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¿COMO ORAR?

1. ¿QUE ES ORAR?
2. ¿POR QUE ORAR?
IMPORTANCIA DE LA ORACION.
3. FORMAS DE ORACION.
4. CONDICIONES PARA LA ORACION CONTEMPLATIVA.
5. APOYOS EN LA ORACION.

EL CAMINO DE SANTIDAD
COMO SUBIDA A UNA MONTAÑA

1. ¿QUE ES ORAR?
"La oración es una conversación o coloquio con Dios" (San Gregorio Niceno). "La
oración es hablar con Dios" (San Juan Crisóstomo). "La oración es la elevación del alma a
Dios o la petición de bienes convenientes" (San Juan Damasceno. cfr. CIC #2559).
"Oración es tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con Quien sabemos
nos ama" (Sta. Teresa de Jesús). Y el Catecismo de la Iglesia Católica da también la
definición de Sta. Teresita del Niño Jesús: "Para mí, la oración es un impulso del corazón,
una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto
desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría" (CIC #2558)
Sin embargo, la oración es mayormente una actividad sobrenatural. No es sólo, ni
principalmente obra del hombre: es más obra de Dios, que acción nuestra.

2 ¿POR QUE ORAR?


IMPORTANICA DE LA ORACION.
Llama la atención que el Catecismo de la Iglesia Católica dedique una quinta parte
(20%) de sus páginas al tema de la oración, en forma muy extensa y explícita, y tratando
todas las formas de oración, inclusive la de la contemplación, que erróneamente ha estado
reservada para vocaciones especiales. Son tan detallados los capítulos que el Nuevo
Catecismo dedica a la oración, que trae hasta consejos prácticos para la oración y trata
también los errores en que se pueden caer los orantes. El tratamiento que da el Catecismo a
la oración denota la importancia que le asigna el Magisterio de la Iglesia a la misma.
La oración es la llave que abre nuestro corazón y nuestra alma al Espíritu Santo; es
decir, a Su acción de transformación en nosotros. Al orar, permitimos a Dios actuar en
nuestra alma -en nuestro entendimiento y nuestra voluntad- para ir adaptando nuestro ser a
Su Divina Voluntad. (cfr. CIC 2825-1827)
La oración nos va descubriendo el misterio de la Voluntad de Dios. (cfr. Ef.1,9)
La oración va conformando nuestro ser a esa forma de ser y de pensar divinas: nos va
haciendo ver las cosas y los hechos como Dios los ve.
La oración nos va haciendo conformar nuestra vida a los planes que Dios tiene para
nuestra existencia.
En fin: la oración nos va haciendo cada vez más "imagen de Dios".
Tal vez por todas estas cosas y por el interés del Magisterio de la Iglesia en la oración,
el Papa Juan Pablo II nos dejó una consigna en su visita a Venezuela, consigna que repite
en todos sus viajes y que él mismo practica: "Ante todo, creced en el Señor ... Abrid
siempre más vuestro corazón a Cristo. Acoged Su presencia misteriosa y fecunda; cultivad
la intimidad con El en ese encuentro que cambia la vida ... Creced siempre en el Señor.
Creced hacia la plenitud de Dios" (Ef.3,19). Y esta consigna no fue precisamente para el
Clero o los Religiosos: la dijo para los laicos, para los que debemos estar actuando en el
mundo.
Y ese crecimiento en el Señor, ese crecimiento hacia la plenitud de Dios no puede
darse sin la oración, sin "ese encuentro que cambia la vida".
Y ese crecimiento significa ir creciendo en los frutos del Espíritu Santo, algunos de los
cuales cita San Pablo en su carta a los Gálatas (Gal. 5,22-23): amor, alegría, paciencia,
comprensión, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí ... pues el Espíritu Santo va
infundiendo ésos y otros frutos en el alma de todo aquél que se abre a su acción de
transformación divina, sobre todo a través de la oración.
La oración es tan importante que no podemos, por ejemplo, pretender amar, amar
verdaderamente, amar como Dios nos ama, si no nos abrimos a la acción del Espíritu Santo
a través de la oración y de los Sacramentos. Porque para amar verdaderamente hay que
dejar que sea el Espíritu Santo -que habita en nuestro interior si estamos en estado de
gracia- Quien ame en nosotros y a través de nosotros. De otra manera, lejos de proyectar el
Amor de Dios en nosotros, podemos más bien proyectar nuestro propio yo

3. FORMAS DE ORACION

3. 1.COMUNITARIA:

3. 1. 1. LITURGICA:

o Santa Misa: es la oración más importante.


o Oficio Divino o
Liturgia de las Horas.

3. 1. 2. No LITURGICA:

o Oración comunitaria o
en grupos

3. .2.PERSONAL

La oración personal puede tener muy variadas formas, y aunque hay oraciones más
elevadas que otras, cualquier tipo de oración agrada al Señor, y la oración que utilice cada
persona depende mucho de su personalidad, del llamado que Dios la haga y de las gracias
que Dios le otorgue. Depende de cada uno -es cierto- responder lo mejor posible a ese
llamado y a esas gracias que vienen del Señor.
Sin embargo, es bueno ver lo que nos dice el Nuevo Catecismo (#2726) sobre algunos
conceptos erróneos que pueden haber en torno a la oración personal:

 Considerar la oración como un monólogo y no un diálogo: Es cierto que la


oración es conversar con Dios, pero la conversación implica diálogo: no puedo
hablar sólo yo. Orar no es tanto hablar nosotros a Dios, ni mucho menos hacerle
exigencias, sino más bien guardar silencio ante El, tratando de descubrir Su
Voluntad, cuáles son Sus Planes para nuestra vida. Ya Jesucristo nos aconsejó así:
"Al orar no multipliquéis las palabras ... pensando que por mucho hablar seréis
atendidos" (Mt.6,7)
 Creer que la oración es sólo un esfuerzo personal: Si bien es cierto que hay
que desear orar y que hay que proponerse orar con toda la asiduidad que nos sea
posible y "sin desfallecer" como nos dice el mismo Jesucristo, el Nuevo Catecismo
nos dice que "la oración viene también del Espíritu Santo". En realidad, es el
Espíritu Santo Quien hace la oración en nosotros, o mejor: es la oración en nosotros
(cfr. Isabel de la Trinidad, Carmelita Descalza venezolana ya fallecida).

FORMAS DE ORACION PERSONAL:

VOCAL - MENTAL - CONTEMPLATIVA

Aunque Sta. Teresa hace la diferencia entre las tres formas de Oración Personal,
también es cierto que las considera íntimamente relacionadas entre sí. "Toda oración vocal,
si se reza como hay que hacerlo, es ya y es antes oración mental ... Sabed, hijas, que no está
la falta para ser o no ser oración mental en tener cerrada la boca; si hablando estoy
enteramente entendiendo y viendo que hablo con Dios ... junto está oración mental y
vocal".
Considera la máxima excelencia de la oración vocal en que es camino para la
contemplación: "Es muy posible que estando rezando el Paternoster os ponga el Señor en
contemplación perfecta". Y, característica de su humor y hasta ironía dice a los "enemigos
de los contemplativos": "no penséis que estáis libres de serlo si las oraciones vocales rezáis
como se han de rezar".
3.2.1. ORACION VOCAL:
Dice el Nuevo Catecismo (#2704): "La oración vocal es la oración por excelencia de
las multitudes ... se hace interior en la medida que tomamos conciencia de Aquél "a Quien
hablamos" (Sta.Teresa Jesús). Por ello, la oración vocal se convierte en una primera forma
de oración contemplativa". Dicha desde el corazón puede ser una vía para llegar a la
contemplación.
A los discípulos, atraídos por la oración silenciosa de su Maestro, éste les enseña una
oración vocal: el Padre Nuestro ... Si bien los Evangelios nos muestran a Jesús orando en
soledad y en silencio, también nos lo muestran elevando Su voz al Padre para expresar
vocalmente su oración personal (cfr. NC #2701)

Hay varios tipos de ORACION VOCAL:

 PETICION:

Dice el Nuevo Catecismo (#2735) que cuando alabamos a Dios o le damos gracias ...
no estamos preocupados por saber si esta oración le es agradable a Dios. Por el contrario,
cuando pedimos, exigimos ver el resultado, porque como la oración de petición suele ser
causada por un anhelo que deseamos se cumpla o por un plan que deseamos se realice, o
por una necesidad que deseamos sea satisfecha, a veces parece que no fuera escuchada.
Pero sucede que a veces pedimos cosas que no nos convienen y que no coinciden con
lo que Dios, nuestro Padre y Creador, desea para nosotros Sus hijos. "Pedís y no recibís,
porque pedís mal", nos advierte el Apóstol Santiago en su Carta (2, 3). Y San Pablo
también insiste en esta idea: "Nosotros no sabemos pedir como conviene" (Rom.8, 26).
Es por ello que el Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que es necesario orar para
poder conocer la Voluntad de Dios (#2736). "El Evangelio nos invita a conformar nuestra
oración con el deseo del Espíritu" (#2756).
Por eso dice San Juan: "Estamos plenamente seguros: si le pedimos algo conforme a
Su Voluntad, El nos escuchará" (1ª Jn.5,9). Y el mismo Señor nos dice: "Pedid y se os dará
... vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan" (Mt.7,7-
11). Pero para pedir "cosas buenas" es menester conocer la Voluntad de Dios.
Es cierto que Jesús nos ha dicho: "Pedid y se os dará" (Mt.7, 7 - Lc.11, 9), pero
también nos dijo: "Vuestro Padre sabe lo que necesitáis" (Lc.12, 30). En todo caso, nuestra
oración de petición debe siempre estar sujeta a la Voluntad de Dios "No se haga mi
voluntad, sino la Tuya" (Lc.22, 42 - Mc.14, 26).

“Al orar no multipliquen las palabras, pensando que por mucho hablar serán
atendidos. Ustedes no recen de ese modo, porque, antes que pidan, el Padre sabe lo que
necesitan” (Mt. 6, 7-8)

 . INTERCESION:

Cuando la oración de petición hace por otra u se otras personas, se convierte en de


Intercesión.
Oración
En nuestra oración de petición y de intercesión es bueno usar frases como éstas (cfr.
Isabel de la Trinidad, o.c.d): "Si permites, Señor, la curación de ... me darías ¡tanta alegría!"
"Si es Tu Voluntad que se realice esto ... te estaría ¡tan agradecido!" "Lo que Tú creas,
Señor, es lo mejor para ..." "Aquí estoy delante de tí, Señor, y sabes que sufro por ..."
"Señor, Tú sabes que ... está sufriendo por ... y con amor te lo encomiendo".

 ARREPENTIMIENTO:

Es el comienzo de una oración justa y pura, pues nos coloca en nuestra realidad de
pecadores que somos y desde esta realidad clamamos perdón a Quien hemos ofendido.

 . REPARACION:

Oración de desagravio por pecados propios, de otros, o de la humanidad. Ejemplos: el


Acto de Desagravio al Santísimo Sacramento. La Novena Permanente de Oración por los
errores y herejías del "New Age" contiene un Acto de Desagravio, referido a todos estos
errores que van contra la divinidad de Nuestro Señor y pretenden destruir la Fe de Su
Iglesia.

 ACCION DE GRACIAS:
Todo acontecimiento y toda gracia del Señor pueden traducirse en un acto de acción
de gracias. "En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios en Cristo Jesús quiere de
vosotros" (1ª Tes.5,18).

 . ALABANZA:

Es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta
por El mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que El es. De entre las formas de
oración vocal, la de alabanza es la más elevada. (cfr. NC #2639)

 ORACION DE ENTREGA:

Es una oración de entrega a la Voluntad de Dios, de abandono en Dios y en sus planes.

 . ORACION EN LENGUAS:

Aquélla en que no sabiendo nosotros orar como conviene, "el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos inefables" (Rom.8,26). Es el Espíritu Santo orando en
nosotros sin saber nosotros qué decimos. Es una gracia especial del Espíritu Santo, que San
Pablo lista entre los Carismas.

3. .2.2. ORACION MENTAL o MEDITACION:

Dice el Catecismo de la Iglesia Católica que la MEDITACION es sobre todo una


búsqueda, en la que la persona trata de comprender el por qué y cómo de la vida cristiana
para responder a lo que el Señor le pide (cfr. #2705). En este tipo de oración contemplamos
por medio de representaciones mentales y/o lecturas, algún pasaje de la Sagrada Escritura, ,
o alguna verdad de nuestra Fe, o alguna faceta o momento de la propia vida, para tratar de
descubrir en la meditación la Voluntad de Dios para sí. Es un trabajo intelectual con el que
se busca mover la voluntad hacia un mejoramiento espiritual.

Dice Sta. Teresa de Jesús sobre este tipo de oración: "Llamo yo meditación al
discurrir mucho con el entendimiento", y en cierta forma la contrapone a la contemplación.
La aprueba sin mucho entusiasmo ("es admirable y muy meritoria oración"), pero para ella,
la meditación es búsqueda, tanteo; la contemplación, hallazgo, posesión.
Recomienda no convertir toda la oración en discurso: "Es bueno discurrir un rato ...
pero que no se vaya todo el tiempo en esto ... porque la sustancia de la oración no está en
pensar mucho, sino en amar mucho ... y amar es complacer a Dios en todo".
Aconseja que "acallado el entendimiento" se dé paso al silencio amoroso, a la
atención íntima, envolvente. Advierte que no es lo mismo "componer razones" (discurrir)
que "hacer actos de alabanza a Dios", ni trabajar el entendimiento "sacando muchos
conceptos" que prorrumpir en palabras interiores de la persona que las expresa ante el
Amigo.
Y recomienda "se esté allí con El, acallado el entendimiento. Si pudiere, ocuparle en
que mire que le mira, y le acompañe, y hable, y pida, y se humille y regale con El". El
paso a esta oración más sencilla en la que "no se discurre" y se silencia el entendimiento
puede hacerse "cuando por sus secretos caminos parece que entendemos que nos oye Dios
o se siente la presencia de Dios".

3.2.3. ORACION CONTEMPLATIVA o CONTEMPLACION:

En este tipo de oración el orante no razona, sino que trata de silenciar su cuerpo y su
mente para adorar y/o escuchar a Dios en el silencio.

La oración de silencio o contemplativa, típica de la espiritualidad de Sta. Teresa de


Jesús y San Juan de la Cruz se fundamenta en un dato de fe: Dios nos inhabita, somos
"templos del Espíritu Santo"(cfr. 1ª Cor.3,16). Por eso la oración de silencio es un
movimiento de interiorización, en la que el orante se entrega a Dios que habita en su
interior; no razona acerca de Dios, sino que se queda a solas con Dios en el silencio, y Dios
va haciendo en el alma su trabajo de alfarero para ir moldeándola de acuerdo a Su Voluntad
(cfr. Jer. 18, 6).
"Entra", dice Teresa, porque tienes "al Emperador del cielo y de la tierra en tu casa ...
no ha menester alas para ir a buscarle, sino ponerse en soledad y mirarle dentro de sí ...
Llámase recogimiento porque recoge el alma todas las potencias (voluntad, entendimiento,
memoria) y se entra dentro de sí con su Dios".

La contemplación o gracias místicas que pueden darse en este tipo de oración, son
un don de Dios, pero no pueden lograrse a base de técnicas, ni siquiera son fruto del
esfuerzo que se ponga en la oración, sino que como don de Dios que son, El da a quién
quiere, cómo quiere y cuándo quiere. Buscar a Dios en la oración de silencio depende del
orante.
Recibir el don de la contemplación depende de Dios. Dice Sta. Teresa: "Es ya cosa
sobrenatural ... que no la podemos procurar nosotros por diligencias que hagamos". Sin
embargo, es muy importante tener en cuenta que las gracias místicas que puedan derivarse
de este tipo de oración no son su verdadero fruto, ni siquiera son necesarias para obtener
ese fruto, que es el ir haciendo nuestra voluntad una con la de Dios.

Un error común es creer que ésta, que es la oración más elevada, está reservada sólo
para unas poquísimas almas escogidas, generalmente monjas o monjes de claustros y
comunidades contemplativas. Este tipo de oración es para todo aquél que desee buscarla.
Sta. Teresa de Jesús dice que la oración contemplativa es la "Fuente de Agua Viva" que
Jesús promete a la samaritana y que la promete para "todo aquél que beba" (Jn.4-13).

4. ¿COMO ORAR?
¿COMO HACER ORACION DE CONTEMPLACION?

4.1. SE REQUIERE SOLEDAD Y SILENCIO:

Hay que empezar por crear soledad. "Así lo hacía El siempre que oraba", dice Sta.
Teresa. Soledad para entender "con Quién estamos". Silencio del cuerpo y de la mente para
buscar a Dios en nuestro interior. Es en el silencio cuando Dios se comunica mejor al alma
y el alma puede mejor captar a Dios. En el silencio el alma se encuentra con su Dios y se
deja amar por El.
4.2. ¿QUIEN PUEDE HACER ESTE TIPO DE ORACION?

Según Sta. Teresa, la oración de contemplación es la "Fuente de Agua Viva" que


prometió el Señor a la Samaritana (cfr.Jn.4). "Mirad que os llama a todos ... no dijo a unos
daré y a otros no". Es decir, no dijo que daría de esta "Agua" a ciertos escogidos, sino dijo:
"Todo el que beba de este agua, no volverá a tener sed" (Jn.4, 13).

4.3. NUESTRA PARTICIPACION EN LA ORACION:

La persona debe poner su deseo y su disposición, principalmente su actitud de


silencio (apagar ruidos exteriores e interiores). El silencio aún no es contemplación, pero es
el esfuerzo que Dios requiere para dársenos y transformarnos. Además, orar se aprende
orando, "sin desfallecer", como dice el Señor. La única forma de aprender a orar es: orar,
orar, orar.

4.4. LA PARTICIPACION DE DIOS:

La participación de Dios escapa totalmente nuestro control y El -soberanamente-


escoge cómo ha de ser su acción en el alma del que ora. En ese silencio de la oración
contemplativa Dios puede revelarse o no, otorgando o no gracias místicas o contemplativas.
Esta parte, el don de Dios, no depende del orante, sino de El mismo, que se da a quién
quiere, cómo quiere, cuándo quiere y dónde quiere. La efectividad de la oración
contemplativa no se mide por el número ni la intensidad de las gracias místicas, sino por la
intensidad de nuestra transformación espiritual: crecimiento en virtudes, desapego de lo
material, entrega a Dios, aumento en los frutos del Espíritu, etc. La oración contemplativa
es siempre una experiencia transformante, haya gracias místicas o no.

5. CONDICIONES PARA LA ORACION CONTEMPLATIVA.

5.1. FE:

Creer que Dios está aquí. Voy a mi habitación, como nos dice Jesucristo, viviendo la
fe, la fe que me dice que mi Padre está allí. ¿Lo veo? No ... lo sé, pues Jesús me dice: "Tu
Padre que ve los secretos te premiará" (Mt.6,6,).

5.2. PUREZA DE CORAZON:

Buscar a Dios por lo que es y no por lo que da. "Buscar no los consuelos de Dios, sino
el Dios de los consuelos" (Sta. Teresa de Jesús). Se trata de buscar al Señor y no los dones
del Señor. Se debe esperar al Señor que es el imprevisible por excelencia y no los dones del
Señor. Esto implica que se debe ir a la oración desapegado para encontrarse con el Señor en
la forma que El elija: pueder ser árida, fervorosa, sensible, contemplativa. El orante va a dar
su vida, su ser, su "nada". En una palabra: se va a la oración a "dársele" uno a Dios.

5.3. HUMILDAD:
La Contemplación es don "que no se puede merecer" (Sta. Teresa). Reconocerse
"nada" ante Dios, pues lo somos. Dios es el "Todo". Sus creatura nada somos, nada
podemos, nada tenemos fuera de El. Creer esto de veras es comenzar a ser humilde.

5.4. SENCILLEZ - POBREZA e INFANCIA ESPIRITUAL:

"Yo te alabo, Padre, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y
entendidos y las has revelado a los sencillos. Sí, Padre, así te pareció bien" (Mt.11, 25).
Hacernos sencillos, es decir, sabernos incapaces, para poder recibir en la oración la
Sabiduría que viene de Dios. Hacernos pobres en el espíritu para dejarnos colmar de todos
los bienes del Señor, a través de la oración. Hacernos pequeños para que Dios pueda crecer
en nosotros a través de la oración. Hacerse niños para poder creer y confiar en Dios nuestro
Padre como los niños confían en sus padres.

5.5. DESEO INICIAL DE ORAR Y PERSEVERANCIA:

A esto llama Sta. Teresa "determinada determinación", que se requiere para iniciar
el camino de oración y para mantenerse en él, y que es necesaria para poder enfrentar las
resistencias que emergen de nuestro interior, así como los obstáculos externos, entre los
cuales incluye "los miedos que os opusieren y los peligros que os pintaren". Se refiere la
Santa a la oposición de ciertos teólogos de su tiempo con quienes polemiza con su viveza
característica: "Ni sabéis cuál es oración mental, ni cómo se ha de rezar la vocal, ni qué es
contemplación; porque si lo supieseis, no condenaríais por un cabo lo que alabáis por otro".
La determinación no es sólo para el arranque inicial, sino sobre todo para continuar en el
camino. Conocía muy bien por experiencia Sta. Teresa, cómo las mejores determinaciones
no resistían el paso del tiempo y el acoso de las tentaciones. Por eso decía: "Somos francos
de presto y después tan escasos". Y recomendaba: "A los que han comenzado, que no baste
nada para hacerlos tornar atrás ... que no deje lo comenzado".

5.6. ENTREGA DE LA VOLUNTAD:

La Oración de Contemplación requiere una entrega total, un "sí" incondicional y


constante. Buscar a Dios para dárnosle, sólo porque El es. El orante "ha de ir contento por
el camino que le llevare el Señor" (Sta. Teresa). Entregar la voluntad es ir conformando la
voluntad con la de Dios; no imponerle a Dios nuestra propia voluntad. Entregar la voluntad
es ir aceptando los planes de Dios para nuestra vida; no es imponer a Dios nuestros propios
planes. Entregar la voluntad es cooperar con los proyectos que Dios tiene para nuestra
existencia; no es exigir a Dios Su cooperación para los proyectos que nosotros nos hemos
hecho. Entregar la voluntad es esperar pacientemente el momento del Señor, pues Dios
tiene sus ritmos y sus tiempos. "Su Majestad sabe mejor lo que nos conviene; no hay para
qué le aconsejar lo que ha de dar". Entregar nuestra libertad para que El pueda hacer
en nosotros según Su Voluntad es condición importante para la Contemplación.

5.7. VIVIR EL PRESENTE:

Para orar hay que centrarse en el momento presente. No hay que hurgar en el pasado -
salvo en los casos en que debemos revisarlo para corregir nuestras tendencias. Tampoco
hay que pensar en el futuro, sobre nuestros planes y deseos. Hay que estar en el ahora: aquí
está Dios.
La siguiente experiencia mística puede mostrar cuán importante es esta condición
para la oración: "Estaba lamentándome del pasado y temiendo el futuro. De repente mi
Señor estaba hablando: MI NOMBRE ES 'YO SOY' ... Cuando vives en el pasado con sus
errores y pesares, es difícil, Yo no estoy allí. MI NOMBRE NO ES 'YO FUI' ... Cuando
vives en el futuro con sus problemas y temores, es difícil. Yo no estoy allí. MI NOMBRE
NO ES 'YO SERE' ... Cuando vives en este momento, no es difícil. Yo estoy aquí. MI
NOMBRE ES 'YO SOY'" (Poema de Hellen Mallicoat).

6. APOYOS EN LA ORACION:

6.1. VIDA SACRAMENTAL: EUCARISTIA Y CONFESION.

La Oración debe estar centrada y enraizada en una vida sacramental fuerte y


frecuente.

6.2. COMUNIDADES DE ORANTES (de personas que oren):

Sin desconocer su propia culpa, Sta. Teresa de Jesús achaca el tardío encauzamiento
de su vida de oración a la falta de personas con quienes compartir y "tratar" de oración. Y
atribuye al "trato" con personas de oración a su definitivo enrumbamiento por ese camino.
Así, Sta. Teresa asigna a un grupo de apoyo un valor excepcional en la promoción,
mantenimiento y culminación de la vida de oración personal: "Aconsejaría o a los que
tienen oración ... procuren amistad y trato con otras personas que traten de lo mismo ... Es
cosa importantísima ... Gran mal es un alma sola entre tantos peligros ... Está todo el
remedio de un alma en tratar con amigos de Dios". La comunicación de experiencias de
oración es más pedagógico que todos los discursos sobre la oración.

EL CAMINO DE SANTIDAD
COMO SUBIDA A UNA MONTAÑA:

El camino de la santidad se puede comparar con una excursión a la cima de una


montaña, parodiando a San Juan de la Cruz con su "Subida al Monte Carmelo". Para ir de
excursión se requieren ciertas cosas, que equivalen a los APOYOS necesarios en la Vida de
Oración:
Agua: la Oración es esa "Agua Viva" que promete Jesús a la Samaritana y que a
todos dará y no tendremos ya más sed.
Alimento: La Sagrada Eucaristía es el alimento de nuestra vida espiritual. La
alimentación debe ser diaria, para de veras estar nutridos.
Medicina: La Confesión es la medicina con que cuenta nuestra alma caso de
enfermarse o decaer.
Compañía: Una excursión no se hace sin acompañantes. Ser parte de una comunidad
o grupo de oración es condición importante para la subida a la cima de la montaña de la
santidad.

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