de que yo
una persona simpática para uno. tuviera una relación tan desag1·adable con esta Luise sirvió
HL: No sé en realidad si la doctora Gardiner no comprendió para sentirme más atraído por usted.
la situación, y si, de alguna J]J.anera, usted ya sabe lo celosas 0: Eso es muy comprensible. Todos buscamos contacto con
que son las mujeres, si de algülli\ manera no se dio cuenta de otras personas.
la relación que tengo con ustéd;'y (!Sto no le gusta. HL: Sí, y usted fue la que estuvo más cerca de mí. Porque no
'
0: Pero ella en realidad no saoe· que nos entendemos muy puedo hablar con nadie tan abiertamente como con usted,
bien. Ella pensó seguramente que yo vine a verlo, escribí tm usted mostró tanta comprensión. Quizá existió también una
artículo y con eso ternúnó la cosa. ¿Acaso sabe que usted cierta transferencia hacia mi hermana, no sé bien.
considera que yo soy una persona muy amable? : 0: ¿Acaso eso sería algo malo?
HL: Por qué dos personas se comprenden, eso es algo ... HL: No, no sería tan malo.
0: Es algo irracional, es algo muy difícil de explicar. 0: Todas las relaciones se basan en el hecho de que uno
HL: Es algo irracional. Usted tiene algunas características establece algún tipo de transferencü1...
que me gustan, a pesar de que, en realidad, no es tan inocente Hl ,: Siempre me cuesta mucho sepan1rrm� de usted. Esa es
como aparece. una debilidad.
0: ¿Acaso cree que tengo un aspecto inocente? O,; ¿Por qué una debilidad? Yo no considero que sea una
HL: Tiene un aspecto muy inocente, pero no es tan inocente. debilidad. Me alegra mucho que se sienla bien aquí.
0: Usted ha descubierto uno de mis secretos, mediante los TIL: Sí, me siento muy bien con uskd. �lucho mejm· que con
cuales puedo lograr algunas entrevistas. esta Lut:;e...
HL: Es una pena que estemos tan separados por los años, si
no nos podríamos entender mucho mejor...
0: ¿Acaso no le molesta el hecho de que no sea tan inocente?
HL: Bueno, sí. Tendría que pensarlo, no pensé mucho en el
h echo de que en realidad no sea tan inocente. Pero bueno, usted
es muy correcta.

280
m

EL HOMBRE DE LOS LOBOS Y YO


. ......
·�·

..
' ... ...
REPORTAJE AL MORfR

Se apií ian por delante y por detrás del portón de entrada,


mujeres viejas, a-lgunos hombres, muy poca gente joven. "¡La
entrada se permite recién a partir de la una y media!" Un
'-.
hombre.bronceado, con guardapolvo blanco, hace retrocede¡· a
.. ' ...
. todos los que, temerosos, se animan a avanzar uno o dos pasos
,. ·lill • .·�

por la calle de asfalto detrás del portón. En el hospital psiquiá­


trico de la ciudad de Viena el ambiente es hostil. Esto se nota
ya en la entrada, donde el joven portero de guardapolvo blanco
se hace el señor con los visitantes.
El sol de agosto arde entre los árboles altos del parque inglés,
cuidadosamente mantenido. Subo por un camino recto como
una regla, bordeado por faroles cuesta arriba; al final del
camino hay tmos escalones que parecen condudr hacia la nada.
Esta senda, cubierta con guijaiTos, cruza tma y otra ve;r. la calle,
que con sus curvas y contracurvas también trepa la colina. A la
derecha y a la izquierda·· del camino se en¡;'uentran, a una
clista.nciá regu·lar uno de otro, unos pabellones construidos en
ladtillos, pintados de rosa, marrón y amarillo, e identificados
con un número en la puerta de entrada. En ellos se alojan los
aproximadamente 2.000 pacientes dei hospital. El ambiente
cuidado podria hac:er que uno creyera encontrarse en una casa
de reposo para ricos. Pero las figuras lastimosas de arrugado
uniforme que cruzan con la mirada perdida y la cabeza agacha­
da, son mejores indicadores para el. vi�itant.e. Aquí viven
aquellos que están ele más, los desca:;tados, Jos que no pueden

2S5
"Doctor Sergius P... , nacido en 1886", reza una identificación
afirmar que tienen un lugar fuera de cs�e c:onj unt? conformado fijada a los pies de l a cama, escrita con tinta negra en una hoja
.
poT la arqui tectura CLrt nouueau y el parque mgles. de papel blanco. Me sonrío, porque una y otra vez el �ombre de
El camino ¡·ec�ísimo termina finalmente en una calle. Los .
los Lobos me <liscutió que había nacido el 24 de dictembre de
escalones , visibles desde lejos, conducen a la famosa '·Iglesia de 1886 de la antigua numeración (calendario juliano), por lo
Steinbof' de Otto Wagner, en la cima de la colina. Me vuelvo a tanto el 6 de enero de 1887 del calendario gregoriano.
la derecha y veo en sea uida mi meta, el idílico pabellón 22,
b
rodeado de árboles y ar us tos, exactamente delante de 1ní.
La médica está parada sin moversejunto a la puerta. Yo me
he acercado un par de pasos hacia el Hombre de los Lobos que,
En la puerta de ent-rada al piso alto tres hombres jóvenes y sin hacer un solo movimiento, nos indica que notó nuestra
a puestos están sentados alrededor de �na mesa. Sus gua:rda· presencia. La única ventana, en la parte de atrás del cuarto,
polvos blancos, sin embargo, no les bnndan toda la d1gn1dad tiene rejas y puede ser abi erta únicamente con una llave
q�e quizá deberían tener. "¿Aquién quierever? ¿Cómo se llama especial, que por supuesto no tienen los pacientes. La pue1ta no
usted?" preguntan los tres y ríen. Alguien es�ribe algo en un :
tiene cen-ojo. Además de la silla de ruedas, de un annar10, de
cuaderno abierto que, probablemente, C011t1ene un detalle la mesa de luz y de una mesa con dos sillas de plástico, hay en
exacto de todos los visitantes. Ter.go que esperar que llegue una la habitación una segunda cama, vacía, una de esas camas de
médica. Ella me conducirá al paciente a quien quiero visitar. rejas en las cuales están encerrados, indefensos, los enfermos.
"¡Ordenes de arriba!" dicen como respuesta a mis enérgicas
"Ah, es usted, la única que no me abandona", murmura el
protestas . Hombre de los Lobos. De repente, abre los ojos y me reconoce.
"¡Ordenes de arriba!" exp�a la mé<lica, de unos 40 año: de Tira de mi brazo hacia abajo y me abraza. Acerco una silla a su
edad. mientras' al subir al primer piso, le pregunto por que no cama, el Hombre de los Lobos me toma la mano. "Este es el fin,
'
puedo hablar a solas con el paciente. éste esel fin, ahora ellos me tienen agan-ado, ahora estoy p1·eso
"Está bastante mal, no se asuste", <lice ella, como tratando de aquí", dice, desesperado. La médica se sient-e quizás algo
darle una justificación a la compañia obligada. Me conduce a lo molesta, y obligada a dejarnos finalmente solos. "No lo esfuerce
largo de un pasillo, cuyas p :rries están cubiertas con �z�ejos demasiado", me amonesta antes de salir, sin cerrar del todo la
.
·

art déco con motivo� en v�e� ·¡i¡, y beige. En los dorm1tonos, a puerta.
mano izquierda, hay paciL:J�cs acostados en camas de hierro "Cometí un error con esto", dice el Hombre de los Lobos, "subí
pintadas de blanco, con pijamas a r<�yas, hombres viejos de a una ambulancia y viajé a travélS de Viena, y ya ve usted dónde
caras deslucidas y mal afeitada�. Lo!' ojos, situados muy pro­ aterricé, por mi propia estupidez.. .".
fundamente en las órbitas, mirqn con ap��la y fijeza en nuest ra Aparentemente, el Hombre de los Lobos confunde un poco
dirección. Algunos hombres más Jóvenes están sentados en el las circunstancias en las cuales fue traído al hospital. Le
corredor, delante de los dormitados. Nos miran con curiosi dB;d explico el cami no. El doctor S., el di rector del Instituto y su
al go esttípida y saludan. A pesar de que estoy dentro del _horano médico durante muchos años, me llamó hace un par de dias:
!
el
oficial de visitas, veo muy pocos vi!.itantes con los pac1entes. paciente tuvo una lipoimia,
t desencadenada por el calor, y fue
Al fiual del pasillo la médica f'C detiene delante de una encontrado desvanecido en la planta baja del edificio en que
pu erta de madera pint:Rd� rle blanco, con unas pequeñas vive. El servicio de emergencias lo llevó en primer lugar a un
ventanas de vidrio a la altura tie los ojvs. Bmpuja la puerta, que
hospital común. Luego, el doctor S. lo internó en el Hospital
sólo e&Laba entrecerrada. En •m cn«rto alto y angosto, c uyas Psiquiátrico, un poco para protegerlo de sus eternos problemas
paredes desnudas están pint-adas de un color claro, el Hombre sin escapatoria.
de los I�obos está acostado en um1 cama de hierro muy sencilla, "Usted me avisó". dice el Hombre de los Lobos. "Debería
con los ojos cerrados, adomül[,c\o.

287
haberla escuchado". Recuerda que una y ot.ra vez le aconsejé "Vea usted, véamo cómo estoy aquí acostado", empieza a
que se mudara a un asilo de ancianos. quejarse nuevamente. "Sin dentadura, sin reloj, las cosas
"Mire usted esta cam a", dice quejoso y señala la cama de probablemente se han perdido en el traslado. Era un reloj de
hierro. "Una noche me at.aron a ella. Fue algo terrible. El doctor oro, no sé ni siquiera qué hora es". No tengo corazón para
S. no comprende en lb más minimo a los locos, a los enfermos decirle que los pacientes del hospital deben entregar todas sus
psiquiátricos. ¿Cómo puede dirigir un instituto de esta mane­ pertenencias privaqas, las que son conservadas en un depós�to.
¡·a?" Y con un desconocimiento total de las costumbres impe­ "Quiero tener mi ropa", se queja. "No puedo levantarme Sl no
rantes en los hospitales psiquiátricos agrega: "F'íjese usted qué tengo nada para ponerme. ..".
desprolijidad hay aquí, en 1a puerta no hay cerrojos. ¡Esto es un "Levántese y ande simplemente con el camisón que tiene
desorden terrible!". puesto", le propongo. "Si es verano".
·. La médica aparece en la puerta. "Tengo que irme por un "¿Estarnos en verano?" El Hombre de Jos Lobos parece muy
instante", dice. "No se quede demasiado tiempo. Que no se sorprendido. "Creía que estábamos en otoño. Por m i propia
esfuerce demasiado". culpay mi tontería vine a pararaquí, ahora no mev an a aceptar
"¡Pero qué condiciones reinan aquí!", dice el Hombre de los en el asilo de ancianos. Los sirvientes aquí, los enfermeros o
Lobos enojado, volviendo a sc:r totalmente el aristócrata que guardianes, le digo a usted, son algo terrible. Uno de ellos me
fue en su juventud. "No, no e� demasiado esfuerzo para mf', trata en forma amistosa, el otro es muy poco correcto, probable­
agrega. Y grita, de ma nera tal que no puede dejar de ser oído, mente debería darles una propin a. Le dije a uno que iba a
mientras la médica se aleja: "¡No tengo confianza en este vengarme y entol1ces, en seguida, se puso más amistoso. Pero
hospital!" :.- no tengo dinero. ¡Qué lugar tan desagradable! Poco antes de
El Hombre de los Lobas ·;e recuperó muy bien durante que llegue el doctor S., miran si todo está en orden, si no, nadie
nuestra conversación. El efecto.:;;'bporifero ele los tranquilizan­ se preocupa en todo el día por mí... Afuer·a, en el coiTedor,
tes que probablemente le administraran ha desaparecido. delante de mi cuarto, es algo terrible, siempre gritos... y luego
Habla muy vivamente, pasando de una cosa a la otra, tal como vienen todos esos locos que andan por aquí, se paran delante de
yo estaba acostumbrada a oírlo. Su cabeza, con todo el cabello la puerta y me miran, son todos locos... y la comida, le digo a
blanco como la nieve, impresiona como desproporcionadamen­ usted, es algo terrible, como la de las personas totalmente
te grande porencima de su cuerpo consumido, al que el camisón pobres, sopa con algo de pan adentro, o unas albóndigas muy
a rayas del instituto hace aparecer como más delgado aún que extrañas, no sé realmente qué es... y estas paredes desnudas,
los t.rajes que antes llcv�bn. LíJs rasgos marcados de su cara todo el día estas parceles desnudas...".
apergaminada, sus ojo,; el aros, algo turbios por la enfermedad, La médica irrumpe en medio del lamento y pide, con rigor·,
:;us manos macizas en ¡·elación con el cuerpo, en las que se que me vaya, a pesar de que el horario de visitas aún no
notan claramente las venas, ·¡;iempre me parecieron de una terminó. "Es demasiado esfuerzo para él", dice.
antigüedad prehistórica y, ol misu i o tiempo, casi atemporales. Y el Hombre de los Lobos, que tiene, verdaderamente,
"¿_Recuerda usted el Oblomov de Goncharov?" pregunta el dificultad para hablar y que lucha por respirar con quejidos
Hombre de los Lobos. "Usted ya sabe, el libro trata de un cada vez más intensos, ya no la contradice.
hombre que se pasa Lodo el di:� en la cama y sueña y sueña y ''Vuelva pronto", murmura, mientras me abraza. "Si me
sueña. Ese es el carácle1· ruso...". mandan a casa antes, la llamaré".
"¿Ese es el carácter ruso'?" "¿La trajo el sirviente?''. El Hombre do los Lobos sale asus­
"Por lomenos en mi caso, <1SÍ como se presenta ahora", responde tado del sopor que lo envuelve. No me reconoce en seguida, sus
él con una sonrisita de �uaVf) iruuía dirigida a sf mismo. pensamientos giran y giran alrededor de Luisc. Ella tiene

28S 289
miedo de visitarlo en el hospital y le hizo decir, desconociendo alrededor de este punto fijo, y una mujer que realimenta
probablemente su enfermedad, que iba a esperarl.o el don¡.jngo constantemente una predisposición enfermiza. ¡,Se morirá de
durante el hora1·io de visita en la puerta de entraaa. El le pidió hambre o no'? ¿De qué va a vivir? ¿Puede ser eslo amor?
a un enfermero que la buscara y la trajera aquí. ¿Lo hará? ¿La La puerta se abre y entran dos ancianas. Un;¡ de ellas es la
traerá el sirviente? sirvienta que ordena, desde hace mucho tiempo, la-v;vienda del
El Hombre de Jos Lobos me da una tarjeta que se encuentra Hombre de los Loo�s, la otra una vecina del edificio en el que
en el cajón de su mesa de luz, que está abierto. Así le esci-ibe vivía. Las damas se sientan.
Luiso a un moribundo de noventa a�os de edad que, atado a la "¡Quiero mo1·irme de una vez!" gTito. el Hombr4:' dc los Lobos
cama, lucha qucjosamente en busca de aire: excitado. Aparentemente, las tres \ÍSilantes que, de rt<pente,
"Mi querido Sergei, he oído que ya estás mucho mejor, que tu rodean su cama, lo sacan de quicio.
apetito es bueno, que te levantas para higienizarte. Eso me "¡Pero, doctor! ¡No debe decir algo asi!'", exclam an las dos
alegra mucho. Cuando comes la comida que tanto te gusta, ¿no señoras al unísono.
piensas en mí, que paso hambre, que estoy al borde del desalojo, "Ay, está muy mal, muy mal", ¡nurmuran en�re sí. :'1'\o queda
qne estoy por quedarme sin gas y sin luz porque no puedo pagar mucho que hacer".
las cuentas? ¿Cómo puedes hacerme algo así, cuando estuvi­ Mientras el viejo, que de repente se ha encerrado t.olalmente
mos cuarenta anos juntos? Quisiera tanto verte, hablar conti­ en sí mismo, emite algunos estertores como cortina sonora,
go, estuve un par de veces allí,:E_e.ro los enfermeros siempre me ellas me cuentan, en un murmullo, cómo ocun-ió lo de la
dicen que la joven está de nUE,!V�Or>,.tigo, y entonces no quiero lipotimia: ese día, a principios dejulio, el Hombre de los .Lobos
molestarte. Debes estar muy enam qrado si te hiciste hacer dos había recibido la jubi!ación con-espondiente A dus meses, el
trajes de franela de 4.500 cheliñ é'y
s �pagaste tanto para man­ importe del mes y el de las vacaciones. De repP.ntC!, Luise había
tenerla como me contaste. Lamentablemente no tengo dinero golpeado a su puerta, él la dejó entrar, y el encueni.ro terminó
para papel de cartas y estampillas. en una pelea muy fuerte. Finalmente, ella le arrancó simple­
"Hasta ahora no recibí ni un centavo de la cuota de agosto mente 10.000 chelines y desapareció con el dinero. El Hombre
correspondiente al dinero de tu libro El Hombre de los Lobos de los Lobos se sintió terriblemente mal y estaba muy excitado.
por el Hombre de los Lobos. Aparentemente tú se lo has dado Por la tarde, en ese día tan caluroso, cuando volvía de comprar
al doctor, y él pone como condición que yo lo vaya a buscar cigarrillos, tuvo el colapso.
personalmente, una cosa ridícula, dijo nú abogado, y yo tengo
un escrito tuyo que dice que el dinero de la doctora Gardiner va
a ser para mí después de tu muerte. Por favor alcánzame el Un mes sigue al otro, el invierno al otoño. lo primavE>ra al
dinero con un enfermero, ellos son muy amables...". invierno... El Hombre de los Lobos eslá aco:;tndo entre las
No hace falta ninguna mirada, no hace falta volver a la paredes blancas .Y desnudas, en la atmósft�nl dcpnmcnle del
realidad, los pensamientos del Hombre de los Lobos vuelven a hospicio, cuya calefacción resulta agobiante p0r lo exagerada.
girar, después de un breve instante de cordura, en el que Sll5 ataques de desesperación y su resislcoci:• n ;;<'guit· ar¡uí se
murmura: "Esta mujer está loca", alrededor del punto fijo, ahogan paulatinamente en la rutinn e r ' · < la mo:tntnuía
Luíse... siempre igual de esta vida organizada .' U<!l<·rruinada p nnci ­
Ella supo, en alguna oportunidad, cómo penetrar en e;;te palmenLe pr1r las necesidades del per:;<.�nal. Fu e"'r." li¡¡mpro se
círculo de pensrunientos, generalmente dirigidos hacia sf mis ­ recuperó bastante, y puede incorporarse:. Do� kinesiólogas lo
mo. Y desde entonces existe esta interacción cambiante entre conducen varias veces a la semana ;¡rr:h<t v abajo por los
los pensamientos circul ares, que dan vueltas una y otra ve? escalones del edificw, a fin de poner <·ll fu �<:in• .11.t1r•lto nunva-

290
menle su circulación. Pero el paciente no tiene ganas, p;:1ra
nada, de realizar estos ejercicios, se quedaría con gusto lodo el yugoslavas. Yo trato de calmarlo, es sólo un niño, digo, es
día en la cama. curioso y nada más. Pero el efecto neurotizanle que ejerce esle
Lleva un traje de cal le, el 1·cloj, la dentadm·a y la billetera muchachito sobre el hombre e nfermo no desaparece tan fácil­
0
es n en el c�jón de la me�ade luz. Su estado es muy fluctuante, mente.
"Sí, ella estuvo aqul", afirma el Hombre de los Lobos un día.
anrba y abajo, a veces está mejor, y entonces puede pensax en
forma clara, otras veces busca desesperadamente aire y deja Pero no puedo sacarle detalle alguno sobre este encuentro con
escapar frases inconexas entre los episodios de abogo. En otras Luise, excepto el J-1echo de que todo parece haber Lranscun-ldo

ocas ion�s or�ta con los ojos medio cerrados, y parece no en for·ma tranquila y armónica. Soy muy escéptica, y no puedo
tener nmgun mterés en esta existencia hospitalaria en otras creer verdadet·amente que, después de todo lo que oí sobre
má¡; reaparecen indici os de su antigua vivacidad e �onfa. Luise, pueda ser posible tener· un encuentro tan pacífico con
Los enfermeros, por cuanto puedójuzgar, no están especial­ ella. Pero el Hombre de los Lobos persiste en su afirmación.
mente conmoVIdos . g
con su presencia. Un privile iado como lo es ¿Qué debo hacer? Aconséjeme. Irme. Quiero inne de aqui.
el Hombre de los Lobos aun en este lugar, si bien él no quiere Luego, nuevamente: morir, quiero morir de· uná vez. Mi ma­
reconocerlo, es causa de esfuerzos innecesarios. Existe otra dre... muerto era tan linda como nunca la había visto en
razón por la cual les desagrada: la denominación de sirvientes, realidad. La enfermera del hospital me contó que, anles de
que era la que correspondía para el personal en su casa partir, habra tenido un terrible combate con la muerte.
í

paterna, no es la más adecuada para los enfermeros aquí. El hombre vi'ejo no ve por su ventana nada más que el gris de
Cada vez má s frecuentemente el Hombre de los Lobos se noviembre y las ramas desnudos de los árbo les.
pierde en pens!Imientos d � �uga-¿¡ui�re volver a casa, y si eso La secuencia lógica de pensamjentos a la cual se ata todo ser
no es pos1ble, sr no puede VlV:tr solo en su casa entonces quiere humano, y cuya disolución genera angustia, lo llena cada vez
en todo caso, estar en otro lado. Uii''��fermer� le recomendó u� más de desorden. Es como si la misma neurosis obsesiva
asilo si tuado en un lugar en las cercanías de Viena, pero sólo estuviet·a acostada en el lecho de muerte. Una y otra vez se
. encierra en esl.e irrefrenable proceso de disolución, atado a la
D10s sabe Sl va a conseguir allí un cuarLo para él solo y si, al
esta1· tan lejos, iría alguien a visitarlo, y cuál es la calidad de marcha de los pensamientos que giran en forma compulsiva.
ese asilo. Quizá sea mejor quedarse aquf. Todo fue inútil, sin sentido, equivocado, quiero comenzar la
�ui�e... ¿po1: qué no V:iene ella? ¿Por qué no se preocupa por vida una vez más desdP el principio, hacer todo diferente. Y
m1.- S1 yo le dr tanto dinero. ¿Qué debo hacer? ¡Aconséjeme! únicamente esta repetición enfermiza pat·ece mantenedo con
¿Cómo salgo de aqui? ¿Debo suicidarme, tengo que tiranne por vida.
la ventana? ¿No me puede simplemente llevar con usted? S.
dejó entrever algo así como si pudiera irme a casa. Llámelo por·
favor trn a vez más y pregúntele qué va a pasar conmigo en De repente, una enfermera es contratada para ocuparse, algu­
.
reahdad. Y adamas _ , ese pequeño serbio, parado siempre alli, nos días por semana, del Hombre de los Lobos. Ahora siempr�
mirando y mirando... hay flores frescas sobre la mesa, y la vestimenta del anciano se
¿Qué serbio? encuentra en un estado excelente.
... antes del mediodía viene muchas veces un pequeño serbio, "Anni es una persona amable", me cuenta el Hombre de los
se pm:a en la puerta y mira y mira. Yo Jo grito que desaparezca,
Lohos, visiblemente vuelto a la vida desde que lo cuida la
pero el no se va. enfermera. "Quizá podrí<t m udarme con ella. No es como Luise.
Supongo que se t rata del hijo de una de las mucamas Creo que es totalmente inof()nsiva".
A voce5, cu(l ndo vuy a visitarlo, me enc uentro con la enferme-

292
293
ra �1ni, a la que el Hombre de los Lobos llama en ocasiones sentía muy seguro manteniendo una conversación sobre temas
int�lectuales, por momentos ligeramente superficial. Sus sen­
Nmt)a.
"Pórtate bien, come y toma todo", dice la cincuentona robus­ timientos hacia mí se expresaban con un beso formal en la
mano como saludo y como despedida. Ahora, cuando me siento
ta, con su peinado rizado, modelado en forma impecable con su
ca bello gns. en su cama, quiere postenermi mano durante horas, me abraza
al saludarme y al despedirme, y a veces hasta me da un beso.
"A ser bueni Los y tomar", continúa con tono resuelto' y le da
al llombre de los Lobos un beso en la frente. En el verano de 1978 -hace ya casi un año que el Hombre de
"Sí, sí", responde él, y se lleva la taza a la boca con una mano Jos Lobos vive en este hospicio- pasa por una crisis muy grave.
Sufre una caída en el pasillo, delante de su cuarto, y tiene como
extremadamente temblorosa. La enfermer·a trata de darle a
consecuencia una herida en la mejilla derecha, que cura muy
comer un pedazo de pastel.
"No, no, 1úñito", dice ella palmeándo!e la espalda para darle torpemente.
ánimo, "no tiembles tanto. Te vas a volcar el caf é. Ay Dios, está
"¿Qué debo hacer?" El Hombre de los Lobos se aferr a sollo­
tan mal hoy. No se puede esperar demasi ado". zando a mí. Se agarra fuertemente de mí, como si yo pudiera
"Buenos dins, señorit::;, muy amable de su parte". El Hombre mantenerlo con vida. "¡Aconséjeme! ¡Ayúdeme por favor!" Una
� ?
e l �s Lo oE ;;e vuelve repentinamente en mi dirección con una y otra vez irrumpen las mismas frases.
mclinacron curtés, como si recién hubiera notado mi presencia. ¿Qué debo aconsejarle? ¿Qué podría haceryo? Aquíya no hay
Lu�go com1enza �na vez má!¡_a fantasear, sobre todas las nada más que hacer.
nllrJeres que conoc1ó en su vid�; �bro¡:. todas las oportunidades "Lo que tiene que hacer, sencillamente, es dejarse caer", digo
desperdiciadas. La enfermera y . ? .Y,
:,nos burlamos de él, que
yo. "Resígnese. Deje que suceda lo que tiene que suceder, y
C
trata de hacemos creer su papel d'e asanova en forma total­ abandone de una vez sus compulsiones".
El Hombre de los Lobos se reclina nuevamente en su cama.
mente convincen te. El Hombre de los Lobos se sorprende de
que nos quedemos tan t.ranquilas sentadas en la mesa, y Q)le no Pero en el instante siguiente comienza nuevamente el círculo
tengamos celos la una de la otra. Le pregtmto a la enfermera si compulsivo: la vida fue un sinsentido, inútil, tenemos que
. construir algo, algo nuevo, empezar nuevamente desde el
Lurse estu\·o "n rcalrdad allí. Aparentemente ella se ha pro­
puesto borrar el recuerdo de esta mujer de su memoria. Me dice principio... Cuando, al finalizar el horario permitido a las
en un murmullo que: n vino ni una sola voz y que lo mejor para visitas, debo partir, él no me deja. ¡Aconséjeme!, grita mientras
? me voy.
él es no mencwnar mas su nombre en su presencia.
"A:usl:ed Y u 1\nni, de alguna manera puedo tenerlasjuntas", A veces tengo grandes dificultades para visitarlo y no consi­
go acercarme al hospicio durante semanas. Este lento morü·, al
explrca el Hombre de los Lobos, cuando se va la enfermera.
paulatino apagarse de una persona que tuvo durante toda su
•¿Pero cómo encajar allí a Luise, eso no Jo sé. Se me confunde
vida dificultades para tomar decisiones me sobrecarga. Y, en
todo". Co1 el Liemp�, Luise pasa cada vez m<ís a un plano
� La rncucrona cada vez menos y, por último, ya no realidad, es algo totalmente consecuente que no pueda tomar
secundano.
la única decisión que le queda en la vida. Entonces me obligo
habla más de t!!b.
una vez más a visitarlo, en último caso él siempre se alegrtl
cuando voy a verlo. Y descubro que, en realidad, uno tiene quP.
Durante los ..:.'im�.:; dos años de su vida, el Hombre de los Lobos tolerar el hecho de poder vivir cómo muere otra persona.
?esarro11a;·; •.:n·:
· l�d muy importante de ternura, algo que
J�má:- hab:::- ' ::n:•· ·:'en él antcdormene.
l Siempre transmi­
ltfl llna 1m¡" < • "" < o;,.
,iucz, casi como si fuera de madera, y se

295
La enfermera Anni consiguió que el Hombre de los Lobos fuera El Hombre de los Lobos está más tranquilo, sus pensamien­
trasladado al cuarto de al lado. Aquí tiene u n lavatorio, cosa tos compulsivos lo torturan cada vez con menor frecuencia.
que no tenía en el cuarto anterior. A menudo se había quejado Poco a poco parece darse cuenta del hecho de que para él no
:
de que no podía lavarse, En las paredes hay un par de cuadros existe mucho más que esta única decisión.
colgados. Sobre la mesa un mantel ele hule rojo furioso. La A comienzos de 1979 hago un viaje de vacaciones. Dos meses
enfermeTa se esfuerza por hacer más ag1·adables los últimos despu6s, al regresar, encuentro a Albín Unterweger delante de
meses de su vida. su cama. El Hombre de los Lobos está sentado, con un traje azul
Los pocos ami gos y conocidos que tenía el Hombre de los oscuro, sobre el borde de la cama.
Lobos vienen a visitarlo cada vez con menor frecuencia. Los "Me estoy volviendo totalmente estúpido", dice, juntando las
únicos que se ocupan regularmente de él son el doctor' S., su manos con una expresión ligeramente teatt-al.
médico desde hace tantos af10s, la enfermera, que paga el Reímos, y ésta sería la última vez en la que lo iba a ver en una
doctor E. de Norteamérica para que cuide a este monumento de esas poses de arlequín que adoptaba ocasionalmente, y que
del psicoanálisis en desaparición, y, además de mí, Albin tanto me gustaban de él. El Hombre de los Lobos se tira sobre
Unterweger. El Hombre de los Lobos conoció a esta persona a la cama y mira sin interés hacia arriba. No intervjene para
través de Muriel Gardiner, hace ya muchos años. Y nada ni nada en nuestra conversación. Unterweger sale un momento,
nadie le impiden aprovisionar ¡·egularrnente con revistas y porque piensa que quizás el enfermo quiera decirme algo a
dulces al paciente de casi 92 años. "Las pPrsonas van y vienen, solas. Ahora, es necesario pensar seriamente que va a morir.
a su placer", explica el Hombre de los Lobos, cuando ocasional­ Pero eJ Hombre de los Lobos tiene los ojos cerrados y calla.
mente me encuentro con la enf éi:i:nera o con el señor Unterwe-
gcr a los pies de su cama. -�,
·•
Los visitantes, los enfenneros-)nos médicos entran en s\15 Un domingo, a princ1ptos de mayo, entro en el cuarto del
pensamientos circulares, para luego desaparecer nuevamente. El enfermo. La radio está apagada, y el anciano está acostado en
paciente está totalmente entregado a esto ir y venir. No puede la cama, vestido con un camisón blanco, sin moverse. Acerco un
retener a nadie cuando quiere, ni tampoco sacru;.se a nadie de sillón al borde de la cama y tomo su mano. El Hombre de los
encima. Sus deseos, que cada vezson másy más débiles, terminan Lobos trata de murmurar algo, pero sin poder lograrlo.
desapareciendo en el horario organizado dt: la institución. "No tenemos que hablar sobre nada", digo yo, y permanezco
allí sentada durante la siguiente hora.
"Deme su mano", dice él, cuando la retiro durante un instan­
: I �n
el inviemo, de repente, aparece unu radio en el cumto del te para encender un cigarrillo.
Hombre de los Lobos. El programa de la emisora nacional de El Hombre de los Lobos, que se negó a seguir comiendo,
música pop 03 resuena en el cuarto. Apago la música y le recibe desde hace dos semanas alimentación artific ial. No
pregunto al viejo qué significa esa racii(l. �o me da una puedo entender por qué es necesa1·io torturarlo de esta manera .
respuesta. Estsl acostado en la cama, con lo;; ojos entrecerra­ todavía. Mientras estoy allí sentada, tengo de repente el
dos, y le cuesta mucho halJJar. sentimiento de que va a morir pronto. Hasta ahora en ocasiones
"Afuera hace mucho fdo", dice de repente. "1\ilíreme usted", había tenido miedo de que mul'icrajusto cuando estaba con él.
y levantando las sábanas me muestra su cuerpo adelgazado. Me parecía algo terrible vivir la muerte de una persona desde
No puedo acostarme ahora afuera, con este �spectl). tan cerca. Este día, en realidad, ya no tengo miedo. Si tuviera
"Y bueno", suspira después de algún tiem¡•o, "esta es una que modr ahora, simplemente me quedaría sentada. El Hom­
decisión que realmente no puede ser tomad<� l'n forma fácil". bre de los Lobos liene un aspecto increíblemente tranquilo, quo

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no deja entrever nada de la terrible lucha con la muerte de los INDICE
últimos 18 meses. Está acostado con los ojos cerrados, total­
mente desvalido, casi como un niño. l\1ientras Jo miro, me
ilumina de repente el reconocimiento de que la muerte sólo
-
·

puede ser hermosa cuando uno ha superado una compulsiva


dependencia con la vida.
Cuando tengo quepartirle doy, a modo de despedida, un beso
en la frente. El toma mi mano derecha, la lleva a sus labios y

l a besa, como siempre hiciera antes. Si otras veces había


se�tido que este gesto era algo formal, esta vez expresa senti­
mientos de profunda emoción y agradecimiento. Al llegro· a l a
puerta me doy vuelta, m e río, lo saludo con la mano y l e digo
"¡buena suerte!", como siempre lo hice antes. El Hombre de los
Lobos me mira y levanta la mano con un débil saludo.
Al día siguiente, aproximadamente a la misma hora, des­
I. El hombre d� los Lobos .................................................. í
pués del mediodía, muere, sin luchar más con la muerte, en
presencia de la enfermera Anni. Nadie me invitó a su entierro, Un hombre �art nouveau"... ........................... .. ...... ......... ...... . ''

tampoco S., que una vez habla prometido al Hombre de los En el espejo del psicoanálisis ............................................... 21
Lobos que me informaría si éffallecía. Cuando voy a visitarlo
una vez más al hospicio me enter..o�<,Ul su muerte.
II. Conversaciones
con el Hombre de los Lobos ............................................ 3:
Freud Padre .......................................................................... 3.:,
Restos de la transferencia .................................................... 59
Remanentes de la infancia .... . .............................................. 8.1
Teresa ........................ ....................................................... J.(·'
El complejo con la hermana ..... ................................... .... J. J
Sexualidad, dinero, masoquismo ...................................... l :)5
Como empleado de seguros ................................................ Ú!J
"Yo, el caso más famoso" .................................................... 301
An1or - odio... ....................................................................... 22ii
Un joven de noventa años ........................................... ...
Una relación humana ...................................................... .

111. El Homb�:e de los Lobos y yo ................................ ""'


r•.,,
..'
J•
Reportaje al morü· ....................................................... ... .. . . ··�

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