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Departament de Salut
Direcció General
de Planificació i Avaluació
PLAN DE ATENCIÓN
34B
INTEGRAL
A LAS PERSONAS CON
35B
TRASTORNO DEL
36B
ESPECTRO AUTISTA
(TEA) 37B
e Planificació i Avaluació
PLAN DE ATENCIÓN INTEGRAL A LAS PERSONAS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Plan director de salud mental y adicciones. Plan de atención integral a las personas
con trastorno del espectro autista (TEA). Barcelona: Dirección General de
Regulación, Planificación y Recursos Sanitarios, Generalitat de Catalunya; 2012.
http://canalsalut.gencat.cat
U
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PLAN DE ATENCIÓN INTEGRAL A LAS PERSONAS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)
ÍNDICE
Presentación 5
Comisión Asesora del TEA 7
Introducción 10
El TEA. Descripción clínica y epidemiológica 11
Diferencias de género 14
Características del enfermo adulto 15
ANEXOS
Anexo 1. Herramientas de detección y diagnóstico 56
Escala Haizea-Llevant 56
Listado de la British Columbia Ministry 57
Listado para la detección del autismo en niños pequeños modificada (M-CHAT) 58
Test de los TEA y del Síndrome de Asperger (CAST) 58
Cuestionario de comunicación social (SCQ) 59
Entrevista para el diagnóstico del autismo revisada (ADI-R) 59
Escala de observación para el diagnóstico del autismo - Genérica (ADOS-G) 60
Escala observacional para niños y adultos autistas (CARS) 61
Escala de madurez social (Vineland-II)
62
Escala de McCarthy da aptitudes y psicomotricidad para niños (MSCA)
62
Escala de inteligencia para preescolar y primaria (WPPSI)
63
Escalas de Bayley de desarrollo infantil (BSID)
63
Escala de ambiente familiar (FES)
63
Índice de estrés parental (PSI)
64
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Anexo 6. Dispositivos y recursos participantes en el Plan de atención integral a las personas con TEA
Centro de atención primaria de salud (CAP), Servicio de pediatría 79
Centro de salud mental infantil y juvenil (CSMIJ) 79
Servicio de salud mental para personas con discapacidad intelectual (SESM-DI) 81
Servicio de Neuropediatría hospitalaria 84
Servicios especializados en diagnóstico y asesoramiento en TEA 85
Centro de desarrollo infantil y atención precoz (CDIAP) 86
Centros de terapia ocupacional especializados en TEA 88
Residencias terapéuticas especializadas en TEA 89
Servicios de respiro especializados en TEA 90
Equipo de asesoramiento y orientación psicopedagógica (EAP) 91
Centro de educación especial (CEE) 93
Centro de educación especial(CEE) especializados en TEA
95
Bibliografía 97
Abreviaturas 106
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PRESENTACIÓN
En mayo de 2008, la Comisión Permanente del Plan director de salud mental y adicciones
acordó realizar una revisión y una actualización sobre la atención al autismo, y se consideró
adecuado la creación de un grupo de trabajo con este fin. Paralelamente, el Parlamento de
Cataluña, emitió la Resolución 280/VIII mediante la cual se insta al Gobierno de la
Generalitat a elaborar un protocolo para mejorar la detección precoz del autismo, el
tratamiento especializado, el modelo organizativo asistencial, el sistema de derivación y el
trabajo con las escuelas.
De acuerdo con esta Resolución, y dado que la asistencia de los niños y adolescentes con
autismo y otros trastornos relacionados (TGD/TEA) requiere necesariamente una atención
integral que comporta la intervención de diferentes equipos, sanitarios, educativos y
sociales, se optó por constituir un grupo de trabajo multidisciplinar de carácter intersectorial.
Por tanto, desde el Departamento de Salud se pidió la colaboración de los departamentos
de Educación y Bienestar Social y Familia para que designasen las personas
representantes de sus departamentos para formar parte del grupo de trabajo, insistiendo
especialmente en profesionales asistenciales de los equipos de asesoramiento y orientación
psicopedagógica (EAP) y de la red de centros de desarrollo infantil y atención precoz
(CDIAP).
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Como resultado del trabajo realizado, hoy Cataluña dispone de este Plan integral,
consensuado entre profesionales de diferentes redes de atención – social, educativa y
sanitaria -, de diferentes especialidades y disciplinas y de diferentes orientaciones teóricas.
Este Plan debe permitirnos avanzar y mejorar en el diagnóstico y la detección precoz de
estos problemas y en la atención integral a las personas que los sufren y a sus familias,
optimizando los servicios y recursos disponibles y garantizando la continuidad asistencial en
el proceso de atención.
El reto que se presenta ahora es la implantación de este Plan, que debe realizarse mediante
un trabajo conjunto entre las administraciones implicadas, los profesionales, las personas
afectadas y sus familias.
Boi Ruiz García Irene Rigau Oliver Josep Lluís Cleries González
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Rafael Villanueva
Psicólogo clínico
Coordinador clínico del Centro de Desarrollo
Infantil y Atención Precoz de Granollers y de
Caldes
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Transcripción y formato
Gemma Salmeron Font
Secretaria técnica
Plan director de salud mental y adicciones
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INTRODUCCIÓN
En Cataluña, la atención clínica especializada a los niños y adolescentes con trastornos del
espectro autista (TEA) (Wing y Gould, 1979) se realiza en los servicios de Neuropediatría de
los hospitales generales, los centros de salud mental infanto-juveniles (CSMIJ) y los centros
de detección y atención precoz (CDIAP); la atención educativa se lleva a cabo en los centros
docentes con planes individualizados que conllevan adaptaciones curriculares y soportes
específicos; y la atención social, para facilitar el acceso a ayudas y a otros recursos.
El amplio desarrollo de los CDIAP, así como del Plan de atención a las personas con
trastornos mentales graves en la población infanto-juvenil (Generalitat de Cataluña, 2003)
formulado con la participación i el consenso de los departamentos de Bienestar Social y
Familia, Educación y Salud de la Generalitat de Cataluña, han conseguido una mejora
importante en la detección y el tratamiento del TEA. Aún así, teniendo en cuenta las
ventajas que la mejora del proceso global de atención puede comportar, el Plan director de
salud mental y adicciones ha creado un grupo de expertos (Comisión Asesora del TEA, CA)
para actualizar y avanzar en la integración de la asistencia a este trastorno.
De acuerdo con ello, el objetivo de este documento es definir un Plan de atención integral
(PAI) a las personas con TEA en Cataluña, de forma que se establezca un circuito de
detección, valoración, derivación e intervención eficaz con los recursos comunitarios
actuales. La eficacia de este Plan radica en la creación de un marco común de actuación
que facilite la cohesión entre los diferentes departamentos y el desarrollo de estrategias
comunes, basadas en la formación integrada y la transmisión del conocimiento entre los
dispositivos y profesionales que interactúan en la atención a las personas con TEA y sus
familias.
Para crear este documento no sólo se ha tenido en cuenta el marco conceptual en el que
nos encontramos en Cataluña y la experiencia acumulada, sino que también se ha tenido en
cuenta el desarrollo de guías de prestigio y numerosas publicaciones, atendiendo al hecho
que no se trata de crear una cosa nueva sino de adaptar a nuestro contexto lo que funciona
en otros sitios según la evidencia empírica. Por encargo del Plan director de salud mental y
adicciones, en el año 2010, la Agencia de Información, Evaluación y Calidad en Salud
(AIAQS) realizó un estudio de actualización sobre el conocimiento científico disponible en la
detección, el diagnóstico y el tratamiento del TEA, que ha servido para obtener evidencias
que refuerzan los planteamientos que hace el grupo de trabajo, y que estará disponible con
la publicación de este documento.
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Los perfiles de los síntomas secundarios o asociados son muy heterogéneos, con
diferencias interindividuales muy importantes. Por esta razón, los profesionales
responsables de los procesos diagnósticos deben ser capaces de identificar los síntomas
nucleares del trastorno, que son los que determinan y permiten realizar un diagnóstico
diferencial preciso, así como de sus comorbilidades.
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nueva versión del DSM (DSM-5) que conllevan la sustitución del término TGD (Trastorno
Generalizado del Desarrollo) por el de TEA (Trastorno del Espectro Autista) y la supresión
de todas las subcategorías anteriormente citadas.
En referencia a la naturaleza del TEA, existen varias hipótesis como la existencia de causas
genéticas, alteraciones de la conectividad cerebral, del sistema inmunitario y con toda
probabilidad de otros sistemas (Steyaert y de la Marche, 2008), como también de un déficit
de la intersubjetividad primaria (Muratori, 2007). Otros autores también destacan una
alteración de la atención primaria compartida en los primeros meses de vida (Dawson et al.,
2007). Otras hipótesis etiológicas, como la de la implicación de la vacuna triple vírica en el
autismo, han quedado descartadas por la existencia de evidencias que indican claramente lo
contrario (Artigas, 2010).
Por lo que se refiere a la prevalencia, existe una gran variabilidad según la literatura
internacional. En los últimos años, sucesivos estudios dan cifras cada vez más elevadas de
TEA. Steyaert y de la Marche (2008) recogen una serie evolutiva donde señalan que, en los
primero estudios, las cifras eran entre 4 y 5 por 10.000 (Yearging-Allsopp et al., 2003),
después pasaron a 34 por 10.000 (Yearging-Allsopp et al., 2003), a 60 por 10.000
(Chakrabarti y Fombonne, 2005) y finalmente a 1 por 100 en áreas urbanas (Baird et al.,
2006). En un estudio de cohortes de niños de 8 años en seis estados de los EE.UU, las
cifras aportadas oscilaban entre 3,3 y 10,6 por 1.000 (Autism and Developmental Disabilities
Monitoring Network Surveillance Year 2002). Un estudio anterior dio la cifra de 6,7 por 1.000
(Autism and Developmental Disabilities Monitoring Network Surveillance Year 2000).
Actualmente, las cifras aportadas en uno de los documentos preparatorios de la Guía del
Autismo del NICE de julio de 2010 oscilan entre 60 y más de 100 por 10.000 en TEA y entre
20 y 40 por 10.000 en autismo.
Este importante incremento de la prevalencia observada en los últimos años puede ser
consecuencia de un abanico más amplio del espectro diagnóstico, pero también puede
haber un aumento real de los casos a causa de posibles factores etiológicos desconocidos.
Algunos autores (Larbán, 2010) consideran que actualmente se estudia la influencia de
factores de riesgo ambiental, de carácter tóxico, alimentario o infeccioso, pero que es
escasa la investigación sobre posibles influencias de factores de riesgo ambientales de
origen relacional o de la interacción que tienen que ver con aspectos socioculturales y
psicosociales.
Cada vez está más aceptada la visión compartida sobre el tratamiento que deben seguir las
personas con autismo, que tiene que incluir elementos provenientes tanto del conocimiento
científico como de la experiencia profesional, la evidencia y la pericia clínica, al igual que en
otras enfermedades (Gudiol, 2006). Los recientes estudios sobre la evidencia de las
intervenciones para las personas con autismo concluyen que los programas de intervención
que cumplen los criterios metodológicos necesarios, como por ejemplo los que se aplican en
el campo de la medicina, son limitados.
Por otro lado, los estudios de mejora se centran en objetivos a corto plazo. Por esta razón,
es difícil extrapolar los resultados a largo plazo y se desconoce hasta qué punto las
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La prevalencia atendida por los centros de salud mental (CSM) de Cataluña en el año 2010
ha sido del 3%. En el caso de los menores de 18 años, los CSMIJ han atendido un 3,9% de
niños y adolescentes.
En el caso concreto de TEA, se han atendido unos 4.000 casos, que suponen un tasa de
26,5 por 10.000 habitantes. En el caso concreto de autismo infantil, se han atendido 671
casos en la red especializada de atención en salud mental, que equivalen a 4,4 por 10.000
habitantes.
Fuente: Registro del conjunto mínimo básico de datos. Servei Català de la Salut.
Cabe destacar la tendencia al incremento que se muestra de manera notable desde el año
2005. Sin duda, esto se debe al Programa específico de atención a los trastornos mentales
graves que se empezó a desplegar en el año 2004 y que actualmente está implantado en el
70% de los CSMIJ de Cataluña.
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DIFERENCIAS DE GÉNERO
Cada vez hay más interés por el análisis y la descripción de las diferencias de género en el
TEA. De la misma manera que en la población general, se observan diferencias de género
en relación a la salud. En el caso del TEA también se han llegado a observar algunos
aspectos distintivos, aunque no son determinantes. En relación a la prevalencia, se ha
observado que sólo uno de cada cuatro casos de autismo (TA) se produce en niñas (1:4)
(Fombonne, 1999; Honda et al, 2005). Por lo que se refiere al Síndrome de Asperger (SA),
la afectación entre las niñas es de un caso entre ocho (1:8) (Ehlers y Gillberg, 1993) aunque
algunos autores destacan que en las niñas hay más dificultades diagnósticas.
En referencia al rendimiento cognitivo, los autores coinciden que las niñas con TEA suelen
presentar más dificultades intelectuales que los niños (Lord et al., 1982; Volkmar, 1993). En
cuanto al ámbito social, parece ser que las niñas con TEA suelen ser más sociables (sonrisa
social, iniciación a los juegos sociales y tipo de intereses) aunque pueden serlo de una
forma inadecuada. En la población en general, las niñas acostumbran a ser más sociables
que los niños, y parece que esto también se observa en la población con TEA.
Jennifer Copley (2008) considera que una de las razones por las que las niñas con TA son
más difíciles de diagnosticar, es el hecho que pueden adoptar más estrategias sociales para
esconder su déficit social y de comportamiento. Las niñas con Síndrome de Asperger (SA)
son más eficaces en el uso de recursos intelectuales para aprender expresiones verbales y
no verbales y desarrollar habilidades sociales. En realidad su comportamiento social se basa
en la imitación de los gestos y las expresiones que observan en el grupo, donde aparentan
estar integradas. Esto conlleva que, con frecuencia, las dificultades pasen desapercibidas
excepto que se mantenga un contacto social interactivo prolongado. Además, en situaciones
de conflicto social, no suelen responder de forma agresiva, a diferencia de los niños
En un estudio con el ADI-R (McLennan et al., 1993), se observó que los niños presentaban
más conductas alteradas en el juego social, en la comunicación y la interacción social antes
de los 5 años. Las niñas aunque eran más pro sociales, mostraban más alteraciones en la
relación social (amistades), ya que sus relaciones suelen ser equivocadas. Poserud et al.
(2006) observaron que los niños presentaban más rasgos autistas que las niñas, basándose
en el ASSQ en edades entre los 7 y los 9 años.
No obstante, los datos sobre la afectación social entre géneros son contradictorios.
Hottmann et al. (2007) encontró problemas de relación, pensamiento y atención en mujeres
con SA. Se puede afirmar que debe continuar estudiándose.
Por lo que se refiere a la área de intereses, se ha observado que las niñas con TEA suelen
mostrar intereses socialmente más aceptables que los niños (Soppitt, 2006), pero en general
inadecuados. Esta inadecuación, en todas las edades, está relacionada con la intensidad, el
uso circunscrito y repetitivo de su interés. Recrean e imitan una situación, en vez de inventar
y crear un juego simbólico variado.
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Por lo que se refiere a la psicomotricidad, también hay una controversia sobre los
resultados. Carter et al. (2007) defienden que los niños presentan mejores habilidades que
las niñas, mientras que otros autores consideran que estas diferencias son las esperadas en
la población general. En cambio, señalan que las diferencias dependen de la variable
diagnóstica. Las personas con SA suelen presentar más dificultades de coordinación motora
que las personas con trastorno autista (Gillberg, 1989). Aún así, las evidencias referentes a
la afectación motora y al género en el TEA todavía son poco claras.
En Catalunya, los sistemas de salud, los servicios sociales y de educación son los
responsables de aplicar programas asistenciales y terapéuticos para las personas adultas
con TEA. Este trabajo interdepartamental es esencial para adecuar la atención a las
personas con discapacidad y/o dependencia derivada de su enfermedad, potenciando la
actuación compartida de los profesionales sociales, de la educación y de la salud.
Servicios sociales
Para acceder a los diversos servicios y prestaciones sociales, los servicios de valoración y
orientación deben establecer el grado y el tipo de discapacidad de la persona y, en
consecuencia, los soportes individuales necesarios, desde una perspectiva dinámica y
durante toda la vida. En el caso que la evolución del trastorno conlleve alguna dependencia
debe hacerse una valoración del grado de dependencia para poder acceder a las
prestaciones y servicios reconocidos por la ley.
Debe tenerse en cuenta que, en estos momentos, la cartera de servicios sociales no incluye
específicamente servicios para personas afectadas de TEA. No obstante, la realidad es que
hay varios servicios de atención diurna y de acogida residencial para personas con
discapacidad intelectual que atienden específicamente personas diagnosticadas de TEA, y
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En primer lugar es necesario distinguir las personas con TEA que viven en su
domicilio, cuidadas por su familia y que son usuarias de servicios de atención a
domicilio o que también utilizan servicios de atención diurna como los centros de
día de atención especializada (CAE) o los servicios de terapia ocupacional. Por otro
lado, encontramos personas adultas con TEA que en función de los soportes de
que disponen viven en centros de acogida residencial que pueden contar con
servicios de atención diurna. Algunos centros están especializados en la atención a
personas con TEA y otros ofrecen una atención conjunta a otras personas con
discapacidad intelectual.
Ocio
Hay varias entidades que ofrecen servicios de soporte social de atención a personas
con TEA, con una programación de actividades de ocio y respiro para las familias.
Estas actividades deben tener en cuenta las necesidades en función de los
diferentes soportes de que disponen las personas y priorizar la inclusión comunitaria.
Salud
Para cuidar la salud física de las personas con TEA es necesario que los profesionales
sanitarios, tanto en atención primaria como en atención especializada, estén sensibilizados y
reciban formación adecuada, atendiendo a que los pacientes pueden presentar dificultades
a causa de la ausencia de lenguaje, la falta de colaboración en las exploraciones y las
reacciones inesperadas. La relación de los profesionales que velan por la continuidad del
proceso de atención al TEA con los profesionales de otras especialidades que pueden
intervenir de manera puntual, es imprescindible. Asesorar y ofrecer información previa sobre
las características de la persona con TEA facilitará la equidad en el tratamiento de las
afecciones somáticas que sufren.
Además de la atención a la salud física, las personas con TEA necesitan atención
especializada a lo largo de su vida y de acuerdo a las necesidades de cada momento. Esta
atención psiquiátrica se puede ofrecer desde los CSM o el Servicio especializado en salud
mental para discapacitados intelectuales (SESM-DI), o desde el servicio donde se atienda
regularmente a los pacientes, siempre que se disponga de profesionales adecuados. En
este segundo caso, convendría establecer una coordinación entre los profesionales que
atienden las personas con autismo.
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Con el objetivo de optimizar los recursos usados, convendría tener presente la posibilidad de
asignar un o una profesional de referencia para cada caso, para que se responsabilice de la
coordinación entre los profesionales y los servicios implicados y de la comunicación con la
familia. El referente de salud es imprescindible.
Trabajo
Para las personas adultas con TEA, hay que tener en cuenta las varias opciones en lo que
se refiere a la integración laboral y los diferentes niveles de soporte. En este sentido, la
persona con TEA se puede incorporar a un centro especial de trabajo, a un trabajo con
soporte o a la empresa ordinaria.
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1. PROCESO DE DETECCIÓN
La detección precoz permite hacer la valoración del niño con alto riesgo de sufrir TEA e
iniciar las intervenciones más adecuadas para el tratamiento de sus dificultades. Para
garantizar que esta detección se realice lo antes posible, es fundamental que los
profesionales que atienden al niño conozcan las señales de alarma 1. 1F1F
Señales de alarma
Como los niños con TEA presentan una alteración cualitativa en la adquisición de algunas
habilidades específicas, debe valorarse los parámetros de desarrollo sociocomunicativo.
6 meses
Utilizan menos el contacto visual.
Prestan menos atención a los objetos que a las personas (visual y auditiva).
Ausencia de sonrisa social en los intercambios con el cuidador o la cuidadora.
1
Se entiende por señal de alarma aquel signo, síntoma o conjunto de manifestaciones que si aparecen en determinada edad
deben hacer pensar inmediatamente en la posibilidad de un trastorno psicopatológico y/o del desarrollo. Un trastorno del
neurodesarrollo se caracteriza por: 1) inicio en la infancia, 2) alteración o retraso en el desarrollo de funciones dependientes de
la maduración del sistema nervioso central, y 3) curso evolutivo estable sin remisiones ni recaídas.
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Comunicación y lenguaje:
Comprensión y aspectos comunicativos afectados en diferentes grados.
Comunicación no verbal deficiente.
Respuesta pobre o inexistente a su nombre.
Argot sin valor comunicativo.
Ecolalias inmediatas/diferidas.
Lenguaje empobrecido, agramatical y escaso. Inversión pronominal (el niño se
refiere a sí mismo como “tú, él o ella”, habla en tercera persona).
Lenguaje fluente: literal, repetitivo, perseverante en determinados tópicos. Alteración
prosódica (melodía inadecuada, entonación monótona).
Regresión o pérdida.
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Relación social:
Imitación limitada.
Falta de reciprocidad.
Están en su mundo/no hacen caso/van por libre.
Falta de reconocimiento o respuesta de felicidad o tristeza de las otras personas.
Tendencia a la soledad, falta de habilidades sociales, falta de interés por los otros
niños y por participar en juegos.
Juego:
Ausencia o falta de juego imaginativo (pueden hacer pequeñas imitaciones diferidas).
El contenido simbólico del juego se sustituye por sus características personales,
referido a un registro concreto sin contenido representativo (alinean o clasifican los
juguetes de alguna forma pero no los utilizan para la representación).
Juegos o actividades que llaman la atención porque son muy repetitivos,
persistentes, estereotipados, incluso obsesivos.
Fijación inusual por determinados objetos/juguetes, que hacen girar.
Hay niños que no desarrollan un TEA de forma clara hasta que no se encuentran con
demandas sociales más complejas. Los siguientes indicadores pueden alertar a los
maestros y a otros profesionales de la educación y de la salud de la posibilidad de este tipo
de trastorno.
Comunicación y lenguaje:
Alteración del lenguaje. Melodía inadecuada, entonación monótona.
Vocabulario inusual a la edad cronológica o restrictiva a un tema de interés.
Lenguaje espontaneo escaso o reciprocidad escasa en la conversación.
Ecolalias (repetición diferida de frases o palabras).
Interpretación escasa de lenguaje no verbal.
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Relación social:
Dificultad o escaso interés por jugar con otros niños.
Aproximaciones inapropiadas para jugar conjuntamente (pueden manifestar
agresividad, interés por un juego de forma obsesiva, conductas disruptivas).
Ansiedad o incomodidad en situaciones de cambio de rutina.
Dificultades para interpretar las reglas implícitas del juego.
Interpretación literal de dobles sentidos o bromas.
Escaso contacto visual.
Muestran reacciones extremas frente a la invasión de su espacio personal o mental
(resistencia intensa cuando se les presiona con consignas diferentes a su foco de
interés).
Dificultad por entender los diferentes registros de la expresión emocional.
Otras áreas:
Perfil inusual de habilidades y deficiencias cognitivas (pueden tener buena memoria
visual, vocabulario superior a su edad cronológica o dificultades en el razonamiento
abstracto).
Hipersensibilidad sensorial (ansiedad frente a algún sonido, piezas de vestir, etc.).
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Aislamiento social por falta de interés en las relaciones propias de su edad o porque
no encajan en los grupos o no entienden el funcionamiento de estos.
Comorbilidades emocionales (trastornos de ansiedad o depresivos) frecuentes en
esta edad a causa del estrés relacionado con el incremento de demandas sociales y
educativas.
Ámbitos de detección
El pediatra o la pediatra y los enfermeros o las enfermeras de Pediatría deben identificar los
factores de riesgo2 y las señales de alarma en el seguimiento rutinario del Programa de
seguimiento del niño sano para la atención primaria de salud.
En este proceso, los especialistas de la unidad funcional (pág. 42) pueden ser de gran
ayuda para que los pediatras y los diplomados en enfermería lleven a cabo esta tarea.
Tener en cuenta las apreciaciones tanto por parte de los educadores de las guarderías
como de los maestros y profesores de las escuelas y de los psicólogos y psicopedagogos de
los EAP, relacionadas con factores de riesgo y señales de alarma tanto en las
observaciones de los niños dentro de las aulas como escuchando los comentarios de
padres, madres y profesores.
Hay que identificar, mediante los profesionales del CDIAP, los factores de riesgo y las
señales de alarma en los niños que están atendidos desde las primeras etapas de la vida a
los CDIAP y que presentan dificultades en el desarrollo. En caso de detectar estos casos
debe contactarse con el pediatra o la pediatra de referencia.
2
Un factor de riesgo es una característica del niño y del adolescente o cualquier circunstancia del entorno, que conlleve una
mayor posibilidad de sufrir trastornos psicopatológicos y/o del desarrollo que la que se observa en la población general.
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Proceso de detección
Este nivel se aplica a todos los niños para que el pediatra o la pediatra y los enfermeros o
las enfermeras de Pediatría y los profesionales de la educación puedan tener una certeza
razonable que el niño presenta un desarrollo normal.
Controlar el desarrollo:
o Para identificar el TEA en la población general es importante sobretodo la
vigilancia al final del primer año (12 meses), a los 18 y a los 24 meses; entre los 3
y 4 años, a los 6 años y en la adolescencia. Esta vigilancia debe coincidir con las
visitas de seguimiento de salud que hace el pediatra o la pediatra y los
enfermeros o enfermeras de Pediatría en la APS.
o El seguimiento del desarrollo implica utilizar sistemáticamente las escalas de
valoración. La versión completa de la Escala de Haizea-Llevant (para más
3
Las áreas primarias de salud contaran con el apoyo del Programa de soporte a la primaria en salud mental y adicciones en
los territorios donde ya esté implantado.
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Muchos niños con TEA muestran alteraciones cualitativas y retraso del desarrollo desde el
nacimiento. No obstante, con frecuencia son inespecíficos, por esta razón también puede
ser una señal de alarma de retraso mental, trastornos del lenguaje o hipoacusia severa.
► En niños menores de 2 años pueden ser de utilidad los criterios definidos por la
clasificación diagnóstica 0-3 para el trastorno multisistémico del desarrollo:
o Deterioro significativo, pero no ausencia completa, de la actitud para
comprometerse en una relación emocional y social con la persona cuidadora
primaria (por ejemplo, puede parecer que evita o que no tiene propósitos, pero
presenta formas sutiles emergentes de relación, o bien intervalos en que se
relaciona con total calidez).
o Deterioro significativo de la formación, el mantenimiento y/o el desarrollo de la
comunicación, incluyendo la comunicación gestual pre verbal, así como la
comunicación simbólica verbal y no verbal (por ejemplo, figurada).
o Disfunción significativa del procesamiento auditivo (por ejemplo, la percepción y
la comprensión).
o Disfunción significativa del procesamiento de otras sensaciones, incluyendo la
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2. PROCESO DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de TEA es un proceso que requiere que los profesionales reconozcan las
categorías universalmente aceptadas por la comunidad científica (DSMIV-TR o CIM-10)
para clasificar o caracterizar el comportamiento de un individuo y establecer un plan de
intervención apropiado a las características de la persona.
La evaluación debe ser multidisciplinaria, todos los miembros del equipo de la unidad
funcional deben tener un conocimiento especializado de los TEA y, como mínimo uno de los
miembros debe ser experto en la aplicación de instrumentos estandarizados de evaluación
de TEA. La valoración de la clínica que presenta el niño y el uso de los instrumentos ya
citados, ayudarán en la realización de un diagnóstico de certeza.
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o Puntuaciones APGAR.
o Desarrollo neonatal: dificultades en la alimentación, hipotonía, convulsiones.
o Desarrollo psicomotor y del lenguaje.
Evaluación médica:
Debe asegurarse que el niño se haya sometido a una exploración médica (pediatra,
médico de familia). Esta valoración debe incluir:
o Exploración visual y auditiva.
o Altura, peso y circunferencia craneal.
o Debe obtener información sobre los hábitos del sueño, alimentación,
control de esfínteres, alteraciones gastrointestinales y posibles
convulsiones.
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No todos los servicios pueden acceder a estos instrumentos especializados. Aún así, si se
cuenta como mínimo con un miembro del equipo formado en el uso de estos instrumentos,
se asegura que la evaluación diagnóstica cubra las principales áreas relacionadas con el
TEA (comunicación social y conductas repetitivas/estereotipadas) y que las entrevistas se
realicen de la forma más sistemática y estructurada posible. Así, el uso de estos
instrumentos facilita el diagnóstico de casos complicados o dudosos.
B. Evaluación cognitiva
En función de la edad y la capacidad del niño hay una gran variedad de test:
Los mejor estandarizados son los de Wechsler (WPPSI, WISC, WAIS) con un rango de
edad entre los 3 y los 60 años. Desde los 2 años y medio hasta los 12 y medio también
se puede utilizar el K-ABC.
Para niños más pequeños, las escalas de Battelle, de los 6 meses a los 8 años o Bayley
han demostrado ser útiles.
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La elección del test depende de la edad y de la capacidad del niño con TEA. El ADI-R y el
ADOS-G evalúan el uso funcional y pragmático del lenguaje. En general, lo importante es
evaluar la calidad del lenguaje, más que la cantidad.
Se recomienda:
La Escala de lenguaje de Bayley II y la Escala de lenguaje de Haizea-Llevant para niños
menores de 3 años.
Test de McCarthy para niños mayores de 2,6 hasta los 8,6 años y test WPPSI para
mayores de 2,6 hasta 7,3 años, pero son pruebas que no sólo evalúan el lenguaje, sino
que también tienen un componente muy importante de razonamiento e inteligencia
verbal.
Exploración neurológica:
Valoración de anomalías cutáneas y dismorfológicas y presencia de signos neurológicos
en la exploración física: debe realizarse un examen neurológico completo si hay
evidencias de regresión, crisis, lesiones en la piel o dificultades significativas en la
audición, la vista o el aprendizaje.
Exploraciones complementarias:
o PEAT: siempre para descartar la hipoacusia.
o Plomo plasmático (en caso que haya conducta de “pica”).
o Genética: cariotipo, especificar si existe sospecha de síndrome del cromosoma X
frágil.
o EEG: siempre en caso de epilepsia (clara o por sospecha) y en caso de regresión
en niños < 5 años. Registros de vigilia y sueño espontaneo.
o Neuroimagen (sólo si hay indicadores específicos, como por ejemplo sospecha
de esclerosis tuberosa). El método de exploración indicado es la resonancia
magnética.
o Estudios metabólicos: no de rutina, según valoración neurológica. En caso que se
realicen estudios metabólicos debe incluirse un cribado para el déficit de creatina
(guanidinacetato e índice de creatina/creatinina en orina).
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Algunos niños y adolescentes con TEA presentan síntomas comórbidos, que pueden ser de
dos tipos:
Hacer una análisis funcional de las causas subyacentes a los problemas de conducta puede
ser una valiosa ayuda para establecer el por qué, cuando y donde aparecen las dificultades
y sugerir actuaciones alternativas que ayuden a las personas con TEA a afrontar las
dificultades del entorno en el que se encuentran.
F. Evaluación psicopedagógica
Esta evaluación aporta informaciones sobre cómo está aprendiendo y participando el/la
alumno/a en el contexto del aula y del centro. Proporciona información sobre las
capacidades y competencias del/de la alumno/a, sobre su potencial y necesidades y sobre
factores de riesgo y de protección que están presentes en el centro educativo y en la
relación entre el centro y la familia. Esta evaluación psicopedagógica debe analizar cuáles
son las barreras en el aprendizaje y la participación que el alumno encuentra en la escuela y
el aula, desde las barreras arquitectónicas hasta las barreras que se encuentra a causa de
los métodos, el tipo de actividades, los materiales o las ayudas que recibe. El soporte debe
ayudar al centro para que pueda disminuir estas barreras y, a su vez, aportar orientaciones
para atender a las necesidades educativas del/de la alumno/a en el contexto escolar.
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los centros educativos sobre las habilidades cognitivas y funcionales del alumno con el fin
de elaborar un plan individualizado ajustado a sus necesidades educativas.
G. Funcionamiento familiar
Atendiendo al hecho que la familia es la principal fuente de afecto, educación y cuidado del
niño, es necesario que estas familias dispongan de un apoyo para afrontar este esfuerzo.
Los programas de intervención deben considerar las limitaciones y capacidades del entorno
familiar.
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3. PROCESO DE INTERVENCIÓN Y
TRATAMIENTO
En el trabajo de la Agencia de Información, Evaluación y Calidad en Salud (Guillamon,
Rajmil y Espallargues (2010) manifiestan que:
Por eso, una vez realizado el diagnóstico de TEA debe hacerse una planificación del
tratamiento integral, continuado y generalizado con los diferentes profesionales que trabajan
con el niño. En esta planificación debe incluirse a los padres con el objetivo de diseñar un
programa de tratamiento con las características que actualmente se consideran esenciales
para la efectividad del terapeuta, y adaptarlo al contexto individual del niño, la familia, la
escuela y el entorno.
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Se considera esencial que en cualquier territorio donde viva un niño con TEA, tanto
el niño como su familia, puedan acceder a programas de tratamiento integrales,
multidisciplinarios, planificados, estructurados y evaluados.
Generalizada: los objetivos del plan individualizado deben guiar las intervenciones en
todos los contextos naturales donde vive el niño y en todos los momentos, de manera
que se pueda producir una generalización de los aprendizajes.
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PROGRAMAS DE INCLUSIÓN
o Tratamientos psicoterapéuticos: SOCIAL
Psicoterapia individual. Los 1. Servicios locales de orientación
tratamientos se orientarán a desarrollar laboral
las habilidades cognitivas deficitarias, 2. Servicios de centro de día
la comprensión social y la empatía, la ocupacional
atención focal, el interés social y las
relaciones interpersonales, la INTERVENCIÓN CON LOS
PROFESIONALES
adquisición gradual del lenguaje, la
1. Soporte de los profesionales de
comunicación no verbal y la
salud a los centros educativos y a los
comprensión del lenguaje, la conducta profesores
exploratoria y el aprendizaje, y a su
vez, la flexibilidad conductual, disminuir ASPECTOS DE CALIDAD
el aislamiento, las conductas 1. Análisis de la asistencia
repetitivas, las autoagresiones y 2. Evaluación
heteroagresiones y la auto 3. Investigación
estimulación.
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o Tratamientos farmacológicos:
Estarán orientados a determinados síntomas y siempre de una forma
individualizada: trastornos de conducta, trastornos del sueño, crisis de ansiedad o
de pánico, trastornos del estado de ánimo. Su uso debe limitarse a los momentos
estrictamente necesarios y deben tenerse en cuenta las recomendaciones
basadas en la evidencia. Hay que tener precaución ya que las personas con TEA
son una población particularmente susceptible a efectos farmacológicos
secundarios o paradójicos (Hyman i Tesar, 1996). Siempre deben ir acompañados
de intervención psicoterapéutica.
o Atención domiciliaria:
Es necesario que esta atención se proporcione desde diferentes servicios, como
ya se hace actualmente desde algunos: servicios de pediatría de atención
primaria, CSMIJ de acuerdo con el Programa de trastornos mentales graves,
CDIAP con el personal terapéutico de soporte domiciliario (PTSD), centros de día
y SESM-DI. Este tipo de intervención está indicada especialmente en varias
situaciones:
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o Orientación educativa:
Se propone que los niños con TEA menores de 5 años se eduquen en centros
educativos ordinarios y cuando se pase a educación primaria se valore la
modalidad de escolarización más apropiada a cada caso. Excepcionalmente, y
teniendo en cuenta la valoración psicopedagógica, puede decidirse que un menor
de 5 años sea escolarizado en un centro de educación especial (CEE).
Para aquellos casos de TEA con síntomas más severos, autismo o TA y, a veces,
en caso de TGD-NOS con trastornos de conducta, se pueden considerar las
unidades de soporte a la educación especial (USEE), especialmente en el marco
de la educación infantil (intervención precoz) y la educación primaria, así como
para prever soportes específicos a las guarderías. El equipo terapéutico
especializado en TEA, junto a los profesionales de la educación, elaboran un plan
individualizado que incluya soporte psicológico con un plan de estimulación en las
áreas deficitarias del niño, un plan funcional dirigido a eliminar determinadas
conductas indeseables del niño y, en caso que sea necesario, un plan de
estimulación de logopedia y psicomotricidad para aplicar dentro del ámbito
escolar. Los profesionales educativos que están en contacto con un niño con TEA,
incluyendo los profesionales de las USEE, deben recibir asesoramiento y conocer
técnicas terapéuticas utilizadas en el tratamiento de niños con TEA: técnicas de
modelaje, comunicación alternativa, extinción, técnicas relacionales de
estimulación psicomotriz y del lenguaje y la comunicación, etc. Los servicios
educativos (EAP y SEETDIC) con el soporte de la unidad funcional TEA serán los
responsables de la formación continuada de los profesores.
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Intervención familiar
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Aspectos de calidad
o Evaluación de resultados:
Es necesario contar con indicadores que permitan evaluar los resultados de los
procedimientos y tratamientos utilizados, de manera que se intensifiquen los que
obtengan mejores resultados y se revisen o se abandonen los que no funcionen.
o Investigación
Los profesionales de la asistencia deben implicarse en proyectos de investigación.
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4. UNIDADES FUNCIONALES
La creación de unidades funcionales en cada territorio tiene como base el trabajo en red y la
necesidad de garantizar una asistencia continuada de los 0 a los 18 años. También deben
reflejar el trabajo coordinado entre los diferentes recursos orientados a la infancia y a la
adolescencia y deberían definirse siguiendo unos criterios generales y adaptaciones
específicas en cada territorio para aquellos casos más graves, como son los niños y
adolescentes con TEA.
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se facilita a la familia.
Designación de un único referente del caso que garantice la continuidad
asistencial y la coherencia de la información a la familia.
Establecimiento de las interconsultas.
Distribución de las actividades de soporte a las guarderías y a otros recursos del
territorio, evitando repeticiones.
Colaboración con los CEE en la escolarización de los niños/adolescentes con
discapacidad en los centros ordinarios.
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En este sentido, queremos sintetizar el procedimiento que debe seguirse, con la voluntad de
acortar, desde la aparición de la primera sospecha, el plazo de diagnóstico en un TEA, así
como dar apoyo a las familias en las dificultades que plantea el no saber dónde ir a pedir
ayuda. El procedimiento se puede observar en la figura 2 de la página 47.
Sospecha
La sospecha que un niño tiene alguna dificultad, básicamente, se puede detectar desde
varios ámbitos: la familia que, en ocasiones, puede percibir dificultades en el niño; en los
servicios de atención primaria pediátrica donde, en las revisiones periódicas, se pueden
detectar señales de alarma; en la guardería o escuela ordinaria, donde en el día a día se
pueden observar comportamientos o aspectos que son objeto de sospecha de algún TEA.
También en el CDIAP, que en sus coordinaciones con diferentes dispositivos puede
evidenciar algún elemento de sospecha.
Detección
Cuando el/la pediatra disponga de los datos que le confirmen una sospecha razonable de
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TEA, y después de la interconsulta con el/la psicólogo/a del CSMIJ y los profesionales del
CDIAP con los que se coordina, realizará la derivación del niño a la unidad que le
corresponda territorialmente. En caso que la valoración sea negativa y no se considere que
sea un TEA, será atendido en el CDIAP o en el CSMIJ de la zona, según corresponda.
Diagnóstico
“En la atención a los niños y adolescentes que sufren un TMG (si lo aplicamos a nuestro
ámbito, podríamos decir un TEA), el trabajo en red entre diferentes dispositivos es un
elemento clave. La articulación de los diversos conocimientos y de las diferentes disciplinas
que intervienen: sociales, clínicas, educativas, jurídicas, entre otras, es un requisito básico
para tratar problemáticas multicausales y esta transdisciplinariedad se hace tan o más
evidente en la doble vertiente sujeto-colectividad.
El trabajo debe dar respuesta a las diversas necesidades de los pacientes, mediante la
corresponsabilización de los diferentes agentes implicados, manteniendo un interés renovado
en cada caso para la colaboración, la participación y el análisis. Hay que garantizar una toma
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SOSPECHA
Padres, guarderías, escuela primaria, social
Soporte
CSMIJ
DETECCIÓN CDIAP
ATENCIÓN PRIMARIA EAP
Pediatras, enfermeros o enfermeras de Pediatría PSP
CDIAP
No confirmación Confirmación
CSMIJ sospecha TEA sospecha TEA
ÁMBITOS:
Sanitario – educativo – social -laboral -
residencial
Seguimiento por la
MESA TERRITORIAL
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Con el fin que el trabajo en red esté garantizado, a la Unidad Funcional le hace falta la
existencia de algún tipo de estructura desde la que se le facilite en cumplimiento del Plan
individualizado de atención integral que puede hacer necesaria la intervención de varios
servicios que pertenecen a redes diferentes. Las CTIC realizaron este papel y en algunos
territorios existen experiencias similares que se mantienen gracias al impulso de los
profesionales de la zona. Desde el Departamento de Bienestar y Familia, en el marco de la
Ley de la Infancia, se está configurando la creación de las mesas territoriales que podrán
dar soporte al enfoque del trabajo en red, facilitando la conexión de la unidad funcional con
el resto de equipos y recursos.
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6. INDICADORES
Actualmente, a causa de la fragmentación asistencial, es difícil conocer el número de niños
afectados de TEA que están asistidos en la red pública. En el caso de los adultos, todavía
es más difícil, ya que muchos se encuentran en residencias para personas con discapacidad
intelectual. Por eso, inicialmente, se plantean indicadores de tipo exploratorio.
Indicador de incidencia
Llevar un registro anual de nuevos casos de 0 a 18 años valorados y diagnosticados de TEA
en la unidad funcional. Pasados tres años y después de una evaluación se podrían elaborar
datos comparativos y plantear objetivos.
Indicador de prevalencia
Ámbito infantil. En el conjunto del territorio asignado a la unidad funcional, en el plazo de
tres años conseguir llegar a tener en tratamiento 2 pacientes de TEA de 0 a 18 años por
1.000 habitantes. Hay que considerar niños diferentes asistidos en CDIAP, CSMIJ,
SESM-DI y centro escolar.
Ámbito de adultos. Anualmente ha de incrementarse en un 10 % el número de personas
tratadas con diagnóstico de TEA en el CSMA.
7. EVALUACIÓN DE RESULTADOS
2B
Hay que redactar una memoria anual de la unidad funcional que recoja toda la actividad
de los diferentes recursos y defina el grado de cumplimiento de la cartera de servicios
especificada en el Plan.
También debe hacerse, primero cada seis meses y a partir de los 6 años de edad una
vez al año, el seguimiento evolutivo de las personas asistidas, y evaluar el resultado de
las intervenciones terapéuticas y educativas utilizadas. La herramienta adecuada es el
PAI (médico, psicológico, educativo y social), en el que se definen las necesidades del
niño o del adulto, los objetivos que se plantean y los resultados conseguidos, y que
conducirá a mantener los mismos objetivos o a modificarlos. En este sentido, el PAI
debe definir para cada caso, y al menos en los ámbitos psicológico y educativo, objetivos
específicos, indicadores de resultado, la metodología que piensa usarse y el plan de
evaluación. Esto debe permitir la valoración de la eficacia de los programas individuales
de intervención de una forma precisa.
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8. RECOMENDACIONES
Este Plan incluye las recomendaciones del estudio llevado a cabo por la Agencia de
Información, Evaluación y Calidad en Salud. (Guillamón, Rajmil y Espallargues, 2010). Este
trabajo, complementario a nuestro documento, recopila el conocimiento científico que hasta
el momento existe a nivel internacional, en lo que se refiere a la detección, al diagnóstico y
al tratamiento del trastorno del espectro autista. El estudio parte de 376 documentos
identificados que, una vez aplicados los criterios de selección, queda un grupo constituido
por 6 Guías de práctica clínica, 1 informe de evaluación y 18 revisiones sistemáticas y
metanálisis. Los documentos considerados de más alta calidad son los siguientes:
Madrid 2009: Guía de práctica clínica para el manejo de pacientes con trastornos del
espectro autista en atención primaria. Detección precoz y seguimiento. Madrid: Plan
de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Política
Social, Unidad de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, Agencia Laín Entralgo;
2009.
SIGN 2007: Assessment, diagnosis and clinical interventions for children and young
people with autism spectrum disorders. A national clinical guideline. Scottish
Intercollegiate Guidelines Network (SIGN), Quality Improvement Scotland (NHS);
2007.
IA 2009: Güemes Careaga I, Martín Arribas MC, Canal Bedia R, Posada de la Paz M.
(Instituto de Salud Carlos III). Evaluación de la eficacia de las intervenciones
psicoeducativas en los trastornos del espectro autista. Madrid: Ministerio de Ciencia
e Innovación; 2009.
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Detección
La detección se puede llevar a cabo en la APS, en los CDIAP, las guarderías, las
CA √
escuelas y los EAP.
Los profesionales sanitarios han de monitorizar el desarrollo de los niños sanos Madrid
teniendo en cuenta los factores de riesgo natales y perinatales, las señales de D
(2009)
alerta inmediata y el compendio de alerta de TEA según los períodos de edad √
propuestos. CA
A partir de los 4 años hay que utilizar el instrumento de cribado CAST, y a veces
hay que aplicar la entrevista de confirmación M-CHAT Interview Follow-up / CAST CA √
interview.
Diagnóstico
La evaluación especializada en una primera fase debe incluir como elementos la SIGN
historia clínica, la observación clínica / evaluación del desarrollo, exploraciones *
(2007)
complementarias, y la obtención de más información contextual y funcional √
(situación familiar y necesidades sociales). CA
Exploraciones complementarias:
PEAT: siempre para descartar hipoacusia (1a fase).
Plomo plasmático (“pica”).
Genética (sospecha d’X frágil, trastorno de Rett). SING D
EEG: siempre en caso de epilepsia (clara o por sospecha) y en caso (2007)
de regresión en niños < 5 años. Registros de vigilia y sueño
CA √
espontaneo.
Neuroimagen (únicamente si hay indicadores específicos: p. ej.,
esclerosis tuberosa).
Estudios metabólicos: no de rutina, según valoración neurológica.
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Intervención y tratamiento
Recomendación
3B GPC Nivel
Las unidades funcionales deben tener una cartera de servicios para atender de
CA √
una manera global a los niños con TEA.
Procedimientos organizativos
En cada territorio tiene que haber una unidad funcional con capacidad de
CA √
diagnosticar el TEA y definir el PAI.
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ANEXOS
13B
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Mito: Las herramientas que incorporan información de los padres no son validas.
Realidad: Las preocupaciones de los padres generalmente son válidas y son predictivas de
retrasos en el desarrollo. La investigación ha demostrado que gracias a las preocupaciones
de los padres se detectan entre el 70% y el 80% de los niños con discapacidades (Glascoe,
2000; Squires et al., 1996).
Hoy en día están disponibles una buena serie de herramientas de detección para varios
entornos, edades y propósitos. Algunas herramientas de detección se utilizan principalmente
en la atención primaria, mientras que hay otras que pueden ser utilizadas en los sistemas
escolares o en otros ámbitos comunitarios.
Escala Haizea-Llevant
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Listado de la British Columbia Ministry (2003) (NY State Department of Health, 1999)
Hitos del desarrollo esperados a los 9, 12, 15, 18 y 24 meses que pueden ayudar a valorar
la presencia de determinadas habilidades normales.
9 meses
Sigue con la mirada cuando la persona cuidadora señala y exclama “Mira...” (un
objeto familiar).
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Listado para la detección del autismo en niños pequeños modificado (M-CHAT), por D.
L. Robins, D. Fein, M. L. Barton y J. A. Green (2001)
El listado para la detección del autismo en niños pequeños modificado es el método usado
internacionalmente para detectar TEA en niños de entre 18 y 60 meses. El cuestionario
consta de 23 ítems, subdivididos internamente en las categorías de “normales” o “críticos”.
Se considera que un niño no supera el cuestionario si falla 2 o más elementos críticos o si
fallan 3 elementos cualquiera. Los 6 ítems más discriminadores, por orden descendiente,
son los siguientes: 7, 14, 2, 9, 15 y 13. No todos los casos en que se fallen suficientes
elementos deben cumplir los criterios para el diagnóstico del espectro autista. No obstante,
esta posibilidad existe, y está justificado que un profesional de la salud realice una
valoración diagnóstica. (De la anterior versión CHAT, encontramos una versión en catalán
en “Recomendaciones para la atención de los trastornos mentales graves en la infancia y
adolescencia”). La versión M-CHAT Interview Follow-up tiene formato de entrevista.
Estructura: El cuestionario debe ser rellenado por los padres. Consta de 37 ítems, 6 de los
cuales son de control, destinados a dar información sobre el nivel de desarrollo. Estos
elementos no puntúan. Son estos: 3, 4, 12, 22, 26 y 33. El resto de ítems puntúan, de
manera que un niño puede obtener una puntuación máxima de 31.
Ítems que puntúan si la respuesta es “No”: 1, 2, 5, 10, 11, 13, 15, 16, 17, 21, 23, 24, 27, 31 y
35. Ítems que puntúan si la respuesta es “Sí”: 6, 7, 8, 9, 14, 18, 19, 20, 25, 28, 29, 30, 32,
34, 36 y 37.
Punto de corte: Un punto de corte 15 detecta el 82 % de niños con SA, otros TEA o déficits
de relación social (por ejemplo, retraso en el lenguaje o ansiedad social). El valor predictivo
positivo de SA y trastornos de la comunicación social es de 0,82. La especificidad es de
0,99.
Referencia básica: Scott FJ, Baron-Cohen S, Bolton P, Brayne C. The CAST (Childhood
Asperger Syndrome Test). Preliminary development of a UK screen for mainstream primary-
school-age children. Autism. 2002; 6(1):9-31.
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Anteriormente conocido como el Cuestionario de detección del autismo (ASQ), este breve
instrumento ayuda a evaluar las habilidades de comunicación y el funcionamiento social en
los niños que puedan tener autismo o TEA. Completado por el padre o la madre u otra
persona cuidadora principal en menos de 10 minutos, el SCQ es una forma rentable de
determinar si un individuo debe ser derivado para una evaluación diagnóstica completa.
Con el cuestionario se puede evaluar cualquier persona menor de 4 años, siempre que su
edad mental sea superior a 2,0 años. Está disponible de dos maneras -datos vida y datos
actuales-, cada una compuesta de tan sólo 40 preguntas, donde debe responderse SI o NO.
Las dos formas se pueden dar directamente a los padres, que pueden responder a las
preguntas sin supervisión. (Los formularios están disponibles en catalán y en castellano).
El formulario de vida se centra en toda la historia del desarrollo infantil, y proporciona una
puntuación total que se interpreta en relación con los puntos de corte específicos. Esta
calificación identifica los individuos que pueden tener autismo y deben referirse a una
evaluación más completa (con la Entrevista para el diagnóstico del autismo revisada (ADI-R)
o la Escala de observación para el diagnóstico de autismo (ADOS)). La SCQ es una prueba
de cribaje válida que proporciona una imagen razonable de la gravedad de los síntomas.
Como norma general, se ha establecido la puntuación 15 como punto de corte a partir del
cual se considera posible que exista un TEA.
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La entrevista ADI-R genera puntuaciones en cada una de las tres áreas de contenido (es
decir, la comunicación y el lenguaje, la interacción social y los comportamientos repetitivos y
restringidos). Las puntuaciones elevadas indican un comportamiento problemático en un
área en particular. Por cada tema, se da una puntuación de 0 a 3. Una puntuación de 0 se
da cuando “el comportamiento del tipo especificado en el código no se encuentra presente”;
una puntuación de 1 se da cuando “el comportamiento del tipo especificado se encuentra
presente de una forma anormal, pero no suficientemente grave o frecuente para satisfacer
los criterios para un 2”; una puntuación de 2 indica “un comportamiento anormal definido”, y
una puntuación de 3 está reservada para “la extrema gravedad de la conducta especificada”.
Un diagnóstico de autismo se da cuando las puntuaciones en las tres áreas de contenido (la
comunicación, la interacción social y los patrones de comportamiento) igualan o superan los
puntos de corte especificados, y la aparición de la enfermedad es evidente a los 36 meses.
El mismo algoritmo se usa para niños con edades mentales desde 24 meses hasta la edad
adulta, con tres versiones que contienen modificaciones de poca importancia: 1) una versión
para toda la vida, 2) una versión basada en el comportamiento actual, y 3) una versión para
niños menores de 4 años. El algoritmo especifica una puntuación mínima en cada área para
obtener un diagnóstico de autismo, que figura en la CIM-10 y el DSM-IV. El punto de corte
del área de la comunicación y del lenguaje es 8 para los sujetos verbales, y 7 para los
sujetos no verbales. Para todos los sujetos, el punto de corte del área de la interacción
social es 10, y el punto de corte para el área de comportamientos restringidos y repetitivos
es 3.
La ADOS-G permite identificar conductas que han sido consideradas importantes para el
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diagnóstico de autismo y otros TGD en todos los niveles de desarrollo y edad cronológica.
El examinador o examinadora selecciona el módulo más apropiado para un niño o un adulto
en particular basándose en el nivel de lenguaje expresivo y la edad cronológica. Dentro de
cada módulo se registra la respuesta del participante en cada actividad. La calificación
general se realiza al final de la administración. Los valores recogidos permiten formular un
diagnóstico mediante un algoritmo específico para cada módulo. La ADOS-G ofrece al
examinador o examinadora la oportunidad de observar durante un período de 30 a 45
minutos al explorado en numerosas situaciones para analizar comportamientos de interés en
el diagnóstico de autismo, como por ejemplo actos sociales en donde se prevé un
comportamiento en particular.
Esta prueba también sirve para evaluar los progresos administrando con el tiempo los
mismos módulos.
Escala observacional para niños y adultos autistas (CARS), por Eric Schopler, Robert J.
Reichler y Barbara Rochen Renner.
Esta escala de calificación de la conducta de 15 elementos ayuda a identificar los niños con
autismo y distinguirlos de los niños con discapacidades de desarrollo que no son autistas.
Además permite distinguir entre autismo leve, moderado y grave. Breve, conveniente y
adecuada para cualquier niño de más de dos años, la CARS ayuda a que sea mucho más
fácil para los médicos y educadores reconocer y clasificar los niños autistas.
Los profesionales, aunque hayan tenido un mínimo contacto con personas autistas, se
pueden entrenar para utilizar la Escala CARS. Después de haber clasificado al niño en cada
uno de los 15 apartados, se calcula la puntuación total sumando las puntuaciones
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individuales. Esto permite clasificar a los niños como autistas cuando obtienen una
calificación por encima del punto de corte. Además, los resultados definen el grado en dos
grupos: autismo de leve a moderado y autismo grave.
Escala de madurez social (Vineland-II), por Sara S. Sparrow, Domenic V. Cicchetti y David
A. Balla.
Las Escales McCarthy permiten evaluar, mediante una amplia serie de tareas de carácter
lúdico, aspectos cognitivos y psicomotores del desarrollo del niño. La batería está integrada
por 18 test, que dan lugar a 5 escalas (verbal, perceptiva manipulativa, cuantitativa, de
memoria y motricidad), además de un índice general cognitivo (GCI). La versión actual está
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Analizando las diversas habilidades se puede conocer el rendimiento del niño y descubrir
las variables no cognitivas que le influyen.
Las Escalas Bayley evalúan el desarrollo mental y psicomotor de los niños de poca edad. Es
una escala de aplicación individual para la que se necesitan unos 45 minutos y que se aplica
a niños de, como máximo, 2 años y medio. La prueba consta de tres escalas diferenciadas,
que contribuyen a evaluar el desarrollo del niño en los primeros 2 años y medio de vida.
Con la primera, la escala mental, se aprecian aspectos relacionados con el desarrollo
cognitivo y la capacidad de comunicación.
La segunda, la escala de psicomotricidad, evalúa el grado de coordinación corporal,
así como también habilidades motrices finas en manos y dedos.
Finalmente, el registro del comportamiento permite analizar la naturaleza de las
orientaciones sociales y objetivas hacia el entorno.
Escala de ambiente familiar (FES), por Rudolf H. Moos y Bernice S. Moos (1981).
La Escala de ambiente familiar está diseñada para “medir el medio ambiente y las
características sociales de todo tipo de familias”. Se aplica a los miembros de la familia.
Proporciona 10 resultados derivados de las subescalas y crea un perfil general del entorno
familiar. El tiempo de aplicación es de 15 a 20 minutos.
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Este instrumento de cribaje y de diagnóstico se elaboró sobre la base que la tensión total
que experimenta un padre o una madre está en función de las características del niño, de
las características de los padres y de las situaciones que están directamente relacionadas
con el papel de ser padres.
Descripción
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B. Retraso o funcionamiento anormal en al menos una de las áreas siguientes, que aparecen antes
de los 3 años: (1) interacción social, (2) lenguaje utilizado en la comunicación social, o (3) juego
simbólico o imaginativo.
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B. Aparición de todas las características siguientes después del período de desarrollo normal:
(1) desaceleración del crecimiento craneal entre los 5 y los 48 meses;
(2) perdida de habilidades manuales intencionales previamente adquiridas entre los 5 y los 30
meses, seguida de un desarrollo de movimientos manuales estereotipados (por ejemplo,
escribir o lavarse las manos);
(3) perdida de implicación social en el inicio del trastorno (aunque con frecuencia la interacción
social se desarrolla con posterioridad);
(4) mala coordinación de la red o de los movimientos del tronco;
(5) desarrollo del lenguaje expresivo y receptivo gravemente afectado, con retraso psicomotor
grave.
D. El trastorno no se explica mejor por la presencia de otro trastorno generalizado del desarrollo o de
esquizofrenia.
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C. El trastorno causa un deterioro clínicamente significativo de la actividad social y laboral, entre otros.
D. No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo (por ejemplo, a los 2 años utiliza
palabras sencillas, y a los 3 años utiliza frases comunicativas).
E. No hay retraso clínicamente significativo del desarrollo cognitivo ni del desarrollo de habilidades de
autoayuda propias de la edad, el comportamiento adaptativo (diferente de interacción social) y la
curiosidad sobre el ambiente a lo largo de la infancia.
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El autismo puede ser atípico tanto por la edad de inicio (F84.10) como por las manifestaciones clínicas
(F84.11). Un quinto dígito permite diferenciarlos con finalidad de investigación. Los síndromes que no
puedan incluirse, se codifican como F84.12
A. No se satisface el criterio A del autismo (F84.0), esto es, la anomalía del desarrollo se manifiesta sólo a
los 3 años o con posterioridad.
B. Se satisfacen los criterios B y C del autismo (F84.0).
A. Se satisface el criterio A del autismo (es decir, anomalía del desarrollo de inicio anterior a los 3 años).
B. Alteraciones cualitativas en las interacciones sociales que implican reciprocidad, en la comunicación o
en el comportamiento, los intereses y las actividades restringidas, repetitivas y estereotipadas. Los
criterios son similares a los del autismo, excepto que no hacen referencia a un número determinado de
áreas afectadas por la anormalidad.
C. Se satisface el criterio C del autismo.
D. No se satisface el criterio B del autismo (F84.0).
A. No se satisface el criterio A del autismo: la anomalía del desarrollo se manifiesta sólo a los 3 años o
con posterioridad.
B. Alteraciones cualitativas de las interacciones que implican reciprocidad o de la comunicación, los
intereses y las actividades restringidas, repetitivas y estereotipadas. Los criterios son similares a los del
autismo, excepto que no hacen referencia a un número determinado de áreas afectadas por la
anormalidad.
C. Se satisface el criterio C del autismo.
D. No se satisfà el criteri B de l’autisme (F84.0).
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B. Al inicio del trastorno se produce una clara perdida de capacidades previamente adquiridas. Para el
diagnóstico se requiere una perdida clínicamente significativa de capacidades (y no sólo un fracaso
puntual en ciertas situaciones) como mínimo en dos de las áreas siguientes:
1) Lenguaje expresivo o receptivo.
2) Juego.
3) Rendimientos sociales o comportamientos adaptativos.
4) Control de esfínteres.
5) Rendimientos motores.
D. El trastorno no se puede atribuir a otros tipos de trastornos generalizados del desarrollo, a una
epilepsia adquirida con afasia (F80.6), a un mutismo selectivo (F94.0), a una esquizofrenia (F20-F29)
ni a un trastorno de Rett (F84.2).
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Los centros educativos acogen a los niños y niñas durante una parte significativa de su vida
activa; el aula y el grupo de compañeros constituyen un contexto de desarrollo, aprendizaje
y socialización. Por lo tanto, es un entorno en el que se ponen de manifiesto las dificultades
que pueden existir para construir una interacción de las diferentes redes que promueva la
confianza y el soporte mutuo por el bien de los alumnos, que promueva el establecimiento
de objetivos compartidos con una colaboración complementaria que evite posiciones
asimétricas. En el sistema educativo se identifican unos factores de inclusión del alumnado
con autismo.
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FACTORES FACILITADORES
Entornos educativos estructurados, predecibles y seguros.
Actitud personal del profesorado positiva hacia las posibilidades de
progreso de los alumnos.
ENTORNO
Adaptaciones de las actividades en función de la diversidad de alumnos,
EDUCATIVO
que reducen la necesidad de ayudas personales.
Trabajo de coordinación y cooperación entre el profesorado.
Comunicación frecuente y colaboración entre profesorado y familias.
FORMACIÓN DEL Formación inicial y permanente del profesorado en relación con las
PROFESORADO características, las necesidades y la intervención en el alumnado con TEA.
1. Modalidades de escolarización
Centro ordinario con recursos ordinarios y apoyo y asesoramiento de los EAP cuando sea
necesario. Los recursos ordinarios de los centros educativos incluyen maestros de
educación especial en primaria, maestros de pedagogía terapéutica y profesorado de
orientación educativa en secundaria. Así mismo, cuando sea necesario, tienen el apoyo de
monitores para la autonomía personal, de logopedas y fisioterapeutas así como el ya
mencionado asesoramiento de los EAP.
Centro ordinario con unidad de soporte a la educación especial (USEE). Las USEE son
recursos humanos que se añaden a los recursos ya existentes a los centros ordinarios para
la atención al alumnado que necesita soportes adicionales a los que habitualmente tieenen
en los centros ordinarios.
Centros de educación especial (CEE). Son centros educativos con recursos específicos,
con la finalidad de proporcionar soporte intensivo y muy especializado al alumnado. Los
alumnos pueden estar escolarizados a tiempo completo en un CEE o de forma compartida
entre un centro ordinario y un centro de educación especial. La escolarización en un CEE
puede ser temporal, retornando, después, a un centro ordinario. Algunos CEE escolarizan
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educativos.
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Por su singularidad, es necesario que los profesionales que trabajen con el alumnado con
TEA, realicen la formación continuada que el Departamento d’Ensenyament ofrece, entre las
que hallamos actividades de formación para mejorar en los centros educativos y en las aulas
la atención al alumnado con más dificultades en el aprendizaje ya sea por causas vinculadas
a la discapacidad intelectual y del desarrollo, TEA, trastornos del aprendizaje e historia
personal o social, que se concretan en:
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Los niños que sufren autismo y sus familias necesitan poder relacionarse y
comunicarse. Los padres necesitan que la actitud del primer profesional que
sospeche que debe hacerse este diagnóstico, sea cuidadoso y sensible, transmita
esperanza y ayude a descubrir cualquier cosa que permita interactuar con su hijo.
Es importante la comunicación personal entre los profesionales para dar una
información coherente a las familias.
Las familias necesitan ser acogidas y enmarcadas en un proceso terapéutico claro
con información de la fase diagnóstica y del plan de atención, que evite realizar
recorridos innecesarios que retarden el inicio del tratamiento.
Debe respetarse el derecho de la familia a escoger, según sus afinidades
personales y emotivas, el referente clínico, terapéutico y educativo, con el que
deberá estar en contacto, colaborar y con el que se coordinará la unidad funcional.
Puntos que deben tenerse en cuenta en la acogida de las familias a lo largo del
proceso terapéutico.
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El papel de los equipos de pediatría es fundamental para la detección precoz de los TEA.
Sería deseable realizar una formación específica a los equipos de pediatría de los equipos
de atención primaria de salud, para facilitar la identificación de los primeros síntomas, tanto
a través de la clínica como del uso de instrumentos de cribraje.
Los equipos de pediatría poseen una formación específica en el desarrollo del niño sano,
pero una de las dificultades más grandes para la detección o diagnóstico precoz de los TEA
reside en poder detectar la calidad de las adquisiciones y de la evolución de las diferentes
áreas de desarrollo de estos pacientes.
Presentes desde el nacimiento, se hacen evidentes durante los primeros meses de vida
hasta que en los casos de menor gravedad, la sintomatología puede ser más sutil y
difícilmente identificable hasta que cumplen los 2 o 3 años.
Se formaran grupos de equipos de pediatría, y más de una fecha de inicio del curso para
facilitar la asistencia a los mismos.
Sería de utilidad elaborar un protocolo común y específico para los TEA que facilitase la
exploración y el seguimiento del niño/a.
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El Plan director de salud mental y adicciones y el Plan integral de salud mental deberían de
promover cursos y jornadas orientadas a la divulgación del autismo entre diferentes tipos de
profesionales: médicos, psicólogos, logopedas, terapeutas, educadores, etc.
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Los servicios de pediatría ubicados en los Centros de Atención Primaria son servicios de
implantación comunitaria que atienden de forma universal a toda la población infantil para
temas de salud tanto físicos como psíquicos o de neurodesarrollo.
Destinatarios
Todos los ciudadanos hasta los 14 años de edad. A partir de esta edad serán atendidos por
los médicos de familia y por enfermeras comunitarias.
Objetivos
Funciones
Equipo profesional
Acceso
Descripción
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Destinatarios
Objetivos
Funciones
Programas especiales
U
Atención al TMG.
Soporte a la APS.
Programa salud y escuela, que incluye:
o Soporte al personal de enfermería y atención preferente a las derivaciones.
o Soporte a los CEE y las USEE y atención preferente a las derivaciones.
o Coordinación con el EAP.
Soporte a los centros de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia
(DGAIA) y atención preferente a las derivaciones.
Coordinación con los delegados de asistencia al menor (DAM) y atención a niños de
justicia juvenil.
Unidad funcional para la atención de niños de 0 a 6 años con autismo y otros TEA,
psicosis infantil y otras patologías graves y deteriorativas.
Trabajo en red
U
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La red se creó en el año 1990, y el año 2009 había 50, desplegados por toda Cataluña.
Equipo profesional
Psiquiatras.
Psicólogos clínicos.
Trabajadores sociales.
Enfermeros.
Administrativos.
Acceso
En el momento actual, la mayoría de los niños se derivan desde la APS, las unidades de
hospitalización y otros recursos de salud mental, pero también desde la escuela, los EAP,
los centros de la DGAIA, la asistencia social de base y los CDIAP.
intelectual (SESM-DI)
Descripción
Para atender con mejor calidad la salud mental de las personas con discapacidad
intelectual, la red normalizada de salud mental creó estos servicios especializados, con
profesionales con formación específica. El área sociodemográfica es suprasectorial, con un
mínimo de un SESM-DI por región sanitaria. Actualmente existen 4 servicios. El SESM-DI se
configura como el eje vertebrador de todo el seguimiento de la persona con discapacidad
intelectual que presenta un trastorno psíquico o de conducta, cosa que permite atender
mejor a los usuarios y sus familias. Este servicio también es el referente para la formación
de estos temas.
Destinatarios
Personas de todos los grupos de edad, incluyendo niños, adolescentes y gente mayor, con
discapacidad intelectual que tienen problemas de salud mental y sus familias.
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Objetivos
Funciones
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Esta asistencia, que debe incluir varios enfoques terapéuticos (tratamiento farmacológico,
terapia conductista, psicoterapia), debe darse en el propio SEMS-DI, en el domicilio o en los
recursos comunitarios residenciales y ocupacionales, centros especiales de trabajo, etc.,
incluyendo las prisiones, si se trata de una persona con retraso mental que cumple una
medida penal.
Trabajo en red
U
Equipo profesional
Psiquiatras.
Psicólogos.
Trabajadores sociales.
Enfermeros.
Educadores o pedagogos especializados o rehabilitadores psicosociales.
Personal administrativo.
Acceso
Los niños y adultos son derivados desde la red de salud mental, la APS, la escuela, los
EAP, los centros de la DGAIA, la asistencia social de base y los CDIAP.
Observaciones
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Destinatarios
Objetivos y Funciones
Equipo profesional
Neuropediatras
Neuropsicólogos (no en todos los servicios de neuropediatría de Cataluña)
Psicólogos clínicos, logopedas, fisioterapeutas (servicios con los que cuentan los Equipos
de Atención Precoz)
Personal en formación
Acceso
Lo más habitual es que las derivaciones las hagan los pediatras de las ABS, por iniciativa
propia, indicación de los CDIAP, EAP o CSMIJ y otros servicios hospitalarios.
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Descripción
Destinatarios
Objetivos
Funciones
Equipo profesional
Acceso
El acceso al servicio está abierto para las familias, los profesionales, los servicios clínicos,
los centros de salud mental, los centros educativos y las administraciones públicas. Son
centros que derivan: todos los CSM, los servicios de psiquiatría de los diferentes hospitales
de Cataluña, los departamentos de Salud, Educación, y Bienestar y Familia de la Generalitat
de Cataluña, y otras entidades implicadas.
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Descripción
Con estas intervenciones se quiere dar respuesta, lo antes posible, a las necesidades que
presentan los niños con trastornos en el desarrollo o con riesgo de sufrirlos. Se pretende
aprovechar la plasticidad del niño, tanto en los aspectos biológicos como psicológicos o
sociales, para que recupere el curso normal de la evolución o, si no es posible, ayudarlo
para que tenga el mejor desarrollo posible.
Destinatarios
La duración de los servicios depende de cada niño, y se extiende hasta que las necesidades
de atención puedan ser cubiertas por los servicios de carácter general, ya sean educativos,
sanitarios o sociales, o, en todo caso, cuando cumpla los 6 años.
Sin desatender los dos puntos anteriores, se priorizan las actuaciones para niños de 0 años
hasta los escolarizados en P-4, los trastornos graves y la no duplicidad asistencial.
Objetivos
Atender a la población infantil desde la concepción hasta que llega a los 6 años por lo
que se refiere a la prevención, la detección, el diagnóstico y el tratamiento.
Participar en la coordinación de las actuaciones que se llevan a cabo en esta franja de
edad.
Participar en los proyectos de coordinación interdepartamental.
Asegurar equipos expertos en desarrollo infantil.
Garantizar la continuidad asistencial.
Funciones
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A partir del análisis de las variables que presente el niño se determinan 3 posibles niveles
asistenciales:
1. Atención intensiva: se incluyen los niños que necesiten una alta dedicación, con
frecuencia con la participación y coordinación de varios profesionales del CDIAP y,
incluso, de profesionales de fuera del servicio. La dedicación semanal es de dos
sesiones terapéuticas o más.
2. Atención regular: se incluyen a los niños que necesitan una dedicación periódica de una
hora semanal, porque no es necesario demasiado trabajo de coordinación, porque es la
fase inicial de la atención o porque se trata de niños muy pequeños.
3. Atención de seguimiento: se incluyen los niños y las familias que, en función de las
variables observadas, necesitan una dedicación periódica inferior a la semanal, es decir,
quincenal, mensual o trimestral.
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PLAN DE ATENCIÓN INTEGRAL A LAS PERSONAS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Los CDIAP forman parte de la Red de Servicios Sociales de Atención Pública, integrados en
el sistema público de servicios sociales, y actualmente existen 86 en toda Cataluña. La
sectorización y la planificación territorial de los CDIAP conlleva que los usuarios puedan
acceder fácilmente a ellos, y favorece la coordinación con los profesionales y las
instituciones que tienen cuidado de los niños de estas edades. En el año 2008 se atendieron
24.883 niños y sus familias. Para atender estos usuarios fue necesario, durante el año 2008,
un volumen asistencial de 1.039.921 horas.
Equipo profesional
Neuropediatras.
Psicólogos clínicos.
Fisioterapeutas.
Logopedas.
Trabajadores sociales.
Acceso
El acceso a los servicios de atención precoz es directo. La familia puede acceder a ellos de
forma directa, por iniciativa propia, o por haber sido derivados por los profesionales
pertinentes, siempre que el centro le corresponda por zona y que la edad del niño esté
dentro de la franja de atención precoz (preferentemente niños desde 0 años hasta P-4).
Descripción
Destinatarios
Objetivos
Formar las personas con TEA para que tengan la posibilidad de integrarse, dentro de
sus posibilidades, en el mundo laboral.
Llevar a cabo una formación continuada de los profesionales del servicio.
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PLAN DE ATENCIÓN INTEGRAL A LAS PERSONAS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Funciones
Equipo profesional
Acceso
Los usuarios vienen derivados por el Instituto Catalán de Asistencia y Servicios Sociales
(ICASS).
Destinatarios
Objetivos
Funciones
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Equipo profesional
Acceso
Destinatarios
Objetivos
Ofrecer a las familias un servicio que les permita conciliar con toda normalidad su vida social
y laboral con las necesidades de la persona con TEA.
Funciones
Equipo profesional
Acceso
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Los EAP dan soporte al profesorado, a los centros educativos y a las familias en la atención
a los alumnos más vulnerables que presentan en general dificultades en su aprendizaje o en
su adaptación escolar, vinculadas a necesidades educativas especiales, trastornos del
aprendizaje y otras capacidades y a las familias y la Administración educativa en los
procesos de matriculación y de cambios de centro.
Destinatarios
Objetivos
Ayudar a los centros en la detección del alumnado con dificultades o altas capacidades,
poniendo a su disposición protocolos de detección y ayudándoles en su interpretación y
las medidas que se deriven.
Informar y asesorar a las familias de los alumnos con necesidades especiales y dar
soporte técnico a la administración educativa durante los procesos de matriculación y en
los cambios de centro.
Orientar y participar en la elaboración de los planes individualizados en colaboración con
los servicios específico del departamento de educación y otros que intervengan en el
plan de atención integral del alumno.
Facilitar a los equipos docente, al alumnado y a las familias orientación personal,
educativa y profesional, especialmente en los momentos de transición, entre las etapas
educativas y al final de la escolaridad.
Dar soporte a los centros educativos para mejorar la atención a la diversidad del
alumnado y su inclusión.
Colaborar con el servicio educativo de zona y los servicios específicos para promover
actividades de intercambio y de formación del profesorado.
Colaborar con los servicios sociales y sanitarios del ámbito territorial de actuación, para
ofrecer una atención coordinada a los alumnos y las familias que lo necesiten.
Funciones
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Equipo profesional
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Acceso
A petición de los equipos directivos de los centros educativos y a petición de las familias.
Red
Los EAP actúan territorialmente y sectorialmente atendiendo todos los centros educativos de
un ámbito territorial, generalmente comarcal o municipal, o bien un distrito, en el caso de
Barcelona. Están integrados en el sistema educativo público y dependen de los servicios
territoriales correspondientes.
En estos momentos, hay 79 EAP, que cubren la atención en todo el territorio de Cataluña.
En cada EAP hay trabajadores sociales que atienden todos los centros educativos de la
zona, y en total hay 111 profesionales.
Descripción
Los CEE son centros educativos con recursos intensivos, que forman parte de la red de
centros educativos del Departamento de Educación, donde los alumnos pueden cursar la
educación infantil, la escolaridad básica obligatoria y en muchos de ellos programas de
transición a la vida adulta y programas de calificación profesional adaptados (PQPI).
Destinatarios
Objetivos
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PLAN DE ATENCIÓN INTEGRAL A LAS PERSONAS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Hábitos de higiene
Habilidades académicas
Vivir en comunidad
Salud y seguridad
Ocio
Trabajo
La mayor o menor incidencia en cada una de estas habilidades estará en función de la edad
y habilidades de cada alumno.
Por lo que se refiere a las habilidades académicas, de manera general hay que adaptar la
organización, los contenidos de las áreas y materias establecidas a los decretos 142/2007
(educación primaria) y 143/2007 (educación secundaria obligatoria) y la metodología,
específica y personalizada, a las necesidades educativas de los alumnos. La organización
de los contenidos académicos puede ser diferente de la de los centros educativos
ordinarios y adoptar, si es necesario, la estructura de ámbitos.
Plan individualizado: Cada alumno de un centro de educación especial debe tener un plan
individualizado (PI), donde consten los objetivos que se pretende conseguir, las actuaciones
y los soportes previstos. http://www.xtec.cat
Funciones
Equipo profesional
Varía en función de las enseñanzas que se imparten y del tipo de alumnos que escolariza,
en general todos tienen:
Maestros especializados en pedagogía terapéutica.
Maestros especializados en audición y lenguaje.
Maestros de otras especialidades, como educación física, música.
Educadores.
Fisioterapeutas.
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Acceso
Descripción
Destinatarios
Objetivos
Los mismos que los otros CEE descritos en el apartado anterior, pero con una
especialización con alumnado con TEA que facilita:
Mejorar la calidad de vida de los usuarios y sus familias.
Potenciar la coordinación entre los diferentes centros de la red de salud mental.
Establecer la coordinación con otros recursos intersectoriales y comunitarios.
Llevar a cabo una formación continuada y especializada de los profesionales del
servicio.
Funciones
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Equipo profesional
Acceso
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PLAN DE ATENCIÓN INTEGRAL A LAS PERSONAS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA)
Abreviaciones
ADI-R entrevista para el diagnóstico del autismo revisada
ADOS escala de observación para el diagnóstico de autismo
AEPIJ Asociación Española de Psiquiatría Infantil y Juvenil
AIAQS Agencia de Información, Evaluación y Calidad en Salud
APS atención primaria de salud
ASC Departamento de Acción Social y Ciudadanía
ASSQ cuestionario de cribraje para el espectro autista
CAD centro de diagnóstico del grado de discapacidad
CARS escala observacional para niños y adultos autistas
CAST test de los trastornos del espectro autista y del trastorno de Asperger infantil
CD centro de día (otra denominación del CEE especializado en autismo)
CDIAP centro de desarrollo infantil y atención precoz
CEE centro de educación especial
CIM Clasificación internacional de enfermedades (sistema europeo)
CRAE centro residencial de acción educativa
CREC centro de recursos y educación continua
CREDA centro de recursos educativos para deficientes auditivos
CREDV centro de recursos educativos para deficientes visuales
CRP centro de recursos pedagógicos
CSMA centro de salud mental de adultos
CSMIJ centro de salud mental infantil y juvenil
CTIC Comisión Técnica Interdepartamental de Coordinación
DAM delegado de asistencia al menor
DGAIA Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia
DSM manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (diagnostic and
statistical manual of mental disorders) de la American Psychiatric Association)
EAIA equipo de atención a la infancia y la adolescencia
EAP 4 4F4F equipo de asesoramiento y orientación psicopedagógica
eCAP historia informatizada de atención primaria de salud
EMSE equipo multidisciplinario de soporte especializado (unidad móvil de atención a
las urgencias psiquiátricas y visitas domiciliarias)
FES escala de ambiente familiar
GA Grup asesor del TEA, autor de este Plan
GPC guía de práctica clínica
ICASS Instituto Catalán de Asistencia y Servicios Sociales
K-ABC batería diagnóstica de la inteligencia para niños de Kaufman (Kaufman
Assessment Battery for Children (cognitive ability test)
M-CHAT lista modificada para la detección del autismo en niños pequeños (modified
checklist for autism in toddlers)
PAI plan de atención integral
PEAT potenciales evocados auditivos troncoencefálicos
4
Aquesta abreviació és utilitzada en aquest document per al centre que pertany al Departament d’Ensenyament. En l’àmbit
sanitari s’utilitza per als centres d’atenció primària que en aquest document apareixen sota la abreviació APS.
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