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Haemophilus influenzae, anteriormente llamado bacilo de Pfeiffer o Bacillus

influenzae, son cocobacilos Gram-negativo no móviles descritos


en 1892 por Richard Pfeiffer durante una pandemia de gripe. Es
generalmente aerobio pero puede crecer como anaerobio facultativo. H.
influenzae fue considerado erróneamente como la causa de la gripe común hasta
1933, cuando la etiología viral de la gripe llegó a ser conocida. Sin embargo, H.
influenzae es responsable de un amplio rango de enfermedades
como meningitis, epiglotitis, neumonía, sepsis y otras de menor gravedad.1

Debido a su pequeño genoma, H. influenzae fue el primer organismo de vida libre


cuyo genoma completo fue secuenciado, por Craig Venter. Su genoma consiste de
1.830.140 pares de bases y contiene 1.740 genes.2

Serotipos[editar]

En 1930 se definieron dos categorías principales de H. influenzae: cepas


con cápsula y sin ella. La patogénesis de las infecciones de H. influenzae no se
comprende totalmente, aunque la presencia del tipo B encapsulado (HiB) es el
principal factor de virulencia. Su cápsula le permite resistir la fagocitosis y
la lisis en los huéspedes no inmunizados. Las cepas no encapsuladas son menos
invasivas, aunque son capaces de inducir una respuesta inflamatoria que causa
trastornos. Como ejemplos de infección por cepas capsuladas se puede
mencionar a la meningitis, neumonía y epiglotitis. La vacunación con la vacuna
Hib conjugada es efectiva en la prevención de la infección y varias vacunas se
usan rutinariamente.

Enfermedades[editar]

La mayoría de las cepas de H. influenzae son patógenos oportunistas, esto es,


viven en su huésped sin causar enfermedades, pero pueden causar problemas
cuando otros factores (tal como una enfermedad viral que reduce la respuesta
inmune) crean una oportunidad infecciosa. Se conocen seis tipos de H.
influenzae capsuladas: a, b, c, d, e y f,3 así como cepas no capsuladas,
responsables de enfermedades emergentes.4

Las enfermedades causadas naturalmente por H. influenzae parecen afectar solo


a los seres humanos. En los niños, H. influenzae tipo B (HIB)
causa bacteriemia y meningitis bacteriana aguda. Ocasionalmente
causa celulitis, osteomielitis, epiglotitis e infecciones asociadas. Debido al uso
rutinario de la vacuna HIB conjugada en EE.UU. desde 1990, la incidencia de la
enfermedad HIB invasiva se ha reducido a 1,3 por 100 000 niños. Sin embargo,
HIB continúa siendo la causa principal de las infecciones del tracto respiratorio
inferior en niños de los países en vías de desarrollo que no realizan vacunaciones.
Las cepas de H. influenzae sin cápsula (no del tipo B) causan infecciones del oído
(otitis media) y oculares (conjuntivitis) y sinusitis en niños y se asocian con
la neumonía. La meningitis, especialmente en infantes, niños mayores de 7 años y
en los ancianos, es la manifestación clínica más seria de las invasiones tisulares
causadas por Haemophilus influenzae.5 Ciertas cepas de tipo no-b aparecen con
mutaciones que causan enfermedades invasivas en individuos vacunados en
contra del tipo b (las cepas capsuladas).4

Diagnóstico[editar]

El diagnóstico clínico del H.influenzae típicamente es realizado por cultivos o por


la técnica de aglutinación en látex. El diagnóstico es considerado como
confirmativo cuando el organismo es aislado en un sitio estéril del cuerpo. Cabe
mencionar que el H. Influenzae cultivado a partir de el esputo o desde la cavidad
nasofaríngea no es válido debido a que generalmente esas zonas están
colonizadas por el agente. Otros sitios como el LCR y la sangre sí son válidos y
confirmativos.

Cultivo[editar]

Los cultivos bacterianos de H. influenzae se realizan en placas de agar, de


preferencia agar chocolate, con adición de X (Hematina) y V (NAD), a 37 ° C en un
incubador con CO2-enriquecido.6 El crecimiento de agar sangre es sólo un
fenómeno satélite alrededor de otras bacterias. Las colonias de H.
influenzae aparecen como colonias convexas, lisas, pálidas, grises o
transparentes. La observación con tinción de Gram y microscópicos de un
espécimen de H. influenzae mostrará cocobacilos Gram-negativos, sin acuerdo
específico. El organismo cultivo puede caracterizarse aún más mediante pruebas
de catalasa y oxidasa, las cuales deben ser positivas. En las pruebas serológicas
es necesario distinguir el polisacárido capsular y diferenciar entre la cepa b de H.
influenzae y las cepas no encapsuladas. Aunque muy específicos, los cultivos
bacterianos de H. influenzae carecen de la sensibilidad. El uso de antibióticos
antes de la toma de la muestra reduce en gran medida la tasa de aislamiento al
matar las bacterias antes de que la identificación sea posible.7 Más allá de esto, H.
influenzae es una bacteria muy sensible al protocolo de cultivo, y cualquier
modificación de este puede reducir las tasas de aislamiento. La H.
influenzae crece en la zona hemolítica de Staphylococcus aureus en placas de
agar sangre pues la hemólisis de las células de S. aureus libera nutrientes vitales
para su crecimiento.

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