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TEMA 2

FUNDAMENTOS DE LA LIBERTAD DE
EXPRESIÓN EN INTERNET Y REDES SOCIALES

Sumario
2.1. Concepto de libertad de expresión: límites y alcances
constitucionales. (Prof. Julián Rodríguez Pardo)
2.2. Responsabilidad de los prestadores de servicios de la Sociedad de la
Información (Prof. Julián Rodríguez Pardo)
2.3. Regulación de los servicios audiovisuales en la Red y en los
dispositivos móviles (Prof. Julián Rodríguez Pardo)
2.4. Regulación de las comunicaciones comerciales on line (Prof. Julián
Rodríguez Pardo)
2.5. Responsabilidades éticas y deontológica en el ejercicio de la libertad
de expresión (Prof. Margarita Pérez Pulido)
2.6. Autorregulación en redes sociales (Prof. Margarita Pérez Pulido)

Badajoz, 2017

©La propiedad intelectual de este texto pertenece en exclusiva a sus autores. Éstos autorizan su descarga,
reproducción en pantalla y reproducción en papel a los alumnos matriculados en esta asignatura.
Cualquier otro tipo de reproducción, distribución, transformación o comunicación queda excluida de
dicha autorización y será perseguida por los autores ante los Tribunales correspondientes, con objeto de
ejercer la protección legal de sus derechos.
TEMA 2. FUNDAMENTOS DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN
INTERNET Y REDES SOCIALES.

Una vez definidos en el Tema anterior los conceptos jurídicos, éticos y


deontólogicos básicos con los que se va a trabajar en la asignatura, este Tema 2 aborda
el núcleo de los problemas éticos y jurídicos del uso de la libertad de expresión en
Internet, partiendo del análisis de su concepto hasta llegar a su autorregulación en las
redes sociales. En los diferentes epígrafes se tratan diferentes aspectos de este derecho
de libertad, en relación con su plasmación en soportes electrónicos y audiovisuales, así
como sus aspectos publicitarios.

2.1. Concepto de libertad de expresión: límites y alcances


constitucionales.

Textos legales
Tanto la libertad de expresión como el derecho a la información aparecen
supranacionalmente categorizados como derechos humanos en 1948 y 1950, en la
Declaración de Derechos Humanos de Naciones Unidos y en el Convenio Europeo de
Derechos Humanos (CEDH, en adelante) del Consejo de Europa, respectivamente.

Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.


Artículo 19.
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho
incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir
informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier
medio de expresión”.

Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Fundamentales y de las


Libertades Públicas de 1950
Artículo 10.
“1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la
libertad de opinión y la libertad de recibir o de comunicar informaciones o ideas sin
que pueda haber injerencia de autoridades públicas y sin consideración de fronteras. El
presente artículo no impide que los Estados sometan las empresas de radiodifusión, de
cinematografía o de televisión a un régimen de autorización previa.
2. El ejercicio de estas libertades, que entrañan deberes y responsabilidades, podrá ser
sometido a ciertas formalidades, condiciones, restricciones o sanciones, previstas por
la ley, que constituyan medidas necesarias, en una sociedad democrática, para la
seguridad nacional, la integridad territorial o la seguridad pública, la defensa del
orden y la prevención del delito, la protección de la salud de la moral, la protección de
la reputación o de los derechos ajenos, para impedir la divulgación de informaciones
confidenciales o para garantizar la autoridad y la imparcialidad del poder judicial”.

Ambos textos, que en un estado inicial, tratan ambos derechos como uno solo -
cuestión ésta que luego se aclarará-, aportaron algunas ideas necesarias para su
entendimiento:

 Determinaron la universalidad de estos derechos.


 Constituyeron un primer paso nítido para su posterior desarrollo legal en los
textos nacionales.
 Especificaron las tres facultades (el contenido jurídico) que, en adelante, se
atribuirán al derecho a la información: investigar, difundir y recibir. Y a la
libertad de expresión: difundir y recibir.
 En el caso del CEDH, destaca además por establecer ciertos límites legales que,
basados en derechos fundamentales, deberán ponderarse con los derechos a la
información y a la libertad de expresión: bienes individuales, tales como la
protección de la fama u honor, o la intimidad; y bienes colectivos o públicos,
tales como aquéllos que atañen a la seguridad ciudadana, la salud pública, etc.

La Constitución Española de 1978 (CE, en adelante) reconoce y protege la


libertad de expresión y el derecho a la información dentro su Título I, dedicado a los
Derechos y Deberes Fundamentales -cuya regulación ha de hacerse por Ley Orgánica-,
capítulo II, Derechos y Libertades, Sección 1º, Derechos Fundamentales y Libertades
Públicas.

Constitución Española de 1978


“Artículo 20.
1. Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la
palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.
c) A la libertad de cátedra.
d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.
La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el
ejercicio de estas libertades.
2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura
previa.
3. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de
comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará
el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el
pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.
4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este
Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho
al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la
infancia.
5. Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de
información en virtud de resolución judicial.”

i) El artículo 20 CE reconoce y protege la libertad de expresión y el derecho a la


información como derechos distintos, aunque vinculados; la misma doctrina
constitucional califica a este tipo de libertades como prerrogativas que no deben contar
con la interferencia del Estado; y tal como señaló el Tribunal Constitucional (TC) en su
sentencia 12/1981, de 10 de abril, “el contenido esencial de un derecho incluye las
facultades necesarias para que el derecho sea reconocido como tal”. En todo caso, son
derechos preexistentes a su reconocimiento constitucional, en la medida en que son
derechos humanos; y, consecuentemente también, poseen una doble dimensión,
individual y colectiva; es decir, corresponden a personas individuales y a grupos.
ii) Junto con estos derechos aparecen sus límites, derivados del reconocimiento
de otros derechos fundamentales, tales como el honor, la intimidad y la propia imagen;
y de la designación jurídica de los niños y adolescentes como sujeto de especial
protección, debido a sus características psicológicas y al tratamiento legal sensible que
reciben.

El concepto de libertad de expresión y su aplicación jurídica en Internet


El Tribunal Constitucional (TC) ha sido el encargado de interpretar el alcance de
este artículo y desarrollar su contenido, al hilo de los casos que se han planteado desde
la aprobación de la CE. Hoy, su jurisprudencia ha creado una doctrina sólida y estable
en torno a algunas cuestiones explícitas e implícitas del artículo 20.
Así, en 1982, el propio TC (STC 30/1982, de 1 de junio) deja claro que el
alcance del artículo 20 CE es garantizar la existencia de una comunicación pública libre,
como una condición necesaria y efectiva del principio de legitimidad democrática. Es
decir, “la libertad de expresión no es sólo un derecho fundamental de libertad
(perspectiva subjetiva) que se conecta directamente en el principio de dignidad humana,
sino que también significa reconocimiento y garantía de la opinión pública libre
(perspectiva objetiva o institucional)”.1
Esta comunicación pública libre se ancla en dos derechos: libertad de expresión
y derecho a la información. Pero, siendo ambos derechos de/a la comunicación, su
contenido es diferente y, por tanto, las exigencias para su protección, tal como el TC
afirma desde 1988: en el caso de la libertad de expresión, sobre ella no opera el
requisito de veracidad, pues su objeto comprende los pensamientos, ideas, opiniones,
creencias y juicios de valor; mientras que el derecho a la información trata de aquellos
hechos que pueden considerarse como noticiables y son susceptibles de prueba de
verdad. Aunque, como se señala en la STC 127/2003, de 30 de junio, “en los casos
reales que la vida ofrece (…), la expresión de pensamientos necesita a menudo apoyarse
en la narración de hechos y (…) la comunicación de hechos o noticias comprende casi
siempre algún elemento valorativo”. De ahí que, en esta concepción dualista, sobre las
ideas no se pueda exigir exactitud, pero sobre los datos y hechos, sí. Deberá observarse,
pues, el criterio de preponderancia para dirimir qué partes del texto periodístico se
corresponden con cada uno de los derechos citados, para lo cual debe atenderse al
elemento preponderante, que se determina por la finalidad del texto.
En la opinión, la veracidad no se presenta como límite interno para su ejercicio,
puesto que los juicios de valor no pueden ser ponderados en relación con su adecuación
a la realidad. En este caso, el límite constitucionalmente insuperable es el insulto o la
expresión gravemente injuriosa. En la misma sentencia, el TC indica que “una cosa es
efectuar una evaluación personal, por desfavorable que sea, de una conducta (…), y otra
cosa muy distinta es emitir expresiones, afirmaciones o calificativos claramente

1
Cfr. BALAGUER, M. L., Derecho de la información y de la comunicación, Tecnos, Madrid, 2013, p.
138.
vejatorios o desvinculados de esa información y que resultan proferidos gratuitamente
sin justificación alguna (…)”. En la práctica, las personas públicas o personas
implicadas en asuntos de relevancia pública deberán soportar una mayor intromisión en
sus derechos subjetivos de la personalidad, siempre y cuando exista interés público en la
información u opinión vertida.
En este sentido, el Tribunal Europea de Derechos Humanos (TEDH, en
adelante), cuyas sentencias son vinculantes para España, define una sociedad
democrática como aquélla que se caracteriza por el pluralismo, la tolerancia y la
apertura de mente. De ahí que el entendimiento de la libertad de expresión como
fundamento esencial de la sociedad democrática, así como para su progreso y el del ser
humano, exige no sólo la difusión de las ideas e informaciones inocuas o indiferentes,
sino también aquellas que chocan, inquietan u ofenden al Estado o a una fracción
cualquiera de la población (Caso Handyside versus Reino Unido, 1976, entre otros).
No obstante, la libertad de expresión no comprende aquellos discursos/textos
que atacan abiertamente los valores democráticos recogidos en el propio CEDH,
especialmente si pueden llevar a una alteración del orden público –por ejemplo, a través
de discursos racistas o antisemitas- (Lehideux versus Francia, 1998).
En el caso de Internet, y nuevamente en la legislación española, cualquier tipo de
cierre temporal o permanente de una página, debido a presuntos contenidos ilícitos
deberá venir ordenada por una orden judicial. En este sentido, Internet no difiere de la
doctrina jurisprudencial que aplica el artículo 20 CE a otros medios. Con objeto de
salvaguardar la libertad de expresión, el “principio de indiferencia del medio” marca la
“inadmisión de restricciones o regímenes específicos con base exclusivamente en la
consideración del medio a través del cual el mensaje es difundido”.2
Serrano Ripado aporta: “La problemática jurídica que plantea del desarrollo de
las redes sociales se centra principalmente en redes fundamentadas en perfiles
personales, vinculados a la comunidad a través del timeline, aunque son las más
populares las que suponen una problemática mayor, al tener un volumen superior de
usuarios conectados. Para Rico Carrillo (2012), entre los distintos problemas podemos
diferenciar dos supuestos: por un lado, los derivados de la interacción de los usuarios en
la red, con el agravante de que la participación se lleva a cabo a través de Internet, un

2
TERUEL LOZANO, GERMÁN, La libertad de expresión en Internet y sus garantías
constitucionales en el control de contenidos de páginas web, Trabajo Fin de Máster, 2010,
disponible en http://inpurisnaturalibus.files.wordpress.com/2010/12/trabajo-fin-de-master-
germc3a1n-teruel.pdf, p. 154.
sistema electrónico de comunicación abierto; y por otro nos encontramos con los
problemas que atañen a la participación de los proveedores de servicios de redes, pues
entra en conflicto la delimitación de sus derechos y las obligaciones derivadas de su
vinculación con los usuarios, además de la responsabilidad en la prestación del
servicio”.3
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en sentencia de 5 de mayo
de 2011, caso Editorial Board of Pravoye Delo and Shtekel v. Ukraine, nº 33014/05, ya
avanzó la obligación de los Estados miembros y firmantes del Convenio, de crear un
marco jurídico adecuado para el ejercicio de las libertades de expresión e información
en Internet. En este sentido el Tribunal no es ajeno a que las ventajas que ofrecen las
nuevas tecnologías para el ejercicio de la libertad de expresión, multiplican también los
riesgos, tal y como señala en la misma sentencia: “Internet es una herramienta de
información y comunicación específicamente distinta de los medios impresos,
especialmente en lo que se refiere a su capacidad para almacenar y distribuir la
información (…) El riesgo de infligir daño a los derechos humanos y libertades
públicas, especialmente el derecho a la vida privada, es sin duda más alto que el de la
prensa”.
Mientras que, para el caso del ejercicio del derecho a la información, el límite a
esta libertad es más férreo, para el caso del ejercicio de la libertad de expresión el
insulto, la crítica vejatoria y el fomento del odio constituyen fronteras infranqueables:
El Tribunal Supremo español, en sentencia de 13 de julio de 2016, con respecto
a la difusión de mensajes enaltecedores del terrorismo en redes sociales, reafirma estas
mismas ideas al afirmar que “ciertas expresiones no se pueden enmarcar dentro de la
libertad ideológica o de expresión y se enmarcan dentro del discurso del odio”;
aplicando por tanto, criterios idénticos a los de cualquier expresión proferida fuera de la
Red o de las aplicaciones móviles.4
El mismo Tribunal, en sentencia de 18 de enero de 2017, se refirió al uso de las
redes sociales para la difusión de mensajes “que alimentan el discurso del odio,
legitiman el terrorismo como fórmula de solución de los conflictos sociales y obligan a
la víctima al recuerdo de la lacerante vivencia de la amenaza, el secuestro o el asesinato

3
SERRANO RIPADO, M., Estudio iusinformativo del concepto de libertad de expresión en Internet y
redes sociales, Trabajo Fin de Máster, UEx, 2016, p. 53.
4
Sentencia disponible en la página web del Poder Judicial:
http://www.poderjudicial.es/search/doAction?action=contentpdf&databasematch=TS&reference=773650
4&links=&optimize=20160714&publicinterface=true
de un familiar cercano”, estableciendo estos parámetros como límite en el uso de la
libertad de expresión.5 El TS, además, tiene en cuenta el número de seguidores de la
persona condenada en la red social utilizada, Twitter, calificándolos de
“redireccionantes” potenciales de estos mensajes y valorando esta circunstancia en su
sentencia, como condicionante de las consecuencias de dichos mensajes.
(La cuestión del llamado discurso del odio se abordará con mayor detalle en el
Tema 4).

2.2. Responsabilidad de los prestadores de servicios de la Sociedad de la


Información.

Pero, si bien en el mundo off line, los medios informativos y de comunicación


podían incurrir en algún tipo de responsabilidad legal debido a la difusión de
expresiones que violasen el artículo 20 CE, aunque tan sólo fuese en condena solidaria;
en el ámbito de Internet, las redes sociales y las aplicaciones móviles, el número de
intermediarios o sujetos empresariales que contribuyen a la posibilidad de difusión se
multiplica: proveedores de acceso a la red telefónica/satélite, servidores, proveedores de
contenidos, etc.
La Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y
de comercio electrónico,6 transpone al ordenamiento jurídico español la Directiva
2000/31/CE del Consejo y del Parlamento Europeo en la que se regulan determinados
aspectos jurídicos de los Servicios de la Sociedad de la Información, en particular los
relativos al comercio electrónico.7 Y establece, con respecto a la cuestión que aquí se

5
Entre noviembre de 2013 y enero de 2014, César Strawberry, cantante del grupo Def con Dos, publicó,
entre otros, los siguientes comentarios en su cuenta de Twitter: “(…) a Ortega Lara habría que
secuestrarle ahora”; “Franco, Serrano Suñer, Fraga, Blas Piñar… Si no les das lo que a Carrero Blanco, la
longevidad siempre se pone de su lado”. Mientras que la Audiencia Nacional, en sentencia de julio de
2016, estimó que los mensajes no perseguían defender el ideario terroristas ni vejar a las víctimas, sino
que se enmarcaban en un discurso irónico y sarcástico, el Tribunal Supremo ha sostenido que la intención
del cantante resulta irrelevante, en la medida en que se asume “como propia la justificación de una forma
violenta de resolver las diferencias políticas y la reiteración consciente de esos mensajes a través de
Twitter”.
Setencia disponible en la página web del Poder Judicial: http://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-
Judicial/Noticias-Judiciales/-------El-Tribunal-Supremo-anula-la-absolucion-del-cantante-Cesar-
Strawberry-y-le-condena-a-un-ano-de-carcel-por-humillar-con-tuits-a-las-victimas-del-terrorismo
6
Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la Sociedad de la Información y de comercial electrónico,
disponible en https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2002-13758
7
Directiva 2000/31/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 8 de junio de 2000, relativa a
determinados aspectos jurídicos de los servicios de la sociedad de la información, en particular el
comercio electrónico en el mercado interior, disponible en http://eur-
lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=CELEX:32000L0031:Es:HTML
trata, las responsabilidades de carácter administrativo que corresponden a los
prestadores de servicios de intermediación.8
El carácter global de la Ley se plasma en el amplio espectro de acciones y
sujetos que abarca en su regulación: contratación de bienes y servicios on line, difusión
de información de periodística, servicios de intermediación relativos a la provisión de
acceso a la Red, transmisión de contenidos y datos, servicios de alojamiento de datos,
archivo temporal caché de las páginas web, buscadores, enlaces a otras páginas web,
servicios de descarga de archivos de audio/video, etc.
En lo referente a la libertad de expresión y su ejercicio a través de la Red, los
prestadores de servicios aludidos caen bajo la jurisdicción de esta norma siempre y
cuando radiquen en España o posean un establecimiento permanente aquí.
Las responsabilidades civiles, penales y administrativas consecuentes quedan
establecidas en los artículos 13 y siguientes de la Ley, en función de la categoría del
servicio prestado: el desconocimiento de la ilegalidad de los contenidos que se facilitan
y su colaboración rápida con la Justicia a través de su retirada/cancelación/supresión
marcan la frontera básica para el establecimiento o no de responsabilidades legales.

Art. 14. Responsabilidad de los operadores de redes y proveedores de acceso


“1. Los operadores de redes de telecomunicaciones y proveedores de acceso a una red
de telecomunicaciones que presten un servicio de intermediación que consista en
transmitir por una red de telecomunicaciones datos facilitados por el destinatario del
servicio o en facilitar acceso a ésta, no serán responsables por la información
transmitida, salvo que ellos mismos hayan originado la transmisión, modificado los
datos o seleccionado éstos o a los destinatarios de dichos datos.
No se entenderá por modificación la manipulación estrictamente técnica de los
archivos que alberguen los datos, que tiene lugar durante su transmisión.
2. Las actividades de transmisión y provisión de acceso a que se refiere el apartado
anterior incluyen el almacenamiento automático, provisional y transitorio de los datos,

8
En proceso de elaboración se encuentran la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del
Consejo por la que se establece el Código Europeo de las Comunicaciones Electrónicas, COM (2016) 590
final, de 12 de octubre de 2016; y la propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo, por
el que se establece el organismo de Reguladores Europeos de las Comunicaciones Electrónicas, COM
(2016) 591 final, de 14 de septiembre de 2016. Ambas propuestas se enmarcan no sólo en la política
europea de protección del consumidor y usuario final de las redes, sino también en el deseo comunitario
de impulsar una mayor y mejor conectividad de los ciudadanos. Al respecto, también, ambas se inscriben
en el proyecto Connectivity for a European Gigabit Society.
Véase, http://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=CELEX:52016PC0590 y http://eur-
lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=CELEX:52016PC0591 , respectivamente.
siempre que sirva exclusivamente para permitir su transmisión por la red de
telecomunicaciones y su duración no supere el tiempo razonablemente necesario para
ello”.

Por tanto, no serán responsables por la información transmitida, excepto en el


caso de que los propios operadores y/o proveedores de acceso hayan originado la
transmisión, modificado los datos, o seleccionado éstos o a sus destinatarios.

Art. 15. Responsabilidad de los prestadores de servicios que realizan copia temporal de
los datos solicitados por los usuarios
“Los prestadores de un servicio de intermediación que transmitan por una red de
telecomunicaciones datos facilitados por un destinatario del servicio y, con la única
finalidad de hacer más eficaz su transmisión ulterior a otros destinatarios que los
soliciten, los almacenen en sus sistemas de forma automática, provisional y temporal,
no serán responsables por el contenido de esos datos ni por la reproducción temporal
de los mismos, si:
a) No modifican la información.
b) Permiten el acceso a ella sólo a los destinatarios que cumplan las condiciones
impuestas a tal fin, por el destinatario cuya información se solicita.
c) Respetan las normas generalmente aceptadas y aplicadas por el sector para la
actualización de la información.
d) No interfieren en la utilización lícita de tecnología generalmente aceptada y
empleada por el sector, con el fin de obtener datos sobre la utilización de la
información,
y e) Retiran la información que hayan almacenado o hacen imposible el acceso a ella,
en cuanto tengan conocimiento efectivo de:
1.º Que ha sido retirada del lugar de la red en que se encontraba inicialmente.
2.º Que se ha imposibilitado el acceso a ella, o 3.º Que un tribunal u órgano
administrativo competente ha ordenado retirarla o impedir que se acceda a ella”.

En este caso, las responsabilidades legales, cuando se trata de contenidos ilícitos,


desaparecen si el almacenamiento de los datos -contenido- fue automático, provisional y
temporal. Es decir, esencialmente realizado de manera informática y sin conocimiento
humano del mismo. Para ello deben mantener dichos datos/información inalterada;
permitir sólo el acceso a aquéllos que cumplen las condiciones legales impuestas para el
mismo; y, sobre todo, cancelan dichos datos/información o impiden el acceso a la
misma, al tener conocimiento de su retirada del lugar (almacenamiento datos) en el que
se encontraba, al tener conocimiento de su bloqueo para terceros, o al tener
conocimiento de la orden de un Juzgado o Tribunal para cualesquiera de estas acciones.

Art. 16. Responsabilidad de los prestadores de servicios de alojamiento o


almacenamiento de datos
“1. Los prestadores de un servicio de intermediación consistente en albergar datos
proporcionados por el destinatario de este servicio no serán responsables por la
información almacenada a petición del destinatario, siempre que:
a) No tengan conocimiento efectivo de que la actividad o la información almacenada es
ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero susceptibles de indemnización,
o
b) Si lo tienen, actúen con diligencia para retirar los datos o hacer imposible el acceso
a ellos.
Se entenderá que el prestador de servicios tiene el conocimiento efectivo a que se
refiere el párrafo a) cuando un órgano competente haya declarado la ilicitud de los
datos, ordenado su retirada o que se imposibilite el acceso a los mismos, o se hubiera
declarado la existencia de la lesión, y el prestador conociera la correspondiente
resolución, sin perjuicio de los procedimientos de detección y retirada de contenidos
que los prestadores apliquen en virtud de acuerdos voluntarios y de otros medios de
conocimiento efectivo que pudieran establecerse.
2. La exención de responsabilidad establecida en el apartado 1 no operará en el
supuesto de que el destinatario del servicio actúe bajo la dirección, autoridad o control
de su prestador”.

Por tanto, los prestadores de un servicio de intermediación consistente


en “albergar datos proporcionados por el destinatario de este servicio” no serán
responsables legales por el tipo de información almacenada, a petición del destinatario
(es decir, por el usuario que consulta o desea acceder a dicha información), siempre que:
carezcan del conocimiento real/efectivo de que la actividad o la información
almacenada es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero; o bien, teniendo
dicho conocimiento efectivo, actúen diligentemente para retirar los datos o imposibilitar
el acceso a ellos.
Un supuesto de similar responsabilidad es el que se determina en el artículo
siguiente, para el caso de los prestadores de servicios de búsqueda o facilitadores de
enlaces (links) a contenidos. En este caso, también, el desconocimiento cierto de la
ilicitud de los mismos, así como su diligencia a la hora de su
retirada/supresión/cancelación implican la falta de responsabilidad legal de los mismos.

Art. 17. Responsabilidad de los prestadores de servicios que faciliten enlaces a


contenidos o instrumentos de búsqueda.
1. Los prestadores de servicios de la sociedad de la información que faciliten enlaces a
otros contenidos o incluyan en los suyos directorios o instrumentos de búsqueda de
contenidos no serán responsables por la información a la que dirijan a los destinatarios
de sus servicios, siempre que:
a) No tengan conocimiento efectivo de que la actividad o la información a la que
remiten o recomiendan es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero
susceptibles de indemnización, o
b) Si lo tienen, actúen con diligencia para suprimir o inutilizar el enlace
correspondiente.
Se entenderá que el prestador de servicios tiene el conocimiento efectivo a que se
refiere el párrafo a) cuando un órgano competente haya declarado la ilicitud de los
datos, ordenado su retirada o que se imposibilite el acceso a los mismos, o se hubiera
declarado la existencia de la lesión, y el prestador conociera la correspondiente
resolución, sin perjuicio de los procedimientos de detección y retirada de contenidos
que los prestadores apliquen en virtud de acuerdos voluntarios y de otros medios de
conocimiento efectivo que pudieran establecerse.
2. La exención de responsabilidad establecida en el apartado 1 no operará en el
supuesto de que el proveedor de contenidos al que se enlace o cuya localización se
facilite actúe bajo la dirección, autoridad o control del prestador que facilite la
localización de esos contenidos”.

El cumplimiento de todos y cada uno de los requisitos que marca la Ley es


absolutamente necesario para evitar incurrir en responsabilidades. Por ello, también, los
prestadores de estos servicios mencionados en los anteriores artículos deberán mostrar
en su página de forma permanente, fácil, directa y gratuita los siguientes datos (que
rigen también para los prestadores de comercio electrónico):9

9
Información para la identificación del prestador de servicios relacionados con Internet, disponible en la
página del Gobierno de España, http://www.lssi.gob.es/la-ley/aspectos-basicos/Paginas/obligaciones-
responsabilidades.aspx , y también en el artículo 10 de la citada Ley.
 Nombre o denominación social y datos de contacto: domicilio, dirección de
correo electrónico y cualquier otro dato que permita una comunicación directa y
efectiva.
 Datos de la inscripción en el Registro Mercantil o cualquier otro registro público
de la citada empresa o prestador de servicios. Así mismo, el número de
inscripción registral.
 Si la actividad ejercida requiriese de autorización previa, deberá consignarse la
misma.
 En caso de tratarse del ejercicio de una profesión regulado, deberán mostrarse:
datos del colegio profesional, número de colegiado; título académico y Estado
de la Unión Europea en que se obtuvo; homologación (en su caso); códigos
deontológicos aplicables al ejercicio de su profesión.
 Número de Identificación Fiscal (NIF), en caso de que lo hubiere.

La sentencia 128/2013 del Tribunal Supremo, con fecha de 26 de febrero de


2013, trasladó la responsabilidad por intromisión en el honor del cantante Ramoncín al
diario web El Economista, por no retirar los insultos proferidos por algunos de sus
lectores en dicha página, al hilo de una noticia publicada en torno a la mencionada
persona. El fallo del Tribunal Supremo incide en que la página web rehusó recibir el
burofax enviado desde la SGAE en nombre del cantante, por lo que incurrió en una falta
de diligencia debida a la hora de establecer los mecanismos necesarios para evitar el
daño al honor de terceros.10
Las responsabilidades que la Ley impone son de carácter administrativo y se
califican como: leves (con multa de hasta 30.000 euros); graves (desde 30.001 hasta
50.000 euros); y muy graves (desde 50.001 hasta 150.000 euros).

2.3. Regulación de los servicios audiovisuales en Red y en dispositivos


móviles.

La posibilidad de transmisión de contenidos audiovisuales en Internet, así como


a través de dispositivos móviles, conllevó la necesidad de adaptar la legislación de la

10
Sentencia disponible en:
http://www.poderjudicial.es/search/doAction?action=contentpdf&databasematch=TS&reference=668467
5&links=ramonc%C3%ADn&optimize=20130419&publicinterface=true
UE sobre radiodifusión televisiva al concepto más amplio de servicios de comunicación
audiovisual transfronterizos, a través de la Directiva 2007/65/CE del Parlamento
Europeo y del Consejo, de 11 de diciembre de 2007 por la que se modifica la
Directiva 89/552/CEE del Consejo sobre la coordinación de determinadas disposiciones
legales, reglamentarias y administrativas de los Estados miembros relativas al ejercicio
de actividades de radiodifusión televisiva. Dicha Directiva es conocida popularmente
como Directiva de Servicios de Medios Audiovisuales11, actualmente ya en proceso de
revisión.12
La Directiva califica así estos servicios en función de la prestación de un
servicio de comunicación a través de redes electrónicas, cuya finalidad principal es
informar, entretener o educar al público en general, a través de la transmisión de
programas, bien de modo convencional, bien bajo servicios de petición individual.
De ahí que, debido a esta superación del concepto de radiodifusión televisiva,
sea necesario mencionar los servicios de comunicación audiovisual en Red o en
Aplicaciones Móviles, como prestadores de servicios donde se ejercita la libertad de
expresión; debiendo, eso sí, matizarse, que para ellos no rige la Ley de Prestación de
Servicios de la Sociedad de la Información (2002), sino la Ley 7/2010, de 31 de marzo,
General del Audiovisual, normal que adapta la citada Directiva.
Por la propia referencia a los servicios audiovisuales que la normativa
comunitaria impone, no son muchos los aspectos de esta Ley que recaen en nuestro
objeto de estudio;13 si bien, deben destacarse dos: la protección del menor frente a este
tipo de emisiones; y la publicidad audiovisual.
Aunque el Código de Autorregulación de Contenidos Televisivos y Protección
de la Infancia (2004), ya había avanzado, desde la Ética, algunas medidas para el
control de las emisiones televisivas en horario infantil, la Ley General del Audiovisual

11
Texto disponible en: http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=CELEX:32007L0065&from=ES
12
Texto de la propuesta de revisión de Directiva en: http://eur-lex.europa.eu/legal-
content/EN/TXT/?qid=1464618463840&uri=COM:2016:287:FIN
13
En cambio, la propuesta de revisión de la Directiva persigue hacer hincapié en los servicios
audiovisuales on-line, a través de aplicaciones móviles y/o bajo demanda, a tenor de los nuevos hábitos
de consumo, especialmente de la gente joven. Entre los objetivos que se propone el nuevo texto pueden
señalarse: simplificar las normas que determinan cuál es la jurisdicción aplicable los servicios
audiovisuales transfronterizos; introducir una mayor flexibilidad en la regulación de las comunicaciones
comerciales audiovisuales, sin que ello suponga incrementar el límite de tiempo por hora de emisión;
imponer a los operadores de servicios audiovisuales on-line obligaciones similares a los operadores
tradicionales en lo que respecta a la financiación y promoción de obras audiovisuales europeas; ejercer un
mayor control técnico, legal y autorregulador sobre los contenidos potencialmente dañinos para los
menores de edad.
de 2010 ahonda en ellas y, a la vez, permite su sanción administrativa en caso de
incumplimiento.
El objetivo de protección del menor de edad se concreta en el establecimiento de
una franja horaria de protección infantil, dentro de la cual no podrán emitirse en abierto
contenidos audiovisuales que puedan perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o
moral del menor –ni pornografía o violencia gratuita-; y tres franjas de protección
reforzada, en las que habrá de ponerse aún mayor cuidado a la hora de seleccionar los
contenidos televisivos.
La franja genérica de protección se determina entre las 6 de la mañana y las 22
horas; y las franjas de protección reforzada –en las que está prohibida la emisión de
contenidos destinados a mayores de 13 años-, se corresponden con:

-de 8 a 9 de la mañana, en días laborables.


-de 17 a 20 de la tarde, en días laborables.
-de 9 a 12 de la mañana, sábados, domingos y fiestas de ámbito estatal.
Esta última franja será también de aplicación los días 1 y 6 de enero, Viernes
Santo, 1 de mayo, 12 de octubre, 1 de noviembre y 6, 8 y 25 de diciembre.
-Las tres franjas anteriores serán de aplicación en época de vacaciones escolares.

Por otra parte,


 los programas dedicados a juegos de azar y apuestas sólo pueden emitirse entre
la 1 y las 5 de la madrugada; mientras que los relacionados con el esoterismo y
las para-ciencias, lo harán entre las 22 horas y las 7 de la mañana. En todo caso,
los prestadores del servicio de comunicación audiovisual tendrán
responsabilidad subsidiaria sobre los fraudes que se puedan producir a través de
estos programas. Se exceptúan, eso sí, los sorteos y juegos con finalidad pública.
 En horario de protección al menor, los prestadores del servicio de comunicación
audiovisual no podrán insertar comunicaciones comerciales que promuevan el
culto al cuerpo y el rechazo a la auto-imagen, tales como productos
adelgazantes, intervenciones quirúrgicas o tratamientos de estética, que apelen al
rechazo social por la condición física, o al éxito debido a factores de peso o
estética. Cuando se realice el servicio de comunicación audiovisual mediante un
catálogo de programas, los prestadores deberán elaborar catálogos separados
para aquellos contenidos que no deban ser de acceso a menores.
 Todos los productos audiovisuales distribuidos a través de servicios de
comunicación audiovisual televisiva deben disponer de una calificación por
edades, de acuerdo con las instrucciones sobre su gradación que dicte el Consejo
Estatal de Medios Audiovisuales –cuando exista-. Dicha gradación de la
calificación debe ser la homologada por el Código de Autorregulación de
Contenidos Televisivos e Infancia: Para Todos los Públicos; No Recomendado
para Menores de 7 años; No recomendado para Menores de 13 años; y No
Recomendado para Menores de 18 años.

Del mismo modo, y con respecto a la publicidad audiovisual, la Ley General del
Audiovisual, de acuerdo con la Ley General de Publicidad (1988), señala con respecto a
la publicidad dirigida a menores de edad:

“Art. 7.3. Las comunicaciones comerciales no deberán producir perjuicio moral o


físico a los menores. En consecuencia, tendrán las siguientes limitaciones:
a) No deben incitar directamente a los menores a la compra o arrendamiento de
productos o servicios aprovechando su inexperiencia o credulidad.
b) No deben animar directamente a los menores a que persuadan a sus padres o
terceros para que compren bienes o servicios publicitados.
c) No deben explotar la especial relación de confianza que los menores depositan en
sus padres, profesores y otras personas.
d) No deben mostrar, sin motivos justificados, a menores en situaciones peligrosas.
e) No deben incitar a conductas que favorezcan la desigualdad entre hombres y
mujeres.
f) Las comunicaciones comerciales sobre productos especialmente dirigidos a menores,
como los juguetes, no deberán inducir a error sobre las características de los mismos,
sobre su seguridad, ni tampoco sobre la capacidad y actitudes necesarias en el menor
para utilizarlas sin producir daño para sí o a terceros”.

2.4. Regulación de las comunicaciones comerciales on line.

En el caso de la publicidad y otras comunicaciones comerciales, la irrupción de


Internet y, posteriormente, de las aplicaciones móviles de comunicación han supuesto
una eclosión de nuevos tipos de mensajes persuasivos, destinados a que el usuario final
adquiera un determinado bien o servicio, tal y como ha sido siempre el cometido de la
publicidad convencional. Sin embargo, el desarrollo tecnológico no sólo permite la
convivencia de las fórmulas tradicionales con las nuevas (banners, pay per click, pop-
up, etc.).
Dado que el mensaje publicitario se encuadra constitucionalmente en el ámbito
del ejercicio del derecho a la libertad de expresión (art. 20 CE), se repasan aquí, aunque
de forma sucinta, los principales ilícitos publicitarios recogidos en la legislación
española, junta con las normas que así los sancionan. Debe, al respecto, tenerse en
cuenta que, en este asunto también, rige el principio de indiferencia del medio que
realiza la función de transmisor del mensaje comercial; refiriéndose, por tanto, la
normativa al contenido del mensaje publicitario como tal.

Ilícitos publicitarios en la legislación española


Tradicionalmente la norma básica sobre regulación de la publicidad ha sido la
Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad, que abarcaba no sólo la
definición de publicidad, la tipología de los ilícitos publicitarios y la tipología de
contratación publicitaria, sino también las llamadas acciones de rectificación y cesación
publicitaria.
Hoy, esta Ley ha sufrido distintas modificaciones, de la que es especialmente
destacable la aprobación de la Ley 29/2009, de 30 de diciembre, por la que se modifica
el régimen legal de la competencia desleal y de la publicidad para la mejora de la
protección de los consumidores y usuarios, por su influencia en la conformación de la
Ley de 1988, la sustitución de algunas de sus partes y la derogación total de otras.14
El artículo 2 de la LGP (1988) define la publicidad como “toda forma de
comunicación realizada por una persona física o jurídica, pública o privada, en el
ejercicio de una actividad comercial, industrial, artesanal o profesional, con el fin de
promover de forma directa o indirecta la contratación de bienes muebles o inmuebles,
servicios, derechos y obligaciones”. Y aglutina de este modo, bajo el concepto de
publicidad, otros tipos de comunicaciones comerciales.

14
Texto consolidado de la Ley General de Publicidad (1988), disponible en:
https://www.boe.es/buscar/pdf/1988/BOE-A-1988-26156-consolidado.pdf ; y texto consolidado de la Ley de
Competencia Desleal (2009), disponible en: https://www.boe.es/boe/dias/2009/12/31/pdfs/BOE-A-2009-21162.pdf
La Ley destaca dos principios esenciales que deben regir la difusión publicitaria:
la idea de veracidad del mensaje y la idea de legalidad, como respeto al marco jurídico
constitucional español. Y, en consecuencia, determina los siguientes ilícitos
publicitarios, atendiendo al texto exacto del artículo 3: la publicidad que vulnera los
principios básicos constitucionales y los derechos fundamentales; la publicidad que
abusa de la credulidad de los menores de edad; la publicidad subliminal; la publicidad
engañosa; la publicidad desleal; y la publicidad agresiva.

“a) La publicidad que atente contra la dignidad de la persona o vulnere los valores y
derechos reconocidos en la Constitución, especialmente a los que se refieren sus
artículos 14, 18 y 20, apartado 4. Se entenderán incluidos en la previsión anterior los
anuncios que presenten a las mujeres de forma vejatoria o discriminatoria, bien
utilizando particular y directamente su cuerpo o partes del mismo como mero objeto
desvinculado del producto que se pretende promocionar, bien su imagen asociada a
comportamientos estereotipados que vulneren los fundamentos de nuestro
ordenamiento coadyuvando a generar la violencia a que se refiere la Ley Orgánica
1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de
Género”.
b) La publicidad dirigida a menores que les incite a la compra de un bien o de un
servicio, explotando su inexperiencia o credulidad, o en la que aparezcan persuadiendo
de la compra a padres o tutores. No se podrá, sin un motivo justificado, presentar a los
niños en situaciones peligrosas. No se deberá inducir a error sobre las características
de los productos, ni sobre su seguridad, ni tampoco sobre la capacidad y aptitudes
necesarias en el niño para utilizarlos sin producir daño para sí o a terceros.
c) La publicidad subliminal.
d) La que infrinja lo dispuesto en la normativa que regule la publicidad de
determinados productos, bienes, actividades o servicios.
e) La publicidad engañosa, la publicidad desleal y la publicidad agresiva que tendrán
el carácter de actos de competencia desleal en los términos contemplados en la Ley de
Competencia Desleal”.15

15
Si bien éste es el marco general de los ilícitos publicitarios, se deben añadir otros que la Ley considera
en función del tipo de producto o servicio, y que tienen, por tanto, una regulación especial: la publicidad
de materiales o productos sanitarios; de aquéllos que estén sometidos a reglamentaciones técnico-
sanitarias; de aquéllos susceptibles de generar riesgos para la salud, seguridad de las personas o su
patrimonio; la de juegos de azar o suerte; la de productos psicotrópicos, estupefacientes y farmacéuticos;
la de bebidas alcohólicas de más de 20 grados en televisión, así como su publicidad en cualquier soporte
en los lugares en que esté prohibida su venta o consumo.
Pero, como se ha indicado antes, la aprobación Ley 29/2009, de 30 de diciembre,
por la que se modifica el régimen legal de la competencia desleal y de la publicidad para
la mejora de la protección de los consumidores y usuarios, completa ahora la legislación
publicitaria, absorbiendo aspectos que anteriormente trataba la LGP (1988).
En el aspecto publicitario, se distingue por señalar algunos ilícitos publicitarios
como actos de competencia desleal, calificándose como tal todo “comportamiento que
resulte objetivamente contrario a las exigencias de la buena fe” (art. 4). En concreto y
sobre las ocasiones en que una comunicación comercial puede englobarse dentro de
estas conductas:

 (art. 5) “Se considera desleal por engañosa cualquier conducta que contenga
información falsa o información que, aun siendo veraz, por su contenido o
presentación, induzca o pueda inducir a error a los destinatarios, siendo
susceptible de alterar su comportamiento económico (…)”.
 (art. 7) “Se considera desleal la omisión u ocultación de la información
necesaria para que el destinatario adopte o pueda adoptar una decisión relativa
a su comportamiento económico con el debido conocimiento de causa. Es
también desleal si la información que se ofrece es poco clara, ininteligible,
ambigua, no se ofrece en el momento adecuado, o no se da a conocer el
propósito comercial de esa práctica, cuando no resulte evidente por el
contexto”.16

16
Frente a los ilícitos publicitarios, ahora ya calificados también como actos de competencia desleal, se
podrán oponer las siguientes acciones (art. 32), que hoy sustituyen a las tradicionales acciones de
cesación y rectificación publicitaria:
-Acción declarativa de deslealtad: que consiste en la mera declaración de la existencia de dicha conducta
por parte de una marca, nombre comercial o empresa.
-Acción de cesación de la conducta desleal o de prohibición de su reiteración futura: cuya finalidad es
limitar o evitar la comisión de la acción desleal ahora o en un momento posterior.
-Acción de remoción de los efectos producidos por la conducta desleal: compatible con la acción de
cesación, exige la concreción de las medidas que se solicita tomar, explicando cuál ha sido el alcance y
consecuencias de la conducta desleal para la marca o empresa afectada.
-Acción de rectificación de las informaciones engañosas, incorrectas o falsas: si bien, no se considera que
estas informaciones constituyan actos de competencia desleal, si no ha habido influencia en el
comportamiento económico del consumidor.
-Acción de resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados por la conducta desleal, si ha intervenido
dolo o culpa del agente.
-Acción de enriquecimiento injusto, que sólo procederá cuando la conducta desleal lesione una posición
jurídica amparada por un derecho de exclusiva u otra de análogo contenido económico.
De forma positiva, el artículo 10 permite la publicidad comparativa, implícita o
explítica, si concurren las siguientes circunstancias:

 Los bienes o servicios comparados poseen la misma finalidad o satisfacen las


mismas necesidades.
 La comparación se realiza de modo objetivo entre una o más características
esenciales, pertinentes, verificables y representativas de los bienes o servicios,
entre las cuales podrá incluirse el precio.
 En el supuesto de productos amparados por una denominación de origen o
indicación geográfica, denominación específica o especialidad tradicional
garantizada, la comparación sólo podrá efectuarse con otros productos de la
misma denominación.
 No podrán presentarse bienes o servicios como imitaciones o réplicas de otros a
los que se aplique una marca o nombre comercial protegido.

Finalmente, la publicidad televisada y, por ende, la publicidad


transmitida/difundida a través de los servicios de medios audiovisuales (incluidos
móviles), mide sus tiempos a través de la ya mencionada Ley General de la
Comunicación Audiovisual (2010).
Son elementos indispensables de su régimen jurídico:

-Que la publicidad televisiva y la televenta deben ser fácilmente identificables


como tales, distinguiéndose del contenido editorial, mediante mecanismos
acústicos y ópticos.
-Que los prestadores del servicio pueden emitir programas y espacios
dedicados a anunciar sus propios programas, así como los productos
derivados de los mismos, no pudiendo superar los 5 minutos de duración por
hora de programación.

En concreto, uno de los temas candentes ha sido, desde siempre, el


correspondiente al cómputo de tiempo de la publicidad televisiva, sobre el que se
establecen normas específicas, completadas también por el Reglamento de Desarrollo
de la LGAV (2010), aprobado por el Real Decreto 1624/2011, de 14 de noviembre:
 12 minutos de mensajes publicitarios por hora de reloj: computándose, a tal
efecto, tan sólo la publicidad y la televenta (art. 14).
 La emisión de ficción, programas informativos y programas infantiles sólo podrá
interrumpirse una vez cada 30 minutos.
 Las emisiones deportivas sólo podrán interrumpirse por mensajes publicitarios
aislados cuando el acontecimiento se encuentre detenido. Podrá, no obstante,
insertarse publicidad en otro tipo de formatos, como faldones, relojes, etc…,
siempre que no impidan el visionado.
 La emisión o retransmisión de servicios religiosos no podrá incluir publicidad ni
televenta.
 Los programas de televenta deberán tener una duración mínima de 15 minutos.

Sobre el patrocinio, la Ley prohíbe el uso de esta fórmula en el caso de los


programas informativos y advierte de la necesidad de informar al público sobre el
mismo al inicio y final del programa, así como al reanudarse la emisión tras cada corte.
Esta misma fórmula debe emplearse en el caso del emplazamiento de productos –
product placement-, que sólo se permite en la ficción, programas deportivos y
programas de entretenimiento. En ningún caso, en los programas infantiles.
Por otra parte, el tiempo dedicado a la autopromoción y a la “publicidad” de
productos derivados de los programas no podrá superar los 5 minutos por hora de reloj;
debiendo tenerse en cuenta que la autopromoción no computa en el tiempo total de
publicidad por hora, siempre y cuando: el mensaje dure más que un spot habitual; el
conjunto de las tele-promociones no superen los 36 minutos al día, ni los 3 minutos por
hora.
Como se ha mencionado en las notas a pie números 12 y 13, la propuesta de
revisión de esta Directiva (2015), trasladará de forma más clara y específica estas
normas al ámbito on line, flexibilizando la aplicación de algunos de sus artículos, en
función del modo tecnológico.

E-publicidad y comercio electrónico


Por otra parte, el contenido de la Directiva 2000/31/CE del Parlamento Europeo
y del Consejo, de 8 de junio de 2000, relativa a determinados aspectos jurídicos de los
servicios de la sociedad de la información, en particular el comercio electrónico en el
mercado interior, fue incorporado en España a la ya explicada Ley 34/2002, de 11 de
julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico.
Son obligaciones de la misma, en la línea de la regulación de la publicidad off
line:

 Que la publicidad resulte claramente identificable con respecto a otro tipo de


contenidos suministrados.
 Que las promociones especiales, ofertas y/o concursos presenten sus
condiciones de venta y/o participación de forma accesible e inequívoca.
 Que las comunicaciones comerciales personalizadas hayan sido solicitadas
y/o autorizadas previamente por la persona a la que van dirigidas, con la
excepción de los casos en que exista una relación contractual previa, y
siempre y cuando se haya ofrecido al consumidor la posibilidad de rechazar
los envíos con fines promocionales/comerciales.

Actualmente, la citada Directiva se encuentra también sometida a revisión en el


seno de la UE, como parte de la estrategia comunitaria de impulsar el mercado único
digital.17 No obstante, aún no existe un texto unificado disponible sobre este tema.

2.5 Responsabilidades ética y deontológica en el ejercicio de la libertad


de expresión

2.5.1. Libertad de expresión como valor ético


Como ya hemos comentado en el tema 1, las leyes son insuficientes para que una
sociedad sea justa, no siempre protegen los derechos reconocidos por una moral cívica,
exigen comportamientos a veces injustos que tienen que ser cumplidos. La ética cubre
vacíos legales, es ético cumplir la ley, y la autorregulación es propia de sociedades más
libres. Pourciau18, al examinar las relaciones entre tecnología, ley y ética, afirma que es
evidente que la ética juega un papel muy importante en el establecimiento de una
infraestructura informacional, ya que la ley constituye un factor secundario al tener un
carácter geopolítico y no representar uniformidad para una comunidad global de
derechos humanos, de ahí que la ética pueda dictar lo extensible a la comunidad global,

17
Para más información, https://ec.europa.eu/digital-single-market/en/e-commerce-directive
18
Pourciau, L.J. Ethics and electronic information in the twenty-first century. West Lafayette (IN):
Pordue University Press, 1999.
problema que ahora nos ocupa. Por otra parte, el uso de la tecnología, limitada a la ética
individual, de la que ya hablamos en el tema precedente, incita al individuo a actuar de
acuerdo a lo que le dicta la conciencia, muchas veces amparado en los derechos
humanos y su interpretación de la libertad de expresión, pero sin tener en cuenta las
limitaciones que los propios derechos humanos proponen en su documento de
declaración de principios, además de otras normas legales.
Para los comunicadores, la libertad de expresión se manifiesta en la libertad de
información o el derecho de transmitir hechos de manera colectiva o pública, la
capacidad de expresar ideas u opiniones desde el punto de vista individual, y la libertad
de prensa o el derecho a informar a través de cualquier medio de expresión. Para los
profesionales de la información y la documentación, la libertad intelectual engloba la
libertad de opinión y expresión, la lucha contra la censura y el acceso libre e igualitario
a la información.
El artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos se refiere a la libertad de
opinión como un derecho privado y a la libertad de expresión como un derecho público.
Sturges19 señala que estos dos derechos, la libertad de opinión individual y la libertad de
expresión pública están relacionados, tienen diferentes niveles de efecto y tienden a ser
justificados de diferente manera, teniendo en cuenta esta distinción entre algo individual
dicho para pocos y algo dicho para una gran audiencia. En este segundo caso, la
responsabilidad es más grande, y añade, es más grande aún esta responsabilidad cuando
el ejercicio de la libertad de expresión es usada por la autoridad, por un gobierno, y
desde donde se mira siempre con ciertos límites y condiciones.
Estos límites a la libertad de expresión los encontramos, por ejemplo, en la
Declaración Europea de Derechos Humanos20 (1950) en su artículo 10, donde especifica
los límites partiendo de que todos tenemos derecho a la libertad de expresión, que
incluye la libertad de opinión y a recibir y comunicar ideas sin interferencia de la
autoridad pública, pero restringido por intereses de seguridad nacional, integridad
territorial, salud pública, protección de la moral, protección de los derechos de otros,
prevención de desórdenes y crímenes, revelación de información confidencial o
imparcialidad de los jueces. También encontramos en la Declaración de los Derechos

19
Sturges, P. Limits to freedom of expression? Considerations arising from the Danish cartoons affair.
[En linea l IFLA Journal, 32(3), October 2006, p.181-188. Disponible en
http://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/0340035206070164 [Consultado 5/10/2017]
20
Consejo de Europa. Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Convenio Europeo de Derechos
Humanos. [En línea] htpp://www.echr.coe.int/Documents/Convention_SPA.pdf [Consultado 5/10/2017]
Humanos, el artículo 29, que habla de las obligaciones con la comunidad, el respeto
hacia los otros y bienestar de la comunidad; y el artículo 30, que dice que nadie
(individuo o comunidad) puede hacer algo dirigido a la destrucción de derechos y
libertades presentes en esta Declaración de Derechos Humanos.
De acuerdo al modelo de razonamiento ético que expusimos en el primer tema,
podemos analizar un caso concreto de libertad de expresión expuesto por Sturges21 en
relación con las viñetas sobre Mahoma que aparecieron en el periódico danés Jyllands
Posten en 2005 y que, seguro, todos conocemos. Una vez recopiladas todas las
informaciones que permiten reconstruir los hechos, este autor dice que en este caso
existen dos puntos de vista contrapuestos de la libertad de expresión: por una parte, el
periódico hace un ejercicio de la libertad de expresión en su trabajo en una sociedad
democrática, y por otra, por parte de la comunidad musulmana supone un límite a la
libertad de expresión porque ofende a una comunidad religiosa. El problema central, en
su opinión, son los límites a la libertad de expresión y se pregunta:
“¿hay algo que no puede ser dicho o circunstancias por las cuales no puede
ser dicho? ¿ si la libertad de expresión tiene límites, cómo se definen esos límites? ¿
cómo se define legítimamente lo que es considerado ofensivo? ¿ hay algún tipo de
derecho a la ofensa?”.
La respuesta la encuentra en la Declaración de los Derechos Humanos, partiendo
del concepto de dignidad humana e igualdad de derechos para todos los miembros de la
“familia humana”, en la relación entre el art. 19, derecho a la libertad de opinión y
libertad de expresión, el art.18, derecho a la libertad de religión y su práctica, como
derecho a la libertad de pensamiento que incluye la religión y la práctica religiosa, y los
arts. 29 y 30 de la Declaración de derechos Humanos, ya comentados, sobre los límites
que se encuentran en la ley (art. 29) y en la destrucción de derechos y libertades que
aparecen en la DD. HH. (art.30), y en el art. 10 de la Declaración Europea de Derechos
Humanos.
Sturges22 también se refiere al concepto de proporcionalidad, los principios de
daño y ofensa y el ejercicio del decoro como aspectos a tener en cuenta a la hora de
emitir un juicio ético. Esto significa que hay que medir varios aspectos: los motivos de
las personas que hicieron esto, el número de población ofendida, los intereses de la
comunidad y la medida en que el material podría haber sido evitado, si se dirigen a una

21
Sturges, P. Limits to freedom of expression…op. cit.
22
Ibídem
minoría sensible a la crítica o a una mayoría, examinar el daño a los intereses de la
comunidad provocando una protesta pública, y la audiencia y el medio empleado como
dos elementos que equilibran la balanza. Por ejemplo, refiriéndose a la audiencia, dice
que no es lo mismo dirigir la comunicación a un individuo, a unos pocos individuos o a
la población en general, o a los que están en el poder, representantes oficiales. Establece
una diferencia entre mensajes lanzados por un individuo bajo su propia responsabilidad
y mensajes originados desde medios oficiales o por alguna organización de medios de
comunicación. En cuanto a los medios de comunicación, diferencia entre un discurso en
la calle, un periódico, una web personal, un artículo en la columna de un periódico,
radio, televisión, medio digital. Si la comunicación se realiza desde un medio de
comunicación, en su opinión, representa la política editorial del medio y las
obligaciones con la comunidad, en este sentido, se hacen más fuertes (art. 29 DD.HH.).
Cuando se lanzan mensajes dirigidos a creencias u a otras características de otros
grupos, el llamado “discurso del odio” incide en los otros y atenta contra la dignidad
humana. Esto es una ofensa contemplada en la ley de muchos países y el grupo
ofendido puede acogerse también a los derechos humanos para defenderse. En la
importancia del término “pacífico” Sturges23 encuentra la solución a la reacción de la
ofensa. En este sentido, “lo correcto”, según este autor, es la protesta pacífica para
cambiar la ley en el caso de que un grupo se sienta ofendido y sienta que la ley le falla
en su protección.
Por otra parte, este autor añade que hay unos límites para responder a las
ofensas. Se refiere a las normas de la sociedad para aceptar el humor satírico basadas en
el ejercicio del decoro que según Palmer24, citado por Sturges, define como “una
decisión sobre la forma de expresión para un juicio público apropiado”. Incluye el
cálculo de la ofensa que debe darse en un tema o estilo particular y es aceptado como
norma en los medios, el teatro, los artículos o el humor y viñetas satíricas, con un
lenguaje que la sociedad acepta como adecuado para no herir a grupos vulnerables y
que, al final, como dice el autor, se regresa a los derechos humanos.
Sturges25 en su artículo realiza una última pregunta: ¿qué se debe hacer en la
práctica bibliotecaria?, en este caso, refiriéndose a los profesionales de la información

23
Ibídem
24
Palmer, J. Parody and decorum: permission to mock. In: Lockyer, S. and Pickering, M. Beyond a joke:
the limits of humour. Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2005. pp79–97
25
Sturges, P. Limits to freedom of expression…op. cit.
encargados de recopilar y difundir todo tipo de información en centros de información o
documentación, como bibliotecas, por ejemplo. A los bibliotecarios y otros
profesionales de la información, este caso concreto, les afecta en la obligación de
facilitar el acceso público a la información y las ideas. Cuando el recurso que se quiere
incorporar a la colección, por ejemplo, en medio impreso, digital o electrónico, es
controvertido en el sentido que estamos analizando, el profesional tiene la obligación de
asegurarse la legalidad del material para ponerlo a disposición de la comunidad. Hay
diferencia entre mantener un recurso que puede ofender para la libre consulta o dar
publicidad de ello en los muros del edificio o en la web institucional. El profesional de
la información debe hacer un balance entre abandonar el valor del libre acceso a la
información, u ofender gratuitamente a un individuo o grupo de la comunidad, aún
teniendo en cuenta que la responsabilidad de la ofensa es del medio que lo creó, no del
que lo pone a disposición. En opinión de Sturges26, los profesionales deben defender la
libertad de expresión y de acceso a la información, aunque no es suficiente saber que la
ley lo permite y que la libertad de opinión lo demanda.
En consecuencia, en todo conflicto ético es importante reconocer la compleja
interrelación entre los diferentes derechos humanos, pensar en evitar el odio y la ofensa,
desarrollar un conocimiento de cómo la libertad de expresión puede ser trabajada en la
sociedad, y conocer las posiciones de la comunidad a la que se sirve.

2.5.2. Acceso a la información como valor ético27


El acceso a la información como valor ético se ha encontrado tradicionalmente
unido a la libertad intelectual en el ámbito de la información y la documentación. Ridi28
señala que como componentes sustanciales de la libertad intelectual se integran la
libertad de pensamiento y de expresión, la libertad de acceso igualitario e universal a la
información, la accesibilidad de los contenidos informativos y la difusión de la
alfabetización, la reducción de la brecha digital, la conservación e integridad, la
privacidad, la propiedad intelectual y la lucha contra la censura. En su opinión, entre
todos estos valores éticos, tradicionalmente los más cultivados han sido el acceso a la
información y la libertad de expresión.

26
Ibídem
27
Para una información más completa sobre este asunto léase: Pérez Pulido, M. El acceso a la
información como valor ético en bibliotecas. Biblioteche oggi Trends, giugno 2015, p. 69-82
28
Ridi, R. Etica bibliotecaria. Deontologia professionale e dilemmi morali. Milano: Editrice Bibliografica,
2011
La libertad intelectual es el valor base sobre el cual se sustenta el código de la
American Library Association (ALA)29, primer código deontológico publicado en 1948
como respuesta fundamentalmente a los problemas de censura que la era McCarthy y
los acontecimientos bélicos en Europa estaban produciendo, y surge con la idea de
educar para la democracia, ir contra la censura de libros y protegerse de posibles
ataques convirtiéndose en una fuerza organizada. Este valor continúa presente en todas
las actualizaciones del código de la ALA, la última realizada en el año 2008. De los seis
puntos de corte aspiracional que componen este código deontológico, cinco de ellos se
refieren al valor de la libertad intelectual, al exponer que 1) los libros y otros recursos
de información deben ser ofrecidos para el interés de la comunidad , 2) deben presentar
todos los puntos de vista, 3) ningún usuario debe ser discriminado siendo denegado su
acceso a la información, 4) los profesionales deben retar a la censura y cooperar con
grupos que se opongan a la libertad intelectual. En la última modificación de este
código, realizada en 200830, se puede leer,” 1. Proporcionamos el más alto nivel de
servicio a todos los usuarios de las bibliotecas a través de los recursos adecuados y
organizados de forma útil, políticas de servicio equitativo, acceso equitativo y
respuestas amables, precisas y objetivas a todas las solicitudes”.
Desde los años 90, la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecas e
Instituciones (IFLA) ha trabajado incansablemente a favor de la libertad de expresión y
el acceso a la información. En 1997 se crea el Comité para la libertad de acceso a la
información y libertad de expresión (FAIFE)31 y en 1998 se redacta el Memorandum de
Riga auspiciado por IFLA, UNESCO y el Consejo de Europa. El contenido de este
Memorandum se refiere a la necesidad de tener en cuenta la Declaración Universal de
los Derechos Humanos (1948) y la Convención Europea de Derechos Humanos (1950)
como base para garantizar el derecho a la libertad de expresión y opinión, el derecho de
acceso igualitario para todos a la información, a la preservación de la herencia cultural y
a contar con las nuevas tecnologías como medio de difusión de las ideas. En esta
reunión se concede importancia a la elaboración de leyes sobre estos contenidos y a
crear y respetar códigos deontológicos en aspectos fundamentales relacionados con la
no discriminación en el acceso a la información y la obligación de guardar la

29
Para las actualizaciones o versiones originales se puede consultar el sitio web de IFLA,
http://www.ifla.org/faife/professional-codes-of-ethics-for-librarians.
30
El código de ética de la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos (ALA). [En línea]
http://eticaprofesionalinformacion.wordpress.com/codigo-etica-ala-2008 [Consultado 5/10/2017]
31
Comité de libre acceso a la información y libertad de expresión (FAIFE). [En línea]
http://www.ifla.org/faife[ Consultado 5/10/2017]
confidencialidad de los datos. La Declaración de IFLA sobre Bibliotecas y Libertad
intelectual32 elaborada por FAIFE en 1999 supone igualmente un compromiso con la
libertad intelectual, haciendo énfasis en el libre flujo y defensa del acceso a la
información, la resistencia a la censura, la protección de la intimidad de los usuarios y la
equidad e imparcialidad en la relación con ellos. A lo largo de estos años se han ido
sucediendo otras Declaraciones y documentos de esta índole adaptados a los propios
cambios de la sociedad.
El derecho a preservar la memoria colectiva y proteger la herencia cultural está
relacionado igualmente con el acceso a la información y la libertad de expresión en el
sentido de que fomenta el multilingüismo, la difusión de culturas diversas, la
conservación y preservación de contenidos. Los países que nacen como consecuencia de
los procesos de independencia llevados a cabo en Europa (Croacia, Ucrania, Lituania) y
cuyos códigos éticos fueron elaborados en los años 90, hacen un especial énfasis en la
protección de las minoría étnicas y una exaltación de los valores culturales, e incorporan
puntos relativos al acceso a la información para minorías étnicas y desarrollo de las
culturas étnicas como valor de la Nación.
Si analizamos los códigos deontológicos de los bibliotecarios y otros
profesionales de la información elaborados en estos dos últimos años, como el código
de IFLA33, de alcance mundial, vemos que el concepto de acceso a la información se va
ampliando en la incorporación de nuevos formatos y nuevas tecnologías en la
comunicación con los usuarios, y sigue constituyendo la misión principal de los
servicios de información para garantizar el desarrollo personal, la educación, la cultura,
la actividad económica, y el fortalecimiento de la democracia. El código considera
comportamientos éticos: rechazar la restricción del acceso a la información y oponerse a
la censura, ya sea por los estados, gobiernos, instituciones religiosas o de la sociedad
civil; el acceso gratuito a los servicios y las colecciones y, en caso de no poder ser, una
tarificación lo más baja posible; la promoción de la colección y los servicios para que
los usuarios potenciales sean conscientes de su existencia y disponibilidad; el uso de
medios posibles para la accesibilidad de todos de acuerdo a las normas de accesibilidad
internacionales; proporcionar el mejor acceso justo, rápido, económico y eficaz de la

32
Declaración de IFLA sobre las bibliotecas y la libertad intelectual.[En línea]
https://www.ifla.org/ES/publications/declaraci-n-de-la-ifla-sobre-las-bibliotecas-y-la-libertad-intelectual
[Consultado 5/10/2017]
33
IFLA Code of Ethics for Librarians and other Information Workers [En línea]
http://www.ifla.org/news/ifla-code-of-ethics-for-librarians-and-other-information-workers-full-version
[Consultado 5/10/2017]
información; el apoyo a los principios de acceso libre, código abierto y licencias
abiertas.
El código deontológico de la Sociedad Española de Documentación e
Información Científica (SEDIC)34 aprobado en 2013, de ámbito nacional, contempla un
apartado único para el valor acceso a la información diferenciándolo del de libertad
intelectual. Este apartado del código incluye: proporcionar acceso a la información lo
mejor posible, poniendo a disposición de los usuarios la normativas propias que regulan
su acceso, uso y difusión para el usuario; acceso libre e igualitario; acceso a los
colectivos en desventaja; proporcionar información actualizada, plural, fiable,
equilibrada y adecuada a las necesidades de los usuarios; garantizar la transparencia en
la selección, acceso y suministro de recursos de información; fomentar las iniciativas
de acceso abierto; apoyo a los principios de gobierno abierto (e-governement) para que
mediante la transparencia, la participación y la integridad, el funcionamiento de las
administraciones y los negocios puedan ser escrutados por el público en general;
promoción de la alfabetización informacional; cuidado de la integridad de la
información y documentación; no recibir contraprestación por la consulta o acceso a
cualquier producto o servicio salvo que esté regulado por la organización o se trate de
empresas de carácter privado ligadas a la venta de información. Este código especifica
que el límite se encuentra en el marco jurídico.
El acceso a la información adquiere una nueva dimensión como consecuencia
del uso de las nuevas tecnologías. En este sentido, IFLA se ha adherido a los Principios
Internacionales sobre la Aplicación de los Derechos Humanos a la Vigilancia de las
Comunicaciones en 2013, un marco de actuación general para asegurarse el respeto a
los DD.HH. en el entorno digital. Se trata de garantizar las leyes, las políticas y las
prácticas relacionadas con la vigilancia en las comunicaciones respecto a los valores
éticos de privacidad y libertad de expresión, y de proteger a las personas respecto a la
recopilación, usos y acceso a datos personales en las comunicaciones y contenidos
digitales por parte del Estado y los proveedores de servicios de comunicación. Los
congresos INFOETHIC nos pueden dar una visión del acceso a la información en el
contexto digital. Celebrados bajo los auspicios de la UNESCO, se centran en temas de
acceso a la información digital, conservación y preservación de materiales digitales o la
educación de la sociedad en entornos multimedia. Proponen también la creación de

34
Asociación Española de Documentación e Información Científica (SEDIC). Código deontológico.[En
línea] http://www.sedic.es/codigo_deontologico_sedic.pdf [Consultado 5/10/2017]
centros de información específicos para países pobres, la promoción del conocimiento
público, así como dar acceso a la red a los países más desfavorecidos.
En este sentido, el Manifiesto de IFLA35 sobre Internet, publicado en 2014,
garantiza la apertura y transparencia en los servicios de información. Este documento se
basa en los derechos y necesidades de los usuarios, su participación en este medio, la
provisión de materiales a través de la red y el acceso equitativo a la red en los servicios
de información. Tiene en cuenta las diferencias culturales locales, nacionales e
internacionales en el acceso a la información para ofrecer un acceso más amplio, rápido
y barato y así posibilitar la mejor selección de información. Contempla también la
necesidad de que los profesionales estén capacitados para señalar sitios favoritos o
recomendar a los usuarios, ya que los procesos de recuperación de la información son
ahora más simples pero más complejos que antes por el uso y las formas de uso de
internet (banda ancha, wifi, bitácoras, blogs, sitios web, wikis, negocios en línea). Se
establece la necesidad de crear políticas de uso y nivel de servicios relacionados con la
conexión a internet; la neutralidad de la red; el acceso igualitario como base de la
democracia y la paz; la responsabilidad de servir a todo el público sin discriminación;
el ofrecimiento al usuario de la mejor tecnología con conexiones rápidas; un personal
bien formado y responsable; el respeto de la privacidad; y los derechos de autor y
propiedad intelectual. En consecuencia, IFLA ayuda a los gobiernos para que apoyen el
flujo de información, alienta a la responsabilidad de todos en el uso de internet,
establece políticas claras y transparentes para el uso de internet, propicia el trato
igualitario y el respeto a las leyes. En caso de conflicto acude a la Declaración de los
Derechos Humanos.
Otra acción de IFLA al respecto es la promoción del acceso a la información en
la organización de las Naciones Unidas (ONU), en las sesiones de creación de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible. El Grupo de Trabajo Abierto sobre los Objetivos de
Desarrollo Sostenible de la ONU elaboró un documento final con 17 nuevos objetivos e
indicadores para este nuevo marco de desarrollo. IFLA consiguió que el acceso a la
información fuera uno de estos objetivos. La Declaración de Lyon (2014) 36se crea para
influir positivamente en el contenido de la agenda de desarrollo post-2015 de la ONU y
los servicios de información deben adherirse a ella. De este modo, para garantizar el

35
Versión renovada del Manifiesto de 2002 que aporta un marco para la aplicación de políticas que
garanticen la libertad de acceso a la información e internet
36
Declaración de Lyon sobre el acceso a la información y el desarrollo. 2014. [En línea]
http://www.lyondeclaration.org [Consultado 5/10/2017.]
desarrollo sostenible se requiere: reconocer el derecho público a acceder a la
información y los datos respetando el derecho a la intimidad de las personas; reconocer
el papel de las autoridades locales, los intermediarios de la información e infraestructura
para TIC e internet abierta; adopción de políticas, normas y leyes; desarrollo de
indicadores para medir el impacto del acceso a la información, y datos para redactar
informes anuales. Esta Declaración pone en relieve la importancia de nuevos servicios
como el de información del gobierno, alfabetización, servicios para niños y TIC37.
Igualmente, en la base de la Nueva Agenda de Desarrollo para los objetivos del Milenio
(2016-2030) se encuentra el acceso a la información para apoyar el desarrollo sostenible
y la mejora de la calidad de vida de las personas. Se fundamenta en la idea de que el
desarrollo sostenible busca garantizar la prosperidad socioeconómica de las personas en
cualquier lugar y para lograrlo es esencial la capacidad para tomar decisiones
informadas de los gobiernos, los parlamentarios, las autoridades locales, las
comunidades y la sociedad civil.
Llegados a este punto, podríamos preguntarnos, ¿qué tipo de conflicto ético
relacionado con el acceso a la información puede darse en un servicio de
información?. Ridi38, por ejemplo, se centra en las cuestiones relacionadas con estos
servicios al preguntarse si se debe responder cualquier tipo de pregunta de referencia, o
dónde se encuentra el límite en lo que respecta a responder a preguntas relacionadas con
ciertos temas: ¿hay que poner a disposición del usuario documentos que pongan en
peligro su propia vida o la de los otros? ¿ se debe poner en conocimiento de los
usuarios materiales que pongan en cuestión aspectos históricos sobre los que hay
consenso? ¿ se debe regular el acceso a menores a la red desde un servicio de
información?. Vives39 en un contexto general se pregunta cómo actuar ante la crisis, o
yo misma muestro interés por la relación con proveedores y patrocinadores para ofrecer
un mayor acceso a la información.
Pero donde Froehlich40 ve un punto más de complejidad, es en la evaluación de
los recursos en internet para los servicios de referencia (pregunta-respuesta) y la
validación de las fuentes como wikis o bookmarks. Respecto a esto se pregunta:

37
García-Febo, L. Acceso a la información y desarrollo: la importancia de la Declaración de Lyon.
Infotecarios, 2014 [En línea] http://www.infotecarios.com/acceso-la-información-y-desarrollo-la-
importancia-de-la-declaracion-de-lyon [ Consultado 5/10/2017].
38
Ridi, R. Etica bibliotecária… op. cit.
39
López López, P.; Vives i Gracia, P. Ética y derechos humanos. Madrid: Anabad, 2013.
40
Froehlich, T. Nadie dice que fuera fácil: algunas reflexiones acerca del desarrollo del marco ético en la
práctica del trabajo bibliotecario. Educación y Biblioteca, 159, 2007, p. 76-83.
¿deberían los profesionales entrar en la tarea de la evaluación o preocuparse
solo en la mera provisión de fuentes de información? ¿No tienen los profesionales
interés respecto a las recomendaciones que hacen y a su garantía de calidad?¿Cuando
proporcionamos materiales de internet a un usuario podemos lavarnos las manos
respecto al material proporcionado? ¿Ignoramos la realidad o intentamos
proporcionar materiales buenos?. ¿ Debo discrepar de mis creencias personales, de
clase social, profesionales, regionales o mis peculiaridades de minoría o mayoría
lingüística respecto de lo que debo proporcionar como profesional?.
Este autor considera peligrosas a las wikis como validación social del
conocimiento ya que, por una parte, incorporan ideas particulares sobre un asunto, pero
al poder escribir sin medida y sin haber alguien que esté al tanto de la validación del
conocimiento pueden ser inútiles Por ejemplo, Wikipedia a finales de mayo de 2008
decidió bloquear desde su web el enlace a www.rebelion.org por considerar este medio
fuente no neutral ni verificable. Este sitio web fue incluido en la lista negra de
wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/MediaWiki:Spam-blacklist.Una bibliotecaria
tomó esta decisión autorizada por wikipedia41.
Respecto a la pregunta: ¿un profesional respecto a una referencia obtenida de
una wiki debe ser capaz de realizar una evaluación sobre la idoneidad del contenido de
la misma? el autor encuentra la paradoja de la profesión: un profesional suele ser
experto en el trabajo de referencia pero no en el contenido sustancial de los materiales.
Se puede ser experto en la localización de fuentes pero no para valorar su contenido.
Según Froehlich, los blogs, bookmarks compartidos, folksonomias, tagging, etiquetas,
You Tube, todos tienen problemas como fuente de información, por eso se pregunta si
no se debería investigar la credibilidad del recurso periodístico o el recurso en internet
igual que se estudia la credibilidad de los sitios web.

2.5.3. El principio de neutralidad


Como ya comentamos en el tema 1, los principios de autonomía, justicia,
neutralidad nos dan las pautas para la creación de valores específicos de la profesión
como la libertad de expresión, el acceso a la información o la calidad de servicios.
Ahora nos centramos en el principio de neutralidad, relacionado fundamentalmente con

41
http://www.larepublica.es/spip.php?article11427 o en:
Este hecho se puede consultar en:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=69124 Caso comentado por Pedro López López en su
artículo El mito de la neutralidad en Biblioteconomía y Documentación. Educación y Biblioteca, n.166,
julio-agosto, 2008, pp. 62-68.
el valor de acceso a la información y lo estudiaremos desde dos puntos de vista: la
neutralidad del profesional y la neutralidad en la red.
La neutralidad, en general, se considera una actitud o situación de una persona o
institución que no se inclina a favor de ninguna de las partes. No tomar partido, no
comprometerse en controversias políticas, raciales, religiosas o ideológicas42. No
implica indiferencia, lo que sería contrario a los principios y valores éticos de la
profesión, sino que es una estrategia operativa para poder desempeñar el fin de servicio
a la sociedad generando confianza en todos. La neutralidad es el principio rector de la
mediación, esencia de mediación como sistema para resolver conflictos con respeto
hacia todas las partes.
Por imparcialidad se entiende un criterio de justicia que sostiene que las
decisiones deben tomarse atendiendo a criterios objetivos sin influencias de sesgos,
prejuicios o tratos diferentes por razones inapropiadas. No significa solamente que
todos sean tratados por igual, sino que algunas personas puedan ser tratadas de manera
diferente por razones objetivas y externas.
El ejercicio de un servicio público es neutral. Por la neutralidad43, la
administración impone al empleado público el deber de colaboración con cualquier
gobierno, con independencia de la acción política de éste. Por la objetividad, la
administración impone al empleado público el deber de actuar según la ley
prescindiendo de cualquier tipo de fin o interés subjetivo. La imparcialidad se identifica
con la objetividad y vela por la satisfacción de los intereses generales para proteger la
buena apariencia de la administración. Neutralidad, imparcialidad y objetividad son tres
conceptos que deben ser analizados en un contexto en el que la libertad de expresión y
el acceso a la información son importantes.
García Costa analiza el significado de estos tres conceptos desde el punto de
vista legal y ético44 en la Administración y en el sector público en general. En el
lenguaje administrativo, los tres son cualidades de la acción administrativa para que ésta
se desarrolle de modo que sirva a los intereses generales. La neutralidad implica una
relación con el Gobierno y supone una actuación independiente del gobierno que esté en
ese momento. La objetividad y la imparcialidad implican una relación de la

42
Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo.[En línea] Disponible en
http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/4 [Consultado 5/10l/2017]
43
García Costa, F. M. Delimitación conceptual del principio de objetividad: objetividad, neutralidad e
imparcialidad. Documentación Administrativa, nº 289, enero-abril, 2011, p.21-42
44
Se encuentran incluidos en la Constitución Española (art. 103.1 y 103.2) y en la Ley 7/2007 del
Estatuto Básico del Empleado Público (art.52 a 54)
administración con los administrados. La objetividad consiste en aplicar la ley
independientemente de la valoración personal y subjetiva de la misma, y la
imparcialidad supone aplicar la ley obligando a no ponerse a favor o en contra para
obrar con rectitud. La neutralidad trata de prohibir el carácter político de la
Administración. El artículo 103.1 de la Constitución española dice que la
Administración Pública sirve con objetividad a los intereses generales. Esto incluye el
mantener a los servicios públicos a cubierto de toda colisión entre intereses particulares
e intereses generales.

Un mecanismo para garantizar la imparcialidad del funcionario es el Estatuto


del Empleado Público45, cuyo artículo 52 está dedicado al código de conducta, el
artículo 53 se refiere a los principios éticos y el art.54 a los principios de conducta46. El
art. 52 habla de la actuación del empleado público según los principios de neutralidad,
objetividad e imparcialidad. El art. 53 dice textualmente “ejercerán sus atribuciones
según el principio de dedicación al servicio público absteniéndose no solo de conductas
contrarias al mismo sino también de cualesquiera otras que comprometan la
neutralidad en el ejercicio de los servicios públicos”.

En el ámbito autonómico tenemos la ley 13/2015, de 8 de abril, de Función


Pública de Extremadura47. En ella encontramos el Cap.VI de deberes del personal
empleado público, principios de conducta y régimen de incompatibilidades, y como
parte de él, el art. 67 de Deberes y Código de Conducta y el art. 68 de Responsabilidad
Social Corporativa.
Ridi48 estructura diversas posturas en torno a la neutralidad del profesional de la
información: la de Foskett, de abandonar cualquier opinión personal en horas de trabajo,
la de Ferrieri, una neutralidad activa que consiste en la garantía de terciar y buscar el
equilibrio entre las partes, la de Haupmant que antepone los valores de la sociedad a los
de la profesión ante una situación de conflicto, y la de Blanke, Gremmles, Lewis y otros

45
ESPAÑA. Ley 7/2007, 12 de abril, Estatuto Básico del Empleado Público. BOE n.89, 13 de abril de
2007.
46
El informe Nolan fue elaborado en el Reino Unido en 1995 por un comité de expertos y establece los
principios básicos sobre los que han de basarse las normas de conducta de la vida pública: altruismo por
encima del beneficio propio, integridad, no mantener obligaciones con terceros, objetividad en el
desempeño de los servicios, responsabilidad en las acciones y decisiones, transparencia, honestidad y
autonomía. Véase Lord Nolan. Lección Inaugural. Jornadas de ética pública. Madrid: Instituto Nacional
de Administración Pública, 1997.
47
Publicado en el DOE, 68, 10 de abril de 2015
48
Ridi, R. Etica bibliotecária… op. cit. p. 60-61
que defienden que la neutralidad es utópica y débil en el enfrentamiento de las
ideologías dominantes. Ridi defiende que la neutralidad de un profesional es lo opuesto
a una postura aséptica o pasiva ya que para ser objetivo se necesita estar atento a no
confundir la orientación personal con la objetividad, sustituyendo las opiniones
personales por una pluralidad de puntos de vista bien diversificados y la disponibilidad
de aceptar el punto de vista de cada uno para tratar de responder a cualquier pregunta.
Siguiendo a otros autores, dice que un servicio de información debe documentar de
manera imparcial los diversos puntos de vista desde los cuales un tema puede ser
interpretado. No lo considera una posición fácil pero dice que es aquí donde se
encuentra verdaderamente el nivel de profesionalidad.
En opinión de Vives49 en España existe una excesiva partidización de la vida
pública. Unos profesionales de diferentes tendencias políticas deberían coincidir en una
serie de valores básicos como pertenencia a un colectivo profesional. Añade, “Las
opiniones políticas de un bibliotecario deben quedar al margen como profesional que
pertenece a un colectivo, pero el resultado no puede ser una ética profesional de menor
calado social que las éticas individuales, es decir, no se debe escurrir el bulto bajo el
escudo de la neutralidad, es incompatible ser bibliotecario y cerrar los ojos ante la
censura”.
El dilema de la neutralidad continúa vigente en nuestra profesión desde que se
incorporó en los primeros códigos deontológicos como principio ético. Todos los
códigos lo dicen, todos hacen referencia a ello pero, como acabamos de comprobar, no
existe una respuesta única. La neutralidad como principio, al igual que la imparcialidad
como valor, son conceptos rectores de la manera de proceder cuando se trabaja en
servicios de información como servicios públicos.
Respecto a la neutralidad, el código de la IFLA50 dice textualmente: “los
bibliotecarios y otros profesionales están estrictamente comprometidos con la
neutralidad y una postura imparcial respecto a la recopilación, el acceso y el servicio”.
Neutralidad en la formación de la colección más equilibrada y en el acceso a la
información lo más equilibrado posible. Se añade, “Distinguen entre sus convicciones
personales y las obligaciones profesionales. Ellos no anteponen los intereses privados o
creencias personales a expensas de la neutralidad”, “tienen derecho a la libre

49
López López, P.; Vives i Gracia, J. Ética y derechos humanos…op.cit.
50
IFLA Code of Ethics for Librarians and other Information Workers [En línea]
http://www.ifla.org/news/ifla-code-of-ethics-for-librarians-and-other-information-workers-full-version
[Consultado 5/10/2017]
expresión en el lugar de trabajo siempre que no vulnere el principio de neutralidad
hacia los usuarios”.
Otros códigos de la profesión como el European Council for Information
Associations (ECIA)51, hablan de “eludir toda censura o sesgo derivados de creencias
personales políticas, religiosas, o de otro tipo y asegurarse de que se tienen en cuenta
todos los puntos de vista legítimos y evidencias válidas”. El código de conducta del
Consejo Internacional de Archivos (CIA)52, dice que los archiveros deben “promover el
acceso más amplio posible a los archivos y proporcionarán un servicio imparcial a
todos los usuarios”
A la pregunta de si un profesional de la información debe ser neutral en el
ejercicio de su profesión, respondería que debe serlo en cuanto hace lo que debe hacer,
es decir, obrar con autonomía respecto a los presupuestos ideológicos del gobierno que
en ese momento está en el poder, porque el principio de neutralidad (neutralidad activa)
significa que, independientemente de la adhesión a ese poder o no, se sigue gestionando
correctamente, y esto unido a la autonomía, igualmente como principio ético, posibilita
ejercer atendiendo a las características técnicas de la profesión, a la misión de la
institución, a las normas legales y a los códigos deontológicos propios de la profesión,
siendo imparciales en la acción que presupone atender todos los puntos de vista y a
todos en igualdad de condiciones, en un compromiso de responsabilidad con los
usuarios y la comunidad.
Estas consideraciones finales me llevan a pensar precisamente en las palabras de
otro texto de Froehlich53:
“Nadie dijo que aplicar la ética o más bien ser ético fuera fácil y debido a
nuestro papel dentro de la sociedad global de la información el número y la diversidad
de consideraciones a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones éticas seguirán
creciendo y pondrán a prueba nuestro reducido conocimiento”.

2.5.3.1. El concepto de neutralidad en la red


Cristina Cullell- March54 señala que el debate sobre la neutralidad de la red
ahora está más vivo que nunca respecto a la idea de que internet se mantenga como una

51
The European Council for Information Associations (ECIA). Ethical principles sfor I&D professional.
[En línea] eprints.rclis.org/4343 [Consultado 10/10/2016]
52
Consejo Internacional de Archivos (CIA). Código de ética profesional [En línea]
https://www.ica.org/sites/default/files/ICA_1996-09-06_code%20of%20ethics_ES.pdf [Consultado
5/10/2017]
53
Froehlich, T. Nadie dijo que fuera fácil…op.cit.
plataforma innovadora, abierta y neutral, y aboga por que las autoridades europeas
deben decidir si se aplican medidas para evitar que los proveedores de servicios de
internet (PSIs) limiten, dificulten o impidan el acceso a determinados contenidos online.
El origen de la neutralidad de la red lo encontramos en los años 90 cuando se
publica la Declaración de la Independencia del Ciberespacio (1996) en la que se
rechazaba cualquier tipo de intervención política o económica sobre el espacio. Esto
significa considerar a la Red como un simple transportador de contenidos que no
distingue entre una web u otra, y en tanto que red pública, internet debe tratar por igual
todos los contenidos, webs y plataformas que circulan a través de ella. Los proveedores
de internet deben cobrar por el acceso sin favorecer un contenido por encima de otro y
puede circular todo tipo de contenido. Sin embargo, con el tiempo se están produciendo
cambios que obligan a establecer mecanismos para evitar el spam, el cibercrimen, la
discriminación de servicios o las demandas de aplicaciones que hacen aumentar el
tráfico en la red.
Según Cullell- March, el debate de la neutralidad en la red viene determinado
por tres factores: 1) el incremento del tráfico por el consumo privado sobre todo de
vídeos, que exige un aumento de capacidad para dar soporte a los nuevos servicios y
satisfacer la demanda de los usuarios cada vez más exigentes; 2) la capacidad de los
proveedores de servicios de internet (PSIs) para controlar cualquier dato que circula por
la red gracias a la evolución tecnológica, es decir, la creación de sistemas de
monitorización y manipulación de aplicaciones y tráfico (cortafuegos, compartir
archivos P2P, exceso de consumo de ancho de banda en horas concretas del día) que
provocan la capacidad de interferir en el contenido y pagar de manera diferente por
ellos; 3) la posibilidad de los PSIs de comercializar aplicaciones o servicios
empaquetados que generan riesgos para la libre competencia de mercado.
En el momento en que hay intereses en conflicto, según esta autora, se puede
enfocar el debate de la neutralidad de la red desde dos posiciones: la aperturista y la
desreguladora. La primera, se caracteriza por considerar internet un servicio mínimo al
que todos los ciudadanos tienen derecho, y donde los poderes públicos imponen a los
PSIs unas obligaciones de carga de servicio a un precio asequible. Además, el propio
principio de neutralidad impide que se restrinjan el acceso y uso de servicios y
aplicaciones a los usuarios, y ofrece la garantía de una red de acceso abierto que no

54
Cullell-March, C. El futuro de la web ante la neutralidad de la red: estado de la cuestión en la Unión
Europea. El profesional de la Información, 2012, enero-febrero, v. 21, n. 1, p. 77-82.
distinga ni priorice un tráfico sobre otro, al considerar internet como un bien común de
la sociedad donde nadie puede ejercer control sobre ello.
Por otra parte, la posición desreguladora defiende la defensa de la propiedad
privada de las redes para garantizar su eficiencia, y la existencia de incentivos en el
desarrollo de la red para posibilitar la diferenciación de los servicios fijando tarifas en
base a los contenidos consultados y consumidos, además de la no intervención del
gobierno en su evolución, es decir, la red en manos privadas viéndose legitimados para
hacer lo que crean conveniente. De este modo, el debate ético de la neutralidad de la red
se asienta sobre la regulación económica que favorece la competencia del mercado y los
principios fundamentales de acceso que hay que respetar.
La Directiva 2009/140/CE establece el compromiso por parte de Europa de
preservar el carácter abierto y neutral de internet en tres aspectos fundamentales: la
capacidad de elección, la transparencia y localidad de servicio. En opinión de Cullell-
March, se debe garantizar a los usuarios la capacidad para acceder, distribuir y utilizar
todo aquello que escojan sin discriminación ninguna sobre su elección, los contratos de
conexión a internet deben incluir información sobre las limitaciones de acceso y uso de
servicios y aplicaciones para los usuarios, y las prácticas restrictivas de tráfico han de
ser mínimas para preservar la calidad de servicio. El derecho a la libertad de expresión
depende de las condiciones de acceso y las amenazas a la neutralidad representan un
intento de ejercer control sobre las diferentes formas de comunicación y expresión de la
sociedad mediante actos de censura privada practicada por los proveedores de servicios
de internet.
De acuerdo con la Asociación Española de Economía Digital (Adigital)55 una
Red Neutral significa garantizar que todos los servicios puedan desarrollarse en
igualdad de condiciones independientemente de la compañía que sea y la forma de
conectarse con el usuario. Debe favorecer el acceso y fomento de la competencia, algo
fundamental para el desarrollo de un negocio por internet. Debe prohibir para los
proveedores de servicios a través de la red la discriminación entre usuarios, la
persecución de contenidos, páginas y programas, y el bloqueo del acceso a particulares
o empresas sean cuales sean sus contenidos. Debe abaratar el ancho de banda y proteger
el derecho de los internautas cuando compran por internet.

2.5.4 La calidad de servicio como valor ético

55
Asociación Española de Economía Digital [En línea] https://www.adigital.org [Consultado 5/10/2017]
Las empresas proveedoras de servicios se adhieren a códigos deontológicos
como consecuencia de lo que dice la ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la
sociedad de la información y de comercio electrónico, en un ejercicio de “co-
regulación” o “autorregulación regulada”. La ley contempla la elaboración de códigos
de conducta al considerar que son instrumentos aptos para adaptar la ley a las
características específicas de cada sector, y como forma de solucionar los conflictos
que se pueden dar en la contratación electrónica de servicios. De esta forma,
encontramos el Capítulo III de la ley dedicado a los códigos de conducta: el artículo 18,
dice que las administraciones públicas impulsarán la creación de códigos de conducta
por parte de las asociaciones, corporaciones, organizaciones comerciales, profesionales
y de consumidores en las materias reguladas por la ley y fomentará también la creación
de códigos de ámbito comunitario o internacional. Su elaboración exigirá la
participación de los diferentes colectivos y tratarán fundamentalmente de los
procedimientos para la detección y retirada de contenidos ilícitos, la protección de los
destinatarios frente al envío de comunicaciones comerciales no solicitadas, y los
procedimientos de resolución de conflictos surgidos de la propia actividad. Igualmente,
tendrán especialmente en cuenta la protección de menores y la dignidad humana.
Los códigos deberán ser accesibles vía electrónica y traducidos a las lenguas
que se consideren necesarias. La disposición adicional novena de la ley dice que se
elaborarán códigos de conducta concretos para las cuestiones relacionadas con la
ciberseguridad. En la disposición adicional octava, sobre el distintivo de adhesión a
códigos de conducta que incorporen determinadas garantías, se dice que el Gobierno
aprobará un distintivo para identificar a los prestadores de servicios que respeten los
códigos de conducta adoptados con la participación del Consejo de consumidores y
Usuarios, que incluyan su adhesión al Sistema Arbitral de Consumo o a otros europeos
para la resolución de conflictos con los consumidores.
El código ético de Confianza Online56 puede ser el ejemplo más significativo de
todo lo dicho hasta el momento. Este código de la Asociación para la Autorregulación
de la Comunicación Comercial, actualizado en 2015 debido a las nuevas modificaciones
de las leyes de telecomunicaciones y de defensa de los consumidores y usuarios,
presenta una estructura en Títulos, capítulos y artículos relacionados con la Publicidad
(Título II), el comercio electrónico (Título III), la protección de datos personales (Título

56
Código Ético de Confianza Online. 2015 [En línea]
http://www.autocontrol.es/pdfs/cod_confianzaonline.pdf [Consultado 5/10/2017]
IV), la protección de menores (Título V) y las normas de aplicación del código (Título
VI). Establece los comportamientos éticos adecuados paralelamente a lo que dice la
Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio
electrónico, en lo que a publicidad se refiere, por ejemplo, la identificación del
anunciante, la información del destinatario, las promociones publicitarias, la
competencia desleal, las prácticas prohibidas, la publicidad en foros de noticias, chats y
similares, o los patrocinios. El Título III, comercio electrónico, se ocupa de los procesos
de contratación y las obligaciones posteriores al contrato con los clientes, los servicios
de atención al cliente, la seguridad y los medios de pago. En este código se trata
también el distintivo para identificar la adhesión a los códigos de conducta. En los
siguientes temas volveremos a tratar con más detenimiento el contenido de este código
de conducta.
Otro ejemplo de autorregulación es el Código de deontología profesional de las
empresas proveedoras de servicios de internet ASIMELEC57. El código está
estructurado en 10 capítulos, cada unos de los cuales posee varios artículos. El capítulo
I, en el art. 1, define lo que es un “proveedor de servicios de internet”: cualquier
empresa que ofrezca servicios por internet conforme a los criterios que se indican en la
ley y en el código u otros reglamentos oficiales. El capítulo II, está dedicado a las
normas de conducta. El art. 2 obliga a respetar la libertad de expresión y la libertad de
prensa, respetando los derechos humanos, no actuando contra la dignidad humana y
promocionando la libertad del uso de las tecnologías de la información en las
comunicaciones. El art. 3, se refiere a actuar con honestidad, integridad intelectual y
lealtad, no utilizar información falsa o engañosa, y difundir mensajes ilegales que
atenten contra la dignidad humana, en especial los menores y la juventud. El art. 4, dice
que las actividades deben ser ejercidas abiertamente, el art. 5, que debe realizarse
publicidad legal, y el art. 6 que deben observarse los estándares más altos de calidad de
servicios: no a prácticas que atenten contra la integridad de los usuarios, uso de
información falsa o engañosa, comercio ilícito, y respeto al secreto profesional.
El capítulo III se refiere a las obligaciones de las empresas con los clientes y
contratantes: no pueden representar intereses en conflicto entre sus clientes (art. 7), y

57
Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica (ASIMELEC). Código de deontología
profesional de las empresas proveedores de servicios de internet [En línea]
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/cyberlaw/actual/6/codigoasimelec.html [Consultado 5/10/2017]
debe decirse a los clientes que respeten el código deontológico y, en caso de no hacerlo,
tomar las medidas oportunas según el código de conducta (art. 8).
El capítulo IV, se titula respecto de la opinión pública y de los órganos de
información. Habla del equilibrio entre la preocupación por el derecho a la información
y el deber de guardar el secreto profesional (art. 9); de la prohibición de engañar a la
opinión pública (art. 10); y de la iniciativa y control de comprar espacio o tiempo para
difundir una información a través de la red (art. 11).
En el capítulo V, respecto de la competencia, se opone a la competencia desleal
(art. 12).
El capítulo VI, respecto de la actividad, señala que cualquier práctica no debe
perjudicar a la reputación del servicio o de otras empresas (art. 13); que la preservación
de la imagen es responsabilidad de cada empresa, y deben participar en la información a
las autoridades disciplinarias competentes sobre violaciones de las que tengan
conocimiento (art. 14); y se debe cooperar con los colegas y denunciar comportamientos
no éticos a la asociación después de avisar primero al infractor (art. 15).
El capítulo VII, del depositario. Define el “depositario”, como cualquier persona
física o jurídica, o entidad de carácter público o privado, que no siendo proveedor de
servicios acepta la condición de velar por el cumplimiento del contenido (art. 16).
Enuncia las funciones del depositario: controlar el adecuado cumplimiento del código
por todos los signatarios y examinar el comportamiento de los proveedores, avisar de
una conducta contraria, resolver dudas sobre la aplicación del código y proponer
sugerencias para la modificación del texto (art. 17).
El capítulo VIII, se refiere a las transferencias de dominios. Aparecen las
obligaciones del proveedor de servicios con los clientes, como retener sus respectivos
dominios cuando el cliente quiera contratar con otro proveedor o facilitar el traspaso a
otro proveedor transfiriendo el dominio una vez solucionadas las cargas económicas en
relación con el dominio original (art. 18). Se debe promocionar entre los clientes el uso
de software de filtrado de determinados contenidos, y seguir las mejores prácticas de
uso del Spam (art. 19).
El capítulo IX, del logotipo y su uso. Uso del logotipo en toda la documentación
del proveedor adherido a este código (art. 20) y uso del logotipo de acuerdo a las
características gráficas de la Comisión de Internet de ASIMELEC (art. 21).
El capítulo X, trata del procedimiento sancionador. El art. 22, habla de La
creación de un Comité sancionador (art. 22) y los tipos de sanciones (art. 23).
Otro ejemplo de código de conducta es el de la Asociación de Empresas de
Electrónica, Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones y Contenidos digitales
(AMETIC)58. Este código comienza con un decálogo de valores incorporando una
definición de cada uno de ellos. Estos valores van a ser distribuidos después de acuerdo
a las pautas de comportamiento del código. Estas pautas de dividen en: 1. Condiciones
generales, donde dice que la responsabilidad alcanza a todos los profesionales del
servicio de AMETIC, y a los cargos directivos. El segundo apartado se refiere al
comportamiento profesional, en cuanto a la competencia profesional; la calidad ; la
integridad, con una gestión transparente, lealtad en la relación con otras asociaciones, y
neutralidad, donde dice textualmente:
“ AMETIC actúa institucionalmente con absoluta neutralidad política y se
abstiene de cualquier toma de posición directa o indirecta a favor o en contra de los
procesos y actores políticos legítimos, siempre y cuando los mismos no afecten a los
intereses del sector representado por AMETIC. “
Finalmente, el profesional debe fomentar la comunicación, y cuando un
profesional o directivo de AMETIC se dirige a un público que espera que hable en
representación de AMETIC, se debe manifestar la opinión de AMETIC, no la propia.
El tercer apartado del código se refiere a las relaciones de trabajo: normas de
convivencia, orden, limpieza, condiciones de trabajo dignas, respeto a la legislación
vigente en materia de igualdad y conciliación laboral; confidencialidad de la
información ya que la propiedad de la información es de AMETIC; protección de datos
de carácter personal; elementos propiedad de AMETIC; control interno y gestión de
riesgos.
El cuarto apartado se refiere al comportamiento con otras entidades y empresas:
conflicto de intereses, la relación con los proveedores, la no aceptación de regalos;
relaciones con otras entidades, por ejemplo, no se debe compartir información sensible,
boicotear a un proveedor, desacreditar los servicios de terceros.
El quinto apartado se refiere al comportamiento socialmente responsable:
compromiso social y respeto al medio ambiente para contribuir al desarrollo sostenible;
detección y compromiso con los diferentes grupos de interés, respeto a los derechos
humanos.

58
AMETIC. Código de Ética de Buen Gobierno [En línea]
ametic.es/sites/default/files//Codigo%20Buen%20Gobierno.pdf [Consultado 5/10/2017].
El último apartado se refiere a las infracciones: sanciones de los
incumplimientos de leves a graves, la Comisión de Buen Gobierno y el Comité
Ejecutivo.
Es importante destacar en nuestro país la elaboración y uso de estos códigos
deontológicos en sintonía con las leyes, cuyo objetivo fundamental es la adaptación a
los cambios que los nuevos medios electrónicos de comunicación a distancia, van
experimentando y, por este motivo, requieren mecanismos de regulación y
autorregulación.

2.6. Autorregulación en redes sociales

Debido a lo complicado que en la actualidad es regular las redes sociales y el


comportamiento de usuarios y proveedores, se buscan formas de autorregulación.
Díaz Buck59 señala que de la mano de la autorregulación ha surgido el término
“netiqueta” que se refiere a las reglas de trato social que son asumidas por los usuarios
como una forma de ética virtual, en la que se considera la cortesía, la prudencia, el
envío de datos sensibles a través de la red y el respeto a los derechos de autor como los
puntos principales de normas sociales que pueden convertirse en comportamientos
éticos contemplados por los códigos de conducta en las redes sociales ante el contenido
ilegal, el contenido inapropiado para la edad, los contactos y la conducta, sobre todo, en
menores y adolescentes.

Díaz Buck60 señala también que existen dos tendencias a través de las cuales se
manifiesta la autorregulación:
1) por organismos privados, recomendaciones de las organizaciones privadas que
son prestadoras de servicios, o particulares que quieren aportar ideas difundidas
dentro del espacio virtual para después implementarlos, lejos de la intervención
del Estado o comunidades regionales.
2) la llamada “teoría del caos” es decir, la Red como espacio de plena libertad en
donde se eliminen las regulaciones de todo tipo y sean los usuarios los que
decidan su propia conducta.

59
Díaz Buck, A. V. La autorregulación en redes sociales como forma de garantizar los derechos de
intimidad, privacidad y protección de datos personales. Derecom, n.13, marzo-mayo, 2013.
60
Ibídem
La realidad es que la creación de un sistema de autorregulación eficaz puede convertirse
en un elemento esencial para limitar el flujo de contenidos no deseados, nocivos e
ilícitos. Este sistema debe contemplar la creación y respeto de los códigos de conducta
por parte de proveedores, usuarios, organismos nacionales y otros organismos a nivel
internacional, que colaboren en mejorar las posibilidades en asuntos como la evaluación
de la calidad de sitios web, la calificación de contenidos en distintos medios, la
tecnología de filtrado, o nuevas formas de contenido. Ya hemos comentado que la
autorregulación es eficaz por la globalidad y la falta de territorialidad de internet.
Ejemplo de código de conducta en redes sociales aportado por una organización,
es el de Capgemini (consulting, technology and outsourcing)61 una empresa de
proveedores de servicios de consultoría en tecnología presente en más de 40 países.
Además de un código de conducta empresarial, basado en el principio de
responsabilidad social atendiendo a su política de RSC y sostenibilidad, esta empresa
ha elaborado un código de conducta en redes sociales. La justificación para la
elaboración del código la encuentran en el continuo cambio al que se ven sometidos por
las plataformas de comunicación como blogs, wikis, redes sociales y todo tipo de
medios de comunicación social, lo que está transformando su forma de actuar entre los
miembros de la empresa y de relacionarse con los clientes.
Todos los miembros de Capgemini deben seguir las pautas que aparecen en el código
cada vez que realicen algún tipo de contribución a un medio de comunicación social que
haga referencia a la compañía.
El código se encuentra estructurado en varios apartados:

- Piense antes de publicar. Se refiere a la necesidad de tener en cuenta cada vez


que un miembro de la compañía publique algo en una plataforma que son
lugares públicos y a veces no se encuentra el límite entre lo profesional y lo
personal. También se debe pensar en que lo escrito perdura en el tiempo, y las
opiniones deben estar en consonancia con lo que se piensa. Si no se está seguro
de lo que se va a escribir, el código recomienda no hacerlo.
- Responsabilidad. Se refiere a la responsabilidad de lo que se escribe.
Recomiendan que se utilice la primera persona del singular al escribir para

61
Campegini. Código de conducta en redes sociales [En línea] https://www.capgemini.com/es-es/codigo-
de-buenas-practicas-en-redes-sociales/ [Consultado50/10/2017]
identificar ideas personales y no de la compañía. Al hablar de la compañía el
profesional debe identificarse corporativamente. Para trabajadores que tienen
sitios privados se debe especificar que son ideas personales y no de la compañía.
Esta se reserva el derecho de revisar el uso de plataformas sociales y tomar
medidas cuando la ley lo permita. El establecimiento de una cuenta de grupo
debe obtener el permiso del Departamento de Marketing y Comunicación Social.
Solo estas cuentas presentan el logotipo de la compañía. Si un periodista
contacta con un trabajador por algún contenido sobre la empresa se debe
consultar al responsable de comunicación.
- Conducta apropiada. El comportamiento de un trabajador debe estar en
consonancia con el código ético de la empresa. Debe contribuir con sus
aportaciones a la mejora de todos y de la empresa. Se deben escribir mensajes
claros, sin emoticones y abreviaturas, mantener un tono respetuoso incluso
cuando no se esté de acuerdo con los demás. Si se comete un error se debe
corregir inmediatamente. No se puede realizar ninguna acción que sea ilegal. No
se deben hacer comentarios despectivos o amenazadores, no al acoso, ni a los
contenidos hirientes, difamatorios, intimidatorios, discriminatorios o
pornográficos.
- Confidencialidad. Se debe proteger la información del grupo, los clientes y los
proveedores. No se debe olvidar la clausula de confidencialidad del contrato. No
se deben utilizar las redes para intercambiar información con el proveedor o el
cliente a menos que haya un acceso restringido. Los trabajadores no deben
comunicarse a través de páginas web de acceso público.
- Derechos de autor. Son de obligado cumplimiento las leyes de propiedad
intelectual y derechos de autor de España. No se debe publicar contenido que
viole la ley o infrinja estos derechos del grupo o de terceros.

Para Cetina Presuel62, el problema de la adopción de estos códigos es que las


empresas de Internet lo adoptan libremente ya que hasta el momento no existe ningún

62
Cetina Presuel, R. Garantías de la libertad de expresión en las redes sociales en España y el caso de
Facebook. En: Arellano Toledo, W. (coord.). La sociedad de la Información en Iberoamérica: estudio
multidisciplinar. Infotec, 2012 [En línea]
www.academia.edu/6474188/La_Sociedad_de_la_Informacion_en_Iberoamerica_Estudio_multidisciplin
ar [Consultado 5/10/2017]
organismo para su control. Existen iniciativas como la Global Network Initiative63que
se dedica a conciliar las políticas de datos de los diferentes estados, empresas, sociedad
civil y organizaciones académicas para proteger los Derechos Humanos. Las empresas
respetan y protegen la libertad de expresión de sus usuarios para minimizar el impacto
de las restricciones del gobierno en el acceso a la información y la creación de ideas en
cinco puntos principales: la libertad de expresión, la privacidad, la toma de decisiones
responsable, la colaboración entre los grupos de interés y el gobierno, transparencia y
rendición de cuentas. Pero a pesar de contar entre sus miembros con Google, Yahoo o
Microsoft , redes sociales como Twitter o Facebook han decidido no unirse y apegarse a
sus propias filosofías y normativas para la autorregulación.
Facebook ha creado un código de conducta para las normas de prestación de servicios,
regular el comportamiento de sus usuarios y los contenidos que estos suben, y en
relación con la privacidad y seguridad de los datos de los usuarios.
El documento denominado Principios de Facebook64, plasma la filosofía de los
que dirigen la red social. Dichos principios, según Cetina Presuel65 “podrían ser
tachados de idealistas, entre declaraciones de libertad para compartir y conectarse,
flujos libres de información, igualdad entre usuarios y el valor social de su servicio,
obvian mencionar el claro interés de la empresa en lucrarse con la prestación de sus
servicios. No omiten sin embargo, supeditar sus servicios a los límites establecidos
“únicamente por la ley, la tecnología y las normas sociales en continuo desarrollo”.
La Declaración de Derechos y Responsabilidades, (Statement of Rights and
Responsabilities)66,es como llama Facebook a los términos del servicio que rigen la
relación de la empresa con sus usuarios y con los demás entes que interactúan dentro de
esta red social, marcas, productos y servicios. Tratan de la privacidad, de compartir
contenidos e información, la seguridad de la cuenta y registro, la protección de datos de
otras personas, dispositivos móviles, pagos, dispositivos aplicados a páginas web,
anuncios, software, disputas, etc.
Respecto a esto, Cetina Presuel67 comenta que puede tenerse la sensación de que
Facebook no tiene políticas claras respecto a la libertad de expresión en estas relaciones
de servicio y que no aparecen tampoco posiciones claras respecto a este valor ético ya

63
Global Network Initiative [En línea] http://www.globalnetworkinitiative.org [Consultado 5/10/2017]
64
Principios de Facebook [En línea] http://es-es.facebook.com/principles.php [Consultado 5/10/2017]
65
Cetina Presuel, R. Garantías…op. cit.
66
Facebook. Declaración de derechos y responsabilidades [En línea]
https://www.facebook.com/legal/proposedSRR/es [Consultado 5/10/2017]
67
Cetina Presuel, R. Garantías…op. cit.
que evita hacer mención expresa de ello. Pese a esto, en su opinión, se aprecia en la
lectura de los términos de usuario que Facebook propugna la libre distribución de
contenidos e información por parte de sus usuarios siempre y cuando estos se sujeten a
ciertos límites: el respeto a la dignidad de las personas, la no incitación a la violencia;
la distribución de contenido considerado ilegal o dañino y la protección de los derechos
de propiedad intelectual.
La red social hace una referencia más directa a la libertad de expresión en un
documento distinto a los términos de usuario y al que no se le ha dado tanta publicidad.
Se trata de las normas comunitarias de Facebook68. En estas normas comunitarias se
establece el respeto a la diversidad y el compromiso para “ofrecer un entorno en donde
todo el mundo pueda expresarse con libertad respetando los derechos de los demás”.
Una vez más, según Cetina Presuel69, con respecto al establecimiento de estos
límites y al intento de Facebook por mantenerse dentro de la legalidad de la multitud de
ordenamientos jurídicos en los que presta su servicio, se pueden apreciar dos estrategias.
Una de ellas está relacionada con prácticas propias de la empresa, filtros y controles que
ellos mismos establecen unilateralmente. En este sentido, Facebook tuvo que decidir si
bloqueaba o no (con el consecuente problema de censura) contenidos en países como
China o India por ajustarse a sus legislaciones y preceptos religiosos, pensando más en
una estrategia comercial, que en un asunto relacionado con la defensa de la libertad de
expresión, de acuerdo a cómo se tomaron decisiones. Facebook también bloquea
contenidos de manera selectiva a través de un sistema de bloqueo por direcciones IP
para casos específicos, por ejemplo, los contenidos sobre el Nazismo ilegales en
Alemania, son protegidos por la libertad de expresión en EEUU70.
La otra estrategia requiere la participación de los usuarios para vigilar y dar
cuenta del contenido que consideran dañino. En las normas comunitarias de Facebook,
ya mencionadas, se invita a los usuarios a denunciar contenido que ellos mismos
consideren inapropiado u ofensivo y se establece una lista de contenidos que deben de
ser denunciados, tales como las amenazas; el fomento a las autolesiones, la intimidación
y el acoso, el lenguaje que incite al odio, la violencia gráfica; el sexo y los desnudos, el

68
Facebook. Normas comunitarias [En línea]
https://es-es.facebook.com/communitystandards/ [Consultado5/10/2017]
69
Cetina Presuel, R. Garantías…op. cit.
70
Ibídem.
robo, vandalismo o fraude y actividades como la suplantación de identidad, la violación
de los derechos de propiedad intelectual, el phishing y el correo no deseado.
Para esto, Facebook tiene muchas posibilidades pero el problema es si los
usuarios saben utilizar estas posibilidades tecnológicas dispuestas para ello. Otro
problema para el usuario y para Facebook está en decidir si algo que ha detectado un
usuario realmente es un delito. En este sentido, Cetina Presuel71 opina que “Facebook
demuestra buenas maneras al establecer un sistema de denuncia de contenidos por
parte de los usuarios y fomentado la autorregulación. Sin embargo, necesita ser más
transparente en los métodos y motivos que desembocan en el bloqueo de contenidos y
en ningún caso debe suplantar la función de un juez retirando ciertos contenidos solo
por su mal gusto o dudosa intención y no porque realmente hayan cometido un delito”.
Recomendamos a los alumnos que consulten con detenimiento los documentos,
Principios de Facebook y Normas comunitarias, y reflexionen sobre lo que esta
empresa considera un comportamiento ético en las redes sociales y su puesta en
práctica.

71
Ibídem

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