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325-330, 2006
ISSN: 1130-2097
INFORMACIONES
P. F. STRAWSON (1919-2006)
LA REBELIÓN DE SIR PETER
Ciencia y cotidianidad en la tradición analítica
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INFORMACIONES
humano. Antes de esbozar algo acerca del Edad Media como del Renacimiento, la
sentido y contenido de su obra es necesa- pregunta es: ¿qué corresponde entender
rio dar dos pasos atrás en el tiempo. por «conocimiento» luego del Descubri-
miento de América?
2. La modernidad, Russell y el triunfo Para los europeos América pudo ser
del cientificismo un «mundo nuevo» porque nunca la
mencionan ni la Biblia, ni los libros de
El primero de estos pasos nos lleva hasta Aristóteles, ni mucho menos aquellos
lord Bertrand Russell (1872-1970), el de sus intérpretes. Las ideas del Ensayo,
más conocido filósofo inglés del siglo tratado que, con perdón del anacronismo,
XX y paladín del cientificismo, quien bien pudiéramos llamar también el
tomando nota de las ideas del matemáti- Manifiesto de la Modernidad en inglés,
co italiano Peano (1858-1932) luego de fueron difundidas en francés y en alemán
su encuentro de 1900 en París, contribu- con singular éxito en el continente
yó al desarrollo y difusión de la lógica durante el siglo XVIII, llamado en su
matemática, cuyas raíces se remontan al honor «de las luces» por, entre otros,
álgebra del inglés Boole (1815-1864) así Diderot (1713-1784), Hume (1711-
como a los trabajos del estadounidense 1776), Lessing (1729-1781) y Voltaire
Pierce (1839-1914) y del alemán Frege (1694-1778).
(1848-1925). Aquí está el origen de la Una respuesta moderna temprana a la
fama de Strawson. pregunta acerca de qué entender por
En 1950 publicó «Sobre el referir», la «conocimiento» después de Colón está
refutación de la más conocida teoría del en la Epístola al Lector del Ensayo. La
aristocrático pensador de Cambridge, filosofía se humilla ante los antepasados
propuesta casi medio siglo antes y que, de lo que hoy denominamos con la pala-
hasta ese momento, era idolatrada como bra «ciencia». Acepta la primacía del
un «paradigma de la filosofía» en la tra- conocimiento que deriva de los sentidos,
dición analítica. Para apreciar la magni- cuando la observación es guiada por teo-
tud del supuesto logro de Russell y, por rías que permiten medir y predecir, por
consiguiente, la audacia de Strawson al sobre el que los medievales creían obte-
atreverse a dudar de él, es necesario ner de la lectura e interpretación de
retroceder aún más. libros sagrados o profanos, por universa-
En este segundo paso atrás llegamos les, sutiles o angelicales que estas últi-
hasta la temprana validación del cientifi- mas pudieran ser.
cismo ofrecida por el también oxoniense Russell radicalizó el diagnóstico de
John Locke (1632-1704), autor del Ensa- Locke acerca de las relaciones entre filo-
yo sobre el entendimiento humano (1690), sofía y ciencia. El más celebrado aporte
que fue el filósofo inglés de mayor filosófico de Russell es su ensayo «Sobre
influencia hasta el siglo XIX. Porque si el denotar» (1905), en el cual analiza
la modernidad tiene un problema filosó- cómo funcionan las llamadas «descrip-
fico básico éste es la evaluación de la ciones definidas» (frases de forma «El
«ciencia a secas»: ¿cómo entender el tal y tal», que pretenden denotar o iden-
conocimiento, lo divino y lo humano a la tificar algo) en proposiciones como «El
luz de su surgimiento? tal y tal es C». El problema de fondo es
Por decirlo sin tecnicismos y saltán- cómo podemos hablar acerca del mundo
donos la puesta en escena de los adelan- sin saberlo todo acerca de él, tarea en la
tos técnicos y científicos tanto de la Alta que las descripciones definidas juegan
un papel análogo al de redes que se arro- en la política del siglo XX. Para no
jan al océano porque unas veces vuelven decir nada de la variante conocida como
llenas y otras vacías. darwinismo, que aún goza de buena
¿Cómo logra la matemático especu- salud en cómo se piensa y actúa en eco-
lar acerca de, por dar tres ejemplos, ya nomía. Vale la pena detenerse aquí aun-
sea «La serie que decrece de forma más que solo sea para señalar que en este
rápida» o bien acerca de «El mayor punto, su oposición al cientificismo, las
número primo» (y probar en ambos obras de Strawson, Berlin y Hart mues-
casos que no hay tales cosas), o el astró- tran, en la expresión de Wittgenstein, su
nomo hacer lo propio respecto de «El «parecido de familia».
planeta entre Mercurio y el Sol» (des- Cuando los fundadores del positivis-
cripción definida que la teoría de la rela- mo lógico presentaron el manifiesto de
tividad volvió superflua, aunque hasta su su círculo en la Viena de 1929 identifi-
llegada hubo congresos internacionales caron a Russell como uno de los princi-
de astronomía sobre el cuerpo celeste al pales exponentes de su «concepción
que se proponía bautizar «Vulcano»)? científica del mundo». Resulta fácil
Responder este tipo de preguntas era, entender por qué. Él era un pionero en
a ojos del cientificismo, un requisito para la solución de problemas filosóficos
entender que la ciencia y su lenguaje podí- mediante el análisis basado en la lógica
an contribuir a descubrir que tales cosas sí matemática. Además, reconocía en la
existen y que tales otras no existen. Rus- ciencia al tribunal superior y último
sell propuso una solución basada en un ante el cual debe comparecer todo len-
análisis que utiliza la lógica matemática, guaje que pretenda acercarnos a la ver-
un lenguaje científico. A comienzos del dad acerca del conocimiento, lo divino
siglo XX la filosofía parecía quedar en una y lo humano.
situación aún más menguada de aquella
que Locke vislumbró a fines del siglo 3. La rebelión de Strawson contra
XVII. Incluso para avanzar en las labores el cientificismo
intelectuales menores, según Locke las
únicas propias del filósofo, había que uti- Strawson comenzó su trabajo refutando
lizar herramientas científicas. La coloniza- la teoría de las descripciones definidas
ción de la filosofía por la ciencia alcanza de Russell y en abierta rebeldía contra
aquí su máxima extensión. el cientificismo. Construyó sobre la
Es la hora del cientificismo rampan- concepción «cotidianista» en la tradi-
te. En el primer tercio del siglo XX, esta ción analítica cuyo origen la presente
posición tuvo varias manifestaciones y interpretación asocia con la conjunción
en distintos campos. Tal vez la más ino- de los aportes de tres figuras anteriores:
cente de todas fue la versión positivista Ludwig Wittgenstein (1889-1951), el
lógica en filosofía, al menos en términos discípulo de Russell y Frege a quien
de sus consecuencias para la vida coti- Strawson describe como «un filósofo de
diana. Porque el cientificismo tuvo tam- genio»; Gilbert Ryle (1900-1976); y su
bién otras versiones que, evaluadas en amigo y colega oxoniense J.L. Austin
esos términos, solo pueden ser califica- (1911-1960). En su ensayo «Sobre el
das de temibles. referir» de 1950, el entonces joven
Tal es el caso, por cierto, con las ver- docente del University College (Straw-
siones en clave racista y en clave materia- son tenía apenas 30 años cuando fue
lista histórica que tan presentes estuvieron publicado) rechazó la identificación del
lenguaje humano con un conjunto de era una «pequeña compensación por una
proposiciones con formas lógicas metafísica sin poesía».
determinadas, como pudiera ser una teo-
ría científica. 4. La valoración de la diversidad
Cuando una persona usa una descrip- humana
ción definida intentando hacer una afir-
mación, argumentó Strawson, presupone La valoración filosófica de la diversidad
que con ella podrá hacer referencia a humana está en el corazón de la obra de
algo. Por así decirlo, que la red lanzada Strawson y es una constante de sus con-
al mundo no volverá vacía. Pero si la tribuciones a la llamada Escuela de
presuposición se incumple entonces el Oxford o filosofía del lenguaje cotidiano
análisis que pretenda dirimir sobre su (en inglés, Ordinary Language Philo-
veracidad o falsedad estará demás, por sophy), una concepción analítica cuyo
impecables que sean sus credenciales más conocido sistematizador y divulga-
lógicas. Russell había propuesto una ele- dor es el catedrático estadounidense John
gante solución formal. Pero, era una lás- Searle de Berkeley. Una cosa es el len-
tima, el problema que creía resolver con guaje científico y otra el lenguaje coti-
ella, en rigor, no existía. diano. Evaluar uno con los cánones del
Strawson, por contraste, contribuyó otro es un ejercicio estéril.
a formar y difundir un entendimiento La concepción cotidianista de la filo-
del lenguaje humano como una familia sofía, junto con la ignorada concepción
de usos, de distintas maneras de hacer historicista de Berlin (cuyo impacto solo
cosas, de perseguir los propósitos di- se haría sentir en la generación siguiente
versos y plurales que ocupan a los se- con la obra de sus discípulos: G.A.
res humanos tales como afirmar, bromear, Cohen, Alan Ryan y Charles Taylor), fue
convencer, inquirir, ordenar, solicitar la principal rival que tuvo la concepción
y evaluar. La verdad está más relacio- cientificista o positivista en la tradición
nada con lo que los seres humanos analítica. Esta última, vale la pena recor-
hacen con los respectivos usos lingüís- darlo, siguió teniendo adherentes en
ticos, que con la supuesta forma lógi- Europa y América incluso luego de la
ca de las proposiciones. El lenguaje estampida causada en el Círculo de Vie-
humano es un conjunto de formas de na, muchos de cuyos miembros eran
acción diversas que carecen de una judíos, por el ascenso del nacional socia-
lógica exacta. lismo en Alemania y la anexión de Aus-
Aunque vigorosa y polémica, la res- tria.
puesta del octogenario Russell, el ensayo Esa valoración inspira también la
«El Sr. Strawson sobre el referir» (1957), propuesta de Strawson de una «metafísi-
concede, tal vez de manera inadvertida, ca descriptiva». Se trata de una metafísi-
el punto central en disputa cuando con- ca que, para comenzar, abandona las des-
cluye con él que el lenguaje natural no mesuradas ambiciones de esa otra, que
tiene una lógica exacta. Strawson tuvo apellida «revisionista», cuyos mejores
también disputas memorables con Aus- ejemplos son los sistemas elaborados por
tin y con su admirado adversario en Har- el genio de Hegel y Marx, a la cual per-
vard, el destacado lógico y filósofo esta- tenece también el cientificismo en la pre-
dounidense W.V. Quine, cuya prosa él sente interpretación.
admiraba sin reservas a pesar de que en Para Strawson, por contraste, la tarea
una oportunidad comentó en voz alta que del análisis es identificar con claridad las