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PROVINCIA DE ANTIOQUIA
INTRODUCCIÓN
mediados del siglo XIX impulsadas por la administración de José Hilario López. Dichas
según los liberales, de las caducas instituciones coloniales por otras más acordes con el
la esclavitud y así convertir la tierra en mercancía y darle libre circulación; Liquidar las
trabas del comercio, de las reglamentaciones y los monopolios para facilitar la libre
actividad en todos los órdenes; igualar a todos los hombres de la Nación en el terreno de
los derechos ciudadanos; suprimir el ejército de caudillos; separar la Iglesia del Estado y
Estas reformas fueron leídas por la “elite” conservadora antioqueña y el clero, como
políticas estatales para “destruir la religión cristiana con reformas religiosas como la
supresión del diezmo, la abolición del fuero eclesiástico, la facultad concedida a los
cabildos parroquiales para nombrar y presentar los curas de entre los propuestos por los
diocesanos y la introducción del matrimonio civil. Así mismo, consideraban que ese
(Antioquia, Córdoba y Medellín), como un objetivo del gobierno central para dividir el
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influencia en la política central. La participación del clero en la guerra de 1851 en
Provincia de Antioquia Jorge Gutiérrez de Lara en una nota del 12 de octubre de 1849
en la que informa sobre los pagos que deben hacérsele a los prelados por parte de los
cabildos parroquiales, pues debido a que los diezmos fueron agregados a la renta de la
hacienda nacional, los curas sufrieron las consecuencias económicas de dicha ley. El 27
de mayo de 1851 se expidió la ley de patronato que ocasionó fuertes conflictos entre la
potestad civil y eclesiástica. Dicha ley tenía como objetivo darles a los cabildos
fijo, también se imposibilitó a los obispos para cobrar cualquier tipo de derechos de
visita. Por supuesto, estas leyes fueron sancionadas por el obispo Metropolitano
Mosquera y los curas en general y se argumento que solo la Iglesia tenía el poder
que se dio entre ella y el partido conservador, resultado en nada beneficioso para los
Iglesia Católica era necesaria para desterrar las doctrinas corruptoras del materialismo,
el comunismo, el socialismo y del ateísmo propuestas por los liberales como forma de
obtener la civilización y el progreso. Las políticas adoptadas por los liberales contra la
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respondieron desde el púlpito, las arengas y los panfletos, espacios para manifestar su
inconformidad.
gobernador de la Provincia designado por Borrero, a los curas y párrocos del Estado de
rebelión.
Este llamado del señor Giraldo incidió en la participación directa en la guerra del
Presbítero Canuto Restrepo quien estuvo al lado del dirigente de la guerra, el general
Eusebio Borrero. Para Canuto Restrepo, la guerra lleva en sí misma hace inevitable el
inseparables de la guerra.
pueden ser simples espectadores, que deben defender las instituciones y su legitimidad,
defender la patria de las ideas liberales que iban en contra de las instituciones
debe, entonces, ser un buen católico y defensor de las instituciones porque para la
Los curas que participaron en la guerra de 1851, provenían en gran parte de Medellín y
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diferente condición social, lo que explica las participaciones del clero bien fuera a favor
Abordaremos a continuación los indultos a los que se sometió el clero que había
participado en la guerra bien sea a favor o en contra, porque por medio de los indultos
El gobierno liberal del presidente José Hilario López vencedor de la guerra de 1851,
El gobierno liberal se vio en la tarea de indultar a los implicados en la guerra, pues los
necesidad de apaciguar los ánimos entre las clases subalternas y principalmente entre
los políticos, el clero y militares que participaron en la guerra, además, el indulto trajo
consigo una buena estrategia, hacía ver al gobierno liberal indulgente y justo, y a la vez,
castigaba a los facciosos por medio del obligado empréstito forzoso como condición de
perdón.
decreta un indulto al clero granadino que tomo parte en la rebelión que encabezó el ex
general Eusebio Borrero en el que concede indulto a los curas que participaron
abusando de su ministerio cuando su labor y deber era buscar la paz en los feligreses.
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Los indultos al clero católico reflejaron la necesidad de un perdón colectivo que
gobierno justo y ecuánime. Al mismo tiempo, el indulto al clero puede verse como una
entre los granadinos. El discurso liberal está dirigido a dos cuestiones, por un lado, se
concede perdón general al clero pero al final del artículo, censura la posición del cura y
lo hace ver como manipulador, que abusa de su ministerio para salvaguardar su potestad
Aunque fue en octubre de 1851, recién terminada la guerra civil, cuando el indulto del
1852, los jefes políticos de las provincias accedieron a conceder nuevos indultos y a
llegar los casos de insurrectos que no gozaban de tal perdón y en otros casos, que
gozaban de él, pero a consecuencia de ello debieron pagar empréstitos forzosos de gran
cuantía.
de Medellín, en uso de sus facultades concede el decreto del poder ejecutivo con fecha 8
provincia de Antioquia en los setenta días que duro la Revolución. Los clérigos fueron
los Presbíteros José Manuel Lobo Rivera, José Ignacio Montoya, José Cosme Zuleta,
Manuel de Posada Ochoa, entre otros. El indulto exoneraba a cualquiera de ellos, por la
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Los agraciados del indulto deben ser sometidos a la condición de pérdida del empleo
El clero en general estaba inconforme porque las leyes de López seguían aplicándose
buscando reducir el poder del clero, el gobierno puntualizó ordenes explicitas contra los
curas, dictamines explosivos que ciertamente debieron ser apreciados como insolencias.
El Presbítero José Manuel Lobo Rivera perdió su carácter de párroco y durante tres años
no pudo residir en ninguna de las tres provincias de la antigua Antioquia por su apoyo
económico a los rebeldes y por hacer uso del pulpito. Para el 26 de abril de 1852 en
Presbítero Lobo Rivera debe encontrarse en Belén, obstinado en rechazar los indultos
complacencia y acepto la condición de salir del territorio para así recibir su pasaporte.
de ello y se pide que si el Presbítero desea la gracia del indulto debe salir de de la
empréstito sin interés pagadero de tres años. Las razones de su indulto se deben a que su
ocurrió con el Presbítero José Ignacio Montoya (Fredonia), liberal, quien participó
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activamente en la revuelta y fue indultado a cambio de no volver a ejercer sus labores
administración de López por mantener al clero por fuera de los asuntos políticos, es
decir, cumplir con los principios liberales de separar a la Iglesia y el Estado. El indulto
María Facio Lince, se sirviera buscar a dicho Presbítero para ponerlo a disposición del
poder hacerlo por estar excluido del indulto. El Presbítero continúa afirmando que tal
persona, por lo que afirmó que no hay ninguna prueba de su participación en la rebelión
de Santa Fe de Antioquia y que el señor juez letrado del circuito lo excluyó de culpas
teniendo en cuenta los parámetros del indulto. A dicho sacerdote se le estaba llevando
octubre, se le restituyó su libertad. Sin embargo, el decreto del 30 de enero impugnó los
efectos del indulto anterior, por lo que perjudicó a muchos de los hombres que gozaban
de dicho absolución, como es el caso del Presbítero Marín. Dicho cura afirma que es
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injusto que lo condenen por hechos ya olvidados y que se le debe incluir en el indulto
El 12 de enero de 1852 en Sopetrán el señor Jorge García, informa que el cura de esta
parroquia, el Presbítero Ramón Marín hace cuatro días que se fue de la parroquia de
Sopetrán y que no sabe hacia dónde se dirigió y afirmó que están sin párroco y que la
García que Marín dirigió a su despacho una representación renunciando a la gracia del
indulto con fecha del 19 de enero. Estos hechos ameritaron una investigación y se
esta provincia, afirmó que el Presbítero Ramón Marín gozaba de la gracia de indulto
algunos prelados con respecto a las leyes del gobierno y pidiendo tomar las medidas
En Bogotá a 25 de febrero de 1852, el señor José María Flores envió una nota donde
del gobierno, debido a la resistencia y oposición por parte de los prelados y otros
principalmente de los que tienen a su cargo la cura de almas. Que se trate de descubrir si
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Ciertamente era espiar legalmente los movimientos dentro del clero para de esta manera
evitar cualquier tipo de conducta malintencionada contra las leyes del gobierno liberal
lo que muestra cierto temor por la posición de los curas, pues ella podría tener mucha
el Presbítero Emeterio Ospina el 6 de marzo de 1852 pide la gracia del indulto por
recomendación del señor Flores para así demostrar su buena fe con el gobierno.
Presbítero José Joaquín Isaza con relación a sus compromisos políticos en el tiempo de
territorio de la República.
DERECHO DE ESTOLA
Durante el año de 1852, meses después de finalizada la guerra, las políticas liberales
ejemplo tangencial de esta situación. Durante este año se reviven nuevamente los
párroco, obtenidos por medio de un comparto entre los habitantes de los domiciliados
en el distrito.
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Pese a que “el derecho de estola” venía ejerciéndose desde los gobiernos anteriores, al
parecer todavía para mitad del siglo XIX, no había una consecuencia clara de esta
continúo en vigencia, los señores vocales del cabildo de Salamina realizaron una
sin embargo, afirmaron que dicha contribución si bien esta estipulada por la ley, en la
Posteriormente pide el cabildo de Salamina que se fije la cantidad suficiente para cubrir
los gastos del culto debido a la reunión ordinaria de padres de familia del cabildo la cual
pago de culto.
mayoría de las veces se les imponía a hombres de conocida fortuna. El Presbítero alegó
razones para no poder pagar dicha suma de dinero, argumentado que solo posee una
casa de 1700 pesos y que tendría que empeñarla para pagar la suma que se le pide,
ocasionándole la ruina. Valenzuela trato de persuadir al poder local para que rebajara el
valor del indulto; primero informa sobre sus activos generales y posteriormente trata de
Luego, ante una posible posición intransigente del gobierno, Valenzuela afirmó que si
se toman medidas en su contra pedirá el asilo del pabellón italiano, donde se encontraba
el nuncio de la Santa Sede. Pide revisión de sus bienes para que se pruebe su
afirmación.
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El sacerdote pone en tela de juicio la idea del gobierno con respecto a las fortunas de los
sacerdotes, dado que las intenciones del gobierno liberal eran desarticular el cuantioso
caudal de las arcas eclesiásticas, por lo que las imposiciones de cuantiosas sumas de
normalización política. Por supuesto, los prelados no estaban muy a favor de tales
requerimientos oficiales y ciertamente acogerse a ellos fue una labor que hicieron de
mala gana; pero no por ello dejaron de utilizar las cartas engalanadas de reclamos y de
considerarse una manera eficaz de disuadir a los políticos liberales para que no cobraran
Por otro lado, en la parroquia de Yarumal el 15 de abril de 1852, se dirige una carta al
mandada por el Presbítero Emeterio Ospina, pues según le ha dicho el vicario de Santa
Rosa Bernabé Hernández, él no puede gozar del indulto concedido por el gobernador de
la provincia de Antioquia por lo que aclara que es un párroco de buena conducta, que
curas, los cuales según la opinión liberal, se jactaron de tener piedad y consideración
con los hombres; mientras lo que realmente desearon era beneficiarse de la fe granadina.
A costillas de esa fe, el clero impulsó su maquinaria de poder, arrancándole a las clases
este discurso liberal, el cual, no solo está dirigido al clero, si no que más bien está
dirigido a reafirmar una opinión opositora dentro de las clases subalternas respecto al
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clero, por lo que se hace ver al cura como hombre peligroso en constante acecho de los
católica. Sus ministros son ahora puestos en tela de juicio, se muestran como hombres
encarnizados enemigos de la lei...”. Aquí se deja claro algo bastante importante, y esto
es, que los sacerdotes pese a su poder espiritual no lograron evitar ser juzgados de igual
forma que la población civil, e incluso con mayor rigor y severidad. Inclusive puede
decirse que el discurso efectuado contra el clero, adquirió matices de corte funesto. Lo
anterior parece obedece al deseo liberal de superar el gran poder moral que tenían los
sacerdotes, por medio de la lucha incesante para que los civiles se formen una idea
desfavorable del clero. En otro periódico liberal “El Cometa”, se comenta con tono
sarcástico con toda clase de adjetivaciones negativas la posición del Clero y los
apoyaron la rebelión “en honra y gloria de Dios”. Este discurso permite observar como
anárquica.
valor para defender la religión. Esta participación tan activa del clero en esta guerra,
puede entenderse debido a que los gobernantes liberales de los primeros seis meses de
una de las banderas de las reformas liberales en nada les afectaba. Apoyar abiertamente
la rebelión era poner en juego sus caudales y negocios, que podían por el librecambio
Se destaca que el gobierno liberal fue indulgente en relación a la participación del clero
en la guerra, sin embargo a través de los indultos buscó también la adquisición de gran
de los curas de corte conservador y controlar así el poder del conservatismo y el clero
en la provincia.
posición neutral de algunos de ellos que más tarde se hace clara su tendencia al
liberalismo. De todas maneras, el clero logró tanto para ellos como para los liberales el
Federalismo en Antioquia que se venía perfilando desde 1830, “Dios y Federación” fue
su lema. Si bien esta guerra buscó la separación Iglesia- Estado tuvo el efecto contrario.
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