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RETROSPECTIVA

El hallazgo
del GPS cerebral
John O’Keefe y el matrimonio de científicos Moser desvelaron
las ­neuronas que nos orientan en el espacio. El descubrimiento
les ­comportó el premio Nobel de fisiología y medicina de 2014
JAN OSTERKAMP
DAVID BISHOP, UCL (O’Keefe); KAVLI INSTITUTE, CBM / CC-BY-SA-3.0 (Sr. y Sra. Moser)

John O’Keefe (derecha) descubrió unas neuronas en el hipocampo, las neuronas de ubicación, que reco-
nocen la estancia en un lugar concreto. El matrimonio formado por May-Britt y Edvard Moser (arriba)
halló las neuronas de retícula en la corteza entorrinal; estas nos permiten saber el lugar en el que nos
hallamos. La interacción entre ambos tipos de neuronas nos facilita la orientación espacial.

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H
ace apenas dos años que John O’Keefe, May-Britt
Moser y Edvard Moser recibieron el premio En síntesis:
Nobel de fisiología y medicina por el descubri- Un navegador neuronal
miento de las «neuronas de ubicación» (place cells) y las

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«neuronas de retícula» (grid cells), respectivamente, pero John O’Keefe, May-Britt Moser y Edvard Moser ini-
sus hallazgos se remontan a mediados y finales del siglo ciaron a mediados y finales del siglo xx sus investiga-
pasado. En concreto, el neurocientífico británico-esta- ciones sobre los mecanismos neuronales que nos per-
dounidense O’Keefe, del Colegio Universitario de Londres, miten orientarnos en el espacio. En 2014 compartieron el
tuvo el valor a finales de los años sesenta de ensayar Nobel por sus hallazgos.
técnicas tradicionales de un modo original: retomó un

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método, por entonces poco utilizado, para vigilar, me- La experimentación con ratas llevó a O’Keefe a des-
diante electrodos implantados, la actividad de neuronas cubrir las que dio en llamar neuronas de ubicación.
aisladas del cerebro de animales vivos. A diferencia de Estas nos permiten saber el lugar en el que nos en-
otros científicos, no examinó la reacción de las neuronas contramos.
a estímulos simples, sino que dejó que las ratas camparan

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a sus anchas por un pequeño laberinto. En general, estas El matrimonio Moser completó el hallazgo de
se limitaban a ir de un lado para otro. Durante ese tiem- O’Keefe con su investigación sobre las neuronas de
po, O’Keefe observó la actividad de las neuronas del hi- retícula. Estas contribuyen a que elaboremos mapas
pocampo, una región alojada en la profundidad del ló- mentales de los espacios.
bulo temporal y que resulta esencial para el aprendizaje
y la memoria.
El ahora nóbel encontró neuronas que funcionaban
de manera completamente distinta a las conocidas hasta entonces. Como afirmó atónito en su día, cada una de
estas neuronas representaba una posición determinada
del animal en el laberinto. Al parecer, solo se excitaban
cuando la rata se encontraba en un lugar preciso. Algo
más tarde bautizó a esas neuronas como neuronas de
ubicación, pues transmitían al animal el lugar en el que
se hallaba en esos momentos.
Años más tarde, otros científicos desvelaron el carácter
universal de este mecanismo, al menos entre los mamífe-
ros. Inspirados en los trabajos de O’Keefe, varios grupos
de investigadores descubrieron esas neuronas de ubicación
no solo en diferentes especies de roedores, sino también
en otros animales. Los murciélagos, los monos e incluso
nosotros, las personas, sabemos exactamente dónde nos
encontramos gracias a ese mecanismo neuronal.
Sin embargo, todavía quedaba un gran interrogante
abierto. Las neuronas de ubicación no almacenan rutas
ni elaboran un sistema de navegación y, en consecuencia,
no permiten movimientos dirigidos ni la orientación en
el espacio. En resumidas cuentas, solo anuncian que se
ha llegado a un destino concreto. ¿Cómo elabora el ce-
rebro, a partir de los datos puntuales, su mapa tridimen-
sional? ¿De qué modo asocia lugares con rutas? ¿O cómo
establece un atajo desde el punto A hasta el punto B?

Patrón hexagonal
La respuesta la obtuvieron, tres decenios después de los
primeros experimentos de O’Keefe, los neurocientíficos
noruegos May-Britt y Edvard Moser, quienes compartie-
ron con él la mitad del premio Nobel de 2014. Hoy inves-
tigan en la facultad de ciencias naturales de Trondheim,
pero sus conocimientos técnicos los adquirieron en la
década de los noventa, entre otros, en el laboratorio de
O’Keefe. Exploraron la corteza entorrinal, de difícil ac-

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GEHIRN UND GEIST / BUSKE-GRAFIK
Cuando una rata deambula por la jaula (líneas grises), puede registrarse la actividad de una única célula de retícula
de su cerebro. Cada punto rojo representa una señal que la neurona emite cuando el animal llega a un lugar. La ac-
tividad de la neurona se intensifica en cuanto el roedor se aproxima a un «punto de la retícula» (gris). Los puntos
de retícula se ordenan en forma de un hexágono.

ceso anatómico. Dicha región cerebral interactúa de que informan sobre varios lugares del entorno. En otras
manera intensiva con el área de las neuronas de ubicación palabras, cuando un roedor deambula por la jaula, la
del hipocampo; de hecho, se encuentra justo debajo de célula de retícula se activa cuando llega a diversos lugares,
ellas. El matrimonio Moser se topó en 2005, por fin, con pero siempre en los mismos. A primera vista, estos sitios
las neuronas que responden cuando deambulamos: las pueden parecer dispersos al azar en el espacio. Sin em-
neuronas de retícula. bargo, los análisis del grupo de los Moser revelaron un
A diferencia de las neuronas de ubicación, las de retí- patrón geométrico regular y llamativo de los puntos de
cula no dan cuenta de un único lugar en el espacio, sino activación de las neuronas de retícula. Y ese patrón no
podía ser casual. Los lugares en los que se activaban estas
neuronas se ordenaban de manera hexagonal, como si
de una celdilla de un panal de abejas se tratara. Los in-
vestigadores concluyeron que cada célula de retícula
generaba hexágonos diferentes, con un tamaño variable.
De ese modo, la corteza entorrinal elaboraba una red de
E L AU TO R
coordenadas como una suerte de mapa mental.
Jan Osterkamp es biólogo y periodista Este sistema interno de coordenadas resulta impres-
científico. cindible para los procesos de orientación de los animales

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y de las personas. Permite, por ejemplo, que una rata que más allá de las respuestas neuronales relacionadas con
se desplaza sin rumbo fijo por su jaula mida, a partir de un proceso de estímulo-respuesta, como se creía en los
los puntos de activación, su velocidad y obtenga de esta albores de la neurociencia.
manera una percepción del propio desplazamiento den- Se comprobó que los grupos de neuronas de retícula
tro del espacio. La velocidad de la marcha depende del creaban módulos que intercambian información entre sí.
tamaño del hexágono y del tiempo que necesita el animal Esos grupos celulares elaboraban mapas a escala diferen-
para «atravesarlo». te y con una orientación de los hexágonos distinta. De
Por otra parte, este es un sistema dinámico. Como se esta manera, en las capas superiores de la corteza en­torri­
demostró en su día, el sistema aprende. Si se coloca al nal se representaban hexágonos de neuronas de retícula
animal en una jaula extraña, la cual explora y olfatea con tupidos, y en las zonas más profundas, hexágonos de
celo, el patrón en el hexágono de las neuronas de retícu- mayor tamaño y extensión.
la se adapta a la experiencia del entorno recién acumu- Los neurocientíficos se muestran cada vez más conven-
lada. En ese momento se crean nuevos mapas del entor- cidos de que estos módulos de retícula transmiten infor-
no en la corteza entorrinal del múrido. maciones elaboradas, sobre todo al hipocampo, donde
O’Keefe descubrió las neuronas de ubicación. Hoy en día
se considera que la actividad de las neuronas de ubicación
El comité del premio Nobel va más allá de encontrarse al inicio de una cadena de
describió los hallazgos como procesos dentro del modelo estímulo-respuesta, como se
sospechaba en un inicio. Según los hallazgos, estas células
revolucionarios no son las primeras en activarse cuando un individuo al-
canza un destino concreto. Las neuronas de ubicación
determinan puntos de referencia que, a través de la expe-
La brújula incorporada riencia, contribuyen a «trazar» un mapa tridimensional
Cuando una rata, una persona o un murciélago se orien- en el cerebro. Este mapa se elabora, sobre todo, a partir de
ta con sus mapas internos, aprovecha, además, la infor- los procesos que discurren en la corteza entorrinal.
mación de otras neuronas que almacenan los datos del El comité del premio Nobel describió los descubri-
sistema de orientación de la corteza entorrinal. Entre mientos de John O’Keefe, May-Britt Moser y Edvard
ellas se encuentran las células «brújula», conocidas asi- Moser como revolucionarios, puesto que podían servir
mismo desde hace más de una treintena de años. Estas de modelo funcional para otros procesos cognitivos
células solo se activan cuando la cabeza adopta una de- abstractos, entre ellos, la memoria. El comité especuló
terminada orientación espacial. con la posibilidad de que algún día se descubran células
Tres años después de describir las neuronas de retícu- análogas a las de ubicación, las cuales codifiquen el
la, el equipo dirigido por los Moser descubrió las «neu- tiempo y se activen al evocar los recuerdos episódicos.
ronas de delimitación» (border cells). Según explicaron, Desde los años noventa, se sospecha que las neuronas
estas informan al individuo de que se acerca a un obstáculo de ubicación contribuyen a la consolidación del conte-
de grandes dimensiones. Mas la historia no termina aquí. nido de la memoria durante el descanso nocturno. Los
Otros tipos de neuronas auxiliares intervienen en la experimentos han revelado que las ratas durmientes
orientación espacial. muestran una actividad secuencial de las neuronas de
Como adelantó el equipo del matrimonio Moser, du- ubicación del hipocampo que representa la ruta del la-
rante los años que siguieron al descubrimiento de las berinto previamente aprendida. La memoria, la percep-
neuronas de retícula, la auténtica clave del GPS interno ción del tiempo o la orientación son procesos, a primera
radica en la interacción ordenada y dinámica de diferen- vista, muy distintos. Aun así, podrían basarse en meca-
tes tipos de neuronas. Es decir, el mecanismo va mucho nismos neuronales similares. H

PA R A S A B E R M Á S

The hippocampus as a spatial map. Preliminary evidence from unit activity in the freely-moving rat. J. O’Keefe y J. Dostrovsky
en Brain Research, vol. 34, págs. 171-175, 1971.
Microstructure of spatial map in the entorhinal cortex. T. Hafting et al. en Nature, vol. 436, págs. 801-806, 2005.

EN NUESTRO ARCHIVO

De A a B. Tobias Meilinger y Christian Doeller en MyC n.o 53, 2012.


El sentido de la orientación. Stefan Münzer en MyC n.o 77, 2016.
El GPS del cerebro. May-Britt Moser y Edvard I. Moser en IyC, marzo de 2016.

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