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A DISTANCIA - UNAD
MODULO INTERDISCIPLINARIEDAD
SENTIDO
2009
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION
JUSTIFICACION
2. GUÍA DE
ACTIVIDADES.......................................................................................
3. UNIDADES
3.1. UNIDAD 1. QUE ES LA INTERDISCIPLINARIEDAD............................
3.1.1. GUÍA DE TRABAJO
3.1.2 CONTROL DE LECTURA
3.1.3 AUTO EVALUACIÓN
3.1.2 LECTURA
COMPLEMENTARIA................................................................................
4.1 UNIDAD 2
4.1.1 GUÍA DE TRABAJO
4.1.2 CONTROL DE LECTURA
4.1.3 TRABAJO DE GRUPO
4.1.4 COEVALUACION
5.1 UNIDAD 3
5.1.1 GUÍA DE TRABAJO
5.1.2 TALLER
BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCIÓN
L
a relación entre las disciplinas es hoy un problema de gran
actualidad científica y filosófica; decir hoy disciplina es decir
también interdisciplina, ya que si bien una disciplina es en sus
propios límites, en sus propias fronteras, lo es en razón a que hay otras
disciplinas. Hablar de interdisciplinariedad connota un reconocimiento de
primer orden a las disciplinas como formas de organizar el conocimiento
y una valoración a su modo de interactuar en el conjunto de los
conocimientos humanos. Es un reconocimiento de doble vía, entonces:
en su organización del conocimiento, en su interacción dentro del
conjunto de las disciplinas.
El Sentido histórico
BIBLIOGRAFÍA REFERIDA
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QUE ES LA INTERDISCIPLINARIEDAD?
Por esta razón, las demás disciplinas que han tenido que emanciparse
de su estadio precientifico no lo han hecho imitando directamente a
otras disciplinas, sino definiendo en primer lugar su objeto, su proyecte
y su campo. Sólo una vez constituido el marco de este horizonte, la
apropiación o la aplicación de métodos extraños se hacia fructífera, pero
igualmente exigente, puesto que demandaba siempre la multiplicación
de las competencias. Aplicando el análisis bioquímico a la inteligencia de
los mecanismos de la evolución, el biólogo, por ejemplo, no puede
olvidar que se trata del estudio de los seres vivos, lo que conduce a
mostrar —conforme a una lógica que la bioquímica esclarece pero no
explica, que el mundo de lo vivo implica pero no inventa— que la
explicación de lo vivo con su entorno ha estado en el origen de
combinaciones bioquímicas y de distribuciones moleculares. El biólogo
no exige el concurso del bioquímico o del químico puro; está obligado a
ser lo bastante buen químico como para satisfacer su propia exigencia.
Sin embargo, si se multiplican los ejemplos podemos notar de igual
forma que todos tienden a hacer de la interdisciplinariedad —implícita a
este nivel— un medio de conocimiento suficientemente bien definida. Y
lo es hasta tal punto que en las ciencias exactas y en las ciencias de
aproximación no se tiende ya hacia la interdisciplinariedad, sino hacia la
multiplicación de las disciplinas, siendo cada una de ellas una fuente
potencial de medios de investigación susceptibles de ser utilizados en
otras. Eso no impide el que se diga que hay más posibilidades de
malentendido entre un físico experimental y un físico teórico que entre
un físico y un matemático. En el interior de disciplinas recientemente
consideradas como vecinas, ¡qué divergencias de espíritu, qué de
métodos superados, qué de reencuentros imprevistos también! Resulta
de todo esto que, respecto de problemas situados en la intersección de
diferentes disciplinas, ninguna disciplina general puede proporcionar la
plataforma necesaria para una cooperación móvil, cuyos principios
parecen incomprensibles.
Tan incomprensibles que nos preguntamos si la cooperación
interdisciplinaria ha llegado realmente a constituirse por sí misma en
práctica científica El problema es que los que han intentado elaborar
argumentos en este sentido han llegado más bien a la conclusión de la
imposibilidad de legitimar la interdisciplinariedad. No hay
interdisciplinariedad susceptible de formarse a si misma en tanto que
disciplina nacida en los «pliegues» que separan disciplinas distintas.
¿No habrá entre las disciplinas y la interdisciplinariedad alguna
diferencia de categoría que impida la práctica interdisciplinaria de
convertirse, a su vez, en la práctica de una disciplina? Quizás sea esta
idea la que hay que seguir, profundizar y tomar en serio.
¿Podemos hacerlo antes de estar seguros de que esta idea no está
vacía, que se corresponde con una realidad o, si se quiere, con una
experiencia? A este respecto debemos recordar, en primer lugar, que la
interdisciplinariedad, en el sentido estricto del término, si ha existido
siempre, no desemboca en una forma de conocimiento y, por tanto, en
una práctica científica, más que si la disciplina utilizadora (en
consecuencia, el sujeto que la practica) se apropia de aquello de lo que
tiene necesidad, pensando en sus problemas en los términos rigurosos
de la disciplina empleada. Ello implica que la colaboración entre dos
disciplinas exige la doble competencia, y la interdisciplinariedad tantas
competencias como disciplinas pone en cooperación. Ahora bien, no es
este hecho lo que caracteriza la interdisciplinariedad.. Lo que surge con
ella es una «instancia» que invita a puntos de vista diferentes y, por
tanto, a que especialistas y expertos den su opinión sobre un tema
limitado, expresen una opinión que se puede denominar síntesis, incluso
si está elaborada & partir de la construcción de un modelo formal
inspirado o corregido por datos prácticos. - El hecho de que la
interdisciplinariedad pertenezca a una categoría diferente de la que
caracteriza a las disciplinas especializadas permite abolir la circularidad
que amenazaba su definición confusa como algo resultante de la simple
cooperación de disciplinas, puesto que toda cooperación científica entre
disciplinas consagra un resultado que pertenece bien a la disciplina
consumidora, bien a la disciplina productora, bien a una nueva
disciplina. Un ejemplo es el de que la aplicación de la aritmética
pitagórica a la teoría musical de las proporciones ha producido una
nueva teoría matemática: la teoría de las proporciones, primera teoría
matemática rigurosa. Se pueden citar otros casos en todas las culturas
que han articulado un saber. Pero qué importa, si se trata de un hecho
incontestable. Ilustrarlo más ampliamente sólo tiene sentido en la
medida en que muestra mejor el carácter de «no saber» (no equivalente
a ignorancia) que se deriva de la práctica interdisciplinaria que
comprende dos términos sin lazo de unión, sin una medida común:
informaciones y decisiones. O, si se quiere, informaciones con vistas a
preparar una decisión. Ahora bien, una decisión no es la conclusión
lógica de un saber, ya que no hay saber lógico susceptible de asociar los
dos términos heterogéneos, lo que no significa en absoluto que la
decisión no obedezca a una lógica, sino que pertenece a una esfera
diferente de la de un conocimiento especializado, riguroso o
aproximativo. En la interdisciplinariedad hay, pues, una exterioridad de
la decisión que pronuncia, sobre datos, elementos de información
proporcionados en otra parte. Doble instancia de la que no ha sido
nunca analizado el despliegue, la articulación, desgraciadamente
ocultada con frecuencia a través del prefijo «Ínter» que sugiere una
circulación confortable entre «disciplinas», violando alegremente la
esencial «disciplinaríedad» de la «Ínter», es decir, su pertenencia a la
instancia que la convoca, que la provoca para que exprese su punto de
vista, en el orden de la cuestión y la disciplina de la decisión. -
¿Qué quiere decir esto? En primer lugar, que la interdisciplinariedad no
es el producto de una ciencia que utiliza ciencias auxiliares. De ahí que
exprese un fenómeno capaz de asombrar a todos aquellos que creen
que nuestra época ha realizado la integración del concepto y de la
acción, la exigencia pragmática y la práctica «intelectual». Sin duda, la
interdisciplinariedad traiciona una característica de nuestra época: la
integración social del saber, elemento en adelante constitutivo del
poder, y del propio poder se interesa esencialmente en el saber
aplicable, el único capaz de guiarle en la formulación de los programas
que articulan su ejercicio. La interdisciplinariedad es, en este punto, la
llamada al ingeniero y al experto. Estas son las dos fuentes de
información expresadas en un lenguaje asimilable para el detentador
del poder de decisión, cuyo puesto no es necesariamente un lugar de
saber en este caso, la interdisciplinariedad. es más el síntoma que la
emanación de una tendencia de nuestra .civilización: no es la
emergencia de la situación adaptada a conocimientos cada vez más
escisíparos; es el signo de las preferencias por la decisión informada,
apoyada en visiones técnicamente fundadas, en el deseo de decidir a
partir de escenarios construidos sobre conocimientos precisos. Por
consiguiente, es en todas las ciencias aplicadas, sociales o no, donde la
interdisciplinariedad encuentra los lugares a que incorporarse. Así, en
tanto que la biología molecular es un medio de conocimiento, se trata de
una ciencia que, como tal, no plantea problema; dado que es una
biología fundada en la bioquímica no exige ser denominada
especialmente interdisciplinaria. En compensación, desde el momento
en que esta rama del saber da lugar a un engineering, éste introduce,
porque es esencialmente aplicador y está, por tanto, a servicio de un
usuario, una problemática interdisciplinaria, en razón del hecho de que
abre la ciencia a la intervención de un juicio exterior: así, la sospecha
arrojada sobre las finalidades de ciertas aplicaciones del saber emana de
una «instancia» formada de científicos, de filósofos y de sociólogos que
han proclamado que las consecuencias posibles del conocimiento deben
ser conscientemente incluidas, entre las direcciones de la investigación,
en el campo del propio conocimiento.
Ni que decir tiene que el saber se sitúa desde ese momento en una
tensión, en una dialéctica de puntos de vista que alimenta y hace
florecer los estudios interdisciplinarios susceptibles de sostener tal
concepción o la(s) que se opone(n) a ella. El resultado es la exigencia de
una política del saber que relega a un segundo plano la cuestión del
saber de la política, que planteaba, a pesar de sus ilusiones, el
verdadero problema de la decisión, de la acción y de la política.
Y, de hecho, la actitud interdisciplinaria consiste en preocuparse de la
correlación irreductible a la simple yuxtaposición, a la reunión de los
veredictos particulares enunciados a partir de una especialidad. La razón
de ello es que la perspectiva interdisciplinaria no puede satisfacerse con
esta «síntesis», ya que, si una disciplina no basta para dar un contenido
significativo a la acción que se quiere emprender, una multidisciplina
tampoco puede. La interdisciplinariedad es más bien la asociación de la
«información» procurada por varias disciplinas en su acto final, de una
naturaleza tan compleja que es sin duda éste a quien aquélla debe su
carácter «oscuro» desde el punto de vista de las exigencias científicas
puras, generalmente satisfechas allí donde se adquiere una cierta
homogeneidad del campo de ejercicio del conocimiento, incluso en los
casos triviales, como el de la genética: caso de «interniveles», puesto
que asocia una estructura química interna del nivel molecular, el
cromosoma, con el fenotipo global del organismo, lo que plantea
además problemas que están lejos de ser resueltos.
En la interdisciplinariedad es la finalidad práctica la que determina la
división de los hechos que deben estudiarse; éstas reciben de ella la
transmutación necesaria para la objetivación de los fenómenos, es decir,
a su presentación «científica». Nada lo muestra mejor que el lugar sobre
el que se ha formado una práctica interdisciplinaria ejemplar: la
investigación operacional.
No es una casualidad que la investigación operacional haya nacido de
las preocupaciones unidas a la guerra moderna. Iniciada desde la
Primera Guerra Mundial se desarrolló ampliamente durante la segunda.
Su ambición fue la de llegar a un tratamiento científico de las
situaciones militares, lo que implicaba considerar en la investigación
todos los medios puestos a disposición de los que conducían la guerra, y
especialmente de los factores económicos.
Si fuera imprescindible procurar una «genealogía» a la investigación
operacional seria en la práctica corriente de los ingenieros donde se
encontraría el origen «histórico», y, por tanto, en los intentos ingeniosos
de aplicación de técnicas científicas a la solución de viejos problemas
tales como los planteados por la construcción o la defensa de las
ciudades, en la aplicación de la «esperanza matemática» al arte de
decidir en lo incierto, o también en la aplicación de la geometría
proyectiva a la solución de los problemas de los desmontes y
terraplenes1.
La investigación operacional es la tematización de estos problemas y
su acercamiento metódico en todos los sectores en que interviene un
elemento de decisión humana. También ha sido definida como un
método científico para proporcionar a los organismos de dirección las
bases cuantitativas de las decisiones concernientes a las operaciones
que ordenan.
A este respecto, vale la pena señalar que, en el plano epistemológico,
es mucho menos significativa que la descripción formal de las
estructuras de parentesco en la óptica estructuralista, cuyo valor es
incontestable a pesar de muchas objeciones; en compensación, es
filosóficamente más significativa, porque es algo más que una aplicación
de una o varias disciplinas a otra; algo más que una síntesis,
coordinadora, subordinadora, reductora —o todo lo que se quiera— del
saber; algo más que un puente tendido entre conocimientos
especializados es la forma oscura de la relación del hombre, de su lugar
y de su estatuto en ese espacio de conexiones complejas, donde se
codean las ciencias y las tecnologías, ya sean naturales o sociales.
Resulta de esto que, si bien es verdad que la investigación operacional
1
'No deja de ser interesante ei ver cómo este problema se ha planteado exactamente. Monge lo ha formulado en estos términos:
«Cuando hay que transportar tierra de un lugar a otro, se suele dar el nombre de «escombro» al volumen de tierra que ha de
transportarse, y el de «terraplén» al lugar que debe ocupar tras su transporte. Siendo el precio del transporte de una molécula, en igualdad
de condiciones, proporcional a su peso y al espacio que se le hace recorrer, y, en consecuencia, debiendo ser el precio del transporte
proporcional a la suma de los productos de las moléculas multiplicadas por el espacio recorrido, se deduce que, dados el «escombro» y el
«terraplén» en figura y en posición, no es lo mismo que una determinada molécula sea transportada a un sitio u otro del terraplén, sino
que, Por el contrario, hay una cierta distribución adecuada de las moléculas del primero en el segundo, según la cual la suma de esos
productos será la menor posible y el precio del transporte total será el mínimo» (Hist. Ac. Roy. Sci., 1781, p. 666, París 1784).
tiene por objeto las organizaciones en que se inserta el hombre, es su
forma de inserción la que es traicionada por la imposibilidad de erigir en
ciencia el estudio de las condiciones de la decisión. Al no resultar
directamente de los saberes convocados a este acercamiento, la
decisión no es exactamente una síntesis, si por tal se entiende, a la
manera del positivismo —ya sea en su forma clásica o en sus revisiones
sofisticadas—, una suma de los conocimientos esenciales, es decir, una
forma de filosofía del conocimiento y por el conocimiento, fundada en la
hipótesis de que el saber es una narración del mundo cuyos fragmentos
pueden reunirse.
La investigación operacional vale otra vez como paradigma de la
interdisciplinariedad: recuerda su destino pragmático y el estadio final
complejo en que se efectúa un tránsito tan esperado como no teórico,
puesto que se sitúa en el plano de lo que presidirá en lo esencial: la
ejecución de tareas determinadas. Con este objeto, en vísperas de la
última guerra mundial, el Gobierno británico tomó la iniciativa de reunir
un grupo de sabios con vistas a estudiar las medidas que debían
considerarse en el caso de un ataque de las potencias del Eje. Pero la
iniciativa creo escuela: tras la guerra, el físico P. M. S. Blackett tomó la
dirección de un equipo heterogéneo, que reunía matemáticos, físicos,
biólogos y economistas, para preparar un documento que de todas
formas no representaba más que una operación razonable sobre
decisiones que incumben finalmente a los responsables políticos. La
nueva práctica que integraba las informaciones heterogéneas funcionaba
de manera científicamente libre y, por tanto, exploraba todas las
posibilidades dentro de los límites de los datos y de la cuestión
planteada, permitiendo, en consecuencia, simular una situación en que
todos los factores de oposición estaban obligados a manifestarse. Se
trata de prever una situación práctica, de afrontarla con conocimiento de
causa, de asegurar, como se dice, su dominación humana. Supone una
analogía entre las situaciones elaboradas en los equipos de especialistas
y ciertos hechos del mundo real. Que esté fundado o no, es sobre lo que
no se puede decidir fácilmente en la actualidad.
Si esta «arma» de la decisión hace de tripas corazón, no es una
categoría de conocimiento sino de acción. No parece prometer la
reunificación de un saber que no deja de dispersarse entre las
especialidades, sino ilustrar un cierto poder de la «forma» y, por tanto,
de realización de una decisión tomada sobre la base de un conjunto de
informaciones. No deja de ser también sorprendente que su marco de
predilección, al margen de las aproximaciones operacionales, concierne
a campos que corresponden a demandas sociopolíticas determinadas
cuando se pone en relación, por ejemplo, el código lingüístico de un gru-
po, el comportamiento psicológico de un individuo de ese grupo, la
dependencia del éxito escolar respecto al modo particular de
escolarización, la reproducción de las élites sociales, etc., cada una de
las disciplinas invitadas a tratar el aspecto de la cuestión que es de su
competencia da, de hecho, un punto de vista especial sobre la cuestión
planteada. El origen del problema, el lugar de la cuestión, no es
definible en una disciplina particular. Determinar su origen sería ya
responder a una pregunta difícil. Pero lo que se puede comprobar es que
la respuesta, fundada o no, es una respuesta esperada
Esta es la explicación de por qué, transferida a las universidades,
lugar donde no se decide pero se estudian los problemas, la
interdisciplinariedad se pierde en la reflexión sobre las relaciones entre
las disciplinas, entre las especialidades y la tentación de ver en ella las
premisas de una nueva filosofía de la síntesis, de la coordinación, de la
unificación. Las más lúcidas realizan investigaciones de confrontación
interdisciplinaria sobre problemas de una significación última decisional
y política: problemas de la paz, del medio ambiente, de la
escolarización, del impacto de la ciencia y de la tecnología, etc. A la
inversa, y por la misma razón, la interdisciplinariedad se impone en
todas aquellas partes donde las especialidades están institucionalizadas
en sectores especializados, cuya coordinación es al mismo tiempo
elaboración de una síntesis específica de las informaciones heterogéneas
y especiales, siendo el objetivo, en todas partes y siempre, un objetivo
de acción.
Estas reflexiones no tienen otro propósito que el de atraer la atención
sobre un problema cuyo interés para la filosofía es determinante, si ésta
quiere seguir siendo lo que fue, la voluntad de una inteligencia del
mundo. Pero tal exigencia no puede contentarse con permanecer en
este nivel elemental: sería como quedarse en el primer acto de un juego
del que sólo los actos siguientes desarrollan su complejidad real. Es,
pues, una problemática que debe ser profundizada y precisada, una
problemática cuyos rasgos esenciales son, ciertamente, una
coordinación de las disciplinas y de los saberes que proporcionan, pero
también una coordinación de naturaleza muy especial, que nos recuerda
una indicación de Platón en su definición del arte político, no su teoría
idealista del Estado, sino su descripción de la acción: arte del tejido, que
nunca deja que se establezca el divorcio entre los diferentes elementos;
siempre urde y reúne las informaciones para hacer con ellas un tejido
flexible y bien tupido. Si la interdisciplinariedad se pusiera a soñar, éste
es el tejido que sería su fantasma: la acción política asegurada contra la
irreprimible contingencia de lo real.
Interdisciplinas?
Mattei Dogan
La noción de interdisciplinariedad
Para que haya paradigma es necesaria otra condición: las teorías deben
referirse a aspectos esenciales de la realidad social. Ahora bien, cuanto
más ambiciosa sea una teoría, menos posible es ponerla a prueba
directamente con los datos disponibles. En las ciencias sociales no se
hacen descubrimientos fundamentales, como ocurre de vez en cuando
en las ciencias naturales, más bien se construyen teorías no verificables,
en parte porque la propia realidad social cambia. Además, y sobre todo,
"los errores de los gigantes de las ciencias naturales son insignificantes
en comparación con los fundamentales errores cometidos por las
lumbreras de las ciencias sociales y económicas (Andreski, 30).
BIBLIOGRAFIA
LA INTERDISCIPLINARIEDAD
Maria Clemencia Castro
Psicóloga, Profesora asociada e investigadora del
departamento de psicología de la Universidad Nacional
de Colombia
2
Este capítulo forma parte de nú trabajo Reflexiones sobre la interdisciplinaríedad, cuya primera versión fue impresa en
Documentos 06. PRIAC - UN, Bogotá, 1.990.
2 HECKHAUSEn. H.^Qué es la interdisciplinariedad9. Boletín Sociedad Colombiana de Epistemología, vol. II, núm. 8-9, diciembre
de 1982.
nuevas definiciones, van desde algunas muy generales hasta
clasificaciones detalladas sobre diversas formas de interdisciplinariedad.
A la vez, esta amplitud de la temática ha permitido en ciertos medios los
usos indistintos del término y, aún más, la banalidad del mismo. Podrían
distinguirse dos grandes tendencias, así: Algunos autores usan el
término de interdisciplinariedad para referirse, en general, a las
relaciones entre dos o más disciplinas, a partir de lo cual suelen postular
diversos modos de esas relaciones. A manera de ejemplo, podemos citar
la clasificación que hace H. Heckhausen3 de interdisciplinariedad
indeterminada, auxiliar, compuesta, suplementaria, unificadora y
pseudo interdisciplinariedad.
4
PÉREZ, E.. y otros.. Apuntes sobre interdisciplinariedad, documentos 04. PRIAC - UN. Bogotá, 1.989.
5
Por ejemplo, GUSDORF, G., Pasado, presente y futuro de la investigación interdisciplinaria, En: APOSTEL, L., Interdisciplinariedad
y Ciencias Humanas, Tecnos, Madrid, 1 983.
mientras que para otros, corresponde a niveles de complejidad de dicha
relación6.
Es por consiguiente una tarea ambiciosa pretender sintetizar una
definición precisa sobre cada uno de estos tres términos y por lo mismo
es conveniente sugerir el estudio de algunos textos sobre el tema7.
6
Por ejemplo. PIAGET, J.. The epistemology of interdisciplinary rela-tionships, En: CERI (Center for Educational Research
and Innovation), Interdisciplinary Problems of teaching and research in universíties, OECD, París. 1.972.
7
Además de los autores ya citados véase los siguientes : APOSTEL, L., op. cit.; BOURGUIGNON, O., ftTransdisciplinarité
de l'approche de l 'objet el articulation du psycologique et du social", Bulletin de psychologie, t. XXXVI, núm. 360, 1.982-
1.983; CERI, op. cit.; FOLLARI, R., Interdisciplinariedad. Los avalares de la ideología. UNAM, México, 1.982; PIAGET, J..
Problemas generales de la investigación interdisciplinaria y mecanismos comunes. En: Tendencias de la investigación en
las ciencias sociales. Alianza, Madrid, 1.975; SILLS, D., Notas sobre el origen del término interdisciplinariedad.
Sociología, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1.986.
8
GUSDORF, G, título citado.
Posteriormente se comunican unos a otros sus avances y resultados. En
el mejor de los casos se definen en común metodologías generales para
tratar un tema o problema y luego cada disciplina por separado procede
a precisar su intervención.
La transdiscÍplinariedad pretende la construcción de una teona
general que abarque o englobe diversas disciplinas a partir de una lógica
del conocimiento y un método universal de análisis. Ejemplo de ello son
el estructuralismo genético, la teoría de sistemas o el materialismo
dialéctico. Se da lugar, así, a la constitución de una nueva ciencia
integradora (metaciencia) y a la adopción de un lenguaje que reúna el
universo del discurso de saberes (metalenguaje).
El término transdiscÍplinariedad es también empleado en las Ciencias
Humanas para referirse al hecho de que varias disciplinas científicas se
interesen simultáneamente en el abordaje de un problema9
La interdisciplinariedad queda, entonces, reservada para hacer
referencia particularmente a una forma de cooperación estrecha entre
disciplinas, que implica, una apertura recíproca y la comunicación entre
campos del saber Dentro de esta idea general se distinguen dos
aproximaciones:
1. La interdisciplinariedad entendida como la interacción entre
disciplinas que implica la reciprocidad de los intercambios y el mutuo
enriquecimiento. Esto comprende las nuevas disciplinas que puedan
surgir de dicho intercambio, es decir, la conformación de nuevos objetos
teóricos a partir de disciplinas previas (por ejemplo, la biofísica y la
bioquímica).
Debe destacarse en esta concepción de la interdisciplinariedad el estar
9
BOURGUIGNON, O., op. cit. 1982-83
relevantes a ellas y se orienta en especial a propiciar sus desarrollos o a
10
FOLLARLR., op.cit.l982.
problemáticas. Queda, también, la posibilidad del influjo de estos
avances como contribuciones al desarrollo de la disciplina o profesión.
Finalmente, además del problema de su definición y de las
consideraciones que subyacen a las distintas formulaciones, el tema de
la interdisciplinariedad está asociado a otros cuya discusión es
conveniente adelantar. De manera particular, la amplitud del asunto, la
diversidad de concepciones y las dificultades que introduce el tipo de
problemas abordados, requieren por parte de quienes se vinculen a
trabajos llamados interdisciplinarios, explicitar y precisar su carácter y
contribuir, así, a su clarificación.
CAPITULO DOS
EL ESTADO PREPARADIGMATICO DE LA DISCIPLINA
PSICOLÓGICA
PABLO PARAMO
El desarrollo de la disciplina
Este era el tipo de preguntas que interesó a Moritz Shlick quien logró aglutinar
un grupo de científicos, lógicos y filósofos en lo que hoy día se conoce como el
Circulo de Viena (por el lugar en que se reunían), dando lugar a una forma
más desarrollada de positivismo, la cual se le conoció como Positivismo Lógico.
Este movimiento vino a reemplazar al positivismo de Comte. Se creía dentro
de esta nueva tendencia que con los postulados de la lógica se podría
identificar los principios subyacentes a todas las teorías científicas. De acuerdo
con Guedan ( 2001) los principios que defendía este grupo eran en síntesis los
siguientes,
1. La unidad de análisis para la filosofía de la ciencia es la teoría, entendida
esta como un conjunto de enunciados referidos a las leyes que
gobiernan un ámbito concreto de la realidad, e interaccionados de modo
más o menos rígido.
2. El propósito de la filosofía de la ciencia debe ser es desentrañar la
estructura lógica de las teorías científicas así como su fundamentacion
racional. De este modo lo que caracteriza a la ciencia no es el uso del
método como así lo sostenían los antiguos positivistas, los de Comte,
para distinguir entre las actividades científicas y no científicas, sino más
bien la fundamentacion lógico-empírica de sus teorías. No obstante, se
compartía el supuesto de que las ciencias compartían métodos de
investigación, estructuras lógicas y fundamentos filosóficos.
3. La estructura de las teorías científicas permite distinguir en ellas la
existencia de una base observacional independiente y previa a la
formulación de la teoría, la cual se fija en la teoría a través de un
lenguaje observacional y unos enunciados protocolares construidos a
partir de ese lenguaje y que se refieren a los hechos que acaecen en el
ámbito de observación propio de cada ciencia. Las teorías incluyen
además términos sin referencia observacional directa que constituyen el
lenguaje teórico de la teoría y mediante los cuales se construyen sus
enunciados teóricos. Y el ideal de una teoría científica madura es que
permita la axiomatización de todos sus enunciados, es decir, la
deducción lógica de todos sus enunciados a partir de unos axiomas, y
con el único recurso de reglas lógicas.
4. Las teorías científicas pueden distinguirse de acuerdo con los postulados
del positivismo lógico con base en:
a. Reconocer que los enunciados teóricos de las ciencias se
caracterizan porque ofrecen predicciones que pueden ser
comprobadas observacional y experimentalmente. En otras
palabras debe ser una teoría verificacionista por cuanto se
sostiene que se pueden considerar teorías científicas solo
aquellas que sostienen enunciados que están sujetos a
verificación empírica.
b. La verificación a su vez debe ajustarse a la garantía racional de lo
dado o experimentado por los sentidos.
c. Los enunciados que no permiten ser verificados son pseudo-
científicos.
d. La sucesión de teorías científicas verificadas supone un progreso
constante y por acumulación en el conocimiento de la realidad.
Por consiguiente las teorías que se reemplazan, lo son por su
menor poder explicativo y predictivo, y
e. Cualquier teoría científica en cualquiera de la ciencia es
susceptible de ser reducida a una física, lo que implica una ciencia
unificada. Es a este tipo de postulado al que se le conoce como
fisicalismo.
11
Se entiende por ciencias factuales aquellas que requieren de soporte empírico
para sustentar sus hipótesis, a diferencia de las formales como la lógica o la
matemática en las que el criterio de verdad para sus enunciados se establece a
partir de su confrontación lógica.
ciencia la hace con respecto a otras disciplinas. La psicología puede
caracterizarse según Bunge y Ardila (1987) por la siguiente formulación:
Psy = (C,S,D,G,F,A,P,C, F, M)
En donde:
1) C: la Comunidad investigativa la cual está compuesta por los científicos de
la disciplina quienes han recibido entrenamiento en el área, tienen fuertes
lazos entre si, inician o mantienen una tradición de
investigación científica.
A partir del análisis que hemos hecho en este capítulo, podemos decir
que la ontología para la psicología (su objeto de estudio) no está clara y
no logra poner de acuerdo a los investigadores de la disciplina. La
psicología debe clarificar a qué se refiere cuando habla de eventos
mentales, o hacer mayor claridad de lo que entiende por
comportamiento y así superar finalmente el dualismo cartesiano. Se
debe clarificar de qué manera actúan como causas los eventos que
postula, o como argumentaba Ryle y los conductistas radicales, que los
eventos mentales son parte del mismo comportamiento y no sus causas.
De este modo pasan a ser explicaciones funcionales entre el
comportamiento y el ambiente. Para Fodor (1980), explicar a partir del
uso de algo o de la función no establece una explicación causal si deja
de lado los eventos mentales ya sea que los reduzcamos a eventos
cerebrales.
Si bien la psicología luchó en sus inicios por ser considerada como una
ciencia natural, por la complejidad del comportamiento humano y la
importancia de aproximarnos a su estudio mediante la ayuda de otras
disciplinas, no podemos desconocer también que es una ciencia social y
una ciencia biológica. Es m‘as, si se acepta el planteamiento de Kuhn, en
cuanto a la naturaleza de las ciencias y al desdibujamiento entre las
ciencias naturales y sociales, sería posible explorar paradigmas que
parecían excluyentes; entre aquellas posiciones fundamentadas y en la
matemática con las que enfatizan lo cualitativo; o entre las que
muestran una predisposición hacia esquemas explicativos causal-
deterministas y aquellas que se destacan más por las explicaciones
teológicas o finalistas. La definición y contextualización que hacen Bunge
y Ardila sobre la ciencia y en particular de la psicología pareciera romper
esta distinción y contribuir al trabajo interdisciplinario.
Referencias
Introducción
L
a epistemología o filosofía de la ciencia, es la rama de la filosofía
que estudia la investigación científica y su producto: el
conocimiento científico. La epistemología es por sí un área
imprescindible en el saber, tanto conceptual como profesional; de ahí la
importancia de averiguar qué es y para qué sirve o podría servir.
Los desarrollos propios a nuestra era planetaria, nos enfrentan cada vez
más, y de manera cada vez más ineluctable a los desafíos de la
complejidad y aunque se ha venido haciendo énfasis sobre esta
problemática "todavía estamos ciegos ante el problema de la
complejidad (...) Solo el pensamiento complejo nos permitirá civilizar
nuestro conocimiento" 1
Bibliografía:
3. Idem p.5
LAS CIENCIAS SOCIALES HOY
E
l debate sobre la cientificidad de las ciencias sociales no
es nuevo, de hecho pareciera que se aviva. Sin embargo,
considero que principalmente es una discusión que tiene
un trasfondo económico. Es decir, la controversia sobre si las
ciencias sociales son verdaderamente ―Ciencias‖, tiene que ver con
su reconocimiento como parte esencial del conocimiento, pero
también con el hecho de que sin este reconocimiento es poco
probable que se le destine algún porcentaje del presupuesto
destinado a la educación.
Entonces, estaríamos encontrando quizá dos niveles de discusión.
Uno epistemológico y otro solamente pragmático, que de
preferencia debería estar sustentado por el reconocimiento
mencionado. Por ello la importancia sobre la cientificidad de las
ciencias sociales. De hecho, considero que si esta discusión que
tiene como fin construir la justificación que permita defender la
posición de nuestro campo en la misma universidad, entonces
tiene sentido. Sumergirnos en el debate puede resultar
abrumador. Debemos considerar que en realidad el conocimiento
mismo se compone de convenciones, de tal manera que
quedarnos en el aspecto abstracto y teórico puede ser interesante
tanto como confuso e inútil.
4. CONCLUSIONES
La discusión sobre si las Ciencias sociales son efectivamente
ciencias, para algunos ha sido superada y que sean aceptadas
como tales es un gran mérito. Sin embargo, persisten las voces
que lejos de alegrarse con el calificativo científico, señalan que
justo en el momento de imponer un método a las distintas
disciplinas de las ciencias sociales han demeritado las
investigaciones sociales; ya que se tiene a enmarcar un
fragmento de la realidad. Y el hecho de quedar atrapados en un
paradigma determinado, como bien señalaba Ritzer, puede ser el
mayor obstáculo para comprender la realidad.
La propuesta del Paradigma integrado de Ritzer es la respuesta a
que las teorías suelen ser rebasadas por la realidad.
Ciertamente una teoría sólo podrá explicarnos una pequeña parte
de la realidad, incluso, me atrevería a decir que una realidad ya
pasada. Sin embargo, debemos aceptar que son los únicos
instrumentos para analizar nuestra sociedad y a nosotros mismos.
Por tanto, mientras mejor comprendamos dichas teorías, quizá
también tengamos una mejor comprensión de nuestro entorno.
En este momento, recuerdo cuando M. Foucault hablaba de que
ningún conocimiento es inocente, es decir siempre responde a un
contexto determinado y a un discurso hegemónico en un espacio
y tiempo concretos. Bajo esta óptica, es preciso estudiar las
teorías ya existentes, no sólo sociológicas, sino todas aquellas del
campo social, pero dentro de su contexto histórico al que
corresponde; entonces, quizá lleguemos a la conclusión que
dichas teorías fungen como justificación de determinadas
acciones, o bien responden ante un acontecimiento muy
particular, y a la distancia si perdemos de vista esos detalles
corremos el riesgo de descontextualizar las teorías y desvirtuar
todo el sentido de las ideas originales de los teóricos. Por
ejemplo, cualquiera que hable de Adam Smith suele referirse a él
como el ‗economista‘. Sin embargo, sólo estudiando a fondo su
contexto histórico y sus obras, podemos percatarnos de que en su
época y en Inglaterra los ‗economistas‘, no existían como tales,
que de hecho Smith nunca impartió clases de economía, sino de
Filosofía Moral 14 y que sus obras están escritas con un halo
evidentemente moral incluso religioso. No obstante, los teóricos
que han dicho haberlo retomado, pueden haberlo sacado de
contexto, y los teóricos que a su vez han retomado a los
‗intérpretes‘ smithianos, si no han estudiado directamente la
teoría de Smith y no la han ubicado en su espacio y tiempo
específico, tienden a poner en boca del escocés ideas o categorías
que poco tuvieron que ver con él.
Personalmente, coincido con Alexander en cuanto a la importancia
de los clásicos, en el aspecto creativo de las interpretaciones, es
decir comprender toda lectura como una interpretación; y en
denunciar el uso disfrazado de los clásicos en investigaciones
contemporáneas.
Notas
1. Cfr. Karl Polanyi, La Gran Transformación, México, Juan Pablos
Editor, 1975, pp. 167 y sgs.
2. Cfr. Willimam Leiss, The Domination of Nature, New York,
George Braziller, 1972, Segunda Parte. Este autor muestra que
desde finales del siglo XIX y durante el siglo XX las ciencias
naturales fueron erigidas como ‗domesticadoras de la naturaleza‘,
y con ello se ganaron un lugar muy parecido al que ocuparon las
religiones en el pasado.
3. De esto habla René Guenon en El Reino de la Cantidad y los
Signos de los Tiempos, Barcelona, Paidós, 1997
4.Roger Caillois, Acercamientos a lo imaginario, México, FCE,
1989, p. 79
5. cfr. Peter Burke, Historia y Teoría Social, México, Instituto
Mora, 1997, p. 52. Ahí se muestra la correlación entre el
acelerado paso de los fenómenos sociales y el desarrollo científico
de las ciencias sociales.
6. Cfr. Carl Mitcham, Thinking through technology. The Path
between Engineering and Philosophy, The University of Chicago
Press, 1994, parte I
7. cfr. L. Dumont Homo aequalis. Genèse et épanouissement de
l´idéologie économique, Francia, Gallimard, 1977, Introducción.
8.L. Dumont, Ensayos Sobre el Individualismo, Madrid, Alianza,
1987, pp.190 y sgs.
9. Cfr. Segundas jornadas Braudelianas, Instituto Mora-UAM,
México, 1995 pp. 79-92
10. Raymond Aron, Dieciocho lecciones sobre la sociedad
industrial, Barcelona, Editorial Seix Barral, 1971, pag. 52 y ss
11. Raymond Aron, Las etapas del pensamiento sociológico,
Argentina, Fausto Ediciones, 1984, cap. I
12. Ibid, cap. IV.
13. Así Baudrillard afirma que en la actualidad ya no hay política,
sino transpolítica, ni tampoco hay economía, sino transeconomía.
Cfr Jean Baudrillard, La Transparencia del Mal. Ensayo Sobre los
Extremos, Barcelona, Anagrama, 1991, caps. I-III y IV.
14. Cfr. J. M. Ferguson, Historia de la Economía, México, FCE,
1992, p. 59
Bibliografía
J.C., Alexander, La centralidad de los clásicos, en La Teoría Social
Hoy, Conaculta y Alianza editorial, México, 1990
J. C. Alexander. Theoretical logic in sociology, Berkeley :
University of california, 1982
R. Aron, Las etapas del pensamiento sociológico, Argentina,
Fausto Ediciones, 1984
R. Aron, Dieciocho lecciones sobre la sociedad industrial,
Barcelona, Editorial Seix Barral, 1971
J. Baudrillard, La Transparencia del Mal. Ensayo Sobre los
Extremos, Barcelona, Anagrama, 1991
P. Burke, Historia y Teoría Social, México, Instituto Mora, 1997
R. Caillois, Acercamientos a lo imaginario, México, FCE, 1989
L. Dumont Homo aequalis. Genèse et épanouissement de
l´idéologie économique, Francia, Gallimard, 1977
L. Dumont, Ensayos Sobre el Individualismo, Madrid, Alianza,
1987
J. M. Ferguson, Historia de la Economía, México, FCE, 1992
R. Guenon en El Reino de la Cantidad y los Signos de los Tiempos,
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W. Leiss, The Domination of Nature, New York, George Braziller,
1972
C. Mitcham, Thinking through technology. The Path between
Engineering and Philosophy, The University of Chicago Press, 1994
R. Merton, Social theory and social structure, Glencoe, ill. : The
Free Press, 1949
R. Merton, On theoretical sociology; five essays, old and new,
New York : Free, 1967
Ritzer, Teoría sociológica contemporánea, México, FCE, 1993
Karl Polanyi, La Gran Transformación, México, Juan Pablos Editor,
1975
J. Revel, Segundas jornadas Braudelianas, Instituto Mora-UAM,
México, 1995
Abrir las ciencias sociales: informe de la Comisión Gulbenkian
para la reestructuración de las ciencias sociales, Coordinado por
Immanuel Wallerstein, México: UNAM, Centro de Investigaciones,
Interdisciplinarias en Humanidades ; Siglo XXI, 1996
G. Zabludovsky, Sociología y Política, el debate clásico y
contemporáneo, Coed. UNAM y M.A. Porrua, México, 1995
G. Zabludovsky, La propuesta metateórica y su validez para el
estudio de la sociología en México en Alfredo Andrade (coordina)
Estudios de teoría e historia de la sociología, UAM, México, 1995a
LA POSMODERNIDAD Y LAS CIENCIAS
Esther Díaz
De hecho, nada menos que Kant se atrevió a ello y marcó (lo que él
consideró) los límites de la razón, sin caer por ello en irracionalismos.
Cambiando lo que hay que cambiar, se trata ahora de criticar la
razón, pero no ya para limitarla, como en el pensamiento kantiano,
sino para ampliarla. Una razón ampliada es una razón histórica,
abierta, múltiple, también universal, pero acotado a lo temporal y
cultural. Quienes no quieren salirse del cómodo lugar de las
categorías heredadas, denominan ―relativismo‖ a esta postura teórica.
Este término soporta una pesada carga peyorativa proveniente del
imaginario racionalista tradicional. Es por ello que propongo tomar
distancia de la dupla ―absoluto-relativo‖ o ―universalismo-relativismo‖
y pensar desde otro lugar, desde otra perspectiva. Es decir, desde
categorías racionales pero situadas, históricas, encarnadas.
Denise Najmanovich
12 Este principio fue propuesto por Ulises Moulines en "Exploraciones metacientíficas", Ed. Alianza, Madrid, 1982.
Imaginemos que un ser humano ha sido sometido a una operación por
un diabólico científico. El cerebro de tal persona ha sido extraído del
cuerpo y colocado en una cubeta de nutrientes que lo mantienen vivo.
Las terminaciones nerviosas han sido conectadas a una computadora
supercientífica que provoca en esa persona la ilusión de que todo es
perfectamente natural. Parece haber gente, objetos, cielo, etc.; pero en
realidad todo lo que la persona está experimentando es el resultado de
impulsos electrónicos que se desplazan desde la computadora hasta las
terminaciones nerviosas. La computadora es tan ingeniosa que si la
persona intenta alzar su mano, el ' feedback' que procede de la
computadora provocará que 'vea' y 'sienta' que su mano está alzándose.
Por otra parte, mediante una simple modificación del programa, el
diabólico científico puede provocar que la víctima 'experimente' ( o
alucine) cualquier situación o entorno que él desee. También puede
borrar cosas de la memoria de funcionamiento del cerebro, de modo que
la víctima crea que siempre ha vivido en ese entorno. La víctima puede
incluso creer que esta leyendo estas misma palabras acerca de la
suposición, divertida aunque bastante absurda, de que hay un diabólico
científico que extrae los cerebros de los cuerpos y los coloca en una
cubeta con nutrientes que los mantiene vivos. Las terminaciones
nerviosas han sido conectadas a una computadora supercientífica que
provoca en esa persona la ilusión de...".(Tomado de @13)
13 Este experimento mental no es de mi autoría, pero me ha sido imposible encontrar la fuente original de donde lo he tomado.
perniciosas, ya que nos lleva a creer que negando los problemas estos
desaparecerán.
14 una postura ética, aunque esta relación no es directa ni lineal. La ética está siempre presente en todas las dimensiones de la vida
humana, es como el pentagrama de nuestra existencia, sobre él construimos la música - o el ruido- de nuestra vida.
diferencia15.
15 Se puede ser al mismo tiempo dogmático radical y esceptico débil, pues se trata de dos dominios diferentes: el cognitivo y el ético.
16 No es este un texto sobre escepticismo y dogmatismo, por lo tanto no intentaré proseguir en el despliegue de planos que por otra parte
es una tarea infinita. Sin embargo, un primer esbozo es imprescindible para abordar la temática del conocimiento.
Hasta ahora hemos analizado el tema exclusivamente desde una
perspectiva abstracta, desencarnada, que aunque nos permitió construir
un esquema conceptual más rico que la clásica oposición dicotómica, no
ha tomado aún la fluidez de la problemática cuando se encarnan esta
posturas en personajes históricos, en contextos culturales específicos.
comunican los distintos planos, cómo hasta los más grandes eruditos
pueden tomar posturas contradictorias con sus discursos o producir
combinaciones extrañas de creencias y actitudes.
En fin, guiados por las recomendaciones de Goethe que nos dijo que " la
teoría es gris pero el árbol de la vida es siempre verde" trataremos de
acercarnos a la complejidad del problema del conocimiento de la mano
de sus creadores y tomando en cuenta el contexto de su producción.
El nacimiento de la razón:
17 Habitualmente damos por sobreentendido el significado de las palabras, y es razonable que así sea pues sería imposible sostener una
conversación si la interrumpimos constantemente para preguntar por el significado de cada nueva palabra utilizada. Sin embargo, en el
contexto de " conocer el conocimiento" es imprescindible andar con suma cautela y cuestionarse a fondo por el significado de términos
fundamentales como: racional, verdadero, real, objetivo, subjetivo, etc.
de una cosa. * Justicia, rectitud en las operaciones.
( Dic. Enciclopédico Salvat)
¿Sólo tenemos que elegir y ya sabremos qué es la "razón"?. Así nos
enseñaron a proceder en la escuela, y como en muchas ocasiones ha
mostrado ser un método bastante cómodo y eficaz. Sin embargo,
apenas intentamos desarrollar la más mínima sofisticación en nuestro
intento de compresión del término " racional ", vemos que se abre ante
nosotros una enorme gama de significados. Si acudimos a un diccionario
de filosofía, por ejemplo, podemos encontrar :
18 Este principio es válido para todas las palabras pero es particularmente evidente en aquellas en que las posibles asignaciones de
significado son múltiples.
Wright nos dice que esta polémica " ha ocasionado más confusión que
claridad, pero, por lo menos nos ha enseñado que la racionalidad
humana es algo multidimensional"( Georg von Wright, 1989) . Para poder
comprender cabalmente su significado emprenderemos un pequeño
viaje con el objeto de encontrar las raíces de la razón occidental. Iremos
hacia atrás en el tiempo ( siglo VIII a.C. ), y nos transportaremos en el
espacio hasta arribar a Grecia.
19 Aún a riesgo de ser repetitiva, es necesario destacar que esta razón ya no es la razón abstracta, propiedad de una especie conocida
como homo sapiens ( humana), sino una entre otras: la oriental, o la hopi ( que a su vez pueden ser heterogéneas ) común al genero
,
humano no como propiedad biológica innata sino como resultado de la evolución bio-psico-social en la historia de cada sociedad. ( Ver
Clefoor@ Geertz " La interpretación de las culturas ).
verosímil o probable de la discusión pública".(Vernant, 1962)
Podemos decir que en la polis se produce una revolución del saber, que
de pertenecer solo a ciertas personas, como los sacerdotes o los
príncipes, que lo recibían directamente de las divinidades, pasa a ser
público y se expresa en la redacción de las leyes. Al escribirlas se
asegura a la vez su publicidad, se les garantiza permanencia y también,
paradójicamente, se abre la posibilidad a los ciudadanos de cambiarlas.
La ley, encarna una norma común a todos, sometida a discusión y
modificable . Las ciudades estados, polis, Griegas forman un nuevo tipo
de estado en el que el Juez representa a toda una comunidad de
ciudadanos con iguales derechos y encarna a un ser superior a las
partes, resolviendo de acuerdo a su conciencia y a la ley. Los términos
prueba, testimonio y juicio adoptan un significado nuevo y abren
las puertas al nacimiento de la racionalidad argumental.
Protágoras:
Respecto a los Dioses decía "...no puedo estar seguro si existen o no,
ni que aspecto tienen, porque hay muchas cosas que impiden un
conocimiento seguro: la oscuridad del tema y la brevedad de la vida
humana "22.
23 Las escuelas de comunicación norteamericanas de este siglo, reivindican el papel de los sofistas y sus aportes al conocimiento
occidental. Por otra parte, el resurgimiento de los debates sobre las paradojas y el desafío congnitivo que presentan tanto en la lógica
como en la matemática y la filosofía en general replantearon vivamente la polémica sobre el lugar que debía asignárseles a los sofistas en
la historiografía.
no creerían en ella ). Desde su punto de vista, sólo una convención nos
hace considerar a las cosas como verdaderas o falsas. Por lo tanto,
quienes no quieran contentarse con los convencionalismos deberán
"suspender el juicio" y callar. "
24 Utilizo el sentido más amplio del término política, que entiende a esta como la relación del hombre con su sociedad.
25Sociedad helénica: Apogeo de Atenas en el siglo se Pericles, Aprox 450-350 a C. Se destacan las figuras de Sófocles (497-406),
Eurípides (480-406), Aristófanes ( 445-385), Heródoto (484-425), Tucídides (460-396), Protágoras (480-410), Sócrates (469-399), Platón
(427-347), Aristóteles (384-322). En esta época de esplendor de la cultura se construyó el Partenón.
Sociedad helenística: Aprox. 300-220 a.C. Expansión y universalización de la cultura Griega. Imperio de Alejandro Magno. Biblioteca
de Alejandría.
nuevas, a la transformación y al cambio, es opacada por una confianza
dogmática cada vez más radical . En un marco escolarizado, de
repetición más que de creación, el error es pura patología o incapacidad
del alumno . Cuanto más extrema es la persecución del error, más
intransigente la ortodoxia y más estéril la razón que la ampara. No
debemos olvidar que la propia razón occidental nace de la
"humanización" de la palabra, cuando esta deja de ser designio de los
dioses a través de sus representantes exclusivos: los sacerdotes y los
nobles. El logos, la palabra, pertenece a todos los ciudadanos por igual y
no tiene garantía alguna, sino la que cada quién puede aducir a su
favor. Sólo de la conciencia y la vigilancia frente al error y no de su
negación o pretendido aniquilamiento surge el saber creativo. La
erudición al no aceptar la posible presencia del error en su seno, elimina
la semilla de su fructificación y se esteriliza voluntariamente. El saber
erudito es más sistemático que creativo, más conservador que
revolucionario, más especializado que holístico.
" Para los eruditos, los temas razonables de este mundo están
encasillados en regiones aisladas entre sí, son tal o cual materia,
separada, y el erudito consciente se ofende ante la especulación etérea
que quiere conectar su propia zona de conocimientos con el de su
vecino; ve sus conceptos esenciales interpretados, retorcidos y
modificados y se ve desterrado de su propio castillo por especulaciones
de generalidad inquietante que violan la gramática de sus
pensamientos", nos dice A. Whitehead. (Whitehead,1933)
26 Su figura se inmortalizó por su determinación del peso específico del agua, supuestamente mientras se bañaba en una tina de la que
salió al grito de EUREKA ( lo encontré). Anécdotas al margen, la figura de Arquímedes es considerada por muchos filósofos de la
ciencia actuales como el precursor de la ciencia moderna.
Frente al impacto que nos produce esta lista de grandes genios no
debería tentarnos el hacerles jugar el rol de villanos. Nos encontramos
nuevamente ante la riqueza y variedad de matices que tenemos en el
mundo viviente, probablemente nos sintamos perplejos, nuestras viejas
categorías absolutas de "Buenos versus Malos" pueden parecernos ahora
mediocres simplificaciones.
Bibliografía:
VERNANT,Jean. 1970 " Los orígenes del pensamiento Griego " EUDEBA,
Buenos Aires.
INTRODUCCIÓN.
Cuando las almas gemelas se anudan gracias a la escritura, la palabra
se vuelve impersonal: no hay mío, no hay tuyo; se habla unívocamente
de algo siempre equívoco... A Nuestros Sofis Posmodernos Lyotard F. y
Paz O., por su eterna presencia en la escritura.
El presente trabajo tiene dos partes, la primera se engendró en un
seminario de maestros de la materia de Introducción al Problema Social,
por lo que es una declaratoria "alegre", como lo refiere el epígrafe, del
gusto de expresar los atravesamientos del conocimiento que han puesto
al escritor como un hijo de su tiempo. La segunda parte, es la
elaboración de ese espíritu dionisiaco, de la declaratoria primera. En
esta segunda, se trata de precisar el qué de la posmodernidad y sus
rasgos epistémicos.
Es bueno reconocer, que la reflexión es parcial, muy parcial y por ello no
pretende dar una explicación causa-efecto del fenómeno llamado
posmodernidad. Más aún lo puesto aquí son reflexiones personales que
no apelan a un conocimiento "duro" de "patencia" positivista. Este
escrito es sólo una declaratoria de una mente inquieta que se ve
atrapada en discursos símiles y disímiles sobre el qué del hombre actual.
Por ello, en el desangrar de la pluma, perdón tinta virtual de la pantalla
de computadora y después de marcas en papel, apuesta el autor su
palabra, como hijo de su tiempo.
I- PLANTEO DE LA DISCUSIÓN.
Aquellos pobres hombres que fueron amamantados en utopías
revolucionarias, en el cumplimiento del deber por si mismo. Esos que
vivieron del espejismo de creer que el conocimiento era una filia, esos
se han quedado afiliados a un conocimiento de "ladrillo" y golpean sus
cabezas ante lo nuevo, no pueden aceptar que el saber es una
declaratoria alegre, es un juego de palabras.
Elías del Sol.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS.
(1).- Es bueno decir que en esta arenga entusiasta sobre "El más
Desgraciado", Kierkegaard, presenta otros tipos de desgraciados, como
aquel que vive del pasado, aquel que vive del futuro, aquel que está en
el pasado y el futuro etc. Lo común es que adolecen de presenciarse en
su momento actual. Ahora el caballero de la fe, el cual sería el más
desgraciado es finalmente el estadio religioso, el cual se vierte del más
desgraciado en el más agraciado: "¿Y quién es el más desgraciado sino
el más dichoso?" p.155. Por supuesto que aludo al pasaje sólo para
ironizar la estereotipia del joven posmoderno como presentista.
Equívoco que trataré más adelante.
(2).- Aquí estoy haciendo referencia al juego Heideggeriano en donde el
"ser ahí" se encuentra entre las cosas esbozando sus proyectos y sus
posibilidades para existir. El procurar ser en la condición temporia del ya
pre y sido; ser sido, ser-ya, ser-pre.
(3).- La palabra "hacer semblante", responde al lenguaje lacaniano
sobre la apariencia discursiva necesaria del existir. Elemento que tiene
relato con la máscara nietszcheana descrita brillantemente por Vattimo
en su libro "El Sujeto y la Máscara". Considero el término suponiendo
por supuesto que cualquier discurso necesita de ese enmascaramiento
para presenciarse y validarse en el mundo. Y adquiere un connotado
específico cuando se trata del discurso del amo como Lacán lo muestra
en su propuesta teórica de los cuatro discursos.
Para mayor precisión del término confer. el artículo de Nestor
Braunstein: La Cultura de la Máscara y la Máscara de la Cultura.
"Filosofía de la Cultura". Ed. por la Facultad de filosofía, Universidad
Michoacana. 1995.
(4).- En la cultura Griega presenciamos el Teo como motor Inmóvil, con
el cristianismo la propuesta de un Dios creador. Me parece que esa
necesidad de formularnos en la existencia tiene que ser presupuestada
desde un discurso que totalice. Al menos así ha sido en épocas pasadas.
Pero este discurso me parece que tiene un referente, un hecho
totalizador del ser humano: su muerte. Por ello, como he escrito en otro
lado, los hombres aunque son confesos de distintas religiosas se
hermanan en una credencia por la vida ante la muerte. La muerte,
nuestro amo total. Cuando digo que caería de bruces ante la nada sigo
también a Heidegger, quien nos advierte que el sentimiento que surge
ante la omnitud del ser es el aburrimiento y el que surge ante la nada es
la angustia. Así pues, no es abusivo pensar en esa necesidad (entendida
en términos filosóficos y no psicológicos; esa Parca de la vida) de crear
antes que la nada o la muerte nos alcance. O ¿ por qué nuestro afán de
afirmar un mundo bueno y un Dios de Vida que tiene un sentido?
(5).- Hablar de verdad por consenso no es sino remitirnos al término de
Aletehia, develar la verdad y sólo eso, rompiendo con las propuestas
esencialistas pasadas en las cuales la verdad no sólo es una
declaratoria; es una actualidad, un sí mismo y un ser independiente que
subyace a las variaciones y movimientos. Esta caída de los
esencialismos se puede atribuir al pensamiento Nietzscheano, aunque
Heidegger también cree que acabó con las metafísicas, así como Lyotard
cree que se han acabado los grandes relatos totalizadores. Quizá en el
fondo lo único que ha cambiado es comprender que el lenguaje es un
instrumento y que nuestro conocimiento es una construcción necesaria,
una Moira irrenunciable.
(6).-Es importante precisar como lo hace Claudio Bonvecchio que "la
noción de racionalidad nace con los griegos, expresa la intención de
explicar el tránsito del caos al cosmos y se refiere al ordenamiento de
los medios para el logro de un fin; en ella se implica un nivel racional
dado por el logos y un nivel material dado por el cosmos"p.31. Para el
horizonte griego no hay escándalo en reconocer este vacío de sentido
que hay en las cosas del cual demanda una palabra, un logos que la
ordene. Del lado del Cristianismo sí, porque las cosas, la naturaleza
tienen un sentido desde un creador. Confer. "Naturaleza, Historia y
Dios" de Xavier Zubiri, Ed. Alianza.
Este enfrentamiento de los horizontes ha sido una reflexión de la
filosofía Posmoderna, por ello cohabitan sin su pureza en las mentes
actuales y el resultado no lo terminamos de ver. Ya que ha esos grandes
lineamientos del pensamiento se le agregan siglos de experiencia
humana y un despertar cibernético, que nos tienta en la pretensión de
haber construido la Torre de Babel, y que pronto, asaltaremos el cielo.
(7).- Rompiendo con los dualismos y haciendo una precisión propia de
una mente poética y aguda nos dice Octavio Paz en su libro "El Arco y la
Lira": "La psiquis es una totalidad indivisible. Si no es posible trazar las
fronteras entre el cuerpo y el espíritu, tampoco lo es discernir dónde
termina la voluntad y empieza la pura pasividad". p. 37. Es una
interpretación propia de la época el pensar que si no hay acción externa
y evidente movimiento no hay actividad, pero el pensar es una
actividad, el ver también. Somos irrestrictamente seres animados, con
vida. Y aún en el estado diurno, nuestra aparente pasividad puede estar
germinando el sueño más encantador que nos preside.
(8).- Sobre el papel del ojo y la mirada del otro en la seducción sólo hay
que recordar esa obra maravillosa de Baudrillard: "De la Seducción". en
donde nos dice: "La seducción de los ojos. La más inmediata, la más
pura. La que prescinde de palabras, sólo las miradas se enredan en una
especie de duelo: encanto discreto de un orgasmo inmóvil y
silencioso...diseño perfecto del vértigo de la seducción, y que ninguna
voluptuosidad más carnal igualará en lo sucesivo". p.75.
Este punto donde se precisa que el posmoderno es un "voyeur" un
espectador, es una observación pobre de la conceptualización de lo
humano. Es decir, pareciera que toda la jerarquía de características
fueran ajenas al hombre, si quitáramos esas actitudes llamadas
posmodernas dejaríamos fuera al hombre de todo semblante, esto,
sobra decirlo, es imposible. Por ello reconozco esa característica como
propia, como "sino" de la constitución del sujeto. Hago referencia a
continuación a una apreciación, muy adecuada sobre el papel de la
mirada en nuestra configuración del mundo, que hace J. Lacán en el
"Seminario Once" : "¿No encuentra uno satisfacción en estar bajo esa
mirada, de la que hablaba hace rato siguiendo a Merleau-Ponty, esa
mirada que nos acerca, y nos convierte primero en seres mirados, pero
sin que nos lo muestren? El espectáculo del mundo, en este sentido, nos
aparece como omnivoyeur. El mundo es omnivoyeur, pero no es
exhibionista-no provoca nuestra mirada. Cuando empieza a provocarla,
entonces también empieza la sensación de extrañeza"(p. 83).
(9).- Aquí señalo la relevancia de la constitución del sujeto gracias a la
mirada y la palabra basado por supuesto en la perspectiva psicoanalítica
del estadio del espejo confer. "Escritos 2" de J. Lacán p. 62.
(10).- En esta afirmación tan contundente sigo a Bass y Zalosyc en su
libro Descartes y los fundamentos del psicoanálisis, quien una de las
cosas que asevera es que "Descartes huye del vértigo. El vértigo de la
duda desesperante, el vértigo del círculo que denuncian los escépticos.
La duda cartesiana supera a la duda escéptica en la medida en que la
convierte en ficción" (p.19)
Ahora cuando habla del yo impersonal me refiero a ese desplazamiento
que Lacán hace de la frase cartesiana "Cogito ergo sum",
trasliterándola, en "soy donde no me pienso" Escritos 1, p202.
Esta caída del Yo de Descartes fue ya esbozado en la conceptualización
del "Ello" Nietszcheano y Freudiano.
Relectura de la posmodernidad.
A
lgunos sociólogos aseveran que es vano meterse a una discusión
sobre qué de la posmodernidad. Discusión que han alzado Lyotard,
Habbermas y Vattimo entre otros. Es válido abonar reflexiones a
sus cursos y discursos, sentidos y contrasentidos. Es válido volver al
tema porque humanamente el hombre no ha hecho otra cosa a lo largo
de su desarrollo que tratar de formularse, de hacerse una fórmula sobre
lo que le rodea y lo que es. Hablar de "Pos" es hablar de "Neo" o "Meta"
es enunciar un término que quiere ir allende lo que se sentía ya
precisado o conocido. Y no podemos cerrar nuestros ojos a que los
aportes de distintos autores desde Descartes hasta Lacán, Lyotar o
Focault han tenido repercusiones muy prácticas en los seres humanos
de nuestra época, quizá, gracias a esas representaciones colectivas de
las que habla Moscovic. Por lo que cada vez nuestros saberes que
asimos se ven más pos o meta inteligibles.
Por ello nuestro hoy, nuestra actualidad, nuestra modernidad no es, sino
por nuestro intento de reconocernos en nuestra recurrencia histórica. No
atender a la historia y a todos los referentes del pasado sería ingente
soberbia, ya que no podemos inaugurar un "hoy humano" sin eso que
nos sostiene, eso es la historia: un relato del pasado que sin la
verbalización actual (moderna) no existe. Ahora bien no se trata de una
recuperación histórico monumental(15) sino de una recuperación crítica
para tratar de encontrar los eventos y las discontinuidades discursivas
que han atravesado al hombre, es decir, los elementos epistémicos de la
época. Pero si bien, la historia es un encuentro nuestro, también es un
desencuentro, ya que podríamos jugar con comparaciones innecesarias
como lo hacen textos que hablan de la posmodernidad. La
caracterización de los rasgos posmodernos que critiqué arriba creo que
es parte de ello. Ya que no podemos hacer una comparación de "más" o
"menos" a nivel de las épocas, no podemos sino especulativamente
pensar que los hombres de ahora viven y valoran "más" que los
antiguos el presente. Lo importante es remarcar que esa interpretación
es del orden de lo especular. Y que tal interpretación llevada a su
asimilación más familiar, sí posibilita, el que los sujetos del hoy sean
vistos como presentistas, llegando incluso a pensar erróneamente que
tal apreciación se la debemos a grandes pensadores como
Nietszche(16).
Los hombres del hoy no son "más" presentistas que los del pasado sino
que son en relación a sí mismos y frente a Cronos que lo detractan y le
sirven a la vez.
Nos encontramos en una época en la cual vivimos presionados por la
sociedad de consumo, en donde el tiempo se convierte o revierte en
ganancia-pérdida y que ello está regido por una actividad continua; por
esto somos súbditos. Y somos sus detractores porque poco avizoramos
la importancia del cronos interno, del cronos existencial que nos reclama
reposo para saber de nosotros.
Así pues hay una lucha de sentidos religiosos y seculares del existir. Se
contraponen evidentemente en que una es propuesta inmanentista y
otra intrahistórica(20). Pero coinciden en esa gran necesidad de tener
un sentido. Paradójicamente para ser coherente con la segunda, no
tendríamos que hacer caso de ninguna sino evocar en nuestra precaria
humanidad a un significado creado por nosotros mismos(21). Y esa es
otra apuesta epistémica de la época: no hay sentidos sino signos para
crear nuestras propias fábulas, nuestro significado, por ello donde los
otros ven caída de las utopías veo gritos en búsqueda de autoafirmación
opacados.
Mis matices, van con ese "no del todo", el cual es un aspecto
epistémico(22) de nuestra época. Convivimos con la diversidad no
generada por el hoy de forma espontanea, sino por la reelectura de
nuestra historia y la creación de diversas instituciones a lo largo de ella.
Instituciones diversas, contradictorias, contrarias, dogmáticas,
anárquicas, democráticas, autoritarias etc. Nuestro horizonte es el
elenco de nuestro pasado, el collage, la interdisciplinariedad y aún el
eclectisismo para muchos. Ello nos salva (contrariamente a quienes
quieren regresar a una visión única del bien del hombre; que sobra decir
que de cualquier modo nunca existió) de pretender un único camino del
ser y la posibilidad de escoger de ese cúmulo de tradencias en el hoy lo
que más nos acomode. Este es el escándalo para quienes pretenden "Un
orden", la diversidad institucional y accional de los sujetos es subversiva
porque deja entrever al dionisios que irremediablemente nos habita. El
desenmascaramiento Nietzscheano está ya en acto, no podemos
comprendernos sin esa diversidad, no podemos entendernos sin esa
parcialidad del existir y la molestia que provoca ese "no todo" de
nuestras versiones de la realidad. Con esto último podríamos decir que
el "malestar de la cultura" está en el interjuego de los deseos tirantes
del existir con otras existencias que se conceptualizan, se verbalizan, se
institucionalizan en encuentros y desencuentros.
Esta época también nos permite considerar que el mundo es una gran
expansión, que hay evolución, que depende del hombre su destino y que
nuestros destinos son ajenos por nuestra sujetación y por las dinámicas
socioeconómicas que nos llevan, el reconocer como la realidad caótica
es ordenada por nuestro intelecto que exige orden, sentido, para no
desfallecer y que ese impulso de ordenamiento si bien tiene su referente
en las estructuras fisico-psíquicas, es la falta en ser y el deseo irrestricto
de construirnos un nombre lo que lo lleva. Nuestra época está
perceptivamente dispuesta a romper moldes de comprensión para poder
asir de algún otro modo la realidad, pero sabiendo que se desliza de una
visión a otra por su "desgracia" de existir, por su irremediable impulso
de vivir para lo cual tiene que crear artificios físicos e intelectuales(24).
Punto final.
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
La interdisciplinariedad
en la Universidad.
Esto que llamamos Universidad
Juan Manuel Cerón A, Zoot.
Universidad de Antioquia.
Introducción
La Universidad es una comunidad de personas dedicadas a la generación
y transmisión del conocimiento. Sin embargo, el conocimiento en sí no
es el fin primordial; es la persona humana y la sociedad. En este
ensayo, con base en documentos de varios autores, trataré de
acercarme al origen y a la evolución de la universidad.
Bibliografía
El presente tema constituye un punto de referencia importante para el rediseńo del pla
nteamiento
curricular, para la auto evaluación, la normalización y autorregulación de los programa
s académicos ofrecidos por las instituciones de educación superior. Los conceptos aquí
expresados se someten a la lectura crítica con los siguientes fines: favorecer el
conocimiento y estudio de los fundamentos teóricos de la interdisciplinariedad y
generar ideas para desarrollar una
propuesta operativa que permita plasmar, en el rediseńo curricular de los diferente pro
gramas, la
apertura concreta a la interdisciplinariedad.
Buena parte de las ideas incluidas en el desarrollo de este tema, se recogen del docu
mento: Guíaopcional para el trabajo de los grupos en su análisis del tema de la interdis
ciplinariedad preparado por el Dr. Hernando Arellano Ángel para el VIII
Seminario de Directivos de la Universidad
Javeriana (1983). Dicha guía toma algunos apartes y referencias de dos obras:
La interdisciplinariedad (Borrero, 1982) y Interdisciplinariedad: problemas de la
enseñanza y de la investigación en
las Universidades. (CERI, 1975). De otra parte, se retoman algunas ideas del grupo
Número 4 del VIII seminario de directivos de la universidad
Javeriana, conformado por: Amparo Zuluaga, Graciela Aldana, Rafael Torrado y otros.
Otras obras consultadas para ampliar el desarrollo conceptual, se refieren en la bibliogr
afía.
Por otra parte, quien pone entre paréntesis su disciplina puede regresar a ella, pero
con el
enriquecimiento generado por el trabajo interdisciplinario y aportar al desarrollo de su
campo del saber (Castro). Un problema encontrado en los escritos
sobre interdisciplinariedad, es la referencia exclusiva a las disciplinas de las
ciencias naturales, sociales y humanas entendidas como cuerpos teóricos sistematizad
os y por ende regulados por comunidades académicas, con métodos y criterios
de validación empirica de las hipotesis y teorías. De esta manera se omiten las
profesiones u otro tipo de saberes que no cumplen con dichos parámetros de cientifici
dad, pero
que es importante tenerlos en cuenta. En este sentido resulta clarificadora la diferencia
ción de las
ciencias según los paradigmas científicos: Positivismo, Hermenéutica y Teoría crítica. S
u distinción y el establecimiento de relaciones entre ellos darían un aporte a la compre
nsión de la propia interdisciplinariedad.
2. La transdisciplinariedad
Ocurre cuando varias disciplinas interactúan mediante la adopción de una disciplin
a que
opera como nexo común analítico (Borrero, 1982:72). La transdisciplinariedad con
siste en
el ―establecimiento de una axiomática común para un conjunto
de disciplinas‖ (Ceri, 1975:7).
mundo del trabajo y no ha tenido el éxito que de ella se esperaba para dar
La universidad
debe contribuir a la planeación de la ciencia y la tecnología al servicio de la socieda
Borrero (1982:2021) señala dos fines de la interdisciplinariedad:
―Un fin investigativo académico: ―la articulación de las Ciencias o disciplinas particulare
s y de los
diversos círculos epistemológicos o sectores de afinidad disciplinaria, para producir
mejores y más integradas disposiciones curriculares.
Un fin práctico: ―la articulación de las profesiones y de los profesionales para que en
concierto racional investiguen y ofrezcan mejores respuestas y soluciones a los
complejos problemas técnicos y sociales del mundo contemporáneo.
Para que pueda darse, la universidad tiene que cambiar pero la interdisciplinariedad se
convierte
también en su principal agente de cambio. El desarrollo de los nuevos lenguajes en ed
ucación, de
los medios y mediaciones y de nuevas metodologías permite hoy, aprehender el
mundo en su totalidad e infinita diversidad. Se
hace énfasis en lo importantes que son las relaciones humanas directas, la comunicaci
ón y la aptitud cualitativa para comunicarse. No solo se requiere una pedagogía
nueva sino organizaciones horizontales, nuevos métodos y objetivos de
enseñanza. La pedagogía debería ser de un carácter más creativo y emancipador.
Para Leo Apostel (Ceri, 1975:108109) los campos operativos son tres:
En cuanto a los problemas psicológicos, ―es más difícil cambiar una manera
de pensar que una institución. La introducción de la interdisciplinariedad se enfrenta,
en particular, contra incomprensiones y resistencias provenientes no sólo de
los maestros, como podría esperarse, sino también de los estudiantes y de la sociedad
en general.
Hasta ahora parece ser que muy pocos maestros han comprendido la importancia de
lo que está en juego. Habiendo sido formados en
disciplinas generalmente rígidas, han estado enseńando dentro de este marco por vari
os ańos y
realizando investigaciones cada vez más especializadas; de este modo, encuentran
cada vez
muy difícil imaginar que la interdisciplinariedad pueda ser otra cosa que pura aventura
o un puro
diletantismo‖ (Ceri, 1975:251).
Bibliografía
BORRERO, Alfonso, S.J. (1982) La interdisciplinariedad:Conferencia del simposio
permanente sobre la universidad, ASCUNICFES.
BOISOT, Marcel, et al. CERI: Interdisciplinariedad. Mexico, 1.975. P.101
PEŃATE, Luzardo. Construcción y desarrollo del currículo. USTA, Bogotá, 2000. P.16
CASTRO, Ma. Clemencia. La Psicología, los procesos comunitarios y la interdisciplinarie
dad.
CERI (1975) (Centro para la investigación en innovación de la enseñanza).
Interdisciplinariedad: problemas de la enseńanza y de la investigación en las Universid
ades.
Traducido al espańol por Francisco González, México: Asociación Nacional de Institutos
de
Enseñanza Superior, 1.975.
MORIN, Edgar (1988) Introducción al pensamiento complejo.
ZULUAGA, Amparo, et al. (1983) VIII Seminario de Directivos U. Javeriana: La
interdisciplinariedad.
IV encuentro de secretarios generales de las instituciones de educación superior en Am
érica
Latina y el Caribe. Cartagena. Octubre, 2000.
UNA VISION SOBRE LA INTERDISCIPLINARIEDAD Y SU
CONSTRUCCIÓN EN LOS CURRÍCULOS PROFESIONALES
1. Introducción
2. Observaciones preliminares
Tal como hemos indicado (Lenoir, 1999, 2001; Lenoir y Sauvé, 1998a),
si de una y otra parte del Atlántico se habla del concepto de
interdisciplinaridad, las perspectivas no dejan de ser distintas. Esta
diferenciación se debe al hecho de que su conceptualización se
fundamenta en finalidades diferentes, a distintos objetos de estudio, y a
que se recurre a un sistema referencial y a modalidades de aplicación
también disímiles (Lenoir y Sauvé, 1998a).
Hay que especificar que, tal como hemos demostrado [Lenoir 1999,
2002 (en prensa); Lenoir y Geoffroy, 2000], Quebec se inscribe del todo
en este plano de la corriente norteamericana de habla inglesa. Por tal
motivo, desarrollaremos la siguiente argumentación a partir de la
realidad estadounidense. No obstante, dos de las tres concepciones de
la interdisciplinaridad consideradas aquí parecen predominar, tal como
resaltaron Hermerén (1985), Klein (1985) y Lynton (1985) en un
seminario de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (ocde) que tuvo lugar en la Universidad sueca de Linköping,
y otros autores tales como Fourez (1992). Apostel y Vanlandschoot
(1994), hablando de los debates que habían tenido lugar a principios de
los años 70 en el marco de los trabajos conducidos por la OCDE sobre la
interdisciplinaridad, abundan en el mismo sentido. Estos autores
destacan la existencia de dos visiones continentales: la primera, muy
marcada a nivel social, epistemológica e ideológica, es más europea; la
segunda, de orden pragmático, es más bien anglosajona.
La interdisciplinariedad en el marco
de las Ciencias Sociales
EL FENOMENO DE LA INTERDISCIPLINARIEDAD
MAJELA GUZMAN GOMEZ
D
urante el pasado siglo XX, ocurrieron variaciones en las
maneras de conceptualizar la realidad. Muchas disciplinas
tradicionales del conocimiento entraron en crisis, mientras que
otras sufrieron modificaciones intensas que alteraron su objeto de
estudio y los modos de concebirlo y representarlo; entonces, la
disolución del paradigma racionalista-positivista de la modernidad y la
necesidad de construcción de uno nuevo, se convirtió en un tema
central entre los investigadores contemporáneos. Teorías como la
relatividad, la cuántica, el constructivismo, entre las más influyentes,
transformaron las imágenes y conceptualizaciones del conocimiento, de
la ciencia, de la filosofía, de la cultura e, incluso, de la propia
investigación.
BIBLIOGRAFIA
Roberto A. FOLLARI
(Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina.
Professor de pós-graduação em diversas Universidades Latino-
Americanas)
Y
a hemos realizado un trabajo previo donde relacionamos cierto
auge de las posturas que se pretenden ―postdisciplinarias‖, con
posiciones y detentamiento del poder dentro del espacio
académico (1). Señalamos que la retórica de superación de la
departamentalización universitaria como poder cristalizado, carece
habitualmente de seriedad conceptual e ideológica. Sostenerla con una
suficiente rigurosidad, exigiría proponer una estructura académica
alternativa (cosa que no vemos que se practique) y demostrar que esa
nueva estructura concentraría el poder de manera significativamente
menos marcada que la departamental. Afirmamos que se trata de
posturas que en realidad han reemplazado la crítica del poder
académico, por la de la departamentalización, lo cual permite ejercer
veladamente otros modos de tal poder académico ahora
―antidisciplinario‖, tales como la ocupación simultánea (en nombre de la
interdisciplina) de varios espacios disciplinares y departamentales a la
vez (lo cual, obviamente, es muestra de cierta necesaria inadecuación a
la especificidad de cada una de ellos), o la ubicación privilegiada en los
―Area studies‖ tan propios de las universidades estadounidenses, en los
cuales no se ve que el poder institucional se haya diluido (y no hay en
realidad ninguna razón por la cual se debiera haber esperado tal
dilución).
Notas
(2) Derrida, J.: Memorias para Paul de Man, Gedisa, Barcelona, 1989
(13) Ibid.
Tim Johns (2003), por su parte, habiendo trabajado largo tiempo con
córpora y con programas de concordancias como el MicroConcord,
diseñado por él mismo, ofrece también una serie de líneas a seguir en la
enseñanza contrastiva de idiomas. Así, utilizando estos bancos de
información se puede, entre otras cosas, hacer a los alumnos partícipes
en poco tiempo de las interacciones entre léxico y sintaxis que a
menudo se han visto relegadas a un segundo plano por la separación de
ambos planos. Algunos de los beneficios del uso de datos extraídos de
córpora que Johns (2003) menciona son el facilitar un aprendizaje por
descubrimiento, el análisis de un lenguaje auténtico y el acceso directo
al lenguaje natural, tal como se usa. El banco de datos o corpus hace un
papel similar al de los ejemplos de una entrada de diccionario, sólo que
de manera más exhaustiva, fiable y adaptada a las necesidades en
algunos casos.
Corpas (2002) propone para el ejercicio de la traducción la creación
de mini- córpora adaptados a las necesidades particulares de los
traductores, a partir de bancos de textos comparables (es decir,
similares en cuanto a registro, género y temática al texto origen,
principalmente en la lengua meta).
Como vemos, éstos son sólo varios ejemplos de cómo las tecnologías
de la información y la comunicación (TIC) van inundando las disciplinas
del lenguaje y la Lingüística Aplicada, marcando el método en una
especie de revolución con respecto al pasado más inmediato.
REFERENCIAS
SCOTT, MIKE. 2003. The importance of keywords (KWs) for LSP. Sesión
plenaria. 6º Congreso Internacional de Lenguas con Fines
Específicos. The role of information technology in LSP research and
pedagogy. Barcelona, Enero 2003.
INTER-POLI-TRANS-DISCIPLINARIEDAD
EDGAR MORIN
LA MIRADA EXTRADISCIPLINARIA
La apertura es por lo tanto necesaria. Ocurre que aun una mirada naif
de un amateur, ajeno a la disciplina, aun más a toda disciplina, resuelve
un problema cuya solución era invisible en el seno de la disciplina. La
mirada naif que no conoce evidentemente los obstáculos que la teoría
existente impone a la elaboración de una nueva visión, puede,
frecuentemente, pero a veces con razón, permitirse esta visión. Así
Darin por ejemplo, era un amateur esclarecido, como ha escrito Lewis
Mumford: "Darwin había escapado a esta especialización unilateral
profesional que es fatal para una plena comprensión de los fenómenos
orgánicos.
MIGRACIONES
Ciertas nociones circulan y, a menudo, atraviesan clandestinamente las
fronteras sin ser detectadas por los aduaneros. Contrariamente a la
idea, fuertemente extendida, que una noción no tiene más pertinencia
que en el campo disciplinario donde ella ha nacido, ciertas nociones
migrantes fecundan un nuevo campo donde ellas van a enraizarse, aun
al precio de un contrasentido. B. Mandelbrot llega hasta a decir que
"uno de los útiles más poderosos de la ciencia, el único universal, es el
contrasentido elaborado por un investigador de talento". De hecho, un
error en relación a un sistema de referencias puede devenir en una
verdad en otro tipo de sistema. La noción de información, emanada de
la práctica social, ha tomado un sentido científico preciso, nuevo, en la
teoría de Shannon, después ella ha migrado a la biología para inscribirse
en el gen, allí ella se ha asociado a la noción de código, salido del
lenguaje jurídico, que se ha biologizado en la noción de código genético.
La biología molecular olvida a menudo que sin esas nociones de
patrimonio, código, información, mensaje, de origen antropo-
sociomorfo, la organización viviente seria ininteligible.
LA PERESTROIKA CIENTÍFICA
En conclusión, para qué servirían todos los saberes parcelarios sino para
ser confrontados para formar una configuración respondiendo a nuestras
demandas, a nuestras necesidades y a nuestros interrogantes
cognitivos.
Hace falta pensar también que aquello que está más allá de la disciplina
es necesario para la disciplina, para que ella no sea automatizada y
finalmente esterilizada, lo que nos reenvía a un imperativo cognitivo
formulado ya hace tres siglos por Blaise Pascal, justificando las
disciplinas mientras tenía un punto de vista metadisciplinario: "siendo
todas las cosas causadas y causantes, ayudadas y ayudantes, mediatas
e inmediatas, y todas entreteniéndose por un lazo natural e insensible
que liga las más lejanas y las más diferentes, yo considero imposible
conocer las partes sin conocer el todo, tanto como conocer el todo sin
conocer particularmente las partes".
CURRICULOS
INTERDISCIPLINARIOS
La Universidad como símbolo de la
interdisciplinariedad
Jean Paul Resweber
27
La Universidad de Francia distinguía entonces tres órdenes: el derecho, la medicina y la teología.
investigación. A pesar de la ley de 1896 que intentaba reestructurar la
Universidad y de la ley E. Faure (1969) que buscaba unificar el conjunto
de las actividades allí desplegadas, la universidad no ha podido ofrecer
una imagen coherente del saber, ni jugar un papel crítico, tal como lo
había soñado en mayo de 1968. Este fracaso se debe, sin duda, al peso
del aparato administrativo, al conservadurismo del cuerpo docente, a la
posición ambigua de la institución dentro y fuera de la sociedad y, sobre
todo, al surgimiento de un campo epistémico incierto, situado entre la
ciencia hegeliana y las ciencias del lenguaje. Con este último modelo,
las antiguas disciplinas que habían relevado a las artes liberales
comienzan a reagruparse en torno a disciplinas maestras o amplias
especialidades.
2. EL DIAGNÓSTICO
Esta rápida mirada sobre los aspectos mítico, folclórico y político de la
figura de la universidad, nos permite llevar a cabo un diagnóstico más
objetivo sobre la evolución reciente de esta institución. En primer
término, podemos situarnos en un punto de vista exterior, en el terreno
de los intercambios culturales y de las relaciones socioprofesionales. Allí
podemos constatar que la Universidad es marginal, al punto de que tan
sólo juega un papel mínimo dentro de la evolución social en relación con
la selección profesional y, como una flagrante paradoja, en el dominio
de la promoción cultural en el que hasta ayer tenia todavía jurisdicción y
competencia.
A. La universidad se encuentra al margen de la cultura. Hasta los siglos
XVIII y XIX, la cultura constituía un solo cuerpo con el saber, no
solamente porque se trataba de una cultura de clase, sino también
porque se encontraba articulada a una visión unificada del mundo y de
la ciencia. Con la separación del saber, en razón de la democratización
de la universidad y de la decadencia del modelo que exaltaba el triunfo
del sujeto sobre la naturaleza, la universidad se encontró cada vez más
exiliada en su dominio. Aparece entonces como el testimonio de una
cultura antigua, como la guardiana de una herencia y al no ejercer ya su
monopolio sobre la cultura, se convirtió en la compañera de un campo
cultural cuya propiedad se le había escapado. Inversamente, la cultura
que se había desarrollado fuera de todo control se fragmentó en una
serie de discursos tales como los del intercambio, la publicidad, las
diversiones, el lenguaje de las ideologías y las creencias, la evocación
histórica y la ciencia-ficción, de los lemas políticos, la televisión y los
dibujos animados. De esta forma, el saber y la cultura después de
haberse escindido en dos bloques, han reaccionado, uno sobre el frente
de la especialización y otro sobre el intercambio y el reconocimiento
social. De esto resulta que al no ofrecer la imagen de un poder cultural,
ni de una coherencia científica, la universidad ha perdido, en buena
parte, su prestigio y su credibilidad ante los ojos de la opinión pública.
Las soluciones propuestas para remediar esta situación, tales como la
formación continuada, la universidad de la tercera edad, entre otras,
son verdaderamente insuficientes, puesto que no implican ninguna
reestructuración de la institución. Aunque es mucho más grave el
fraccionamiento de la cultura que este desmoronamiento del
conocimiento, porque ahora todo se constituye en símbolo cultural: la
imagen publicitaria, las declaraciones de fe, la lucha por las especies
animales en vía de extinción, los pactos políticos... En realidad, la
cultura que reagrupa todo y nada, tan sólo es un conjunto de signos
donde cada uno toma aquello que a bien tenga y, en este contexto, la
cultura ya no se concibe como el lenguaje de los símbolos que aseguran
el reconocimiento de los sujetos al interior de una sociedad
determinada.
3. LAS FUNCIONES
Podemos entonces preguntarnos, para la sociedad contemporánea ¿cuál
es la utilidad de una institución que se limita a reproducir un mismo tipo
de discurso, a transmitir conocimientos desarticulados, desarraigados de
las condiciones de su producción y separados de las redes de circulación
del lenguaje social y cultural? Para responder a esta pregunta es
necesario superar las oposiciones entre lenguaje social y saber,
reproducción y producción, adquisición de conocimientos y preparación
para la profesión y situarse en el espacio específico de la cultura. Ahora
bien, éste no es ni el lenguaje vivo que busca transmitir la herencia del
pasado, ni el lenguaje que sirve de soporte arbitrario a las secuencias de
signos. Es el código de referencia constituido por los signos-valores o
por los símbolos de una sociedad, es decir, el código que se presenta
como un excedente de sentido o como una diferencia en la que el grupo
social se reconoce en su identidad.
A. En esta perspectiva, es conveniente pensar la universidad no
solamente en términos de espacio, sino también de tiempo y de historia.
El paso a la universidad marca, en efecto, un tiempo de tránsito
necesario antes del enganche profesional para quien quiera reflexionar
sobre los diversos aspectos de una cultura, a ia cual se referirá de
manera consciente o inconsciente, bien sea para enfrentarla, para
defenderla o para utilizarla. Conlleva un tiempo intermedio que permite
una maduración del juicio entre la adquisición de los conocimientos
efectuada en la escuela secundaria y el compromiso profesional de
mañana. Conviene precisar que la universidad francesa, más liberal que
otras, provee condiciones ideales para realizar dicho programa. Sin
embargo, no se ve por qué no pudiera estar abierta para todos aquellos
que no solamente quisieran actualizarse con fines profesionales sino que,
por añadidura, desearan beneficiarse de un asueto universitario a fin de
aprender mediante el distanciamiento respecto a su profesión y la
reflexión sobre otros aspectos tales como los señalados para el
desarrollo de la biología. la ética, la ecología, el arte, la religión, iris
esencias y las técnicas. Ciertamente, existen ceñiros culturales y casas
de la cultura que pueden prestar servicios análogos. Sin embargo, corren
e! riesgo de devaluarse y de aparecer como estaciones de servicio de la
cultura. En primer término, porque a diferencia de la universidad no son
símbolos de un tiempo reservado y por este hecho no rompen el ritmo
monótono del trabajo profesional y. en segundo lugar, porque no
proveen, como la universidad, e! abanico de los aspectos culturales en
cuanto favorecen sectores ilimitados y especialidades. Desde este punto
de vista, la reforma que buscaba crear universidades especializadas
separadas de una parte importante de las dimensiones del conocimiento
tendería, poco a poco, a la asimilación de universidades y centros
culturales.
Esta concepción puede parecer un lujo pero no encontramos por qué
este lujo no pudiera ser accesible a todos aquellos que deseen aprender
a leer, a escribir, a mirar, a crear, a debatir. No es preciso rechazar la
imagen de una universidad que podría ser el símbolo de la reconciliación
entre el ocio y el trabajo. El ritmo actual del año universitario atestigua,
quizás de manera exagerada, que el tiempo libre debe inspirar, vivificar,
favorecer el trabajo de la reflexión. La institución universitaria expresa,
en cierta forma, las condiciones ideales que deberían presidir la
regulación de las vías del ocio y el trabajo. Desafortunadamente, esto es
difícilmente creíble por parte de la opinión pública, persuadida de que el
trabajo es solamente aquello que se remunera y que suscita el esfuerzo
manual. Paradójicamente, esta creencia avala la política que entremezcla
el trabajo y el ocio organizado, dejando bien claro que en el trabajo se
embrutece y en el ocio se divierte. Es posible que cierta agresividad de
la sociedad frente a !a universidad -presidida como ya lo hemos dicho
por la imagen seductora del saber-, se derive también del hecho de que
ésta infringe un mentís punzante al ritmo de la vida laboral.
B. La universidad es un lugar de cuestionamiento indispensable en un
tiempo en el que el problema del hombre se funde con el del
conocimiento sobre el hombre. La interrogación universitaria recae, no
sobre el hombre, sino sobre la manera como éste se conoce y de esta
forma se sitúa en un plano epistemológico. Sin embargo, debe quedar
claro que existen epistemologías propias de las disciplinas y
epistemologías que estructuran el encuentro y la comunicación social,
situadas por tal hecho en la raíz del comportamiento y de la práctica. Por
lo tanto, sobre estos aspectos del conocimiento del hombre
contemporáneo deberá ejercerse la reflexión universitaria, pues al
sobreponerse estos factores nuevos, no solamente trazan los grandes
ejes ofrecidos para la reflexión tales como e! dominio social, científico y
técnico, ecológico y ético, sino que también delimitan los conjuntos de
enfoques bajo la égida de una disciplina dominante o de reciente
aparición.
C. La universidad se margina puesto que ella misma se ha encerrado en
una serie de paradojas, ya que quiere participar en el desarrollo del
progreso pero sufre el contragolpe de los conflictos sociales; es liberada
y frondosa, pero permanece arcaica y apegada a sus tradiciones. Sin
embargo, podría salir de esta situación constituyéndose en un lugar de
elaboración de la crítica. La primera, exige que la Universidad relativice
la política tendiente a profesionalizar la enseñanza para dedicarse a una
tarea menos inmediatista como la del análisis cultural e institucional. Al
hacer esto no se aleja de la sociedad sino que, por el contrario mitiga,
las incertidumbres del mercado al desarrollar una formación general que
permite una adaptación al futuro laboral al ir más allá de la preparación
para el empleo.
28
Esta creación ofrecería una formación mas amplia a quines no quisieran permanecer en la
enseñanza. Permitiría a la Universidad ligar mejor la docencia y la investigación. Es preciso
señalar además que la enseñanza universitaria de DEUG es de un nivel mas secundario y
que esta situación no depende necesariamente de la calidad de enseñanza.
29
Al respecto convendría inspirarse mejor en el modelo americano que une estas tres
funciones que en los modelos alemanes e ingleses que distinguen universidades y colegios
técnicos.
de la calidad de su expresión, de su fuerza en la comunicación y del
valor de la significación. A esta exigencia responde el alumno cuando se
niega a aceptar una posición infantil que lo obliga a consumir o a
rechazar el saber comunicado. El intercambio pedagógico es el
paradigma de todo intercambio cultural y cada investigador o cada
especialista es siempre, en relación con el otro, a la vez enseñante y
enseñado. Sin embargo este diálogo no se alcanza sino cuando cada uno
se asume como sujeto distante del saber con el que está comprometido.
El saber no tiene una finalidad distinta a la de ser compartido y, en
consecuencia puede quebrarse y transformarse en la comunicación,
para convertirse en palabra que restituye cada uno de los símbolos y la
verdad de su lengua. Al permitir los encuentros entre profesores y
estudiantes de países extranjeros y culturas diferentes, gracias a
contratos de asociación u otros, !a universidad se impone como el
símbolo de la unión en la diferencia, lugar único donde el saber,
relativizado a medida que se comparta, descubre su verdadero valor,
consiste en anudar los nexos simbólicos entre los sujetos hablantes.
Presentación
L
os retos de la mundialización, la incorporación de las nuevas
tecnologías de la comunicación y la información, los avances
tecnológicos sin precedentes, conforman un escenario donde la
tarea del universitario está llamada a una transformación a la altura de
los desafíos planteados. Por otro lado, en nuestra región, esta misma
tarea se encuentra interpelada por una realidad latinoamericana de
creciente injusticia social, pobreza y desigualdad de oportunidades, en
un continente que cuenta con enormes recursos para la producción de
alimentos y en el que, sin embargo, 44% de su población vive en
condiciones de pobreza. Esta increíble situación, que Bernardo
Kliksberg2no duda en calificar como pobreza paradojal, reclama otra
forma de concebir y de utilizarla producción de conocimiento científico,
así como repensar de manera urgente la formación de universitarios de
cara a sus realidades sociales.
Cuando Galileo hizo rodar sobre el plano inclinado las bolas cuyo
peso había señalado, o cuando Torricelli hizo que el aire soportara
un peso que él sabía igual a una columna de agua que le era
conocida, o cuando más tarde Stahl transformó metales en cales y
éstas en metal, quitándole o volviéndole a poner algo, puede
decirse que para los físicos apareció un nuevo día. Se comprendió
que la razón sólo descubre lo que ella ha producido según sus
propios planes; que debe marchar por delante con los principios
de sus juicios determinados según leyes constantes, y obligar a la
naturaleza a que responda a lo que le propone, en vez de ser esta
última quien la dirija y maneje. La razón se presenta ante la
naturaleza, por así decirlo, llevando en una mano sus principios
[los de la razón] y en la otra, las experiencias que por esos
principios ha establecido [comportándose] como un juez que
obliga a los testigos a responder las preguntas que les dirige.[iv]
a) cerrado en sí mismo,
b) interdisciplinario,
2. Las leyes del orden y del caos como mapa para el investigador
y el educador
Esther Díaz
BIBLIOGRAFÍA
L
as presentes notas tienen como origen una interrogante acerca
del papel de la objetividad en las ciencias sociales que surgió
durante un curso sobre metodología de investigación que ofrecí
en el Doctorado en Ciencias Sociales (Desarrollo Rural) en la UAM
(Universidad Autonoma de Mexico), durante el año de 2000. Al ofrecer
las notas a los estudiantes en ese entonces, el texto se ensambló con
diferentes enfoques y ofreció una revisión plural sobre el tema. Sirvan
pues para motivar la discusión relajada pero rigurosa al respecto en El
Colegio de Sonora dentro de ciclo de ―Charlas Relajadas‖, organizadas
por Servando Ortoll en este verano de 2003.
Introducción
Para los investigadores en ciencias sociales el dilema o conflicto entre la
investigación valorativamente orientada y la sujeta a las normas de la
―objetividad‖ 1de la ciencia resulta en una discusión permanente. Ya a
principios de siglo Weber(1981:16) señalaba que la costumbre de
mezclar la investigación científica de hechos y razonamientos valorativos
es una de las características mas extendida y que más perjudica a las
tareas de construcción de conocimiento. Sin embargo, es reconocido que
en la investigación social el pensamiento abstracto es constantemente
confrontado con la realidad ―objetiva‖ cuya existencia puede
considerarse ajena a la mente humana (López Castillo, 1999:20). Esta
confrontación, mediante modelos conceptuales y esquemas
metodológicos, es el principal argumento de las ciencias1El término
―objetivo‖ empleado para calificar el conocimiento cuenta con tres
acepciones:
a) es objetivo lo que procede del objeto, o sea cuanto existe fuera e
independiente de la conciencia cognoscente; por lo tanto, es objetivo el
conocimiento que refleja, en una acepción particular del término, este
objeto,
b) es objetivo lo que es cognoscitivamente válido para todos los
individuos;c) es objetivo lo que está exento de afectividad y, en
consecuencia, de parcialidades (Schaff, 1971:336). sociales para
constituir la coherencia acumulativa de la construcción del conocimiento
y de los resultados de la investigación frente a los hechos.
El discurso
Amparados bajo el cobijo de la cientificidad, entendido éste como el
proceso
de conocer sistemáticamente, en la medida que es riguroso (lógica),
comprobable(verificación) y evidente (empírico), los investigadores
sociales respetan las reglas básicas de la validez, confiabilidad,
replicabilidad, la construcción teórica y otras características que separan
a la ciencia de otras formas de conocimiento. Sin embargo, la actividad
e ideología científica provee todo un cuerpo de principios que reclaman
para sí la relación entre conocimiento, sus consecuencias y las
obligaciones del investigador hacia la sociedad. En este sentido, el
ámbito de validez de la organización y desarrollo del proceso de
investigación consiste en crear y recrear la relevancia social y política de
los compromisos del investigador en la construcción de conocimientos
científicos, tecnológicos y humanísticos que conserven un nivel de
cientificidad.
Breve epílogo
En palabras de Bachelard se diría que de esta manera, en la historia del
conocimiento científico, el conocimiento objetivo nunca esta terminado y
como nuevos objetos aportan sin cesar temas de conversación en el
diálogo entre el espíritu y las cosas, toda la enseñanza científica, cuando
es viviente, será agitada por el flujo y reflujo del empirísmo y
racionalismo. Vivir y revivir el instante de la objetividad, mantenerse sin
cesar al estado naciente de la objetivación, exige un constante esfuerzo
de desubjetivación, placer supremo de oscilar de la extroversión a la
introversión, en un espíritu liberado psicológicamente de la doble
esclavitud del sujeto y del objeto. En síntesis, un descubrimiento
objetivo es inmediatamente una rectificación subjetiva (Bachelard,
1981:289-293).
Referencias
Bachelard, G. 1973. El compromiso racionalista. México, Siglo XXI.
Bachelard, G. 1981. La formación del espíritu científico. México, Siglo
XXI.
Bourdieu, P. Chamboredon, J., y Passeron, J. 1983. El oficio del
sociólogo. México, Siglo XXI.
Carrizosa H., S. 1998. Entre el decir y la escritura. En Area Subjetividad
y Procesos Sociales. Encrucijadas metodológicas en ciencias sociales.
México, UAM-X. p. 41-54.
De Gortari, E. 1979. El método de las ciencias. Nociones Preliminares.
México,
Grijalbo.
Foucault, M. 1982. La arqueología del saber. México, Siglo XXI.
Foucault, M. 1980. Power/Knowledge: Selected interviews and other
writings. 1972-1977. New York, Pantheon Books.
Harvey, D. 1995. The condition of postmodernity. Cambridge, Blackwell.
Kirk, J. y Miller, M. 1986. Reliability and validity in qualitative research.
Beverly Hills, Sage Publications.
Lecourt, D. 1983. Para una crítica de la epistemología. México, Siglo
XXI.
López Castillo, D. 1999. La magia, lo complejo, los sistemas sociales y la
naturaleza. .
Juan Arana
(Universidad de Sevilla)
L
a interdisciplinariedad es algo difícil. Empieza por ser dificultosa la
simple pronunciación de la palabra (entre paréntesis diré que al
hacer la corrección ortográfica de este texto el primer mensaje
del ordenador fue que la palabra «interdisciplinariedad» no figuraba en
su diccionario). Seguramente habríamos inventado un vocablo menos
complicado para designar la idea correspondiente si el asunto fuera
menos abstruso. En el plano personal he tenido algunas experiencias en
los últimos meses que confirman esta impresión. Por una serie de
circunstancias me he sentado a conversar sobre estos asuntos con
físicos, biólogos, teólogos, ingenieros y estudiosos de la literatura. Lo
único que contrapesó en todos los casos la certeza de no ser
mínimamente entendido por ellos fue la sospecha de que a mi vez no
conseguía -o tal vez no lo intentaba con la necesaria seriedad-
entenderles a ellos. Puesto a ser pesimista diría que es posible que
estemos viviendo un segundo episodio de la afamada torre de Babel.
Como es sabido, nuestros remotos antepasados intentaron construir un
edificio tan alto que llegase hasta el cielo, pero su presunción fue
burlada porque se confundieron las lenguas que hablaban, lo que
imposibilitó su comunicación y, por ende, el acabamiento de la empresa.
En los últimos tiempos hemos intentado de nuevo llegar hasta el cielo,
sólo que esta vez no a base de ladrillos, sino de conocimiento. Cuando
parecía que ya habíamos alcanzado los confines del universo con
nuestros hallazgos, hete aquí que se produce no la confusión, sino el
desmembramiento del saber en disciplinas que se hacen mutuamente
irreconocibles y que a la larga tal vez se muestren incapaces de
colaborar. El resultado será el mismo: una vez más quedarán frustradas
las insensatas esperanzas de la humanidad quedarán frustradas. Se me
ocurre un segundo punto de contacto entre la primera y la segunda
babel. Tal vez la confusión de las lenguas no se operó mediante un
gesto brusco y mágico, sino que, a medida que la torre se hizo más y
más alta, fue necesario toda una vida para subir y bajar por ella. La
gente empezó a hacerse sedentaria, sin alejarse nunca demasiado del
piso en que vivía. Cada vecindad empezó a tener su propio argot, su
acento peculiar, sus expresiones características. Con el tiempo, cada
cual se entendía solamente con sus vecinos, y sólo con dificultad con los
inquilinos de abajo y de arriba: la comunicación entre los que habitaban
la base y los de la cúspide se hizo imposible: si éstos pedían andamios,
aquéllos les enviaban argamasa, y la construcción tuvo que detenerse.
Con esto se puede decir que perdemos nuestra coartada para convencer
a los responsables de los presupuestos y la educación de la importancia
de tomarse en serio un trabajo interdisciplinar serio: bastaría en
principio la interdisciplinariedad de los periodistas y divulgadores
científicos para conjurar los peligros más inminentes, y la mayoría de los
políticos tampoco aspira a más.
Notas
1. Philip J. Davis, Reuben Hersch, Experiencia matemática, Barcelona,
Labor, 1989, p. 32.
L
a humanidad cambia, se desarrolla, retrocede, crece, decrece...
podemos decir que desde la Revolución Industrial cada
generación vive una realidad que no es la misma que la anterior.
Estamos en una época de cambios acelerados y, de tan rápidos, llegan a
producirse revoluciones muy profundas en la forma de vida de la gente.
Hoy estamos en medio de una progresiva Revolución Informática que
afecta proporcionalmente a más personas a medida que avanzan los
días, no los años.
Por otro lado, se nos dice que se debe tender a conocer necesaria y
útilmente a la realidad social... Cuidado. Ideológicamente me huele al
utilitarismo norteamericano del siglo XIX y sus seguidores en el siglo XX
en cuanto a que estudiaremos sólo lo que es útil. ¿Útil para quién?, si
algo es útil... ¿por qué lo es?. Lo que se logrará, si se impone tal idea,
es que se parcialice todo el conocimiento estudiando sólo las partes
útiles a los organismos que detentan el poder social evitando todo tipo
de cambio, reforma, modificación y / o revolución en las formas de
organización política, económica y social. Es una reedición encubierta
del positivismo.
¿Cómo hacer para que las personas tomen conciencia de que son ellas
las que tienen el poder, que son ellas las que construyen día a día la
realidad social?. Los estudios sociales son los que deben guiar a la
toma de conciencia con un plan educativo concreto, efectivo, con
personas capacitadas, presupuesto y un plan de difusión masivo que
llegue a los hogares y no que parta únicamente de los establecimientos
educativos.
ETICA DE LA INVESTIGACION
INTERDISCIPLINARIA
Ética de la investigación: la interdisciplinariedad
Jaime Nubiola
P
ara quienes nos dedicamos a la filosofía, esto es, a reflexionar
sobre aquellas cuestiones últimas más generales o más comunes
—que quizá por ello a algunos pueden parecer triviales-—
invitaciones como ésta para dirigirse a una audiencia multidisciplinar son
un reto para poner a prueba las más íntimas convicciones1. Quien
defiende una articulación creativa entre el pensamiento y la vida
descubre en una invitación de este tipo un desafío para intentar
expresar sus convicciones con claridad, con sencillez y —si fuera
posible— de manera hermosa y atractiva.
Lo que más nos atrae a los seres humanos es aprender: "Todos los
hombres por naturaleza anhelan saber", escribió Aristóteles en el
arranque de la Metafísica. La primera regla de la razón —insiste Peirce
una y otra vez— es "el deseo de aprender"8. Lo que mueve una
Universidad es el afán de aprender de sus estudiantes. Sin embargo, no
puede ser considerado genuinamente universitario aquel centro en el
que sus profesores, además de asumir las tareas docentes y
organizativas que les correspondan, no dediquen atención a la
investigación, no presten atención a aprender ellos y a hacer crecer la
verdad: "La vida de la ciencia está en el deseo de aprender" 9. La
investigación científica es una experiencia ganada históricamente por la
humanidad: "lo que constituye la ciencia, —escribió Peirce— no son
tanto las conclusiones correctas como el método correcto. Y el método
de la ciencia es en sí mismo un resultado científico. No brotó del cerebro
de un principiante: fue un avance histórico y un logro científico"10.
Jaime Nubiola
La experiencia histórica del crecimiento sistemático del saber, encarnada
en el espíritu científico creativo, destaca como piedra de toque de la
verdad el sometimiento del propio parecer al contraste empírico y a la
discusión razonada con los iguales. "El ambiente será acogedor para el
buen trabajo intelectual —escribía Susan Haack— en tanto que incentive
y recompense a aquellos que trabajen en cuestiones significativas, y
cuyo trabajo sea creativo, cuidadoso, honesto y completo; en la medida
en que las revistas, los congresos, etc., hagan que el trabajo mejor y
más significativo resulte fácilmente accesible a los demás que trabajan
en esa área; en tanto que los canales de crítica y de escrutinio mutuo
estén abiertos y se fomente la construcción con éxito a partir del trabajo
de los demás"24. Estas condiciones que son relativamente comunes en el
mundo angloamericano, quizá sobre todo en las ciencias naturales,
resultan más infrecuentes en el mundo hispánico, sobre todo —me
parece— en filosofía o en las humanidades en general.
Jaime Nubiola
Notas