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1970
.A25518
1962
6)C
"
BIBLIOTECA DE ESPIRITUALIDAD
EDITORIAL RAZON Y FE, S. A.
y EDICIONES FAX
Tomos publicados
Los títulos seguidos de * son de Editorial Razón
y Fe, S. A.
(Agotada).
BujANDA, Manual de Teología dogmática *, 6 * ed.
BujANDA. Teología moral para los fieles *, 4 ed.
BuJANDA. Quinientos casos de conciencia'^.
BüjANDA. Teología del más allá *, 2.^ ed
BujANDA. El origen del hombre y la Teología católica *,
2.a ed.
BujANDA. Angeles, demonios, magos... y Teología cató-
lica
BUJANDA. Adá7i y tú y la Teología católica'^.
BUJANDA. ¿Qué er^s? ¿Por qué y para qué estás en el
mundo? *.
—
Orbe. Dios habla en silencio
el *.
LA ENCICLICA
DE S. S. PIO XII
"MEDIATOR DEI"
SOBRE LA
SAGRADA LITURGIA
CON INTRODUCCION Y COMENTARIOS
MADRID
Nihil obstat : M. I. Sr. D. Abilio Ruiz. Madrid, 7 de mayo
de 1962. — Imprímase : José M a, Obispo Aux. y Vic. Gen.
Es propiedad
Impreso en España. 1962
N.o Rgtr." 2248-62
Depósito legal : M. 8.641.— 1962
© Editorial Razón y Fe, S. A. 1962
II. — Autores
A) Teología litúrgica general
celona, 1956.
Fischer, Baltasar Lo que no estaba en el Catecismo.
:
Sebastián, 1959.
Mejía Jairo, Pbro. Curso de Liturgia por correspondencia.
:
Medellín. 1959.
OÑATiBiA, Ignacio La presencia de la obra redentora en
:
ga, 1952.
Schmidt, Hermanus, S. I. Introductio in Liturgiam Occi- :
B) Piedad litúrgica
C) Historia de la Liturgia
Madrid. 1&42.
RuBiNOs, Antonio, S. I. Para comprender y meditar la
:
Barcelona, 1955.
12 BIBLIOGRAFÍA
E) Liturgia sacramental
I. El Santo Bautismo.
11. La Santa Confirmación.
III. Liturgia de enfermos.
IV. La Liturgia de difuntos.
V. Las Ordenes Menores.
VI. Las Ordenes Mayores.
VII. El Sacramento del Matrimonio.
manca, 1957.
Philippon, M. M., o. P. Los Sacramentos en la vida cris-
:
rís, 1958.
Rojo del Pozo, Agustín, O.
S. B, Los Sacramentos y su :
rís, 1958.
F) Liturgia salmodial
tion du
Breviaire. París, 1959.
SÁNCHEZ Aliseda, Dr. Casimiro El Breviario Roviano. Es- :
G) El Año Litúrgico
1925.
GuERANGER, DoM Prosper, O. S. B. UAnnée Liturgique. :
Tours, 1934.
2S.a ed.
Leduc, Dom Camilo, O. S. B. Catecismo Litúrgico. Barce-
:
lona, 1922.
Martínez de Antoñana, Gregorio, C. M. F. Liturgia Pas- :
H) Liturgia pastoral
1952.
14 BIBLIOGRAFÍA
1959.
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Chery, o. P. Comunidad Parroquial y Liturgia. Bilbao,
:
1959.
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tevideo, 1964.
Eguren, Juan Antonio, S. I. El valor pastoral de la Li- :
drid, 1956.
GoMÁ, Card. Isidro : El valor educativo de la Liturgia
Católica. 3.a ed. Barcelona, 1945.
Hofinger-Kellner, S. i. : Pastorale Liturgique en Chré-
tienté Missionnaire. Bruselas, 1959.
JuNGMANN, J. A., S. I. : La Santa Misa con sacrificio de la
Comunidad. Estella, 1959.
Lecea Yabar, JU/.N M. Pastoral Litúrgica en los documen-
:
III. Revistas
la
Texto citado por R. d'Harcoürt en su rica Introduc-
ción a la versión francesa de El Espíritu de la Liturgia,
de R. Guardini. También lo trae el P. Félix García en su
Prefacio (p. 18) de la traducción española de la misma
obra.
32 CARTA MAGNA DEL APOSTOLADO LITÚRGICO
Nociones preliminares
SINOPSIS DE LA ENCICLICA
"MEDIATOR DEI" CARTA MAGNA
DEL APOSTOLADO LITURGICO
Preludios. —El
fin de la Encíclica: un conocimiento
más hondo del tesoro escondido en la Liturgia, 203.
Interés de la Santa Sede sobre el particular, 6.
Aprobaciones, 7.
a) De hecho existe, 8;
b) ofreceuna noción errónea de la Liturgia, 25;
c) se pone de relieve por algunos ejemplos y avi-
sos, 78, 95, 187, 193;
d) se atrae no pocas advertencias, 24, 31, 36, 58,
120, 124, 132, 160, 163, 175, 182, 187, etc..
—
Conclusión. La restauración litúrgica se ha de
desarrollar en un ambiente de entusiasmo y pruden-
cia, bajo el control y la dirección de la Jerarquia,
206... Sólo así la renovación litúrgica, que hasta
ahora se llamaba Movimiento Litúrgico, merece re-
cibir de la Iglesia el título auténtico de Apostolado
Litúrgico, 7, 108, 170.
TEXTO DE LA ENCICLICA
"MEDIATOR DEV
INTRODUCCION
La función sacerdotal de Cristo se prolonga
en la Sagrada Liturgia
INTRODUCCIÓN 45
Deficiencias y excesos
Tema de la Encíclica
^ 1 Cor., X, 17.
—
Parte primera
B) Deber de la colectividad
D) En la Gloria
15 Ibidem, X, 10.
16 loan., I, 9. .
17 Hebr., X, 39.
TÉXTÓ DE LA ENCÍCLICA
E) En la Iglesia
18 I loan., II, 1.
19 Cf. I Tim., n, 15.
20 Cf . BoNiF. IX, Ab origine mundi, d. d. VII Oct, a
MCCCXCI: Callist. III, Summus Pontifex, d. d. lan,
a MCCCCLVI; Pius II, Triumphans Pastor, d. d. XXII.
Apr. MCCCCLIX Innoc. XI Triumphans Pastor, d. d. III
;
Oct. a MDCLXXVIII.'
21 Ephes., II, 19-22.
PARTE I. NATURALEZA DE LA LITURGIA 53
G) Su organización y desarrollo
22. El culto se organiza y desarrolla según las
circunstancias y las necesidades de los cristianos, se
enriquece con nuevos ritos, ceremonias y fórmulas,
siempre con la misma finalidad: «Para que por me-
dio de estas señales nos amonestemos, logremos te-
ner conciencia de nuestro progreso y nos estimule-
mos con mayor entusiasmo a aumentarlo, ya que
el efecto será tanto más eficaz cuanto más ardiente
haya sido el afecto»
H) Frutos de la Liturgia
el alma se eleva más y mejor hacia Dios; asi
Asi
elSacerdocio de Jesucristo se mantiene siempre acti-
vo en la sucesión de los siglos, ya que la Liturgia
no es sino el ejercicio de esta función sacerdotal.
Lo mismo que su Cabeza divina, también la Iglesia
2^ Coloss., III, 16.
25 S. Agustín, Epístola 130 ad Probavi. 18.
—
PARTE I. NATURALEZA DE LA LITURGIA 55
C) Su eficacia santificadora
E) Doctrina verdadera
^ Enchiridion, cap. 3.
68 TEXTO DE I,A ENCICLICA
A) Derecho de la Jerarquía
1"
Cf Const. Divini
. cultus, d. d. XX Dec. a MCMXXVIII.
70 TEXTO DE LA ENCÍCLICA
C) Consecuencias
a) Abusos
Con
todo, hay que reprobar severamente la teme-
raria osadía de quienes introducen intencionadamen-
te nuevas costumbres litúrgicas o hacen renacer ri-
tos ya desusados y que no están de acuerdo con las
c) Arqueologismo excesivo
60. Con la misma medida deben ser ponderados
los conatos de algunos, enderezados a resucitar cier-
tos antiguos ritos y ceremonias. La Liturgia de los
tiempos pasados merece nuestra veneración, sin
duda ninguna; vero una costumbre antigua no ha
de ser considerada precisamente por su antigüedad
como lo mejor y más a propósito, tanto en sí misma
cuanto en relación con los tiempos sucesivos y las
situaciones nuevas. También son dignos de estima
y respeto los ritos litúrgicos más recientes, porque
han surgido bajo el influjo del Espíritu Santo, que
está con la Iglesia siempre hasta la consumación de
74 TEXTO DE LA ENCÍCLICA
D) Recapitulación
Parte segunda
EL CULTO EUCARISTICO
I. El Sacrificio Eucarístico
A) Institución
56 Psalm, CIX, 4.
57 loan., XIII, I.
)
B) Naturaleza
a) Idéntico el Sacerdote
68. Idéntico, pues, es el Sacerdote, Jesucristo,
cuya sagrada persona es representada por su mi-
nistro. Este, en virtud de la consagración sacerdo-
tal que ha recibido, se asemeja al Sumo Sacerdote, y
tiene el poder de obrar en virtud y en la persona
del mismo Cristo por eso, con su acción sacerdo-
tal, en cierto modo, «presta a Cristo su lengua y le
ofrece su mano»
b) Idéntica la víctima
Idéntica asimismo es la víctima, es a saber,
69.
elRedentor Divino, según su naturaleza humana y
en la verdad de su Cuervo y su Sangre.
'i
Cf. Sess. XXII, c. 1.
Cf. Hebr., X, 14.
7^ S. Agustín, Enarr. in> Ps. CXLVII, n. 16.
PARTE II. El culto eucarístícó 81
a) Manera de practicarla
80 Philipp., II, 5.
81 Gal., II, 19
84 rfiXTO DÉ LA ENCÍCLICA
B) Participación en la oblación
88. En la Iglesia
Católica, la razón humana, ilu-
minada por la fe, se ha afanado siempre vor al-
canzar el mayor conocimiento vosible de las cosas
divinas. Es, pues, muy puesto en razón que el pue-
blo cristiano pregunte piadosamente en qué sen-
tido en el Canon del Sacrificio Eucarístico se dice
que él también lo ofrece. Para satisfacer a tal de-
seo, nos place exponer sucintamente este punto.
89. Hay, en primer lugar, razones más bien re-
motas: por ejemplo, frecuentemente sucede
asi,
que los que asisten al culto sagrado alternan
fieles
sus plegarias con las del sacerdote; asimismo algu-
C) Participación en la inmolación
90 Rom., XII, I.
91 Missale Rom., Canon Missae.
92 Pontif. Rom., De Ordinatione presbyteri.
93 Ibidem, De altaris consecrat. Praefatio.
PARTE II. EL CULTO EUCARÍSTICO 91
cf . I. Tom., II, 5.
94 TEXTO DE LA ENCÍCLICA
—
También en estos casos como ya dijimos el pueblo —
participa realmente del Sacrificio y no pocas veces
puede acercarse así con más facilidad a la Mesa de
vida eterna,
Pero si la Iglesia, en su maternal condescendencia,
se esfuerza por salir al paso de las necesidades espi-
rituales de sus hijos, éstos por su parte no deben
fácilmente despreciar lo que la Sagrada Liturgia re-
comienda, siempre que no se oponga un motivo
y,
plausible, lo que más claramente
han de hacer todo
manifiesta en el altar la unidad viva del Cuerpo
Místico.
D) La acción de gracias
B) Su origen histórico
C) Su desarrollo
E) La bendición eucaristica
12'/
in I ad Cor., XXIV, 4.
PARTE II. EL CULTO EUCARÍSTICO 107
Parte tercera
I. El Oficio Divino
Su fundamento teológico
136. El ideal de la vida cristiana consiste en que
cada uno se una con Dios intima y continuamente.
Por lo cual, el culto que la Iglesia tributa al Eterno
y que descansa principalmente en el Sacrificio Euca-
ristico y en el uso de los Sacramentos está organiza-
do y dispuesto de manera que, por medio del Oficio
Divino, abraza las horas del día, las semanas y todo
el curso del año y se extiende a todos los aspectos
y fases diversas de la vida humana.
137. Una vez que el Maestro divino ha mandado:
«Hay que orar siempre y no desfallecer» la Igle-
sia, de acuerdo con esta advertencia, nunca deja de
orar, a la vez que nos exhorta con las palabras del
Apóstol: «Por Él [Jesús] ofrezcamos sin cesar a Dios
un sacrificio de alabanza»
Su desarrollo histórico
149. *
Durante todo el año, la celebración del Sacri-
ficio Eucaristico y el rezo del Oficio Divino giran
principalmente en torno a la persona de Jesucristo,
de modo tan armonioso y oportuno, que en ellos do-
mina nuestro Salvador a través de los misterios de
su abatimiento, redención y triunfo.
150. Al recordar estos misterios de Jesucristo, pre-
tende la Sagrada Liturgia que todos los creyentes
participen en ellos de suerte que la divina Cabeza
del Cuerpo Místico viva con su perfecta santidad en
b) Errores modernos
160.De todo lo expuesto aparece claramente, Ve-
nerables Hermanos, cuánto se separan de la genuina
y sincera idea de la Liturgia los escritores modernos
que, engañados por una pretendida mística supe-
rior, se atreven a afirmar que no hemos de fijarnos
en el Cristo histórico, sino en el «pneumático o glo-
rificado»; y hasta no dudan en asegurar que en el
ejercicio de la piedad cristiana se ha verificado un
cambio por el cual Cristo ha sido como destronado,
ya que el Cristo glorificado, que vive y reina por to-
dos los siglos y está sentado a la diestra del Padre,
ha sido oscurecido, y en su lugar se ha colocado el
Cristo que en un tiempo vivió esta vida terrenal. Por
eso algunos llegan a pedir que se retiren de los re-
cintos sagrados los mismos Crucifijos.
1-^1
Cf. Acta, X. 38.
Eph.. IV, 13.
120 TEXTO DE LA ENCÍCLICA
d) Recapitulación
168. Estimulados, pues, por la acción santificado-
ra de la Iglesia y confortados con los auxilios y ejem-
plos de los Santos, y en especial de la Inmaculada
Virgen Maria, a través de este camino litúrgico, que
cada año se nos abre de nuevo, «lleguémonos con
sincero corazón, con plena fe, vurificados los cora-
zones de la mala conciencia, lavados en el cuerpo
con el agua limpia del bautismo» al «Gran Sacer-
dote» 1^1, para que con Él vivamos y sintamos hasta
poder penetrar por Él «dentro del velo» y allí
honrar por toda la eterniad al Padre Celestial.
169. Tal es la esencia y la razón de ser de la Sa-
grada Liturgia; toda orientada al Sacrificio, a los
Sacramentos, a la alabanza de Dios, así como a la
unión de nuestras almas con Cristo, a su santifica-
ción por medio del Divino Redentor, para que sea
honrado Cristo, y en Él y por Él toda la Santísima
Trinidad: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
Santo.
S. Bern., In Nativ. B. M. V, 7.
160 Hebr., X, 22.
161 Ibidem, X, 21.
162 Ibidem, VI, 19.
—
Parte cuarta
NORMAS PASTORALES
B) Prácticas erróneas
C) La confesión frecuente
175. Y ya que ciertas opiniones que algunos pro-
palan sobre la frecuente confesión no sólo son ajenas
al espíritu áe Jesucristo y áe su inmaculaáa Esposa,
sino también funestas vara la viáa espiritual, re-
coráamos aqui lo que sobre el particular escribimos
con gran áolor en nuestra Encíclica Mystici Corporis,
y una vez más insistimos en que lo que allí expusi-
mos con palabras gravísimas, lo hagáis meditar se-
riamente a vuestra grey, sobre todo a los aspirantes
al Sacerdocio y al Clero joven, y lo hagáis practicar
con plena docilidad.
167 Ephes., I, 4.
Í28 TEXTO DE LA ENCÍCLICA
A) Obediencia a la Iglesia
E) La piedad litúrgica
I Thess., V, 19.
ibidem, V, 21.
138 TEXTO DE LA ENCÍCLICA
INDICE ANALITICO
DE LA ENCICLICA "MEDIATOR DEI"
Introducción
Parte primera
A) Honrar a Dios:
a) Deber de cada uno 13. :
B) Lo mismo se prueba:
a) Por su misma naturaleza.
h) Por la historia: 43.
c) Por su estrecha relación con el dogma 44. :
4) Recapitulación : 47.
V. Consecuencias : 57
Parte segunda
EL CULTO EUCARISTICO
I. El Sacrificio Eucarístico
Impetración : 73.
D) Circunstancias.
a) En lo posible, durante la Misa y con hostias con-
sagradas en ella 119. :
E) Acción de gracias.
a) Debe darse la conveniente acción de gracias 121. :
A) Fundamento dogmático.
aj La presencia real 127. :
Dj Exhortación.
aj Estén abiertos los templos: 134.
h) Así se conseguirá la paz 135. :
Parte tercera
I. El Oficio Divino
Aj Su fundamento teológico:
aj El culto continuo a Dios: ideal de la vida cris-
tiana: 136.
hj El mandato de Jesucristo: 137.
Bj Su desarrollo histórico :
C) Su naturaleza:
a) La oración perenne de la Iglesia : 140.
bj Su carácter y valor 141. :
1) Adviento: 152.
2) Navidad : 153.
3) Epifanía: 154.
4) Septuagésima y Cuaresma : 155.
5) Pasión 156. :
6) Pascua: 157.
7) Pentecostés : 158.
b) Es, pues, un himno de alabanza que merece
nuestro interés : 159.
— :
D) Errores modernos
a) Hay quienes sólo se fijan eu Cristo glorifi-
cado: 160.
h) Refutación 161. :
Dios: 168.
Esencia y razón de ser de la Liturgia 169. :
Parte cuarta
NORMAS PASTORALi:3
Exhortación: 183.
A) Normas generales:
a) Se ha de promover un conocimiento más pro-
fundo de la Liturgia 184. :
C) La música sagrada :
a) El canto gregoriano
Sus frutos 189 :
h) El canto moderno
No debe ser excluido 191. :
El Arte moderno
Normas para su uso: ISS.
Extremismos reprobables: 193.
Dignidad en el arte religioso 194. :
E) La piedad litúrgica
a) Lo principal de la Liturgia es que sea vivida : 195.
h) Medios para ello:
1) La formación del Clero: 196.
2) La formación de los acólitos: 198.
3) Celo de los Pastores para que los fieles asistan
y participen- en la Santa Misa: 199.
4) Instrucción litúrgica del pueblo 200. :
EPILOGO
A) Motivos y resumen de la Encíclica: 203.
D) Invocación : 207,
E) Bendición.
BREVES COMENTARIOS
A LOS
PRINCIPALES PARRAFOS DE LA ENCICLICA
INTRODUCCION
Párrafos 1-3
—así —
dicha jurídica con la que el Divino Redentor
envió al mundo a sus Apóstoles, como Él había
sido enviado por su Padre, Él es quien bautiza, en-
seña, gobierna, desata, ata, ofrece, sacrifica, por
medio de la Iglesia» (A. A. S., 1943, p. 218, 238). En
otros términos, a juicio del Papa, en cada Misa la
oblación de Cristo Nuestro Señor es actual, pero
meramente vicaria, que se puede explicar sin la
intervención actual de su voluntad humana allí pre-
sente. Además, añade el Papa: «Jesucristo, en el
Sacrificio del altar, está presente bajo las especies
eucarísticas», resumiendo en breve síntesis el dog-
ma de la transubstanciación definido en el Con-
cilio de Trento (Denzinger, El Magisterio Eclesiás-
tico, 884, 877).
También «está presente en los Sacramentos in-
fundiendo en ellos el poder que los hace aptos ins-
trumentos de santificación». En la confección de los
Sacramentos, la acción sacramental, üor más que
físicamente procede del ministro humano, como de
causa instrumental, no deja de ser acción de Cristo,
ya que de Él recibe su eficacia y logra sus frutos
sobrenaturales, como si el Salvador interviniera con
su actuación física en el rito sacramental. Y así
nada extraña que toda la tradición nos enseñe que
Cristo confecciona y administra los Sacramentos,
—
non ministerio corvoris sugiere San Agustín sed
invisibili opere maiestaVs (PL., 43, 379). Y el mis-
mo Doctor de la Iglesia insiste en que «Cristo bau-
i
tizó a los que bautizó Judas» (Enchiridion Patris-
'
juicio de H. de Lubac —
una de las principales gira
,
EL CULTO EUCARISTICO
te» (Directorio argentino, nn. 21, 25, 32, 37, 38, 101).
Tal vez a no pocos desoriente «la gracia» que la
Sagrada Congregación del Santo Oficio otorgó en
agosto de 1960 al Episcopado argentino, de que pue-
dan permitir «el uso de la lengua española... en el
rezo del Confíteor, Kyrie eleison, Gloria, Credo, Sanc-
tus, Benedictus, Pater noster, Agnus Dei y Domine,
non sum dignus...» ( Documentation Catholique, 4
diciembre 1960, n. 1.341, col. De hecho,
1.490-1.491).
si la participación es indirecta, ya la misma instruc-
ción del 58 incluye esa posibilidad, y en tal hipótesis,
el Directorio argentino no contiene disposición al-
guna importante opuesta en este punto a las nor-
mas pontificias. Por consiguiente, no extraña que el
autorizado P. Low, Consultor de la S. C. de Ritos,
en carta fechada a 21 de noviembre de 1958, inter-
prete en sentido favorable el número 14 h de dicha
instrucción: si los fieles no participan «directamen-
te» una cum sacerdote celebrante, sino «indirecta-
mente», es a saber, si no rezan con el sacerdote...,
son libres para rezar en su propia lengua las partes
Gloria, Credo, Sanctus, Benedictus- Sanctus, Agnus
Dei, Introito, Gradual, Ofertorio, Comunión, y evi-
dentemente también el Kyrie» (Asia, dic. 1960, pá-
gina 1.064).
El rasgo tipico de la instrucción, opuesto a la
doctrina y la práctica corrientes, lo presenta el nú-
mero 32: «En las Misas rezadas, todo el Pater nos-
ter, por ser una oración apta y antigua, para la Co-
munión, pueden rezarlo los fieles a una con el cele-
brante, pero solamente en lengua latina y añadiendo
todos: Amen; y asi queda excluido el rezo en lengua
vulgar.»
A este propósito observa muy atinadamente el
Padre Low: «Ya que ésta es una participación di-
recta, ha de hacerse en latin. Pero no está prohibido
que la asamblea rece la oración dominical en voz
alta, en su lengua propia, una vez que el celebrante
la ha dicho en latin, por ejemplo, durante el «Libera
200 COMENTARIOS A LA ENCÍCLICA
nunciado en latín.
Por lo dicho se desprende qué importancia re-
viste el papel del comentador o guía; y así, «debe
—
procurar como lo sugiere el Directorio argentino
una pronunciación lenta y clara, de tal manera que
sus indicaciones y sugerencias, y sobre todo la lec-
tura de los textos bíblicos, resulte comprensible sin
esfuerzo» (n. 45), La intervención del guía queda
incorporada en el culto litúrgico, de suerte que el
celebrante y él han de proceder de común acuerdo,
sin sobreponerse el uno al otro. Eso entraña que
cuando el uno actúa, el otro ha de hacer la pausa
correspondiente. En consecuencia, el comentador,
fiel a su misión, ha de llevar preparadas por escrito
sus intervenciones orales, mejor dicho, sus Invita-
ciones, que, en síntesis inteligible, presenten a la
asamblea las riquezas ocultas en la plegaria o lectu-
ra del Misal, insinúen sugerencias a propósito para
introducir a los fieles en la inteligencia de los ritos
sagrados.
Mucho aprovecharía que comulgantes, una
los
vez terminada la Misa, todosa una, cantaran o
rezaran el poema de los tres jóvenes en el horno
de Babilonia, que tanto contribuye a renovar el
gozo juvenil propio de los hijos de Dios: «Obras
todas del Señor, bendecid al Señor, alabadle y en-
salzadle por todos los siglos.»
El espíritu de familia cristiana, ante todo, se bebe
en el ofrecimiento comunitario del Sacrificio Euca-
rístico, y es que la participación activa de los se-
glares en los ritos cultuales no sólo es un estímulo
eficaz para la renovación de la vida interior, para
formar ambiente de familia parroquial, sino ante
PARTE III. OFICIÓ DIVINO. ANO LITÚRGICO 225
5) Sanctus cantado.
6) Plegaria litánica. Silencio.
7) Oración del celebrante.
8) Tantum ergo... Versículo... Oración... Bendi-
ción del Santísimo.
9) Antífona mariana.
El Párroco que lograra rehabilitar el rezo o el
canto de Completas en el idioma del país como ora-
ción nocturna, lograría estrechar la unión de los
feligreses con Dios y la Iglesia, a la par que pon-
dría en sus labios los sentimientos más delicados
y a propósito para ese momento del día. Semejante
observación vale también para el Oficio parvo de la
Santísima Virgen, con que no pocas Asociaciones
acostumbran a obsequiar a su Reina Celestial, y
-
;
ritu —
Santo» canta el celebrante en la función del
!
Sábado Santo—; y añade: «Y fecunde toda la sus-
I
tancia de esta agua para que logre regenerar las
240 COMENTARIOS A LA ENCÍCLICA
NORMAS PASTORALES
Presentación 7
bibliografía 9