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América Colonial
Ensayo
Bien comprendemos qué era lo que esperaba encontrar el hombre europeo al llegar
a las nuevas tierras, al nombrarlas nuevas era evidente el hecho de poder percibir
virginidad en éstas, sin embargo, no fue así. Su visión ante lo desconocido no tuvo
más remedio que ser “satanizado” por nombrarlo de cierta forma.
El impacto social y emocional que han de haber sufrido todos estos hombres
propiamente religiosos y entregados al servicio del Rey y Dios seguro fue atroz, sus
percepciones de un “Un paraíso” con el cual soñaban muchos de ellos encontrar
pudo haber sido en cierta forma decepcionante. Y por esta razón a pesar de ser
única en mi ensayo de mencionar es de suma importancia, ya que en lo particular
me parece que fue la señal “divina” para poder adjudicarle ciertos matices
demonológicos a la vida de las Indias.
Pero, la intención principal de este ensayo como lo mencioné antes no será más
que reconocer las percepciones que los viejos hombres tuvieron en su encuentro
no sólo con los indios sino con su naturaleza que afloraba a cada paso que daban,
los animales exóticos y rituales que los nuevos hombres ejercían en aquellas tierras
hasta ese momento nuevas no hacían más de cierta forma horrorizar a un hombre
lleno de prejuicios y retórica religiosa.
La Tempestad
Salvar al indio que en este relato es “Calibán” es salvar a ese extraño, a ese
extranjero que podría figurarse este hombre en sus propias tierras, un extranjero en
tierras propias que tiene la necesidad de cambiar toda su cultura y tradición por
poder sobrevivir ante las fuerzas divinas superiores a él.
Tormentas
Las tormentas de las que se hablan en estos párrafos son de las que propiciaban
los llamados “sicarios del Diablo” lo cuales eran los indios, así era como les llamaban
los conquistadores a los naturales.
Los hombres del viejo Mundo consideraban que los indios tenían la habilidad
de hacer que sus embarcaciones fueran destruidas en altamar, que era el demonio
quién no permitía que llegaran los “héroes cristianos” a evangelizar y por supuesto
a saquear recursos de las tierras diabólicas.
Plantas
Esto era aún más peligroso ya que si el Diablo se encontraba entre los
hombres de forma más discreta y cercana de esta forma era muy posible que el
ataque de éste fuera más letal. Para evitar caer en las garras de los demonios
camuflados se hizo una campaña para el estudio de las plantas que podrían ser los
refugios de dichos demonios.
Hoy día conocemos que estas plantas no están relacionadas con el demonio
ni con los santos.
Bien sabemos que son plantas con ciertas propiedades que hacen que
nuestro cerebro se active de forma distinta y sí, aún se siguen utilizando en diversas
zonas de Latinoamérica para la chamanería o curaciones, pero no se relacionan
con el demonio o al menos esa no era la finalidad. Una vez más vemos la
insatisfacción de un hombre por no comprender lo que el otro comprende de forma
distinta.
Flora y fauna
Pero, no todo era del Demonio o al menos así pensaron los europeos, en las mismas
Indias se encontraron con flores y animales que ayudaban a combatir las batallas
contra el Diablo.
Parecía ser que Dios había enviado a los “ángeles guardianes” a la Tierra en
forma de flores y animales para la gran batalla en contra del Diablo para lograr la
evangelización de todo ser no tocado aún por la divinidad cristiana.
Ahora vemos como las ideas europeas se ven relacionadas con los actos
irracionales de ciertos animales y flores, pero éstos por mantener su ideología en
pie y alto hacen creer que desde los más bajos e inocentes seres la divinidad puede
florecer haciendo que Dios se siga manifestando de forma “natural” en un Mundo
terrenal.
Monstruos
Pero, no sólo los demonios o la mano del diablo se encontraban en las inclemencias
del tiempo o en las plantas, sino también se encontraba en los animales a los cuales
los europeos por no considerarlos “animales extraños” o “animales exóticos” de las
Indias les atribuían el propio nombre de Monstruos.
Entre los animales que se encontraron en las Indias a quienes los viejos
hombres les designaron el término de monstruos podemos ver: a la zarigüeya
hembra quién era considerado un animal demoniaco y espantoso por su fisionomía
y su enorme capacidad reproductiva por poseer dos úteros y dos vaginas.
Pero, lo que realmente sucedía no era más que la visión miope de un hombre
lleno de cultura muy diferente a la de las Indias.
Como bien sabemos el día de hoy las serpientes son una especie animal muy
característico de América, si bien existen en diversas partes del Mundo también
sabemos que la mayoría de ellas se encuentran en América.
Los Santos
Los santos eran las personas que según sus historiales habían de cierta forma
combatido los males demoniacos de las Indias, entre ellos podemos encontrar a
varios jesuitas como: Marciel de Lorenzana, José de Anchieta y Francisco Xavier.
También podemos hallar agustinos como: Fray Pedro de Córdoba y Agustín Dávila
Padilla. Entre otros personajes que aún sin pertenecer a alguna consagración
podían detener o resistir las tentaciones y acciones del Diablo.
Algunos combatían contra las inclemencias del tiempo, otros podían hacer
del agua salada del mar agua potable, algunos igual tenían habilidades que
permitían controlar a los animales satánicos, otros hacían uso de los perfumes de
las flores que eran herramientas divinas para combatir al ejército del Diablo entre
otras habilidades.
Los santos actuaban como héroes, se arriesgaban a combatir al demonio en
cuerpo, sus métodos eran los rezos y sus herramientas eran las divinidades que
Dios les había otorgado, como la biblia, ciertas flores, ciertas plantas, ciertos
animales en mayoría europeos y sobre todo su fe.
Estos héroes tenían poderes preternaturales pero claro, otorgados por Dios
por ello no eran considerados ni hechiceros ni brujos. Su lucha era por la liberación
de las tierras de las garras del demonio y por la emancipación de la evangelización.
Ahora bien, ya descritos los anteriores puntos de cómo eran vistos los animales,
plantas, flores y acontecimientos naturales de todas las Indias ante los ojos de los
europeos, podemos traducir cómo éstos tornaron una visión colectiva ante lo
desconocido.
Entonces, con este breve ensayo, lo que en resultado quería y pude de cierta
manera arrojar fueron mis percepciones referentes a las percepciones que situaron
los europeos en una época llena de misterios y nuevos terrenos para ellos.
1
Cañizares-Esguerra, Jorge. Católicos y puritanos en la colonización de América. Ed. Madrid. España, 2008,
p. 168-237.