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PAPA FRANCISCO

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro


II Domingo de Adviento, 10 de diciembre de 2017

[Multimedia]

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El domingo pasado empezamos el Adviento con la invitación a vigilar; hoy, segundo domingo de
este tiempo de preparación a la Navidad, la liturgia nos indica los contenidos propios: es un
tiempo para reconocer los vacíos para colmar en nuestra vida, para allanar las asperezas del
orgullo y dejar espacio a Jesús que viene.

El profeta Isaías se dirige al pueblo anunciando el final del exilio en Babilonia y el regreso a
Jerusalén. Él profetiza: «Una voz clama: “En el desierto abrid camino a Yahveh. […]. Que todo
valle sea elevado”» (40, 3). Los valles para elevar representan todos los vacíos de nuestro
comportamiento ante Dios, todos nuestros pecados de omisión. Un vacío en nuestra vida puede
ser el hecho de que no rezamos o rezamos poco. El Adviento es entonces el momento favorable
para rezar con más intensidad, para reservar a la vida espiritual el puesto importante que le
corresponde. Otro vacío podría ser la falta de caridad hacia el prójimo, sobre todo, hacia las
personas más necesitadas de ayuda no solo material, sino también espiritual. Estamos llamados
a prestar más atención a las necesidades de los otros, más cercanos. Como Juan Bautista, de
este modo podemos abrir caminos de esperanza en el desierto de los corazones áridos de
tantas personas. «Y todo monte y cerro sea rebajado» (v. 4), exhorta aún Isaías. Los montes y
los cerros que deben ser rebajados son el orgullo, la soberbia, la prepotencia. Donde hay
orgullo, donde hay prepotencia, donde hay soberbia no puede entrar el Señor porque ese
corazón está lleno de orgullo, de prepotencia, de soberbia. Por esto, debemos rebajar este
orgullo. Debemos asumir actitudes de mansedumbre y de humildad, sin gritar, escuchar, hablar
con mansedumbre y así preparar la venida de nuestro Salvador, Él que es manso y humilde de
corazón (cf. Mateo 11, 29). Después se nos pide que eliminemos todos los obstáculos que
ponemos a nuestra unión con el Señor: «¡Vuélvase lo escabroso llano, y las breñas planicie! Se
revelará la gloria de Yahveh —dice Isaías— y toda criatura a una la verá ( Isaías 40, 4-5). Estas
acciones, sin embargo, se cumplen con alegría, porque están encaminadas a la preparación de
la llegada de Jesús. Cuando esperamos en casa la visita de una persona querida, preparamos
todo con cuidado y felicidad. Del mismo modo queremos prepararnos para la venida del Señor:
esperarlo cada día con diligencia, para ser colmados de su gracia cuando venga.
El Salvador que esperamos es capaz de transformar nuestra vida con su gracia, con la fuerza
del Espíritu Santo, con la fuerza del amor. En efecto, el Espíritu Santo infunde en nuestros
corazones el amor de Dios, fuente inagotable de purificación, de vida nueva y de libertad. La
Virgen María vivió en plenitud esta realidad, dejándose «bautizar» por el Espíritu Santo que la
inundó de su poder. Que Ella, que preparó la venida del Cristo con la totalidad de su existencia,
nos ayude a seguir su ejemplo y guíe nuestros pasos al encuentro con el Señor que viene.

Después del Ángelus:

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy será conferido el Premio Nobel de la Paz a la Campaña Internacional para abolir las armas
nucleares. Ese reconocimiento tiene lugar coincidiendo con el Día de las Naciones Unidas por
los Derechos Humanos, y esto subraya el fuerte vínculo entre los derechos humanos y el
desarme nuclear. De hecho, comprometerse en la defensa de la dignidad de todas las personas,
de modo particular de las más débiles y desfavorecidas, significa también trabajar con
determinación para construir un mundo sin armas nucleares. Dios nos da la capacidad de
colaborar para construir nuestra casa común: tenemos la libertad, la inteligencia y la capacidad
de guiar la tecnología, de limitar nuestro poder, al servicio de la paz y del verdadero progreso
(cf. Carta Encíclica Laudato si’, 78, 112, 202). Pasado mañana tendrá lugar en París la cumbre
«Our Planet Summit». Dos años después de la adopción del Acuerdo de París sobre el clima, la
cumbre tiene la intención de renovar el compromiso para su realización y consolidar una
estrategia compartida para contrastar el preocupante fenómeno del cambio climático. Deseo
vivamente que esta cumbre, así como las otras iniciativas que van en la misma dirección,
favorezcan una clara toma de conciencia sobre la necesidad de adoptar decisiones realmente
eficaces para contrastar los cambios climáticos y, al mismo tiempo, combatir la pobreza y
promover el desarrollo humano integral. En este contexto quisiera expresar mi cercanía a las
poblaciones indias golpeadas por el ciclón Okhi, especialmente a las familias de los muchísimos
pescadores dispersos; y también a la población de Albania, duramente probada por las graves
inundaciones.

Dirijo mi saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos. En particular a los fieles llegados de
Valladolid y Huelva, en España.

Saludo a los numerosos grupos de jóvenes y chicos italianos procedentes de Florencia,


Carugate, Brembate, Almè, Petosino y Pian Camuno: os animo a todos a ser testigos alegres del
Evangelio. Os deseo a todos un feliz domingo y un buen camino de Adviento, preparando el
camino al Señor que viene. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta
pronto!
Mensaje del Santo Padre para la XXVI Jornada Mundial del
Enfermo (11 febrero 2018), 11.12.2017

Publicamos a continuación el mensaje del Santo Padre Francisco para la XXVI Jornada Mundial
del Enfermo que se celebra el 11 de febrero de 2018.

Mensaje del Santo Padre

Mater Ecclesiae: «Ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre.

Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa»

(Jn 19,26-27)

Queridos hermanos y hermanas:

La Iglesia debe servir siempre a los enfermos y a los que cuidan de ellos con renovado vigor, en
fidelidad al mandato del Señor (cf. Lc 9,2-6; Mt 10,1-8; Mc 6,7-13), siguiendo el ejemplo muy
elocuente de su Fundador y Maestro.

Este año, el tema de la Jornada del Enfermo se inspira en las palabras que Jesús, desde la cruz,
dirige a su madre María y a Juan: «Ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella
hora, el discípulo la recibió en su casa» (Jn 19,26-27).

1. Estas palabras del Señor iluminan profundamente el misterio de la Cruz. Esta no


representa una tragedia sin esperanza, sino que es el lugar donde Jesús muestra su gloria y
deja sus últimas voluntades de amor, que se convierten en las reglas constitutivas de la
comunidad cristiana y de la vida de todo discípulo.

En primer lugar, las palabras de Jesús son el origen de la vocación materna de María
hacia la humanidad entera. Ella será la madre de los discípulos de su Hijo y cuidará de ellos y
de su camino. Y sabemos que el cuidado materno de un hijo o de una hija incluye todos los
aspectos de su educación, tanto los materiales como los espirituales.
El dolor indescriptible de la cruz traspasa el alma de María (cf. Lc 2,35), pero no la
paraliza. Al contrario, como Madre del Señor comienza para ella un nuevo camino de entrega.
En la cruz, Jesús se preocupa por la Iglesia y por la humanidad entera, y María está llamada a
compartir esa misma preocupación. Los Hechos de los Apóstoles, al describir la gran efusión del
Espíritu Santo en Pentecostés, nos muestran que María comenzó su misión en la primera
comunidad de la Iglesia. Una tarea que no se acaba nunca.

2. El discípulo Juan, el discípulo amado, representa a la Iglesia, pueblo mesiánico. Él


debe reconocer a María como su propia madre. Y al reconocerla, está llamado a acogerla, a
contemplar en ella el modelo del discipulado y también la vocación materna que Jesús le ha
confiado, con las inquietudes y los planes que conlleva: la Madre que ama y genera a hijos
capaces de amar según el mandato de Jesús. Por lo tanto, la vocación materna de María, la
vocación de cuidar a sus hijos, se transmite a Juan y a toda la Iglesia. Toda la comunidad de
los discípulos está involucrada en la vocación materna de María.

3. Juan, como discípulo que lo compartió todo con Jesús, sabe que el Maestro quiere conducir a
todos los hombres al encuentro con el Padre. Nos enseña cómo Jesús encontró a muchas
personas enfermas en el espíritu, porque estaban llenas de orgullo (cf. Jn 8,31-39) y enfermas
en el cuerpo (cf. Jn 5,6). A todas les dio misericordia y perdón, y a los enfermos también
curación física, un signo de la vida abundante del Reino, donde se enjuga cada lágrima. Al
igual que María, los discípulos están llamados a cuidar unos de otros, pero no exclusivamente.
Saben que el corazón de Jesús está abierto a todos, sin excepción. Hay que proclamar el
Evangelio del Reino a todos, y la caridad de los cristianos se ha de dirigir a todos los
necesitados, simplemente porque son personas, hijos de Dios.

4. Esta vocación materna de la Iglesia hacia los necesitados y los enfermos se ha concretado,
en su historia bimilenaria, en una rica serie de iniciativas en favor de los enfermos. Esta historia
de dedicación no se debe olvidar. Continúa hoy en todo el mundo. En los países donde existen
sistemas sanitarios públicos y adecuados, el trabajo de las congregaciones católicas, de las
diócesis y de sus hospitales, además de proporcionar una atención médica de calidad, trata de
poner a la persona humana en el centro del proceso terapéutico y de realizar la investigación
científica en el respeto de la vida y de los valores morales cristianos. En los países donde los
sistemas sanitarios son inadecuados o inexistentes, la Iglesia trabaja para ofrecer a la gente la
mejor atención sanitaria posible, para eliminar la mortalidad infantil y erradicar algunas
enfermedades generalizadas. En todas partes trata de cuidar, incluso cuando no puede sanar.
La imagen de la Iglesia como un «hospital de campaña», que acoge a todos los heridos por la
vida, es una realidad muy concreta, porque en algunas partes del mundo, sólo los hospitales de
los misioneros y las diócesis brindan la atención necesaria a la población.
5. La memoria de la larga historia de servicio a los enfermos es motivo de alegría para la
comunidad cristiana y especialmente para aquellos que realizan ese servicio en la actualidad.
Sin embargo, hace falta mirar al pasado sobre todo para dejarse enriquecer por el mismo. De él
debemos aprender: la generosidad hasta el sacrificio total de muchos fundadores de institutos
al servicio de los enfermos; la creatividad, impulsada por la caridad, de muchas iniciativas
emprendidas a lo largo de los siglos; el compromiso en la investigación científica, para
proporcionar a los enfermos una atención innovadora y fiable. Este legado del pasado ayuda a
proyectar bien el futuro. Por ejemplo, ayuda a preservar los hospitales católicos del riesgo del
«empresarialismo», que en todo el mundo intenta que la atención médica caiga en el ámbito
del mercado y termine descartando a los pobres.

La inteligencia organizacional y la caridad requieren más bien que se respete a la persona


enferma en su dignidad y se la ponga siempre en el centro del proceso de la curación. Estas
deben ser las orientaciones también de los cristianos que trabajan en las estructuras públicas y
que, por su servicio, están llamados a dar un buen testimonio del Evangelio.

6. Jesús entregó a la Iglesia su poder de curar: «A los que crean, les acompañarán estos
signos: […] impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos» ( Mc 16,17-18). En los
Hechos de los Apóstoles, leemos la descripción de las curaciones realizadas por Pedro
(cf. Hch 3,4-8) y Pablo (cf. Hch 14,8-11). La tarea de la Iglesia, que sabe que debe mirar a los
enfermos con la misma mirada llena de ternura y compasión que su Señor, responde a este don
de Jesús. La pastoral de la salud sigue siendo, y siempre será, una misión necesaria y esencial
que hay que vivir con renovado ímpetu tanto en las comunidades parroquiales como en los
centros de atención más excelentes. No podemos olvidar la ternura y la perseverancia con las
que muchas familias acompañan a sus hijos, padres y familiares, enfermos crónicos o
discapacitados graves. La atención brindada en la familia es un testimonio extraordinario de
amor por la persona humana que hay que respaldar con un reconocimiento adecuado y con
unas políticas apropiadas. Por lo tanto, médicos y enfermeros, sacerdotes, consagrados y
voluntarios, familiares y todos aquellos que se comprometen en el cuidado de los enfermos,
participan en esta misión eclesial. Se trata de una responsabilidad compartida que enriquece el
valor del servicio diario de cada uno.

7. A María, Madre de la ternura, queremos confiarle todos los enfermos en el cuerpo y en el


espíritu, para que los sostenga en la esperanza. Le pedimos también que nos ayude a acoger a
nuestros hermanos enfermos. La Iglesia sabe que necesita una gracia especial para estar a la
altura de su servicio evangélico de atención a los enfermos. Por lo tanto, la oración a la Madre
del Señor nos ve unidos en una súplica insistente, para que cada miembro de la Iglesia viva con
amor la vocación al servicio de la vida y de la salud. La Virgen María interceda por esta XXVI
Jornada Mundial del Enfermo, ayude a las personas enfermas a vivir su sufrimiento en
comunión con el Señor Jesús y apoye a quienes cuidan de ellas. A todos, enfermos, agentes
sanitarios y voluntarios, imparto de corazón la Bendición Apostólica.

Vaticano, 26 de noviembre de 2017.

Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

Franciscus

Santa misa en ocasión de la fiesta litúrgica de la


Bienaventurada Virgen María de Guadalupe, 12.12.2017

Hoy a las 18.00, lunes de la III semana de Adviento, en la basílica de San Pedro, el Santo
Padre Francisco ha presidido la celebración eucarística en ocasión de la fiesta litúrgica de la
Bienaventurada Virgen María de Guadalupe.

Publicamos a continuación la homilía pronunciada por el Papa en el curso de la santa misa:

Homilía del Santo Padre

El Evangelio que acaba de ser proclamado es el prefacio de dos grandes cánticos: el cántico de
María conocido como el «Magníficat» y el cántico de Zacarías, el «Benedictus», y me gusta
llamarlo «el cántico de Isabel o de la fecundidad». Miles de cristianos a lo largo y ancho de todo
el mundo comienzan el día cantando: «Bendito sea el Señor» y terminan la jornada
«proclamando su grandeza porque ha mirado con bondad la pequeñez de los suyos». De esta
forma, los creyentes de diversos pueblos, día a día, buscan hacer memoria; recordar que de
generación en generación la misericordia de Dios se extiende sobre todo el pueblo como lo
había prometido a nuestros padres. Y en este contexto de memoria agradecida brota el canto
de Isabel en forma de pregunta: «¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a
visitarme?». A Isabel, la mujer marcada por el signo de la esterilidad, la encontramos cantando
bajo el signo de la fecundidad y del asombro.

Quisiera subrayar estos dos aspectos. Isabel, la mujer bajo el signo de la esterilidad y bajo el
signo de la fecundidad.

1. Isabel la mujer estéril, con todo lo que esto implicaba para la mentalidad religiosa de su
época, que consideraba la esterilidad como un castigo divino fruto del propio pecado o el del
esposo. Un signo de vergüenza llevado en la propia carne o por considerarse culpable de un
pecado que no cometió o por sentirse poca cosa al no estar a la altura de lo que se esperaba de
ella. Imaginemos, por un instante, las miradas de sus familiares, de sus vecinos, de sí misma…
esterilidad que cala hondo y termina paralizando toda la vida. Esterilidad que puede tomar
muchos nombres y formas cada vez que una persona siente en su carne la vergüenza al verse
estigmatizada o sentirse poca cosa.

Así podemos vislumbrarlo en el indiecito Juan Diego cuando le dice a María «yo en verdad no
valgo nada, soy mecapal, soy cacaxtle, soy cola, soy ala, sometido a hombros y a cargo ajeno,
no es mi paradero ni mi paso allá donde te dignas enviarme» 1. Así también este sentimiento
puede estar —como bien nos hacían ver los obispos Latinoamericanos— en nuestras
comunidades «indígenas y afroamericanas, que, en muchas ocasiones, no son tratadas con
dignidad e igualdad de condiciones; o en muchas mujeres, que son excluidas en razón de su
sexo, raza o situación socioeconómica; jóvenes, que reciben una educación de baja calidad y no
tienen oportunidades de progresar en sus estudios ni de entrar en el mercado del trabajo para
desarrollarse y constituir una familia; muchos pobres, desempleados, migrantes, desplazados,
campesinos sin tierra, quienes buscan sobrevivir en la economía informal; niños y niñas
sometidos a la prostitución infantil, ligada muchas veces al turismo sexual» 2.

2. Y junto a Isabel, la mujer estéril, contemplamos a Isabel la mujer fecunda-asombrada. Es


ella la primera en reconocer y bendecir a María. Es ella la que en la vejez experimentó en su
propia vida, en su carne, el cumplimiento de la promesa hecha por Dios. La que no podía tener
hijos llevó en su seno al precursor de la salvación. En ella, entendemos que el sueño de Dios no
es ni será la esterilidad ni estigmatizar o llenar de vergüenza a sus hijos, sino hacer brotar en
ellos y de ellos un canto de bendición. De igual manera lo vemos en Juan Diego. Fue
precisamente él, y no otro, quien lleva en su tilma la imagen de la Virgen: la Virgen de piel
morena y rostro mestizo, sostenida por un ángel con alas de quetzal, pelícano y guacamayo; la
madre capaz de tomar los rasgos de sus hijos para hacerlos sentir parte de su bendición.

Pareciera que una y otra vez Dios se empecina en mostrarnos que la piedra que desecharon los
constructores se vuelve la piedra angular (cf. Sal 117,22).

Queridos hermanos, en medio de esta dialéctica de fecundidad–esterilidad miremos la riqueza y


la diversidad cultural de nuestros pueblos de América Latina y el Caribe, ella es signo de la gran
riqueza que somos invitados no sólo a cultivar sino, especialmente en nuestro tiempo, a
defender valientemente de todo intento homogeneizador que termina imponiendo —bajo
slogans atrayentes— una única manera de pensar, de ser, de sentir, de vivir, que termina
haciendo inválido o estéril todo lo heredado de nuestros mayores; que termina haciendo sentir,
especialmente a nuestros jóvenes, poca cosa por pertenecer a tal o cual cultura. En definitiva,
nuestra fecundidad nos exige defender a nuestros pueblos de una colonización ideológica que
cancela lo más rico de ellos, sean indígenas, afroamericanos, mestizos, campesinos, o
suburbanos.

La Madre de Dios es figura de la Iglesia (Lumen Gentium, 63) y de ella queremos aprender a
ser Iglesia con rostro mestizo, con rostro indígena, afroamericano, rostro campesino, rostro
cola, ala, cacaxtle. Rostro pobre, de desempleado, de niño y niña, anciano y joven para que
nadie se sienta estéril ni infecundo, para que nadie se sienta avergonzado o poca cosa. Sino, al
contrario, para que cada uno al igual que Isabel y Juan Diego pueda sentirse portador de una
promesa, de una esperanza y pueda decir desde sus entrañas: «¡Abba!, es decir, ¡Padre!»
(Ga 4,6) desde el misterio de esa filiación que, sin cancelar los rasgos de cada uno, nos
universaliza constituyéndonos pueblo.

Hermanos, en este clima de memoria agradecida por nuestro ser latinoamericanos, cantemos
en nuestro corazón el cántico de Isabel, el canto de la fecundidad, y digámoslo junto a nuestros
pueblos que no se cansan de repetirlo: Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el
fruto de tu vientre, Jesús.

_________________________________

1
Nican Mopohua, 55.

2
Cf. Aparecida, 65.

general , 13.12.2017

Catequesis del Santo Padre

Saludos en las diversas lenguas

La audiencia general ha tenido lugar esta mañana a las 9,35 en el Aula Pablo VI donde el
Santo Padre Francisco ha encontrado a los grupos de peregrinos y fieles procedentes de Italia
y de todos los lugares del mundo.

El Papa, continuando el nuevo ciclo de catequesis sobre la santa misa, ha abordado el


tema :“¿Por qué ir a misa los domingos?

Tras resumir su catequesis en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los
grupos de fieles presentes.

La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Reanudando el camino de la catequesis sobre la misa, hoy nos preguntamos: ¿Por qué ir a misa
los domingos?
La celebración dominical de la Eucaristía tiene un papel principalísimo en la vida de la Iglesia
(véase Catecismo de la Iglesia Católica, n. ° 2177). Los cristianos vamos a misa los domingos
para encontrarnos con el Señor resucitado, o mejor para dejar que Él nos encuentre, para
escuchar su palabra, alimentarnos en su mesa y así convertirnos en Iglesia, es decir en su
Cuerpo místico viviente hoy en el mundo.

Lo entendieron desde el primer momento los discípulos de Jesús, que celebraban el encuentro
eucarístico con el Señor el día de la semana que los judíos llamaban "el primero de la semana"
y los romanos el "día del sol", porque ese día Jesús resucitó de entre los muertos y se
apareció a sus discípulos, hablando con ellos, comiendo con ellos, dándoles el Espíritu Santo (cf.
Mt 28,1; Mc 16,9.14; Lc 24,1.13; Jn 20,1.19). También la gran efusión del Espíritu en
Pentecostés ocurrió un domingo, el quincuagésimo día después de la resurrección de Jesús. Por
estas razones, el domingo es un día sagrado para nosotros, santificado por la celebración
eucarística, la presencia viva del Señor entre nosotros y por nosotros. Por lo tanto ¡es la Misa lo
que hace cristiano el domingo ! ¿Qué domingo es, para un cristiano, ese en el que falta el
encuentro con el Señor?

Hay comunidades cristianas que, desgraciadamente, no pueden disfrutar de la misa todos los
domingos; sin embargo, también ellas, en este día sagrado, están llamadas a recogerse en
oración en el nombre del Señor, escuchando la Palabra de Dios y manteniendo vivo el deseo de
la Eucaristía.

Algunas sociedades secularizadas han perdido el significado cristiano del domingo iluminado por
la Eucaristía. ¡Es una pena! En estos contextos, es necesario reavivar esta conciencia, para
recuperar el sentido de la fiesta, el sentido de la alegría, de la comunidad parroquial, de la
solidaridad, del reposo que descansa el alma y el cuerpo (Catecismo cfr de la Iglesia Católica,
nn. 2177-2188). De todos estos valores es maestra la Eucaristía, domingo tras domingo. Por
eso el Concilio Vaticano II reiteró que " es la fiesta primordial, que debe presentarse e
inculcarse a la piedad de los fieles, de modo que sea también día de alegría y de liberación del
trabajo." (Const. Sacrosanctum Concilium, 106).

La liberación dominical del trabajo no existía en los primeros siglos: es una aportación
específica del cristianismo. Según la tradición bíblica, los judíos descansan el sábado, mientras
que en la sociedad romana no estaba previsto un día semanal de liberación del trabajo servil.
Fue el sentido cristiano de vivir como hijos y no como esclavos, animados por la Eucaristía, lo
que hizo del domingo, casi universalmente, el día de descanso.
Sin Cristo estamos condenados a ser dominados por la fatiga de la vida cotidiana, con sus
preocupaciones, y del miedo al mañana. El encuentro dominical con el Señor nos da la fuerza
de vivir el presente con confianza y coraje y de avanzar con esperanza. Por eso, los cristianos
vamos a encontrar al Señor el domingo, en la celebración eucarística.

La comunión eucarística con Jesús, resucitado y viviente en eterno, anticipa el domingo sin
ocaso, cuando ya no habrá más fatiga, ni dolor, ni dolor ni lágrimas, sino solo la alegría de vivir
plenamente y para siempre con el Señor. También de este bendito reposo nos habla la misa
dominical, enseñándonos, mientras fluye la semana, a confiarnos a las manos del Padre que
está en el cielo.

¿Qué podemos responder a los que dicen que no hay necesidad de ir a misa, ni siquiera los
domingos, porque lo importante es vivir bien, amar al prójimo? Es cierto que la calidad de la
vida cristiana se mide por la capacidad de amar, como dijo Jesús: "Por esto sabrán todos que
sois mis discípulos: si os amáis los unos a los otros" (Jn 13, 35). Pero ¿cómo podemos practicar
el Evangelio sin sacar la energía necesaria para hacerlo, un domingo tras otro, de la fuente
inagotable de la Eucaristía? No vamos a Misa para darle algo a Dios, sino para recibir de Él lo
que realmente necesitamos. Lo recuerda la oración de la Iglesia, que así se dirige a Dios: " Pues
aunque no necesitas nuestra alabanza, ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y
haces tuya nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación, "( Misal Romano,
Prefacio común IV).

En conclusión, ¿por qué ir a misa los domingos? No es suficiente responder que es un precepto
de la Iglesia; esto ayuda a defender su valor, pero no es suficiente por sí solo. Los cristianos
necesitamos participar en la misa dominical porque solo con la gracia de Jesús, con su
presencia viva en nosotros y entre nosotros, podemos poner en práctica sus mandamientos y
ser así sus testigos creíbles.

Saludos en las diversas lenguas

Saludos en francés

Saludo cordialmente a los peregrinos francófonos. Mientras en este tiempo de Adviento


preparamos nuestros corazones para la venida del Señor, recordemos que viene a nuestro
encuentro todos los domingos en la celebración eucarística, y que debemos participar, recibir su
gracia y seguirlo. ¡Dios os bendiga!

Saludos en inglés

Saludo a los participantes en el Foro Internacional de las ONG de inspiración católica que se
han reunido en Roma estos días. Expreso mi profundo agradecimiento por vuestros esfuerzos
para llevar la luz del Evangelio a las diversas periferias de nuestro mundo, para defender la
dignidad del hombre, promover el desarrollo integral de los pueblos y satisfacer las necesidades
materiales y espirituales de muchos miembros de nuestra familia humana. Os animo a trabajar
siempre en un espíritu de comunión y colaboración con otras ONG católicas y también con los
representantes de la Santa Sede, como señal del compromiso de la Iglesia para construir un
mundo cada vez más justo y solidario. Con la esperanza de que estos días de reflexión e
intercambio sean fructíferos para vuestra actividad, imparto de corazón la bendición apostólica.
También saludo a los peregrinos de habla inglesa presentes en la audiencia de hoy,
especialmente a los procedentes de Australia, Indonesia, India, Japón y los Estados Unidos de
América. Sobre todos vosotros y vuestras familias, invoco el gozo y la paz de nuestro Señor
Jesucristo.

Saludos en alemán

Me complace dar la bienvenida a los hermanos y hermanas de habla alemana. En particular,


saludo a la delegación del Land Alta Austria, junto con los peregrinos de la diócesis de Linz con
el obispo Mons. Manfred Scheuer, y os doy las gracias por la "Luz de la Paz" traída desde Belén.
En cada misa imploremos la paz del Señor; el mundo lo necesita tanto. Feliz Adviento a todos.

Saludos en español

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos


provenientes de España y Latinoamérica. Pidamos al Señor por todas aquellas comunidades que
no pueden celebrar la Misa cada domingo por falta de sacerdotes, o por otras circunstancias,
para que el Señor resucitado se haga presente en ellas, por medio de la oración y la escucha de
la Palabra, manteniendo siempre vivo el deseo de la Eucaristía.

Saludos en portugués

Dirijo un cordial saludo a los peregrinos de lengua portuguesa, invitando a todos a permanecer
fieles al encuentro dominical con Cristo Jesús. Nos desafía a salir de nuestro mundo pequeño y
restringido hacia el Reino de Dios y la verdadera libertad. ¡Que el Espíritu Santo os ilumine para
que llevéis la bendición de Dios a todas las personas!,¡Que la Virgen Madre vele vuestro camino
y os proteja!.

Saludos en árabe

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua árabe, especialmente a los de Siria, Líbano y
Medio Oriente. San Jerónimo (420) afirma que el domingo es "el día del Señor, el día de la
resurrección, el día de los cristianos, nuestro día. [...] El día del sol ... [en el que] apareció el sol
de justicia, cuyos rayos nos traen la salvación "(CCL, 78, 550, 52). Recordemos que, como cada
planta necesita el sol y la nutrición para vivir, cada cristiano necesita la Eucaristía dominical
para vivir realmente. ¡Que el Señor os bendiga a todos y os proteja del maligno!

Saludos en polaco

Saludo cordialmente a los peregrinos polacos. Estamos viviendo el tiempo de Adviento.


Esperamos la venida de Cristo. Recordemos que nuestra espera se cumple en cada santa misa
en que participamos. El Señor Jesús viene a nosotros para hacernos conocer su nombre, su
verdadero rostro, para hacernos experimentar su presencia y su infinita misericordia. Por es,
que la perspectiva de participar en la Santa Misa no sea para vosotros una imposición, sino un
privilegio que nos ha sido otorgado. Sea alabado Jesucristo.

Saludos en italiano
Doy una cordial bienvenida a los peregrinos de habla italiana.

Me complace recibir a las Hermanas de la Sociedad del Sagrado Corazón y a las Hermanas
Misioneras de la Sociedad de María. La peregrinación a las tumbas de los Apóstoles sea una
oportunidad para crecer en el amor de Dios, para que vuestras comunidades se conviertan en
lugares en los que se experimenta la comunión y la misión.

Saludo a las parroquias, escuelas, asociaciones y grupos, especialmente al Instituto


internacional Jacques Maritain.

Por último, dirijo a un pensamiento a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Hoy la
liturgia conmemora a Santa Lucía, virgen y mártir: queridos jóvenes, contemplad la grandeza
del amor de Jesús que nace y muere por nosotros; queridos enfermos, aceptad valientemente
vuestro sufrimiento por la conversión de los pecadores; y vosotros, queridos recién casados,
dad más espacio a la oración especialmente en este tiempo de Adviento, para que vuestra vida
se convierta en un camino de perfección cristiana

Mensaje del Santo Padre Francisco al Prefecto del


Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral
con motivo del 25° aniversario de la Fundación
“Populorum Progressio”, 13.12.2017

Publicamos a continuación el mensaje que el Santo Padre Francisco ha enviado a S.E. el


cardenal Peter Kodwo Appiak Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo
Humano Integral con motivo del 25° aniversario de la Fundación “Populorum Progressio”

Mensaje del Santo Padre

Al Señor Cardenal Peter K. A. Turkson

Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y Presidente de la
Fundación Populorum Progressio

Con motivo del XXV aniversario de la creación de la Fundación Populorum Progressio, le ruego
que transmita mi saludo a todos los miembros del Consejo de Administración de dicha
institución, a sus colaboradores y a todos los que se van a reunir para celebrar este evento en
Roma.

El 13 de noviembre de 1992, mi predecesor san Juan Pablo II creó la Fundación Populorum


Progressio para contribuir a mejorar las condiciones de los pueblos autóctonos, mestizos y
afroamericanos en América Latina, que están entre los grupos más marginados de la sociedad
latinoamericana y caribeña. Su deseo era que esta institución mostrara la cercanía del Papa
hacia las personas que carecen incluso de lo más imprescindible para vivir y que con frecuencia
la sociedad o sus autoridades dejan de lado. Las iniciativas que este organismo lleva a cabo
quieren ser una manifestación del amor de Dios y de la presencia maternal de la Iglesia en
medio de todos los hombres, particularmente de los más pobres entre los pobres (cf. Lc 7,22).

Desde entonces, la Fundación ha apoyado alrededor de 4.400 proyectos, gracias a la


generosidad de tantos católicos y hombres de buena voluntad que han dado generosamente lo
que tenían para que otros pudieran mejorar sus condiciones de vida.

Es importante mencionar cómo las Iglesias particulares de América Latina participan en la


realización de los proyectos y en el Consejo de Administración, formado por seis Ordinarios de
la región, y que lleva a cabo el estudio de las iniciativas presentadas por los Obispos y los
responsables pastorales.

Sin embargo, la situación de Latinoamérica requiere un compromiso más firme, a fin de mejorar
las condiciones de vida de todos, sin excluir a nadie, luchando asimismo contra las injusticias y
la corrupción, para conseguir obtener el mejor resultado de los esfuerzos desplegados.
Efectivamente, a pesar de las potencialidades de los países latinoamericanos —habitados por
gentes solidarias con los demás y que cuentan con una gran riqueza desde el punto de vista de
la historia y de la cultura, así como de recursos naturales—, la crisis económica y social actual,
empeorada por el flagelo de la deuda externa que paraliza el desarrollo, ha afectado a la
población y ha incrementado la pobreza, el desempleo y la desigualdad social, al mismo tiempo
que ha contribuido a la explotación y el abuso de nuestra casa común, a un nivel que nunca
antes hubiéramos imaginado.

Cuando un sistema económico pone en el centro sólo el dios dinero se desencadenan políticas
de exclusión y ya no hay lugar para el hombre ni para la mujer. El ser humano, entonces, crea
esa cultura del descarte que conlleva sufrimiento, privando a tantos del derecho a vivir y a ser
felices (cf. Carta enc. Laudato si', 44).

La Fundación nació para ser un signo de la cercanía del Papa y de la Iglesia con todos,
especialmente con las comunidades que quedan marginadas y a las que considera descartables,
privadas de derechos humanos básicos y de la participación en la mesa del bien común, como
sucede lamentablemente con los pueblos autóctonos, mestizos y afroamericanos en América
Latina. La Iglesia está llamada a ser cercana y tocar en el prójimo la carne de Cristo, que es
también la medida del juicio de Cristo (cf. Mt 25).

La Fundación, a pesar de los medios limitados de que dispone, encarna en sus proyectos la
opción preferencial por los más pobres, resaltando su dignidad (cf. Carta enc. Laudato si’, 158),
a través del testimonio de la caridad de Cristo que se hace ayuda, mano tendida al hermano y a
la hermana para que se levanten, vuelvan a esperar y a vivir una vida digna. Sólo de este modo
podrán volver a ser protagonistas de su propio desarrollo humano integral, recobrando su
dignidad de seres humanos amados y deseados por Dios, para poder también contribuir al
progreso económico y social de su país con toda la riqueza que albergan en sus corazones y en
su cultura. Y este desarrollo humano será obra de todos porque será fruto de un esfuerzo
común que, a través de los medios proporcionados con tanta generosidad por las comunidades
eclesiales, convierte el descarte en un auténtico recurso, no sólo para un país sino también para
beneficio de toda la humanidad.

La Fundación, que financia muchos proyectos en favor de los pueblos nativos, podrá encontrar
en la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región panamazónica, que tendrá
lugar en Roma en el mes de octubre de 2019, una fuente de inspiración para el futuro y la
evangelización del Continente.

Permítanme dar las gracias a los representantes de la Conferencia Episcopal Italiana, que con
tanta generosidad y fidelidad acompañan a la Fundación, así como a las Organizaciones
católicas y a los donantes que ofrecieron su apreciada aportación para la financiación de los
proyectos. Uniéndome a la gratitud de cuantos se beneficiaron de esta ayuda tan importante,
quiero dirigirme a Dios, para que les recompense con abundantes bendiciones espirituales.
Saludo por fin a los colaboradores de la Secretaría en Bogotá y del Dicasterio, agradeciéndoles
su compromiso activo en favor de sus hermanos y hermanas más necesitados.

Los aliento en su labor en favor del desarrollo humano integral y del bien común en nuestro
continente americano, para que la colaboración entre todos contribuya a crear un mundo cada
vez más justo y más humano, que vea el rostro de Cristo en cada hermano y hermana de las
poblaciones más marginadas de Latinoamérica, siguiendo el ejemplo que nos dejó santa Teresa
de Calcuta.

Encomiendo las celebraciones de este aniversario a la materna intercesión de la Virgen de


Guadalupe, venerada en todo el Continente americano, y que el Señor bendiga a los miembros
de la Fundación y a sus bienhechores.

Vaticano, 20 de noviembre de 2017

Briefing del Director de la Oficina de Prensa, Greg Burke,


sobre la XXII reunión de los cardenales consejeros con el
Santo Padre Francisco., 13.12.2017

A las 13,00, el Director de la Oficina de Prensa, Greg Burke, ha informado sobre la XXII
reunión de los cardenales consejeros con el Santo Padre Francisco.
El Consejo de Cardenales se ha reunido durante tres días: el lunes 11, el martes 12 y el
miércoles 13 de diciembre. Todos los miembros del Consejo estuvieron presentes, excepto Su
Eminencia el cardenal George Pell, y Su Eminencia el cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, que
llegó el lunes por la tarde debido a la cancelación de su vuelo por el mal tiempo.

El Santo Padre estuvo presente en todas las reuniones, excepto la de esta mañana a causa de
la audiencia general.

Ayer tarde la reunión fue más breve de lo previsto para que los cardenales participasen en la
santa misa presidida por el Papa con motivo de la festividad litúrgica de la Santísima Virgen
María de Guadalupe.

Las sesiones de trabajo se han llevado a cabo por la mañana de 9.00 a 12.30 horas y por la
tarde de 16.30 a 19.00 horas, y de nuevo han estado dedicadas -en parte- a una reflexión
sobre la Curia como instrumento de evangelización y de servicio al Papa y a las iglesias locales.

Además, los cardenales profundizaron cuestiones relacionadas con cuatro dicasterios: el Clero,
la Evangelización de los Pueblos, la Educación Católica y la Cultura.

Una parte importante de los trabajos estuvo dedicada a los informes presentados por los
Superiores del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; de la Secretaría para la
Comunicación y de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral.

S. E. el cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, ilustró
la formación del nuevo dicasterio, instituido el 1 de septiembre de 2016, con una atención
especial a la relación del dicasterio por los jóvenes.

Mons. Dario Edoardo Viganò, Prefecto de la Secretaría para Comunicación, presentó el último
tramo del camino hacia la reforma. Se ilustró la organización del dicasterio y de las diferentes
direcciones , a partir de la cual se elaborará el organigrama del nuevo dicasterio que se
someterá a la aprobación de la Secretaría de Estado. Además, retomando el proyecto
presentado al inicio de la reforma de los medios de comunicación vaticanos se explicó cómo
hasta la fecha se han respetado las tareas: la timeline, la reducción de personal (en la medida
de lo posible) y la reducción de costos. A continuación, se ilustró el nuevo procedimiento de
producción multimedia y el nuevo portal, que será presentado en los próximos días en versión
Beta y que no es la reforma, pero es, sin duda, una primera expresión visible y concreta de la
misma. Además se dieron a conocer los nuevos logos que mostrarán la unidad en la diferencia.

Se reiteró que la Secretaría para la Comunicación no es una oficina sino un dicasterio de la


Santa Sede y se abordaron algunos temas relacionados con los aspectos económico-
administrativos. Se ha confirmado que a partir del 1 de enero de 2018 entrará a formar parte
del dicasterio el grupo de la Tipografía Vaticana, que incluye L'Osservatore Romano y el
Servicio Fotográfico del Vaticano.
Los cardenales escucharon después al Padre M. Czerny S.J. y al padre Fabio Baggio C.C. ,
subsecretarios de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral, El P. Czerny y el P. Baggio explicaron el proceso de organización
de la Sección colocada ad tempus bajo la guía del Santo Padre. El personal está formado ahora
por 21 personas entre miembros a tiempo completo y voluntarios. Todas las actividades
promovidas en 2017 son una emanación de su misión dentro del Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral l, que consiste en ayudar a las Iglesias locales en el diseño y la
realización de una respuesta pastoral eficaz y adecuada a los desafíos del mundo
contemporáneo en relación con los migrantes , refugiados y víctimas de la trata. Entre las
principales actividades: la recopilación y codificación de información sobre cuestiones
migratorias directamente desde la base, la realización de varias campañas de social media a
favor de una narrativa positiva sobre migrantes y refugiados, la producción de un documento
(20 Action Points) de cara a los Global Compacts de 2018 sobre migrantes y refugiados y la
elaboración de una estrategia mundial con los principales protagonistas católicos (Secretaría de
Estado, conferencias episcopales, ONG católicas y congregaciones religiosas), y la asistencia
directa a algunas conferencias episcopales.

S.E. el cardenal Sean Patrick O'Malley actualizó a los otros miembros del Consejo con respecto
al trabajo de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, especialmente en relación
con la labor de asistencia a las Iglesias locales.

La próxima reunión del Consejo de Cardenales tendrá lugar los días 26, 27 y 28 de febrero de
2018.

Presentación de las cartas credenciales de los


embajadores de Yemen, Nueva Zelanda, Suazilandia,
Azerbaiyán, Chad, Liechtenstein e India ante la Santa
Sede , 14.12.2017

En la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre Francesco ha recibido en
audiencia, esta mañana a las 10.00, a los embajadores de Yemen, Nueva Zelanda,
Suazilandia, Azerbaiyán, Chad, Liechtenstein e India, con motivo de la presentación de sus
cartas credenciales.

Publicamos a continuación el discurso que el Papa ha dirigido a los nuevos embajadores y una
breve biografía de los mismos

Discurso del Santo Padre

Excelencias:
Doy una cálida bienvenida a todos vosotros por la presentación de las cartas que os acreditan
como embajadores extraordinarios y plenipotenciarios ante la Santa Sede por parte de vuestros
respectivos países: Yemen, Nueva Zelanda, Suazilandia, Azerbaiyán, Chad, Liechtenstein y la
India. Os pido amablemente que transmitáis mis sentimientos de aprecio y estima a los Jefes
de Estado de vuestros países, y que les aseguréis mis oraciones por ellos y por los pueblos a los
que sirven.

Al comienzo de vuestra nueva misión, soy consciente de la diversidad de los países que
representáis y de las diferentes tradiciones culturales y religiosas que caracterizan la historia de
cada una de vuestras naciones. Esto me ofrece la oportunidad de subrayar el papel positivo y
constructivo que desempeña esta diversidad en el concierto de las naciones. La comunidad
internacional enfrenta una serie de amenazas complejas a la sostenibilidad ambiental y a la
ecología social y humana de todo el planeta, como las amenazas a la paz y la concordia
derivadas de las ideologías fundamentalistas violentas y de los conflictos regionales, que a
menudo aparecen bajo el disfraz de intereses y valores opuestos. Sin embargo, es importante
recordar que la diversidad de la familia humana no es en sí misma una causa de estos desafíos
a la coexistencia pacífica. En realidad, las fuerzas centrífugas que desean dividir a los pueblos
no se encuentran en sus diferencias, sino en el fracaso de establecer un camino de diálogo y
comprensión como el medio más eficaz para responder a dichos retos.

Vuestra presencia aquí es un ejemplo del papel clave que desempeña el diálogo para permitir
que la diversidad se viva de una manera auténtica y en beneficio mutuo de nuestra sociedad
cada vez más globalizada. La comunicación respetuosa conduce a la cooperación,
especialmente en el fomento de la reconciliación donde más se necesita. Esta cooperación a su
vez es útil para esa solidaridad, que es la condición para el crecimiento de la justicia y del
debido respeto de la dignidad, los derechos y las aspiraciones de todos. El esfuerzo por el
diálogo y la cooperación debe ser el sello distintivo de todas las instituciones de la comunidad
internacional, así como de todas las instituciones nacionales y locales, ya que todas están
encargadas de la búsqueda del bien común.

La promoción del diálogo, de la reconciliación y de la cooperación no pueden darse por


sentadas. El delicado arte de la diplomacia y el arduo trabajo de construir una nación deben ser
siempre aprendidos nuevamente por cada generación. Compartimos la responsabilidad colectiva
de educar a los jóvenes en la importancia de estos principios que sostienen el orden social.
Transmitir este valioso patrimonio a nuestros hijos y nietos no solo garantizará un futuro
pacífico y próspero, sino que también satisfará las demandas de la justicia intergeneracional y
del desarrollo humano integral al que todos los hombres, mujeres y niños tienen derecho.

Estimados Embajadores, en el momento en que asumís vuestras grandes responsabilidades al


servicio de vuestras naciones, os aseguro la ayuda de las diversas Oficinas de la Santa Sede.
Formulo mis mejores deseos para vuestro importante trabajo, y con mucho gusto invoco sobre
todos vosotros, vuestras familias y todos los ciudadanos de vuestros países, la abundancia de
bendiciones divinas. Gracias.
Curriculum vitae de los nuevos embajadores

S. E. Sr. Yahia Mohammed Abdullah AL-SHAIBI


Embajador de Yemen ante la Santa Sede
Nació en Adén, Yemen, el 27 de abril de 1952.
Está casado y tiene cinco hijos.
Se graduó en Didáctica de Química (Universidad Al-Fateh, Trípoli, Libia, 1977). Más tarde asistió
a una Master en Química Física (Instituto Tuskegee, Alabama, EE. UU., 1980) y se doctoró en
Química Analítica (Universidad de Carolina del Sur, EE. UU., 1984).
Ha ocupado, entre otros, los siguientes puestos: Demostrador en el Departamento de Química,
Facultad de Ciencias, Universidad de Saná (1978); Profesor asistente en el Departamento de
Química, Facultad de Ciencias, Universidad de Saná (1980); Profesor Asistente de Química
Analítica, Facultad de Ciencias, Universidad de Saná (1984); Consultor científico en la Facultad
de Ciencias (1984-1986); Presidente de los Laboratorios Centrales de Investigación (1985-
1988); Vicedecano de Asuntos Estudiantiles (1986-1988); Profesor Asociado de Química
Analítica, Facultad de Ciencias, Universidad de Saná (1989); Vicerrector adjunto de la
Universidad de Saná (1988-1992); Vicerrector adjunto para Asuntos Académicos, Universidad
de Sana (1992-1993); Agregado cultural en Egipto (1993-1995); Vicedecano de Asuntos
Estudiantiles (1996-1997); Profesor de Química Analítica, Facultad de Ciencias, Universidad de
Saná (1998); Ministro de Educación (1997-2001); Ministro de Educación Superior e
Investigación Científica (2001-2003); Gobernador de Adén (2003-2006); Ministro de Estado y
Gobernador de Saná (2006-2008); Ministro de Administración Pública y Seguros (2008-2011);
Ministro de Educación Superior e Investigación Científica (2011-2012); Profesor de Química
Analítica, Facultad de Ciencias, Universidad de Saná (2012-2016); Embajador en Berlín donde
reside (desde 2016)
Sabe árabe e inglés.

***

S. E. Sr. Andrew JENKS


Embajador de Nueva Zelanda ante la Santa Sede
Nació en 1968.
Está casado y tiene tres hijos.

Se graduó en Derecho (Universidad de Otago) y luego obtuvo un Master (Victoria University of


Wellington)
Ha ocupado, entre otros, los siguientes puestos: US Desk Officer, División de las Américas en
el MAE, Wellington (1993-1994); Asesor Jurídico, División Jurídica del Ministerio de Asuntos
Exteriores y Comercio, Wellington (1994-1996); Asesor Jurídico, Oficina de Derecho Ambiental,
Departamento de Asuntos Exteriores, Ottawa (1996-1997); Segundo Secretario y más tarde
tercer Secretario de la Embajada en Yakarta (1997-2000); Asesor Legal Principal, División Legal
en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio, Wellington (2001); Consultor de política
comercial, Econ Analys AB, Estocolmo (2002-2003); Analista político en la Cámara Nacional de
Comercio, Estocolmo (2003-2004); Jefe de Políticas de Alto Nivel, División Jurídica del Ministerio
de Asuntos Exteriores y Comercio, Wellington (2005-2006); Director Adjunto, División Legal,
Ministerio de Asuntos Exterioresy Comercio, Wellington (2006-2008); Representante
Permanente Adjunto ante la OCDE, París (del 8 de junio al 12 de julio de 2008); Director de la
Unidad, División de Negociación Comercial, Ministerio de Asuntos Comerciales y Comercio,
Wellington (12 de octubre de 2008 a 15 de junio de 2009); Director de la Unidad, División
Europa, Ministerio de Asuntos Comerciales y Comercio, Wellington (del 15 de junio al 16 de
octubre de 2009); desde octubre de 2016, embajador designado en España, Andorra, Malta y
Marruecos.
Sabe inglés.

***

S. E. Sr. Sibusisiwe MNGOMEZULU


Embajador del Reino de Suazilandia ante la Santa Sede
Nació en Manzini (Suazilandia), el 25 de diciembre de 1973.
Está casado y tiene dos hijos.

Obtuvo una licenciatura en Ciencias Sociales (Economía) (Universidad de Natal,


Pietermaritzburg, Sudáfrica, 1996), una Master en Administración de Empresas (Finanzas)
(Universidad Internacional, San Diego, EE.UU. 2000) y un Diploma de Postgrado en Gestión de
Proyectos. (Escuela de Administración de Empresas, Universidad de Witwatersrand,
Johannesburgo, Sudáfrica, 2003).
Después de haber trabajado en el campo industrial, financiero y comercial (2000-2013), ocupó
los siguientes puestos: Consejero de la Oficina del Alto Comisionado en Malasia (2014-2016);
Alto Comisionado en Malasia (2016-2017); Embajador en la Unión Europea en Bruselas donde
reside (desde mayo de 2017).
Sabe francés, inglés y siswati.

***

S. E. Sr. Rahman Sahib oglu MUSTAFAYEV


Embajador de la República de Azerbaiyán ante la Santa Sede
Nació en Bakú, el 26 de septiembre de 1963
Está casado y tiene dos hijos.
Es Licenciado en Relaciones Económicas Internacionales en el Instituto Estatal de Relaciones
Internacionales en Moscú (1985). Luego obtuvo un Doctorado en Historia (1993) y asistió a la
Academia Diplomática del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia (2003-
2006).
Ha ocupado,entre otros, los siguientes cargos: Agregado ante el Ministro de Relaciones
Exteriores de la URSS (1987-1991); Agregado de la Embajada en Sudán (1991-1992); Director
del Departamento de Relaciones Internacionales en el periódico "Azadliq" (Libertad), en Bakú
(1992-1993); Director del Departamento del Servicio de Información de la Administración
Presidencial de la República de Azerbaiyán (1993-1994); Primer Secretario de Embajada en la
Federación Rusa (1994-1997); Jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité
Estatal para la cuestión de la propiedad (1997-1999); Consejero de embajada en la Federación
de Rusia (2000-2006); Director Adjunto de la Dirección para Europa y las Américas en el
Ministerio de Asuntos Exteriores (2006); Director de la Dirección para Europa y América del
Ministerio de Asuntos Exteriores (2006-2009); Embajador en Grecia (2009-2017); Actualmente,
Embajador en Francia (del 06.06.2017).

Sabe árabe, francés, griego, inglés y ruso.

S. E. Sr. Amine ABBA SIDICK


Embajador de la República del Chad ante la Santa Sede
Nació en Abéché (Chad) el 30 de junio de 1953.
Está casado y tiene siete hijos.
Obtuvo un doctorado en Matemáticas en Senegal (1985) y trabajó como profesor universitario
en Senegal, Costa de Marfil y Gabón.
Ha ocupado, entre otros, los siguientes cargos: Consejero en la Presidencia de la República
(1996-1997); Director del Departamento Civil de la Presidencia de la República (1997-2000);
Embajador en Egipto (2000-2004); Secretario General de la Comisión Interparlamentaria de la
Comisión Económica y Monetaria de África Central (CEMAC) (2007-2010); Secretario General
del Parlamento Comunitario de la CEMAC (2010-2015); Embajador en Francia (desde marzo de
2017).
Sabe árabe, francés e inglés.

***

S. E. el Príncipe Stefan von und zu Liechtenstein


Embajador del Principado de Liechtenstein ante la Santa Sede
Nació en Klagenfurt (Austria) el 14 de noviembre de 1961.
Está casado y tiene cuatro hijos.
Licenciado con grado de Magister en Administración de Empresas (Universidad de Innsbruck,
1987).
Ha desempeñado los siguientes cargos: Director en el Union Bank of Switzerland (UBS), Zurich
(1988-1991); Director en el Union Bank of Switzerland (UBS), Frankfurt (1991-1995), Director
de un proyecto de turismo familiar en Austria (1995-2001), Embajador en Suiza (2001-2007),
Embajador en Alemania (marzo de 2007- julio de 2017).
Fundó en 2015 y es presidente de Liechtenstein Languages, un proyecto que tiene como
objetivo mejorar los cursos de idiomas y la integración de refugiados y migrantes en Europa,
mediante la introducción de un método de aprendizaje eficiente.
Sabe inglés, italiano y alemán.

***
S. E. Sr. Sibi GEORGE
Embajador de la India ante la Santa Sede
Nació el 20 de mayo de 1967.
Está casado y tiene tres hijos.
Cuenta con una licencia y posteriormente con un Master en Ciencias Políticas.
Ha ocupado , entre otros, los siguientes cargos: Funcionario del Ministerio de Relaciones
Exteriores (1993-1995); Tercer Secretario y posteriormente Segundo Secretario de la Embajada
en Egipto (1995-1998); Primer Secretario de la Embajada en Qatar (1998-2001); Vicesecretario
del Ministerio de Asuntos Exteriores (2001-2004); Primer Secretario y más tarde Consejero de
Embajada en Pakistán (2004-2007); Consejero de embajada en Washington DC (EE. UU.)
(2007-2010); Jefe Adjunto de la Misión de la Embajada en Irán (2010-2012); Ministro y
posteriormente Jefe Adjunto de la Misión de la Embajada en Arabia Saudita (2012-2014);
Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores (2014-2017); Embajador en Suiza (desde
noviembre de 2017).

Además de la lengua materna (malayalam), sabe árabe, hindi, inglés y tamil.

POPE FRANCESCO

MORNING MEDITATION IN THE CHAPEL OF THE

DOMUS SANCTAE MARTHAE

Empty crib?

Tuesday, December 19, 2017

(from: L'Osservatore Romano, daily ed., Year CLVII, n.291, 20/12/2017)

That of the Christian must always be a "fruitful life" and his heart always open "to receive and give life".
It is "fruitful" the key word of the homily given by Pope Francis during the mass celebrated in Santa
Marta on the morning of Monday 19 December. A fruitfulness, "material or spiritual", which always in
the Bible "is a sign of God" and of his "blessing". Contrary to what happens, however, in those countries
"empty of children" where the reasons for "welfare" have provoked a real "demographic winter".

The Pontiff's meditation was inspired by the liturgy of the day where, in both readings - from the book of
Judges (13, 2-7.24-25) and the Gospel of Luke (1, 5-25) - we speak of sterile women. Women who could
not have children or who, like Elizabeth, had lost the hope of having them because of old age. It was, he
explained, a real calamity for the time: "Infertility was a disgrace; not being able to give children, not
being able to have descent ».
In the Bible, the Pontiff continued, "there are many women" affected by this condition, "starting with
Sarah, the wife of our father Abraham." In the biblical story we read of her that she was sterile and how
she secretly listened "when the angels announced to Abraham, in front of the tent where he lived, that
within a year his wife would become a mother". The news tore her a smile - "But I, at my age, at ninety!"
- but the angel corrected his disbelief: "Why are you smiling?"

Francesco explained how Sara was "frightened" by the unexpected news, but above all as "from that
moment" the whole history of Israel is punctuated by such figures: "sterile women who can not have
children or, if they have them had, they died without descent ». For example "Noemi, who has lost
children", or even "Anna, the mother of Samuel who prayed and the priest thought he was drunk"
because he prayed in silence but moving his lips. He was begging for a child's gift.

Also, the Pontiff underlined, "fruitfulness in the Bible is a blessing". Moreover, "it was the first
commandment that God gave to our fathers:" Fill the earth, be fruitful! "». How many times, for
example, a blessing formula is repeated in which it is hoped "to see the children of the children up to the
third generation". Thus "Tobit who tells his son Tobias:" May the Lord give me the grace to see your
children until the third generation "». It is always a question of «blessings of fruitfulness», because
«where there is God, there is fruitfulness».

At this point the Pope updated his meditation with an analysis of contemporary society, referring to
"some countries that have chosen the path of infertility and suffer from that bad disease that is the
demographic winter". Children are not made for fear of affecting their own "well-being" and citing a
thousand reasons for opportunities. The result is «empty countries of children. And this is not a blessing.
"

All this to say that "fruitfulness is always a blessing of God". Whether it is "material or spiritual
fecundity", because the substance is one: "give life". In fact, a "person can spend his life without getting
married, but living giving life to others". And Francis added: "We too, priests, religious men and women,
do not get married, but woe to us if we are not fruitful with good works, if we do not bring fruitfulness to
the people of God. Fruitfulness is a sign of God".

To illustrate this concept, the Pope recalled, the prophets "choose beautiful symbols", such as, for
example, the "desert". The desert is characterized precisely by its lack of fertility, by its "aridity": but "the
desert - they say - will flourish. The miracle of fertility: dryness will be filled with water ». This detail
recognizes "the promise of God. God is fruitful. It is fruitful in us with the presence of the Holy Spirit; it is
fruitful and wants to be fruitful with us. Fecund in the works ».
On the contrary, the Pontiff underlined, "the devil wants infertility; he wants each one of us not to live to
give life - both physical and spiritual - to others, but for himself ». And he added: "Selfishness, pride,
vanity is to fatten the soul without living for others. The devil is the one who grows the weeds of egoism
and does not make us fruitful ".

Every Christian, the Pope suggested, can ask for this grace: "the grace of the fruitfulness of having
children who close our eyes and also, for those who have consecrated their life to the Lord, have spiritual
children who close their eyes. ». In this regard he added a personal recollection: "I think of the old
Patagonian missionary who at the end, at the age of ninety, used to say:" Life has passed through me like
a breath ". But the old man had so many children of the soul who were next to him in the last illness. "
This is "the joy of fruitfulness".

Francis concluded the homily by directly involving those present and putting them in front of a decisive
alternative: "Here there is an empty cradle. We can watch it. It can be a symbol of hope, because the
Child will come; it can be a museum object: it is empty all life ». If, he said, dissolving the metaphor, "our
heart is a cradle", we must ask ourselves: "How is my heart? It is empty, always empty. But is it open to
continuously receive life and give life, to receive and be fruitful or will it be a heart preserved as a
museum object that has never been open to life and to give life? ".

Hence the final exhortation: "I suggest you look at this empty cradle, look at the possibility that each of
us can remain sterile both physically and spiritually, and say, as the Church says:" Come, Lord, fill the
cradle. Fill my heart and push me to give life, to be fruitful "».

POPE FRANCESCO

MORNING MEDITATION IN THE CHAPEL OF


DOMUS SANCTAE MARTHAE

Man of fatherhood

Monday, 18 December 2017

(from: L'Osservatore Romano , daily ed., Year CLVII, n.290, 19/12/2017)

To St. Joseph - "the shadow of the Father" who "without saying a word" and let himself be
discouraged by "chattering" believed and obeyed God, becoming "charged with fatherhood and
mystery" - Pope Francis suggested contact when « we do not understand many things, we have
so many problems, so much anguish, so many darkness ". And he proposed this prayer:
Joseph, "help us, you who know how to walk in the dark, you who know how to listen to the
voice of God, you who know how to go on in silence".
Just the great testimony of Joseph was re-launched by the Pope, in all its strength and current
events, in the Mass celebrated Monday morning, December 18, in Santa Marta. "Thus Jesus
Christ was begotten": repeating the opening words of the Gospel passage of Matthew (1, 18-
24), proposed by the liturgy, Francis took the steps for his meditation. "When Mary came back
from Ain-Karim, from the house of Elizabeth, the signs of motherhood began to be visible," he
recalled. And «Joseph noticed, and did not understand: we think of this man in doubts, in
sorrow, he was looking for explanations, but as he loved her so much and knew she was a
woman of God, he could not find a way out of his thoughts ». An attitude, the Pope pointed
out, certainly "very different from what the chattering of the country did in the market",

It is on the "pain of Joseph" that the Pope has focused his attention. «In this pain, doubt,
suffering - the Pope said - Giuseppe does not want to send Mary away and decides to leave her
in silence». In short, he chooses to "not accuse her publicly, because she knew. He knew her:
"this girl, I know her, I love her, she's pure, I do not understand this" ».

But precisely "in the midst of his doubt, of his sorrow, the Lord intervened in a dream,"
continued Francesco, pointing out that "in that dream he was told what happened. And Joseph
obeyed: he believed and obeyed. " The words of the angel of the Lord are clear, as Matthew
tells us in his gospel: "Joseph, son of David, do not be afraid to take Mary, your wife, with
you. In fact, the child who is generated in her, comes from the Holy Spirit ".

While Joseph lived this strong experience, the Pope pointed out, "the market was chatted:
those talks that then went on, on, on, up to that blasphemy, for me the ugliest, the strongest
against the Lord, in mouth to the Pharisees, which John learns in chapter 6 ".

«Instead Giuseppe was fighting inside» Francesco explained. And «in that fight» here is «the
voice of God that says to him:« get up! ». And precisely "get up" returns "many times, at the
beginning of a mission, in the Bible". So the voice of God says to Joseph: «get up, take Mary,
take her to your house; take charge of the situation, take this situation into your own hands
and move on. "

«Joseph - the Pope observed - did not go to his friends to comfort himself, he did not go to the
psychiatrist to interpret the dream: no, he believed». And "he went ahead, he took the situation
in his hands". In essence, Joseph "had to take charge of two things, of fatherhood and
mystery".

First of all, explained the Pontiff, "Joseph had to take charge of fatherhood". And "this passage
of the gospel comes immediately after the genealogy of Jesus, with which the Gospel of
Matthew begins: he begins with his father Abraham and ends with his father Joseph". And
"there is a phrase in the genealogy that Luke writes:" Jesus when he began his ministry was
about thirty years old and was a son, as was supposed, of Joseph "». Therefore, Luke "does not
say:" was the son of Joseph "»; but he writes, in practice, that everyone thought "he was the
son of Joseph". This means, the Pope said, that Joseph "took charge of a paternity that was not
his: he came from the Father". And "he brought forward paternity with what it means: not only
to support Mary and the child, but also to make the child grow, to teach him the craft, bring it
to man's maturity ". So Joseph became "charged with fatherhood that is not his own, it belongs
to God, without saying a word: in the Gospel there is no word spoken by Joseph, the man of
silence, of silent obedience".

The second thing that Joseph took upon himself is "the mystery: he takes paternity and
mystery into his hands". It is "the mystery we heard in the first reading, in the passage of
Jeremiah" (23, 5-8). "The great mystery that begins here - Francesco explained - is to bring the
people back to God". In reality, "it was not the mystery of coming out of the slavery of Egypt:
this was re-conducting, the mystery of re-creation which, as the liturgy says, is more marvelous
than creation". And "Joseph takes this mystery into his hands and helps with his silence, with
his work, until the moment that God calls him to himself".

"Of this man who took charge of fatherhood and mystery - the Pontiff pointed out - is said to be
the shadow of the Father, the shadow of God the Father". And "if Jesus man learned to say"
father "," father ", to his Father who knew as God, he learned it from life, from the testimony of
Joseph: the man who guards, the man who makes grow, the 'man who carries on every
fatherhood and every mystery, but does not take anything for himself. Nothing".

Giuseppe "is there, silent", Francesco reiterated. «This - he added - is the great Joseph, of
whom God needed to carry on the mystery of the re-directing of the people towards the new
creation». Precisely his "example - the Pope concluded - teaches us so many things that we can
take in reflection, but above all give us the courage to go to him when we do not understand
many things, when we have so many problems, so much anguish, so many obscurities, and
simply say to him: "Help us, you who know how to walk in the dark, you who know how to
listen to the voice of God, you who know how to go on in silence" ».

POPE FRANCESCO

MORNING MEDITATION IN THE CHAPEL OF


DOMUS SANCTAE MARTHAE

Take the little things into account

Thursday, December 14th 2017

(from: L'Osservatore Romano , daily ed., Year CLVII, n.287, 15/12/2017)

Just like a mother and like a father, who calls himself tenderly with a term of endearment, God
is there to sing to the man the lullaby , perhaps making the voice as a child to be sure of being
understood and without fear of becoming even "ridiculous" »Because the secret of his love is«
the great one who makes himself small ». This testimony of fatherhood - of a God who asks
everyone to show him his wounds in order to heal them, just as does his father with his son -
was re-launched by Pope Francis in the Mass celebrated on Thursday 14 December in Santa
Marta.

Taking his cue from the first reading, he treats "from the book of Israel's consolation of the
prophet Isaiah" (41, 13-20), the Pontiff immediately pointed out that it underlines "a trait of our
God, a trait that is the proper definition of him: tenderness ». Moreover, he added, "we have
said it" also in Psalm 144: "His tenderness expands over all creatures".

«This passage of Isaiah - he explained - begins with the presentation of God:" I am the Lord
your God, I hold you by the right hand and I say to you: Do not be afraid, I come to your aid
"». But "one of the first things that strikes about this text" is how God "tells you": "Do not be
afraid, the little worm of Jacob, the larva of Israel". In essence, the Pope said, God "speaks like
father to the child". And in fact, he pointed out, "when the father wants to talk to the child, he
reduces his voice and, also, tries to make it more similar to that of the child". Moreover, "when
the father talks to the child he seems to be ridiculous, because he becomes a child: and this is
tenderness".

Therefore, the Pontiff continued, "God speaks to us like this, he caresses us like this:" Do not
be afraid, vermicul, larva, piccolo "». To such an extent that "it seems that our God wants to
sing us the lullaby". And, he assured, "our God is capable of this, his tenderness is this: he is
father and mother".

Moreover, said Francis, "many times he said:" If a mother forgets her son, I will not forget you
". He takes us into his own bowels ". So "it is the God who with this dialogue makes himself
small to make us understand, to make us trust him and we can tell him with the courage of
Paul who changes the word and says:" Daddy, Abba, Daddy ". And this is the tenderness of
God ".

We are before, the Pope explained, to "one of the greatest mysteries, it is one of the most
beautiful things: our God has this tenderness that brings us closer and saves us with this
tenderness". Of course, he continued, "he punishes us sometimes, but caresses us". It is always
"the tenderness of God". And "he is great:" Do not be afraid, I come to your aid, your redeemer
is the saint of Israel "». And so "it is the great God who makes himself small and in his
smallness does not cease to be great and in this great dialectic is small: there is the tenderness
of God, the great who makes himself small and the little that is great".

"Christmas helps us to understand this: in that manger the little God," Francis reiterated,
trusting: "I am reminded of a sentence by St. Thomas, in the first part of Sum . Wanting to
explain this "what is divine? What is the most divine thing? "he says: Do not coercive at the
maximum tamen continents at the minimum divinum est."That is, what is divine is having ideals
that are not limited even by what is greatest, but ideals that are both content and lived in the
smallest things in life. In essence, the Pontiff explained, it is an invitation to "not be afraid of
great things, but to take account of the small things: this is divine, both together". And this
phrase the Jesuits know it well because "it was taken to make one of the gravestones of St.
Ignatius, as if to describe also that power of St. Ignatius and also its tenderness".
"He is the great God who has the strength of everything - the Pope said, referring again to the
passage of Isaiah - but he shrinks to be near us and helps us, promises us things:" Behold, I
make you like a threshing tree; you will thresh, you will thresh everything. You will rejoice in
the Lord, you will boast of the saint of Israel "». These are "all the promises to help us move
forward:" The Lord of Israel will not abandon you. I am with you"".

"But how beautiful it is - exclaimed Francis - to make this contemplation of the tenderness of
God! When we want to think only of the great God, but we forget the mystery of the
incarnation, that acceptance of God among us, to come together: the God who is not only
father but father. "

In this regard, the Pope has suggested some lines of reflection for an examination of
conscience: "Am I able to speak with the Lord like this or am I afraid? Everyone answers. But
someone can say, he can ask: what is the theological place of God's tenderness? Where can the
tenderness of God be found? What is the place where God's tenderness is best manifested?
». The answer, Francesco pointed out, is "the plague: my wounds, your wounds, when I meet
my wound with its wound. We have been healed in their wounds. "

«I like to think - the Pontiff still confided by proposing the contents of the Good Samaritan's
parable - what happened to that poor man who had fallen into the hands of bandits on the way
from Jerusalem to Jericho, what happened when he regained consciousness and is on the
bed. He certainly asked the host: "What happened?", He poor man told him: "You were beaten,
you lost your conscience" - "But why am I here?" - "Why did someone come and clean your
sores? . He healed you, brought you here, paid your pension and said he will come back to fix
the accounts if there is anything more to pay "".

Precisely "this is the theological place of God's tenderness: our wounds," said the Pope. And,
therefore, "what does the Lord ask of us? "Come on, come on, come on. Show me your
scourge, show me your wounds. I want to touch them, I want to heal them "». And it is "there,
in the meeting of our wound with the wound of the Lord that is the price of our salvation, there
is the tenderness of God".

In conclusion, Francis suggested to think about all this "today, during the day, and we try to
feel this invitation of the Lord:" Come on, come on: show me your wounds. I want to heal them
"».

POPE FRANCESCO

MORNING MEDITATION IN THE CHAPEL OF


DOMUS SANCTAE MARTHAE

Let us console ourselves


Monday, 11 December 2017

(from: L'Osservatore Romano , daily ed., Year CLVII, n.284, 12/12/2017)

Attached as he is to the "negative", to the "wounds of sin" that he carries within him, man often
struggles even to "allow himself to be consoled" by God. Instead the Church, in this Advent
time, invites everyone to react , to rise from their mistakes and to have "courage" because
Jesus comes, and it is precisely to bring "consolation".

This is the message that Pope Francis, during the mass celebrated on Monday morning 11
December in Santa Marta, highlighted the liturgy of the day. The reflection of the Pontiff in fact
began precisely from the passage of the prophet Isaiah (35, 1-10) in which, "in a somewhat
bucolic way", the part dedicated to the "consolation of Israel" is anticipated, to the Lord who
"consoles his people, promises consolation, makes them return from exile, where there is
sadness, slavery ... ». To them that «they can not sing, they can not sing, they cry ...», the
Lord «promises consolation».

Reflecting on what God did for the Israelites, the Pope recalled how St. Ignatius said "it is good
to contemplate the office of consolation of Christ our Lord, comparing him to the way some
friends comfort others". And with regard to the fact that "the Lord has come to console us", he
suggested, for example, to rethink "the morning of the resurrection in Luke's account, when
Jesus appeared to the apostles:" But there was so much joy - says the Gospel - that they could
not believe ", joy prevented believing". Thus, he said, "so often, the consolation of the Lord
seems to us a marvel, something not real".

However, he noted, "it is not easy to be consoled; it is easier to console others than to be
consoled ". In fact "many times, we are attached to the negative, we are attached to the
wound of sin within us and, many times, there is a preference to stay there, alone. Like the
paralytic of the Gospel that remained in the bed. In certain situations, the word of Jesus is
always: "Get up!" ». Yet we, Francis underlined, "we are afraid". Moreover, he added, "we are
masters in the negative, because we have the wound inside, the negative, the sin; on the other
hand we are beggars and we do not like begging, beg for consolation ».

In this regard, the Pontiff brought two examples of situations in which man prefers "not to be
consoled".

First of all, there is "the attitude of resentment". That is, when "our preference is for
resentment, resentment," and we "cook our feelings in that soup, the broth of resentment." In
those situations man has "a bitter heart, as if to say:" My treasure is my bitterness: I am here,
with my bitterness "». An example is found in the Gospel, in the episode of the paralytic of the
pool of Siloe: "thirty-eight years there, with his bitterness, and always explaining:" But it is not
my fault because when you move the waters no one helps me "». He always reasoned "in
negative". The Pope commented: "For these bitter hearts, bitterness is more beautiful than
sweet. Bitterness as an explanation ».

In the same way, many people prefer this "bitter root" that "brings us with our memory to
original sin, the sin that wounded us". And it is a way "of not being consoled". We prefer to
say: "" No, no, do not disturb, leave me here ". Beaten".

Then there is the attitude of the "complaints". Man and woman "who always complain; instead
of praising God they complain before God. And the complaints that are the music that
accompanies that life ". In this regard, the Pope recalled how Saint Teresa of Avila said: "Woe
the nun who says:" They have done me an injustice, they have done me an unreasonable thing
", woe." And he also recalled the biblical story of the prophet Jonah, "the Nobel Prize of
complaints". Jonah, in fact, "fled from God because he complained that God would do him some
wrong and went there, then he drowned, the fish swallowed him. And then he returned to the
mission and then made the mission, instead of rejoicing at the conversion, the bitter comes and
complains: "I knew you were like this and always saved people ...", and complains because God
saves people". Because,

An attitude that the Pope has also found in contemporary man: "We live many times breathing
complaints, we are proclaiming complaints and we can describe so many people who
complain". And he gave the example of a priest known to him in the past: "a good priest, good,
good, but he was the pessimism incarnate and always complained about everything, he had the
quality of" finding the fly in the milk ". It was, he continued, a good priest, who was said to be
"so merciful in the confessional". But he had this fault of complaining always, so much so that
his presbyterian companions joked that when at the time of his death "he would go to heaven",
the first thing he would have said to St. Peter, "instead of saying goodbye" would have been:
"Where is hell?" And even that once he saw the hell, he would have asked St. Peter: "But how
many condemned are there?" - "Only one" - "Ah, what a disaster the redemption ...". Only
complaints, only the negative.

But in the face of "bitterness, rancor, complaints", the Pope explained, "the word of today's
Church is" courage "». A word repeated by the prophet Isaiah: "Courage! Do not be
afraid; here is your God, vengeance comes, the divine reward. He comes to save you ". A clear
message for every believer: «Courage, he will comfort you. Trust him. Courage"".

And it is also, said Francis, "the same word that Jesus says:" Courage "». For example, he
repeats it to those men who wanted their friend to be healed. These, despite the difficulties
("But you can not go in, Lord, so many people ... how can we do ..."), "they went on the roof
and tile after tile, one after the other, they made the hole and they sent him down. At that
moment they did not think: "But there are the Scribes, there are the policemen, if they take us
they will take us to jail ...". No, they did not think this. They only wanted healing, they wanted
the Lord to comfort their friend and them. "

To reaffirm the concept, the Pontiff took up the words of Isaiah: "Courage! Courage, do not be
afraid, strengthen your weak hands ": hands are weak, bragging, courage. "Make your knees
steady": courage, forward, there are shaky knees ... yes, but forward, courage. "Tell the lost
ones of heart - those who have a grudge, who live complaints -:" Behold your God who comes
to save you "».

That of today's liturgy, the Pope said, "is a message so beautiful and so positive: to allow
ourselves to be comforted by the Lord". Even if it is not easy, "because in order to allow oneself
to be consoled by the Lord" it is necessary "to strip ourselves of our selfishness, of those things
which are our treasure, both bitterness, both complaints and many things". Therefore, he
added, "it will do us good today, each one of us, to make an examination of conscience: How is
my heart? Do I have any bitterness there? Do I have any sadness? "And ask," How's my
language? Is it of praise to God, of beauty or always of complaints? " And then "ask the Lord
for the grace of courage, because in courage he will comfort us".

POPE FRANCESCO

MORNING MEDITATION IN THE CHAPEL OF


DOMUS SANCTAE MARTHAE

The Church is not a supermarket

Friday, November 24th 2017

(from: L'Osservatore Romano , daily ed., Year CLVII, n.271, 25/11/2017)

"Service churches, free churches, as free salvation was, and not" supermarket churches "»: he
did not use word of mouth Pope Francis to repeat the relevance of Jesus' gesture of driving the
merchants from the temple. And "vigilance, service and gratuity" are the three key words that
he raised in the Mass celebrated on Friday 24 November in Santa Marta.

«Both the readings of today's liturgy - the Pontiff explained - speak to us about the temple, or
rather about the purification of the temple». Inspired by the passage of the first book of the
Maccabees (4, 36-37.52-59), the Pope pointed out that "after the defeat of the people
Antiochus Epifane had sent to paganize the people, Judas Maccabeus and his brothers wanted
to purify the temple , that temple where there were pagan sacrifices and restore the spiritual
beauty of the temple, the sacred of the temple ". This is why "the people were joyful". In the
biblical text we read that "the joy of the people was great, because the shame of the pagans
had been canceled". So, added the Pope, "the people find their own law, find themselves with
their own being; the temple becomes, once again, the place of the encounter with God ".

"Jesus does the same when he drives out those who were selling in the temple: he purifies the
temple," said Francis, referring to Luke's Gospel passage (19: 45-48). In doing so, the Lord
makes the temple "as it should be: pure, only for God and for the people who go to pray". But,
on our part, "how to cleanse the temple of God?". The answer, the Pope said, is in "three words
that can help us understand. First: vigilance; second: service; third: gratuity ».

"Vigilance", therefore, is the first word suggested by the Pontiff: "Not only the physical temple,
the palaces, the temples are the temples of God: the most important temple of God is our
heart, our soul". So much so that, the Pope pointed out, St. Paul tells us: "You are a temple of
the Holy Spirit". Thus, he re-launched Francis, "the Holy Spirit dwells within us".

And precisely "for this reason the first word" proposed by Francis is, in fact, "vigilance". Hence
some questions for an examination of conscience: "What happens in my heart? What happens
inside me? How do I behave with the Holy Spirit? Is the Holy Spirit one more than the many
idols that I have within me or do I take care of the Holy Spirit? I have learned to keep watch
within me, why is the temple in my heart only for the Holy Spirit? "

Here, then, is the importance of "purifying the temple, the interior temple, and keeping watch,"
the Pope said. With an explicit invitation: "Be careful, be careful: what happens in your
heart? Who's coming, who's going ... What are your feelings, your ideas? Do you speak with the
Holy Spirit? Do you listen to the Holy Spirit? " It is therefore a matter of "watching over: be
careful what happens in our temple, within us".

The "second word is service", the Pope continued. "Jesus - he recalled - makes us understand
that he is present in a special way in the temple of those in need". And «he says it clearly: he is
present in the sick, those who suffer, in the hungry, in prisoners, are present there». Even for
the word "service" Francis suggested some questions to ask themselves: "Can I keep that
temple? Do I take care of the temple with my service? Do I approach to help, to dress, to
console those in need? "

«St. John Chrysostom - pointed out Francis - reproached those who offered so many offerings
to adorn, to beautify the physical temple and did not take care of the needy: he reproached and
said:" No, this is not good, first the service then the ornamentation " ». In short, we are called
to "purify the temple that is the others". And to do it well, we must ask ourselves: "How can I
help cleanse that temple?" The answer is simple: "With service, with service to the needy. Jesus
himself says that he is present there ». And "he is there," explained the Pope, "and when we
get closer to serving, to helping, we look like Jesus who is in there".

Francis, in this regard, has confided that he "saw a very beautiful icon of the Cyrene who
helped Jesus to carry the cross: looking good that icon, the Cyrenian had the same face of
Jesus". Therefore, "if you guard that temple which is the sick, the inmate, the needy and the
hungry, your heart will be more similar to that of Jesus". Precisely "for this reason to keep the
temple means service".

"The first word, vigilance" summarized the Pontiff, expresses something that "happens within
us". While "the second word" leads us to "service to the needy: that is to purify the
temple". And «the third word that comes to mind - he continued - reading the Gospel is
gratuitous». In the passage of the Gospel, Jesus says: "My house will be a house of prayer. But
you have made it a den of thieves. " Just bearing in mind these words of the Lord, the Pope
said, "how often we enter a temple with sadness - think of a parish, a bishopric - and we do not
know if we are in God's house or in a supermarket: there are trade, there is also a list of prices
for the sacraments "and" lack of gratuity ".

But "God saved us free, he did not charge us anything," insisted the Pontiff, inviting us to be of
help "so that our churches, our parishes are not a supermarket: that they are a house of
prayer, that they are not a den. of thieves, but that they are free service ". Of course, added
the Pope, someone might object that "we must have money to maintain the structure and we
must also have money to feed the priests, the catechists". The Pontiff's answer is clear: "You
give freely and God will do the rest, God will do what is lacking".

"Guarding the temple - said Francis, therefore - means this: vigilance, service and
gratuity". First of all "vigilance in the temple of our heart: what happens there, be careful
because it is the temple of the Holy Spirit". Then "service to the needy" he repeated, also
suggesting to read chapter 25 of the Gospel of Matthew. Service also "to the hungry, to the
sick, to prisoners, to those who need it because there is Christ", always with the certainty that
"the needy is the temple of Christ".

Finally, the Pope concluded, the "third" point is the "gratuitousness in service that is given in
our churches: service churches, free churches, as salvation was free, and not" supermarket
churches "».

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