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El derecho del paciente a la información: el arte de comunicar

The patient’s right to information: the art of communicating

J. Barbero

RESUMEN ABSTRACT
Se comienza analizando el concepto de verdad, The article starts by analysing the concept of
con sus múltiples acepciones, para pasar a la descrip- truth, with its numerous accepted meanings, and then
ción de las justificaciones habituales para no decir la goes on to describe the normal justifications for not
verdad a los pacientes. Desde ahí se plantea qué signi- telling the truth to patients. This serves as a basis to
fica ser fieles a la verdad, destacando dos criterios: pose the meaning of being faithful to the truth, with two
decirle “todo” lo que quiere saber y “sólo” lo que quie- criteria emphasised: telling the patient “everything” he
re saber, utilizando las técnicas comunicativas perti- wants to know, and “only” what he wants to know,
nentes y ofertarle una “garantía de soporte” adecuada using the relevant communication techniques and
ante la fragilidad que supone su enfermedad. Se trata offering him an adequate “guarantee of support” facing
de huir de dos extremos: el paternalismo clásico (le the fragility brought on by his disease. Two extremes
evito información sistemáticamente, dada su fragili- are avoided: classical paternalism (systematic
dad) y el encarnizamiento informativo. Posteriormente avoidance of information given his fragile state) and
se exponen las condiciones que justificarían excepcio- informational ferocity. Subsequently, the conditions
nalmente no informar a un paciente concreto y se ofre- are set out that would exceptionally justify not
cen orientaciones para facilitar el proceso comunicati- informing a specific patient, and guidelines are offered
vo adecuado (congruencia informativa, ambiente de to facilitate the suitable communicative process
verdad, etc.). Por último, se trabaja la denominada (informational coherence, atmosphere of truth, etc.).
“conspiración del silencio”, desde la perspectiva técni- Finally, the so-called “conspiracy of silence” is dealt
ca y ética y se reflexiona sobre cómo dimensionar la with from an ethical and technical perspective, and
información dentro de las estrategias de comunicación there is a reflection on how to measure information
y deliberación. within the strategies of communication and
deliberation.
Palabras clave. Información, comunicación, ética, Key words. Information. Communication. Ethics.
conspiración del silencio, deliberación. Conspiracy of silence. Deliberation.

An. Sist. Sanit. Navar. 2006; 29 (Supl. 3): 19-27.

Psicólogo clínico. Servicio de Hematología. Correspondencia:


Hospital La Paz. Madrid. Javier Barbero Gutiérrez
Hospital la Paz
Servicio de Hematología
Paseo de la Castellana, 261
28046 Madrid
E-mail: smendezd@palmera.pntic.mec.es

An. Sist. Sanit. Navar. 2006 Vol. 29, Suplemento 3 19


J. Barbero

¿QUÉ SE ENTIENDE POR VERDAD? muestras randomizadas y –¡cómo no!–,


publicado en revistas científicas de presti-
El derecho del paciente a la informa-
gio. Es el lenguaje objetivo de los datos
ción está suficientemente establecido por
estadísticos, si no tanto de la estadística
ley1, pero desde la perspectiva ética quizás
inferencial, sí al menos de la estadística
convenga repensar los significados de un
descriptiva.
pretendido “derecho a la verdad”. Porque,
¿qué es eso de “la verdad”? Indudablemen- B. La segunda acepción del término
te estamos ante una palabra polisémica a verdad tiene matices estrictamente mora-
la que debemos acercarnos desde distin- les. Resulta curioso observar cómo existe
tos marcos conceptuales. Sin aclarar estas un deslizamiento conceptual de los valo-
cuestiones previas difícilmente podremos res lógicos (lo correcto o incorrecto) a
ponernos de acuerdo y llegar a algún con- estimaciones de verdadero / falso y de
senso. Parto de la hipótesis de que esta- éstas a valoraciones morales de bueno /
mos, al menos, delante de tres acepciones: malo. Puede parecer extraño, pero las
A. La primera podríamos denominarla valoraciones de correcto, bello y verdade-
la verdad objetiva. Se trata de adecuar la ro suelen correlacionarse con la de bueno,
palabra a la realidad material de los mientras que las de incorrecto, feo y falso
hechos. Esta acepción proviene del mundo con el valor moral de maldad. En algunos
de la Grecia Clásica, fundamentalmente de códigos morales antiguos se llegaba a
los platónicos, y nos habla de la existencia admitir que entre dos sospechosos, el "mal
de un mundo de la luz y un mundo de las encarado" tenía más probabilidades de ser
sombras. La tarea del "filósofo", es decir el delincuente. Estas valoraciones se pue-
del "amigo de la sabiduría", es desvelar lo den trasladar a nuestro contexto actual.
oscuro y llevarlo a la luz; pasar de la igno- Una persona sucia (llamativo el doble
rancia a la verdad objetiva. A partir de ahí, matiz), incorrectamente vestida... y a las
por medio de convencionalismos, daremos dos de la madrugada, levanta en nosotros
nombre a la verdad que iluminamos. Por sospechas de persona peligrosa de la que
ejemplo, las enfermeras convienen que conviene alejarse. De ella se espera una
una puntuación < 14 en la escala de Norton conducta inmoral. De igual modo se suele
objetivamente implica un alto riego de decir que un drogodependiente sistemáti-
úlceras por presión para el paciente. Es camente miente, por lo que deducimos
una verdad convencional, pero "objetiva". que lo que nos dice no sólo es incorrecto
En el caso de los médicos, se puede deter- –es decir, no ajustado a la realidad– sino
minar que una tumoración en grado IV de que tiene una catadura moral sospechosa.
Dukes supone un cáncer con un pronósti- En la relación clínica con los pacientes se
co estimado de –pongamos– menor de tres pueden esconder, de forma no necesaria-
meses. Esta es la verdad... mente consciente, puntos de vista simila-
Para los griegos este tipo de verdad no res. Cuando aparece el conflicto entre los
estaba al alcance de todos los humanos, pacientes y los profesionales se tiende a
sino solamente a disposición de unos pensar que aquéllos, debido a su deterioro
cuantos. En el terreno social, sólo el rey y a sus intereses particulares, realizan
filósofo podía determinar qué era verdade- planteamientos incorrectos y, por tanto,
ro en la polis y, en el terreno biológico, el falsos; mientras que los profesionales, en
médico era el único capaz de conocer la función de su capacidad científica y de sus
verdad. Esto, como luego veremos, va a intereses generalizables, plantearán postu-
tener consecuencias muy concretas. No ras correctas y, por tanto, verdaderas.
olvidemos que la información es una fuen- C. La tercera acepción está muy vincu-
te de poder. lada a la anterior y viene a referir la verdad
Actualmente, muchos profesionales como un concepto relacional desde el
sanitarios, en sentido riguroso, sólo admi- doble matiz de fidelidad y confianza. Esta
tirán como verdadero lo que se ha proba- tercera acepción proviene de una raíz his-
do experimentalmente en estudios contro- tórica tan importante para nosotros como
lados, doble ciego, prospectivos, con es el mundo semita, el mundo judaico.

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EL DERECHO DEL PACIENTE A LA INFORMACIÓN: EL ARTE DE COMUNICAR

Revisando algunos textos sagrados de En un estudio sobre la comunicación


los judíos (Antiguo Testamento) o cristia- del diagnóstico de cáncer en España en el
nos (Nuevo Testamento) podemos encon- que se recogen los resultados de distintas
trar expresiones tan sorprendentes como investigaciones, Centeno y Núñez Olarte3
"la verdad os hará libres" (Jn 8, 32). ¿Se afirman que en nuestro medio un 40-70%
refiere a que el conocimiento, la informa- de los enfermos con cáncer conocen la
ción sobre la realidad da poder y éste te da naturaleza maligna de su enfermedad aun
más posibilidades de ser libre? No parece. cuando sólo un 25-50% han sido informa-
Según los exegetas, se refiere a la verdad dos de ello. Por esto afirman que “el enfer-
como un tipo de vínculo con Dios basado mo sabe habitualmente bastante más de lo
en la confianza y la fidelidad, siendo esto que se le ha dicho” probablemente porque
lo que realmente libera al hombre. tiene otras fuentes de información (entre
También resulta curioso observar algu- ellas su propio organismo). Este hecho
nas expresiones castellanas, probablemen- obliga a que los profesionales nos esforce-
te con un origen semítico en su construc- mos más en lograr un proceso comunicati-
ción. Cuando decimos que "Pedro es un vo que acerque al paciente a su realidad ya
amigo de verdad" nos estamos refiriendo que cuando la información no proviene del
básicamente a que nos merece toda la con- equipo que atiende al enfermo existe el
fianza y no al hecho de que nos vaya a des- riesgo de que surja en éste la desconfian-
velar el lado oscuro de su vida. Eso sí, nor- za, la sensación de engaño y el conflicto.
malmente desde la relación de confianza y Estos mismos autores señalan que
fidelidad probablemente surgirá compartir muchos de los enfermos españoles que no
eso que está oculto, pero no es condición reciben información realmente no la dese-
indispensable. Veamos otra curiosa expre- an. Habrá que preguntarse por qué ocurre
sión: "ése es un falso". ¿Significa que es esto. Una de las hipótesis puede ser que se
tímido o que oculta información? Más bien mueven dentro de una negación adaptati-
significa que es una persona que no inspi- va, pero otra, no menos razonable, pode-
ra ninguna confianza, con la que no se mos encontrarla en los miedos del pacien-
puede mantener una verdadera relación. te para enfrentarse a la “conspiración del
silencio” (luego hablaremos de ella) que se
ha montado a su alrededor. Este dato está
¿PERJUDICA AL PACIENTE
muy estudiado en los niños, pero la expe-
CONOCER LA VERDAD? riencia clínica nos dice que aparece con
En el ámbito sanitario ante situaciones frecuencia en los adultos. Es muy disonan-
de diagnóstico y/o pronóstico grave tradi- te desconfiar de quien te cuida, porque
cionalmente se suelen aducir distintos conlleva para el que es cuidado más pro-
argumentos2 para no decir la verdad a los blemas que ventajas. La conspiración del
pacientes: silencio se convierte así en un círculo
comunicativo y relacional muy perverso.
1. “Engaño benevolente”: “lo que uno no
conoce no puede herirle y puede ayu- Que el desvelar la información daña
darle”. Informar sólo añadiría un plus más que beneficia ha sido desmentido por
de ansiedad al paciente y esto es evita- la investigación4. En un estudio prospecti-
ble. Es un planteamiento puramente vo Centeno y Núñez Olarte5 informan que
consecuencialista. el 75% de los pacientes informados habla-
ba claramente de su enfermedad y de sus
2. Los profesionales no conocen la “ver- consecuencias con sus familiares, mien-
dad completa” y, aunque la conocieran, tras que solamente el 25% de los no infor-
muchos pacientes no comprenderían el mados hacía lo mismo. Los pacientes infor-
objetivo ni las implicaciones de la infor- mados identificaban con más nitidez al
mación. médico de referencia, estaban más satisfe-
3. Los enfermos con patologías graves chos de su relación con él y comprendían
y/o clínica de deterioro incluso cuando mejor las explicaciones recibidas. Final-
dicen que quieren saber, en realidad mente, también se encontró que los
prefieren no saber. pacientes que saben su diagnóstico, no

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sólo no pierden la esperanza sino que rios, pero para que haya rechazo tiene que
muestran más confianza en el cuidado que haber oferta. Y esta oferta es una respon-
reciben. sabilidad ética de todos los profesionales
desde el momento en que empiezan a
EL DERECHO DEL PACIENTE A LA intervenir en su atención, cada uno con
VERDAD sus acentos específicos.
¿Cuándo sería aceptable, como mal
El acceso a la verdad es un derecho de
menor, saltarnos el principio de alta exigi-
todos los pacientes. Sencillamente porque
bilidad moral de decir la verdad, entendida
cada persona tiene derecho a decidir, con
como información objetiva?: cuando pre-
apoyo y conocimiento de causa, sobre
viéramos unos riesgos o consecuencias
aspectos tan importantes de su vida como
realmente peores para el paciente que el
el proceso de salud/enfermedad o de
hecho de transmitirle información sobre
vida/muerte. Pero, ¿qué significa ser fieles
su realidad. Ahora bien, este criterio debe
a la verdad del paciente? Siguiendo las dos
contemplar, al menos, seis condiciones:
acepciones fundamentales de nuestra tra-
dición, cuando al menos se cumplen estas • Podrá hacerse para una información
dos condiciones: concreta, no para todo el proceso.
• Informar al paciente de todo lo que • El perjuicio por dar la información ha
quiera saber y sólo de lo que quiera de ser muy probable y estimado como
saber sobre su “verdad objetiva”, mate- muy grave.
rial. Esta verdad la averiguaremos • Información veraz, es decir, el profesio-
explorando – con técnicas comunicati- nal podrá no informar de todo, pero
vas pertinentes – su mundo vital. todo lo que transmita ha de ser cierto.
• Ofertarle una garantía de soporte ade- La mentira no es admisible por princi-
cuada ante la fragilidad que supone la pio y porque a medio plazo genera más
enfermedad y la fase terminal. mal que bien, truncando la confianza
terapéutica.
Un médico o cualquier otro profesional
que ante un pronóstico fatal se empeñe en • Siempre de manera excepcional, no
informar de todo, independientemente de debe ser considerado como lo normati-
lo que desee el paciente, y que además vo.
luego se aleja de esa realidad tan dolorosa, • El profesional que quiera aplicar la
abandonándole, creo que está faltando a la excepción ha de cargar con la prueba,
verdad y cayendo en el cada día más habi- es decir, deberá justificar públicamente
tual “encarnizamiento informativo”. por qué lo hace dejando constancia en
la historia clínica.
Desconozco el posible desarrollo que
ha tenido el concepto “garantía de sopor- • Aquél que decida la excepción se com-
te”, pero entiendo que contiene al menos promete a buscar, dentro de lo posible,
estas variables: las herramientas que permitan, en el
menor tiempo, revertir las circunstan-
• No abandono del enfermo cuando ya
cias que han justificado dicho proce-
no se puede lograr su curación (estra-
der.
tegia de cuidados continuados).
• Un contexto en el que pueda expresar CÓMO ESTABLECER UNA RELACIÓN
sus preocupaciones y miedos y en el DE AYUDA
que todo ello sea atendido.
Informar a un paciente no suele consi-
• Respeto a ese contrato no escrito de derarse un derecho de éste del que se des-
confianza y de fidelidad mutua y per- prende una obligación para los profesiona-
manente. les. La apropiación de la información por
Por otro lado, el enfermo también tiene parte de éstos favorece un tipo de relación
derecho a rechazar la información diag- de poder/verticalizada y evita la ansiedad
nóstica y/o pronóstica, y el apoyo solida- de tener que comunicar malas noticias que
rio y efectivo de profesionales y volunta- son duras de escuchar y dolorosas de

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EL DERECHO DEL PACIENTE A LA INFORMACIÓN: EL ARTE DE COMUNICAR

decir; además la comunicación de la ver- Recordar que también tiene derecho a


dad en estos casos conlleva que el profe- ignorar y a negar, siempre y cuando
sional debe enfrentarse a una relación de esto no implique consecuencias muy
ayuda en la que no median objetos que graves para terceros.
ofrecer (pruebas, medicina...) sino angus- • Generar en nuestros equipos un
tias que compartir. "ambiente de verdad, una atmósfera de
La información y la fidelidad relacional verdad": desde la presencia significati-
se construyen, entonces, mediante un pro- va y la comunicación abierta.
ceso, no en sucesos puntuales, donde la • Establecer espacios de confianza e inti-
clave, más que en el nivel de información, midad porque las preguntas y las intui-
se encuentra en el nivel de comunicación ciones que tienen que ver con la vida y
afectiva y efectiva que se logra. Desde esta la muerte requieren cercanía, no cientí-
perspectiva podremos considerar la infor- ficos distantes ni palmoterapia paterna-
mación válida como: lista.
• Integradora (tiene en cuenta la realidad • No olvidar que somos ciudadanos y
paciente / familia / contexto sociocul- además potenciales enfermos y clien-
tural). tes del sistema. Ser fieles a la verdad
• Dinámica y de doble dirección. del paciente también supone compro-
• Secuencial, manteniéndose atenta a la miso de denuncia de la "mentira pato-
evolución de los intervinientes. Impor- lógica" de aquellos que dicen que el sis-
tancia del concepto "economía" de la tema es justo a pesar de la exclusión de
verdad o del proceso “información a determinados pacientes, por ejemplo,
plazos”. de las Unidades de Cuidados Paliati-
vos, en función de su emplazamiento
• Finalista, ya que puede ser un medio geográfico, etc. Al cáncer se le denomi-
idóneo para: control emocional, auto- na el "asesino silencioso". También
nomía en las decisiones, colaboración nuestros silencios producen cánceres:
en el tratamiento, adaptación a la situa- el de la indiferencia y el de la exclusión
ción, etc. tolerada.
He aquí algunas orientaciones que pue-
den resultar útiles para todo este proceso: LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO.
• La verdad con respecto a la informa- SUS CAUSAS
ción no pertenece a la primera persona Una de las cuestiones más singular, qui-
que la conoce, sino a quien padece sus zás paradigmática, en la que aparece el
consecuencias, al afectado más direc- conflicto técnico-ético en cuanto a la infor-
tamente, es decir, al paciente. mación, la tenemos en la llamada Conspira-
• Hay que desechar expresiones como ción del Silencio7 que podemos definir
"mentira piadosa", "mentira humanis- como el acuerdo implícito o explícito, por
ta", “engaño benevolente” que tienen parte de familiares, amigos y/o profesiona-
un cariz marcadamente paternalista. les, de alterar la información que se le da al
Incluso el concepto de "verdad sopor- paciente con el fin de ocultarle el diagnós-
table6", si no es suficientemente bien tico y/o pronóstico y/o gravedad de la
matizado, puede acabar siendo inter- situación. Detengámonos en ella por lo fre-
pretado en esa línea. cuente y sintomático de su aparición.
• Conviene estar atentos a la "congruen- Las familias, en nuestro medio, son
cia informativa" dentro del equipo, no generalmente contrarias a que se informe
sólo para ser fiel a los datos, sino tam- a los pacientes: en una investigación de
bién a la realidad de la persona enfer- Senra Varela y col8 esto se daba en el 61%
ma. de los familiares, elevando otros estudios
• Ser maestros en el arte de explorar si el este dato al 73%.
paciente quiere saber la verdad y hasta En la clínica observamos dos razones
qué punto está dispuesto a escucharla. de fondo que explican esta relación de tipo

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triangular (familia-profesional-paciente). mía (p. ej. demandando información) o


En primer lugar, la justificación explícita también delegarla (confiando a la familia el
que los familiares suele dar es del tipo: “no tema de la información) cuando interprete
debemos aumentar la preocupación ni la que será beneficioso en su situación. El
angustia del paciente; por amor, tengo la enfermo debe decidir cuánta autonomía
obligación de protegerle, ya está suficiente- quiere ejercer y esa cantidad puede variar
mente herido por la enfermedad; informán- de una a otra cultura”. Estoy en desacuerdo
dole no le aportamos nada positivo”. Es una con este tipo de afirmaciones. En primer
argumentación con aparente lógica inter- lugar, ¿qué más da si el paciente demanda
na, pero que no se suele corresponder con o no información si existe el acuerdo
la realidad. Por un lado, parece demostra- –implícito o explícito– de ocultarle la reali-
do que aunque a corto plazo la informa- dad? El poder preguntar no es condición
ción de una mala noticia puede aumentar suficiente para ejercer la autonomía. En
la ansiedad y el disconfort, las consecuen- segundo lugar, ¿delegar en alguien para
cias a medio plazo justifican esta medida. que sea el receptor de la información sig-
Con la conspiración del silencio el pacien- nifica darle permiso para que te engañe?
te puede sentirse incomunicado, no com- La conspiración del silencio, en principio,
prendido, engañado y esto puede fácil- es una decisión de la familia, apoyada por
mente potenciar sintomatología ansiosa o los profesionales y esto es precisamente lo
depresiva con un componente importante contrario a “no ignorar su autonomía”.
de miedo y de ira. Además, esta situación Conviene recordar que no seguir informan-
disminuye el umbral de percepción del do a un paciente porque esté desarrollan-
dolor y de otros síntomas e impide la nece- do una negación adaptativa es una cues-
saria ventilación emocional, no sólo para tión muy distinta a la conspiración del
el paciente sino también para el resto de la silencio.
familia. Si seguimos situándonos en el La conspiración del silencio también
mundo de las consecuencias, tampoco tiene que ver con la dificultad de los profe-
podemos olvidar que se inhabilita al sionales en dar malas noticias. Cuando,
paciente para “cerrar” asuntos importan- por ejemplo, un profesional le dice a un
tes que quizá hubiera querido resolver paciente en fase terminal con metástasis
(desde legados testamentarios hasta multisistémicas que “podemos ir controlan-
aspectos más vinculares o emocionales) y do la enfermedad. Ahora toca esperar y
que esta situación puede también dificul- cuando se haya estabilizado nos planteare-
tar la elaboración del duelo. mos continuar con el tratamiento” está
La impresión que da, y ésta es la segun- actuando desde lo que podíamos denomi-
da razón que explica la conspiración del nar la “conspiración de la palabra (spe-
silencio, es que la familia tiene dificultades ech)9”, entrando en una dinámica de enga-
para enfrentarse al sufrimiento de lo que ño difícilmente justificable desde el punto
sucede y que desearían negarlo. Como que de vista moral.
“de lo que no se habla no existe” cuando
en realidad, en muchísimas ocasiones, en LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO.
este contexto “no contar puede decir
mucho más que contar.” Desde esta pers-
SU ABORDAJE
pectiva, tanto desde el punto de vista téc- Desde un análisis más principialista, ya
nico como ético, conviene distinguir entre hemos apuntado que la información es un
las necesidades reales del paciente y las de derecho del paciente. Él es el protagonista
sus familiares y allegados. de todo su mundo vital y sin información
En un trabajo ya mencionado3 se afirma ni puede ejercer un consentimiento infor-
que “la alta incidencia de conspiración del mado para las decisiones terapéuticas ni
silencio en nuestra sociedad se debe a que podrá asumir esa situación vital tan decisi-
las familias españolas son precisamente va que está viviendo.
sensibles a la hora de asumir las necesida- Aquí aparece claramente otra de las
des del enfermo. No es ignorar su autono- vertebraciones entre ética y técnica comu-
mía. El paciente puede ejercer su autono- nicativa. El hecho de que la información

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EL DERECHO DEL PACIENTE A LA INFORMACIÓN: EL ARTE DE COMUNICAR

sea un derecho del paciente no significa genera una fractura de la confianza entre
que debamos argumentar necesariamente ésta y el equipo, de ahí que –insistimos–
desde ahí para desmontar la conspiración. sólo pueda ser justificada, como mal
Una acusación velada al familiar de que no menor, cuando hayamos agotado todas las
está respetando este derecho puede ser posibilidades comunicativas. Esta es una
vivida como un reproche de “no respeto” o situación difícil, pero no podemos permitir
de “no cuidado” y generar reacciones agre- que acabe siendo la familia –y no el propio
sivo-defensivas. El argumento a transmitir paciente– quien decida el grado de infor-
no es que él lo está haciendo mal sino que mación que debe de recibir éste por
“la no información puede ser contraprodu- mucho que sea una práctica común en
cente para el necesario proceso de adapta- nuestro universo cultural10. Que algo exista
ción del paciente”. Cuidar estos aspectos no justifica su bondad.
es de enorme relevancia porque la incapa- Coincido con Latimer11 en que “la ver-
cidad habitual del familiar que defiende la dad da soporte a la esperanza mientras que
conspiración del silencio no está tejida el engaño, independientemente de su ama-
desde el deseo de perjudicar al paciente, ble motivación, conforma la base del aisla-
sino desde un deseo primario y muy res- miento y la desesperación. El escalón crítico
petable de proteger a alguien a quien ama yace en balancear esperanza y verdad en
y que además está en una situación de una combinación que no sólo refleje la rea-
enorme vulnerabilidad. lidad sino que también conforte y dé fuerzas
También debemos considerar que al paciente para resituar sus fines y para
cuando un familiar plantea la conspiración que pueda continuar expresándose como la
del silencio, estamos ante alguien que persona única que es”.
tiene una necesidad de contención de sus También afirmo, siguiendo a Bartholo-
propias ansiedades. Esta situación exige me12 que “los profesionales sanitarios van
un proceso comunicativo con él, con estra- poco a poco descubriendo que la aquiescen-
tegias técnicas contrastadas, que logre cia, la obediencia y la complacencia del
que se sienta acogido y cuidado. El familiar paciente no son objetivos deseables para la
no puede ser utilizado sólo como un medio toma de decisiones. Si un paciente habitual-
para un fin, sino que él también, al igual mente no nos pide información, no tiene
que el paciente, es un fin en sí mismo y preguntas acerca de lo que se está propo-
tiene derecho a ser acompañado en sus niendo y parece con voluntad de seguir cual-
dificultades porque la experiencia de sufri- quier sugerencias de los profesionales, esto
miento también pertenece al familiar. nos debería de llevar a preguntarnos si real-
Si se produjera la situación excepcional mente estamos comunicando, si el paciente
de que el familiar sigue manteniendo una realmente comprende o si hay otros factores
postura estricta de no información frente a que inhiben la participación del paciente en
un paciente que desea ser informado, la toma de decisiones”.
nosotros podremos decidir unilateralmen-
te informar al paciente; ahora bien, esta COMUNICACIÓN Y DELIBERACIÓN
decisión será éticamente justificable si
realmente hemos trabajado a fondo el pro- Desde mi punto de vista el problema de
ceso comunicativo con la familia. Estaría- la información no es un dilema, como se ha
mos ante una situación de dobles lealtades llegado a afirmar, entre los principios de
e, indudablemente, tendríamos que optar autonomía y beneficencia, sino entre auto-
aunque sin olvidar que proteger un dere- nomía y no-maleficencia. Tan maleficente
cho (del paciente) no nos exime de la res- puede ser el encarnizamiento informativo
ponsabilidad de cuidar el proceso (el de (informar de un diagnóstico o pronóstico
intentar llegar a un consenso con la fami- negativos a un paciente que no quiere
lia). La conspiración del silencio no parece saber), como la conspiración del silencio
compatible con la relación de confianza frente a un paciente que desea ser infor-
que debe existir entre equipo y paciente, mado.
pero el desvelamiento de la información en Aquí aparece, una vez más, la dialéctica
contra de la opinión de la familia también entre técnica y ética, entre comunicación y

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deliberación. La información es un acto clí- miedos, a su realidad axiológica, y también


nico –esto está admitido en la práctica y supone asumir el riesgo de ser uno mismo,
además recogido en la ley1–, desafortuna- porque en la comunicación también entra-
damente es probable que todavía falten mos nosotros desde nuestras ideas –más o
años para que la legislación recoja que menos racionales o irracionales–, nuestros
también lo son la comunicación terapéuti- afectos y nuestros valores. Hay pautas,
ca y la deliberación. pero hay incertidumbre, hay claves, pero
hay que abrirse a la sorpresa, hay normas,
Ciertamente, el profesional puede man- pero también una petición de calidad para
tener una comunicación terapéutica ade- contemplar las excepciones.
cuada, según las circunstancias y posibili-
dades, con una persona con enfermedad El encuentro con el otro doliente –es
de Alzheimer en fase avanzada, pero difí- decir, con el ciudadano enfermo– supone
cilmente podrá deliberar con ella. De la oportunidad del crecimiento mutuo, de
todos modos, aquí estamos en el terreno modular las convicciones para no caer en
de las excepciones porque la mayor parte dogmatismos, de ejercitar el derecho a la
de los pacientes, mientras no se demues- progresión moral y a la búsqueda conjunta
tre lo contrario, son autónomos moral- de la verdad. En el fondo, es la carrera per-
mente, es decir, sujetos capaces de regular manente por la utopía, por el ir más allá de
su vida y de tomar decisiones sobre su lo establecido en el protocolo, en lo políti-
proyecto vital. Esto significa que la obliga- camente correcto, en el comportamiento
ción moral del profesional no estriba úni- que se queda simplemente en lo no-malefi-
camente en comunicarse adecuadamente cente.
con el paciente desde un punto de vista En este sentido la comunicación, que
terapéutico utilizando todas las estrate- pretende ser una herramienta básica para
gias comunicativas que aporta el counse- la simultánea o posterior deliberación
lling, sino que también debe establecer moral, tiene algunas claves que quizás
con él procesos deliberativos que realmen- convenga recordar:
te le ayuden en la toma de decisiones. a) Explorar permanentemente; no dar
¿Dónde está la dificultad? En mi opinión, nada por supuesto. No hay un paciente
en la asunción real de que el paciente es un igual a otro, cada persona es un mundo y
interlocutor válido en condiciones de dentro de cada persona las cambiantes cir-
simetría moral, es decir, un equal moral del cunstancias que inciden en la salud pue-
que me he convertido en compañero de un den llevarle por nuevos derroteros clínicos
viaje que no es el mío. y morales.
La comunicación tiene mucho de cien- b) Identificar no sólo los problemas
cia, pero también es un arte; lo mismo ocu- que yo como profesional, en función de mi
rre con la deliberación y ambas se necesi- experiencia clínica, puedo objetivar sino
tan. La comunicación sin deliberación también aquellas preocupaciones que el
puede convertirse en una herramienta paciente subjetivamente puede estar
seductora, manipulativa o coactiva aun- viviendo. Cuando los problemas que yo
que mantenga una intención beneficente. objetivo no tienen nada que ver con lo que
La deliberación sin comunicación terapéu- le preocupa al paciente, cambia la sintonía
tica puede resultar imposible o, al menos, y, por tanto, la comunicación. Yo puedo
claramente infructuosa. estar en onda media y el paciente en fre-
La comunicación, como arte, supone cuencia modulada.
asumir el riesgo de la diversidad. Los pro- c) Fomentar la actitud de la empatía y
cesos informativos por escrito (panfletos su correlato, en forma de habilidad, de la
informativos, formularios de consenti- respuesta empática. Ello supone captar el
miento informado cerrados, etc.) son gene- mundo interno del otro en el ámbito de los
ralistas, están dirigidos a un interlocutor hechos, de las emociones y de los valores,
estándar y, sin embargo, la comunicación pero también tener la capacidad de expre-
terapéutica exige adaptarte al otro, a su sarle que hemos captado ese mundo inter-
realidad, a sus sesgos cognitivos, a sus no. No olvidar que sin respuesta empática

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EL DERECHO DEL PACIENTE A LA INFORMACIÓN: EL ARTE DE COMUNICAR

yo puedo haber escuchado atentamente, BIBLIOGRAFÍA


pero mi escucha, sin devolución adecuada,
1. Boletín Oficial del Estado. Ley 41/2002, bási-
puede no haber tenido un resultado tera- ca reguladora de la autonomía del paciente
péutico. La empatía no sólo favorece que y de derechos y obligaciones en materia de
el otro se sienta escuchado, sino también información y documentación clínica. BOE
que pueda seguir explorando su mundo núm 274, de 15 de noviembre de 2002. pp.
interno, sin miedo a adentrarse en él, para 40126-40132.
posteriormente ir tomando decisiones. 2. BEAUCHAMP TL, CHILDRESS JF. Principios de
d) Actuar desde la congruencia o Ética Biomédica. Barcelona: Masson, 1999.
autenticidad, más allá de la mera sinceri- (Traducción de la 4ª edición).
dad. Ser congruente no significa que yo “le 3. CENTENO C, NÚÑEZ JM. Estudios sobre la
tenga que soltar” todo lo que pienso o comunicación del diagnóstico de cáncer en
siento sobre él –eso sería espontaneidad España. Med Clin (Barce) 1998; 110: 744-750.
patológica–, sino que aquello que exprese
4. SIMÓN P, DOMENECH P, SÁNCHEZ L, BLANCO T, FRU-
esté correlacionado con lo que pienso y TOS B, BARRIO I. ¿Querría usted saber que
siento. El paciente enseguida identifica tiene cáncer? MediFam 1994; 4, 3: 127-136.
cuándo estoy diciendo frases hechas que
no siento o cuándo hago una inadecuada 5. CENTENO C, NÚÑEZ JM. Questioning diagnosis
declaración de buenos deseos que nada disclosure in terminal cancer patients: a
prospective study evaluating patient’s
tienen que ver con la realidad. responses. Palliative Medicine 1994; 8: 39-44.
e) Propiciar la creación de un vínculo 6. GONZÁLEZ M, ESPINOSA E, DE LA GÁNDARA I, POVE-
terapéutico. Sin éste, no hay cambio posi- DA J. La información al paciente con cáncer.
ble. Si el profesional no se vincula a fondo Concepto de verdad soportable y progresi-
o la vinculación es estrictamente instru- va (editorial). Neoplasia 1993; 10: 7-8.
mental (“te cuento la analítica si me la
7. ARRANZ P, BARBERO J, BARRETO P, BAYÉS R. Inter-
pides, pero no se te ocurra preguntarme qué
vención emocional en Cuidados Paliativos.
creo que se debe hacer con la propuesta de Modelo y protocolos. Barcelona: Ariel, 2003.
cirugía…”) tendremos procesos informati-
vos, pero no comunicativos y, por supues- 8. SENRA A, LÓPEZ A, LÓPEZ JJB, QUINTELA D. La
to, ni atisbos de deliberación moral. Frente opinión de los parientes de enfermos con
al miedo a la sobreimplicación, la expe- cáncer sobre la comunicación del diagnósti-
co de cáncer. Neoplasia 1995; 12: 19-22.
riencia nos dice que, paradójicamente,
cuanto más se implica el profesional 9. OLIVER D. Ethical issues in palliative care –
menos se quema porque se sitúa ante un An overview. Palliative Medicine 1993; 7
sujeto en el que reconoce, signos, sínto- (suppl 2): 15-20.
mas y disfuncionalidades, pero también 10. NÚÑEZ JM, GRACIA D. Cultural issues and
capacidades, estrategias y valores. Ello ethical dilemmas in palliative and end-of-life
provoca que el encuentro terapéutico sea care in Spain. Cancer Control 2001; 8,1: 46-
más intenso, pero también que el profesio- 54.
nal salga fortalecido por lo mucho que 11. LATIMER E. Ethical challenges in cancer care.
puede incorporar de la riqueza del otro. J Palliative Care 1992; 8,1: 65-70.
En definitiva, la comunicación en el 12. BARTHOLOME W. A revolution in
ámbito sanitario puede ser un arte que ple- understanding: how ethics has transformed
nifique a las dos partes. health care decision making. ORB 1992: 6-11.

An. Sist. Sanit. Navar. 2006 Vol. 29, Suplemento 3 27

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