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La migración no es ajena al gentilicio venezolano, todo lo contrario.

Desde
antes definirse a Venezuela como nación hasta la elaboración de este documento,
el país se ha transformado por los movimientos migratorios a lo largo de su historia.
La migración se ha caracterizado por tener movimientos internos dentro del territorio
nacional, así como las oleadas provenientes del exterior. Sin embargo, en estos
últimos tiempos se ha presenciado el fenómeno de una emigración que pocas
veces, por no decir jamás, había ocurrido. En este trabajo de investigación se
resaltan los hitos históricos de la migración desde y hacia territorio venezolano,
partiendo de los momentos fundacionales hasta la actualidad.

Venezuela vive actualmente una crisis histórica, caracterizada por la


convergencia de la situaciones críticas de la realidad política, la inestabilidad social
y la devastación de la economía que ha detonado en diversas consecuencias.
Quizá una de la más importantes en el exterior de estas consecuencias sea la
emigración. Este ha sido un tema de alguna forma secundario en cuanto a la
agenda política de las últimas dos décadas. Aún así, la verdad es que forma parte
de la cotidianidad de muchos países relacionados con Venezuela al rededor del
mundo. España, Colombia, Estados Unidos, Panamá, entre muchos otros países
han sido protagonistas fehacientes de la diáspora venezolana del siglo XXI. Este
fenómeno se ha incrementado año tras año, Venezolanos llegando a otros países
intentando encontrar oportunidades que no son posibles en su nación.

Hacia lo interno de Venezuela, subtemas como la fuga de talentos, permite


pensar que las dificultades de solucionar la crisis, reorganizar la economía y re-
impulsar el país pueden ser más complejos de lo que se puede ver a simple vista.
Es una realidad que las primeras oleadas de emigrantes venezolanos desde
principios de la década de 1.990 hasta finales de la década del 2.000 fueron en su
mayoría migrantes de alto nivel académico-laboral y estudiantes universitarios -
motivado por diversas razones que en el recorrido de este texto se explicarán -,
también realidad es que a partir del año 2013, la diáspora se ha diversificado a
niveles de poder afirmar que cualquier persona, de cualquier rango socioeconómico,
pero especialmente los jóvenes, ha pensado la posibilidad real de migrar, y un gran
número lo ha venido ejecutando. Según la encuestadora Datos, para Febrero de
2017, 77% de los consultados entre 18 y 21 años aseguró que se irían de
Venezuela si tuviesen la oportunidad.

Para entender el actual fenómeno migratorio venezolano, es necesario


realizar un recuento de los movimientos poblacionales desde que se tiene
documentación confiable. En este documento, estudiaremos a fondo los hitos
migratorios del siglo XX y XXI así como las relaciones del territorio venezolano con
pobladores extranjeros desde la creación de la Capitanía General de Venezuela.
Los siglos XX y XXI son contradictorios en saldos migratorios, mientras el primero
se caracterizó por ser destino de muchos ciudadanos del mundo, lo que ha
transcurrido de este siglo XXI, nuestro país, se ha transformado en origen de
migrantes.

Venezuela fue receptor de las oleadas migratorias provenientes de los


desastres y conflictos en distintas regiones que buscaban, en estas tierras, la
posibilidad de hacer o rehacer proyectos de vida. Migraciones que potenciaron de
forma contundente el arraigo Europeo de la Conquista y la Colonia así como el
encuentro de varias culturas provenientes de diversas partes del mundo.

Por el contrario desde mediados de la década de 1990, y en mayor grado a


partir de del 2000 hasta la actualidad, se percibe un altísimo grado de venezolanos
que buscan otros países para construir futuro. Esto ha sido consecuencia de la
inestabilidad política, altos índices de inseguridad personal, violencia, crisis
económica, falta de oportunidades y, en general, la disminución abrupta de la
calidad de vida promedio del venezolano en la actualidad.

Siglo XIX
Los primeros venezolanos

Entre 1492 y 1540 vinieron al Nuevo Mundo 19.000 españoles, sin contar
clérigos, niños, mujeres y los embarcados ilegalmente. La misión principalisima:
evangelizar. A mayor población indígena, mayor esfuerzos de evangelización,
dígase, conquistadores e infraestructura eclesiástica. Venezuela contaba para la
época con menor población indígena en comparación con el territorio de Nueva
Granada. Por lo tanto los esfuerzos de la corona de establecer sus instituciones
político-religioso son mayores en el territorio que hoy conocemos por Colombia.

La capitanía general de Venezuela, la más antigua provincia de la Real


Audiencia de Santo Domingo y luego del Virreinato de Nueva Granada, es fundada
en 1528. Su primer Gobernador y Capitán General fue Ambrosio Alfinger, alemán,
representante de los Welser de Augsburgo, esta familia poseía una de las entidades
bancarias más importantes de la época y administró los inicios del territorio
denominado Venezuela hasta 1556 como concesión de la corona española. Los
intentos de poblar el territorio fueron fallidos, en gran parte por la renuencia de sus
pobladores nativos.

En 1557 el conquistador castellano Diego de Losada vence la resistencia


indígena y funda la ciudad de Caracas, poco tiempo después la ciudad se urge
como capital de la Provincia. Se hacen célebres en España la riqueza del territorio
en cuanto a sus minerales: diamantes, oro, cobre, hierro, plomo y piedras preciosas,
por lo que comienza una alta recepción de pobladores Ibéricos, destacan Vascos y
Canarios. A estas tierra llegan expedicionarios, colonizadores, funcionarios reales,
traficantes de esclavos (principalmente desde África), buscadores de perlas, entre
otros, a partir de dos premisas fundamentales de la búsqueda: El Honor y La Gloria.

La Corona entiende la complejidad del territorio por lo que se amplía el


aparato burocrático de las ciudades establecidas - Coro, El Tocuyo, Borburata,
Barquisimeto Valencia, Mérida, Caracas- y se fundan nuevas ciudades -
Caraballeda, Carora, Los Teques, Maracaibo, Barinas, La Guaira, La Victoria-. La
Real Cédula de 1565 establecía que para ser alcalde o regidor en los cabildos se
prefiriese siempre a los conquistadores o a sus descendientes. Esto, naturalmente
fue tomado seriamente por el estamento dominante, que fue haciéndose cada vez
más preponderante a medida que pasaba el tiempo (Arraiz,2011). Tanto en el
entramado burocrático como en las castas de propietarios agrarios se vuelve a
encontrar una fuerte presencia vasca, resaltan los apellidos Alquiza, Hernani, Oñate,
Aguirre, Hoz de Berrio, Arriaga y Ribera, Ibarra, Lardizábal, Bolívar, Lezama,
Arguinzoniz, Zabala, Arechederra, Mendoza, Arteaga, Múxica y Butrón, Villela,
Echeverría, Landaeta, Urrieta, Zuazo, Arraez, Ochoa, Bera, Zuloaga.

Para el 1700 España se enfrenta con una guerra en puertas, la de la


sucesión. De este modo los asuntos americanos quedaban postergados en razón de
la urgencia bélica peninsular que se prolongó por catorce años. De este modo el
comercio de las provincias de la futura Venezuela fue adelantado por franceses e
ingleses mientras que españoles usaban sus embarcaciones para enfrentar las
contingencias de la guerra europea. Una vez superada la guerra, tampoco las
posibilidades de restablecer el comercio por cuenta propia de la Corona eran
factibles. De allí que surge la necesidad urgente de encontrar una solución y se crea
La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, la más grande compañía mercantil por
acciones de su tiempo. Con poderes de corso marítimo, el rey designa al vasco
Pedro José de Olavarriaga y con él otros pobladores necesariamente peninsulares o
descendientes de ellos para el funcionamiento de la compañía comercial. Se
establecieron estructuras en La Guaira, Caracas, Puerto Cabello, San Felipe,
Cagua, Maracaibo, Cumaná y Guayana. La expansión de pobladores peninsulares
seguía permeando todo el territorio.

Proceso de Independencia

La presencia extranjera en épocas de las guerras de independencia no fue


menor, tomando en cuenta 1) Se trata de contrataciones de militares profesionales
2) Muchos de los que sobrevivieron las guerras se quedaron y luego formaron parte
de los estamentos dominantes de la nueva nación independiente. Los británicos de
la independencia, en la reciente investigación de Matthew Brown, titulada
Aventureros, mercenarios y legiones extranjeras de la Gran Colombia. Extrapolando
a partir de la evidencia disponible en relación de un cuarto de los aventureros,
estimó que había 3.650 irlandeses, 1525 ingleses, 459 alemanes y 300 escoceses
(Brown, 2010).

Durante el proceso de independencia existió movilización de tropas y de sus


familiares entre las distintas regiones del la Nueva Granada, bien por los
enfrentamientos militares o por los desplazamientos productos de la misma gesta
libertadora.

Es sabido que miembros que participaron en la gesta de independencia se


trasladaban por todo el territorio y muchos de ellos se establecieron en en lugares
distintos al de origen, en lo que hoy se conoce como Colombia, Ecuador o
Venezuela.

Estos desplazamientos generaron vínculos que se mantuvieron luego de la


independencia, estas conexiones humanas produjo mayor intercambio entre los
pobladores de los diferentes países que derivaron a partir del desmembramiento de
la Gran Colombia.

Etapa Republicana del siglo XIX

Las migraciones provenientes de Europa del siglo XIX y de principios del


siglo XX fueron de gran impacto en varios países de Latinoamérica como Argentina,
Brasil Chile y Uruguay. Venezuela tuvo menor recepción de migrantes durante esta
época, aún así, podemos ver como los primeros gobiernos de la etapa Republicana
(a partir de 1830) se interesaron en atraer, sobre todo, migración europea. La
estructura económica del país en estos años fue bastante modesta, se
fundamentada en la exportación de cacao y café. La Inestabilidad política producto
de las tomas del poder a través de la fuerza, la guerra civil de mediados de siglo y
en general la falta de condiciones garantizadas por el Estado, eran alguna de las
características que hacía de Venezuela un destino poco atractivo para los
migrantes.

Los primeros decretos migratorios


En 1829 el General José Antonio Páez dispone la creación de la Sociedad
Económica de Amigos del País, está determina que el mayor problema de
Venezuela para el momento era la escasez de mano de obra que pudiese cultivar
las tierras. Por esta razón en 1831, luego de la separación de la gran Colombia, se
emite el primer decreto de estímulo a la inmigración canaria por considerar a estos
eficaces en su desempeño agrícola.

La primera Ley General de Inmigración fue promulgada por el gobierno del


General Carlos Soublette en 1837, esta extendía los beneficios del decreto del año
31 hacia otras nacionalidades europeas y asiáticas. En 1840, bajo el segundo
gobierno de Páez, se conforma un empresa colonizadora con la intención de poblar
algunas zonas del país para el desarrollo de la agricultura y minería. La idea original
de Alexander von Humboldt fue tomada por Agustín Codazzi y el Conde Tovar
Ponte, el primero como representante del Gobierno y el segundo como fiador de la
experiencia. La mayoría de los colonos que firmaron contratos con la empresa
venezolana, eran originales de la ciudades de Kaiserstuhl y Endingen en el Gran
Ducado de Baden, hoy Alemania. El 8 de Abril de 1843 los 391 colonos, 240
hombres y 151 mujeres, llegaron a las tierras, donadas por Manuel Felipe Tovar,
donde se instalaron convirtiéndose así en la primera experiencia migratoria
controlada por parte del Estado venezolano, La Colonia Tovar.
Se estima que entre 1832 y 1857 ingresaron a Venezuela unos 12.600 extranjeros.

Guerra Federal, los intentos de Guzmán, libaneses y corsos.

Las décadas de los años 1860 y 1870 fueron marcadas en gran medida por
las devastaciones de la Guerra Federal (1859-1863). El costo mayor de estos cinco
años de guerra civil recayó sobre la población. El resultado dejó 175.000 muertos,
campesinos en su mayoría, se trataba de una sociedad rural; 9.5% de una
población total de casi 1.800.000 personas (Robert, 2003). Aún así, finalizada la
guerra, Venezuela recibe la primera oleada de libaneses motivados por la
intervención militar francesa del año 1860, las guerras de los años 1877-78 y el
decaimiento del Imperio Otomano. Para este momento esta población fue
catalogada como turcas por las autoridades nacionales y se asientan en los
principales puertos del país, especialmente en Puerto Cabello y la Isla de Margarita
(Lahoud, 2009). Su impacto en la vida nacional consistió, para ese momento, en
ayudar a desarrollar el área económica, específicamente el sector comercio.

Los intentos más importantes de inversión extranjera posterior a la Guerra


Federal se producen a partir de la década de 1880 bajo los mandatos del general
Antonio Guzmán Blanco. Militar y abogado. Guzmán se planteó el reto de
modernizar un país ruralizado. Fue este el primer intento, fallido al largo plazo, de
abrir las puertas a nuevos migrantes europeos a través de la inversión en
ferrocarriles, caminos y otros elementos de infraestructura modernizadora.
Compañías inglesas, alemanas y francesas estuvieron involucradas. Diversas
razones no permitieron la penetración de poblaciones Europeas para esta época, la
razón principal se atribuye fragilidad del Estado, el cual no era lo suficientemente
sólido, estable, como para garantizar los acuerdos de los inversionistas extranjeros
en el tiempo.

Es de gran interés para este periodo la participación de franceses,


especialmente corsos, que arribaron al oriente del país, si bien fueron inicialmente
pocos, la entrada de corsos fue constante en las regiones orientales de Güiria y
Carúpano en el estado Sucre. La técnica del cultivo de cacao fue mejorada por ellos
y en este periodo se observa un desarrollo económico en Carúpano que lo convierte
en un puerto muy dinámico y muy alejado de la capital del país.

En 1878, Carúpano inauguró un cable submarino que llegaba al puerto de Le


Havre en francia, se instaló la red de telégrafos con el resto del país en 1880,
construyó un moderno acueducto en 1896 y la ciudad contaba con un sistema de luz
eléctrica, una red telefónica y un tranvía para 1899 (Grisanti,2006) La llegada de los
corsos data de 1830. Sin embargo, la oleada de los años 1870 y 80 son las que
definen el asentamiento definitivo. Estas poblaciones corsas han sido de gran
impacto para la vida nacional del siglo XX. Apellidos como Leoni, Pietri, Velutini,
Luciani, Grisanti, Franchesci, Raffalli fueron, en los diversos campos de la política,
medicina, el derecho, la construcción y la cultura en general, protagonistas de la
modernización de un país mucho más próspero del que se conocía para la época.
En este momento el Estado venezolano no contaba, si quiera, con un ejército
nacional. De modo que Guzmán fue depuesto de la forma más recurrente del Siglo
XIX venezolano, las armas de algún caudillo regional que hubiese acumulado la
fuerza suficiente para sobrepasar la fuerza dominante en la ciudad de Caracas.

Siglo XX

La venezuela de Gómez y el petróleo.

Venezuela inicia el siglo XX en una tensa calma. Seguía siendo una


economía muy rural, un país de dos millones quinientos mil habitantes. Las dos
primeras décadas del este siglo, sentarán las bases de lo que luego será la más
importante y masiva oleada migratoria de nuestra historia. Dos hechos concretos
fundamentan la estructura que volvería a Venezuela uno de los países más
atractivos para migrar. Por un lado la modernización del Estado por parte del
gobierno vitalicio del General Juan Vicente Gómez. Y Por otra , el descubrimiento
de grandes yacimientos petroleros. Esto último será hasta nuestros días el motor de
la economía venezolana.

Los años 1902-03 representaron para el Estado Venezolano el reto de frenar


una invasión extranjera conducida por el General Manuel Antonio Matos en respaldo
de la New York and Bermudez Company, empresa alemana del Gran Ferrocarril de
Venezuela y la Compañía Francesa del Cable Interoceánico. Esta fue la última
guerra entre caudillos venezolanos. El periodo presidencial posterior, de Juan
Vicente Gomez, permite un elemento político que no había aparecido hasta la
época. La aparición de una Academia Militar Nacional, si bien el decreto de su
creación consta de 1903 por el gobierno de Cipriano Castro, entra en actividad para
el año 10 con Gómez. Este hecho reviste una gran importancia, por lo que empieza
una etapa en la vida republicana en la que se encamina hacia la profesionalización
del ejército venezolano en búsqueda de un proyecto político: La primacía de las
Fuerzas Armadas como institución nacional.

El 15 de abril de 1914, el primer campo petrolífero venezolano de


importancia, Mene Grande, fue descubierto por la Caribbean Petroleum, subsidiaria
de la empresa Royal Dutch Shell tras la finalización del pozo Zumaque I. Este
importante descubrimiento alentó una ola masiva de compañías petroleras
extranjeras para "invadir" Venezuela en su intento por conseguir un pedazo de la
acción. Aún cuando se pensó que la revelación del año 14 fue de importancia, lo
que ocurrió el año 1922 en la zona de Cabimas, específicamente en el pozo de Los
Barrosos 2 colocó las reservas venezolanas en una dimensión planetaria, de hecho,
la explotación de petróleo a gran escala comienza a partir de esta fecha, y fue la
Standard Oil de Venezuela la empresa que descubrió el gigantesco yacimiento. El
hallazgo convirtió a Venezuela en un polo de inversión para empresas proveniente
de todas partes del mundo y fundamentalmente EEUU, Inglaterra y el Reino de
Holanda

Esto transformó la migración interna del país atrayendo a la población


campesina a los campos petroleros, abandonando progresivamente la producción
agrícola durante todo el siglo XX. De esta manera la economía nacional empieza
una transformación derivada de la extracción de petróleo. En estas primeras
décadas el proceso de refinación de los crudos se generaba en las plantas ubicadas
en los Estados Unidos y en las Antillas Holandesas, por lo que el Estado
venezolano solo obtenía dividendos por la extracción y exportación del crudo.

La política migratoria nacional de principios de siglo XX, durante el gobierno


de Juan Vicente Gómez, buscaba estimular la inmigración pues era preocupación
nacional el poblamiento del territorio, que en su mayoría se encontraba deshabitado
(Pellegrino, 1989).

Hacia 1918 llega a Venezuela la segundo ola migratoria de libaneses y sirios,


atraídos al territorio venezolano por consecuencia de la caída del Imperio Otomano
en la Primera Guerra Mundial (Lahoud, 2009). En los registros estadísticos
nacionales no se cuenta con información detallada del volumen de libaneses en
Venezuela. Estos empiezan a encontrarse en los resúmenes de los censo
nacionales a partir de la segunda mitad del siglo XX.
El peso de la población extranjera en relación con la población para el cambio
de gobierno del año 36 seguía siendo bastante reducida. Esto, de algún modo,
refleja el fracaso de la políticas migratorias de atracción a inmigrantes.
A pesar del interés inicial por parte de Gómez en la inmigración, se vuelve cauteloso
con el tema al observar que los extranjeros pueden traer consigo ideales
revolucionarios, ajenos a los intereses del régimen.

“La ola de movimientos revolucionarios que


sacudieron al continente europeo al final de la Gran
Guerra y la influencia de las ideas socialistas y
anarquistas en las masas obreras y campesinas,
crearon un sentimiento de desconfianza en el poder
frente a los anteriormente considerados los
trabajadores ideales1 ” (Pellegrino, 1989)

Cambios migratorios en tiempos de López Contreras y Medina

Las políticas públicas y cambios realizados en materia de migración durante


el gobierno de Eleazar López Contreras sentaron las bases legales para la
recepción en crecimiento. López tomó en cuenta el tema migratorio en su programa
de gobierno, el conocido Programa de Febrero, con el propósito de generar un
control oficial y fomentar la inmigración. Se promulga la Ley de Inmigración y
Colonización de 1936, posteriormente la Ley de Extranjería de 1937, y en temas
ejecutivos se crea la Oficina de Inmigración y Colonización en 1938. El Estado

1 Original entre comillas. Pellegrino, 1989, pág.152


exigió ciertos requisitos para el ingreso de extranjeros, como la idea preconcebida
de arraigarse, formar una familia e integrarse a la sociedad, no poseer prontuario
criminal y contar con el dominio de algún oficio como agricultores, obreros, herrero,
entre otros. Además de estarle prohibido al extranjero la posibilidad de fundar o
pertenecer a organizaciones políticas, fomentar la promoción de ideas contrarias al
orden establecido, un punto llamativo en las exigencias del Estado fue el requisito
de ser de ‘raza blanca asimilable al país’.

En la línea de pensamiento positivista venezolano, Arturo Uslar Pietri, de


ascendencia corsa, escribe en 1937 un ensayo titulado “Venezuela necesita
inmigración” donde habla acerca de los aspectos positivos que traería la migración
de europeos a Venezuela. Sostenía que la mezcla de las razas y el traspaso
intercultural, de costumbres y conocimientos traería una mejora en la sociedad
venezolana. Alberto Adriani, otro pensador de la corriente positivista en Venezuela,
afirmaba acerca de las migraciones que “Naciones despobladas no pueden tener
vida económica activa, y en ellas la afluencia de inmigrantes trae un aumento
automático de riqueza.” (p.82). De acuerdo con Adriani, la inmigración era imperante
para el crecimiento de la población, por lo que estaba de acuerdo, al igual que Uslar,
que estas migraciones internacionales traerán aspectos positivos de crecimiento y
desarrollo productivo para la nación.

Los esfuerzos del gobierno de López fueron continuados por su sucesor


Medina con ciertas variantes. Su gobierno promulgó el Reglamento de la Ley de
Extranjeros y la Ley sobre Actividad de Extranjeros en 1942. Todos estos cambios
tenían como principio que la mano de obra extranjera y calificada impulsarían el
desarrollo del país, mejorando las condiciones del nivel educativo de los
venezolanos, así como también mejorar la agricultura y la industria. El ingreso de
migrantes no fue muy prometedor en el corto plazo, sólo alcanzó en el período de
1936 a 1941 a 8628 personas. (Chen, 1979, p. 28)

El país de origen migratorio con mayor presencia en este periodo fue España.
Los datos presentados en el Censo General de Población de 1936 confirman el
ingreso de 5506 españoles, en su mayoría canarios y gallegos. Observados de un
total de población de extranjera acumulada en Venezuela de 45.484. El caso de las
migraciones españolas, fueron ocasionadas por la guerra civil, que devastó a ese
país. Posterior a este evento, se fueron asentando en el país pequeños grupos de
exiliados gallegos, y fundaron el primer Centro Gallego de Venezuela en 1945.
(Blanco, 1999)

La idea de la selectividad de la inmigración permaneció en el tiempo. La


política migratoria de Venezuela era de alta selectividad, pues en ella se apreciaba
que la población deseada tenía que ser europea de raza blanca, fuerte y con
especialidad agrícola o en algún oficio (herrería, carpintería, etc.). Como vemos, los
dirigentes políticos de la época pensaban que para poder alcanzar el desarrollo
económico y la industrialización se debía “blanquear la raza”. Estas especificaciones
se encontrarán en la Ley de inmigración hasta finalizar la dictadura del general
Marcos Pérez Jiménez, pues con el derrocamiento de Rómulo Gallegos en
noviembre de 1948 por parte de la Junta Militar la discusión de la renovación de la
Ley de Inmigración se ve paralizada (Pellegrino, 1989).

Europa en guerra - años 1940-60

Posteriormente, la migración de Europeos a Venezuela fue derivado por la


Segunda Guerra Mundial, hecho que dejó en la ruina a la mayoría del continente
europeo. Había hambruna, desempleo y no había oportunidades, había en general
una gran inestabilidad política, económica y social. Isaías Medina Angarita era el
presidente de Venezuela para la época, e instauró una “política de puertas abiertas”,
sumando los aspectos positivos que hacía atractivo al país, como una gran
estabilidad social, política.

En 1946 se nombró la Comisión Nacional de Inmigración, donde se promulgó


la inmigración de europeos, en especial de españoles, portugueses e italianos, ellos
constituyeron más del 95% de los inmigrantes de la época. (Chen, 1979). Como
Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno, Rómulo Betancourt, cambia las
políticas migratorias, y promueve las “colonias mixtas y la selección”, fomentando
las políticas migratorias favorecedoras. Esta política, sumada a la devastación
europea y las restricciones en las políticas migratorias de Norte América,
contribuyeron a que migraran al país 153.077 personas. (Chen, 1979, p 29) En las
primeras olas migratorias, se asentaron “agricultores, sirvientas, mecánicos,
zapateros, panaderos, sastres, albañiles, carpinteros, etc”. (Berlungd, 1985).

La inmigración de canarios y gallegos aumentó de manera significativa, era el


primer lugar de destino de la emigración española en América Latina. Fue de gran
importancia para el país particularmente para la economía. En su mayoría fueron
labradores que se dedicaron a la agricultura y construcción. Para 1946, los canarios
y gallegos representaron un 6,7% de la población total de inmigrantes españoles en
América Latina, para 1950, representó el 15,08%, aproximadamente unos 10.000 y
en 1957 fue el 52,5%, que alcanzó su cifra máxima de 30.000. En 1958, los
españoles representaron el 31% de l total de extranjeros. (Martín, 2006)

En cuanto a las migraciones de Europa del Este, posterior a La Segunda


Guerra Mundial, hacia febrero de 1947, Venezuela firma una declaración conjunta
con el Comité Intergubernamental de Refugiados, donde había disposición a recibir
inmigrantes de forma organizada. Un 40% debía pertenecer al gremio de
agricultores, y el resto artesanos y profesionales. Esto debido a las necesidades de
la nación. Se presentaron refugiados de diversas profesiones: en un principio
muchos se declararon agricultores para obtener más fácilmente la visa, pero eran
albañiles, artesanos, carpinteros, médicos, veterinarios, enfermeras, químicos,
mecánicos, agrónomos, ingenieros, farmacéuticos, etc. Los primeros refugiados
fueron de origen yugoslavos, ucranianos, húngaros, griegos, lituanos, rumanos,
búlgaros, estonianos y checoslovacos.

A partir del año 1948, se presentan grandes olas de inmigración. Luego de


establecida la Junta Militar de Gobierno, se implementó un plan, para afianzar el
capitalismo con base en el petróleo, mejorar la tecnología en la agricultura, la
industrialización, la expansión del sector de comercio y mejora de la sociedad
mediante el gasto público.

La Venezuela de Pérez Jiménez, paraíso de inmigrantes

Con el Gobierno de Pérez Jiménez el país obtuvo una bonanza económica


debido al alza de la producción de petróleo. Esto devino en una gigantesca
creación de fuentes de empleo. Pérez Jiménez se planteó modernizar al país a
través de la infraestructura civil. Se complementaron condiciones muy favorables
para la recepción de inmigrantes de todas partes del mundo, en especial los
provenientes de Europa. Anteriormente el extranjero ideal era el agricultor, ahora se
buscaba al obrero y, mejor aún, al técnico industrial. Para 1950, de acuerdo con el
censo de población europea, había 43.938 italianos, provenientes en su mayoría del
sur, 37.887 españoles y 10.798 portugueses. En 1955, los españoles representaban
un 37,2% de los extranjeros en Venezuela, y los italianos un 34,3%.

De acuerdo con los datos planteados en la Dirección General de Estadística y


de Censo, la inmigración alcanzó sus cifras máximas en su gran mayoría a partir en
1955-1957, exactamente las tres cuartas partes. De acuerdo con Chen (1979), en
1955, por cada 100 inmigrantes europeos se podía distribuir que había 50
españoles, 37 italianos, 12 portugueses y 1 de otro país de Europa. Estaba
contenido dentro del Nuevo Ideal Nacional de Pérez Jiménez las metas de
desarrollo y progreso del país, por lo cual se necesitaba crecimiento intelectual y
tecnología, entonces fue necesario atraer a los europeos, y que la migración de los
mismos pudiera contribuir a los objetivos planteados de modernización e
industrialización. En la Región Andina, comprendida por Bolivia, Perú, Ecuador,
Colombia y Venezuela, se produjo una migración más limitada que otras partes del
continente americano, pero incrementó la inmigración en la década de los 60 con el
aumento de los precios del petróleo (SICREMI, 2011) Para 1958 los españoles
aumentan a un 41,2%, pero Italia disminuye sus cifras debido a la caída del régimen
de Pérez Jiménez. (Ramírez, 2004). Entre el 1952 y el 1961 entraron
aproximadamente 49.000 inmigrantes (Berglund, 1985).

Democracia en Venezuela coincide con las dictaduras Latinoamericanas

La constitución Nacional de 1961 proclama una Democracia representativa,


con períodos presidenciales quinquenales por elección directa, universal y secreta.
Desde el año 59 al 68 la economía creció a un promedio de 6,5 por ciento por año.
Los esfuerzos en materia de construcción fueron notables. La modernización del
país se visualizaba en construcción de vías de comunicación , centenares de
escuelas y liceos públicos y urbanizaciones de grandes dimensiones. El mayor
conflicto de los primeros tres quinquenios de lo que se conoció como puntofijismo
resultó el combate interno contra los radicales marxistas instaurados como guerrillas
que promovieron terrorismo en las ciudades y en las zonas rurales. El primer
gobierno de Rafael Caldera propone la política de pacificación en donde se legaliza
el Partido Comunista y se logró conseguir que la mayoría de los líderes guerrilleros
se incorporarán a la vida democrática y pacífica.

Durante el periodo entre 1958 y 1973 Venezuela alcanza su más alto saldo
migratorio motivado a tres circunstancias: 1) La inmigración de europeos continuó
debido a que los atractivos que motivaron su llegada mejoran año tras año, ahora no
solo existiría prosperidad y trabajo sino también libertades políticas. 2) Las
dictaduras latinoamericanas estaban en auge, países como Chile, Argentina y
Uruguay atravesaban momentos trágicos, desaparición del Estado de Derecho y
crisis económicas. 3) Países como Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia fueron
afectados por las guerrillas rurales y urbanas, así como también altísimos niveles de
pobreza producto de crisis económicas. De esta forma Venezuela no solo se
convierte en un país receptor de migraciones Europeas sino también, el destino
ideal para el latinoamericano reprimido y empobrecido.
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda. OCEI

Mientras Venezuela vivía sus años dorados bajo el primer gobierno de Carlos
Andrés Pérez. Ecuador sufría los embates de la dictadura de Guillermo Rodríguez
Lara, aproximadamente 16 mil ecuatorianos emigraron a Venezuela en la década de
los 70. Los argentinos escapaban del régimen de Jorge Rafael Videla y las Juntas
Militares. En Chile se vivía una situación trágica, primero una crisis humanitaria
causada a finales del gobierno de Salvador Allende, luego el golpe de estado del 11
de Septiembre de 1973 hizo que masivamente los chilenos buscarán un destino
distinto, unos 80.000 chilenos emigraron hacia Venezuela entre los años 70 y 80.
Fuente: Anuario Estadístico de Venezuela. OCEI

Así como aumentaba la migración latinoamericana hacia Venezuela, también


continuaba el proceso de recepción de población europea. El Consulado italiano en
Caracas indicó en publicación oficial que para 1977 que habitaban en el país unos
210,350 Italianos que llegaron a Venezuela durante el Siglo XX.

Desde el año 1970 hasta 1998 la producción petrolera alcanzó sus máximos
históricos, 3.800.000 barriles diarios, a ello se suma los precios récords jamás
logrados por el hidrocarburo. Los abruptos recursos permitieron expandir el gasto
público, pero no proporcional a los ingresos del petróleo, por lo que la deuda
externa creció enormemente. Una de las inversiones que se hizo a partir de la renta
petrolera fue la implementación del plan de becas Gran Mariscal de Ayacucho,
tenía la meta de estimular la movilidad de talento, la política inclusiva permitió que
miles de jóvenes venezolanos alcanzaran la oportunidad de educarse en el exterior
y luego retribuir al país los nuevos conocimientos adquiridos para el desarrollo y
crecimiento. Todo esto es posible si se dan las condiciones para que al terminar los
estudios, los egresados de las Universidades quieran regresar a su país y no
quedarse en el exterior de forma indefinida. (Palma, 2014, p. 103)

Las crisis de los años 80 y 90


Como hemos venido explicando, la década de 1970 y principios de los años
80 fueron años de bonanza, conocidos como el boom de la economía venezolana.
La migración recibida, sobre todo la proveniente de Europa ayudó mucho a
canalizar los ingresos petroleros en inversión. Sin embargo, los recursos
extraordinarios fueron administrados con criterios poco ortodoxos y se convirtió en
tendencia a la estatización recurrieron a ampliar de manera importante el Estado
venezolano, sin contar con la grave consecuencia de que al llegar el momento de la
baja de los precios petroleros, se hacía insostenible el gasto público y obligaba a
cambios drásticos en las finanzas públicas. Ciertamente quedaron grandes obras y
políticas que lograron avanzar la modernización del país, como la represa del Guri,
el sistema eléctrico, el ya mencionado Plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, el
sostenimiento de un sistema público de salud, más y mejores vía de comunicación y
la nacionalización de la industria petrolera, entre otras.

A partir del año 81 comienza la descendencia de los precios petroleros,


hecho que justifica la crisis económica del año 83. El Estado había crecido
exponencialmente desde la década de 1950 hasta la fecha. Por lo que la caída de
los precios del petróleo significó un desajuste total en cuanto a que se hacía
insostenible el gasto público. El 18 de Febrero de 1983 el gobierno venezolano
decide cerrar la venta de divisas y proceder a fijar un control de cambio dual. Era
evidente que el modelo económico venezolano, fundado inicialmente en la
Industrialización por Sustitución de Importaciones, luego con el añadido del Estado
empresario, y siempre sobre las barreras arancelarias y los subsidios a los
productos nacionales, había hecho crisis (Arraiz,2007) Hubo un gran deterioro en la
calidad de vida de los venezolanos, el desempleo y el subempleo aumentaron
considerablemente.

El segundo gobierno de Pérez contempla la posibilidad de dar un giro


sustancial de las políticas económicas. Comienza una etapa de privatizaciones, las
tasas de interés antes fijadas por el Banco Central ahora son liberadas de manera
que sean determinadas por el mercado. Si antes el Estado era el gran empresario,
constructor y comerciante diverso, ahora se privatizan todas aquellas empresas de
servicios públicos que pudieran estar en manos privadas prestando un servicio más
eficiente. (Arraiz, 2007). Los subsidios de la gasolina son recortados buscando
alcanzar los estándares internacionales. Una vez más el Estado se ve obligado a
cambiar de rumbo económico a partir de los bajos precios del petróleo, en este
caso, hacia una economía liberal ortodoxa que hubiese podido convertirse en un
modelo sostenible en el tiempo. Sin embargo, las consecuencias en el corto plazo
fueron adversas, la inflación del año 1989 alcanzó la cifra de 80,7 por ciento,
mientras las Reservas Internacionales subían, lo que avizoraba buen futuro a
mediano plazo.

Lo que se visualizaba a futuro era distinto a la inmediatez de la crisis, por lo que


ocurren tres hechos que marcarán la historia política de Venezuela desde 1989
hasta nuestros días. 1) Lo que se conoció como el estallido social del 27 de Febrero
del año 89 2) Las intentonas golpistas del año 92, una de ellas conducida por el
Teniente Coronel Hugo Chávez 3) La separación del cargo de Pérez en 1993
fundamentada en un antejuicio de mérito y secundada por el Poder Judicial y
Legislativo.

Estos tres sucesos convergen y traen como consecuencia el regreso de las


políticas estatistas en los gobiernos subsiguientes. A raíz de esta crisis, Venezuela
pasó de ser un país receptor a un país emisor de migrantes. De acuerdo con
Almada (2000) hubo un cese de flujos migratorios, muchos inmigrantes regresaron a
sus países de origen. Esto lo podemos ver ya a partir de 1980 cuando el saldo de
población extranjera empieza a ser constantemente negativo, solo llega a repuntar
con saldos positivos hacia finales de los ochenta y principio de los noventas.
Empezó a observarse también una fuga de talentos venezolanos. “Venezuela es el
primer país de Latinoamérica en porcentaje de emigrantes calificados. Este dato
adquiere toda su significación si se considera que América Latina y el Caribe es la
región del mundo que experimentó el mayor crecimiento relativo de migrantes
calificados entre 1990 y 2007.” (Padilla, 2015, p. 30). Commented [1]: No consigo las referencias a esos
textos citados
Fuente: Censos de Población y Vivienda. OCEI/INE

El vecino colombiano

A partir de los datos obtenidos a través de los censos de población y vivienda


podemos ver como el stock de población extranjera fue disminuyendo a partir de la
década de los 80, en ese momento Venezuela empieza a convertirse en un país de
rechazo. La única excepción a esta realidad es la población colombiana que va en
constante aumento. Esto se refleja en los resultados del censo de 1971 donde se
registraron en el país 348.511 colombianos. Esto se da a causa de la constitución
formal de las FARC en 1966 (Vélez, 2001). La población colombiana en Venezuela
aumenta porque el conflicto en Colombia tiende a agudizarse, pues en los años
siguientes en los planes del movimiento guerrillero está tomar “áreas fronterizas
(Carare. Norte de Santander, Putumayo, Urabá)” (Vélez, 2001), y Santander es el
departamento que hace frontera con el estado Táchira.

El incremento de la migración colombiana en los años ochenta no solo se


debe al conflicto interno, se le agrega el elemento económico y el narcotráfico. Si
bien Venezuela no presentaba los mejores indicadores socio-económicos, la
condiciones en Venezuela eran mejores para el migrante colombiano.
Siglo XXI

El siglo XXI llega a Venezuela de la mano un nuevo régimen constitucional y


una nueva forma de hacer política. Con Hugo Chávez como presidente del país la
inestabilidad socio-política aumenta. Los incidentes políticos de abril de 2002 -que
separa del poder a Chávez durante 48 horas-, los despidos masivos de la estatal
PDVSA y el paro petrolero de 2003 generaban un clima de incertidumbre que se
mantiene hasta nuestros tiempos. De ahí en adelante el presidente dictará políticas
de corte socialista que atentan contra el capital privado y hacen que Venezuela se
convierta, aún más, en un país de rechazo para la migración internacional.

Luego de unos años con una economía deteriorada y con un control de


divisas, hubo un segundo período de bonanza económica que duró del 2003 al
2011, y se inicia con el incremento del precio del barril de petróleo. En este período
se vuelve a repetir el patrón de endeudamiento y dependencia de las importaciones,
de un Estado controlador, así como también la gran inflación que esto acarreó.
(Briceño, 2013, p.19).

Es importante acotar que a partir del inicio la “Quinta República” en


Venezuela se complica el acceso a los datos estadísticos. El Instituto Nacional de
Estadística deja de publicar el anuario estadístico a partir de año 2003, y deja de
suministrar los de la Encuesta de Hogares por Muestro al público científico. Además
el Servicio Administrativo de Identificación Migración y Extranjería (SAIME) tampoco
pública la información estadística que generan los movimientos de entrada y salida
del país, que se encuentran bajo su jurisdicción. Esto nos lleva a recurrir a las
fuentes de información de Naciones Unidas y de otros países para poder ubicar a
los venezolanos que se encuentran en situación de migrantes.
Fuente: Yearbook of Inmigration Statistics. Department Homeland Security

Uno de los países que ha atraído mayor cantidad de población venezolana ha


sido los Estados Unidos de Norteamérica. Esto lo apreciamos al ver que la cantidad
de venezolanos naturalizados ha ido aumentando constantemente. Si bien, desde la
década de 1980 vienen surgiendo emigraciones venezolanas hacia los Estados
Unidos, la data incrementa de forma sustancial a partir del año 2003. Además según
datos de la OIM para 2015 residen en Estados Unidos 197.171 venezolanos.

Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Secretaría General de Inmigración y


Emigración. Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

En España también hay una cantidad considerable de venezolanos. En 2015


datos de la OIM refiere que hay 151.594 venezolanos viviendo en ese país. Y
vemos que el número de venezolanos que tienen residencia en vigor ha ido
aumentando de manera progresiva al igual que en Estados Unidos. Pero en el caso
España es fundamental considerar que puede ser mayor el número de nacidos en
Venezuela viviendo en el país, pero se pierden de las estadísticas al ser hijos de
españoles que adquieren la nacionalidad (Freitez, 2011)

Fuente: CEPAL, 2006. Cuadro 18. Pág 107

La emigración venezolana durante la primera década del siglo XXI se


caracteriza por ser una población de alta calificación. Esto se comprueba analizar
los resultados del censo del 2000 de Estados Unidos. Se puede observar que
Venezuela ocupa el primer lugar de mayor cantidad de inmigrantes con estudios
superiores completos, 43,2% del total de venezolanos en Estados Unidos son
universitarios.

Y no solo lo apreciamos en Estados Unidos, sino más del 20% de los


venezolanos que emigraron a algún país de la OECD tiene educación universitaria.
Mostrando que la migración calificada venezolana tiene un peso relevante en los
países de este bloque. La migración de talentos de latinoamérica vía la migración es
un problema que tiene tiempo sin resolver, y se han hecho estudios con la poca
información disponible, pero no ha existido esfuerzo alguno por parte de los
gobiernos por crear políticas públicas que atraigan de nuevo a esta población
(Freitez, 2011).

Fuente: CEPAL, 2006. Gráfico 10. Pág. 135

La actualidad

Ya en la segunda década del siglo XXI la situación socioeconómica de Venezuela ha


empeorado de manera drástica, consecuencia de la caída abrupta del precio del petróleo.
Venezuela en estos momentos es un país de rechazo para la migración, pero el momento
de la peor crisis que le ha tocado atravesar al pueblo venezolano está sucediendo en un
momento donde los países empiezan a tener políticas de puertas cerradas a la inmigración.
Esto se puede observar inclusive en los países de la misma región latinoamericana, como
Panamá. En 2017 solicita el trámite de visa para permitir la entrada a los venezolanos. Pero
los datos nos muestran tal vez uno de los hitos migratorios más relevantes de nuestra
actualidad es el cambio de los flujos migratorios entre Colombia y Venezuela
Fuente: Migración Colombia. Ministerio de Relaciones Exteriores. Radiografía de los venezolanos en
Colombia.
* Datos preliminares hasta el 30 de junio

Los datos publicados por Migración Colombia a partir del 2012 empiezan a
mostrar cómo a través de flujos de entrada y salida entre Colombia y Venezuela, el
país comienza a ganar población. Y esto invierte una corriente histórica. Según
datos de la OIM para el año 2015 en Colombia residen 46.614 venezolanos. Aunque
al igual que en España es fundamental recordar que se puede perder la población
nacida en Venezuela de padres colombianos, que al momento de emigrar hacia
Colombia lo hacen con la nacionalidad de los padres. Es notorio el aumento, según
el censo de 2005 en Colombia residían 36.967 venezolanos. Lamentablemente
como en Venezuela, en muchos países de la región latinoamericana es muy difícil
conseguir información de calidad para el estudio de la migración, pero para el año
2018 Colombia realizará su censo correspondiente a la ronda censal de 2010, y
será interesante observar la evolución del número de Venezolanos en Colombia en
comparación con los datos del 2005.
Conclusiones y recomendaciones

Las políticas y leyes migratorias venezolanas se han caracterizado por su


orientación a absorber la migración en el país. Los tiempos y circunstancias han
cambiado: tanto la crisis histórica como la misma globalización ha devenido en el
mayor déficit migratorio de la historia de Venezuela. Existe una deuda con la
diáspora venezolana y se debe crear una nueva Ley Migratoria que tome en
consideración al emigración como la inmigración, que además sea el marco de
políticas públicas para acercar a la diáspora al desarrollo económico y social de la
Nación.

Por otra parte el número creciente de migrantes venezolanos requieren de


una atención Consular más acorde con la dinámica de las concentración de las
distintas comunidades de connacionales que hoy se encuentran en el mundo.

También se debería abordar un debate nacional referente al ejercicio de la


ciudadanía, los derechos políticos y los deberes de los venezolanos que residen en
el exterior con el estado venezolano.

Ya está adelantado su participación en las elecciones presidenciales y


referendos desde el exterior, queda pendiente la representación legislativa ante las
Asamblea Nacional. La posibilidad de también incidir sobre las elecciones a
Alcaldes y Gobernadores.

Los Venezolanos que están emigrando no solo se van del país , también se
van de un estado, de un municipio y de una ciudad o pueblo, y esto tiene un impacto
que debe ser abordado con una visión en la cual se mantenga el arraigo.
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