Sei sulla pagina 1di 174

MÓDULO II

ASPECTOS PRACTICOS DE LA USUCAPION

Conceptualización

- Jurisprudencia

La usucapión como prueba de la propiedad

Posesión en concepto de dueño (“animus domini”)

- Jurisprudencia

La posesión como base de la usucapión

Modalidades de la usucapión

a) Introducción

b) Usucapión ordinaria

c) Usucapión y títulos supletorios

Función social de la usucapión


- Jurisprudencia

De la prescripción para adquirir

a) Usucapión breve

1) Prescripción decenal: Art. 3999

2) Objeto

3) Requisitos

3.1) Buena fe

3.2) Justo título

3.2.1) Títulos no aptos para prescribir

3.2.2) Actos jurídicos eficaces para transmitir el dominio y


cuando constituyen “justo título”.

El boleto de compraventa y otros casos

3.3) Posesión. Presunción de la fecha de la posesión

b) Usucapión larga
1) Prescripción veinteañal: arts. 4015 y 4016. Concepto

2) Ley 14.159 y decreto-ley 5756/58

3) Procedimiento

4) Competencia

5) Partes en el proceso

6) Requisitos de la demanda. Inaplicabilidad cuando

la posesión veinteañal se plantea como defensa

- Jurisprudencia

PRESCRIPCION ADQUISITIVA DE DOMINIO DE LA ACCION


CIVIL E IMPOSIBILIDAD DE SU CONSIDERACION DE OFICIO

Generalidades

Prohibición de suplir de oficio la prescripción

a) Distinción con el instituto de la caducidad

b) Distinción con la prescripción de la acción penal


Oportunidad para la consideración de la defensa

Efectos de la prescripción -

a) Introducción :

b) Jurisprudencia

Contingencias a las que se halla sometido el curso del plazo


de la prescripción

a) Interrupción del curso de la prescripción

1) Jurisprudencia

b) Suspensión del curso de la prescripción

1) Jurisprudencia

c) Dispensa de los efectos de la prescripción

- Jurisprudencia

JUICIO DE USUCAPION. ASPECTOS PROCESALES

Introducción
a) Por vía de acción

b) Por vía de excepción

c) Jurisprudencia

Acciones prescriptibles

a) Definición

b) Tipos

1) Adquisitiva

2) Liberatoria

c) Naturaleza jurídica

d) Fundamento

e) Elementos

1) Objetivo

2) Subjetivo
0 Sujetos

g) Caracteres

h) Principio General: Prescriptibilidad

i) Excepciones

Inicio de la prescripción

a) Principio general

b) Suspensión de la prescripción

1) Introducción

2) Casos tipificados

2.1) Interpelación

2.2) Querella criminal

2.3) Matrimonio

2.4) Tutela y cúratela


2.5) Herencia con beneficio de inventario

c) Interrupción de la prescripción

1) Introducción

2) Modos interruptivos

3) Actos interruptivos

3.1) Demanda

3.2) Reconocimiento de deuda

3.3) Sometimiento a arbitraje

Plazos de prescripción

a) Introducción

b) Jurisprudencia

Diferencia entre la prescripción y la caducidad…

a) Prescripción
b) Caducidad

Procedimiento

a) Generalidades

b) Demandante y demandado

c) El pago de los impuestos

d) Los testigos

e) Caso del propietario fallecido

Competencia

a) Introducción

b) Jurisprudencia

Fuero de atracción sucesoria

a) Introducción

b) Jurisprudencia
Demanda al Estado

a) Introducción

b) Jurisprudencia

Requisitos formales de la demanda

a) Introducción

b) Jurisprudencia

Prueba

a) Generalidades

b) Ofrecimiento de prueba

c) Hechos que deben probarse

d) Jurisprudencia

Medios de prueba

a) Documental
b) Impuestos

c) Confesional

d) Informativa

e) Pericial

0 Inspección ocular

g) Testimonial

Clausura del periodo de prueba

- Jurisprudencia

La sentencia

a) Introducción

- Jurisprudencia

b) Inscripción registral

- Jurisprudencia
c) Costas

d) Recursos

e) Sentencia que rechaza la demanda

f) Jurisprudencia

ASPECTOS PRACTICOS DE LA USUCAPION

CONCEPTUALIZACION

Es la institución que tiene por finalidad poner fin al divorcio entre la


posesión y la propiedad, transformando al poseedor en propietario.
Conforma los hechos al derecho, impidiendo de este modo la
destrucción de situaciones respetables por su duración (Planiol-Ripert y
Picará).
También se la define como la investidura formal mediante la cual
una posesión se transforma en propiedad. Es, pues, algo más que un
nuevo medio de prueba de la propiedad, o un mero instrumento al
servicio de la seguridad del tráfico, es la identidad misma de la
propiedad como investidura formal ligada a la posesión
Por último la usucapión (o prescripción adquisitiva) es la
adquisición del dominio u otro derecho real poseíble, por la posesión
continuada del mismo durante el tiempo y con las condiciones que fija la
ley.

Jurisprudencia

Usucapión. Concepto: fundamento; proceso de usucapión;


requisitos; prueba; apreciación; pautas

1) La usucapión, que es la denominada prescripción adquisitiva,


es un modo de adquirir un derecho de propiedad u otros derechos
reales (usufructo, uso, servidumbre) por el transcurso del tiempo. Tiene
un fundamento de orden público, pues no ha sido regulada sólo
atendiendo al interés del poseedor, sino también al interés social, ya
que estimula la producción y el trabajo de quien durante años ha
cultivado un inmueble, incorporando riqueza a la comunidad, frente a
un propietario negligente que ha abandonado sus bienes.
2) El juicio de usucapión ha sido creado para reconocer
como propietario de un inmueble a aquella persona que durante un
cierto tiempo lo posee con ánimo de dueño. Se trata de un proceso de
carácter contencioso, que debe entenderse contra quien resulte titular
del dominio de acuerdo con las constancias del catastro, y si no se
pudiera establecer con precisión quién figura como titular al tiempo de
promover la demanda, se procederá de la forma que determinan las
normas del rito para la citación de personas desconocidas.
3) Los extremos requeridos para viabilizar la acción de
usucapión están constituidos por la existencia de una prueba plena y
concluyente de la existencia del corpus, entendido como el ejercicio del
poder de hecho, de señorío sobre una cosa; del animus, es decir, de la
intención de mantener la cosa para sí y del mantenimiento de ambos
requisitos durante el plazo requerido por ley, en forma pública y
pacífica.
4) En el proceso de usucapión, los extremos
acreditatorios deben concurrir a demostrar -en forma palmaria y
convincente- que se han ejercido actos posesorios con ánimo de dueño,
eficaces, con precisas referencias a la época y naturaleza de los
mismos, siendo insuficientes los actos posesorios que son el ejercicio de
simples facultades o que son actos de simple tolerancia.
5) Si bien en el juicio de usucapión se admite toda clase
de pruebas, la testimonial es generalmente la de mayor incidencia,
aunque el fallo no podrá basarse exclusivamente en la misma. Será
especialmente considerado el pago, por parte del poseedor, de
impuestos, tasas y contribuciones, aunque los recibos no figuren a
nombre de quien invoca la posesión, pero dicho pago tiene un valor
complementario que hace a la verosimilitud del derecho invocado, e
inclusive la falta de tal circunstancia no empece a la viabilidad de la
acción.
6) No es necesario que las evidencias presentadas en el
juicio de usucapión abarquen todo el plazo de prescripción adquisitiva,
pues basta que exterioricen la existencia de la posesión durante una
buena parte del lapso, al igual que en materia del pago de impuestos.
7) Cabe hacer lugar a la acción de usucapión intentada,
pues de los medios de prueba obrantes en autos resulta
fehacientemente demostrada la existencia sobre el inmueble que se
intenta usucapir de una posesión exclusiva, pública y pacífica (corpus
possessorio) mantenida con animus rem sibi habendi por más de veinte
años. Ello es así, ya que la prueba testimonial rendida, de la cual surgen
datos concretos que permiten establecer la efectiva ocupación del bien
por los actores, se encuentra corroborada por la prueba documental,
consistente en los recibos de pago de impuestos, tasas y servicios, cuyo
pago temporáneo y regular favorece a los demandantes en su
pretensión.
(CApel.Civ.Com., Lomas de Zamora, Sala I,201612006, “Tonani,
Atilio Jorge y otro c! Capria, Pedro y otros s/ Usucapión ”, El Derecho,
71312007).

LA USUCAPION COMO PRUEBA DE LA PROPIEDAD

Uno de los problemas fundamentales del Derecho privado práctico


se halla en lograr que el propietario pueda contar con una adecuada
prueba de su derecho (título). En buena cuenta, lo que se busca es
configurar un régimen legal de prueba de la propiedad que permita
responder con facilidad a las siguientes preguntas: a) ¿Quién es el
propietario de un bien?, b) ¿Qué títulos puede exhibir el propietario
como prueba eficaz?, c) ¿Qué otros derechos concurren con el
propietario respecto al mismo bien?
Desde muy antiguo se advirtió que el tema era sumamente
complejo, pues la adquisición a título derivativo implica siempre una
investigación preliminar respecto al poder de disposición invocado por el
enajenante, y ante lo cual, el adquirente se halla obligado a exigir que
aquél pruebe su derecho, esto es, ser propietario. En efecto, cuando el
adquirente recibe a título derivativo un bien, la validez de su adquisición
depende de la adquisición de su causante, y así sucesivamente hasta el
propietario original.
La dificultad que entraña probar la legalidad de toda la cadena de
transmisiones sucesivas hasta llegar al propietario actual, se llamó en el
Derecho romano como “prueba diabólica” (“probatio diabólica"), lo que
aludía a una prueba muy difícil o imposible de alcanzar. Así pues, en el
Derecho romano rigió en toda su extensión la regla por la cual no se
puede transferir a otro más derecho del que uno tiene. De este principio
resulta que, para enajenar, es preciso ser propietario, y en
consecuencia, probarlo.* Alvarez Caperochipi considera que la
propiedad no sólo está inseparablemente ligada a su prueba, sino
además que la ontología del derecho de propiedad es puramente formal
y se reduce a la titulación.** Ante la dificultad de la prueba
diabólica,*** el ordenamiento jurídico establece un mecanismo
dogmático de prueba de la propiedad: la usucapión.

* Petit, Eugene. Tratado Elemental de Derecho Romano,


pág. 355 y 356.
Se reconocían algunas excepciones a esta regla, que en
realidad eran supuestos en que el enajenante actuaba por
cuenta del propietario a través de una especie de representación
legal. Era el caso de los tutores y curadores, del mandatario, del
acreedor prendario o hipotecario que podía vender la cosa
cuando el propietario no cumplía con el pago de la obligación.

** Alvarez Caperochipi, Curso de derechos reales, 1.1, pág.


18. El mismo autor agrega posteriormente: "La prueba ordinaria
de la propiedad se hace mediante la prueba de la posesión y el
transcurso del tiempo, y esa es a la vez la realidad de la
propiedad. La propiedad no tiene ninguna naturaleza distinta de
la de ser una posesión modalizada por el transcurso del tiempo.
La propiedad es una posesión investida formalmente con un
título (y tiene por ello vocación de perpetuidad) (...) La
propiedad no existe en sí, lo que existe en sí es la posesión
como apariencia socialmente significativa. Por eso la usucapión
es algo más que un medio de prueba de la propiedad: es la
realidad misma de la propiedad” (Ibid, pág. 143).
*** Si todo hecho jurídico se apoya en una situación
jurídica inicial, ello quiere decir que la eficacia de todo negocio
jurídico depende de que éste haya sido realizado por el sujeto de
la situación jurídica inicial y de la efectiva realidad de su
tinilaridad. Así resulta obvio que la consumación de cualquier
negocio dispositivo sobre un bien inmueble dependerá de la
titularidad que el transferente tenga sobre dicho bien, es decir,
que se trate de su propietario. La prueba se preestablece con el
título de adquisición, en especial, tratándose de bienes
inmuebles: Romero Vieitez, Manuel A. y otros. “Problemas que
afectan al principio de seguridad jurídica derivados de un
sistema de transmisión de inmuebles mediante documento
privado. El seguro de título, en: Revista de Derecho Notarial,
Madrid 1978, pág. 176. En este sentido, la prueba de la
propiedad se encuentra íntimamente vinculada con el título que
el propietario pueda exhibir frente a los terceros, el mismo que
debe estar en capacidad de producir certeza respecto de su
contenido.

La verdadera función de la usucapión no es facilitarle las cosas al


usurpador,* sino servir de prueba definitiva de la propiedad a favor del
adquirente a título derivativo, quien sólo necesita mostrar su título
válido de adquisición, así como el de sus transmitentes, y además
probar la posesión a título de dueño por el término de ley, de tal
manera que la usucapión subsana la eventual irregularidad de los
títulos.** La importancia de la usucapión como esencia misma de la
propiedad (en tanto es la prueba por excelencia del derecho de
propiedad) es destacada por la jurisprudencia francesa en el ámbito de
la acción reivindicatoría, ya que el demandante solamente vence al
demandado poseedor, cuando aquél pruebe con su título un derecho
más antiguo que la posesión de su contradictor.***

* Incluso, en el Derecho romano la usucapión estaba


prohibida para las cosas robadas o para las cosas adquiridas por
violencia, aun en el caso de que éstas se hallasen en manos de
un poseedor de buena fe. En el Derecho clásico la figura del
“hurto” era muy amplia, e incluía los supuestos de la cosa
prestada o depositada que habían sido enajenadas por el
prestatario o el depositario. Por tanto, en estos casos tampoco
era posible la usucapión: Schulz, Fritz. Derecho romano clásico,
pág. 341. En el Derecho moderno no existen estas restricciones,
ya que se considera fundamental la seguridad en el tráfico
jurídico de bienes; sin embargo, el plazo de posesión exigido se
amplía en las situaciones en que el poseedor actúa de mala fe.

** En la misma doctrina nacional ésta es la opinión


imperante: “En efecto, la doctrina clásica concibió la
prescripción como un modo de adquirir la propiedad, es decir,
de convertir a poseedor ilegítimo en propietario. Actualmente,
sin embargo, se le considera un medio de prueba de la
propiedad. Su verdadera naturaleza jurídica es esta última
porque así se la utiliza en prácticamente todos los casos. Muy
excepcionalmente la prescripción convierte al poseedor en
propietario. Lo usual y frecuente es que ella sirva para que el
propietario pruebe o acredite su derecho de propiedad. Si no
hubiese la prescripción adquisitiva, la prueba del derecho de
propiedad de los inmuebles sería imposible. Estaríamos frente a
la famosa prueba diabólica de la cual hablaban los romanos”;
Avendaño Valdéz, Jorge. El Registro Predial y la seguridad
jurídica en los predios rústicos, en Thémis, Revista de Derecho,
N° 26, pág. 65.

*** Pothier suscribía este criterio, en tanto, un título


posterior a la entrada en posesión del demandado nada prueba,
pues no demuestra que el demandante haya tratado con el
propietario. La doctrina posterior intenta suavizar este criterio,
permitiendo que el demandante pueda presentar el título de su
propio causante.

La usucapión nace como un mecanismo de prueba definitiva de la


propiedad, con lo cual se evitan indefinidas controversias respecto a las
transmisiones sucesivas del bien, y se logra dotar de una relativa
seguridad a la atribución y circulación de la riqueza. Si la usucapión se
identifica como medio de prueba de la propiedad, entonces ambas
figuras vienen a identificarse; por lo tanto, el ser propietario da lo
mismo que haber cumplido los requisitos de la usucapión. De esta
manera, la función primaria de la usucapión (prueba) lleva directamente
a convertir a ésta en el modo por excelencia de adquisición de la
propiedad. Desde una perspectiva estrictamente dogmática, la
usucapión se ubica dentro de esta categoría y, por ello, se justifica su
estudio dentro del presente apartado (“modos de adquisición de la
propiedad”). Pero, la cuestión teórica no puede hacemos olvidar su
función primaria.
Se dice que el tiempo lo borra todo, y en efecto, el tiempo es el
más poderoso aliado del derecho. En las palabras del pandectista
alemán Windscheid: ‘‘el tiempo es un poder al cual ningún ser humano
puede sustraerse, lo que ha existido largo tiempo, nos aparece sólo por
eso como algo firme e inconmovible y es un mal defraudar las
expectativas que crea? La función social de la usucapión es evitar
controversias sobre la titularidad de los bienes a través de comprobar la
posesión por largo tiempo, con lo cual, además, se regularizan las
situaciones.

POSESION EN CONCEPTO DE DUEÑO (“ANIMUS DOMINI”)

Según Diez Picazo, “hay ana posesión en concepto de dueño


cuando el poseedor se comporta según el modelo o el estándar de
comportamiento dominical y citando el sentido objetivo y razonable
derivado de este comportamiento suscite en los demás la apariencia de
que el poseedo es dueño” . Es bueno destacar que el “animus domini”
no puede quedar circunscrito al ámbito psicológico del poseedor, ya que
la intención de éste debe materializarse a través de su comportamiento
en no reconocer otra potestad superior. Para efectos prácticos, la
determinación de si el poseedor actúa como propietario o no, requiere el
conocimiento de la “causa posesoria” o “animus". No hay otra forma de
diferenciar una posesión de la otra. Así lo dicen con toda claridad
Rodolfo Sacco y Raffaele Caterina: el “animus domini” es la voluntad de
sujetar el bien como la sujeta el titular del derecho real.

El “animus domini” no lo tienen los poseedores cuya causa


posesoria no sea en concepto de dueño, como- es el caso de quienes
poseen como arrendatarios, comodatarios, depositarios, etc. En el caso
de haber una relación jurídica de posesión mediata e inmediata,
entonces el poseedor superior podría estar habilitado para usucapir
siempre que no reconozca un titular de mayor grado a él. Tampoco
tienen “animus domini” los servidores de la posesión, ni los
detentadores esporádicos o tolerados del bien, quienes ni siquiera llegan
a convertirse en poseedores.

La doctrina ha ideado una noción más amplia que la de “poseedor


en concepto de propietario”, y por ello actualmente se habla también del
“poseedor en concepto propio” o “en nombre propio”, de hecho
socialmente ventajosas (explotación económica de los bienes) frente a
las situaciones de vacua titularidad sin contenido social ni económico.

Jurisprudencia

Usucapión. Animus domini

1. El art. 4015 del Código Civil exige no sólo la ocupación


de la cosa durante veinte años -es decir el “corpus”- sino el “ánimo de
tener la cosa para sí” en el carácter de poseedor. Así se ha declarado
que: “La posesión debe ser ejercida con ánimo de poseedor para sí, es
decir a título de dueño con la publicidad que exige el art. 2479 del C.C..
(CApel.Civ.Com., Morón, Buenos Aires, Sala 2, Sent., 20370,
8/3/1988, “Organización Santa Victoria c/ Amaya de Suarez, Olga Elena
s/ Reivindicación").

2. La interrupción de la prescripción por despojo, se produce


aún cuando la nueva posesión sea parcial, toda vez que conforme lo
dispone el art. 2401 del C.Civil “Dos posesiones iguales y de la misma
naturaleza no pueden concurrir sobre la misma cosa”, ello por supuesto
tratándose de cosas indivisibles. Está legitimado para sostener la
nulidad del juicio sobre usucapión, sin necesidad de probar que poseyó
el mismo inmueble “animo el domine ” quien demostró que tenía el
“corpus” posesorio, ocupando parte del inmueble sin reconocer ningún
derecho en el prescribiente, lo que implica, correlativamente, que este
último no terna en su poder el lote que pretendió usucapir.
(CApel.Civ.Com., Morón, Buenos Aires, Buenos Aires, Sala 2,
Sent., 25286,5/9/1991, “Piris, Ramón c/ Garnica, José A. s/ Posesión
Veinteañal ”).

3. Resulta necesario acreditar la posesión “animus domini”


desde el origen de la ocupación. “En los juicios de usucapión, es
necesario analizar los elementos aportados con suma prudencia y debe
probarse la posesión “animus domini” actual, la anterior y
especialmente la que tuviera al inicio de la ocupación, como único
medio de demostrar el cumplimiento del plazo legal”. La circunstancia
de ocupar un inmueble, aunque fuere por largo tiempo, no permite
concluir que dicha ocupación se haya hecho con la intensión de adquirir
la propiedad mediante usucapión. El locatario, el comodatario, el
cuidador, el simple usuario, el usufructuario y aún el intruso, que no
posee para sí, jamás podrán adquirir la propiedad mediante prescripción
veinteañal, si no intervierten el título que originariamente motivara la
ocupación (arts. 2458, 2353, 2394 y 2448 del C.Civil).
(CApel.Civ.Com., Morón, Buenos Aires, Sala 2, Sent.,
25286,5/9/1991, “Piris, Ramón c/ Garnica, José A. s/ Posesión
Veinteañal”).

4. La demostración de pago de impuestos y tasas que


gravan el inmueble, que dispone el art. 24 inc. c) de la ley 14.159, ref.
por Decreto Ley 5786/58, se justifica porque tal pago constituye una
exteriorización del "animus” del poseedor. Tal pago, realizado en
diversas oportunidades y con mucha anterioridad a la iniciación del
proceso por usucapión constituye un insuperable elemento objetivo de
convicción (conf. C. 1 C.C. La Plata, Sala III, 9/5/74 E.D. 56-627).
Dicha ley no exige que esos pagos sean efectuados mes a mes, ni
durante dilatados períodos, sino que al igual que los actos posesorios
que enuncia el art. 2384 del Código Civil lleven al convencimiento del
juzgador de la realidad de la posesión invocada por el usucapiente,
durante el lapso requerido para la transformación de aquélla en
propiedad por prescripción adquisitiva.
Los pagos efectuados en diversas épocas demuestran, “primafacie
”, el “animus domini ” del usucapiente durante el lapso transcurrido
entre aquéllos. No ocurre lo mismo si se realiza el pago simultáneo de
impuestos atrasados pues sólo es útil para demostrar el “animus” y el
comienzo del plazo de la usucapión a partir de la fecha en que se haya
efectuado, pero nada demuestra en relación con el lapso comprendido
en la deuda saldada.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala D, 5/4/1989, “Rodríguez,
Alberto Baldomero y otros c/ Prop. Llavallol 3775 s/ Posesión Vicenal").

5. La omisión, por quien pretende usucapir alegando la


ocupación del inmueble a titulo de dueño, por más de treinta años, de
pagar los impuestos que gravan la propiedad, constituye una evidencia
de suma importancia de que la ocupación no lo fue con ánimo de
dueño, siendo inadmisible la alegación de falta de medios para ello,
pues tal alegación pone de manifiesto que la parte se limitó a una
actividad de mera subsistencia, incompatible con la situación de quién
se considera propietario de una fracción de veintidós hectáreas
próximas a la capital provincial.
(CApel.Civ.Com., Formosa, Formosa, Sent.
0000003168,30/6/1994, “Cardoza, Martín c/ Wurgler, Eugenio s/
Prescripción Adquisitiva”).

6. Carece de “animus domini ” el ocupante del inmueble que


reconoció en actuaciones administrativas que el titular del dominio era
la Municipalidad y, en otra ocasión, solicitó su compra. Dicha conducta
revela que es tenedor, y no poseedor con la manifiesta intención de
someter el bien al ejercicio de un derecho de propiedad (art. 913, 2351,
4015 y 4016 Código Civil).
(CC0002, AZ 39178, RSD-128-98 S, 12/11/1998, “Moccero Juan
José c/ Municipalidad de Azul s/ Posesión Veinteañal").
1. Al margen de que el “corpus posesorio” haga o no
presumir el “animus domini ” hay actos emanados de quien pretende la
usucapión que de por sí son demostrativos de su intención de
comportarse como dueño y una forma de probar esa intención y
comportamiento lo constituye el pago más o menos regular de los
impuestos o tasas que afectan el inmueble en cuestión.
(CC0002, LM599, RSD-18-4 S, 15/6/2004, “Capurro, Ricardo Angel
y otro c/ Bidondo, Juan y otros s/ Prescripción adquisitiva de dominio”).

8. La prueba de la posesión debe ser plena e indubitable, no


siendo suficiente la declaración de testigos en la que no se concretan
con toda precisión la realización de actos posesorios “animus domini"
durante todo el transcurso exigido por la ley En primer término es
criterio unánime de nuestros tribunales que el análisis de las pruebas de
la posesión en sus dos aspectos, o sea “animus” y “corpus”, debe
llevarse a cabo con la mayor estrictez.
(CC0002, MO 20370, RSD-28B-88S, 8/3/1988. “Organización
Santa Victoria c/ Amaya de Suarez, Olga Elena s/ Reivindicación”).
(CC0002, MO 25286, RSD-152-91 S, 5/9/1991, “Piris, Ramón c/
Garnica, José A. s/ Posesión Veinteañal”).

9. En las demandas por usucapión debe probarse la posesión


“animus domini” actual, también la anterior y especialmente la que se
tuviera en el inicio de la ocupación, como único medio de demostrar el
cumplimiento del plazo legal.
(SCBA, C 97851 S, 28/12/2010, “Lopreiato, Víctor Mario c/ Gauna,
Andrés y otros s/ Reivindicación ”).

10. El que excepciona por usucapión en el marco de una acción


de reivindicación, debe demostrar que realizó actos demostrativos del
“animus domini ” durante los veinte años en que dice estuvo poseyendo
para sí, y en las condiciones contenidas en el art. 4016 del Código Civil;
sólo así puede contradecir el derecho del titular del dominio que invoca
el art. 2790 del Código Civil y, si no lo consigue, corre el riesgo de que
se lo califique de mero tenedor, poseedor sin motivo de persuasión para
creer serlo.
(CC0100 SN 8020, RSD-199-6 S, 31/10/2006, “Zuelgaray Carlos
María c/ Claviello Rosa y otros s/ Reivindicación”).

11. El usucapiente debe acreditar fehacientemente los extremos


de su acción y entre ellos cuando comenzó a poseer para si, a fin de
poder tener por cumplido el plazo legal. En los procesos de usucapión
debe probarse la posesión “animus dominus ” actual, también la
anterior y especialmente la que se tuviera al inicio de la ocupación,
como único medio de demostrar el cumplimiento del plazo legal.
(CC0001, SM56427, RSD-382-5 S, 1/12/2005, “Fernández,
Gerardo c/Ramognino, Luis Gabriel s/ Usupacion”).
12. Si bien el pago de impuestos o tasas del inmueble debe ser
especialmente considerado en esta materia según lo dispone el art. 24
inc. c de la ley 14.159 reformado por el Dto ley 5756/58, -no bastando
para demostrar el animus la sola prueba de testigos pues tiene un valor
meramente complementario-; es posible por esa misma razón que la
usucapión igual puede ser demostrada si concurren otros medios para
corroborar la testimonial, bastando que las evidencias exterioricen la
exitencia de la posesión o de alguno de sus elementos durante buena
parte del tiempo requerido.
(CC0001, QL 7972, RSD-47-5 S, 30/5/2005, “Matuk, María Esther
c/ Santo, Domingo Financiera s/ Prescripción Adquisitiva de Dominio ”).

13. Si los recibos de impuestos y servicios; como los


presupuestos y facturas, son todos de reciente data, no alcanzando a
superar ni siquiera los cuatro años desde la promoción de la demanda,
carecen de regularidad a fin de acreditar el ánimo posesorio (arts. 384 y
385, C.P.C.C.; 2448, 4005 y concs., Cód. Civil; 24, ley 14.149).
(SCBA, C101379 S, 1/9/2010, "Hernández, Martín Gabriel c/
Cantini, Guillermo María s/ Prescripción adquisitiva”).

LA POSESION COMO BASE DE LA USUCAPION


Ya hemos visto que la usucapión es la prueba por excelencia del
derecho de propiedad, ahora cabe preguntarse: ¿cuál es el fundamento
de ese aserto? Hace dos siglos Savigny dijo que la propiedad es una
“posesión vestida por el tiempo”, dando a entender que el
reconocimiento jurídico de un derecho pleno de atribución sobre las
cosas (propiedad) se sustenta en el poder fáctico de preeminencia sobre
ellas (posesión), al cual se le adosa de un plazo legal, pues no existe
mejor título que el tiempo. Siguiendo esta línea de ideas, la doctrina
más moderna señala que si la propiedad se define como el derecho a
gozar un bien, entonces la finalidad de la propiedad es obtener la
posesión; y en una visión teleológico del fenómeno jurídico, el fin (la
posesión) es más importante que el instrumento (la propiedad), es su
“prius lógico” . Es más: ¿para qué serviría la propiedad si el dueño no
pudiese poseer el bien? Esta simple cuestión despeja cualquier duda.
Si la propiedad se basa en la usucapión, entonces ésta debe tener
como contenido esencial a la posesión. Por tanto, para que haya
usucapión, debe haber verdadera posesión, esto es, poder de hecho
voluntario sobre el bien. Los elementos de la posesión o su intensidad
mínima para ser calificada como tal es una cuestión analizada al
momento de estudiar la posesión, por lo cual el lector deberá remitirse
al capítulo correspondiente. Sin embargo, la sola posesión no es
suficiente, se requieren algunas condiciones adicionales:
• Requisitos de la posesión: la posesión debe ser en concepto
de dueño, pública, pacífica y continua.
• Requisitos temporales: la posesión debe extenderse por un
período temporal que establece el Código Civil de acuerdo a las distintas
circunstancias.

MODALIDADES DE LA USUCAPION
a) Introducción
Ya hemos señalado que la usucapión nace como un instrumento
destinado a otorgar certeza a las titularidades sobre bienes. Desde los
orígenes del instituto en el Derecho romano, su función es suplir las
irregularidades de los sucesivos títulos de transmisión, específicamente
la carencia del derecho por parte del transferente. Los romanos habían
establecido una regla lógica de valor indiscutible: “nemo plus inris”, es
decir, nadie puede transmitir lo que no tiene; por tanto, si el
transferente no era propietario, entonces nada transmitía al adquirente.
Sin embargo, los juristas romanos, pragmáticos por encima de todo,
vieron en la aplicación de esta regla lógica un grave problema de
incertidumbre en las relaciones jurídicas, lo cual llevado al extremo
podía hacer totalmente inviable el tráfico sobre bienes, pues la única
forma de adquirir con seguridad implicaría constatar quién fue el pnmer
propietario de un bien (originario), y de allí verificar la legalidad de los
sucesivos actos de transmisión. Esta constatación no era posible,
máxime cuando la adquisición originaria normalmente se desconocía en
vista al paso irremediable del tiempo, o aun cuando se tuviesen noticias
de ella nada permitía hacer una constatación segura, pues el transcurso
de los años habría eliminado cualquier prueba de ese hecho. Por tanto,
la usucapión nace como el clásico instrumento que otorga certeza
respecto a la titularidad de los bienes, pues la carencia de derecho del
transmitente era subsanada con la posesión continua por un año en el
caso de los bienes muebles, y dos años en los inmuebles. Con toda
razón se ha dicho: “Nada hay en la práctica de los romanos que
atestigüe en tal alto grado su genio jurídico como el empleo de la
usucapión" .
En principio, la usucapión sólo subsanaba la falta de propiedad del
transmitente, lo cual implicaba la necesidad de justo título o buena fe.
Por eso, no podían ser adquiridas por usucapión las cosas hurtadas o
tomadas con violencia, ni los fundos ubicados en las provincias, por
cuanto éstos no se regían por el “ius civile”. Posteriormente, se admitió
que en las provincias el poseedor no perturbado durante diez años (o
veinte si el propietario vivía en otra ciudad) quedara protegido frente a
la reclamación del propietario mediante una especie de excepción
procesal que recibió el nombre de “prescripción de largo tiempo” (longi
temporis praescriptio). Esta defensa estaba dirigida principalmente para
los poseedores de inmuebles, pero se aplicaba también a los muebles
poseídos por extranjeros, o incluso por romanos cuando la usucapión
quedaba excluida por tratarse de una cosa hurtada. Aquí ya están
claramente delineadas las dos modalidades de esta figura: la primera,
propia del Derecho romano antiguo y clásico, que exigía, además de la
posesión, el justo título y la buena fe del poseedor; la segunda, propia
del Derecho romano postclásico, ya no exigía esos requisitos. La
primera recibió con el tiempo el nombre de “usucapión ordinaria o
corta”, mientras la segunda fue denominada “usucapión extraordinaria o
larga”.

b) Usucapión ordinaria

La usucapión ordinaria acorta el plazo de posesión exigido para la


producción del efecto adquisitivo, pues se supone que el justo título y la
buena fe presente en este caso, rodean al poseedor de una mayor
apariencia de legitimidad. Aquí nos corresponde estudiar el justo título y
la buena fe, como requisitos de carácter concurrente y específicos para
consumar la usucapión ordinaria.
Así pues, el justo título implica que el poseedor ha tomado control
sobre el bien en base a una “causa de adquisición”, es decir, a un acto
jurídico válido y verdadero, con virtualidad transmisiva de dominio.
Trataremos de aclarar la figura: si con la usucapión ordinaria se
pretende subsanar la irregularidad de un transmitente que no es
propietario del bien, entonces el “justo título” será aquel que,
estructuralmente, corresponda a un acto jurídico válido con finalidad
transmisiva (como el caso del contrato de compraventa, permuta,
donación, aporte en sociedad, legado, etc.), y cuyo único defecto sea la
falta de titularidad del transmitente.
c) Usucapión y títulos supletorios

La figura de los títulos supletorios viene a ser un rezago histórico


de un momento en donde el legislador, también como ahora, pretendió
facilitar la regularización de la propiedad inmobiliaria mediante un
mecanismo subsidiario de titulación. En su momento (fines del siglo
XIX), fue un medio simplificado para obtener un título auténtico de
propiedad, sin descuidar las seguridades que teóricamente son
imprescindibles para permitir el acceso de una finca al Registro. ¿Cuáles
deben ser esas seguridades? No teniendo el solicitante ningún título que
exhibir con respecto a la propiedad invocada sobre el inmueble no
inscrito, el único elemento que juega a su favor es la posesión.
“La prueba ordinaria de la propiedad se hace mediante la prueba de la
posesión y el transcurso del tiempo, y esa es a la vez la realidad de la
propiedad. La propiedad no tiene ninguna naturaleza distinta de la de
ser una posesión modalizada por el transcurso del tiempo. La propiedad
es una posesión investida formalmente con un títido (y tiene por ello
vocación de perpetuidad) (...) La propiedad no existe en sí, lo que
existe en sí es la posesión como apariencia socialmente significativa.
Por eso la usucapión es algo más que un medio de prueba de la
propiedad; es la realidad misma de la propiedad”

FUNCION SOCIAL DE LA USUCAPION

Una parte de nuestra doctrina aboga porque no se permita la


usucapión en contra de la información del registro. Es decir, de “lege
ferenda ” se busca adoptar una solución similar a los sistemas
germánicos, en los cuales prácticamente no se puede prescribir en
contra del titular registral. Esa postura extremista no puede
compartirse, pues la realidad social nos demuestra a diario que los
hechos son muchas veces más poderosos que el mejor derecho. Así
pues, eliminar toda posibilidad de prescripción “contra tabulas”
significaría que el poseedor con una larguísima posesión no pueda
vencer al titular de una propiedad sin contenido real, y que
prácticamente hubiese efectuado abandono tácito de ésta. Además,
impediría regularizar situaciones de hecho ya largamente consolidadas
en virtud a un Estado posesorio continuo, público, pacífico y como
propietario.
Sobre el particular Diez Picazo ha señalado: “rechazar por completo la
usucapión contra tabulas, en aras de la protección de los adquirentes
conforme al registro, significa dejar inermes a los poseedores con la
posesión largamente continuada. En sentido similar se pronuncia García
García, para quien el conflicto entre el tercero registral y el usucapiente
extra-registral debe resolverse teniendo en cuenta los intereses en
juego que se presentan en cada caso, sin pretender la prevalencia de
uno sobre el otro. La usucapión, al igual que el Registro, son
instituciones basadas en el principio de seguridad jurídica. En la
primera, nos encontramos ante una figura en la cual se reconoce al
tiempo como el más poderoso aliado del derecho. En palabras del
pandectista alemán Windscheid: “el tiempo es un poder al cual ningún
ser humano puede sustraerse; lo que ha existido largo tiempo, nos
aparece sólo por eso como algo firme e inconmovible y es un mal
defraudar las expectativas que crea".

JURISPRUDENCIA

Usucapión. Plazo
La adquisición del dominio por prescripción se produce luego de
veinte años de posesión continua con ánimo de tener la cosa para sí
(art. 4015 Cód. Civil). El plazo, en principio, debe estar cumplido al
momento de entablarse la demanda. No obstante, no puedo pasar por
alto que, con buen criterio alguna jurisprudencia ha considerado que el
plazo del art. 4015 del Cód. Civil puede cumplirse durante el transcurso
del juicio, por razones de realismo jurídico y pragmatismo judicial y
aplicación del art. 163, inc. ó del C.P.C.C., o por considerar que no hay
norma que diga que la iniciación del juicio de usucapión sea interruptiva
o suspensiva del proceso adquisitivo.
(CNCiv., 8/2/2005, “Ferrari, Juan Angel c/ Municipalidad de
Mercedes s/ Usucapión", CC0001, ME 108838B RSD, 173-5
5,8/2/2005).

Usucapión. Competencia

La acción de usucapión tiende a determinar la existencia de


derechos reales sobre un inmueble y no es atraída por el fuero
sucesorio del titular del dominio, por no tratarse de las acciones
personales de los acreedores del difunto ni de las relativas a bienes
hereditarios suscitadas entre coherederos, que determine el
funcionamiento del fuero de atracción del art. 3284 del CCI. (Minoría u
opinión personal).
(CApel.Civ.Com., Mar del Plata, Bs. As., Cámara 1 Sala 1, 28/2/89,
“Roldan, Javiers/Sucesión c/Roldán, Tomás (h)s/Sucesión s/
Usucapión”).
(CApel.Civ.Com., Mar del Plata, Bs. As., Cámara 1 Sala 2,
23/11/99, “Barañano María Elba c/ Barañano de Martínez Martina s/
Usucapión").
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, Mar del Plata, Buenos Aires,
Cámara 1 Sala 1, 25/6/2002, “Buenahora, Daniel c/ Nachman Mendel y
otros s/ Usucapión”).

Usucapión. Costas

1. A los fines de la imposición de costas en los juicios de


usucapión, no puede escindirse el análisis de la conducta del
representante y del representado, a poco se repare que la intervención
del primero en su carácter de Defensor de Pobres y Ausentes, resulta
obligada ante la ignorancia del domicilio del segundo.
(CApel.Civ.Com., La Plata, Buenos Aires, Cámara 02 Sala 03,
2/3/1989, “Goya, Pedro c/ Drisaldi, Angela s/ Usucapión”).

2. En los procesos de usucapión, en principio, las costas deben


imponerse por su orden.
(CApel.Civ.Com., Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Sala 02,
Sent. 278, 28/9/2000, “Euler, Daniel Oscar s/ Usucapión”).

3. En cuanto al agravio de la actora atinente al cargo de las


costas, le asiste sobrada razón debiendo revocarse el punto II del fallo
sub-examine e imponerlas en integridad a los accionantes ausentes por
ser éste el criterio que armoniza con la generalidad de la doctrina y
jurisprudencia vigentes. El carácter contradictorio inherente al juicio
sumario, determina la aplicabilidad de la regla general en materia de
costas y según la misma el vencido debe sufragar los gastos del pleito
sin que exista razón para exceptuar de ellos al litigante ausente.
(CApel.Civ.Com., Concordia, Entre Ríos, Sala 02, Sent.
3406,5/7/2000, “Cabrera de Várela, María Amelia c/ Vareta de Paiz,
Inés s/ Usucapión ”).
4. En cuanto al agravio de la actora atinente al cargo de las
costas, le asiste sobrada razón debiendo revocarse el punto II del fallo
sub-examine e imponerlas en integridad a los accionados vencidos por
ser éste el criterio que armoniza con la generalidad de la doctrina y
jurisprudencia vigentes como con la posición a la que adhiriera el
Tribunal desde su inicio y en ambas integraciones.
(CApel.Civ.Com., Concordia, Entre Ríos, Sala 02, 6/9/2002, “Luis
A. Simón y Cía. SRL c/ Timón de Simón Elisabeth Gregoria s/
Usucapión”).

5. La carga de las costas recae sobre las partes, las que deben
imponerse o distribuirse conforme a las reglas procesales; por lo tanto,
no cabe hacer distinción alguna según que la parte concurra al proceso
asistida por apoderado o patrocinante particular o lo haga mediante un
representante del Ministerio Público, sea éste el asesor de incapaces o
el defensor de pobres y ausentes; en otros términos, la forma en que es
representada la parte carece de incidencia sobre la carga de las costas
procesales.
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, La Plata, Buenos Aires,
Cámara 02 Sala 03, Sent. 107740,101412007, “Hernández, Martín
Gabriel c/ Cantini, Guillermo María s/ Prescripción adquisitiva
bicenal/usucapión”).

Usucapión: Requisitos

1. Quien pretende usucapir debe acreditar de modo pleno, que


ha poseído efectivamente en forma quieta, pública, pacífica,
ininterrumpida y con animus donúni, prueba que por imperio de lo
dispuesto en el art. 24 inciso
c) de la ley 14.159, no puede ser exclusivamente testimonial.
(CApel.Civ.Com., Santa Fe, Santa Fe Sala '3, Expíe. Nro. 169-86,
30/12/1986, “Perrén, Cecilio s/ Usucapión”).

2. Para la adquisición del dominio por prescripción veinteañal


es preciso que se acredite posesión y transcurso del lapso previsto por
la ley, demostrándose el momento en que dio comienzo la ocupación del
inmueble animo rem sibi habendi y los caracteres de una posesión
efectiva, continua, ininterrumpida, pública y pacífica.
(STJ, Santiago del Estero, Santiago del Estero, Sent.
20157,27/6/1995, “Antonio, Cristina c/Instituto Provincial de Vivienday
Urbanismo (I.P.V.U.) s/ Prescripción adquisitiva veinteañal - Casación”).

3. La adquisición del dominio del inmueble o usucapión larga


no requiere justo título ni buena fe, pero la intervención judicial en el
proceso de usucapión esta por cierto encaminada a la comprobación
fehaciente del cumplimiento de las condiciones de nacencia que marca
la ley.
(STJ, Santiago del Estero, Santiago del Estero, Sent.
20157,27/6/1995, “Antonio, Cristina c!Instituto Provincial de Vivienda y
Urbanismo (IJP.V.U.) s/ Prescripción Adquisitiva Veinteañal -
Casación").

Usucapión: Objeto

1. La usucapión, una vez cumplida, genera por sí un


derecho de propiedad en cabeza del poseedor, y goza por ello del “ius
persequendi", en tanto puede hacerse valer ante cualquiera que contra
la voluntad del usucapiente haya entrado en posesión de la cosa y, por
vía de excepción, contra todos los que intenten reivindicar el bien.
(CApel.Civ.Com., San Martín, Bs. As., Sala 2, 23/5/95, “Rechister,
Jaime Gerardo y ot. c¡ Petracchi y Contarelti, Enrique Carlos s/
Usucapión ”).

2. El primer requisito de la usucapión es la posesión en sentido


jurídico. Es decir, la detentación efectiva de la cosa (art. 384 del
C.Procesal).
(CApel.Civ.Com ., Trenque Lauquen, Buenos Aires, 12/3/92,
“Sucesores de Otero, Rene César c/ Anac y Rodríguez S.RL.s/ Posesión
veinteañal”).

3. Debe ponerse el acento en el fundamento económico y


social que el legislador ha entrevisto al legislar sobre usucapión
consistente en brindar adecuada tutela a quien en el transcurso de
largos años se comportó como propietario del fundo, incorporando
riqueza a la comunidad, todo lo cual es fruto del trabajo, lo que
contrapone esta conducta de servicio y trabajo con el desinterés y la
incuria del titular del dominio, certeramente calificada por el Codificador
en la nota al art. 3965 del C.C..
(CApel.Civ.ComLa Plata, Buenos Aires, Cámara 1 Sala 3, Sent.
211692, 27/8/1992, “Makintok, Sara Haydee y ot. c/ Municipalidad de
La Plata s/ Prescripción Adquisitiva”).

4. La usucapión supone el apoderamiento de la cosa con


ánimo de dueño arts. 2351, 2373, 2384 y 4015 del Cód. Civil) y que
ese hecho debe trascender con la publicidad que exige el art. 2478 del
mismo código. Mientras no se demuestre de algún modo que el bien es
tenido ‘rem sibi habendi’, los jueces deben considerar a quien lo ocupa
como un mero detentador. Si así no fuera, todos los ocupantes y aún los
tenedores a título precario, estarían en situaciones jurídica idéntica a la
de los verdaderos poseedores.
(CApel.Civ.Com., Trenque Lauquen, Buenos Aires, Sent. 9746,
13/11/1990, “Dodate, Alberto c/ Rivera, Gumersindo s/ Usucapión”).

Cuestiones de competencia. Competencia de la Corte Suprema.


Juicios en que es parte una provincia. Prescripción adquisitiva

Es competencia originaria de la Corte (arts. 116 y 117 de la


Constitución Nacional) la causa en que la actora demanda por
usucapión a la Provincia de Buenos Aires, a fin de que se declare
adquirida la propiedad del inmueble ubicado en el Partido de Mar
Chiquita, cuyo dominio aparece inscripto a nombre de la demandada.
(CSJN, Capital Federal, 27/3/2001, “A.R.S.A. Antonio Romano
Inmobiliaria, Comercial, Financiera, Industrial y Agropecuaria, Sociedad
Anónima c/ Buenos Aires, Provincia de s/ usucapión”).

Acciones reales. Usucapión. Actos posesorios

1. La prueba de la posesión debe ser plena e indubitable, no


siendo suficiente, declaraciones de testigos, en las cuales no se
concreten, con toda precisión, la realización de actos posesorios, ni
tampoco la exhibición de documentos que por si solos no acrediten la
realización de tales actos.
(CApel.Civ.Com., Minas Paz y Trib., Mendota, Mendoza, Cámara 3,
6/6/90, “Adm. Suc. Martínez Pedro s/Título Supletorio (Libro: S065
-139) ”).

2. La ley prescribe que la prueba testimonial, que será por lo


común la de mayor importancia, no sea la única aportada, y que en la
valoración de la que produzca el o los poseedores, se considera
especialmente el pago de impuestos. Ello significa que se prescribe
prueba compleja. Ninguna de las que se aporten bastará,
individualmente, para acreditar el cúmulo de hechos, que son
presupuesto de la adquisición de dominio por prescripción. Por tanto no
corresponde asignar valor a un tipo de prueba, restando todo mérito a
la restante.
(CApel.Civ.Com.Min.Paz y Trib., Mendoza, Mendoza, Cám. 3,
25/3/93, “Scriffignano de García Dominga yot .s/ Título Supletorio
(Libro: S069 - 295) ”).

Usucapión. Actos posesorios

En el proceso de usucapión se debe demostrar la realización de


actos posesorios durante el plazo legal -es decir se deben acreditar
hechos, y ello es así, desde que existen conductas y actitudes del
poseedor -hechos en suma, exteriorizantes del “animus domini que no
trascienden normalmente de su esfera de acción ni se representan por
documentos u otros medios que puedan aportarse al proceso. Tales
hechos sólo pueden ser acreditados mediante el relato de testigos que
con mayor o menor exactitud, con más o menos fidelidad, las
reproduzcan en sus declaraciones. He aquí la irremplazable
trascendencia del testimonio.
(CApel.Civ.Com., Santiago del Estero, Santiago del Estero, Cámara
2, Sent. 11058, 9/4/2001, “Lindow Rodolfo c/ Silvetti, Jorge Luis y/u
otro s/ Reivindicación").
DE LA PRESCRIPCION PARA ADQUIRIR

a) USUCAPION BREVE

1) Prescripción decenal: Art. 3999


La prescripción enunciada está reglada en el art. 3999, que
establece: “El que adquiere un inmueble con buena fe y justo título
prescribe la propiedad por la posesión continua de diez años”.
Se debe observar que, “la prescripción que determina el artículo,
no es rigurosamente la de adquirir”, porque la cosa ya está adquirida,
pero debe reunir las condiciones que establece el precepto, para que se
consolide el derecho. “La prescripción en tal caso -decía Vélez Sarsfield-
no hace más que consolidar la adquisición ya hecha, poniendo al que la
ha obtenido al abrigo de toda reivindicación”.

2) Objeto

El objeto de la prescripción breve son las cosas inmuebles más no


las universalidades, precisión ya establecida por Segovia, que estableció
también que la mencionada prescripción se extiende al usufructo, al uso
y a la habitación. Se excluye de esta extensión, a las servidumbres, las
cuales sólo pueden obtenerse por prescripción veinteañal, siempre que
fuere continua y aparente.

3) Requisitos

Los requisitos necesarios para que la adquisición del dominio se


consolide por la prescripción, cuando el enajenante carece de todo
derecho para realizar la transmisión del derecho son: “buena fe”, “justo
título” y “posesión continua de diez años”.
3.1) Buena fe

Si bien la buena fe y el justo título son “dos condiciones distintas”,


es procedente advertir que: el que quiera prescribir, debe probar su
justo título, pero el mismo justo título hará presumir la buena fe. El
justo título y la buena fe -se estima jurisprudencialmente- son dos
requisitos distintos... pero no independientes, ya que el primero hace
presumir el segundo (CSN, 1948, “Fallos”, 211-470).
En lo que concierne a la buena fe, el art. 4006 dispone que “la
buena fe requerida para la prescripción es la creencia sin duda alguna
del poseedor, de ser el exclusivo señor de la cosa”.
La disposición concordante con el precitado artículo es el art. 2356,
según el cual la posesión es de buena fe “cuando el poseedor, por
ignorancia o error de hecho, se persuadiere de su legitimidad”; empero
no es excusable el error de derecho.
Según lo establece el art. 2362, “Todo poseedor tiene para sí la
presunción de la buena fe de su posesión, hasta que se prueba lo
contrario, salvo los caso en que la mala fe se presuma”. Se opone al
principio expuesto, la norma del art. 4009, pues dispone: “El vicio de
forma en el título de la adquisición, hace presumir la mala fe del
poseedor”.
Cuando el título que presenta el poseedor adolece de un defecto de
forma, se presume la mala fe; ya que al tratarse de un defecto
manifiesto no puede pasar inadvertido para el poseedor, por cuanto
nadie puede ignorar las reglas sobre las formas esenciales de los actos
jurídicos.

3.2) Justo título

El “justo título”, es un título válido y sin vicios, el cual, según lo


dispone el art. 4010, tiene por objeto “transmitir un derecho de
propiedad, estando revestido de las solemnidades exigidas para su
validez, sin consideración a la persona de quien emana”. Es, pues, un
título sin vicios formales, apto para acreditar la transmisión de la
propiedad, aunque él no emane del verdadero propietario, puesto que
es contra él que la ley autoriza la prescripción.
Es decir, reúne las condiciones de forma, pero le faltan las de
fondo, porque emana de un no propietario o de quien siendo
propietario, carece de capacidad para enajenar.

3.2.1) Títulos no aptos para prescribir.- En cambio, no es


apto para prescribir el título putativo, porque como lo establece el art.
4011, el título debe ser verdadero y aplicado en realidad al inmueble
poseído. No hay justo título cuando el que sirvió de base a la
transmisión no corresponde al inmueble adquirido.
Cabe hacer notar, que el “título putativo”, no es el único título que
no es hábil para prescribir. En el Código Civil están previstos otros
casos, establecidos en los arts. 4012,4013 y 4014.
De esta manera, el art. 4012 dispone que “el título nulo por
defecto de forma no puede servir de base a la prescripción”.
El art. 4013 establece: “Aunque la nulidad del título sea
meramente relativa al que adquiere la cosa, no puede prescribir contra
terceros ni contra aquellos mismos de quienes emana el título”.
Este artículo contempla el caso de un acto irregular en la
adquisición del inmueble, obtenido mediante error, dolo o violencia. En
consecuencia, el adquirente sería de mala fe, y, por tanto, no podría
alegar la buena fe, elemento indispensable para que unida al “justo
título” sea aplicable la prescripción decenal. El título es justo, por
tratarse de una nulidad relativa, pero la ley considera que ha habido
mala fe de parte del adquirente. La ley habla de nulidad relativa al que
adquiere la cosa, en el sentido de tratarse de una nulidad que puede ser
invocada contra él. La ley dice también que el poseedor no puede
prescribir contra terceros.
Lafaille consideró confuso y defectuoso el art. 4013, sosteniendo
que, dentro del régimen de la prescripción corta, debemos excluir a los
vicios que hacen a la condición de la persona, de quien emana el título,
como a todo cuanto atañe a la falta de derecho del enajenante.
La única interpretación racional de nuestro artículo -declara
Segovia- consiste en decir que la nulidad relativa del título, cuando es
conocida por el poseedor, no impide prescribir contra terceros, pues
respecto de ellos no media obstáculo alguno; prohibe hacerlo contra el
damnificado mismo, puesto que él sería el único provisto de la acción de
nulidad.
El art. 4014 dispone que “el título subordinado a una condición
suspensiva, no es eficaz para la prescripción, sino desde el
cumplimiento de la condición. El título sometido a una condición
resolutiva, es útil desde su origen para la prescripción”.
En consecuencia, es recién a partir del cumplimiento de la
condición que el poseedor puede invocar el justo título para la
usucapión, y que ésta comienza a operarse a su favor. Salvo su derecho
de prevalerse de la prescripción cumplida a favor de su autor, o de unir
su posesión a la de éste para completar la prescripción.

3.2.2) Actos jurídicos eficaces para transmitir el


dominio y cuando constituyen “justo título”. El boleto de
compraventa y otros casos.- En nuestra doctrina, Salvat consideró:
“El justo título más común es el contrato de compraventa. Pueden
agregarse la permuta, la donación, el aporte en sociedad; las ventas
judiciales; la dación en pago o pago por entrega de bienes, la partición
de ascendientes entre los herederos; el legado. En todos estos casos, se
trata efectivamente, de actos jurídicos que por su naturaleza misma
están destinados a operar la transferencia de la propiedad”.
No es suficiente para invocar la prescripción decenal del art. 3999
C.C., la posesión derivada de un boleto de compraventa, pues este no
constituye “justo título” a ese efecto (1970, “Casaubón, R. C., v. Arana
L. E. “., “L.L ”, 140-602).
No constituye el justo título necesario para adquirir por
prescripción breve y sólo da acción para obtener la respectiva escritura
traslativa de dominio, el “compromiso de venta” o “promesa de venta”
de un inmueble aunque se haya formalizado en escritura pública (1965,
“Bordani, Ortemin de, y otros”, “J.A ”, 1966-IV-642).
La existencia de un título es una condición sustancial de la
prescripción, desde que el título destituido de las formas esenciales no
es título y nada puede probar. Las faltas de formalidades es un
obstáculo invencible para que sea un justo título, tal sería la venta de
un inmueble por un documento privado.
El art. 2355, en su nueva redacción (“Se considera legítima la
adquisición de la posesión del inmueble de buena fe, mediante boleto de
compraventa”), se opone firmemente al art. 4010, pero en ningún caso
el instrumento privado puede adquirir la calidad de justo título. De
modo que al faltar la escritura traslativa de dominio debe regir la
prescripción veinteañal.
Tampoco pueden considerarse como justo títulos los contratos que sólo
transmiten la tenencia de la cosa, como la locación, el depósito, el
préstamo de uso. Tampoco los actos jurídicos simplemente declarativos
de derechos, pero que no comportan en sí mismos la transferencia del
derecho de propiedad, como la partición o la transacción; por análogas
razones, tampoco puede considerarse como justo título, la sentencia
que ordena la entrega de un inmueble. Mucho menos una mensura, la
cual se reduce a determinar en el terreno la ubicación que corresponde
al título de propiedad.

3.3) Posesión. Presunción de la fecha de la posesión

Sobre la posesión, otro de los requisitos necesarios para que se


consolide la prescripción de la propiedad, ella debe reunir los mismos
caracteres enunciados para la prescripción necesaria para usucapir;
ellos son: continua, pública y pacífica.
En lo que respecta al momento desde el cual se debe hacer el
cómputo del tiempo necesario para prescribir, según lo está dispuesto
en el art. 4003, debe ser el de la fecha del título. Así lo establece el
precitado artículo, que preceptúa que “se presume que el poseedor
actual, que presente en apoyo de su posesión un título traslativo de
propiedad, ha poseído desde la fecha del título, si no se probare lo
contrario”.

b) USUCAPION LARGA

1) Prescripción veinteañal: arts. 4015 y 4016.


Concepto

La prescripción veinteañal está determinada en:


• Art. 4015: “prescríbase también la propiedad de cosas
inmuebles de veinte años, con ánimo de tener la cosa para sí, sin
necesidad de título y buena fe por parte del poseedor salvo lo dispuesto
respecto a las servidumbres para cuya prescripción se necesita título”.
• Art. 4016: “al qué ha poseído durante veinte años sin
interrupción alguna, no puede oponérsele ni la falta de título, ni su
nulidad, ni la mala fe en la posesión ”.
La diferencia principal producida por la reforma fue la reducción del
término de prescripción a veinte años.
El poseedor del inmueble no necesita para prescribir la propiedad,
ni título, ni la buena fe, ni puede oponérsele la mala fe en la posesión.
Le basta al poseedor probar su posesión continua durante el tiempo
establecido, sin distinción entre presentes y ausentes, con el ánimo de
tener la cosa para sí.
Acerca del art. 4015, la prescripción establecida de adquisición de
la propiedad de cosas inmuebles, comprende también los demás
derechos reales, pero no todos; sólo el usufructo, el uso y habitación.
En lo que concierne al título que no es exigible en los supuestos
enunciados en el art. 4015, en cambio, lo es en el caso de las
servidumbres para cuya prescripción se necesita título.

2) Ley 14.159 y decreto-ley 5756/58

La ley 14 159, de Catastro Nacional fue sancionada por el


Congreso de la Nación, el 17 de septiembre de 1948. En el art. 24 y 25
estableció las reglas aplicables al juicio de adquisición del dominio
preceptuado por el art. 4015 del Cód. Civil. Posteriormente fue
modificado el art. 24 por el decreto-ley estableciendo:
Art. 24: “en el juicio de adquisición del dominio de inmuebles por
la posesión continuada de los mismos (art.4015ysig.) se observarán las
siguientes reglas:
a. El juicio será de carácter contencioso y deberá entenderse
con quien resulte titular del dominio de acuerdo con las constancias del
catastro, Registro de la Propiedad o cualquier otro registro oficial del
lugar del inmueble, cuya certificación sobre el particular deberá
acompañarse con la demanda. Si no se pudiera establecer con precisión
quién figura como titular al tiempo de promoverse la demanda, se
procederá en la forma que los códigos de procedimiento señalan para la
citación de las personas desconocidas.
b. Con la demanda se acompañará plano de mensura, suscrito
por profesional autorizado y aprobado por la oficina técnica respectiva,
si la hubiere en la jurisdicción.
c. Se admitirá toda clase de pruebas, pero el fallo no podrá
basarse exclusivamente en la testimonial. Será especialmente
considerado el pago, por parte del poseedor, de impuestos o tasas que
graven el inmueble, aunque los recibos no figuren a nombre de quien
invoca la posesión
d. En caso de haber interés jiscal comprometido el juicio se
entenderá con el representante legal de la Nación, de la provincia o de
la municipalidad a quien afecte la demanda.
Las disposiciones precedentes no regirán cuando la adquisición del
dominio por posesión treintañal no se plantea en juicio como acción,
sino como defensa.
Serán asimismo subsidiarias del régimen especial a que puede
someterse por leyes locales, la adquisición por posesión de inmuebles
del dominio privado de la Nación, provincias o municipios”.
Las principales correcciones tendieron a reducir las exigencias
formales al usucapiente, teniendo en cuenta el interés social consistente
en la consolidación de la situación del poseedor que mantuvo productivo
el bien.
Se reglamentó la posibilidad de pagar impuestos aunque no se
tenga la posesión, y se estableció la inaplicabilidad del art. 24, cuando
la prescripción se plantea como defensa y no como acción.
3) Procedimiento

La norma del inc. a del art. 24 de la ley no indica el procedimiento


que debe ser observado, de manera que con la salvedad del inc. 11 del
art. 67 de la CN, la sustanciación del proceso será el ordinario que
reglamentan las leyes procesales.

4) Competencia

El juez que deberá conocer el proceso, será el determinado por el


lugar en donde se encuentra el inmueble, que es donde ha de recogerse
la prueba de la posesión que debe acreditar el prescribiente y en donde
se encuentran los registros que han de certificar conforme a lo
dispuesto en el inc. a) del decreto.

5) Partes en el proceso

La demanda deberá entenderse con quien resulte titular del


dominio de acuerdo con las constancias del catastro, Registro de la
Propiedad o cualquier otro registro oficial del lugar del inmueble, cuya
certificación deberá ser acompañada con la demanda.
Es decir, cuando no se trata de tierra fiscal o municipal, lo será con
el propietario del inmueble cuya individualidad se obtenga con los
informes de las oficinas o registros que indica en inc. a del decreto.
Tratándose de propietario desconocido, por ignorarlo, el accionante
y faltar la pertinente constancia en los registros respectivos, dice la
parte final del inc. a que se procederá como lo dispone el Código local
de procedimientos para la citación de las personas desconocidas o de
domicilio ignorado. Pero para ello habrán de agotarse previamente otros
medios de información que las leyes locales. Para el caso de que el
citado por edictos no repondiere al llamado judicial las leyes procesales
proveen a la defensa del citado, llamando a intervenir al defensor de
ausentes.
En cuanto a la legitimación activa, el titular lo es el poseedor que
reúne los requisitos que preceptúan los arts. 4015 y 4016 del Cód. Civil
que le confieren aptitud para adquirir el dominio por la prescripción.

6) Requisitos de la demanda. Inaplicabilidad cuando la


posesión veinteañal se plantea como defensa

Los requisitos que establece la ley y el' decreto-ley son muy


precisos. Así lo establecen los inc. a art. 24 (individualización del
demandado (propietario); inc. c, art. 24 (acompañara plano de
mensura).
Los extremos exigidos de la demanda no se exigirán cuando la
adquisición del dominio por la posesión veinteañal no se plantea en el
juicio como acción sino como defensa (art. 24 inc. d, 2da. parte).
En cuanto a la inaplicabilidad de la ley, cuando la posesión
veinteañal se plantea como defensa, la jurisprudencia ha sostenido que
aquí el demandado no pretende la formación de un titulo sino evitar su
desposesión, también se sostuvo que la parte demandada carece del
tiempo necesario y apto para preparar los presupuestos y requisitos que
condicionan la promoción de una demanda de este tipo.

JURISPRUDENCIA

Usucapión. Justo título


1. Se considera justo titulo para la prescripción adquisitiva
aquel que tenga por objeto transmitir un derecho de propiedad. Por no
ser traslativa de dominio no constituye justo titulo, la cesión de los
derechos, aunque se trate de una cesión de derechos hereditarios.
(CApel.Civ.Com., Dolores, Buenos Aires, Sent. 68777, 16/6/1994,
“Camiña de Rodríguez, E. c/Mondot y Costera J. s/ Adquisición de
dominio ”).

2. El boleto de compraventa es inidóneo para erigirse en justo


título a los fines de la prescripción adquisitiva de diez años.
(CApel.Civ.ComSantiago del Estero, Santiago del Estero, Cámara
2, Sent. 10567,13/7/1998, “Albornoz, María Ester c! Molina, Reyna F.
y/u otros s/ Reivindicación”).

3. No hay título conforme al art. 4010 del Código Civil, cuando


el contrato de compraventa no reúne las formas ad solemnitatem
exigidas por la ley (art. 1184, inc. 1); ello, aunque se haya operado la
tradición material del mismo al comprador, que no puede considerarse
tradición de dominio, precisamente por no resultar la consecuencia de
un título suficiente (Art. 2602 del Código Civil).
(CApel.Civ.Com., Santiago del Estero, Santiago del Estero, Cámara
2, Sent. 10567,13/7/1998, “Albornoz, María Ester c/ Molina, Reyna F.
y/u otros s/Reivindicación”).

4. El boleto de compraventa inmobiliario no es justo título a


los fines de la adquisición del dominio por usucapión (en los términos de
los arts. 3999 y 4010 y concs. del Cód. Civil) porque, aunque confiere la
posesión legítima del inmueble, su adquiriente no es apto para
transmitir el dominio por ausencia de una formalidad legal que es la
escritura pública.
(CApel.Civ.Com., Azul, Buenos Aires, Sala 2, Sent.
38500,12/8/1997, “Presa de Carelli, Noemíy otras c/ Vivas, Juan Carlos
y otra s/ Usucapión ”).
5. El justo título no es un acto que emane del verdadero
propietario, pues contra él la ley autoriza la prescripción. El vicio
resultante de la falta de todo derecho de propiedad en el autor de la
transmisión, es lo que la prescripción tiene por objeto cubrir. Existe
justo título cuando, habiéndose observado las normas exigidas por la
ley el inmueble se adquiere de quien no es dueño.
(CApelCiv.Com., Concepción del Uruguay, Entre Ríos Sala 2,
26/3/2004, “Cazzulino Leonel Ramón c/ Leturia Estela Micaela s/
Ordinario”).

6. No puede subsumirse en el concepto de justo título para


usucapir al boleto de compraventa desde que el art. 4010 C.Civil exige
para su configuración que esté revestido de las solemnidades exigidas
para su validez pues como el codificador lo resalta en la parte final de su
anotación al art. 4012 “la nulidad del acto por la forma es un obstáculo
invencible para que sea un justo título...”
(CApel.Civ.Com., Concordia, Entre Ríos, Sala 2,16/10/2003,
“Abalilli César Abel d Maziver de Schor Dina Rosa y otra s/ Usucapión
”).

7. Según el CCiv: 4010, el justo título es todo título que


tiene por objeto transmitir un derecho de propiedad estando revestido
de solemnidades exigidas para su validez, sin consideración a la
condición de la persona de quien emana. El acto debe, en consecuencia,
tener por objeto transferir la propiedad y para que sea “justo” es
menester que esté revestido de las formalidades exigidas para su
validez.
(CNApel.Com., Capital Federal, Sent. 53682/98,25/4/2011,
‘‘Sircovich Samuel s/ Quiebra”).
Justo título: Concepto. Boleto de compraventa -

Justo título es aquél que tiene por objeto transmitir un derecho de


propiedad, estando revestido de las solemnidades exigidas para su
validez, (art. 4010 Cód. Civil), por lo que carecen de esa calidad los
boletos de compraventa, que no conforman una enajenación donde se
observarán las formas legales (art. 1184 inc. 1 Cód. Civil), sino que
tienen el mero efecto de obligar a las partes a otorgar la escritura que
perfeccionará al contrato.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala A, 8/6/1988, ‘‘Borelli, Francisco
c/ López, Horacio Abel s/ Escrituración ”).

Prescripción adquisitiva: Alcances. Boleto de compraventa

La prescripción corta con justo título y buena fe no es aplicable


cuando se basa en la existencia de un instrumento privado -boleto de
compraventa- que no tiene por objeto transmitir la propiedad sino que
sólo instrumenta una promesa de venta y por consiguiente no sirve
para una adquisición a non domino que necesite purgarse por el tiempo
(en igual sentido CNCom, Sala C in re “Gofanovich Barón, Héctor d
Isidoro Natanson”, del 10/09/84; ídem “Braga, Mana d Nogoya SACIF,
del 19/02/82”).

(CNApel.Com., Capital Federal, Sent. 53682/98,25/4/2011,


“Sircovich Samuel s/ Quiebra”). El art. 24 apartado c) de la Ley 14.159
y su modificatoria, el Decreto Ley 5756/58 admite la acreditación de la
usucapión mediante el empleo de cualquier clase de prueba, no
pudiendo basarse el fallo en la testimonial, y será especialmente
considerado el pago, por parte del poseedor, de impuestos o tasas que
graven el inmueble.
(CApel.Civ.Com.Min., San Juan, San Juan, Sala 3, Sent. 6718,
14/4/2004, “Rodríguez, Lucio c/ Mas de Plana, Marina y otros s/ Acción
Reivindicatoría - IICPO”).

Interpretación de normas y actos comunes

Lo relativo a la prueba de la posesión veinteañal animus domini


por el actor decide cuestiones de hecho y prueba y de derecho común y
procesal, propias de los jueces de la causa y ajenas, como regla a la
instancia extraordinaria.
(CSJN, Capital Federal, 1/3/1984, “Veloso, Jacinto Ulpiano. c/
Veloso, Mariano, s/ Prescripción Adquisitiva”).

Usucapión. Adjudicación: Efectos. Inmuebles. Actos posesorios

La publicación de un decreto que reconoce a la actora la calidad de


adjudicataria de un inmueble no es prueba de que se hayan realizado
actos posesorios sobre el mismo sino, exclusivamente, de haber tenido
un vínculo, de naturaleza personal, que faculta a exigir la escrituración.
Reconocer que la actora tiene un derecho al inmueble, por resultar
adjudicataria, no significa tener posesión, es decir ejercer un poder
material sobre la cosa, presupuesto de la usucapión.
(SCJ, Mendoza, 2/10/06, “Vicenta s/Título Supletorio s/lncidente
Casación ”).

Usucapión. Pago del impuesto. Actos posesorios


1. Aún cuando los comprobantes de pago de impuestos
son un elemento de gran importancia para valorar la situación del
usucapiente, no es decisivo para la procedencia de la acción, pues no
constituye propiamente un acto posesorio.(CCiv.Com.Lab.Min.,
Comodoro Rivadavia, Chubut, Sala A, Sent. 09-C-06, 211212006, “A.,
H. c!M., E. R. y otra s/ Juicio Ordinario").

2. El fundamento en que radica la figura de la llamada


“accesión de posesiones”, que son distintas y separables entre sí, es que
le anterior traspasa a su sucesor a título singular los derechos y
ventajas emergentes del estado de hecho de su posesión, y así,
mediante la accesión, el segundo puede completar el plazo legalmente
requerido para la prescripción adquisitiva a su favor, de modo que quien
la promueve debe probar necesariamente la existencia de los actos
posesorios ejecutados por su antecesor, y luego los por él mismo
realizados.
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, La Plata, Buenos Aires,
Cámara 2, Sala 3, Sent. 107740,10/4/2007, “Hernández, Martin Gabriel
c/ Cantini, Guillermo María s/ Prescripción adquisitiva
bicenal/usucapión”).

3. El fundamento en el que reposa la figura denominada


accesión de posesiones es que el autor traspasa a su sucesor a título
singular los derechos y ventajas emergentes del estado de hecho de su
posesión y así mediante la accesión, el segundo puede completar el
plazo legalmente requerido para la prescripción adquisitiva a su favor.
(CApel.Civ.ComMin., San Juan, Sala 02, Sent. 18685, 15/5/2006,
“Funes, Félix Ramón s/ Posesión Veinteañal-Sumario”).

Usucapión. Interversión de título

Si el comienzo de la ocupación del inmueble reposó en la


administración de la casa común invocada por el actor que demanda por
usucapión, a éste le incumbe demostrar la interversión del título y que
la ocupación alegada es, de allí en más, a título de dueño.
(SCJ, La Plata, Buenos Aires, 2/10/2002, “Caruso, Catalina d
Blaszkiewicz de Bojarski, Juana y otro s/ Prescripción veinteañal”).

Prescripción adquisitiva. Sentencia. Inscripción registral:


Requisitos

La sentencia recaída en el juicio de usucapión promovida de


conformidad con la ley 14.159 es declarativo-constitutiva de la
adquisición y correlativa extinción del derecho real de dominio,
resultando idónea como titulo de dominio en sentido instrumental,
debiendo inscribirse en el registro de la propiedad inmueble para poder
ser opuesta a terceros interesados desde el momento en que se registró
(V. M. Mariani de Vidal, “Curso de derechos reales”, t. 3, pág. 295-96,
ED. Zavalía, 1993). Sin embargo, a fin de inscribirla titularidad dominial
adquirida por usucapión en el registro de la propiedad de la provincia de
buenos aires, la normativa legal establece que “dictada sentencia
acogiendo la demanda se dispondrá su inscripción en el registro de la
propiedad y la cancelación de la anterior si estuviera inscripto el
dominio. La sentencia hará cosa juzgada” (cpccpba: 682). En ese
marco, la sentencia deberá ordenar la cancelación de titularidad
dominial inscripta a nombre de la demandada.
(CNApel.Com.. Cap. Fed.,Sala C, Sent. 85449102,211912007,
“Moreno, Víctor c/ Inyecta Argentina SA de Ind. Mecánicas y
Metalúrgicas s/ ordinario

Prescripción adquisitiva. Inscripción registral

Lo prescripto por el art. 2505 del Cód. Civil rige también para la
adquisición por prescripción. En consecuencia, tales adquisiciones no
pueden ser opuestas a terceros de buena fe adquirentes de derechos
reales desmembrados debidamente registrados y constituidos por el
propietario antes de que la adquisición por prescripción haya sido
inscripta. Si bien se reconoce que la adquisición tiene efectos
retroactivos al momento que se comenzó a poseer, sólo será oponible a
terceros interesados, a partir de la registración.
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, Sala 3,28/9/1994,
“Rodríguez, José Antonio s/ Tercería de dominio ”).

Recurso extraordinario. Resoluciones recurribles. Usucapión.


Cosa juzgada: Configuración

Si los demandados en el juicio de desalojo, fueron calificados por el


órgano jurisdiccional como “intrusos” ante expresa confesión judicial, la
intromisión sin derecho en el inmueble contra la voluntad del dueño,
configura una simple tenencia sin animus dominis. Verificada la
inexistencia de título y precariedad, va de suyo que el apelante no
puede hacer valer esa declaración en este particular proceso de
usucapión. De allí la admisión de la cosa juzgada, la revocación de la
recurrida y el consecuente rechazo de la demanda de prescripción
adquisitiva. En virtud de ello la impugnada no padece de arbitrariedad.
(577, Corrientes, Sent. 32,14/3/1996, "Quintana de Silvero
Gabriela c/ Suc.de Luis Belascoain y otros s/ Ordinario - Expte. N 6853
”).

Recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley. Usucapión

Determinar si el usucapiente justificó o no la posesión mediante la


existencia o inexistencia de actos que pudieran asumir el significado
necesario para sostener la adquisición por prescripción así como si el
reivindicante acreditó los requisitos legitimantes de su pretensión,
constituyen típicas cuestiones de hecho inabordables en sede
extraordinaria.
(SCJ, IJX Plata, Buenos Aires, 29/6/2005, “Jíuaman Livia, Juan c/
Pernigotti de Vercesi, Clara y otro s/ Usucapión”).

Sucesiones. Herencia. Petición de herencia. Prescripción


adquisitiva

Si se considera a la petición de herencia como la reivindicación de


un patrimonio, no estaría sujeta a extinguirse por el mero transcurso
del tiempo, aunque pudiera operarse la prescripción adquisitiva con
respecto a cada uno de los bienes particulares. Es decir, el poseedor no
podría oponer la prescripción de la acción de petición de herencia, como
tal, pero sí podría oponer, en su caso, la prescripción adquisitiva de los
bienes singularmente poseídos.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala C, 27/12/2001, “Ceballos,
Daniel Florencio c/ Ceballos, Ramón Florencio s/Exclusión de
heredero”).

Prescripción adquisitiva. Demanda iniciada por el consorcio de


copropietarios. Unidad funcional cedida en forma verbal por la
empresa constructora

Si de las actas y liquidaciones obrantes en la causa se desprende


que el consorcio de copropietarios gozaba de una unidad funcional
desde el año 1977 destinado a vivienda del encargado la cual fue cedida
en forma verbal por un miembro del directorio de la empresa
constructora y que conforme las mencionadas actas se facultó al
consorcio a realizar las gestiones tendientes a la escrituración del
referido inmueble, la posesión material se revela con ánimo de dominio
en el hecho de haber dado en alquiler la cosa sin contradicción de la
propietaria registra; que más allá de que en la hipótesis del comodato,
conforme al texto del art. 2265 del Cód. Civil, el consorcio habría
obrado en violación de la prohibición despropiarse de los frutos de la
cosa prestada con inexplicable tolerancia del comodante, pone en
evidencia la intención de comportarse en ejercicio del derecho de
propiedad, lo que puede inferirse del texto del art. 2352 del Cód. Civil
habida cuenta de que el inquilino de la unidad funcional ha sido un
simple tenedor y representante de la posesión del propietario que, en la
inteligencia de la norma no es titular dominial sino quien, al dar en
locación, se comporta como tal. Tal posesión reviste la índole de
“animus domini ” para cuya configuración no constituye obstáculo la
circunstancia de saber que el inmueble no es propiedad del usucapiente.
Una cosa es conocer y otra reconocer en otro la propiedad, es
decir, admitir en otro sujeto el derecho que al poseedor le es ajeno, en
los términos de los arts. 2351 y 2352 del Código Civil. Es que lejos de
poner de manifiesto el reconocimiento en otro de la posesión rem sibi
habendi, los reclamos de escrituración o cesión demuestran el interés
de legalizar una posesión con aquellas características. De ahí que,
acreditado el corpus el animus se presume. La constructora dio la cosa
y el consorcio la recibió con ánimo de poseerla para sí, de lo que se
sigue que medió ab initio el primer recaudo de la usucapión, que es la
posesión y no la mera tenencia, y con la cualidad de ser la animus
domini, además la posesión es incuestionablemente pública.
(Sumario N° 16360 de la Base de Datos de la Secretaria de
Jurisprudencia de la Cámara Civil - Boletín N° 7/2005).
(CNCiv., Sala E, 26/5/2003, “Compañía General Inmobiliaria SA d
Consorcio de Propietarios Av. Santa Fe 1954/74 y otro s/ Desalojo y
Consorcio de Propietarios Av. Santa Fe 1954/74 c/ Compañía General
Inmobiliaria SA Administración s/ Prescripción adquisitiva ”).

Rex. Sentencia recurrible. Usucapión


En el caso, la demandada impugna, en un proceso de usucapión, la
decisión de la Cámara denegatoria de la intimación solicitada por los
actores, dirigida al municipio accionado para lograr el visado del plano,
estableciendo que la imposibilidad de su obtención no obsta a la
prosecución de la causa, resolución que no reviste carácter definitivo en
los términos del art. 278 del Cód. Proc. Civil y Comercial.
(SCBA, 2/3/2005, “Abella Nazar, Carlos y otra c/ Municipalidad de Tigre
s/ Usucapión. Rec. de queja'').

PRESCRIPCION ADQUISITIVA DE DOMINIO DE LA ACCION CIVIL


E IMPOSIBILIDAD DE SU CONSIDERACION DE OFICIO

GENERALIDADES

El art. 3947 del Código Civil dispone que “Los derechos reales y
personales se adquieren y se pierden por la prescripción. La
prescripción es un medio de adquirir un derecho o de liberarse de una
obligación por el transcurso del tiempo”.
Aún cuando de la definición del codificador ensayada en el art.
3947 del Código Civil pareciera surgir que todos los derechos pueden
adquirirse por el mero transcurso del tiempo y que sólo los derechos
creditorios pueden perderse por esta institución, lo cierto es que si bien
en principio solamente se pierden los derechos personales por el
transcurso del tiempo, el Código legisla la pérdida de los derechos
reales de disfrute por el no uso; y por otra parte solamente algunos
derechos reales se adquieren por este mismo transcurso del tiempo,
pues los derechos reales de garantía, están excluidos de esta
posibilidad.
• Es que en el art. 3947 del Código Civil se contemplan dos
supuestos distintos de prescripción: la liberatoria y la adquisitiva.
El art. 3949 del Cód. Civil establece que "La prescripción liberatoria
es una excepción para repeler una acción por el solo hecho de que el
que la entabla ha dejado durante un lapso de tiempo de intentarla o de
ejercer el derecho al cual ella se refiere ”. No requiere de otra condición
que la inacción, inercia o negligencia del titular del derecho contra el
que se invoca.
• La prescripción adquisitiva es un modo de adquirir el
dominio y ciertos derechos reales por la posesión de la cosa por el
transcurso del tiempo con los recaudos exigidos por la ley. Asi la define
el art. 3948 del Código Civil al expresar “La prescripción para adquirir es
un derecho por el cual el poseedor de una cosa inmueble, adquiere la
propiedad de ella por la continuación de la posesión durante el tiempo
fijado por la ley”. Son usucapibles todos los derechos reales que se
ejercen por la posesión, como el dominio (arts. 2524, inc. 7, 2510 y
4015 del Código Civil), el condominio (art. 4015 del Código Civil), la
propiedad horizontal (art. 4015 del Cód. Civil), el usufructo (arts. 2812,
2817 y 4015 del Código Civil), uso y habitación (arts. 2949 y 4015 del
Cód. Civil) y las servidumbres continuas y aparentes (arts. 3017 y 4015
del Cód. Civil), quedando en consecuencia excluidos los derechos reales
de garantía por nacer de fuente contractual.
Ahora bien, la prescripción se encuentra comprendida entre las
excepciones en tanto extingue la acción pero no el derecho (art. 515
inc. 2 del Cód. Civil).
La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido que la
prescripción es una institución de orden público que responde a la
necesidad social de no mantener pendientes las relaciones jurídicas
indefinidamente, poner fin a la indecisión de los derechos y consolidar
las situaciones creadas por el transcurso del tiempo, disipando las
incertidumbres.
• En el mismo sentido, ha señalado la Cámara Civil de la Capital
Federal que “El fundamento de la prescripción liberatoria reside en la
conveniencia general de liquidar situaciones inestables y de mantener la
paz de las familias, que no debe ser alterada por la repercusión de
hechos ocurridos con mucha antelación. Si durante largo tiempo el
posible titular de una acción se ha abstenido de ejercerla, la ley no
admite que lo haga cuando ya se han borrado de la memoria de los
interesados el acto, y hasta es factible la destrucción de los documentos
comprobatorios de la extinción del derecho. Impidiendo la utilización de
la acción prescripta, se da seguridad y fijeza a los derechos, y se aclara
la situación de los patrimonios que se ven descargados de las
obligaciones prescriptas. Por último, otro motivo a favor de la
prescripción consiste en el probable abandono del derecho que la
inacción del titular hace presumir”.
La oposición de la prescripción de la acción no importa un
reconocimiento de los hechos que deriva la acción atacada como
prescripta, toda vez que no pesa sobre el excepcionante la carga de
manifestar en un plus sobre la juridicidad de la pretensión en sí.
Dentro del marco cognoscitivo de esta defensa, no se admite la
discusión sobre la legitimidad jurídica del reclamo, sino la sola
existencia de un impedimento de hecho -el transcurso de un
determinado plazo- que lo invalida.
• Tanto la prescripción liberatoria como la adquisitiva son
susceptibles de oponerse por vía de acción o de excepción dentro del
marco de lo dispuesto por los arts. 3962 del Código Civil y 346 del
CPCN, pero la aplicación jurisprudencial de este último supuesto no ha
sido unánime respecto de la prescripción adquisitiva pues la Cámara
Civil ha decidido que promovida la acción por escrituración y la
reconvención por resolución del contrato de compraventa, la pretensión
del actor de introducir por vía de excepción la prescripción, en cuyo
mérito habría adquirido por usucapión el dominio del bien, no es
admisible.

PROHIBICION DE SUPLIR DE OFICIO LA PRESCRIPCION

El art. 3964 del Código Civil dispone que “El juez no puede suplir
de oficio la prescripción”.
Este precepto encuentra fundamentos formales y sustanciales. Desde el
punto de vista estrictamente formal cabe recordar la explicación de
Chiovenda al señalar que resulta comprensible “que existan hechos a
los cuales la ley (o la doctrina) atribuye eficacia impeditiva o extintiva
sólo en cuanto el demandado lo quiera, que, por tanto, no tiene esta
eficacia si el demandado no lo quiere, y que constituyen así la base de
otros tantos derechos de impugnación, ejercitando los cuales el
demandado elimina la acción y obtiene consiguientemente el rechazo de
la demanda, y no ejercitándolos deja en vida la acción y se expone a
una condena igualmente justa que si aquellos hechos no existieran. Se
tiene una muy concebible graduación en la eficacia impeditiva o
extintiva de los hechos jurídicos, en cuanto que existen casos en los que
el ordenamiento jurídico sigue una vía intermedia entre asignar a un
hecho una absoluta eficacia impeditiva o extintiva y el excluir de aquel
hecho cualquier eficacia impeditiva o extintiva, y esta vía intermedia
está representada por el derecho de impugnación concedido al
interesado”.
Se ha sostenido en este sentido que constituye un principio común
que no cabe declarar la prescripción de oficio, pues en dicha materia
tiene prevalencia el principio dispositivo, y, en consecuencia, si la parte
legitimada para plantearla no lo hizo, el órgano judicial no puede actuar
“ex officio”, pues la declaración de prescripción excede el postulado de
congruencia.
Desde otro ángulo, no pocas fueron las disquisiciones doctrinarias
a que daba lugar esta norma, pero el esclarecimiento de la cuestión fue
brindado por el propio Vélez Sarsfield en la nota al mentado artículo
3964, explicando que “...el tiempo sólo no causa la prescripción, que es
preciso que con el tiempo concurra una larga inacción del acreedor o
una posesión que tenga los caracteres que la ley exige. Esta inacción o
esta posesión no pueden ser conocidas y verificadas por los jueces,
mientras no sean alegadas y probadas por el demandado. El juez,
supliendo de oficio la prescripción, supliría hechos que debían
demostrarse, y los jueces no puede suplirlos de oficio. A más, muchas
veces la conciencia puede resistir el oponer la prescripción. El que sabe
que no ha pagado una deuda, puede no querer oponer la prescripción, y
ésta resultaría opuesta sólo por el juez, si no admitiere la demanda del
acreedor, por haber corrido más de diez años, desde el nacimiento de la
obligación”.
La norma responde al propósito de la ley de dejar librada a la
decisión individual de cada uno de los deudores el aprovecharse de la
prescripción corrida. Es que, por tratarse como ha afirmado Vélez
Sarsfield de una cuestión de “conciencia”, no debe ser impuesta al
deudor si sus escrúpulos o el sentido estricto del compromiso contraído,
lo determina a no hacer valer el transcurso del tiempo para excusarse
del cumplimiento de su obligación.
Debe tenerse especialmente en cuenta que el art. 3965 del Código
Civil dispone que puede renunciarse expresa o tácitamente a oponer la
prescripción, la que se configuraría simplemente dejando pasar la
oportunidad sin articularla. Sólo cabe el ejercicio de esta opción en
tanto se mantenga vedado al juez pronunciarse de oficio respecto de la
procedencia de la prescripción.
El precepto mencionado determina que la capacidad para remitir la
tienen todos aquellos que tienen capacidad para enajenar, con lo
quedarían excluidos de hacer uso de esta facultad los incapaces de
hecho.

a) Distinción con el instituto de la caducidad

Ha sostenido la Corte Suprema de Justicia de la Nación que la


caducidad, aunque guarde ciertas semejanzas con la prescripción, es
una institución diferente, es un modo de extinción de ciertos derechos
en razón de la omisión de su ejercicio durante el plazo prefijado por la
ley o la voluntad de los particulares.
Tiene la caducidad un fundamento jurídico distinto al de la prescripción,
ya que si bien ambas instituciones tienen como objetivo asegurar la
estabilidad y certeza de las relaciones, la primera persigue esa
certidumbre de una forma mucho más enérgica y acentuada, buscando
eliminar toda duda acerca de la existencia del derecho respectivo, para
lo cual se considera esencial que los mismos se ejerciten
indefectiblemente dentro de los plazos establecidos.
Se prescinde en principio del hecho subjetivo de la inercia del
titular, e incluso, encontrándose interesado el orden público se admite
su declaración de oficio. La prescripción extintiva en cambio preserva
directamente el interés privado del deudor y con ello indirectamente el
orden público, pues afianza la paz social.
Es que, la caducidad opera en un ámbito mucho más amplio que la
prescripción, comprendiendo sin excepción a cierta clase de derechos
reseñados en la el, mientras que la prescripción afecta sólo ciertos
derechos dotados de acción.
Con relación a aquellos derechos en los que opera la caducidad, la
oportunidad de su ejercicio constituye una circunstancia esencial. En
efecto, existen ciertos derechos que no otorgan opción a su titular
respecto del tiempo, sino al contrario, caducan cuando no se ejercen en
un término fijo. Nacen con una limitación en el tiempo, de modo que no
se pueden hacer valer después de transcurrido el plazo respectivo. No
podía ser de otra forma ya que la ratio inris de este instituto es la
necesidad de consolidar decisiones, en autos de carácter administrativo,
otorgándoles firmeza, atento a la seguridad jurídica y al interés público
en juego.
Como consecuencia de ello, contrariamente a lo que ocurre con la
prescripción, la caducidad puede ser declarada de oficio de modo tal que
puede ser dictada aún cuando no hubiera sido solicitada por ninguna de
las partes.
* Llambías sistematiza las analogías. Diferencias existentes entre
la caducidad y la prescripción, que clasificamos del siguiente modo:
1) En cuanto a los efectos: La caducidad extingue el derecho,
mientras que la prescripción no extingue el derecho sino la acción
judicial correspondiente.
2) En cuanto a su naturaleza jurídica: La prescripción es una
institución general que afecta a toda clase derechos, de modo que para
que ella no funcione se requiere la norma excepcional que exima de la
prescripción a tal o cual acción determinada; en sentido inverso, la
caducidad no es una institución general sino particular de ciertos
derechos, los que nacen con una vida limitada en el tiempo.
3) En cuanto a las contingencias de su curso: La prescripción
puede ser suspendida o interrumpida en su plazo, la caducidad no.
4) En cuanto al origen o fundamento: La prescripción proviene
exclusivamente de la ley, interesada en liquidar las situaciones
pendientes en un tiempo razonable, para que la inacción o el abandono
de los titulares de derechos no incida desfavorablemente en las
relaciones sociales trabadas en una época ulterior, en la que las
personas pueden ya haber destruido la documentación referente a los
pagos u otros medios de extinción del pretendido derecho; mientras que
la caducidad no se origina solamente en la ley, pues puede resultar de
la convención de los particulares y se funda en la peculiar índole del
derecho sujeto al término prefijado el que no se puede concebir más
allá de ese mismo término.
5) En cuanto a los plazos: Ambas instituciones se diferencias
porque los plazos de prescripción son generalmente prolongados
mientras que los de la caducidad son muy reducidos.

b) Distinción con la prescripción de la acción penal

En el derecho penal, el Estado es el titular de la acción, por lo que


el instituto de la prescripción adquiere características peculiares en su
desenvolvimiento en el proceso.
Sobre este punto la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha
señalado como idea rectora que “...la prescripción de la acción penal es
de orden público, por lo cual debe ser declarada de oficio, lo que
significa que se produce de pleno derecho por el sólo transcurso del
tiempo previsto por la ley...”.
De esta manera el magistrado tiene el deber de examinar y
declarar, si es pertinente, la prescripción de la acción.
Es que se halla comprendida la prescripción de la acción penal por
la garantía de defensa en juicio que abarca el derecho de todo imputado
a obtener, después de un juicio tramitado en legal forma, un
pronunciamiento que, definiendo su situación frente a la ley y a la
sociedad, ponga término a la situación de incertidumbre y a la
innegable restricción de la libertad que comporta el enjuiciamiento
penal.
OPORTUNIDAD PARA LA CONSIDERACION DE LA DEFENSA

La excepción de prescripción se resuelve como de previo y especial


pronunciamiento cuando se opone junto con otras excepciones o sola,
siempre que pueda tramitar y resolverse como de puro derecho, siendo
tal determinación una facultad discrecional del Juez. Si la apreciación de
la cuestión requiriera de una cuestión de hecho, susceptible de
comprobación, debe ser diferida su consideración para la oportunidad
de la sentencia definitiva, puesto que el período instructorio tramita con
las restantes cuestiones de fondo.
Sostiene Falcón que si la prescripción se opusiere con la
contestación de demanda, sin articularla como excepción previa, debe
resolverse en la sentencia, pues se trataría de una defensa en los
términos de lo dispuesto en el art. 356 primer párrafo del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación. Entiende este autor que en ese
caso, no se encontrarían reunidas las condiciones necesarias que
permitan al juzgador expedirse admitiendo el planteo de la accionada,
declarando prescripta la acción articulada.
No coincidimos con este criterio, pues consideramos que el Juez se
encuentra facultado a determinar si la prescripción puede ser
considerada como previa. Razones de economía procesal, en caso de
que este instituto resulte procedente, aconsejan este criterio, máxime
considerando que puede darse por finalizado el proceso en la primera
etapa, impidiendo inútiles dispendios jurisdiccionales y la prosecución
de un proceso con los costos importantes que ello irrogaría para las
partes.
Así lo ha entendido parte de la jurisprudencia al considerar que aún
cuando la excepción de prescripción haya sido opuesta para ser tratada
en la sentencia, ninguna razón válida puede esgrimirse para impedir que
el juez califique jurídicamente el planteo en virtud del principio iura
novit curia y lo resuelva sin esperar hasta esa oportunidad cuando,
según su criterio, la cuestión fuere de “puro derecho”.

a) Introducción

Tenienedo en cuenta que la prescripción liberatoria es el medio por


el cual en ciertas condiciones, el transcurso del tiempo opera la
modificación sustancial de un derecho, en razón de la inacción de su
titular, quien pierde la facultad de exigir compulsivamente el
cumplimiento de la obligación, no operando la consumación de la
relación obligacional sino transformando la obligación, extinguiéndose
obligación civil pero subsistiendo como natural.
Admitida la operatividad de la prescripción la situación de
liberación de sus efectos, debe interpretarse restrictivamente, en la
medida en que constituye una excepción a la regla: transformación de
la obligación en una de índole natural e imposibilidad de obtener
satisfacción de su cumplimiento por el eventual deudor por vía judicial
de conformidad con lo establecido por el art. 515 inc. 2 del Cód. Civil.
Entonces, aún cuando la obligación pretendida en su cumplimiento
no resulte exigible, conserva la posibilidad del pago válido por el deudor.
Ello, por cuanto la prescripción no extingue la obligación en sí misma,
sino la acción que tiene el acreedor. Como sostiene Belluscio, en la
obligación natural hay un vínculo jurídico aunque de efectos
restringidos, y nada obsta para que sea cancelada con un pago
voluntario.

b) Jurisprudencia Prescripción adquisitiva. Efectos


El caso de la prescripción adquisitiva donde está en tela de juicio la
adquisición de un derecho real, es uno de orden público e
indisponibilidad. Pese al allanamiento, el órgano judicial debe dictar
sentencia en el mérito. El allanamiento no vincula al juez de modo
necesario, con el alcance de que venga obligado a dictarla en el sentido
de que ha de acordar lo que se pide en la demanda; y tendrá que
rechazarla, no obstante, si hay ausencia de alguna de las condiciones de
la acción o pretensión, o su objeto es indisponible.
La prescripción adquisitiva de dominio es legal y no dependiente de
la voluntad de los particulares. La adquisición se produce por la
posesión continua, con los elementos característicos que marca la ley y
por el plazo que la misma exige. La adquisición por ende surge de la ley
cuando se dan las condiciones de su nacencia. La intervención judicial
mediante el proceso de usucapión lleva a la comprobación de aquellas
condiciones y en su caso, al dictado de una sentencia que da
fehaciencia de tales antecedentes y logra la publicidad de la situación
adquirida mediante la inscripción registral (CCiv. en Familia y
Sucesiones, Tucumán, 8/9/81, ED 97-809).
(Sumario N° 16319 de la Base de Datos de la Secretaría de
Jurisprudencia de la Cámara Civil - Boletín N° 6/2005).
(CNCiv., Sala F, 11912003, “Martínez, María Cristina c/ Martínez,
Ladislao sus sucesores s/ Prescripción adquisitiva”, elDial”- AE1FE2).

CONTINGENCIAS A LAS QUE SE HALLA SOMETIDO EL CURSO DEL


PLAZO DE LA PRESCRIPCION

Existen algunos supuestos normativos que modifican el plazo legal


establecido para que se opere la prescripción de la acción. Es que, dada
la relevancia de los efectos que ella acarrea, deben ser contemplados
aquellos especialmente a los efectos de mantener la vigencia de los
derechos del acreedor de perseguir el cumplimiento de su obligación.
Como ha sostenido reiteradamente la Corte Suprema de Justicia de
la Nación “el instituto de la prescripción tiene que ser interpretado
restrictivamente en cuanto atiende la pérdida de las acciones”.

a) Interrupción del curso de la prescripción

El art. 3998 del Código Civil establece que ‘Interrumpida la


prescripción, queda como no sucedida la posesión que le ha precedido;
y la prescripción no puede adquirirse sino en virtud de una nueva
posesión”.
Actúa directamente sobre la posesión, y priva a ésta de uno de los
requisitos necesarios para usucapir; la no interrupción. Su efecto
consiste en eliminar totalmente la posesión anterior (art. 3998).
La interrupción puede ser natural o civil. La primera consiste en
privar al poseedor de la posesión, despojándolo por vías de hecho del
inmueble que esta usucapiendo, pero esta nueva posesión debe durar
por lo menos un año, ya que ése es el plazo que el despojado tiene para
intentar la recuperación de la cosa.
La segunda puede ocurrir por medio de tres causales: demanda,
compromiso arbitral, o reconocimientos de derechos.
Sostiene Highton que aún cuando la norma se refiera a la posesión,
es aplicable también esta institución a la prescripción liberatoria.
Es decir que, la interrupción elimina totalmente el lapso
transcurrido, debiendo comenzar a computarse nuevamente el plazo
total, una vez desaparecida la causal.
Existen diversas causas de interrupción de la prescripción como: la
demanda contra el poseedor o deudor (art. 3986 del Cód. Civil); el
compromiso arbitral (art. 3988 del Cód. Civil) y el reconocimiento de la
obligación (art. 3989 del Cód. Civil).
En el supuesto de la demanda (art. 3986), dos requisitos son esenciales
para que la misma interrumpa la prescripción; debe ser deducida ante
los órganos jurisdiccionales y debe demostrar inequívocamente la
voluntad de lograr la restitución de la cosa. En la práctica los defectos
que tenga el escrito inicial de un juicio no impiden que se produzca el
efecto interruptivo, más aún el C.P.C.C prevé que la demanda al sólo
efecto interruptivo de la prescripción puede entablarse sin cumplir las
formalidades legales, y la sola presentación de la misma ante el juzgado
causa la interrupción, sin que sea necesario su notificación al poseedor.
Sin embargo la misma debe tener cargo del juzgado que corresponda y
no es suficiente la presentación al sorteo a efectos de que se asigne el
tumo. También resulta aplicable el art. 124 C.P.C.C por lo tanto se
permite que la acción sea entablada dentro de estas condiciones, el día
posterior al del vencimiento del término.
La interrupción de la prescripción causada por la demanda se
tendrá por no sucedida si el demandante desiste de ella, o se ha
declarado la perención de la instancia o bien si el demandado es
absuelto definitivamente. Está interrupción no aprovecha sino a quien la
ha entablado, y a quienes de él tengan su derecho, como los sucesores
a título universal o singular. Si la cosa esta en condominio, como el
usucapiente sigue en posesión de ella, puede seguir prescribiendo
contra los demás condomino que no lo demandaron. Tampoco la
demanda entablada contra uno de los coherederos interrumpe la
prescripción de los otros.
El compromiso arbitral hecho en escritura pública sujetando la
cuestión de la posesión o propiedad a juicio de árbitros, interrumpe la
prescripción.
Y por último el reconocimiento (expreso o tácito) que hace el
poseedor hace del derecho de aquel contra quien prescribía. Si el
reconocimiento es expreso puede hacerse por actos entre vivos o por
disposición de última voluntad, por instrumentos públicos o por
instrumentos privados.

Jurisprudencia

Interrupción de la prescripción. Usucapión. Escritura pública.


Inoponibilidad a terceros

No puede atribuirse efecto interruptivo de la prescripción en los


términos de los arts. 2462, inc. 6 y 3989 del Código Civil a la escritura
pública por la que el Estado Nacional transfirió el dominio de los
terrenos que se intentan reivindicar, porque en el otorgamiento de dicho
instrumento no intervino ningún representante de la demandada, de
modo que el acto no emana del poseedor, por lo que es inoponible a la
demandada.
(CSJN, Capital Federal, 3/4/1986, “Club Comunicaciones c/
Universidad Nacional de Buenos Aires s/ Posesión - Usucapión -
Prescripción Adquisitiva - Dominio - Interrupción - Tradición - Entidades
Autárquicas - Universidad de Buenos Aires - Actos Posesorios -
Reivindicación”).

Interrupción del plazo

Ni la carta documento, ni el expediente sobre medidas


preliminares, son interruptivos de la usucapión. En cuanto a la primera,
el requerimiento constitutivo de mora sólo suspende por un año la
prescripción liberatoria, pero es irrelevante en orden a la adquisitiva.
Respecto al segundo, si bien el término demanda empleado por el art.
3986, último párrafo, del Código Civil, es interpretado con el sentido
amplio de todo accionar judicial que importe una manifestación del
titular del derecho de mantenerlo vivo, es necesario que por su
contenido aquél sea apto para llegar a su actuación, no revistiendo tal
carácter las actuaciones destinadas únicamente a intimar a los
ocupantes del inmueble “a que manifiesten a qué título tienen la
propiedad”.
(CApel.Civ.Com., San Martín, Buenos Aires, Sala 2, Sent. 35953,
4/4/1995, “Miranda, Oscar y otros c/ Ruiz, Elba y otro y/o sucesores,
copartícipes y/o beneficiarios s/ Acción de Reivindicación”).

Prescripción adquisitiva. Interrupción de la prescripción. Pago


del impuesto

El pago de impuestos no constituye un acto posesorio en sí mismo,


pero es demostrativo del “animus ” con que se cumplieron los actos
respecto del lote.
Si el pago de gravámenes no constituye un acto posesorio, menos
puede interrumpir eficazmente la posesión que detenta el usucapiente
ya que faltaría para ello la aprehensión que requieren los arts. 2373 y
ss. del Cód. Civil.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala G, 13/11/1987, “Siman Tobías
c/ Zatirian Arturo y otros si Usucapión”).

b) Suspensión del curso de la prescripción

La suspensión del curso del plazo de prescripción puede producirse


por diversas causales taxativamente enumeradas.
El art. 3983 del Código Civil dispone que “El efecto de la
suspensión es inutilizar para la prescripción el tiempo por el cual ella ha
durado; pero aprovecha para la prescripción no sólo el tiempo posterior
a la cesación de la suspensión, sino también el tiempo anterior en que
ella se produjo”.
El beneficio de la suspensión no puede ser invocado sino por las
personas, o contra las personas, en perjuicio o en beneficio de las
cuales ella está establecida y no por sus cointeresados o contra sus
cointeresados (art. 3981 del Cód. Civil), quedan excluidas de este
supuesto aquellas obligaciones o cosas reales indivisibles, de
conformidad con lo dispuesto por el art. 3982.
• Entre las causales de suspensión, pueden mencionarse: el
matrimonio (art. 3969 del Cód. Civil -según art. 34 de la ley
26.618/2010- ); la aceptación beneficiaría de la herencia (arts. 3972 y
3974 del Cód. Civil); la tutela y cúratela (art. 3973 del Cód. Civil) y
aunque la norma no lo señala expresamente, la patria potestad; la
constitución en mora (art. 3986 del Cód. Civil).

Jurisprudencia

Suspensión de la prescripción. Interrupción de la prescripción.


Prescripción adquisitiva. Prescripción liberatoria

El texto actual del art. 3986 distingue no sólo la interrupción de la


suspensión, sino ambas alternativas en lo tocante a prescripción
adquisitiva o liberatoria. Por su apart. 1ro. la interrupción es aplicable a
ambos tipos de prescripción, dado el tenor del párrafo. Por el 2do. en
cambio, la suspensión sólo se entiende aplicable en el caso allí previsto
para la prescripción liberatoria, ya que el texto del mismo no deja lugar
a dudas.
(CCiv.ComLabMin., Trelew, Chubut, Sala Laboral, 15/2/96,
“Delgado, Alejandrina c/ Muhleman, Raúl s/ Indemnización
Accidente de Trabajo”).

c) Dispensa de los efectos de la prescripción

El art. 3980 del Cód. Civil dispone que “Cuando por razón de
dificultades o imposibilidad de hecho, se hubiere impedido
temporalmente el ejercicio de una acción, los jueces están
autorizados a liberar al acreedor o al propietario, de las
consecuencias de la prescripción cumplida durante el
impedimento, si después de su cesación el acreedor o propietario
hubiese hecho valer sus derechos en el término de tres meses. Si
el acreedor no hubiere deducido la demanda interruptiva de la
prescripción por maniobras dolosas del deudor, tendientes a
postergar aquella, los jueces podrán aplicar lo dispuesto en este
artículo”.
Asimismo, se extiende este supuesto a los incapaces sin
representación. Se ha sostenido que esto no es una verdadera causal de
suspensión, porque únicamente tiene por efecto autorizar al juez a
liberar o dispensar al perjudicado de los efectos de la prescripción
cumplida mientras existe el impedimento.
Así lo ha entendido la Corte Federal al disponer que “Si se
hallaba en juego el interés de menores huérfanos de padre y madre,
carentes de representación legal, y dicha representación fue conferida a
una persona residente a larga distancia del tribunal, lo que obligó a
realizar trámites por exhorto, tales extremos de hecho requieren ser
ponderados para aquilatar la procedencia del beneficio de dispensa de
prescripción (art. 3980 del Código Civil).
El art. 3980 del Código Civil, constituye en verdad un perdón
o una dispensa y no una suspensión o interrupción de aquella, por ello,
nuestro más Alto Tribunal ha señalado que el instituto de la dispensa de
la prescripción cumplida, por reglar situaciones de carácter excepcional,
es de interpretación restrictiva y la facultad conferida a los jueces debe
ser ejercida con la máxima prudencia, debiendo ponderarse las
dificultades o imposibilidades de hecho con relación a la persona misma
del demandado.

El Proyecto de Código Civil de 1998 resulta más flexible que el Código


vigente a la hora de regular el instituto, estableciendo el art. 2490 que
“El titular de una acción queda dispensado de la prescripción ya
cumplida, si dificultades de hecho o de derecho o maniobras dolosas de
la otra parte le obstaculizan temporalmente el ejercicio de la acción, y
él hace valer sus derechos dentro de los seis meses siguientes a la
cesación de los obstáculos. En el caso de los incapaces sin
representantes, el plazo se computa desde la cesación de la incapacidad
o la aceptación del cargo por el representante".

JURISPRUDENCIA

Prescripción adquisitiva:
Fundamento
1 - El fundamento de la prescripción adquisitiva es consolidar
situaciones fácticas, como medio de favorecer la seguridad jurídica,
liquidando situaciones inestables, dando certeza a los derechos y
poniendo en claro la composición del patrimonio, con lo cual se
propende a la paz y orden social.
2 - En el caso de la prescripción breve, los hechos constitutivos
relevantes a probar son: el transcurso del tiempo, la posesión ánimo
dómine, la buena fe del adquirente y el justo título, o sea aquél que
define el artículo 4010 Código Civil (cfr. Podetti, J. Ramiro, “Tratado de
la Tercería”, Ediar, Buenos Aires, 1949, pág. 105). Y la falta de alguno
de esos recaudos determina la improcedencia del reclamo. 3 - La
prescripción a la que se hace referencia tiene de común con la larga las
calidades que deben revestir la posesión -pública, pacífica, continua e
ininterrumpida- y que ella debe subsistir un cierto tiempo. Pero además
de los requisitos que son inherentes a ambos tipos de prescripciones
-posesión y tiempo-, la corta requiere la existencia de otros dos
elementos que la caracterizan, que justifican el menor lapso necesario
para su consumación y que son: el justo título y la buena fe (CCiv:
3999).
(CNApel.Com., Capital Federal, Sent. 53682/98,25/4/2011,
“Sircovich Samuel s/ Quiebra ”).

Prescripción adquisitiva. Posesión de buena fe

El hecho de que los últimos meses de su vida la propietaria del


inmueble hubiera vivido con quien pretende usucapir y su familia, no
puede interpretarse como la decisión de interrumpir la posesión
mantenida por más de veinte años, sí ello contraría lo que surge en el
expediente en cuanto a tan prolongada posesión pacífica, de manera
que debe interpretarse en consonancia con lo sucedido por más de
veinte años. Si a los meses en que la propietaria habitó el inmueble con
la familia del demandante sucedió la muerte de aquélla, es
absolutamente razonable admitir la explicación de éste en el sentido de
que por afecto, por gratitud, por el sentimiento que sentían él y su
familia, la recibieron en el seno de su hogar en su última enfermedad,
para prodigar compañía y cuidados.

(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala F, 27/8/1991, “Darewski,


Eliezer c/ Prop. Vera 1183 s/ Posesión veinteañal”).

Prescripción adquisitiva. Prescripción veinteañal. Allanamiento:


Efectos

Si la tradición del inmueble a favor del permutante por parte de


quienes detentaban la mayor proporción del dominio recibido por
herencia del titular registral, tuvo lugar en el año 1986, y de las
testimoniales e informativa rendidas se infiere que el actor realizó obras
civiles y ejerció explotaciones comerciales en el predio, y que lo hizo en
forma pública, pacífica y continua a partir de la cesión operada por vía
de permuta, mediando además allanamiento por parte de los sucesores
del titular registral originario, no encuentro óbice para declarar la
procedencia de la demanda, toda vez que el plazo veinteañal se habría
cumplido en el año 2006, durante el curso del proceso.
No media incongruencia en la circunstancia de que se intenten
valerlas posesiones de los contradictores, habida cuenta que se invoca
haber recibido la posesión de quien la hubo por contrato celebrado con
aquellos, y en todo caso la conformidad o allanamiento de quienes
hubiesen tenido derecho a oponerse, no puede sino interpretarse a
favor del derecho invocado.
(CApel.Civ.Com.Lab.Min., Neuquén, Neuquén, Sala 1, Sent.
286432/02,19/8/2008, “Andrés, Luis Enrique. dValdebenito, Alberto y
otros, s/Prescripción ”).

Requisitos. Carácter. Prescripción. Veinteañal. Cesión de


derechos. Registro de la propiedad inmueble
La tesis no formalista de la constitución del título por posesión
veinteañal, de acuerdo a la cual sólo es necesario el transcurso del
tiempo y no la sustanciación del juicio respectivo, para ser considerado
poseedor por prescripción, además de estar avalada por la doctrina y
jurisprudencia dominantes, es la que mejor se ajusta a nuestra
realidad; ello por el carácter particular que asume la situación jurídica
de los inmuebles en la Provincia de La Rioja, en este caso: boleto
privado de cesión de derechos posesorios, protocolizado en escritura
pública e inscripta ésta en el Protocolo Especial de Fechas Ciertas del
Registro de propiedad inmueble.
(STJ, La Rioja, La Rioja, Sala B, 19/11/1999, “Burgwuard y Cía. s/
Casación”).

Prescripción. Posesión

La usucapión se produce, cuando una posesión pasa y continúa de


manos del primitivo poseedor a manos del actual; sea a título de
sucesor universal o singular, por efecto del tiempo transcurrido en
ambos casos. Para que tal accesión se pueda concretar es necesario la
existencia de un nexo jurídico, o sea, la causa para la transmisión.
En caso de la sucesión a título universal no existe la accesión de
posesiones ya que, de acuerdo al sistema adoptado por el Código Civil,
el heredero es continuador de la persona del causante.
En cambio, al tratarse de uniones de posesiones a título singular,
indefectiblemente se requiere la invocación y la prueba del nexo jurídico
o causa que transmita la posesión. Por consiguiente, además, debe
acreditarse fehacientemente que los anteriores poseedores han reunido
los requisitos exigidos por la ley.
Quien invoca haber adquirido el inmueble a anteriores propietarios
que detentaban la posesión, debe probar acabadamente que ellos
habían accedido al efectivo dominio del bien y respecto del cual se les
había hecho tradición.
(CApel.Civ.Com.Min., San Juan, Sala 3, Sent. 8213, 27/9/2006,
“Martín, María Laura s/ Usucapión - II Cuerpo”).

Prescripción veinteañal. Integración de la litis. Titular del


dominio. Nulidad de lo actuado
Es que el art. 24 inciso “a” de la ley 14.159 referida, precisamente a la
“Prescripción Adquisitiva de Inmuebles”, reza: “el juicio: tendrá carácter
de contencioso y deberá entenderse con quien resulte titular de dominio
de acuerdo con las constancias de Catastro, registro de propiedad o
cualquier otro registro oficial del lugar del inmueble”.
Ello, porque “Es indudable que el destinatario de dicha demanda
(adquisición del dominio inmobiliario o por prescripción) debe ser el
propietario o quien figure inscripto como tal en el registro inmobiliario”
pues es quien, de prosperar la acción perderá su derecho real de
dominio sobre la cosa inmueble.
El decreto ley 5756/58 agrega, además del titular registral, quien
resulte titular del inmueble de acuerdo con las constancias de catastro o
cualquier otro registro oficial del lugar del inmueble. Pero siempre hace
referencia al propietario del fundo.
Este es el mecanismo ideado normativa, jurisprudencial y
doctrinariamente, para la integración de la litis en esta clase de juicio,
que por expresa disposición legal tiene carácter de contencioso y
contradictorio.
“Corresponde declarar la nulidad de todo lo actuado en el juicio de
posesión veinteañal, si se demuestra que el titular de dominio, o sus
herederos conocidos no fueron notificados en debida forma, sin
diligenciar el juicio con quien resulte interesado.
(CApel.Civ.ComMin., San Juan, San Juan, Sala 01, Senl. 19596,
23/9/2008, “Castillo, Feliza Gracielas/Posesión Veinteañal”).

Prescripción adquisitiva. Nudo propietario. Dispensa de garantía

La ley quiere asegurar al nudo propietario que el usufructuario


cumplirá con la restitución de la cosa fructífera. Para ello, el art. 2851
del Cód. Civil, le impone la obligación de prestar fianza, garantía de la
que puede ser eximido -agrega el texto legal citado- por voluntad del
constituyente.
Por su parte, la doctrina es uniforme al interpretar esta última
parte de la norma que la dispensa sólo puede realizarla el constituyente
o el testador, no siendo admisible la dispensa judicial.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala E, 14/2/1989, “Rubín, Celia s/
Sucesión Testamentaria”).

Prescripción adquisitiva decenal: Requisitos. Justo título


La prescripción adquisitiva breve supone justo título para usucapir y
posesión de buena fe mantenida durante diez años (art. 3999). Aunque
el título aportado a los fines de escriturar, implique el justo título para
usucapir que menta el art. 4010 del Código Civil, no es factible invocar
buena fe, si no se efectuó el estudio de títulos cuando se realizó la
adquisición, que hubiera revelado la imperfección que emana de los
mismos, lo que obsta a los fines de la usucapión corta.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala C, 26/10/1993, “Brito, María
Carmelina c/ Pappalardo, Pascual s/ Escrituración").

Prescripción adquisitiva decenal: Alcances

1 - Por más legítima que la posesión sea atento el CCiv:


2355, ella no podrá conducir a la adquisición del dominio por usucapión
corta, por oponérsele la valla del Cciv: 4010. Es decir que a falta de
escritura traslativa de dominio, el inmueble sólo podría adquirirse por
usucapión larga (Mariani de Vidal, Marina, “El poseedor en virtud del
boleto de compraventa”; LL 141-941).
2 - En nuestro derecho vigente, la “adquisición de la
posesión” mediando boleto de compraventa, sólo hace de ella una
“posesión legítima”, pero de ninguna manera hace propietario al
comprador.
Podrá repeler acciones posesorias pero no lo inviste con un título
de dominio ni le confiere derechos y atributos propios del dominus
(CApel. CC Bahía Blanca, Sala I, voto del doctor Adolfo Pliner in re “
Aimar Guillermo A. s/ tercería de dominio en autos “Lorea Roberto c/
Tapia Norberto””; ED 135-307; citado por el Dr. Cuartero en su voto del
6/4/2001 in re “Serrano Mabel Beatriz si tercería en autos Rasic Hnos.
S. A. el Serrano Juan Alberto s/ ejecutivo” de la CNCom., Sala D).
(CNApel.Com., Capital Federal, Sent. 53682/98,25/4/2011,
“Sircovich Samuel s/ Quiebra”).

Prescripción decenal. Boleto de compraventa. Justo título

1. El boleto de compraventa de un inmueble no es justo


título a los efectos de la prescripción adquisitiva, por no ser aquélla
traslativa de dominio (CNCiv. SalaG, 12-5-1998, LL 1998-E-736). Es
que el mencionado contrato puede llegar a legitimar la posesión pero es
absolutamente insuficiente para transmitir la propiedad del inmueble,
pues para ello es necesario el otorgamiento de escritura pública
(CNCom. esta Sala in re “Guevara de Mere, Marta Delia s/ tercería de
dominio en autos Vallejo Gustavo c/ Miret, José s/ ejecutivo” del
30/11/06; id. Sala C in re “Obra Díaz Velez 3441 S.A.C. s/ quiebra s/
inc. de desocupación por Reinaudo, Antonia” del 23/10/86).
(CNApel.Com., Capital Federal, Sent. 53682/98,25/4/2011,
“Sircovich Samuel s/ Quiebra”).

2. El boleto de compraventa, no importa un justo título. El art.


4010 C.C., es terminante al respecto: El justo título para la prescripción,
es todo título que tiene por objeto transmitir un derecho de propiedad,
estando revestido de las solemnidades exigidas para su validez sin
consideración a la condición de la persona de quien emana.
(CApel.Civ.Com., Minas Paz y Trib., Mendoza, Mendoza, Cámara 2,
30/5/94, “Marques Antonio y otro s/ Titulo Supletorio (Libro: S084
-491) ”).

3. El boleto de compraventa de inmueble no tiene efectos


transmisivos del derecho real de dominio, por carecer de las formas
esenciales exigidas, creando a favor del acreedor sólo una obligación de
hacer respecto del vendedor, la de escriturar, con el objeto de posibilitar
la transmisión del derecho. Genera por consiguiente un derecho
personal, subjetivo, pero no real.
(CApel.Civ.Com., Minas Paz y Trib., Mendoza, Mendoza, Cámara 2,
30/5/94, “Marques Antonio y otro s/ Título supletorio (Libro: S084 -
491)”).

4. Si bien el art. 4010 del Código Civil establece que el justo


título para la prescripción, es todo el que tiene por objeto transmitir un
derecho de propiedad, sin consideración a la condición de la persona de
quien emana, debe advertirse que esto último implica que tal título
-causa possessionis- puede emanar “a non domino”, es decir, de quien
no fuese el verdadero dueño de la cosa. Pero no puede bastar para que
haya justo título que se invoque y se presente un boleto de
compraventa, sin demostrar que la firma de la vendedora- sea o no
legítima propietaria del bien sea auténtica, porque las firmas de las
partes es una condición esencial para la existencia de todo acto bajo
forma privada (art. 1012 del Código Civil), por lo que no habiéndose
probado que la firma de la vendedora haya emanado de la misma, no
puede tenerse al instrumento en cuestión como un boleto de
compraventa.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala D, 20/2/1990, “Martelli,
Domingo A. c/ Martínez Rojo de Rodríguez, Celina y otros s/
Prescripción Adquisitiva ”). Con respecto a los requisitos de la
prescripción corta a que alude el art. 3999 del Código Civil, es justo
título el acto traslativo de la propiedad rodeado de las formalidades que
marca la ley, cuyo defecto radica en que aquél que ha trasmitido el
dominio no es apto para trasmitirlo porque no es el verdadero dueño.
(CNApel.Esp.Civ.Com., Capital Federal, Sala 2, 15/5/1987,
“Constructora San Luis S.CA c/ Biegún Abraham s/ Locación de cosas
”).

Acción reivindicatoría: Procedencia. Justo título

La supuesta falta de posesión en el reivindicante, no impide como


lo pretende el quejoso el ejercicio de la acción reivindicatoría,
admitiendo la doctrina y jurisprudencia imperante que pueda
reivindicarse contra el actual poseedor, quien investido de justo título
(escritura pública) no ha recibido la tradición del bien, en tanto puede
invocar la posesión de sus antecesores en el dominio.
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, Sala 1, 23/3/1994, “Ziller,
Héctor c/ Evaldo Alfredo Niche s/ Reivindicación”).

Interpretación de la ley. Partición de la herencia

La disposición del art. 4020 del Código Civil, está estrechamente


vinculada con la que contiene el art. 3460 del Código citado que en su
primer párrafo consagra también el principio de la imprescriptibilidad de
la acción de partición, mientras dure el estado de indivisión. La
armónica interpretación de estas dos normas permite colegir que, por
un lado, la acción de partición de la herencia es imprescriptible (art.
3460, primer párrafo), en tanto continúe la indivisión, pero es
susceptible de prescripción en el supuesto a que se refiere la segunda
parte del mismo art. 3460, cuando cesó de hecho la indivisión porque
algunos de los herederos obrando como único propietario comenzó a
poseer de manera exclusiva. En ese caso, la misma norma afirma que
la prescripción tiene lugar a los veinte años.
Esta es, en consecuencia, la inteligencia que debe otorgársele al
art. 4020 del Código citado puesto que allí se establece también el
plazo de veinte años para la acción de partición de la herencia contra el
coheredero que ha poseído a nombre propio. La mención a la posesión
de la herencia de manera exclusiva, a que aluden tanto el art. 3460
como el art. 4020, ha suscitado en la doctrina la duda en tomo a la
efectiva prescripción de la acción de partición para concluir que en
realidad no se trataría de un supuesto de prescripción liberatoria sino
de usucapión, porque cuando la indivisión cesó de hecho por obra del
heredero, éste podría alegar la prescripción adquisitiva del art. 4015 y
su coheredero debería promover lisa y llanamente la acción de petición
de herencia. Desde esta perspectiva no pareciera que aquella remisión
genérica a las normas sobre partición de la herencia tome ineludible la
aplicación de la prescripción de la acción de liquidación de la sociedad
conyugal por el transcurso de los veinte años del art. 4020. Por tratarse
de una institución que responde a exigencias de orden público, la
exégesis de las normas legales debe ser apreciada con un criterio
restrictivo, incompatible con cualquier aplicación analógica en desmedro
de la subsistencia de las acciones. Con la misma finalidad, las causas de
suspensión y los supuestos de interrupción, deberían interpretarse con
latitud, es decir con sentido favorable a su admisibilidad y no a su
rechazo.
El art. 3969 del Código Civil consagra expresamente que “la
prescripción no corre entre marido y mujer aunque estén separados de
bienes y aunque estén separados de bienes y aunque estén divorciados
por autoridad competente”, impide en consecuencia la invocación de
aquella otra norma que por el contrario admite la prescripción en la
acción entre coherederos. Así lo interpreta autorizada doctrina que por
imperativo del art. 3969 ha considerado que la acción de partición de la
sociedad conyugal, es imprescriptible sin que opere siquiera la
excepción que admite el art. 3460.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala A, 14/11/1989, “I.deKM.c/ K.F.
s! Liquidación de sociedad conyugal").

Adquisición del dominio requisitos

En materia de usucapión larga lo que interesa es la posesión y su


continuación por el tiempo legal (art. 3948 del Código Civil) y no la
figuración en el Registro de la Propiedad, siendo indiferente que la
posesión se tenga por justo título o sin él, o que sea de buena fe o mala
fe, porque al que ha poseído durante 20 años a título de dueño, sin
interrupción alguna, no puede oponérsele ni la falta de título, ni su
nulidad, ni la mala fe en la posesión.
(CNApel.Civ.Com.Fed., Capital Federal, Sala 2, 13/9/1988,
“Saavedra, Sara de c/ Sociedad de Beneficiencia de la Capital s/ Cobro
”).

Defensor de ausentes. Actos posesorios. Accesión de posesiones.


Prueba. Apreciación de la prueba. Pago del impuesto
En el caso en estudio, ... no sólo se trata de una forma excepcional
de adquisición del dominio, sino que además el juicio es promovido
contra una persona ausente, lo cual amerita que analice las pruebas
aportadas con suma prudencia, para verificar si se probó plenamente la
posesión “animus domini ” actual, la anterior y la que se tuviera al inicio
de la ocupación, como único medio de demostrar el cumplimiento del
plazo legal.
Esta acción de prescripción tiende a prevalecer sobre el título de
propiedad, importa la pérdida del derecho de dominio de quien figura
como titular por el transcurso del tiempo, correspondiendo en tal caso la
cancelación de la inscripción vigente y el reconocimiento de un nuevo
titular de dominio, de conformidad con el art. 4015 del Cód. Civil.
De allí que, si no se ha probado la posesión con los caracteres que
la Ley exige respecto de las personas que los actores indicaron como
sus necesarios antecesores en el derecho, debe rechazarse la demanda
de usucapión.
(CApelCiv.ComLab Min., Neuquén, Neuquén, Sala 03, Sent. 310432/4,
19/8/2008, “Lecuona, Gisella Cecilia y otro, c/ Toyos de Gula, Quintina.
s/ Posesión veinteañal”).

JUICIO DE USUCAPION ASPECTOS PROCESALES

INTRODUCCION

Desde el punto de vista procesal, la prescripción siempre debe ser


alegada por el sujeto que ha prescripto, no puede ser decretada de
oficio.
• Hay dos formas de hacerla valer:

a) Por vía de acción

Cuando quien ha usucapido la propiedad, luego de poseer el


inmueble durante el tiempo requerido por la ley, resuelve obtener un
título en sentido instrumental e intenta la acción declarativa de
usucapión; o bien cuando es demandado por reivindicación y deduce
reconvención por prescripción.

b) Por vía de excepción

Se hace valer la usucapión como defensa cuando el poseedor


igualmente demandado por reivindicación, para evitar la desposesión,
opone al progreso de esta acción real la excepción de prescripción.Estas
reglas sólo aplicables en materia de usucapión larga ya que en la breve
no se concibe que la misma se haga valer por vía de acción, sino sólo
como defensa cuando el propietario promueve la reivindicación.
• Según el art. 3962, Cód. Civil, la prescripción debe
oponerse al contestar la demanda o en la primera presentación en el
juicio de quien intenta oponerla.
Vélez permitía oponer la prescripción en cualquier etapa del
proceso, mientras no hubiera recaído sentencia con autoridad de cosa
juzgada.
No hay posibilidad de hacer valer la prescripción en segunda
instancia.
• Hay discrepancia en la interpretación de lo que debe
entenderse como “primera presentación”: 1) se puede oponer la
prescripción en cualquier etapa del juicio anterior a la sentencia, si el
demandado que estaba en rebeldía deja de estarlo y hace su primera
presentación; 2) se refiere a la contestación de la demanda, o si aunque
no haya vencido el respectivo termino, el demandado se presenta en
autos.
• El art. 346 CPCCN establece que la prescripción puede
oponerse hasta el vencimiento del plazo para contestar la demanda o la
reconvención. Y agrega que el rebelde podrá hacerlo con posterioridad,
siempre que justifique que incurrió en rebeldía por causas ajenas a su
alcance superar. O sea que si el demandado contesto la demanda y no
opuso la defensa, ya no podrá hacerlo en lo sucesivo, salvo que se
presente la situación excepcional del rebelde (esto en orden nacional).

Jurisprudencia

Acciones reales. Usucapión. Legitimación pasiva. Titular registral


En el proceso de usucapión, el trámite es de carácter contencioso.
El poseedor debe dirigir la acción contra quien figura inscripto en
los registros como titular del dominio, de acuerdo a las constancias del
Registro de la Propiedad.
(CApel.Civ.Com., Minas Paz y Trib., Mendoza, Mendoza, Cámara 3,
30/7/1991, “Hlavacka Federico Colman s/Prese - adq (Libro: S068
-485)”).1. En un juicio de usucapión se debe demandar a aquel en
cabeza de quien figura inscripto el dominio del bien, a cuyo fin es
prueba ineludible -y suficiente a la vez- el respectivo certificado registral
acreditante de la inscripción que dota de publicidad a la adquisición del
dominio de inmuebles.
(CApel.Civ.Com., Mar del Plata, Buenos Aires, Cámara 1 Sala 1,
Sent. 110065, 1/6/2000, “Mollar Alberto c/ Rosemberg León s/
Posesión veinteañal”).

2. El proceso contencioso de usucapión debe entenderse con


quién resulte titular del dominio o con aquellos que acrediten en forma
incuestionable ser legítimos sucesores del titular del bien (arts. 24 ley
14159 y 679 del Código Procesal; 3279 y conc. del Cód. Civil).
(CApel.Civ.Com., Quilmes, Buenos Aires, Sdlal,Sent.
3146,9/2/2000, “Albornoz Anastacio Benjamín c/ Noseda de Ventola
Amada s/ Usucapión ”).

3. El sujeto pasivo de la acción de usucapión conforme la ley


de fondo, es el titular de dominio y no el presunto poseedor, sea que
aquél figure como tal en las constancias del Catastro, Registro de la
Propiedad o cualquier otro registro oficial del lugar del inmueble, según
sea el órgano de inscripción dominial que para la propiedad inmueble se
haya dado cada provincia (art. Io del Dec. Ley 5756/58).
(CApel.Civ.Com., San Martín, Buenos Aires, Sala 2, Sent. 35138,
14/12/1993, “López, Domingo y ot. c/Costa de CA., Maríayots. s/
Usucapión”).

4. Si quien resulta demandado en el juicio de usucapión no es


titular registral del bien que se pretende usucapir, carece de la cualidad
necesaria para sostener la relación jurídica sustancial en que se
sustenta la pretensión accionada, con prescindencia de su fundabilidad.
(CApel.Civ.Com., Mar del Plata, Buenos Aires, Cámara 1 Sala 1,
Sent. 110065,1/6/2000, “Mollar Alberto c/ Rosemberg León s/Posesión
veinteañal").

5. La demanda que pretende la usucapión del inmueble debe


sustanciarse con quien resulte titular de dominio o quienes acrediten
ser sus sucesores (arts. 24 ley 14.159,3279 C.C.; 679 y 680 del C.P.C.)
y su objeto lo constituye el logro de una declaración judicial que
reconozca operada en favor del o de los accionantes la prescripción
respecto del bien en cuestión como uno de los modos que el Código
Civil estatuye para adquirir el dominio (arts. 2524,3999 y
concordantes).
(SCJ, La Plata, Buenos Aires, 8/10/1985, “Devicenzi, Zacarías E. c/
Propietario desconocido s/ Usucapión y reivindicación”).
(SCJ, La Plata, Buenos Aires, 14/5/1996, “Cabrera, Manuel
Edmundo c/ Carbone y Pensa, Nelly Asunción María y otra s/
Prescripción veinteañal ”

Usucapión. Legitimación activa

1. Quién sólo dice estar cuidando una cosa, reconoce que le


pertenece a otra aún en la posesión de ella revistiendo la condición de
mero detentador en nombre de otro, de manera que siendo ello así, no
puede luego sostener la “posesión ánimus domini” en cabeza suya, pues
para ello es necesario que se hubiese operado la interversión del título
(arts. 2351,2352,2353, específicamente, 2354, 2401, 2445, 2446,
2447, 2461, 2462 inc. 6, 2463 del C. Civil).
(CApel.Civ.Com., La Plata, Buenos Aires, Cámara 1 Sala 2, Sent.
213927, 6/4/1993, ‘‘Borches, Ugo Ariel c/ Parada, Eugenio y ot. s/
Acción posesoria de restitución”).

2. Si en el pleito seguido entre las mismas partes sobre


desalojo, se estableció que el aquí actor había reconocido el carácter de
propietario del ahora demandado como también la de comodante, al par
de la propia de comodatario del inmueble motivo de ambos juicios, es
lógico concluir que tales circunstancias le impiden alegar luego carácter
de poseedor, con aptitud para prescribir (arts. 919, 2255 y 4015, C.C.).
(CApel.Civ.Com., La Plata, Buenos Aires, Cámara 02 Sala 03,
14/11/1989, “Nuñez, Ramón c/ García, Ramón s/ Posesión
veinteañal”).
3. Si quedó establecido en otro proceso el carácter de
comodatario del actor, resulta imposible acceder a su pretensión en un j
uicio posterior, de que ha adquirido el dominio del inmueble por
prescripción; aceptar ello importaría tanto como sembrar la inseguridad
jurídica al par de acoger una conducta reprochable cuya única finalidad
es la de enervar los efectos de un pronunciamiento anterior, cuya
supuesta falta de firmeza no se ha ocupado en demostrar.
(CApel.Civ.Com., La Plata, Buenos Aires, Cámara 02 Sala 03,
14/11/1989, "Nuñez, Ramón c/ García, Ramón s/ Posesión
veinteañal”).

ACCIONES PRESCRIPTIBLES

a) Definición

Art. 3947 del Cód. Civil: Los derechos reales y personales se


adquieren o se pierden por la prescripción. La prescripción es un medio
de adquirir un derecho o de liberarse de una obligación por el transcurso
del tiempo.

b) Tipos

Existen dos tipos de prescripción de acuerdo al concepto


enunciado:

1) Adquisitiva.- También llamada usucapión, constituye un


medio para adquirir el dominio de una cosa mueble (art: 4016 bis del
Cód. Civil) o inmueble (art. 2524 inc. 7 y 2606) y demás derechos
reales (art. 4015 del Cód. Civil) siempre que una sentencia judicial
dictada en un proceso contencioso así lo establezca.
Art. 3948 del Cód. Civil: La prescripción para adquirir es un
derecho por el cual el poseedor de una cosa inmueble adquiere la
propiedad de ella por la continuación de la posesión durante el tiempo
fijado por la ley.

2) Liberatoria.- Constituye un medio para liberarse de una


obligación cuando transcurre cierto tiempo sin que el titular de un
derecho lo ejercite. La liberación no es automática por el sólo transcurso
del tiempo es necesario su cómputo mediante sentencia judicial de que
venció el plazo fijado en la ley, porque debe verificarse el tiempo útil, o
sea ponderando si medió suspensión o interrupción.
Art. 3949 del Cód. Civil: La prescripción liberatoria es una
excepción para repeler una acción por el sólo hecho que el que la
entabla, ha dejado durante un lapso de tiempo de intentarla o de
ejercer el derecho al cual ella se refiere.

c) Naturaleza jurídica

• La doctrina no es acorde en cuanto a la naturaleza jurídica:

- Es un medio de extinción de la obligación.


- Es un medio de extinción de la acción: es decir que lo que
se extingue es la acción emergente de un derecho creditorio y la
obligación pierde su coercibilidad aunque mantiene una eficacia
imperfecta por haberse tomado natural (art. 515 inc. 2 y 791 inc. 2)
• Puede hacerse valer por vía de acción: es necesario un
pronunciamiento judicial para tenerla por operada.
• Puede hacerse valer por vía de excepción: desde el punto
de vista procesal debe oponerse antes de vencer el plazo para contestar
la demanda o en la primera presentación en juicio que suele coincidir
con el término fijado para interponer las escepciones de previo y
especial pronunciamiento, (art. 3962, Cód. Civil).

d) Fundamento

Se considera que es una presunción juris et de jure de pago


entendiéndose que luego de un lapso prolongado desaparecen las
pruebas del pago efectuado y como una pena impuesta al acreedor
negligente

e) Elementos

• En ambas especies concurren dos elementos:


1) Objetivo: transcurso del tiempo.
2) Subjetivo: inacción del titular del derecho.

f) Sujetos

El derecho a prescribir corresponde a toda clase de personas, ya


sean físicas o jurídicas, incluidas las de carácter público, y del mismo
modo éstas son pasibles de perder sus derechos y acciones
patrimoniales en virtud de la prescripción cumplida.

g) Caracteres

• Defensa sustancial: La ley de fondo contiene disposiciones


de cómo ha de hacerse valer la prescripción en juicio, las que están
complementadas por las reglas procesales.

• Legal: La ley fija los plazos e impone los requisitos para


producir efecto.
• Orden publico: Es irrenunciable la prescripción futura pero
es renunciable la prescripción ya cumplida (art 3965)
No puede declararse de oficio: la prescripción sólo puede ser
invocada por parte interesada y el juez no puede declararla de oficio
(art. 3964).

h) Principio General: Prescriptibilidad-

En principio todas las acciones se extinguen por prescripción, pero


en algunos casos no se produce el efecto liberatorio por la naturaleza
particular de ciertas situaciones jurídicas que se enumeran en el código
civil, las cuales corresponden al ámbito de las relaciones familiares y
reales, (art. 4019)

i) Excepciones

• Art. 4019 incisos 1 a 6, Cód. Civil:

1) la acción de reivindicación de la propiedad de una cosa que


está fuera del comercio.

2) la acción relativa a la reclamación de estado ejercida por el


hijo mismo.

3) la acción de división mientras dura la indivisión de los


comuneros.
4) la acción negatoria que tenga por objeto una servidumbre
que no ha sido adquirida por prescripción.

5) la acción de separación de patrimonios mientras que los


muebles de la sucesión se encuentran en poder del heredero.

6) la acción del propietario de un fundo encerrado por las


propiedades vecinas, para pedir el paso por ellas a la vía pública.
• Art. 251 de la ley 23.264: El derecho de reclamar la filiación
o de impugnarla no se extingue por prescripción ni por renuncia
expresa o tácita, pero los derechos patrimoniales ya adquiridos están
sujetos a prescripción. La imprescriptibilidad de las acciones de
reclamación o de impugnación no obsta a que caducen

• Acto viciado de nulidad absoluta, ya que el mismo vulnera


el orden público y es de impugnación abierta pudiendo el juez declarar
de oficio la invalidez (art. 1047, Cód. Civil).

INICIO DE LA PRESCRIPCION

a) Principio general

La prescripción comienza su curso desde que queda expedita la


acción es decir que pueda ser ésta ejercida (actio non nata non
praescribuntur).
Dice el art. 3956 del Cód. Civil: La prescripción de las acciones
personales, lleven o no intereses, comienza a correr desde la fecha del
título de la obligación.
Se dice que el principio general es diferente al estipulado en este
artículo pues alude a las obligaciones que pueden ser exigidas desde su
mismo nacimiento (puras y simples) por no estar afectadas por
modalidad alguna. En cambio si el derecho estuviere subordinado al
cumplimiento de un plazo, la prescripción sólo comenzaría a correr
desde que el derecho pudiera ser ejercido. Ej. el plazo de la prescripción
de la acción civil de responsabilidad extracontractual comienza a correr
conforme lo ha decidido la jurisprudencia, desde que se produce el
hecho generador del daño, y el damnificado tiene conocimiento de él.
b) Suspensión de la prescripción

1) Introducción

Consiste en la paralización de su curso por causas contemporáneas


o sobrevinientes a su comienzo establecidas por la ley táxativamente.
Altera el curso del plazo de prescripción respecto del porvenir, pero
el tiempo es conservado, puesto en reserva, para unirlo al que siga una
vez cesada la causal suspensiva, o sea el curso se detiene por el lapso
en que se produzca dicha causal.

2) Casos tipificados

2.1) Interpelación.- El art. 3986 dice... la prescripción


liberatoria se suspende por una sola vez, por la constitución en mora
del deudor, efectuada en forma auténtica. Esta suspensión sólo tendrá
efecto durante un año o el menor término que pudiere corresponde a la
prescripción de la acción. Llambías sostiene que en lugar de
constitución en mora hubiere sido preferible hablar de intimación de
pago, y es una causal temporaria pues sólo tiene efecto durante un año
o el plazo menor que corresponda a la prescripción de la acción, y debe
ser realizada en forma auténtica es decir por carta documento,
telegrama colacionado, o acta notarial.

2.2) Querella criminal.- Respecto de la acción de


responsabilidad derivada de daños causados por actos ilícitos. El art.
3982 bis dice si la víctima de un acto ilícito hubiere deducido querella
criminal contra los responsables del hecho, su ejercicio suspende el
término de la prescripción de la acción civil, aunque en sede penal no
hubiere pedido el resarcimiento de los daños. Cesa la suspensión por
terminación del proceso penal o desestimiento de la querella. La víctima
de un delito puede en un proceso penal asistir a la indagatoria, ofrecer
prueba testimonial, tomar medidas cautelares y apelar cualquier
resolución favorable.

2.3) Matrimonio.- Respecto de las acciones que los cónyuges


pudieran intentar entre sí, aunque estén divorciados. El art. 3970 dice
que la prescripción es igualmente suspendida durante el matrimonio,
cuando la acción de uno de los cónyuges hubiere de recaer contra el
otro, sea por un recurso de garantía o sea porque lo expusiere a pleitos,
o satisfacer daños e intereses. (Según art. 35 de la ley 26.618/2010).

2.4) Tutela y cúratela.- Respecto a las acciones de tutores y


curadores que pudieran ejercer contra sus pupilos y éstos contra
aquéllos. El art. 3973 dice que la prescripción de las acciones de los
tutores y curadores contra los menores y las personas que están bajo
cúratela, como también las acciones de éstos contra los tutores y
curadores, no corren durante la tutela o cúratela.

2.5) Herencia con beneficio de inventario.- Respecto


del heredero beneficiario con referencia a sus créditos contra el acervo
hereditario. El art. 3972 dice que la prescripción no corre contra el
heredero que ha aceptado la herencia con beneficio de inventario,
respecto de sus créditos contra la sucesión.

Interrupción de la prescripción

1) Introducción

La interrupción de la prescripción incide sobre el plazo en curso


borrando el lapso corrido y permite que comience a computarse
nuevamente corno si nada hubiera sucedido, es decir aniquila el lapso
anterior de la prescripción transcurrida.
2) Modos interruptivos

Existen dos modos interruptivos:


• Interrupción civil (común de la prescripción adquisitiva y
liberatoria) que estriba en un acto de voluntad
• Interrupción natural (sólo para la adquisitiva) que consiste
en privar de la posesión por un año al poseedor prescribiente.

3) Actos interruptivos

3.1) Demanda.- La acción ejercida en juicio mediante


demanda, por quién está legitimado para intentarla y dirigida contra el
deudor y el poseedor con clara mención de su objeto, no es preciso
notificar el traslado correspondiente. La demanda es interruptiva aunque
se promueva ante juez incompetente (siempre que sea de la misma
jurisdicción) y aunque tuviere un defecto legal y sea pasible de nulidad.
El escrito pertinente debe revelar la clara voluntad de hacer valer el
derecho. De modo que se considera acto interruptivo otras actuaciones
judiciales, como el pedido de medidas precautorias, la solicitud de carta
de pobreza, la verificación de un crédito en el concurso, la apertura de
un juicio sucesorio, la petición de legítimo abono, una actuación de
contenido patrimonial en el proceso penal. En las acciones contra el
Estado, los trámites y recursos administrativos para agotar la instancia
administrativa tienen el mismo efecto, ya que sin ellos no puede
habilitarse la instancia judicial. En materia laboral las actuaciones
administrativas interrumpen. No opera efecto interruptivo la demanda
que es desistida, la que concluye con caducidad de la instancia y la que
es rechazada, (art. 3986 y 3987).

3.2) Reconocimiento de deuda.- Sea total o parcial el


reconocimiento de los derechos creditorios o de dominio y posesión.
Dice el art. 3989 que la prescripción es interrumpida por el
reconocimiento expreso o tácito que el deudor o el poseedor hace del
derecho de aquel contra quien prescribía.

3.3) Sometimiento a arbitraje.- Dice el art. 3988 que el


compromiso hecho en escritura pública sujetando la cuestión de la
posesión o propiedad ajuicio de árbitros, interrumpe la prescripción

PLAZOS DE PRESCRIPCION

a) Introducción

La norma de base (art. 4019 del Cód. Civil) establece que el plazo
ordinario de prescripción liberatoria de todas las acciones con contenido
patrimonial es de diez años, a cuyo plazo están sujetos todos los casos
que no tuviesen designado por la ley un término menor. Este es el
principio general enunciado con carácter amplio, ya que las situaciones
especiales son de interpretación estricta, de modo que si mediase duda,
siempre que no fuese una hipótesis de imprescriptibilidad (art. 4019) se
aplica el plazo ordinario (ej: es de 10 años el plazo para ejercer la
acción de simulación por el tercero afectado por el acto simulado).
Según la clasificación de las fuentes de las obligaciones la regla del art.
4023 rige para toda la materia contractual ya que para la
extracontractual se ha previsto un plazo menor de dos años, de ahí que
interese distinguir la causa del responder (una excepción es el daño
proveniente de accidente nuclear, cuya acción presen be a los diez años
- ley 17.048).
Jurisprudencia

Usucapión. Plazo. Legitimación activa


El legitimado activo bien puede no domiciliarse en el inmueble al
tiempo de promover la demanda, no ocuparlo por sí, o no ser el
poseedor actual del bien usucapido, ya que puede ocurrir que quien a
adquirido el bien por usucapión, esto es, quien tiene a su favor una
prescripción cumplida, sea desposeído -violenta o clandestinamente-
por un tercero con posterioridad del transcurso del plazo legal. En tanto
éste no posea, a su vez, por el tiempo necesario para prescribir, el
hecho no obstará al derecho de aquél de promover la acción.
(CApel.Civ.Com., Mar del Plata, Buenos Aires, Cámara 1 Sala 2,
Sent. 65933, 5/5/1988, “Ullua, Ricardo R. y otros c/ Capurro, Osvaldo
G.y otros sí Posesión veinteañal”).
(CApel.Civ.Com., Mar del Plata, Buenos Aires, Cámara l Sala 2,
Sent. 66231, 5/5/1988, “Guanciarrosa, Luis Alberto d Capurro, Osvaldo
G. y otros s/ Usucapión”).

Prescripción adquisitiva. Plazo. Acción reivindicatoria. Dominio:


Carácter

La prescripción adquisitiva puede hacerse valer frente a la


demanda de reivindicación, por vía de defensa o mediante
reconvención.
Al respecto se ha dicho que: frente a la acción de reivindicación del
titular del dominio de un inmueble, el demandado poseedor usucapiente
de plazo cumplido, puede oponer con éxito la defensa de prescripción
adquisitiva, ya que es éste uno de los modos de adquirir el dominio del
inmueble que se pretende reivindicar (arts. 2524, inc. 7; 4015 y 4016
del Código Civil), causando con ello la pérdida del dominio del pretenso
reivindicante, pues el dominio es exclusivo y no tolera que dos personas
puedan tener cada una en el todo el dominio de una cosa (arts. 2506,
2508 y 2510 "in fine" del Código Civil); lo que a su vez conlleva el
efecto de que el hasta entonces titular dominial vea extinguida su
legitimación activa respecto de la acción reivindicatoría con relación a tal
cosa (art. 2758 del Código Civil), no impone al demandado la carga o
condición de plantear la acción de usucapión por vía reconvencional,
pues ella no es una acción que conduzca a una sentencia constitutiva
del dominio adquirido por el usucapiente, sino meramente declarativa,
tendiente a comprobar judicialmente y en proceso contradictorio con el
titular de la registración dominial, especialmente, los extremos legales
pertinentes, a fin de obtener la correspondiente inscripción registral del
dominio así adquirido y su consecuente validez “erga omnes”, conforme
a los arts. 2505 del Código Civil; 24 y 25 de la ley 14.159, textos si Dec.
Ley 5756/58.
(CApel.Civ.Com.Min., San Juan, San Juan, Sala 3, Sent. 6718,
14/4/2004, “Rodríguez, Lucio c/ Mas de Plana, Marina y otros s/ Acción
Reivindicatoría - IICPO.”).

DIFERENCIA ENTRE LA PRESCRIPCION Y LA CADUCIDAD

a) Prescripción
• Afecta a la acción
En principio todas las acciones prescriben Los plazos ordinarios son
extensos Puede ser suspendida o interrumpida La obligación se
convierte en natural

b) Caducidad

• Afecta al derecho
Es aplicable sólo a situaciones especiales Los plazos son cortos No
puede suspenderse o interrumpirse No subsiste obligación alguna

PROCEDIMIENTO

a) Generalidades

Como se dijo la posesión debe ser pacífica, pública, ininterrumpida,


no importa tanto el origen, y no reconociendo en otro el derecho a
poseer. Esto es el “poseo porque poseo”.
No existe en este caso “justo título” o sea el título en virtud del
cual, alguien se cree con derecho. Aquí la prescripción adquisitiva opera
de mala fe, pero como dijimos en dicha página, se trata de la mala fe
admitida por el Código Civil, es decir, mala fe en la posesión significa,
no mas ni menos que eso y nada mas. No se trata de actos delictivos,
se trata de saberse sin derecho a poseer y sin embargo se posee. No se
trata del uso de la fuerza para mantenerse en la posesión, se trata de la
posesión pacífica y nada más que ello. El vicio de la posesión, o sea
aquel por el cual se ha entrado a poseer por la violencia, clandestinidad
o cualquier ilícito, se lo considera saneado en el curso de un año, si el
que tiene el derecho a poseer no recurre a la justicia para ejercitar las
acciones posesorias que le llevarían a encontrarse con la posesión y se
le hubiese reintegrado la misma. Este abandono del titular del derecho
de propiedad, aunado a la dinámica del poseedor, de manera
productiva, con o sin fines egoístas, pero productiva en definitiva, lo va
a convertir en dueño, si solicita se lo declare tal, a la justicia.
El Código Civil no tiene normas de procedimiento para la
adquisición del dominio por medio de la prescripción adquisitiva, son los
Códigos de Procedimientos de cada provincia los que reglamentan los
pasos procesales que conducen a la sentencia declarativa del derecho al
dominio o, como se guste, “propiedad”. No obstante ello, nada impedía
al codificador decidir un procedimiento determinado, puesto que, como
sostiene la jurisprudencia, el derecho que tienen las provincias de dictar
sus propios Códigos Procesales, no impiden que, a los efectos de
asegurar un correcto resultado en la aplicación de la ley sustancial,
deba seguirse un procedimiento establecido en las leyes de fondo.
Vale decir: que muchas veces nos vemos en la situación de tener
que admitir que no pueda reglamentarse por las provincias el
procedimiento a seguir, sencillamente por cuanto, un determinado
procedimiento, es el absolutamente necesario para que la ley se
cumpla.
Así sucede con la ley de quiebras, los procedimientos concursales y
los relativos a constitución de sociedades comerciales.
Por consiguiente, en este caso, mas allá de las leyes de
procedimientos de cada provincia y de la Capital Federal, o de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, el procedimiento uniforme debe respetarse
conforme a la ley 14.159 de Catastro Métrico Parcelario.

b) Demandante y demandado

Conforme se advierte de la norma de referencia, demandante


puede ser únicamente el poseedor, de buena o de mala fe y demandado
no el titular del derecho real, sino quien figure como titular en el
Registro de la Propiedad Inmueble y en la ley catastral, catastral
respectiva, debiendo sanearse con la demanda, la reciprocidad o
correspondencia entre lo que figura como titular de derecho en uno y
otro Registro, puesto que, se debe acompañar, como dice la ley, el
plano de mensura correspondiente, y ello obedece a que la Dirección de
Catastro, y los Catastros Provinciales, que tienen por objeto delimitar
claramente, la superficie de los terrenos, y sus titulares y a aquellos con
pretensos derechos a usucapir, para que presentando el plano de
mensura se conozca e individualice concretamente la superficie a
usucapir y contra quien debe dirigirse la acción usucapiente.
Lo señalado no obsta a lo marcado en negrillas: “d) En caso de
haber interés fiscal comprometido, el juicio se entenderá con el
representante legal de la Nación, de la provincia o de la municipalidad a
quien afecte la demanda”.
De este inciso, la justicia infiere que debe darse a conocer,
mediante vista, al representante del Ministerio Público, o sea al Estado.
Pacífica la jurisprudencia no lo es, por cuanto, si quien pretende
usucapir, ha presentado previamente un plano en el que consta
perfectamente, titular y superficie, linderos, etc, el Estado, supo antes
quien es la persona con la cual puede tener que debatir este tema. Sin
perjuicio de ello, el conocimiento debe darse de cualquier forma,
cuando no existe pago de impuestos.
Por ello se aconseja, en caso de deber impuestos, que pueden
estar alcanzados por el plazo de prescripción, acumular las acciones a
fin de que, no sólo se ventile en juicio el interés de quien pretende
usucapir, sino también, cuando se pretende la liberación de impuestos
que recaen sobre el inmueble. Es la doctrina, por lo menos de la
Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires. Incluso ha llegado a
decir dicho tribunal provincial: “La sentencia que declara la prescripción
liberatoria de la deuda de impuestos, suple los recibos y certificados
que exige la ley” (SCBA, 31/7/56, Jurisprudencia Argentina, 1956-III-
458).

c) El pago de los impuestos

Es tenido como especial medio de prueba, pero, como elemento


demostrativo de la posesión y su continuidad, el pago de impuestos de
una sola vez, o la entrada a un plan de pagos o moratoria, no es
demostrativo de la posesión por el curso del tiempo. Hay aquí un error
sustancial de parte de muchas personas.

d) Los testigos

Si bien la ley refiere a que no será admisible únicamente la prueba


testimonial, no es menos cierto que es admisible dicha prueba, en
comprobación con otras. Los ejemplos de posesión, que tiene el Código
Civil, como por ejemplo, la plantación, pueden involucrar 3 medios de
prueba: el señor X, plantó un árbol, el árbol está, que es materia de
pericia química, luego la pericia química demuestra la antigüedad, y
resulta ser que, dicha antigüedad, es de mas de 20 años, los testigos
dicen que vieron al señor X plantar el árbol, con lo cual tenemos 3
elementos de prueba: la plantación del árbol acreditada con testigos, y
la pericia que acredita su antigüedad: mas de 20 años. Han habido en
este sentido algunos fraudes en los tribunales, con declaraciones falsas
y árboles transplantados, pero eso, es harina de otro costal, la cuestión
es la posesión continuada, y ella puede demostrarse, por ejemplo,
mediante estos medios de prueba. La plantación es un ejemplo típico de
posesión.
• Así lo dispone el Código Civil al mencionar los actos posesorios
en varios artículos:
“Art. 2588 del Cód. Civil - Cuando de buena fe, se edificare,
sembrare o plantare, con semillas o materiales propios en terreno
ajeno, el dueño del terreno tendrá derecho para hacer suya la obra,
siembra o plantación, previas las indemnizaciones correspondientes al
edificante, sembrador o plantador de buena fe, sin que éste pueda
destruir lo que hubiese edificado, sembrado o plantado, no
consintiéndolo el dueño del terreno”, En el mismo sentido. Art. 2590 del
Cód. Civil: “Cuando haya habido mala fe, no sólo por parte del que
edifica, siembra o planta en terreno ajeno, sino también por parte del
dueño, se arreglarán los derechos de uno y otro según lo dispuesto
respecto al edificante de buena fe. Se entiende haber mala fe por parte
del dueño, siempre que el edificio, siembra o plantación, se hicieren a
vista y ciencia del mismo y sin oposición suya”.
• Mas específico sobre este tema es el art. 2384 del Cód. Civil:
“Son actos posesorios de cosas inmuebles: su cultura, percepción de
frutos, su deslinde, la construcción o reparación que en ellas se haga, y
en general, su ocupación, de cualquier modo que se tenga, bastando
hacerla en algunas de sus partes”.

e) Caso del propietario fallecido

Muchos creen que por haber fallecido el propietario, pueden


usucapir con mayor facilidad, pero no es así. El juicio de usucapión
veinteñal es contradictorio, o sea contencioso, debe seguirse contra los
herederos, y si ellos no han impulsado el proceso sucesorio, debe
hacerlo el interesado.

COMPETENCIA
a) Introducción
La fijan los Códigos Procesales de cada provincia, el de la Nación
sostiene: “Art. 5o - La competencia se determinará por la naturaleza de
las pretensiones deducidas en la demanda y no por las defensas
opuestas por el demandado. Con excepción de los casos de prórroga
expresa o tácita, cuando procediere, y sin perjuicio de las reglas
especiales contenidas en este Código y en otras leyes, será juez
competente: 1) Cuando se ejerciten acciones reales sobre bienes
inmuebles, el del lugar donde esté situada lo cosa litigiosa. Si éstas
fuesen varias, o una sola pero situada en diferentes jurisdicciones
judiciales, será el del lugar de cualquiera de ellas o de alguna de sus
partes, siempre que allí tenga su domicilio el demandado. No
concurriendo tal circunstancia, será el del lugar en que esté situada
cualquiera de ellas, a elección del actor.
La misma regla regirá respecto de las acciones posesorias,
interdictos, restricción y límites del dominio, medianería, declarativa de
la prescripción adquisitiva, mensura y deslinde y división de
condominio”.

b) Jurisprudencia
Usucapión. Competencia
1. Constituye un modo de adquirir la propiedad, generando
una acción de carácter real, tanto por su esencia como por su finalidad,
rigiéndose la competencia por lo dispuesto en el artículo 5, inc. I o, del
Código Procesal, por cuya razón no es atraída por el fuero sucesorio,
siendo por ello competente el juez del lugar en que está ubicado el
inmueble. Debe agregarse que la enumeración efectuada en el artículo
2757 del Código Civil, no agota las acciones reales instituidas por dicho
cuerpo legal.
(CApel.Civ.Com., San Martín, Buenos Aires, Sala 02, Sent. 37762,
23/5/] 995, “Rechister, Jaime Gerardo y ot. c/ Petracchi y Contaretti,
Enrique Carlos s/ Usucapión ”).

2. El art. 3284, inciso 4o, del Cód. Civil, sólo impone el fuero
de atracción respecto a las acciones personales que ejerzan los
acreedores del difunto, quedando regidas todas las que no tengan ese
carácter por las normas de competencia que le son propias. Ello hace
que en autos deba mantenerse la jurisdicción de la “a quo", por se la
juez del lugar en que está ubicado el inmueble a quien le ha sido
adjudicada la causa.
(CApel.Civ.Com., San Martín, Buenos Aires, Sala 02, Sent. 37762
del 23/5/1995, “Rechister, Jaime Gerardo y ot. c/ Petracchi y
Contaretti, Enrique Carlos s/ Usucapión”).Es competente la justicia
federal para conocer en la causa por el delito de usurpación (art. 181,
inc. 1 del Código Penal) de lotes pertenecientes al Estado Nacional, sin
que las manifestaciones del denunciante, en el sentido de que los
adquirió por prescripción adquisitiva puedan ser tenidas en cuenta a los
efectos de determinar la competencia, en la medida en que no existen
constancias que acrediten tal circunstancia.
(CSJN, Capital Federal, 12/11/1987, “Muñoz, Juan Carlos c/ Estado
Nacional s/ Usurpación de propiedad”).

Jurisdicción y competencia. Competencia por la materia

Corresponde que la causa quede sometida al juez de la quiebra, si


ante la demanda reivindicatoría de la fallida, el accionado reclama que
se declare la adquisición del dominio del bien objeto del juicio por
prescripción decenal.
(CSJN, Capital Federal, 23/4/1991, “Sasetru SA.CJ.F.1A.I.E. c/
Villarreal, Quintino y otra s/ reivindicación (medida cautelar) ”).

Competencia por el territorio

1. Tratándose de una acción por usucapión respecto de un


inmueble ubicado en la localidad de Saenz Peña, Partido de Tres de
Febrero, de la Provincia de Buenos Aires, por aplicación del art. 5, inc.
1, del Código Procesal es incompetente para intervenir la Justicia de
esta Capital.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala G, 17/9/1986, “González Juan
Enrique c/Moreno Leroux de Gómez sí Usucapión”).
2. Habida cuenta que la acción entablada en autos reviste
carácter exclusivamente patrimonial -declaración de prescripción
adquisitiva de un terreno en provincia de Bs. As. cuya propiedad
detenta el Estado Nacional- en el caso no procede la declaración de
incompetencia de oficio fundada en razón del territorio, de conformidad
con lo previsto en el art. 4 tercer parágrafo, del Código Procesal.
El Tribunal llamado a conocer en una causa cuya competencia
puede ser objeto de prórroga -expresa ó tácita-, es competente en
tanto no se rechace la prórroga en debida oportunidad y por tal razón,
hasta que no se conteste la demanda no se conoce si el accionado
aceptará o no la competencia territorial elegida -la cual quedará en el
primer caso expreso ó tácitamente prorrogada-, por lo que resulta
prematura la decisión del juez sobre tal punto.
(CNApel.Civ.Com.Fed., Capital Federal, Sala 1, 8/4/1988, “Castro,
Luis c/ Estado Nadonals/ Sumario”).

Competencia por conexidad

Si se inicia una demanda sobre prescripción adquisitiva en relación


a un inmueble respecto del cual se tramita un juicio de escrituración se
impone la radicación de las causas ante un mismo juzgado, a fin de
aventar el riesgo de pronunciamientos contradictorios.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala de Superintendencia (Tribunal
de Superintendencia), 26/11/1998, “Stringaro de Mazzeo, Gloria c/
Tarabusi, Rinaldo A. sí Prescripción adquisitiva - Competencia”).

Justicia de paz letrada

La Ley orgánica del Poder Judicial (n° 2990) en su art. 42 inc.a


dice: “Los jueces de Paz Letrado conocen:... (en los asuntos civiles y
comerciales) cuyo monto no exceda...”. De modo que la norma que
distribuye los asuntos entre los magistrados y los Jueces civiles no
atiende a un criterio cualitativo (el de la materia) sino exclusivamente
cuantitativo.
(STJ, Corrientes, Expte. n° 12125/96, 6/9/1996, “Mendez Mauricio
Segundo d Rita Casia Mendez y/o Quienes se consideren con derechos
s/ Usucapión”).

Competencia por materia

1. Las acciones tendientes a la adquisición del dominio


por la usucapión regulada por el Código Civil son ajenas a la materia
propia del fuero en lo contencioso administrativo y, por extensión, en
aquéllas cuyo objeto es el reconocimiento de una situación de hecho
vinculada con la posesión de un bien a título de dueño (arts. 2351 y
sigs. del Cód. Civil).
(SCBA, B 69468 I, 27/2/2008, "U., H. s/ Materia a categorizar -
conflicto de competencia art. 7, ley 12.008”).
2. Las acciones tendientes a la adquisición del dominio
por la usucapión regulada por el Código Civil son ajenas a la materia
propia del fuero en lo contencioso administrativo.
(SCBA, B 69121 I, 6/6/2007, “Alvarez, Carlos H. c/ Registro de la
Propiedad s/ Materia a categorizar. Conflicto de competencia art. 7° inc.
1, ley 12.008”).

Incidente de competencia

El fuero de atracción previsto en el art. 3284 del Cód. Civil no se


produce respecto de la demanda de usucapión, por la cual se trata de
hacer reconocer en juicio la existencia del derecho real de dominio.
(SCBA, AC 921531,11/8/2004, “Salvatierra, Emilia c/ Sucesores de
Natalio Mazzoni s/ Prescripción adquisitiva. Cuestión de comp. art. 6 o”).
(SCBA, Ac 99203 I, 27/12/2006, Armella, Juan Carlos y otra d
Chiesa, Santos Francisco y otra s/ Usucapión. Incidente de competencia
e/ Juzgado Civil y Comercial n ° 10 de San Martín y Juzgado de Paz de
Pilar").
(SCBA, Re 1138111,23/2/2011, “Cid, Julio c/ Cid, Eloy
s/Prescripción adquisitiva. Incidente de competencia”).

FUERO DE ATRACCION SUCESORIA

a) Introducción

Si la sucesión ha sido abierta, como se la asimila a una acción real,


y no personal contra el deudor, la misma sigue conforme a la pauta del
art. 5o mencionado y no es atraída por el juicio universal, como lo puede
ser, el concurso o la quiebra también.

b) Jurisprudencia

Juicio sucesorio. Fuero de atracción. Prescripción adquisitiva.


Competencia territorial

La acción declarativa de la prescripción adquisitiva se rige por las


mismas reglas que las establecidas para las acciones reales, que
disponen la competencia de los jueces del lugar de ubicación del
inmueble. En coasecuencia, al igual que éstas, se encuentra excluida del
fuero de atracción del juicio sucesorio. (Minoría u opinión personal)

(SC, Salta, Salta, Interloc. 16973, 7/3/1994, “Empresa de


Construcciones Giacomo Fazio SA.c/ Moreno, Rosa y otros s/
Competencia”).

Usucapión. Sucesores
Como por el hecho de la muerte, los herederos ocupan el lugar del
causante (art. 3417, C. Civil), resulta claro que revistiendo la calidad de
parte, la sentencia debió pronunciarse a su respecto, declarando que el
dominio era adquirido por dichos sucesores.
(CApel.Civ.Com., La Plata, Buenos Aires, Cámara 2, Sala
3,30/7/1991, “Colaianni, Pascual c/ Bollini, Francisco s/ Usucapión”).

Fuero de atracción. Competencia por conexidad. Sucesiones

1- Si bien el proceso sobre prescripción adquisitiva no es atraído


por el sucesorio, cuando la cuestión se refiere a jueces de una misma
jurisdicción, puede aquél radicarse ante el juez que entiende en la
sucesión, si median razones de conexidad que permitan aplicar la
excepción al tumo contemplada en el art. 47 del Reglamento para la
Justicia Nacional en lo Civil.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala de Superintendencia (Tribunal
de Superintendencia), 7/10/1999, “Muñoz, Justiniana R. c/ Tamborini y
Bignati, Roberto s/Prescripción Adquisitiva - Competencia”).

Prescripción adquisitiva. Herederos. Posesión hereditaria

1. Si el poseedor fallece antes de haber usucapido, sus


sucesores universales como continuadores de su persona, lo suceden en
la posesión, la que reciben con todas sus ventajas y sus vicios. Pero, si
deja varios herederos, todos ellos deben ejercitar la acción de
usucapión, pues cuando muchas personas son llamadas
simultáneamente a la sucesión, cada uno tiene los derechos de su autor
de una manera indivisible, no sólo en cuanto a la propiedad, sino
también en cuanto a la posesión.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala C, 28/9/2001, “Armendano.
Carlos Enrique c/ Anselmo, Bartolomé s/ Prescripción adquisitiva”).
2. 1) Si los sucesores tienen la posesión hereditaria de pleno
derecho (art. 3410 del Código Civil), pueden promover directamente el
juicio de usucapión sin iniciar con antelación la sucesión del poseedor.
Sólo deberán acreditar el deceso y el vínculo de parentesco con el
causante.
2) En el supuesto de que el heredero que pretende
usucapir inicie la acción por derecho propio y sea él quien haya
intervertido el título y comenzara a poseer en forma exclusiva, su
posesión deja de ser continuación de la causante y la prescripción tiene
lugar a los veinte años de iniciada la posesión exclusiva, no
computándose el tiempo anterior (art. 3460 del Cód. Civil). En cambio,
si inicia la acción como heredero del poseedor, aprovechando la
posesión iniciada por aquél se deberá integrar la demanda con los
demás sucesores universales.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala C, 28/9/2001, “Armendano.
Carlos Enrique c/ Anselmo, Bartolomé s/ Prescripdón adquisitiva”).

3. Tratándose de herederos que continúan la persona del


causante le suceden también en la posesión que sostenía, con o sin
título, y pueden invocar a su favor la prescripción adquisitiva, en caso
que ésta llegue a cumplirse; pero tratándose de sucesores singulares es
indispensable que entre esas posesiones que se quieren unir exista un
vínculo de derecho destinado a transmitir o ceder al sucesor los
derechos de posesión del autor de tal manera que si esta condición
faltase la accesión no podría invocarse y el último poseedor no podría
invocar para prescribir sino su propia posesión.
(CC0203, LP 105303, RSD-112-6 S, 4/7/2006, “Aquino, Horacio
Danielc!Pineda, Conrado (Sucesión vacante) s/Prescripción
adquisitiva”).
DEMANDA AL ESTADO

a) Introducción
El Estado puede ser demandado, pero respecto de los bienes del
dominio privado del Estado, desde que existen dos clases: los terrenos
de dominio público. Los bienes del dominio público son los destinados
por el Estado con el objeto de satisfacer necesidades públicas. No
podemos especificar cuáles necesidades, pero son servicios que presta
el Estado y para lo cual, utiliza un predio determinado. No
necesariamente los bienes del dominio público deben ser serv icios
onerosos o gratuitos, basta que tengan por objeto la satisfacción de una
necesidad general.
Pero no sucede lo mismo con los bienes del dominio privado del
Estado, estos bienes son usucapibles. La señal de que lo son la da el
art. 2342 del Cód. Civil, al decir: “Son bienes privados del Estado
general o de los Estados particulares: Io Todas las tierras que estando
situadas dentro de los límites territoriales de la República, carecen de
otro dueño; 2o. Las minas de oro, plata, cobre, piedras preciosas y
sustancias fósiles, no obstante el dominio de las corporaciones o
particulares sobre la superficie de la tierra; 3 o. Los bienes vacantes o
mostrencos, y los de las personas que mueren sin tener herederos,
según las disposiciones de este código; 4 o. Los muros, plazas de guerra,
puentes, ferrocarriles y toda construcción hecha por el Estado o por los
Estados, y todos los bienes adquiridos por el Estado o por los Estados
por cualquier título; 5o. Las embarcaciones que diesen en las costas de
los mares o ríos de la República, sus fragmentos y los objetos de su
cargamento, siendo de enemigos o de corsarios”.
Se entiende, por la apoyatura que la Constitución Nacional da a la
Iglesia Católica comprendidos sus bienes como de dominio público, por
ende, no son susceptibles de prescripción adquisitiva de usucapión.
Así, señala el art. 2345 del Cód. Civil: “Los templos y las cosas
sagradas y religiosas corresponden a las respectivas iglesias o
parroquias, y están sujetas a las disposiciones de los arts. 33 y 41. Esos
bienes pueden ser enajenados en conformidad a las disposiciones de la
Iglesia Católica respecto de ellos, y a las leyes que rigen el patronato
nacional.” Por su lado los arts. 33 y 41 señalan: 33 - Las personas
jurídicas pueden ser de carácter público o privado. Tienen carácter
público Io El Estado nacional, las provincias y los municipios; 2 o Las
entidades autárquicas; 3o La Iglesia Católica”. Art. 41 - . Respecto de los
terceros, los establecimientos o corporaciones con el carácter de
personas jurídicas, gozan en general de los mismos derechos que los
simples particulares para adquirir bienes, tomar y conservar la posesión
de ellos, constituir servidumbres reales, recibir usufructos de las
propiedades ajenas, herencias o legados, por testamentos, donaciones
por actos entre vivos, crear obligaciones e intentar en la medida de su
capacidad de derecho, acciones civiles o criminales.
De la misma manera que el Estado toma propiedad de las
herencias vacantes y, con el mismo criterio, están legitimados para ser
demandados por usucapión, pero no otro derecho real que no sea el de
dominio, porque es imposible en el caso el desmembramiento de
derechos por su distinto carácter (administrativo público y civil privado).
Los actos administrativos y las resoluciones de la Iglesia que
desafecten del dominio público, hacen que el bien sea susceptible de
adquisición dominial por usucapión.

Jurisprudencia

Salvando las prescripciones del art. 2342, inc. 3 del Código Civil la
participación estatal en los procesos sobre prescripción adquisitiva, sea
la misma, nacional, provincial o municipal, no puede caracterizarse
como parte en juicio.
(CNApel.Civ., Capital Federal, Sala B, 20/4/1988, “D'Alvia Hijos
Soc. Colectiva, c/ D'Alvia Hijos s/ Posesión Vecinal”).

REQUISITOS FORMALES DE LA DEMANDA

a) Introducción

Debe acompañarse la valuación fiscal que determina el monto de la


tasa de justicia, certificado expedido por el Registro de la Propiedad
Inmueble por el que consta el titular y la condición en la que se
encuentra el inmueble, y, finalmente, el plano de mensura, suscripto
por agrimensor y aprobado por la oficina técnica.

b) Jurisprudencia

1. Para promover la acción de usucapión, además de los requisitos


comunes a toda demanda, tanto la ley 14.159 como el Código Procesal
Civil y Comercial exigen que se acompañen dos documentos
específicos: el certificado que acredite la titularidad del dominio y el
plano de mensura.
(SCBA, Ac 65540 S, 1/12/1998, “Méndez Vareta de García Costa,
María Carmen y otros c¡ Barbosa Piñeiro, Catalina s/ Usucapión ”).
(SCBA, C 98183 S, 11/11/2009, “Alsua o Alsua y Grisetti, Celina
Juana y otros c/ Municipalidad de Laprida s/ Usucapión-Nulidad de título
”).
2. La demanda tendiente a adquirir el dominio de inmuebles
por usucapión, de conformidad a las leyes de fondo, debe acompañar un
plano firmado por profesional matriculado que determine el área,
linderos y ubicación del bien, el que será visado por el organismo
técnico administrativo, que corresponda (art. 679, inc. 3 Cód. Proc.).
Los recaudos previstos en el inc. 3 del art. 679 del Cód. Proc., en
concordancia con lo dispuesto en la ley 14.159, son de ineludible
cumplimiento según surge de la propia redacción de la norma.
(CC0201, LP 102896, RSD-109-4 S, 8/6/2004, “Caballero, Lucio
Baldovino c/ Fisco de la Provincia de Bs. As. s/ Prescripción ”).

3. La mera contestación de demanda, limitada a negar los


hechos y el derecho invocado por el poseedor usucapiente, sin intentar-,
por vía reconvencional, el ejercicio de las acciones dirigidas al positivo
reconocimiento del derecho, constituye una actitud pasiva que carece
tanto de la finalidad cuanto del carácter activo y espontáneo que
requiere la expresión “demanda” del art.3986 del C.C. -aún en la amplia
interpretación que se ha dado a ese concepto-, como manifestación de
voluntad positiva apta para interrumpir el curso de la prescripción. Es
que si no hay acción, falta la demanda misma.
(SCBA, Ac 39568 S, 28/2/1989, “Municipalidad de Tigre c/ Boades,
Hipólito s/Reivindicación”).

4. El requisito del acompañamiento “ab initio” del plano de


mensura hace a la precisa individualización del inmueble y, al no
acatarse aquél, la demanda instaurada debe repelerse, sin emitir
decisión expresa, posiüva y precisa sobre la pretensión de fondo
deducida en el litigio (art. 163, inc. 6o primer párr., CPCC).
(CC0101, LP 225619, RSD-334-96S, 24/10/1996, “Mendez Varela
de García Costa, María y otras c/ Barbosa Piñeiro, Catalina s/ Usucapión
”).
5. Las exigencias contenidas en los apartados 2 y 3 del art.
679 del C.P.C. son presupuestos insorteables de admisibilidad, cuya
omisión puede ser puntualizada por el juez, como director del proceso,
ordenando que se subsane la misma dentro del plazo que fije (art. 34
inc. 5, b) C.P.C.), e inclusive autoriza a repeler “in limine” la demanda
(art. 336 cód. cit.).
(CC0000 PE, C 4070, RSD-27-2 S, 22/3/2002, “Frías, Juan Carlos
c/ Fernández, José s/ Usucapión ").
(CCOOOO PE, C 5512, RSD-92-5 S, 14/6/2005, “Saayavedra,
Graciela c/ Cancino, José Luis y otra s/ Desalojo ”),
6. La ley exige del propietario en estos casos una clara
voluntad de ejercer su derecho, y si bien no es necesario que se
mencione expresamente que el acto tiene por fin interrumpir la
prescripción, la mera contestación de demanda, limitándose a negar los
hechos y el derecho invocados por el poseedor usucapiente, sin intentar
por vía reconvencional al ejercicio de las acciones dirigidas al positivo
reconocimiento del derecho, constituye una actitud pasiva que no puede
ser considerada “demanda”, aún en la amplia interpretación que se le ha
dado a este concepto. Es que, si no hay acción falta la demanda misma.
(CC0203, LP 102113, RSD-153-4 S, 8/6/2004, “Ruaben, Carlos y
otra c/ Galli Miguez, Adriana Claudia s/ Prescripción adquisitiva de
dominio”).

PRUEBA

a) Generalidades

En el proceso de usucapión la prueba adquiere una importancia


trascendental, ya que en ningún supuesto el actor queda liberado de la
carga de probar los hechos en que funda su pretensión, es él quien
tiene la carga de probar el animus domini.
Aun cuando puede entenderse que no hay hechos controvertidos,
porque el demandado se ha allanado a la demanda, o porque no la ha
contestado, siempre corresponde que el juez reciba la causa a prueba.
Esta etapa procesal es la inmediatamente posterior a la contestación de
la demanda o de la reconvención en su caso.
Normalmente será el actor el que solicite la apertura a prueba pero
puede ocurrir, si ha mediado reconvención, que sea el demandado y
reconviniente quien la solicite.
En el orden nacional la ley 24.573 ha introducido importantes
modificaciones que se proyectan a lo largo de toda la etapa probatoria.
El art. 360 del Cód. Procesal Civil y Comercial de la Nación
establece que el juez debe citar a las partes a una audiencia que se
celebrará con su presencia bajo pena de nulidad, en la que, deberá
invitarlas a una conciliación, fijará los hechos que considere conducentes
a la decisión del juicio sobre los que versará la prueba, declarará cuáles
de ellas son admisibles.

b) Ofrecimiento de prueba

Tratándose de una cuestión estrictamente procesal rigen los


códigos respectivos.
El plazo de prueba es fijado por el juez y no excederá de cuarenta
días (art. 367, CPCCN, y 365 del CPCC de la provincia). En este último,
no influye en cuanto al plazo la naturaleza sumaria del proceso, toda
vez que el art. 487 faculta al juez para acordar el plazo que estimare
necesario para la producción de la prueba, de modo que el mismo
podría ser inferior a cuarenta días, pero nunca superarlo.
La diferencia que existe entre ambos procedimientos está dada,
porque en la Capital Federal, siendo el juicio ordinario y existiendo
prueba a producirse fuera de la República, las partes pueden solicitar la
concesión de plazo extraordinario de prueba (art. 369, CPCCN). En
cambio en la provincia, siendo el proceso sumario, no procede el plazo
extraordinario (art. 493).
En cuanto al ofrecimiento de prueba, es fundamental la diferencia
entre uno y otro Código que se ha acentuado luego de la sanción de la
ley 24.573. Antes de la reforma introducida por esta ley en el Código de
la Nación, el plazo para ofrecer pruebas en el juicio ordinario era de diez
días que comenzaba a correr para ambas partes luego del quinto día de
notificadas personalmente o por cédula de la resolución que ordenaba la
apertura a prueba (art. 135, inc. 40), siempre que no se hubiere
formulado oposición (arts. 367 y 361). Si alguna de las partes se había
opuesto a la apertura a prueba, el plazo comenzaba a correr desde que
el juez resolvía la oposición.
La ley 24.573 mantiene el plazo de prueba máximo de cuarenta
días que debe fijar el juez, que ahora comienza a correr desde la fecha
de celebración de la audiencia prevista por el art. 360 (art. 367).
Celebrada la audiencia establecida por el art. 360 y tal vez
desestimadas algunas pruebas que el juez haya considerado
inadmisibles, se forman los cuadernos por separado para cada parte
(art. 380, CPCCN).
Entre las pruebas que pueden ofrecerse, se encuentran todas las
medidas admitidas excepto la documental puesto que de acuerdo a los
arts. 333 a 335, la misma debe acompañarse con la demanda,
reconvención y la contestación de ambas.
Si en la contestación de la demanda o de la reconvención se
alegaren hechos no invocados en una y otra, los actores y
reconvenientes podrán agregar prueba documental referente a esos
hechos dentro de los cinco días de notificada la providencia respectiva
(art. 334, CPCCN). En la provincia de Buenos Aires, dada la naturaleza
sumaria del juicio, no sólo la instrumental debe ser acompañada en las
oportunidades ya indicadas, sino que conforme al art. 484, segundo
párrafo, también debe ofrecerse todas las demás pruebas.

c) Hechos que deben probarse

Dada la naturaleza peculiar de este modo de adquisición de


dominio y aun cuando el dominio esté adquirido sin necesidad de
sentencia que lo declare, deben ser objeto de plena prueba todos los
hechos que han servido de base a la adquisición.
En este sentido, el juez debe ser muy estricto en la apreciación de
las pruebas atento a las razones de orden público interesadas. Es por
ello que la comprobación de los extremos exigidos por la ley debe
efectuarse de manera insospechable, clara y convincente, bajo
condiciones sustanciales de exactitud, precisión y claridad, de acuerdo a
lo establecido por la ley 14.159 y las modificaciones introducidas por el
decreto ley 5756/58.
Para probar la realización de los actos comprendidos en el art.
2351 y el constante ejercicio de la posesión, no basta con que se
acredite un relativo desinterés por el inmueble por parte de los
demandados, sino que es necesaria la cabal demostración de los actos
posesorios efectuados por quien pretende usucapir y que sean lo
suficientemente idóneos como para poner al propietario, en el trance de
hacer valer por la vía que corresponde, los derechos que le han sido
desconocidos.
• El actor debe probar:

a) Que ha poseído el inmueble usucapido con ánimo de dueño.


b) Que la posesión ha sido pública, pacífica, continua e
ininterrumpida.
c) Que la posesión, con todos esos caracteres, ha durado el
tiempo exigido por la ley.

De modo que quien pretende usucapir debe no sólo acreditar en


forma definida y plena que ha poseído realmente, de manera quieta,
pacífica, pública e ininterrumpida con verdadera intención de someter la
cosa al ejercicio de su derecho de propiedad, sino también sobre qué
bien efectivamente la habría ejercido.

Jurisprudencia

1. Siendo que el dominio es exclusivo (art. 2508 del C.C) no


podrían subsistir el dominio del reivindicante y del reivindicado sobre el
mismo inmueble. Por eso, para declarar que los accionados han
adquirido el dominio por prescripción, la ley impone la exigencia de
aportar prueba compuesta. La prueba compuesta es la coordinación de
elementos correspondientes a diferente naturaleza probatoria, y deja
como saldo sistematizador una creditación.
(CC0001, LZ 64420, RSD-167-8 S, 20/5/2008, “Alberti Antonio
Salvador c/ Martínez Mónica Noemís/ Reivindicación”).

2. La prueba de la posesión recae sobre el actor, al que le


resultan aplicables las reglas generales del onus probandi, en tanto la
usucapión supone el apoderamiento de la cosa con ánimo de dueño; y
mientras no se demuestre de algún modo que el bien es tenido animus
rem sibi habendi los jueces deben considerar a quien lo ocupa como
mero detentador, pues si así no fuera, todos los ocupantes y aún los
tenedores a título precario, estarían en situación jurídica idéntica a la de
los verdaderos poseedores (arts. 2352, 2373 y 2384, Cód. Civ).
(SCBA, C 98183 S, 11/11/2009, “Alsua o Alsua y Grisetti, Celina
Juana y otros c/ Municipalidad de Lapñda s! Usucapión-Nulidad de título
”).

3. Para obtener el dominio de un inmueble por prescripción


adquisitiva, el accionante que carece de justo título necesita demostrar
la posesión pública, pacífica, continua e ininterrumpida del bien durante
el lapso de veinte años, mediante el aporte coordinado de medios
convictivos de distinta naturaleza que conforman la denominada prueba
compuesta. Las declaraciones testimoniales son relevantes cuando los
testigos dan cuenta del conocimiento personal de actos posesorios
realizados por el accionante. Sin embargo, la ley- exige que la
testimonial no sea la única prueba aportada, sino que la misma debe
ser complementada con otro tipo de elementos.
(CCOOOO, JU 43712, RSD-7-51 S, 2/2/2010, “Perchante, Ornar
Nicolás c/ Forte, Francisco Eleuterio s/ Prescripción adquisitiva vicenal/
usucapión”).

4. En los juicios de usucapión debe probarse la posesión


animus domini “actual”, también la “anterior” y especialmente la que se
tuviera en el “inicio de la ocupación”, como único medio de demostrar el
cumplimiento del plazo legal.
(CC0203, LP 110519, RSD-43-10 S, 22/4/2010, “F., R. A. d P„ J. y
otros s/Posesion Veinteañal”).

5. La prueba testimonial es insuficiente por sí sola para acoger


la demanda de usucapión, por lo que es preciso confrontar o ratificar los
dichos de los testigos con otras pruebas que reflejen esos mismos
hechos, es decir que acrediten sus referencias. Y aun cuando ello no
implica exigir una prueba corroborante de la testifical para cada uno de
los actos posesorios invocados y durante cada momento del lapso
prescriptivo, sí es necesario que exterioricen la existencia de la posesión
o de algunos de sus elementos durante una buena parte del mismo,
para que, tratando de reconstruir la verdad que se busca con esos
rastros, pueda afirmarse la existencia de la posesión Veinteañal.
(CC0203, LP 112039, RSD-36-10 S, 13/4/2010, “V. C., M. T. T. d
B. , A. s/ Usucapión”).

6. Y en cuanto a la continuidad y publicidad de la posesión son


pruebas cabales de ellas la reparación del techo, colocando membrana
como se ilustra en las fotografías de fs. reconocidas por el testigo
Reguera a fs... quien también aseverara haber hecho distintos trabajos
de pintura y albañilería en el lugar; otros arreglos en la vivienda según
presupuesto de fs. , reconocido por el testigo Hoffer a fs., siendo quien
instalara las cloacas en ella; contratos de locación obrantes a fs...,
firmados por el actor como locador reconocido por la testigo Quiroga a
fs.. celebrados en los años 2002 y 2006.
(CC0001, AZ 54442, RSD-56-10 S, 14/9/2010, “Gregorini Mario
Alejandro c/ Gioia Blas s/ Usucapión ”).

7. El tema de la prueba es uno de los de mayor importancia en


el proceso de usucapión, tanto como lo es, en toda la vida del derecho.
En este sentido, se ha dicho con acierto que constituye la zona
neurálgica del proceso y la exactitud de la afirmación adquiere
evidencia en el caso de la prescripción adquisitiva ya que el problema
de la usucapión resulta ser, en último término, un problema de prueba.
(CApel.Civ.Com., Santiago del Estero, Santiago del Estero, Cámara
2, Sent. 10834, 20/6/2000, "Andrada, Donato Eustaquio c/ de Pablo
Felipe y/u otros s/ Prescripción adquisitiva”).
8. En los procesos por usucapión la prueba debe reunir
condiciones sustanciales de exactitud, precisión y claridad.
(CApel.Civ.Com., Santiago del Estero, Santiago del Estero, Cámara
2, Sent. 10941 del 26/2/2001, “Farias, Elena Carolina c/ Bonacina Ltda.
S.A.CJ.F. s/Prescripción adquisitiva”).

9. En materia de usucapión las pruebas aportadas deben


verificarse con visión de conjunto, en una ponderación global,
rehuyendo del método analítico que suele dar resultados disvaliosos al
desvirtuar el verdadero mérito de la prueba acopiada en el proceso por
la vía de una visión parcializada, máxime frente a la exigencia del art.
24 inc. 2 de la ley 14.159, sin perder de vista el valor y trascendencia
que haya de otorgarse a cada medio probatorio en particular. Además,
la prueba de la posesión en los procesos de prescripción adquisitiva
debe ser plena e indubitable, pero ello no importa modificar las reglas
de producción y apreciación de las pruebas.
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, La Plata, Buenos Aires,
Cámara 2, Sala 3, Sent. 107740,10/4/2007, “Hernández, Martín Gabriel
c/ Cantini, Guillermo María s/ Prescripción adquisitiva
bicenal/usucapión”).

10. No en todo el lapso de posesión que se meritúe a los fines


de la adquisición del dominio han de calificarse los extremos de la
llamada “prueba compuesta”, siendo bastante para ello que se
considere un tiempo razonable con esa virtualidad que genere la íntima
convicción de la existencia de una posesión adquisitiva.
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, La Plata, Buenos Aires,
Cámara 2 Sala 3, Sent. 107740,10/4/2007, “Hernández, Martín Gabriel
c/ Cantini, Guillermo María s/ Prescripción adquisitiva
bicenal/usucapión").
11. En el juicio de usucapión, el acompañamiento de la ficha de
transferencia, además de ser un requisito esencial para dar curso al
proceso, es una prueba de posesión, donde no sólo se demuestra el
ánimo posesorio, sino que queda reflejado el corpus ante la perfecta
delimitación del inmueble por un profesional agrimensor y su posterior
inscripción en la Dirección de Catastro de la Provincia, lo cual es
también prueba del tiempo transcurrido.
(CApel.Civ.Com., Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Sala 2,
Sent. 1952,1217/2002, “Forclaz, Oscar Alfredo y Otra s/ Usucapión”).

12. El tema de la prueba es, sin duda uno de los de mayor


importancia en el proceso de usucapión (sea que se oponga como
defensa o acción) tanto como lo es en toda la vida del derecho.
(CApel.Civ.Com., Santiago del Estero, Santiago del Estero, Cámara
2, Sent. 11058, 9/4/2001, “Lindow Rodolfo c/ Silvetti, Jorge Luis y/u
otro s/ Reivindicación”).
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, Santiago del Estero, Santiago
del Estero, Cámara 2, Sent. 11590 del 29/4/2003; "Sabán Lucía
Argentina c/ Navarrete Alberto y/u otros s/ Reivindicación ”).

13. De la mensura surge quiénes eran los titulares registrables


de los inmuebles motivo de la litis. En salvaguarda del debido proceso,
para evitar nulidades, estimamos conveniente ejercer las facultades del
art. 33 inc. 2) y ordenar se publiquen edictos, citando a los titulares
regístrales, según plano de mensura para lo que bajará el expediente al
juzgado de origen y oportunamente volverá por lo dispuesto en el art.
329 del CPCCER.
(CApel.Civ.Com., Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Sala 2,
19/6/2001, “Bauer, Silvio Ornar s/ Usucapión”).
14. En el juicio de usucapión, ninguna de la pruebas
bastaría individualmente para acreditar el cúmulo de hechos, actos y
circunstancias conexas que constituyen el presupuesto de la adquisición
de dominio por usucapión; de allí que deba ocurrirse a la denominada
prueba compuesta o compleja, resultado de la combinación de pruebas
simples imperfectas, es decir que aisladamente no hacen prueba por sí
mismas, pero consideradas en su conjunto llevan al juzgador a un pleno
convencimiento.
(CApel.Civ.Com., Santiago del Estero, Santiago del Estero, Cámara
2, Sent. 10914, 21/11/2000, “Coronel, Reñí Orlando c/ Gimenez, María
de La Cruz y/o Sucesores s/ Prescripción veinteañal”).
15. Son requisitos esenciales de la prescripción adquisitiva la
posesión continuada y pacífica por el término de prescripción
adquisitiva, y, la existencia de un elemento subjetivo que consiste en el
ánimo de poseer como dueño lo que pretende adquirir por usucapión: A
los efectos de probar la causa adquirendi del dominio, debe demostrar
el cuerpo posesorio y la intención de tener la cosa para sí (posesio in
rem sibi habendi). Ello requiere elementos probatorios que acrediten
fehacientemente el animus de poseer.
(CApel.Civ.Com.Min., San Juan, San Juan, Sala 3, Sent. 6718,
14/4/2004, “Rodríguez, Lucio c/ Mas de Plana, Marina y otros s/ Acción
Reivindicatoría - II CP O").

16. Cuando se materializa una escritura pública donde se ceden


acciones y derechos posesorios que se sostienen se detentan desde
antes del acto escriturario, lo único respecto de lo que da fe el notario
es del acto que se concreta en su presencia, de la voluntad de ceder por
el cedente y aceptación del cesionario, como asimismo de las demás
condiciones dadas en el momento de concreción del instrumento
pertinente, mas en momento alguno tal documento puede constituir
elemento de prueba idóneo de la existencia de una posesión pública,
pacífica e ininterrumpida con ánimo de dueño por parte del cedente con
antelación a la celebración del mismo (arts. 994, 995 del C. Civil), de
allí que si el cesionario pretende luego sostener la materialización de
una acumulación de posesiones, debe demostrar la realización por parte
del cedente de todos aquellos actos posesorios que durante el tiempo
que se aduce, se han efectuado con las características legales como
para adquirir el dominio por modo.
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, Im Plata, Buenos Aires,
Cámara 1 Sala 2, Sent. 236541, 10/5/2001, “Ninni, Delia Haydee c/
Avellaneda, Francisco s/ Desalojo”).

17. El carácter contencioso del juicio de usucapión supone la


carga de la prueba de los hechos constitutivos del derecho alegado, que
se logra cuando las pruebas arrimadas conforman lo que se denomina
“prueba compuesta”. La prueba compuesta es la coordinación de
elementos correspondientes a diferente naturaleza probatoria y deja
como saldo sistematizador una acreditación. En la materia que nos
ocupa -usucapión- y tal como vengo sosteniendo, la prueba debe ser
definida y plena respecto a la posesión quieta, pacífica, pública e
ininterrumpida con verdadera intención de someterla al derecho de
propiedad.
(CCiv.Com.Lab.Min., Comodoro Rivadavia, Chubut, Sala A,
21/2/2006, “A., H. c! M., E. R. y otra s/ Juicio Ordinario”).

18. La usucapión, como modo excepcional de adquirir el


dominio, requiere de una prueba plena e indubitable, que demuestre
que se ha detentado el bien en forma quieta, pacífica e ininterrumpida,
con ánimo de someterlo al ejercicio de un derecho de propiedad; es el
actor quien debe probar el inicio de la posesión, y el transcurso del
tiempo legalmente exigido, siendo insuficiente, a tal fin, la sola prueba
testimonial.
Se requiere que la prueba testimonial no sea la única aportada por
el actor, vale decir, que esa prueba se halle corroborada o integrada por
evidencias de otro tipo que formen con ella una prueba compuesta y si
bien, no es forzoso que dichas evidencias versen sobre actos cumplidos
a lo largo de los veinte años de prescripción sino que basta que
exterioricen la existencia de la posesión o de alguno de sus elementos
durante buena parte de ese período.
(CApel.Civ.Com.Min., San Juan, Sala 2, Sent. 18685, 15/5/2006,
“Funes, Félix Ramón s/ Posesión Veinteañal-Sumario ”).

19. El allanamiento resulta aplicable a los procesos por


usucapión, salvo que estuviere comprometido el orden público y por lo
tanto, nada obsta a que el demandado se allane a la demanda, siempre
y cuando actúe por sí o por medio de representante legal o
convencional. Aún así, el juez debe abrir el juicio a prueba, pues en
materia de derechos reales está comprometido el orden público.
(CApel.Civ.Com., Minas Pazy Tributario, Mendoza, Mendoza
Cámara Cámara Civil Primera, 20/9/2006, “Lucero de Martínez, Blanca
(Expte. n° 38313) s/ Prescripción adquisitiva").

20. Los extremos requeridos para viabilizar la acción de


usucapión están constituidos por la existencia de una prueba plena y
concluyente de la existencia del corpus, entendido como el ejercicio del
poder de hecho, de señorío sobre una cosa; del animus, es decir, de la
intención de mantener la cosa para sí y del mantenimiento de ambos
requisitos durante el plazo requerido por ley, en forma pública y
pacífica.
(CC0001, LZ 61653, RSD-154-6 S, 20/6/2006, "Tonani, Atilio
Jorge c/ Capria, Pedro s/ Usucapión”).
21. La ley no descalifica la consideración de la prueba
testimonial, que, sin duda, constituye un rico aporte de datos sobre la
utilización, actos posesorios ejercidos sobre el bien, y la antigüedad de
los mismos. Mas, según exigen las normas de la materia, los elementos
de juicio que de aquélla se pudieren extraer, deben ser corroborados
por evidencias de otra naturaleza. La finalidad pretendida con la
exigencia de la prueba complementaria, es la de corroborar o integrar
aquélla, de manera tal que no queden dudas sobre las circunstancias
narradas por los deponentes, pues debe pensarse que en tan largo
período de ocupación deben haber quedado otras evidencias acerca de
la utilización que se ha dado al inmueble.
(CC0202, LP 93813, RSD-170-2 S, 4/7/2002, “Acosta, Pascual
Ramón cl Marti, José Jorge y Gruart, Rosendo Delfín s/ Usucapión”).

22. Al margen de que el “corpus posesorio” haga o no presumir


el “animus domini ” hay actos emanados de quien pretende la
usucapión que de por sí son demostrativos de su intención de
comportarse como dueño y una forma de probar esa intención o
comportamiento lo constituye el pago más o menos regular de los
impuestos o tasas que afectan el inmueble en cuestión. Si a esa
actividad, que supone desde todo punto de vista algo mucho menos
riesgoso que la de efectuar mejoras o construcciones sobre terreno
ajeno se le atribuye el carácter de un medio de acreditar el “animus”, es
contrario a la lógica desconocer la eficacia probatoria de estos otros
actos respecto de la intención de poseer para sí.
(SCBA, Ac 38447 S, 26/4/1988, “Dolagaray de Dalponte, Manuela
y otros c/ Trejo, Broglio s/Reivindicación”).
(SCBA,Ac 73150 S, 21/11/2001, “Caporaletti, Gladys y otro c/
Faisal, Rodolfo s/Desalojo”).
(SCBA, AC 81003 S, 23/4/2003, “Demucho, Miguel Angel d Acuña,
Calixto y otro s/ Desalojo ”).
(SCBA, C 98183 S, 11/11/2009, “Alsua o Alsua y Grisetti, Celina
Juana y otros c/ Municipalidad de Laprida s/ Usucapión-Nulidad de título
”).

23. La ley no requiere que se cubra con el pago de impuestos y


tasas todo el lapso prescriptivo en aras de acreditar la procedencia de la
usucapión planteada, en tanto la exigencia de que se acompañen
recibos de estos tributos tiene por fin mostrar el “animus domini ” de la
posesión, y el que posee no comienza a abonarlos desde que ocupa el
predio, sino luego de un tiempo más o menos prolongado en el que
corrobora que no va a ser perturbado en su posesión.
(CC0002, SM52231, RSD-184-3 S, 5/6/2003, '‘Comba, Eneo y otra
c/ Auterial de Motos, Ramona María s/ Posesión veintecmal").

24. El tránsito por los carriles de este especial modo de adquirir


el dominio, tendiente a la acreditación de los recaudos legales (arts.
679,681 del C.P.C. y 24 de la ley 14.159), deviene imperativo para el
pretenso poseedor, ya que ni el allanamiento expreso del propio titular
alcanzaría para eximirlo de tal carga. El juicio de usucapión posee
particulares características. En él no cabe el allanamiento con efectos
conclusivos del proceso (art. 307,2do. párrafo del Cód. cit.), ya que en
los intereses socio-económicos enjuego, se encuentra comprometido el
orden público. En tal sentido, por tratarse, como dije, de una peculiar
forma de adquisición del dominio, debe acreditarse en forma
insoslayable el cumplimiento de los requisitos que la ley impone para
ello, lo que excluye el acuerdo de partes.
(CC0202, LP 100657, RSD-245-3 S, 9/10/2003, “Agrofarm SA. c/
Instituto agrario de la Provincia de Buenos Aires y otros s/ Prescripción
adquisitiva”).

25. Para la adquisición del dominio por usucapión es menester y


esencial que se justifique, la existencia del “corpus” y del “animus
domini”. Con relación a las constancias referidas, a estar al art. 2384
del C.C., son actos posesorios del inmueble, ente otros, su cultivo,
percepción de frutos, su deslinde, la construcción o reparación que en
ella se haga y en general su ocupación de cualquier modo que tenga.
Por ello la carga de la prueba tendrá que ceñirla el poseyente actor a
probar tales actos posesorios continuos, de treinta años -hoy veinte-,
demostrativos de que en forma pública y continuada ha observado
ostensiblemente un comportamiento activo (jurídica y económicamente)
respecto del bien.
(CCOOOO, DO 80345, RSD-142-4 S, 20/4/2004, “López, Oscar
Bernardo c/Rivas, Norberto s/ Adquisición de Dominio”).
(CCOOOO, DO 84606, RSD-249-6 S, 29/8/2006, “Roldán, Blas
Fabio c/ Ballester, Vicente s/ Usucapión ”).

26. La ley no descalifica la consideración de la prueba


testimonial, que, como ninguna, constituye un rico aporte de datos
sobre la utilización, actos posesorios ejercidos sobre el bien, y la
antigüedad de los mismos. La finalidad pretendida con la exigencia de la
prueba complementaria, es la de corroborar o integrar aquella, de
manera que no queden dudas sobre las circunstancias narradas por los
deponentes. Es a través del análisis de conjunto del diverso material
traído al proceso, algunos como pruebas directas, o como indicios
corroborantes otros, que el juzgador extrae el grado de certeza moral
necesario para expedirse. Por el modo en que esos diversos elementos
se interfieren y complementan, adquieren, a veces, relevancia algunos
de ellos, que tal vez considerados aisladamente no habrían alcanzado
para formar convicción.
(CC0202, LP106028, RSD-81-6 S, 11/5/2006, “Gómez, Lidia
Gladys c/Rossi, Eugenio s/ Usucapión”).

27. El art. 24, inc. b de la ley 14159, texto según decreto-ley


5756/58; art. 679 del Cód. Procesal establece para el progreso de la
acción por usucapión, que además del requisito de presentar
certificación que deberán expedir el Catastro, Registro de la Propiedad o
cualquier otro registro oficial, el accionante acompañará con la demanda
el plano de mensura subscripto por profesional autorizado y aprobado
por la oficina técnica respectiva, si la hubiere en la jurisdicción. Con este
requisito se trata de que se suministren los más precisos datos sobre
ubicación, medidas y linderos del inmueble que será objeto del pleito,
facilitando así la labor del juez en el momento de dictar sentencia.
(CCOOOl, LZ 61185, RSD-33-6 S, 16/3/2006, “Moyano, Anastasia
Nélida c/ Pena de Gómez, María Dolores s/ Usucapión”).

28. En el proceso de usucapión, los extremos acreditatorios


deben concurrir a demostrar -en forma palmaria y convincente- que se
han ejercido actos posesorios con ánimo de dueño, eficaces, con
precisas referencias a la época y naturaleza de los mismos, siendo
insuficientes los actos posesorios que son el ejercicio de simples
facultades o que son actos de simple tolerancia.
Si bien en el juicio de usucapión se admite toda clase de pruebas,
la testimonial es generalmente la de mayor incidencia, aunque el fallo
no podrá basarse exclusivamente en la misma. Será especialmente
considerado el pago, por parte del poseedor, de impuestos, tasas y
contribuciones, aunque los recibos no figuren a nombre de quien invoca
la posesión, pero dicho pago tiene un valor complementario que hace a
la verosimilitud del derecho invocado, e inclusive la falta de tal
circunstancia no empece a la viabilidad de la acción.
No es necesario que las evidencias presentadas en el juicio de
usucapión abarquen todo el plazo de prescripción adquisitiva, pues
basta que exterioricen la existencia de la posesión durante una buena
parte del lapso, al igual que en materia del pago de impuestos.
Cabe hacer lugar a la acción de usucapión intentada, pues de los
medios de prueba obrantes en autos resulta fehacientemente
demostrada la existencia sobre el inmueble que se intenta usucapir de
una posesión exclusiva, pública y pacífica (corpus posesorio) mantenida
con animtís rem sibi habendi por más de viente años. Ello es así, ya que
la prueba testimonial rendida, de la cual surgen datos concretos que
permiten establecer la efectiva ocupación del bien por los actores, se
encuentra corroborada por la prueba documental, consistente en los
recibos de pago de impuestos, tasas y servicios, cuyo pago temporáneo
y regular favorece a los demandantes en su pretensión.
(CC0001, LZ 61653, RSD-154-6 S, 20/6/2006, “Tonani, Atilio
Jorge c/ Capria, Pedro s/ Usucapión”)

MEDIOS DE PRUEBA

La ley 14.159 en su art. 24 establecía que en el proceso de


usucapión se admitía toda clase de prueba, pero consagraba una
importante limitación: el fallo no podía basarse exclusivamente en la
prueba testimonial (inc. b). El decr.-ley 5756/58 ahora en el inc. e) del
art. 24, reitera los mismos términos.
En consecuencia, las partes podrán ofrecer todas las medidas
probatorias aceptadas por la ley, también pueden solicitar al juez que
éste disponga la procedencia de medios probatorios no previstos,
siempre que no se afecte la moral, la libertad personal de los litigantes
o terceros, o no esté expresamente prohibido para el caso (art. 378,
CPCCN y art.376, CPCC de la prov.).

a) Documental

• En el transcurso de veinte años es factible que se hayan


acumulado múltiples documentos que pueden servir como elementos
corroborantes para tener por acreditada la posesión.
El actor podría haber adjuntar: comprobantes de gastos efectuados
en el inmueble, tales como contratos, presupuestos, facturas, remitos,
recibos que demuestren la ejecución de obras, como la edificación de
una casa, la ampliación de una construcción ya existente, las
reparaciones en general, el cambio de cañerías, artefactos sanitarios,
puertas, ventanas, la pintura, la instalación de la red de gas o
electricidad, el alambrado o cercado, la construcción de galpones u
otras obras complementarias, el sembrado, la cosecha, la plantación de
árboles, su poda, la construcción de un pozo o tanque de agua,
etcétera.
• La inexistencia de comprobantes que acrediten la
realización de tales actos no constituye óbice para que se demuestren
por otros medios de prueba, ya que no constituye obstáculo legal para
la procedencia de la acción la falta de documentos que acrediten la
inversión, efectuada en la compra de materiales como ladrillos,
alambre, plantas, etcétera, pues generalmente no se acostumbra
guardar por muchos años recibos de adquisición de esa naturaleza ni
pudo entrar en la mente de los interesados su conservación para
preconstituir prueba legal al respecto, frente a una posesión cumplida
con anterioridad a la vigencia de la ley 14.159. Pero tratándose de
instrumentos privados, éstos deberán ser reconocidos por aquellos de
quienes emanaron.

• Otros supuestos de prueba documental pueden ser los


siguientes:
a) Contratos celebrados con terceros: por ejemplo la locación
o arrendamiento de todo o parte del inmueble, convenios de
desocupación, la cesión en comodato, para provisión de la red cloacal,
de gas, para pavimento, etcétera.
b) Planos de obras hechas en el inmueble, aunque no tengan
la aprobación por la autoridad administrativa, de mensura, de deslinde,
etcétera.
c) comprobante de pago de energía eléctrica, gas y teléfono,
solicitud de instalación de medidor o de servicio telefónico.
d) Partidas del Registro Civil donde aparezca denunciado como
domicilio del usucapiente el del correspondiente inmueble poseído.
e) Planillas de revalúo o constancias de empadronamiento del
inmueble.
f) Expedientes judiciales: por ejemplo un juicio de desalojo
contra su locatario; la homologación de un convenio de desocupación;
una acción declarativa de prescripción, rechazada por no haberse
cumplido el término de posesión; una ejecución fiscal, etcétera.

b) Impuestos

La ley 14.159 establecía al respecto: “La demanda deberá


acompañarse de certificados emitidos por las oficinas recaudadoras, de
los que resulten que el actor o quienes le han transmitido el derecho,
abonaron a su respectivo nombre el impuesto por todo el lapso de la
posesión”. Los inconvenientes prácticos que trajo dicha exigencia,
hicieron que fueran prácticamente de cumplimiento imposible, pero la
jurisprudencia se encargó de atemperar el rigor de la ley.
El decreto-ley 5756/58 modificó el alcance de la exigencia,
disponiendo en el segundo párrafo del inc. c), del art. 24: “Será
especialmente considerado el pago, por parte del poseedor, de
impuestos o tasas que gravan el inmueble aunque los recibos no
figuren a nombre de quien invoca la posesión".
En consecuencia, luego de la reforma, la acreditación del pago de
impuestos dejó de ser un requisito fundamental para la procedencia de
la acción, ya que ahora dicho pago será especialmente considerado, o
sea que como elemento probatorio sigue teniendo una gran importancia
pero no es decisivo para el éxito de la acción; tiene un valor meramente
complementario. Es un simple acto exteriorizante del animus domini del
usucapiente pero nada prueba en relación al corpus posesorio.
Será conveniente acreditarla la autenticidad de los recibos,
recurriendo a la prueba de informes en las respectivas reparticiones.
• Por otra parte, el decreto ha eliminado la exigencia de que los
recibos estén a nombre del usucapiente, por lo tanto, a éste le basta
presentarlos aunque figuren a nombre de otra persona. La tenencia de
dichos recibos hace presumir su pago por parte de quien los presenta,
pero esta presunción es inris tantun. Además, tampoco se exige la
demostración del pago durante todo el lapso de posesión.
El hecho de que el usucapiente acredite haber abonado los impuestos
durante todo el lapso de posesión, si no está avalado por otras pruebas,
carece de entidad suficiente para tener por demostrada dicha posesión
pues un simple tenedor, como un locatario pueden abonar los impuestos
y ellos por sí solo no lo convierte en poseedor. Por lo tanto, es correcta
la posición del decreto en eliminar el carácter decisivo, para la
procedencia de la acción, que ley daba a la acreditación del pago de los
impuestos. El pago de obligaciones fiscales sirve únicamente para
comprobar el ánimo de dueño que tiene el ocupante y no el transcurso
del término legal de prescripción.
• El animus domini se acredita demostrando que el poseedor se ha
comportado como si fuera el propietario y un propietario normalmente
abona los impuestos que gravan su inmueble. De ahí que el pago de
éstos por parte del poseedor constituya un buen medio de prueba de
ese estado subjetivo.
No siempre los propietarios abonan todos sus impuestos, entonces,
no se advierte motivo para ser más exigente con el poseedor. Tampoco
puede exigirse que el pago haya sido regular, porque aun aquellos
propietarios que suelen pagar sus impuestos, a veces no lo hacen en las
fechas fijadas por el órgano recaudador a la espera de una moratoria
que permita sanear la situación. En este aspecto tampoco podemos ser
más exigentes con el poseedor.
La regularidad en el pago deberá ser apreciada por el juez,
haciéndola jugar en concomitancia con otras pruebas. No es necesario
que el poseedor acredite el pago de impuestos desde el comienzo de la
posesión ni durante el período de veinte años.
Si los impuestos han sido pagados en una sola vez inmediatamente
anterior a la promoción de la demanda, su fuerza probatoria declina
considerablemente, ya que hace pensar en que se trata de una prueba
preconstituida restándole fuerza de convicción e implicaría una
presunción de duda sobre la buena fe del poseedor, lo cual no
constituye un impedimento legal para el acogimiento de la acción.
Pero, tampoco será decisivo para rechazar la acción, el pago de
impuestos atrasados en una sola vez antes de iniciarse la demanda, si
del resto de la prueba producida, ha resultado acreditada la posesión
durante el lapso que establece la ley.
Menor valor probatorio aún tendrá el pago único hecho con
posterioridad a la promoción de la demanda, puesto que es totalmente
inhábil para exteriorizar el animus domini a que aluden los arts. 2351,
2375 y 4015 del Cód. Civil, y carecerá de total eficacia para integrar la
prueba prevista en el art. 24, inc. c) de la ley 14.159.
No interesa la fecha en que debieron hacerse los pagos, sino
aquélla en que efectivamente se realizaron. Sí el poseedor abona
impuestos atrasados por diez años, este hecho hará presumir su
animus domini desde la fecha del pago, pero no podrá remontarse a los
diez años anteriores.
La presentación de un certificado de libre deuda no suple la
agregación de los recibos, ya que el hecho de que no haya deuda fiscal
no significa que haya sido cancelada por el poseedor.

c) Confesional

Tanto el actor como el demandado pueden exigir que la parte


contraria absuelva posiciones concernientes a la cuestión que se ventila
en el juicio (art. 404, Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación).
En la Capital Federal, siendo el juicio ordinario, pueden pedirse
posiciones también en segunda instancia, las que recaerán sobre
hechos que no hubiesen sido objeto de dicha prueba en la instancia
anterior (art. 260, inc. 4, Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación).
La confesión del demandado debe ser apreciada con criterio
restrictivo, ya que aquí son válidos los mismos argumentos dados para
negar al allanamiento a la demanda un valor absoluto, que exima al
actor de probar los hechos en que ésta se funda. Lo propio cabe decir
en el caso en que medie confesión ficta.

d) Informativa

Los informes que se soliciten a oficinas públicas o a entidades


privadas deben versar sobre hechos concretos controvertidos en el
proceso (arts. 396 y 394, Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación y Cód.
Proc. Civ. y Com. provincial, respectivamente). No será admitida esta
prueba cuando tienda a sustituir otro medio probatorio que
específicamente corresponda por ley o por la naturaleza de los hechos
controvertidos (arts. 397 y 395, uno y otro Código).
Así será común que el actor se valga de esta medida probatoria,
por ejemplo, oficiando a la policía, Secretaría Electoral, Registro de las
Personas, Correo, Cajas de Previsión, Dirección Genera] Impositiva,
etcétera, para que informen el domicilio que tienen registrado; a las
empresas prestatarias de servicios de luz, gas, teléfono, etcétera, para
que informen a nombre de quién se extiende la facturación, en qué
fecha fue solicitado el servicio, al municipio, para que informe si se ha
otorgado un permiso de edificación, si se han aprobado planos, sise ha
concedido habilitación por algún negocio instalado en el inmueble,
etcétera.

e) Pericial

Esta prueba estará a cargo de un perito único de oficio, designado


por el juez, sin perjuicio de la facultad que tiene cada parte de designar
un consultor técnico, según el art. 458, Cód. Proc. Civ. y Com. de la
Nación, dado el carácter ordinario del proceso.
En el juicio de usucapión, la prueba pericial puede resultar
interesante, sobre todo a los fines de acreditar la antigüedad de
construcciones, plantaciones, alambrados, etc., aunque la pericia sobre
antigüedad de signos posesorios visibles resulta insuficiente si contiene
conclusiones simplemente estimativas, sin fuerza acertiva y de soporte
objetivo.
f) Inspección ocular

Normalmente el actor solicitará el reconocimiento judicial del


inmueble usucapido. El valor probatorio de esta medida es relativo y
sólo sirve en cuanto esté corroborado por otras pruebas.
Se concreta suficiente prueba compuesta para usucapir, si las
mejoras comprobadas en la inspección ocular son detalladas también
por los testigos, porque no es preciso que cada hecho afirmado por los
testigos tenga comprobación en otra prueba no testifical. Pero esta
prueba, si bien puede implicar la constatación de construcciones,
mejoras, etcétera, en la época en que ella se realiza, nada acredita con
respecto a la antigüedad de la posesión.
El hecho de que no se constate en la inspección ocular, quién
habría realizado las obras y plantaciones, no la desmerece, pues es
lógico entender que las hizo el actor si exhibió una posesión bastante
para prescribir.
g) Testimonial

Comúnmente la prueba testimonial será la prueba más importante,


aunque no podrá ser la única, ya que tanto la ley 14.159 como el
decreto- ley 5756/58 establecen expresamente que el fallo no podrá
fundarse sólo en esta prueba.
El descrédito en que habían caído tales informaciones se debía a
que ellas por lo general se basaban en la declaración de testigos
complacientes. De todos modos y superado en la actualidad el problema
generado por el carácter voluntario del juicio, y dada la naturaleza de
los hechos que deben acreditarse, la declaración de testigos que han
presenciado su realización, cobra un valor trascendente.
La prueba testifical sigue siendo de valor preponderante, es la más
sustancial y la de mayor importancia, dada la naturaleza de los hechos
que se procura justificar. Es necesario que esa prueba se halle
corroborada o integrada por evidencias de otro tipo que formen, con
ella, la prueba compuesta, y para eso no es forzoso que dichas
evidencias versen sobre actos cumplidos a lo largo de los veinte años de
prescripción, sino que basta que exterioricen la existencia de la
posesión o de alguno de sus elementos durante buena parte de ese
período.
Tal es la importancia asignada a la prueba testimonial, que se ha
establecido que si esta prueba es contundente, puede aceptarse que la
prueba no testimonial no cubra todo el lapso de posesión y de este
modo, relevarse al usucapiente de que la prueba no testifical cubra todo
el plazo que señala el art. 4015, Cód. Civil.
Los actos puramente posesorios (cultivo de la tierra, habitación,
usufructo, etc.) no siempre se pueden documentar, sobre todo cuando
se trata de hechos realizados vanos años atrás. De ahí que la prueba
testimonial sea tan importante, la cual debe ser analizada por los jueces
cuidadosamente de conformidad con las reglas de la sana crítica. La
prueba de la posesión debe ser plena e indubitable, no siendo suficiente
la declaración de testigos en las que no se concretan con toda precisión
la realización de actos posesorios animus domini ni tampoco la
exhibición de documentos que por sí solos no acreditan la realización de
tales actos.
Los testigos no deberán limitarse a declarar que el usucapiente es
poseedor, sino que deberán declarar respecto de los hechos
controvertidos, de modo que deberán expresar qué actos posesorios ha
cumplido el usucapiente, si lo han visto edificar, plantar, alambrar,
etcétera, a lo largo de los años. Normalmente podrán ser vecinos
quienes rindan mejor testimonio, máxime si llevan muchos años de
vecindad. La edad de los testigos es importante en este supuesto, sobre
todo cuando se trata de acreditar la antigüedad en la posesión.
CLAUSURA DEL PERIODO DE PRUEBA

Una vez producida la totalidad de la prueba, los cuadernos


respectivos son agregados al expediente. De acuerdo con el Código
Procesal modificado por la ley 22.434, es función del oficial primero
disponer la agregación de los cuadernos, sin necesidad de gestión
alguna de las partes (art. 482, Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación).
Una vez cumplimentada dicha etapa los autos son puestos en
Secretaría para alegar sobre el mérito de la prueba.
La presentación del alegato es meramente facultativa. En la
provincia de Buenos Aires, dado el carácter sumario del juicio, no hay
alegatos.
Luego de la presentación de los alegatos o de vencido el término
para presentarlos, el juez llama a autos para sentencia, previa
agregación de aquellos (art. 483, Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación).

JURISPRUDENCIA

Apreciación de la prueba
1. En el Juicio de usucapión la prueba debe ser apreciada
con un criterio más riguroso y estricto, para que no quede duda al
respecto; máxime cuando el oponente ha presentado título de
propiedad. La prueba debe ser concluyente y los actos posesorios
inequívocos.
(TSJ, La Rioja, La Rioja, Sala B, 291911997, “Sánchez de Reinoso,
Amira Petrona s/ Casación”).
2. A los fines de reunir la prueba compuesta existen dos
elementos probatorios que satisfacen dicha exigencia, el primero,
configurado por la pericia de ingeniero -de cuyas conclusiones no
encuentro mérito o motivo alguno para apartarme-, con la cual queda
corroborado el contenido de las anteriormente examinadas
declaraciones testimoniales, en lo relativo a la comprobación de la real
existencia de las reformas y edificaciones realizadas por el accionante
en el predio, a las cuales se refirieran sus dichos (arts. 375, 384,474 y
concds del CPCC) y el segundo, el aporte de los recibos de pago de
tasas sanitarias del bien que obran glosados que aunque no figuren a
nombre del accionante, tienen pleno valor en este proceso conforme lo
dispuesto por el art. 24 inc c, in fine de la ley 14.159.
(CC0001, QL10215, RSD-90-7 S, 29/10/2007, “Salas, Sergio
Gabriel c/ Salas, Juan Josés/ Usucapión”).

3. La prescripción adquisitiva supone el apoderamiento del


bien con ánimo de dueño -rem sibi habendi- y mientras ello no se
demuestre a través de la pertinente e ineludible prueba compuesta, los
jueces deben considerar a quien lo ocupa como mero detentador de la
cosa (arg. arts. 2351,2373,2384 y 4015, Código Civil y 679 inc. I o,
CPCC).
(CC0001, QL 9195, RSD-31-7 S, 2/5/2007, “Sciaini, Héctor R. c/
Cabral, Dora s/ Usucapión”).

4. No es carga de quien pretende que se declare la adquisición


del dominio por usucapión, la demostración del pago de impuestos y
tasas por todo el lapso prescriptivo, dado que no es eso lo que exige la
normativa vigente al respecto, quedando al prudente arbitrio judicial la
consideración acerca de la antigüedad necesaria para conformar la
prueba demostrativa del corpus y el animus domini que habiliten una
sentencia favorable a las pretensiones deducidas en el escrito de
demanda.
(CC0100, SN 9009, RSD-182-8 S, 20/11/2008, “Siciliano Sergio
Andrés y otra c/ Melaragna Adamo y/o sus herederos s/ Posesión veinte
añal ”).

5. 1J& mención que al actuario realiza sobre la antigua


data de las plantaciones que detalla en el lote y el estado de las
construcciones existentes son probanza idónea que no necesita de
pericia edafológica para determinar los años de su instalación y/o
plantado en el predio ya que las máximas de experiencia común de vida
permiten apreciar al juez o al funcionario judicial encomendado si está
frente a plantas añosas o no, más allá de que la constatación no cubra
evidentemente todo el período posesorio, pero que apuntalado por otros
medios relevantes (verb. prueba de testigos) convenzan de la
subsistencia de rastros o huellas abarcativas del lapso demostrativo de
la ocupación y del “animus rem sibi habendi” que contempla el
ordenamiento jurídico.
(CApel.Civ.Com., Quilmes, Buenos Aires, Sala 1, Sent.
3146,91212000, “Albornoz Anastacio Benjamín c/ Noseda de Ventola
Amada s/ Usucapión ”).

6. En materia de prueba de la prescripción adquisitiva, debe


observarse un criterio riguroso y estricto, agudizándose la exigencia a la
hora de ponderar la eficacia de las declaraciones testimoniales, que
deben ser precisas, serias y fehacientes, por lo que no resultan
computables, en virtud de su insuficiencia, aquellas que no concretan
con razonable exactitud los actos posesorios.
(CCiv.ComJLabMin, Esquel, Chubut, Sala Civil, 27/3/2003, "F., JA.
c/DL.V.,D. A. y otro s/ Usucapión ”).

7. Como la prescripción adquisitiva tiende a prevalecer sobre


el título de propiedad, debe producirse la prueba en forma clara y
convincente, sin dejar lugar a dudas de que realmente se ha tenido la
posesión continua del bien durante el lapso de la usucapión larga de un
modo efectivo, en forma quieta, pública, pacífica, ininterrumpida y con
ánimo de dueño, de modo que el proceso de reconstrucción de los
hechos demuestra de manera inequívoca: (i) la existencia de actos
posesorios; (ii) la continuidad de esa posesión; (iii) la inexistencia de
actos turbatorios; (iv) el carácter público de la conducta desplegada; y
(v) la antigüedad de la posesión que exceda al lapso exigido por la ley,
o sea, el de veinte años.
(CNApel.Com., Capital Federal, Sent. 53682/98,25/4/2011,
“Sircovich Samuel s/ Quiebra”).

Prueba de testigos

1. El art. 24 de la ley 14.159, con las modificaciones


introducidas, por el dec. ley 5756/1958 y, en forma concordante, el art.
679 del Código Procesal Civil y Comercial, especifican que la sentencia
no puede fundarse sólo en la prueba de testigos (inc. “c”). Mas esa
misma norma establece expresamente que ello no regirá cuando la
usucapión se plantea como defensa, sino sólo cuando es opuesta como
acción.
(SCBA, Ac 85090 S, 30/6/2004, “Cesarani, Alberto y otros c/
Castelli, Oscar Alberto s/ Reivindicación ”).

2. Son insuficientes las declaraciones testimoniales cuando no


se integran con otra prueba recíprocamente corroborantes; y menos
aún cuando no manifiestan con toda precisión la realización de actos
posesorios, que trasuntan un comportamiento “activo” -la explotación
del fundo mediante el trabajo- del usucapiente por un período lo
suficientemente largo, y con bastante anterioridad a la fecha de
promoción de la demanda.
(CC0103, LP 212528, RSD-I95-92 S, 7/7/1992, “Fisiono, Marta
Noemí c/ Abranovick s/ Adq. del dominio ”).

3. La ley sólo requiere que la prueba de testigos no sea la


única aportada por el actor, o sea, que se halle corroborada o integrada
por evidencias de otro tipo que formen con ella la prueba compuesta; y
para esto no es forzoso que dichas evidencias versen sobre actos
cumplidos a lo largo del plazo de prescripción, sino que basta que
exterioricen la existencia de la posesión o de alguno de sus elementos
durante buena parte de ese período.
(CC0203, LP 96493, RSD-196-1 S, 20/11/2001, “ González de
Algeri, Marta Lucía c/ Chammah, Gabriel José y otros s/ Posesión
veinteañal”).

4. Siendo que la posesión comprende la idea del poder


efectivo sobre la cosa (corpus), acompañado de un propósito íntimo por
parte del sujeto, de someterla al ejercicio de un derecho de propiedad
(animus domini), conforme a los términos del artículo 2351 del Código
Civil, incumbe a quien pretende adquirir el dominio mediante la
prescripción adquisitiva (art. 2524 inc. T del Cód. cit.), acreditar la
concurrencia de ambos elementos, los que revisten carácter constitutivo
de su acción (arts. 375 y 679 del Digesto de forma). Sentado ello
débese remarcar que la Ley 14.159 -art.24- y el decreto ley 5756/58,
solamente exigen que el fallo no se base exclusivamente en la prueba
testimonial siendo menester que se vea corroborada por evidencias de
otro tipo que permitan obtener la composición probatoria requerida.
(CC0001, LZ 53183, RSD-350-3 S, 24/10/2002, “Ecar empresa
constructora argentina SA. c/ Ríos, Alfredo s/ Reivindicación ”).

5. Es de advertir que atento el carácter contencioso del


presente proceso, incumbe la carga probatoria a la parte actora (arts.
375 y 679 del CPCC) y que la ley requiere, como se desprende de su
propio texto y ya adelantara, que la prueba de testigos, que es por lo
común la sustancial y de mayor importancia dada la naturaleza de los
hechos que se pretende justificar, no sea la única aportada por el actor;
vale decir, que esa prueba sea corroborada por evidencia de otro tipo,
que formen con ella la prueba compuesta. Y si bien para esto no es
forzoso que tales evidencias versen sobre actos cumplidos a lo largo de
todo el período de prescripción, si es necesario que exterioricen la
existencia de la posesión o de algunos de sus elementos durante una
buena parte de ese período, posibilitando así junto con éstos aseverar
que en el caso concreto ha mediado posesión veinteañal.
A los fines de la formación de la tan mentada prueba compuesta en
esta clase de procesos, a fin de determinar el animus posesorio, el art.
24 de la Ley 14.159 modificado por el dec. ley 5756/58 establece que
será especialmente considerado el pago, por parte del poseedor, de
impuestos o tasas que gravan el inmueble, sin embargo ello no impide,
como ha dicho la Suprema Corte de Justicia Provincial más de una vez,
que aún faltando la demostración de ese extremo, si la prueba restante
es terminantemente asertiva, se declara operada la prescripción
(CC0001, LZ 57450, RSD-61-4 S, 16/3/2004, “Garófalo, Osvaldo
Ornar c/ Provincia de Buenos Aires s/ Usucapión ”).

6. La testimonial es elemento central e ineludible dentro del


haz probatorio, en este tipo de procesos en tanto su ausencia en la
carga de la misma es determinante para la suerte de la pretensión, sin
perjuicio de lo cual necesariamente ha de ser corroborado por otros
elementos de juicio.
(CC0203, LP 105303, RSD-112-6 S, 4/7/2006, “Aquino, Horacio
Daniel c/ Pineda, Conrado (Sucesión vacante) s/Prescripción
adquisitiva”).
(CC0203, LP 107740, RSD-52-7 S, 10/4/2007, “Hernández, Martín
Gabriel c/ Cantini, Guillermo María s/ Prescripción adquisitiva bicenal/
usucapión”).

7. En los juicios de usucapión la prueba debe estar dirigida a


demostrar tanto el hecho de la posesión como el ánimo de dueño en su
ejercicio, así como sus calidades de pública, pacífica, continua e
ininterrumpida, y el tiempo exigido por la ley para considerar adquirido
el dominio. Ello implica la necesaria demostración del inicio de la
posesión y la ausencia de interrupciones durante el tiempo de veinte
años.
Pues no sería posible determinar el transcurso de veinte años si no
se prueba el momento desde el cual ese tiempo debe ser contado. En
este sentido, es ajustada la sentencia en cuanto ha entendido que los
actores no han demostrado el inicio de la posesión de sus antecesores
si, habiendo invocado como punto de partida la adquisición del inmueble
a través de un instrumento privado que se aduce extraviado, dicha
transferencia no se demuestra por otros medios.
En ese sentido es que cobra virtualidad la prueba pericial contable
practicada a instancia de los demandados, desde que acredita la
existencia de otras transacciones referidas al inmueble que aquí se
pretende usucapir, y no la de ésta; por lo que debe entenderse que no
está acreditado el inicio de la posesión invocada. Además, y como lo
señala la sentencia atacada, los testigos tampoco coincidieron en la
indicación de la fecha de inicio de la posesión de los antecesores de los
actores.
No se trataba entonces de establecer si las transacciones
demostradas por la pericia contable resultaban oponibles o no a los
actores o afectaban el carácter pacífico de su posesión o la de sus
antecesores, sino de que no se acreditó la transacción invocada por
éstos como hecho que dio origen a la posesión de los padres.
Sin perjuicio de la suficiencia de la consideración que antecede
para sostener el rechazo del recurso intentado, cabe agregar que acierta
la sentencia en la valoración del certificado de residencia y convivencia,
desde que la mencionada constancia no solamente se refiere a un hecho
actual al tiempo de su emisión, sino que además no resulta de una
comprobación de la autoridad policial, la que se limita a hacer constar la
declaración de dos testigos, tal como reza su texto.
Es decir, en última instancia, lejos de ser prueba documental, esta
pretendida prueba de la posesión también en esencia testimonial.
En cuanto a las constancias referidas a los convenios de pago de
tasas e impuestos, su valor cobra trascendencia cuando, como se
sostiene en los propios precedentes jurisprudenciales citados por los
apelantes, las obligaciones tributarias se cumplen regularmente en los
términos de sus periódicos vencimientos o, no siendo así, cuando su
pago, aunque tardío, es el resultado de una conducta espontánea e
independiente de la eventual acción judicial.
Ello así porque, tal como fuera señalado por la Sra. Juez de Primera
Instancia, el pago no es un acto posesorio sino un acto jurídico cuya
repetición periódica, continua o discontinua, pero pendiente un
prolongado período de tiempo, exterioriza de manera indirecta un
interés o animo con relación al inmueble gravado. Pero además, en este
supuesto, la oportunidad de la celebración de los mencionados planes
de pago hace presumir menos un acto espontáneo que una intención
ligada a la eventualidad del presente proceso.
(CApel.Civ.Com., Salta, Salta, Cámara Sala III, Sala Civil,
10/2/2010, “Armella Rolando y Dátolo Blanca Angélica c/ Pereyra Rozas
César sus sucesores s/Recurso de apelación”).
8. Más que en cualquier otro tipo de litigio la jurisprudencia ha
extremado el rigor en la valoración de la prueba testifical propuestas en
el proceso de usucapión. En general se ha establecido que ésta, no
debe dejar dudas sobre la efectiva producción de los hechos relatados y
que autorizan a tener por cumplida los presupuestos necesarios para el
andamiento de éste, debiendo ser concluyente, fidedigna, categórica,
inequívoca, clara y precisa, demostrando indudable veracidad y cabal
conocimiento que los testigos tienen de la posesión que se procura
demostrar.
(CApel.Civ.Com., Santiago del Estero, Santiago del Estero, Cámara
2, Sent. 10834, 20/6/2000, “Andrada, Donato Eustaquio c/ de Pablo
Felipe y/u otros s/Prescripción Adquisitiva").

9. La testimonial es elemento central e ineludible dentro del


haz probatorio, en este tipo de procesos en tanto su ausencia en la
carga de la misma es determinante para la suerte de la pretensión, sin
perjuicio de lo cual necesariamente ha de ser corroborado por otros
elementos de juicio.
(CApel.Civ.Com., Posadas, Misiones, La Plata, Buenos Aires,
Cámara 2 Sala 3, Sent. 107740,10/4/2007, ‘‘Hernández, Martín Gabriel
c/ Cantini, Guillermo María s/ Prescripción adquisitiva
bicenal/usucapión”).

10. En los juicio de usucapión, la prueba debe estar dirigida a


demostrar tanto el hecho de la posesión como el ánimo de dueño en su
ejercicio, así como sus cualidades de pública, pacífica, continua e
ininterrumpida, y el tiempo exigido por la ley para considerar adquirido
el dominio.
Ello implica la necesaria demostración del inicio de la posesión (en
particular, en este caso, el inicio de la posesión de los antecesores del
actor, a la cual pretende acceder la propia) y la ausencia de
interrupciones durante el tiempo de veinte años.
En tal sentido, ha sostenido la Corte Federal que debido al carácter
excepcional que reviste la adquisición del dominio por el medio previsto
en el art. 2524 inc. 7 del Código Civil, la realización de los actos
comprendidos en su art. 2373 y el constante ejercicio de esa posesión,
debe efectuarse de manera insospechada, clara y convincente.
Para la adquisición del dominio por usucapión no basta que se
acredite un relativo desinterés por el inmueble por parte de la
demandada, sino que es necesaria la cabal demostración de los actos
posesorios realizados por quien pretende usucapir (CSJ, Fallos 300-
651).
La prueba de la posesión debe ser plena e indubitable, no siendo
suficiente la sola declaración de testigos en las cuales no se concreten
con toda precisión noticias verdaderas sobre la realización de actos
posesorios “animus domini”, ni tampoco la exhibición de documentos
que por sí solos no acrediten la realización de tales actos (CNCiv., Sala
A, E.D. 90-320).
También se ha entendido que el pago de impuestos, tasas o
servicios que se refieren al fundo en forma especial, debe ser
interpretado positivamente como demostrativo del animus, y ello
porque es poco factible que alguien que no se sienta poseedor de la
cosa, se allane a pagar contribuciones impuestas por el Estado; siendo
necesario recordar que la ley no exige que existan documentos que
hagan a todo el plazo de la prescripción (Conf. CNCiv., Sala B, LL, 1981-
A-51).
Y se ha interpretado que el pago de tributos tiene, no obstante, un
valor meramente complementario de otras probanzas para acreditar los
actos posesorios (SCBA, LL, 981-358; DJBA 116-349).
En el presente caso, y conforme lo señala el fallo apelado, se ha
rendido efectivamente esa prueba compleja en torno al corpus y al
animus posesorios; y también en cuanto al tiempo pues, si bien no hay
una fecha de inicio concreta de la posesión del antecesor, los
documentos acompañados traducen presunciones serias que se
remontan al menos a 1977, conforme surge del certificado emitido por
el Programa de Registro Técnico de la Dirección General de Inmuebles.
En efecto, si bien el plano de mensura para prescripción no es en sí
mismo prueba de la posesión, acerca en este supuesto un dato
presuntivo cierto de la posesión de la actora, de los derechos y acciones
posesorias sobre el terreno en cuestión.
Debe tenerse presente que con relación al plano debe valorarse su
fecha como presuntiva de una posesión que viene desde entonces; y no
porque el plano en sí mismo considerado sea un acto posesorio.
Igual conclusión resulta del análisis de la partida de nacimiento
acompañada, de la cual surge también la presunción de una continuidad
en la posesión derivada del parentesco responsable de los pagos de
impuestos y tasas cuyos comprobantes se remontan a las primeras
décadas del siglo anterior.
En tal contexto, cobran trascendencia los testimonios rendidos. Si
bien las preguntas no han sido del todo precisas con relación al
conocimiento de actos posesorios concretos, la referencia general al
manejo o explotación económica de la finca, unido al demostrado pago
del canon de riego, permiten suponer labores que demuestran
necesariamente la relación real con la cosa y el ánimo de dueño,
pendiente todo el tiempo exigido por la ley. Afirmar lo contrario aparece
como un exceso en el ejercicio de los intereses del Estado, frente a una
situación que deviene claramente pública y pacífica a través de
prolongado tiempo.
Por otra parte, la negación genérica de la autenticidad de los
recibos de pagos de impuestos y tasas cuya emisión se atribuye al
propio Estado, sin identificar cuáles podrían ser las razones por las
cuales se cree que esos documentos pudieran ser inauténticos, resulta
insuficiente para desautorizar su valor probatorio. Es importante
observar que el Estado no niega la existencia de los pagos ni tampoco
ofrece prueba en ese sentido.
Por último, y en cuanto a la identificación del inmueble, sus límites
y su extensión, no puede sino estarse a lo que resulta del plano de
mensura aprobado legalmente y presentado en este juicio, siendo
insustancial cualquier diferencia que pudiera surgir de la apreciación
desprovista de fundamentos técnicos que pudieran haber efectuado en
autos cualquier testigo o funcionario.
Precisamente, el requerimiento legal del plano de mensura tiene la
finalidad de identificar correctamente el inmueble a usucapir, aventando
cualquier imprecisión o confusión que pudiera surgir de las
apreciaciones vulgares.
(CApel.Civ.Com., Salta, Salta, Cámara Sala III, Sala Civil,
22/10/2010, “Guitián, Lucio d Provincia de Salta y/o Titular
Responsable s/Adquisición del dominio por prescripción s/ Recurso de
apelación ”).

Impuestos

1. La enumeración de actos posesorios que establece el art.


2384 del Código Civil no es taxativa, por lo que de otras conductas
similares a ellas como cercar, mensurar, amojonar, etc. puede
presumirse que quien las lleva es poseedor. En cambio el pago de
impuestos al consistir en un acto jurídico y no uno material puede ser
revelador del animus domini pero no constituye un acto posesorio.
(CC0100, SN 6666, RSD-192-4 S, 29/6/2004, “Obligado Francisco
Javier y otra c/ López Ramón s/ Interdicto de obra nueva ”).
(CC0100, SN 9264, RSD^O-9 S, 21/4/2009;“Forestadora del Delta
SA.c! Colicino Juan Antonio s! Interdicto de recobrar la posesión").

2. El pago de impuestos por parte del propietario del inmueble


no es suficiente para interrumpir la posesión quieta, pacífica, pública,
ininterrumpida y con ánimo de dueño que ha logrado acreditar el
usucapiente máxime que se trata de una porción de un terreno y que
para poder oblar parte de los impuestos, es decir, el correspondiente al
bien en litigio deberá necesariamente estar dividido del perteneciente a
la parte demandada.
(CCOOOI, QL 9195, RSD-31-7 S, 2/5/2007, “Sciaini, Héctor R. c/
Cabral, Dora s/ Usucapión herederos s/ Posesión veinteañal”).

3. La acreditación del pago de tasas municipales, no


constituye un presupuesto para la procedencia de la usucapión, sino una
prueba calificada por el legislador, que puede ser reemplazada por otros
signos materiales que acrediten acabadamente la ocupación efectiva
con ánimo de dueño del inmueble, por el lapso prescriptivo que el
ordenamiento requiere. Lo contrario importa perder de vista que es el
hecho posesorio, y no el pago de tributos, la causa generadora de este
modo de adquirir la propiedad.
(CC0002, LM138, RSD-12-4 S, 27/4/2004, “Moreno, Ana María c/
Lestil SA s/ Prescripción adquisitiva de dominio ”).

4. Al margen de que el “corpus posesorio” haga o no presumir


el “animus domini" hay actos emanados de quien pretende la
usucapión que de por sí son demostrativos de su intención de
comportarse como dueño y una forma de probar esa intención o
comportamiento lo constituye el pago más o menos regular de los
impuestos o tasas que afectan el inmueble en cuestión.
Si a esa actividad, que supone desde todo punto de vista algo mucho
menos riesgoso que la de efectuar mejoras o construcciones sobre
terreno ajeno se le atribuye el carácter de un medio de acreditar el
“animus”, es contrario a la lógica desconocer la eficacia probatoria de
estos otros actos respecto de la intención de poseer para sí.
(SCBA, Ac 38447 S, 26/4/1988, “Dolagaray de Dalponte, Manuela
y otros c/ Trejo, Broglio s/Reivindicación”).
(SCBA, Ac 73150S, 21/11/2001, “Caporaletti, Gladysy otro
c/Faisal, Rodolfo s/Desalojo").
(SCBA, AC 81003 S, 23/4/2003, “Demucho, Miguel Angel c/
Acuña, Calixto y otro s/ Desalojo”).
(SCBA, C 98183 S, 11/11/2009, “Alsua o Alsua y Grisetti, Celina
Juana y otros c/Municipalidad de Laprida s/ Usucapión-Nulidad de título
”).

5. Luego de la reforma introducida por el Decreto-Ley 5756/58


a la ley 14159, el acompañamiento de los comprobantes de pago de
impuestos constituye un recaudo de procedencia de la demanda. No
obstante ello, a tal documentación se le sigue asignando legalmente una
marcada importancia convictiva; puesto que el inc. c) del art. 24 de
dicha ley dispone que “...será especialmente considerado el pago, por
parte del poseedor, de impuestos o tasas que gravan el inmueble,
aunque los recibos no figuren a nombre de quien invoca la posesión...”.
Entonces, aunque no deja de ser una de las pautas a tomar en cuenta,
el pago de impuestos resulta muy importante a fin de determinar si está
o no demostrado el lapso necesario de posesión. Pero debe quedar en
claro que la eficacia convictiva del pago de impuestos, depende del
modo en que los pagos se hayan ido realizando. Para gozar de fuerza
probatoria, los pagos deben haberse ido sucediendo en forma
medianamente regular, aunque no corresponde exigir una puntillosa
puntualidad en cuanto a los vencimientos. Es que si el pago de
impuestos se efectuó en un único acto y poco tiempo antes del inicio del
proceso, tal conducta no revela el animus domini del peticionante, sino
más bien pareciera estar encaminada a preconstituir prueba.
(CC0000, JU 43712, RSD-7-51S, 2/2/2010, “Perchante, Ornar
Nicolás c/ Forte, Francisco Eleuterio s/ Prescripción adquisitiva
vicenal/usucapión ”).

6. En general, se entiende que para gozar del privilegiado


valor probatorio que les asigna la ley no es necesario que los pagos de
tasas o impuestos abarquen todo el lapso de la posesión, pudiendo
afirmarse que esa es también la doctrina legal de la Excma. Suprema
Corte Provincial, habiéndose marginado de su aplicación únicamente
aquellos casos en que por ser los pagos muy próximos a la promoción
de la demanda se entendía que se los hacía con el único ánimo de
preconstituir prueba. Naturalmente, esta directiva jurisprudencial da
lugar a soluciones distintas, a las que se arriba en cada caso luego de
evaluarse sus particularidades. A modo de ejemplos, en el precedente
antes citado de la Cámara de Morón (Fribe S.A) se consideró
insuficiente el pago del impuesto inmobiliario provincial por un período
de ocho años, citándose otro precedente del mismo tribunal en el que
también se había considerado insuficiente el pago de diez años de tasas
municipales y un año de impuesto inmobiliario. Areán, en una
orientación parcialmente distinta, afirma no compartir la conclusión de
un fallo -también de Morón- que consideró insuficiente el pago de los
impuestos durante seis años, afirmando que los catorce años restantes,
o aún los veinte años, pueden y deben acreditarse por otros medios, y
si se prueba fehacientemente que hubo posesión durante veinte años, el
que se haya demostrado que sólo se pagaron impuestos durante seis de
ellos, no puede perjudicar la procedencia de la acción (ob. cit., pág.
355).
(CC0001, AI. 53833, RSD-16-10 S, 25/3/2010, “Pato Josefina
Dionisia c/ Mombelli de Carminatti Bernarda Adelina s/ Usucapión”).

LA SENTENCIA

a) Introducción
La usucapión es uno de los siete modos de adquisición del dominio
que enuncia el art. 2524 del Cód. Civil, y como tal funciona por sí sin
necesidad de decisión judicial alguna.
No hay ninguna disposición que determine que es necesario un
juicio para adquirir el dominio por usucapión. El derecho nace en cabeza
del usucapiente, porque ha poseído la cosa durante el tiempo
establecido por la ley.
Ahora bien, como el tráfico jurídico requiere que quien ha
usucapido tenga un título en sentido instrumental que le permita
disponer jurídicamente del inmueble, es por ello que debe acudir al
proceso de usucapión en busca de una sentencia que declare adquirido
el dominio y en adelante cumpla las veces de ese título.
El dominio se adquiere por la prescripción, no por la sentencia.
Correlativamente, el anterior propietario pierde su derecho, porque otra
persona ha poseído el inmueble durante el término y bajo las
condiciones legales, y no simplemente porque ha dejado de ejercerlo,
ya que el dominio es perpetuo y consiguientemente, inextinguible por el
no uso (art. 2510), siendo, además, el dominio es exclusivo y dos
personas no pueden tener cada una por el todo dicho derecho sobre
una misma cosa (art. 2508).
Consecuentemente, se trata de una sentencia declarativa, ya que
no modifica la situación jurídica preexistente o, si se quiere, es una
sentencia de mera declaración.
El dominio del inmueble adquirido por prescripción no se
diferencia, por su naturaleza y contenido, del de cualquier otro
adquirente.
Consiguientemente, la sentencia manda inscribir el dominio en el
Registro de la Propiedad Inmueble de la jurisdicción respectiva, a
nombre del nuevo titular. Si hubiera una inscripción anterior, ésta queda
cancelada.

Jurisprudencia

1. Plazo.— Cumplido el plazo legal de prescripción el poseedor


se transforma en dueño por el solo hecho de su posesión, con
prescindencia del pronunciamiento jurisdiccional que reconozca su
derecho o lo declare. La prescripción, en suma, produce la adquisición
del dominio por el usucapiente, aunque para la disponibilidad del
derecho así incorporado al patrimonio del poseedor y la obtención del
instrumento representativo sea menester la sentencia declarativa y la
inscripción registral.
(CC0001, MO 29333, RSD-29-93 S, 213193, “Cornelli c/ Asían s/
Posesión veinteañal”).

2. Invocación como defensa.— Frente a la acción de


reivindicación del titular del dominio de un inmueble, el demandado
poseedor usucapiente de plazo cumplido puede oponer con éxito la
defensa de prescripción adquisitiva, ya que es éste uno de los modos de
adquirir el dominio del inmueble que se pretende reivindicar (arts.
2524, inc. 7mo.; 4015 y 4016 del Cód. Civil), causando con ello la
pérdida del dominio del pretenso reivindicante, pues el dominio es
exclusivo y no tolera que dos personas puedan tener cada una en el
todo el dominio de una cosa (art. 2506; 2508 y 2510 "in fine" del Cód.
Civil); lo que a su vez conlleva el efecto de que el hasta entonces titular
dominial vea extinguida su legitimación activa respecto de la acción
reivindicatoria con relación a tal cosa (art. 2758 del Cód.citado), no
impone al demandado la carga o condición de plantear la acción de
usucapión por vía reconvencional, pues ella no es una acción que
conduzca a una sentencia constitutiva del dominio adquirido por el
usucapiente, sino meramente declarativa, tendiente a comprobar
judicialmente y en proceso contradictorio con el titular de la registración
dominial, especialmente, los extremos legales pertinentes, a fin de
obtener la correspondiente inscripción registral del dominio así
adquirido y su consecuente validez "erga omnes" (arts. 2505 del
Cód.Civil; 24 y 25 de la ley 14.159, texto s/ Dec.Ley 5756/58 y 679 del
CPCC).
(CC0201, LP 106145, RSD-10-6 S, 28/2/2006, "Ganagrisa GAL y
C.SA. c/ Lobiundo, Héctor s/ Reivindicación”).

b) Inscripción registral

La sentencia que hace lugar a la demanda, manda inscribir el


dominio en el Registro de la Propiedad a nombre del usucapiente.
Correlativamente se extingue la inscripción anterior.
El título que acuerda la sentencia se proyecta estrictamente sobre
el inmueble usucapido, en base a las constancias que emergen del
plano de mensura. En consecuencia, si la posesión hubiera abarcado
una extensión mayor a la comprendida en la sentencia, respecto del
excedente, no habrá título, y al interesado no le quedará otra
alternativa que promover una nueva acción.
El título en sentido instrumental estará dado por el testimonio de
la sentencia, el que se inscribirá en el Registro de la Propiedad.

• De acuerdo con el art. 149 del Reglamento para la Justicia


Nacional en lo Civil, a los fines de la inscripción de las sentencias
dictadas en los juicios de usucapión, la secretaría aduana expedirá un
testimonio de dicha sentencia, debiendo cumplimentar los siguientes
recaudos:
1) Consignar la registración que se deja sin efecto, o sea el
asiento a favor del anterior propietario, si lo hubiera. De no haber
registración, lo señalará expresamente.
2) Describir medidas, linderos y superficie del bien usucapido
de acuerdo con el plano confeccionado al efecto, que deberá ser
acompañado para su registro.
3) En las minutas que acompañarán el testimonio deberá
transcribirse la parte pertinente de la sentencia, el auto que declara
satisfecha la tasa de justicia, el que ordena la inscripción, con indicación
del profesional autorizado para su diligenciamiento, el que tiene por
acreditado el pago de los gravámenes municipales y tasas de obras
sanitarias, o en su defecto, el que aprobara la inscripción en los
términos del art. 5o de la ley 22.427. El testimonio deberá contener la
indicación de la inscripción registrar sobre la que habrá de practicarse el
asiento y la ubicación de los inmuebles con mención de calle y número.
El art. 10 del decreto citado establece que la solicitud de
inscripción de documentos donde conste la adquisición del dominio por
usucapión además de contener los datos que se determinan para la
solicitud de registro de documentos que transcriban, constituyan o
modifiquen derechos reales, deberá ser acompañada de una copia del
plano de mensura para prescribir y de la solicitud de cancelación del
asiento de dominio contra cuyo titular se operó la prescripción.
Seguramente en el momento de ingresar la solicitud de inscripción
en el registro se abrirá folio al inmueble, ya que la incorporación al
sistema del folio real no se hace de oficio y, dado el tiempo transcurrido
desde la vigencia de la ley 17.801, es muy difícil que durante el lapso
de prescripción se haya hecho la matriculación.
En el folio se asentarán las medidas del inmueble conforme surjan
de la sentencia y aunque no coincidan con las de la inscripción anterior.
Correlativamente, la cancelación del dominio anterior deberá
circunscribirse a la superficie usucapida, porque bien puede ocurrir que
se haya prescripto una superficie menor de la que surge del
antecedente dominial existente en el registro.

• El art. 31 del decreto 2080/80 especifica que si hay plano de


mensura aprobado que modifica la configuración del inmueble, la
descripción de éste en el documento a inscribir deberá ajustarse a dicho
plano. El inmueble se matriculará sobre la base del documento
presentado.
Como es conocido en nuestro ordenamiento la inscripción registrar
cumple una función meramente declarativa (arts. 2505, Cód. Civil, y 2 o,
ley 17.801). Los derechos reales sobre inmuebles no son oponibles a
terceros, mientras no estén registrados.
Cabe preguntarse si es necesaria la inscripción cuando el dominio
ha sido adquirido por usucapión. El tema es controvertido.
Jurisprudencia

1. No resulta posible la inscripción de la sentencia de


usucapión conjuntamente con la cesión de derechos posesorios, por
haber actuado los derechos posesorios para obtener el dominio del
inmueble a través de dicha sentencia, que aún no fue inscripta; toda
vez que de' otro modo se procedería en forma contraria a lo dispuesto
por el art. 15 de la ley 17.801 pues el caso de autos no encuadra en los
supuestos previstos por el art. 16 de la citada ley.-
(CC0101, LP 249848, RSD-14-8 S, 19/2/2008, “Fernández,
Marcelino N. y otro c/ Ravera, Aquiles y otros s/ Usucapión”).

2. El art. 8 de la ley 24.374, reza que la inscripción registral a


que se refiere el inciso "e" del art. 6 o, es al efecto que comience a correr
el plazo de prescripción normado en el art. 3999 del Cód. Civil,
revistiendo el poseedor el carácter de prescribiente y no de propietario
como adujo el actor en el libelo de inicio y receptara el fallo de origen,
puesto que si se lo considerara en tal calidad no requeriría del cómputo
del plazo previsto en el artículo antes citado.
(CC0001, QL 10488, RSD-69-8 S, 28/10/2008, “Montenegro,
Marcelino Enrique c/ Ramírez, Dionisio y otros s/ Acción
reivindicatoría”).

c) Costas

En principio se aplicarán las disposiciones procesales relativas a la


condenación en costas. Por lo tanto, como regla general, ellas estarán a
cargo de la parte vencida, rigiendo el principio objetivo de la derrota
(art. 68, Cód. Procesal)
El problema se plantea cuando ha intervenido en el juicio el defensor de
ausentes. Si la acción prospera, las costas se aplican al demandado,
pero ocurre que ese demandado es un propietario desconocido o
conocido pero con domicilio ignorado, de modo que la condena sería
ilusoria, ya que las costas quedarían impagas.
De ahí que se haya admitido que en tales supuestos, el
usucapiente vencedor sea condenado en costas y, consecuentemente,
deba abonar los honorarios del defensor de ausentes. Este asume en el
proceso una función de fiscalización y contralor de la prueba que
favorece al actor, porque en definitiva, sin ello no podría lograr una
sentencia favorable. Por lo tanto, no parece contrario a la equidad que
sea el usucapiente quien deba cargar con las costas del juicio.
Pero cabe aclarar que últimamente se ha iniciado una corriente
jurisprudencial que niega al defensor oficial el derecho a cobrar
honorarios en juicio, aun cuando la parte contraria resulte condenada
en costas.
Aplicando estos principios al proceso de usucapión, habría que
concluir que, si prospera la acción, no tiene sentido condenar en costas
al actor, ya que el defensor carece de derecho para reclamarle
honorarios. Y si se rechaza, se le aplicarán las costas, por el principio
general de que ellas están a cargo del vencido, pero los honorarios que
corresponden al defensor oficial deberán ser percibidos por el Estado.

d) Recursos

Rigen al respecto las normas procesales, de modo que la sentencia


podrá ser objeto del recurso de apelación, que se concederá libremente
y en efecto suspensivo (art. 243).
“El recurso de apelación comprende el de nulidad por defecto de la
sentencia” (art. 253).
e) Sentencia que rechaza la demanda

En este supuesto, cuando se desestiman las pretensiones del


poseedor, en principio no puede volver a intentar en el futuro una nueva
acción, salvo que el motivo del rechazo haya estado dado por no
haberse acreditado el cumplimiento del término de posesión que
establece la ley.

Jurisprudencia

La sentencia
1. Frente a la acción de reivindicación del titular de dominio de
un inmueble, el demandado puede reconvenir por usucapión a fin de
obtener la formación de un título en sentido instrumental y su
correspondiente inscripción registral del dominio adquirido, con validez
"erga omnes" (art 2505 del Cód. Civil, 24 y 25 de la ley 14.159 t.
dec.ley 5756/58; 679 del C. P.C.C) u oponer la excepción de
prescripción adquisitiva como defensa, que conlleve al rechazo de la
acción real dirigida en su contra, evitando la desposesión (arts.
4015,4016 del Cód. Civil).
(CC0001, LZ 64420, RSD-167-8 S, 20/5/2008, “Alberti Antonio
Salvador c/ Martínez Mónica Noemí s/ Reivindicación”).

2. Tanto la prescripción breve como la larga o veinteañal


persiguen, en definitiva, el dictado de una sentencia que tendrá
principalmente valor declarativo de un hecho ya consumado, poniendo
de manifiesto que el dominio ya se encuentra incorporado al patrimonio
del poseedor.
(CC0100, SN8816, RSI-121-81,1/4/2008, “Grigioni Matilde Cecilia
y otro c/ Correa Martín s/ Usucapión”).

3. Así como el art. 682 del Código Procesal Civil y Comercial


brinda efectos de cosa juzgada material a la sentencia que reconoce la
posesión del usucapiente, no puede sostenerse -por oposición- que el
fallo que rechaza la pretcnsión por falta de acreditación de la posesión
("corpus'"y "animus') sea inocuo y el déficit que provocara el rechazo de
la pretensión pueda ser subsanado mediante un proceso ulterior.
(SCBA, C 97578 S, 17/6/2009, "Raimando, Carmelo y otro c/ Paz,
Claudia y otro s/ Usucapión”).

4. Haber sido desconocida en el juicio originario la posesión


alegada sobre el inmueble que se pretendía usucapir, no podían los
accionantes intentar un nuevo proceso de prescripción adquisitiva sobre
el mismo inmueble, aún aportando nuevos elementos de prueba sobre
la reclamada posesión del predio, si tal nuevo juicio -como sucede aquí-
importa proponer la revisión de lo decidido en el proceso originario, en
tanto el reconocimiento de la posesión en este juicio debe
necesariamente extenderse para abarcar aquéllos momentos anteriores
a 1992 (conf. art. 4015, Cód. Civil), esto es, por un período de tiempo
coincidente con el sometido al anterior proceso, configurándose así a
todas luces la cosa juzgada por identidad del asunto sometido
anteriormente a juzgamiento, su causa y su objeto.
(SCBA, C 97578 S, 17/6/2009, “Raimando, Carmelo y otro c/ Paz,
Claudia y otro s/ Usucapión”).

5. La sentencia dictada en el juicio de usucapión, seguido


conforme las previsiones del art. 24 de la ley 14.159, como bien se ha
recordado, hace cosa juzgada material. Aunque no se hubiera inscripto
registralmente la sentencia, valga aclararlo, la misma es consecuencia
natural de su disposición, además de resultar de su contenido y
decisorio que ha prosperado la prescripción adquisitiva por haber
operado a favor del usucapiente todo el tiempo de la posesión exigida
por la ley contra todo otra pretensa posesión que se oponga.
(CC0001, SM 62248, RSD-29-10 S, 16/3/2010, “La Unidad SA. c/
Valdez Torrez, Lidio y otro s/Reivindicación”).
(CC0001, SM 62249, RSD-29-10 S, 16/3/2010, “La Unidad SA. c/
Valdez Torres, Lidio y otro s/Daños y perjuicios").

6. Si el fallo recaído en la usucapión, expresamente declara


adquirido el dominio del lote individualizado en la causa a favor de la
actora, no resulta argumento válido pretender justificar la restitución
del bien recién ante una probable acción de reivindicación, forzada al
propietario por la reticencia del ocupante sin derecho, sin perjuicio del
pago aun pendiente de mejoras reclamadas o por el uso del bien,
recíprocamente pretendido por cada una de las partes y que bien pudo
ser reclamado sin perturbar la restitución del bien en tiempo razonable.
(CC0001, SM 62248, RSD-29-10 S, 16/3/2010, “La Unidad SA. c/
Valdez Torrez, Lidio y otro s/Reivindicación”).
(CC0001, SM 62249, RSD-29-10 S, 16/3/2010, “La Unidad SA. c/
Valdez Torres, Lidio y otro s/Daños y perjuicios”).

Sentencia arbitraria

1. Corresponde dejar sin efecto la sentencia que rechazó


la demanda por usucapión de un departamento si se sustenta tan sólo
en la voluntad de quienes la suscriben, ya que carece de base
normativa y no se compadece con las circunstancias de la causa
(Disidencia de los Dres. Eduardo Moliné O'Connor, Guillermo A. F. López
y Adolfo Roberto Vázquez).
(CSJN, Capital Federal, 20/8/96, “Piaña de Pagano, Magdalena
Luisa y otro c/ Propietario Avenida Rivadavia 2676/78/90. s/Recurso
extraordinario ”).

2. Corresponde dejar sin efecto la sentencia, si la cámara


sustentó el rechazo de la reconvención por usucapión en la supuesta
confesión de la demandada de que no habitaba en el inmueble en
cuestión en determinada época, sin advertir que ésta respondió a la
posición diciendo que no era cierto, negación que había quedado
parcialmente oculta en el margen por defecto de costura del
expediente, por lo que su razonamiento se encuentra viciado por un
error decisivo en la ponderación de las circunstancias de la causa.
(CSJN, Capital Federal, 18/6/1998, "García, Héctor Natalio
Gustavo y otro c/ Schiros, Ana María y otro. s/Recurso extraordinario’’).

3. Debe dejarse sin efecto la sentencia que rechazó la


reconvención por usucapión, si el razonamiento del a quo se encuentra
viciado por un error decisivo en la ponderación de las constancias de la
causa como es la supuesta confesión de la demandada de que no
habitaba el inmueble en cuestión, y el valorar especialmente los dichos
de un testigos atribuyéndolos a la accionada, cuando en realidad había
sido propuesto por la actora.
(CSJN, Capital Federal, 18/6/1998, “García, Héctor Natalio
Gustavo y otro c/ Schiros, Ana María y otro, s/ Recurso
extraordinario”).

4. Corresponde dejar sin efecto la sentencia que declaró


prescripta la acción de expropiación irregular, ya que el art. 4015 del
Código Civil se refiere a la prescripción adquisitiva y no a la liberatoria.
(CSJN, Capital Federal, 1/7/1997, “Garden, Jacobo Aarón y otros
c/ Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires s/ expropiación
inversa”).

5. La sentencia de la Cámara que declara hábil el plano para la


decisión del juicio de usucapión y devuelve los autos a la instancia de
origen para que dicte nuevo pronunciamiento no reviste carácter
definitivo en los términos del art. 278 del Código Procesal Civil y
Comercial, desde que no pone fin al pleito ni impide su continuación.
(Minoría u opinión personal)
(SCJ, La Plata, Buenos Aires, 23/11/1993, “Rodi, Amalia y ot. c/
Municip. de Campana s/ Usucapión ”).
6. Si bien los agravios del apelante remiten al examen de
cuestiones de hecho, prueba y derecho público local, ajenos como regla
y por su naturaleza al recurso extraordinario, corresponde hacer
excepción a tal principio cuando el tribunal -al rechazar la demanda de
usucapión- ha prescindido de considerar cuestiones oportunamente
alegadas y, “prima facie”, conducentes para la correcta solución del
litigio.
(CSJN, Capital Federal, 23/5/2000, “Gauna, Jorge Raúl; Roberto
Patricio Recalde; Juana Rosa Díaz; Héctor Ignacio Garrido y Alfredo
Meana c/ Estado de la provincia de Corrientes s/ prescripción
adquisitiva").

7. Corresponde dejar sin efecto la sentencia que rechazó la


demanda de usucapión, ya que frente a las probanzas que acreditan
que el estado provincial no detenta la posesión del bien en forma
efectiva y actual, la sola afirmación de que la declaración de
imprescriptibilidad del mismo obedece a razones de orden público,
aparece como una afirmación dogmática que desatiende las constancias
de la causa y los planteos de índole jurídica oportunamente propuestos
y conducentes para gravitar en la decisión del caso.
(CSJN, Capital Federal, 23/5/2000, “Gauna, Jorge Raúl; Roberto
Patricio Recalde; Juana Rosa Díaz; Héctor Ignacio Garrido y Alfredo
Meana c/ Estado de la provincia de Corrientes s/prescripción
adquisitiva”).

8. El recurso extraordinario contra la sentencia que rechazó la


reconvención por usucapión es inadmisible (art. 280 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación)
(CSJN, Capital Federal, 18/6/1998, “García, Héctor Natalio
Gustavo y otro c/ Schiros, Ana María y otro, s/ Recurso extraordinario
”).

Costas

1. No existe fundamento para la imposición de costas a la


demandada, ni puede afirmarse que ésta, revistiera la calidad de
vencida, si se advierte que no hubo planteado una infundada o tenaz
resistencia ni siquiera un tibio reparo-, al andamiento de la demanda,
susceptible de incrementar la actividad procesal mas allá de los pasos
necesarios para el logro del objeto perseguido (doct, art. 68 del C.P.C.).
El titular de un inmueble no tiene obligación de ocupar el bien, ni ejercer
sobre él actos posesorios pretendidamente revalidantes o conservatorios
de su dominio, pues el derecho de propiedad es perpetuo (2510 del
Código Civil). Por tal razón no procede considerar que el mismo, con su
conducta, da motivo al pleito, cuando un tercero se arroga derechos
posesorios sobre el mismo.
(CC0202, LP 100657, RSD-245-3 S, 9/10/2003, "Agrofarm SA.
c¡ Instituto agrario de la Provincia de Buenos Aires y otros s/
Prescripción adquisitiva”).
(CC0201, LP 110966, RSD-79-9 S, 7/5/2009, "Constanza de Rossi,
Norma Beatriz c/ Guz, Jaime y otros s/Prescripción adquisitiva”).

2. El poseedor “animus domini” que cumplió el plazo legal y


quiere regularizar registralmente su título, debe en todos los casos
iniciar el proceso de usucapión, y producir la prueba que la ley reclama,
independientemente de que el juicio se tome contradictorio, haya
allanamiento del demandado o éste se encuentre en rebeldía como aquí
sucede. No es entonces la actitud que asuma el titular del inmueble lo
que lo obliga a litigar, sino una necesidad legal inherente a este modo
de adquisición del dominio que le resulta ineludible. Por tanto, no es el
demandado quien dio lugar al litigio, sino una necesidad propia del
usucapiente inherente a su modo de adquisición.
(CC0002, SM52642, RSD-77-3 S, 20/3/2003, “Cerazo, Ester
Amanda c/ Bell Park S K L . s/ Usucapión ”).

3. La carga de las costas recae sobre las partes, las que deben
imponerse o distribuirse conforme a las reglas procesales; por lo tanto,
no cabe hacer distinción alguna según que la parte concurra al proceso
asistida por apoderado o patrocinante particular o lo haga mediante un
representante del Ministerio Público, sea éste el asesor de incapaces o
el defensor de pobres y ausentes; en otros términos, la forma en que es
representada la parte carece de incidencia sobre la carga de las costas
procesales.
(CC0203, LP 107740, RSD-52-7 S, 10/4/2007, “Hernández, Martín
Gabriel c/ Cantini, Guillermo María s/Prescripción adquisitiva bicenal/
usucapión”).

4. El principio de costas al vencido, consagrado en el art. 68


del Código de rito, se sustenta en que debe impedirse, en cuanto sea
posible, que los gastos requeridos por la actividad jurisdiccional obren
en perjuicio de quien teniendo razón se lo obligue a accionar. Como
excepción al mismo, si el litigio no depende del hecho del demandado o
de un hecho por el cual él deba responder, la acción no puede
ejercitarse sino a expensas del actor o, según el caso, a expensas de
ambas partes.
(CC0002, SM 57527, RSD-70-6 S, 6/4/2006, “Pérez, Ana María y
otra c/ Municipalidad de Gral. San Martin s/ Usucapión”).

5. Tratándose de una sucesión vacante, el curador es el que


ejerce activa y pasivamente los derechos hereditarios, siendo sus
facultades y deberes los del heredero beneficiario (art. 3541 del Cód.
Civil), lo que implica que el patrimonio del causante habrá de
mantenerse separado de la hacienda del Fisco, que será en este caso
quien lo suceda en los bienes luego de liquidado con ellos el pasivo
(arts. 3544,3588 y 3589 del Cód. Civil). Según nuestro ordenamiento
provincial, denunciada una herencia como vacante o devenida tal (art.
770, 2o párr., Cód. Proc.), se designará curador provisional en la
persona del señor Fiscal de Estado o el letrado que éste designe (art.
768 Cód. Proc.), siendo su obligación hacer inventario de los bienes de
la herencia (art. 3541, Cód. Civil) y atender en la medida de ellos su
pasivo (art. 3589, último párrafo, Cód. Civ.). La contestación de
demanda por usucapión de un inmueble de la sucesión por parte del
curador, se inscribe en su deber de realizar todos los actos necesarios
para la conservación de los bienes que se transmiten (arts. 3383 y 3541
Cód. Civ.), razón por la cual las costas que se generen son cargas de la
sucesión (art. 3879, inc. I o, Cód. Civ.) y es ésta quien responde por
ellas.
(CC0002, SM 58558, RSD-97-7 S, 17/4/2007, “Leonardi de Puri,
Martha Beatriz c/ Sucesores de José Giavedoni y Alvina Frappa de
Giavedoni s/ Posesión veinteañal”).
6. El poseedor “animus domini” que cumplió el plazo legal y
quiere regularizar registralmente su título, debe en todos los casos
iniciar el proceso de usucapión, y producir la prueba que la ley reclama,
independientemente de que el juicio se torne contradictorio, haya
allanamiento del demandado o éste se encuentre en rebeldía. No es
entonces la actitud que asuma el titular del inmueble lo que lo obliga a
litigar, sino una necesidad legal inherente a este modo de adquisición
del dominio que le resulta ineludible. En consecuencia, no es el
demandado quien dio lugar al litigio, sino una necesidad propia del
usucapiente inherente a su modo de adquisición siendo razonable
entonces, que la parte actora afronte las costas generadas por su
necesidad legal, pero no así aquellos gastos vinculados con el actuar de
la contraria.
(CC0003, SM 61266, RSD-23-9 S, 31/3/2009, “Lisi, Francisco
Leonardo y otra c/ The Argentine Northern Land Company Limited s/
Prescripción Adquisitiva ”).

7. El poseedor “animus domini que cumplió el plazo legal y


quiere regularizar registralmente su título, debe en todos los casos
iniciar el proceso de usucapión, y producir la prueba que la ley reclama,
independientemente de que el juicio se tome contradictorio, haya
allanamiento del demandado o éste se encuentre en rebeldía. No es
entonces la actitud que asuma el titular del inmueble lo que lo obliga a
litigar, sino una necesidad legal inherente a este modo de adquisición
del dominio que le resulta ineludible. En consecuencia, no es el
demandado quien dio lugar el litigio, sino una necesidad propia del
usucapiente inherente a su modo de adquisición siendo razonable
entonces, que la parte actora afronte las costas generadas por su
necesidad legal, pero no así aquellos gastos vinculados con el actuar de
la contraria.
(CC0001, SM 60087, RSD-64-8 S, 18/3/2008, “Mercado, Carlos
Andrés c/ Sucesores de Margarita Arrieta s/ Usucapión”).

8. El poseedor “animus domini” que cumplió el plazo legal y


quiere regularizar registralmente su título, debe iniciar el proceso de
usucapión y producir la prueba que la ley reclama (art. 24 Ley 14.159)
independientemente de que el juicio se torne contradictorio o haya
allanamiento por parte del demandado. No es entonces la actitud que
tome el titular del inmueble lo que obliga a litigar, sino una necesidad
legal inherente a ese modo de adquisición del dominio. Se deriva de ello
que tampoco es el demandado quien dio lugar al litigio sino una
necesidad jurídica.
(CC0002, SM59875, RSD-411-7 S, 4/12/2007, “Forani, Ada
Patricia c/ Lampugnani de Camsasca, Josefina s/ Posesión veinteañal”).

9. Siendo que, en materia de prescripción adquisitiva, es


el ordenamiento el que impone esta forma de proceso contradictorio del
cual ninguno de los involucrados puede quedar fuera, lo equitativo es
que, si ambas partes generaron costas, cada uno tome las suyas a su
cargo (art. 68, párr. 2°, Cód. Procesal), salvo que la demandada no se
allane ni se limite a negar, como aquí ocurre, sino que oponga defensas
obstativas al proceso de la acción, en cuyo caso, si ésta prospera y
aquellas son rechazadas, resultaría vencida y las costas deberían serles
impuestas (art. 68, párr. 1°, Cód. Procesal). Lo que no se puede es
ponerlas en cabeza del actor como lo pide este apelante, por cuanto es
quien en definitiva resulta vencedor cuando la acción prospera, como
aquí ocurre, siendo en definitiva el abandono en que incurrieran tanto el
titular dominial como sus sucesores los que posibilitaron la posesión
ejercida por el usucapiente, quien a su vez se vio constreñido por el
ordenamiento a iniciar esta acción para completar su señorío sobre la
cosa (arts. 2506,2513,4015 y concts. Cód. Civil).
(CC0002, SM 61246, RSD-21-9 S, 2115/2009, “Gover, Diego c/
Herederos de Agoslini, Luis s/ Prescripdón adquisitiva”).

10. El poseedor “animus domini” que cumplió el plazo legal


y quiere regularizar registralmente su título, debe iniciar el proceso de
usucapión y producir la prueba que la ley reclama (art. 24, ley 14.159),
independientemente de que el juicio se tome contradictorio o haya
allanamiento por parte del demandado. No es entonces la actitud que
tome el titular del inmueble lo que obliga a litigar, sino una necesidad
legal inherente a ese modo de adquisición del dominio. Se deriva de ello
que tampoco es el demandado quien da lugar al litigio sino una
necesidad jurídica propia de ese modo de adquisición.
(CC0002, SM 62028, RSD-203-9 S, 24/11/2009, “Alvarez, Diana María
c/ Zajac y Cervasi, Ana Juana s/ Prescripdón Adquisitiva”).

Potrebbero piacerti anche