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Plantilla de tema semanal

LA IGLESIA APOSTOLICA
Palabras clave:
Iglesia, Doctrina, Gentiles
Objetivos:
Conocer el origen de la iglesia apostólica y su composición.

Resumen:
En esta unidad se estudiara la etimología de la palabra iglesia y como comienza en
Jerusalén, cuál fue su composición; porque la persecución religiosa y política; cuál fue
su doctrina y quienes fueron sus dirigentes y como se inició la iglesia entre los gentiles
y su posterior aceptación, se verá también la metodología de Pablo para confirmar las
iglesias establecidas y cuáles fueron las más destacadas

Desarrollo temático:
2. LA IGLESIA APOSTOLICA
IGLESIA Etimología: Jesús se refirió solo en dos ocasiones a la iglesia (Mt 16.18; 18.17). La
palabra iglesia se deriva del sustantivo griego ekklesía (de ek-kaleo que significa llamar fuera),
una asamblea pública, generalmente de orden político (de polís que significa ciudad),
convocada por un heraldo oficial. En el Nuevo Testamento, en singular, iglesia se refiere a
alguna congregación local y específica (Hch 11.22; 13.1), pero a veces también a varias
congregaciones (Gl 1.13; Hch 9.31), aunque hay poca distinción entre el singular y el plural (cf.
1 Co 10.32; 11.16; Gl 1.13, 22).
La Iglesia Apostólica abarca un periodo comprendido aproximadamente entre el año 30 d.C. y el
100 d.C. (Ascensión de Cristo y muerte de Juan respectivamente) y comprende todo el periodo
durante el cual ejercieron su ministerio los 12 apóstoles. Para un mejor estudio de este periodo lo
dividiremos en tres subperiodos claramente identificados en los Hechos de los Apóstoles y el N.T.

2.1 LA IGLESIA DE JERUSALEN


La historia de la Iglesia propiamente dicha, se inicia con el bautismo del Espíritu Santo a los
120 discípulos congregados en el aposento alto en el día de Pentecostés (6 de Siván en el
calendario hebreo que corresponde a mayo-junio de nuestro calendario) del año 30 d.C.
(Ver Hc. 1:13-15; 2:1-47). Este acontecimiento tuvo un efecto triple en los discípulos:
- Iluminó sus mentes dándoles un nuevo concepto del Reino de Dios, que no era un imperio
político como ellos lo creían (ver Hc. 1:6) sino un reino espiritual, donde el Señor ascendido
gobernaba activamente a todos los que le aceptaron por la fe.
- Les vigorizó, impartiendo a cada miembro un fervor de espíritu y un poder de expresión que
hacía el testimonio de ellos convincente para quienes los escuchaban.
- Marcó el inicio de una nueva dispensación en la cual este Espíritu Divino moraría en la
Iglesia como una presencia permanente; no en su organización o maquinaria, sino como la

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posesión individual y personal de cada verdadero creyente.


La sede de la iglesia de Jerusalén probablemente era el aposento alto en el monte de
Sión y el pórtico de Salomón en el Templo.

2.1.1. COMPOSICION DE LA IGLESIA DE JERUSALEN


Esta iglesia estaba conformada en su totalidad por judíos de las 3 clases ya
mencionadas en la primera unidad (judíos de Palestina, judíos de la Dispersión
y judíos gentiles o prosélitos). Ni siquiera los Apóstoles pudieron entender en un
comienzo que el evangelio incluía a los gentiles y la única forma en que
concebían que uno de ellos llegara a ser cristiano era haciéndose primero
judío (prosélito) y luego aceptando a Jesús como el Mesías. Esto se debía a
que los primeros cristianos no creían pertenecer a una nueva religión. Su fe no
consistía en una negación del judaísmo, sino más bien en la convicción de que la
edad mesiánica, tan esperada por el pueblo hebreo, había llegado. Esto es cierto,
no sólo de los doce, sino del mismo Pablo según lo expresa a los judíos en Roma
hacia el final de su carrera: "por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta
cadena" (Hc. 28:20). La iglesia de Jerusalén tuvo que afrontar dos tipos de
persecución a saber:

 PERSECUCION RELIGIOSA
Esta es la persecución propiciada por el Sanedrín que ya hemos tratado en el punto anterior. Bajo
esta persecución cae Esteban, el primer mártir cristiano y es debido a ella que el evangelio
empieza a expandirse más allá de las fronteras de Judea. Los judíos de la Dispersión también
fomentaron este tipo de persecución en todos los lugares a donde llegaban los misioneros cristianos,
como se puede notar en los viajes de Pablo, quien también fue, en su condición de fariseo inconverso,
instrumento de esta misma persecución. Los judíos solamente estuvieron en condiciones de perseguir
a los cristianos hasta el 70 d.C. A partir de este momento algunos "cristianos" comienzan
equivocadamente a incubar un sentimiento antisemita, que terminó desembocando en el "holocausto"
de los nazis en el cual perdieron la vida cerca de seis millones de judíos.

 PERSECUCION POLITICA
Es la persecución originada por las autoridades seculares, en este caso romanas. La primera de
ellas se dio bajo el gobierno de Herodes Agripa I, quien probablemente para complacer a la
dirigencia judía e inclusive por instigación de ella, procedió a perseguir a los cristianos en Jerusalén
dando muerte a Jacobo, hermano de Juan y encarcelando a Pedro, quien escapó milagrosamente
(Hc. 12). Posteriormente esta persecución también trasciende las fronteras de Judea produciendo un
gran número de mártires bajo la dirección de los propios emperadores del imperio.

2.1.2. DOCTRINA
Al principio, la teología o creencia de la Iglesia era simple. La doctrina
sistemática fue desarrollada más tarde por Pablo. De cualquier modo, hay tres
puntos que resaltan de manera prominente en la predicación de los apóstoles y
que son considerados esenciales:
- Jesús de Nazaret era El Mesías, el Cristo largamente esperado por Israel a
quien cada miembro de la iglesia debía demostrar lealtad personal, reverencia y
obediencia.
- El segundo punto era la Resurrección de Jesús, es decir que después de haber
sido crucificado, había resucitado de entre los muertos para vivir como la cabeza
de su iglesia y no morir jamás.
- En tercer lugar encontramos la segunda venida de Cristo, es decir que aquel

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que había ascendido a los cielos, a su tiempo volvería a la tierra y reinaría sobre
su iglesia.

2.1.3. DIRIGENTES
En una iglesia comparativamente pequeña en número, todos en una ciudad, todos
de una raza, todos absolutamente obedientes a la voluntad de su Señor ascendido
y todos en comunión con el Espíritu de Dios, poco gobierno era necesario. Este
gobierno era administrado por los doce apóstoles, quienes actuaban como un
cuerpo, siendo Pedro su portavoz. A pesar de lo anterior, sobresale en la
narración de los Hechos los nombres de Pedro y Juan, pero ésto no obedece a
que hubieran sido formalmente constituidos como dirigentes por sobre los demás,
sino que Pedro tenía un don natural de liderazgo que le hizo destacarse desde un
comienzo por encima de los otros apóstoles. Fue esta circunstancia la que lo lleva
a asumir la voceria y el liderazgo de la iglesia de Jerusalén del mismo modo que
Juan había llegado a esta misma condición debido a su carácter místico. Pablo
menciona que ellos dos, junto con Jacobo, "eran considerados como
columnas" (Gal. 2:9). Además de estos; Jacobo, el hermano del Señor (Gal.
1:19) también gozaba de gran autoridad. Aunque Jacobo no era uno de los
doce, Jesús se le había manifestado poco después de la resurrección (1 Cor. 15:7)
y se había unido al número de los discípulos, donde pronto gozó de gran prestigio
y autoridad. Según Pablo, él era la tercera "columna" de la iglesia de
Jerusalén (Gal. 2:9) y hay razones para suponer que, en cierto sentido,
estaba por encima de Pedro y Juan (la decisión final en el concilio de Jerusalén
es tomada por él. Hc. 15:19).

2.1.4. OCASO DE LA IGLESIA DE JERUSALEN


A partir de la conversión de Saulo de Tarso, la iglesia de Jerusalén pierde
protagonismo en los Hechos de los Apóstoles, lo cual no significa que deje de ser
importante, pero a partir de la persecución de Herodes Agripa I, la base de
operaciones del cristianismo en general comienza a trasladarse a Antioquía de
Siria; una iglesia de mayoría gentil. Además la persecución empezó a abarcar
también a sus dirigentes y es así como en el año 62 d.C., Jacobo, el jefe de la
iglesia, es muerto por iniciativa del Sumo Sacerdote y aún contra la oposición de
algunos fariseos. Otro factor que contribuye al ocaso de la iglesia de Jerusalén es
la guerra nacionalista dirigida por los Zelotes contra los romanos en el 66-70
d.C., que concluye con la destrucción de Jerusalén.
Sus dirigentes consideraron la profecía de Lucas 21:20-24 y decidieron que lo
mejor era huir de modo que se trasladaron a Pella, una ciudad en la provincia
romana de Decápolis al este del Jordán.

Esta decisión también obedecía a un propósito práctico de evitar las sospechas


por parte de los romanos ya que los cristianos se confesaban seguidores de uno
que había muerto crucificado por los romanos y que pertenecía al linaje de David
y un movimiento con estas características, tenía que parecer sospechoso ante los
ojos de los romanos. Aún más, tras la muerte de Jacobo el hermano del Señor,
aquella antigua iglesia siguió siendo dirigida por los parientes de Jesús y la
jefatura pasó a Simeón que pertenecía al mismo linaje. Poco tiempo después,
alguien acusó a Simeón como descendiente de David y como cristiano y este
nuevo dirigente de la iglesia judía sufrió el martirio. La mayor parte de los judeo-

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cristianos vivían en la creencia de que era perpetua obligación la de observar las


prescripciones de la Ley. Después de terminada la guerra salieron de Pella y se
establecieron entre las ruinas de la ciudad, permaneciendo allí hasta el reinado de
Adriano (136 d.C.), fecha en la cual el terreno fue vedado para todos los judíos
como represalia por la rebelión final de "Barcokebas o Bar Kosebá ". Los
numerosos judíos que permanecieron en Decápolis constituyeron una iglesia
diferente que sobrevivió hasta el siglo V. En aquellos lejanos parajes el
cristianismo judío entró en contacto con varios otros grupos que en fechas
anteriores habían abandonado el judaísmo ortodoxo y se habían refugiado más
allá del Jordán. Dentro de ellos se destacan los ebionitas y los nazarenos siendo
estos últimos los que más se acercaban a la ortodoxia cristiana. Otros optaron por
integrarse totalmente a la iglesia cristiana gentil y los demás siguieron viviendo
como "creyentes secretos" entre los judíos.

2.2. LA IGLESIA ENTRE LOS GENTILES


2.2.1. PRIMEROS PASOS
Es notorio el hecho de que la Iglesia de Jerusalén era poderosa en la fe y en el
testimonio, pura en su carácter y abundante en el amor. Pero su singular defecto era
su falta de celo misionero. Aunque esto es comprensible si tenemos en cuenta que
ellos no concebían que el evangelio incluyera a los gentiles, de cualquier modo hizo
necesario un estímulo adicional que se materializó en la forma de una severa
persecución. Esta persecución propiciada por El Sanedrín y encabezada por un joven
fariseo, celoso hasta el fanatismo, llamado Saulo de Tarso; fue la que obligó a los
primeros cristianos a rebasar los estrechos límites de Judea y Galilea.
Como lo anotábamos anteriormente, en un comienzo la persecución religiosa se centró
de manera especial en los convertidos del judaísmo de la Dispersión . Este hecho
también fue providencial ya que entre los judíos, este era el grupo que guardaba menos
reservas hacia los gentiles (Hc. 11:19-20) y es por eso que Felipe, judío de la
Dispersión nombrado como unos de los siete diáconos, obligado a huir a causa de la
persecución para no tener que sufrir la misma suerte de Esteban; es el encargado de
llevar el evangelio más allá de las fronteras de Judea hasta la región de Samaria
(Hc. 7:5). Este hecho demuestra que Felipe en cierta medida se había liberado de los
prejuicios de su raza, pues aunque los samaritanos no eran judíos, tampoco se les
puede catalogar como gentiles sino mas bien como una raza mixta (medio gentil -
medio judía) por demás despreciada por los judíos (Jn. 4:9). En esta primera incursión
del evangelio en terrenos del paganismo y a partir de ella, también podemos apreciar
cómo se suscita la oposición frontal de los poderes de Satanás, que veía vulneradas
sus fortalezas y contemplaba cómo, efectivamente, "las puertas del Hades no
prevalecerían sobre la Iglesia" (Mt. 16:18). Esta oposición es triplemente
personificada en las figuras de Simón el mago (Hc. 8:9), Barjesús o Elimas (Hc.
13:6-8) y "la muchacha que tenía espíritu de adivinación" (Hc. 16:16-18). Hechos
también nos relata el episodio del bautismo de un etíope, eunuco, alto funcionario
de la reina de Etiopia, tesorero del reino, que había venido a Jerusalén para adorar (Hc.
8:27). Este bautismo estuvo a cargo del mismo Felipe que llevo el evangelio a Samaria
(conocido más tarde como "Felipe el evangelista" para hacer honor a su labor
permitiéndonos diferenciarlo del apóstol del mismo nombre) bajo la guía directa del
Señor (Hc. 8:26). Si bien es cierto que este etíope era de origen netamente gentil
también lo es el hecho de que voluntariamente subía a Jerusalén para adorar y
leía al profeta Isaías (Hc. 8:28); lo cual es indicio probable de que ya fuera un
prosélito, por lo cual este acontecimiento no se puede tomar como la entrada y

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aceptación oficial de los gentiles en la Iglesia. Debido a la actitud de la Iglesia de


Jerusalén hacia los gentiles, se hizo necesario que Dios levantara a un apóstol libre de
los prejuicios judíos y con una preparación y capacidad intelectual sobresaliente, para
llevar el evangelio a los gentiles en términos racionalmente convincentes para ellos.
Saulo de Tarso.

2.2.2. ACEPTACION OFICIAL DE LOS GENTILES EN LA IGLESIA


Contrariamente a lo que podría pensarse y a pesar de haber sido designado por Dios,
como el "Apóstol de la incircuncisión" (Gal. 2:7-8); no le correspondió a Pablo el
autorizar la entrada oficial de los gentiles dentro de la Iglesia sino que tuvo que esperar
a que otra persona se hiciera cargo de este trascendental asunto para poder comenzar
de lleno su ministerio. Este papel estaba reservado para Pedro, bajo la guía
directa del Señor. La historia posterior nos permite ver la conveniencia de esta
decisión divina, pues aunque Pablo siempre enfrentó en mayor o menor grado,
oposición de parte de los cristianos judaizantes, es también evidente que esta oposición
podría haber sido mucho más marcada y perjudicial de no haber mediado la
aprobación de los dirigentes de la iglesia de Jerusalén a su ministerio (Gal.2:9),
aprobación que tuvo su origen precisamente en la experiencia de Pedro con Cornelio
(Hc.11:1-18).

2.2.3. METODOLOGIA MISIONERA DE PABLO


Los viajes del Apóstol Pablo son de todos conocidos, y en todo caso cualquier persona
puede seguirlos leyendo en el libro de los Hechos. Por tanto no nos detendremos aquí
a seguir el itinerario de estos viajes. Baste señalar que la espera de Pablo para poder
iniciar su ministerio se prolongó hasta cerca de ocho años, al cabo de los cuales
Bernabé fue a buscarlo a su ciudad natal: Tarso de Cilicia y le llevó a Antioquía de
Siria, donde trabajaron juntos por espacio de un año y donde los cristianos
recibieron ese nombre por primera vez (Hc. 11:19-26). También eran conocidos
como "los del Camino" (Hc. 9:2; 19:9, 23; 22:4) o "la secta de los nazarenos" (Hc.
24:5).
Se observa durante los viajes de Pablo una metodología aplicada rigurosamente en
tanto las circunstancias lo permitieran:

o BUSCAR UNA SINAGOGA EN TODO LUGAR AL QUE ARRIBABA


Esto obedecía a la convicción de Pablo de que el evangelio era el anuncio del cumplimiento de las
profecías antiguas del pueblo judío, por lo cual él acudía "al judío primeramente" (Rom. 1:16). En esto
concordaba con el Señor que declaró que "no era enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel"
(Mt. 15:24) y ordenó lo mismo a sus discípulos "... id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mt
10:5-6).
También existían razones prácticas para obrar de esta manera, pues su condición de fariseo lo investía de
autoridad para presidir en la sinagoga, contando de antemano con un auditorio nutrido entre el cual podía
haber algunos prosélitos y devotos de entre los gentiles. Usualmente la generalidad de los judíos de la
sinagoga era reacia a recibir el mensaje del evangelio, pues a pesar de que algunas veces lo
acogían, tan pronto se daban cuenta que Pablo no hacía distinción entre judíos y gentiles, los celos
los impulsaban a oponerle resistencia y hostilizarlo verbal y físicamente, hasta el punto de que en
la mayoría de ocasiones tuvo que huir para evitar una muerte prematura. La excepción a esta
tendencia general la constituyó la sinagoga de Berea (Hc. 17:10-12). También hubo ocasiones en las
cuales Pablo no tuvo una sinagoga a su disposición como en el caso de Listra (Hc. 14:8-23) y Filipos
(Hc. 16:11-40).

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o CONFIRMAR LAS IGLESIAS ESTABLECIDAS


Esta fue otra característica del ministerio de Pablo. No se limitaba a la mera exposición del evangelio con
sus consecuentes convertidos, sino que se preocupaba por el establecimiento de iglesias en cada lugar
visitado y su ordenado y sano crecimiento y desarrollo, para lo cual constituía pastores y ancianos en
cada una de ellas, que estuvieran en condiciones de velar satisfactoriamente por el rebaño.

Una vez concluido cada viaje, volvía sobre sus pasos para supervisar su obra, animando y
exhortando a sus "hijos espirituales" para que perseveraran en la fe y siempre que podía, cuando
el itinerario de su viaje se lo permitía, visitaba de nuevo las iglesias establecidas en anteriores
viajes. Esta preocupación también se refleja en las trece epístolas atribuidas a él, que eran una manera de
suplir la incapacidad de acudir prontamente a las iglesias que tenían algún problema específico que
requiriera soluciones inmediatas.

Adicionalmente a los anteriores, existían otras pautas que se repetían durante el ministerio paulino y
aunque no eran de carácter imperativo, no por ello dejan de ser importantes y merecen considerarse en
este estudio:

o VIAJAR EN GRUPO
En este aspecto Pablo siguió la instrucción de marchar de dos en dos, dada por Jesucristo a los doce
apóstoles y al grupo de los setenta; añadiendo en lo posible una persona a su comitiva. Es así como en el
primer viaje le acompañan Bernabé y Juan Marcos. Para el segundo y debido a las posturas radicales y
opuestas de Pablo y Bernabé acerca de las deserción de Juan Marcos en Perge (Hc. 15:36-40), el grupo
se divide y Pablo sale acompañado por Silas (Silvano) recogiendo en el camino a Timoteo en Listra (Hc.
16:1-3) y a Lucas en Troas. En las pocas ocasiones en que Pablo marcha solo, lo hace obligado por las
circunstancias y no por voluntad propia (por ejemplo en Atenas y Corinto, en donde se le añaden
brevemente hasta Efeso la pareja de Aquila y Priscila). En todo caso, a partir del segundo viaje, Pablo
cuenta con la compañía incondicional, fiel y casi permanente de Timoteo y Lucas.

o MARCHAR CON UN JOVEN APRENDIZ


Esta característica está íntimamente ligada a la anterior. En el primer viaje el llamado a ocupar este lugar
era Juan Marcos, pero a partir del segundo es Timoteo quien lo reemplaza en esta posición. Tal vez
Pablo quería asegurar la continuidad de su obra y de su ministerio, entrenando a un joven e instruyéndolo
en su visión particular del evangelio.

o RENDIR UN INFORME A LA IGLESIA


Usualmente Pablo regresaba ya sea a Antioquía o a Jerusalén y rendía un informe de su labor entre los
gentiles.

o NO EDIFICAR SOBRE FUNDAMENTO AJENO (Rom. 15:20-21)


Predicar el evangelio solamente donde Cristo no hubiera sido nombrado, para no entrar en la
obra de otro y evitar "gloriarse desmedidamente en trabajos ajenos" (2 Cor. 10:13-16).
Esta norma tuvo su excepción en Roma, ciudad en la cual ya existía una pequeña iglesia establecida a la
llegada de Pablo. Iglesia cuyo fundador no se conoce. La razón de ésto la da el Apóstol en Romanos
15:23-24 y su motivación para ello está registrada en Romanos 1:11-15. Es normal que Pablo quiera
visitar Roma a pesar de que ya hubiera una iglesia establecida allí, pues como "Apóstol de los gentiles"
es apenas natural que quisiera pasar por la ciudad gentil por excelencia: la capital del imperio gentil.
Además, esperaba la ayuda de la iglesia romana para llegar hasta España, el límite occidental del
imperio, pues se consideraba "deudor" del evangelio a todo el mundo.

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o ACOMODAR SU MENSAJE A SUS OYENTES


Significa que él preparaba su mensaje de tal manera, que sus oyentes pudieran entenderlo
plenamente con los recursos y elementos de los que disponían 1 Cor. 9:19-22. En el primer caso
presenta a Cristo relacionándolo con el Dios de Abraham, Isaac y Jacob y aludiendo a las Escrituras
judías (Hc. 13:16-41); en el segundo lo hace con gran elocuencia, refiriéndose a la cultura y filosofía
griegas, citando incluso a sus poetas y recurriendo a sus dioses (Hc. 17:18-31) y en el último echa mano
de los beneficios divinos que todos los hombres están en capacidad de percibir y apreciar (Hc. 14:15-17).

2.2.4. IGLESIAS DESTACADAS EN LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES

o IGLESIA DE JERUSALEN
Aunque no es una iglesia gentil, no se puede desconocer la importancia de la Iglesia de Jerusalén en esta
lista, pues entre las iglesias gentiles, la de Jerusalén fue tenida en gran estima y reverencia ya que la
consideraban "la iglesia madre". Pablo mismo señala la obligación de los gentiles hacia Jerusalén en
Hechos 15:26-27.

o IGLESIA DE ANTIOQUIA DE SIRIA


Esta es la iglesia gentil por excelencia. Fue en este lugar donde se originó el nombre de cristianos. Se
constituyó en el centro de operaciones de los viajes misioneros de Pablo y rápidamente superó en el
número de miembros a la iglesia de Jerusalén. Contó entre sus integrantes con muchos ministros
destacados (Hc. 13:1-2). Cuando Jerusalén fue destruida en el 70 d.C., Antioquía de Siria pasó a
desempeñar el papel de liderazgo que hasta entonces le había correspondido a aquella.

o IGLESIA DE EFESO
Fue la iglesia más importante de Asia menor. Pablo pasó uno de los periodos más largos de su
ministerio nómada en esta ciudad (dos años según Hechos 19:10). Desde aquí se propagó el evangelio
a las ciudades más importantes de Asia Menor, entre ellas las "siete iglesias del Apocalipsis" (Apo.
2-3). La tradición señala que el apóstol Juan ejerció su ministerio en esta iglesia durante los últimos años
de su vida hasta su deportación a la cercana isla de Patmos.

o IGLESIA DE CORINTO
Su importancia radica en que era la "iglesia cosmopolita" de la época, en la cual confluían todo tipo
de personas. Ubicada en la provincia de Acaya (antigua Grecia) contaba entre sus miembros con griegos
cultos, instruidos en la filosofía, las letras y la mitología del helenismo e igualmente con comerciantes
adinerados de todo el mundo conocido, gracias a su condición de puerto importante en el Mediterráneo.

o IGLESIA DE ROMA
Esta iglesia es notable por su condición de capital del imperio romano. Era la iglesia imperial. Aunque
en sus comienzos su papel fue secundario y pasó desapercibido ante la labor de iglesias como la de
Antioquía de Siria y la de Jerusalén, con el paso del tiempo hizo valer su posición hasta extremos
realmente perjudiciales para la autonomía de todas las demás iglesias bajo el gobierno del imperio.

2.2.5. LA GRAN CONTROVERSIA


La gran controversia en la iglesia gentil, íntimamente relacionada con la vida de
Pablo, según consta en sus epístolas y que ocupó mucho de su tiempo, molestándole
más que cualquier otro asunto, consistió en si se requería que los gentiles llegasen
a ser judíos antes que pudieran ser cristianos; o, en otras palabras, si debían ser
circuncidados para ser salvos. Los judíos esperaban que todos los convertidos del
Mesías se sujetarían a la Ley y adoptarían la vida prescrita en ella así como las
tradiciones judaicas; en resumen, su concepción del reino del Mesías era la de un

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mundo de judíos. El arreglo de esta controversia se dio gradualmente en los


siguientes pasos:

o POR PEDRO
Esta controversia debería haber encontrado solución definitiva en la experiencia anteriormente relatada
de Pedro y Cornelio, Pero el orgullo de la raza y las prevenciones de una época no se dominan
fácilmente. Aunque los cristianos de Jerusalén admitieron la conducta de Pedro en este caso
especial, dejaron de extractar de él el principio universal que implicaba y aún Pedro mismo, como
se ve después, no comprendió enteramente lo que envolvía en cuanto a su propia conducta.
o POR PABLO
Sin embargo, la cuestión había quedado arreglada en una mente mucho más fuerte y lógica que la de
Pedro. Pablo había recibido su evangelio directamente del cielo y en las soledades de Arabia, en los años
inmediatamente siguientes a su conversión, había reflexionado acerca de este asunto y había llegado a
conclusiones mucho más radicales que las que hubieran entrado en las mentes de cualquiera de los otros
apóstoles. A él (fariseo, versado en el conocimiento y la práctica de la Ley) mucho más que a
cualquier otro de ellos, le había parecido la Ley un yugo de servidumbre; vio que no era más que
una rígida preparación para el cristianismo, no una parte de él. Había en su mente un contraste
profundo entre la miseria y maldición de un estado y el gozo y libertad del otro. Para él, imponer
el yugo de la Ley a los gentiles habría sido destruir el genio mismo del cristianismo; habría sido la
imposición de condiciones para la salvación totalmente diferentes de lo que él sabía que era la
única condición en el evangelio: arrepentimiento y fe en Jesucristo como el Hijo de Dios. Su
epístola a los Gálatas es una emotiva expresión de este pensamiento.

o POR EL CONCILIO DE JERUSALEN


Ante la proliferación de cristianos de origen judío que, procedentes de Jerusalén, inquietaban a los
gentiles convertidos diciéndoles, entre otras cosas, que no podrían ser salvos a menos que se
circuncidaran; se decidió apelar a los principales apóstoles en Jerusalén y Pablo y Bernabé fueron
enviados a dicha ciudad para procurar una decisión. Este fue el origen de lo que se llama el Concilio de
Jerusalén, en el cual se resolvió autoritativamente la cuestión. La decisión de los apóstoles y
ancianos estuvo en armonía con la práctica de Pablo: no se requeriría de los gentiles la
circuncisión; "sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de
fornicación, de ahogado y de sangre" (Hc. 15:20). Esta decisión se confirmó por escrito y se notificó
de ella a todas las iglesias gentiles por medio de Pablo y un delegado de la iglesia de Jerusalén (Silas)
para ratificarla sin ningún lugar a dudas.

2.3. LA EDAD SOMBRIA


Este período comprende desde la muerte de los apóstoles Pedro y Pablo en Roma, cerca del
64 y 68 d.C. respectivamente, bajo la persecución de Nerón; hasta el año 100 d.C., fecha en
la cual murió el apóstol Juan en la isla de Patmos.
Recibe este nombre porque de todos los períodos de la historia del cristianismo, es del
que menos sabemos. La narración consignada en Hechos de los Apóstoles concluye mucho
antes y ningún autor de la época ha llenado este vacío en la historia. No conocemos que fue
de la vida de Timoteo, Apolos, Tito y demás colaboradores y amigos de Pablo, a la muerte de
éste. Cuando por fin surgen los registros de los "Padres Apóstólicos" cerca del 120 d.C.,
encontramos una iglesia diferente en muchos aspectos a la de los días de Pedro y Pablo. Sus
dirigentes son del todo desconocidos en el Nuevo Testamento.
Nuestra información de este período depende casi exclusivamente de tradiciones más o
menos confiables. Hay que tener cuidado ante la tendencia de considerar estas tradiciones
como históricamente comprobadas, pues muchas de ellas tuvieron su origen en un
fenómeno que comienza a aparecer a fines del siglo II, consistente en que todas las

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iglesias trataban de reclamar para sí un origen directamente apostólico. Es así como por
ejemplo, puesto que la iglesia de Alejandría rivalizaba con las de Antioquía y Roma, ella
también tenía que reclamar para sí la autoridad y el prestigio de algún apóstol y ésto a su vez
dio origen a la tradición según la cual San Marcos había fundado la iglesia en esa ciudad. De
igual modo, cuando tiempo después Constantinopla llegó a ser la capital del imperio, la
nueva ciudad no podía tolerar el hecho de que tantas otras iglesias pudieran reclamar para sí
un origen apostólico y ella no pudiera hacer lo mismo. De ahí surgió la tradición que decía
que el apóstol Felipe había fundado la iglesia de Bizancio, que era la ciudad que se
encontraba en el lugar donde Constantinopla fue edificada más tarde. Como vemos, la
generalidad de las tradiciones de este período son poco dignas de confianza.

2.3.1. TRADICIONES DE LOS APOSTOLES


Hechos deja a Pablo preso en Roma, pero las epístolas parecen confirmar la tradición
que dice que fue puesto en libertad y aprovechó esta coyuntura para llevar el evangelio
hasta España, como era su propósito, según lo declara en Romanos 15:24.
Posteriormente fue hecho preso nuevamente en Roma y murió decapitado bajo la
persecución de Nerón en 68 d.C.

De todo el cúmulo de tradición que la Iglesia Católico Romana defiende acerca del
apóstol Pedro, lo único que parece ser digno de crédito es el hecho de que para el
final de sus días llegó a Roma y allí murió crucificado - algunos autores dicen
que cabeza abajo -lo cual encuentra eco en Juan 21:18-19.

o PEDRO: Mateo 16:18


No fue nombrado jefe: Mt. 18:1-4.
Se negó a recibir culto: Hch. 10:25-26.
No presidió el primer concilio: (el problema todos los gentiles que se convertían a Jesucristo
debían ser circuncidados y, radicalmente, guardar toda la ley de Moisés). Hch. 15:13-19.
No era el pastor de Roma. Romanos último capítulo.
Pastoreaba judíos: Gal. 2:7-8. 1P. 1:1.
No era infalible: Gal. 2:11.
No es la roca de la fundación: 1 Co.3:11, Ef. 2:20.
San Agustín dijo: “la iglesia no está edificada SUPER PETRUM, que querría decir sobre la
persona de Pedro, sino SUPER PETRAM, que significa lo que Pedro ha dicho, sobre la
confesión de Pedro”. 1 P. 2:4-5.

o ANDRÉS: Estuvo presente en el aposento alto después de la ascensión (Hch 1.13) y entonces
desaparece de la historia bíblica. Según una tradición verosímil, lo crucificaron en Acaya
tras una actividad misionera muy fructífera allí.

o JACOBO: El nombre Santiago es una contracción castellanizada de dos palabras latinas,


sanctus Iacobus, que quiere decir San Jacobo. Hijo de Zebedeo y pescador galileo, a quien
Jesús llamó (Mt 4.21), junto con su hermano menor Juan para ser uno de los doce apóstoles
(Mt 10.2; Mc 3.17; Lc 6.14; Hch 1.13). Los dos pidieron un lugar de preferencia en el Reino
y Jesús les profetizó que beberían la copa de Él (Mc 10.39), anuncio que se cumplió con la
muerte de Jacobo, degollado por Herodes Agripa I, ca. 44 d.C. (Hch 12.2). La tradición del
siglo II le llamó «Jacobo (o Santiago) el Mayor».

o JACOBO Hermano de Jesús, mencionado con sus hermanos (¿menores?) José, Simón y
Judas (Mc 6.3//, HERMANOS DE JESÚS). A juzgar por Mt 12.46–50; Mc 3.31–35; Lc 8.19–21

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Plantilla de tema semanal

y Jn 7.5, Jacobo no aceptaba la autoridad de Jesús durante el ministerio de este, pero después
de que se le apareció resucitado (1 Co 15.7), llegó a ser un líder importante de la iglesia
judeocristiana de Jerusalén (Hch 12.17; Gl 1.19; 2.9).
La tradición posterior (Hegesipo, primitivo historiador cristiano ca. 180 d.C.; y el Evangelio
según los hebreos, EVANGELIOS APÓCRIFOS) exalta el papel de Jacobo, llamándolo «el justo»
y presentándolo como muy reverenciado por su piedad y apego a la Ley. Hegesipo y Josefo
(Guerra XX.ix.1) relatan su martirio (ca. 62), lapidado a instigación de los saduceos.
La tradición asigna a Jacobo la paternidad de la carta de SANTIAGO (Stg 1.1; cf. Jud 1).
o JUAN, EL APÓSTOL Hijo de ZEBEDEO y hermano de Jacobo.
La tradición que predominaba en la iglesia afirmaba que Juan, después de muchos años de
liderazgo en Jerusalén, se trasladó a Éfeso donde permaneció hasta su muerte (por causa
natural) a edad avanzada, en la época del emperador romano Trajano (98–117). Otros hilos
de tradición no armonizan fácilmente con estos. Por ejemplo, Eusebio afirma que existían dos
Juanes: el apóstol, y un anciano de Éfeso que otros habían confundido.

o FELIPE, EL APÓSTOL Parece que Felipe inspiraba confianza, ya que los GRIEGOS que
habían subido a adorar en la Pascua se dirigieron a él (nótese su nombre griego) cuando
querían ver a Jesús. Felipe buscó el apoyo de su amigo ANDRÉS (el único otro apóstol de
nombre griego) y los dos llevaron los griegos al Señor (Jn 12.20ss). Una tradición dice que
falleció de muerte natural en Hierápolis. Después de visitar Frigia y Panfilia.

o FELIPE, EL EVANGELISTA: Se menciona por primera vez al nombrarse siete


administradores para la iglesia en Jerusalén (Hch 6.1–9; DIÁCONO). Los candidatos debían
ser de buen testimonio, sabios y llenos del Espíritu Santo para realizar la labor caritativa.
Pero Felipe no se limitó a «servir las mesas» (Hch 6.2). Al ser esparcida la iglesia madre a
raíz del martirio de Esteban y la persecución encabezada por Saulo de Tarso, Felipe fue a
SAMARIA. Allí predicó el evangelio con gran éxito y realizó milagros que acreditaron el
mensaje, aun siendo judío en un ambiente hostil (Hch 8.1–13; SIMÓN EL MAGO; PEDRO).
Guiado primeramente por un ángel, y luego por la voz del Espíritu Santo, Felipe dejó la
floreciente obra de Samaria para encontrarse con un tesorero de ETIOPÍA, quien regresaba a
su tierra después de visitar a Jerusalén. Felipe le anunció al potentado el evangelio de Jesús,
basando su mensaje en el rollo de Isaías que el etíope estudiaba. Este se convirtió al Señor, y
Felipe lo bautizó en un estanque junto al camino. Después, el evangelista fue arrebatado por
el Espíritu para que continuara su labor en las ciudades del litoral del sudoeste (Hch 8.26–40)
hasta establecer una sede en Cesarea donde Lucas lo halló años después (Hch 21.8s). Nótese
que Lucas identifica a Felipe como EVANGELISTA y no como diácono. La tradición posterior
amplifica la mención de las cuatro hijas de Felipe que profetizaban, y sugiere Hierápolis
como el lugar de la tumba de dos de ellas y de Felipe. Sin embargo, esto no se ha podido
comprobar.
o MATEO: En los pasajes paralelos, sin embargo, a este apóstol se le llama LEVÍ, y Marcos
añade la frase «hijo de Alfeo» (Mc 2.14; Lc 5.29). Sin duda se ha de ver en Mateo/Leví un
nombre doble.
Fuera de los textos mencionados no hay otra referencia personal a Mateo en el Nuevo
Testamento. Papías (siglo II d.C.) dice que Mateo «compiló los oráculos [del Señor] en
lengua hebrea [o sea, arameo], y cada uno los traducía [o interpretaba] luego como podía».
Por tanto, la iglesia primitiva creía que Mateo era el autor del Evangelio que lleva su nombre,
a pesar de que este Evangelio se escribió en griego. Una tradición dice que tras predicar en
Judea salió a la obra misionera. O Persia.

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Plantilla de tema semanal

o TOMÁS Tomás es un apodo cuyo equivalente griego, Dídimo, aparece solo en Juan (Jn
11.16; 20.24; 21.2). No se sabe su verdadero nombre (algunas traducciones siríacas lo
identifican como «Judas Tomás»), ni quién era su hermano gemelo.
Su nombre se destaca en la literatura apócrifa de carácter GNÓSTICO del siglo II, donde
figura como gemelo del mismo Señor Jesús (!) y como evangelista en la India.

o TADEO (probablemente del arameo tad, que significa pecho femenino; o del hebreo
taddai, que significa valiente). En Mt 10.3 los manuscritos vacilan entre la lección «T» y
«Lebeo» (del hebreo lev, que significa corazón), que son casi sinónimos. Acerca de la vida
posterior de Tadeo solo tenemos datos poco seguros, provenientes de las leyendas surgidas
en épocas posteriores.
Además, la tradición identifica a Tadeo con el Judas al que hace referencia Jn. 14, 22, y se
cree que es uno de los hermanos de Jesús mencionados en Mc. 6,3 y en otras partes. Es
posible que debido a un error de transcripción, Tadeo sea llamado, a veces, Labeo. Además
se le conoce como san Judas. Una tradición dice que murió mártir en Mesopotamia. O Siria.

o SIMÓN Forma helenizada del nombre hebreo SIMEÓN (cf. Hch 15.14 VM, donde Santiago
emplea la forma antigua). Es nombre de varios personajes del Nuevo Testamento (y de un
descendiente de Judá en 1 Cr 4.20). Simón el ZELOTE, otro discípulo (Lc 6.15). Marcos
(3.18) y Mateo (10.4) lo llaman «el cananista», pero esto no quiere decir que fuera de Caná o
Canaán, sino que es el término arameo que significa «celoso» o «entusiasta». Probablemente
pertenecía o simpatizaba con el movimiento judío nacionalista apodado «zelotes». No
aparece más en el Nuevo Testamento, aunque una tradición posterior lo identifica con Simón,
hijo de Cleofás, a quien menciona Hegesipo. Se dice que evangelizó Mesopotamia e idumea.

O BARTOLOMÉ: ARABIA MERIDIONAL Y NORTE DE AFRICA.

o BERNABÉ (en arameo, hijo de la exhortación). Nombre que los apóstoles dieron a José,
levita de Chipre. Fue Bernabé el que convenció a los apóstoles de la conversión y sinceridad
de Pablo (Hch 9.27). De nuevo en Antioquía, a Bernabé y Pablo, contados entre los profetas
y maestros de la congregación, los separaron para la misión gentil (Hch 13.1ss; cf. Gl 2.9).
Al regresar del viaje, Bernabé tuvo otra misión importante cuando lo nombraron junto con
Pablo para presentar la cuestión de la circuncisión ante el CONCILIO DE JERUSALÉN (Hch 15).
Su ministerio se reafirmó y parece que Bernabé se destacó más que su compañero en el
concilio (vv. 12, 25), tal vez por ser el representante original de Antioquía. Sin embargo, para
no oponerse a Pedro, en una ocasión Bernabé contemporizó con las convicciones de este
sobre la aceptación de los gentiles, dejando de comer con ellos en Antioquía (Gl 2.13).
Algunos atribuyen a Bernabé la Epístola a los HEBREOS. La llamada Epístola de Bernabé, de
tinte alejandrino, es seudónimo y data de ca. 125 d.C. La obra apócrifa de fecha tardía
conocida como Hechos de Bernabé relata sus viajes misioneros y su muerte por martirio en
Chipre.

o MARCOS Llevaba dos nombres: «Juan», nombre hebreo, y Marcos, sobrenombre romano
(Hch 12.12, 25; 13.5, 13; 15.37, 39). Era hijo de una viuda rica llamada María, cuya casa era
centro de reunión para los primeros cristianos en Jerusalén (Hch 12.12–17), pero no se sabe
cuándo Marcos abrazó el cristianismo. En 1 P 5.13 leemos: Marcos debe haber trabajado con
este apóstol en Roma, además de colaborar con Pablo. Hechos 12.12 y Papías, quien lo llama
«intérprete de Pedro», evidentemente confirman esto. La expresión «mi hijo» es una muestra
del cariño que unían al apóstol y su discípulo. Se ha conjeturado que el joven que «huyó
desnudo» (mencionado solo en Mc 14.51s), fue Marcos. Según la tradición, Marcos fue el

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Plantilla de tema semanal

fundador y el primer obispo de la iglesia de ALEJANDRÍA y, años después, los venecianos se


apoderaron de sus restos y los llevaron a Venecia, ciudad que ahora lo tiene como su santo
patrono.

o LUCAS: Se supone que era gentil, y único escritor no judío entre los autores del Nuevo
Testamento, porque Pablo lo distingue de «los de la circuncisión» en Col 4.11–14. Fue
MÉDICO y compañero íntimo de Pablo (v. 14).
Además, de su obra se desprende que Lucas tenía un espíritu amplio y bondadoso,
caracterizado por gozo y piedad genuinos, humildad y cortesía. Según la tradición posterior,
trabajó en Acaya después de la muerte de Pablo y murió en Bitinia (o Beocia) a los 74 años
sin haber contraído matrimonio. Una leyenda del siglo VI lo llama pintor.
o MATÍAS Cristiano elegido como sucesor de Judas Iscariote después de la ascensión del
Señor (Hch 1.15–26). Lo seleccionaron mediante un sorteo (cf. Lv 16.8), método que se ha
criticado como poco espiritual (pero cf. 1 S 14.41). Sin lugar a dudas Matías fue considerado
APÓSTOL de Jesucristo según Hch 1.24s; solo él y José Barsabás llenaban los requisitos del
oficio, pues habían acompañado al Señor desde su bautismo por Juan Bautista hasta su
ascensión. Hay una tradición que dice que murió apedreado en Judea y otra que pone su
muerte en Etiopía.

o TIMOTEO (en griego, temeroso de Dios). Hijo espiritual (2 Ti 2.1), compañero y ayudante
(Flp 2.19–22) de Pablo. Nació en Listra de madre judía ( EUNICE) y padre griego (Hch 16.1;
2 Ti 1.5). Fue altamente estimado por los hermanos en Listra e Iconio (Hch 16.2). Cuando
Pablo tuvo problemas en Tesalónica y en BEREA, Timoteo se quedó allí con SILAS mientras
Pablo se trasladaba a Atenas (Hch 17.14). Se reunieron en Corinto (18.5) y siguieron juntos
hasta Éfeso, desde donde lo enviaron con Erasto a Macedonia (Hch 19.22). Fue emisario
personal de Pablo a Corinto con una misión delicada y lo recomienda cariñosamente (1 Co
4.17; 16.10). Pablo exhorta a los corintios a enviarlo de regreso en paz. En 2 Co es Tito el
emisario, lo que insinúa que Timoteo dejó algunos problemas sin resolver en Corinto y que
no tuvo éxito.
Pablo lo envió a fortalecer las iglesias gentiles (Flp 1; Col 1; Flm 1). En Flp 2.19 aparece
llevando un informe directo del estado de la iglesia filipense. Fue uno de los que más trabajó
para levantar las iglesias gentiles. Era muy afectivo pero tímido (2 Ti 1.4, 7). Necesitaba las
amonestaciones personales de Pablo. Según Eusebio, fue el primer obispo de Éfeso y murió
como mártir allí en el año 97 d,C.

o TITO Hijo espiritual, compañero y colaborador de Pablo (Tit 1.4; 2 Co 8.23). Como era
griego, no lo obligaron a circuncidarse (Gl 2.3). Se ha conjeturado que Tito era hermano de
Lucas y que este sea «el hermano» mencionado en 2 Co 8.18, 22; así se explicaría por qué
Lucas modestamente calla el nombre de Tito en Hechos. Sin embargo, este tipo de
explicación no deja de ser solo una ligera conjetura. Pablo llevó a Tito a la isla de CRETA,
donde lo dejó para consolidar la obra y organizar la iglesia (Tit 1.5). Pablo lo llamó a
reunirse de nuevo con él en Nicópolis (Tit 3.12). De acuerdo con 2 Ti 4.10 es posible que lo
mandara en otra gira de evangelización a Dalmacia.
Según la tradición, Tito volvió a Creta y sirvió allí muchos años como obispo, y murió a una
edad avanzada. Primer obispo de la isla.

Recursos Adicionales:

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Plantilla de tema semanal

 Conferencias Historia del cristianismo.


 Presentación en PowerPoint. “Historia de la Iglesia”.
 Cuestionario virtual

Bibliografía Básica:
 HURBUT, Jesse Lyman. (1999) Historia de la Iglesia Cristiana. Editorial Vida
 GONZALEZ, Justo L. (1994) Historia del Cristianismo. Editorial Unilit
 Henry M. Morris. (1981). El mundo en sus comienzos, España. Editorial Clie.
 Sociedad Bíblica Internacional. (1999). Nueva Versión Internacional, Biblia.
Miami, Fl. Editorial Vida.

Bibliografía complementaria:
 S. Bíblicas Unidas. (1989).Dios habla hoy, Biblia. Miami, Fl. S. B. Unidas.
 Meryl Doney. (1998)¿Cómo nos llegó la Biblia?, Sociedades Bíblicas Unidas.
 Edesio Sánchez. (2006). Descubre la Biblia, Miami, Fl. S. Bíblicas Unidas.
 Josh Mcdowell. Evidencia que exige un veredicto, tomo 1, Editorial Vida.
 Nuevo Diccionario de la Biblia, Editorial Unilit.

Criterios de Evaluación:
El estudiante conoce el origen de la iglesia apostólica y su composición.

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