Sei sulla pagina 1di 3

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

PROGRAMA DE QUIMICA

PROCEDIMINETOS QUÍMICOS INDUTRIALES

NOMBRE: JHONNATHAN GONZALO VILLACIS FRANCO

BIODEGRADABILIDAD DE PRODUCTOS QUÍMICOS

La biodegradación es definida como el proceso de degradación microbiana de sustancias


orgánicas complejas en sustancias más sencillas. La biodegradación puede ser primaria o última.
La biodegradación primaria se refiere a la desaparición de la sustancia original, y por lo tanto a
los estadios iniciales de este proceso. La biodegradación completa o última se refiere al proceso
mediante el cual se lleva a cabo la transformación total de una sustancia orgánica compleja en
CO2, CH4, y constituyentes del material celular (biomasa). Los beneficios ambientales de una
biodegradación completa, incluyen concentraciones ambientales más bajas, niveles más altos
en los márgenes de seguridad, y la ausencia de residuos o metabolitos intermedios persistentes,
que pudieran acumularse en algún compartimiento del ambiente.

Un área importante dentro de la gerencia ambiental de sustancias químicas a nivel mundial, es


la del Análisis de Riesgo Ambiental (ARA), que determina la seguridad ambiental de sustancias
químicas. Cowan et al. (1995), describe como conducir un ARA para productos de consumo
masivo. Hay dos tipos de información que necesita ser recolectada para conducir un ARA. El
primer tipo de información determina el efecto de la sustancia sobre organismos
representativos del ecosistema. Para esto existen diversos bio-ensayos que predicen las
concentraciones ambientales capaces de tener efectos letales y/o crónicos (p.e. LC50) sobre
especies indicadoras. Los datos obtenidos de estas pruebas son usados para predecir la
concentración que no producirá ningún efecto letal en el medio ambiente, PNEC (Predicted No-
effect Concetration). El segundo tipo de información requerido determina el destino final de la
sustancia química de interés, y se refiere a la predicción o medición del uso, descarga, y
propiedades ambientales de la sustancia (Holman, 1981). Estas propiedades incluyen
volatilización, absorción, solubilidad, degradación física/química y biodegradabilidad. La
degradación tanto físico/química como biológica es importante porque reduce la concentración
ambiental de la sustancia original. La biodegradación, por otra parte, reduce tanto la masa como
la concentración, y por ende, es el proceso más eficiente de remoción de una sustancia del
ambiente. También existen diversos ensayos estándar para determinar tanto la
biodegradabilidad como otras propiedades relevantes al destino final de una sustancia química
en el medio ambiente. Los datos obtenidos de estas pruebas son utilizados para predecir la
concentración ambiental de la sustancia, PEC (Predicted Environmental Concentration).
Finalmente, dentro del ARA se hace una "Caracterización del Riesgo", al calcular el cociente de
riesgo: PEC/PNEC. Brevemente, si este cociente es menor que uno, la sustancia es considerada
segura para el ambiente.

El principio de todos los ensayos que existen para determinar la biodegradabilidad de una
sustancia consiste en el exponer dicha sustancia a una población mixta de microorganismos
ambientalmente representativa, y medir su desaparición como consecuencia de la actividad de
estos microorganismos. Para lograr esto, todas las pruebas de biodegradabilidad incluyen: 1)
Inóculo de micro-organismos descomponedores, 2) Una sustancia a probar y una forma de
detectar su desaparición, y 3) Tiempo, que en la mayoría de los ensayos ha sido establecida
arbitrariamente en 28 días.

Se recomienda una adaptación de la prueba de biodegradabilidad Inmediata descrita en la


Norma Internacional ISO 9439 (1990). La modificación más significativa aquí propuesta,
involucra la medición de tres parámetros, en vez de uno, al determinar la biodegradabilidad de
sustancias orgánicas. Éstos son: producción de CO2, desaparición del COD, y un indicador de
biodegradación primaria (p.e. SAAM). Este ensayo puede ser utilizado para determinar la
biodegradabilidad de cualquier sustancia orgánica no-volátil, soluble o insoluble, conocida o no.
Así mismo, esta prueba permite detectar efectos tóxicos o inhibitorios que la sustancia a probar
pueda tener sobre el inóculo, algo crucial para eliminar resultados falsos negativos.

Esta prueba se basa en la medición del CO2 producido durante la biodegradación de la sustancia
a probar, al pasar el gas proveniente de las cámaras o botellas experimentales a través de una
solución de hidróxido de bario (Ba(OH)2), donde el CO2 es precipitado como carbonato de bario
(BaCO3). Se utiliza una solución de 0.024N de Ba(OH)2, cuya normalidad es calibrada a través de
una titulación contra un estándar conocido. Esta calibración se debe realizar constantemente,
pues la normalidad del Ba(OH)2 cambia al entrar en contacto con CO2. Con una titulación por
retroceso de la solución de (Ba(OH)2) con 0.05N ácido clorhídrico (HCl), la cantidad de CO2
producida se determina al sustraer de los resultados de esta titulación, los resultados de una
titulación similar de un control blanco.

La producción de CO2 de todas las cámaras o botellas experimentales se mide cada dos días
durante la completa duración de la prueba, y se compara con la producción de CO2 teórica
(TCO2) si se asume una completa degradación de la sustancia. La producción teórica de CO2 se
calcula utilizando la siguiente ecuación (ec. 1):

TCO2 = 44/12 x Conc. de C de la Sustancia Experimental x Volumen (ec.1)

Generalmente, las primeras preguntas referentes a la aplicabilidad de este tipo de ensayos sobre
productos de consumo masivo, están dirigidos a las razones por las cuales se realizan sobre
ingredientes individuales y no sobre el producto terminado. Sin embargo, al entender el destino
final y los mecanismos involucrados en el comportamiento de una mezcla compleja (p.e.
producto terminado) una vez que ésta ha sido descargada al ambiente, así como también las
inmensas dificultades que implica la interpretación de datos obtenidos de pruebas de
biodegradabilidad realizadas sobre mezclas, el lector entenderá las razones por las cuales estos
análisis se realizan sobre ingredientes individuales. Cualquier formulación de un producto de
consumo masivo contiene una gran variedad de ingredientes con propiedades individuales. Una
vez que éste producto es descargado al medio ambiente, cada uno de los ingredientes que lo
constituyen forman parte de una matriz compleja en las aguas residuales. El destino final de
cada uno de estos ingredientes dependerá de sus propiedades individuales, fisicoquímicas y/o
biológicas. Es decir que estos pueden ser transformados por procesos de degradación
fisicoquímica (hidrólisis, fotodegradación) o biológica (biodegradación), o removidos de la fase
acuática por procesos de absorción o volatilización. Por ende, las propiedades individuales de
cada ingrediente, y su potencial para ser degradado biológicamente, nos proveen la información
más relevante para estimar el destino final de una sustancia en el medio ambiente. De cualquier
manera, incluso quisieramos realizar ensayos de biodegradabilidad sobre productos
terminados, no existe ninguna forma práctica o posible de interpretar los datos obtenidos.

Las agencias regulatorias a nivel mundial que exigen pruebas de biodegradabilidad, lo hacen
sobre ingredientes individuales y no sobre productos terminados. A su vez establecen un sistema
de confianza y cooperación con las compañías manufactureras, donde se les asegure que la
formulación del producto que llega al mercado, posee realmente los ingredientes reportados.

Bibliografia :

ISO. The International Organization for Standardization. "Water Quality - Evaluation in an


aqueous medium of the "ultimate" aerobic biodegradability of organic compounds - Method by
analysis of released carbon dioxide". ISO9439. 1ª Ed. 1990.

Holman, W.F. (1981). Estimating the Environmental Concentrations of Consumer Product


Components. En: Aquatic Toxicology and Hazard Assessment: Fourth Conference, ASTM, STP
737, p. 159-182. D.R. Branson and K.L. Dickson (Ed). American Society of Testing and Materials,
Philadelphia, PA.

Cowan, C.E., D.J. Versteeg, R.J. Larson and P.J. Kloepper-Sams (1995). Integrated -Approach for
Environmental Assessment of New and Existing Substances. Reg.Toxicol.Pharm. 21(1): 3-31.

Potrebbero piacerti anche