Sei sulla pagina 1di 1

Escuché en casa de un amigo Te juro que te amo durante dos o tres comidas en su casa.

Casi
siempre bebimos mucho mezcal y yo puse a Raphael y a Bola de nieve, y el puso

Se trata de la voz, no importa quién haya dicho, alguien dijo.

Las monjas también tienen derecho la música.

Por eso después el Santo Padre las prohibió: después iban a querer dar misa.

En mi librero lo libros aparecían y desaparecían. Nos vestían a todos igual, y cuando quise
estudiar kung fu, tuve que combatir contra mi hermano el que me había dado golpe de estado
varios años antes. Dejé el Kung fu. Al fin que yo quería Tai Kwan do.

Una leyenda medieval contaba que un hombre jamás se había separado de un amuleto que le
dejara su padre muerto cuando aún era muy chico: nunca te lo quites, fueron antes de morir las
últimas palabras que le dijo. Cuando había pasado muchos años, acompañó a su madre a
bañarse al rio de la vita gregia,

Potrebbero piacerti anche