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TAREAS DE ENTRENAMIENTO

"Cada vez que usted planea, se arriesga, fracasa, revalúa o hace ajustes, está disponiendo de otra
oportunidad para volver a empezar, sólo que en mejores condiciones que la primera vez"

John C. Maxwell, 2000.

A continuación os propongo los tipos de tareas de entrenamiento en los que trabajo en mi día a día.
Cierto es que todo está por revisar, por ver o por modificar. Aun así, partir de ésta propuesta, la mía
propia, me apoyo y sustento en la planificación de la estrategia operativa semanal, conociendo y
sabiendo que es lo que puedo o debo aplicar en cada momento, siempre en función del modelo de
juego.

Está claro que los nombres son muy modificables, todo puede evolucionar y/o reformar, pero
actualmente es de lo que parto. No hay microciclo de entrenamiento en el que no introduzca ninguno
de los escalones basados en la especificidad del juego (o eso creo). Esa es mi propuesta, mi
metodología, que también puede ser tuya, como consideré mía muchas sobre las que leí y apliqué (y
seguiré haciendo).

Aún estamos en plena reconstrucción y profundizando en otros modelos, en otras perspectivas, en otras
"dinámicas". Ahora me nutro de más bibliografía (cuento con más tiempo), como puede ser "La
preparación ¿Física? en el fútbol" de Pol, R. (2011). Más aún en el periodo en el que nos encontramos,
"pretemporada", dónde parece que nos reseteamos o intentamos generar una versión nueva de lo que
seremos durante la temporada.
LOS "TÓPICOS" DEL FÚTBOL

Está claro que el fútbol es un deporte de masas. Es así al menos en la península. El fútbol se ha
“socializado” tanto que es un recurso fácil y accesible del que poder hablar. De hecho todo el mundo
“sabe” de fútbol, conoce el fútbol y opina de todo y cuanto rodea a éste. Es aquí cuando surgen los
tópicos del fútbol. Muchos de estos suelen generarse o estar alimentados por la prensa sensacionalista
así como por el espectáculo deportivo que quieren generar en la televisión después de comer,
determinadas cadenas de Televisión. Su obsesión por desmembrar, instigar, analizar, llega hasta tal
punto que muchos entrenadores asumen su “jerga”, la adoptan, la aprenden y lo peor de todo, la
emplean en su vocabulario.

A esto que denominamos tópicos de fútbol, no llega a ser grave, ya que es algo que está totalmente
instaurado. Lo más nocivo de todo es cuando en un banquillo o vestuario la única herramienta que
emplean miembros de un cuerpo técnico son esos tópicos, dejando en evidencia dos aspectos:

1. Ha asumido la “jerga” de expresiones televisivas y de prensa y las ha hecho suya.

2. Carece de profundidad táctica.

Quisiera ahondar en estos tópicos. Antes de empezar a describirlos, he de reconocer que en algún
momento los he empleado. A pesar de no ser cómplice de los medios de comunicación en los niveles
que menciono, es cierto que es un vocabulario, léxico o “jerga” como yo lo llamo muy extendido y que a
veces cometemos la imprudencia de emplearlo (el problema es cuando sólo empleamos esto y nada
más). Por tanto que nadie se “moleste” si se ve reconocido en algunas de estas expresiones,
simplemente que analice si lo que transmite a sus jugadores no va más allá).

Tópico 1. “El equipo tiene que jugar con intensidad”. Esto es un clásico del fútbol, pero ¿Qué es la
intensidad? Es como contestar cuando te preguntan ¿cómo estás? diciendo: “Normal”…viene a ser lo
mismo al menos desde mi punto de vista. ¿Intensidad táctica? Jamás he escuchado hablar a un
entrenador de esto (salvo al gran Tito Ramallo). Yo imagino cuando escucho esto que lo que se habla es
“la forma que un jugador va a chocarse con otro”. Sin duda esto aporta muchísimo al juego de un
equipo.

Tópico 2. “El equipo tuvo un bajón psicológico”. ¿Esto como se mide? Como somos capaces de conocer
el estado anímico de un equipo, es que sólo está mal si pierde y bien si gana. Es más siempre se achaca
al aspecto psicológico circunstancias perjudiciales. Es poco habitual escuchar lo contrario. Es como una
regla de tres, si pierdes estás mal, si ganas estás bien, si empatas… ¿Faltó intensidad?

Tópico 3. “El equipo debe ir a la verdad”. Lo podemos relacionar también con la forma de golpearse o
chocarse frente al adversario. Está claro que si no va a la verdad, va a la mentira, por tanto tendríamos
que analizar que significa jugar de mentira. ¿Qué queremos decirles a nuestros jugadores cuando
empleamos ésta frase? ¿Qué realice presión adelantada? ¿Qué genere superioridad numérica en
determinadas zonas? …

Tópico 4. “El equipo no está bien físicamente”…éste es de los más populares. Un equipo que no tienen
el balón en todo un partido y corre detrás de él sin tener posesión (porque puede ser que no tenga un
modelo de juego definido, no desarrolle unos principios de juego claro o simplemente le “de pa´lante”),
nunca podrá tener “problemas físicos”. En todo caso tendrá problemas en el banquillo. Es la excusa
habitual del entrenador, echando balones a otro tejado. Si está bien todo muy bien, si está mal todo se
asocia a los aspectos “físicos”, al equipo le faltó intensidad, el equipo no está bien físicamente… ¿Acaso
el fútbol se barema desde los aspectos condicionales? Al fin y al cabo el fútbol es FÚTBOL. Como ya
hemos dicho muchas veces, algo inquebrantable, indivisible, y que no se puede fragmentar. Por tanto
no podemos analizar de forma banal un aspecto concreto, buscando excusas o no queriendo asumir
responsabilidades.

Tópico 5. “Huevos, garra”. Aún no conozco ningún equipo que haya ganado una liga “echándole
huevos”, es más ni siquiera un partido. Puede ser que sean visiones diferentes o yo muestre destellos de
esquizofrenia (en algunos casos siento que es esto último). Lanzamos un mensaje en ocasiones de gran
relevancia para el partido en una charla previa y lo rematamos del todo diciendo: “sin huevos no
ganamos”. Es decir que primero se “echan los huevos” y ya si eso luego vendrá el fútbol… o ¿El fútbol
son “huevos”?

Me entristece que se fundamente y rellenen discursos futbolísticos, charlas tácticas, páginas de prensa
con éste tipo de mensajes. Destrozan la esencia del fútbol, el jugador no crece, el propio cuerpo técnico
tampoco, adoptando expresiones triviales en un mensaje que rompe con el código del fútbol, el propio
fútbol.

Al fin y al cabo, en el fútbol, como todos dicen (otro tópico) manda el resultado cueste lo que cueste.
Esto supone que si tras éste tipo de mensajes se encuentran con una victoria, el mensaje se afiance. Es
así como desde hace mucho tiempo se han empleado y se seguirán empleando estas frases.

LOS TÓPICOS DEL FÚTBOL II.

“Ha sido un partido de dos partes y hemos estado fatal en las dos”

Brian Horton (entrenador del Oxford)

Parece que fue popular la entrada anterior. Supongo que por ser algo de nuestro día a día para cualquier
persona del fútbol (no porque lo empleemos sino porque los escuchemos). Pensando y pensando y por
supuesto “escuchando” en los distintos y muy diferentes campos y terrenos de juego del sur de España
(aunque pienso que esto ocurre en cualquier lugar del mundo pero adaptado a sus circunstancias
contextuales), he recabado nuevos tópicos y expresiones.

Pues allá voy con ellos:

Tópico 6. Expresiones populares. Es habitual oír (más que escuchar porque son parte de la realidad),
grandes expresiones desde la grada, banquillos y el propio terreno de juego, que no sorprenden, ya que
están vacías de contenido. Es cómo el “Buenos días” al vecino o el “gracias” después de una compra.
Sale instintivo pero no tiene ninguna intención especial. Estas son:

“Salimos”. Expresión empleada de forma automática y que viene unida después de un pelotazo
“desorientado” hacia el campo contrario. Nunca llegué a ver a un equipo que juegue con un fútbol
combinativo o incluso con un fútbol directo pero bien organizado, emplear dicha expresión. Puede ser
que sea así, pero no lo conozco.

“Aire”. Para mí decir “aire”, es como decir “tierra”. Que puede aportar una expresión que lo que implica
es que “quitemos” el balón de en medio. Sin sentido, sin escrúpulos, sin pensar, sin saber lo que
queremos hacer. Siento decir que cuando escucho eso, mi “máquina prejuiciosa” se enciende, y a pesar
de no conocer el equipo o la plantilla, ya me da por pensar…

“Partidillo”. Dícese del partido que se juega, generalmente los miércoles o jueves, que no está orientado
y que se emplea para rellenar, ya que ocupa parte del entrenamiento. Éste puede ser orientado (como
yo lo llamo), y presentar una serie de premisas, o “echarlos” a jugar. Eso sí los dos equipos con dos
sistemas bien definidos, eso que gusta mucho hablar en radios y prensa…1-4-4-2 // 1-4-2-3-1 // 1-4-3-3
// 1-4-1-4-1 // y así sucesivamente completando miles de combinaciones dónde siempre habrá una
consigna clara, más defensores que atacantes, SIEMPRE.

“Pisa fuerte”. Qué persona dentro del fútbol nunca ha entrado a asistir a un jugador al campo, y tras
salir a la banda y pulverizar la zona afectada con analgésico o incluso “agua”, le ha dicho al jugador “pisa
fuerte”. El “pisa fuerte” puede ser la mejor prueba diagnóstica que exista en el fútbol (al menos la más
usada). De fácil uso. Si no te duele te reincorporas al campo, si te duele vuelve a pisar, y así hasta que no
te duela o no haya más remedio que hacer el cambio.

Tópico 7. “Nos contagiamos del rival”. ¿Cómo un equipo puede contagiarse del rival? Es decir ¿Existe la
posibilidad que tu juegues mal porque el otro está jugando mal? Digamos que justificas tu mal juego y
responsabilizas al otro equipo. Puede ser que se juegue mal o diferente, que no se tenga un buen
partido, que las circunstancias sean adversas, pero jugar mal porque el otro juega mal. Por otro lado
está la versión de “éste equipo jugó bien porque nosotros jugamos mal”. Si un equipo no llega a emplear
el fútbol que desea, será o por qué el rival desde su modelo de juego lo está contrarrestando, o por
cualquiera de las circunstancias planteadas anteriormente. Sería poco inteligente por parte de un
equipo, hacer lo que hace el otro. Todo tiene una explicación y justificación y esa no puede llegar por
responsabilizar, desde mi punto de vista, tu mal juego al equipo contrario porque juegas como ellos.

Se ha alargado tanto la entrada, que los otros tópicos que pensaba exponer, los dejaré para una
siguiente entrada. Van en la línea de “concentración”, el “árbitro”, o el mal uso de ciertos tecnicismos
dentro del fútbol.

Para terminar quisiera mostrar mi preocupación por el empleo y uso único de éste tipo de tópicos. Su
normalización genera la existencia en el mundo del fútbol de una serie de personas incompetentes, con
carencias de todo tipo, entre ellas educativas (no me refiero con esto a estudios, me refiero a
EDUCACIÓN).

No soy yo más por reflejar aquí éste tipo de tópicos, ni siquiera sé más. Siempre, lo primero que le
transmito a mis jugadores es mi humildad (hablo de lo que creo saber – ni siquiera estoy seguro de
saberlo- y de lo que no sé lo intento aprender). Es por ello que insisto en que no sientan esto como un
acto “prepotente”, de “chulería” o de “listo”. Denuncio y denunciaré continuamente el “terrorismo”
existente en nuestro fútbol, la falta de profesionalidad, la escasa dedicación y el falso “fútbol” (ese que
se vende con expresiones “periodísticas”, o con carreras interválicas o con “maquinaria” tecnológica sin
un uso exclusivo por y para el fútbol)... Es por ello mi preocupación…si no, ¿Dónde queda el fútbol?

LA PRETEMPORADA

Depósito, pico, volumen, desgaste, partido preparatorio, carreras…

Si analizamos una a una estas palabras… ¿Alguien podría relacionar directamente una de ellas con el
fútbol en sí? ¿Alguna de éstas nos llevará a alcanzar el objetivo marcado en un campeonato liguero?
¿Tienen relación con lo que llevaremos a cabo durante el resto del año?

La pretemporada es ilusionante, se afronta después de un periodo de inactividad y a ella se retoma con


ganas, con interés de afrontar nuevos retos o buscar objetivos no alcanzados, pero esto no implica que
sea un periodo “bonito”. La pretemporada es “fea”, la pintan como descontextualizadora y es la época
en el que “todo vale”.

Valen carreras por el parque, valen triples sesiones, valen sesiones de 120 minutos, valen series de X
minutos a X intensidad…No sólo valen para el entrenador, sino que el jugador las acepta de buen
agrado, es lo que toca, es lo que hay, “en la temporada hay que sufrir”. Se acepta como el cambio de
horario a finales de octubre, como que mañana es miércoles o como que el 31 de diciembre es el último
día del año, verdades incuestionables asimiladas y asumidas. Ya no sólo porque toca, sino porque hay
que hacerse un hueco.

Lo mejor de todo esto es que estos periodos se afrontan sin tener en cuenta en ningún momento lo
circunstancial, lo básico, lo que define, lo que prima, lo que caracteriza a la naturaleza del juego. Desde
el fútbol base hasta incluso la élite, derrochan sesiones y sesiones en trabajar aspectos condicionales,
creyendo alcanzar niveles de los cuales nutrirse durante el año, olvidando la esencia del fútbol, que es el
propio fútbol. Expresiones como “el físico es lo más importante”, “el equipo debe llegar en un buen
estado de forma” o “el equipo estará bien en la tercera jornada”.

Desde mi punto de vista las pretemporadas implican un modelo de juego inicial, transmitir al jugador la
metodología que se lleva a cabo (teniendo en cuenta la fluctuación de los condicionante que la rodean),
que la tomen como propia, mostrar herramientas, y afianzar interrelaciones dentro de un grupo. Buscar
enriqueciéndonos desde la diferencia de un grupo de jugadores, un juego común, en la cabeza y en los
pies.

Puede que lo consigamos a través de carreras, o a través de la pliometría, o a través de test físicos, o a
través del entrenamiento “des-integrado” pero esto de forma efímera acabará por morir, dejará de ser
relevante, no incentivará al futbolista ni aportará al juego y desarraigará al jugador de la esencia de su
motivación.

No podemos durante una pretemporada amputar al jugador de su "alma" de su inherencia, limitarlo a


los aspectos condicionales, y no aplicar durante éste periodo, lo que guiará a nuestro equipo durante
todo el campeonato o temporada, el famoso modelo de juego.

Intentemos caminar hacia lo que es realmente importante para nuestro equipo, respetando la
naturaleza del juego, las sinergias que en él se producen, entendiendo que el entrenamiento debe partir
del fútbol, que será lo que posteriormente se produzca en la competición, lo que nos aporte el éxito.
Entrenar para jugar, entrenar para competir, entrenar FÚTBOL.

En relación a la pretemporada, os dejo con el enlace de una entrada de Pedro Gómez. No tiene ningún
desperdicio.

http://www.futbolcontextualizado.com/blog/?p=599

PRETEMPORADAS DULCES…¿TEMPORADAS AMARGAS?

Si soy cariñoso dices que te agobio

si me alejo un poco que paso de ti

si te hago un regalo dices que te compro

y si no lo hago tengo algo por ahí

Si miro a una chica te pones de morros

y si no me dices deja de fingir

el caso es que nunca llueve a gusto de todos …

(Melendi)
La pretemporada, entendida como el periodo adaptativo previo al inicio de la temporada futbolística,
parece ser a día de hoy la única estación del año en la que la lluvia y tormenta arrojada por el cielo es
bien recibida por nuestros ahora agradecidos y sumisos futbolistas, quienes, partícipes de una ilusoria e
idílica luna de miel inicial, aceptan de buen grado cualquiera de las proposiciones metodológicas puestas
en marcha por sus cuerpos técnicos.

Dobles y hasta triples e inacabables sesiones de trabajo, aburridas e interminables series de carrera,
continuas correcciones tácticas, incesantes rotaciones y pruebas posicionales, testajes condicionales
frecuentes…¡pero no pasa nada!, ¡es pretemporada!, no importa la actitud, ni tan siquiera la aptitud, el
método es insignificante, la forma intrascendente…en estos días, todo les parece bien, todo les cuadra,
todo les sirve para cargar su famoso “deposito” ya no sé si físico o futbolístico; la cuestión es que de un
modo u otro, durante estos días, todo rueda, todo encaja y todo nos empuja a la aparente seguridad de
que lo estamos haciendo bien, de que somos buenos porque nuestros jugadores aseguran caminar de
nuestra mano.

Concienciarnos de este ilusorio oasis no es un argumento que refuerce nuestra valía, motivo por el cual,
entrenadores y preparadores físicos preferimos vivir encerrados en nuestra burbuja del autoengaño
durante 6 semanas y no permitimos que nada nos desconcierte, pues nos convencemos de que si nadie
se lamenta es porque lo estamos haciendo muy bien y estamos autorizados para erigirnos como
expertos en esto de gestionar grupos y entrenamientos.

Lamentablemente, nos guste o no, tarde o temprano nuestra valía y autoconfianza se verán
amenazadas, pues los primeros y débiles indicios de inconformismo ocuparan nuestro espacio, razón
por la cual el contexto me instiga durante estos días a preguntarme o al menos replantearme…¿Cuánto
de cierto hay en esta subordinación inicial?, ¿Hasta cuándo acatará el futbolista lo propuesto por sus
técnicos sin alzar la voz, sin revelarse?, ¿Qué será lo que acabe por romper esta ficticia fidelidad?, ¿De
qué o de quien depende que este agradecido dulzor no termine por agriarse?.

El paso de los años y la convivencia en distintos contextos refuerza mi principal hipótesis en relación al
inicio del derrumbe de esta supuesta solidez metodológica, y es que las primeras alineaciones
presentadas por el entrenador, al igual que poseen una alta capacidad para mantener la adherencia de
algunos jugadores, también presentan un efecto altamente infeccioso para otros, (normalmente para
los que de menos minutos disfrutan), e independientemente del buen hacer de sus cuerpos técnicos, les
introduce en una espiral de inconformismo que les lleva a dudar de todo en lo que durante los meses de
Julio y Agosto creían creer. Es lo que podríamos denominar como el “Síndrome del Peto”.

Y es que el futbolista, no nos engañemos, es egoísta, suele pensar más en sí mismo que en el grupo y se
resiste a soltar las pilas del mando, jugadores que tienen peto de titular y todo les parece bien,
jugadores que no lo tienen y automáticamente todo les parece mal, jugadores que critican a aquellos
entrenadores que no le pusieron y alaban a aquel que siempre les puso, jugadores que pierden
credibilidad por restringir sus valoraciones al como les fue a ellos, jugadores que no valoran la labor
colectiva de sus entrenadores y se obcecan en sus intereses individuales…jugadores…al fin y al cabo
jugadores.

Todo encantamiento inicial acaba por enfriarse…¡a todos nos pasó con nuestros primeros amores!, ¡a
todos nos pasará más de una vez en nuestros equipos de fútbol!. El choque de intereses suele derivar en
situaciones desagradables en las que el futbolista se cree con derecho a desautorizar lo propuesto por
sus técnicos, choques que provocan pequeñas brechas en los pilares del ideario metodológico de todo
cuerpo técnico, choques que a veces hacen dudar a aquellos que a diario anteponen el bien colectivo al
bien individual. Reparar estar brechas para que no evolucionen en grandes fracturas es crucial para
mantener la solidez de nuestra estructura colectiva pero el cómo hacerlo no posee una receta mágica y
universal.

Congruencia, seguridad y fidelidad a una metodología de trabajo, a una manera de hacer las cosas, se
presenta como el cemento perfecto para tapar todas estas grietas…por eso, empecemos a amasarlo
antes de que aparezcan, emprendamos el refuerzo de nuestros cimientos cuando pensamos que todo va
bien, que la artificiosa dulzura de estos días no nos aboque a la inacción…

¿Por qué no empezar desde la pretemporada a luchar contra el amargor que se nos avecina?.

INTELIGENCIA COLECTIVA

Cada pensamiento (surgido del juego) lleva a una acción individual, que posteriormente implica un
pensamiento colectivo y por consecuencia una acción colectiva.

El fútbol está compuesto por multitud de elementos incontrolables que conforman un sistema. Un
cambio en cualquiera de estos elementos influye en el resto de las partes. Es por eso por lo que se debe
crear una inteligencia colectiva dónde todo el mundo responda ante lo que surge. Para ello es
fundamental generar un objetivo común, fomentando relaciones de cooperación y oposición entre los
jugadores de un equipo.

El futbolista por instinto y también por falta de entrenamiento adecuado, suele dirigir su atención única
y exclusivamente en función del rival y del balón, sin tener en cuenta el colectivo al que va unido y al
que se enfrenta. Su implicación no alcanza ni el 60 % (desde mi punto de vista) de los estímulos que
surgen durante un partido de fútbol. Esto implica un importante desajuste que lleva a no poder trabajar
como un bloque en situaciones en las que no se posee el balón. Al crearse un importante desajuste
cuando no tenemos la posesión, cuando se recupera, el desajuste sigue estando presente y la
elaboración de juego se entorpece en mayor medida.

De ésta forma la organización colectiva marca el devenir de un equipo por encima de la superioridad
individual de cada uno de los individuos que puedan formar dicho colectivo. Nunca encontramos el éxito
en “el” sino en “ellos”.

El mejor jugador de un equipo es el equipo en sí y la formación de un colectivo unido a través de


conexiones que van más allá del propio talento. El jugador como ser individual dentro del colectivo debe
ser una pieza inteligente y cohesionada con el resto, con capacidad para trabajar en dirección hacia el
propio colectivo. No deben existir alternativas que puedan llevar a una ruptura.

Como decíamos antes, debe ser una pieza inteligente y actuar como tal. El jugador que camina hacia el
colectivo debe pensar jugando y jugar pensando. El pensar jugando que lleva al desarrollo de la
inteligencia del propio jugador aportará organización al colectivo, ya que pensará para éste.

La organización nos llevará a un pensamiento individual proyectado a un pensamiento común, colectivo,


en el que desde la libertad individual, cada jugador sepa cómo reaccionar ante determinados estímulos.
Los jugadores ante un mismo estímulo reaccionarán de diferente forma en relación a su función dentro
del terreno de juego pero si pensarán de la misma forma, pensarán desde y hacia el colectivo. Aquí se
crearán las famosas “sinergias” de las que todo el mundo ahora habla…un conjunto de causas para
conseguir un efecto superior.

Para asentar el pensar común, se debe crear un modelo de juego con identidad propia que permita
trabajar desarrollando automatismos que se proyectarán de forma posterior en la alternancia de la
competición, una inteligencia colectiva. Esto se debe dar bajo el desarrollo de una base zonal, que
marque el sentir colectivo.
La inteligencia y organización colectiva creará un fútbol que cumplirá el principio de “entereza
inquebrantable".

BASES PARA LA PLANIFICACIÓN

"Un mismo modelo de juego aplicado a diferentes realidades provocará diferentes resultados. Aún
cuando un modelo haya presentado en el pasado excelentes resultados deportivos, esto no significa que
éste será siempre el mejor, ni tampoco el único, cuando lo presentemos con otra realidad".Castelo, J.
(2008).

Cómo el "Guadiana" vengo, aparezco y desaparezco... pero siempre pretendiendo ofrecer información
relevante o al menos atractiva en su lectura.

En épocas de pretemporada es habitual tener multitud de problemas para la planificación... Problemas


del tipo:

- ¿Qué tengo que hacer?

- ¿Por dónde empezar?

- ¿Cómo desarrollar un modelo de juego?

- ¿Cómo quiero que juegue mi equipo?

Aquí os expongo la base en la cual me apoyo para la planificación semanal del microciclo de mi equipo.
Es un cuadro personalizado inspirado en autores como Morcillo y Garganta, dónde se recogen los
aspectos, desde mi punto de vista, más relevantes para el desarrollo semanal de la estrategia operativa.

Lo primero que debemos preguntarnos es:

- ¿Qué quiero conseguir con mi equipo? No hablamos de resultados...hablamos de JUEGO. Ésta


respuesta no pueden tener un condicionante físico, o técnico, o psicológico...tiene que tener un
componente eminentemente táctico e incluso IRRACIONAL, ya que es algo que no está completo, ni
hecho...

Espero que nos sigamos haciendo preguntas...yo me lanzo muchísimas antes de empezar un nuevo
proyecto. Eso sí siempre entre las múltiples respuestas, encuentro una que responde a todas mis
preguntas: el ÉXITO. Sino aspiramos a él, dentro de todo lo que conlleva, difícil será llegar a él.

Aquí os dejo el cuadro:


¿QUÉ IMPLICA LA ESTRATEGIA OPERATIVA?

Hay grandes diferencias en las perspectivas de entrenamiento. En ellas tenemos el equipo que entrena
para competir, el equipo que entrena para jugar mejor, el equipo que entrena para contrarrestar al rival
bajo cualquier forma... Mi equipo entrena para competir bajo su modelo de juego, contra su propio
modelo de juego y el del adversario.
La estrategia operativa se ha vuelto indispensable, e implica disponer de todas las herramientas posibles
para así poder planificar el proceso de entrenamiento y la competición. Anticipar lo que pueda suceder
durante la competición ayuda a reducir el margen de imprevisibilidad, además de potenciar una mejor
toma de decisiones. Facilitar durante la semana situaciones de entrenamiento que se puedan dar
posteriormente en el partido, ayudará a obtener una mejor respuesta cuando éstas se den.

Debemos conocer no sólo los defectos del rival, sino también sus virtudes y como poder contrarrestarlas
de forma acertada. Esto no implica que condicionemos nuestro modelo de juego al del rival, y que
nuestro juego consista en contrarrestar el del rival. Nuestro modelo de juego debe ser la base sobre la
que aplicar los elementos que nos permitan superar al contrario. Debe ser por tanto primordial aplicar
el primer objetivo dentro de un partido, que es imponer nuestro modelo de juego sobre el del rival.

Un mal ejemplo a esto sería cuando el modelo de juego de nuestro equipo basa su ataque organizado
en un ataque combinativo y de posesión, y cuando juega contra un equipo que practica un juego igual,
el equipo pierde la iniciativa del juego, parte de posiciones replegadas y el ataque organizado que
realiza es el ataque directo. En este caso estaríamos modificando nuestro modelo de juego. Un ejemplo
bien entendido podría ser continuar con nuestro juego combinativo, fomentando una mayor amplitud
ofensiva buscando trasladar las zonas de finalización desde las bandas. Se modelarían parte de uno de
nuestros principios específicos del juego (de los que hablaremos más tarde), pero no la esencia de
nuestro modelo.

Para poder trazar nuestra estrategia operativa, realizaremos un análisis del rival utilizando videos de
otros partidos, visualización de partidos en directo, informes, entrenamientos, etc. La estrategia
operativa podría seguir el siguiente proceso:

- Información sobre el modelo predominante de juego dentro de las fases y subfases del juego (ataque
organizado, transiciones, etc.).

- Defectos y virtudes dentro de esas fases del juego.

- Estrategia ofensiva y defensiva.

- Nuestra estrategia operativa para el partido teniendo en cuenta los aspectos nombrados
anteriormente.

- Sesiones de entrenamiento donde se reflejen los aspectos que debemos asimilar para la competición.

¿POR QUÉ LA ESTRATEGIA OPERATIVA?

"No sólo nuestra idea, modelo o filosofía será suficiente, para poder competir de la mejor forma posible,
la información procedente del contrario es determinante..." (Cervera, 2010).

En el fútbol para la construcción de un equipo, debemos partir de un modelo de juego concreto,


teniendo en cuenta las circunstancias en las que desarrollamos nuestra labor (club, historia, plantilla,
contexto, etc.). Éste modelo de juego nos debe aportar la organización lógica y estructural de nuestro
equipo.

Partiendo de esto, debemos tener en cuenta que en el fútbol, una vez empieza a rodar el balón, el juego
está lleno de incertidumbres, por lo que a la hora de enfrentarnos a nuestro rival debemos de tener en
cuenta que el mero hecho de conocer al equipo contrario supone disminuir la incertidumbre en un
deporte plagado de las mismas.
Es aquí dónde debe entrar la estrategia operativa. El conocimiento del rival va a pasar a ser
indispensable de manera que conociendo sus defectos y virtudes, y planteando una estrategia para
combatirlos, estaremos en disposición de que nuestro rival con su comportamiento pueda variar la
estructura de nuestro equipo.

Partiremos entonces desde nuestro modelo de juego, y teniendo en cuenta la estrategia operativa, lo
modelaremos con el fin de poder prever los acontecimientos así como las circunstancias que se pueden
dar en un partido. Esto no nos garantizará el éxito, pero si al menos un enfoque de qué hacer y de cómo
adaptarnos a las circunstancias que se puedan dar.

Podríamos justificar la estrategia operativa partiendo de la actualidad de los equipos de alto


rendimiento a nivel profesional e incluso en equipos de menor calado, dónde se ha hecho necesaria una
herramienta fundamental, como es la del análisis del rival. El análisis de éste y la puesta en marcha
posterior de nuestro entrenamiento basado en nuestro modelo de juego teniendo en cuenta aspectos
determinantes del rival, es lo que pretendo mostrar.

Perseguimos hacer un análisis sobre cómo contrarrestar al equipo contrario, partiendo del propio
modelo de juego y tomando como referencia las virtudes y defectos del rival. Tomando esto como algo
necesario hoy en día en el fútbol.

INTRODUCCIÓN A LA ESTRATEGIA OPERATIVA

Desde muchos años atrás en la práctica y en el entrenamiento del fútbol, se ha tenido en cuenta la
preparación del futbolista y del equipo en 4 pilares o parcelas: la táctica, la técnica, la preparación física
y la preparación psicológica.

“El análisis del juego siempre hecho desde un paradigma catesiano reduccionista” (Cervera, A. 2010),
nos llevaba a enfocar el rendimiento de un equipo desde éstas 4 únicas parcelas, llevándolas a cabo de
forma independiente en las sesiones de entrenamiento. Esto ha provocado que el entrenamiento se
sintetice en elementos diferenciados y desintegrados.

Esto no es algo que se haya realizado en el pasado. Es algo que en la actualidad en la gran mayoría de
equipos se hace. Se parte de un entrenamiento condicional (realizado por el preparador físico), dónde
se trabajan determinadas cualidades físicas en situaciones totalmente descontextualizadas.

Esto parte fruto de la introducción del preparador físico dentro de los cuerpos multidisciplinares de los
equipos de fútbol, y donde pretenden (muchos de ellos) llevar a cabo la preparación física de deportes
individuales a deportes colectivos. El no contar con preparadores físicos especializados, ha provocado la
reducción de la especialización del fútbol, empobreciendo la metodología de entrenamiento y como
consecuencia el juego de un colectivo.

Como paradoja a esto se han introducido metodologías (ya desfasadas) como el entrenamiento
integrado, en la que el futbolista tiende a funcionar como un sistema “homogéneo formado por
subsistemas independientes” (físico, técnico, táctico…) que se interrelacionan con un mismo fin.
Trabajando con éste tipo de metodología, sólo se aprenden partes aisladas del fútbol, o como máximo,
a jugar al fútbol. No obstante no se construye un equipo y mucho menos, un modelo de juego.

Debemos generar en nuestro equipo y en última instancia en el futbolista, un nivel de atención y


concentración que permita al jugador y al equipo actuar de forma conjunta y coordinada, actuar como
consecuencia de pensar. Esto implica un nivel de atención y concentración durante la situación
competitiva. Cada pensamiento (surgido del juego) lleva a una acción individual, que posteriormente
implica un pensamiento colectivo y por consecuencia una acción colectiva. A estas referencias que toma
el conjunto para actuar de una forma cohesionada las llama Amieiro en su libro de defensa en zona en el
fútbol, referencias colectivas. Referencias que, “cuando están debidamente identificadas, lleven a los
jugadores a pensar en función de la misma intención al mismo tiempo y, con eso, el equipo actúe como
un todo al defender”. (Amieiro, N. ,2007).

Queremos llegar con todo esto a desvirtuar en cierto sentido las metodologías de la gran oligarquía del
fútbol (que aún así, ya están decayendo), para poder presentar todos los aspectos que debe manejar
nuestro equipo antes de la competición.

Se debe avanzar en la forma de entender el fútbol, y en la forma de llevar a un equipo a su máximo


rendimiento. Para ello se deben manejar un alto nivel de elementos que se encuentren contextualizados
y englobados en un mismo fin, lo que se resume en el éxito de nuestro equipo.

Teniendo en cuenta que como parte de un todo se deben manejar la organización defensiva, ofensiva,
las transiciones, estrategia, etc., de nuestro propio equipo (modelo de juego), también debemos
conocer las del otro equipo para así poder manejar la competición (estrategia operativa) de forma que
controlemos el mayor número de aspectos dentro de nuestro modelo de juego durante la misma.

RECURSOS PARA LLEVAR A CABO LA PERIODIZACIÓN TÁCTICA

“Él método lo pone el jugador, que en función de sus posibilidades y sus capacidades queda posibilitado
para hacer una serie de cosas e imposibilitado para otras” (J.M. Lillo).

Son muchas las personas (afortunadamente) que me han escrito pidiéndome recursos, entrenamientos,
tipos de planificación, tipos de sesiones, tipos de ejercicios. En ocasiones no he tenido ni siquiera tiempo
para poder contestarles. Quiero con ésta entrada contestar a todos y a su vez no parecer que sea un
“egoísta”.

La periodización táctica es compleja en sí, y su puesta en práctica requiere una total implicación de la
persona que la lleva a cabo. Yo actualmente entreno a un equipo de fútbol base con el que cubro a su
vez mis prácticas de Nivel 3, y puedo asegurarles que no le dedico escaso tiempo, a pesar de la poca
relevancia que pueda (para algunos) tener el equipo en que desarrollo mi vocación, profesión, labor…

Creo que no puedo aportar a las personas que me piden recursos algo que es totalmente personalizado.
Pero no porque lo haya trabajado yo, sino porque lo he elaborado en función de unos jugadores, de un
modelo de juego, de un club, de una categoría, de una edad y de otros muchos factores que afectan al
fútbol y cómo consecuencia al juego de mi equipo. No creo que sirva lo mismo para un equipo de 1ª
autonómica que para un juvenil o un cadete.

Creo que lo más importante es crearse un modelo de juego que “baile” en función de los factores antes
comentados, teniendo especial relevancia los jugadores. Para la creación de ese modelo no hay más que
saber y que preguntarse “¿Cómo quiero que juegue mi equipo?” y de ahí desglosar principios ofensivos
y defensivos así como las transiciones que conllevan estos. No es más. A partir de aquí el diseño de
sesiones de entrenamiento será algo que implique la creatividad del entrenador. Esa creatividad que
tanto exigimos a los jugadores y que coherentemente tenemos también que proponer.

Por otro lado para saber en qué orientación debe ir mi tipo de entrenamiento, no tenéis más que acudir
a la bibliografía publicada en la que se nos expone el trabajo semanal conforme a un morfociclo patrón.
Aún así y con el permiso de Tamarit, X. (2009), les expongo más abajo un esquema básico de trabajo
ejemplificado de una semana de trabajo bajo la metodología de la periodización táctica.
Esto no es más que un ejemplo muy simple y escasamente desarrollado que podéis tomar en función de vuestro
modelo de juego. Espero poder haber aportado algo a vuestras peticiones. Sólo puedo decir que no hay más maestro
que uno mismo y que todo debe partir de ti. Aun así los recursos (yo los utilizo y mucho) son fundamentales.
PENSAMIENTO COLECTIVO

“Como instrumento de participación, se caracteriza por surgir del común acuerdo, en que un grupo humano,
en concordancia con las voluntades que lo componen, considera tener intereses similares y un mismo
objetivo a realizar, formando así una asociación en particular”.

La organización colectiva marca el devenir de un equipo por encima de la superioridad individual de cada uno
de los individuos que puedan formar dicho colectivo. Nunca encontramos el éxito en “el” sino en “ellos”.

El mejor jugador de un equipo es el equipo en sí y la formación de un colectivo unido a través de conexiones


que van más allá del propio talento. El jugador como ser individual dentro del colectivo debe ser una pieza
inteligente y cohesionada con el resto, con capacidad para trabajar en dirección hacia el propio colectivo. No
deben existir alternativas que puedan llevar a una ruptura.

Como decíamos antes, debe ser una pieza inteligente y actuar como tal. El jugador que camina hacia el
colectivo debe pensar jugando y jugar pensando. El pensar jugando que lleva al desarrollo de la inteligencia
del propio jugador aportará organización al colectivo, ya que pensará para éste. Caneda Pérez (1999, cit. por
Amieiro N., en Defensa en zona en el fútbol, 2007) nos expone como la tarea del entrenador es “dotar al
equipo de una organización a través de la cual el valor del conjunto exceda la suma de los valores
individuales”.

La organización nos llevará a un pensamiento individual proyectado a un pensamiento común, colectivo, en el


que desde la libertad individual, cada jugador sepa cómo reaccionar ante determinados estímulos. Los
jugadores ante un mismo estímulo reaccionarán de diferente forma en relación a su función dentro del
terreno de juego pero si pensarán de la misma forma, pensarán desde y hacia el colectivo.

Para asentar el pensar común, se debe crear un modelo de juego con identidad propia que permita trabajar
desarrollando automatismos que se proyectarán de forma posterior en la alternancia de la competición. Esto
se debe dar bajo el desarrollo de una base zonal, que marque el sentir colectivo.

PRINCIPIOS DEL JUEGO DEFENSIVO.

"Respetar continuamente los principios establecidos por el equipo durante la fase de juego, con el fin de que
haya un lenguaje común de entendimiento entre los jugadores, para alcanzar la resolución táctica eficaz de
las situaciones momentáneas de juego". Castelo, J. 1999.

Sin ahondar mucho en el contenido de ésta entrada, voy a exponer los principios del juego defensivo que nos
expone Castelo en su libro "Fútbol. Estructura y dinámica de juego". Nombraré los principios generales y
específicos que nos muestra y pasaremos a comentarlos de forma más reflexiva en las próximas entradas.

Según Castelo podemos dividir los principios en:

-Principios defensivos generales del juego:

Ruptura de la organización del equipo adversario.

Estabilización de la organización del propio equipo.

Intervención en el centro de juego.

-Principios defensivos específicos del juego:

Contención.
Cobertura defensiva.

Equilibrio.

El desglose de estos y su entendimiento serán necesarios para su posterior puesta en práctica en nuestro
modelo de juego, así como para su trabajo en la construcción de éste. El funcionamiento acorde y
sincronizado de los principios en sus diferentes variantes darán un bloque defensivo y compacto coherente
con nuestro modelo de juego.

Debe ser por tanto, tarea fundamental empezar a construir partiendo de algo tan básico como son estos
principios. Iniciar el trabajo de los mismo debe ser lo adecuado, lo complicado y difícil será ponerlo en
práctica.

Os dejo con una brillante frase de Castelo que resume el juego colectivo, el juego en equipo como una unidad
insdisoluble.

"La coordinación de la organización del equipo se basa en la unidad de la comprensión, de la actitud y de la


acción, donde cada jugador sincroniza sus acciones en función de las situaciones de juego y es consciente de
las acciones de sus compañeros, para que cada comportamiento tenga una intención, un ritmo y un tiempo
de ejecución". Castelo, J. 1999.

PRINCIPIOS DEFENSIVOS DEL JUEGO

AMPLITUD OFENSIVA

Un equipo cuando ataca, debe tratar de “clarear” el juego, debe intentar hacer un “campo grande”,
ocupando corredores y dando profundidad y anchura al juego. Frade (2002. cit. por Amieiro, N. en
2007).
Como en la Ilíada de Homero dónde en la disciplina de lucha llamada Pancracio se desarrollaba un
enfrentamiento entre dos guerreros con el único objetivo de obtener la victoria fuese como fuese,
vivimos hoy en día la competición futbolística. Por aquel entonces no había reglas, ni asaltos, ni límite de
tiempo, no había ningún principio a seguir en el ataque al contrario. En la actualidad se da y no de forma
ocasional ese tipo de fútbol, sin previsión y orientados de forma paulativa.

Tomando de inicio ésta metáfora y realizando una antítesis a su significado vamos a plantear uno de los
aspectos más importantes que nace del juego combinativo y zonal y que caracteriza una clara forma de
jugar como es la amplitud ofensiva en ataque organizado.

Ésta amplitud requiere una serie de medios tácticos ofensivos basado en principios tales como:

“Dinamismo estable para localizar espacios de recepción”.

“Predisposición a beneficiar conductas a compañeros”.

“Determinación para desbordar o desistir a favor del pase”

“Reconocimiento constante de la dualidad benefactor/beneficiario”.

“Determinación para crear superioridades numéricas”.

Cano, O. (2009).

Dichos medios tácticos podrían ser entre otros:

- Creación de espacios en zonas contrarias a la influencia del balón.

- Cambios de orientación con el fin de evitar la densidad de jugadores contrarios por la amenaza del
balón.

- Ayudas permanentes y desmarques de apoyo que creen situaciones beneficiosas y favorezcan un


posterior juego hacia la banda.

- Desdoblamientos por banda dónde se provoquen situaciones de superioridad numérica teniendo aquí
especial importancia no sólo el trabajo de laterales y extremos sino también de los medios con apoyos
constantes.

- Profundidad ofensiva fomentado un juego vertical en situaciones de ruptura y de superioridad.

La utilización de estos medios regidos por los principios comentados anteriormente nos llevará a
situaciones de finalización. Estos medios requieren de un gran sacrificio ofensivo para poderse dar las
mencionadas situaciones de finalización gracias a la creación previa de estas.

Tomará por tanto gran relevancia una destacada percepción espacial individual y grupal regida por un
sentimiento colectivo de acción en el que ante la imprevisibilidad se actúe de la forma más equilibrada y
conjuntada. Actuando así, la respuesta de cada jugador dentro de su faceta y en relación a sus funciones
dentro del terreno de juego, será dependiente y a su vez interdependiente formando una cadena de
eslabones dónde prime la acción-reacción conjunta.

"EL VALOR DE LO INVISIBLE"

En la actualidad el fútbol vive inmerso en algunos de sus sectores en una profunda pobreza cognitiva
total. Su fundamentación se basa en aspectos condicionales fundamentalmente.
Adaptación y síntesis de "El valor de lo invisible. Fundamentación y propuesta de organización y
entrenamiento específico del fútbol" (José Alfonso Morcillo Losa. Oscar P. Cano Moreno. Diego Martínez
Penas).

En la actualidad el fútbol vive inmerso en algunos de sus sectores en una profunda pobreza cognitiva
total. Su fundamentación se basa en aspectos condicionales fundamentalmente.

Partiendo de aquí los autores nos proponen una serie de pasos para planificar, diseñar y ejecutar su
entrenamiento:

1. Análisis de tarea a entrenar (lógica interna).

2. Identificación de la teoría de aprendizaje que más se adapta a la tarea.

3. Elección del estilo de toma de decisiones.

Con esto puede aparecer de forma equivocada el entrenamiento integrado, teniendo en cuenta la
condición física como objetivo primordial de una tarea. Los autores aquí muestran como ellos pretenden
“unir piezas que no están separadas, que nunca se separaron y que no se pueden separar”. Se ha
pasado por tanto de integrar aspectos, a llevarlos a cabo con determinados valores centrados en la
atención selectiva. Por tanto todo lo antes integrado realmente es inseparable, y su nexo de unión es el
compromiso con el pensamiento colectivo.

Fútbol y estilo de toma de decisiones.

En relación al estilo de toma de decisiones, el entrenador debe progresar ofreciendo a sus jugadores la
idea de pensar, de reflexionar, de desarrollar aspectos cognitivos que propongan un “crecimiento entre
opciones y nunca entre obligaciones”.

Así podemos dar con características bien diferenciadas entre dos formas básicas de dirección de grupo
enfocado hacia la dirección dónde el líder actúa como protagonista exclusivo o como coordinador de
voluntades.

Los entrenadores debemos ser los acomodadores del estilo de toma de decisiones a la conducta de los
jugadores. Se deben establecer estructuras mentales en función de las estructuras tácticas y teniendo
en cuenta las experiencias competitivas, creando nuevas estructuras mentales.

La paradoja del término entrenamiento integrado.

¿Cuándo se habla de entrenamiento integrado, se están refiriendo a integrar o a no desintegrar


contenidos o partes de un todo desintegrable?

El futbolista tiende a funcionar como un sistema homogéneo formado por subsistemas independientes
que se interrelacionan con un mismo fin. Si trabajamos con la metodología integrada no aprenderemos
a jugar al fútbol, sino aprenderemos partes aisladas de éste. Apostar por tanto por teorías constructivas
y no asociacionistas.

El todo y las partes.

Las diferentes estructuras o subsistemas de que se compone el deportista son igualmente necesarias
para alcanzar el rendimiento. Con el fraccionamiento de las tareas existe poca transferencia al juego
real.
Se diferencia entre planteamientos conductistas y cognitivistas, decantándose por el segundo. Éste
exige el desarrollo inteligente de elaboración personal que va de la percepción a la conceptualización.
Desde ésta perspectiva “el todo es más que la suma de las partes”.

Atendiendo a Seirul-lo (1994) podemos resumir las características del modelo cognitivo en las
siguientes:

- Qué sucede en el interior del deportista. Análisis previo de las condiciones del entorno.

- Modificando la organización de los acontecimientos y situaciones del entorno, se estimula al deportista


a elaborar nuevos comportamientos producto de la interpretación personal.

- Mejora de la interpretación del sujeto.

- Actitudes motrices aplicadas a situaciones variables.

- Evolución del aprendizaje centrada en la capacidad del deportista para analizar y saber interpretar
señales y tomar decisiones.

- Primero deben estar las necesidades del futbolista y la persona.

Se puede hablar de una Multi-estructura del rendimiento como resultado de la capacidad del
rendimiento físico y psíquico de cada uno de los jugadores en la acción conjunta integrada de todo el
equipo, y de su capacidad de rendimiento de cooperación, no entendiéndose como una suma sino como
una potenciación de los rendimientos individuales.

La preferencia por valernos de modelos de enseñanza cognitivos, nace de análisis de las conductas del
jugador en el juego. Más que introducir el balón, hay que evolucionar en el conocimiento del juego,
desarrollando las estructuras mentales del jugador, llevándonos esto a un óptimo rendimiento.

GRANDES VERDADES DEL FÚTBOL. EL ENTRENADOR QUE LLEVAMOS DENTRO.

“El que comete la desdicha de llevar la contraria, es arrinconado, el que cuestiona cualquier ley es
declarado oficialmente ignorado público. La única coyuntura que nos estimula a mostrar corporativismo
es precisamente cuando aparece en escena la inteligencia de alguien que nos arrima a nuestra
ignorancia. La idea es salvaguardad el sistema de fundamentos prefijados que nos hacen sentir una
agradable sensación de estabilidad. Naturalmente, y a la mayor brevedad, se intenta desprestigiar a
aquel o aquellos que contradicen lo establecido, por más riqueza argumental que conlleve su discurso.”
(cit. por Cano, O. 2009)

Desde su origen el fútbol ha estado rodeado de grandes verdades. Verdades que han evolucionando en
diferentes vertientes y que han hecho modificar no sólo modelos de juegos sino hasta reglas.

A mí me gustaría hacer un desglose rápido y esquemático de las grandes verdades actuales. Verdades
que aparecen en prensa deportiva y son escuchadas en emisoras de radio, en canales de televisión y
posteriormente proyectadas hacia el pensamiento que es dialogado en los “corrillos de entrenadores”.
Qué grandes esos corrillos. Estas verdades podrían ser:

- La alternativa a falta de poco tiempo y con el marcador en contra es el llamado “pelotazo”. Juego
directo. Como si sólo hubiese esa alternativa.

- La defensa siempre debe ser de 4 seres incuestionables y por detrás de la línea de medios. Como si no
pudiese defender el equipo al completo y en el campo contrario.
- Siempre tiene que haber un medio de contención o defensivo acompañando al medio creativo.
Complementariedad mal entendida.

- El ataque es realizo únicamente por 2 o en casos excepcionales 3 delanteros. ¿Acaso no dicen que el
ataque empieza en la portería? ¿El ataque no lo realiza todo el equipo?

- Los famosos cambios de sistema de juego. El sistema no es más que un mero dibujo inicial que
encorseta y desfragmenta al equipo sí sólo se queda ahí.

- Para conservar el resultado hay que poblar de defensas la línea defensiva. Es decir para conservar un
resultado nos unimos todos en nuestra área pero con más “amigos”. ¿Acaso no se conservará mejor el
resultado en el campo contrario?

- Marcajes individuales a jugadores talentosos y virtuosos del equipo rival

Estas y otras muchas son las grandes verdades. Yo expongo un compendio de las que me surgen ahora,
un compendio de expresiones estandarizadas, asimiladas y estructuradas que parecen el ABC del fútbol.
ABC que para muchos sino dominas, no sabes de fútbol.

En mi forma de pensar, creo firmemente que no hay ABC ante la imprevisibilidad. Creo en un modelo de
juego basado en una serie de *principios y sub-principios del juego llevados a cabo por el equipo y
propuestos por el entrenador y dónde cualquier forma de jugar es válida y tolerada dentro de su modelo
de juego. No creo en los parámetros establecidos y menos en la filosofía de otro entrenador por muy de
acuerdo que esté con su metodología a utilizar y la forma de llevar a cabo su juego (si como referente).

Si creo, teniendo en cuenta todo lo que rodea a un equipo, en la personalización de un trabajo, no


tomando esto como si tu equipo fuese un objeto personal, sino como si fuese la imagen personal donde
proyectas tu propio juego y que es llevado a la cancha.

Quizás todo sean ambigüedades, todo sean complejidades, pero es que el fútbol es complejo, por muy
simple que se pueda tomar, el buen fútbol como resultado es complejo y su entramado aún más.

FÚTBOL Y COHESIÓN

Cada pensamiento (surgido del juego) lleva a una acción individual, que posteriormente implica un
pensamiento colectivo y por consecuencia una acción colectiva.

Muchos dicen que el fútbol vive de individualidades, otros que del colectivo, y otros muchos de una
mezcla entre ambas. Hay otros que dicen que gran parte del éxito del equipo depende del entrenador e
incluso de la gestión económica del propio club. Otros responsabilizan a la dirección deportiva o al
trabajo de cantera.

Son muchos los parámetros que pueden llevarte al éxito de un equipo (que no de un club) y lo mejor es
eso de “de todo un poco”.

Parto de aquí para hablarles de la cohesión en el fútbol (inicio para mí del éxito como equipo). De la
acción de adherirse unos y otros en busca de un objetivo común. Para ello se puede decir que se
necesita un poco de uno y un mucho de todos. Hablo de la “adecuación de las respuestas individuales
frente a la respuesta colectiva deseada”.

El futbolista por instinto y también por falta de entrenamiento adecuado, suele dirigir su atención única
y exclusivamente en función del rival y del balón, sin tener en cuenta el colectivo al que va unido y al
que se enfrenta. Su implicación no alcanza ni el 60 % (desde mi punto de vista) de los estímulos que
surgen durante un partido de fútbol. Esto implica un importante desajuste que lleva a no poder trabajar
como un bloque en situaciones en las que no se posee el balón. Al crearse un importante desajuste
cuando no tenemos la posesión, cuando se recupera, el desajuste sigue estando presente y la
elaboración de juego se entorpece en mayor medida.

Muchos diréis: ¿Qué está hablando éste? Desajuste, individualidades, atención, posesión, bloque,
defensa. Pues hablo de la ZONA. Sí del bloque defensivo zonal y de la importancia de su cohesión.
Cuando empleo la palabra defensiva no piensen en la línea de 4 con un pivote por delante como llaman
por ahí “destructivo”, NO. Hablo de un colectivo, de un conjunto, de un equipo, COHESIONADO.

La cohesión es importante en la medida que se crea un bloque que ante diferentes estímulos y dentro
de sus limitaciones es capaz de actuar de forma conjunta y coordinada. Actuar como consecuencia de
pensar. Esto implica un nivel de atención y concentración durante la situación competitiva. Cada
pensamiento (surgido del juego) lleva a una acción individual, que posteriormente implica un
pensamiento colectivo y por consecuencia una acción colectiva. A estas referencias que toma el
conjunto para actuar de una forma cohesionada las llama Amieiro en su libro de defensa en zona en el
fútbol, referencias colectivas. Referencias que, “cuando están debidamente identificadas, lleven a los
jugadores a pensar en función de la misma intención al mismo tiempo y, con eso, el equipo actúe como
un todo al defender". (Amieiro, N. ,2007).

Por tanto equipo, conjunto, cohesión = bloque compacto defensivo. Cómo ven el fútbol “como entereza
inquebrantable".

CULTURA Y FUTBOL

"Quién sólo de fútbol sabe ni de fútbol sabe" (Juanma Lillo parafraseando a Menotti).

l fútbol ha pasado a ser o mejor dicho ha sido siempre parte integra de la cultura. Personalmente creo
que la formación a todos los niveles es importante y más en éste mundo del fútbol que está rodeado de
mucha gente que sólo de fútbol sabe.

Ante esto pretendo fomentar de alguna forma la cultura y para ello iniciamos una sección dónde se
pretende realizar recomendaciones de películas, libros, artículos, y otras alternativas. No sólo quiero
dejar éste apartado como una puesta en común de recursos, sino también me gustaría fomentar el
diálogo y el debate sobre los recursos que se exponen.

Es importante la experiencia pero también es muy importante el interés por saber algo nuevo, por
innovar en busca de algo mejor, por explorar, por conocer algo diferente o por conocer algo anterior
que no conocíamos.

Espero que con ésta sección los pocos que visitan el blog puedan nutrirse de alguna forma y de la misma
manera puedan compartir con todos su parecer sobre los recursos que se propongan.*

Además justo debajo de "Cultura y fútbol" y en otra nueva sección iremos recopilando las frases de
todas la cabeceras de las entradas del blog (siempre suelo comenzar con alguna) así como expresiones o
comentarios que se relacionen con el fútbol y que puedan ser interesantes.

*Aclarar que la cultura no sólo la dan los libros, el cine o los títulos académicos. Quizás la cultura es un
conjunto de aspectos, entre los que se encuentran los anteriores, que se ven expresados en situaciones
cotidianas y a través de la experiencia.

La velocidad y el fútbol
“Normalmente el ganador es el más inteligente, el más hábil, no el que más corre. Acaso, sí, el más veloz
para hacer que corra la pelota, pero no el más veloz en una imagen atlética o pedestre”

Es habitual en el mundo del fútbol exponer que la cualidad física suprema es la fuerza y posteriormente
la velocidad. La velocidad expresada por lo general en situaciones límite en las que hay que llegar al
balón antes que el contrario en su disputa, o en relación a jugar corriendo con la pelota en los pies.

A mi entender la velocidad va relacionada de forma directa con el intelecto y marca la acción-reacción


dentro del jugar. La velocidad no puede depender de su entrenamiento en sus tres manifestaciones de
forma desintegrada y desfragmentada (gestual, reacción y desplazamiento) ni siquiera en un trabajo
globalizado dónde se den las tres formas. Dicha cualidad física va estrechamente relacionada con la
"concentración táctica". Citando a Carvalhal, C.(cit. por Tamarit, X. en 2007) podríamos ejemplificarlo de
la siguiente forma:

“si queremos correr una distancia a máxima velocidad, lo haremos con una gran intensidad. Sin
embargo, si queremos realizar esa misma distancia con una bandeja llena de copas, y si hiciésemos ese
trayecto con la máxima velocidad posible sin que las copas se caigan, necesariamente esta segunda
acción, a pesar de ser más lenta, tiene más intensidad porque exige más concentración”.

Aquí aparece de forma necesaria la capacidad perceptiva que nos conduce a la concentración.
Queremos con esto llegar a que la velocidad de desplazamiento será importante en la medida que la
velocidad “táctica” funcione a una máxima intensidad conducida por la “concentración táctica”. La
velocidad es mucho más que un proceso externo en el que se observa un movimiento, es un aspecto
que marca la intensidad a todos los niveles que engloba el fútbol

Por tanto la velocidad va unida a un proceso perceptivo de gran selección de estímulos y que gracias a la
“concentración táctica” del individuo, la selección será la adecuada en un determinado momento de
juego.

La velocidad cómo cualidad puede ser adquirida y trabajada en cualquier tipo de futbolista, no obstante,
la velocidad como habilidad táctica nace dentro del jugador talentoso y es potenciada a través del
entrenamiento. Dicho potencial unido a la concentración táctica del equipo dentro del complejo
entramado de éste, nos lleva a jugar rápido, “jugando lento”, a jugar de forma inteligente y a descansar
de las “velocidades” jugando al fútbol.

De aquí esa magnífica frase oída en muchos campos de fútbol:

“¡Qué corra el balón y no nosotros!” "

0..... el juego veloz no lo hacen los jugadores para correr, sino los veloces y astutos para recibir la pelota
y desprenderse rápida y precisamente de ella"

FIGURA DEL ENTRENADOR Y MODELO DE JUEGO

"Deben ser indeterministas, cuestionadores del orden existente; deben buscar explicaciones divergentes
a las que se dan por aceptadas y ser críticos permanentes con lo que se tiene por cierto" Ávila
Fuenmayor (2002 cit. por Cano, O. en 2009).

Para que un equipo posea una identidad clara se debe saber qué se quiere conseguir o a lo que se
"aspira" y luego que se debe realizar o cumplir para llegar a dicha aspiración. Para todo ésto es
imprescindible la creación de un modelo de juego por parte del entrenador del equipo.
Dicho modelo de juego debe ser cuestionado y replanteado por parte del entrenador siendo el modelo
de juego el mero ejemplo práctico del Fútbol. Es decir, no llegando a ser nuestro modelo de juego algo
predeterminado y marcado por pautas cerradas, sino abierto al cambio, y a lo imprevisible del jugar.

Nuestra creación del modelo de juego es la guía para nuestro equipo. Aun así esto no resta libertad e
implica que cada jugador continúe creando, basándose en su propia experiencia, siendo un proceso
basado en la interacción del jugador con su propio entorno, el juego (constructivismo).

Por tanto ante nuestra propuesta de modelo de juego no existe neutralidad ni rigidez, sólo influencia en
la medida de lo necesario al futbolista. No debe el futbolista adaptarse a nuestra propuesta sino que
somos nosotros los que debemos partir de las condiciones de los jugadores para que ellos puedan
adaptar esa propuesta. Como nos dice Cano, O. en su libro El modelo de juego del F.C.Barcelona, "Los
deportistas, mejoran su rendimiento jugando juntos y con el balón como vínculo predilecto, así que los
técnicos deben "dejar ser" a los futbolistas, concediéndoles un tejido de transmisión de pareceres
coincidentes".

Un ejemplo a todo esto podría llevarse en la selección española actual. ¿Podríamos pedir a un equipo
con tal cúmulo de talento para el juego combinativo que jugasen a "empatar", o que jugasen con un
sistema defensivo basado en determinados marcajes individuales y con la líneas escasamente
adelantadas, o con un ataque basado en el juego directo desde el minuto 1 de partido? Pues si fuese así
no se engarzaría el modelo de juego propuesto por parte del entrenador con el de los futbolistas que se
encuentran en el terreno. Habría un claro desajuste ya que se pondría límites a lo que desean o saben
hacer los jugadores, a lo que ya han construido y a lo que está asentado de manera natural.

FIGURA DEL ENTRENADOR Y MODELO DE JUEGO 2

“La concepción de un modelo de juego, deberá atender a la especificidad de las características de los
jugadores del equipo, de forma que puedan exprimir natural y eficazmente sus propias capacidades.
Uniendo y sincronizando todas estas capacidades, se establece la posibilidad del equipo para responder
como un todo ante las diferentes situaciones de juego” Castelo, J.

Dejamos en la anterior entrada al entrenador como figura orientativa de forma general, siendo el
creador de la propuesta del modelo de juego y el espectador de su puesta en práctica.

Siguiendo con la creación del modelo de juego, podemos decir que éste se construye no sólo debido a la
plantilla sino en función de ésta y de las propias convicciones del entrenador. Podemos añadir entonces
que el entrenador debe ser coherente con su forma de ver el juego de un equipo, teniendo en cuenta la
posible evolución que puede surgir en el equipo debido a las características y capacidades de los
jugadores.

El jugador figura como un ser dentro de un equipo en constante aprendizaje y evolución, lo que implica
que el modelo de juego llevado a cabo en la propuesta del entrenador, deba tener un carácter
adaptativo con el fin de “construir un jugador más autónomo y eficiente “(Castelo,J.).

Con la aplicación del modelo de juego, cada jugador sabe lo que el equipo necesita de él, y él sabe cómo
satisfacer dicha necesidad. Además el jugador debe tener claro los “principios de acción colectiva” para
con su trabajo contribuir al desarrollo del modelo de juego en sus diferentes situaciones (ataque,
defensa y transiciones). Partiendo de su disponibilidad para llevar a cabo el modelo de juego del equipo
basado en los “principios de acción colectiva”, habrá que tener en cuenta en todo momento el
mencionado carácter adaptativo para así poder perfeccionar y evolucionar dicho modelo de juego.
Podríamos concluir que el modelo de juego es propuesto por el entrenador, pero fabricado por los
jugadores en función de sus posibilidades ,“respeta el sentimiento de autorrealización” (Cano, O.).

“A medida que se vaya construyendo un modelo de juego, es necesario someterlo a interrogación


sistemática, esto es, se va construyendo progresivamente, desconstruyendo y reconstruyendo”.
(Castelo, J.).

El fútbol es de pícaros

“El fútbol no es precisamente orden en el sentido académico de la expresión. Mucho más, es


desorden. Mucho más que orden es picardía, siendo que es “arte del imprevisto” (Ortega cit. por
Panzeri, D. en 1967.)

¿Cuántas veces hemos escuchado esas frases tan habituales en un banquillo o grada de cualquier
campo de fútbol? Esas frases del estilo:

“El fútbol es para listos”

“Qué poca picardía tiene”

Éste tipo de frases son sólo un ejemplo de lo que se puede escuchar. Dichas expresiones pueden tener
varias interpretaciones que pueden ir relacionadas entre otras con la infracción de las reglas o con la
forma de jugar.

Si partimos de la base en la que consideramos al fútbol como un deporte imprevisible (cómo


comentábamos en la entrada del 22 de Junio), a su vez incontrolable y en el que concurren multitud de
parámetros, en los que podríamos incluir dentro de estos la picardía. Si citamos la acepción número 2 y
3 expuestas en el diccionario de la RAE nos encontraríamos lo siguiente:

“Bellaquería, astucia, o disimulo en decir algo”

“Travesura de muchachos, chasco, burla inocente”

Sin querer caer en el tópico del uso del diccionario para definir algo pero sí teniéndolo en cuenta
podríamos leer entre líneas que estas dos acepciones esconden como dice Ortega, el “arte del
imprevisto”, el engaño. Caminando más hacia el desglose de la palabra picardía y agregándole el verbo
engañar podríamos decir que el fútbol en su esencia es el ENGAÑO.

Puede sonar raro pero sí, el engaño. El engaño a través de un regate, mediante un desmarque,
realizando un tiro penal, y en todas las acciones que se dan durante una situación de juego. Esto nos
lleva a un jugar en un clima de “engaño”, visto esto desde el punto de vista práctico, es decir, “dar a la
mentira apariencia de verdad”.

Sin querer desmenuzar de forma semántica pero si entender el verdadero significado del término
picardía llevado al fútbol, podemos darle al vocablo una valoración positiva, siendo necesario para la
práctica del fútbol. Necesidad que camina junto a lo espontáneo y que engloba a la imprevisibilidad de
las acciones.
En la entrada anterior (29 de Julio) ya hablábamos de la importancia del fútbol de calle. Este fútbol es el
que nos puede llevar a desarrollar la picardía de forma natural sin llegar a connotaciones negativas,
siempre dentro de un terreno de juego y con el fin de “engañar” al adversario.

El fútbol por lo general (con claras excepciones) de hoy en día gira en torno a la disciplina a las pautas
marcadas y a la falta de espontaneidad. Con esto pecamos de conseguir una forma de juego y de
entrenamiento estandarizada en el que se priva de libertad al futbolista, teniendo esto mayor
repercusión en jóvenes futbolistas en procesos de formación.

Sólo queda la tarea de saber y entender que la picardía no se enseña, ésta sólo la enseña la libertad y
espontaneidad del “fútbol de calle”. En el momento que la picardía se enseña es cuando rompemos la
esencia del fútbol y la picardía se convierte en “acción baja, ruindad, vileza, engaño o maldad”. Por
tanto dejemos que se juegue en la calle y traslademos ésto a nuestro entrenamiento.

Por tanto podemos decir que la picardía es parte fundamental de la esencia del fútbol, es necesaria.

La preparación física en el fútbol base

"Jugar es tan importante para el niño como el sueño, es fundamental para su salud corporal y para su
mente. Él aprende jugando. Así satisface su deseo de moverse y descubrir el mundo. De este modo, el
Juego debe ser siempre su punto central de cada sesión de entrenamiento". (Wein, 2003).

Últimamente y observando los nuevos proyectos de presente y futuro de clubes modestos suelo
sorprenderme de la inclusión en categorías de formación (desde benjamines en adelante) de
preparadores físicos. Preparadores físicos que en mi opinión llevan por bandera el fútbol integrado, es
decir, desintegrado y que (y con buena fe) piensan que eso es lo mejor, lo más adecuado y por supuesto
lo más transferible a la práctica del fútbol.

No quiero centrarme en hacer una crítica determinada sobre la metodología adoptada actualmente por
la gran mayoría de preparadores físicos (a los cuales les tengo total respeto) y sí analizar el porqué los
clubes de élite y los modestos que “aspiran a” con fuertes canteras pretenden integrar el trabajo de un
preparador físico en jugadores bastante jóvenes.

Lo primero sería analizar de forma breve el porqué introducen a preparadores físicos. El objetivo
principal suponemos que debe ser el éxito del equipo a través de una adecuada formación física
específica en relación al fútbol y los objetivos colaterales podrían ser, pretender ganar “profesionalidad”
con el trabajo de varios miembros del cuerpo técnico, ganar cierto prestigio con la inclusión de
profesionales especializados, así como otros objetivos menores.

A partir de aquí habría que hacer una lectura real de todo esto y realmente llegar a conocer el trabajo
del preparador físico (para el cual yo me estoy formando) sabiendo que transferencia tiene a la hora de
afrontar un partido.

Personalmente creo que para un buen aprendizaje debemos trabajar orientando el entrenamiento al
desarrollo espontáneo de los jóvenes futbolistas. Cómo nos expone Tamarit, X. (2007) “…es preciso que
analicemos bien las características del buen aprendizaje, que analicemos las características que se dan
en el fútbol de calle por la importancia que ha demostrado tener en la formación de jugadores de élite,
y que las transportemos a las Escuelas de fútbol, las cuales, deben asumir la responsabilidad de
relacionar a los niños con el juego, en nuestro caso, con el fútbol”. Es decir aprovechar según nos dice
Fonseca, H. el “potencial lúdico-formativo” (2006 cit. por Tamarit, X. en 2007) para manejarlo en la
formación de los jóvenes futbolistas no pretendiendo desarrollar una miniformación de élite haciendo
un “sevilla en pequeño, un barcelona en pequeño, etc.”
Para todo esto el entrenamiento no puede estar guiado por parámetros físicos en los que se desarrollen
determinadas cualidades físicas, la coordinación óculo-pédica o el equilibrio, sino más bien dotar el
entrenamiento de imprevisibilidad, de variabilidad y de alternancia dando LIBERTAD al jugador en el
desarrollo del entrenamiento, provocando que llegue al error y que incluso el mismo sea capaz de
solucionarlo. Desarrollar en la escuela el famoso “fútbol de calle”.

Con todo esto llegamos a la conclusión de que el preparador físico podrá tener relevancia en equipos de
base siempre en cuando su metodología de trabajo se base en el Jugar, en el dejar jugar. Sólo así se
desarrollará la creatividad del joven futbolista a la vez que su condición motora.

Por último os dejo con una frase de Vitor Frade leída en el libro Periodización táctica (Tamarit, X. 2007) y
la cuál puede definir a la perfección lo que hemos comentado.

“Es urgente que los clubes piensen lo que han hecho desde los 5,6 años hasta los 14, ya que
sistemáticamente los jugadores que más evidencian y alcanzan posteriormente un nivel superior de
rendimiento en esos clubes llegan como mínimo cerca de los 14 años viniendo exactamente de un
proceso sin cualquier tipo de preocupación donde juegan tres veces por semana y andan jugando por la
calle. Por lo tanto, sólo se debería pensar el reciclaje del Fútbol de calle en función de crear el Fútbol de
calle en los propios clubes”.

TRANSICIONES Y DEFENSA ZONAL

“Sólo perspectivando zonalmente el momento defensivo es posible que un eventual equilibrio defensivo
en ataque subsista durante los momento de transición ataque-defensa” Amieiro (2007).

Hoy en día la gran mayoría de entrenadores desean realizar un juego vistoso, combinado, de "toque" de
largas posesiones… muchos quieren “jugar como el Barcelona”. Para ello habría que comprender y
manejar multitud de circunstancias.

Ante éste tipo de juego, en el que se sitúan cantidad de jugadores en el ataque, se debe tener un alto
dominio de las transiciones. Ya de por sí las transiciones defensa-ataque y ataque-defensa tienen gran
relevancia, y en éste caso adquieren aún más importancia. Para que las mencionadas transiciones
tengan éxito tendremos que partir de un juego zonal y de algo más que esto, un “pensamiento zonal”.

El trabajo en zona nos aportará una estructura móvil aportándonos ésta un”equilibrio posicional” y
como consecuencia un “equilibrio defensivo”. Éste equilibrio defensivo, atendiendo a Amieiro (2007)
asegura la “permanente gestión colectiva del espacio y del tiempo del partido”.

Contra la defensa en zona situamos la individual ocupándonos cada uno de determinadas “marcas”, del
hombre. Esto no nos permitirá en una transición defensa-ataque, atacar como equipo ya que no se
controlarán los espacios y si los jugadores…¿Qué será más importante? A su vez en una pérdida de
balón en el ataque (transición ataque-defensa) se provocará un desequilibrio posicional ya que cada
jugador ira a su hombre y no a la zona, no favoreciendo esto una adecuada transición. Por tanto no sólo
debe haber un equilibrio defensivo sino también se debe dar un equilibrio ofensivo.

La defensa en zona tiene que abarcar los cuatros momentos de juego y debe ser guiada por la estricta
preocupación de no perder la ocupación racional del terreno de juego, respondiendo ésta a las
necesidades reales del juego.
JUEGO COMBINADO EN SITUACIÓN REDUCIDA

Aquí os dejo una situación reducida de juego dónde pretendemos trasladar una situación real para la
rápida recuperación de balón.

Creación de superioridad numérica defensiva. Recuperación de balón.

Espacio 30x30 aprox. Nº de Jugadores. 6x6 + 2 comodines.

Situación.- Se juegan 6x6 en la franja central. Los comodines que juegan en las zonas laterales servirán
de apoyo al equipo que posea la pelota y jugarán en la parte central de las zonas laterales. Cuando los
comodines quieran, podrán ocupar una de las dos zonas laterales de su franja (esquinas). Ante esto el
equipo poseedor del balón en ese momento deberá jugar con el comodín a la zona que se haya
desplazado y entrar en dicha zona, dónde se creará una superioridad numérica defensiva intentando
provocar la pérdida rápida del balón. Sólo podrán entrar 3 jugadores del equipo defensor y uno del
equipo atacante más el comodín. El balón tendrá que salir de dicha zona con al menos tres pases entre
los dos jugadores atacantes, intentando evitar esto los defensores. Si se produce el robo, devuelven el
balón a compañeros de la zona central y comienza de nuevo el trabajo de conservación.

Tiempos y variables en función del momento de la semana y la periodización que sigue el equipo que lo
realiza.
CONTEXTUALIZACIÓN DEL JUEGO DURANTE EL ENTRENAMIENTO

El fútbol es un juego enmarcado dentro de un determinado contexto y caracterizado por una gran
imprevisibilidad. Ésta imprevisibilidad debe marcar la pauta a seguir en nuestra forma de entrenamiento
para así poder crear un “modelo de juego” real.

El deporte del fútbol desde su imprevisibilidad está compuesto de forma general por facetas técnicas,
tácticas, físicas y psicológicas. Dichas facetas deben estar enmarcadas dentro de un determinado
contexto común ya que todas se dan a la vez durante la competición. Por tanto todas deben de darse de
forma simultánea y contextualizada en el entrenamiento basándose en la formación de un “todo”.
Partiríamos de aquí expresando que “el todo no es igual a la suma de las partes”, Morin, E. (2001, cit.
por Tamarit, X. en 2009).

Por tanto entendemos que todas las condiciones se encuentran englobadas y no separadas ni
desintegradas. Esto nos llevará a implicar estas condiciones durante el entrenamiento.

¿Desde qué punto se parte y orientamos la contextualización de nuestro entrenamiento entonces?

Partiendo de lo imprevisible tendremos que tener en cuenta el aspecto primordial que se da en toda
situación de juego competitiva dentro del fútbol, la táctica. A partir de ésta crearemos nuestro “modelo
de juego como guía de todo el proceso” (Tamarit, X. en 2009). Éste “modelo de juego” debe estar en
continuo proceso de cambio, crecimiento y “construcción” ya que nuestro juego no es predefinible y
mucho menos los instrumentos de juego (los jugadores). Ese modelo de juego debe estar condicionado
y abierto a multitud de variantes. Aún así a pesar de ser sensible al cambio siempre debe mantenerse la
concepción propia del modelo de juego. Ésta sufrirá variaciones pero sus principios fundamentales
seguirán siendo los mismos.

Por tanto para contextualizar nuestro entrenamiento habrá que crear nuestro “modelo de juego” (no
sistema de juego). Para ello tendremos que conocer lo que queremos alcanzar durante nuestro “juego”
definiendo “una serie de comportamientos (Principios y subprincipios), así como la articulación entre
ellos, la cual nos va a permitir tener una identidad de juego” (Tamarit, X. en 2009).

Dichos principios y subprincipios (más específicos) serán procedimientos comunes a seguir por parte del
equipo y tendrán que ser dominados ya que serán la base del “modelo de juego“ de nuestro equipo. A
esto nos aporta Mourinho: “Lo más importante en un equipo es tener un determinado modelo,
determinados principios, conocerlos bien, interpretarlos bien, independientemente de ser utilizados
éste o aquel jugador”.

Podríamos concluir por tanto que para contextualizar nuestro entrenamiento, debemos partir de la
construcción de un modelo de juego basado en principios y subprincipios articulados como
comportamientos y que nos permitirán la mayor transferencia de nuestro entrenamiento a la
competición, es decir, convivir con nuestro juego durante la semana, para luego salir con él en la
competición.

¿POR QUÉ MOU ES UN LÍDER?

Hoy domingo he encontrado en una de esas revistas dominicales una entrevista a D. José Mourinho. La
entrevista no profundiza mucho sobre su metodología y forma de trabajo pero si sobre su forma de ser y
actuar ante el grupo de futbolistas. Aun así nos deja algunas pinceladas del estilo “el conjunto tiene que
ser superior a la suma de sus partes”.
Me gustaría dejar aquí el decálogo que Fernando Ilharco (profesor de la Universidade Católica
Portuguesa y coautor del libro Liderança, as liçoes de Mourinho) aporta en el artículo. Desde luego que
es de gran utilidad.

1. Pasión por lo que uno hace.

2. Actualización constante.

3. Coherencia, sólo exigir a los demás lo que nos exigimos a nosotros mismos.

4. Subrayar el espíritu de equipo, nadie está por encima del grupo.

5. Trabajo, mucho trabajo.

6. Comunicación y empatía, las emociones decisivas.

7. Adaptarse a la situación, intentando sacar partido de las circunstancias en todo momento.

8. Carisma, aspecto clave en una sociedad en donde es difícil prestar atención.

9. Innovación y originalidad, Mourinho está reescribiendo cómo entendemos el fútbol.

10. Liderazgo y gestión del equipo de forma global, prestando atención a todos los aspectos. En la alta
competición son los detalles: el ambiente, la actitud, la ambición, los que marcan la diferencia.

METODOLOGÍAS EN FÚTBOL

Actualmente confluyen multitud de metodologías de entrenamiento en el fútbol. Cada una suele tener
un precursor y los demás suelen seguir dichas metodologías. Estas metodologías suelen a su vez llevar
una marca personalizada de quien las lleva a la práctica, lo que las hace en ocasiones, desvirtuarse y
llegarse a convertir en una forma de entrenar “tuneada” y poco relacionada con los principios que
perseguía en su comienzo.

Yo personalmente poco a poco voy descubriendo cual es la forma de entrenar que más se adapta a mis
pensamientos y que por supuesto mejor transferencia me aportan para la posterior competición. No
obstante no voy a exponerla ya que el objetivo de éste pequeño artículo o “post” no es ese, sino hacer
una crítica constructiva a la falta de formación y a la falta del interés por el cambio.

Quiero de aquí hacer una llamada a los entrenadores arcaicos y cerrados que independientemente de
cómo entrenen (y seguramente les dé hasta resultado), intenten reorientar sus metodologías primitivas
e inmemoriales que no aportan nada nuevo al deporte del fútbol. Quizás no soy nadie para juzgar la
forma de trabajar de otros/as (no pretendo juzgarla) sólo pretendo que cada uno lleve a cabo una
verdadera actualización a través de la formación, del “autoaprendizaje” y la puesta en práctica personal
de algo diferente que aporte al fútbol.

Los entrenadores (y yo el primero) deberíamos hacer un examen profundo de nuestra forma de


entrenar, darnos una “autoexplicación” de por qué hacemos una cosa y por qué hacemos otra y
realmente ser coherentes con el fútbol. Un entrenador no puede querer jugar bien sino entrena bien.
Eso es ser incoherente “quiero esto y hago lo otro”. Cuantas veces escuchamos en los campos de fútbol
esa frase tan real de:

“SE JUEGA COMO SE ENTRENA SEÑORES”


A viva voz pretendemos transmitir a nuestros jugadores/as que sino entrenan “bien”, es decir, como
nosotros queremos que entrenen, no se jugará “bien”. Esto llevará a que si el partido del Domingo sale
bien, todo será porque el entrenador ha acertado y si sale mal es porque no se ha entrenado bien u
otros factores de esos habituales, tipo árbitro, climatología, lesiones, etc.

Se han preguntado esos entrenadores si realmente se entrena para poder jugar “bien”. Esa sería la
cuestión más importante. El entrenador debe de ser consciente de su responsabilidad y de las
consecuencias que sus decisiones durante la semana acarrean a la posterior competición. Si la
confección de una planificación y entrenamientos de fútbol no son coherentes con el propio fútbol,
cómo vamos a pretender entrenar para jugar bien. No entrenaremos bien y por lo tanto no
controlaremos los aspectos los cuales nos llevarán a no jugar “bien”.

Creo firmemente en que las metodologías sino renovadas, deben ser revisadas, creo firmemente en que
todos debemos llevar a nuestros entrenamientos única y exclusivamente el fútbol, creo en una forma
diferente de entrenar, por tanto, creo en un FÚTBOL distinto.

PRINCIPIOS OFENSIVOS DEL JUEGO

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