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Aunque progresivamente ha sido abandonado con el paso del tiempo, el sistema sexagesimal se
utilizó con profusión en el pasado para medir ángulos y resolver triángulos y funciones
trigonométricas. En la actualidad, se sigue empleando en este contexto, aunque en menor medida.
También quedan vestigios del mismo en el sistema horario de división del tiempo.
En el mundo cotidiano persisten dos aplicaciones muy comunes del sistema sexagesimal:
La medida de ángulos en grados, minutos y segundos (por ejemplo 23º15?47?). En el Sistema
Internacional de unidades, se ha suprimido el grado sexagesimal como medida estándar para
reemplazarlo por el radián.
La subdivisión del tiempo: una hora se divide en 60 minutos y un minuto, en 60 segundos. Este
sistema horario se combina con el sistema duodecimal, de base 12, que se emplea para medir el
número de horas del día (en dos bloques de doce horas). Nuevamente, estas subdivisiones tienen
valor sólo en el mundo cotidiano; en el ámbito científico, se trabaja con el segundo como unidad
base de tiempo y con un sistema de numeración decimal, (décimas de segundo, centésimas,... ).
Cambios de base
El cambio de base de sexagesimal a decimal y a la inversa, no ofrece ninguna novedad conceptual
con respecto a cualquier otro cambio de este tipo (ver t2). No obstante, como en la práctica no se usan
cantidades sexagesimales «puras», sino expresadas en unidades y sus fracciones (grados, minutos y
segundos para los ángulos; horas, minutos y segundos para el tiempo), las conversiones presentan
ciertas peculiaridades.
Para pasar de una cantidad de tiempo medido en formato sexagesimal a la unidad decimal (el segundo),
se procede según la siguiente fórmula de conversión:
Medida de ángulos
En el sistema decimal habitual, los ángulos planos se miden en términos de una unidad denominada
radián. No obstante, es muy frecuente efectuar esta medida según el sistema de numeración
sexagesimal, en grados, minutos y segundos.
Un radián (símbolo rad) se define como un ángulo central cuyo arco mide un radio de
circunferencia. De esta forma, para barrer toda una circunferencia se necesitan 2 radianes.
Un grado sexagesimal (símbolo º) es la 90ª parte de un ángulo recto, entendido éste como el que
forman dos rectas perpendiculares entre sí. Por tanto, una circunferencia completa describe un
ángulo de 360º.
El grado sexagesimal se divide en unidades menores llamadas minutos (?) y segundos (?), según las
siguientes equivalencias:
1º = 60?, 1? = 60?.
Familias de triángulos
Se llama triángulo a un polígono de tres lados. Por tanto, el triángulo es la figura geométrica cerrada
más simple que existe, y se distingue por poseer tres ángulos interiores y carecer de diagonales. La
confluencia o intersección entre cada dos lados del triángulo se llama vértice.
Los triángulos rectángulos constituyen una familia geométrica de especial interés, ya que sirven de
base para la definición de las razones y las funciones trigonométricas. En los triángulos rectángulos,
se llama hipotenusa al lado opuesto al ángulo recto, y catetos a los otros dos lados.
Clases de triángulos.
Elementos de un triángulo
Además de los lados y los ángulos interiores, en un triángulo pueden definirse otros elementos de
interés desde el punto de vista de la geometría.
Se llama altura a cada una de las perpendiculares trazadas desde un lado al vértice opuesto. Las
tres alturas de un triángulo se cortan en un punto denominado ortocentro.
Las mediatrices de un triángulo son cada una de las perpendiculares de sus lados desde su punto
medio. La intersección de las tres mediatrices de un triángulo se conoce por circuncentro (que es,
además, el centro de la circunferencia circunscrita al triángulo).
Se denomina mediana de un triángulo a cada una de las rectas trazadas desde el punto medio de
un lado al vértice opuesto. Las tres medianas de un triángulo se cortan en un punto
llamado baricentro o, también, centro de gravedad del triángulo.
Las bisectrices son las rectas que dividen por la mitad cada uno de los ángulos del triángulo. Las
tres bisectrices de un triángulo intersecan en un punto denominado incentro (que coincide con el
centro de la circunferencia inscrita en el triángulo).
Triangulaciones
Una de las razones que explica el interés de la figura del triángulo en geometría es posibilidad de
describir cualquier polígono convexo como una combinación de triángulos. Esta técnica,
llamada triangulación, permite establecer relaciones entre los elementos de los polígonos, así como
facilitar el cálculo de sus áreas y otras propiedades geométricas.
Para triangular un polígono convexo, basta con elegir uno de sus vértices y trazar desde él todas las
diagonales a los vértices opuestos. Otro procedimiento válido de triangulación consiste en fijar uno o
varios puntos interiores del polígono y unirlos mediante rectas con cada uno de los vértices.
En los polígonos convexos se cumple una propiedad general: la suma de los ángulos interiores del
polígono es siempre igual a tantos ángulos llanos (180º) como lados tiene el polígono menos 2.
Razones trigonométricas
Para definir las razones trigonométricas se parte de un ángulo no recto dentro de un triángulo
rectángulo. La abscisa x y la ordenada y del triángulo pueden tomar valores positivos o negativos,
según se dibuje el triángulo por encima o por debajo del eje X o a la derecha o a la izquierda del eje
Y.
Las seis razones trigonométricas que pueden definirse para el ángulo son:
Seno del ángulo (símbolo, sen), o cociente entre el cateto opuesto al ángulo y la hipotenusa.
Puede tomar valores entre -1 y +1; su inversa es la cosecante (cosec).
Coseno (cos), o cociente entre el cateto contiguo y la hipotenusa. El coseno de un ángulo está
comprendido entre -1 y +1, y su inversa es la secante (sec).
Tangente (tg), o cociente entre el cateto opuesto y el contiguo. Su valor no está acotado, y oscila
entre - y +; su inversa es la cotangente (cotg).
sen2 + cos2 = 1
Entre las razones trigonométricas inversas pueden definirse las relaciones:
Las relaciones establecidas nos permiten, conocidas una de las razones trigonométricas de un ángulo
y su posición en un cuadrante determinado, conocer las demás.
Sumas y diferencias de ángulos
Si se conocen las razones trigonométricas de dos ángulos y , es posible determinar las de los
ángulos suma ( + ) y diferencia ( - ), del siguiente modo:
sen ( ) = sen cos sen cos cos ( ) = cos cos sen sen
También pueden deducirse las razones del ángulo doble y el ángulo mitad:
Otras relaciones geométricas interesantes son las de la suma y resta de razones trigonométricas de
ángulos distintos:
a2 = b2 + c2 - 2 b c cos A.
Esta expresión se conoce como teorema del coseno y sirve para calcular el valor del tercer lado de un
triángulo cuando se conocen los otros dos y el del ángulo opuesto.
Por otra parte, el teorema del seno establece que en cualquier triángulo la proporción entre el valor
de cada lado y el seno del ángulo opuesto es constante. Es decir:
Resolución De Triángulos
Resolver un triángulo significa determinar el valor de todos sus lados y todos sus ángulos. Las
técnicas básicas de resolución de triángulos aún hoy aplicadas son de origen precristiano, y fueron
conocidas por los matemáticos y filósofos de las civilizaciones clásicas (China, Mesopotamia,
Egipto, Grecia).
Triángulos rectángulos
Para resolver completamente un triángulo rectángulo basta con conocer un lado y un ángulo o,
también, dos lados. Los elementos utilizados en la resolución de triángulos rectángulos son:
Triángulo rectángulo.
El principio de que la suma de los dos ángulos no rectos es igual a 90º.
El teorema de Pitágoras.
Las razones trigonométricas siguientes:
Según el teorema del cateto, en un triángulo rectángulo el valor de cada cateto se obtiene como
la media proporcional entre la hipotenusa y la proyección del cateto sobre ella.
Elementos de un polígono
Un polígono se define como la porción de un plano delimitada por una sucesión de segmentos unidos
por sus extremos, que configuran una línea poligonal cerrada. Los elementos principales de un
polígono son:
Los lados: cada uno de los segmentos de la línea poligonal.
Los vértices: puntos de intersección entre cada dos segmentos o lados consecutivos.
Los ángulos interiores: determinados por cada dos lados consecutivos; y los ángulos exteriores:
definidos como los suplementarios de los interiores.
Las diagonales, o cada uno de los segmentos que une dos vértices no consecutivos.
Por otra parte, los ángulos interiores de un polígono convexo suman un valor igual a tantos ángulos
llanos como lados tiene el polígono menos dos. Por ejemplo, en un cuadrilátero, los ángulos interiores
suman dos ángulos llanos (360º), y en un pentágono, tres ángulos llanos (540º).
La suma de los ángulos interiores de un polígono es igual a tantos ángulos llanos como lados tiene,
menos dos.
Paralelogramos
Dentro del grupo de los cuadriláteros, o polígonos de cuatro lados, los paralelogramos son aquellos
cuyos lados son paralelos dos a dos. En este grupo se incluyen los siguientes polígonos:
Rectángulos: paralelogramos equiángulos donde todos los ángulos interiores valen 90º. En esta
familia se incluyen los cuadrados, paralelogramos equiángulos y equiláteros que se caracterizan
porque los cuatro lados son iguales entre sí.
Rombos: paralelogramos equiláteros, con los cuatro lados iguales pero ángulos diferentes.
Romboides: que no son ni equiláteros ni equiángulos.
Trapecios
Otra clase de cuadriláteros es la familia de los trapecios, que tienen dos lados paralelos y dos no. Los
dos lados paralelos se llaman bases del trapecio, de modo que la más larga es la base mayor y la otra,
la base menor. La mínima distancia entre las dos bases se denomina altura del trapecio.
Un trapecio se dice rectángulo cuando los dos lados paralelos del mismo son perpendiculares a otro
de los lados. Por otra parte, se llama trapecio isósceles a aquel en que los dos lados no paralelos tienen
igual longitud.
Los polígonos regulares poseen una única circunferencia inscrita y otra circunscrita, y ambas son
concéntricas. El centro de ambas circunferencias se llama también centro del polígono regular.
Áreas de polígonos
Se define área de un polígono como la medida de su superficie. Este área se suele expresar en función
de la medida de los lados, las alturas o las diagonales, según el tipo de cuadrilátero.
Clases de paralelogramos.
Poliedros Y Figuras En El Espacio
El cubo, los volúmenes prismáticos, el tetraedro y las pirámides han sido admirados desde antiguo
por la perfección de su geometría y por su atractivo estético. Todos ellos son formas singulares de
una familia general de formas en el espacio llamadas poliedros.
Sólo existen cinco poliedros regulares, cuyas caras son polígonos regulares e iguales: tetraedro, cubo,
octaedro, dodecaedro e icosaedro regulares. En los poliedros convexos se cumple que el número de
vértices más el número de caras es igual al número de aristas más dos: V + C = A + 2. (Relación de
Euler).
Prisma y ortoedro
El prisma es una clase especial de poliedro que está limitado por una superficie prismática cerrada,
engendrada por una recta que se desplaza en paralelo con respecto a otra recta fija, y dos planos
paralelos llamados bases. El prisma se dice recto cuando las aristas de sus caras laterales son
perpendiculares a las bases, y oblicuo en caso contrario.
Un prisma recto cuyas bases son polígonos regulares se llama regular. Un prisma cuyas bases
son paralelogramos, recibe el nombre de paralelepípedo.
Por su parte, un ortoedro es un paralelepípedo cuyas bases son rectángulos. En un ortoedro, las caras
son iguales dos a dos y las aristas lo son cuatro a cuatro; de este modo, todas sus diagonales son iguales
y su valor se determina como:
donde a, b, c son las medidas de las aristas correspondientes a la altura, la anchura y la profundidad
del ortoedro.
Pirámides
Se llama pirámide a todo poliedro que está limitado por un ángulo poliedro y por un plano que
interseca a todas las aristas de dicho ángulo. Cuando el polígono que define la intersección del plano
con las aristas es regular, la pirámide también se llama regular.
El tetraedro regular es un caso particular de pirámide regular, cuya base es un triángulo equilátero, de
manera que todas sus aristas son iguales.
Cilindros
Cuando se hace girar una recta alrededor de otra recta fija paralela a ella, de forma que la distancia
entre ambas se mantiene constante, se engendra una superficie cilíndrica de revolución. La recta fija
se denomina eje y la paralela que realiza el giro es la generatriz. Si esta superficie cilíndrica se cierra
con dos planos paralelos que cortan al eje se obtiene un cilindro.
Clases de cilindros.
Los principales elementos de un cilindro son sus bases, o caras determinadas por los planos paralelos,
y la altura o cualquier segmento perpendicular entre las dos bases.
El cilindro se denomina de revolución si las bases son perpendiculares a las generatrices. El área de
un cilindro de revolución es igual a la suma de las áreas de las bases más el área lateral. Si r es el radio
de las bases y h la altura del cilindro, se tiene que:
A = 2rh + 2r2
Conos
Cuando la superficie proviene del giro de una recta en torno a otra fija que se interseca con ella, se
obtiene una superficie cónica de revolución. La recta fija es el eje, y la móvil se conoce como
generatriz. El eje y la generatriz se cortan en un punto llamado vértice.
Nuevamente, al delimitar la porción abierta de esta superficie con un plano que corta a todas las
generatrices, se obtiene un cono, cuyos elementos principales son:
La base, o porción del plano de delimitación comprendida entre las generatrices.
La altura, o segmento trazado en perpendicular desde el vértice del cono a la base.
La superficie lateral, comprendida entre la base y el vértice.
Si la base del cono es perpendicular al eje, el cono es de revolución, cuya área viene dada por la
expresión (siendo g la generatriz y r el radio de la base):
A = rg + r2
Esferas
Una superficie esférica es la que se engendra por la rotación de una semicircunferencia alrededor de
un diámetro. La esfera resultante puede definirse como el lugar geométrico de los puntos del espacio
que equidistan de un punto fijo llamado centro. La distancia del centro a cualquier punto de la esfera
es su radio.
Volumen de un cilindro.
La Topología inicialmente estudiaba los problemas relacionados con las curvas, las superficies y los
objetos del plano y del espacio tridimensional. También estudia el espacio-tiempo de la relatividad
general, los nudos, los grupos de simetrías, etc.
De hecho estudiamos mediante gráficos muchas cosas que no tienen naturaleza geométrica. Por
ejemplo si tenemos un gráfico que representa la relación entre la presión y la temperatura, estas
variables no son geométricas y las pendientes, los máximos, las superficies, etc. del diagrama tienen
interpretación termodinámica. De suyo, para estudiar un tema como éste no hace falta la geometría
para nada; bastaría el álgebra. Sin embargo, comprendemos más fácilmente las cosas cuando las
representamos gráficamente, porque nos resulta más comprensible intuitivamente la geometría que el
álgebra.
Si tuviésemos que representar las relaciones entre más de tres variables no lo podríamos hacer
dibujándolas y a la intuición le resulta demasiado difícil imaginar cómo sería un espacio de más de
tres dimensiones. Sin embargo, se puede estudiar el fenómeno recurriendo únicamente al álgebra, pero
entonces la percepción visual que tanto nos ayuda queda al margen. Los matemáticos han encontrado
una manera de resolver esto: los problemas se plantean mediante la lógica y el álgebra y las soluciones
se expresan también de la misma manera. Se utilizan los conceptos geométricos, pero formulados
algebraicamente. La intuición basada en la visión ayuda a argumentar y sugiere qué caminos se pueden
probar.
Siete puentes permiten el paso de unas zonas a otras. Algunos habitantes se plantearon si se podría
hacer un recorrido en el que se atravesasen los siete puentes pero pasando solamente una vez por cada
uno. Todos los que lo intentaron fracasaron, incluido el matemático suizo Leonhard Euler (1707-
1783). Sin embargo, Euler acertó a explicar por qué era imposible ese recorrido.
Euler dijo que se podría hacer ese recorrido si cada zona estuviera unida con otras mediante un número
de puentes que fuese par o si el recorrido comenzase en una zona y terminase en otra distinta y estas
dos zonas estuviesen unidas a otras por un número impar de puentes y todas las demás por un número
par.
Euler razonó de la siguiente manera: los caminantes, en una zona intermedia del recorrido deben entrar
por un puente y salir por otro, por lo tanto, esas zonas intermedias deben estar unidas a otras por un
número par de puentes. Además, si los caminantes salían de una zona a la que no iban a volver, esa
zona debía estar unida por un solo puente y lo mismo la zona de llegada. Los puntos de partida y de
llegada, por lo tanto pueden estar unidos por un número impar de puentes, pero si el punto de partida
y el de llegada perteneciesen a la misma zona, todas las zonas debían estar unidas a otras mediante un
número par de puentes. Puesto que los puentes de Königsberg no cumplían estas condiciones el
recorrido que se plateaba era imposible.
Si dibujamos un diagrama que represente la situación, expresando las zonas mediante puntos y los
puentes mediante segmentos o arcos que los unen, obtendremos el siguiente grafo:
Ahora el problema se ha convertido en partir de un punto y recorrer mediante un lápiz las líneas del
diagrama, sin levantar el lápiz del papel, haciendo pasar la punta de éste una vez y solamente una vez
por cada segmento o arco. Podemos ver si el número de uniones de cada punto es par o impar. Por
ejemplo el de A es impar, porque de él parten 5 líneas. El de todos los demás es también impar. Puesto
que hay más de dos puntos que tiene un número impar de uniones, no se cumplen las condiciones que
hemos citado. Olvidándonos de puentes y zonas, la ley establecida se puede aplicar a cualquier grafo.
El teorema de la bola peluda
Otro problema curioso que resuelve la Topología es el del teorema de la bola peluda. Dicho en palabras
corrientes, esto es lo que dice este teorema: si tenemos una bola que tiene un pelo en cada punto de
una superficie no se puede peinar de forma que no quede ningún pelo tieso, por lo menos debe quedar
uno así.
Utilizando lenguaje matemático diremos que todo campo continuo de vectores tangentes a una
superficie esférica necesariamente tiene un punto donde el vector es cero. Lo mismo que en el caso
del problema de los puentes de Königsberg, la Topología generaliza el planteamiento, la esfera no
tiene por qué ser perfecta, lo que dice el teorema vale para cualquier bulto, con tal de que no tenga
agujeros que lo atraviesen.