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BENEFICIOS DE LA MÚSICA EN EL DESARROLLO INTEGRAL DE

LOS NIÑOS

AUTORA: Kathy Rosario Vásquez Caruajulca

I. INTRODUCCIÓN:

1.1. Descripción de la Realidad Problemática:

La música coexiste con el ser humano casi desde sus orígenes, y se puede decir incluso
que es inherente al él. La música, además, tiene presencia en todas las etapas de nuestra
vida, y, debido a que nos acompaña incluso desde antes de nacer, ejerce una influencia
muy significativa en nuestro desarrollo, específicamente desde que el feto es capaz de
escuchar sonidos y reaccionar ante ellos (entre las semanas ocho y doce
aproximadamente).

Por otro lado, el proceso de formación y desarrollo de los niños, ya sea por el carácter
rutinario en la enseñanza que tienen algunos docentes o por el entorno familiar en el que
los niños se desenvuelven, casi siempre ha resultado tedioso, tanto para el alumno, como
para el educador. Esto a su vez ha originado una búsqueda continua de recursos que
permitan que la transmisión de cualquier tipo de enseñanzas sea lúdica, placentera,
satisfactoria y motivadora para ambos.

En este contexto, en las últimas décadas se ha retomado/actualizado estrategias y aportes


de especialistas como Pestalozzi, Montessori, Piaget, y otros, que reconocieron la
importancia y el impacto que la música posee sobre el comportamiento de los niños en
las diferentes etapas de desarrollo. Del mismo modo, se ha vuelto a incidir en la “Teoría
de las Inteligencias Múltiples” del psicólogo Howard Gardner, especialmente en la
afirmación que hace de que la primera de las inteligencias que se desarrolla es la
inteligencia musical.

Este panorama ha permitido que la sociedad, y la comunidad científica y educativa,


vuelquen su atención hacia la música y generen una suerte de ‘tendencia musical’ en
torno a la educación de los niños; que a la vez desencadena una serie de inquietudes
sobre el rol que cumple la música en el desarrollo de los niños y los beneficios que aporta
en el proceso formativo de los mismos, especialmente en los primeros niveles de
educación.

1.2. Enunciado:

¿Cuáles son los beneficios de la música en el desarrollo integral de los niños?

1.3. Hipótesis:
Los beneficios de la música en el desarrollo integral de los niños son: Fortalecimiento
del Aspecto Socio-Emocional de los Niños (Afianzamiento de la Autoestima,
Reducción del estrés, Aumento de la sociabilidad), Fortalecimiento del Desarrollo
Psicomotor de los Niños, Fortalecimiento del Desarrollo Creativo de los Niños, y
Fortalecimiento del Desarrollo Cognitivo de los Niños (Aumento de la memoria, la
atención y la concentración, Facilidad para la resolución de problemas lógico-
matemáticos, Refuerzo del lenguaje).

1.4. Objetivo general:

Determinar cuáles son beneficios de la música en el desarrollo integral de los niños.

II. Argumentación:

Existen diversos planteamientos sobre la música y el desarrollo integral de los niños.

La música está compuesta por diversos elementos que suscitan la emoción, evocan
imágenes y provocan movimiento. Estos elementos son el ritmo, la melodía, la
armonía, el timbre, la intensidad... Cada uno de estos elementos llega al niño de forma
diferente y actúa según su grado de desarrollo. Se trata de un lenguaje que los niños
pueden comprender sin tener ningún conocimiento previo, porque son ellos los que le
dan significado. VAILLANCOURT (2009, p. 11)

Partiendo desde la estructura cerebral del ser humano (El Hemisferio Izquierdo: Verbal,
Secuencial, Temporal, Digital, Lógico, Analítico, Racional; y el Hemisferio Derecho-:
No verbal, Video-espacial, Simultáneo, Analógico, Gestalt, Sintético, Intuitivo),
podemos establecer que cada uno de los hemisferios cerebrales procesa de manera
diferente y selectivamente, determinados estímulos que le vienen dados del exterior.
Sin embargo, según DESPINS (1989), existe una relación entre ambos hemisferios a
través del cuerpo calloso, de tal manera que interactúan en paralelo; es decir,
intercambian información y se complementan: “el ritmo musical estimula los dos
hemisferios cerebrales. … el derecho recibe el estímulo musical y el izquierdo interpreta
y controla la ejecución. … La música siempre será el mejor medio para desarrollar y
acrecentar adecuadamente este fenómeno cerebral”.

En tal sentido, recientemente, algunos científicos han probado que la música estimula
el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro, que es el encargado del desarrollo de
actividades básicas como el aprendizaje del lenguaje, la escritura, los números y el uso
de la lógica.

2.1. FORTALECIMIENTO DEL ASPECTO SOCIO-EMOCIONAL DE LOS


NIÑOS

“El arte crea la sonoridad interior, es decir, una nueva dimensión de la vida afectiva.
… Se libera de la afectividad común. El arte musical es el punto de contacto entre el
mundo sonoro y el mundo afectivo” DELACROIX (citado en WILLEMS, 1981).

Para WILLEMS (1981), la música se trata de una actividad humana más global y
armoniosa, es aquella en la que el ser humano es, a la vez, material, espiritual, dinámico,
sensorial, afectivo, mental e idealista.

En ese contexto, la actividad musical es un medio muy eficaz para que los seres humanos
se desinhiban, se relacionen, logren mejorar su autoestima y nivel de seguridad. Además
favorece las relaciones interpersonales y la práctica de valores como el respeto, la
tolerancia, la solidaridad, la cooperación, el esfuerzo y la perseverancia.

Por otro lado, en la actualidad, se otorga tanta importancia a la influencia psíquica de la


música sobre el individuo, que la medicina moderna utiliza este arte como instrumento
de psicoterapia (la musicoterapia).

Sin embargo, cabe resaltar que, para que los niños puedan beneficiarse de los aspectos
antes señalados, es importante y casi imprescindible introducirlos en el mundo musical
desde una edad temprana, cuando se va a formar tanto su espíritu como su mente.
Afianzamiento de la Autoestima:

Desde siempre se le ha reconocido a la música su poder de suscitar emociones e influir


en el estado de ánimo de las personas, por eso Pitágoras la consideraba como «una
medicina para el alma».

La música entonces, es el elemento fundamental para conseguir el equilibrio afectivo,


emocional, intelectual y sensorial que pretende la educación pre-escolar y escolar. Desde
una perspectiva biológica, el disfrute en la escucha o ejecución de la música hace que
segreguemos endorfinas que actúan como analgésicos naturales, que no solo hace que
las personas se sientan con más control sobre su dolor, sino que ayudan a sobrellevar las
angustias cotidianas, a aumentar la felicidad, y a disminuir la depresión.

Tanto en niños como en adultos, la música evoca emociones y nos lleva a estados de
relajación o activación de los sentidos cuando escuchamos las melodías adecuadas.
Escuchar canciones alegres cuenta con la virtud de cambiar el ánimo de una persona
rápidamente, y ayuda a tener autocontrol, mejora el poder de seducción y vence la
timidez; puede mejorar desde un momento triste hasta un estado de estrés.

Específicamente en la niñez, al momento de interactuar con la música ya sea por medio


de canciones o bailes, como ocio o como actividad supervisada, aporta al niño mayor
amor propio mediante una acción divertida y entretenida.

Por otra parte, conseguir tocar una melodía con un instrumento provoca la misma
reacción en los niños, pues según sean los avances que van experimentando producirán
una gran satisfacción y alegría en ellos, pues sienten que todo su esfuerzo ha valido la
pena.

Reducción del estrés:

Las mismas endorfinas que actúan como analgésicos naturales y que ayudan a a
aumentar la felicidad, y a disminuir la depresión, reducen significativamente los niveles
de estrés y ansiedad.
Escuchar música suave durante media hora, al menos dos veces por semana, reduce
significativamente los niveles de estrés y ansiedad, así mismo, desarrolla de un
fuerte vínculo afectivo que estimula la inteligencia emocional.

Está demostrado que dedicar unos minutos al día a la música de baja frecuencia es una
de las mejores técnicas de relajación que existen. Las melodías suaves, despiertan y
desarrollan emociones y sentimientos que pueden modificar el estado de ánimo y
promover la reflexión, además, claro, de fomentar el autocontrol y provocar un efecto
relajante sobre los estados de tensión y el estrés del día a día. Así mismo, la música
ayuda a sostener periodos más profundos de meditación.

Aumento de la sociabilidad:

Coincidiendo con CAPRAV (2003) que propone que “se considere a la educación a
través de la música como uno de los pilares del desarrollo integral del ser humano”; la
música no solo se trata de una expresión artística, sino de un recurso pedagógico que
puede ser empleado para promover el desarrollo integral de los niños.

La música invita a socializar, crea vínculos entre personas que comparten una pasión
similar o que comparten sentimientos, y además acrecienta las posibilidades de conocer
nuevas personas y tener una vida social más activa. Todo ello, promueve un clima de
colaboración y respeto que se consolida aún más cuando aparte de escuchar música, se
ejecuta, ya sea en equipo o individualmente para los demás.

La música da la oportunidad a los niños de interactuar con otros niños y con adultos,
brindando más ocasiones para desarrollarse en sociedad. Si a esto, lo reforzamos con la
participación en bailes en grupo, grupos de canto, etc. promueve que los niños puedan
conocer a más gente, expandir sus horizontes, y a la vez divertirse.

En ese sentido, la reproducción vocal o en la interpretación instrumental colectiva,


genera sentimientos placer y de solidaridad social en el niño, pues toda intervención
activa como parte de un conjunto, en este caso vocal o instrumental, despierta en el niño
la conciencia de la comunidad, y el respeto por ella.
2.2. FORTALECIMIENTO DEL DESARROLLO PSICOMOTOR DE LOS
NIÑOS

Existe una relación bastante estrecha entre la música y la educación motriz, y tal como
señala PASCUAL (2006). “la educación musical no puede desarrollarse sin el cuerpo
y el movimiento, y la educación psicomotriz necesita de la música, la voz y los
instrumentos musicales”.

Gracias a la música los niños desarrollan y descubren sus propias posibilidades de


movimiento y las posibilidades sonoras de su propio cuerpo, toman conciencia de su
esquema corporal y se crean una imagen más precisa de sí mismos.

Las canciones permiten desarrollar la espacialidad y realizar multitud de actividades con


el cuerpo, como movimientos naturales de locomoción, tales como caminar, saltar, girar,
correr, etc.; se trabajan las direcciones: delante, detrás, hacia un lado, hacia el otro, etc.;
se comienza a trabajar la lateralidad: izquierda, derecha.

Por medio de la música, el niño puede mejorar su coordinación, y además al combinarse


con el baile y adaptar su movimiento corporal a los ritmos, estimula los sentidos, el
equilibrio, y el desarrollo muscular de los niños.

Cada tipo de música se puede bailar de distintas formas, por lo que los niños pueden
articular una pequeña coreografía entre todos, contribuyendo de esta forma a la
potenciación del control rítmico de su cuerpo.

En el aspecto psicomotor, la música condiciona el cuerpo, desarrolla la psicomotricidad


fina y gruesa, la agilidad corporal y autonomía, y el combate o energía constructora, es
decir, ayuda al niño a aprender a moverse y a ser consciente del espacio que le rodea.

2.3. FORTALECIMIENTO DEL DESARROLLO CREATIVO DE LOS


NIÑOS

La creatividad es una de las particularidades más destacadas del ser humano, y se sabe
que cada niño o niña posee un talento creador natural. En palabras de LOWENFELD Y
BRITAIN, (citado en ANGEL, 2013) :
Todos los niños nacen creativos... no debemos preocuparnos por motivar a los niños
para que se comporten en forma creativa; lo que si debe preocuparnos son las
restricciones psicológicas y físicas que el medio pone en el camino del pequeño que
crece inhibiendo su natural curiosidad y su comportamiento exploratorio. (p.27)

No existe un patrón de creatividad, ésta se presenta en diversas formas de expresión sin


importar género, educación, status, etc. Sin embargo, esta capacidad creativa, no alcanza
el mismo nivel en todas las personas, puesto que siempre depende del grado de estímulo
que se haya dado al individuo en sus primeros años de vida.

Por otro lado, interactuar con una disciplina artística, de por sí, induce a que el niño
desarrolle su mundo interior; en este caso, la música predispone a los niños a desarrollar
o mejorar sus habilidades para otras materias artísticas, como el dibujo y la pintura.
Conjuntamente, el reconocimiento de pautas rítmicas en una melodía estimula la zona
creativa del cerebro (hemisferio derecho), impulsando directamente al niño a desarrollar
su imaginación.

A través del arte, el ser humano logra inspirarse en sus propios sentidos y expresar su yo
interior. Si bien la música promueve la espontaneidad y la sensibilidad para crear y
expresarse, también requiere del desarrollo de una serie de habilidades y destrezas
auditivas, motrices, vocales, y teóricas, por eso, lo ideal es que exista un aprestamiento
básico en la niñez.

Sin embargo, tratar de imponer muy pronto una excesiva rigidez a en esa etapa de
aprestamiento, indudablemente traería consigo la destrucción del germen creador del
niño. Por timidez, el niño se inhibiría, y, lo sencillo le resultaría difícil. Por consiguiente,
es de suma importancia que en un inicio el niño se exprese con absoluta libertad, para
luego darle una orientación adecuada.

2.4. FORTALECIMIENTO DEL DESARROLLO COGNITIVO DE LOS


NIÑOS

Poder observar cómo se tocan diferentes instrumentos despierta en los niños curiosidad
y entusiasmo por aprender, y para Sarget (2003), la música, ya que contribuye a
desarrollar los sentidos que son los receptores de la información, potencia las
capacidades cognitivas de los niños.
Los efectos de la música en los niños, no solamente se limita a eliminar la
sensación de fatiga, cansancio y aburrimiento, sino que también actúa como un
estimulante que aumenta la productividad. Además, favorece el desarrollo del
lenguaje, que es una de las principales áreas de contenido en Educación Infantil.

La música promueve el desarrollo de las funciones intelectuales: la atención, la memoria,


el análisis, la concentración, el pensamiento lógico, la elaboración de conceptos, y el
desarrollo del lenguaje oral la comprensión del lenguaje musical. Hay investigaciones
que demuestran que los alumnos que estudian música aprenden con más facilidad otras
materias.

Aumento de la memoria, la atención y la concentración:

Cuando se reciben clases de música, ésta activa a ambos hemisferios cerebrales. Por esta
actividad, la concentración, memoria y disciplina de un estudiante se ven obligadas a
ejercitarse, y por ende, este ejercicio mejorar notoriamente la capacidad de las aptitudes
mencionadas.

La explicación científica que dan los investigadores a este suceso es que la música
favorece la neurogénesis, es decir, a la generación de nuevas neuronas. En tal sentido, el
incremento del número de neuronas, facilitará los procesos cognitivos del individuo y le
ayudará a estar expuesto a sufrir en menor riesgo aquellas enfermedades asociadas a la
muerte neuronal como pueden ser por ejemplo el Alzheimer.

Así mismo, está comprobado que la música con ritmos fuertes hace que la concentración
permanezca más aguda y los pensamientos más alerta. En cambio, escuchar música
suave, mejora la capacidad de concentrarse durante más tiempo, y promueve un estado
de calma y meditación.

De igual modo, está demostrado que el niño desarrolla su capacidad de concentración


cuando escucha música. Al prestar atención a la melodía y a la letra de las canciones, los
niños aprenden a recordar y reproducir lo escuchado mientras se divierten cantando. En
esta actividad evocadora, al desarrollo de la imaginación se une asimismo la doble
ejercitación de la atención y la memoria.
Refuerzo del lenguaje:

Como señalé en la introducción, la música es inherente al ser humano; se trata entonces


de un lenguaje que, sin haberlo estudiado, todos poseemos y nos sirve para expresarnos
y comunicarnos.

La música comparte área cerebral con el lenguaje, por ello el cerebro infantil no
distingue diferencia entre ambos, y aprende las palabras al inicio a través de la
musicalidad. En este sentido, la música es el punto de ingreso del infante a la
comunicación verbal, puesto que ayuda a comprender mejor y a articular palabras.

Sin embargo, para que un niño entone la letra de una canción supone una
preparación pre-verbal, es decir primero tiene que conocer su ritmo, y familiarizarse
con él (tatarear). Si a esto le sumamos el baile y la ejecución de algún instrumento los
niños comenzarán a hablar antes.

A través de la música los niños afianzan su capacidad de discriminación auditiva, y las


letras de nuevas canciones aportan palabras y sonidos que permiten al niño ampliar su
vocabulario. Por ello, la música es también un gran apoyo para el aprendizaje general.

Así mismo, características sustanciales de la música, como el tono, el timbre, la


intensidad y el ritmo, están estrechamente relacionadas con las variaciones del habla de
los distintos idiomas. Cada uno de estos tiene un acento distinto, y en la música
encontramos diversos tonos, timbres, y ritmos que se podrían acoplar a los idiomas, lo
que facilitaría su aprendizaje.

Facilidad para la resolución de problemas lógico-matemáticos:

La música se sirve de la matemática para explicar los valores rítmicos, la cifra de


compás, la división de compases, los tonos y semitonos, los grados de la escala, etc.

La música está hecha de ritmos y pausas, variaciones de tiempos, intensidades, conjuntos


de instrumentos, etc; o sea, básicamente, tiene una composición matemática. Por ello
que el aprendizaje de esa área se ve muy mejorado, ya que con la música las capacidades
de análisis, la síntesis y el razonamiento, así como la estructuración de los mapas
mentales, están ampliamente estimuladas.
El conocimiento de los patrones rítmicos aumenta el razonamiento del niño para
encontrar soluciones más complejas a problemas matemáticos y de lógica. Si además se
le añade la educación musical, el efecto aumenta; pues comprender la duración de las
notas en una partitura activa directamente la zona del cerebro relacionada con las
operaciones matemáticas.
III. Conclusiones:

 La música fortalece el aspecto socio-emocional de los niños; pues a través de la


activación de los sentidos, propicia la secreción de endorfinas, ayudando
indirectamente a fortalecer la autoestima de los niños, a reducir sus niveles de
estrés, y a mejorar sus relaciones sociales.

 Con la música se fortalece el desarrollo psicomotor de los niños. La expresión


corporal del niño se ve más estimulada, los niños desarrollan y descubren sus
propias posibilidades de movimiento y sonoras, con esto van tomando conciencia
de su cuerpo y se crean una imagen más precisa de sí mismos. Además, la música
contribuye de esta forma a la potenciación del control rítmico de su cuerpo, al
desarrollo de la psicomotricidad fina y gruesa, la agilidad corporal, etc.

 La música fortalece el desarrollo creativo de los niños; pues estimula la zona


creativa del cerebro (hemisferio derecho), impulsando directamente al niño a
desarrollar su imaginación. Si bien la música promueve la espontaneidad y la
sensibilidad para crear y expresarse, también requiere del desarrollo de una serie de
habilidades y destrezas auditivas, motrices, vocales, y teóricas, por eso, lo ideal es
que exista un aprestamiento básico en la niñez.

 La música fortalece el desarrollo cognitivo de los niños; puesto que promueve el


desarrollo de las funciones intelectuales como la memoria, la atención, la
concentración, desarrollo del lenguaje oral, y otras. El conocimiento de los patrones
rítmicos aumenta el razonamiento del niño para encontrar soluciones más
complejas a problemas matemáticos y de lógica.

 La música siempre alcanza al niño en todas las esferas de su formación y desarrollo,


ya que tiene efectos físicos, intelectuales, afectivos y sociales.
IV. Bibliografía:

 ANGEL, R; Camus, S y Mansilla, C. (2013). La música y su rol en la formación


del ser humano. Consultado el 07/07/2017 y recuperado de:
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/122098/La_musica_y_su_rol_en
_la_formacion_del_ser_humano.pdf;sequence=1
 CAPRAV, A. (2003). Creciendo con música. Buenos Aires, Argentina: Agedit.
 DESPINS, J. (1994). .La música y el cerebro. Barcelona, España: Ed. Gedisa.
 PASCUAL, P. (2006). Didáctica de la música para educación preescolar. Madrid,
España: Pearson, Prentice Hall.
 SARGET, M. (2003). La música en Educación Infantil: estrategias cognitivo-
musicales. Revista de la Facultad de Ciencias de la Educación de Albacete. Nº 18.
Consultado el 07/07/2017 y recuperado de:
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1032322
 VAILLANCOURT, G. (2009). Música y Musicoterapia. Su importancia en el
desarrollo infantil. Madrid, España: Ediciones Narcea.
 WILLEMS, E. (1981). El valor humano de la educación musical. Barcelona,
España: Paidós Ibérica.

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