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REPRESENTACION REGIA EN LA MALAGA
DE FELIPE 11: LOS CORREGIDORES
Universidad de Málaga
Durante toda la Edad Moderna, Málaga se distinguió por su carácter militar. Los
ataques provenían de diversas naciones, según la política beligerante del momento,
pero en tiempos de Felipe 11 el principal peligro procedía de las costas norteafrica-
nas, hecho que se convertirá en uno de los problemas de mayor envergadura para
los corregidores. Estos dignatarios regios debían de atender, además de la defensa de
la ciudad, un amplio espectro de funciones. Así, a los asuntos puramente castrenses
y de gobierno municipal se unían los judiciales y políticos. En el ejercicio de su
cargo, una de las tareas fundamentales consistía en presidir los Ayuntamientos, ya
que al ser nominados por el monarca se encontraban en la obligación de compati-
bilizar los intereses de la Corona y el Concejo 1 .
La figura del corregidor es una cuestión que interesa cada vez más a los inves-
tigadores debido a su relevancia en la política real como elemento fundamental en
la articulación del nuevo Estado 2 . Castillo de Bovadilla sería el primero que reco-
giera la normativa jurídica existente en su época, en la cual se han basado muchos
de los autores que, hoy en día, están considerados como clásicos 3 .
1 S. VILLAS TINOCO, Estudio sobre el cabildo municipal malagueño en la Edad Moderna, Diputación Pro-
Y para jueces eclesiásticos y seglares y de Sacas, Aduanas, y de Residencias, y sus Oficiales: y para Regidores, y
Abogados, y del valor de los Corregimientos, y Goviernos Realengos, y de las Órdenes, Amberes, 1704. Una edi-
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Los títulos de los corregidores, enviados a Málaga por el segundo de los Austrias,
los asentaba el escribano del cabildo en los Libros de Provisiones, razón por la cual se
han convertido en base primordial para el estudio de tan altos mandatarios. Sin
embargo, a fin de llevar a cabo un análisis exhaustivo del tema, es necesario cruzar los
datos aportados por dichos documentos con los obtenidos a través de la magnífica
fuente seriada que suponen las Actas Capitulares. De forma tangencial encontramos
ciertas noticias en la Colección de Originales, si bien bastante repetida en las dos pre-
citadas. Los tres corpus se conservan en muy buen estado en el Archivo Municipal de
Málaga y abarcan un extenso marco temporal 4 • Uno de los problemas que se resuelve
con este método es el de obtener información acerca del mencionado funcionario en
el período de su mandato, por cuanto se han perdido algunos nombramientos, tornas
de posesión, concesiones de prórrogas, juicios de residencia, etc.
La reglamentación establecida fijaba que el corregidor ocupase su plaza de des-
tino durante un año. Si bien éste solía prorrogarse con facilidad por dos o tres anua-
lidades. Un caso excepcional es el de Francisco Arévalo de Zuazo, quien desempeñó
el oficio durante un quinquenio. No es de extrañar tan larga permanencia, dado que
durante su gobierno tuvo lugar el levantamiento morisco que tanto afectó a las tie-
rras malagueñas.
Las prórrogas se expedían anualmente y, por regla general, el mes anterior al
cumplimiento del plazo establecido, aunque no entraban en vigor hasta que eran
presentadas en el Ayuntamiento. Tal hecho dilataba el tiempo instituido, pues en el
nombramiento se incluía que el cómputo debía efectuarse desde el final del año de
su mandato. Por tanto, hasta que llegaba la citada disposición podían pasar desde
unas semanas a tres meses, más o menos. En la concedida a Alonso Ordóñez de
Villaquirán podemos leer:
«Tenga el dicho officio con alcaldía y aguaziladgos por otro año, que se
cuente desde el día que se cumplió e cumpliere aquél, es nuestra voluntad
de le prorrogar, como por la presente prorrogamos, el dicho officio por el
dicho tiempo con la nuestra justicia y jurisdi<;:ión ¡;:evil y criminal, y con los
dichos ofi¡;:ios de alcaldía y aguaziladgos. Y os mandamos que luego vista
esta nuestra carta tengays al dicho Alonso Hordóñez de Villaquirán por nues-
tro corregidor desa dicha <;:ibdad e su tierra por otro año» 5 •
Otra cuestión a tener en cuenta era el salario del comisario real. El problema se
planteaba por representar una carga onerosa para el municipio, ya que los marave-
ción facsímil ha sido publicada en Madrid, 1978; B. GoNZÁLEZ ALONSO, El corregidor castellano (1348-1808),
Escuela Nacional de Administración Pública, Madrid, 1970; F. ALBI, El corregidor en el municipio español
bajo la monarquía absoluta, Ed. Capitolio, Madrid, 1943.
4 Para un estudio más extenso, además de los archivos mencionados, es necesario consultar el Cate-
dralicio, Diocesano, Histórico Provincial y, de forma más puntual, el Díaz de Escovar. Fuera del nivel local
tenemos una abundante información en los Archivos General de Simancas e Histórico Nacional, además
de la existente en la Biblioteca Nacional.
5 Archivo Municipal de Málaga (AMM), Libros de Provisiones (L. de p.), vol. 15, fol. lOOv.
REPRESENTACIÓN REGIA EN LA MÁLAGA DE FELIPE II: LOS CORREGIDORES 349
«Que de sus propios pueda dar de salario en cada un año a cada uno de
los nuestros corregidores que fueren de hesa dicha <;iudad después de don
Juan Pacheco, nuestro corregidor, que al presente es de ella, sesenta mill
maravedíes sobre los noventa mill maravedíes que tiene de salario, que por
todos sean <;iento y <;inquenta mill maravedíes, sin por ello caer ni yncurrir
en pena alguna, el qual dicho salario mandamos que no lo podáis dar ni deis
solamente a los corregidores que no fueren letrados, sino que se dee a todos
los corregidores que fueren de esa dicha <;iudad, así letrados como no letra-
dos»6.
«Tomó las varas a catorze de agosto, y a catorze del dicho mes <leste presente
año se cumplieron dos años, y hasta ese dicho día está librado y pagado, por
manera que desde quinze de agosto hasta doze de otubre dese presente año que
su mer<;ed del señor licenciado Fernand Yañes de Sotomayor, corregidor de esta
<;ibdad, tomó la vara de corregidor del dicho ofi<;io, que son un mes e veynte e
<;inco días los que les están por librar, y que por una quenta tan llana, y tan
clara y líquida no tienen los diputados que hazer en ello, ni que declarar» 9 .
6 Ibídem, Colección de Originales (C. de O.), n.• 7, fol. 108v. Madrid, 29 de octubre de 1573.
7 Ibídem, Actas Capitulares (AC), n.• 21, fol. 187v. Cabildo: 22 de febrero de 1576.
8 B. GONZÁLE.Z ALONSO, Supra, pp. 174-181.
9 AMM, AC, n.• 15, fol. 33. Cabildo: 15 d e noviembre de 1559.
10 Ibídem, fol. Zv y n.º 19, fol. 256v. Cabildos: 2 de octubre de 1559 y 6 de abril de 1571. L. de p., vol. 15,
«E mandamos que el alcalde que pusiere en esa dicha aya e lleve por el
dicho año otros tantos maravedíes de salario, como hasta aquí se a acostum-
brado de dar a los otros alcaldes que an sydo, de más e allende de sus dere-
chos, que como alcalde le pertenes<;:en, los quales mandamos a vos, el dicho
Con<;:ejo, que deys e pagueys al dicho alcalde del salario del dicho corregidor
e que no lo deys ni pagueys al dicho corregidor salvo al dicho alcalde» 11 •
Este personaje, además de dar su parecer sobre cierto tipo de consultas referen-
tes a las actividades de gobierno, estaba encargado de asumir las funciones del
corregidor durante sus desplazamientos y, a veces, aunque estuviese en la ciudad
pero no pudiese personarse en algunos actos por diversas causas. La más usual, en
esta última circunstancia, era el presidir los capítulos municipales 12• En ciertas oca-
siones, como la recepción de un nuevo mandatario, su nombre aparece junto al
corregidor saliente, encabezando el listado de los regidores y jurados 13 •
Si fallecía el enviado regio, el alcalde mayor ocupaba su lugar para evitar el vacío
de poder 14. Así acaece con el Licenciado Luis de Cárdenas, designado corregidor
interino al morir Juan Osario de Valdés. Mas esta sustitución no fue inmediata, por-
que, según se estipulaba en una «provisión de los señores Rreyes Católicos, don
Fernando y doña Ysauel, para que en tal caso, no aviendo como no ay corregidor,
usen y exerzan los casos de jurisdición los tres alcaldes hordinarios que la <;:iudad
tiene nonbrados», como de hecho se hizo en ese año de 1596. Tal situación duró
apenas un mes, tiempo que tardó en emitirse y presentar a la corporación local su
título el Licenciado Cárdenas 15 . Dado su carácter transitorio le hemos obviado en el
estudio pormenorizado que hacemos sobre estos personajes.
16 M.ªL PÉREZ DE CoLOS!A RODRÍGUEZ, ·Corregidores malagueños durante Ja segunda mitad del siglo
XVII», Baetica, 19 (Il), Facultad de Filosofía y Letras, Málaga, 1997, pp. 135-147.
17 AMM, L. dep., vol. 18, fols. 115-115vyvol. 17, fols. 337v-341v.
18 J.M. DE BERNARDO ARES, Corrupción política .. ., pp. 351-361.
19 J. CASTILLO DE BOVADILLA, op. cit., libro II, cap. IX, p. 305, n. 2 13, y B. GONZÁLEZALONSO, Supra , pp. 182-
196.
20 En tiempos de Felipe II no aparece ningún juez de residencia nominado expresamente para ejecu-
tar tal proceso, como había sido preceptivo en el reinado de su padre. Cfr. P. YBÁÑEZ WoRBOYS, «Corregi-
dores ... ».
2I F. TOMÁS y VALIENTE, La tortura en España, Ariel, Barcelona, 1994, p. 17. Cfr. L. GARCÍA DE VALDEAVE-
LLANO, «Las Partidas y los orígenes medievales del juicio de Residencia», BRAH, CLIII, 1963, pp. 205-246,
y R. GILBERT, Historia general del Derecho español, Granada, 1968, p. 226.
352 M.ª ISABEL PÉREZ DE COLOSÍA RODRÍGUEZ; PILAR YBÁÑEZ WORBOYS
Otra obligación que tenían los delegados reales consistía en depositar una suma
en concepto de aval por su residencia, a modo de garantía de la misma y de rema-
nente para pagar las penas pecuniarias que se les pudiera imponer. Tal depósito
debía renovarse cada vez que se le dispensaba una prórroga. Cuando se demoraba el
cumplimiento de este requisito, de inmediato, le era recordado. De manera que a
Pedro Zapata de Cárdenas se le reclamará la fianza de su primera prórroga, «porque
abía muchas personas agraviadas en esa dicha c;:iudad e su tierra de bos el dicho
nuestro corregidor», por cuanto sólo la había entregado al tomar posesión de su
cargo 23 •
Las relaciones con la Iglesia están presentes en los títulos de los funcionarios
regios, refiriéndose a que la institución eclesiástica no se inmiscuya en sus compe-
tencias, razón por la cual se le ordena:
«So pena de priva<;ión del dicho ofic;:io, enbíe al nuestro Consejo rrela-
<;ión, de seys en seys meses, durante el tiempo que toviere el dicho ofi<;io si
el obispo desa <;iudad, o su provisor o otros juezes eclesiásticos della guar-
den lo que por provisiones y cartas nuestras, libradas por los del nuestro
Consejo el año pasado de quinientos e veynte y <;inco, está acordado <;erca
de la horden que los juezes e notarios eclesiásticos an de tener en el llevar
de los derechos de los autos y escrituras que ante ellos pasaren. Y ansímis-
mo, enbíen rrela<;ión so la dicha pena, dentro del dicho término, en qué
cosas y casos el dicho obispo e juezes eclesiásticos an usurpado e usurpan
nuestra jurisdi<;ión rreal»Z4.
25 Ibídem, fol. 390v, y vol. 17, fo l. 44; AC, n.• 17, fol. 216, y n.• 21, fol. 186. Cabildos: 5 de julio de 1566
y 18 de febrero de 1576.
2 6 Ibídem, AC, n.º 11, fol. 193v. Cabildo: 11 de enero de 1555.
354 M.ª ISABEL PÉREZ DE COLOSÍA RODRÍGUEZ; PILAR YBÁÑEZ WORBOYS
27 Ibídem, n. 0 12, fols. 150-150v, 156-157 y 160v-161. Cabildos: 15, 17 y 24 de abril de 1556. Gran parte
de 1556, es una de las muchas mediante las cuales el corregidor elevó sus quejas al poder central.
REPRESENTACIÓN REGIA EN LA MÁLAGA DE FELIPE II: LOS CORREGIDORES 3 55
30 J. MORENO DE GUERRA, Los corregidores de Málaga (1487- 1835) , Ayuntamiento de Málaga, 1997, p. 110.
31 AMM, AC, n. 0 13, fol. 192. Cabildo: 14 de agosto de 1557. Meses m ás tarde nombraría alcalde mayor
al licenciado Hernando Trillo de Ávalos. Cabildo: 7 de noviembre.
32 Ibídem, L. de p., vol. 15, fol. 29v-32v. El traslado de la ejecutoria de resid encia lo hizo el escribano
d el cabildo malagueño el 21 de marzo de 1561.
33 V. GONZÁLEZ SÁNCHEZ, Caracteres de la sociedad malagueña en el siglo XVI, Diputación Provincial, Mála-
ga, 1986, pp. 136-138. AMM, AC, n.º 14, fols. 133, 136v, 137, 138, 138v, 139, 140, 140v, 143, 143v y 146v.
Cabildos: 7, 14, 17, 19, 21, 24 y 26 de octubre y 2 de noviembre d e 1558.
34 AGS, Sec. de Estado, legs. 68 y 104. Cfr. J. G11 SANJUÁN, «Málaga y la transmisión informativa en la política
norteafricana de los Austrias (1550-1560)», Baetica, 6, Facultad de Filosofía y Letras, Málaga, 1983, pp. 265-273.
356 M.• ISABEL PÉREZ DE COLOSÍA RODRÍGUEZ; PILAR YBÁÑEZ WORBOYS
35 P. PEREIRA, Vida cotidiana y élite local: Málaga a mediados del Siglo de Oro, Diputación Provincial, Mála-
4 4 Ibídem, L. de p., vol. 15, fols. 34, lOOv y 101, y C. de O., vol. 8, fol. 86.
REPRESENTACIÓN REGIA EN LA MÁLAGA DE FELIPE II: LOS CORREGIDORES 357
Durante su mandato las tensiones entre los moriscos y cristianos viejos fueron in
crescendo. Lo cual ocasionó que en 1563 se mandase registrar minuciosamente las casas
de los neoconversos, sobre todo, en aquellas zonas más escarpadas y abruptas de la geo-
grafía malagueña, a fin de comprobar la posible existencia de armas escondid~s en espe-
ra de poder participar en la sublevación que se preparaba contra el poder establecido 45 .
Otra asunto digno de mencionarse durante este gobierno es el embellecimiento
de la ciudad, ocurrido cuando se esperaba la llegada del príncipe Carlos 46 . El salu-
dable clima de Málaga era ya tan famoso en el siglo XVI que Felipe II pensó en
enviar a su hijo, aquejado de fiebres cuartanas, con la esperanza de su recuperación.
Antes de tomar esta decisión el monarca remitió una serie de cartas a Ordóñez con
el objeto de que le informase sobre la situación sanitaria de la urbe, motivo por el
cual éste realizó, junto con los regidores y cinco médicos, una escrupulosa visita de
inspección por conventos y hospitales, donde se reseña el estado de cada uno y los
miembros que componían cada comunidad 47 .
fuan de Borja: El nuevo corregidor descendía de uno de los personajes más con-
trovertidos de la época, el Papa Alejandro VI, de quien era bisnieto, si bien por línea
bastarda, como hijo natural del tercer duque de Gandía y, por tanto, hermano de
San Francisco de Borja48.
Dado su linaje ingresó en la Orden de San Juan y posteriormente en la de Santiago.
Sus abundantes méritos conforman un notable cursus honorum, ya que entre ellos se
contaba el haber sido gentilhombre . de boca del emperador, comendador de
Villarrubia de Ocaña, además de detentar el grado de coronel de la infantería acuar-
telada en Cartagena y Murcia, dispuestas para marchar en socorro de Orán, tropas que
también se las destinó a luchar contra los moriscos en la guerra de las Alpujarras 49 .
Quizá su parentesco con personajes de tan alta alcurnia le llevó a regir las tie-
rras malagueñas. Su título se fjrmó en Monzón y tomó posesión del corregimiento
meses más tarde. Como otros mandatarios, logró la prórroga en el cargo, fechada el
18 de diciembre de 1565 y recibida en Málaga el 24 de enero del año siguiente 50 . En
las tareas legislativas que se le plantearon buscó la cooperación de los alcaldes mayo-
res, el licenciado Juan de Tamayo y el bachiller Alonso de Porras 51 .
Entre los hechos de mayor relevancia acaecidos en sus tiempos destaca el térmi-
no de la redacción de las ordenanzas de Málaga por las que se rigió la ciudad duran-
te toda la Edad Moderna 52 . Dejaría el corregimiento en manos de Arévalo de Zuazo
en 1566, quien le residenciaría.
52 P. ARROYAL ESPIGARES y M.ªT. MARTÍN PALMA, Ordenanzas del Concejo de Málaga, Universidad de Mála-
ga, 1989.
358 M.ª ISABEL PÉREZ DE COLOSÍA RODRÍGUEZ; PILAR YBÁÑEZ WORBOYS
53 AMM, L. de p., vol. 15, fols. 383-390v, y AC, n. 2 17, fots. 215v y 216. Cabildo: 5 de julio de 1566.
54 J. MORENO DE GUERRA, Supra, p. 116.
55 Sobre el tema existe una amplia bibliografía. Entre tas investigaciones referentes a la repercusión
del Santo Oficio en Málaga son de señalar los trabajos de los profesores J. GrL SANJUÁN y M.ªI. PÉREZ DE CoLO-
siA RoDRIGUEZ, una labor de síntesis se encuentra en su trabajo Málaga y la Inquisición (1550-1600), Mono-
gráfico de la Revista fábega, Diputación Provincial, Málaga, 1982.
56 ].]. BRAVO CARO, «Medidas adoptadas por el cabildo malagueño ante la sublevación morisca (1568-
1570)», fábega, 52, Diputación Provincial, Málaga 1986, p. 15. AMM, AC, n.• 18, fol. 271.
57 M.ªI. PÉREZ DE Cows!A RODRÍGUEZ, «Importancia estratégica de Málaga en el Mediterráneo occiden-
tal durante el siglo XVI», Actas del I Congreso Hispanoafricano de las Culturas Mediterráneas: España Y el
Norte de África. Bases históricas de una relación fundamental, tomo I, Melilla, 1987, pp. 351-362.
58 c. URBANEJA ÜRTIZ y.J.L. CASADO BELLAGARZA, Istán. Una historia por descubrir, Marbella, 1992.
59 J.]. BRAVO CARO, «Medidas adoptadas ... », pp. 16-19; AMM, C. de O., n. 2 6, fols. 620-621.
REPRESENfACIÓN REGIA EN LA MÁLAGA DE FELIPE 11: LOS CORREGIDORES 359
6 º A. NAVAS AcosTA, «La batalla de Frigiliana o la rebelión de Bentomiz», Jábega, 9, Diputación Provin-
cial, Málaga, 1975, pp. 23 y 24; ].]. BRAVO CARO, «El papel de la ciudad en la política centralista de Felipe
11», Actas del VI Coloquio Internacional de Historia Medieval de Andalucía: Las ciudades andaluzas (siglos
XIII-XVI), Universidad de Málaga, 1991, pp. 116-119; M.ªl. PÉREZ DE COLOSÍA RODRÍGUEZ, «Base historiográfi-
ca y documental para la reconstrucción teórica del perímetro amurallado de Málaga en la Edad Moder-
na», II Seminario Nacional: Arquitectura y Ciudad, Ministerio de Cultura, Madrid, 1994, pp. 117-127.
61 AMM, AC, n. 2 17, fol. 216. Cabildo: 5 de julio de 1566.
62 Ibídem, L. de p., n. 2 15, fols. 383-390v, y ADE, caja n. 2 85, n.º 30.
63 J.]. BRAVO CARO, Felipe !!y la repoblación del Reino de Granada. La Taha de Coma res, Universidades de
Granada y Málaga, Granada, 1995, pp. 71-73.
64 ADE, caja n.2 4.
65 AMM, AC, n. 2 19, fol. 257. Cabildo: 6 de abril de 1571.
66 ].]. BRAVO CARO, «El papel de la ciudad .... », pp. 119-120; AMM, AC, n? 19, fols. 440-440v.
360 M.ª ISABEL PÉREZ DE COLOSÍA RODRÍGUEZ; PILAR YBÁÑEZ WORBOYS
67 AMM, AC, n. 2 20, fo l. 386. Cabildo: 20 de mayo de 1573. L. de p., vol. 16, fols. 297v-300v.
68 J. MORENO DE GUERRA, op. cit., p. 119. Entre sus defectos destacaba su extremada vanidad, que le llevó
a esculpir su escudo en la fachada de la cárcel, pero la ciudad se opuso por opinar que únicamente podían
ponerse las armas del rey en lugar tan destacado.
69 AMM, C. de O., n .º 7, fol. 480.
70 Ibídem, L. de p., vol. 17, fol. 39v-45, y AC, n .º 21, fol. 186. Cabildo: 18 de febrero de 1576.
71 Ibídem, AC, n.º 22, fol. 190. Cabildo: 22 de febrero de 1576.
72 Ibídem, L. de p ., vol. 17, fols. 95v-99v.
74 Ibídem, p. 127.
75 AMM, L. de p., vol. 17, fols. 117-122v.
76 Ibídem, AC, n.• 22, fol. 97r. Cabildo: 27 de enero de 1583.
77 Ibídem, C. de O., n.º 8, fol. 88-88v.
7s J.L. ESTRADA y SEGALERVA, op. cit., p. 140.
79 C. GARCÍA DE LA LEÑA (C. de Medina), Conversaciones históricas malagueñas, t. IV, Caja de Ahorros Pro-
81 A. LLORDÉ.N SrMóN, «Los Bursotos, primeros ingenieros del puerto de Málaga», Boletín de Información
y 2 y 19 de diciembre de 1596 y 19 de abril de 1597. Con anterioridad a Luis de Cárdenas, había nombra-
do otros dos alcaldes mayores: el doctor Paez y el licenciado Gutiérrez. AMM, AC, n. 0 26, fols. 233 y 327.
Cabildos: 1 de junio y 21 de octubre de 1594.
93 Ibídem, L. de p., vol. 18, fols. 115-llSv, y AC, n. 0 28, s.f. Cabildo: 28 de septiembre de 1598.
«Para el domingo que es el día de octavo de todos los Santos se hagan las
honrras del Rey, nuestro señor, y que el domingo en la tarde se diga la bigi-
lia, y el lunes siguiente la missa y el sermón, y trataron del hordenamiento
que se a de poner en el túnbulo, y se acordó que se hagan munchos escudos
de papel y pergamino y en ellos pintados las armas del rrey, y se pondrán en
el túnbulo, y los pilares y en las más partes que pare<;iere a los comissiona-
dos que para ello están nomvrados, y que se pinten tanvién dos escudos gran-
des en las dos paredes que sierran las dos naves colaterales que están en pro-
porsión con los otros dos que están entallados sobre las puertas del cruzero» 95 •
95 Archivo Catedral de Málaga (ACM), AC, leg. 1028, pieza n.0 2, fols. 62v y69. Cabildos: 3 y 29 de octu-
bre de 1598.
Enrique Martínez Ruiz
(Dir.)
MADRID, FELIPE II
y
,,
LAS CIUDADES DE LA MONARQUIA
Vol. 1
PODER Y DINERO
ACTAS
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MADRID, 2000
Dirección editorial:
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ÍNDICE
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Lección Inaugural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Nápoles en tiempos de Felipe JI. Historiografía reciente
,Luis Miguel Enciso Recio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27