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SOBRE NIETZSCHE
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EL HOMBRE SUPERIOR
Mi declaración inicial
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Nietzsche, hasta nosotros llega la airada voz de tu Zaratustra, di-
rigiéndose a los Hombres Superiores:
Por otra parte, identificas muy bien a los ambiguos, aunque los
confundes con los humildes; al respecto dices:
Estas “gentes pequeñas” son los ambiguos, los que tienen la astucia
como virtud y la doble moral como su práctica
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¡Para mí no sufrís aún bastante! Pues sufrís por vosotros, no
habéis sufrido aún por el hombre.
Pero los humildes, los pobres, a los que tú desprecias tanto, sufren
de pobreza y de hambre
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¿Quiere decir esto que los débiles y enfermos no deben encarar
la tarea de rebelarse?
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Por el otro lado, el hombre que produce, en este caso, los indí-
genas y mestizos de mi país, son autosuficientes
Al preguntarme, te pregunto:
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¡Guardaos también de los doctos! Os odian: ¡pues ellos son
estériles! Tienen ojos fríos y secos, ante ellos todo pájaro yace
desplumado.
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Quienes meditan en la senda del Zen, dicen que el que está por
caer al abismo mira la rama de la que se aferra
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¿La incapacidad para la mentira no es ya, amor a la verdad?
¿Quién no puede mentir, no sabe qué es la verdad?
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No hay un torneo de caballeros, sólo una batalla del degüello
Mi percepción
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No van a las guerras, envían jóvenes para morir “en defensa” de
la tasa de ganancia del gran empresario
Por ello, nunca ha pensado que entre los extremos siempre hay
un término medio, un Tercero Incluido
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LA INTERPRETACIÓN
METAFÓRICA DE LA HISTORIA
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Postulo que la Interpretación de la Historia es un conjunto de
reflejos ético-estéticos de grupos diferenciados
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En síntesis: me refiero a la interpretación metafórica, en el sen-
tido horizontal de la palabra
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EL LENGUAJE
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La verdad proviene de la imaginación, en ningún caso de la
esencia de las cosas. Las “verdades” son ilusiones necesarias,
metáforas convenidas, útiles, que se han impuesto: la causali-
dad, voluntad libre, leyes naturales, espacio, tiempo… todas
son ficciones reguladoras, creencias útiles, mas no verdade-
ras.
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Deforman la percepción, al igual que lo hacen los sentidos; para
atestiguarlo, recordemos la sombra de un ejemplo
El Símbolo
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El Símbolo, tú lo sabes más que yo, es la representación del
Todo o de las partes de un todo
Pero que nada tiene que ver, en apariencia, con lo que repre-
senta; el símbolo es la forma paladina de lo oscuro
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Ni los sentidos ni la razón pueden captar el río en toda su riqueza
singular ni en toda su integralidad
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El lenguaje poético es un lenguaje estilizado
El lenguaje cotidiano es burdo y descuidado
La Vivencia
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En mi filosofía, “La Voluntad de Ser”, la llamo: Vivencia.
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También es el elemento constitutivo de la Relación Interactiva
de las partes con el Todo
Por lo tanto, las percepciones de cada parte del Todo, son infi-
nitas: así, Heráclito antecede a Kant en las antinomias
La Metáfora
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mentir ha dejado de ser algo que pertenezca a la moralidad y
se convierte en “desviación consciente de la realidad que se
encuentra en el mito, el arte, la metáfora”.
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tal separación. Pero no dejemos de complementar la idea: el su-
jeto, como parte del Todo relativo, interactúa con el objeto, que
también es parte del mismo Todo. Un hombre es tan natural
como puede serlo una piedra o un cocodrilo, pero, parafra-
seando a Marx (a quien detestas sin disimulo alguno) creo que
estaremos de acuerdo en el hecho de que la Naturaleza se co-
noce a sí misma por medio del hombre. Esta afirmación nos trae
un problema adicional: si hay diferentes interpretaciones de la
historia del Ser y de la Naturaleza, ¿Cuál de ellas conoce la na-
turaleza? Tal vez la respuesta la da el propio Marx, al proponer
que el Hombre será realizado como tal, cuando su naturaleza
sea parte de la Naturaleza y la Naturaleza sea parte de la Natura-
leza Humana. Desde entonces la interpretación metafórica de la
naturaleza será menos diluida por la percepción.
LA VOLUNTAD DE PODER
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tender a la posibilidad de ejercer la fuerza, un tender a la pose-
sión de poder. Pero esta voluntad de poder, en cuanto pulsión
de tomar el poder es, al mismo tiempo, el puro afán de violencia.
Este tipo de interpretaciones de la «voluntad de poder», defor-
man el sentido de la expresión fundamental de la metafísica de
Nietzsche; en efecto, cuando éste dice «voluntad de poder»,
piensa algo diferente.
Nietzsche la define como «la esencia más íntima del ser» lo que
significaría que la voluntad de poder sería el carácter fundamen-
tal del ente en cuanto tal. La voluntad de poder es nombrada, en
la segunda parte de “Así habló Zaratustra”. En palabras del per-
sonaje:
Voluntad de poder
y dominación
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Así es: pero querer es querer ser señor. Esta voluntad está in-
cluso en la voluntad del que sirve, no en cuanto que aspire a
liberarse del papel de siervo, sino en la medida en que es siervo
y servidor y, en cuanto tal, aún tiene siempre debajo de sí el ob-
jeto de su trabajo, al que «ordena». Y en la medida en que el
servidor, en cuanto tal, se hace imprescindible para el señor y de
ese modo lo constriñe y lo hace depender de él (del siervo) el
siervo domina sobre el señor. Ser servidor es también una espe-
cie de la voluntad de poder.
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Ordenar es auto-superación. Sólo es necesario ordenar al que
no se obedece a sí mismo.
Te escuchamos, Heidegger
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Esa afirmación podría interpretarse en el siguiente sentido: la
esencia del poder sería la pulsión de poner en ejecución la vo-
luntad de imponerse sobre los siervos, mientras que la esencia
de la voluntad sería la posesión de capacidad para realizar esos
actos de dominación, es decir, la Voluntad de Poder.
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La Síntesis
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La sabiduría popular diría: a camarón que se duerme se lo lleva
la corriente.
El Devenir
Fuerza
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“Fuerza” es entendida por Nietzsche en el sentido de poder, es
decir, como voluntad de poder. El número es esencialmente una
forma perspectivista. El valor es “esencialmente el punto de
vista” del ser que ejerce la voluntad de poder.
Querer
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“ ... Querer es lo mismo que querer-devenir-más fuerte, querer-
crecer -y también querer los medios para ello”. La voluntad de
poder, es la voluntad que quiere valores. Por eso es que de ella
sale toda posición de valores y toda estimación del valor: el
«principio de la posición de valores”.
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Ese orden jerárquico de los valores, son impuestos a la sociedad
por los grupos que dominan por su “voluntad de poder”.
EL SEÑOR
Y LA VOLUNTAD DE PODER
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pasara de ser un desear y un aspirar, en lugar de ser desde su
base y exclusivamente: ordenar.
La Alienación
en Hegel
Los pobres son los que luchan las batallas de los señores, no
porque hayan perdido ellos mismos alguna batalla. Pero sigamos
¿Qué hacen los vencedores, una vez que la batalla ha sido ga-
nada por ellos, como buenos señores, Hegel?
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Eso suena como un acto de pillaje vandálico bajo la forma de
heroísmo. El vencedor tiene derecho a ser ladrón; ésa sería la
verdadera esencia del heroísmo de los “grandes señores”. Por
otra parte, dices que el vencedor es la Conciencia, el “Ser para
sí”, algo que sólo el Señorío feudal tendría. Con ello nos propor-
cionas conceptos que necesitan ser definidas. ¿Qué son el “Ser
en sí” y el “Ser para sí”, según tu visión del “señor”, Hegel?
También dijiste que los únicos que trabajan son los siervos ¿Se-
rían por eso, los únicos Seres para sí?
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Así es, rechaza el producto de su trabajo por me-dio de la absti-
nencia y la mortificación
La Alienación
en Nietzsche
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El Individuo está dominado a la masa y su deber es liberarse de
esa Alienación
El Planteamiento
de un Supuesto
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Asumamos una situación hipotética: Nietzsche es un siervo ex-
poliado por el parasitismo feudal ¿Vería con buenos ojos a quie-
nes le expoliarían?
Dice que la plebe ansía ser inteligente, mientras que el Ser supe-
rior considera que la Razón es para la plebe. La actitud del siervo
con relación a sus expoliadores, ¿Sería racional?
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El hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni ho-
nesto consigo mismo. Su alma mira de reojo; ama los escondri-
jos, los caminos tortuosos y las puertas falsas. El hombre noble
honra a su ene-migo; es digno de respeto, por ser superior; si no
lo fuera, no será enemigo. En cambio, la plebe considera que el
enemigo es el “malo” y se autocalifica como el hombre “bueno”
Las aves
rapaces
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aves rapaces; entre ellas, el parásito que se hace nombrar “no-
ble” y los políticos de todas las estofas.
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¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva el sentimiento y la Volun-
tad de Poder; el Poder mismo del hombre. ¿Qué es lo malo?
Todo lo que procede de la debilidad; todo lo que procede de la
compasión y de la piedad. “¿Qué es la felicidad? El sentimiento
de que el Poder crece; de saber que una resistencia queda supe-
rada”
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existencialismo, es decir, el in-dividuo aislado o, te refieres al
grupo de “hombres superiores” que han unido, en una sola, sus
respectivas voluntades del poder. ¿Qué opinas, respetado Hei-
degger?
Alienación: Resumen
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En cambio, el feudal, que no trabaja, no garantiza su propia exis-
tencia, no sería un Ser para sí, no sería nada. Eso es Alienación:
al renunciar, por la fuerza, al producto de su trabajo y de su pro-
pio Ser, el siervo se aliena a su explotador. Así, el siervo no es
una persona para el feudal; él y la tierra, son sólo instrumentos
de producción; nada más. Ahora viene la gran pregunta: ¿Por
qué el siervo no se rebela? ¿Por qué aguanta esa alienación tan
absurda? La respuesta es única: por miedo: se supone que el
feudal y el rey son representantes de Dios en la Tierra, intoca-
bles. En términos de la Voluntad de Poder de Nietzsche, porque
están sujetos a los valores impuestos por la voluntad de poder
del feudal, de la llamada nobleza y del rey. Si nos atenemos a la
percepción de Hegel y palpamos su lógica, nos damos cuenta de
que el feudal no sería un ser libre, en cambio, el siervo sí sería.
El siervo haría que el feudal fuera para sí, negándose a sí mismo,
según dice Hegel, porque habría perdido la “batalla para ser li-
bre”. El siervo enajenaría voluntariamente el producto de su tra-
bajo y la condición de su propio ser, en beneficio del feudal y la
monarquía. En ese proceso es que radica la Alienación del
siervo al feudal, al rey y a todos los que viven de él. Lo mismo
sucede con la alienación del trabajo al capitalista y al político.
Nuevamente se produce la gran contradicción: el que produce
no es libre; el que no produce, sí lo es.
El Capitalista
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El acrecentamiento de poder es, en sí mismo y al mismo tiempo,
también conservación del poder. El poder sólo puede darse po-
der a sí mismo en la medida en que ordene a la vez acrecenta-
miento y conservación. Ello implica que el poder mismo y sólo
él ponga las condiciones del acrecentamiento y la conservación.
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¿Y para qué querría más dinero?
Para hacer más dinero y luego más y más
El Político
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de hombres, para nosotros, los políticos, los únicos que sabe-
mos apreciarlo. Del mismo modo que es una estupidez de
alto grado servir un vino de marca a quien no sabrá degus-
tarlo, también sería una bestialidad confiar el Poder a quien
no sabe usarlo ni catarlo ni retozar en él sin rubor. Los hom-
bres han hecho los dioses omnipotentes como una proyec-
ción de sus ansias de poder, como una objetivación ideal de
sus propios deseos de alcanzar la capacidad de hacer todo lo
quieren y así solazarse en grado supremo ¿Han visto ustedes
cómo reciben las masas la voceada omnipotencia de los dio-
ses? La reciben con veneración. Es que la masa venera el Po-
der, como quien reverencia algo distante y per-verso. Por eso
lo quieren encarnado en la lejanía, más allá de sus horizontes,
más allá de sus lontananzas, más allá de donde ellos jamás
podrán llegar: esto es, en la cúpula del Estado. El pueblo
quiere el Poder como los sapos quieren la luna; lo quieren
por encima, no al lado; arriba, donde estamos los hombres
que forcejean con él y lo vencen...”
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los de un guerrero, sino los que se parecen a él: avaros, miedosos,
astutos… despreciables, al igual que el Político, otro de los “hom-
bres superiores”. La Voluntad de Poder ahora está en manos de
un negro y el Presidente de mi país es un indígena, algo que te
debe causar pesar en el mismo nivel que trae alegría para nosotros.
Ya podemos resumir lo siguiente.
Hegel y Nietzsche
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EL NIHILISMO
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La Transvaloración
de los valores vigentes
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que Nietzsche tiene de los grupos sociales a los que consideran
que matan al individuo.
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supremos válidos hasta el momento quiere decir: esos ideales
pierden su fuerza de configurar historia.
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Mi sentido de consistencia me urge a ratificar mi percepción: los
valores vigentes nunca han sido puestos en práctica por quienes
los han impuesto a los demás, esto es, por los “hombres supe-
riores que detentarían la voluntad de poder, pero, en la medida
en que esos valores son producto de su voluntad de poder, ejer-
cen esta voluntad para incumplirlos con impunidad reiterada.
Para ello, no necesita cambiar los valores; los que existen actual-
mente, tales como honestidad, compromiso, honor y todo ese
ramillete de buenas costumbres, está prácticamente intocado.
Excepto una minoría muy reducida, nadie los ha usado verda-
deramente, mucho menos los hombres superiores que ejercen
la voluntad de poder y creadora de esos valores-fantasma
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En este caso, lo único que se debe hacer para inventariar a los
hombres superiores, es realizar un congreso de filósofos existen-
cialistas, quienes son insuperables en el terreno del pesimismo y
de la náusea de vivir.
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piensan en la divinidad del vacío, de la nada, de la angustia, del
miedo, de la rutina… ¿Cuán más “superior” deberá ser un hom-
bre para que sea digno de voluntad de poder, al estilo nietzs-
cheano? Esa es una pregunta que algún día deberá tener su res-
puesta.
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LA LEY DEL SAQUEO
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expresa con un salvajismo propio de la bestia racional. Hay algo
más que debemos anotar: la Ley del Saqueo en la Civilización
de Occidente ha sido moldeada por el gene del miedo y la
violencia que los anunnakis nos han inoculado al acelerar el
proceso evolutivo del hombre desde el último homínido (El
asunto de los anunnakis está contemplado en otra de mis obras
y será dada a conocer a su debido tiempo) Entre todos, el Gran
Astuto es el que tiene un grado de astucia mayor a la de las
masas, recuas humanas, a las que manipula, dado que las masas
son siempre manipulables.
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El precepto del Miedo
Haz a los demás lo que no quieres que te hagan a ti, antes que
los demás te lo hagan
Un ejemplo
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Los esclavos producían lo que los hombres superiores, posee-
dores de la voluntad de poder comían. Pues bien, al darse cuenta
de la riqueza que los esclavos significaban para Antenas, decidió
legalizar la esclavitud, incluyéndolo en las cosas y procesos que
no dependerían de los seres humanos sino, de la naturaleza. El
gran filósofo de la Ética a Nicómaco, el ilustre, el inmortal Aris-
tóteles, afirmó, sin rubores molestosos, que el esclavo lo era por
naturaleza. Ni el mismo Hegel, conocido por su aversión a la
masa y a todo lo que significara democracia, se atrevió a ir tan
lejos. El fundador de la Lógica, sí, lo hizo con una gran naturali-
dad. Con ello, los saqueadores y traficantes de esclavos ya tenían
el “aval moral” que les permitía usar el látigo “legalmente”.
EL ETERNO RETORNO
DE LO MISMO
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Sin embargo, una vez que los nuevos valores impuestos por la
cofradía de los hombres superiores estén en vigencia, segura-
mente tendrá algo que ver con la identificación de metas
El poder no conoce metas “en sí” a las que podría llegar para
permanecer en ellas, lo importante es la sobre potenciación. Por
ello, para el ente como voluntad de poder no hay ninguna meta
fuera de sí hacia la cual progresar saliendo de sí mismo.
En el Camino
está en la Meta
Hay una percepción del zen taoísta que podría explicar adecua-
damente el concepto: “El camino está en la meta”, en este caso,
la “meta que está en el camino” es la continua repetición de lo
mismo, por lo que nada externo a esa meta-camino existiría
fuera de ella.
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La voluntad de poder, en cuanto sobre potenciación de sí
misma, retorna esencialmente a sí misma y da así al ente en su
totalidad, es decir al “devenir”, el peculiar carácter de movilidad.
Ahora bien, el ejercicio del poder eterno y carente de meta de
la voluntad de poder es, no obstante, al mismo tiempo necesa-
riamente finito en cuanto a sus situaciones y formas, pues si fuera
infinito en este respecto, en concordancia con su esencia como
acrecentamiento, tendría que «crecer infinitamente».
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El Eterno Retorno y Borges
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hambre en medio de la gran abundancia. Hay más sobre la teo-
ría del Eterno Retorno.
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Trata de un ser que al reciclarse en una máquina transportadora
resulta con su propio cuerpo y con la cabeza de la mosca, que
había estado en el recinto reciclador. El reciclaje no se había lle-
vado a cabo de un modo simétrico. Aquí una ficción atestigua la
asimetría de la otra ficción.”
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a la originalidad y aquéllos que aún no han completado el ciclo.
Pongamos un ejemplo de lo que sucedería en nuestro planeta:
es posible imaginar que Aristóteles ya ha sido reciclado en un
tiempo similar al de Marx. Los tendremos juntos para asistir a
un diálogo de magnitud ártica. Del mismo modo se podría con-
cebir la coexistencia de la Segunda Guerra Mundial con la bata-
lla de las Termópilas, Hitler pidiendo asistencia técnica a Leóni-
das. El rayo láser pelearía con el garrote y los Fantoms tendrían
batalla con los dinosaurios… Eliminada esa posibilidad, recoge-
mos la opción de que los re-arreglos se alcanzan al mismo
tiempo en la centésima de segundo que dura el equilibrio de las
velocidades de los planetas. Imaginemos que eso se producirá
mañana: a las 10.00 a.m. hora de Greenwich. Las velocidades se
equilibran; todos desaparecemos para volver al inicio del “año
perfecto”. Ahora imaginemos lo que sucederá con las capas te-
rrestres, los océanos, los mares que han cambiado de lugar
desde entonces. Las cordilleras, que se han desplazado y las islas
que han aparecido.
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En “His end and his beginning” se refiere a alguien que murió y
que en el cielo no hace sino repetir algo ya hecho. En “Los Teó-
logos”:
La Carabela
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soplan las infinitas carabelas que de infinito en infinito bambo-
lean, bambolean”
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EL SUPERHOMBRE
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El hombre que, estando en medio del ente, se comporta res-
pecto del ente que es voluntad de poder y, en su totalidad, eterno
retorno de lo mismo, se llama superhombre. El “súper” en la
palabra “superhombre” contiene una negación y significa salir e
ir más allá, por “sobre” el hombre habido hasta el momento.
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La Animalidad
La animalidad no es considerada ya como la mera sensibilidad
y como lo inferior en el hombre. La animalidad es el cuerpo
viviente, pleno de impulsos. Sólo la animalidad determina al
hombre como siendo verdaderamente. La razón sólo es viviente
en cuanto vive corporalmente… el que está despierto, el que
sabe, dice: soy totalmente cuerpo, y nada más; y alma es sólo
una palabra para algo en el cuerpo.
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la animalidad, pero lo hace en una fase muy superior de pro-
greso y experiencia que la forma original de esa animalidad
El Objetivismo
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La esencia del subjetivismo es objetivismo, en la medida en que
para el sujeto todo se vuelve objeto. Toda objetividad es “subje-
tiva”, porque es instaurado como objeto que se sostiene en sí
mismo. “Entidad es subjetividad” y “entidad es objetividad”, di-
cen lo mismo.
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Lo que expresaría la noción de que el Superhombre no necesita
a nada ni a nadie para representar su propia subjetividad y orde-
nar el acrecentamiento de la voluntad de poder. Él representa e
impone los valores, como una tarea (¿un privilegio?) que ya no
precisa de un ente trascendental.
La Meta
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que viva el superhombre”; ¡que ésta sea una vez, en el gran me-
diodía, nuestra voluntad última!”.
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El hombre no se vuelve “señor” mediante cualquier violencia,
siguiendo opiniones y deseos casuales. Convertirse en señor
quiere decir, ante todo, someterse a sí mismo a la orden del po-
der. Las pulsiones sólo encuentran su esencia como grandes pa-
siones. Los pequeños gozos se mantienen extraños a las grandes
pasiones. Lo que decide no son los meros sentidos, sino el ca-
rácter del poder en el que están integrados.
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de poder. La pregunta vuelve en pos de una respuesta: ¿Quiénes
luchan en las batallas por la imposición de valores acorde con
las respectivas formas que cada superhombre cobija como vo-
luntad de ser?
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El rango y la ley de un pueblo y de los grupos de pueblos se
determinan de acuerdo con el grado y el modo de la fuerza im-
perativa desde la que se ponen al servicio de la realización del
dominio incondicionado del hombre sobre sí mismo.
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LA JUSTICIA
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pones de relieve la lógica que une todos esos conceptos, de ma-
nera tal, que la esencia de esa unidad, sería, en mi percepción,
la interacción de los cinco momentos. No habría necesidad de
alguna ontología o alguna óntica para la determinación de esa
esencia, más bien, ése sería un campo que entraría en la jurisdic-
ción de la interacción de esos momentos entre sí. Tal vez habría
un nuevo campo de estudio en la filosofía para identificar ese
momento, al cual podríamos denominar “Iterrelacionalogía”
El qué y el cómo
de la Justicia
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tulo principal de su metafísica. Metafísica es la verdad del ente
en cuanto tal en su totalidad. La metafísica de la subjetividad in-
condicionada y acabada piensa, sin decirlo, la esencia de sí
misma, o sea la esencia de la verdad, como justicia.
El fin de la Filosofía
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el ser desde el cual todo ente es llamado a ser lo que es y cómo
es
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No; hay una filosofía, la única, que puede ser considerada
como planetaria: la Voluntad de Ser.
1
EL HOMBRE SUPERIOR
Nietzsche, hasta nosotros llega la airada voz de tu Zaratustra, di-
rigiéndose a los “Hombres Superiores”:
82
Por otra parte, identificas muy bien a los ambiguos, aunque los
confundes con los humildes; al respecto dices:
Estas “gentes pequeñas” son los ambiguos, los que tienen la astucia
como noble virtud y la doble moral como su práctica cotidiana
Pero los humildes, los pobres, a los que tú desprecias tanto, sufren
de pobreza, de hambre y de exclusión; sufren por el hombre
En la lógica disposición que la ley del más fuerte establece, los que
producen no comen; los que comen no producen
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¿Qué clase de hombre superior es el que desea rodearse de
mendigos para ser admirado por ellos? Ése es un despropósito
absurdo
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Pero no hay que ser gran expedicionario de la sociología para
constatar que el “hombre superior”, a diferencia de “la plebe”,
no es autosuficiente; es decir, su existir depende, precisamente,
de su antípoda social: del que produce lo que el “superior” le
arrebata con zarpas de hierro agarfiado: ¡El “hombre superior”
necesita del inferior para subsistir! Si no fuera por el hombre
excluido, el hombre superior sería un fósil más en el panteón
Por el otro lado, el hombre que produce, es autosuficiente, no
necesitan de nadie para subsistir, viven plenos en su pobreza
Al preguntarme, te pregunto:
85
Pero los indígenas de mi país cambiaron de norte a sur, cuando
llegaron al poder; cuando lo hicieron, se sintieron Hombres Su-
periores,
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El hombre-masa está en el gobierno, comiendo a cuatro carrillos
y dibujando la caricatura más espantosa de nuestro país
87
Quienes ahora gobiernan en mi país, y las masas humanas que
los respaldan, a pesar de tener “el poder”, siguen siendo plebe
Al preguntarme, te pregunto:
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Confiará en el hombre que tiene valor
Los que afirman que el que está por caer al abismo mira la rama
de la que se aferra
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¡No tienen ni derecho ni fuerza de exigir su egoísmo! ¡Es vues-
tro egoísmo, creadores! Ellos se jactan de no mentir, pero la
incapacidad para la mentira no es ya, ni de lejos, amor a la
verdad. ¡Estad en guardia! Quien no puede mentir no sabe
qué es la verdad.
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Yo no compadezco a los débiles, más bien quiero volverlos
fuertes, así puedan defenderse de tu hombre superior
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Más bien, hay sabandijas que crean guerras para beneficiarse de
la venta de armas a los dos lados combatientes
Por ello, nunca ha pensado que entre los extremos siempre hay
un término medio, un Tercero Incluido
LA VOLUNTAD DE PODER
92
En sentido general, se considera Voluntad como un querer, un
un aspirar a algo. En esa misma dimensión, Poder sería el ejer-
cicio de la fuerza. La mayoría entiende como Voluntad de po-
der un tender a la posibilidad de ejercer la fuerza, un tender a
la posesión de poder. Pero esta voluntad de poder, en cuanto
pulsión de tomar el poder es, al mismo tiempo, el puro afán
de violencia. Este tipo de interpretaciones de la «voluntad de
poder», deforman el sentido de la expresión fundamental de la
meta-física de Nietzsche; en efecto, cuando éste dice «voluntad
de poder», piensa algo diferente.
93
Al parecer, Nietzsche, tal como lo muestra Zaratustra considera
que la “vida” tendría la Voluntad de Poder como su esencia
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el “ordenar”. Ordenar es ser señor de disponer sobre posibi-
lidades, vías, modos y medios de producir efectos por medio
de la acción.
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Ése es un misterio cubierto de telarañas seculares, develadas
sólo por la “metaforidad” singular de los corifeos
Voluntad y Poder
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la voluntad de imponerse sobre los siervos, mientras que la esen-
cia de la voluntad sería la posesión de capacidad para realizar
esos actos de dominación, es decir, la Voluntad de Poder.
Eso sí tiene lógica; pero aún queda una pregunta al respecto: ¿El
Poder y la Voluntad son uno sólo?
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La Síntesis
El poder y la voluntad son lo mismo en el sentido de co-perte-
nencia esencial a la unidad de una esencia. No son lo mismo
en el sentido de unidad de dos esencias por lo demás separa-
das. No hay una voluntad por sí como no hay un poder por sí.
Sólo la voluntad de voluntad es voluntad, o sea, voluntad de
poder en el sentido de poder de poder.
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Eso es la vida misma” Toda mera conservación de la vida es
ya declinación de la vida.
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Al estilo de la relación caballero-doncella, representan a sus ac-
cionistas luchando por el “honor” de la empresa
100
De esta manera, el verdadero Hombre Superior sería el que
ejerce su Voluntad de Poder por el uso de la fuerza, en una so-
ciedad determinada
101
Por supuesto que, cuando te refieres al “hombre del resenti-
miento” usas el singular para identificar a todos los seres que
forman la plebe
El Planteamiento de un Supuesto
Asumamos una situación hipotética: Nietzsche es un siervo ex-
poliado por el parasitismo feudal ¿Vería con buenos ojos a quie-
nes le expoliarían?
102
“El hombre noble, reacciona de forma inmediata, por ins-
tinto, por eso es que no envenena como el esclavo; yo reac-
cionaría de ese modo. Fíjate en Mirabeau, quien no tenía me-
moria para los insultos ni para las villanías. Por eso es que no
podía perdonar, más bien olvidaba; en cambio el esclavo, la
plebe, ni olvida ni perdona. Un hombre como Mirabeau, de
un golpe se sacude gusanos que, en otros, en cambio, anidan
siempre”
103
El hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni
honesto consigo mismo. Su alma mira de reojo; ama los es-
condrijos, los caminos tortuosos y las puertas falsas. El hom-
bre noble honra a su enemigo; es digno de respeto, por ser
superior; si no lo fuera, no será enemigo. En cambio, la plebe
considera que el enemigo es el “malo” y se autocalifica como
el hombre “bueno”
104
Sobre el particular, es imperativo aceptar el hecho de que el ser
humano, por instinto, guarda una sana repugnancia por las aves
rapaces
105
compañía como valerosos camaradas y fantasmas con los que
se charla
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El hombre superior tiene una conciencia nueva para verdades
que hasta ahora han permanecido mudas. Se debe guardar
para sí el respeto a sí mismo; el amor a sí mismo; la libertad
incondicional a sí mismo.
107
Me pregunto si todos los parásitos que se autonombran “nobles”
y todos los dictadores de la historia, están, necesariamente, en
esa categoría
108
Pero si la pregunta es dirigida, con buen ánimo al capitalista, nos
responderá que lo hace para ganar más dinero
El Político
La Política es el arte de lograr el Poder, de conservarlo y de ex-
tenderlo; todo lo que se diga y haga para lograr estos propósitos,
será bien recibido; todo lo que se oponga a la consecución de
los objetivos trazados debe ser combatido. Por eso es que la Po-
lítica es el arte de lo posible y es por eso que exige una moral
que proviene de la ética pragmática, la que acepta como justifi-
cativo todo lo que permite que el grupo al que pertenecemos se
perpetúe y rechaza lo que se oponga al logro del objetivo. Noso-
tros, los políticos, somos una especie dentro de la especie hu-
mana y como tales, consideramos nuestra sobrevivencia como la
aspiración más alta a la que supeditamos todas las demás. Pero
109
el Poder por el simple Poder no tiene sentido: es vacío y huero.
El Poder alcanza su razón de ser cuando es gozado por el que lo
detenta; no se ha hecho para cualquier mortal: ha sido hecho
para una clase especial de hombres, para nosotros, los políticos,
los únicos que sabemos apreciarlo. Del mismo modo que es una
estupidez de alto grado servir un vino de marca a quien no sabrá
degustarlo, también es una bestialidad confiar el Poder a quien
no sabe usarlo, ni catarlo, ni retozar en él sin rubor. Los hom-
bres han hecho los dioses omnipotentes como una proyección
de sus ansias de poder, como una objetivación ideal de sus pro-
pios deseos de alcanzar la capacidad de hacer todo lo quieren y
así solazarse en grado supremo ¿Han visto ustedes cómo reciben
las masas la voceada omnipotencia de los dioses? La reciben con
veneración. Es que la masa venera el Poder, como quien reve-
rencia algo distante y perverso. Por eso lo quieren encarnado en
la lejanía, más allá de sus horizontes, más allá de sus lontananzas,
más allá de donde ellos jamás podrán llegar: esto es, en la cúpula
del Estado. El pueblo quiere el Poder como los sapos quieren la
luna; lo quieren por encima, no al lado; arriba, donde estamos
los hombres que forcejean con él y lo vencen...”
Todos, corruptos.
110
En suma: los tres son la antítesis de los guerreros nietzscheanos
actuales
Nada tienen que ver con los rivales del guerrero genuino, pues son
avaros, miedosos, astutos… despreciables
111
Obrará no por miedo al castigo ni por espera de recompensa,
más bien porque estará en su ser obrar así y no de otro modo
EL SUPERHOMBRE
112
La negación del hombre actual, significaría su reemplazo por
otro de mayor potencialidad para poseer y ejercer la voluntad de
poder
La Animalidad
113
En cierto sentido, la tesis nos diría que la racionalidad del hom-
bre se transforma en la animalidad, que es la voluntad de poder
en cuanto se cobija en un cuerpo
114
En concordancia con lo dicho, en ese proceso, la voluntad de
poder se conoce a sí misma en cuanto huésped del cuerpo. Nin-
guna representación será valorable si no es la del ente que repre-
senta y que, al representar, se representa sólo a sí mismo, esto
es, en cuanto a la voluntad de poder y en cuanto al eterno re-
torno de lo mismo.
El Objetivismo
La esencia del subjetivismo es objetivismo, en la medida en que
para el sujeto todo se vuelve objeto. Toda objetividad es “sub-
jetiva”, porque es instaurado como objeto que se sostiene en sí
mismo. “Entidad es subjetividad” y “entidad es objetividad”,
dicen lo mismo.
115
La voluntad de poder no es nada vital ni nada espiritual, sino
que lo vital (lo viviente) y lo espiritual, en cuanto entes, están
determinados en el sentido de la voluntad de poder. La vo-
luntad racional, hasta el momento al servicio del representar,
transforma su esencia en voluntad que se ordena a sí misma.
116
La Meta
EL ETERNO RETORNO
117
El que sería feliz siendo como es sin querer ser otra cosa.
118
poder. Las pulsiones sólo encuentran su esencia como gran-
des pasiones. Los pequeños gozos se mantienen extraños a
las grandes pasiones. Lo que decide no son los meros senti-
dos, sino el carácter del poder en el que están integrados.
119
¿Quiénes luchan en las batallas por la imposición de valores
acorde con las respectivas formas que cada superhombre cobija
como voluntad de poder? Por todo lo analizado, las batallas se
realizarán entre grupos de superhombres contra grupos de su-
perhombres, todos, con la intención de dominar a los no super-
hombres o al grupo de superhombres vencidos
120
Sin embargo, la voluntad de poder impone la exigencia de que
el superhombre se domine a sí mismo y también a los demás;
especialmente a los que se considera “inferiores”
121
de otro imaginario. El hombre es un creador de ficciones,
metáforas e interpretaciones. La realidad es una construcción
poética, un simulacro, y nuestras interpretaciones son un arre-
glo del mundo de acuerdo con nuestros particulares intereses
vitales. Somos animales de ficciones, y conocer es trabajar con
la metáfora favorita de uno, porque, la construcción de metá-
foras es el instinto fundamental del hombre. Construimos
nuestras narraciones a la vez que inventamos una vida.
122
La interpretación metafórica de la historia no viene desde algún
vergel de cadencias rítmicas
El Símbolo
El Símbolo es inigualable, para connotar la interpretación meta-
fórica de todo lo que se quiere expresar
123
El Símbolo, lo sabes más que yo, es la representación de algo
con algo que nada tiene que ver con lo que representado
No pueden captarla
124
Por todo lo que sostienes en este punto, asumo que tu opinión
y la mía se complementan entre sí
La Vivencia
Recibo con delicado, pero intenso placer, tu representación so-
bre el proceso de conocimiento.
125
Lo que llamamos percepciones está condicionado por las in-
terpretaciones; nunca hay un mero funcionamiento del apa-
rato perceptivo humano, sino que éste opera a lo largo de un
sistema de interpretaciones.
La Metáfora
126
llama simplemente “el impulso mítico”, es llevado, incluso en
el dominio de la teoría del conocimiento, a falsas construccio-
nes. El relato histórico no es idéntico al relato narrativo, pues
mentir ha dejado de ser algo que pertenezca a la moralidad y
se convierte en “desviación consciente de la realidad que se
encuentra en el mito, el arte, la metáfora”.
127
La separación artificial que los filósofos han hecho entre un su-
puesto sujeto-activo-que-conoce, por una parte, y un objeto-pa-
sivo-que-es-conocido, por la otra, ha hecho mucho mal a la teo-
ría del cono-cimiento. De ahí que mi sable de esgrima concep-
tual no cruza aceros con la tuya, pes ambos postulamos que no
existe tal separación. Pero no dejemos de complementar la idea:
el sujeto, como parte del Todo relativo, interactúa con el objeto,
que también es parte del mismo Todo. Un hombre es tan natu-
ral como puede serlo una piedra o un cocodrilo, pero, parafra-
seando a Marx (a quien detestas sin disimulo alguno) creo que
estaremos de acuerdo en el hecho de que la Naturaleza se co-
noce a sí misma por medio del hombre. Esta afirmación nos trae
un problema adicional: si hay diferentes interpretaciones de la
historia del Ser y de la Naturaleza, ¿Cuál de ellas conoce la na-
turaleza? Tal vez la respuesta la da el propio Marx, al proponer
que el Hombre será realizado como tal, cuando su naturaleza
sea parte de la Naturaleza y la Naturaleza sea parte de la Natura-
leza Humana. Desde entonces la interpretación metafórica de la
naturaleza será menos diluida por la percepción. Pero yo dis-
crepo con Marx, dado mi postulado de que el ser humano es
una parte de la naturaleza, la suya no puede ser diferente del
todo que lo cobija. Por ello afirmo: la naturaleza del hombre
tiene como fuente la naturaleza en general.
El Devenir
128
acrecentamiento y conservación. El “valor” es el punto de
vista de las condiciones de conservación y acrecentamiento,
respecto de formaciones complejas en el interior del devenir”
129
El valor es “esencialmente el punto de vista” del ser que ejerce
la voluntad de poder.
130
Querer
131
La voluntad de poder se devela como la subjetividad que se
distingue por pensar en términos de valor. Toda confronta-
ción metafísica es un decidir sobre el orden jerárquico de los
valores.
LA INTERPRETACIÓN
METAFÓRICA DE LA HISTORIA
132
Que esa forma de ver la historia es parte de nuestro cuerpo co-
lectivo y de las acciones que lo distinguen
133
Vuela, vuela imaginación
hacia la curva indómita
134
En Primer término, el señor feudal; para ello, acudiremos a un
diálogo virtual que sostuve con Hegel sobre el tema
Hegel y Nietzsche
En la actualidad, si Hegel es ahora el teórico de los “Señores de
la tierra”, feudales marrulleros que nada tienen de hombres
superiores, Nietzsche, por su parte, se convierte en el filósofo de
los mercachifles, los que sólo tienen respeto al dinero y a la tasa
de ganancia.
135
No lo havr de la verdadera interacción que permite el verdadero
conocimiento: la RazónIntuición.
EL NIHILISMO
136
Nietzsche percibe lo deseable como «valores supremos”.
Toda metafísica es un “sistema de estimaciones de valor, una
moral, entendida como doctrina de las relaciones de dominio
bajo las que se origina el fenómeno "vida".
137
grupo de los dominadores. Esto es, habrá una voluntad de poder
colectiva que coincida con cada una de las voluntades de poder
de los entes que tienen el poder de implantar valores.
La Transvaloración
de los Valores Vigentes
138
¿Lo harán hasta que se establezca la presencia de una sola vo-
luntad de poder, en la tarea de imponer los nuevos valores?
139
La metáfora “Dios ha muerto” surgiría de la necesidad de crear
otros valores completamente nuevos, opuestos a los que conflu-
yen como simples “moralinas”. Pero, sucede que, para los cre-
yentes, entre ellos, muchos de sus “hombres superiores”, Dios
no ha muerto
140
nuevos valores. Surge un estado intermedio por el que atra-
viesa la actual historia del mundo, por la presencia de un
nuevo mundo de valores.
141
de pensar y experimentar completamente diferentes a los vi-
gentes, aunque el nihilismo no es una historia ni tampoco el
rasgo esencial de la historia occidental, es la legalidad de tal
suceder, su “lógica”.
142
acecho de las posibilidades de fracaso y cree ver así el modo
en que sucederá todo. Pero un nihilista es el hombre que ob-
serva al mundo tal Como es; juzga lo que no debería ser
¿Cuán más “superior” deberá ser un hombre para que sea digno
de voluntad de poder, al estilo nietzscheano?
143
Esa pregunta algún día deberá tener su respuesta.
La Ley
del Saqueo
144
Esa idea viene directamente de los existencialistas Caballeros de
la Gran Orden de la Depresión Filosofada
145
bestia racional. Entre todos, el Gran Astuto es el que tiene un
grado de astucia mayor a la de las masas, recuas humanas, a las
que manipula, dado que las masas son siempre manipulables.
Las manipula para sacralizar la hipocresía y elevarla a la máxima
de las virtudes. Los actos modelados y/o ejecutados por el Gran
Astuto siempre se ha expresado en la forma de la bestia-lidad
humana, en su máximo grado. No hay forma de ocultarlo,
somos, y sabemos que somos, fetos conscientes condenados a
cargar sobre la conciencia la joroba turgente que el sentido de
culpabilidad, emergente del miedo y de nuestro verdadero Ser
Astuto, ha esculpido en el fondo del subconsciente individual y
colectivo.
146
Cualquier repaso de la historia nos muestra que los enunciados
propuestos son válidos
Ejemplo
La tan comentada democracia de la Grecia Antigua, es sólo un
resultado de la capacidad de mercadotecnia de sus historiadores.
En la realidad, al igual que todos los grupos humanos del
mundo, la historia de Grecia es la historia del robo y del saqueo,
ambos idealizados por los constructores de imágenes. Esparta-
nos y Atenieses, por igual, eran asesinos de nacimiento y de vo-
cación. Como los criminales de todos los tiempos, preferían
arriesgar la vida en una guerra, robar el botín y traer esclavos
para que produjeran lo que ellos debían comer; cada uno de
estos “guerreros” pensaba que trabajar honradamente para ga-
narse la vida, era una muestra de vulgaridad al extremo, en cam-
bio, el robo y el saqueo de los demás, les parecía digno.
147
por naturaleza. Ni el mismo Hegel, conocido por su aversión a
la masa y a todo lo que significara democracia, se atrevió a ir tan
lejos. El fundador de la Lógica, sí, lo hizo con una gran naturali-
dad. Con ello, los saqueadores y traficantes de esclavos ya tenían
el “aval moral” que les permitía usar el látigo sin sentido de
culpa. Cuando leemos estos párrafos, quedamos confundidos al
enterarnos que Nietzsche no conociera que los hombres supe-
riores, los que detentan la voluntad de poder, ya habían existido
desde la aparición de los grupos humanos, divididos por el
miedo.
EL ETERNO RETORNO
DE LO MISMO
Sin embargo, una vez que los nuevos valores impuestos por la
cofradía de los hombres superiores estén en vigencia, segura-
mente tendrá algo que ver con la identificación de metas
148
el carácter fundamental de la voluntad de poder sólo puede
ser, en su totalidad, eterno retorno de lo mismo.
El poder no conoce metas “en sí” a las que podría llegar para
permanecer en ellas, lo importante es la sobrepotenciación.
Por ello, para el ente como voluntad de poder no hay ninguna
meta fuera de sí hacia la cual progresar saliendo de sí mismo.
149
Si el ejercicio del poder y carente de meta de la voluntad de po-
der es finito, habría una contraposición en denominar como
“Eterno retorno de lo mismo” a lo que, anticipadamente ya exige
un fin, por lo que será preciso preguntar: ¿en qué momento se
conocerá el último ciclo de ida y vuelta de la voluntad de ser, es
decir, el último retorno?
150
Este espejo representa una de las ideas que más ha obsesionado
la metafísica borgeana: la Teoría Cíclica del Universo, más co-
nocida como la Teoría del Eterno Retorno. La doctrina tiene
orígenes registrados en papiros y pergaminos. Los hindúes, gran-
des iniciadores de misteriosas inquietudes intuitivas, tuvieron
mucho que ver con el asunto antes de entregárselo a los budistas,
primos carnales en el espíritu. Allí nacen los Kalpas, etapas que
el mundo naciente debe recorrer hasta llegar a su propio po-
niente. El nacimiento del mundo se debe a la compresión ideal
y su destrucción a la conflagración; algo más: el número de Kal-
pas es infinito tal como el número de ciclos retornantes también
lo es. Heráclito también cedió a la fascinación de la gran rueda
cósmica, que naciendo del fuego retorna, con obsesivo empeci-
namiento, otra vez al fuego.
151
Para ello recurro a uno de mis relatos “Una noche de Estilos”
(de mi libro “Cuando el Illimani se fue”, 1986)
152
“Después de estas inquisiciones, diríamos que los reciclajes
son siempre simétricos, suceden todos al mismo tiempo y,
por lo tanto, es preciso abjurar de la creencia de desequili-
brios cósmicos en la construcción del retorno de lo mismo.”
153
toms tendrían batalla con los dinosaurios… Eliminada esa posi-
bilidad, recogemos la opción de que los re-arreglos se alcanzan
al mismo tiempo en la millonésima de segundo que dura el equi-
librio de las velocidades de los planetas.
154
unieran todas las hogueras que he sido, no cabrían en la Tie-
rra y quedarían ciegos los ángeles. Esto lo dije muchas veces
La Carabela
155
Pero el gran impulso ya frena
llamado por la motita primera
bambolean, bambolean.
LA JUSTICIA
156
¿Cuáles serían los pilares principales en el que esa justicia base
sus fundamentos y su razón de ser?
157
rada la totalidad y percibe la consonancia de todas. Las pre-
guntas al respecto serían: ¿en qué tiene su fundamento la uni-
dad esencial de la metafísica? ¿Dónde tiene su origen la esen-
cia de la metafísica? Recordemos que la metafísica de Nietzs-
che es caracterizada como la metafísica de la voluntad de po-
der
158
la tierra. Ya no es, en cambio, una pregunta, sino que está
decidido cuando dice: “Se acerca la época en la que se em-
prenderá la lucha por el dominio de la tierra, se la empren-
derá en nombre de doctrinas filosóficas…”
El fin de La Filosofía
¿Qué opinas sobre el fin de la filosofía, Heidegger?
159
De ahí la necesidad imperiosa, el cumplimiento imperativo, de
hacer que nuestros débiles devengan fuertes para que las batallas
del futuro se realicen entre voluntades de contextura diferente,
pero de igual intensidad. En ese postulado se basa La Voluntad
de Ser.
160
El Hombre Superior, nos lleva a deducir que hay una brecha
inseparable entre lo que él denomina Hombre Superior y la
“plebe”. Cada uno de los hombres superiores posee la voluntad
de poder y, con ella, el ansia de dominar a los demás. Para ello,
cada ente superior tratará de imponer los valores de su voluntad
de poder, incluyendo los de la Justicia.
161
CONCLUSIÓN
162
AFORISMOS
COMPLEMENTARIOS
(Nietzche-Blacutt)
Abnegación
N
Esta voluptuosidad es de la misma esencia que la crueldad
(Más allá de Bien y del Mal)
B
Los hombres afirmamos que la Abnegación es una virtud pro-
pia de la mujer; por eso la convertimos en virtud
163
Abolengo
N
Vuestro honor no lo constituirá vuestro origen, sino vuestro fin
(Así Habló Zaratustra)
B
El abolengo es el pedigree de los que viven de los muertos; ha-
bría que mostrarlos en exposiciones semestrales
Aburrimiento
N
¡Qué gran asunto para un Poeta! El aburrimiento de Dios el úl-
timo día de la creación (“Humano, demasiado Humano”)
B
Nada aburre más que el contacto con la mediocridad
Academia
N
En todos los lugares donde no entra el aire de la plaza, crece,
como un hongo, una corrupción inocente (Humano…)
B
La Academia es para los fósiles que nacieron fósiles
Admiración
N
Hay una inocencia en la admiración: la del hombre que no
164
contempla la posibilidad de que él también podría ser admi-
rado algún día (Más allá del Bien y del Mal)
B
El hombre común va en busca de la admiración
El genio no la toma en cuenta
Afecto
N
El aspecto del mundo sólo es soportable cuando lo vemos a
través del humo del fuego de pasiones agradables
(Tratados Filosóficos)
B
Nuestros afectos y desafectos son los artífices de nuestras per-
cepciones
Aforismo
N
El Aforismo, la sentencia en la que el que yo soy maestro y el
primero entre los alemanes son las formas de la “eternidad”;
mi ambición es decir en diez frases lo que otro dice en un li-
bro; lo que ningún otro dice en un libro
(El Ocaso de los Ídolos)
B
El Aforismo es el punto de conocimiento intuitivo de densidad
infinita que luego explotará en el Big Bang de una Teoría
165
Agradecimiento
N
Un alma delicada se siente molesta al saber que hay que darle
las gracias; un alma grosera, al saber que tiene que darlas (Hu-
mano, demasiado humano)
B
Para un hombre, recibir un testimonio de agradecimiento es
como recibir un cumplido: incomoda. Sólo una mujer sabe re-
cibir un cumplido.
Albedrío
N
Lo que se llama “Libre Albedrío” es esencialmente la concien-
cia de la superioridad frente al que debe obedecer
(“Más allá del Bien y del Mal”)
B
El llamado “Libre Albedrío” es la utopía inventada por los que
dominan para hacer sumisos a los dominados
Alcurnia
N
Triunfo de la cultura sobre el abolengo
(Humano…)
B
Misteriosa pretensión de resucitar a los muertos para llevarlos a
cuestas, en los recovecos de la vida
166
Alegría
N
Hay que tomar las cosas con más alegría de la que merecen; so-
bre todo porque las hemos tomado en serio más largo tiempo
que el que merecían (Aurora)
Alemán
N
Los alemanes creen que la fuerza se debe manifestar en la du-
reza y en la crueldad; no creen que pueda haber fuerza en la
suavidad y en la dulzura (Tratados filosóficos)
B
Los alemanes responden al redoble de un tambor como un re-
flejo condicionado de Pavlov
Alma
N
Permanecer echado sin moverse y pensar poco es el remedio
costoso para todas las enfermedades del alma
(“Humano, demasiado humano”)
B
El Alma es la versión poética de la conciencia
167
Altruismo
N
El prójimo alaba el desinterés porque recoge sus efectos
(El Eterno Retorno)
B
El Altruismo es una gran excepción en el modo de comporta-
miento; cuando el Ser de la Voluntad sea, el altruismo no sor-
prenderá a nadie, será el modo de vida normal
Alumno
N: Es indefectible: cada maestro no tiene más que un alumno,
el que le será infiel, pues está predestinado a ser maestro tam-
bién (Humano, demasiado humano)
B
El Alumno es el cuarto creciente de alguna nueva luna
Ambición
N
Sólo las almas tensas saben lo que es arte y lo que es alegría
(Filosofía General)
B
La ambición en el sabio es nervio motor que empuja; en el me-
diocre es un arma cargada que se entrega a un niño
168
Ambiente
N
Nuestro estado de espíritu habitual depende del estado de espí-
ritu en que sabemos mantener a los que nos rodean
(Aurora)
B
Cuando me entero de que hablan cuando hablan, no me in-
teresa acerca de lo que hablan
Amigo
N
… como escribió el poeta en su puerta: el que entre aquí me
hará un honor; el que no entre me proporcionará un placer
(El Eterno Retorno)
169
B
Mi estima por la gente crece exponencialmente con la distan-
cia: más distante más la soporto; mucho más distante, mucho
más la soporto
El amigo es aquél que hace lo que dice y nos dice lo que hará
Amor
N
“Amor” es el sentimiento de la propiedad o de aquello que no-
sotros queremos convertir en propiedad nuestra
(“Tratados Filosóficos”)
Lo que se hace por amor se hace también más allá del Bien y
del Mal (Más allá del Bien y del Mal)
170
Las mujeres llegan a ser, por medio del amor, lo que son en la
mente del hombre que ama (“Humano, demasiado humano”)
B
El amor hace de los pequeños defectos, pequeñas virtudes
171
Antítesis
N
Es la puerta estrecha por donde el error se desliza de buen
grado, hasta la verdad (“Humano, demasiado humano”)
B
La Antítesis es la idea desafiante que se alza, para dar su razón
de ser a la idea original
Aristocracia
N
Ante el populacho, sin embargo, no queremos ser iguales
(“Así habló Zaratustra”)
B
La única Aristocracia que yo reconozco, es la del talento; y más
aún, la del genio
Arte
N
Sólo las almas ambiciosas saben lo que es arte y alegría
(“Filosofía General”)
172
en la existencia, en imágenes que ayudan a soportar la vida (“El
Origen de la Tragedia”)
B
El Arte es el encuentro intuitivo con un Estado Esencial del Ser
y su expresión, forjada por la gravedad ético-estética del artista
Arrepentimiento
N
¡No debemos ser viles ante nuestros actos! No debemos poner-
los en jaque; el arrepentimiento es cosa inconveniente
(“El Ocaso de los Ídolos”)
B
El Arrepentimiento es el castigo moral que el Ser de la Volun-
tad se impone a sí mismo por no haber obrado en consecuen-
cia: por haber hecho o por no haber hecho
173
Arrogancia
N
Se olvida la arrogancia cuando se está entre hombres de mérito
(“Humano, demasiado humano”)
B
La llama, la alpaca y la vicuña, son los únicos animales a los
que la arrogancia les sienta bien
174
Autor
N
Ya no quiero leer a los autores que han querido escribir un li-
bro. Leeré sólo a los autores cuyas ideas formen inopinada-
mente un libro (“Humano, demasiado humano”)
B
Escribir es realizar un acto de exorcismo del espíritu
¿Tengo algo que decir? Lo escribo
175
B
La verdadera Autoridad es una concesión social, no un privile-
gio que alguien cree que tiene
Belleza
N
La Belleza tiene algo que decirnos, por eso guardamos silencio
(“Ecce homo”)
B
Lo Bello, como síntesis ético-estética es propio del ser hu-
mano, no lo es de la Naturaleza
176
Contemplar a la mujer amada es contemplar la belleza
Bien
N
Hacer el bien es poner una planta a la luz y verla mejor
(“Tratados Filosóficos”)
B
¿Qué sería del Bien sin el Mal? Un cojo sin muleta
Bondad
N
Esa forma de felicidad mezquina que se llama Bondad
(“Ecce Homo”)
B
La Bondad es una contemplación autogratificante; la ayuda es
la bondad en acción
177
La Bondad activa para con los demás es una forma de ser bon-
dadoso con uno mismo
Broma
N
La broma y la burla nos sirven de alivio; nos prestan energías
para nuestras actividades (“Filosofía General”)
B
Una broma es una muestra de estima y de confianza que otor-
gamos a alguien; sólo hacemos bromas a los amigos
Bueno
N
Un hombre que se creyera absolutamente bueno sería espiri-
tualmente un idiota (“Filosofía General)
B
“Ser bueno” es la prueba de falta de carácter; no se puede ser
siempre bueno y, sobre todo, bueno con todos
Caída
N
Lo terrible no es la altura, sino la pendiente
(“Así habló Zaratustra”)
178
B
El que cae debe saber que los demás, aunque parezcan más
grandes, siguen siendo lo que eran: aves de rapiña
Calificación
N
Llamamos buena o mala a una cosa en relación con nosotros
mismos, no con la cosa misma (“Filosofía General”)
B
Hay quienes creen que los demás son mejores de lo que pare-
cen; hay quienes los consideran peores de lo que parecen;
nunca acertamos en decidir cómo son; es que nunca son los
mismos
Calumnia
N
Las calumnias son enfermedades de los demás que estallan en
nuestro propio cuerpo (“Humano, demasiado humano”)
B
La Calumnia es la fuerza de los espíritus más depravados
Callar
N
Es muy difícil vivir entre los hombres porque es muy difícil
guardar silencio (“Así habló Zaratustra”)
179
B
Muy pocas veces me arrepentí por haber callado; muy pocas
veces me felicité de haber hablado
Canalla
N
La vida es un manantial de goces, pero donde la canalla bebe
deja envenenada las fuentes (“Así habló Zaratustra”)
B
Es en la turba enloquecida que el hombre muestra lo que real-
mente es: un ser de rebaño, cobarde y arbitrario
Cansancio
N
Un alarde en la sabiduría de la vida es saber intercalar a tiempo
el sueño en todas sus formas (“Aurora”)
180
¿Qué haremos para estimularnos cuando estemos fatigados y
cansados de nosotros mismos? Dormir mucho en el sentido
propio y figurado, así terminaremos por tener de nuevo nuestra
mañana (“Aurora”)
B
¡Hay tantos motivos de cansancio! ¿Veremos algún día que el
ser humano se ha cansado de ser un simple bípedo con facul-
tad del habla?
Carácter
N
Antes de que alguien haya puesto su pie sobre nosotros no sa-
bemos si tenemos dientes de serpiente
(“Humano, demasiado humano”)
B
El carácter de un hombre se muestra cuando dice “No” en el
momento en que debe decirlo
181
Carácter (Mal)
N
Hay hombres que no saben desfogar su pensamiento de otro
modo que desfogando su bilis contra todo el mundo
(“Tratados Filosóficos”)
B
Nunca conocí a un hombre que mostrara su mal carácter ante
un superior, tal como lo muestra ante los humildes
Caracteres
N
… el hombre no científico tiene por buena una opinión cuando
le halaga (“Filosofía General”)
B
Todos tienen por buena una opinión que los halaga; excepto el
hombre de talento y el genio
Caras
N
Es dudoso que un viajero alrededor del mundo haya encon-
trado sitios más feos que el rostro humano
(“Humano, demasiado humano”)
B
¡Cómo cambia el rostro cuando cambia el alma! De límpido, se
vuelve astuto; de fresco, siniestro; de franco, se hace torvo
182
Caridad
N
No me inspiran confianza los misericordiosos que son felices
en su misericordia: carecen de pudor
(“Así habló Zaratustra”)
B
Abandonar a nuestros débiles y mendigos es abandonar a nues-
tros heridos en el campo de batalla; nunca lo haremos
183
B
La liberación del culpable atenta en contra de la sociedad; la
condena a un inocente la desmoraliza
Celebridad
N
Pero, ¿Por qué evitas a ese gran hombre? Porque no querría
juzgarlo injustamente; yo soy miope y desconfiado y él lleva in-
distintamente diamantes verdaderos y falsos (“Aurora”)
B
El hombre célebre contrae una deuda de honor con la socie-
dad, pues debe comportarse como la sociedad lo imagina
Celos
N
¿No es mejor caer en manos de asesinos que en los ensueños
de una mujer celosa? (“Así habló Zaratustra”)
B
Los celos son la expresión del sentido de propiedad que una
persona guarda con relación a otra
184
Censura
N
Quienes nos censuran quieren hacernos entender en qué m
medida se ocupan de nosotros; los entendemos mal tomando
su censura en serio y defendiéndonos de ellas
(“Humano, demasiado humano”)
B
No acepto en nadie, absolutamente en nadie ni en nada, la pre-
tensión de censurar lo que debo ver, escuchar o leer
185
Ciencia
N
El científico posee una candidez que raya en miopía: no tiene
la menor idea de los peligros de su oficio; cree en el fondo de
su corazón que su misión es amar la verdad, el bien y la belleza
(“Filosofía General”)
B
La ciencia es la expresión más noble de la curiosidad del Ser
por conocer el mundo
Cinismo
N
Es la única forma bajo la cual las almas bajas rozan la sinceri-
dad (“Más allá del bien y del mal”)
186
B
El cinismo es la actitud más fácil que los astutos adoptan para
defenderse en su enfrentamiento con los sabios
Citas
N
Los escritores jóvenes no saben que las buenas expresiones y
los buenos pensamientos no se expresan bien más allá que en-
tre sus semejantes (“Humano, demasiado humano”)
B
Los mediocres citan a los grandes hombres en un intento la-
mentable de mostrar una sabiduría que no tienen
Civilización
N
Los grandes momentos de la cultura fueron siempre momen-
tos de corrupción; al contrario, las épocas de mayor disciplina y
domesticación del animal “hombre” son tiempos de intoleran-
cia para los caracteres más espirituales y audaces (“La Voluntad
de Dominio”)
187
B
La Cultura es la fotografía de las costumbres, tradiciones y es-
cala de valores de un grupo social; la Civilización es la versión
cinematográfica de sus cambios en movimiento
B
Llamamos “clásico” a lo que nos da las pautas fundamentales
del arte, la música, la literatura y la filosofía
Codicia
188
N
Sin temor y sin codicia, ¿Qué sería del hombre?
(“Tratados Filosóficos”)
B
La Codicia es el pretender algo sin tener los méritos para lo-
grarlo, por eso es inmoral
Cólera
N
No se mata con la cólera sino con la risa
(“Así habló Zaratustra”)
B
La Cólera es un estado temporal de locura
Comentarios
N
El desilusionado habla: “yo esperaba ecos y no encontré sino
elogios” (“Más allá del bien y del mal”)
B
El comentario depende de los afectos y desafectos de quien co-
menta, no de la calidad de la obra que debe comentar
Comerciante
N: Forma una nueva clase de hombres que tienen la misma im-
portancia que los esclavos en la antigüedad (“Tratados …”)
189
B
El Comerciante percibe el mundo como un inmenso bazar del
cual quiere sacar lo que más pueda, dando lo menos posible en
cambio
Comparación
N
Cada cosa se puede medir por medio de otra, pero fuera de las
cosas no existe medida alguna; por eso, en sí, cada cosa es infi-
nitamente grande y también infinitamente pequeña al mismo
tiempo (“Tratados Filosóficos”)
B
Cuando comparamos dos cosas, una con otra, lo que nos per-
tenece y lo que no, somos casi tan parciales como cuando com-
paramos una idea nuestra y una ajena
Compasión
N
Compadecer equivale a despreciar (“Aurora”)
190
B
La Compasión está llena de moralina; la Acción de Voluntad
lleva en sí la verdadera intención de ayuda
Comprensión
N
Lo que hacemos nunca es comprendido: sólo alabado o censu-
rado (“El Eterno Retorno”)
B
En las relaciones humanas, comprendemos cuando nos identi-
ficamos con quien nos cuenta sus desventuras. Entendemos la
Ley de la Gravedad, comprendemos el problema de un amigo
Concepto
N
Los conceptos más útiles son los que han quedado, por falsos
que sean sus orígenes (“Filosofía General”)
191
Los juicios de los indiferentes hacen mucho daño, porque tie-
nen cierto tono de imparcialidad, casi de impersonalidad (“Hu-
mano, demasiado humano”)
B
El concepto es la materia prima del pensamiento
Conciencia
N
Cuando se quiere educar a la conciencia, ella nos abraza mor-
diéndonos (“Más allá del bien y del mal”)
Mientras se trata de la propia conservación, la conciencia del
Yo es innecesaria (“Tratados Filosóficos”)
B
La Conciencia sufre cuando nosotros gozamos
Auto Confesión
192
N
El sentimiento más penoso que hay es el descubrimiento de
que siempre lo toman a uno por Algo superior a lo que es
(“Humano, demasiado humano”)
B
Auto-confesarse es ponerse a disposición del más severo de los
jueces
Confianza
N
Sin la gran seguridad en “la creencia” sin la predisposición a la
creencia ni los hombres ni los animales serían capaces de vivir
(“Tratados Filosóficos”)
B
Confiamos en quienes creemos que debemos confiar; no nece-
sariamente en quienes debemos confiar
193
Conocimiento
N
Nosotros, los que buscamos el conocimiento, no nos conoce-
mos a nosotros mismos, y hay una buena razón para ello:
nunca nos hemos buscado, ¿Cómo pues habríamos de encon-
trarnos? (“Más allá del Bien y del Mal”)
B
Los hombres de bien temen conocerse a sí mismos; se espan-
tan ante lo que el velo descorrido habrá de revelar
Consejos
N
Todos los demás saben mejor que yo lo que debo hacer y lo
que no debo hacer; ¡Pobre de mí! No sé darme consejos a mí
194
mismo (“Humano, demasiado humano”)
B
Los consejos se devalúan cada vez más, pues todos estamos dis-
puestos a darlos más que a cumplirlos
Consuelo
N
De todas las formas de consuelo la más eficaz es la afirmación
de que para ese caso no hay consuelo; el que recibe la noticia
encuentra en ello una gran distinción y yergue la cabeza (“Au-
rora”)
B
Somos increíblemente fuertes con el dolor ajeno
195
Contemplación
N
El silencio con el que contemplamos lo bello es un profundo
esperar, un querer oír las más finas y lejanas tonalidades (“Ecce
homo”)
B
He aquí una gran contradicción: si admiramos un cuadro de
una mujer desnuda y sentimos una erección, nuestro acto de
contemplar no será desinteresado ¿A quién culpar?
Contradicción
N
¡Es tan exquisito y acusa tal distinción tener antípodas!
(“Más allá del Bien y del Mal”)
B
La mayor parte de la gente lleva la contra como un arma defen-
siva para pretender esconder su ignorancia
196
Convencimiento
N
Hay personas a quienes se les convence con gestos sublimes,
pero que ante las razones se muestran desconfiadas
(“Filosofía General”)
B
Al amigo se lo convence con los sentimientos; al enemigo, acu-
diendo a sus intereses
Conversación
N
No se debe hablar sino cuando ya no hay derecho a callar y no
se debe hablar más que de aquello que se ha dominado (“Hu-
mano, demasiado humano”)
197
B
En las lides de la conversación convencional o de cotidianidad,
debo confesar que soy completamente inútil
Coraje
N
No sólo se ataca por hacer daño a uno, por vencerle; a veces
por el mero deseo de adquirir conciencia de la propia fuerza
(“Humano, demasiado humano”)
B
La desesperación cambia el miedo en coraje; que lo sepan bien
todos los dictadores
Correspondencia
N: La carta es una visita que no se hace anunciar; el cartero es
el intermediario de estas sorpresas descorteses (“Humano…”)
198
Cada ocho días deberíamos dedicar una hora para recibir la co-
rrespondencia y tomar un baño después
(“Humano, demasiado humano”)
B
Cuando recibimos una carta, sabemos que alguien pensó en
nosotros
Costumbre
N
Toda costumbre hace nuestra mano más ingeniosa y nuestro
genio más torpe (“El Eterno Retorno”)
B
El “hoy” es el puente por el que cruzamos desde las costum-
bres de ayer hacia la innovación del mañana
199
Crear: éste es el alivio al dolor y lo que hace fácil la vida
(“Así habló Zaratustra”)
B
No se crea porque se quiere crear; el hombre crea porque
tiene el talento para hacerlo
Crimen
N
El criminal no está, la mayor parte de las veces, a la altura de su
acto: lo empequeñece y lo calumnia
(“Más allá del Bien y del Mal”)
B
No todos los crímenes contra la Ley son crímenes contra la
Justicia
200
201
ÍNDICE
PRÓLOGO… 3
EL HOMBRE SUPERIOR… 5
LA VOLUNTAD DE PODER… 17
Voluntad de poder y dominación… 18
Voluntad y Poder… 20
La Síntesis… 21
El Devenir… 22
Fuerza… 23
Querer… 24
El Señor y la Voluntad de poder… 25
La Alienación en Hegel… 25
La Alienación en Nietzsche… 28
El Planteamiento de un Supuesto… 29
Las aves rapaces… 30
Alienación: Resumen… 33
202
El Capitalista… 34
El Político… 35
Hegel y Nietzsche… 37
EL NIHILISMO… 39
Las Relaciones de Dominio como Moral… 39
La Transvaloración de los valores vigentes… 40
La metáfora hipotética: “Dios ha muerto”… 41
EL SUPERHOMBRE 64
203
La Animalidad… 65
El Objetivismo… 66
La Meta… 67
La lucha entre Superhombres… 70
LA JUSTICIA… 72
El qué y el cómo De la Justicia… 74
El fin de La Filosofía… 75
Conclusión… 76
AFORISMOS COMPLEMENTARIOS… 77
204