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1 Conceptos sobre proyectos

El termino Proyecto pese a ser de uso común, puede tomar significados diferentes y no
siempre se emplea en el mismo sentido. La palabra proviene del latín proiectus, que a su vez
deriva de proiicere, que significa dirigir algo o alguna cosa hacia adelante. De aquí que entre
sus aceptaciones encontremos que proyecto se refiere a un esquema, programa o plan que se
hace antes de dar forma definitiva a algo o alguna cosa. Un proyecto es una intervención
deliberada y planificada por parte de una persona o ente que desea generar cambios
favorables en una situación determinada. Es el conjunto de actividades concretas,
interrelacionadas y coordinadas entre sí, que se realizan con el fin de producir determinados
bienes y servicios capaces de satisfacer necesidades o resolver problemas.
Venemedia (2014). conceptodefinicion.de/proyecto/

Un proyecto es la búsqueda de una solución inteligente al planteamiento de un problema


tendiente a resolver, entre tantos, una necesidad humana. Cualquiera que sea la idea que se
pretende implementar, la inversión, la metodología o la tecnología por aplicar, ella conlleva
necesariamente la búsqueda de proposiciones coherentes destinadas a resolver las
necesidades de la persona humana.

Sapag, N. (2011). Proyectos de inversión. Formulación y evaluación (5ta edición). Colombia: Mc


Graw Hill, Interamericana.

Idea de una cosa que se piensa hacer y para la cual se establece un modo
determinado y un conjunto de medios necesarios.
Diccionario de Google

1.2 Estructura de proyectos y ciclo de vida (1.5)

La estructura del ciclo de vida cada proyecto está definido por el modelo de fases que se
utilice y este suele estar determinado por la organización, la industria o, incluso, la tecnología
empleada en el proyecto. No es posible determinar de forma genérica las fases de todos los tipos
de proyecto, aunque en ocasiones se hace referencia a una estructura genérica del ciclo de
vida que se compone de las fases de:

 Inicio del proyecto,


 Organización y preparación,
 Ejecución del trabajo y cierre del proyecto.

ITM platform (2015). Ciclo de vida de un proyecto. España: Blog.


Aunque no puede determinarse una estructura general para todos los proyectos, puede hablarse de
unas categorías básicas que cualquier líder de proyecto debería tener presentes en el momento
de elaborar su estructura.

1.Finalidad y objetivos:

Las finalidades de un proyecto suelen estar relacionadas con aspiraciones a gran


escala, como por ejemplo el posicionamiento de la marca o metas de rendimiento
concretas. Comparados con éstas, los objetivos son pasos intermedios o acciones
inmediatas que contribuyen a alcanzar las finalidades. Una finalidad puede estar
respalda por varios proyectos, cada uno de los cuales tiene objetivos específicos.

2. Destinatarios:

Todos los proyectos tienen un receptor o beneficiario. Esta categoría se emplea


sobre todo en el terreno del marketing, donde señala directamente al público
objetivo para el que las empresas elaboran sus productos o servicios. A veces el
curso de los proyectos suele estar dado por las condiciones que fijan sus receptores.

3. Producto o servicio:

Es el elemento central del proyecto. En él se debe condensar todo el trabajo previo


de análisis conceptual, diseño, producción y estudio de mercados. Sin embargo, no
debe confundirse con el resultado final del proyecto, que es de carácter general. El
producto, por el contrario, es sólo un medio para alcanzar los objetivos.

4. Actividades:

Todo proyecto tiene unas actividades, las cuales suelen subdividirse en fases o
etapas intermedias. Dichas fases son más o menos complejas según del alcance del
proyecto. A la hora de definir las tareas, lo más recomendable es hacerlo siguiendo
un orden lógico y realista que garantice la evolución del proceso. Además, hay que
tener en cuenta que no todas las tareas tienen la misma importancia, por lo cual se
hace necesaria una labor previa de jerarquización de las mismas.

5. Calendario:

Asimismo, es recomendable definir unas fechas y unos plazos para el desarrollo de


cada tarea. Un calendario no es necesariamente una camisa de fuerza; es, sobre todo,
una guía de acción. Por tanto, debe diseñarse con flexibilidad.

6. Recursos disponibles:

Son de dos tipos: humanos y materiales. En ambos sentidos, es necesario precisarlos


de la mejor manera y, a la vez, determinar en qué momento del proceso deben
emplearse. Esta estimación requiere, además, de un margen de acción que permita la
introducción de eventuales recursos que no estén previstos.
7. Presupuesto:

Tiene que ver con la financiación de proyecto. Pero no sólo en términos generales;
si es preciso, el cálculo debe incluir el coste de cada etapa y los gastos adicionales
en los que pueda incurrir el grupo de trabajo durante la ejecución de sus tareas.

8. Resultados:

Un proyecto debe especificar, además, la manera en que se expresarán sus


resultados. Generalmente, éstos se miden en función de si el proceso ha cumplido
con los objetivos que se trazaron al inicio. Sin embargo, como la redacción de un
proyecto se lleva a cabo antes de conocer los resultados del mismo, en último
término se trata de definir aquello que se quiere alcanzar. En esta tarea hay que ser
preciso, realista y evitar vaguedades o escenarios demasiado abstractos.

OBS Business School (2016). Etapas de un proyecto. Elementos claves en la estructura de un


proyecto. Barcelona: Blog project management.

1.3 Tipos de proyectos

Según el objetivo o la finalidad del estudio, es decir, de acuerdo con lo que se espera medir
con la evaluación, es posible identificar tres tipos de proyectos que obligan a conocer tres
formas de obtener los flujos de caja para lograr el resultado deseado.

Éstas son:

a) Estudios para medir la rentabilidad del proyecto, es decir, del total de la inversión,
independientemente de dónde provengan los fondos.

b) Estudios para medir la rentabilidad de los recursos propios invertidos en el proyecto.

c) Estudios para medir la capacidad del propio proyecto para enfrentar los compromisos de
pago asumidos en un eventual endeudamiento para su realización.

Sapag, N. (2011). Proyectos de inversión. Formulación y evaluación (5ta edición). Colombia: Mc


Graw Hill, Interamericana.

1.4 Etapas en la formulación y evaluación de proyectos

el proceso de un proyecto reconoce cuatro grandes etapas: idea, preinversión, inversión y


operación

En la etapa de preinversión se realizan los tres estudios de viabilidad: perfil, prefactibilidad y


factibilidad.

Perfil: En el estudio de perfil, más que calcular la rentabilidad del proyecto, se busca
determinar si existe alguna razón que justifique el abandono de una idea antes de que se
destinen recursos.

“prefactibilidad”; éste profundiza en la investigación, y se basa principalmente en información


de fuentes secundarias para definir, con cierta aproximación, las variables principales referidas
al mercado, a las alternativas técnicas de producción y a la capacidad financiera de los
inversionistas, entre otras. En términos generales, se estiman las inversiones probables, los
costos de operación y los ingresos que demandará y generará el proyecto.

El estudio más acabado, denominado de “factibilidad”, se elabora sobre la base de


antecedentes precisos obtenidos mayoritariamente a través de fuentes de información
primarias.

A su vez la Preinversión se subdivide en 2 etapas:

Formulación y preparación: En una primera etapa se preparará el proyecto, es decir, se


determinará la magnitud de sus inversiones, costos y beneficios.

Evaluación: En una segunda etapa, se evaluará el proyecto, en otras palabras, se medirá la


rentabilidad de la inversión.

Por otra parte, en la etapa de evaluación es posible distinguir tres subetapas: la medición de la
rentabilidad del proyecto, el análisis de las variables cualitativas y la sensibilización del
proyecto.

Cuando se calcula la rentabilidad, se hace sobre la base de un flujo de caja que se proyecta, a
su vez, sobre la base de una serie de supuestos.

El análisis cualitativo complementa la evaluación realizada con todos aquellos elementos no


cuantificables que podrían incidir en la decisión de realizar o no el proyecto. A la identificación
de los aspectos más débiles del proyecto evaluado debe darse una dedicación especial.

la sensibilización se enfoca en sólo aquellos aspectos que podrían, al tener mayores


posibilidades de un comportamiento distinto al previsto, determinar cambios importantes en
la rentabilidad calculada.

El análisis completo de un proyecto requiere, por lo menos, la realización de cuatro estudios


complementarios: de mercado, técnico, organizacional-administrativo-legal y financiero.

Mientras los tres primeros proporcionan fundamentalmente información económica de costos


y beneficios, el último, además de generar información, construye los flujos de caja y evalúa el
proyecto. Junto con los estudios anteriores se debe considerar un estudio o análisis de impacto
ambiental, estudio transversal al estudio de la viabilidad económica de un proyecto.
1.6 Criterios de identificación y selección de proyectos en la administración pública y el sector
privado.

1. Proyectos de la Inversión Privada: Los realizan los empresarios particulares para


satisfacer sus propios objetivos.

Selección: Se realiza en base al beneficio potencial que el inversionista privado espera


del proyecto son los resultantes del valor de venta de los productos del proyecto:
RENTABILIDAD. La evaluación privada trabaja con el criterio de precios de mercado.

2. Proyectos de Inversión Social (Público) Los proyectos de inversión social buscan medir el
impacto que una determinada inversión tendrá sobre el bienestar de la comunidad. A través
de este se cuantifican los costos y beneficios sociales directos, indirectos e intangibles.

Selección: Se realiza en base al beneficio social que se produciría al maximizar el grado de


satisfacción de los ciudadanos por cada peso que el gobierno invierte en un proyecto, sin
importar la rentabilidad.

Nelson, J. (2010). Elaboración de proyectos. Colombia: Slideshare.

Sapag, N. (2011). Proyectos de inversión. Formulación y evaluación (5ta edición). Colombia: Mc


Graw Hill, Interamericana.

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