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El siguiente cuento pertenece al autor argentino Leopoldo Lugones, precursor del

género fantástico modernista que nos lleva a adentrarnos con su lenguaje, estilo y matices
de su prosa lírica a un mundo gobernado por el fatalismo, la muerte y la ambigüedad.

Partiendo de las bases anteriormente citadas, el cuento “¿Una mariposa?” (1897)


describe desde la perspectiva de un narrador omnisciente dos historias coexistentes en un
mismo espacio de tiempo. Por un lado, encontramos el diálogo del narrador con una niña
llamada Alicia y, por otro lado, descubrimos desde la misma voz relatora la relación
amorosa de Alberto y Lila.

Globalmente, Alberto es un niño de diecisiete años huérfano que vive con su


abuela y se enamora de su prima Lila, la incertidumbre se inicia en el momento en que la
pareja ha de separarse debido a que Lila debe ir a estudiar a Francia. Este suceso lleva a
Alberto a enfrentarse a la tristeza y recurre al llanto para calmar su malestar emocional.
Sin embargo, al paso de los días, encuentra una nueva afición a la que aferrarse, la caza
de mariposas. Este nuevo entretenimiento lo absorbe de tal modo que su único empeño
es ampliar su colección y conseguir más ejemplares, todo ello desde la atenta mirada de
su abuela que sufre en silencio todo lo acontecido. Un día, nuestro protagonista descubre
un ejemplar de mariposa singular y consigue cazarlo. Este ser vivo se distingue por ser
blanco y tener dos manchas en las alas de color azul. Alberto, entusiasmado con su nueva
adquisición la coloca en una vitrina y le clava dos alfileres en las alas. Sin embargo, esta
mariposa no muere y sus alas comienzan a convertirse en dos armazones descoloridas. Al
cabo de seis días decide dejarla en libertad. Entretanto, Lila fallece en Francia a los diez
meses de su llegada de causas desconocidas únicamente se encuentran en su cuerpo dos
minúsculas picaduras rojas.

Lo peculiar del relato se concentra en el perfil psicológico de los protagonistas.


Alberto es un adolescente que sufre la separación indeseada de su primer amor, lo que le
sumerge en un profundo duelo que finaliza cuando deja de lamentar la pérdida de Lila y
se centra por completo en cazar mariposas. Esta resolución puede interpretarse como un
acto egoísta y cruel, no obstante, puede deducirse de ello que es una forma muy legítima
de paliar el dolor de un alma que nunca ha sabido lo que es el amor verdadero; bien sea
por su orfandad, por la falta de afecto en su entorno familiar o por la inevitable separación
de los amantes.
En cuanto a Lila, podemos ver en ella el símbolo de la mariposa que deja en
libertad Alberto. Pero tenemos una enorme diferencia entre personaje y símbolo, uno
muere y el otro no, puesto que Alberto suelta al animal, lo deja libre sin ningún tipo de
atadura. Esto nos hace creer que es Lila la única víctima verdadera del desamor, la
amargura y la melancolía. Fallece pasando desapercibida lejos de su país y en la cama de
su residencia francesa, además sin fundamento médico que nos dé una explicación
biológica de su defunción.

Para finalizar, resaltaré que la estética literaria de lo fantástico conlleva una gran
complejidad en todos sus niveles, nada puede interpretarse de una manera unilateral 1, lo
que produce en el lector un dualismo consistente en el debate interno entre lo que puede
acercarse a lo real y lo que puede resultar totalmente imaginario, dentro de la pura ficción.
Del mismo modo, los autores juegan con nuestra mente para así crear admiradores de este
género en todas sus vertientes narrativas.

1
Cuentos fantásticos modernistas de Hispanoamérica, ed. Phillipps-López, D., Madrid, Cátedra,
2016, pág. 28.

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