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Por Alberto Arjona

Grabador - Argentina

INTRODUCCIÓN
Los comienzos del grabado en Argentina se remiten al siglo XVII con la
introducción en el Río de la Plata de la imprenta por parte de los jesuitas en las
misiones del Paraguay, los cuales imprimieron unos de los primeros incunables
en Sudamérica, basándose en copias de imágenes y textos de origen europeo.
Con su expulsión, la imprenta fue trasladada una parte a Buenos Aires y otra a
Córdoba, decayendo su producción para emerger nuevamente en el siglo XVIII
pero sin la calidad y cantidad de décadas pasadas.
A partir de 1810 junto con los cambios políticos ocurridos en nuestro país, el
grabado también se ve modificado no solamente en su imagen sino también en
la técnica. Llegan al país profesionales con inclinaciones artísticas llamados
"los Artistas Viajeros" que documentaron de manera singular las costumbres y
paisajes de las Provincias Unidas.
A fines del siglo XIX se afianza la litografía como técnica aplicada para la
impresión de periódicos con acento sobre lo social-político. También cabe
destacar el inicio de los primeros centros de formación de bellas artes llamado "
la Sociedad de Estímulo de Bellas Artes" que en 1905 va a tomar el nombre de
"Academia Nacional de Bellas Artes", siendo su primer director E. De la Cárcova
y vice E. Sívori.
A partir del siglo XX la República Argentina atraviesa nuevamente replanteos
socio-políticos, en algunos casos impulsados por las corrientes inmigratorias
internas y externas que de alguna manera influirán en el pensamiento de
numerosos artistas, por ejemplo los denominados "Artistas del Pueblo" que
vieron en el grabado una posibilidad de difundir sus ideas.
En la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, el arte impreso tomará
nuevos rumbos, no solamente por el aporte de nuevas técnicas sino por las
propuestas de los artistas grabadores, dedicados tanto a las técnicas clásicas
de grabado como a las innovaciones aportadas por el arte digital.

1 -La práctica del grabado en Argentina se inicia simultáneamente con la introducción de la imprenta, cuando a principios
del siglo XVII la Provincia Jesuítica del Paraguay consiguió instalarla logrando obtener lo que desde 1630 habían
solicitado según consta en la documentación de la Congregación Provincial celebrada en Córdoba: "Insistentemente pide
la Congregación que nuestro Procurador General nos conceda una imprenta para publicar varias obras en lengua
indígena sumamente necesarias". En Roma EL Padre Ferrusino comisionado del congregación entregaba al General de
la Compañía, refiriéndose a los libros: ...y por no se poder imprimir, si es sin asistencia de los que entienden las dichas
lenguas, no se han traído imprimir a Europa, por otra parte para comunicarlos es necesario imprimirlos. Suplico a V.P.
nos mande dar de las Pcias. De Francia o de Alemania y Flandes algún hermano que entienda de eso para que
comprando una imprenta se pueda conseguir este efecto de tanta importancia para el bien de las almas".

Cabe destacar los nombres de los padres alemanes Juan Bautista Neuman, Segismundo Aperger y el español José
Serrano. Como señala Furlong, sólo el papel fue traído de Europa, porque la prensa no fue importada sino que fue una
creación original nacida en plena selva misionera

En el primer tercio del siglo XVIII salieron de aquella prensa tipográfica obras de tal volumen como ser "el Flos
Sanctorum" de Rivadeneria, La Diferencia entre lo temporal y lo eterno... "de Nierembreg, "la explicación del catecismo"
en lengua guaraní escrita por el indio Nicolás Yapaguay impreso en 1724, entre otros libros se llegó también a
imprimir efemérides, calendarios y tablas astronómicas.
En 1700, quizás en Loreto se acabó de imprimir el último pliego de un libro que llevaba el título de "Martirologio Romano"
que puede ser calificado como el primer incunable del Río de la Plata. Simultáneamente se imprimió el " Flos Sanctorum"
del padre Rivadeneira, traducido al guaraní por el padre Serrano. Cabe destacar que previamente a la fusión de
caracteres tuvo que ser creado un alfabeto que correspondiera al nuevo idioma: el guaraní.

Para estas impresiones obtuvieron las licencias necesarias en aquel tiempo,


entre otras: la de la Autoridad Secular cuyo original poseía D.Pedro de Angelis y
la menciona con este título: "La licencia acordada por el Virrey del Perú, de
imprimir libros en lengua guaraní en las misiones del Tucumán, 1703".
Se puede decir que en las Misiones Jesuíticas del Paraguay se hicieron loa
mejores trabajos que salieran de prensas argentinas en el época colonial y tal
alarde de perfección no se volvió a repetir.
Transcribió Manuel Ricardo Trelles un párrafo del P.Seep que dice: "No se puede
concebir adonde llega el industria de los indios para las obras de la mano, les
basta ver una obra de Europa para hacer otra semejante, imitándola con tanta
perfección que no es fácil conocer cuál de las dos ha sido hecha en el Paraguay,
tengo entre mis neófitos uno llamado Paica, que hace todo género de
instrumentos musicales y los toca con admirable destreza, el mismo graba sobre
el bronce, habiéndolo pulido, esferas astronómicas, órganos de nueva invención
y muchas otras obras de esta naturaleza.

DE LA DIFERENCIA ENTRE LO TEMPORAL Y LO ETERNO

"De diferencia entre lo temporal y lo eterno..." Del Padre Eusebio Nieremberg en traducción al guaraní por el Padre José
Serrano constituye uno de los mejores Libros desde el punto de vista artístico y tipográfico publicado durante la época
colonial y probablemente durante el período independiente.
Esta obra compuesta por 438 páginas a dos columnas, magníficamente ilustradas con
43 láminas grabadas en cobre, buriladas y 67 viñetas e iniciales, en su mayor parte xilográficas. Las letras capitales
representan escenas de la vida de Cristo y tienen 35 mm. de lado y en cuanto a las viñetas están ejecutadas en
xilografía.

Las ilustraciones no son trabajos originales sino, en su mayoría, reproducciones, algunas veces invertidas de una edición
flamenca publicada en Amberes en 1684 con láminas originales de Bouttats, especialmente grabada para esa edición.

El identidad que se observa entre ambas, según Trostiné, no se deja lugar que los artistas misioneros tuvieron al vista un
ejemplar de esa edición, en cambio no pertenece a Bouttats el primero de los grabados que representa al padre Tirso
González de Santa Cruz Superior del Compañía de ese momento.
Esta lámina debía ser tomada de un original ingles que no se ha podido localizar, fundamentada en la presencia del
escudo de Gran Bretaña en la parte superior y sobre todo el reloj ingles del S. XVIII que aparece en la parte inferior.
Única lámina de la serie que lleva firma: Joan Yapari Sculps.
Todas las estampas que ilustran este incunable poseen un valioso código simbólico e iconológico muy marcado, en
algunas de ellas hay referencias a las dos potestades: la espiritual y la terrenal.
Estas imágenes tienen semejanzas con grabados realizados en Puebla de los Ángeles - México por Manuel Villavicencio
en la primera mitad del S.XVIII y pueden llegar a tener un patrón común, no está comprobado si corresponde a la edición
de Bouttats.
Por último, según Trostiné, las láminas fueron realizadas por otros artistas ya que se puede apreciar la existencia de
varias manos de paralela calidad.
Entre otros trabajos realizados en el ámbito de las misiones Jesuíticas del Paraguay se destaca el pequeño grabado que
aparece en la "Explicación del Catecismo en lengua guaraní" escrito por Nicolás Yapaguay y lo estampa con la imagen
de "San Juan Nepomuceno Mártir" que lleva en la parte superior la inscripción: "Fecit por el indio Thomas Tilcara en la
misión de San Ignacio Provincia Paraguay y la fecha 1728 año de su realización.

Este grabado es de un valor fundamental en la Historia gráfica argentina no solamente por la calidad de su impresión
sino también porque tanto la fecha como el lugar están indicados con precisión.
Por lo tanto el último grabado con una fecha concreta fue éste, aunque es muy cierto que la imprenta siguió funcionando
algunos años más. Muchos debieron ser los grabados realizados por la imprenta misionera, si bien casi la totalidad de
ellos deben considerarse perdidos definitivamente.
GRABADOS Y GRABADORES DENTRO DE LA EPOCA INDEPENDIENTE.
A partir de 1810 junto a los cambios políticos ocurridos en el Rio de la Plata, la práctica
del grabado va a sufrir ciertas modificaciones en cuanto a la imagen como en la técnica.
En la misiones jesuíticas el arte gráfico cumplía la función de satisfacer las necesidades catequistas que lo
puramente artístico mientras que con la independencia adquiere un carácter ilustrativo y utilitario sirviendo para trasmitir
las virtudes cívicas y patriotas de la pequeña aldea, tal lo demuestra el retrato de San Martin de cuerpo entero a caballo
grabada por Nuñez de Ibarra según la siguiente inscripción que lleva la estampa:”la dibuxo y grabo Nuñez de Ibarra,
natural de las Provincias Unidas deSudamerica-aveccionado” titulado “El Exmo. Sr. Don José de San Martin, vencedor
de San Lorenzo, Chacabuco y Maipú: Dedicado al Exmo. Cabildo de Buenos Aires -1818. Ambrosio Cramer, antiguo
oficial francés napoleónico lo llevó hasta Gericault, junto a un retrato ecuestre de M. Belgrano, ambos retratos sirvieron
de inspiración de las famosas litografías. Otras de las características que va a tomar el grabado con la llegada de artistas
europeos, es que estos van a tratar de dar a conocer al viejo mundo, todo lo exótico y pintoresco a la manera de difusión
de los modos y costumbres de vida en la Provincias Unidas, tal lo demuestra Fernando Brambilla en su obra “Vistas de
Buenos Aires desde el camino de las carretas”o Tomás Fernyhaug en su “Vista de la ciudad tomada desde el barco”. En
cuanto a la técnica que se utilizó fue la litografía que comenzó a difundirse en Europa a principios del siglo XIX
por A.Senefelder, formándose establecimientos de impresiones litográficas, el principal perteneció a
GodofredoEngelman (discípulo de Senefelder) quien imprimió la primera vista de Buenos Aires. El primero en
realizar litografías en Argentina con alguna intención artística fue el francés Jean Baptiste Douville, botánico-naturalista
quien llega a Bs.As. Durante la guerra con el Brasil en 1826 y luego de enterado que se ofrecía en venta una
prensa litográfica con todos sus accesorios y viendo además el entusiasmo de la gente hacia el Arte. G.Brownse
le ocurrió imprimir su retrato con fines comerciales, agregando a su producción el retrato de Alvear, Soler, Lavalleja y
Mansilla, según consta en su libro “Treinta meses de mi vida”, además la Flia. Del Gral. A.Balcarce le encargó un trabajo
que le aseguraba la venta de 500 ejemplares.
Lo que se destaca en estos grabados es el gran sentido documental porque a través de ellos podemos
conocer ciertos aspectos de la vida urbana, como las costumbres, vestimentas, tipos humanos con una visión acertada y
otras no.
En su mayoría europeos, estos hombres, llegaron al Rio de la Plata con intereses ajenos al arte (militares, comerciantes,
profesionales) traían algunos conocimientos de plástica, otros carecían de medios técnicos evidenciándose en las
imágenes una ingenuidad y tosquedad con una apariencia involuntariamente caricaturesca.

LOS ARTISTAS VIAJEROS.

Emeric Essex Vidal (1791-1861) marino inglés arriba a Buenos Aires en carácter de contador a bordo del buque de
guerra “Hyacinthe” en 1816, permaneció dos años en el Río de la Plata. Se conocen vistas panorámicas generalmente
tomadas del rio, grabados, acuarelas y dibujos, vida cotidiana que se desenvuelven en la ciudad y en las zonas
suburbanas para documentar mataderos y quintas.

Cesar Hipólito Bacle (1790-1875) de origen suizo llega en 1828 llamado por D.B.Rivadavia, hombre de vasta cultura-
geodesta, tipógrafo, naturalista y experimentado cartógrafo, fue quién continuó con el taller litográfico que había sido
introducido por J.B.Deoubille, en el mismo año de su arribo funda un importante taller impresor. En 1829, Rosas
le confía la “litografía del Estado” desarrollando una gran labor que incluyen la realización de folletos, mapas, libros,
programas de teatro, planos y retratos, como también una documentación gráfica de la vida bonaerense;”Seis carpetas
tituladas “Trajes y costumbres de la Pcia. De Buenos Aires” de la serie nombrada las estampas que alcanzaron una
mayor difusión fueron las de los peinetones que sirvieron en algunos casos para ilustrar libros de lectura e historia de
carácter escolar.

En la obra de Bacle podemos encontrar gran riqueza de detalles, frescura e ingenuidad que transmiten sus personajes
con falta de proporciones y perspectiva.
Funda el primer periódico ilustrado argentino “El Museo Americano” que a pesar de haber durado un año de publicación,
ostenta la distinción de haber sido quizás el primer órgano de su tipo de habla española puesto que recién un año
después se publico en España un periódico similar, con este y con el Diario de anuncios y publicaciones oficiales
de Bs.As. Se puede ubicar a Bacle entre los que sentaron las bases del periodismo nacional.

Carlos E. Pellegrini (1800-1875) de origen francés llega en 1828 contratado también por B. Rivadavia para la realización
de obras de salubridad. Arribando tras la caída del presidente y en medio de las contiendas por el
poder realizó numerosos proyectos que nunca se llevaron a cabo .Frustrado en su carrera de ingeniero, para subsistir
recurre a su habilidad de dibujante dedicándose a la litografía y destacándose en el género del retrato que
le permitió vivir con ciertas holgura. Pellegrini es quien mejor reflejo las características edilicias de la gran aldea, calles
poco pobladas, el empedrado, los barriales de casas bajas.

Juan León Palliere (1823-1887) nacido en Rio de Janeiro pero ciudadano francés, creció se formo en Paris. Se establece
en Buenos Aires para trabajar como pintor, dibujante y litógrafo durante 10 años, en ese lapso recorre el interior
del país y también los países vecinos. Su tarea se centralizó en la plástica pero también realizó proyectos
arquitectónicos. De su producción litográfica se destaca el álbum Palliere “Escenas americanas” editado
por Pelvilain entre 1864 y 1865, se trata de 52 litografías que reproducen sus pinturas, “reducción de cuadros, bosquejos
y acuarelas”, reza el subtitulo.
Su obra que había sido clasicista en el Rio de la Plata adquiere un tinte particular que lo aleja de la corriente
llamada neoclásica que se había originado en Europa fines de siglo.
En su obra se aprecia una depuración de la técnica y una inspiración comprometida sin dejar de lado su
rasgo romántico y una fidelidad por el detalle, observación meticulosa de las construcciones edilicias, la vestimenta, las
plantas y determinados objetos aunque no alcanza su verdadero criollismo. Teniendo en cuenta que el siglo XIX en
especial sus primeras décadas la República Argentina se vio convulsionada por el comienzo de su emancipación,
iniciándose con la llamada Revolución de Mayo y continuando con las sucesivas luchas internas y externas, muchas
de ellas provocadas no solamente desde un punto de vista ideológico sino también económico.
Esos difíciles momentos que atravesaba la República no impidió, sin embargo, que una treintena de artistas participaran
en movimientos para fomentar y divulgar la cultura de la región. Llegaron al Río de la Plata, acompañando alguna
expedición, sin formación académica logrando crear una iconografía muy particular, representando con o sin aciertos la
vida de la ciudad como la del campo sin más ánimo que documentar lo que veían.

Textos de ALBERTO ARJONA

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