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Desde un punto de vista gramatical, se pueden interpretar las categorías como las
diferentes formas de agrupar, para clasificarlos, todo lo que puede decirse de un ente. Por
ejemplo, si de una persona puede decirse que está en tal esquina a tal hora, se están
aplicando las categorías de "lugar" y "tiempo". Dicho punto de vista se sustenta en que
etimológicamente "categoría" viene de una palabra griega que tanto puede significar
"hablar públicamente [en el ágora]" o "acusar". En relación a la teoría de Aristóteles,
entonces, puede entenderse como las posibles clases a las cuales atribuir un sujeto y su
predicado. El sujeto sería, así, atribuido a la categoría de la sustancia, y las nueves restantes
(cualidad, cantidad, relación, acción, pasión, hábito, lugar, tiempo y situación) son las
formas en que los predicados pueden ser atribuidos a un sujeto, en tanto que accidentes de
éste. En cuanto a considerar las categorías como géneros supremos del ser, puede
entenderse que la primera, la de sustancia, es la categoría fundamental –puesto que todo
sujeto es una "sustancia"–; mientras que las restantes corresponden a accidentes de aquélla.
"Napoleón cabalga con su bicornio en Wagran": en esta sentencia, a "Napoleón"
corresponde la categoría la sustancia; "cabalga", a la de acción; "con su bicornio" a la de
hábito, y "en Wagram" a la de lugar –estas últimas son accidentes de Napoleón, ya que este
podría haber estado caminado, descubierto y en otro de sus campos de batalla.
Causa. Aquello cuya existencia es la condición de la existencia de otra cosa: el
proceso que conduce necesariamente a una situación nueva, o la razón de un efecto. De
aquí se deriva el concepto funcional de causa: un cambio que produce otro cambio,
originando una cadena causal en la que toda causa ha de concebirse, a la vez, como efecto
de otra. A lo largo de la historia de la filosofía han predominado distintos conceptos de
causa: para los presocráticos, y aunque distinto para cada uno de ellos, causa es el principio
originario y constitutivo del universo (arjé).
Platón sitúa la noción de causa en las ideas, que son arquetipos o modelos de las
cosas sensibles, los principios que le confieren el ser y la posibilidad de ser conocidas.
Aristóteles propone cuatro tipos distintos de causa, entendida esta como principio o modo
de manifestarse la sustancia: causa material, sustrato básico (materia), aquello de lo cual
surge el ente; causa formal, forma o esencia, el paradigma que hace que la sustancia sea lo
que es; causa eficiente, principio del cambio, tanto en sentido intrínseco (impulso activo
que hace cambiar), como en sentido extrínseco (causa externa que origina un cambio), y
causa final, el fin perseguido por todo ser, que supone la tendencia a un grado de
perfección mayor.
En los inicios de la Edad Media, la causa eficiente se identifica con Dios, principio de
la creación a partir de la nada. La idea de causa fue entendida de manera distinta por la
tendencia platónico-agustiniana, para la cual Dios es también causa ejemplar, y por la
aristotélico-tomista, que interpreta la causa como aquello de lo cual necesariamente se
sigue algo: Dios, en cuanto ser necesario, es causa eficiente y causa final.
Posteriormente, el mecanicismo explicó los fenómenos naturales a partir de causas
eficientes y no de causas finales, superando la concepción teológica de la naturaleza. En el
Renacimiento, el avance de la ciencia contribuyó a una valoración definitiva de la causa
eficiente (principios de la inducción científica de Francis Bacon). El racionalismo (siglo
XVII) interpreta la causa como razón de que algo ocurra (causa sive ratio) y postula una
total correspondencia entre la causa y el efecto (causa aequat effectum). La noción de causa
eficiente queda relegada a Dio, como solución al problema de la interacción entre res
cogitans y res extensa planteado por Descartes.
Dentro del empirismo, Hume formula una crítica al principio de causalidad, alegando
que sólo puede hablarse de una sucesión de fenómenos, de la cual se ha inferido que uno es
causa de otro, pero lo que en realidad existe son los dos hechos que se suceden y cuya
relación es contingente. Según Kant, causa es una categoría a priori del entendimiento, que
posibilita la determinación de los distintos momentos de los fenómenos en el tiempo. El
idealismo alemán otorgó un carácter metafísico a la noción de causa, al considerarla
relación de actividad-pasividad (Fichte), fundamento absoluto en relación directa con la
libertad (Schelling) o aquello que permite a un ser producirse a sí mismo (Hegel, causa
sui).