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Childe, por su orientación marxista, concibe que las «etapas de la historia» como
«clases de economías», que se ordenan cronológicamente en función del progreso,
definido como eficacia tecnológica en la extracción y la distribución de los medios
de subsistencia. Por otra parte, Childe rechaza la visión unitaria y holística de la
historia y presenta distintos «ciclos» de desarrollo local y adaptación, que forman el
mosaico de la civilización.
Y en cuarto lugar, Childe afirma que tal progreso cultural se manifiesta en las
edades arqueológicas, que corresponden, aproximadamente, a las etapas
económicas. Cada nueva «etapa» es introducida por una revolución económica, del
mismo tipo y con los mismos efectos que la Revolución industrial (1981:49)
Childe desarrolla tres temas sobre la revolución agrícola. El primero es cómo nace
tal revolución. Para ellos, baraja distintos hechos y suposiciones: La crisis climática
final del Pleistoceno; la intuición femenina sobre el cultivo… El paso siguiente fue
sembrar estas semillas; la destreza masculina para poder domesticar a los animales
que llegan a las zonas agrícolas, la necesidad creada de guardar las semillas y usar
las pieles del ganado, que se traduce en la invención de la alfarería y el telar, etc.
Todo lo cual convierte la sociedad neolítica en mucho más compleja que la
paleolítica. Childe recurre siempre a pruebas arqueológicas y recalca los diferentes
caminos y resultados.
El tercer tema son las contradicciones de la sociedad neolítica, de las que Childe
recoge dos. La primera es el crecimiento demográfico que obliga a buscar nuevos
terrenos de cultivo a expensas de los grupos recolectores, lo que se traduce en no
pocos conflictos; Egipto y Europa, pues han quedado literalmente miles de
esqueletos provenientes del periodo transcurrido entre la revolución neolítica y la
… Urbana..., frente a los pocos centenares de fósiles humanos pertenecientes a la
época paleolítica(1972:81). La segunda contradicción es la precariedad del
autoabastecimiento de las aldeas, porque, aunque amenazado por muchos accidentes
naturales (sequías, tempestades, plagas, etc.), contra los que no habían defensa. Para
Childe, la revolución urbana ofreció oportunamente una escapatoria a ambas
contradicciones (1972:83)