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Excelentes trucos y recetas para

aprovechar la comida pasada en


lugar de tirarla a la basura
Muchas veces, antes de preguntarnos qué podemos hacer con la comida
sobrante o que está pasada, la tiramos a la basura sin ningún tipo de
contemplación, pues pensamos que ya no es comestible. Pues hoy te
traemos unas maravillosas ideas para que no tengas que tirar ciertos
alimentos si no quieres. La fruta que está muy madura es un buen ejemplo,
ya que puedes aprovecharla para hacer todo tipo de mermeladas.

Si eres de las personas a las que no les gusta tirar nada, ya no tendrás que
volver a hacerlo, al menos con los siguiente alimentos:

1. Fruta
- Mermeladas
Preparar una buena mermelada en casa puede ser una gran satisfacción. No
sólo se trata de elaborar una receta más o menos sencilla para consumir en
los desayunos, sino que también estaremos aprovechando la fruta pasada
que tengamos por casa.
De albaricoque

Ingredientes

– 900 gr de azúcar
– 1 kg de albaricoques

Preparación

1. Escoge los albaricoques más maduros, después lávalos y pártelos en dos.


Quita el hueso.
2. Mezcla los albaricoques y el azúcar en un cazo
3. Maceración. Este paso es opcional y consiste en dejar la mezcla
reposando a temperatura ambiente durante la noche.
4. Hierve la mezcla de albaricoques y azúcar durante 15 minutos, a fuego
vivo, y remueve bien para que no se pegue al fondo del cazo. Retira la
espuma de vez en cuando. Después de ese tiempo, baja el fuego y deja que
cueza lentamente para que la mezcla coja consistencia. Sabremos que la
mermelada está lista si hacemos la prueba del plato frío, que consiste en
echar una gota de mermelada en un plato frío. Si se cuaja al instante,
nuestra mermelada estará lista.
5. Prepara los frascos para envasar la mermelada, hirviéndolos -la tapa
también- en agua y déjalos secar.
6. Cuando la mermelada esté lista ya podemos echarla en los frascos y
cerrarlos. Pon el frasco boca abajo y espera a que se enfríe para guardar la
mermelada.

De fresa

Ingredientes

– 600 gr azúcar
– 1 kg de fresas
Preparación

1. Escoge las fresas bien maduras. Lávalas bien y escúrrelas. No te olvides


de quitar los rabillos.
2. Pon las fresas dentro de un cazo, olla o cacerola y añádeles el azúcar.
Mézclalo todo muy bien.
3. Deja macerar a temperatura ambiente durante la noche si quieres.
4. Hierve la mezcla durante 20 minutos y luego baja el fuego para que coja
consistencia. Sabremos que la mermelada está lista si hacemos la prueba
del plato frío, que consiste en echar una gota de mermelada en un plato frío.
Si se cuaja al instante, nuestra mermelada estará lista.
5. Prepara los frascos para envasar la mermelada, hirviéndolos -la tapa
también- en agua y déjalos secar.
6. Cuando la mermelada esté lista ya podemos echarla en los frascos y
cerrarlos. Pon el frasco boca abajo y espera a que se enfríe para guardar la
mermelada.
De manzana

Ingredientes

– 900 gr de azúcar
– 1 limón
– 1 kg de manzanas

Preparación

1. Pela las manzanas y quítales las pepitas. Después, córtalas en trozos


pequeños. Echa las manzanas en un bol y estrújales el limón que hará que la
fruta no se oxide.
2. Añade el azúcar y dos vasos de agua en un cazo. Cuece el almíbar
durante 20 minutos a fuego lento con cuidado porque no deberá
caramelizarse.
3. Después, añade las manzanas y deja cocer durante 45 minutos
removiendo con frecuencia. Haz la prueba del plato frío para saber si está
lista.
4. Prepara los frascos para envasar la mermelada, hirviéndolos -la tapa
también- en agua y déjalos secar.
5. Cuando la mermelada esté lista ya podemos echarla en los frascos y
cerrarlos. Pon el frasco boca abajo y espera a que se enfríe para guardar la
mermelada.

De plátano

Ingredientes

– 1 kg de azúcar
– 1 kg de plátanos
– 1 limón
Preparación

1. Quítale la piel a los plátanos y córtalos en rodajas pequeñas.


2. Pon los plátanos en un cazo y échales el zumo del limón para que la fruta
no se oxide.
3. Añade el azúcar al cazo y remueve bien.
4. Cuece la mezcla durante 20 minutos y remuévela con frecuencia para
evitar que se pegue. No te olvides hacer la prueba del palto frío para saber
si la mermelada está lista.
5. Prepara los frascos para envasar la mermelada, hirviéndolos -la tapa
también- en agua y déjalos secar.
6. Cuando la mermelada esté lista ya podemos echarla en los frascos y
cerrarlos. Pon el frasco boca abajo y espera a que se enfríe para guardar la
mermelada.

- Bizcocho

Otra buena forma de aprovechar el plátano pasado, es haciendo un delicioso


bizcocho de chocolate y plátano, muy sencillo de hacer.
Ingredientes

– 250 gr de azúcar
– 250 gr de mantequilla
– 250 gr de harina
– 5 huevos frescos
– 75 gr de plátano troceado
– 75 gr de chocolate troceado
– 1 cucharadita de levadura química

Preparación

1. Precalienta el horno a 175ºC. Engrasa y ponle un poco de harina al molde


que vayáis a utilizar para evitar que se peque el bizcocho. En un bol,
mezcla la mantequilla con el azúcar hasta que se quede como una crema
uniforme. Después, añade uno a uno los huevos que deberás ir batiendo
antes de echar el siguiente.
2. Añade la harina y la levadura tamizada. Lo mezclamos todo bien y
echamos el plátano y el chocolate. Volvemos a mezclar y echamos en el
molde.

3. Horneamos durante una hora aproximadamente.


4. Una vez que haya subido y esté dorado, podremos abrir el horno y
colocarle un papel de aluminio por encima para evitar que se queme.

- Pudín de pan y manzana

Un sencillo y tradicional postre con el que podrás aprovechar el pan duro


que tengas por casa y las últimas manzanas del frutero.
Ingredientes

– 1 litro de leche
– 200 gr de pan duro
– 5 huevos
– el jugo y la cáscara de un limón
– vainilla
– 2 manzanas
– azúcar

Preparación

1. Lo primero que hay que hacer es hervir la leche con la cáscara de limón y
la vainilla. En el momento en que empiece a hervir, retiramos la leche del
fuego y sacamos la vainilla y la cáscara.
2. Troceamos el pan duro y lo introducimos en la leche para que se empape.
3. Mientras tanto, pelamos las manzanas y las cortamos en láminas que
añadiremos también a la leche con el pan. Este es el momento en el que
tienes que poner a precalentar el horno a 180ºC.
4. Con el zumo del limón y el azúcar prepararemos el caramelo suficiente
para cubrir la base del molde.
5. En un bol aparte, batimos los huevos y le añadimos 3 cucharadas de
azúcar. Una vez batidos se lo añadimos a la leche y el pan y mezclamos
bien con unas varillas.
6. Volcamos la mezcla en el molde y cocemos en el horno al baño de María
durante 45 minutos.
7. Dejar enfriar y listo.

2. Pan duro o descongelado


Para rescatar un alimento tan socorrido como el pan, tienes que
humedecerlo -que no mojarlo- con unas gotas de agua y esparcirlas bien por
toda la barra. Precalienta el horno a 180º durante 10 minutos y cuando esté
caliente, reduce la temperatura a 120º. Mete el pan en el horno, en la
bandeja central, durante unos 10 ó 15 minutos y échale un vistazo de vez en
cuando para que no se queme. Transcurrido el tiempo, debes darle la vuelta
y esperar durante otros 10 minutos. Si el pan es troceado antes de
introducirlo en el horno, se hará mejor por el centro y lo tendremos listo
antes.

3. Galletas

Las galletas que se nos han vuelto blandas, correosas y que están al borde
de la muerte, también pueden ser revividas en el horno. Basta con que las
pongas cinco minutos a 180º C y volverán a la vida, aunque por poco
tiempo, ya que su frescura no durará mucho, por lo que recomendamos que
se haga cuando se vayan a ser consumidas.

4. Lechuga

Es muy común que cuando tenemos unos días la lechuga en el frigorífico,


sus hojas dejen de estar frescas y crujientes, tornándose mustias y blandas.
Si esta se ha puesto marrón y demasiado blanda, entonces ya no podrás
revivirla, aunque podrías usarla como compost.

Si queremos revivir una cabeza entera de lechuga, primero tendremos que


quitarle con el cuchillo la parte más seca del tallo -una octava parte
aproximadamente-. Después sumergiremos el tallo en un recipiente con
agua tibia durante una media hora, poniendo especial empeño en sumergir
solo el tallo. Por último, mete la lechuga en la nevera y después de un par
de horas sus hojas habrán vuelto a estar frescas.

Si lo que queremos es revivir hojas sueltas de lechuga, es tan fácil como


llenar un recipiente con agua y añadirle hielos para que se enfríe. Cuando
los hielos se hayan disuelto, introducimos las hojas de lechuga y las
tenemos durante un minuto. Después, saca las hojas del agua con cuidado -
debe quedar agua helada en las hojas- e introdúcelas en una bolsa de
plástico cerrada por la parte de arriba, sin apretar el nudo. Coloca la bolsa
en el frigorífico y después de tres horas las hojas habrán vuelto a su forma
natural.

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