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MAR MARCOS; “El cristianismo y la caída del Imperio Romano” en Bravo Castañeda, La

caída del Imperio romano y la génesis de Europa; Madrid, Editorial Complutense, 2001.
- Introducción: el cristianismo como causa de la caída de Roma.

La caída del Imperio romano ha sido explicada, y lo sigue siendo, de muchas maneras. Pero lo
cierto es que Roma cayó porque fue conquistada. El golpe final en Occidente lo dieron los
germanos quienes, durante los últimos años del s IV y primera mitad del V demostraron ser
militarmente superiores a los romanos. Pero ¿Por qué no pudieron defenderse? Para esto hay
muchas explicaciones: aumento de la presión fiscal, fin del esclavismo, decadencia de la vida
urbana, mezcla de razas, barbarización de la sociedad y el ejército, incompetencia y corrupción
de la burocracia, crisis moral…
La historiografía de los últimos años afronta con nuevas perspectivas el estudio del periodo de
transición que conocemos como Bajo Imperio o Antigüedad Tardía que durante mucho tiempo
fue considerado un periodo de decadencia. Ha dejado de ser considerada así y hoy se habla de
época de transformación y ya no se ve a la caída del Imperio romano como una catástrofe.
Momigliano planteó que el problema de la caída del Imperio Romano era que representa el
arquetipo de decadencia y símbolo de nuestros miedos.
La cuestión del cristianismo, cuya difusión y consolidación en el Imperio Romano coincidió con
el periodo de decadencia no puede ser dejada de lado. ¿Existe relación entre el cristianismo y la
caída del mundo antiguo? ¿Tuvo la Iglesia alguna responsabilidad en la disolución del Imperio?
¿Qué supuso para el Imperio la conversión de Constantino? Fueron los eruditos antiguos los que
comenzaron la polémica y coincidían en que la integración del cristianismo en la sociedad y la
vida política había supuesto un cambio en el Imperio. Con perspectivas diferentes, los paganos
mantenían que ese cambio había desintegrado al Imperio, mientras que los cristianos entendían
que su religión los había salvado, aportando nuevas bases morales.
Como el historiador pagano Zósimo, detractor de la política de Constantino, hay historiadores
modernos que han valorado negativamente el aporte del cristianismo, fundamentalmente
durante la Ilustración quienes acusaron al cristianismo de imponer la irracionalidad e
intolerancia frente a la tolerancia del sistema religioso romano. Para los Ilustrado el cristianismo
y la Iglesia eran los culpables de haber acabado con el racionalismo de la cultura clásica. De
todas las acusaciones, la más grave: la Iglesia rivalizaba con el Estado, llevándose a los mejores
hombres: “La Iglesia atraía a las mentes más creativas. Podían decirle tanto a los cultos como a
los incultos lo que debían hacer y transformaron la vida cotidiana de muchas personas”
(Momigliano).
La Iglesia tenía su propia jurisdicción, ofreciendo a la elite un amplio campo para ejercer el
poder. Se ha acusado a la Iglesia de contribuir a la ya dividida sociedad romana creando un
Estado dentro del Estado, con su propia jerarquía y reglas, contribuyendo a la separación entre
el Oriente griego y el Occidente latino.
La difusión del ideal ascético y la institucionalización del monacato, el abandono de las
actividades cívicas y de procreación fueron razones por las que se los acuse de desatender los
deberes sociales contribuyendo a disolver la sociedad clásica.
La tesis de Mar Marcos: a partir de un balance histórico de las principales aportaciones que hizo
el cristianismo al Imperio Romano, después de la conversión de Constantino, va a trazar dos
líneas de actuación: el Estado se cristianiza y la Iglesia se seculariza y la Iglesia se lleva a los
mejores hombres que luego son absorbidos por el Estado. La caída de Roma hoy no es un
problema pero, de todas formas, el autor quiere revisar diferentes perspectivas acerca de ello.
- El punto de partida: las consecuencias de la conversión de Constantino.

La conversión de Constantino al cristianismo cambió el rumbo de la historia de Occidente. Se


convirtió en el 312 mientras se preparaba para una guerra en las puertas de Roma contra
Majencio. Con el signo del crismón, en griego el nombre de Cristo, grabado en los escudos de
su ejército entró en combate y venció.
El nuevo emperador de Roma abandonaba las creencias paganas y el culto solar para convertirse
en fiel cristiano. Asi dejaba el cristianismo de ser un credo perseguido aunque lo eran de modo
esporádico y los cristianos habían vivido en relativa paz. Lo revolucionario es el status que a
partir de ese momento adquirió la Iglesia, reconocida como institución dentro del Imperio con
varios privilegios.
La Iglesia deja de pasar desapercibida para el Estado y pasa a ser objeto de favor y protección:
mandó a que le fueran devueltas las propiedades, los autorizó a recibir donaciones, eximió al
clero de pagar impuestos, confirió a los obispos autoridad judicial, convirtió al domingo en día
de fiesta. Se tomaron medidas también de carácter humanitario: no marcar a los esclavos,
prohibición de la crucifixión.
La conversión trajo otras novedades: inauguró la política de construcción de edificios cristianos
a expensas del Estado. Constantino y su familia hicieron cuantiosas donaciones y fueron modelo
para las próximas generaciones imperiales.
No dudó en intervenir en asuntos religiosos de la Iglesia: Concilio de Nicea en 325 en Asia
Menor para resolver la controversia teológica arriana. Convirtió a los concilios en instrumentos
de su política de unificación, en la que era necesaria la unidad eclesiástica. El Concilio fue
convocado y presidido por el emperador autoproclamado “Obispo de los de afuera” inaugurando
la práctica de meterse en asuntos de la Iglesia que va durar toda la Antigüedad Tardía.
Los obispos, aunque muchas veces expresaron disgusto, siempre estaban dispuestos a apelar al
emperador para resolver sus disputas.
Se discute la autenticidad de la conversión de Constantino. Mientras en la historiografía
cristiana aparece como modelo de piedad e instrumento de Providencia divina, la opinión
pagana sostenía que hubo cierto oportunismo y que el camino que él inició condujo a la ruina de
Imperio.
Constantino no rompió bruscamente con el paganismo oficial. Siguió desempeñándose como
pontífice máximo y cumpliendo con las ceremonias religiosas del Estado. La fundación de
Constantinopla en 330, pensada por Constantino como contrapunto cristiano a la Roma pagana.
Pero fue el reconocimiento de la Iglesia como institución universal el cambio que no tuvo vuelta
atrás. Constantino muere en 337 luego de ser bautizado. Es enterrado junto a la iglesia de los
Santos Apóstoles y ha sido venerado como el decimotercer apóstol por la Iglesia griega. A partir
de acá, Estado e Iglesia son inseparables.
- Un siglo más tarde: el cristianismo como religión oficial del Estado.

Los sucesores de Constantino, excepto Juliano el Apóstata (362- 265) fueron cristianos y
durante todo el siglo IV la Iglesia acumuló riqueza, poder e influencia. A fines del IV el Estado
romano se había separado completamente del paganismo y se convirtió en Estado cristiano
confesional. En 380, Teodosio dictó una ley, Edicto de Tesalónica, que establecía al catolicismo
como credo de los habitantes del Imperio.
Hasta entonces ningún emperador había intentado imponer creencias. El mismo día emite una
ley antipagana, se prohibían los sacrificios, la visita a los templos, el culto a los ídolos y
cualquier otra forma de culto pagano.
En la época de Teodosio el cristianismo había alcanzado a todas las clases sociales. La
legislación a favor de la Iglesia y las medidas antipaganas contribuyeron al proceso de
cristianización. La Iglesia ofrecía amparo para todos: a los pobres protección material y a los
ricos un ámbito para hacer carrera. El Senado de Oriente estaba compuesto por una abrumadora
mayoría de cristianos. La aristocracia de Roma se mostró reacia a aceptar la religión de los
emperadores y sus leyes.
Solo los Senadores de Roma hicieron frente al proceso institucional de cristianización del
Estado. En 354 Constancio, Hijo de Constantino, mandó a retirar del Senado la estatua de
Victoria ante la que los senadores hacia sus juramentos. Cuando llega Juliano la manda a poner
de nuevo junto a otras medidas para recomponer el paganismo. El altar siguió estando allí hasta
que Graciano en 382 y tomó nuevas medidas contra el paganismo además de rechazar el titulo
de pontífice máximo. Los senadores, que además cumplia funciones de sacerdotes paganos,
pidieron la derogación de esas leyes argumentando que era un deber de los emperadores
mantener el culto tradicional porque el Estado caería en la impiedad de y los dioses no los
protegerían.
La polémica duró más de una década. El Senado perdió pero a fines del IV era un órgano
constituido por mayoría de paganos aún. Sin embargo, las leyes contra el paganismo se sucedían
y muchas familias senatoriales se convertían encabezadas por las mujeres.
Zósimo, en el VI, admite que ya no había paganos en Roma en el V porque en el 408, cuando
ante la amenaza de Alarico, el Prefecto intentó una peregrinación al templo de Júpiter no llegó
a celebrarse. Cuando Alarico tomó la ciudad en el 410 se puede decir que Roma era ya una
ciudad cristiana.
- Un mundo transformado: el impacto del cristianismo en las estructuras del Imperio.

Marrou dice que el hecho histórico más importante es el triunfo del cristianismo pues se fue
haciendo progresivamente una religión de Estado y tiende a imprimir su huella sobre las
instituciones, el ambiente y el modo de vida.
Desde la conversión de Constantino hasta el saqueo de Alarico, las estructuras del imperio y de
la sociedad romana se habían modificado.
El cristianismo había hecho emerger nuevas figuras: obispos que rivalizan con funcionarios del
Estado a los que a veces sustituyen; ascetas que reemplazan en el paisaje a la figura del filósofo;
monjes en los desiertos de Egipto y Siria; peregrinos; influyentes mujeres poniendo su fortuna
en la Iglesia.
Nace también un nuevo pensamiento político que da origen a una nueva teoría. A partir de
Constantino y gracias a Eusebio de Cesarea, se asienta la idea de que el poder imperial depende
de Dios y de que el gobernante es un hombre ispirado. Así, los asuntos de la Iglesia se
convierten en competencia del Estado.
La conversión del Imperio al cristianismo alteró también la organización del tiempo. Las
festividades tradicionales son desplazadas por las cristianas. El solsticio de invierno, fiesta en
honor al Sol Invictus, pasó a conmemorar el nacimiento de Cristo y los festivales de marzo y
abril fueron desplazados por la pascua cristiana. También fue modificada la morfología de las
ciudades: nuevas construcciones; propició la aparición de nuevos géneros literarios que
modificó el espíritu de las leyes y nueva imaginería del mundo del más allá. El paraíso de los
justos y el infierno de los pecadores. Santos y demonio pasan a formar parte de las imágenes.
La vida familiar, las relaciones sociales y otros aspectos de la vida cotidiana fueron
modificados: “hacia el 400 eran años difíciles pero mientras todo se transformaba o caía la
Iglesia permaneció resistente como institución. Conservó sus riquezas y raíces urbanas”
(Perkins)
En Occidente la Iglesia sobrevivió a la caída del Imperio y además se convirtió en interlocutor
con los bárbars cuando el Estado romano se desintegró a mediados del V. La mayoría de
bárbaros eran cristianos (aunque arrianos).
La Iglesia fue la hacedora del proceso mediante el cual la idea de Imperio y romanidad
permaneció viva durante muchos siglos del Medioevo. Carlomagno se presentaba como
heredero de los emperadores romanos.
- Una fecha para la caída de Roma: la percepción de la historiografía moderna.

Los hombres del Medioevo estaban convencidos de ser herederos del Imperio Romano. Sin
embargo, los contemporáneo se dieron cuenta que el Imperio Romano de Occidente había
desaparecido. El tema de la “decadencia o caída” es moderno planteado por primera vez por los
Renacentistas italianos e intentaron explicar por qué la tradición del mundo clásico permaneció
oculta durante la Edad Media.
Tuvieron divergencias para ponerle fecha al fin del mundo antiguo. Algunos detectan síntomas
en el siglo II d. C que se manifiesta en el plano espiritual: se empieza a habla de “Antigüedad
Tardía” a partir de la muerte de Marco Aurelio y fijan el fin de mundo antiguo con las
invasiones árabes. Hay quienes señalan la fecha de la Navidad del 800 con la coronación de
Carlomagno. Otros, en 1806 con el fin del Sacro Imperio Romano.
Las fechas son puestas dependiendo de la perspectiva y algunas tienen más consenso que otras.
Así, en 395, con la muerte de Teodosio y la división del Imperio entre sus dos hijos, Honorio y
Arcadio; cada parte va a evolucionar de modo diferente sobre todo a partir del V. occidente
sucumbió ante las invasiones, mientras que Oriente mantiene un gobierno sólido y destinado a
durar conservando sus rasgos romanos hasta las invasiones árabes del VII. Hay quienes ponen el
fin del Roma con la fundación de Constantinopla en 330.
Desde el punto de vista político, la fecha 476, cuando fue depuesto el ultimo emperador,
Rómulo Augusto y ocupó el trono el bárbaro Odoacro, es un momento de ruptura clave. Esta es
la fecha de inicio de la Edad Media en los manuales tradicionales de Occidente. Mientras tanto,
el Oriente perpetuó el Imperio Romano hasta las invasiones árabes o hasta la caída de
Constantinopla en 1453.
Para aquellos a los que la cristianización del Imperio les resulta clave, la conversión de
Constantino (312) y el Edicto de Milán (313). Para los Occidentales el 410 tiene mayor impacto
psicológico y levantó mayor polémica acerca de la responsabilidad de la crisis. El autor toma
esta fecha como referencia de percepción de final que tuvieron los hombres de la
Antigûedad Tardía.
- Percepciones paganas y cristianas de la decadencia.
Los hombres de la Antigüedad percibieron la “decadencia” incluso antes de las primeras
muestras de ello y dieron distintas explicaciones según donde vivieran (Oriente u Occidente).
La idea del ocaso es casi obsesiva en los antiguos y es producto de la percepción evolutiva de la
historia: todo nace, madura y tiene que morir. Este pesimismo agudizaba en tiempos de crisis.
Los cristianos también creían que se acabaría el mundo algún día antes de que sucediera la
Resurreccion y lo esperaban con miedo y ansia. Compartían con los judíos la idea de la culpa y
asociaban a ella la idea de decadencia. Para los antiguos, tanto paganos como cristianos, el fin
de Roma era el fin de mundo.
Era una aparición extendida antes de la aparición del cristianismo que las desgracias publicas se
debían a falta de fervor religioso y cuando las desgracias abatieron el Imperio, se acusó a los
cristianos de esos males. Las autoridades romanas habían perseguido a los cristianos por su
ateísmo y también se los acusaba de la ruptura con el pasado: el abandono de la tradición está en
la base de la polémica entre paganos y cristianos. Los cristianos se defendían: Roma ya había
sufrido muchos males anteriormente y la situación era mejor desde la existencia del cristianismo
y que las desgracias eran por la obstinación pagana y que la causa de la crisis es el
envejecimiento de un mundo en decadencia física y moral.
- El impacto psicológico del saqueo de Roma por Alarico.
La sensación de un fin eminente de Roma aparece en los textos del s IV y V, tanto cristianos
como paganos. Durante el reinado de Constantino, Lactancio escribía en el norte de África:
“Roma morirá por un justo efecto de Dios (…)”
Los romanos creyeron que esta profecía se había cumplido cuando sufrieron la derrota contra
los godos en 378 en el que murió el emperador Valente.
El historiador pagano Amiano Marcelino, en ese momento, recordó que muchas veces Roma
estuvo al borde del desastre y se salvó pero también él tiene la sensación de vivir en un tiempo
de decadencia.
San Agustín consideraba que Roma atravesaba un gran momento de degradación moral: se
habían perdido las antiguas virtudes. Pero ni los paganos ni los cristianos creyeron alguna vez
que Roma ya había caído hasta que la ciudad fue saqueada en 410.
Roma había sido ocupada por los galos en el IV a. C, amenazada durante la Segunda Guerra
Púnica. Pero había pasado mucho tiempo.
Solo después de 410 tuvieron la percepción de que algo irreparable había sucedido y se culparon
unos a otros.
Aprovechando que el ejército de Occidente se ocupaba en frenar los ataques de los vándalos y
alanos que presionaban detrás del Danubio, Alarico cruzó los Alpes y sitió la ciudad de
Aquileya. En Italia cundió el pánico y en Roma se reforzaron las murallas.
A pesar de las oraciones, las negociaciones políticas, algunas victorias del ejército romano, unos
años más tarde Alarico llega a las puertas de Roma. Se cortó el tráfico por el Tíber y los accesos
por tierra. Hubo que racionar el pan, hubo epidemias y los cadáveres no se podían enterrar
porque los cementerios estaban fuera de la muralla. Corría el rumor de que los dioses paganos
fueron en ayuda de ciudades del norte y los habitantes de Roma se volcaron a cumplir los ritos
religiosos tradicionales y el Papa los autorizó siempre y cuando sean en privado. El senado trató
de pactar con Alarico ofreciéndole objetos preciosos pero no se acordó a fines del 409 la ciudad
fue asediada y en 410 por tercera vez.
Alarico sometió a la ciudad al pillaje durante tres días pero, como era cristiano, mandó a
respetar las Basílicas de los mártires San Pedro y San Pablo que sirvieron de asilo a la
población, tanto cristiana como pagana. Alarico quiso avanzar a Sicilia pero una tormenta se lo
impidió y los cristianos vieron en ello la intervención de Dios, mientras que los paganos decían
que había sido obra del ídolo que estaba situado en el puerto de embarque.
El impacto de la caída de Roma fue grande: “todos los pueblos de Oriente, dice Agustín, lloran
vuestro desastre (…)”
- La polémica entre paganos y cristianos sobre la responsabilidad de la caída de Roma.
Todos coincidían en que era un desastre pero no coincidían en los responsables. El Imperio
estaba dividido. En Occidente gobernaba Honorio y en Oriente su sobrino Teodosio II. Honorio
y su corte no fueron capaces de detener a los godos y tampoco recibieron ayuda de los
orientales. Los paganos decían que los tiempos habían empeorado desde que el Imperio era
cristiano y por lo tanto era su culpa que renegaron a los dioses. En 380-90 los emperadores
habían quitado los subsidios a los templos y sacerdotes paganos, retiraron la estatua de Victoria,
rechazaron el título de Pontífice Máximo, emitieron leyes anti- paganas y permitían actos de
vandalismo y violencia contra los paganos.
El saqueo de Roma fue un buen momento para sacar a la luz las críticas de los paganos. Pero los
cristianos responden que si sus dioses no los salvaron es porque no estaban allí.
Los paganos planteaban que si estuvo el Dios de los cristianos no les valió de mucho porque los
mataron igual que a ellos y sus mujeres fueron violadas como las paganas.

- La respuesta de San Agustín a las críticas de los paganos,


Agustín escribe La ciudad de Dios (413) cuyos primeros tres libros son una respuesta a la
catástrofe de 410; el resto dedicado a criticar al paganismo.
Utiliza el siguiente argumento: las catástrofes se produjeron siempre en Roma y los dioses
paganos tampoco habían podido remediarlo. Si Roma había vencido no fue por sus dioses sino
por las virtudes de los romanos, su pericia guerrera y a Dios que los utilizó como elemento
providencial, si saberlo ellos. Agustín minimiza los efectos del saqueo diciendo que los asaltos
siempre fueron así e insistiendo en el hecho inédito de un godo piadoso ya que Alarico respetó
Iglesias como lugares de refugio. La Providencia eligió a Alarico para castigar a un pueblo
impío. Los paganos debieran estar agradecidos de que Alarico haya sido cristiano.
Pero no le queda otra que reconocer que justos e impíos han sufrido por igual y eso responde
también a la Providencia porque se pudo ver bien quien defendió su fe hasta las ultimas
consecuencias. La pérdida de sus riqueza los ha vueltos pobres y por tanto serán los primero en
el cielo; el hambre los ha acostumbrado al ayuno y ejercitado en el ascetismo; quienes murieron
de hambre han dejado de sufrir ya en este mundo y los que sobrevivieron han superado esta
prueba moral.
La ciudad terrenal está destruida pero la ciudad de Dios está triunfante.
Sin embargo hay una pronta recuperación psicológica. Roma sigue vive porque los hombres de
la Edad Media se consideraban herederos suyos trasladándose a Carlomagno y más tarde al
Sacro Imperio Romano. Solos en el Renacimiento se empieza a hablar de Roma en pasado.
- La decadencia de Roma vista por los intelectuales paganos: la responsabilidad del
cristianismo.
La ausencia de crítica al cristianismo se ha interpretado como un rasgo de sincretismo y
tolerancia por parte de los paganos. Lo que no podían admitir era la cuestión del
monoteísmo y el pasaje a religión del Estado. Zósimo, historiador anticonstantiniano,
porque su obra empieza en esa época considera que a partir de Constantino se inicia la
decadencia. Utilizó como fuente a historiadores más antiguos.
Narra los sucesos previos al saqueo que es cuando él considera el fin del Imperio. Los dos
temas son el fin del paganismo y la incorporación de los bárbaros al ejército. Su argumento
es que el abandono de las ceremonias tradicionales y la impiedad de los emperadores
cristianos hicieron que los dioses desatendieran al Imperio.
El punto de partida de la decadencia era el 305, cuando abdican Diocleciano y Maximiano y
de la subida al poder de Constantino que junto a Graciano y Teodosio son los más odiados
por Zósimo. La contrafigura es Juliano.
Su versión de la conversión: la sitúa en 326 en el .contexto de la responsabilidad de
Constantino por la muerte de su hijo y su esposa convirtiéndose al cristianismo para expiar
sus culpas.
Del mismo modo, presenta negativamente a Teodosio que hizo del catolicismo la religión
oficial y legisló contra el paganismo. Además introdujo germanos en el ejército.
A Zósimo se lo ha culpado desde todos los ámbitos de manipular de la verdad histórica.

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