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Árabes

Libro: “Memorias de cedro y olivo” La inmigración árabe al Perú (1885-


1985)

Autor: Leyla Bartet

Año de la publicación: 2005

"Memorias de cedro y olivo" se centra


en "las dos caras" de la inmigración
árabe al Perú, protagonizada en sus
primeros momentos por palestinos y
sirio-libaneses. La cara de lo que se
dejó atrás y la cara de la adaptación al
nuevo mundo.

Está inmigración, escasa en comparación con la existente en otros países


latinoamericanos como Brasil, Argentina o Chile, según explicó Bartet, corrió
paralela a la evolución histórica de Oriente Medio.

Primero a la descomposición del Imperio


Otomano, después a las dos Guerras
Mundiales y posteriormente a la creación
del Estado de Israel y las guerras árabo-
israelíes.

Las 5.000 familias árabes , que según


estimaciones se cree que había en el Perú
a mediados del siglo XX , llegaron al país
andino principalmente siguiendo las rutas
comerciales del ferrocarril que unía
Buenos Aires y Montevideo con Perú y la
del río Amazonas.

No obstante, Bartet comentó que otros


también alcanzaron las costas peruanas
en barco, bordeando el Cabo de Hornos en unas largas travesías que
comenzaban en el levante mediterráneo y que pasaban por los puertos
europeos de Nápoles o Marsella antes del gran salto continental.

En una detallada y pormenorizada explicación de las causas y el desarrollo


de este fenómeno, Bartet señaló cómo la gran mayoría de los primero
emigrantes que se embarcaron eran cristianos ortodoxos o maronitas, que
una vez llegados a Perú acabaron adoptando el rito católico y olvidando su
lengua materna.

Las primeras y más importantes sedentarizaciones no se registraron en


Lima, cuenta Bartet, sino en ciudades meridionales como Arequipa, Cuzco o
Ayacucho, atraídos por el comercio de la lana o en Iquitos, llamados por el
"boom del caucho".

Otros, los llegados por vía marítima se asentaron en ciudades costeras


como Chimbote y Chiclayo.

Aunque de origen agricultor, en un principio se dedicaron


al comercio ambulante, por lo que muchos de los recién llegados, relata
Bartet, aprendieron antes a hablar la lengua quechua que el español.

Es la historia de "la búsqueda de un espacio en una nación en construcción"


en la que muchos de aquellos primeros emigrantes optaron por el olvido de
su lengua y gran parte de su cultura en un "suicidio cultural" provocado por
su "gran voluntad de integración”, asegura la autora.

http://larepublica.pe/03-11-2013/memorias-sobre-la-inmigracion-arabe-al-
peru-desembarcan-en-argelia

http://www.webislam.com/articulos/37843-
resena_historia_de_la_inmigracion_arabe_en_el_peru.html

Libro: “La huella árabe en el Perú””


Autor Leyla Bartet y Farid Kahhat

Año de la publicación: 2003

EDITORIAL: Fondo Editorial del Congreso

¿En qué momento se inicia esta


inmigración?

Comienza en la segunda mitad del siglo XIX. Sin


embargo hay una influencia indirecta de la cultura
árabe desde el virreinato. Con los españoles
llegan muchos árabes musulmanes conversos
al catolicismo, quienes traen elementos de su
cultura culinaria, por ejemplo. Además los
árabes musulmanes dominaron España
durante ocho siglos y, es más, el final del
dominio árabe y la reunificación española
coinciden con el descubrimiento de América allá por 1492. Por ejemplo, la
empanada, los anticuchos y los picarones tienen una influencia árabe.

La influencia árabe en la gastronomía peruana no ha sido


muy estudiada.

Así es, pero no sólo en la forma de preparar platos, sino


también en nuevos ingredientes. Por ejemplo,
Leyla Bartet, a partir de lo que cuenta un cronista de
la época, afirma que el trigo llega al Perú con las
esclavas blancas. Estas son mujeres
musulmanas convertidas al cristianismo que
terminan emancipándose a través del
matrimonio con los señores a los que servían.

Otro ejemplo es el anticucho. Este es un plato


único, típicamente peruano. Pero la técnica de
ensartar pedazos de carne sazonados en un pincho es de origen árabe. La
empanada también es un plato que tiene una influencia árabe, del norte de
África. El alfajor es un postre árabe cuyo nombre árabe se mantiene. Incluso
vemos la influencia hasta en la denominación de los alimentos. Por ejemplo,
la palabra “tamarindo” viene de dos palabras árabes tamr hindī, que
significa “dátil de la India”. El picarón está inspirado en los buñuelos
españoles que tienen también una influencia árabe.

¿A qué zona arriban los primeros inmigrantes árabes?

La inmigración árabe se da por la sierra sur, es decir, no llegan a Lima


inicialmente. Muchos de ellos se dedican al comercio ambulatorio a lomo de
mula, aprenden el quechua rápidamente y establecen relaciones de
confianza con las comunidades alto andinas. Muy pocos desembarcan en el
Perú, inicialmente llegan por el Atlántico y la mayoría desembarca en
Uruguay, en Punta del Este y llegan al Perú a través de Bolivia. Algunos
desembarcan en Mollendo, otros en Pisco pero muy pocos desembarcan en
el Callao. Hay apellidos como Abugattás y Abuid que tienen un origen
mollendino.
¿De qué zonas del mundo árabe provienen?

De tres zonas principales: Líbano, Siria y, en mayor medida, Palestina o de


lo que actualmente se ha venido a llamar los territorios palestinos
ocupados. En su gran mayoría son inmigrantes cristianos, lo que facilita la
integración a pesar de que muchos son cristianos de rito griego ortodoxo.
Los inmigrantes optan por dos caminos para facilitar la integración. Uno es
convertirse al catolicismo y el otro es bautizar como católicos a sus hijos.
Muchos no enseñan la lengua árabe a sus hijos y esta termina por perderse
en la primera generación de nacidos en territorio extranjero. A diferencia de
otras comunidades como italianos, franceses o chinos, los árabes ni siquiera
intentan formar un colegio que eduque a sus descendientes en la cultura de
origen.

¿Esto no genera un problema de desarraigo con sus orígenes?

Los palestinos de territorios ocupados en el Medio Oriente son la única


nación del mundo que no tiene ciudadanía en ningún estado del planeta. Por
ello, un palestino no tiene lugar alguno al cual volver. Es así que un
palestino afincado en el Perú —como mi padre, por ejemplo— siente a este
país como suyo y busca adaptarse a él. Esto genera una situación muy
particular, pues más de la mitad de los palestinos vive en el exilio. Eso lo
hace diferente a cualquier tipo de comunidad afincada en el extranjero.
Tenemos ejemplos
de

descendientes de árabes en un amplio espectro de la cultura


peruana.

Así es, los tenemos en la política, las artes y el deporte. Por ejemplo, los
récords nacionales de salto alto todavía lo tienen los hermanos Abugattás
desde hace varias décadas. El Perú ha obtenido medallas olímpicas solo en
tiro y vóley. Juan Giha, descendiente de palestinos, es uno de los mejores
tiradores peruanos y medallista olímpico. En los últimos juegos bolivarianos
un primo mío, Kalid Kahatt, tuvo medalla de oro en tiro. Ha habido ministros
de origen palestino, por ejemplo César Atala o congresistas como Daniel
Abugattás. Intelectuales como Juan Abugattás, una oceanógrafa muy
importante como Patricia Majluf. En las artes Natalia Majluf que es directora
del Museo de Arte de Lima, Edgar Saba director del Centro Cultural de la
PUCP y Vanesa Saba una gran actriz.

http://www.webislam.com/articulos/38249-
la_migracion_arabe_al_peru_un_palestino_afincado_en_el_peru_sient
e_a_este_pais_c.html
A pesar de estos hechos los musulmanes llegados a América legaron mucho
de su arte. Por ejemplo, hasta ahora se pueden observar en la ciudad de
Lima (e iniciadas en la Lima colonial) construcciones con diseños mudéjares,
tales como las casonas de dos plantas, organizadas como habitaciones en
cuadrángulo y abiertas hacia un patio interior cuadrado al que se llega a
través de un zaguán acoderado, denotando claramente su origen andaluz.

En cuanto a comida, podemos aún deleitarnos con mazapanes, turrones,


alfeñiques y mazamorras (derivado de masa mora), entre otros. Y en
música, la Zarabanda y las Zambras. No cabe olvidar el origen de muchos
apellidos.

La cantidad de emigrantes, tal


como lo hace notar el investigador
Martín Jaime Ballero, no es exacta,
pero incluía a libaneses, sirios y
palestinos, quienes llegan en gran
medida desde 1904 a 1925. El
90% eran comerciantes y con el
paso de los años perdieron su
identidad religiosa, mezclándose
finalmente con la sociedad peruana. Debe recordarse que gran parte de la
población de origen árabe son católicos y ortodoxos, pero cuyos padres
fueron originalmente musulmanes.

La segunda oleada migratoria de árabes musulmanes se da a partir de


1948, cuando se crea el Estado de Israel y se inicia el triste y sangriento
período de traslado de los refugiados ante la ocupación de sus hogares por
parte de la entidad sionista. Igual que el primer grupo de musulmanes que
llegó a principios del siglo XX, los recién llegados eran comerciantes.
Aunque también han tenido que enfrentar los problemas para preservar su
identidad religiosa (muchas de las generaciones posteriores han perdido el
Islam de sus padres), son ellos los que lograron establecer el primer centro
religioso islámico en el Perú, 40 años después. El Centro Islámico, en la
actualidad, se ubica en el distrito de Magdalena del Mar, en la ciudad de
Lima. La llegada de musulmanes provenientes de Marruecos, Egipto,
Pakistán y Bangla Desh, así como las conversiones, han ampliado el crisol
diverso del Islam.
Última Migración

Algo distinto con respecto a


anteriores migraciones fue la
que se dio en el departamento
de Tacna, al sur peruano, en la
frontera con Chile. Al llevarse
a cabo la apertura para la
importación de autos usados
en la ciudad de Tacna,
comienzan a llegar
comerciantes musulmanes de
origen pakistaní, los que en
muy poco tiempo alquilaron una casa que fungió de Mezquita, además de
tener diversas musallas en sus lugares de trabajo. La actual mezquita, con
un extraordinario diseño que embellece la ciudad, fue terminada hace cerca
de 4 años. La comunidad musulmana llegó a tener poco más de 600
miembros, número que ha ido disminuyendo paulatinamente por el cambio
de la política económica y que ha motivado la emigración por razones
comerciales. A pesar de ello, muchos musulmanes pakistaníes permanecen
en el Perú, con familias establecidas en Tacna y forman parte activa de la
vida económica de la ciudad. Igual que la herencia árabe en nuestra
comida, la comida pakistaní se ha hecho popular gracias a los tres
restaurantes que existen en la ciudad, propiedad de musulmanes de esa
nacionalidad y que -además- proveen de productos halal a la comunidad.

http://www.islamhoy.org/principal/lugares/lugares/14_peru/23-peru.htm

nariz aguileña, occipucio que se proyecta,


dolicocefálico, cara elíptica
Los arabes y los judios son ambos semitas y por lo tanto de piel blanca y ligeramente
morena, pelo negro con ojos oscuros o castaños y los judios con nariz algo aguileña.

El elemento MEDITERRÁNEO-ÁRABE-BERÉBER es altamente


representado en DAMASCO (ojos marrón oscuro, altura baja, cabeza larga,
cara angosta, nariz corta y ancha, maxilar inferior angosto, etc).
http://phoenicia.org/anthropology.html

CULTURA:

PARA MIRAR SIN SER VISTO


“Son grandes arquitectos, grandes talladores de madera. El grueso de la
arquitectura colonial de la que nos orgullecemos es árabe”, comenta
Manrique, al mencionar uno de los elementos más representativos de la
arquitectura del centro histórico de nuestra capital, el balcón “cajón”.
Diseñado dentro de la concepción cultural musulmana que prohíbe a las
mujeres mostrarse, este tipo de balcón, con celosía, rejas y tallados, se
encuentra en El Cairo (Egipto) y en Lima, no siendo así en España. “En
1570, Felipe II decide prohibir este tipo de balcones, tratando de
desaparecer la herencia cultural árabe. Desaparecen en Andalucía pero
permanecen en Lima”, recuerda el sociólogo.

EL VELO DE LA EMANCIPACIÓN
Reminiscencia del shador musulmán, la “saya y manto” de las tapadas
limeñas durante la época del Virreynato y los primeros años de la
República, pronto perdieron su halo de pureza y fueron radicalmente
redefinidos en manos de las avispadas mujeres limeñas.

“Tal como cuenta Flora Tristán que pasó en 1830 por Lima, acá el manto
de la tapada es un instrumento fundamental de independencia para
la mujer”, dice Manrique, ya que les permitió a las féminas de la época
vivir aventuras románticas con la misma libertad que sus pares
varones.

HERENCIA AL PLATO
Una serie de platillos y tradicionales postres limeños son decididamente de
origen árabe, como el apreciado alfajor, cuyo nombre revela su procedencia.
“Los términos que comienzan en –al en el castellano son del árabe. El alfajor
es árabe, así como el anticucho”.

Tanta y tan variada influencia cultural nos hace repensar el estigma que
pesa sobre esta civilización, tan relacionada con la violencia y
demencia terrorista alrededor del mundo.

“Para el Perú puede ser una buena oportunidad de abrirse y conocer otras
influencias, entender un mundo que es muy complejo y muy rico. Que
desgraciadamente los medios de comunicación crean la imagen
distorsionada que esto es terrorismo y que árabe es Al Qaeday Bin Laden,
(pero son) pequeños grupos ultra *que no representan la complejidad de un
mundo cultural que podría enriquecer nuestra propia identidad”, finalizó.

http://peru21.pe/actualidad/lo-arabe-lima-mas-cerca-lo-que-creemos-
2044368

Con los españoles llegan muchos árabes musulmanes conversos al


catolicismo, quienes traen elementos de su cultura culinaria, por ejemplo.
Además los árabes musulmanes dominaron España durante ocho siglos y,
es más, el final del dominio árabe y la reunificación española coinciden con
el descubrimiento de América allá por 1492. Por ejemplo, la empanada, los
anticuchos y los picarones tienen una influencia árabe. Dado que su
presencia data desde los inicios del virreinato se puede estimar que
alrededor de un 5% de la población total tiene en algún grado sangre mora,
la totalidad de inmigrantes de esa época debieron «cristianizar» sus
apellidos originales árabes por españoles. Los ingresos de árabes al Perú se
estima en 10 mil personas, básicamente de Palestina, Siria y Líbano. Sus
descendientes oscilan en 60 mil habitantes, representando alrededor del
0,2% del total nacional.

Daniel Abuhadba

Antropólogo

http://www.espejodelperu.com.pe/Poblacion-del-Peru/Inmigracion-Arabe-al-
Peru.htm
La presencia árabe en el
Perú

La escritora peruana Leyla Bartet ha publicado Memorias de cedro y


olivo. La inmigración árabe al Perú (1885-1985). Libro rastrea la
presencia levantina desde la colonia hasta la actualidad.
ACUCIOSA. Leyla Bartet estudia el proceso de inmigración de
distintas familias como los Abugattás, los Majluf, entre otras.
ESTUDIO REVELADOR • La escritora peruana Leyla Bartet ha
publicado Memorias de cedro y olivo. La inmigración árabe al Perú
(1885-1985) .
• Libro rastrea la presencia levantina desde la colonia hasta la
actualidad.

La escritora y periodista peruana Leyla Bartet, radicada desde hace


muchos años enFrancia, ha sentido siempre una gran interés por
investigar en la percepción que se tiene acerca del "otro" , es decir, de
aquel que es diferente ya sea por su condición racial, económica,
física o cultural. Desde esa perspectiva, inició sus investigaciones
acerca de la presencia árabe en el Perú, una de las colonias con
menos habitantes en nuestro país. El resultado de este estudio de tres
años es el libro Memorias de cedro y olivo. La inmigración árabe en el
Perú (1895-1985) publicado por el Fondo Editorial del Congreso de la
República. El texto estudió las causas de la inmigración levantina,
rastrea la presencia árabe desde principios de la colonia cuando eran
más conocidos como los moriscos. Estudia el proceso de integración
de los árabes en la sociedad peruana hasta su presencia en el
emporio comercial de Gamarra.

–¿Cómo fue el proceso de inmigración árabe al Perú?

–Los primeros inmigrantes árabes llegaron al Perú cuando se produjo


la decadencia del Imperio Otomano (finales del s. XIX hacia 1914). El
viaje desde Palestina, Líbano o Siria era largo y esforzado. Llegaban
primero al puerto de Haffa en Beirut y después se dirigían hacia algún
puerto del Mediterráneo (Marsella o Génova), cruzaban el Atlántico en
barco y después de muchos días de viaje llegaban a los puertos de
Montevideo, Buenos Aires o Brasil. Algunos árabes motivados por el
boom del caucho se dirigieron a Iquitos, y aunque no hay un trabajo de
investigación en la amazonía sobre los árabes, de hecho hubo una
presencia árabe importante allá.

–Aunque la mayoría se estableció en el sur andino.


–Sí, porque seguían la ruta del tren de Buenos Aires a Córdoba y
hasta Salta, La Paz y Puno o Huaqui hasta Perú. Aunque en realidad,
la mayoría no sabía muy bien hacia dónde iban, no conocían ni los
límites de los países. Su gran sueño era llegar a América, la tierra de
las promesas.

–¿Y a qué se dedicaban?

–Se dedicaban principalmente al comercio ambulatorio, aunque la


mayoría de los inmigrantes tenían un origen campesino. Comerciaban
con telas y lanas en el Cusco y se volvieron muy prósperos porque
introdujeron la venta a plazos. Los campesinos del sur andino
compraban a los árabes en las ferias todos los miércoles lo que se
conoce aún como los "miércoles turcos".

-¿Y cómo eran percibidos por los peruanos?

Hacia finales del s. XIX e inicios del XX, el racismo en el Perú era aún
más evidente. Los árabes eran tomados por italianos del sur debido a
su fenotipo. Los criollos los aceptaban y los levantinos de la segunda
generación se casaron con destacados profesionales de la élite criolla.

Said, un árabe con suerte

Según las investigaciones de Leyla Bartet el primer palestino que llegó


a las costas peruanas hacia finales del siglo XIX fue Said Sahurriyeh.
El inmigrante recaló en Mollendo y Arequipa iniciándose en el
comercio ambulatorio. El negocio prosperó y junto con su familia
instaló una empresa de sombreros y bayetas en Cusco y luego en
Bolivia en 1932. Hacia 1935 intentó probar suerte en Chile e inauguró
una sucursal, que fue tan floreciente que terminó trasladándose al país
sureño. Ahora, la revista Forbes sostiene que los Said figuran entre los
grupos más ricos del mundo. Pero también hubo otros prósperos
árabes en el Perú como los hermanos Majluf, Abugattás y Salomón,
palestinos que establecieron sus compañías en Arequipa. Actualmente
los árabes son prósperos empresarios textiles.

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