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Hay millones de personas que conocen de Dios, hablan de Dios, creen en Dios a
su manera, pero nunca han tenido un encuentro personal con El y como
resultado. Dios es para ellos una religión más, siguen practicando su pecado y no
tienen ningún cargo de conciencia, porque no han tenido un encuentro personal
con El. ¿Qué significa tener un encuentro personal con Dios? Significa que usted
ahora lo conoce en Sus diferentes facetas, tales como: amigo, padre, hermano,
compañero, Dios, sanador, proveedor, y todo lo que Él es. Puede hablar con Él,
puede sentir su presencia/ la cual se hace real en su vida, le ora a Él y Él le
contesta sus oraciones, camina con El y siente su amor. Es algo maravilloso
conocer a Jesús personalmente. Una de las cosas que suceden en su vida y la
razón por la cual está tan feliz, es que ha tenido un encuentro con Dios; el que
hizo los cielos y la tierra. Él es el único que da verdadera paz y gozo.
Naciste de Nuevo
Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los
judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios
como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está
Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo
puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en
el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que
el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo
que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No
te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de
donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así
es todo aquel que es nacido del Espíritu. Juan 3:1-8
Recordemos lo que dijo Jesús: “os es necesario nacer de nuevo". No importa cuál
sea su religión, no importa si es miembro de una iglesia, no importa si ofrenda, si le
da la mano al sacerdote, al pastor, etcétera; para ser salvo, necesita nacer de
nuevo.
"Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne,
ni por voluntad de varón, sino de Dios". Juan 1:12,13
Ahora, no solamente somos creación de Dios, sino que somos hijos de Dios; y
como tales, tenemos derechos, privilegios, autoridad y poder. Hemos sido hechos
coherederos con Cristo, y podemos disfrutar de bendiciones que antes no
podíamos alcanzar porque no nos pertenecían. Ahora todas las promesas de Dios
son para nosotros y debemos alegrarnos por esto. ¡Somos hijos de Dios!
Cuando la palabra de Dios enseña que somos nuevas criaturas, no significa que
usted no tiene más pensamientos malos, que ya no peca más, que ya no comete
errores; realmente no. Nueva criatura significa que su corazón fue hecho nuevo,
pero su alma necesita ser renovada cada día. Nueva criatura significa que las
cosas que usted hacía antes ya no las hace más, los pecados que usted cometía
antes ya no los practica más. Si usted fornicaba, adulteraba/ se emborrachaba,
mentía, robaba, celaba, odiaba y maldecía con su boca, ya no lo hace más, le
da repugnancia involucrarse en algo que ofenda a Dios, se siente mal. Esto es una
señal de que usted es una nueva criatura en Cristo Jesús, que ha nacido de
nuevo.
Efesios 2:1-10 dice que: Dios nos dio vida y nos dio un lugar especial, pues nos hizo
sentar en lugares celestiales (o tronos) y nos dio las riquezas de Su gracia.
Efesios 2:13 continua: Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo
estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Si fuimos hechos cercanos por El, debemos caminar con El. Si Dios nos sentó en
tronos, ¿Por qué bajarnos allí? ¡Quedémonos a Su lado!
2 Corintios 5:1 ofrece esperanza: Porque sabemos que si nuestra morada terrestre,
este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha
de manos, eterna, en los cielos.
Hijo, No Jornalero
En Lucas 15: 11-32 leemos la historia del hijo prodigo que se fue de casa con la
herencia del padre y regreso arrepentido, pero con el concepto equivocado de
sí mismo. Lo mismo le sucede a muchos que vienen a Cristo y creen que no son
dignos de ser llamados hijos de Dios.
En la parábola, la culpa hizo creer al joven que había perdido su posición de hijo,
pero el padre lo esperaba e hizo todo lo posible para demostrarle que, aunque
hubiese pecado, seguía siendo su hijo.
Así es nuestro Padre celestial, aunque pecamos, hizo todo lo posible para
reconciliarnos con El, y envió Su Hijo a morir por nosotros y luego, dejo escrito lo
que significamos para El, con el objetivo de que vivamos como hijos y no como
jornaleros. Hay hijos de Dios que lo sirven y son obedientes, pero no viven en la
gracia. Critican a los hijos que viven en la gracia y prosperan.
Según esta parábola podríamos concluir que hay distintas actitudes que los hijos
podrían tomar:
La combinación perfecta es el hijo que sirve bien, vive bien y acepta la gracia del
padre, como nosotros debemos hacer al aceptar la gracia de nuestro Padre
celestial.
El Lema que nunca debe olvidarse: Todo lo Puedo en Cristo que me fortalece
-Puedo cambiar.