Juan Emilio Murillo Landín nació en Guayaquil en 1910, sus padres fueron don Juan Emilio Murillo Aviles y doña María Rosa Landín. Sus estudios los realizo en su ciudad natal, culminando el ciclo medio en el colegio “Vicente Rocafuerte”. Estubo casado con la Dra. María Luisa Pazmiño. Sus hijos son el Lcdo. Juan Eduardo, Pilar y el Dr. Juan Emilio Murillo Mazzini. En el año de 1934, siendo muy joven entró a trabajar a “El Telégrafo” como archivero recorriendo todas las secciones del períodico, fue cronista, redactor, armador, columnista, jefe de redacción y finalmente Sub director, cargo que lo desempeño hasta la muerte. Hablar de Juan Emilio Murillo es hablar de toda una vida dedicada al periodismo y al díario “El Telegrafo”, ellos formaron parte de su ser y a ellos se sentia ligado. Columnista verdadero, observador, perspicaz, culto del idioma, Juan Emilio firma su columna “vibraciones del mundo” con el seudonimó que le depararía sus primeros triunfos “Aramis” .en los días de la segunda guerra mundial escribe una larga serie de articulos en pro de la causa aliada y que son reproducidos en todos los grandes rotativos del continente. La pluma de Juan Emilio Murillo era un ardiente que golpeaba implacablemete a los enemigos de la democracia. El prestigio que alcanzó Murillo entoces en todo el hemisferio, pudo haberlo aprovechado para continuar su labor en el extranjero, en las grandes metrópolis como Nueva York, París o Buenos Aires, pero prefirio seguir en su bien amado Guayaquil, porque los guayaquileños somos así, pegados a nuestro terruño. Juan Emilio Murillo fue un audidacta, lo aprendió todo en los libros, en cada hora libre estudiaba algo, aumentando el bagaje de sus conocimientos. Así se formó en una cultura universal, la utilizaba en su profesión de periodista. Por su bien ganados méritos a ocupar el cargo de Jefe de redacción del períodico. Y fue un señor Jefe, insuperable en su labor; como lo reconocieron sus superiores Don Manuel Eduardo y Don José Santiago Castillo, junto a ellos Juan Emilio Murillo Landín era una columna centrica de ”El Telégrafo”. Escribia con la mayor perfección igual a una gacetilla, un reportaje, una elegía galante, una crónica internacional, un artículo humoristico, una reseña histórica, un editorial. Murillo escribia sin esfuerzos, elegía el tema y desde que comenzaba a escribir, sabía lo que iba a decir en todos los capítulos, en todos los períodicos, en todas las frases. Su palabra era directa, desnuda, plena de diafanidad. Todo dentro de una corrección dificilmente igualada. Sus crónicas pueden servir de modelo de buen decir. Juan Emilio Murillo Landín, viajó mucho como invitado del Departamento de Estado, visitó los Estados Unidos en 1943 y 1945. También en ese último año fue a Canadá, Inglaterra, Francia y otros paises del viejo continente.En 1949 viajo por América del sur. 1954 concurrio al Seminario de Prensa en Nueva Orleans. Posteriormente firma sus escritos con el seudónimo de “Colbert” en su columna periodística “El perfil de las horas” y continua con sus certeros análisis de la situación internacional, pues Murillo siente y piensa con criterio universal. Los problemas de la patria fueron expuestos con valentia, especialmente en la época en que gobernaba la Junta Militar que ascendió al poder en junio de 1963. Fue un batallador infatigable contra esta dictadura, por lo que su domicilio sufrió un atentado el 28 de marzo de 1966, cuando el gobierno de facto expiraba por la fuerza de la democracia. El viernes 1 de abril de 1966, una vez que Clemente Yerovi Indaburo subió al poder, fue nombrado Ministro de Gobierno, cargo que ejercio hasta que el mencionado presidente dejo el poder. Aunqué entrego su vida al períodismo, desempeño otras funciones de orden público y a ellas se dedicó con idoneidad y patriotismo. Así fue: a más de Ministro de Gobierno, Presidente de la Unión Nacional de periodistas; Presidente de la Comisión Provincial de Tránsito del Guayas; Presidente del Consejo de Administración de la Caja del Seguro Social. El 14 de noviembre de 1976 viaja en compañía de su esposa la Dra. María Luisa Pazmiño a los Estados Unidos, Nueva York se interna en el hospital Saint Bernabé y fallece el 18 de noviembre del mismo año, lejos de su Patria. Trajeron su cadaver y es velado en la capilla ardiente en el Salón Presidencial del diario “El Telegrafo”.