Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
FUNDAMENTOS DE ACÚSTICA
Movimiento periódico-vibratorio
Frecuencia
Armónicos
Superposición de movimientos armónicos simples-Batidos y Sonidos diferenciales.
Vibración de cuerdas elásticas.
AFINACIÓN Y TEMPERAMENTO
Espectro armónico de un sonido: serie armónica.
Estructura armónica de: Unísono, Octava, Quinta, Cuarta, Tercera Mayor.
Afinación Pitagórica. (Quintas puras).
Afinación Justa. (Terceras puras).
Temperamento Mesotónico.
Temperamento cíclico. (Werkmeister)
Temperamento igual. Calculo del Factor de Temperamento.
Calculo de intervalos en Cents.
Comparación de los distintos sistemas de afinación y temperamento.
CONSTRUCCIÓN
Herramientas.
Plantillas, Moldes y Accesorios.
Partes de la Guitarra.
Construcción del Fondo.
Construcción de la Tapa. Roseta.
Construcción del Mango. Diapasón y Calculo de los Trastes.
Construcción y conformación de los Aros.
Construcción del Puente.
Ensamblaje.
Acabado.
Indicios significativos
Nuestras indagaciones nos llevan a prestar atención a ciertos documentos discográficos. Las
grabaciones de Barrios resultan importantes en más de un aspecto. Estos registros permiten comprobar
que Barrios afinaba la guitarra medio tono baja, respecto del La normal de su época. Podría aducirse que
sólo lo harta para grabar, pero nos llegan referencias en el sentido de que ésa era su práctica habitual. No
era Barrios el único que desechaba el La natural como base de su afinación - por entonces el La normal
en uso era el de 435 ciclos - sino por el contrario, esa modalidad constituía una práctica corriente. El
recurso de "bajar" la guitarra es mencionado por Emilio Pujol en su Escuela Razonada de la Guitarra En
efecto, dice Pujol:
"Algunos prefieren para mayor seguridad en la resistencia de las cuerdas, tener la guitarra afinada
medio tono baja, es decir, tomando el La bemol en vez del La natural como base de entonación de la
quinta cuerda. Sin embargo, la buena sonoridad del instrumento exige que las cuerdas guarden en lo
posible, la tensión de su afinación normal."
En la época en que Pujol escribió su tratado (prólogo firmado por Manuel de Falla en Granada,
año 1933) podía parecer razonable atribuir el recurso de bajar la guitarra al mero propósito de preservar
las cuerdas. Hoy, en cambio, es pensable que además de causas como la mencionada por Pujol, pudo
gravitar en la adopción del tipo de afinación una consideración acústica cabalmente conocida o bien
simplemente percibida por los intérpretes. En la actualidad, con medios materiales que permiten descartar
insuficiencias de resistencia es fácil encontrar guitarristas que afinan por el La bemol aduciendo ganancias
en la sonoridad a pesar de la pérdida de brillantez. Curiosamente, Pujol rechaza el procedimiento sin otro
argumento que el de la "buena sonoridad". ¿Se refería con ello a la pérdida de brillantez o al "cerdeo" que
aparece con la baja tensión? Si hubiera una justificación objetiva de la práctica de "bajar" la guitarra y si
además pudiéramos establecerla cabalmente, entonces tendríamos una vía de aproximación a la
comprensión de las respuestas acústicas de la caja de resonancia.
Un hallazgo inesperado
La integración de la guitarra con agrupaciones orquestales o de cámara, impone la afinación
según el La normal en uso, es decir el de 440 ciclos estipulado en 1939 (algunas orquestas emplean un La
brillante situado por encima del normal). Por esta razón y por otras - tanto musicales como extra musicales
- la mayoría de los guitarristas adoptan el actual La normal. Partiremos entonces de la observación de un
instrumento de buena calidad, bien encordado y afinado según el La 440. Se comprueba inmediatamente
que las relaciones entre las alturas de afinación de las cuerdas configuran un sistema rico en vibraciones
reforzadas. No es casual, ya que las vibraciones simpáticas más intensas ocurren en presencia de
relaciones interválicas determinadas; estas se encuentran entre los fundamentales y los armónicos bajos
en numerosas combinaciones presentes en la guitarra exactamente templada (esto con independencia del
La de afinación, ya que obedece a las relaciones entre las alturas). Pulsemos la cuarta al aire y
apaguémosla inmediatamente: aparecerán los armónicos bajos del re natural y podremos distinguirlos
aplicando el oído sobre el aro (el oído izquierdo, por supuesto...). Pulsando en distintos puntos a lo largo
de la cuerda encontraremos algunas diferencias, pero en general, sonarán débilmente. Procedamos ahora
a internarnos en nuestro pequeño experimento. Bajemos levemente la tensión de la cuarta, conservando
la afinación del resto. Pulsemos como antes y escuchemos los armónicos. Repitamos bajando poco a
poco. Repentinamente tendremos un resultado inesperado: en un punto particular de la tensión de la
cuarta sucede que la pulsación y apagado inmediato produce un armónico muy intenso y persistente. Es el
tercero de la serie armónica y resulta audible en la misma medida que un "armónico natural". Cualquier
cambio en la tensión de la cuarta, en ambos sentidos y por pequeño que sea, hace desaparecer la
vibración singularísima que comentamos. Reencontrado el armónico comprobamos que su altura
corresponde a un La bemol según la afinación por el La 440; correlativamente se verifica que la cuarta da
un re bemol en el punto en que produce la resonancia. Si ahora aforamos las cuerdas restantes según el
La bemol hallado por resonancia, este resultará más fuerte aún, debido al reforzamiento simpático con la
quinta. Podemos denominar a esta vibración "La de resonancia" o quizás más propiamente corresponda
llamarle "armónico de construcción" de la guitarra. La existencia de un armónico que es particularmente
amplificado por la caja de resonancia nos lleva a pensar que ésta se comporta, por construcción, como un
resonador de Helmholtz para los armónicos bajos de los fundamentales afinados medio tono más grave.
Según esta hipótesis, afinando al La bemol, todos los "resonadores" virtuales que por construcción posee
la caja de resonancia, trabajan simultáneamente amplificando y enriqueciendo tímbricamente las
vibraciones generadoras. El llamado estímulo afectivo se incrementa y los sobreagudos se sostienen en
mucha mayor medida. Además - y sobre todo - la caja de resonancia actúa como' tal manteniendo una voz
interna, continua y armónica.
Contar con los valores expuestos sería formidable, pero el precio de bajar la guitarra no es
siempre aceptable: en ocasiones, bajar la afinación representa separar la guitarra de nuestra época.
Precisamente ésa es la circunstancia que define nuestro problema: según estas conjeturas, estaríamos
empleando un instrumento concebido sabiamente a mediados del siglo XIX pero lo forzamos a sonar
afinado a una tensión inadecuada y según frecuencias mucho mayores que las previstas en su diseño
original. Conviene recordar que el La 435 data del año 1879 y que habría sido propuesto inicialmente en
1858. Hasta entonces el La en uso provenía del diapasón de 404 ciclos, el cual da una afinación -
casualmente - de medio tono más bajo...