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Cuando la visión y el sacrificio de Hidalgo se había extinguido, cuando el valor y la

gallardía de Allende se habían terminado y cuando la convicción y la sagacidad de doña


Josefa Ortiz de Domínguez había quedado en el pasado. Surgían próceres de temple,
ingenio y bravura como: José María Morelos y Pavón, Mariano Matamoros y
Hermenegildo Galeana. Hombres de pensamiento ilustrado que escribían la epopeya
de la batalla en el “Sitio de Cuautla”. Hombres de una lealtad infinita que le cobrarían
a la madre patria, el derecho a la libertad, el derecho a sublevarse ante una tiranía
arbitraria y despótica que atentaba en contra de las garantías individuales.

Distinguidas personalidades que nos honran como jurado calificador, autoridades


educativas, estimados maestros, compañeros participantes y público que cultiva el
arte de la palabra.

Participar en este certamen de oratoria: “Hechos relevantes en el estado de Morelos


inscritos en la historia patria”, es un placer, me siento orgulloso por ello.

Mi nombre Alfonso Aguilar Morales, y represento con orgullo a la Esc. Sec. Tec. No. 2
“Lic. Adolfo López Mateos”

Desarrollaré de manera reflexiva el tema “El sitio de Cuautla”


Es el 19 de febrero de 1812 la epopeya nacionalista más memorable de todas las
batallas libradas por la libertad y el honor.

Episodio épico de la etapa de organización de nuestra guerra de independencia. La


grandeza militar del principal protagonista me refiero: al estratega José María Morelos
y Pavón, el campeón de 1000 batallas, que trazo en la patria el hermoso destino hacia
la soberanía nacional.

Tus hechos, la fama doquiera pregona: ¡Heroicos, sublimes de inmenso valor!....

¡Es Cuautla, la bella, la augusta corona, que ciñe tus sienes, radiantes, señor!

Las crónicas nos dicen: que el general Félix Ma. Calleja se hizo presente en las afueras
de “Cuautla” con 2 mil hombres de caballería y 1000 de la infantería, más el ingenio de
Morelos radicaba en fortificar y construir trincheras. A cargo de los “negros”,
Hermenegildo Galeana; Leonardo Bravo comandando a “los nativos de Chilpancingo”
Mariano Matamoros dirigiendo a los “pintos” y llegando con 1000 hombres de los
pueblos aledaños “Francisco Ayala”, el hombre de “Mapaxtlán”, el hombre que miraba
cara a cara a la muerte con gran indiferencia.

Desde la junta nacional enviaron “pertrecho”, cientos de balas de cobre, para cañón y
2 barriles de pólvora.

Gritos de ira, de odio y de dolor, hacia el enemigo virreinal, el combate fue sangriento
y reino la confusión entre insurgentes y realistas.

La historia menciona que Narciso Mendoza, un niño con tan solo 12 años de edad,
corrió hacia un cañón para detonarlo y logro hacer blanco en la columna enemiga,
causándoles a los gachupines muchas bajas y obligándoles a salir de Cuautla,
batiéndose en retirada.

Las tropas de Hermenegildo Galeana recuperaron “La plaza de Santo Domingo”


capturando a varios realistas. Los insurgentes habían derrotado por primera vez al
sanguinario “Tigre Calleja”. Ante tal fracaso Félix María Calleja solicito más refuerzos,
parque y artillería, comunicando a la madre patria las siguientes intenciones:

“Cuautla debe ser demolida y si es posible, sepultados los faciosos en su recinto; asi
nadie se atreverá en adelante a encerrarse a los pueblos, ni encontrarán aquellos, otro
medio para libertarse de la muerte, que el dejar las armas”.
El mismo Morelos envío al campamento de Calleja su llamada, a primera
“reconvención” donde se dirigía a los criollos que militaban en el ejército realista:

“Amados hermanos: nuestra sentencia no es otra, sino que los criollos gobiernen al
reino y que los gachupines se vayan a su tierra”.

El verdugo Calleja en su intento por romper la muralla de Cuautla, ordeno rodear la


población en puntos estratégicos, cortar el suministro de agua e impedir el abasto de
provisiones. Su plan: ¡rendir a los insurgentes de hambre!, mas no lealtad y valentía.

El cielo de Cuautla se ilumino, rompiendo fuego de artillería: 20 bombas, 66 granadas y


150 tiros de cañón saludaban a Cuautla cada 24 horas.

Fue el acontecimiento bélico que inmortalizo las dotes militares de José María Morelos
y de aquellos héroes de nombre hasta hoy desconocidos, que quedaron inertes en el
camino, que con temple y coraje luchaban con gran valor: unos en la plaza de Santo
Domingo, otros en la plaza de San Diego, mientras que aquellos del centro de Cuautla
bien atrincherados.

2 de mayo de 1812 fecha ilustre, en la cual Morelos ordenó evacuar a la “Heroica


Cuautla”, sitio que puso en duda la capacidad del ejercito realista, quizá la falta de
jefes con carácter, para vencer en una sola acción a las tropas del mismo Morelos, que
demostraron en esa ocasión, ante el asombro del gobierno virreinal condiciones
militares de primer orden, capacidad y resistencia. Durante 72 días estuvo nuestro
ejército insurgente frente a un enemigo mayor en número, sin poder destruirlo.

Incendiada Cuautla el triunfo fue para el ejército realista, pero ante la mirada de los
ojos del mundo entero: El prestigio de calleja ¡se desplomo! Mientras que: la fama y la
gloria, Morelos se llevó!.

¡Jóvenes de mi patria! El pueblo morelense necesita de nuestra vida, necesita de


nuestra convicción, requiere de jóvenes con armas de palabra!

Desde aquí desde este espacio de la elocuencia, te invito a retomar los ideales que los
héroes legendarios del “sitio de Cuautla”, llevaron al campo de batalla: ejemplos de
honor, lealtad, patriotismo, valentía y coraje.

¡Atrévete a ser, la diferencia!

¡He dicho!

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