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Evangelio
Por Po Nien (Felipe) Chou
Seminarios e Institutos
Prueba estas tres maneras de sacar más provecho de tus clases de Instituto de religión.
“El mundo actual es más difícil de lo que era hace… años”, dijo el élder M. Russell Ballard, del
Cuórum de los Doce Apóstoles. “Nuestros jóvenes y jovencitas tienen muchas más distracciones
que los desvían de sus preparativos tanto para la misión como para una futura vida feliz”. Ahora,
más que nunca, tenemos que aprender a “escuchar y responder a los susurros del Santo
Espíritu”1.
Para ayudarte a estar más a tono espiritualmente, la Iglesia ha dispuesto Institutos de religión.
Instituto puede brindarte “experiencias significativas con la palabra de Dios”2 de aplicación
práctica.
Cuando asistes a Instituto, puedes escoger entre muchos cursos. Hay maestros, que entienden
las necesidades e inquietudes de los jóvenes adultos, que te ayudarán a aprender de las
Escrituras y de las enseñanzas de los profetas de los últimos días.
El élder Richard G. Scott (1928–2015), del Cuórum de los Doce Apóstoles, recomendó plasmar
en un diario las impresiones espirituales que recibimos: “Anota las cosas importantes que
aprendas del Espíritu y guarda esas anotaciones en un lugar seguro. Descubrirás que al anotar
tus preciadas impresiones, a menudo se te ocurrirán más”3.
Los alumnos utilizan un diario en la clase y en casa (ya sea de papel o valiéndose de la aplicación
Biblioteca del Evangelio) para apuntar sus impresiones al estudiar las Escrituras. Jayme Dhennz,
una alumna de Instituto de Filipinas, ha visto los beneficios de llevar un diario de estudio: “No
puedo dejar pasar la oportunidad de escribir los pasajes y mensajes de las Escrituras o discursos
de los profetas, porque aumenta mi conocimiento del Evangelio”.
A los alumnos de Instituto del hermano Seiichi Takahashi, en Nagoya, Japón, les agrada llevar un
diario, puesto que permite que “el proceso de aprendizaje fluya sin obstáculos”, y contribuye a
que asistan a clases más preparados para aprender y participar.
Taisia Bartolomeo, del sur de Italia, dice: “Al escribir lo que he aprendido, puedo recordar mejor
los conceptos cuando los necesito”. Su compañera de clase, Mariaterasa Santoro, agrega:
“Puedo recurrir a mi diario para recordar algún concepto espiritual específico o alguna
revelación personal”.
Las preguntas que se formulan al principio del curso proporcionan algunos temas para que los
alumnos mediten y estudien a lo largo de este. Al finalizar, entregan al maestro sus respuestas
personales e inspiradas por el Espíritu.
Ilaria Bellomo, una alumna del sur de Italia, explica: “Las preguntas me hicieron reflexionar
sobre mi vida y sobre el hecho de que lo que estudio para Instituto me ayuda a conocer mejor a
Jesucristo”.
Jinseop Jeong, un alumno de Instituto de Corea del Sur, dice: “Las preguntas me han ayudado a
pensar y repasar con detenimiento lo que he aprendido. Fueron momentos importantes para
repasar, meditar y asimilar lo que aprendí”.
El progreso espiritual de los alumnos se evidencia en sus respuestas. La hermana Seonsim Kang,
una maestra de Instituto de estaca de Corea del Sur, dice: “Fue una gran experiencia para mí
leer los testimonios y pensamientos de los alumnos y aprender de ellos”.
Los proyectos de aprendizaje personal
Tal como lo señala Cenia Avila Organis, una alumna de Instituto de Bicolandia, Filipinas, trabajar
en un proyecto de aprendizaje personal “brinda flexibilidad” al dar a los alumnos la libertad de
aprender la palabra de Dios y sentir el Espíritu valiéndose de sus propios talentos.
Resultados elevados
El uso de esos métodos de aprendizaje puede mejorar tu estudio del Evangelio y aumentar tu
testimonio. Al profundizar más tu estudio del Evangelio por medio de los cursos de Instituto,
podrás comprender mejor cómo poner en práctica la palabra de Dios en tu propia vida y cómo
bendecir la vida de otras personas.