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ENSAYO
.1
u \.-,
EL
UNlVERsO
CONTESTATARIO
(t'uNtvERs c0NTESIATt0NllAtRE)
ANDRÉ STÉPHANE
EDICIONES
PtcAzo TRAOUCTION DEt FRAII(ES
Paseo San Gervario, 7t
BARCELONA.6. MI6UEI. GIMENEZ SATES
,La responsabilidad del desorden que ac-
tualmente padece el mundo, no incumbe ni
a una clase ni a una naci6n o sistema; tal
desorden no es mds que la reproducci6n, a
mayor escala, de las reacciones infantiles. El
bienestar de la humanidad reside en cada
uno de nosotros, no en un sistema, en una
creencia o en el interior de unas fronteras.
No tenemos al enemigo fuera sino dentro.
Wllueu Gor"olNc,
El Rey de lqs moscas.
El Universo Contestatario 9
André StéPhane
teiarmente), las cosas todavia no se han inlittrado lo
de ld
alterur hasta cierto punto el desarrollo espontdneo bastante en el dnimo de algunos de nuestros pacientes
iiiatid". También bs, en su extrerno limite' oiercer en paru que las intarpretaciones aqui incluidas
corno tno- @à las que
cterto *oao un abuso de poder, olreciéndose n! gstd exenta toda pasidn) sean acogidas con la seràni-
iito of analizado, puesto qut " razdn de laenpotenciarcs' de dad,
_si
no indispensable, al menos rttil para la buetu
ii tranrlrrrncia, eite modèto puede obrut lorma marcha del andlisis. El alboroto provocado por las pr*
ii;eii'i.
'ie
pr, ,rto, siempre nis ha parecido personalmen- testas actuales de la juventud constituye en si un simùolo
cartas a los peri&
ikposible lirmar *oii1i^tot, eniiar interesante paru nuetstro tema.
d.icos^ o pedii la palabra en los mitines
en los cctsos cotno Varios motivos nos hsn inducido a interesarnos, hasta
drabe'
,i- au Aiaopest,'la Suerra de Argelia, e.l conflicto cierto punto, por los sucesos de mayo de 1968 en paris,
iiriiti, iit'turiror-d, *oyo, la invasidn dequechecoslova'
-iii,'po, nos haya'
desde el punto de vista sicoanalitico. para empezar, destle
muy prolundunxente arrast.rados hace varios aftos, hemos intentado separar una estructuta
de tales circunstancias'
-- visto por una o varias
mos siquica que nos parecia propia de los intelectuales que
Pentsamos ademds en esto seguimos a Freud-' pertenecen a ciertos movimientos litorarios,
-y
our- i, atnalista puede apiicar perloctamente
su ciencia al filosfficos,
y politicos (,,los intelectuales tle lzquier-
sico.analiticos
"niruito d.e los f'enfimenòs sociales, culturales o politicos' da"), estructura que, desde nuestro punto de visia, se
tii JoUo, po, ,tlo a las reglas del ne-utralismo' En electo' maniliesta particularmente €,ntre los contestatarios del
de tal o cual corriente mayo parisino. Por lo demds, la mayoria de quienes ha-
iitritro,nà,los prolundos motivos
del sicoa.ndlisis no altera de brian podido servirnos de modelo para nuestros estudios
tiiri,itiio o potiiica'con ayuda
'igual'modo' que una
la tey lundamental del sicoandlisis anteriores, se hallaban del lado de los contestatarìos.
i, prricifin'd.irecta a un tema- de actualidad.
lzlià
'Èn'-ui respecto
-. Por otra parte, el sicoandlisis se ha citado, utilizado,
iotot, el analista expresa' ante todo' el curso
de discutido, protastado y hasta ha servido para la contesta-
-iu' (lo pàrmite al lector eiercer ciefio.
i"",ii*ilnto que ci.64 durante aquellos sucesos. Marcuse ie refiere al sico
;,;;;i c,ritico d.s la- opini1n en la qu-esudesemboca tal
petsona.lìdad
andlisis y pretende haber hecho una ,,contribucifin d
curso), mientras que en'el otro caso teiela Freud". Noso/ros hemos asistido a varios debates sobre
(,tanto
u nin|r"e sobre e[ paciente una presi6n innegable sicoandlisis en la Facultad de Medicina principalmante, y
'*;;';;r;;;
';;;,;; qu" ,l tema de ictualidad ha movilizado también en Ltna Universidad popular. Èn toi periildicis
;;riii*'nt' poderosos qye ta opinìan det
?ay situaci1n se p,ublicaban con regularidad las interpretaciones sico
-En
analista no eorrompr io pu"" de la
analitica' analiticas de aquellos acontecimientos.
-àl realidad, en
*riot hasta cieito tiempo) ' Y nuestro estudio' aunqL@ tales casos, el sicoandlisis era alabado o atacado por lo
a un politico
,Li'iiiptiirci,n det sicoàndlisis lendmeno que no es. Eslo nos ha hecho anhelar poner las cosas en
, socioiuttural, se relìere a un ternt cuyo cardcter "can' su punto, considerando el interés inherente al
-ri" s este pr el acio'
freudismo,
àr"ir;; oei ciuiruò s mientr as redactamo iytyrgs que nos parece significar una conciencia prolunda
7- ounou, tà rnds esencial de nuestro trabaio
tal vez se del hecho de que, d pesar de los esluerzos on el sentido
'niio"i,itto'-i"li"iao por los sucesos. de mavo v -los de de una negacidn de los conflictos individuales internos y
pos'
òirrortoroquia (se ùan electuado algunos aftadidos
10 Andté StéPhane El Universo Contestatario 11
de la puesta en marcha de los problemas sociales, el Indudablemente, el lector lo habrd adivinado ya: no
malestàr porsonal no podia recibir soluciones sdlo con la amos unos grandes admirudores de las protestas qt ge-
translormacifin de la sociedad. ma|.
io no, habiamos sentido asombrados pot la posicidn Trataremos aqui sdlo la contestaci1n ,,extremista", la
de los "intelectuales de lzquierda" en el mome'nto de que intenta destruir Ia sociedad burguesa-capitalista de
la guerra drabe'israeli. iNo ha bastado -una uictoria para ot*tsumo. No estamos contra las reformas ic6mo podria-
qrà lot simpatias rnundiales hacia Israel se transformasen mas oponernos, por ejemplo, a la abolicidn del sistema
in oposiciàn abierta? No rzos hemos sorprandido, sin que prevalece en los concursos médicos, y que conduce
embàrgo, al encontrar a muchos do los contestatarios del al candidato a preocuparse mds de la composicifin del
lsvssl vtictorioso en las tilas de los contestatarios de iurailo que del proglama de los exdmenes (para citar s6lo
mayo (1). Remontdndonos en el tiempo, hallariamos una an problorna que conocemos bien) ? Ademds
lilittcifin
'tuules
entre la "protesta" y la postura de los "inte'lec' -pensamos
iunto con otros muchot-, todo régimen politico siente
de lzquietda" !rcnteal comunismo de Stalin y la necesidad de padecer la presifin de la oposicifin; que,
lrente a BudaPest. por eiemplo, los partidos comunistas y /os regimenes lla-
Naturalmente, es parcialmente legitimo tener opint'ones mados socialistas constituyen un lactor de progreso para
politi,icas ile izquierdà, tunto si un individuo es intelectual los rcgimenes llamados capitalistas. Es probable que Èran-
'como
si es pròletarìo. Lo que serd el tema.de esto ensayo cia, por ejemplo (lo mismo que indudablemente ocurrird
es el univeiso sicoalectiti del "inteluctual de lzquierda" en Norteamérica), saque un indudable beneficìo de los
(que no debe confundirse con ol ser que eierce una pto' sucesos de mayo de 1968. Pero hay que distinguir entro
iàsi6n intetectual, y cuyas opiniones
pollticas se sitrtan a la sicofisiologia del movimiento en si y los resultados
la izquierda), que nos parece ptesenta u.nos caracteles es' secundarios. Las guerras son un lactor de progreso ini-
peciiicos, ya qie tut opinionei no manifiestan una actitud gualable (técnico, econdmico, social, hasta ideol1gico).
'meàitada,-
siio qu" se alimentan de sus conflictos incons' Sin embargo, seria un error considerarlas en si como un
cientes y de unos alectos arcaicos. bien, ni confundir las causas prolundas que las desenca-
En resumen, pensatnos que se trata de una estructura denan con los benelicios secundarios que producen, y
delectuosa qus presenta cierto nrtmero de rasgos pdtticu' aùn menos iustilicarlas en nombre de sus consecuencias
lares que ffataremos de describir. positivas.
Nò intentaremos delendernos si se toma nuestra opi' Naturalmento, cuanto decimos en este ensayo no se
ni6n como una tentatiia de trazar una sicopatologia del retiere mids que a nosotros mismos, sin implicar en modo
contestatario, En esto tenemos un ilustro predecesor' -ya alguno a nuestrcs colegas.
q:ui t"nin consideraba el izquierdistno como una enfer Consideraremos el movimiento contestatario de Occi-
medad. dente como un avatat del cristianismo. Creemos que la
religidn cristiana especial el CatolicisffiÈ, consti-
tuye una tentativa-en
de solucidn del complejo de Edipo,
(1) Natutalmente que hay excepciones' Maurice-.Clav-el'^no1-eiemplo'
que contrma la l€gra' tentativa que desde hace dos mil aftos, ha coartado, hasta
Pero pteciiamente se trata de una excepci6o
12 André Stéphane El Universo Contestatario li
cierto punto, al hombre. Claro estd, que ésta que podr.ia' ful rechazado"), sino, por el contrario, una manifestacién
*o, tio*o, castracifin parcial, también le ha impedido de cìertas dalensas contra los instintos, que son proyec-
manifestarse con todo su salvaiismo innato-.(aunque haya tados sobre e/ burgués y la sociedad de consumo. Pero
habido casos sueltos' como Hitler o Mussolini) ' La culpa- toda proyeccidn eùrarta la intolerancia contra esta parte
bilidail anexionada a la materia y correlativamente a la de sf mismo negada que representa el Otro. Intolerancia
iir* y a los bimes de este mundo, ailnque no ha deiado que, sn la ligica del Inconsciente, puede ir hasta la des-
de peiar sobre la humanidad (pese a en nuestra trucci.dn del Otro (la desaparicidn de esta parte de si
situacifin de analistas deberiamos invertir los términos y mismo abotecida y que ha sido el obieto de la proyec-
iteci, que cierta delensa ante el compleio de Edipo ha ei6n).
àie"ioao el éxito del cristianismo, en lugat de haber Como individuos y analìstas, sdlo podemos considerar
por tanto' que 19 @n gtan circunspeccidn un movimiento que nos parcce
iaio
'tot""iA"nacimiento al mismo). Pensamos,
cristiana del compleio de Edipo' mediante la conducir necesariamente a la violencia. Tampoco perci-
ire*iA, de los instintos, y de la realidad que aquélla bimos un movimiento hacia una liberacifin auténtica sino
iiptiia, conduce ct una escisidn ente la doctrin'a y los los olectos de un extrafro maniqueismo. Tendremos oca-
i'i|"ioti,' i un dualismo constante, a incesantes contradic'- si6n de volver sobre este tema. Pero un solo hecho ilus-
;i;;;; resumiendo, a la lalta de autenticidad' Peto la trard sencillamente nuastra posturu:
ireorilAn tutulmente triunfante de una parte de la realidad La radio anunci1 hace muy pocos afros que en Rich-
iii-*i"tiit, econdmicamente (2), v sdlo puedeptoyecci6n
dar lugar mond (Estado de Virginia, Estados Unidos), los contes-
o rcdo clase de lotmaciones morbosas, cuya tatarios se aprestaban a.sacrificar un perro en plena calle,
ioiiirn en"po àefinido da los instintos negados o repri- quemdndolo con ayudd de un producto quimico de su
àiaot, cinstituye'la m,is lrecuente de tales lormaciones composicidn, muy similar al napalm. El obietivo de esta
tnorbosas. operacidn sra la siguìente: que algunos transeilntes se
Tendremos ocasifin de examinar algunas de las con' vìesen obligados a intervenir. A los cuales se les diria:
secuencias que de esta se derivan' En afecto' veretnos "Intervenis en favor de un peto que se estd quemando
iui it contistatario es impulsado,.g syryeiyza del cristia' pero no hacéis nada en favor de las vtctimas del Vistnarn".
io, o nrgo, und parte de'la realidad instintiva, y d pro' Y a los que no interviniesen se les diria: "Vosotros sois
yectarla.- En nuistta catidad de analistas' no podamos insensibles al sulrimiento ajeno".
und ver'
'ioirro un movimiento en el que no intuìmos
ratilicar Ignoramos si electivamente se llevd a cabo el sauilicio
rebelifin instintlva (si no es en lorma de "retorno dol peno, pero si examinamos esta anécdota, podemos de-
ducir, de buenas a primeras, sin entrar en detalles, que el
sadismo proyectado enteramente por los contestatarios en
(21 En el sicoandlisis, el punto de vista econ6mico intetesa a.las cuestìdn sobre los norteamericanos (los burguesas capita-
compulsiones). un instinto
*rii'a.a"i"a"i.Éiàr"'jig.arr-à ios instintos-1o aÉà'pàri"i6n lìstas que son al mismo tiempo y de forma directa sus
oosee cierta enersia que d;H;;;;;t' rà ura v simple
"; in l,
àI"Iì*'ì^rìimiJ'El-iÀp".ìsìq no se pierde nada' Su techazo padres, puesto que la anécdota ocurrii en Estados IJni-
'iq""i'
H;;ù#'il"à.Jg"rt"-a" *à,!ia corretpondiente, al menos' a la que se
dos), posee un doble "retorno del rechazado": primero,
halla ligado.
14 Andfé stéphane El Universo Contestatario 15
a
18 An&é Stéphane El Universo Contestatado 19
nes "contestatarias". Hamos trecuentado asiduamente la De torma general, sabemos que es mucho mds ldcil
Sorbona, la Facultad de Derecho, aunque involuntaria- estat en favor de las contestaciones, que expresar reservaE
rnente, a lo,s revoltosos. Tatnbién hemos asistido, o estado rcspecto a ellas. Los intelectuales que, durante tales suce-
al cotriente de cuanto pasaba en nuestro ambiente sico' sos, no se dejan arrastrar por el mds completo entusias-
analitico y siquidtrico (en particular, en Santa Ana), asi tna, se sienten solos y culpables, viéndose 'acusados por
corno en las instituciones trecuentadas o dirigidas por su conciencia, ya que tales movimientos tienden, al pa-
nuestrcs colegas. Hemos participado asimismo en una Ìecer, a conseguir e,I trìunlo del Bien, Y su soledad en-
IJniversidad Popular del Este. Y hemos estudiado atenta- gendra su culpabilidad.
mente la Prensa... "Puesto que es un pecado fio ser rinoceronte".., sobre
Por otra parte, esta observaciùn "externa" se ha todo cuando esto signilica una negativa a ensalzar a la
aurnentado con la atenci1n prestada constantetnente a juventud.
nuestros pacientes, tienes trt nada contra la iuventud?
Cierto nrtmero de éstos estuvo mezclado intimamente taban-iNo
hace unos afros los ve,ndedores de una -pregun-
hoja estu-
con vafias de tales protestas, Para nosotros fue muy inte' iliantil. Naturalmente, el que se hubiese atrevido a opo-
rcsante tratar de comprender lo quo unia estructuralmente nerce a la iuventud se habria constituido inmediatamente
a los mds inrnersos en el movimiento contestatario, y com' en sospechoso de estar poseido por una envidia secreta
prender asimismo lo lotma en que reaccionaban al exte' que le empujaba a querer destruir lo qwe se le habia es-
rior por relaci1n con lo que eran en la situaci1n analitica. capado definitivamente. Ademds ino es mds natural en-
El papel del grupo, en particular, del que ya hablaremos, tornecerse ànte lo que todauia se halla en estado uerde, y
qued6 puesto en evidencia. Tarnbién resultd interesante por ello lleno de promesas? èNo es mds natural ayudar
hallar un lazo estructural comùn a los que no se inmisctt' a que éstas se cumplan?
yeron en el movimiento, o le eran conttarios. Entre ambos icierto! Queda pot saber si "ayudar" es sindnimo de
extremos se situaban los "refortnistas", cuya evolucidn "ensalzar". Los sicoanalistas saben que la cura analitica
también resultd muy provechosa de estudiar (saber a par' debe electuarse baio el signo da la lrustraci1n
tir de qué momento abandonaron la linea extrernista, etc.) . ci6n de tiempo y dinero-, pero, sobre todo, baio -frustra-
el signo
Sin embargo, por razones firt,ciles de entender, evitar* de satislacciones por parte del analista que se abstiene
nlos en lo posible citar casos clinicos, cuando los pacien- de rosponder a las llamadas de socorro del analizado, y
tes de que se trate sigan en curacifin analitica, Peto el tratando de establecer con éste una relacidn sobre los
ntaterial reunido de esta rnanera constituye la trama ilt' distintos sistemas y a dilerentes niveles, contentdndose
visible y continua de este trabaio. Hay que seftalar a este con interpretar cuanto oye sin dar consejos o lrases con-
propdsito que Freud no vacil| iamds en interpretar ia soladoras. Sin e,mbargo, al analista le resultaria mds ldcil
(El porvenir de una ilusi6n, Moisés y el monotefs- iniciar la rclacidn, satisfacer ciertos deseos del analizado,
'religifin
ounque siompre procurd no citar casos extraidos de que observar la regla analitica cuyo objetivo es ayudar
^ot,
su propia clinica para apoyar sas /esis, sin duda por los rcal y prolundamente al analizado, por mucho que sea su
mismos motivos que nosotros. rigor aparente. Lo mismo ocurre can respecto a la actitud
20 André Stéphane El Universo Contestatario 2l
zas incontenibles y ,ividas de satisfacerse. (La alirmacifun
de los adultos hacia los i6venes. Hemos podido cotnprobat
en diuersas ocasiones que algunos de nuestros paeientes del deseo de "gozar sin trabas" que parece oponerse a
contestatarios esperaban una oposiciùn pot pafie de los este ideal de austeridad pero que coexiste en é1, como
rnayores (en particular, de los pedagogos), o al menos demuestran los escritos de Marcuse o de Varwigern entre
una actitud de firmeza, y no la ausencia de dignidad que otros, se inscribs, en efecto, en un registro particular en
se manilestd en muchos de ellos.
el que insistiremos al estudiar la sociedad de consumo.)
El nift.o y el adolescente necesitan encontrar un obs' Pero tendremos ocasidn de volver sobre este punto
chocar, un adulto luerte al que
-ya
durante nuestra exposici6n-,la llamada sociedad de con-
tdculo contru el que
puedan admiru y respetar, con el que desean identificar' sumo desampefia a este respecto un papel andlogo al de
1e, y hallar lrustraciones a las que enfrentarse. Un iouen los impulsos ligados a la pubertad; solicita constanternente
paciente al que sus padres halagaban excesivamente, le el tema y olrece una tentacidn perpetua. El adulto, que
dijo a un analista: ha integrado mal sus compulsiones, reacciona como el
me lo dan todo ipor qué salir? (del estado de adolescente pùber y sa ve consolado por la idea de un
-Si
adolascencia). mundo en el que reine la austeridad (naturalmente, und
En vetdad 4,por qué? iQué le irnpulsa al ioven a Qu9 vez instaurado este mundo buscaria la manera de salit
rct ser ad.ulto ii el-estado de adolescencia es obieto de del mismo). Ademds, la iuventud se ha vivido, por tna.
una apologia delirante pot pafie de todos, si el ideal de la tivos qua examinaremos mds adelante, como participante
coteciividad enterd se proyecta sobre su iuventud? òCdmo del universo de la pureza, valor que en el inconsciente
aceptar la idea de hacerse tnayor' de madurat, de ewa tiene una signilicaci1n precisa, ligada al rechazo del mun-
&6mo atnarse en calidad de adulto y a ttavés de do material. Existe, pues, una coniuncidn entre la nego
iecàr?
'las
diversas fases de la vida, condici1n indispensable, sin ci6n de la matoria y la adolescencia, aunque los adultos
embargo, para la consErvacihn de la salud mental y fisica? que se defienden contra sus instintos se reconozcan vo"
qué este culto actual a la iuventud? luntariamente en los adolescentes. Los instintos, en elec-
éY por
'sabemos
que no se ttata de un culto nuevo y que ha to, jamds se han visto tan brillante y evidentomente acti'
caracterizado a los regimenes fascistas lo mismo que, en vados como en nuestra época (3). El ideal de la adoles.
nxenor grado, ol comunistno estalinista, Sabemos, en el*' cencia tiende también a imponerse como el de la colecti-
to, que los !6venes son rnds propensos al fanatismo. Mas, vidad, entregando, segrtn exprasidn de Allred Grosset
parà explicar por qué es tan intenso el culto a la iutentud (Le Monde), "la Francia entera a la juventud". Pero este
àn nuritro época, hay que comptender que la adolescqtcia rnovimiento se ve favorecido por los conllictos particu-
es la edad del ascetismo; ante las luerzas instintivas de' lares de los intelectuales, Como éstos representan a la
sencadenadas por la pubertad, el adolescente desea defen' minofia pensadora que dispone de todas las
derse, y una de sus defensas esenciales consiste en des' tribunas para hacerse-minoria
oir-, resulta particularrnente dillcil
preciar
'erigiendo
la mnteria, o sea el cuerpo' inconscientemente,
un ideal de austeridad destinado a combatir sus (i) A ésta se afiaden otras t^zones (ver en particular el capitulo: Raril
propias tendencias sicosexuales que considera como fuer' Vaneigem o <<1a exteriodzaci6n de la interioridad»).
André StéPhane
El Universo Contestatario 23
!L
André §téphane
Abate R. D.q,vrzrBs
(Mayo del 68, La calle en la lglesia.)
Estamos en marcha;
no hay padre ni madrc.
caso. Esta interpretaci6n de las protestas actuales nos es preciso lograr que desaparezca la funci6n profes-oral
parece muy atinada. Naturalmente, las cosas nunca son que ha engendrado este tipo de relaciones y hace nacer
rinicas; todo ensayo de reduccidn deja de lado las ambi' la seudo funci6n de estudiante». No hay ni profesor ni
«estudiante»», sino <<universitarios>>, queen Ciencias po-
giiedades, pero ver en "El asesinato del padre" (Thierry
Maulnier, en Le Figaro) un acto puramente edipico cons' Uticas se afirma que <<toda enseffanza se ensefra y todo
ensefiado es enseflante>), que, como Epistémon (l) obser-
tituye también una reducci6n que afecta a los fendmenos
siquicos inconscientes. El sicoanalista afirma que el ase' v6, <<los nuevos estudiantes exigen que el profesor les
sinato puede tener e1 sentido de rechazo; hacer desapare' comunique en pocos meses la experiencia que él ha acu.
mulado en veinte affos de estudios e investigaciones». Lle-
cer el objeto para expresar, en ciertos casos, un intento
primitivo de eliminaci6n de los conflictos unidos a su gan a negar toda distincidn sobre estudiantes, de acuerdo
existencia. También es inexacto creer que el padre
con el nfimero de afios de estudios a los que se han
sus sustitutos- es normalmente objeto de odio, y que
-o entregado, nos hallamos ante Ia negaci6n de la existencia
toda actitud de admiraci6n o deferencia respecto él a de dos categorias de individuos: los padres y los hijos,
constituye una defensa contra los sentimientos invetsos, categorias cuya sola magia es susceptible dè borrai Ia
o estd s61o motivada por el temor. En realidad, el odio y diferencia fundamental. La magia, en éfecto, ya que, como
destaca Epistémon, el tiempo que separa a las generacio-
el amor, y la admiracidn, coexisten normalmente. Esto
es lo que le presta fuerza y caràcter dram6tico al complejo
nes, necesario para la adquisicidn de los conocimientos,
estd abolido. De golpe, se escamotea el dificil y doloroso
de Edipo.
problema de la maduraci6n que se efectda, especialmente,
Mientras el nifio estd hundido en el universo narcisis-
ta donde se confunde con el mundo, es todopoderoso. a través de las identificaciones con los modelos pater.
nales y sus sustitutos, sobre los cuales se proyeéta el
Cuando se impone la realidad en raz6n de la no satis-
ideal del Yo.
facci6n inmediata y total de sus necesidades, y se reco'
noce la existencia del objeto de este hecho, el nifio queda Si nada diferencia al padre del hijo, al profesor del
despojado de su poder absoluto, proyectàndolo sobre el alumno, Ios procesos de identificacidn son inritiles. pero
objeto. Mds adelante, es el padre del mismo sexo el que cualquier analista sabe la importancia fundamental que
queda investido con esta proyecci6n, y que serd su ideal tienen los conflictos de identificaci6n en todo ser humano.
del Yo, su modelo el detentador de sus aspiraciones. fncluso podria definirse toda la empresa que constituye
Una superaciln f.eliz del complejo de Edipo implica una la curaci6n analitica orientada esencialmenie a una inte-
graci6n de las identificaciones. Esta negaci6n de Ia dife.
lucha anticipada oon un rival amado, admirado y odiado
a la vez, a quien se quiere igualar s6lo para ocupar su rencia entre las generaciones conduce en algunos casos a
lugar, un rival que jamàs es el igual del nifio, sino su la realizaciln simb6lica de una fantasia frècuente entre
superior. los niffos: <<cuando sea mayor, tÉ ser6s pequefio».
Cuando la Comisi6n <<Estamos en marcha>>, que insti'
tuy6 el <<Universo salvaje>>, postul6: <<1a mds gratuita de
estas condiciones es la relaci6n de autoridad. Por tanto, (1) Epistémon: Las ideas qae desqaiciaron d Fiancia, Fayard, edit,
$u
I
tdu
32 Andr6 §téPhanc El Universo Contestatario 33
2
André Stéphane El Universo Contestatario 35
34
f
36 André StéPhane El Universo Contestatario 37
guiente, una problemdtica sin resolver, aunque incons- una estructura idénticas a las de los contestatarios y cuya
iiente por este mismo motivo, eternamente presen- eleccidn est6, por otra parte, y en gran medida, gober-
iÀ-, -ytr1.to "t incapaz de una revelaci6n objetante' ya nada por el padre sobre el modo negativo.
io"'tt"t otò (provisioàalmente, diremos que el otro no Esto nos conduce a un problema de gran alcance
Dosee para existencia verdadera)' como con su
éi una politico, que seria muy rltil profundizar. Se trata del
propio^Yo. Puede aducirse que esos sujetos presentan problema del racismo que trataremos en otro contexto, y
i, iulto en su Yo. No estudiaremos aqui este riltimo del racismo <<a rembolso>>. En efecto, durante las re-
ar,tr"*o, pero si nos entretendremos un poco en el pri' vueltas de mayo vimos, al asistir a unas de las sesiones
del Yo
;;;"; yu'qr" la falta de madurez relacional edipica' priblicas de la Sorbona, de la Facultad de Medicina y
posici6n de la evitaci6n del Ode6n, que bastaba con que un orador fuese de co-
il;;; confundirse con lase ha visto a los estudiantes ne' lor para que automdticamente se viese apoyado por el
brrurt" las protestas
gurr" u dialolar con la Universidad o con el Gobierno auditorio. A este respecto podria objetarse que semejante
auurqu. reclamando dicho di6logo, naturalmepls-' coll- conducta revela bueno§ sentimientos, pero no puede con-
.ii.*"ao que el Gobierno no era un <<interlocutor
En
v6'
otros
siderdrsela como objetiva. En todo caso, esta posici6n
lido>>, o sea, no reconociendo su existencia' puede comprenderse alal:uz de 1o que precede, dàndonos
tZi*it o., como decia el doctor Verne (Combat' 7 agos' asimismo una idea de la actitud general de los grupos
juveniles, que, segrin nuestra opini6n, no explica de for-
io igosl, <<han rechazado la funcidn paternal»' En otros
;;t;;;;" planteado <<preliminares»- antes de aceptar las ma suficiente su enrolamiento en la lzquierda. En efecto,
lo cuil es un modo de techazarlas' ya si admitimos que la lzquierda tiene oomo deber luchar
preliminares o condiciones a toda discusi6n'
"àrrr".ru.i6rres, por Ia liberaci6n de los pueblos de color o de los pueblos
;;; fiil
tunrt**u ,f diatogo en mon61ogo, privando al interlo- colonizados, nos encontramos con el siguiente problema:
cutor de su misma existencia' Cohn-Bendit arin se mostr6 ec6mo es posible que los contestatarios, y la Izquierda
*àt-.à*gO.ico al conceder la palabra a todo e1 mundo en general, hayan tomado siempre partido, activa y apa-
.."*".pto"u los americanos» (Imagen paternal contes' sionadamente, por el pueblo argelino y el pueblo vietna.
tada).
mita, cuando el atroz combate que libra el pueblo kurdo
material relativo a las protestas mundiales por su liberaci6n, asi como la espantosa gueffia de Biafra
iodo el
mo- hasta cierto punto, y la del Yemen o el genocidio de los
demuestra que los estudiantes contestatarios. -por
tiuÀ q* examinaremos en 1os restantes capitulos-' no sudaneses, les deja absolutamente indiferentes? Empla-
real mds que a si mismos (aun' zada en la perspectiva que proponemos, la respuesta es
concedlen una existencia
plantearse cuestiones ròspecto a la necesidad clara: si los j6venes se apasionan por el Vietnam y por
;;;-il"Jm
torturante o compulsiva que expeflmentan de
probar Argelia es porque se trata de antiguos enemigos de Europa
constantemente su existen;ia), eitando
el resto de la (representada Europa en este caso por Francia), y es «un
punto' a una figura
i;;;id.d asimilado, hasta ciertopermanente' muchacho estupendo el asesino de pap6», mientras que
obieto de contestaci6n salvo' na- los kurdos y los biafreflos son asesinados respectivamente
"",*"rf.
irtài**,i àquellos que tienen una posici6n edipica y por los drabes y los nigerianos. Para los estudiantes occi-
58 André Stéphane El Universo Contestatario 39
dentales, los enemigos de1 padre tienen derecho a la la agresidn israeli (8),
exis' hablan de borrar las huellas de
tencia, o sea que pueden matar y colonizar impunemente' hallàndose decididos a no reconocer jamds la realidad
existencia del padre es contestada por todos'
y del suceso, ni la politica ni la geogrdfica resultante, ya
;;; i, para recorddrselo al estu' que Israel no tiene derecho a la existencia, por lo que
iodas las ocasiones son buenas
diante occidental (también al norteamericano, claro estd) se le puede infligir impunemente todos los tratos, ya que
con toda la pasi6n con que se lleva a cabo una defensa' todo esto es irreal, pues Israel no ha existido jamds (9).
pero cuyo origen se halla en el ataque' En otros términos' Si Israel surge de la nada en la que quieren mante-
iu-t"f...r"ia al padre nos explica la naturaleza de la nerla sus enemigos, a pesar de su victoria rnilitar, y res.
ritnp"ti, aparentihacia los oprimidos, segÉn el principio ponde a las provocaciones, se invoca a la represi6n. Pero
de iue ,.lds enemigos de mi padre son mis amigos»' en la represi6n hay presi6n, y el proceso empieza por
Decimos «aparente)) potq,,. esta simpatia es muyfr6- esta riltima.
sil v ambivalente (conforme a sus origenes)' Y ya se ha Asimismo, los estudiantes que al principio (octubre
ilrt la c6tìda simpatia hacia el pequefio Israel de 1967) aterrorizaron a sus camaradas y profesores en
"il;
amenazado por la masa 6rabe se troc6 en agresividad
con' Nanterre, saboteando la ensefianza, ocupando las aulas,
iiu miào Estado en el momento en que gan6 la precisamente en el momento en que los profesores daban
"r"
gi"r.u, y, de miserable paria se- transform6 en padre' Se clase, que salieron a la calle para volcar coches, formar
f,u obre.urdo que la actual ideologia de la juventud
-trene
barricadas, provocar alborotos, creando toda clase de
(Mao'
como origen, en gran parte, el Tercer Mundo des6rdenes (métodos que, por otra parte, pueden justi-
Castro, Guevara). Este hecho se deriva, a nuestro
parecer' ficarse por el fin perseguido), también apelan, tras una
del mismo mecanismo, o sea de la negativa a concederle serie de provocaciones, a la represi6n. iNo hacen esto
.ritt.tt"iu al padre, y e1 ejemplo de Israel ante los paises porque son los fnicos que tienen derecho a la existencia,
6rabes es paiticularmente significativo a este respecto: existencia que oponen a los demds y en particular a la
Israel, qu, los drabes deseaban a toda costa mantenet autoridad, o sea a la representaci6n del poder paterno?
;; t; si'tuaci6n de paria castrado en la-que vivi6 du' A prop6sito de una emisi6n radiof6nica sobre la re-
,unt. do. mil aflos, Èa salido de ese estado' y de eterno vuelta estudiantil, se oy6 gritar a los participantes: <<lDiles
obi.to de la Historia se ha convertido en sujeto, en exis- también una sociedad sin Edipo!».
t"it.. p.to los àrabes protestan contra esa existencia; El responsable de esta frase fue, sin duda, alguien
iran atribuido su derrotJ a ruiz de la Guerra de los Seis familiarizado con el sicoandlisis, que parece darse cuenta
piàt, u Inglaterra y Norteamérica' Y aunque tuvieron de la importancia del concepto edipico, pero también
[rr ,""r".iur a esa tesis, siguen sin otorgarle existencia
a Israel.
por (8) SegÉn una fdrmula curiosamente repetida, como una antffona,
Los paises drabes se consideraron «humillados» como, quizd también, una f6rmula mdgica.
por un ejército inexistente (jamàs
n"ftt tiào derrotados (9) EI tey Hussein, cuya posici6n es de las mds inestables, habla
r.'fru oiao a los ingleses, franceses o alemanes proclamary de la «pretendida guerra de los Seis Dlas». Aunque por su parte se halle
convencido de Ia rcalidad de esa guerra, no emplea un vocabulario que
lrf"r .iao humillados tras haber perdido una guerra)' pueda[ entender las masas cuyo sostén solicita.
EI Uniyerso Contestatario 4t
40 André StéPhane
taci6n de la sociedad parece precisamente servir para
Obvia-
experimenta la imperiosa necesidad de suprimirlo' enmascararla. Es posible comprender que un narcisiimo
;;;, h existeniia del complejo de Edipo molesta al hipersensible prefiera la desaparicidn dè la sociedad a la
.ori"tiututio. Asimismo, pued" leerse en el texto de la toma de conciencia de sti falta de valor personal. puede
Comisi6n <<Estatnos en màrcha': <<La nocidn
de conflic-
suponerse que una preocupaci6n andloga se halle detr6s
del mundo' No
; il i* generaciones debe desaparecer de ciertos suicidios, pero hacer desaparecer al testigo
lucha por el poder»'
-- Àat qué ,., disfraz de laorigen,
àr
demuestra claramente
molesto, también es una soluci6n. Mds adelante, referiri-
òtto texto, del mismo mos nuestra experiencia con respecto a los individuos que
qu.io qu" busca el adolescente es la econornia del com- contestan o protestan contra el organismo que podria
bate edipico para su màgica supresi6n: «No se
trata de
acogerles, precisamente porque est6 dispuesto a hacérlo y,
à".r*ii'f" fàmilia. No"caigamos en el quiiotismo de
en el mismo instante en que se les abren las puertas re.
defender esttucturas puramente imaginarias' Basta con
troceden y sitiian su falta de madwez y su inhibici6n
à;;ilt ile la faÀilia no existe>>' Y después: "No en el objeto de su deseo.
hay padre ni madre>>. La ensefianza se halla otganizada de tal manera, que
" la culpa'
Ésta afirmaci6n expresa el deseo de descartar el estudiante puede envalentonarse, multiplicar sus es-
bilidad edipica, p.to in cierta forma va m6s allà de la
fuerzos al verse estimulado por los obst6culos y la com-
..p[.f0, ai" "tt" deseo, orientdndose hacia la supresi6n
petencia o emulaci6n. En particular, es el sistema de
à.'i, di-"nsi6n siquica que le sirve de apoyo' No -': ensefianza francés el que trata de obtener este resultado
itut, a. derribar a[ padre, sino de abolir el orden y
del
todas
por medio de concursos, por ejemplo. Este sistema pre-
il;;",'" sea la patern-idad, la filiaci6n, la familia senta inconvenientes, pero no es nuestro prop6sito entrrr
lm a.tirutionei. En realidad, se trata de ir a6n m6s en consideraciones de detalles que, adem6s, son secun-
t.lor. t u.iu un universo mitico, autoengendrado por hé' dayigs. Lo que nos importa es comprobar que la escola-
ro,e-s-6; remplacen la obra del padre-con sus creaciones ridad organizada de esta forma se parece, al menos c:n
nui.itittut y aut6nomas. Pero àntes hay que destruirlo principio, al proceso de maduraci6n edipica, al que se
tropeza'
làdo, yu q,r" lu recreaci6n de un mundo nuevo halla superpuesta, como imitdndolo en cièrto modò. Los
tia"onunadificultadcapitalyesencial,puestoquepor obstdculos a vencer van unidos a los ex6menes, y el
vere-
razones de economia libidinal muy precisas' como sistema gira en torno a la autoridad paternal. pero, como
no podr6 jam6s- superar
*o. u continuacidn, la creacidn acabamos de ver, el estudiante puede querer evitar el
o de la palabra (10)'
ei -É.ta narcisista oral, el del deseo
- estado complejo de Edipo, o sea la autoridad pàternal y el en-
cruel verdad no parece ser ignorada por el In-
y la contes-
consciente de los promotoies del movimiento
crear, .para contestat, y que se diiunda lo que salga», <{provocar
una
(10)Lacteaci6nylacteacidnespontdnea(osea,mdgica)cons.tituy.en emocidn creadora»---
à? r"ii.iìài-i*aàr.niii.r^a.i À!'iÀiÀnto'que querda datle el poder Naturalm.ente, cada-ctnl es cre_ador y s6lo la sociedad que existe actual-
"* i "' mente impide que todo el mundo. cre_L: «Todo espiritu jiir.", i.", -filì.
;'il h;i#ft;". È;l;.É;-;'d ]'iuii t tQ' u niuets
r, p"f^f*"t*"ian "àiiie vecesffadicional,,
id ad?
en ttes-pdginas -Sc
etcéteta)'
de estructuraci6n siquic_a demasiado a.t.rÀio"ar"-pìiae mrhÀr, ia.r,
es oosible encontrar
i" la iraci6n
ii,rl"àf ir,à"àr;JÀ."dé.'h }à-ito <<1a «la uni- nuevas, puede comprender las antiguas v ,., ar..dorr.-
l,É'Jraià à;;';;;ì;; É ttè"t-10", cteaci6n en cadena»' <(crear por
André StéPhane El Universo Contestatario 43
que todo el verso narcisista donde viven con sus semejantes, o sea con
frentamiento con esta autoridad, 1o mismo
q". constituye la situaci6n edipica' saltando por su propia imagen, incluso en lo que respecta al lenguaje
y al atavio, y en cierto estado de indeferenciacidn sexual.
"àrir"i" El e§tudiante
;;;il" ae todo el proceso de maduraci6n' sobte Todo esto demuestra que se trata de un proceso contra-
;;J;; tu ,uprttlon de los ex6menes' aÉn«paso»
el
es m6s claro identificador; el mundo de los adultos està compuesto de
el expediente, cuyo caràctet de evitaci6n
cesa de reclamar individuos, mientras que el de los adolescentes se con-
r o"to m6s de éxtrafrar cuanto que no de la buro- funde con el grupo (12), en cuyo interior son. hasta cier-
i,;;;;; a" i". t.er"mentos, del papeleo'
que supnme to punto, intercambiables.
;;;. cierto que el estudiante propone algo
estas dificultades, y qu" un verdadero hallazgo: «la
"t El adolescente es diferente del adulto, pero no es ori-
---in
autoevaluaci6n>».
*urto a la ierarquia, ha de desaparecer con la fi-
ginal sus semejantes, que se le parecen como herma-
-e-ntre
nos. No se trata de usurpar el Iugar del padre sino de
liaci6n Y la relaci6n Padre/hijo' fingir que nunca ha existiào éste.
y
Ya no hay profesores y alumnos',sino-ensefiante§ e§ un Los especialistas de la adolescencia destacan, en ge-
.nr.ràaài v [ui qu" pteciiar
un
qu"-
\rt''
"1qa,'e,n:efrante neral, el problema de la identificaci6n. El adolescente
ensefrado y cada ensefrado ensenanre
el impacto de la carga, enorme y sribita, de narci-
eI término deestudios -bajo
sismo y sexualidad que le 3!1s6s-, parte, titubeando,
Se ha llegado a protestar contra
y cont; sl ds «personalidad» (no hay màs hacia su propia brisqueda. Su Yo, cimèntado durante la
<<superiores>>,
que <<Personas>>). fase edipica y el periodo latente que le sigue, al estructu-
El padre, como la sabiduria' debe ser
dispensad-or $e rarse segÉn un nrimero dado de modelos de identificaci6n,
que crear la ciencia' pierde su cohesidn y pasa por una verdadera crisis de
.rp;;id", ; ", a pu'io limite hay
que l-a producen sobre la mar-
§iiiito pàr tos equiposgeneral' identidad. Conocemos la fragilidad propia de esta época
de palahra' de la evoluci6n, caracterizada pot el dèrramumiento del
cha; por là dem6s, y en decia
En el trabajo yu -"'itionado' uno de nosotrosprueba Yo, pero también por una brisqueda de unidad, de la
es una que s61o vemos los fallos. En realidad, si el adolescente
que: ..aferrarr" u mu contraidentificaci6n
complejo de Edipo' de no ha efectuado su evolucidn edipica de forma satist'ac-
concluyente de una separaci6n del
una distanciaci6n»>' toria, carece de posibilidades de identificacidn v6lidas, y
esta posici6n evitan
Los j6venes que estdn aferrados a s6lo se observan, en efecto, seudoidentificaciones o .,iden-
t"d;;.:'ibilidad'de enconmarse con los que serian sus tificaciones tomadas a préstamo>», ya veleidosas, effmeras
Se aislan en un uni- y superficiales, ya como identificaciones, siempre tomadas
;;J, Atrpdndose separadamente'
a préstamo, pero de una absotuta rigidez, como si el jo-
ven sujeto se aferrara desesperadamente a ellas, hasta
ensefiante-enseflado
(11) Attfculo 19: «A cada nivel.de. la.relaci6ndecidird por simple
(orofesot'a1umnol, f" ptà[iln"no-it"etq"itu se sus isuares'
*[Hlts1 :",liiillu:ii e, *h,,;,m:':*l'T::dxj' (12) Tendtemo,s ocasi6n de ratar de nuevo el papel del grupo.
André StéPhane
El Universo Contestatario 45
44
^,'I""3'11#ài:';N"i^';{;"tÉ.v;'!{i"1i11^::f
l':4fi
:I:ilil, erdstica, como la de Hoffmann (que es objéto àe un estudio sicoanalltiio
inffito, de_An_ne- Clancier). Éste siguid su carrera de compositor al laào
lH:'"::ii"3:'f d:ft -d-e
#nrnascatada v situada en
?:n*::":T'.""ftd;É:'ità ìI'J'Éaiàìài"ài" voluemot en un café, è su actividad literaria, y en sus obras musicales hay pasàjes enteros de
.,, lrrcar- La muiercurrul".tnìi'à!'inuà" 1 l:l]1 :l'-tÌ,':f:; sus maestros favoritos todo, Mozan-, sustitutos paternales que
::J,"t?1"'#,"-1"%."à"f ':ff"'l'"r?:::',jìx1l;ixi-?::r:?i.;À;9-i'1.}1: -sobre y asimilar, pero qre extraiò tal cual iin
Io. Dgdo tealltelte _incorporar
a su identidad' v cuvo sentldo
l"jijiri'"11^à'.i"ì. tàniru .o 'ne""ìtià, "'p"'to baberlos metabolizado, sin haberlos convertido en parte integrante de su
Je-la realidad vacila'
El Universo Contestatario 47
André StéPhane
nivel de la evoluci6n pregenital, que tendremos ocasi6n & Ios estudiantes con las de los obreros. Estos rlltimos,
de definir mds adelante y con mayor precisi6n, truncat irrondo hacen huelga y ocupan los locales de trabajo, se
ctrtregan a un acto real Je fuetza con el patronato al que
la realidad equivale al triunfo edipal, como en el sddico
pegar a la Àujer puede provocar- un orgasmo- seudo' b demuestran que, sin ellos, es impotente y que es po-
g"iitut. Este concepto puede extenderse a todas las acti' r6le dudar de su derecho de propiedad. Al momento se
iidud.t del sujeto, incluso a las que, en principio, son dserva la diferencia: el Estado, en tiltima instancia,
objeto de un proceso de sublimaci6n:
podria soportar que la Universidad estuviera clausurada
<<Como la obra es, por su esencia, perecedera, s6lo ùrrante varios meses, lo cual no conduciria a su perdi-
es conveniente una cultura de dudas» (17).
cilin; los estudios se organizan para los estudiantes y
Por esto, los estudiantes <<destruyen el edificio>>,'en éstos necesitan a la Universidad, mucho mds que ésta a
tanto que los obreros huelguistas no destruyen las herra- dlos. Ocupar la Universidad es ocupar un servicio pribli-
mientaì de las f6bricas y se escandalizan cuando los oo y demostrar, eso si, que se desea participar en su
gesti6n, pero esto no puede asimilarse al ejercicio de una
estudiantes incendian los coches.
rrrl,eraaza relativa al estado juridico de los locales. Si
Vemos en este concepto cierta agresividad no inte-
grada, y dirigida por este motivo a una reacci6n per- el Estado se conmueve ante tales actos es porque en el
lfrnite extremo acepta el papel que el estudiante le ha
irun.ttté que-t"*p1ura a la actividad intelectual (subli
maci6n), io-o el petverso, el acto malvado sustituye destinado: el del padre absorto al ver que su hijo no es-
al coito genital."nEn este caso se comprende la exigencia tudia con provecho en la escuela, ! ya es bien sabido
de que .*l diplo.u universitario «sea entregado autom6- que muchos estudiantes ofrecen una escolaridad defec-
ticamente a los militantes de los combates callejeros y tuosa para castigar, apenar o <<enfadar>, a sus padres
(mientras que la madurez implica que se trabaja por el
los comités de huelga» (Epistémon).
Al instante captamos el sentido de la reivindicaci6n, bien propio) . Una vez el Estado, asi como los profesores
absurda a primera vista, segdn la cual la sociedad capita- o administradores que se sienten solidarizados con la
lista actual deberia financiar una Universidad cuyo fin Universidad, han aceptado el papel del padre, el hijo
puede dedicarse a impedir que hagan (los cursos o la
seria formar revolucionarios para aniquilarla; y también
comprendemos el significado de la frase cada vez mfs rcforma), lo cual puede llegar hasta el terrorismo y reves-
céle6re: «Me dedico a la revoluci6n y al amor))' tir formas organizadas, como la puesta en marcha del
Aqui nos enfrentamos con el universo agresivo tlel «Comité Revolucionario de Agitaci6n Cultural», o
niffo que cree que al impedir que el padte haga, que c.R.A.C.
destruyendo 1o que éste construya, 1o que ha construido Epistémon, que comprueba que <<los estudiantes que
o p.r"à" construir, tealiza algo equivalente y cree eie- se encaraman al poder parecen haber tenido miedo de
u, acto edipico. La ocupaci6n de la Universidad ejercerlo>>, afiade que <<la Universidad es para el esttrdian-
no debe confundiise con la de las fdbricas, ni la huelga
"rriu, te contestataio un lugar. Habita en é1, alli se repliega, alli
forma nuevos militantes, y le impide que tuncione» (18).
(17) Comisi6n «Univetsidad Cultural», Facultad de Derecho' Pads'
mayo, 1958, Subrayado nuestro.
André Stéphane El Universo Contestatario 55
52
L
56 Andfé stéphane El Universo Contestatario 57
nos han
bién es una sorpresa que los acontecimientos r el poder establecido, sea cual sea éste, y a cual-
;;;;"-, to à hu rrnido u esos movimientos sin largas precio. El problema del sujeto se halla asi falseado,
vacilaciones y con grande§ reservas,
y aun s6lo para sacar trado, por razones patol6gicas, que ttatarl de ra-
sin haberse
de ello un beneficio y evitar verse desbordada' Énalizar de difercntes modos.
adherido nunca plenamente a ellos)' No es menos cierto, sin embargo, que el contestatario
A1 plantear este problema, separamos
delibetadamente rfrird bajo el peso de la contradicci6n fundarnental que
se
hr ;;iii"";ior". hàbituales què fueron propuestas'
«francés mal-
Eiste entre una posici6n politica de izquierdas, por una
irrtf"i", del
'frr"r"tàa" ejemplo en el caso àe XEte, y no sdlo por los intereses de la clase burguesa,
Paris,
y fÀndista', de «tradici6n comunal y del ritrc por una mentalidad hecha de tradiciones, por una
;;;rt, y òchor, alegdndose qle los burgueses veian en c*ructura burguesa, o, dicho de otro modo, por un con-
juventud su propia juventud' etcé-
*.riiri"nto de la domerado social y cultural consciente y unas motivacio-
"."
tera. Todos u.go*Lntos no tienen en cuenta el cardc- rc inconscientes, muy poderosas, que se oponen a este
"ro,
ter decididamente parad6jioo del fen6meno' Nuestra
inten- mglomerado, por otra.
por el còntrariò, proponer y1a 9xn1i91ci6n del Naturalmente, har6 lo que sea para salir de este cir-
"t,
fen6menò contestatario baiada en el hecho
"iOn clinico que cuito cerrado y atacard violentamente a su ambiente y su
ir;;; ;;rrdo en el punto fundamental de esas conside-
madurez edi-
cultura (se han lefdo expresiones, como ..suprimamòs...
raciones: queremo§ ràferirnos a la falta de bque sea») (23). Pero, en el fondo, seguirdìiendo obli-
En efecto' diversas
i,i"" V " f;vitaci6n de este complejo' con*ibuyen actual' gatoriamente ambivalente. Tratando de disimular esta
iuror"., de alcance muy amplio-(22), mbivalencia, se ver6 restringido a pujar, a superar a los
;;"; una extensi6n- cadi vez mayor de esta defensa' dem6s, <<siendo mds de izquierdas que los izqùierdistas».
i" .ràf al mismo tiempo el movimiento parad6jico Gmo es f6cil de comprender, él no se darà cuenta de
à"-"i.."^i"rentud y su propagu"i6n a capas cada vez
"*pfica csto pero se har6 aparente en su actitud, y el obrero,
Àat umpliut de la poblaci6n. Como acabamos de ver' esta cu5ras convicciones de izquierda son muy diferentes en su
,uriunt. de la soluci6n edipica se detiene pràcticamente uturaleza, observar6 pronto en tal izquierdista unos ele-
lo
uni, ,t u integraci6n adecuàda del complejo de Edipo' lentos en conflicto, a los que no sabrà nombrar, pero
qo" offigu al- individuo a distanciarse del mismo' Pero' gue despertar6n su desconfianza, procur6ndole una ìen-
la, oposicidn perma-
à ta practica, esto se manifiesta porproblemàtica raci6n de malestar. Asi asistiremos a la cristalizaci6n de
la edipica'
,ertet" todo 1o que se refiere a
que
rm movimiento doble: por una parte, la compleja conste-
.-t"à padre y a^ la autoridad' Es f6cil comprender bci6n propia de los que evitan el Edipo, les incitard a
"f àrf prolongun una fase pubertal-normal por ra- qgruparse en torno a la bandera de izqtierdas, con un
iot qo. profun-
,on." n.rtOtìcas y viven en su actitud politica su decuado contenido ideol6gico; este contenido se halla
a" y los derivados del mismo' no pueden seguir sumamente extendido, no s6lo porque en esos sujetos co-
otra""*pi.:"
linea"poiiti.u que la de una izquietda que tiende
a
responde a unas necesidades acomplejadas, sino porque
(22) Volvetemos a tratar de este tema' (23) tQué Unioersidad.?..., obra citada.
58 André Stéphane El Universo Contestatario 59
esta estructura se halla con frecuencia entre los intelec- se aferran a sus padres burgueses (25), no porque tales
tuales y los literatos que disponen, para la propagaci6n padres los restrinjan, sino, al contrario, debidò a iu indul-
gencia (26). y si los jdvenes se burlan del burgués y tra-
de su fe, de su pluma y su elocuencia; por lo que este
tan de «desiumbrarlo>> (epatarlo diria un francés, vocablo
contenido ideoldgico acabard por penetrar en el Yo de
que etimol6gicamente significa <<cortarle las piernas>»),
los izquierdistas y, hasta cierto punto, en el Yo colectivo,
zu conducta posee, al mismo tiempo, un sentido muy claro
lo cual dar6 lugar al mito de la izquierda. Por otra parte,
de- seduccidn. El joven desea separarse de su progenitor
tendremos a la gran mayoria de la masa que no sufre
hablando, por ejemplo, otro lenguaje. pero la utilizaci6n
complejo edipico, con la libertad de hacer coincidir de de este lenguaje, a su vez, le seduce a él mismo. La co-
modo armonioso su posicidn inconsciente con su orienta- queterfa de manejar la paradoja y solamente la paradoja,
ci6n politica. Éstos no tendràn ninguna raz6n para vivir la impugnaci6n de todo cuanto forma parte del munio
su desgarramiento interior con una actitud exacerbada y social forma manifiestamente lddica-, o sea pater-
ultrajada. La polftica no les incita a la acci6n m6s que nal, la-de
inversi6n sistemdtica de los valores investidds por
a sabiendas. La mayor parte del tiempo pasardn desaper- Gse mundo, el culto de los <<maestros del pensamÈn-
cibidos para el mundo, pero sabrdn imponerse en el mo- to»» (27), abstrusos y herméticos que el contestatario cita
mento adecuado para corregir los excesos de una minoria en,cualquier momento con notable af6n exhibicionista,
bulliciosa y actuante. Todos los politicamente activos se todo esto demuestra el aspecto provocador con respecto
alineardn a la izquierda, considerdndose entonces el a los padres y, en particular, al padre. Se trata di un
apolitiquismo como <<derechista» y estigmatizado como afr{n provocativo lleno de un profundo afecto, que mere-
tal, 1o que lleva hacia la parad6jica situaci6n sefialada ce examinarse con atenci6n. El adolescente de origen bur-
por un colega que afirmaba que la libertad de opini6n gué-svive en una época que supera a cualquier otro p"-
no existe en muchos paises del mundo, ya que a un inte- r(odo de la historia de las generaciones prècedentes, ìn
lectual le estd vedado no ser de izquierdas, y si el mismo
siente alguna simpatia por el gobierno que est6 en el (25)
_ el tema deComo se comprob6 dg repente y volvi6 a comprobarse mds tarde,
poder (24), s6lo puede afirmarlo en la intimidad. En la c[ <<La crisis de las unive_rsidades y
gtticipantes de los movimientos. revofi,rcionàiiÉ sus cònsecuenciasr, oios
p.rtàn...n .o .or;uniò
t 'ià
vida cotidiana, si quiere estar tranquilo, tendr6 que disi- lz
,ah.a, ;;; ;;-;;;.. paisesr. por
burguesia, tanto en Estados_ Unidos
Gma's,. rgul puede aplicarse esto a los guerrilleros de
mular sus opiniones. Amériia Latina,
(26) Tambiéo se ha comprobado !ue_ h, ;nir"Àie;;;; .i'ìì.' q".
can..mej-ores_ l4s condiciones de vida y la educacidn mai eiàvada
Ya hemos visto que para el contestatario, la lucha quellas donde las protestas surgen con mas fr"cuencia. - lon
contra el padre se confunde con la lucha contra su propia .-._--9dio a mi padr.e un contestatario en una ocasi6n_, por no
.r Detme pegado nunca -afirm6
un puntapié en el trasero.
clase (la burguesia); los hijos y las hijas de los burgìreses (27) Estas figuras sirve-n de modelos de identificaci6n, pero al mismo
-li!!o se rechazan como tales, y el paso de una postura a'oita es bastanti
rfo-ido: Ios esructuralistas hair-desempefiado .ì..iò-prp"i il;r-d"t;;;i-
s,i"oto, pero poco- después ha s.ido.-posible à;;i, -(ilpi.tdòrl-d.r.-.iù
(24) Respecto a este asllnto opinamos --{on los contestatados- que lmtesta de_-mayo de 1968 en Paris firm6 el acta de àifunciOn àet'estruc-
el movimiento de mayo en Parls no fue mds antiDegaullista que antiNixon tre.tismo. qqa Cpn
.parte de la docffina contestataria la ha prestado Mai-
o antiMao... en otras circunstancias. Todos esos movimientos son antigu- ose, pero Cohn Bendit oretende no haber leldo jamds a este àutor. try qué
bernamentales o antirtegimentales. dfuemos de Régis Debray?»
60 André StéPhane El Universo Contestatario 61
del Yo conserva con exceso su esencia narcisista, halldn- instante_los ba,rrios-elegaotes por los suburbios rojos; alll
se abordaba a los obreros mésmds musculosos, y disculprindose
mds-musculosos,
dose construido sobre un falso objeto (31). La relaci6n
disculbr4ndose
discu
por ser hijo de buena familia, los llevaba a-là avenidi Foch,
con el ideal de1 Yo se halla, por tanto, tefiida de una àonde ròrirpian toà* rur poi..Iil;; d;sèG;, *àiàtà" ài
factibilidad que se transparenta con§tantemente a través padre, y después el joven pedia cortésmente ser violado...
...5e hacia una llamada a los proletarios de todos los
de los caracteres extremados (extremistas) de este mismo pgtisespara ajustar las cuentas de-toda dilerencia famitiar
ideal. En cuanto a las capas superficiales de esta relacidn, (34). Se recomendaba a los jdvenes que insultasen a sus pa-
dres antes de eliminarlos. Aigunos pòdian emplear expres'io-
cuya funci6n consiste, como sabemos, en el mantenimiento nes fantdsticas, como:
de la distancia con el padre, movilizan, para sostener la os odio... (el hijo de un pastor francés).
agresividad de rechazo, un cierto seudoanalismo grosero
-Familia,
pr6xima guerra la haré con uniforme alemdn.
-La la mierda el Ejército francés! (el hijo de un comi-
y corrompido (32) pata proteger al sujeto contra el movi- -14
sario de Policia).
miento aiectivo opuesto, o sea para protegerlo contra el un canalla (el hijo de un oficial de la Armada).
amor del padre; en un pasaje lleno de intuiciones genia-
-Tf eres
Apreté fuerte el brazo de mi padre...
les, Patrick Modiano expresa varios puntos de los que
Para llevar mds lejos nuestras investigaciones respecto
acabamos de tocar (se trata de su libro La plaza de la
a Ia constelaci6n familiar del contestatario, podemos re-
Estrella (33)z
flexionar sobre una anécdota que tiene su importancia,ya
Pensaba en las malas lecturas efectuadas en mi infancia, {Iue se refiere al lider del movimiento francés del 22 de
notablemente de la serie Cdrno matar a tu podre, de An- yarzo. Se dice que fue decisiva para establecer la popu-
dré Breton y Jean Paul Sartre (Colecci6n «Lidez-moi Bleu»)' laridad y el prestigio del joven tribuno. Tenemos deieCho
Breton aconseiaba a los jdvenes que se apostaran, con el -re-
v61r". la inano, en 1à ventanà de su domicilio, avenida a suponer.que si la conducta en cuesti6n hizo tal efecto
Foch, y"ndisparasen contra el primer transeÉnte que" pasara' a quienes fueron testigos de la misma hasta el punto de
Tal hòmbré era necesariamente el padre, un prefecto de Ilevarles a la mds entusiasta adhesi6n con su jefe, es por-
Policia, o un industrial textil. Sartre abandonaba por un
que descubrieron en é1, mediante una experiencia de
identificaci6n, un parentesco de estructura a la que el
(1L) La noci6n de <<falso obieto»-nos p.ermite comptendet d9 Daso grupo debe cierta homogeneidad; y podemos estudiar la
el eI nombre de snobisfio' cuya lnmensa,lmpor-
fen6meno descrito con
;;r;il-tl;; en todas las manifestaciones culturales de la contestaci6n' structura del grupo como si se tratase de un individuo
;i)ré .r el snobismo? Los que asisten a los conciettos conocen a una
ì*-È a! ;àd;;; àue se lévantan al final de una pieza para aplaudit
finico, al menos en lo que respecta a los motivos de la
iargamente, con tanto efitusiasmo como osteltaci6n, radiantes de felicidad rdhesidn.
,--;ti"^"a" hacia eI artista un rostro inspirado, como ell éxtasis' Peto una Dicho joven tuvo un altercado con un ministro y, sin
;L;;;;h-"t."tà-p.tÀii. descubrir en cietia parte de esos la individuos
ante el-objeto, debiendo sentar actitud referencia a ciertas relaciones entre los dos protagonistas,
.ro".ia.rl". en la cuenta de un afecto puramente narcisista, que trata
"rl'.iiaÀii.a"-inair"iè""1u
imJ'licando a una tercera persona, siempre podernos con-
aÉ liiuir.. sin resultados serios, en un obieto que, sin- embargo, es falso'
Es ei amor narcisista disimulado tras el amo-r del- padre, o- sea un ldeal riderar en pdncipio un enfrentamiento entre un estudian-
*r.i.ir* Évà pìoyecci6n sobre el obieto es aleatoria' Ademds, cu.anto mÉs
falso es el obÈto y mr4s ficticios el amor y su proyecci6n, màs su de' E y ministro como de naturaleza edfpica. Bien, el joven
mosttacidn es osteritatofia'
'*iri^-A,.,]d;-iit"-Ààiitmo posea una funcidn propia (vet el capltulo
Analismo y Delecacié1.
(33) Gallimard, editor. (J4) Subrayado nuestro.
El Unlverso Contestatario 65
64 André StéPhane
giran en torno de a) la existencia y la identidad del padre mismo, dejando que triunfen algunos privilegiados. O bien
(la cuesti6n de los origenes), b) a la génesis y a la eseena seré aprobado todo el mundo, o sabotearemos la nave
primitiva (57) (c6mo nacen y se hacen los nif,os), y c) al (o sea el curso, los exdmenes) y los otros pasajeros §e
sentido (cu61 es la ruzdn de la actividad paternal) (38). hundirdn con nosotros". En junio me enteré de que los
Pero todos esos fantasmas primitivos se enraizan al concursos que sufrl, mis publicaciones, mi larga expe'
cuerpo, en las zonas er6genas, fuentes de compulsiones. riencia, en fin, todo cuanto me da peso, era excesivo para
De este modo, es posible saber intelectualmente para mis estudiantes de primer curso, hasta llegar a ahogarles,
no conocer realmente (carnalmente: conocer:coitear), y paralizarles y desanimarles».
es posible saber mil cosas para mantenerse ignorante de Cuando los miembros de la comisidn <<Estamos en
una sola. marchar> escriben perentoriamente: <<No existen los nive-
les de inteligencia, s6lo hay individuos mds o menos
precoces, m6s o fnenos rdpidos...» .<Desde las barricadas
La supresi6n de la funcidn paternal, aparte de su ya no hay estudiantes, ni profesores, ni casi proletarios)),
cardcter defensivo ante la rivalidad edipica y las dificul- o que el Libro Blanco de la Facultad de Medicina se
tades de identificaci6n concomitantes, tiene el poder de insurrecciona contra <<e1 destrozador de techos que no
salvaguardar el narcisismo (en un sentido de autoestima- respeta el frenado moderador por el que se manifiesta
ci6n). Asi, Epistémon habla de esos estudiantes que «di- la solidaridad de los miembros del grupo», parecen ex-
ficilmente llegan a unir el hecho con la idea», y que presar una negaci6n de la desigualdad intrinseca de los
<<tropiezan con los conceptos ya que éstos son abstractos, dones y las capacidades. Si el <<destrozador de techos»>
no viendo mÉs que una anécdota en las ilustraciones con- s6lo es un mal camarada, esto significa en su extremo
cretas que les dan con los ejercicios pr6cticos. Su fracaso que s61o el espftitu de camaraderia le impide brillar al
les resulta insoportable e inexplicable. En lugar de acu- candidato débil. Si no hay niveles de inteligencia, resulta
sarse a si mismos, hacen responsable al sistema y se que s6lo unas circunstancias desdichadas, pero no una
convierten en contestatarios feroces. Los elementos que falta personal, impiden que todo estudiante sea igual a
no se hallan en su lugar en una Facultad desarrollan con Einstein, Barraquer o Fleming. Suprimir las jerarquias
toda naturalidad reacciones de tipo nihilista. Razonan del equivaldria a la supresi6n pura y simple de las injusticias.
modo siguiente: "Si no podemos integrarnos en el siste- A1 ser todos iguales, la promoci6n de s61o algunos seria
tema, hay que perecer con él antes que ser excluidos del el resultado de unos factores totalmente extrafios al valor
intrinseco de los individuos.
p7) La escena primitiva designa la rtpreseotaci6n imaginarit o vivida
de las relaciones sexuales de los padtes.
(38) Podemos comprobat de paso que la crltica literaria, tal como es
contestada pot la «nueva ctitica» se halla construida sobre estos tres puntos:
1. Quién es el aùtor (Su persona, sus origenes, sus antecedentes o
backeroufid, sus maestros, sus amotes,..).
2. . CC6mo trabaja? (Su método, su estilo, sus pteferencias...)
l. Su «seotido» (eQué quiete decit? tCu6l es su mensaje?)
El Uniyerso Contestatario 7l
tes, puesto que el rabino s6lo es un hombre sabio que dominio del conflicto edlpico. Podemos constatar, por
aconseja a la comunidad, pudiendo oficiar cualquiera. El ejemplo, que la ley mosaica y las creencias religiosas
oficio puede celebrarse en cualquier parte, y la sinagoga jud{as no se hallan en oposici6n fundamental con el
no es màs que un lugar fijo Para orur y aprender la espiritu cientffico, mientras que la religi6n cristiana es
religidn. (Entre los protestantes existen algunas analo' la del misterio: la Santisima Trinidad, y la Hip6stasis,
gfas. Pudiendo afiadirse a los puntos anteriores el casa' la Parusia, la Concepci6n milagrosa e Inmaculada, la
miento de los sacerdotes, la ausencia de fasto religioso, Transubstanciaci6n, la Resurreccidn, el Mds A116...
etcétera.) El judaismo es la religi6n del Padre con el Recordemos que en los Evangelios, los judfos estdn
que los judfos han concertado una ahanza, pot 1o que representados continuamente como escépticos ante los
dejamos a la apreciaci6n del lector todo 1o que este milagros y la predicaci6n de Cristo, siendo estigmati
término implica a nivel de la relaci6n objetante. Por zados por tal escepticismo; asi, no admiten el milagro
consiguiente también ésta es una implicaci6n elo de la curacidn del ciego de nacimiento, exigen precisio-
cuente en el-y plano de la relaci6n edipica-, el judio' nes, detalles, convocan a los padres, interrogan al pro-
se somete totalmente a Dios (el padre) y expresa esta pio ciego...
sumisi6n mediante la castraci6n simbdlica (circuncisi6n), (Dicho sea de paso, en los Evangelios se les deno-
Sicol6gicamente, puede verse en esto una integracidn mina judios como si fuesen extranjeros, o representantes
al Edipo invertido, donde el padre se toma como objeto de un mundo extrafro, cuando todo se desarrolld en
de amor. El Edipo invertido es tm estado obligatorio Judea, y sobre todo, como si Cristo y los Ap6stoles <<no
del desarrollo sicosexual y, por una parte, gobierna el b fuesen».)
acceso al Edipo positivo. En realidad, el pueblo judio ha Desde esta perspectiva, el cristianismo representa una
adoptado bien el nombre de Israel («vencedor de Dios»), vuelta al politeismo, ya que aparte de la Santfsima Tri-
después del combate de |acob con el 6ngel. (En el Edipo nidad tienen un papel importante la Virgen y los santos.
invertido existe una introyecci6n siqui- 2,Por qué esta evoluci6n?
ca- del falo paterno.) -inco4rcraci6n Emitiremos la hipdtesis segrin la cual la religi6n ju-
También hay que mencionar al menos la elaboraci6n daica se asemeja a un compuesto qufmico inestable y
del conflicto edipico sobre una moda obsesiva, caracte- predispuesto, casi a cada instante, a precipitarse. En
rlstica de la religidn mosaica y que antaffo fue estudiada efecto, la soluci6n judaica del complejo de Edipo es
por diversos autores. Pero esta elaboracidn parece reali- muy severa: la sumisi6n al padre, garantizada en par-
zar su tatea, ya que los iudfos, al meno§ muchos de ticular por el ritual cotidiano, implica una renuncia
ellos, parecen aferrarse a ella, a pesar de los enormes a la madre. La realidad (4), representada por la barrera
inconvenientes (un eufemismo) que este apego les ha del incesto, o sea por el padre, se inscribe aqui con
valido desde hace veinticinco siglo§, aunque por otra gran rigor y es imposible salvarla. O sea que esa religi6n,
parte parece asegurar a sus fieles cierta libertad mani'
festada por el acceso al sentido de la realidad que ya _.(4)_ Tendremos ocasi6n de volvet sobre la realidad y el principio de
sabemos estd en funci6n, en gran parte, del grado de realidad con ocasidn de la crltica de las tesis de Marcuse.
h--- --
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rl
i; 74 André Stéphane El Universo Contestatario 75
si al observante le da acceso a la realidad, no le otorga pica que no alcanza su fin, y si lo alcanza es al precio
mds que con parsimonia el escape a 1o maravilloù. de una sucesidn de mecanismos provisionales, que se
Cierto, el Mesias vendrd un dia, pero mientras tanto el atropellan entre sI, constituyendo un todo de gran com.
judio ha de reservar su amor para el Padre Celestial, y
plejidad y gran fragilidad.
su narcisismo se ve frustrado ya que la rcalizaciln total
El contestatario, segdn hemos visto, contesta hasta
de la identificacidn narcisista con Dios es imposible por
la existencia de su padre hist6rico y carnal (desplazando
definici6n (si fuese posible, la proyecci6n sobre Dios no
a menudo esta protesta aunque no siempre). Divide la
tendria ruzdn de continuar). A menudo, le amenaza una
imagen de su padre, formando uno mucho mds abstracto,
doble tentaci6n. Una, que conducirà a la reaparici6n
evocado a menudo como ideal moral o estético, pero
del aspecto negativo de los sentimientos hacia el padre
en realidad es desencarnado, borroso y lejano, m6s bien
y, correlativamente, de la imagen de Ia madre; la otra,
que consiste en elegir la via mistica. Esta tiltima serd un concepto que una realidad. Pero el cristianismo es,
ante todo, la historia de un padre carnal contestado. |osé
la tentaci6n de toda la tradici6n mistica judia, desvia-
ciones del judaismo combatidas por el judaismo rabi,- es un padre castrado y engafiado. Su esposa es virgen,
nico, que representa la ortodoxia fosé no es el padre de su hijo y abandona su modesta
Por tanto, el hasidismo es, a decir verdad, segtin condici6n para desaparecer eternamente, dejando el lu-
nuestro modesto entender, un rebrote del 6rbol mfstico, gar a su hijo que se convierte en Dios. El cristianismo
intimamente unido al tronco judaico. es la religi6n del adolescente narcisista que triunfa, no
El cristianismo representa una conjunci6n de las dos de su padre (el combate con el àngel nunca tuvo lugar),
tentaciones. El Hijo tiene en el mismo un lugar mayor sino que rcaliza milagrosamente el fantasma del romance
que el del Padre y da su nombre a la religidn; la Madre familiar (5), descartado el verdadero padre (y de repente
aparece también, y lo irracional o misterio- el verdadero Edipo), en beneficio de un ideai del Yo
-milagrode Edipo estu-
ocupa el lugar mds grande. Si el complejo narcisista, imagen paternal divina con la que el hijo se
viese francamente integrado en esta religi6n, el cristia- identifica de modo total.
nismo, como tal no tendria raz6n de ser. Naturalmente, no podemos ahondar en el estudio de
Ser judio no significa, naturahnente, haber resuelto toda la superestructura escol6stica que la Iglesia tuvo
el complejo de Edipo, y la cantidad de judios neurdticos que desarrollar para elaborar este hecho fundamental, ya
demuestra lo contrario, aunque aqui quepa incriminar a que no analizamos la teologia sino una variante del com-
las condiciones anormales de vida que se les ha impues. plejo de Edipo. Sin embargo, tenemos que referirnos
to. Pero hablamos de la integracidn te6rica del conflicto a algunas frases atribuidas a Cristo que constituyen otras
edipico que Ia religi6n judia parece facilitar, ya que la tantas alusiones al complejo de Edipo propiamente dicho
religi6n en si jarnds representa tal integraci6n, lo cual
la tornaria caduca, sino una variante de soluci6n m6s s
menos aceptable. Asimismo, la religi6n cristiana corres, (5) La expresi6n es de Freud, que deseibe asl una fantasla del nifio,
ponde en su esencia a un mecanismo de evitaci6n edi,. que se imagina que no es hijo de sus padtes teales, sino un nifro encon-
ttado, cuyos padres son de alta alcutnia (reyes, estrellas de cine, etcéteta).
76 André §téphane EI Universo Contestatario 77
y que la doctrina cristiana no consigue elaborar, pero nuestra época, haciendo abstracci6n del estilo poético
cuyos elementos subsisten (<<retorno del rechazado»). que puede ser obra de los redactores evangelistas, recor.
Asi, en el Evangelio segrln San Mateo: damos a ese joven contestatario de dieciséis afios a quien
«No llaméis padre a nadie de esta tierra (contestaci6n su padre trataba de hacer entrar en taz6n, el cual replic6
del padre hist6rico carnal), ya que no tenéis mds que a su progenitor:
uno, que es el Dios que estd en el Cielo.» :Al fin y al cabo, no eres mds que un maldito
En otro pasaje referido por el mismo evangelista, se burgués, y s6lo tienes que cerrar la puerta.
trata del entierro del padre. En cuanto a la evocacidn del Padre celestial cuyo
«Otro de entre los discipulos dijole: sostén le permite al sujeto la contestacidn del padre real,
*Sefior, permite que antes vaya a enterrar a mi ha sido, como sabemos hace ya tiempo, remplazado por
padre. Marx, por. Mao, por Castro o por Che Guevara (6), o
A lo que fesris replic6: por un ideal social absffacto y lejano.
y deja que los muertos entierren a 1os La contestaci6n del padre conduce, por tanto, a una
-Sigueme
muertos.» existencia al margen de la sociedad; los j6venes se orga-
Es evidente que ]esris se sentia irritado por la priori- nizan fuera de la linea paterna, en cofradfas, siendo
dad concedida al padre. Entonces, hace morir a todos precisamente la base de tales organizaciones (los gro.
los padres asimildndolos con los muertos. pfsculos) su marginaci6n. Igualmente sabemos que for-
Ytambién: man una especie de comunidad horizontal por encima de
«Se dirigia afn a Ia muchedumbre, cuando lleg6 su los limites nacionales y étnicos, en tanto que el rinico
Madre con sus hermanos que, estando fuera, deseaban lazo entre los grupos es su posici6n delante del padre
hablarle. Aquien le dio la noticia, |esfs contest6le: (o sea, la evitacidn del Edipo).
es mi madre y quiénes mis hermanos? *y Al
reanudar nuestra oposici6n judaismo-cristianismo,
-Z,Quién
seffalando a sus discipulos con un gesto de la mano, debemcs recordar que si los judfos forman una comuni-
affadid: dad de destino la palabra <<destino>> ya demuestra
aqu{ mi madre y he aqui mis hermanos, ya -y
que se trata de un factor externo cuyos efectos padecen-,
que-He
todo el que hace la voluntad de mi Padre que estd
en los cielos, es para mi un hermano, una hermana y
una madre. (:"Yo he contestado a mis padres y a la (6) Un aticulo de Conbat, de1 9 de agosto de 19§, telata la llegada
de mangos a Pekln, tegalados por Mao a los obretos de aquella capital.
sociedad y vivo con los miembros de la cofradfa Mangos que provocaron gtan entusiasmo en toda China. <<Los miembtos
Ap6stoles-; he retirado mi inversi6n de la familia -lose del equipo de propaganda de los trabaiadores... no podlan apartat la vista
de los mangos ni dejat de alabarlos, con ldgrimas en los ojos. La ciudad
invierto narcisicamente a quien se me asemeja").>» se hallaba en,'uelta en una felicidad sin llmites. los trabaiadores, osten-
tando retratos de Mao, fueron a anunciat la baena ttaeoa,..»
Lo primero que comprobamos con la lectura de este Nosotros hemos asistido a algo anilogo en una de las veladas consa-
pasaje es que el padre no es mencionado como parte gtada§ al sicoanr4lisis en la Facultao de Medicina en el mes de mayo
de 1968, en donde, en medio del alegato de un colega, contestatario de
de la familia. Es contestado (junto con toda la familia, Freud, alguien anunci6 la buena nueva: <<Cohn Bendit ha llegado y ha
tomado la palabra en la Sotbona». Ante este anuncio, la sala, exaltada,
naturalmente). Ademds, teniendo en cuenta el estilo de qued6 totalmente Yacia.
F 78 AndÉ Stéphane El Universo Contestatario 79
r,
i les: Immaculatus Divini Fontis [Jterus. El bautismo ex.
son también el Pueblo Elegido, constituyendo siempre un
i
<<pueblo>>, con todo 1o que este término implica de com-
presa y confirma en este sentido la contestaci6n del
i padre, en tanto que la circuncisidn atesta (atirma) el
plejidad, ya que estÉ compuesto por toda clase de fac-
I
i tores pertenecientes a los sistemas de referencia mds lazo con el padre. Al contrario, el bautismo expresa
diversos. En cuanto a los cristianos, aI principio se re-
su rechazo.
clutaron entre los marginados por varias razones, aun- El cristianismo rcchaza asi la paternidad y la familia.
que s61o contase el hecho de estar «aparte» o <<fuera>>. Cristo vivi6 lejos de todo lazo f.amiliar en el interior
de una cofradia y actualmente el clérigo cristiano que
|esris acept6 en su grupo a los publicanos y a las prosti-
tutas, que se hallaban excluidas de la comunidad, y a admite para los demds cristianos e1 matrimonio como
partir de San Pablo, fueron admitidos los paganos (aun- un desahogo, se constituye en grandes comunidades de
que ya se observa en fesùs cierto afdn de acoger a los solteros, llamdndose <<hermanos en Cristo».
no judios, y su encuentro con la samaritana (Daniel La historia del pueblo judio est6 muy mal conocida
Rops subraya el grado de audacia y provocacidn que el en lo referente a los principios del cristianismo, época
gesto de ]esfs representaba ante la opini6n priblica de que coincide con la destrucci6n del Templo por los ro-
su época) es una demostracidn verdadera a tal respecto. manos, que de este modo pusieron término a la existen-
Asi, si los judios son un pueblo cuya existencia se cia nacional de Israel (hecho utilizado por el cristianis-
basa en la pertenencia carnal (descender de judios o mo: Dios castig6 a Israel por no haber querido recono-
estar circunciso, es decir, inscribkla alianza de Abraham cer al Mesias en Cristo). Y es tanto m6s extrafio que
este suceso no haya dejado el menor rastro en los Evan-
en su carne y entrar en la comunidad como hijo de su
padre y real- (se refiere claramente bajo estas gelios. La redaccidn del Evangelio segrin San |uan se
-carnal
dos formas al Edipo y a la filiaci6n), los cristianos forman sitfa habitualmente a finales del siglo r, o sea muy poco
después de la destrucci6n del Templo. Destruido éste,
una comunidad basada en la adoracidn del hijo y por
definicidn (ya que se halla abierto el reclutamiento) incendiado y saqueado, pasado todo el pais a sangre y
fuego, asesinados sus habitantes por centenares de millar,
independiente del factor carnal y de la paternidad. Este
hecho constituye, como acabamos de ver, la esencia o cautivos en el camino del exilio, todo esto pasa sin
misma de esta religi6n (religi6n del contestatario), y la menor alusi6n o menci6n, lo que por si solo dismi-
nuye grandemente la verosimilitud de la historicidad de
no s6lo es un punto de partida sino que se halla cons-
tantemente mantenido por la instituci6n del bautismo.
los Evangelios, confirmando en cambio su valor como
documento sicol6gico. (LCabria imaginar a un francés
En efecto, el bautismo es un segundo nacimiento (la
que escribiese la historia de los afios 1940-45 sin men-
investigaci6n del inconsciente demuestra sin error alguno
que la inmersi6n en el agua, rcmplazada màs adelante cionar la ocupaci6n y la resistencia?)
por un simple contacto simb6lico, representa el parto), A nuestro entender, podria emitirse la hip6tesis de
que ese silencio de los Evangelios respecto a la tragedia
que en cierto modo anula el primer nacimiento y a quien
nacional de Israel corresponde a esta misma distancia-
lo origina, o sea la concepci6n por el padre. Esto se
deduce claramente del nombre de las fuentes bautisma-
ci6n, a esta misma evitaci6n del padre que hemos tra-
80 André §téphane El Universo Contestatario 81
tado de poner de manifiesto respecto al origen de la cristiano, representando cada miembro de la pareja un
religi6n cristiana. soporte de pròyecci6n que le permite quedar fuera de
Hemos observado, al respecto de pueblos extranjeros, cuusu. En ctranto a la Iglesia, cuya posicidn ha sido
que atraen la simpatia de los contestatarios, traténdose estudiada recientemente por Poliakov, oscila entre la
de antiguos enemigos de Francia, de acuerdo con el persecucidn y, a veces, la protecci6n, aunque también
i
principio <<los enemigos de mi padre son mis amigos>r. haya sido castradora (los judios son propiedad papal), ya
El antisemitismo de los cristianos podria explicarse has- què pert"grrido o protegido, el judio siempre fue objeto,
ta cierto punto por el mismo principio (<<los amigos de nunca sujeto. Para la Iglesia, los judios, pueblo testigo,
mi padre son mis enemigos»), y la <<neutralidad» de los debian subsistir pero en condiciones miserables y siem-
Evangelios que acabamos de mencionar frente a lo que pre separados (ei primer ghetto es el de Roma), a fin
ocurria en |udea podria también explicarse de igual à. quJ resplandeciera la verdad: («ellos son los castiga'
forma; pero es sobre todo el famoso «dad al César...», dos, nosotlos los inocentes>>).
la expresidn que por si sola, realizando la separacidn La revoluci6n rusa, tras un periodo de transici6n con
de la imagen paterna, hace desaparecer la esencia del cierto liberalismo te6rico y después de haber eliminado
judaismo: Dios no tiene nada que ver con el Padre, y a los judios que en gran ntimero contribuyeron a su ad-
el padre real es el que vive en Roma (7). venimiento (no es a sus hijos a quienes la revoluci6n
Tratar aqui del pueblo judio, pueblo testigo (de la devora sino a sus padres), se pas6 al campo del anti-
verdad evangélica), seria salir de nuestro tema. Sin em- semitismo militante. Los judios son considerados en la
bargo, podemos comprobar que la Iglesia, segfn su Rusia soviética como una nacionalidad (la palabra <<he-
propio acuerdo, expresado muchas veces, tiene necesidad breo», se inscribe en el pasaporte de los ciudadanos
del pueblo judio, y que a pesar de contestarle constante- judios), pero entre el centenar y pico de nacionalidades
mente, no puede existir sin é1. reconocidas por la URSS, los judios forman la fnica a la
En efecto, el judio, hasta cierto punto, representa al que se niega una autonomfa cultural, con lo cual lle'
padre. El judaismo es la religi6n antecesora de la cris- glmos a la izquierda francesa; no a la izquierda liberal,
tiana. El judio es quien hizo alianza con el padre y que, democr6tica y humanitaria (tres adjetivos que hacen reir
de repente, en el inconsciente, participa del universo a los contestatarios actuales), sino a los «intelectuales de
paterno. Pero en esto también hallamos la posicidn del Izquierdar, (J. Givet ha consagrado a La Izquietda
contestatario y por este mismo motivo no puede existir contra Israel un excelente estudio, Pauvert editor) que
sin el contestado, o sea el padre. La pareja «burgués- han ensayado el paso a los fascistas en el momento
pobre (obrero victima) es tan necesariapara su equilibrio mismo en que los judios empezaban a emanciparse, se-
como la pareja «judio-Cristo crucificado» lo es para eI gun la etimologia de este término, o sea dejando de ser
objetos (mancipium=bien, objeto) entre los suietos.
Los judios a los que se podia castrar (contestar),
(7) La doble imagen del padre s6lo puede engendrar un doble Yo, reprochàndoles su castraci6n (los rusos les niegan la
1o que puede entra6at consecuencias lejanas y que, en fotma de acusacidn
proyectada («dobie pertenencia»), recae sobre los judlos. autonomia cultural, arguyendo que no poseen territorio
82 André Stéphane
El Univetso Contestatario 85
fi dida que trata, a través de una conspiraci6n, de asegu- pafreros (con pieferencia comunistas, negros o judios),
H]
rarse el dominio del mundo. Todos los que entienden que sabe serian mal vistos por sus progenitores (12)' La
fl:
el término de este sentido demuestran su miedo y su idru .. la misma, pero varian las proporciones de esta
E culpabilidad proyectada, frente a la figura del padre Iiesta a la que Francia entera asisti6 cuando los padres
identificado en Si6n, o sea fehov6. habian partido hacia Afganistdn y Rumania; los com'
pafferos fueron ochenta mil y el apartamento la ciudad
i,l
Cabtia objetar a este respecto, que los estudiantes
se manifiestan muchas veces al grito de <<Todos sornos de Pa.rfs.
l. judios alemanes»>, lo cual demostrarfa su simpatfa hacia
los_ judfos, y que no son antisemitas. pero tenemos que
j
rechazat este argumento, ya que no vemos ningrin motivo
l
l que pueda modificar la estructura de los contestatarios.
Éstos continuardn contestando al padre y como el judio
es, en el Inconsciente, el prototipo del'padre, tarde o
temprano, de una forma u otra, su proyeicidn contesta-
talÌa rcaparecerd, asi como su antisemitismo (o antisio-
nismo). Se trata tan s6lo de que ahora reviven un con_
flicto paternal directo, aunque m6s o menos inconsciente,
y no hay necesidad de desplazarlo hacia el judio, yu qré
es el padre el verdadero judfo. En efecto, su grito signi
fica, no su identificacidn con el judfo, sino là ,.gu"i6,
de la identificacidn paterna del contestatario. El -padre
del estudiante, burgués medio, no ama a los bbches
(alemanes), y pese a todo, y en el mejor de los casos, es
un poco antisemita.
- <<Todos -somos judios alemanes>> no es m6s que un
desafio proferido contra el padre (11).
Sicol6gicamente, esta posici6n tiene el mismo signi-
ficado que el gesto del adolescente que
dose.de la marcha al campo de sus padres-, -aprovech?n_
organiza en
su apartamento una fiesta, a la que invita a varios com.
- -P-qrdi mi fatiga y hallé nuevas formas de expresi6n, r su inteligencia al llegar a adulto, sino en una coenes-
dvidrindome ademds de que no habia comido en veinìicuatro
horas. Tenia Ia impresi6n de no estar aislado, solo. De que lesia narcisista primitiva que bebe sus fuentes en el pG
empezaba a. vivir. Esto ha provocado una especie de aper- deroso empuje narcisista propio de la pubertad (tradu-
tura de espiritu y cuaf sin duda va uniào a mi rècu- ciéndose por una sensacidn excepcional de superioridad),
perada facultad de -lo
expresi6n- pqde.planear un proyecto y
formularlo de manera clara y ìh dùda convincìntL. Con que por otra parte se prolonga a menudo (5). La inteli-
ello, re reencontrado mi resiitencia fisica. Oh, si, en todò gencia funcional del adolescente corresponde a un as-
esto hay un misterio... pecto de la motricidad (verbal y conceptual) que goza
Ese joven fue acogido por los estudiantes con un de cierta libertad (ya que sus trabas proceden en gran
calor y una amabilidad a los que no estaba acostumbrado,
parte de un conflicto de complejos), bafldndose en el
Io cual le procur6 una gran satisfacci6n en su amor pro. flujo libidinico narcisista que 10 desborda y est6, técnica-
pio. Y aceptamos de buen grado su interpretaci6n res- mente, a la altura de la actividad muscular o respiratoria.
pecto al valor liberador de un importante aporte narci. El adolescente aprende pronto, posee buena memoria,
«capta)) rdpidamente, pero toda esta actividad funcio.
sista.
En este mismo registro narcisista se inscribe lo que nal de la mente tiene unos limites, ya que la adquisici6n
podria denominarse el mito de la juventud, y :uno de los de una inteligencia (<madura», exige la participaci6n de
r
postulados de los contestatarios es que los j6venes son otros factores. La inteligencia, cuyos fundamentos son
inteligentes, muy inteligentes, mucho m6s que los adultos, autoerdticos, o sea fnicamente narcisistas, es siempre
lo cual les concede el derecho de descartar (esto es un narcisista y autoer6tica en su funcionamiento, girando
eufernismo) a todos los adultos de la marcha de sus obligatoriamente en torno y en el interior de su propia
asuntos, y también de la marcha de todos los asuntos actividad funcional. Su funcidn queda, en efecto, redu.
en general (4). cida a su propia expresi6n, y su pensamiento tendr6 como
La convicci6n de ser superiormente inteligente se objeto su propio funcionamiento, con un contenido im'
apoya, en el adolescente, hasta cierto punto, no en la personal secundario e intercambiable. El adolescente re-
realidad objetiva, ya que cabfia preguntarse qué le pasa vestirà su propia expresi6n, su juego, hasta su acrobacia
ldgica y verbal, sus palabras, sus astucias, su escritura
(4) lps j6venes son a menudo muy inteligentes, pero la madurez (accesoriamente su yoz y su cuerpo entero, como medios
se
com-pone de algo mds que inteligencia.,'Existeri mriltipies rclaciàn.r, p"r_ de expresi6n), pero jamds el objeto, o sea el mundo de
ticularmente entte la. inteligencia y su inversi6n nrrcirista; por una patte,
si se dota a la inteligencia de una carga narcisista desptopòrcionada. ello lo real. En efecto, a pesar de la inmensa carga afectiva
hace dudar de la agtdeza y la lucidez de Ia misma. 'V ^oòi .ìi^ -irri". que soporta, este revestimiento narcisista siempre ser6
cabtia pensar que el bloqueo exagerado de una facultad daàa estd en- frnj
ci6n de una_laguna en otros dominios. Ademris, Ia funci6n i"t"ie.tuai-es superficial y fr6gil, y esto es tan verdad que la misma
comphcada. Hay muchas clases de inteligencia y ciertas inhibiciones desem_
peian a veces _un papel tan importante en la actividad global de la inteli- (5) El bloqueo natcisista conduce en ciertas ocasiones al desbloqueo
gencia_como alganas facilitlades. Como decia un anaTizaéo: simétrico del mundo extra-subietante, cuyo desbloqueo activo estd <rana-
muy inteligente, hay que ponet mucha atcnci6n pam
se,es. lizado» (o sea, que se convierte en excr€meoto, «iicho de modo mds vulgar,
no -Cuando.
nacer et rmbecll. en mierda), lo cual significa que no existe. La inteligencia de otros est6
..La inteligencia que puede utilizarse para algo no puede aspitar a Ia desblòqueada narcisisticamente, pero de raodo activo y se convierte en
calificaci6n de «maduta>>, y s61o a la dignidad sicol6gica ae, unr-térr"- tonteda para el adolescente. Por tanto, s6lo existe como tal la inteligencia
mlenta, del suieto que absorbe toda la libido narcisista disponible.
Ée
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I
92 André Stéphaae ' El Universo Contestatario 95
t
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palabra no la reviste m6s que quien es capaz de ello. Como su sitio lo tiene de repente, y su envolvimiento
t Los que realmente tomaron la Bastilla no tomaron Ia narcisista es total, se comprende que la doctrina elegida
!'
palabra (6). pot el contestatario sea defendida con una determinaci6n
i El contenido ideico del pensamiento narcisista serd absoluta, al abrigo de toda critica, de toda l6gica, y
secundario como autoer6tico. Corresponde a algo intro hasta de toda verosimilitud. Paraddjicamente, su posici6n
yectado, tragado (tragar:oral), y luego poseido (dige- doctrinal es absolutamente est6tioa: los contestatarios no
rido=analismo), y exhibido en fin sobre un fondo fàlico, soportan la menor modificaci6n doctrinal y aquellos que,
pero no engendrado genitalmente. entre ellos en cuenta la realidad hasta cierto
De todos modos, lo que el narcisismo inyecta le viene
-teniendo
puntc- tratan de adaptar la doctrina a dicha realidad,
de fuera, como el alimento al bebé. Por esto, le importa se ven combatidos violentamente como contrarevolucio-
poco el origen de la introyecci6n. Puede ser intercambia- narios. En cambio, en su ambiente individual aquéllos
ble (y contradictoria en su esencia) al mismo tiempo que pueden sribitamente invertirlo todo para remplazar un
heterdclita («revoltijo»). Y de todos modos acabard por contenido por su contrario. En efecto, si el cambio pro
metabolizarla de un modo narcisista. Esta metabolizaci6n cede de ellos, su narcisismo sigue intacto.
quedar6 investida de narcisismo: La rinica imagen que los Evangelios conservan de
lo que acabo de ingerir... luego-: Mira Cristo, después de la del Nifio |esÉs y antes de que el
qué-Mira
hago con ello (7). -y Salvador hubiese llegado a ser hombre, es la de |esris
adolescente predicando en el Templo, discutiendo con
(6) Pata apreciar la importancia del bloqueo narcisista de la palabra los doctores de la ley. Ante nosotros tenemos al ante-
y,Ia actividad mental en general llevado a cabo por eI adolescente, hemos
de remontarnos a la ptimeru infancia. En etecto, se comprueba'de este pasado del contestatario. )esris siempre ha gustado de
modo que el nifio de 3 a 5 artos es, pese a su fantasmagotla edipica, exue- la infancia («Dejad que los niflos se acerquen a Mi»).
madamente vivo, sicosexualmente {a1to de madurez, pòt cuya causa, con
respecto a su actividad conceptual y su motncrdad verbal, su desarrollo Ha liberado al hombre del yugo de la ley, de la servi-
se consigue completamente a esta edad. Por tanto, es l6gico que bloquee
narcislsticamente estas riltimas actividades como bloquea hasta cierto punto dumbre de la edad y de la necesidad de madurar. Y sin
su autoerotismo, El andlisis de su fantasmagorla edlpica (ta1 como la halla el fondo cristiano, los comités de accidn que deciden
con deleite eo los cuentos de hadas, en que el pequeflo siempre es mds
astuto y fuerte que el gigante malvado), demuestra que vive sus tdunfos reformar no sdlo la ensefianza secundaria sino también
edlpicos. Pero el adoles""nte que ltega a la segunda fase de 1a madurez, la Sociedad, nunca habrian llegado a nacer. Existe una
siendo la primera la de la ptimitiva in{ancia, forja igualmente el bloqueo
narcisista de sus funciones y, en particular, el de su motricidad verbàl y tradicidn y también una doctrina cristiana, basadas en
conceptual, dot6ndolas de la misma potencia mdxima narcisista que la la supresi6n de la noci6n de maduraci6n (en la imagen
atribuida antafio a esta actividad, de forma electiva y pdvilegiada. Hu-
yendo delante de la posici6n edipica, tiene buenos motivos para bloqueat de ]esris en el Templo también se halla el bloqueo de
su moricidad verbal, como si se tratase de uoa auténtica actividad edlpica,
(7) Habrla que considerat la inmensa cantidad de publicaciones sus la inteligencia, de la inteligencia precoz, de la palabra
citadas por las protestas mundiales (aparte de algunas obras crlticas), ad y de la elocuencia, y en efecto, el divorcio brusco entre
como la masa de catteles, gràficos, uatados, etcétera, no como medio de
ptopaganda (las obras en cuesti6n contienen muy pocas consideraciones que este bloqueo narcisista y la maduraci6n edipica que ex-
superen a la descripci6n e incensamiento de los sucesos, y los carteles presan la filiaci6n y la pertenencia a la familia... y a
mds parecen concebidos para repeler que pafa atraer), sino como la expre
si6n casi orgdsmica de un placer narcisista, con 1o que la emoci6n indivi. través de ésta a la tribu y la naci6n. Sabemos que fesris
duql {9 los participantes halla una imagen autoadmirativa pemaoentq, se separ6 brutalmente de sus padres para aparecer en el
multiplicada pot mil o cien mil.
r
André Stéphane EI Universo Contestatario 95
Templo, y que aquéllos no 1o hallaron hasta después de por ser los antepasados de la mistica cristiana y de Cris-
una larga bfsqueda (8). Pero quien dice supresi6n de la to. Pero debemos sefialar que esta corriente siempre es-
madurez dice abolici6n de las leyes de la naturaleza, que tuvo aislada y fue combatida por e1 judafsmo rabinico
es una definicidn del milagro. Para creer en el milagro y el dogma de la religidn judia no contiene ningrin mi-
hay que tener fe, y el cristianismo se basa en la uni6n lagro, ningrin misterio, siendo la prueba de ello su reac.
de estos dos elementos. ci6n al cisma cristiano. Desde sus primeras codificaciones,
El factor «milagro» constituye un elemento relativa- la religi6n mosaica siempre estuvo separada de la in-
Eente importante en la historia de los origenes de la fluencia mistica que relaci6n a la Ley- fue
religi6n judia, historia de la que el Antiguo Testamento periférica y -con
contingente. En cuanto al cristianismo, su
da una versidn novelada y orientada, como el Nuevo estructura dogmdtica lo sitÉa, a la inversa, en la dimen.
Testamento, en lo concerniente a los comienzos del cris- si6n del misterio, de lo sobrenatural;los milagros (reali-
tianismo. Pero no hay que oividar que nos hallamos con zados por los santos) siempre formaron parte integranto
un atraso de treinta y cinco siglos, y que el relato de la de Ia espiritualidad cristiana, prdcticamente hasta nuestros
Biblia se dirigia a una tribu primitiva nacida en la es- dias, mientras que en la religi6n judfa no se habla de
clavitud y aplastada entre dos pueblos id6latras. El mo milagro alguno desde la Didspora. El oficio religioso ju-
noteismo mosaico estaba a punto de constituirse penosa- daico no contiene mds que una serie de rezos y Ia lectura
mente, expuesto de forma permanente a la seducci6n del de la Thora (la Ley).
paganismo, rico en elementos poéticos que exaltan la
imaginaci6n (confundiéndose la historia del judaismo du- Trataremos de considerar brevemente la esencia del
rante largos siglos con esas influencias) y es poco conce- milagro y la de la fe, y sus relaciones con el universo
bible que el judaismo haya podido prescindir del ele- contestatario. Ya sabemos que respecto a lo que es su
mento mfstico (los milagros) que se superponian en aque- doctrina (el contestatario puede ser comunista o pro-
lla lejana época a lo que era la misma esencia de la chino, anarquista, trostskista, marxista o cat6lico, o todo
religidn. La vena mistica no se agot6 jamds en el interior alavez), su convicci6n es ante todo un afecto (la fe), y
del judaismo, ni aun con los Profetas que hasta cierto es inquebrantable, puesto que es independiente de los
punto (y es bien sabido de qué modo este parentesco hechos (leyes de la Naturaleza), o sea que es un milagro
se halla en los origenes del mistianismo) pueden pasar o una sucesidn de milagros. No necesita adquirir su sabi-
duria, ya que es una ciencia difusa o una verdad reve-
(8) Una disidencia sicoanalitica combate toda la noci6n de madura-
ci6n'«lodando» en este sentido el 6rbol freudiano, cuyas ramas esenciales lada indiscutible (en sesi6n priblica, el contestatario plan-
relacionadas con este proceso estdn unidas (la progenitalidad, la existencia tea al comienzo sus <<ante todo>>, como el cristiano enu-
de distintos grados en el desatollo, etcétera), y sustituidas por el tipico
bloqueo de la expresidn, o sea del lenguaje y los conceptos filos6ficos. La mera los artfculos de su fe o su catecismo). Lo sabe
maduraci6n también se suprime en cuanto al reclutamiento y à la forma-
ci6n de los analistas. No hay ya diplomas en el ingleso ni (srmacidn todo, incluso lo que nunca aprendid (por otra parte, la
alguna, asf como tampoco ninguna selecci6n: un anuncio publicitario que posicidn politica rcmplaza a la sabidurfa, ya que la pri-
se ha visto en La euolucién siqaiétrica prometla el estado de gracia in-
me&ato y gamnlizaba una carrera segura. La <<{otmaci6n>>, que no es mds mera sirve mejor al fin narcisista que la segunda; y algu-
que una iniciaci6n, dura, en vez de diez afios, unos meses. nos contestatarios han solicitado diplomas, no para san-
rtF--
r.,
cionar sus estudios, sino por haber estado en las barri' mejor. voluntad euanto que en el fondo es el lugar
cadas). inexistente (utopia) que le conviene. Deliberadamente,
En cuanto alaf.e, (<es por la fe que el espiritu percibe quiere ignorar la realidad, ya gue si su ideal pudiese
lo que espera y lo que ama>> (Summa Teoligiea, Santo realizarse en el cuadro mon6tono y deceptivo de los
Tomas). Esta definici6n corresponde exactamente a lo hechos, ya no le interesaria (9).
que entendemos por «investimiento narcisista». El mila- El milagrodebe ser espontdneo, sin lo cual no es
glo es la rcalizaciln de lo que s6lo es un deseo. <<El milagro. Uno de nosotros conocid personalmente a un
milagro es un deseo rcalizado sobrenaturalmente>> (Feuer' tzadik (10), un judio que vivia estudiando las Sagradas
bach: <<La antropologia del deseo y su satisfaccidn>», en Esmituras, y dejando el cuidado de sus siete hijos a su
La eseneia del crìstianismo), en que el creyente hace esposa ayudada por algunas buenas almas que de cuando
pasar el cumplimiento fantasmag6rico del plano «sobre- en cuando los socorrian. Cuando le preguntaron c6mo
natural» e imaginario al plano de la realidad. Asi fran' pensaba salir de su miseria, replicd que esperaba ganar
quea un abismo natural (<<creer en el milagro es franquear a la loteria.
un abismo natural, un abismo visible, el que separa el ha comprado algrin billete?
-;Pero qué?
agua del vino>>, Feuerbach), que para los dem6s resulta ofendido-. Con un billete
infranqueable. Mas para el creyente importa que el mi-
-èParapuede ganar.
cualquiera -repuso
lagro sea absoluto, y segÉn Bultmann: Mediante este <<cualquiera>>, aquel tzadik demostraba
la parte desempefiada por su narcisismo en su religiosi-
La fe no puede ni debe apoyarse en ningrin objeto d-el dad, ya que é1 no era un <<cualquiera>>. Era digno de
*r'rrrdo ni relàcionarse en manèrà alguna con una operaci6n un milagro, y tanto peor por la miseria, puesto que la
de la inteligencia natural.
ilusidn narcisista es preferible a la realidad..., la realidad
Lo que interesa destacar aqui es la relaci6n directa cuya servidumbre hay que aceptar adquiriendo un billete
entre la fe y el milagro de la religi6n y la convicci6n de la loterfa, o sea <<entrando en el sistema>>. En este
absoluta del contestatario, cuya postura escapa a todo
abordamiento racional (<<Nosotros no hablamos de ra- (9) «Admiramos esta fotma de pensar tan tlpica de la inteligencia
zdn»). La «negaci6n ut6pica de la realidad» (expresi6n Se ha partido del reconocimiento del hombre pot el hombre. Se ha pasado
a la revoluci6n. Se ha atribuido al ptoletatiado, y s61o a é1, la capacidad
de Raymon Aron) se halla tan awaigada en el creyente rcvolucionaria. Se ha suscrito impllcitamente Ia pretensi6n del pattido
--o en el contestatario-, que siempre halla d6nde colo- comunista de queret- set el rinico tepresentante del proletadado, y cuando
finalmente se observa con decepci6n la obta de los stalinistas, no se
carla; cuando se le haya demostrado que lo que dice no discute ninguna de las sendas antetiores, no se hacen pteguntas ni sobte
existe en Rusia, contestard sin reflexionar, pero con una el teconocimiento ni sobte la misi6n del prcletatiado, ni sobre Ia técnica
de accidn bolchevique, ni menos sobte eI poder que implica una plani{ica-
convicci6n inquebrantable: ci6n total. Si una revoluci6n fiel al nombre del matxismo degenem en
pues existe en Cuba, en China o en Albania' tiranla, la falta no es de Matx ni de sus intétptetes.» Raymond Aron,
-f,usns, El opio de los intelectuales.
Y cuando le falten argumentos geogrdficos (que son (10) <<Tzadik» significa «hombre justo», peto también un sant6n al
otras concesiones que le hace a su interlocutor), se sepa-
que sus admiradores attibuyen la facultad de hacer milagtos. La secta
Hassid a la que pettenece el «tzadik» es una secta mfstica, desviacidn que
rard completamente de la noci6n de lugar, con tanta siempte ha sido combatida violentamente por el judalsmo rabfnico,
E----
98 André StéPhane
El Univetso Contestatario 99
ft--_
,
100 André §téphane El Universo Contestatario 101
del milagro y la gracia con apoyo de la fe, pero al mismo puesto sddico.anal [12], quien lo derrota), que no ha
tiempo se halla en una postura muy inc6moda ya que querido comprender que «ya estaba hecho» (que la
continfa sufriendo la presidn de sus necesidades instin- situacidn era revolucionaria). Esto le permite disimular
tivas, que le exigen abandonar al mismo tiempo. Por tan- su vergtienza y restablecer su equilibrio, esperando vol-
to, tiene que ser un santo para dar el manto cuando le ver a empezar de nuevo. El contestatario puede vivir
roban la trinica, o para presentar la mejilla izquierda con esta esperanza (<<esto no es m6s que el principio»),
cuando le pegan en la derecha. Éste es un pensamiento pero en realidad una duda se infiltra en él respecto al
muy elevado y muy poético pero condenado por su mis. valor de la ganancia que cuenta obtener de la contesta-
ma naturaleza a permanecer en estado mental sin poder ci6n, ya guq la herida narcisista sigue presente, superando
nunca llegar a ser una realidad (un santo de esta clase a la herida narcisista inicial que ha constituido la pér-
penetr6 en la literatura y nos maravill6 de niflos. Era dida del poder omnimodo.
epiléptico y lo llamaban <<e1 Idiota»). (Tendremos ocasi6n de referirnos varias veces a esta
El estudiante que se arroja en la «revoluci6n>» cree noci6n de pérdida del poder omnimodo consecutivo al
haber desencadenado un mecanismo que obligatoria y nacimiento del Yo y el Objeto, a la separaci6n del
automdticamente conduce al Reino de los Cielos y, dado exterior y el interior que se produce cuando el nifro
el nivel de su regresidn, confunde el Presente con el tropieza con sus prirneras frustraciones que le obligan
Futuro. El tiempo necesario para que se efectrie este a reconocer que él no llena todo el universo y que no
proceso, asi como el esfuerzo para llevarlo a cabo, o sea es tampoco duefio del mismo.)
una toma de conciencia con la realidad, nacen de un Por este motivo no es posible ningùn compromiso y
estado diferente al narcisista. Este estado opuesto al nar- s61o puede aceptarse una iealizaci6n narcisista absoluta,
cisismo, le contesta y es la misma base de su posici6n. o sea la creacidn de un universo autdnomo narcisista
que no tiene nada que ver con lo antes existente. Esta
De todos modos, no hay milagro; la realidad es impla-
creaci6n ha de estar construida s6lo por el narcisismo, sin
cable y el salto del agua al vino imposible, ya que la
ninguna contribuci6n por parte de la realidad, excluyendo
regresidn que le impide al contestatario superar la fase
la técnica, el plan, la organizaci6n, la previsi6n... («una
de 1o imaginario es la misma que la que le empuja a
revoluci6n preparada no es una revoluci6n>>, Comisi6n
rebelarse, a buscar su establecimiento narcisista <<aqui
«Estamos en Marcha>>). La realidad se opone al suefio
y ahora mismo», «todo y al instante>». Empleando una en su misma esencia y puede desear destruirla s6lo por
expresidn popular, podria decirse que «cree que ha lle-
esta razdn. Por tanto, s6lo cuenta el factor narcisista en
gado» (el Mesias ha llegado), cuando no es mds que
la contestacidn, y en éste debemos pensar cuando se
<(corno si hubiera llegado», diferencia de matiz en la
trata de comprenderla y sacar conclusiones.
que est6 contenida toda su tragedia. Para ilustrar los lazos existentes entre la contestacidn
Para satisfacer siempre su narcisismo, proyecta su fra- y el cristianismo, con la impregnacidn mistica de toda
caso; es el hermano mayor (es el miembro de la Con-
federacidn Nacional del Trabajo que representa el com- (12) Ver, al respecto de la fase sddico-anal, los capltulos siguieotes.
LOz André §téPhane
.., lanzarse un estudiante a pronunciar un discurso lleno Es mds dilicil que un rico entre en el
de precisidn y rectitud... debo decir,que después de--aquella
exoiosi6n de-elocuencia estuvo mudo quince dias. Necesit6 Reino de los Cielos, que un caruello pasa pot
este lupso de tiempo para reflexionar, para comprender lo el ojo de una aguict.
que habfa dicho.
La inspiracidn por el Espirìtu Santo.
Contemplad los lirios del campo; ni se
La creacidn de una mayoria dindmica, extrafia a toda tnustian ni se desflecan.
estructura politica conocida y que inventaba esp-ontÉnea'
mente, segÉì el curso de los-acòntecimientos, su linea re-
volucionaria. Hay eunucos que se han vuelto asl a la
Y he aqui la Inmaculada Concepcidn. vista del Reino de los Cielos; el que quiera
me entenderd.
Algunos est6n sorprendidos de que- en un-me§.ape!as,
los eitudiantes y sus maestros hayan inventado m6s ideas
oue las habidas en cincuenta afios de Ministerio de Ins' Evangelio segrtn San Mateo.
trucci6n Pfbtica; después de Educaci6n Nacional (15).
He aqui lesùs ensefrando a los doctores,
Para mi, pues, atno la vida y la cultiuo
Naturalmente, lo§ comentarios al pie de los pdrrafos tal como le plugo a Dios otorgdrnosla. No
son nuestros. deseo que deba proclamat la necesidad de
beber y coruet; ...ni que nos sustentetnos rne'
tiendo rtnicamente en la boca un poco de esta
(11) «Yo te bendieo. Padrc, Sefror del Cielo v de la Tierra, por
habàriJs*oltrdo e.to à io. sabios v a los hribiles, v haberlo revelado droga por la que Epiménides se privaba del
s6lo a los humildes» (Ettangelio
--.1r-Élg" segin San Mateo). apetito y de la que se mantenla...; ni que el
ti.-ot d Lib.o Blanco editado por la Facultad de Medi'
cina de Parls:
'---ufJ..t"àirnte "n cuerpo no tenga deseos ni halagos...
recibe una nota obietiva en funcidn de los datos em6-
n"or. D.t.tÀin"da por el conjunto de[ grupo, esta nota puede set superior
ielativo, à tea a là nota atribuida al monitot, si el estaditnte MoNr.ucNE,
"T-toai."
n'a)li-iti*"rt* qte hayan escalndo al coniunto de prolesores (subsyado Los ensayos, Libro III.
nuesto).
4
EL CONSUMADOR CONSUMIDO
dichas consecuencias. El progreso técnico es, al mismo les, en este momento preciso en que el hombre vuela
tiempo, inmenso en los-paises capitalistas: el automdvil, a mil kil6metros por hora, se cornunica con el otro lado
el avi6n, las telecomunicaciones, sitùan todo el mundo de la Tierra y del Universo y se hunde en las mayores
a nuestro alcance. La vida de los varones, y tal vez so' profundidades submarinas, en fin, cuando es semejante
bre todo de las mujeres, se ha visto profundamente mo a un dios, dominando el tiempo y el espacio, es cuando
dificada. Basta apretar un bot6n para que se encienda deja oir un inmenso clamor contra la sociedad que le
la fu2, para poner en marcha la lavadora, para calentar ha otorgado sus dones y, mds afn, contra esos mismos
o refrescar los apartamentos; un simple gesto hace correr dones, parecido en esto al rollizo lactante de Montaigne
el agua, enchufa la plancha eléctrica, el refrigerador, la que golpea con el puflo el seno de su nodriza.
cocina; las puertas se abren como por ensalmo a nuestro Claro que la critica no debe perdonar a ninguna cla-
paso (1); los ascensores nos llevan en unos segundos se de sociedad, y la nuestra no debe verse libre de ella,
à la cima de los rascacielos, lo cotidiano parece un pero el antiguo suef,o del hombre, perseguido y acunado
cuento de hadas, el universo en el que vivimos es a la durante millares de aflos, de salir de la pobreza, de
vez racional y mdgico, el mundo encantado de ]ulio trabajar para vivir y no s6lo para subsistir, se halla ya
Verne se ha convertido en el nuestro. Los nuevos ma' a punto de realizarse, veinte afios después de una guerra
teriales ponen a nuesffa disposicidn una serie de objetos atroz donde millones de hombres conocieron el hambre
y tejidoi con los que nuestros abuelos no habrian so' y la sed, el frio y el calor, pero he aqui que apenas ha
fiadò siquiera. El vulgar empleadillo puede pasar sus probado la abundancia, el hombre apafia la copa de
vacacionès en Tahitf. Paralelamente, los progresos efec- sus labios y afirmando que el néctar que contiene es
tuados en el dominio de la salud son inmensos. Se nos veneno, trata de romperla. Paraddjicamente, <<es en los
podria objetar que este adelanto técnico no es s6lo paises mds desarrollados donde... la situaci6n es màs
propio de los pàises capitalistas; cierto, pero el nivel explosiva» (Le Monde, <<Un estudio americano sobre el
ae viau logrado en estas sociedades permite actualmente mal del siglo»).
un reparto mucho mayor de esos bienes que en los pafses Que no se nos diga que la critica hecha a la sociedad
socialistas. Estos factores (2) podrian dejar entrever de consumo es mds sutil; que Marcuse, Lefebvre o
cierta estabilizaciln social y politica, pero es precisa' Vaneigem no pretenden privarnos de los bienes del pro-
mente en este momento, cuando el hombre parece haber greso, que no quieren destruir las m6quinas, obligarnos
alcanzado una comodidad, un bienestar, un poder so a alimentarnos de raices, y hacernos andar descalzos y
bre la Naturaleza sdlo entrevisto por visionarios genia' vestidos de estamefla por los caminos de la austeridad.
Sabemos esto y ya volveremos a refedrnos a las posi-
ciones te6ricas de esos autores. Lo que nos intetesa, en
(l) Y esto no s61o en los aeropuetos, Incluso en la catoicerla de un
puebìiiito s,riro habla una puerta provista de- una célula fotoeléctdca' realidad, son las nnanifestaciones espontdneas contra la
'--ò\ A los que conv"oàtla nos moviésemos en el mundo de la llamada «sociedad de consumo»>, ta1 como aparecen en
orieiiì,idad- i lu'ioai.u- afladit-si
el ftacaso moral, psicol6gico, ecorl6mico
i"'r*iif-a"'U. .*i.ii.ncir.
^muv
socialistas, fracaso que los intelecruales no las paredes de Paris, San Francisco, Roma y otras ciu-
;d;i; À7r- q". lentamente sin obietar contra el socialismo pot dades del mundo capitalista, en la prensa mundial, o en
motivos de los-que trataremo§ mris adelante.
108 Andé §téphane El Universo Contestatario 109
las frases pronunciadas por ciertos personajes con moti- Actualmente asistimos al crepÉsculo de la civilizaci6n
industrial cuyo término permitird el advenimiento, sea cual
vo de las protestas estudiantiles del mundo entero. sea el precio, de la civilizaci6n cultural que necesariamente
Muchas de tales frases ostentan una voluntad muy lo suceder6.
aparente, no de corregir, de reformar esta sociedad de
consumo, sino de destruirla: En Le Monde del 5 de junio, Roger Ikor observa a
prop6sito de los sucesos de mayo:
«Quemaremos la mercancia» (Situacionista lnterna'
cional, Sala Richelieu, Sorbona). .Lo que sorprende ante todo es su aspecto negativo, o
«La economia est6 herida, ique se muera!>> mejor, negativista, es decir, destructor. Loì estudiaites Àon
«Pronto habrd unas ruinas encantadoras.»> los primeros en darse cuenta de ello. Todos aquellos con
quienes he podido hablar, tras esquivar el problèma de la
«1Ocriltate, objeto!» sucesi6n, que juzgan buena para los viejos, han concluido en
Y también las frases de un contestatario: sustancia: «Primero derribar la vieja baraca, luego ya ve-
femos».
«La sociedad de consumo es una prostituta que ha
de desaparecer, y nosotros 1o lograremos...» En cuanto a Maurice Clavel, proclama la esperanza
«Todo esto ha de desaparecer. Esos almacenes llenos de que <<todo salte»r:
de mercancias son repugnantes, son una podredumbre.>> «Todo saltare y 1o deseo», y aconseja a la juventud
Claude Glayman, en Combat, a prop6sito de las «rajar en todos los sentidos e1 mundo>>, y pide a la ju-
violencias estudiantiles <(en un Paris entregado al vértigo ventud que preste juramento de destruir ua la sociedàd
exterior de la sociedad de consumo de masa...», escribid: alienante>>, que asimila en todos sus artfculos de mayo
y junio publicados en Combat, a la sociedad de consumo.
El simbolo mds significativo de esta nueva violencia se ZQUé justifica aparentemente esta voluntad destruc-
desprende del incendio de los coches que, cada vez, ha
acompafiado a las revueltas, Arden los coches porque est6n toru?
all{, porque el carburante asegura una combusti6n eficaz, y Las acusaciones dirigidas contra la sociedad de con-
al mismo tiempo ino es el auto uno de los simbolos mds sumo pfoporcionan ciertas indicaciones:
execrados de la alienaci6n producida por la sociedad de
consumo de masa? <<;Oh, verdaderamente, madrastra Naturaleza!» (Se-
Era una de las fuentes de nuestra sutil mistificaci6n si6n de los Estados Generales del Cine).
la que ardia y desaparecia en esas planchas inutilizadas, «La industrializaci6n nos amenaza. Las tetinas de
enviadas de repente a su destino de phatarra sin objeto.
Y paralelamentè, la huelga de la gasolina paralizaba la cir' caucho convierten a la sociedad en carnivora.>>
culàci6n y, como dice nuestro Jean Genét, «Parls perdia su <<La sooiedad es una flor carnivora.>>
grasa». Observamos una vez mds que en todos los recientes
movimientos ha habido algo parecido a los rompem6quinas Y este anuncio:
del siglo pasado, en la alborada de la revolucidn industrial. «lConsumid m6s y viviréis menos!»
Veamos también la frase de una joven:
En cuanto a Frangois Pluchart, en el mismo diario, «La sociedad de consumo acabard por devorarnos.»
del 15 de julio, prof.etiza el final de nuestra sociedad «El consumidor est6 consumido», dijo Lefebvre (3).
de consumo:
(3) Henri Lefebvre, La uid.a cotiiliana ea el tnando mod.erno, pae. 179.
110 AndÉ §téPhane
palabra, §e refiere a la victoria del Espiritu contra la y los cielos se han entreabierto a la le (2). Esto es un
Materia. Éste es un tema tratado constantemente por poco apocaliptico, pero es verdad. El Cielo y la Tierta
Maurice Clavel con Ia fogosidad y la pasidn que le no se obturan en absoluto>».
catactetuan: Pero Clavel se indigna por un entrefilete del Figaro:
<<Paris ha reencontrado la buena esencia»», y estigma-
Habr6 que repetir tanto como sea necesario que esta revo- tiza a <<este mundo de frigos y cacharros»; m6s adelante,
lucidn es, ante todo, espiritual, que el Espiritu se venga... queda desolado ante Ia lectura de los peri6dicos:
No se piden cien mil francos al mes sino cambiar la vida
mediante una fdrmula cuya simplicidad ilumina y trastorna.
Esto irradia, esto gana, ya no hay que temer a lo Sagrado. Ya no leo la prensa, no puedo, se trata de algo ffsico,
pero acabo de ver a voleo dos titulares en el Metro y en la
calle: «8. B. se acostd temprano para poder votar pronto»
En realidad, también se trata de lo sagrado, de una y, «Los guardias rojos del suéter amarillo...» iDios mio!
purificacidn que ha de lavar este mundo, limpidndolo de 2,Ad6nde vamos a parar?»
su estupro, de su afi{n de lucro:
De igual forma se expresaba André Laude («La
Es este mundo el que ha recibido un anatema sabrado... necedad con frente de toro»):
Est6 marcado por el fuego de Dios.
Vacaciones, aglomeraciones en las playas, accidentes mor'
tales en las carreteras, juego, France Soir y la cochìna
Un gran rotativo nocturno relataba con gran compla- oieada (3\ de los varones alas pantorrillas (4) de las mucha-
cencia la venta del diario Le Pavé: «Adquirid Le Pavé chas, comadres atormentadas por el demonio del Mediodia,
y lo sabréis todo sobre los amores de Cohn-Bendit y la estupidez negra integral. Esta Francia ha tenido calor,
De mayo a junio se estremeci6 de horror y tuvo miedo por
Michèle Morgan>>. su portamonedas (5), por su refrigerador.
Sus melenudos vendedores quedarian muy sorpren-
didos si supieran que son 6ngeles vengadores (portadores El propio |ean Savard rechaza una cultura «que no
de una espada flamigera). conduce mds que al goce (6) y al an6lisis».
En otro articulo, Clavel opone las palabras <<Espe- Con el titulo de Mayo rebrctard, André Laude, des-
tanza, Llama, Vida, Luz..., sobre todo Vida y Luz» (1), pués de la primera vuelta de las elecciones, comenta:
a las vocaciones de ciertos estudiantes que querian con- De acuerdo, todos los enemigos de la imaginaci6n, todos
vertirse en «marcos, grandes marcos»), y que se recon- los esclerdticos, todos los fatigados, todos los que no ven
vierten a la Ensefianza <<pata no entrar en el juego de m6s all6 de su refrigerador, de su 4CV... se han pasado a
la banda del gran Capital. De acuerdo, hay por qué llorar,
este mundo». Y Clavel concluye con este interrogante: por qué gemir. Obreros, ancianos (7) que mueren lentamente
<<flReconversi6n? eConversi6n?». Y después: <<Adelante, entre su mobiliario 1920.
como dicen, pero al pie de la letra, ya que se trata de
laexistencia. En las protestas estudiantiles se vio lo Pierre Kyria veia ya c6mo la Sociedad de Consumo
se apoderaba de todo. Era «là gran dimisidn».
mucho que puede la fuventud. El suelo ha temblado
(1) «Yo soy la Verdad y la Vida.» Eoangelio segiln San Juan. (2, ),4,5, 6, 7) Subrayados nuesuos.
tt4 André Stéphane El Universo Contestatario 115
Vaya, vuelve a haber fresas en el mercado, los cines y Desde el Barrio Latino a Deauville no hay mds que dos'
los teatros abrir6n sus taquillas, haré buen tiempo, vendrdn cientos y pico de kil6metros, pero... el contraste es violento,
las vacaciones y el surtidoi de esencia, como por casualidad, hasta abrumador, y la caida de un mundo a otro es vertigi-
volverd a funCionar. Bien, podremos reemprender' nuestros nosa. No hay que dudarlo: ed6nde se halla la realidad?
paseos automovilisticos del domingo y. volver a jugar a
eD6nde, el suefiò? El Barrio Latino y la playa de Deauville,
cartas iqué diablo! fumando buenos cigarros que ya em- dos galaxias separadas por millones de aflos-luz...» «Deauville
pezaban-a taltat. Somos todos iguales, todos libres,, todos es la capital del fric (1a) y del c... (15).»
iraternales... para Ia televisidn de M' Zitrone, con las no-
ches tranquilas, las digestiones (8) orondas y el muslaie (9)
a la papa. André Fontaine presenta <<la Sociedad en proceso>>,
y hablando en nombre de los contestatarios, dice:
Philippe Viannay opone Krivine a Sheila; Krivine
que «se esfuerza por cambiar las estructuras de una Abatamos el vellocino de oro y la Universidad que lo
sociedad que le impide al hombre comprender 1o mejor refleja, desuentremos al burgués (16), y luego ya veremos.
de si mismo», y Sheila que <<consigui6 hacer creer que
el trabajo, la familia, los camaradas y el amor constitu' El Figaro Littéraire public6 una carta de un lector
yen toda la existencia». que firmaba Paul Santoni, estudiante en vacaciones:
Michel Boujut, bajo el titulo «La imaginacidn se
pasa a la resistencia)», escribe: ... ya que (no temamos a las palabras) un capitalista, uz
burgués de vientre desbordante (17) con la carne inocente
del protetario no es m6s que un tirano, un impostor, un par6-
Después de la exaltaci1n y eI deslumbramienfo (10), -el sito criminal.
despertàr ha sido duro. Sin embargo, no hemos sofiado'
iTido es posible! (11), proclam6.Barjonet- De lo que se Maurice Clavel ataca a la <<mayoria de Moloch, Mas-
irata, explitd Geismar, es de cambiar la vida, Sartre evoca-
ba, éon Cohn Bendit, la extensidn del -campo de los posi' toqué y Mammon»> (18), al <(gran dormil6n» que <<tras
btés... (12) La imaginaci6n habia asaltado e] Poder, y ahora un breve sobresalto, pesadilla, o la picadura de un insec-
r" ouru ai maquisl Cada uno de nosotros ha de saber sal-
varie de la catéstrofe, de los juegos de cartas, de las vacacio- to, se vuelve, mds dormido aùn (19), del otro lado>>.
nes en Espafla, de los finaies de semana motorizados., y En cuanto a Gabriel Matzneff, cree que los movi-
Clavel aflade: <<Y hubo ale4ria, vida, paz, desgarrones, y luz.
Durante unos dias nos sentimos un poco inlinitos (15), ano
mientos estudiantiles conducen a <<la Muerte del culo de
^s cierto?», plomo>». Refiriéndose a las <(reweltas contra la Sociedad
de Consumo» opina que «la crisis actual es ante todo
Gilles Plazy habla de <<la noche gaullista» que (ahoga espiritual (20) (unos dias mds tarde dijo "religiosa").
la ltsz), <<la de los estudiantes que s61o durante una§ En esta sociedad del aburrimiento, del sonambulismo,
horas fueron ricos de sueflos y esperanzas)), ya que <<la del culo de plomo (21), las contestaciones son una ex-
oleada revolucionaria decay6 y todo volvi6 al orden del plosidn de fiesta, de alegrfa, de satisfacci6n. Por un
fin de semana y el autom6vil». lado, el mundo burgués que agoniza, por otro la gran
Dominique Laury relat6 el fin de semana de Pente- nueva, la buena nueva (22), Dionisio y el Resucitado (23)
costés en Deauville: sdlo hacen uno»».
En el Figaro Littéraire, Olivier Germain Thomas, en el momento feliz de los despidos pagados», a los «j6ve-
un articulo titulado <<Nuestra juventud padece del alma» nes que pasan en mds de cien codos a los miserables
(Gilbert Plazy public6 otro art(culo consagrado a la franceses de la mediania...»» y que <(su desdén de la co-
crisis de las Universidades, titulado: «El mal del siglo»), modidad cotidiana» los ha arrojado a la calle porque
escribi6: rechazan al mundo tal cual es.
Frangois Pluchart inicia asi un artfculo en el que
A pesar de las apariencias, a pesar.d: ì"L <<katangueses», dice:
de st'kermesse conlestataria, a pesar del delirio de sus anti'
teatros, la Sorbona se parec(a m6s a un .t-ernplo (24) .que a «1No a la cultura calibte 22t,>>: «En la peste que sube
i* ciritiò revolucionario. Poemas, manifiestos politicos y
desalentadora y satisfecha de todas las formaciones tradi'
caricaturas desempeflan el papel de imdgenes santas' t'l cionales, la juventud que es la verdad, ya no puede reco'
irii" en variàs-capillas en la que cada cual -la juventud
nocer nada; uomita (32) este mundo de trafi'
I;i; "tiàÉ"ìiuiàfoo me dieron la
;;-;;rt"...-rrri, òu*uradas'estudiantes «iCreo, cantes (33), de ancianos (54) y de ratas (35), que quisiera
i-"iesiòn de haberse sublevado con el grito de creo!»
arrastrarlo consigo a la muerte. La juventud actual, la mds
."isidò de lo m6s hondo del coraz6n. Lo que creian ante hermosa, la m6s fuerte, la màs original, puesto que es re'
i"à6i. oue hav otros valores aparte del enriqueceos de nues-
volucionaria, y que la vieja Europa amamanta desde hace
i;;".i.à;d Ààtetiulittu v burÉuesa' La juventud de todo el tiempo, ha dicho zo a todos los exclaustrados (56) burgue-
mundo se ha sublevado para salvar al Espiritu' ses, a la mierda perruna de los pol(ticos, de los administra-
dores seniles (37), a la desalentadora injusticia de todos sus
Y concluye: «La verdadera revoluci6n serd una re- privilegios. A los canallas, a los granujas, a los explotadores
de todo género, de esta sociedad del beneficio ultrajante.
volucidn espiritual».
Gilles Sàndier vituper6 a los partidarios de De Gaulle: En Le Monde se public6 la carta de un estudian-
te que se quejaba del escepticismo de los burgueses a los
Todos los que se aprovechan (25), explotan, reprimel-Y
matàn, todòs làs que'gozan (26),-nen y -se dittierten (27).' que presentaba con fe sus proyectos de una sociedad
ioaot iot que pretumen].. son'sui'horda§, las que.hat .uomi- nueva y quienes le enviaban de nuevo a sus estudios,
tado (28\ los barrios elegantes pa,ra esa exp^loslon oe los exc,lamando: «iY la Economia (38)? aQué hacéis los
C"-*i-'Btiiéot... etot ba'lafloneJ de ratas (29) moiadas en
;td;;;.t.;-;;lu p*'t"; las hordas df Poui.ade v. Pétain' el estudiantes de la Economia (39)?>>. Se queja igualmente
;;;ÉÉ a;1"; tendèros,'de los «hijos de papà»,.todos estaban de todos los discursos y todos los articulos de los peri6-
àili. i" ri,Éu tiét-unu, el paù6n R'p'F', -la renti§ta de
dicos que en iunio de 1968 contestaron a la protesta:
Éuitr. iot òUt"ros-polizontes, lòs mercaderes de todas clases'
i* dilàtir.tÉi-èniiquecidos, los matamoros engalanados, los <<... y toda esta baba (40), toda esta tinta ha metamor-
roiaioi (50) del uìundo antiguo y enveiecìdo (31)' foseado algo que era grande, convirtiéndolo en un mal
inlecto (41)».
Un articulo de Andrés Laude ya citado (<<La necedad |ulien Clarac, bajo el titulo de: <<La bazofia» (o una
con frente de toro») opone a los que «sdlo viven para limpieza a fondo), dijo en Combat:
«Han delecado (42) sobre nuestra esperanza.»
25. 26. 2'1, 28, 29)
04. --oiiÈà Subravados nuestros'
iiòi ii.L àè i^i",-t^- tiise que sisue a erta diatriba afirma la
,"..i.à de odio en las manifestaciones de mayo en Paris' (33, 34, )5, 36, )7, )8, )9, 40, 41, 42) Subrayados fluestros'
(11) Subrayado nue§tfo.
El Universo Contestatario 119
118 André Stephane
convertirlo en el material de nuestra resulreccidn a la
Se referia a los dirigentes politicos y a tros sindicatos'
vida».
que han llenado .<las calles y las fàbricas con su podre'
Podriamos multiplicar las citas, pero creemo§ que
dumbre (45) desoladora». éstas bastan para permitirnos deducir el significado in-
«Seguy es el m6s maloliente (44)'» «Con las basuras
consciente de la Sociedad de Consumo. Ante todo, vemos
(45), laI iatas (46) han hecho su aparici6n'>> <<Todo esto que el ataque se dirige contra las posesiones (los bienes
Àufta q,r" arrojarlo al cubo (a7) d9la Historia'» de este mundo), el autom6vil, el refrigerador, cuya nece-
La sefiora Mathilde Niel (profesora y escritora) res- sidad es primordial; después, contra el placer en general:
pondid en Combat a Raymond Aron' Para ella, el mo el placer sexual, el de la mesa, el del descanso (las
ii*i.r,o contestatario también es una «revoluci6n espi-
«plutotecnocrd- vacaciones, los fines de semana), el placer del juego,
iit.rut", gue desea modificar la sociedad
j6venes el interés por la Prensa, por la Radio, por Sheila («Que
tica», què manipula <<durante toda la vida a los oonsigui6 hu."t que el amor, los camaradas y el
y u iot'adultos de la Sociedad de Consumo por la via "t"".
trabajo son toda la vida»), y last but not least (53), con-
àoirorru de su Radio, de su Prensa y de su Publicidad' tra el dinero. Hay que observar ciertos términos que
y por la presi6n de su organizaciln burocrdtica y jerar- sirven paro renegar de esos intereses y de esos placeres:
qiirudu,Àanipulaci6n invisible, an6nima y seductora que no se t;ata de coches sino de cacharros, de refrigeradores
udor*... el èspiritu y le obliga a aceptar beatamente sino de frigos, de erotismo sino de sexo' o de <<muslaje>>,
su servidumbre>». o de <<ojeadas cochinas a las pantorrillas»»; ni de gastro-
Para la sefrora Mathilde Niel, Raymond Aron tiene nomia sino de digesti1n oronda, de <<Moloch>>, de perso-
«miedo de la iuventud y la novedad, miedo de ver des- nas que se explayan, de panzas, de <<vientres desbordan-
(49)'
truida la civilizaciln de la Técnica (48) y del Dinero tes>>, de <<grandes dormilones» (o de grandes <<cuadros>>);
(50) de
e intentarà sin duda salvar los londos enlodados no se trata de dinero sino de <<portamonedas>>, de fric.
la civilizaci6n materialista>>. Todos estos términos tratan visiblemente de subrayar el
En el mismo ntimero de Combat, un articulo nos in- aspecto prosaico, vulgar (54), de los que gozan o del
forma que <<los estudiantes ya no quieren- una sociedad miìmo goce, de los objetos que les permiten llegar al
tiptrte"ni", en la que el solo nombre de poeta hace placer. Pero ;qué son la groseria o la vulgaridad si no
eÀrur el cabello, donde todo estd reseco' cifrado' codi- ia sustancia no sublimada; la material? Y el sicoanàlisis
ficado; donde el consumo nacional ya no e§ el vino sino nos ensefla cotidianamente el estrecho lazo que existe
la gasolina, donde el auto es la idea fija, confesada o entre la <<Materia»> y «las materias>>. La materia mds
Jiri]*rfuAu, y cubre (51) toda superficie, insertada en material es el excremento. En nuestras citas hay material
todas partes, amontonada, aglomerada, aglutinada»' para apoyar esta interpretaci6n sicoanalitica que convierte
(52) à lu ion er6gena anal en el punto de partida de toda
En-cuanto a Dominique Metz, habla de «e1 tango
en que el gaullismo nos hunde>>, y que aceptamos «para
(fi) En inglés: «Lo riltimo, peto lo menos importante'» -(N. del T')
(54) erìttd.rtig-utiza la vuigaridad del univetso capitalista.
(41, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 52) Subravados nuesuos'
120 André Stéphane El Universo Contestatario l2l
una forma de relaci6n con el mundo; forma o moda que También se sabe que el sicoanrilisis ha descubierto
prevalece en el bebé, urra vez superada la fase oial, los lazos sirnb6licos que unen el dinero a los excrementos.
que normalmente funde con Ia oralidad y la genitalidad Un cartel salido del taller de Bellas Artes, en el mes de
rn6s adelante, pero que puede reaparecer de un modo mayo, representaba la Bolsa sobre la que cafa un rayo
<<desintrincado>> por regresi6n a la fase en que constituia (el fuego de Dios, tal vez), pero redactàdo de tal forma
lo esencial de la relacidn con los objetos. Ante todo, ya q_ue la R de la palabra BOURSE (Bolsa en francés)
habia
hemos visto que Gabriel Matzneff caructerizabu eJtu desaparecido, convirtiendo la palabra en BOUSE (en
sociedad como la- del culo de plomo, o sea una sociedad francés, bofriga). Santo Tomàs habl6 de «la suciedad del
que se deja arrastrar por el peso de su trasero. Luego, dinero» que coloca en el mismo plano que <<la suciedad
hallamos expresiones como <<fondo fangoso de la civìfi- de la carne».
zaciln materialista», <<fango gaullista>>; el fango, el lodo «Pégate al cristal, medra entre los insectos (ieué
se hallan evidentemente muy cercanos, en el Inconsciente, triste es amar el dinero!).» Tal era la inscripci6n que
al excremento, tanto por su aspecto como por la idea de habia en el lavabo de Ia sala B de Nanterrè. nt qr"
suciedad que los distingue. Pero son, particularmente, los maneja dinero, el que se interesa por é1, est6 marcado
representantes de esta sociedad (o quienes deberian ser- por el sello de la analidad; «la edad de oro fue aquella
lo), o los que no se apartan de ella, los que lucen m6s en que el oro no reinaba, ya que el Vellocino de Oro
claramente Ia marca excremental que asi los seffala ante siempre ha sido de barro» (Vestibulo del teatro Ode6n).
los contestatarios. Ya hemos visto que Gilles Sandier ha-
blaba de los <<batallones de ratas», y Frangois pluchart
también habla de (<ratas», lo mismo que fulien Clarac. «El Vellocino de Oro siempre est6 de pie>>, es el titulo
Y las ratas son precisamente los repugnantes y sucios del capitulo que inicia el estudio de -Gilbert Ganne,
animales que habitan en las cloacas, en los s6tanos (ver
«Contra los valores burgueses>> (55). para el autor, la
Freud, El hombre de las ratas). Adem6s, han sido vomi- cosa estd clara: el espiritu burgués lleva en si <<el germen
lados (Gilles Sandier), o sea excretados; también se trata de la sociedad materialista»; por esto Ia burguésia es
de basura, de residuos, o sea de restos que <<manchan la odiosa: «desde sus mds remotos origenes, la Èurguesia
calle>>, cuyo modelo es el excremento. Adem6s, huelen ha llevado en su seno la taru que deÉia hacerla oàioru,
mal. En una pared habfa esta inscripcidn: «papà apesta». el amor al dinero».
«Séguy es maloliente>>, afirm6 Clarac en el articulo pu- De modo curioso esto también se encuentra en
blicado bajo el titulo de <<Basuras>>. Frangois pluchìrt Vaneigem-, sigue el -y elogio del seffor feudal cuya auto
también se refiere a la peste de las formaciones tradicio- ridad «se fundaba en un intercarnbio de servicios tan
nales; esos residuos, esas basuras malolientes, esas ratas alejado de la noci6n del provecho c,omo de la explotaci6n
repugnantes, no hacen màs que manchar, que contaminar del hombre por el hombrer. Asf, basta con excluir al
Ia pureza del contestatario, <<y toda esta baba ha meta- dinero del circuito para que la servidumbre se convierta
morfoseado algo que era grande en un infecto lodazal». (55) _En pro o efl contra de los ualores burgueses, por Georges Hour_
<<Han defecado en nuestra esperanza.)) -.
din v Gilbert Ganne.
122 André StéPhane
El Universo Contestatario 123
(da 1o que se te pide cuando se le pide y Sin duda fue |ean Claude Kerbouc'h quien supo tra-
".ti"t.tiu"u ducir mejor la impresi6n de irrealidad que se desprendia
donde se le pide, para verce mimado y querido)' de un cierto ndmero de altos lugares de la contestaci6n,
Los derivados de las adquisiciones unidas al apren- para quienes, no envueltos en el mismo proceso, estaban
dizaje de la propiedad conducen precisamente a la
po.
a en la orilla llana desde la que asistian asombrados, emo-
;;;idr, u tu *pitutizaciln, al c61cu1o, al- comercio' la cionados, a veces asustados, y en todo momento impo
iecrricr. El mundo adquiere cualidades de precisi6n'
de
El sentido de la reali- tentes, al extrafro viaje que efectuaban aquellas <<barcas
delimitaci6n, que no pòseia antes' ebrias» (59), sin capitda ni brÉjula, impulsadas locamente
dad saldr6 àe-esta etàpa enriquecido y desarrollado' hacia 1o desconocido.
Comprendemos entonce§ de qué forma este universo
," opon" al de los contestatarios cuya descripci6n hemos (59) De acuerdo con el titulo de un artlculo de Girod de l,Ain
.i."irrao a menudo, el universo del idealismo' de la (Le Mode, 12 junio), consagmdo a la Sorbona.
126 André StéPhane El Universo Contestatario 127
Habla de <<universo de ensuefio, de demencia y de debidas proporciones, es inducida por la situacidn ana-
ilusiones». La contestacidn le parece una droga' Hablando litica y la regla fundamental (de las asociaciones libres).
de Flins, escribe: Por esto la contestaci6n se ha comparado a menudo con
una <<descompresi6n»>, o sea una sesi6n de sicoan6lisis.
Este poblado instalado tan calmosamente en el coraz6n Epistémon: <<ochenta, luego doscientos, después un
d" il'iti;a;-rtu*iu, se halla esta noche.intranq-uilo' bu'
ìii"lJro, rifìà"t" o.-oaio. A su vez, ha caido en la magia' millar de estudiantes largan las amarras que loJ retenia
anclados a lo real, en tanto que racional, y se entregan
A prop6sito de los estudiantes deseosos de ir a Flins sin sicoanalista a una vasta sesidn colectiva, continu;da
para luchàr al lado de los huelguistas, que hacfan auto- de dia y de noche, de asociaciones libres. La imaginacidn
,top .t la autopista del Oeste, Kerbouc'h se pregunta se apodera del poder en Nanterre dos meses antes de
,,"n.oleri-zados de1 final de semana»> aceptarian instalarse en la Sorbona>>.
,i io, Pero existe una diferencia fundamental entre las dos
«a bordo a esos habitantes de otro planeta»'
Llegando <<al cabo de [sus] noches>», recuerda: a situaciones, la de la contestaci6n y la de la sesi6n de
:
sicoandlisis: la regresi6n inducida por el anàlisis no debe
Reinaba una atm6sfera pesada, inquie-ta, irreal"' Hace durar después de la sesi6n, ya que sin esto tendriamos
dos semanas que Paris me parecia-extrafro' Hoy, §oy
yo qulen que luchar contra una sicosis y, desdichadamente, los
à. ii.nto exfrano en Paris. Me hago el eJecto de. regresar
estados sic6ticos, en la mayofia de los casos, entrafian
de otro mundo. Me hallo m6s all6 de mi viaje por Ia nocne'
fal vez me halle mds all6 de mis sueffos' el internamiento.
<<Hemos soffado con los ojos abiertos», exclama An-
En efecto, se trata de otro mundo, de otro planeta' dré Laude.
de demencia y de magia, también de sortilegios' Hemos El Club ]ean Moulin a los estudiantes: <<No se trata
abandonado à1 universo de lo que en sicoandlisis se de instalarse en el delirio>>: <<Los enfermos tienen a me-
denomina <<e1 proceso secundario>>, catacterizado por la nudo la impresi6n de resolver sus contradicciones en
existencia de làs categorias l6gicas y tempo-espaciales -y un estado en que todo parece posible. En el incendio
de reatdà, para òaer en otra dimensi6n: la general desaparece toda barrera, los individuos se con-
"i-pti".ipi"
a.t'piir.ipio del placer donde reina el proceso primario funden en un grupo undnime donde todo el mundo habla
iuri"t"rirudo por la esfumaci6n de los l{mites del Yo' con todo el mundo. En el universo de este discurso, las
à. tu tOgi"u, til como se comprueba en el sueflo, el deli' oposiciones se borran muy fàcilmente.»
rio, los estados toxicomaniacos.
Hemos visto que un gran nfmero de adquisiciones
unidas al ejercicio del sentido de la realidad son contem- Acabamos de hablar de «regresi6n» en una fase an-
poiar"ut a ia fase anal del desarrollo' El universo mdgico terior al estado anal fase narcisista-oral del desarro-
àe la ubarca ebria» implica precisamente una regresi6n llo. Pero esta fase se-lacaracteriza por una ausencia de
a una fase anterior al eitado anal, la fase narcisista-oral' fronteras entre el Yo y el no Yo, o si se prefiere, entre
Ériu t"g.tti6n también es la que, guardando todas las el Sujeto y el Objeto. Al <<estado>> narcisista-oral corres-
128 André StéPhane El Universo Contestatario 129
5
130 André StéPhane El Universo Conte§tatatio 13L
sufrido un sdbito (y efimero) eclipse, como afirma Mau- y guia, es realmente inmortal ya que revivird en cada
rice Clavel (62). revolucionario»; y también hay un largo ditirambo en
Este universo fusional ertuafra una ausencia de con' favor de Mao. Todo esté mezclado y revuelto (64).
flictos.
Se comprende, pues, ante todo, que la critica y la
reserva, se toleren mal. En efecto, aparte de ciertos textos Ciertamente, Raymond Aron no es de los que s6lo
de gran violencia que se han podido- leer en algunos emitieron reservas respecto a los movimientos de contes'
periBdicos, cabe recordar que 10 inusitado le falta a Sartre taci6n y, al fin y al cabo, la virulencia de los ataques
y a Raymond Aron. de que fue objeto no ha demostrado mds que una intole'
,un.ìu banal. io mismo que la dec,laraci6n del «ajuste de
Cuando Aron, envejecido, repite indefinidamente a §us cuentas» de Herszberg respecto a los que no fuesen de su
su teiis esciita antes- de la guerra de 1959, .sin opini6n.
"rtuaià"ìit
;;;;i;;t ie eicuchan puedan ejercei Ia menor critica'
Ji*"J ieal, que, iin embaigo, no est6 fundado en Pueden considerarse como ejemplos de una accidn
"i-i"aèidigna de este nombré"' Pondria las manos
u'nà-iutiaii.iu concertada los hechos que relata Epistémon, que simpa-
àn el fueso, aseÉurando que Raymond Aron no ha sido tiza con el movimiento cnntestatario, cuando evoca lo
;;nià ;ì-ritestutufiò, pò. Id que à mis ojos es indigno de
ser profesor. que ocurri6 en Nanterre antes del estallido de la crisis
de mayo:
Es preciso que, ahora que Francia entera.ha visto a De
cau-lie'àÉi"ua<j, tbs estudiantes vean desnudo a Raymond
Ài"". v no hay que devolverle su§ ropas si no acepta la Reina una atm6sfera de terror insurreccional. Los estu-
contestaci6n (65). diantes de Historia son apartados por una tdctica de atro'
pellos sin disimulo, que en los dias siguientes ser6 el atri-
buto de los C.R.S. Cuando aparece para dar su curso mi
Un tal Franco Valorba habla de «la actitud reaccio- colega Rémond, se ve obligado a retirarse. Los profesores
naria y provocadora de la burguesia que confia a las que-contemplan tales escenas son ultrajados. Los de m6s
y edad rememoran la técnica del incidente fabricado tan a
matracas- policiacas la tarea de evitar todo cambio» menudo, y utilizado en tiempos del nazismo en Alemania.
asimila a ia actitud de la burguesfa <<la ineptitud de un Otros, lo§ israelitas, cuyos padtes fueron arrestados y de'
periodista, soci6logo mediocre, Raymond Aron»' Sigue portados entre 1940 y 1943, reviven un ambiente de caza
de la estrella amarilla.
un himno religioso a la gloria de Che Guevara:
<<Ya que Ch. no era de los que mueren; ejemplo
"1 (64) De modo bastante cutioso, entte unas fotos de muchachas
(62) Hemos asistido o tenido noticias fidedignas de cienas depresio- desnudas de un reportaie relativo a una tal Itene Tsu, «fandtica de Mao»,
,r"r-1"-pZ.aia".a9.este univetso natcisista' André Iigura un artlculo sobre Hong Kong, con una conclusi6n lespecto a «la
nes m6s o menos g.ur.r, otra cara de China», donde <<debe de haber hombres que piensen en
ii;;; h;6É;"";;, à"tà à".'li dirieio un.estudiante de'la Sotbona,
àÀiJJ-i" i.E.te a su pesar por ola desapatici6n
*"?rt del paraiso»-'- el pasado y el futuro, que tengan otros obl'etivos en-la vida que el
iÌ"-". ì.i.laà Iòs àrtfc"Iòs que-Ravmond Aron public6-duran- dinèro, Ia alinentacido i el juego». Natutalmente, cabe pensar hasta
d6nde'ha influido aqu( la mano de Mao...
*'àa'irr'Xfi''à"''iiu;;;; t6t" i.i q". rèlacionà con el final de la Reaolu'
De todos modos, hay que destacar el cardcter especial de este método
iir'àhiùti,ì;; ei-.fi'Àth"bèi fibrado- de sus concomitancias pasio
'riXi""i-{rii{"iiÀa\i" jà'*,.iàr---i'i.iàtÈ'' v no hemos hallado en tales de propaganda polltica que actÉa en favor de Ia excitacidn er6tica. De ins-
piraci6ìr pavlovlana o sitoanalitica, telega todos los dem6s métodos publi
ilG ;i l, c,atta parte JJ-odio gue 1os mi§mos han suseitado entrc citarios existentes, a la categoria de nifferlas inofensivas.
guienes no los aPrueban,
132 Andé StéPhane El Universo Contestatario 155
Mds adelante se refiere a un <(maccartismo de exfio' los viejos no est6n contentos con la sociedad
ma derecha>». que-Siles preparamos, no tienen m6s que suicidarse.
Lo que nos parece mds significativo en relaci6n con
el plano que aqui nos interesa -*el de la regresidn narci-
Henry Chapier denunci6 el doble hecho terrorista de sista favorecida por la existencia del grupo-, es la into-
la existencia de un stand <<El Fatah» en la Sorbona lerancia manifestada por ejemplo con respecto a Maurice
y de la intolerancia absoluta entre los que 1o regfan. Se Duverger, cuyas simpatias por el movimiento contesta-
nos ha informado de qué forma se establecia el intercam
tario son muy vivas, pero que ha denunciado el cardcter
bio entre judios y palestinianos delante de dicho stand, ut6pico; y también con respecto a Kastler; por ejemplo,
diciéndoles los segundos a los primeros: este extracto de Acci6n, firmado por U.N.E.F.:
vosotros no es posible discutir. Siempre tenéis <<La supresi6n de los ex6menes devolveria la Univer-
-Con
taz6n-. Lo cual despierta algunos ecos entre los que sidad al capitalismo feudal.» ;Falso o verdadero?
conocimos la ocupacidn. <<Falso.>> Otra equivocacidn del profesor Kastler. El
Premio Nobel propone esta curiosa ecuacidn: sistema de
Un profesor del Liceo de Corbeil, en una tribuna libre los exdmenes o sistema del pist6n. En verdad, se con-
de Coibat, manifiesta que un profesor de Letras declar6: vierte en defensor del sistema actual de ex6menes basado
«Si continudis os van a romper la cara.>» en la selecci6n social y el aprendizaje del conformismo
Es verdad que el firmante de esta tribuna parece universitario, De este modo, en la actual coyuntura, se
felicitarse de que los <<nifios» hayan tomado por fin convierte en agente de la contraofensiva gubernamental
la palabra. y profesoral...
La carta de dimisidn de Mayoux al S.N.E.Sup. ater Touraine y Ctoziet, profesores de Nanterre, que cons-
tigua la hicida inquietud de su autor ante la violenta tantemente han activado y manifestado sus simpatias por
intolerancia de su sindicato y las estructuras que éste el movimiento contestatario de la actual juventud mun-
queria imponerle. En realidad, traduce el espanto de un dial, han sido mal mirados por los mismos a quienes
liberal ante el terror en marcha. defendian.
Cuando Gusdorf pretende emigrar; cuando Episté- Pese a la aparente tolerancia (65) de las asambleas
mon, en el prefacio de su libro, evoca esta eventualidad;
cuando algunos colegas nos confiaron un proyecto seme' (65) _ Decimos «tolerancia apqre-nte» por la siguiente raz6n: Cuando, en
jante; cuando unos analizados hacian planes en este sen- una asamblea de Ia Facuitad de Medicina (velada ionsagrada a «Sicoandiisis
y Ensefianza», p9r .ejemplo), alguien tomaba la palabra, debia declaiar
iido, todos ellos individuos ni fascistas ni muy afortuna' antes su color y decit si estaba en {avor del movimiento éontestatario. No
olmos. que_nadie declarase en contta del mismo. Al revés, frufo inaividuos
dos, ni trastornados mentalmente, hay derecho a hablar que sin rubor se declararon revolucionarios, socialistas. anarouistas. a oesar
de <<terror»>. {o a caus4) de, sus conocidas actirudes conservadoras,-del disdén'quà ha-
blan manifestado constantemente en sus telaciones cotidianas con el oi6iimo.
«iNacido del miedo?» Tal vez, pero esto significa y por su sentido de Ia jerarquia cuando ésta iba a favor suyo. A-nuesmo
que existe arflenaza. Una colega nos manifest6 que dis- entender, toda situaci6n polltica que enffafle la manifestaci6n de la con-
ducta de muchas.personas, en la que predominen la desvergiienza y el
cutiendo con un joven contestatario, éste le dijo: oportunismo, revela con ello su esencia totalitaria, y terrorista:
El Universo Contestatario 135
134 André StéPhane
Se ha acentuado la expresi6n <<palabras sin fin», y ticas que conducirdn al partido comunista a observar
también <<el marat6n de la palabra», las <<habladurias»», una tdctica <<conservadora».
la <<verborrea» <<logomaquia», por 1o que nosotros
y Ia En efecto, el dominio del verbo coincide, en gtan
nos abstendremos de dar ejemplos de este estado de cosas'
parte al menos, con los aspectos ilimitados del universo
Hemos podido vivir lo que hay de mds profunda' narcisista. La materia no obstaculiza a la palabra, la
mente regresivo y vertiginoso en el abandono incontre realidad sigue siendo maleable al nivel de lenguaje. El
lado de là palabra' Estuvimos varias veces en el Ode6n papel no es cosquilleante, decia ya Catalina de Rusia,
durante su icupacidn; si el tema que se debatia era ele- mientras que los hombres y las cosas resisten.
vado trataba del destino del munde-, lo que se C"ontrariamente a la célebre f6rmula, «tomo la pala-
-se
decla era generalmente banal. bra» y «tomo la Bastilla» no pueden compararse.
Cada 7ez que volvimos alli, tuvimos la alucinante Se ha observado constantemente que los contestata-
impresi6n de haber abandonado la sala por un instante' rios nunca han propuesto proyectos para una sociedad
ya que el ambiente era inmutable, las frases siempre las nueva. Cuando se les dice: <<Bien, de acuerdo, nuestra
mismas; pero el tiempo pasaba sin que nos apercibiése' sociedad es perversa, vosotros queréis destruirla, pero
mos de'elio, y saliamos del Ode6n con la mente revuelta acon qué la sustituiréis?», han respondido siempre:
y sin peso, como un globo hinchado que al menor soplo no somos cocineros, no tenemos ninguna
-Nosotros
receta que dar.
de aire se femonta al cielo.
«ZHablar paru quién?» <<1C6mo pasar del dicho al Esta fdrmula (o f6rmula en apariencia) parece haber
hecho?, La cuestidn, asi planteada en el vestfbulo de sido proferida por primera vez por Cohn Bendit (71) y
entrada del Ode6n, no parece haber obtenido una res- a partir de entonces ha sido repetida varias veces (con
puesta verdadera. algunas variaciones). A nuestro entender, debe su éxito
A esta incapacidad, se opone de forma radical el tftulo -parad6jico
para todo aquel que no se ha dejado arras-
de la primerà obra de Lenin: iQué hacer? y la res- trar por las protestas contestatarias y continda razonan-
puesta que ofrece (69), asi como su critica cruel de la do, reflexionando y viviendo en el mundo de la reali-
i.fraseològfa>> de los izquierdismos (70); asimismo, corno dad-, al hecho de que permite al universo narcisista
veremos, la ideologia burguesa se sitfa en el extremo unas posibilidades infinitas de eternizarse. A partir del
opuesto de este umòt pot las palabras y esta impotencia momento en que se elabora un programa, no s6lo se
a actuar. tropieza duramente con las realidades, sino que se opera
A partir de ahora ya podemos entrever las relaciones necesariamente con unas elecciones que reducen singular-
sutiles que se formar6n entre los co'
«butgueses>> y los mente los «campos de lo posible>>, segrin frase de Sartre.
munistai, independientemente de las motivaciones polf- De este modo se entronca poderosamente lo absoluto con
lo infinito del ensuefio y se ofrece a los dem6s la imagen,
(691 Sea cual sea el iuicio a fotmular sobre- esta lespuesta'.lo cierto obligatoriamente mediocre y castrada de todo proyécto
.r qià-i..tiÀànià
-rolrr.io.r.s un profundo andlisis de los problemas- v ae t1!ti11u1!1
di que se oponen totalmente al universo de ensueflo de Ios
-"-'"lioi-
contestatalios. (71) Inspirado por Marx (Los ligones del poruenh).
Èi' izquierdisno, enlermeàad inlantil del comunismo'
El Universo Contestatario 139
158 André StéPhane
son "tr"
caractèristicas reales, constituyen otros tantos
obs- El ejercicio del poder se halla suspendido y devuelto a
un <(acaso»> y a un <rmaf,ana» seguramente precisos pero
t6culos al ensuefio. aleatorios (la revoluci6n socialista arin por realizar) que
Es desde esta perspectiva que pueden comprenderse dispensa a sus titulares de administrar sus pruebas «aqul» y
que se apoyan,
ciertas tentativas artisticas contempor6neas <<ahora».
RBM HuycnB
Didlogo con lo visible
142 André StéPhane EI Universo Contestatario 143
la problemdtica edipica real' sino este modo superfluo el enfrentamiento edipico con el
exactamente, no s61o
padre, del mismo modo que cierta utilizaci6n del cono'
iulÀoàrriaades de evita;idn que estamos examinando'
cimiento hace màs fdcil el rechazo de una sabiduria ca-
oonfirmando involuntariamente nuestra hipdtesis')
pital, que a toda costa se desea mantener en las profun'
Esto favorece la constitucidn de un verdadero circulo
ya que el joven, gracias a esta satisfacci6n nar' didades oscuras del inconsciente. Este mecanismo forma
vicioso,'u"re"àntudu, parte del inconsciente de cada uno y aparece en ciertas
ti.r" 1a impresi6n de saberlo todo'
"irirtu creaciones esenciales a nuestra cultura, como el cristia'
ui À."ot de forma virtual, por una especie de «creativi-
(traducci6n de una cohenestesia real)' nismo (3).
àua
impulsa a reclamar la transformaci6n total del
"rportanea» En el Génesis, a la inversa, el mito nos presenta al
to
"rrft" que' para é1' hombre en el Paraiso, o sea en el estado de regresidn
sistema de ensefranza; en efecto, el criterio
(examen, diploma)' se sitria narcisista, en una felicidad exaltada inconsciente (estado
;;;id" el final de un ciclo regresivo, prolongaci6n de la vida narcisista prenatal). La
de una verdadera inversidn- al comienzo de
-a.rprre, reali- sexualidad y los impulsos en general parecen estar sim-
ér;;-il ;, punto de partida. Paru él,Ias cosas se
ulterior bolizados por la serpiente (el Tentador), mientras que la
,rr'a.ta" ei principio y toda la reglamentacidn y transgresidn de lo prohibido y divino (paternal) se con-
malicia'
-'- t. le
qu" quieìa imponer s61o serà abuso
funde con el conocimiento (comer el fruto de1 6rbol pro'
D" està modo, è1 lenguaje y la escritura ocupan el
hibido:conocer:relacidn sexual [en hebreo]). El co-
lugur d"l pensamiento y la creaci6n auténtica basados nocimiento se halla unido aqui al enfrentamiento edipico
erita reatiàad, en unos dominios cada vez m6s extendi- y comporta el contacto con 1o real, o sea con las dificul-
à"r, y, que el espiritu contestatario se expande' Se blande
la pistola tades de la existencia, el dolor, la necesidad de ganarse
il;ùbr_a como el joven delincuente.blande
su falo triunfante' El voca- el sustento y, ante todo, el abandono del Paraiso, es decir
;;-;;;;t y hacer "i.".de ",todas las ciencias' las palabras de la regresi6n narcisista; en una palabta, el comienzo
[;i;ri" ,Jdta el sitio del largo y penoso camino de la maduraci6n.
la
il à; gob.rrru, a las cosas, expresi6n supera a.1a
ante la ficcidn Atribuimos a la posesi6n de la palabra un papel que
,..i0" y"ia realidad objetiva retrocede
delirantè. Los que no utilizan el lenguaje <<en el viento>»
pasan por muertos o por imbéciles,- peto. siempre aboca' (1) Como dijimos, el ctistianismo reptesenta-ura tentativa del hom'
no puede hablarse de"'»"' bte ioi seguit siendo hijo (nifio=renunciaci6n aI Edipo) v conv.ertirse, no
à;; "i terror: «hoy dia obstànte, èn Dios (recupetaci6n del poderlonarcisista), -mediantg una
"iov-àiu
i"te hablarse de...' Y ya sabemos con qué (seudo) identificacidn coo el padre divino, tompiendo asl Ia relaci6n con
èt padi'e hist6tico (cuya funci6n queda anulada pot el bautismo=sggundo
rr"iiiara la dictadura de los vocablos se confunde con nacimiento), El ctistianismo, sin embatgo, no puede prescindir de una
castraci6n masoquista institucionalizada, ni de una proyecci6n permanente
la dictadura de hecho. del conflicto edìpico hist6rico desplazado sobre el divino; los judlos son
de
Acabamos de reconocer en la posesidn narcisista «deicidas», cuando en realidad fueron los ctistianos quienes entfonizaro[
Edipo' al Hiio, rLlegando al Padre al segundo lugar, 1o cual 9s un deicidio in-
la inteligencia como defensa ante el complejo de consciente, riientr^t que los judlòs han petmanecido fieles al Padte (d
una de lu, ,uron"t de una senda-epistemofilia' La
pose- iudalsmo ès Ia teligi6ì del padre). Es <<sobre nosotros y, nuesmos hiios
q.re .ae este crimen» (la aluii6o a los hijos tesulta significativa en esta
rià" a" la inteligencia sobre un cierto modo permi-te
ùoyecci6n, que es dobie, ya que la condenaci6n de los judlos se atribuye
;;ì;;t;";-"r.i.à' de1 proceso madurador, tornando de a ellos mismos).
l+6 André StéPhane El Universo Contestatatio 147
s6lo parece cumplir de modo imperfecto, y un valor que tual» (Santo Tom6s). «La fe no es contraria a la l6gica
parece estar constantemente apabullado por el mismo que sino superiob>, etcéteta, y sin embargo ha originado una
lo ha instituido. En realidad, se trata de una situaci6n inmensa literatura solamente especulativa (la escoldsti-
dialéctica que exige ser aclarada, por lo que empezare- ca) (4).
mos por separar las contradicciones que existen entre eC6mo comprender y equilibrar esta contradiccidn,
conductas diferentes que, no obstante, convergen en tor- que tendemos a admitir que es s61o aparente?
no a la posesidn de la palabra (y de la inteligencia). Ya hemos visto que se trata del temor al Edipo y de
Dichas diferencias son caractetisticas y ya hemos te' una postura de defensa por regresidn ante ese miedo. Ha-
nido ocasi6n de destacar algunas. Sabemos que el con- bitualmente, esta huida ante el Edipo oomprende varios
testatario se halla muy 6vido de conocimientos y que mecanismos de defensa o formaciones reaccionales, o am-
alatga sus seud6podos en diferentes direcciones para en- bas cosas a la vez. Puede tratarse, por ejemplo, de un
riquecer el contenido de su doctrina con todo 1o que es desplazamiento o de un sistema de proyeccidn heredita-
nuevo en ciencia, en arte, con todo 1o que <<est6 en el rio de toda la carga efectiva edipica, insertdndose en
viento>>. Pero al mismo tiempo es «el hombre de un solo un conjunto ooherente de medidas que se extiendan sobre
libro», que tanto temia Montaigne; se muestra relativa- toda la constelaci6n objetante del sujeto. Tal redistribu-
mente indiferente a todo el saber que acumula, 1o con- ci6n de energias se efechia lta vez por todas, viéndose
testa todo, y a partir de todo, puede adherirse a la vez defendida con tanta mds determinaci6n cuanto que es
a movimientos diferentes y contradictorios, sigue la moda absolutamente inconsciente. [o visible de este sistema
y los maestros del pensamiento que est6n de moda, de- es cierta postura doctrinal que es su traducci6n y que el
fendiendo una posici6n crucial con gran tigidez; da prue- sujeto defiende, naturalmente, con encarnizamiento.
bas de gran sutileza 16gica, de un gusto refinado, de una (4) En cuanto a esta abundancia literaria, se ha encontrado asimismo
con òàasi6n de <<sucesos» que de un dla a otro han dado lugar -a docenas
cultura a menudo muy extensa, de una erudicidn exqui- d" obrur, todas con el miimo contenido, o casi el mismo (la desctipci6n
sita, aunque a veces caiga reverentemente delante de al- insoirada'de los acontecimientos, colocados en la misma 6ptica, como los
É"-*g"tiot a Mateo,'Marcos, Lucas y Iuan), y teali?ando la
gunas verdaderas banalidades (Maoismo). Sabemos que el mismà puesta en marcha electiva y orientada, ,aunque de mds buena fe
"t.ibridot
oontestatario se apropia electivamente de todo lo que se que la due sin duda preside la tedaccidn de las llamada,s Santas Escrituras,
r^*i*d"'r y cotregidis varias veces. Obedeciendo a la misma conducta
hace en gupo: la colectividad, el trabajo en equipo (her- contradictoria de que hemos hablado, los estudiantes se atrojan €D masa
mandad narcisista), halldndose como impulsado por un sobre dichas publièaciones (las estadisticas de los editotes que tienen -en
iuènt" et emilazamiento dè los puntos de venta lo demuestta con elo
Ideal del Yo abstracto y lejano, en el que se reconoce, ."ància). lo Àismo que los aficionados al fÉtbol que, después de haber
un partidò, se ptecipitan a comptar el diario que relata las
a fin de cuentas, una figura paternal. "rirtid"'" del iuego, f:ata rèvivir una vez màs la misma emoci6n,- tratando
i"iid.o.i"r
A este prop6sito no podemos dejar de observar que a lor qre las éonficiiònan y venden de «buitres-- de la- revoluci6n>>. Esta
literatura contestatatia sirve para hundir a los fieles del movimiento en
mismo que el movimiento contestatario-, el cris- una reviviscencia efettiva, poi lo que el refozamiento de sus posiciones
-lo
tianismo aparece como halldndose a priori optesto al in- ,ià"ti"rs. ouede
^ite considerarsà en el sentido etimol6gico del término de la
Uiirrtirà edilicaci1tr. Se sirve a los adheddos como alimelto-espiti-
telectualismo (Bienaventurados los simples o pobres de i"at, .àti"nt", que acompafia casi a los acontecirnientos, como la liturgia
espiritu, etcétera). <<E1 ser no es un concepto sino una ari'.òòÀo^Àà i t, Miru. La decantaci6n ctltica es secr:ndatia v s-go-er{lga
i-èr".igà del fewor. Ademris, los j6venes no pueden espetar' Todo ha
plenitud interior y superior a toda adquisici6n intelec- de set «en seguidar>.
148 Andté StéPhane El Universo Contestatario 149
Sin embargo, esta construcci6n se halla a merced de En cuanto a la bdsqueda de una sintesis, como la de
la fe y la ciencia, es muy dificil. En el tiempo por
incesantes ataques por parte de una mitad del Yo del -y
sujeto, mitad también inconsciente pero con un contenido largos siglos-, ambas coinciden totalmente y afn en la
muy distinto. Por una parte, el sujeto habrd desplazado actualidad, el ejercicio y la posesi6n de la ciencia màs
cierto aspecto de su Edipo en una figura paternal divina, abstracta comprende un gran componente narcisista, que
cuando, seguro de su cultura, juzgue superada toda creen' nos acerca, en cierto sentido, al misticismo. Coguel (6)
cia religiosa. Buscando de este modo su seguridad en el precisa respecto a la teologfa juanista:
<<La nocidn de conocimiento no tiene un cardcter pu'
universo de la fe y el milagro, experimentard cierto ma-
lestar en este mundo que no es ya el suyo. Tratar6, pues, ra ni siquiera principalmente intelectual, siendo el equi-
de rcalizar 1o imposible, o sea conciliar dos posiciones valente del de la comuni6n.>>
<<No me buscarias de no haberme ya hallado», y el
contrarias, tentativa que plantea varios problemas de los
que trataremos m6s adelante. En realidad, a pesar de artista, como el mfstico, estd bien seguro $e sus tema§.
Cierta tradici6n cristiana que 1o acostumbra a vivir en Picasso le dijo a Braque:
la contradicci6n (de nuevo el dogma y la realidad), su -Yo
no busco, encuentro.
tentativa no puede dar buen resultado a menos que no Aunque, como es fdcil de ver, se trata de Picasso,
realice una verdadera escisi6n de su Yo y que en lugar que también dijo:
de una sintesis imposible no acentÉe mds la separaci6n es excelente, pero es preciso reflexionar.
-Pensar
entre su Yo que ciee y su Yo que niega. La duplicidad Con esto hacia alusidn a una funcidn mental superior,
de su conducia interna sobrevive al conflicto y, por el cuyo fin es controlar la actividad del pensamiento que se
contrario, las partes en conflicto empiezan a vivir a ejerce espontàneamente, sin referencia alguna a la reali'
partir de este instante completamente independientes en' dad. En efecto, el narcisista tiene tendencia a hundirse
tre si. Esto ocasiona al Yo global cierto alivio y asegura en su actividad mental como en un juego intelectual, y
a cada una de sus partes la libertad de empujar su posi' si utiliza su inteligencia no es para controlar o verificar
ci6n lo mds lejos posible, cuando la particidn del Yo sus propias posiciones defensivas (complexuales)
-lo sino,
que
ha puesto radicalmente fin a toda disensidn en su seno' podria poner en peligro todo el sistema edificado-,
Però esto también abre el camino a la regresi6n y a §us al contrario, para consolidarlas llenando, de cierto modo
consecuencias, o sea al fanatismo y al maniqueismo, ya mediante su producci6n intelectual, el vacio que separa
que una vez establecida la separaci6n habrd que mante' su fe de la realidad. Y aqui interviene el mecanismo del
rierla, lo cual se obtiene por una fuga al frente. La doc- que nos hemos ocupado anteriormente, o sea la posesi6n
trina se defiende con violencia, no porque sea criticable, de la motricidad verbal y oonceptual, a tftulo de com-
sino a causa de su debilidad y fragilidad: credo quia pensaci6n narcisista de la evitaci6n del Edipo.
absurdum (5), Lo que importa de todas esas conductas (nos referi-
mos a los contestatarios y otros misticos) es, ante todo,
(5) Al oarecet. esta frase' tal como es, nunca fue ptonunciada, pero
.or..'rio.rdà i É.ho sicol6gico real, y para nosottos s6lo cuenta esta 6\ El mcimiento ilel uistianitmo (Payot ed.).
realidad. "n
150 André Stéphane El Universo Contestatatio 151
la postura afectiva inconsciente bien establecida, a la hijo, de la proyeccidn masoquista sobre |esÉs por una
que no hay que tocar (sabemos que todos los totalitarios pu*t", y sddica sobre el iudio, por otra), y, en realidad,
se hallan en favor de la libertad de discusi6n pero dnica- àsta cònstruccidn es inconsciente. En cambio, todo el
mente en 1o que respecta a los detalles, ya que los dogmas contenido de los Evangelios (el texto) sdlo sirve para
fundamentales son intocables, y esta misma postura se recubrir este fondo complexual, para protegerlo, para ha-
halla entre los contestatarios mediante el sistema de pre' cerlo aceptar y colocarlo en el sitio del conflicto edipico
misas: se aseguran de 1o esencial y se discute 1o demàs). que, a peìar de toda la construcci6n de sus defensas, no
Mas lo que vemos crecer y expansionarse ante nosotros est6 resuelto, halldndose ete(namente presente y amena
es justamente este resto, es decir, el relleno del vacio zador poética o literaria-, es decir, la palabra
existente entre el dogmatismo y la ciencia o la l6gica, me' -obra
o el Verbo. Cada uno admite labelleza (en el sentido mo'
diante una producci6n intelectual. Ésta se impone a no- ral o estético) de esta obra, la seduccidn de Ia predica-
sotros, ya que unavez enunciado el dogma queda al abri- ci6n de |esris, la poesia de sus paràbolas, su lirismo arro'
go de toda modificàci6n, sin que la actividad intelectual llador, la grandeza trdgica de la reconsffucci6n dramdtica'
narcisista sirva mds que para sostenerlo. La escold.stica de Es sabido que la literatura rabfnica contiene muchas sen-
la Edad Media estuvo directamente unida al dogma, de- tencias, preceptos morales que |esris adopt6, mas pot
fendiendo abiertamente una al otro. Hoy dia, el dogma haberlas lormulado de otra forma, sus palabras, gracias
expresado se halla bastante alejado del mecanismo com- a su calidad poética, se han impuesto con enorme fuetza,
plexual que 1o condiciona, y la escolàstica se llama de en tanto que lu literatura rabinica s61o es conocida por
otra forma, ya que, como hemos destacado antes, todas una minoria ferviente. Se trata, por tanto, de una obra
las disciplinas que lleven la etiqueta del <<modernismo>> poética que permite el mantenimiento de cierto equilibrio
pueden utilizarse a este efecto. La postura de los clérigos iomplexual, relativo también y en el que el efecto catàr-
también es la misma en la actualidad, ya que la ambiva- tico desempefla un papel preponderante. Pero el clistia-
lencia de los exégetas es eterna. Sin embargo, son al mis- no, y sobrà todo el cristiano esclarecido, sabe perfecta-
mo tiempo los ardientes defensores de su fe a través de *.ni. qué ha de pensar respecto al papel real de todo
la escol6stica que utilizan con pasi6n y precisi6n. Pero este ,,coirtenido», y existe muy poca gente que oomprenda
en este entusiasmo aparente hay un aspecto ficticio que que alguien pueda regalar de verdad su trinica a aquel
se transparenta de yez en cuando. Esto es lo que explica que le ha robado el manto; normalmente, la gente con-
la sribita y total caida de ciertas tensiones y la descon- sidera esto auténtica literatura, debiendo entenderlo como
lianza de la clase obrera respecto a las doctrinas con- una simple metilloru (y no como Palabra del Evangelio)'
testatarias. Para terminar con estas reflexiones, relataremos nues-
Al hablar del cristianisrno ya hemos subrayado cierta tra experiencia respecto a un grupo profesional, del que
contradicci6n entre el Verbo y su observancia. En reali- una Àayoria particip6 activamente en un movimiento
dad, lo que gobierna la religi6n es la constelacidn com- contestatario.
plexual que organiza (remitimos al lector a lo dicho so- Para no asustar a nadie, diremos que §e trata de los
bre un ideal divino, del lugar del padre ocupado por el faroleros, corporacidn digna de respeto
pero que tiene la
152 André Stéphane El Universo Contestatario 153
ventaja de no existir. Bien, este grupo desarrollaba una lejana a su objeto original, en el lugar de una relaci6n
doctrina extremadamente sabia y sutil, desde hacfa mu- edipica con el mismo objeto.
chos afios, paralelamente con la técnica de encender Asi es c6mo la escoldstica moderna se impone me-
faroles, doctrina de la que se hablaba muy bien puesto diante una ciencia aut6noma, y c6mo en lugar de unirse
que era oscura y nadie se atrevfa a proclamar que en a la integraci6n de su complejo edipico, el adepto de esta
la misma no existia nada interesante. Al parecer, esta disciplina 1o disimula bajo una tapadera de <<creaciones>>
doctrina, segrin los que la entendieron, se hermanaba poéticas.
con el movimiento contestatario y se imponia absoluta. A nuestro entender, es también a partir de esta re'
mente, no s61o en cuanto a la comprensi6n del alumbrado pugnancia a abandonar el universo narcisista y sus sorti'
de los faroles, sino a la de otras ciencias <<de moda». legios que pueden explicarse otros rasgos de la revuelta
Cuando de vez en cuando veiamos encenderse un farol, estudiantil en el mundo entero, como:
nos sentiamos muy interesados por esos importantes des-
cubrimientos cientificos, por lo que le preguntamos a uno la contestaci6n de toda jerarqufa;
de los jefes de fila de ese movimiento, que nos iluminase la ausencia de la torna de conciencia del cari{cter con'
nuestra linterna (frase muy a propdsito) ya que los nue. tradictorio de las demandas;
vos descubrimientos y las nuevas teorias no han dejado, la negaci6n y rcchazo de las reformas;
sin duda, de modificar completamente el oficio que ejer- la ausencia de identificaci6n con <<los dem6s»;
cemos con toda modestia pero con devoci6n. Mas, tras
la imposibilidad de analizar correctamente la situa-
ci6n y, en particular, de determinar si se trataba o no de
haber presentado asf nuestra demanda, cu6l no serfa
nuestra extafieza (y a decir verdad nuestra decepci6n) una situacidn revolucionaria.
cuan'do oimos unas palabras en respuesta, que demostra-
ban que su extrafleza no era menor que la nuestra:
nosotros encendemos los faroles exactamente
igual-Yaya,
que antes, corno todo el mundo, y esto no tiene
nada que ver con las teorias, absolutamente nada.
Por tanto, es posible revolucionar la ciencia sin que
esto ejerza la menor influencia sobre el objeto de esta
ciencia; es posible desarrollar un conjunto de conceptos
inteligentes y espirituales, presentado de forma poética,
hermética y seductora a la vez. Es posible proseguir un
juego intelectual que acabe por constituir un sistema en
si, peto s6lo en si, para acabar extrayendo de ello unas
satisfacciones narcisistas y para colocar ese sistema narci-
sista autdnomo, que utiliza como coartada una referencia
El Universo Contestatatio 155
se halla ausente por completo del universo narcisista en pie el capitalismo internacional. De este modo, hemos
del principio del placer. En este universo reina la ley del partido para una larga espera», Epistémon), aunque tome
todo o la nada, de lo absoluto. Epistémon proporciona como pretexto la imposibilidad de discutir con el poder
también una descripci6n de este fendmeno: burgués, o si demuestra màs cfnicamente, o mds ingenua-
mente, una voluntad de agitacidn permanente («No de-
A los otros estudiantes (3), y entiendo por éstos a los que bemos presentar el proyecto de reforma ya que si lo
se han sentido profundamente-afectados por los sucesos de aceptan no lo podremos contestar, mientras que si el
mayo en Paris (tg6S), poco les importa que haya cambiado gobierno formula uno, podremos continuar contestando»)
*algo». Su espera est6 situada en otra dimensi6n distinta a
la èsfera de 1ò razonable; es una esperanza absoluta, es la (tema sostenido por uno de los jefes del comité de huelga
esperanza de que todo cambie. en la Facultad de Ciencias de Paris), aunque, por parte
de algunos, forme parte de una tdctica bien estudiada,
Hay que comprender que s6lo el <<universo anal» de no @rresponde a la necesidad de conservar la postura
la realidad admite las modificaciones, las transformacio- inconsciente que hemos definido. 56lo este factor explica
nes, las disposiciones. Este universo es el rinico capaz de que el rcchazo de la reforma pueda constituir la divisa
medir los hoyos a llenar, de utilizar los materiales existen' de una masa de estudiantes que, una semana antes de
tes para una refundici6n, una reparaci6n, un nuevo enye' tales acontecimientos, no se hallaban enredados en politi
sado, una reforma. Él s61o confiere los ritiles necesarios ca. Es también en razdn de esta ley del <<todo o nada»,
para esas operaciones, inscribiéndose en el tiempo, en que durante los sucesos de Paris no se evoc6 la experien-
el porvenir, con lo cual permite al sujeto una elaboraci6n cia sueca, que sepamos al menos. Una sola vez alguien se
paciente y progresiva. La dimensi6n narcisista es, por el refiri6 a la misma delante de nosotros; era un profesor
contrario, la del <<ser>> y desconoce, por consiguiente, al de Filosofia que se hallaba eminentemente confundido
universo del proceso. entre <<régimen» y «gobiernor» socialista. El socialismo a
<<Reforma mi culo»», segfn Queneau (Sala C 20 de estilo sueco no tiene nada exultante porque no necesita
Nantene. <<destruir lo existente», trat6ndose de instituciones y medi-
«1936 tiltima capa de pintura» (Condorcet).
das razonables que aseguran el bienestar real de todos
He aqui lo que completa las interpretaciones que he' cerca de la magia de lo inefable. Es «el paraiso sin sal»,
mos intentado dar sobre el cafitcter destructor de los segrin expresi6n de Revel en L'Express.
movimientos contestatarios en general. No se trata, en La idea segrin la cual la revoluci6n es un bien en si,
efecto, de repintar sino de <<destruir>». Asi, el rcchazo y hasta el bien supremo, conduce a la separaci6n total
de la reforma («He oido varias veces a los jefes estudian- de los contestatarios intelectuales de toda la corriente tra-
tiles mds radicales afirmar que ningrin funcionamiento dicional de la izquierda humanista, ya caduca y ridfcula.
renovado de la Universidad podrfa considerarse seria- Hemos podido comprobar que durante los movimientos
mente mientras subsistiesen no s61o el régimen gaullista, contestatarios no es posible que alguien confiese ser «li-
no s61o la sociedad capitalista, sino mientras siguiera beral dem6crata>> sin que excite las iras del interlocutor
que asimila al tal con los fascistas, bien con ironia, bien
(l) Que opone a los estudiantes tazonables.
158 André StéPhane El Universo Contestatario 159
por à"tg*lia, a adultos) que se precipitan con la eabeza En el mes de setiembre, un periodista de izquierdas,
'gà"rm rr-"".i" ian .,loca uv"ntu.u", sin evaluar sus posibi- muy inteligente, acogi6 como un verdadero descubrimien-
l-idud.r, su coste y sus consecuencias' A rurz de los suce-
to nuestra hip6tesis respecto a la subida al poder de los
comunistas en caso de que Ia revoluci6n hubiese triunfa-
ror a.'mayo de 1968 en Paris, hemos visto c6mo los
<(revolucionatios>> se preguntaban por qué el Partido
Co do, o sea que no hubiera fracasado por un putsch militar.
munista no les habia ieguido, sin poder formular ninguna Cuando en el mes de mayo tuvimos ocasi6n de decir-
160 André Stéphane El Universo Contestatario 161
les a unos contestatarios (adultos) que habfan recibldo calidad de analistas, tenemos la c.ostumbre de observar
una formacidn polftica de las mds serias, que si eI Partido y analizar el eco que producen en nosotros las palabras
Comunista no seguia al movimiento era porque la coexis- de nuestros pacientes. Es lo que denominamos «el ane-
tencia pacffica implica que los comunistas no tomen el lisis de la contratransferencia>>. A menudo, nos da indicios
poder en Europa occidental, nuestra hip6tesis fue acogida preciosos sobre el sentido inconsciente de estas palabras.
como una sdbita iluminaci6n, viéndonos asaltados rdpida- En los meses de mayo y junio, creimos que era preferible
mente por esta pregunta ingenua: no referirnos al ensueflo de algunos <<revolucionarios»,
;por qué no lo declaran? Ademds... s61o tie- lo mismo que a veces es peligroso despertar a los so-
nen-Pero
que hacer caso omiso de la coexistencia pacifica. n6mbulos.
si esto desencadenase una guerra? la fiietza del deseo parccia suficiente para des-
Como
-iY revoluci6n es una apuesta (4). truir los la imaginaci6n sdlo tenfa como fun-
obstdculos,
-La
Asimismo, s6lo muy lentamente se empez6 a abordar ci6n ocupar todo el campo siquico, ejerciendo una espe-
en Francia el problema del Ejército y la Policia. A los cie de cumplimiento alucinador del deseo, perdiendo su
que se referian a octubre de l9l7 les hicimos obser- capacidad de aferrarse a lo real anticipdndose el suceso
var que precisamente se trataba de 1917. Entonces, se nos e identificdndose con el adversario o el aliado eventuales
contestaba que la huelga general era un arma tan poderosa para combatirlos o convencerlos mejor. Asi, los estudian-
como el Ejército. Si insistiamos, recordando que la huelga tes, impulsados por la necesidad de sentirse victimas de
general, bello mito soreliano, no habia sido posible con un complot terrible sobre la que insistiremos
la ocupaci6n alemana y que ante los tanques los grupos -necesidad
mds adelante-, persuadidos de vivir en un régimen fss-
se dispersaban, nuestros interlocutores se apresuraban a cista (le dijimos a un estudiante durante una manifesta-
cambiar de tema. Por lo demds, y de modo significativo, ci6n que corrfamos el peligro de desembocar en el fas-
el di6logo s6lo fue posible a pafik de julio. Hasta en- cismo, y nos contest6: lHace ya mucho tiempo que esta-
tonces, el universo del ensuefio y el universo de la reali- mos en él!), tras haber gritado 1G.R.S.! 1S.S.!, se pe-
dad corrfan paralelos sin encontrarse jam6s, separados por garon carteles de Hitler bajo la imagen de De Gaulle, con
una barrera invisible pero infranqueable (5). En nuestra la cruz de Lorena gamada, y las antenas de televisi6n con
la forma del simbolo de Ia resistencia.
(4) Dicho sea de paso, un envite sobre la grrerta at6mica. Resulta Pues bien, sea cual sea la opini6n que merezca la po
evidente que la revoluci6n puede ser una apuesta cuando un pueblo estd
desesperado; Budapest fue un envite. Hoy dia, nada iusiifica en los palses litica de un fefe de Estado, esta asimilaci6n es profunda-
occidentales semejante riesgo, salvo los conflictos internos de los intelec-
tuales; los obreros, por su parte, no parecen decididos a cotretlo.
(5) Nota de octubre de 1968: «Cohn Bendit esoibid en El izquier- puesto que dpor qué el empresariado, los reaccionarios, aunque vencidos
dismo, remedio a la enlermedad senil del comanismo, libto que, dicho sea electoralmente, no habdan de servirse del Eiército para defender sus
de paso, no siempte contiene un programa para una eventual toma de privilegios?»
poder, ni proyectos para ura sociedad posrevolucionaria (aparte del consejo Es de admirar Ia facilidad con que Cohn Bendit enviarla a obrems
de arroiat tomates contra la pantalla cuando aparezcan anuncios publici- y estudiantes conta el Ejército para una revoluci6n sin programa, en pafses
tarios): donde nadie se muere de hambre, en lugat de considerar coloiamos
<<De todos modos, tenunciat a uD proceso revolucionado so pletexto -nosy la Policla
en su punto de vista- las condiciones en las que el Ejército
de que existe un Eiército y una Policla, es renunciar a toda transformaci6n serlan susceptibles de unirse a los revolucionarios, lo cual es el Énico
radical de Ia sociedad, tanto por Ia vfa legal como por la patlamentaria, problema verdadetamente interesante.
6
t62 André Stéphane El Universo Contestatario 163
mente extrafia para quien recuerda que dibujar furtiva- Uno de nosotros, que asistia a la terrible pelicula de
mente una cruz de Lorena en las paredes de Paris en los Alain Resnais y ]ean Cayrol, La noche y la bruma, oy6
afios 40, podia valerle al culpable, en caso de ser sorpren- c6mo un especiador, visiblemente agitado murmuraba
dido, Ia deportaci6n o la muerte. La asimilacidn de Hit- cuando en el film se ve{a a los tractores precipitdndose
ler con De Gaulle, que fue el simbolo francés de la lucha contra los osarios:
contra Hitler, implica tal deformaci6n de la realidad, tal podredumbre!
desconocimiento de la esencia del nazismo, que parece un -iQue
La acci6n del alemàn y las palabras del espectador
razonamiento paranoico. ilustran el mecanismo anteriormente descrito.
No obstante, el inconsciente de quienes han visto este Asimismo, la pancarta <<No a la dictadura gaùllista»
cartel, aun sin estar versados en sicopatologia, se sien- que onde6 durante mds de un mes en la calle Saint Gui
te emocionado y hasta asustado, segrin hemos podido llaume de Paris, significaba una completa ignorancia de
comprobar. Todo ocurre, en efecto, como si en un plano lo que es una verdadera dictadura. Es evidente para todo
dado el espectador interpretara el cartel dei modo si- aquel que recuerde la ocupaci6n alemana (hemos vivido
guiente: también en un pais del Este), que en una dictadura nadie
«Si se hallan obligados a proyectar a Hitler sobre habrfa podido redactar esta frase y arin menos colgarla
alguien que no se le asemeja en absoluto, es porque Hit- en plena calle (una colega que acababa de llegar de un
ler forma cierta parte de ellos mismos y no saben c6mo pafs verdaderamente dictatorial y a la que preguntamos
librarse de dicha parte». qué opinaba de este suceso, respondid: <<1Es magnffico!
Esta forma de amalgamar a los contrarios (Hitler Esto sdlo puede ocurrir en una democracia») (6).
y De Gaulle, Grappin, antiguo deportado y hombre de Ya hemos mencionado en el mismo orden de ideas
izquierdas, con los nazis, a los israelitas con las hordas lo que narra Epistémon:
fascistas), deriva del mecanismo inconsciente siguiente:
Para el que se siente culpable de sus impulsos sàdi- A los hombres de mi generaci6n, los estudiantes les pa-
recen injustos cuando comparan los C.R.S. a los S.S. (a
co-anales asimilados al hitlerismo (Hitler in uns, tit:ulo los que no han conocido) y el movimiento estudiantil, que
de un libro alemdn de posguerra) la existencia de su con- siempre fue pdblico, a la Resistencia que era clandestina. Una
noche yo circulaba iunto a la Sorbona circundada por cor-
trario (en este caso concreto De Gaulle) y sobre todo, de dones de policia, y unos jdvenes me interpelaron: «Usted
su victima (el judio, el deportado) se vive como una acu- conoci6 la ocupaci6n. lSe parecia a esto?».
saci6n; de ahi las respuestas: «Hitler no soy yo, sino
tÉ», y cuando la vfctima se confunde con el verdugo, la Los contestatarios tenian, pu€s, cierta dificultad en
tesis con la antftesis, la culpabilidad desaparece. Un pri- identificarse con aquellos que su propaganda deseaba
sionero de un campo alemàn en 1914 relata que el ham- destruir, pareciendo ignorar el efecto que puede produ-
bre que atenazaba a los presos rusos del campo empui6 cir a la larga el desorden en las calles y el espectdculo
a uno a recoger una cabeza de pescado caida de un cubo
de basura. Un guardi6n alemr{n se indign6, exclamando: (6) Esto rrc implica que el égimen polltico de Fralcia se halle al
abrigo de toda crftica. Deseamos simplemente destacar la falta de sentido
<(iNo eres un hgmbrg!», y lo atraveg6 con su bayoneta, comÉn de la relatividad y la medida de los «revolucionarios».
164 A.ndré Stéphane
"u-
172 André StéPhane El Universo Contestatario 173
favorables a una autogesti6n, pero esto es difi' *iQué tal va todo? un estudiante.
cil,-§omos
y habria que cambiar los talleres. La cuesti6n es pre- -pregunta
matura. -Normal.
hay problemas personales?
Los estudiantes insistian en penetrar en la f6brica. -aNo
necesita una ocupaòidn masiva que impida que la -Ninguno.la alimentaci6n?
-Se nos desaloje.
-Policia
-
-4Buena resistir al menos seis meses.
se efectdà con tanta facilidad la ocupaci6n de una -Podemos
hacen vuestros camaradas en este momento?
-No Existen unos imperativos prdcticos de seguridad'
fàbrica. -iQué a la belote (juego de cartas).
toda ingerencia exterior... -)uegan
discutis de politica?
-Rechazamos -eNo aqui no se hace politica.
-No,
Y Io mismo en Renault: podriais ser Étiles en lugar de jugar a la belote,
-eNo
a bolos o al bridge (sic)? una joven estudiante.
demasiado fuertes para asegurar el éxito de nues- tenemos costumbre-pregrnta
de trabajar de balde, seflorita.
tras-Son
reivindicaciones'
-No
que hay diferencias fundamentales entre estu-
-aCreéis
diantes y obreros?
Explicar esta actitud de los obreros por el semifre' vosotros hay muchos «hijos de papà».
nado de la C.G.T. nos parece insufìciente. Se halla uni- -Entreyo soy un hijo de papà un estudiante-,
da, a nuestro entender, y en la mayoria de casos, a una y lo-Si, -grita
proclamo; la mayoria de nosotros somos hijos de buer-
gueses, pero no queremos vivir como nuestros padres.
cuesti6n de estructura. Se comprende le decepci6n de los est6n vuestros padres ahora?
estudiantes que, en lugar del santo mdrtir que creian ha- -Z,D6nde
el campo.
-En mi me gustaria tener algo m6s de dinero para mar-
l1ar, se vieron ante un hombre razonable, con sus virtu- -A al campo,
charme
des y sus defectos, sus reivindicaciones y sus concre- *exclama un estudiante, humillado.
ciones.
-iOh, calla, calla!
En la Sorbona asistimos a un di6logo entre un obre' somos hijos de burgueses el «hijo de
-Si, pero
pap6»-, queremos que el poder-continria
lo ejerzat los trabaja-
ro y los estudiantes. El primero decia: dores. Ésta es nuestra finalidad y no un diez por ciento de
aumerÌto.
me gusta la idea de una revoluci6n, pero ic6mo aumento ya es bastante para nosotros.
-Sl, èQué queréis hacer vosotros ahora? Sois como Ani' -Un entienden absolutamente nada una
se hace? -No
voz... -murrnura
bal en Càpua (3). Vosotros descansdis sobre vuestros laure-
les. Habl6is y hab16is... Pero yo tengo unas responsabili (Jean Claude Kerbouc'h, El peatén de maya)
dades, 1o mismo que mis camaradas. Est6 muy bien luchar,
pero sabiendo ad6nde vamos.
El mismo autor narra esta escena desarrollada en la
Pero esta decepci6n ha de aumentar adn. Sorbona:
Tenemos a un inmenso grupo de estudiantes a la
puerta de los talleres Citroèn, la tarde de aquel s6bado Un obrero reclama «el derecho al trabajo»; afirma que
el voto en las f6bricas ha de ser secreto. Y le contestan
soleado, con una bandera roja al aire. que «nuestra sociedad alienada» impide que exista una ver-
dadera democracia en la empresa.
el obrero dirigiéndose al director
(3) Este obtero parece no ser analfabeto.
-i«Presidente»!
de la sesi6n. -grita
174 André StéPhane El Universo Contestatario t75
la cual la Sociedad de Consumo engendra unas necesida- seducciones falaces, de espejuelos alucinadores, y que tie-
des que ella se apresura a satisfacer, enriqueciéndose a ne por objeto «vaciar» a los hombres de su fuerza vital,
expensas de sus engafios, que ceba con el fnico fin de abandonarlos después de haberlos destruido, se asemeja
reducirlos al silencio, ya que si la sociedad no estuviese a un delirio de posesi6n. En el mismo se entrevén unos
dotada de tan gran maquiavelismo, si, simplemente, la fantasmas paranoicos caracteristicos (la trampa, la pene-
pobreza se viese superada por la felicidad de los mds, si traci6n seguida de la desventraci6n, etcétera...).
los obreros tuviesen profunda precisi6n de satisfacer Semejante visidn de las cosas pretende constituir la
ciertas necesidades innatas que hallan su expresi6n en la denuncia de una nueva forma de alimentaci6n en la que
posesi6n y el disfrute de cierto ntirnero de aparatos, si no la sociedad capitalista de consumo encerrarfa a los hom-
fuese posible crear nuevas necesidades sino s6lo desper- bres y al prolJtario en particular, al que de este modo se
tarlas, si, por el contrario, fuese la existencia de las ne- conseguiria neutralizar.
cesidades lo que determinase o favoreciese el descubri- cNo seria ritil denunciar la alienacidn en la que el
miento de los objetos adecuados para satisfacerlas, si la intelectual mantiene al proletario, convirtiéndolo en la
coincidencia entre las necesidades individuales de los con- pieza de resistencia del tablero de sus conflictos?
sumidores y las exigencias de la producci6n fuese una
coincidencia f.eliz, apta para favorecer a la mayoria de
intereses, tanto los de los empresarios como los de los
consumidores, si .<el amor, los camaradas, el trabajo>r,
constituyen verdaderamente lo esencial de la vida, los
intelectuales no tendrian ninguna redenci6n posible. Na-
die los podria, en tal caso, librar de sus pecados, lavar
al mundo de su suciedad (6).
Por suerte, lleg6 Marcuse y todo qued6 claro: el pro-
letario se halla simplemente posefdo por la burguesia co-
mo ]esris estuvo a punto de ser posefdo por el Diablo.
Éste no le asocia a su bienestar rnds que para reducirlo
mejor a la impotencia y alimentarse con su carne inocente.
Asi, el proletario se halla reintegrado a su papel de
victima. Esta descripci6n de una vasta conjura, de un
gigantesco engaflo efectuado con ayuda de toda clase de
*-.1r,,-
180 André Stéphane El Universo Contestatario 181
de su Yo que no estd asimilada, fundida en su Yo global. yecciones siempre son exactas a cierto nivel. Todo el
El hijo de burgués que se autodenomina y vive como tal, mundo, comprendidos los judios, tiene impulsos sàdico-
tiende a operar una abstraccidn permanente de una parte anales. El perseguidor que denuncia esos impulsos en el
de su ser. ser al que acusa de ser egoista, traidor, de amar el dinero,
Cuando se declara hijo de burgués, ya se ha efectuado de explotar a los demds, de ser lascivo, etcétera, siempre
el rompimiento con esta fracci6n de si mismo que designa exagera, como el que da esas interpretaciones llamadas
con el nombre de clase burguesa. <<salvajes». Ya es sabido que hacer un anrilisis salvaje no
Gilbert Ganne dice que <<no hay como el hijo de es s61o dar interpretaciones fuera de la situaci6n ar,alilica,
burgués para escupir al burgués». Inicia su libro afirman- sino también saltar por encima de las mriltiples reglamen-
do que «hablar hoy contra los burgueses es emprcsa te- taciones efectuadas por el Yo frente a los impulsos del
mible porque nadie sabe en realidad qué es la burguesfa Ello; es no conocer las vicisitudes de los impulsos en
o lo que no quiere ser (1). Mds adelante observa que: beneficio de su brutal puesta al dia. Y este andlisis sal-
<<en lugar de dejarnos la resplandeciente imagen de sus vaje y continuo al que el judio (o el 6rabe o el negro) se
virtudes, la burguesia nos ha legado (...) el recuerdo de ve sometido por su perseguidor, se vive obligatoriamente
unas maldades tan excesi'vas que sus hiios actuales no como un acoso insoportable, poniéndole delante de una
quieren, en su rfiayorta, portenecer a ella, como si se ffa' imagen de si mismo que tiene derecho, como cualquiera,
tase de una mdcula>> (2). de ignorar y que en realidad no corresponde mds que a un
Tal como declara Brice Parrain en El hilo en la a,guia: aspecto parcial de su personalidad.
En resumen, las acusaciones de que es objeto le roban
Hemos querido dejar de ser burgueses (3), pero no §omos al judio, hasta cierto punto, el derecho de tener un in-
mds que antiguos burgueses que no quieren serlo y no saben consciente, el derecho al rcchazo. Como la reacci6n m6s
qué otra cosa ser.
primitiva es la fuga, algunos judios no tienen otro recurso
que negar su judafsmo, negaci6n que, segdn hemos podido
Nosotros, en cambio, si sabemos 1o que son: ur?os
comprobar en algunos, particularmente en pacientes sico-
burgueses avergonzados (4). Y todo esto despierta en
analiticos, no est6 s6lo destinada a los demds sino a ellos
nosotros un eco. àQuién desea ocultar su pertenencia a
mismos.
la comunidad de la que forma pafie? iQuién no quiere
Asi, en el momento de la guerra de Israel hemos podi-
ser miembro de ella? La categoria especial de las victimas
de las persecuciones raciales que reaccionan a éstas ne-
do analizar en algunos judios la f.alta de interés total que
gdndose a ser de esta categorfa: los judios avergonzados.
mostraban por lo que ocurria en |erusalén.
<<Yo nada tengo que ver con esto>>, 10 cual significaba
Y los judios avergonzados (5) son los que no aceptan
de que son objeto. En realidad, estas pro- realmente: «Niego al judio que hay en mf, o sea todos
la proyecci6n
mis impulsos repugnantes, atribuidos a los semitas, de los
(1, 2, ),4) Subrayados nuesuos.
que soy portador».
i5i i',lo'lo'confundimos evidentemente con el judfo que dutante la Reconocer ser judio siéndolo, o 6rabe un musulmàn,
*uprèi6n alemana, ante la amenaza de Ia muerte que pesaba sobre é1, significa atreverse a reconocerse portador de esta parte
tmt6 de mltar su identidad.
iiÈùar.'
182 André §téphane El Universo Contestatario 185
La Revolucidn acabd en la opresi6n del pueblo por la Brasillach, que presenta el fascismo como un <<mal del
burguesia.
siglo», en Nuestra anteguerra, escribe:
Siguen el <<martirologio de los obreros>> y un largo
estudio sobre el socialismo con el que Drumont se halla Detr6s de Le Corbussier se perfilaba el sefior Lévitan
a menudo totalmente de acuerdo. Los monopolios son, v sus muebles garantizados parà largo tiempo. Un joverr
Éantante de voz-mgliflua (Tini Rossi) obtenia-el mayorde
en particular, objeto de sus invectivas. ZNo son obra de ioi èiito.; era un'joven corso que conquistaba todos los
losludfos? Y si el burgués explota al pueblo, a su vez femeninoi y de quien- la Radio consumia cien
"o.aroo.t'
canciones al dfa.
es uàespojado)) por el judio. Ésta es la esencia misma del
burgués, como si el <<aburguesamiento» fuese una esen- También se ve criticada la prensa sensacionalista:
cia que coincidiera con el mal absoluto.
É1 ufascisrno francésr>, cuyo antisemitismo se inscribe Toda la Francia, el mundo entero se apasiona porque el
rev de Inelaterra abandond su trono por una hermosa ame-
en la misma linea que el de Drurnont, también presenta iiéana, la-serorita Simpson; y este téma s9,discutia en los
una negativa similai del mundo moderno y de la sociedad pJ.iOalcot de la tarde còn uta abominable falta de dignidad'
industrial, y asimismo hallamos numero§as analogias entre
los temas presentados en las contestaciones pof los estu- Brasillach cuenta qrc le suis partout contenia unas
diantes dei mundo entero y los escritos de extrema dere- p6ginas que parodiab an a Paris'Soir, denominadas Paris-
chp publicados antes de la guerra de 1939 (9)' Esta se' Sucre (Paris Azicar),
mejanza no se le escapa a un especialista de la cuesti6n,
Maurice Bardèche («La Comedia de la Revoluci6n», De- con retratos del asesino en su cuna, revelaciones del viaje
àè-bÀaÀt..tuin a Munich por amor hacia una vendedora,de
lensa de Occidente, junio 1968): nòveh histdrica-al estilo de Paul Reboux sobre
imo.és de San Luis y la Bella Fatrna (recordemos que
"à.ànuut.
ios
Entre los carteles que cubren los muros de la Sorbona' .n À"vo a" 1968 se vendi6 en Paris Le Pavé, alp{9e6n-de
hay algunos que nos girstaria firmar' Entr-e las. instrucciones sobre los amores de.Cohn Bendit.y-Michèle Mor'
àààui-ioilòt'éstudianies hav algunas que hubiéramos podido "itòAo
;à;a;i. vòlvi*ot a Paris, y hallamos la ciudad de aquella
gritar con ellos. friimà épo.u, sus diarios,'sus placeres, su agitaci6n burgue-sa
v banal. El Éstado habia imaginado crear una Loteria Na-
En efecto eno se parece la Francia de Tino Rossi, del Éiorot" i"ntu.ada por los moralistas pero que excitaba mucho
<<Pernod para Arturo» y del P.M.U., tan execrada por lo9 àip"ÉUtò francés; a partir de 1954, los peri6dicos publica-
jdvenes fàscistas, como una gota de ryy? a otra a la del
bài-1" f"t"grafià dét ganador, las elirevistas es-tÉpidas
ao"a" eti" d"éclaraba siùnpre que no deseaba cambiar de
autom6vil, el juego, la publicidad y el dinero, tan odiada género de vida...
por los contestatarios de maYo?
Y también:
(9) No hav que olvidar que los fascistas franceses,. por eiemplo' se
v ievotricionarios: «aqui pueden leerse lashubiése-
memo-
Entonces, la naci6n volvia a zus placeres, a las revistas
;il;"fil;d;dJ;nat6
"onsid'#aban-sòEafiÈus q"e busc6 la "!cv9!uci§q""' Nosottos
autoritario fi"-ài tho, a los diarios ilustrados.-Se publicaban las
;;; *rho, con muv poco Éaitò, esta revoluci6n del socialismo ae
;#É;A;' ;lrairÉ.ioutJ p.ii n.,.rt,o sislo -v. cuvos vieios doctdnarios de-las figuras del Music'Hall, se invent6 la ex'
franceses. como Ptoudhon, se honran en calidad dc sus precursotes»' p.Érì0" .rìrppòal, tido el capital de lujo y lujuria amasado
"ònioion".
Rebatet,'Escombrcs. ;;;;6"òt'friviiegiados en-la primerà posguerra se dila'
188 André Stéphane El Universo Contestatario 189
pidaba en publicaciones de gran tiraje y Ia muchedumbre a las necesidades que suscita en é1 la propaganda («la
ienia su paite en los vicios y los placeres reservados a los pureza proletaria debe precaverse contra este inmenso
ricos. Aquel tiempo fue el tiempo de la vulgarizacidn, de peligro de contaminaci6n»).
Ia inmoralidad.
De modo general, Céline padece por su encarnaci6n:
En cuanto al Arte, quedd manchado por el comercio: <<No somos mds que un conjunto de tripas tibias y
mal corrompidas» (Viaje al lilo de la noche) . Se queja de
Siempre me parece un poco inquieto ante su arte ame- no poder abandonar sus despojos que identifica clara-
nazado por los mercaderes y por las tentaciones f6ciles' mente con los excrementos:
A mi vez, yo estaba inquieto ante el recuerdo de su obra
delicada y pura que tan f6cilmente podia corromper un
universo de dinero y vulgaridad (afiade Brasillach a pro- La basura no trata de durar ni de crecer. A este respecto,
p6sito de René Clair) (10). somos mucho màs desdichados que la mierda. iEste afdn por
perseverar en nuestro estado...!
Nuestras sociedades se derrumban bajo el peso de las Decididamente, no adoramos nada mds divino que nues-
riquezas materiales, pero gimen de pobreza espiritual. Todas tro.olor. Toda nuestra desgracia procede de tener que seguir
nuèstras artes caen, grotescas, con resonantes ecos, sobrecar- siendo fuan, Pedro o Gast6n, al precio que sea, durante
gadas de desdichadas astucias, de trdgica pilleria' El comu- todos nuestros aflos (12).
nismo razonable quedard destruido en esta civilizaci6n sin
poetas. Como todò 1o demds, el comunismo debe ser 1o' A nadie exuafiar| hallar a |ean Dubuffet, matomoros
òura y, por encima de todo, poesia. El comunismo sin poetas,
a la judia, a lo cientifico, a 1o administrativo (11), al engaflo, de la «cultura burguesa», consagrando a Céline algunas
al lameculos, a los seiscientos kilos por frase, no es m6s que pdginas vibrantes de simpatia (13).
un procedimiento imbécil de tirania prosaica, absolutamen' A este mundo materialista, los intelectuales fascistas
te sin magia, una impostura judia satr6pica absolutamente
atroz, indigerible, inhumano, un esclavismo degenerado, una quieren oponer el de la imaginaci6n, el de la poesia, el
maquinarià infernal, un remedio peor que el mal. de la juventud.
Para Brasillach:
Bagatelas para una tnatanza se apoya en gran parte
sobre el postulado de identidad del judio y el comerciante, No es polftico quien no presenta su parte de imdgenes.
sobre la
negativa de una civilizaci6n del confort, un
«parafso para amas de casar>, un ideal <<boa>> de las di- Se siente subyugado por Léon Degrelle:
gestiones de quince dias, de la servidumbre del hombre |am6s podré olvidar aquel paseo en la noche y aquellas
palabras mdgicas...
(10) RwÉ Cr.ern: cinelsta francés, de estilo humorlstico e ir6nico,
ente otyr. meiores peliculas se cuentàn: El silencio es oro, Carxet de (12) Aqul vemos que el iudlo y el cometciante tepresentan al materia-
baile y El lantasma ua al Oeste. lismo identificado con los excrementos. El deseo consciente de Céline de
(i1)
Volvemos a encontrar aqul unas acusaciones contm los iudlos,
desembarazatse de su 4conjunto de tripas» queda desplazado sobre el
andlogas a las fotmuladas contra los burgueses. (materialis- judio y el cometciante o mercader, de los que hay que exputgar al mundo,
"ompietà-"nt.
mo,-pdmacfa de la iaz6n sobte la poesla. Es Ia buena <<ideologla» mate-
rialista).
(11) Céline, Les cahiers de I'Herne, ed.
190 André StéPhane El Universo Contestatario 191
pecifico del racismo (17). En efecto, el racismo, que se Afirmar que los judfos son, por regla general, buenos
comefciante§ o que los negros poseen un gran tempera-
apoya en una detecci6n y una denuncia en los demds de
mento no es racismo, siempre que el que pronuncie esas
los mismos caracteres que posee el sujeto, caracteres que
frases halle legitimo el ansia de amasar dinero o de tener
el sujeto aborrece en si mismo, que no reconoce como
suyos y de los que tratard de librarse affibuyéndolos al
fuertes pasiones sexuales. En cambio, a pafiir del mo-
otro (iudio, negro, 6rabe), proceso que el sicoandlisis de- mento en que todo lo que hace el iudio se le pone en la
signa con el nombre de proyeccidre (18), consigue justifi-
cuenta de su adoraci6n al Becerro de Oro, o cada mirada
car enteramente el odio hacia el otro (judio, negro o del negro se considera como signo infalible de su lascivia,
entramos ya en el universo del racismo.
6rabe), que es el objeto de dicho odio. En efecto, es en
nombre de la conciencia moral (del Yo Superior) que se Esta actitud de denuncia permanente implica, en efec-
ejerce este odio. Las nazis estaban convencidos de obrat to, la permanencia y la intensidad del impulso rcchazado
bien al desembarazar al mundo de judios. Si una categorfa del denunciante, o sea que desenmascara el cardcter pro-
de individuos ha de representar al Mal absoluto, la lucha
yectante de la denuncia e implica correlativamente la
contra la misma continuard en nombre del Bien. Este con' existencia de mecanismos paranoicos. Éstos empujardn
junto de mecanismos siquicos denuncia la paranoia, y el al racista a ejercer una presidn constante sobre el objeto
paranoico mata de perfecto acuerdo con su conciencia' de su proyecci6n (judfo, negro o 6rabe), anàloga a la
La amenaza, para el paranoico, siempre procede del otro, fuerza necesaria para el rechazamiento de su propia com-
del portador del Mal, por lo que se halla en estado de pulsi6n que encarnan el judio, el negro o el 6rabe, a fin
legitima defensa, como portador de una misi6n de salud de reducirle a la impotencia, manteniéndolo bajo vigilan-
priblica (19).
faf*-'TE"ne, con lo que resulta mds fdcil poder sefialarlos después
(17) En El opio de los intelecttales,-Ravmond fuoo ha sefralado la mn el dedo: «ipuercos iudlos!»
..-"i"nia entre las-acusaciones que Sartte formula contra los norteametica- El nivel téltesivo à que se siuia el mecanismo de ptovecci6n -nos
da a entender par qué actrià como una anulaci6n, no s61o de la culpabili-
nor t*acusaciones antisem{tièas. tNo son hoy dla los norteamcdcanos àrd rino de ù realidad del acto (desvaneciéndose éste si se quita -el
"
Ios representantes por excelencia del capitalismo burgués? anal de la estructura). Ei acto capital-,.-podtd
tfit ft hecho que consiste en atribuirle al otro lo que es contlalio "oÀpoo"nt" -consecuencia
de eìte modo ser petpetrado sin irabas, puesto que carece de culpabililad:
al ideal narcisista y-motal, es sumamente cottiente: cuando se ptopa€6 .pti.r"ao ciàtta làgiia patecida a la del adulto,- podria afirmarse: <<Si el
i" rttiti. por EutoÉa, los italianos la denominalon «mal francés», y los ub sino ---como sabe todo el mundo- el ne$o,
càncuoiscente no *v-puedo
-franceses. «mal naoolitano». I6gicaàente yo no habet cometido un acto de concupiscencia,
(19)' Pata Màrcuse, los estudiantes s61o responden a la violencia de
Y como no ha sido cometido, puedo arin cometerlo».
t, .òiiéd^a con la violencia. Para Cohn-Bendit, los estudiantes han La confesi*n catdlica, otyo sentido patece opuesto al- de la ptoyecci6n,
òbtigadò a que el Estado se desenmascarc.-Asl, todo el mundo pudo ver puede situàrce sin embàrgo'al mismo nivel (desde el pulto de vista
en Francia que el tégimen era uno policial.
- -L" icon6mico): el creyente qire se confiesa, telat* la tansgresi6n cometida
pr.té de real"idad sobre la que a menudo sc-fuqda la-proyecci6n v obtiene'ia absoluci6n al precio de un castigo cuya impottancia estd de
es la ùrìica que cuenta hoy dla. Asl, queda separada de todo contexto àcuerdo con Ia gravedad del pecado. Pot tanto, ha establecido un equilibrio
Itciio (nos hallamos en el ptoceso primario), y se convertird en Ia otgani- a iirvés de un-intercambio,-como si de alguira manera- fuese el sacerdote
;e;;'à.i coniunto de la iituaci6n, quedando arrurnbados los demcs fac- el que detentase el componénte anal, siendo portador- del pecado (el castigo
iòr.r qu. hayan contribuido a su génesis. Asl, es posible encerrar a los medido, contàdo v materializado por palabtas o actos se dedva
i"ài"r'd"rrnie sielos en sus diminutos gbettos, abominablemente super- componente anal), y como el pecado confesado y? no es una transgre-
".oidudo.
del
irotUaoi. quitdnd:oles toda posibilidad de actividad profesional normal, ;ù;,;u-eil-i-no.ioiàlio'ei pec"dor. Y como .,, pec^do se ha «putificado»
ieduciénéoiès mediante toda clase de tesfficciones y una fiscalizacidn es- con.la-transacci6n, nada se opone a que welva a pecar.
p"itfi.r, aplastante, a Ia miseria; lo cual compona obligatotiamente cierta
7
194 André Stéphane El Universo Contestatario 195
cia, arrincondndolo, aprisiondndolo, o metiéndolo en una Un tendero que gane mucho dinero no se cree burgués
(21) pero a partir del momento en que se content'e con
trampa. En el plano mental, esto conducird a <<no pasarle hacer que trabajen otros (22), dirigiéndolos desde un des'
ni una>>, a tenerle en cuenta todos sus defectos, a atribuir pacho, ya lo es; su hijolo serd con més seguridad si ingresa
el menor de sus gestos a su judaismo o a su «negrura». en el Politécnico, siendo entonces cuando se instala esta
mentalidad a que nos hemos referido antes, ya que el poder
Cuando posee los medios de objetivar sus mecanismos sf- de asimilaci6n de la burguesia es tal, que se asemeja a esos
quicos, llega a encerrarlo en un ghetto, un campo de paises en que el ocupante es absorbido y tan bien convertido
concentraci6n, o hasta en una càmata de gas. a las costumbres del ocupado que no quiere volver ya a su
pasado,
Como la proyeccidn es su mecanismo esencial de de-
fensa llegar6 a atribuir al judio (o al negro o al 6rabe) Hay que destacar la rarcza del reproche: puede es-
su propio deseo de encerrarle para impedirle actuar. Como tigmatizarse a una clase porque se cierre ante los recién
no sabe librarse definitivamente de sus compulsiones,
llegados, pero no por su permeabilidad y, en todo caso,
éstas, encarnadas por el judfo, el negro o el 6rabe, sobre no se le pueden formular simultdneamente los dos repro.
el que las ha proyectado, las resentird como si le persi- ches; mas unas lfneas antes el autor se refiere a las fami-
guieran y le acosaran (20). lias burguesas ricas que cierran filas ante las menos ricas:
Esto da lugar a la idea de que «los judios se infiltran
por todas partes», o bien que existe una conjuraci6n ju- Es imposible llegar a ser arist6crata cuando uno no lo
dia internacional (actualmente se llama <<conjura sio- es por temperamento o nacimiento, a menos de concederse
nista»), la ilusidn de un titulo o de un nombre, fen6meno especial'
mente despreeiable. Mas siempre es posible convertirse en
Como las compulsiones son indestructibles, el judio burgués desde el instante en que se poseen <<los medios».
que las encarna no puede cambiar: <<un judio, incluso
convertido, siempre seri4 un judio»' Y como las compul- Observemos'asimismo la originalidad de la acusaci6n
siones (impulsos) proyectadas son las <<desagradables», que prefiere là barrera absoluta que opone la aristocracia
el judio que las encarna altera y degrada todo cuanto a los que desean infiltrarse en su seno, a la barrera rela-
toca. Pero las acusaciones efectuadas contra los burgueses tiva de la burguesia paru la que basta contar con «me-
parecen precisamente derivarse .de estos mismos meca- dios», cuando, de modo curioso, el tendero que ganaba
nismos, y asi hemos visto reprocharle a la burguesia tanto lo suficiente no podia franquearla, a pesar de ser ptesen-
la pobreza como la abundancia; si el burgués alimenta al tado a menudo como el prototipo del burgués.
proletario, s6lo es para cerrarle la boca, Si permite que, El mismo autor denuncia la existencia de una Izquier-
a su vez, se convierta en burgués, es para tenerle como da burguesa como una impostura y aflade:
cdmplice contra los ciudaCanos del Tercer Mundo, o <<Ya que se afirma progresista, pero no renuncia a
simplemente para absorberle (judaizarle): nada.r,
Como sefiala Gilbert fanne: En realidad, se trata del antiguo reflejo burgués que
l&,
196 Andté StéPhane El Uniyerso Contestatario t97
consiste en apostar sobre el porvenir, o en comprar una laborai de la gente y obligdndola a consumir unos pro-
buena conciencia con poco gasto («un judio, incluso con- ductos que no necesita, se halla en esta afirmacidn i1e
vertido, seguird siendo un judio»). Ademds, <<1a reconver- Céline segrin la cual el cristiano vuelve a comprarle al
si6n politica de los intelectuales y los tecndcratas burgue- judio <<sus propias tripas».
ses no es mds que un nuevo intento para asegurarse un El burgués capitalista que no le asegura a su personal
buen lugar» (del judio no puede provenir nada bueno, no unas condiciones de trabajo decentes es un explotador;
hay que fiarse nunca de él; de todos modos, nunca hace pero si mejora su condicidn, es para acentuar arin mds
nada sin c61cu1o). su explotaci6n.
M6s adelante tendremos ocasidn de ver qué dicen Las contradicciones en las reivindicaciones de las que
Marcuse, Lefebvre y Vaneigem sobre la noci6n de una hemos hablado anteriormente, y que, segrin manifestamos,
sociedad llamada de consumo, en la que cada bienestar se derivan del universo narcisista, del proceso primario
se resiente como un intento de aniquilacidn. El burgués, y del principio del placer («pedir lo imposible>>), apare-
en este caso, tampoco tiene alternativa: <<si no da es un cen igualmente a otro nivel, como derivando de la nece-
explotador, si da es para apresaros mejor». (un articulo sidad de <<aprisionar>>, <<arrinconar» a aquél a quien se di-
publicado en el antiguo Candide [semanario humoristico rigen, o sea al burgués, al Estado burgués, o a la Univer-
parisién], firmado por Frangois Coirre, recordaba que sidad burguesa; a justo titulo se habla de e,ncerrar en las
si un judio da una buena propina, es para asombrar. Si contradicciones.
da una propina pequefia, es ladr6n como todos los judios, Ya hemos observado que se exige a la vez los bienes
y si da 1o justo no es extraf,o, sino que ello se debe a sociales y la muerte de los bur6cratas, sin seleccibnes y
que se vigila a si mismo). més vias de escape, etcéteta. Si se es anarquista, se le
La misma idea de una t6ctica que hiciese imposible reprocha al capitalismo burgués crear artificialmente unas
toda revolucidn y que siempre fuese recuperada por la necesidades y uniformarlas gracias a los <<medios de co-
sociedad burguesa (la ausencia de la negativa, postulada municacidn de masas>>, reprochdndole al mismo tiempo
por Marcuse) ya se halla implicita en los Protocolos de que deje al individualismo una parte excesivamente gran-
los Sabios de Si6n: de en la definici6n de las necesidades: <<gracias a su
ideologfa individualista, la sociedad capitalista moderna
Distraer a las masas... divertir al pueblo para impedir ha hecho de las "necesidades" una noci6n general y
que piense.
subjetiva, dejadas a la discreci6n de cada cual» (<<Esta-
Y también: mos en mareha»).
Hemos dicho que el deseo de <<arrinconar», de apri-
Cuando los franceses formen una Liga antisemita, el sionar al que es portador de las proyecciones del sujeto,
presidente, el secretario y el tesorero ser6n judlos (Céline). se proyecta a su vez. Es el otro quien vive como tejiendo
su tela, plantando la trampa, ejerciendo una manumisi6n
La idea del «principio del rendimiento» (Marcuse),
absoluta; ya hemos citado anteriormente la extensa diatri.
destinado a una mayor produccién, utilizando la fierua ba de la Comisi6n <<Estamos en marcha>> contra <<el mun-
El Unlverso Contestatario 199
198 AndÉ StéPhane
amor, los camaradas y el trabajo», que el deseo de poseer Todo lo que se refiere a esta cuesti6n tiene unos as-
pectos paranoicos tan evidentes que Lefebvre anticipa la
un coche, de pasar fuera el fin de semana, de contemplar
la televisi6n, ét una manifestaci6n de alienaci6n, que pre- critica hablando de las <<cuestiones maliciosas respecto
terir ta tranquilidad a la agitaci6n, la prosperidad a la a las confabulaciones ideol6gicas y los "sujetos" de tales
aventuta, se dedva de una mentalielad vergonzosa y re- conspiraciones. Esta anticipaci6n le impulsa a atacat al
accionaria, que, en suma, todo 1o que desvia la atenci6n interlocutor escéptico que sirve a "la estrategia de clase"
de una revolucidn es pecado, tiende a subordinar al hom- de buena fe, ni mejor ni peor que otros, los que saben y
bre a la politica, o seu a ejercer sobre él un imperio los que no comprenden nada de nada>> (La vida cotidiana
totalitario (24). en el mundo moderno, N.R.F., p6g. 180).
En enero de l962,la Revista Canadiense de Siquiatria Los antisemitas que creen firmemente en la conspira.
relataba la experiencia efectuada por dos siquiatras du- ci6n judia (en los Protocolos de los Sabios de Si6n, por
rante un viaje por China: interrogaron a unos adolescen- ejemplo), tratan de abrirles los ojos a los <<ingenuos» (<<que
tes de doce a quince afios respecto a sus suefios' La ma' no comprenden nada de nada») y adoptan un aire de
yoria contestaràn triunfalmente que no sofiaban jamàs; entendidos cuando se les opone una actitud de escepti-
àtros relataron unos suefios en los que siempre figuraba cismo. Céline hablaba de la ceguera de los que no creen
Mao fse+ung. Uno de los sueflos citado mds a menudo en la conspiracidn judia internacional (Bagatelas).
era el del preiidente saludando o recompensando al sujeto' A menudo, los términos que sirven para designar a los
Ya es sabido que la acusaci6n de los nazis contra los burgueses se confunden con los que tradicionalmente se
judfos de querff apoderarse-del mundo, o de propagar aplican a los judios. Asi, Gilbert Ganne, refiriéndose a la
por doquiei la ideologia judia, correspondia a un deseo' cultura burguesa, afirma que «una cultura laboriosamente
i *ry real, de invadir el universo y ejercer un dominio adquirida no puede rcmplazar a este conjunto de nociones
ufroÉto sobre cada individuo. A la idea de la conjura difuso ni a la soltura social e intelectual propias de los
de «confabulaci6n sionista>>, segrin la terminolo' miembros de una misma tribu (25).
;uaia to
giu u.ìrd de los pafses del Este) corresponde la de la Como hemos recordado antes, Ia proyecci6n de las
ilaquinaci6n capitàlista de la sociedad de consumo y de compulsiones desagradables sobre el judfo conduce al
la iàeologia de consumo (Lefebvre)' sujeto a temer que aquél corrompa todo cuanto toque. En
particular, se le atribuye un espiritu «disolvente». Asi-
mismo, hemos visto que el burgués «ha defecado sobre
Q4\Hastaenlosambientessicoanaliticos.algunoscontestatariospie.
t""aà'J'orà'no huy;;"'h;;;; *a, Àat durante-una tevolucidn' que-la nuestra esperanza» o ha <<babeado sobre algo que era
illilirilài. ,'""t'ilrr,ì."t..-i" ocuparse
-&-i. en absoluto de sicoandlisis' «Hav
eente, extirpar de sus hdbitos la
grande, transformàndolo en un detritus infecto>>.
:ì""';ffi; ir;;.ì;;A;où;i*
i,il; H'ff rlli"iaàa'iiiìptàl-ruÀiti^' v Flus aipi-raciònes a Ia p.az» (Nancv Frente a la explotaci6n burguesa, al complot capita-
'Sìfià.*.i;'éÈi* ?.f .oiuren -io", ta ce . ir,. 17 setiembre)'
So
"*'1il.';;*di;;' t"Jò; l,ìn a" n
la divetsi6n, la. familia' v con- lista y a la conspiraci6n judia, se impone la adopci6n de
..ntràiioa-oiìoJ'erfuétrot-Èn.*or^rs. "tria^'
en ttabajar para el ptesidente Mao Tse-tung' et ciertas medidas. Como se trata de medidas de retorcimien-
b"#iìà; .l È;Ér'ià-.]' v càsarse- pronto es uno de los mecios
u Ài,:ài"ii' iiar a la'iuventud publicadas
i8i'ìàI à*p"iir, revolucionatia»- (declaraciones
i. riràiJ v"J àirrio lràn fiei Pao, en Combat' 12 se-
(25) Subrayado nuestto.
tiembte).
El Universo Contestatario 203
202 André StéPhane
De hogar en hogar, de lar en lar, el temor ha llamado
judio
to, viviéndose la agresi6n como un hecho debido al a vuestras puertas. Arrebujados al fondo de vuestros mullidos
lechos, burgueses, habéis dejado en un rinc6n del hogar
v al bursués, la cùlpa tenderd a ceder el sitio a la santa la facultad de eleccidn mientras que un Barrio Latino
loi.rr. Ti",andose àel judio, ya e§ sabido lo que pas6' heroico se estremecia de granadas, vosotros temblabais de
miedo, temiendo que os arrebatasen ese buen general que
iiuranao.. del burgués, no nos referiremos a los paises va a misa y que, desde hace diez afios, es fiel guardidn de
*Àrnirtu., y s6lo iecordaremos la buena fe con la que vuestra corrupcidn (...), v he aqui, de repente, que han
no ha-
;ù;;;;, ;;; Maurice clavel, que probablemente
«expropiar a los
llegado unos cuantos estudiantes y un grupo de obreros, 1o
mismo que lobos, a aullar bajo vuestras ventanas. Entonces,
rian daflo a una mosca, hablaÉan de
vomitando de miedo, como en los tiempos antiguos, habéis
il;;;;;;,,, de .,extirpar el chancro-.del empresariado>> retrocedido, habéis reformado vuestro grupo y ahora somos
(Cél"ine habl6 del «càncer judio») (26)' Conocernos a
un nosotros los que nos sentimos asqueados. (Philippe Marco-
normal no se atreve a exigir vici, «El gran espanto de los bien pensantes», Combat,
contestatario que en su vida l2 junio 1968) (28).
io q* se le dèbe y que en el transcurso de las protestas
;;;y" participd alègremente en el saqueo de unos a1- A cierto nivel, la propaganda politica se funda siem-
macenes. pre un poco en los mecanismos paranoicos. La necesidad
Como la victoria contra el judio o el burgués repre- de asegurar el triunfo de una ideologia, de un partido, de
sentalavictoriacontraelMal,osea,segfnhemossef,a- un candidato, empuja al maniquefsmo; los argumentos uti-
cual no
lado, contra la parte aborrecida de uno mismo 1o lizados sirven para ennegrecer al adversario, es decir, pafa
se quiere reconocer, el miedo que se le inspira -objeto
al prestarle unos impulsos sddico-anales y para revestir de
aboirecido (proyectado) se vive como la seguridad de
cdndida probidad a la ideologia, al partido o al candidato
tenerlo a meiced del sujeto (proyectante)' como un pre-
cuya victoria se desea. Se trata de una tilctica y una
ludio del triunfo final. estrategia que poseen sus leyes, sus trAdiciones. Las bata-
Este miedo asi provocado no suscita ningdn remordi- llas electorales de las democracias liberales se desarrollan
miento, ninguna comPasidn' casi siempre de acuerdo con un esquema previsible que
Ya hem-os citado varios textos donde el burgués es comporta alabanzas y ataques distribuidos de forma casi
tratado de <<rata muerta de miedo» o <<de raspas>>' -Nos ritual. La violencia de los ataques queda generalmente
aoordamos de un texto del Piloti, donde se
bromeaba a contenida dentro de ciertos limites que hasta los comu-
propdsito del «pequefro judio apestoso» (27)'
'--'ù.ai. .r, pod", po, t.-ot que suscita en su victima (28) «Los judlos disimulaban medtosamente sus siluetas dettds de
"i que el perseguidor
es un recreo inocentemente sddico del las ventanas, Yo flotaba en un gozo vengativo.» (Rebatet, Escombros),
(Los judlos)... «pueblo de estÉpidos y pervertidos, temblando con todo
casi nunca se Priva: su cuerpo a la sola vista de un fusil». Y también a ptop6sito de la
metdfora de las tatas que se aplica a los burgueses, podemos observar que
el término <(ratas» tiene .uta mlz tipicamente racista. Sabemos que los
§l
1" irabes eran llamados «ratones». En su libro, El silio de la estrella, Patrick
Ir{odiano imagina a Burdeos ialonado pot coches con altavoz llamando a la
' iÀri'xÌ::"lH?:"'*'r;f: poblaci6n en favor de una campafia de desratizaci6n, alusi6n evidente a
ttil,1i'i#'il';;il
.",*'3.tJ,.t.oèhi"dt'f',:'ifii;:,ru:,,x,:"ltH':l de concenffaci6n»' Ias tedadas de judlos durante la ocupaci6n alemana. El titulo del libro
v'r"; uii'g'!ià' -e;'l;'n'u*po'
agregado, contestatario. que, en de Albet Deza, Las rata, designa colectivamente las minotfas raciales
(27) Recordemo.
"'à' J' d;?;";-iò' analistas: «lMiradlos'
h FHi,rd' d;^iliai.i'.," 'q"?r-iiofisor perseguidas u oprimidas.
i àrta" ponto de motir apestados!»'
" "tHlio
I
I
lr,&
204 André Stéphane
nistas respetan (esto riltimo est6 en pugna con la intole- Tercera parte
rancia y el odio que animan a ciertos escritos de Lenin,
prefigurando ya la era stalinista).
,Pero, mientras se trate de profesionales de la politica,
puede admitirse que el furor de los ataques dirigidos con'
Tres maestros opinan sobre
tra la parte contraria es de <<buena guerra» (por 1o dem6s, la contestaciÒn
la etimologia del vocablo .<candidato» implica que éste
sea completamente cdndido y, Por consiguiente, su rival
perfectamente malvado), que la conquista del poder lo
exige, o que la propaganda se ve obligada a jugar sobre
Ios mecanismos inconscientes primitivos, pero seguros,
aunque la llamada hecha a los afectos, al desprecio de
la razdn l6gica, fitme los visados totalitarios, como es
sabido. Pero las cosas se tornan graves cuando los inte-
lectuales, que deberian ejercitarse del lado de la raz6n,
se adhieren sin reservas ni espfritu critico a unos mitos
o unas propagandas, atribuyéndose -provistos de una
autoridad concedida por'su calidad de <<pensadores»-
la misi6n de imponer a los otros una visi6n arcaica del
mundo, impuesta a ellos mismos por sus conflictos in-
ternos.
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2OB André Stéphane El Universo Contestatario 209
los sicoanalistas que no se hallan de acuerdo con tales analitica, fundarse precisamente en los escaso§ punto§
nociones: tesultarian comprometedoras y serian objeto de de la obra de Freud que, por definici6n, no pueden reci'
un tabrl dentro de una teoria sicoanalitica <<respetable>». bir confirmaci6n clinica, y olvidarse casi por completo
No sabemos a qué sicoandlisis se refiete Marcuse, pero de lo que es el pan de cada dia del analista. En la tesis
en todo caso, en Francia, tales teorias no son objeto de de Marcuse no citaremos mds que aquellos datos a los
ningrin tabr1. §in duda, hay tantos sicoanalistas que em- que creemos que un sicoanalista no debe adherirse.
plean esas nociones en sus elaboraciones te6ricas como Para empezar, nos parece imposible dar el principio
ios hay que no las emplean, y el conformismo de unos de rendimiento por Ia forma especilica del principio de
y otfos no parece tener aqui nada que ver. A 10 sumo, realidad en la sociedad ruoderna (l),
cabria observar que un espiritu cientifico puede experi- Entre ambos existe una diferencia de naturaleza, En
mentar cierta desconfianza hacia unas hip6tesis que, aun- efecto, el principio de realidad no se le impone al indi-
que exactas, presentan a vece§ el peligro de ahorrar el yidao dasde tuera, No es el resultado de una ideologia
esfuerro que necesitaria una investigaci6n màs completa. llegada del exterior e interiorizada, sino que <<nace de la
No pretendemos afirmar que a veces sea c6modo fiilizat impotencia primaria del nifio a ayudarse a si mismo>>
la explicaci6n filogenética respecto a un fendmeno cuyo (Freud, Las compulsiones y su destino, 1915, en Meta'
origen se desconoce. sicologia, N. R. F.), o sea, tal corno hemos dicho antes,
En cambio, Marcuse destaca bien poco 1o que forma nace del hecho de que durante el periodo posnatal las
el centro mismo del sicoandlisis, o sea el compleio de necesidades no reciben una satisfaccidn inmediata y total
Edipo, reduciendo mucho su papel cuando 1o toma en (lo que contrasta en principio con el periodo <<paradi-
coniideraci6n, y sin mencionar 1o que es inherente a di- siaco>> intrauterino). El seno de la madre no estd presente
cho complejo, que conduce a su declinaci6n y se halla de modo permanente y si, al principio, cabe suponer que
en el origen del Yo Superior que en cambio habla el nifio palia su ausencia mediante una satisfaccidn aluci'
mucho-, o sea el compleio de
-del
castraci1rz. Ademds, para natoria, pronto estd obligado a reconocer su impotencia
establecer sus propios conceptos se basa principalmente y la existencia concomitante de un objeto independiente
en un pasaje de Freud, Malestar en la civilizacidn, al de é1, de un mundo exterior,
que da una interpretaci6n que juzgamos errdnea si se El principio de realidad nace en aquel momento y se
refiere al conjunto de la obra freudiana y también a tro elabora progresivamente a través de sucesivas frustracio-
que la critica sicoanalitica nos ensefra. nes. El hecho de que el reconocimiento del objeto (y de
Como todos los <<revisionistas>>, Marcuse toma una la realidad) se efectfe con ayuda de experiencias penosas,
parte de la obra de Freud, que presenta como el todo, colorea de forma especifica la primera relaci6n con el
ilevdndola hasta sus riltimas consecuencias, y perfeccio- objeto, con el mundo exterior, con la realidad: <<el pri-
nada por él hasta cierto Ptrnto. mer objeto nace en el odio» (Freud, Las compulsiones y
Tòdo esto es muy legitimo, a condici6n de no presen' su destino).
tar el resultado como una contribucidn a Freud. Ademds,
resulta perturbador ver toda una teoria que se dice sico- 0) Etos t Cioilizaciin.
210 André Stéphane El Universo Contestatario zLt
El nifio, cuyo mundo se halla ahora dividido en <<fue- La situaci6n edipica se enriquece con este principio de
ra» y <<dentror>, tiende a techazar hacia fuera Io que se importancia capital. EI padre constituye un obstdculo en-
halla dentro de si, si es modificacidn o dolor. Las excita- tre la madre y el nifio.
ciones internas (compulsiones) serdn asf proyectadas. Al Por tanto, no hay que asimilar el principio de rendi-
primer objeto, mundo exterior y compulsiones se confun- miento al principio de realidad que tiene un origen ex-
den y son paralelamente odiadas; por el contrario, el tremadamente precoz y es consustancial con la condici6n
niflo muestra tendencia a incluir en su Yo (por introyec- humana.
cidn) lo que es fuente de placer. De este modo, el objeto Ningrin cambio social puede modificar en nada el
satisfecho se separa del objeto frustrado (el seno bueno hecho de que el hombre rrazca prematurado y que el am-
y el malo). El Yo del nifro es entonces un <<Yo placer biente màs afectuoso, m6s satisfactorio, no podr6 ase-
purificado», pero la experiencia aporta rectificaciones a gurarle la satisfaccidn inmediata y total de sus necesida-
este Yo: muchas cosas <<buenas» son, en realidad, exte- des (2), como lo ha conocido en el vientre de su madre.
riores al Yo y muchas cosas <<malas>> son internas, en En fin, ninguna sociedad sabe remedior la situaci6n
realidad. del niffo ante su padre y su madre en la situaci6n edipica.
A partir de este momento, el nifro, gracias a los 6rga-
nos sensoriales, y a una actividad motriz apropiada, con- De todos los factores que hemos mencionado como
sigue distinguir el fuera y el dentro, asimilando realmente ligados a la adquisici6n del sentido de la realidad, el que
el principio de realidad: <<e1 hecho de que el Yo no re- se deriva del estado anal, o sea la educaci6n esfinteriana,
curra a ningrin método de defensa contra ciertas excita- es el rlnico susceptible de una verdadera modificaci6n.
ciones desagradables de origen interno que los que usa En efecto, la educaci6n esfinteriana no se pfactica de
contra las sensaciones desagradables de origen externo, igual modo en todo el mundo. Aunque los estudios etno-
es el punto de partida de perturbaciones m6rbidas im- grdficot parecen ocuparse muy poco de esta cuestidn,
portantes»). pu"rto que la analidad, por el hecho misrno de la civili-
iac16n, es objeto de desprecio, sabemos que los mohaves
i r' (estudiados por Georges Devereux), y los dogones (abor-
Mds adelante, el niflo reconoce en el padre el obs- dados sicoanaliticamente por Morgenthaler y el matrimo-
tdculo a su satisfacci6n edipica. En aquel momento, el nio Parin) (3), entre quienes la educaci6n esfinteriana es
padre (para el niffo) es el representante de la realidad. casi absoluta, ofrecen a la observaci6n unos rasgos de
Como se ve, la oposici6n entre principio de realidad caràctet y costumbres que se oponen, pese a la influencia
y principio de placer es extremadamente ptecoz e inhe- de los blancos entre los dogones, a los factores que entre
rente a la condici6n neoténica del hombre. A cada etapa nosotros parecen estar unidos a la ideologia de las socie-
de su desarrollo, el principio de realidad se elabora, ad- dades industriales.
quiere nuevas dimensiones. Ya hemos verificado de qué
modo la fase anal tiene una parte importante en esta (2\ Unasatisfaccidn total e inmediata de las necesidades les impide,
en cfecto. aDatecet como tales.
adquisicidn y, en particular, en la educaci6n esfinteriana. 0)' I-os blancos Piexsan demasiado.
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La educaci6n esfinteriana da a Ia fase anal unos ca- madre, obedeciéndola y contrariando sus propios deseos
racteres especificos. Precisamente, Freud en Malestar en de hacer 1o que le plazca, cudndo, ddnde y c6mo; de
la ciyilizacidn concede a la verticalizaci1n del hombre, o retenerse eventualmente o divertirse con sus excrementos
sea a la cualidad de estar de pie adquirida por el hom- y hasta de defecar por todas partes, se nos aparece esta
bre, una importancia decisiva en el <<proceso inevitable ligazdn entre dicho principio de rendimiento y la educa-
de la civilizaci6n», especialmente en la pérdida de la ci6n esfinteriana.
posesidn de las impresiones olfatorias: el impulso a ser A primera vista podemos, pues, clasificar el principio
limpio procede de la necesidad imperiosa de hacer desa- de rendimiento entre las formaciones reaccionarias al
parecer los excrementos que son desagradables al olfato. erotismo anal (o sea como resultado de una lucha contra
Sabemos que entre los niflos pequefios no es asf, ya que una compulsi6n primaria, que llega a presentar conscien-
aquéllos no les inspiran repugnancia, sino que les parecen temente el negativo de la compulsi6n después que ésta ha
preciosos como una parte de ellos mismos segregada de sucumbido al rcchazamiento, reforzado por la contra-
su cuerpo. posesi6n).
La educaci6n esfinteriana se rcaliza con una energia Sin embargo, un examen mds profundo del contenido
particular, a fin de apÌesurar la llegada de la fase siguien- de este principio nos induce a modificar algo nuestra
te, en el curso de la cual los excrementos han de perder primera impresi6n: en efecto, la educaci6n esfinteriana
todo su valor, ser objeto de repugnancia y, por tanto, da lugar al surgimiento de la otra vertiente de la anali-
repudiados. Esta depreciacidn seria imposible si su fuerte dad: el sadismo. La fase anal se designa a menudo como
olor no condenara a esas materias retiradas del cuerpo a «sàdico-anal», pero es muy dificil separar 1o que es pura-
compartir la suerte reservada a las impresiones olfatorias mente er6tico de lo s6dico (sicoanalfticamente hablando
una yez el ser humano se vio erguido sobre el suelo. por el sadismo es una mezcla de agresividad y erotismo). En
lo tanto, lo er6tico anal sucumbe a este <<rechazamiento realidad, el sujeto que aprende a'retenerse adquiere un
orgdnico que abre el camino a la civilizaci6n». dominio sobre su cuerpo y sus materias fecales (éstas,
Mas, como hemos visto, las consecuencias de la edu- inconscientemente, pueden vivirse como objetos internos).
caci6n esfinteriana son mriltiples. El aprendizaje de la Este dominio 1o extiende el sujeto a sus objetos exterio.
limpieza, o sea hacer aqui y no alli, da lugar a numerosas res. Al atemperar o al negarse a atemperar ante las en-
derivaciones: la higiene, el orden, la atganizacidn, la cla- sefianzas de la madre, eI sujeto mide su poder sobre ella;
sificacidn, la precisi6n, la estética hasta cierta medida, las mismas cosas se someten a su dominio. Aprende a
etcéteru. La madre le enseffa a su hijo a hacer bien, a acumular las cosas como acumula en su interior sus
hacer segrtn hs exigencias, a hacerlo todo, lo cual §e materias (el nifio admira a menudo la abundancia de las
inscribe en la moral del esfinter (Ferencz), que es 1a mismas y se siente orgulloso de haber producido <<mu-
moral de la eficacia y eI rendimiento. cho», ya que, habitualmente, su madre 1o anima a ello).
Esta teoria concluye, pues, ligando el principio de La retenci6n, vivida al principio como una penosa res-
rendimiento a la educacidn esfinteriana. Y a priori, como tricci6n, incluso dolorosa, de la satisfacci6n, se convierte
procedente de Ia necesidad del nifio de complacer a la en fuente de placer compulsiva y narcisista. El niffo se
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enorgullece del control que ejerce sobre sus funciones, bre la super-represi6n instintiva, mientras que en una nota
que se confunden hasta un cierto nivel con sus objetos de Mateitar ei ta civitizaciùn, Frcud proclama:
en general. Es ya <<dueflo de si y del universo».
El erotismo anal se beneficia de esto, ya que la exci- No me es posible en una panor6mica. de coniunlo tan
taci6n del canal mucoso se ve reforzada por la retenci6n. ru.it tu extenderme el inmenso valor del
1o suficiente sobre
La defecaci6n se asimila al acto sexual genital en el que ;;"ù6 desdé el punto àè-riitu de la ecoqomia de la libido"'
rr-r""iuiiia"a di trasladar los componenies.narcisistas' agre-
el canal o conducto mucoso desempeffa el papel del 6r- ir[i.'il;;ioiiiài-aÉ it libido'al trabajo profesional'estev
gano sexual femenino mientras que el excremento juega 6-;à;;i;;t soòiales que el mismo implica le dan a
el papel de pene. Una fijaci6n en esta fase se halla siem- àii*o vuro, qr.r" t o- cede en nada. ai que le confiere el
Àèito Oe "n ser indispensable al individuo- para mantener y
pre presente en todos los homosexuales. il-;tifid- su existencia en el seno de la. sociedad' Si se
!."ài" iitià*è"tJ' toao oficio es fuente de gozos sublimi'particu-
Lo que Marcuse denomina el prinCipio de rendimiento bajo su forma
y que identifica con el principio de realidad no es, en ild;;'a;;pèìtiit" sacar provecho y instintivas"'
ruJà, éo"-in.tìnaciones afectivas energias
efecto, a nuestro entender, mds que una de las derivacio-
nes de la educaci6n esfinteriana tal como se practica Marcuse, por el contrario, pone el trabajo enteramente
en nuestra civilizacidn. Se basa alavez en unas defensas en el lado del principio de realidad, lo que coincide para
(o formaciones reaccionarias) contra la compulsidn er6- é1 con una absoluta imposibilidad de satisfacciones ins-
tico-anal, en calidad de deseo anàrquico de hacer lo que tintivas. Por lo demds, tiene tendencia a asimilar el pro-
sea, como sea y donde sea, al mismo tiempo que sobre ceso de sublimaci6n, sicoanaliticamente mal conocido,
la satisfacci6n del impulso sddico anal del dominio. O sea con la represi6n pura y simple, cosa que no hizo Freud,
que el principio de rendimiento se halla lejos de estar u"ibumos de ver. Precisamente, la sublimaci6n no
fundado dnicamente en 1o que Marcuse llama la organi- "o*o
se considera generalmente por los autores sicoanaliticos
zaciln represiva de los instintos o <<represi6n» (4), y como una defensa contra los instintos, sino como una
arSn menos sobre la super-fepresi6n que es el hecho de senda derivada y abierta a su satisfacci6n, gracias a un
controles adicionales, que se ejerce sobre los individuos desplazamiento de objetivo que hace a.e§ta satisfacci6n
y que se aflade a los que Marcuse (con Freud) cree in- socàlmente aceptable. Por ejemplo, en lugar de divertirse
dispensables a toda sociedad humana y civilizada. con sus excrementos, satisfaciendo asi sus inclinaciones
En efecto, segtin el autor, el trabajo, como corolario copr6filas, un adulto manipulard greda y hard objetos de
del principio de rendimiento, descansa esencialmente so- aliarcria otro, falto de satisfacer sus impulsos homo-
sexuales, elegird un oficio que le permita vivir libremente
(4) En inglés, <<techazamiento» o <<rechazo» se llama «represi6n»; su identificaii6n femenina y maternal. Y ser6 peluquero,
en francés, el vocablo <<tepresi6n», cuando se utiliza en sicoandlisis im-
plica la elecci6n voluntada efectuada por un sujeto que se niega a dar cocinero, pedagogo, enfermero, médico..' (bien entendido
libre curso a una compulsi6n consciente. Es evidente que Matcuse utiliza que todos los oficios comportan el ejetcicio de impulsos
el término de la «teptesi6n» en su sentido no sicoanalltico. Por ora
parte, la asimilaci6n del principio de rendimiento, derivado de la fase diu.rror, y que la motivaci6n esencial que preside a la
anal de la libido, al principio de tealidad en su conjunto, constituye una
metonimia abusiva; de todos modos, la coincidencia s6lo es parcial y no elecci6n de una cierta actividad no es idéntica para todo
actria mds que sobre una ftacci6n exftemadamente bteve de la fase anal. el mundo). Sin embargo, Marcuse que, como hemos visto,
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asimila totalmente el principio de realidad con el de En realidad, Marcuse parece confundir el placer con
rendimiento, para demostrar el aspecto «alienado» y <(su- el principio de placer (8). El principio de placer implica
per-represivo» del trabajo, proclama de modo tautoldgico: una satisfacci6n inmediata y total de los deseos. Este
modo de satisfaccidn desaparece a partir del nacimiento, estar en paz con el Yo Superior implica la idea incons-
aunque hasta cierto punto se halle en el orgasmo o en ciente de recibir amor y protecci6n, lo cual no es negli-
el sueflo. El trabajo no es en absoluto el dominio donde gible sino que constituye una satisfacci6n instintiva pti'
se halla excluido por excelencia. No se trata de saber si el maria. Puede tratarse igualmente, en el placer de haber
trabajo es compatible con el principio de placer sino m6s realizado una obra pedecta, por minima que sea, de la
bien con el placer, lo cual no es igual, ya que el placer no imagen de haber reparado su§ objetos destruidos, o sea
es obligatoriamente incompatible con el principio de de poder anular los efectos de su agresidn inconsciente,
realidad. simLolizando la obra perfecta el objeto reconstituido (ver
Para Marcuse, la respuesta es completamente nega' a este respecto los trabajos de Melania Klein). La obra
tiva: perfecta también puede representar el Yo del sujeto que,
èr, ertu proyeccidn de si mismo, halla una totalidad, su-
El trabajo normal (la actividad socialmente titil) en- la perando asi sus temores de castraci6n' La obra en si aùn
divisi6n del-trabajo actual es tal, que el individuo al traba'
iar no satisface sus necesidades, sus facultades, sino que eje-
. -cuta puede identificarse a la cadena simb6lica feces:pene=
una funcidn preestablecida. Hendrick, no obstante, no :nifio, y el sujeto se siente capaz de producir sobre
destaca el hecho del trabajo alienado que es el modo de
trabaio dominando bajo el principio de realidad dado. Na- diferentes modos unos objetos <<enteros» que le tranqui-
turalmente, también puede haber placer en el trabajo aliena- licen respecto a sus capacidades creadoras.
do; la mecan6grafa que hace una copia perfecta, el encargado De forma general, toda tarea bien ejecutada constituye
del instituto Ae belleza que realiza un peinado magnifico,
el sastre que entrega un tiaje que sienta perfectamente bien inconscientemente la seguridad respecto a la integridad
al cliente,-el obrerò que lleva a cabo su tarea, todos pueden del Yo y del cuerpo. Todo esto, por importante que sea,
experimentar placer de la <<obra bien acabada>>. Pero o su no implica siempre una satisfacci6n instintiva primaria.
plàcer es externo (esperanza,de recompensa), o se halla en
ia satisfacci6n (en si un signo de represi6n) de estar bien Pero lqué diremos de los medios utilizados para llegar
empleado, en un buen lugar, contribuyendo -por su parte al a ello?
buén funcionamiento del conjunto. En ambos casos, este
placer.no tiene nada que ver con la satisfacci6n instintiva Es preciso no haber visto jamds a una nifla fascinada
pnmarla. poruna mdquina de escribir (9) para no teconocer la
àtracci6n que ejerce cualquier màquina que funcione de
Veamos los ejemplos que Marcuse propone y exami- modo satisfactorio; y aqui llegamos al problema m6s
nemos si no comportan ninguna satisfacci6n instintiva general de la «alienaci6n» por el coche, la nevera, la
primaria. lavadora, todos los aparatos electrodornésticos a los que
Parc empezar atengàmonos a la idea de Marcuse, se' se someten los individuos que viven en el marco de la
grin la cual todos esos trabajadores pueden experimentar sociedad de consumo. En efecto, las mdquinas simbolizan
el placer «de la obra bien acabada>>. El autor deja de lado en el inconsciente el cuerpo limpio de los 6rgano§ sexua-
varios significados inconscientes habitualmente ligados a les (ver Tausk y La mdquina de influmciar), por 1o que
este placer. Puede tratarse, en efecto, del placer de estar es natural que se consideren como parte del mismo indi-
«err paz con la conciencia», o sea con las exigencias pa'
(9) O del nifio que iuega a maquinista de tren o a conductot de
ternales interiorizadas bajo forma de Yo Superior. Mas autobÉs.
220 André Stéphane El Universo Csirtestatario 22L
viduo (<revidentemente, un coche que arde es una violen- en manejarlas. Tener una bella cocina, un coche r6pido,
cia, sobre todo cuando el testigo del espectdculo con- procura satisfacciones reales y simbdlicas indudables (11).
sidera su propio coche como parte de si mismo: ejemplo Si bien aqui no se ftata de compulsiones anales pri-
tipico del bien de consumo utilizado como medio de ser- marias stricto sensu, En efecto, el impulso anal primario
vidumbre»). («;Por qué nuestra revolucidn?», en iQué es el juego fecal y s6lo una represi6n muy profunda de
Universidad?... lQué sociedad?) cardcter sic6tico puede hacer hallar de nuevo el gusto
Pero las mdquinas s6lo simbolizan el cuerpo o los 6r- por dicho impulso. Si se examina màs adelante lo que
ganos genitales, siendo ellas la proyecci6n. Queremos de- yace bajo la <<obra acabada»>, se observar6 que también
cir que los inventos del espiritu humano sdlo pueden entra en juego una identificaci6n con la madre activa,
objetivar a través de centenares de millar de variantes el identificacidn descrita por Freud como unida a la necesi-
medio corporal en que nacen (10). Manejar una mdquina dad de hacer padecer activamente a la madre o a su
haciéndola funcionar de forrra satisfactoria constituye el sustituto, lo que se ha padecido antes pasivamente. )ugar
mismo tipo de placer anal de dominio, ya del cuerpo del a mufiecas constituye un prototipo de esta identificaci6n.
objeto, ya del cuerpo limpio, placer a la vez agresivo y Esto induce a la adquisicidn de una autonomia cada vez
libidinoso, sea esta libido narcisista u objetante. El ama mayor con relacidn a la madre. «Ejecutar bien una obra>»
de casa orgullosa de su cocina, a la que le gusta hacerla es hacer también como la madre cuya habilidad se admira,
funcionar, la mecandgrafa que halla gran satisfacci6n en como se admira su <<sabiduria>>, su eficacia, a la edad
la agilidad de sus dedos sobre un teclado que la obedece, en que el nifio o la niffa aÉn son torpes o débiles, pero
el obrero que est6 contento de encontrar la avefia y poner en que ya exclaman: <<iYo, yo solo!».
en marcha un motor recalcitrante (un obrero que estuvo Esta identificaci6n es enriquecedora para el Yo, que
en mi casa para reparar una caldera averiada iba mur- adquiere asi nuevas funciones. También es cierto que el
murando mientras trabajaba. Le pregunté qué decia y me ejemplo del peluquero que consigue un peinado perfecto
contest6: <<Le hablo al quemador, porque él y yo nos se identifica completamente en el sentido materno: peinar
adoramos»), no son alienados, sino que hallan un placer a los dem6s como le peinaba su madre. Pero en este caso,
narcisista y objetante en sus compulsiones, esencialmente particularmente, enffan en juego unas satisfacciones de
anales. Son los que no pueden utilizar esos mismos im- orden estético que no estdn ausentes tampoco por com-
pulsos en sus actividades los que, en realidad, presentan pleto en los ejemplos de la mecan6graf.a o el sastre. Un
perturbaciones. Es normal obtener placer, casi orgullo, profundo estudio de la actividad de éste nos induciria a
del buen funcionamiento de sus m6quinas y de su ciencia relacionar gran parte de los gestos que efectria con los
(10) Esto es ciettq no s6lo para las mdquinas, sino para todas las (1-1) Mris all6 de_cierto limite, la posesi6n puede convertirse en algo
creaciones humanas y, en el extremo llmite, para todo el universo, tal sospechoso. Peto cuando un hombre prefiere un ioche a su muier. cuanao
se siente trerido. porque otro le ha puesto la zancadilla (simb6iica), no se
como lo divisa d ser humano proyectado sobre sI. Que un individuo pien-
se, por ejemplo, en la proyecci6n del cuerpo, como se efectÉa sobre los trata de denunciar la alienaci6n que la sociedad Ie ha inìpuesto dàUciosa-
objetos {amiliates; uos referimos a los brezos del sil16n, a los pler de la mente, sino de mmprobar que su aarcisismo fdlico ha hallado el modo
mesa, al dorso del armatio, a un zapato que bosteza, a un colch6n y'es- de expresarse a través de este objeto simb6lico. También es posible inves-
,)efltrudo, a una rueda dentada,., Las cosmogonias primitivas son todas tigar mds y preguntarse por qué tantos hombres ptesentan una estructlua
proyecciones cotpotales. fdlica narcisista, pregunta a la que el sicoan6lisiJ debe poder responder.
222 André Stéphane El Universo Contestatario 223
impulsos primitivos de donde se derivan: cortar, ajustar, cine, de la fotografia, de la televisidn, de la oftalmologia,
medir.,. El placer tàctil y coenestésico experimentado, a veces en la medicina general, en el sicoàn6lisis, en la
también puede estar ligado a su origen mds arcaico. direcci6n escénica...
Hallariamos muy a menudo los impulsos anales pre' Por otra parte, es indudable que existen trabajos que
sentes en el origen, puesto que la mayoria de actividades
permiten muy pocas satisfacciones reales. Las tareas de
humanas derivan de aquéllos. quienes trabajan en cadenas de montaje son un ejemplo
No es extrafio comprobar la ausencia de la dimensidn cl6sico. El «trabajo a migajas» es uno del que ciertos
siquico-sexual anal en la obra de Marcuse. Ya hemos soci6logos (en particular Georges Friedmann) se ocupan
hablado antes del papel desempeffado por el rechazo de desde hace tiempo. Desdichadamente, los ejemplos de
las compulsiones sddico-anales en la ideologia de los Marcuse sobre el trabajo alienado hacen pensar que esta
<<alienaci6n» engloba, segfin é1, la casi totalidad de los
contestatarios y los <<intelectuales de Izquierda» en ge'
neral, hasta el punto de asemejarlos a los intelectuales sectores de la actividad. De ser asi, cabfia preguntarse
fascistas de antes de la guerra, tanto por la negaci6n de
por qué las mujeres han luchado tanto para tener derecho
la sociedad de consumo como por e) catilcter racista que a los mismos empleos que los hombres, independiente-
adopta el «odio al burgués». mente de sus necesidades pecuniarias, creyendo hallar en
Asi, podemos leer en un articulo titulado Marx y el trabajo cierta expansi6n personal. aSe trata del efecto
Fraud, debido a la pluma de R. Kalivoda (12), que da de la super-alienaci6n?
cuenta de la obra de Marcuse, esta nota: Podria formularse una teoria sicoanalftica del trabajo
que permitiese orientar a los trabajadores hacia los em-
Hay que dejar de lado en nuestra explicaci6n alguno9
-sicoanaliticos pleos m6s convenientes para cada uno, naturalmente, sin
teoremas concretos, incluso los mds discuti- pasar por los acostumbrados exdmenes sicotécnicos. Esta
bles y m6s discutidos. Por ejemplo, parece ,que la fase anal
se apiique con exceso como antep6rtico de la vida sexual,-y teoria podria conducir a la conclusi6n de que el trabajo
tamEiéi demasiado absolutizada en su ingerencia en toda la m6s satisfactorio es el que permite la descarga mdxima
vida del espiritu. de compulsiones en funci6n de la personalidad de cada
Sigue una efitica de ciertos sicoanalistas de «opinio- cual. Pero suponiendo que fuese posible semejante estu-
nes simplistas», critica que testimonia un gran descono-
dio, ic6mo esperar que pudiera escapar a la acusaci6n
de estar al servicio de la sociedad de consumo alienante?
cimiento de la obra de Freud, ya que las opiniones asi
calificadas son precisamente las del fundador del sico- En realidad, los conceptos de Marcuse respecto al
andlisis.
trabajo alienado, que no ofrecen ningrin exudatorio a los
No obstante, otras actividades también se derivan de impulsos, descansan sobre la idea que él tiene sobre la
represidn que la civilizaci6n ejerce sobre Eros. Mas, se-
compulsiones distintas: por ejemplo, la compulsidn par-
cial del voyeur (13), se halla presente en los oficios del
grin é1, esta represi6n se ejerce electivamente scibre los por el descenso de la supremacia genital. Todo el cuerpo se
èonvierte en un objeto de catexis, algo para disfrutar, un
impulsos pregmitales en beneficio de los impulsos geni- instrumento de placer. Esta transformaci6n... conduce a la
ulàs monogdmicos, a fin de asegurar la procreaci6n: desintegaci6n... de la familia monogdmica patriarcal.
«hist6ricamente, la reducci6n de Eros a la sexualidad
monogdmica dirigida hacia la proueacidn (que completa Pero el autor evoca también las consecuencias de
la derrota del principio de placer ante el principio de una liberaci6n total de las perversiones. En efecto, ino
realidad) s6lo se consuma cuando el individuo se convier- comprenden algunas formas inquietantes, como el sa-
te en el sujeto-objeto de la labor en el aparato de la dismo?
sociedad». Se pregunta el autor:
Marcuse piensa que las perversiones que hacen de-
Pero, éno puede haber en el instinto una barrera interior
sempefiar a lòs impulsos pregenitales un papel esencial que contenga su potencia impetuosa? 2,No existe en Eros
«demuestran una profunda afinidad con lo imaginario»... una «auto-rèpresi6n natural», de forma que su verdadera
«La imaginacidn va, principalmente, en contra de la satisfacci6n exija unas relaciones, unos rodeos y unas de-
tenciones? De èste modo habria restricciones y limites im-
sexualidad normal.>> puestos, no por el exterior mediante un principio de realidad
iepresiva, sino definidos y aceptados por el instinto. Lo
(Asi) se colocan fuera del reino del principio de rendi' que distingue al placer de la ciega satisfacci6n de las nec+
miento v Donen en duda su misma base... ellas son el sim- sìdades.es que el-instinto se niega a agotarse en la satisfac'
tòto a""t.j que ha debido ser suprimido para que.l.a repre- ci6n inmediata, siendo capaz de conslruir y utilizdr unas
si6n oueda àominar v pueda otganizar la dominaci6n siem- barreras para que sea m6s inteflsa la consecucidn.
,.i ,iràt eficaz del lìoàbre y là naturaleza, el sfmbolo de
ia identidad, de la libertad y la felicidad. Esto es desconocer verdaderamente el cardcter del
instinto en el cuadro del principio de placer, que precisa-
Asimismo, a prop6sito del mito de Orfeo, dice el
mente, como dijimos, implica una descarga inmediata y
autor:
total.
Freud dijo: .<descarga inmediata y brutal»... 1o cual
Como Narciso, rcchaza el Eros normal, no en beneficio
de un ideal ascético, sino de un Eros mds completo;-como es la antitesis de una satisfacci6n adquirida mediante un
Narciso, protesta contra el orden de la sexualidad pro <<rodeo», constituyendo barreras y <<detenciones)), ya que
creadora.
los rodeos, Ias barreras y las detenciones son propios del
principio de realidad. 561o el Yo que tenga en cuenta
La abolici6n del principio de rendimiento, o mejor este principio puede domar el instinto, canalizatlo, enca'
de las super-repfesiones que le son inherentes, conduce
minarlo, ponerle esclusas.
a modificaciones:
A riesgo de que se nos tache de <<inadaptados» o
<<normativos>>, difemos que el fin del andlisis no es rom-
El cuerpo que no se utlliza como un instrumento de
t.ubuio conitant-emente se resexualiza, y la represi6n impli- per las barreras y dejar fluit el torrente de los instintos,
."a. àiti. deiarrollo de Ia libido so manifiesta ante todo iino, gracias al estudio de las ruices infantiles de los
;;;-;; aitivaci6n de todas las zonas erdticas y por el re- conflictos, permitir al sujeto que concilie el placer con la
fiaòiÀiento de la sexualidad polimorfa pregenital, asi como
I
226 André Stéphane El Universo Contestatario 227
realidad. Es, segrin la hermosa expresidn de Freud, en- que no se permite estas satisfacciones perversas y cuya
sef,arle un nuevo arte de vivir. Quercmos decir que si un vida sexual se ve obstaculizada constantemente por sus
hombre es impotente con su mujer porque proyecte sobre conflictos. Queremos decir que sus relaciones er6ticas
ella la imagen de su madre y tema el castigo que su padre nunca se satisfacen plenamente. Si la brisqueda de la
le administratd al pene si se atreve a acercarse a ella, las satisfaccidn genital no fuese mds que el resultado de las
interpretaciones que nosotros le daremos a este conflicto restricciones sociales, no se comprende por qué habria
(edipico) le permitir6n amar a su esposa, aunque en nin- tantas mujeres frigidas y hombres impotentes, puesto que
gÉn modo intentardn conducirle a1 lecho de su madre. el cumplimiento del coito genital los pondria de acuerdo
Este ejemplo nos incita a examinar mds atentamente con toda la sociedad.
un punto esencial en la tesis de Marcuse que acabamos Cierto que la sociedad ofrece su bendici6n a los
de evocar, o sea que las perversiones sean <<el simbolo de esposbs y les desea muchos hijos (o les impide, como
la identidad, de la libertad y de la felicidad». dice Marcuse, sustraerse a la procreaci6n); ademds es
Y ante todo equé es una perversidn (sicoanalitica- indudable igualmente que nuestra sociedad alienta la fa-
mente hablando)? milia mondgama (14), hasta el punto de concederle muy
Una perversi6n se caructeriza por la utilizaciln nece- pocos derechos al hijo de madre soltera. Pero creemos
saria fin de conseguir el orgasmo genital- de satis- que en esto Marcuse mezcla dos clases de factores: los que
-a de orden pregenital. De modo inconsciente, el
facciones se derivan de la sociedad y los que tienen relaci6n con
cafircter de necesidad que revisten las prdcticas llamadas los conflictos individuales profundos. Y en esto la filo
perversas, tiene como objeto obtener la descarga orgdstica génesis no le sirve de recurso ya que esos factores no
sin afrontar el conflicto edipico y lo que le es inherente: se confunden. En efecto, el autor se basa en un pasaje
el temot a la castraci1n, El perverso no es libre porque de Malestar en la civilizacifin, en el que Freud, refirién'
estd obligado a reproducir de forma a menudo mon6tona dose a la civilizaci6n occidental, dice:
y rfgida un acto que est6 perfectamente ritualizado. El
menor fallo, el menor incidente en eI desarrollo del <<Gran
... emoieza por prohibir severamente toda manifestacidn
de la sexualidad iniantil. Este primer acto se halla psico-
Ceremonial», y no obtendri, la satisfacci6n. Que la pros- l6gicamente justificado ya que el encaminamiento de los
tituta le pegue algo màs de 1o necesario, que é1 descubra ar-dientes desèos sexuales del adulto no tiene la menor posi'
bilidad de realizarse si no ha sido dispuesto en la infancia
un agujero en la media negra de su amante, que su mujer mediante una labor preparatoria. Lo que de ningÉn modo tie-
dé media vuelta en un momento mal elegido... 1y adi6s ne iustificaci6n es que la sociedad niegue esos fen6menos tan
placer! El profesor que esta mafrana gozaba contemplan- aso-mbrosos y tan Téciles de demostrar. La elecci6n hecha
de un objeto-por un individuo que haya llegado a la madurez
do a las mujeres por el agujero de la cerradura del lavabo sexual estaré-limitada al sexo opue§to, y la mayoria de sa'
priblico a riesgo de un esc6ndalo que lo haria abominable tisfacciones extragenitales le ser6n prohibidas como perye-r-
siones. Todas esas prohibiciones significan la exigencia de
ante el priblico, ante sus colegas, sus alumnos... por la
noche se mostrard fldccido al lado de su mujer, a la que (14) Aunque el divorcio constituya un grave atentado contra la mono'
ama sin embargo. El perverso nunca est6 libre y no siem- eamià. Y es pr-ecisamette la sociedad de consumo norteamedcana la que
Io concede coà mris facilidad, sociedad en la que vive Matcuse y que es
pre es feliz. Sin embargo, es envidiado por el neur6tico el objeto de sus crlticas.
228 André Stéphane
El Universo Contestatario 229
una vida sexual idéntica para todos. Esta exigencia, que se
sitrla por encima de las
las desigualdades que presenta la cons- nos de la madre, ca(entes de pene, junto a eventuales
innata o adquirida de los seres humanos,
tituci6n sexual innata amenazas proferidas por los adultos cuando le sorprenden
impide a un nÉmero ap apreciable de éstos el placer erdtico, masturbdndose («esto te pondrd enfermo», ... <(el médi«i
siendo la fuente de una grave injusticia.
El éxito de estas medidas restrictivas puede consistir en te lo cortar6», y otras admoniciones semejantes), hacen
que todo el interés sexual, al menos en los sujetos normales que el pequefio se aterre ante la idea de qu" ru padre,
cuya constituci6n no se opone a esta feacci6n, se precipitase
sin sufrir pérdidas en los <<canales» que quedan abiertos. cuya plaza suefia con ocupar tras haberlo eliminado (de-
Pero lo rinico que queda libre, que escapa a esta prohibici6n, seo de muerte edipica), lo castre.
o sea el amor hetero-sexual y genital, cae bajo el peso de Para salvar su pene suspende toda funci6n, abandona
nuevas limitaciones impuestas por la legitimidad y la mono.
gamia. La civilizaci6n actual da a entender claramente que sus fantasfas incestuosas, interiorizando las prohibiciones
admite las relaciones sexuales, con la 6nica condicidn de familiares y esencialmente paternales, realeì e imagina-
que tengan como base la uni6n indisoluble y contractarial,
para srempre,
§r de un hombre y una mujer;
muJer; que no tolera la rias, y especialmente la prohibici6n del incesto. Aif es
sexualidad como fuente aut6noma del placer y que no esta
sexuali como aparece el Yo Superior surgido directamente del
dispuesta a admitirla mds que a titulo de agente de multipli complejo de castraci6n. Y, lejos de prohibir la sexualidad
caci6n, que hasta ahora nada ha podido rcmplazar.
pregenital o prefdlica, mds que Ia sexualidad genital, se-
gdn una idea que Marcuse le atribuye a Freud (a nuestro
Mas la clinica cotidiana y toda la obra de Freud in-
entender de forma err6nea), el Yo Superior edipico puede
dican que las exigencias de la sociedad no han de con-
inducir al sujeto a regresar, es decir a reverter sus con-
fundirse con las del Yo Superior, heredero del complejo
flictos a un plano pregenital vivido como menos peligroso.
de Edipo, o sea como resultado de la interiorizaci6n de la
barrera del incesto, a fin de escapar al temor de cas-
La tearia freudiana de la represi6n no tendria ningfn
sentido si la genitalidad segrin Freud no alcanza
tracidn.
plenamente mds que cuando -quese ha superado elsecomplejo
Recordemos a este respecto el esquema edipico de
de Edipo y se ha llegado a la pubertad, aunque sègrin
Freud, acerca del muchacho: el pequefro se vuelve al
otros analistas ya estd presente en el momento del comple-
principio libidinamente hacia su madre, que es su primer
jo de Edipo-,la aceptase el Yo Superior mejor quà la
objetivo para los cuidados y la alimentaci6n que eila le
pregenitalidad. La regresi6n a una fase pregenital implica
prodiga. Tras haber pasado las fases oral y anal, el nifio
una tolerancia mayor del Yo Superior para las satisfac-
aborda la fase f.6lica, cuando su interés se concentra en
ciones pregenitales que para las edipicas o postedipicas.
su pene. En esta época empieza a componer imdgenes
El nifio de cinco afios que se muestra muy travieso con
er6ticas en las que se aproxima sexualmente a su madre,
imdgenes en las que entra en juego su pene (15). Pero la
su aya o su abuela (sustituto de la madre) regresa de
esta forma a la fase s6dico-anal de su libido. Fase en
creencia en la castracidn sufrida por los drganos femeni-
cuyo transcurso expresa su conflicto materno, manchando
(15) Pata Fteud, eI nifio en la fase edlpica ignora que su madrc y deskuyéndolo todo. Cuando pincha a su pobre aya con
tenga una vagina. Para otros aralistas, esta ignomncia no es m6s que un un alfiler para el pelo, cuando le mete polvòs de pica-pica
rcchazamiento y la fase edipica se confunde con la genitalidad. En tal
cuniono habtla una lase lfllica vetdadem sin el conocimiento corelativo en la espalda, se permite un acercamiento er6tico, actuan-
e inconsciente de un 6rgano complementario en el objeto. do de forma sddica, poniendo su pene al abrigo, y asimi-
André Stéphane El Universo Contestatario 23t
lando el alfiler y los polvos en su inconsciente con los pitalismo «libre» al <<organizado>» a partir de principios
malos excrementos que defecaba por todas partes y que de siglo. La administraci6n adopta, en cierta forma, el
tanto enfadaban a su mamd. papel del padre, <<1a formaci6n del Yo Superior adulto
Cuando Marcuse dice: parece saltar sobre Ia etapa de la individualizacidn: la
unidad genética se convierte directamente en una unidad
El padre, naturalmente, como pater lamiliay todavla eje' social, la otganizaci6n progresiva de los instintos parece
cuta la regimentaci6n fundamental de los instinto§ que pre' ser colectiva>».
para al n{fro a la super-represidn impuesta por la sociedad
àurante su vida de adulto, pero el padre realiza esta funci6n
Para el autor, <<las "bandas", la radio y la televisidn
como representante de la pòsicidn Que tiene en la familia en fijan el modelo del conformismo y de la rebeli6n».
la divisiòn social del trabàjo, m6s que como <<poseedor» de Lo malo es que para Freud el juego est6 listo, en lo
la madre.
esencial, a los tres afios, edad aproximada del complejo
Marcuse, en este caso, se halla en contradiccidn con
de Edipo, y que el Yo Superior se halla estrechamente
ligado a la existencia de los deseos incestuosos que chocan
Freud, ya que para éste el papel directo del padre como
<<regimentador» de los instintos no es nada comparado con el temor de castracidn (para Melaine Klein, el com-
papel Todo se desarrolla en el uni- plejo de Edipo tiene efecto en la segunda mitad del pri-
con su imaginario.
del niflo (en el que, dicho sea de mer aflo).
verso fantasmag6rico
paso, la imaginaci6n estd ocupada esencialmente por el No se comprende apenas en qué la existencia de cier-
ta forma de capitalismo o socialismo puede actuar sobre
òomplejo de Edipo que constituye el fantasma central de
este hecho: la madre es el objeto de los deseos del hijo,
la vida siquica inconsciente, papel que Marcuse hace el padre estd presente y el hijo se siente amenazado en el
corresponder por derecho a la perversi6n).
pene que es el asiento de sus impulsos sexuales.
Es en torno al hecho de que el padre sea el <<posee-
Decir que hoy dia <<en la lucha entre las generaciones,
dor» de la madre, que gira el conflicto del nifio, conflic-
to que se convertirà en el prototipo de los demds (los que
los papeles parecen invertidos: el hijo tiene un mejor
conocimiento, representa el principio de realidad màs
vivird m6s adelante con su maestro de escuela, sus cama-
moderno contra las formas paternas anticuadas>>, es des-
radas, sus superiores, sus rivales directos, etcétera...).
No es porque el jefe se llame patrono que el padre se conocer la precocidad del complejo de Edipo, su con-
sustancialidad con la condicidn humana. Afiadir un cali
llama pater, sino a la inversa' La idea de que el conflic-
ficativo (<<modernor>) al principio de realidad, es olvidar
to nodular sea el complejo de Edipo lo niega también
que este principio no tiene nada que ver con el cono-
Marcuse cuando afirma que «El Yo Superior se sepala
cimiento intelectual o el progreso técnico, sino que se
de su origen y la experiencia traumdtica del padre queda
arraiga en todas las primeras experiencias de la vida.
remplazado por unas experiencias mds ex6genas. Como
El hecho de que la situaci6n edipica sea una situaci6n
la familia es menos importante en lo que se refiere a la '
adaptaci6n del individuo a la sociedad, el conflicto padre-
d tres constituye una realidad inmutable, independiente
del contexto histdrico, polftico, econ6mico y social. Pre-
hijo no es ya el conflicto modelo».
cisamente, este cardcter no contingente de la situaci6n
Este cambio se debe, segtin el autor, al paso del ca-
232 André Stéphane El Universo Contestatario 233
edipica es el que forma su universalidad a través del tiem- e intentar demostrar que estas restricciones de la sociedad
po y el espacio (o sea, en las diferentes formas de civili pueden hallarse en desacuerdo profundo con el Yo Supe-
/aci6n). Caructeriza a la especie humana, que es la 6nica rior individual.
que conoce la prohibici6n del incesto' Sin duda, este En efecto, la procreacidn puede ser, al nivel indivi-
hecho se halla ligado a esta otra caracterfstica humana: Ia dual inconsciente, vivida por ambos sexos como hall6n-
premaduracidn. dose bajo el peso de una grave prohibici6n. Es usutpar
El ser inacabado que es un niflo conoce el deseo edi- el papel del padre y hacerle un hijo a la madre. Es iden-
pico sin poseer los medios fisiol6gicos de satisfacerlo. tifìcarse con la madre al recibir un hijo del padre. Si el
Cabe suponer que se halla mds dispuesto, para prote- individuo procreador pudiera contentarse con el aliento
ger su propio narcisismo, a proyectar en el padre la pro- que le presta la sociedad, incluso de la restricci6n que
hibicidn del incesto que, en realidad, Ie impone la natu- le impone impidiendo que el acto sexual escape a sus
taleza. Sin duda también, su premaduraci6n, su <<impoten- fines biol6gicos, no habria ninguna mujer, ni hombre
cia para ayudarse a si mismo>>, le empuja a buscar un culpables del nacimiento de un hijo, al no atreverse las
desquite en su debilidad nativa, y esto forma parte del mujeres a quedar embaruzadas por motivos conflictivos
origen de su necesidad posterior de dominar y conquis- evidentemente muy internos, o presentando una sicosis
tar al mundo. puerperal.
Asimismo, la negaci6n del papel del complejo de Edi- De igual modo, la obligaci6n de la monogamia se
po y las frustraciones precoces en la elaboraci6n del halla sujeta al interés general de la sociedad, pero al
principio de realidad; e1 escamoteo del papel del com- nivel individual la bÉsqr.leda de numerosos compafieros
plejo de castracidn en el nacimiento del Yo Superior y sexuales puede hallarse especialmente motivada por una
de la identidad de éste con la barera del incesto; la afir- tentativa de escapar al conflicto edipico. En efecto, en
macidn del cardcter <<hist6rico» de los instintos primarios las relaciones madre-hijo, la primera constituye el obje-
y de su posible evoluci6n, se sitÉan en una perspectiva to ùnico. Buscar numerosas mujeres puede, en ciertos ca-
completamente no freudiana. Unavez mds, es el derecho sos, estar relacionado con la negacidn del caràcter espe-
de cada cual a crear su propio sistema, pero no de afir- cifico del objeto edipico. Desear a todas las mujeres, tener
marlo bas6ndose en un sistema existente, cuando en lea- objetos sexuales intercambiables, puede representar una
lidad, constituye la negacidn. Asimismo, no es aceptable fuga regresiva ante el objeto edipico que est6 perfecta-
arcojar el anatema sobre los sicoanalistas que no aceptan mente determinado. Ademds, el narcisismo del individuo
algunos puntos de 1a teorfa freudiana, aunque conservan es fnico por definici6n-, puede querer proyec-
el meollo de la misma, en tanto que se rcchaza precisa-
-que
tarse sobre un objeto Énico que amafit como quisiera ser
mente 1o que hace que un sicoanalista se aproxime a amado, solo y para siempre, reparando con ello los golpes
Freud. mrSltiples recibidos por su narcisismo, en particular me-
Podriamos avanzat mds en el examen de las proposi- diante Ia situaci6n edipica: <<en fin, estoy solo con mi
ciones de Marcuse respecto a la represi6n social que se madre que me ama y a la que amo, yo, que soy su dnico
ejerce en el sentido de la procreaci6n y la monogamia, objeto, para siempre».
El Universo Contestatario
234 André Stéphane
los 6rganos genitales. En forma sicoanalitica, designa
No creemos que las restricciones sociales hayan sido
la forma mds acabada, mds madura de la relacidn con
el origen del amor humano que, al menos en el momento
en que nace, aspira a la uni6n eterna con §u objeto. Cuan-
el objeto. Est6, entre otras cosas, caracteizada, segdn
Freud, por lo que éste llama «las miras hacia el objeto»
do Marcuse atribuye a la 6nica contradiccidn entre la (ya que las fases pregenitales son esencialmente destruc-
utilidad social y la sexualidad, la celebraci6n por la ci-
toras), al mismo tiempo que por una mayor autonomia,
vilizaci6n occidental del <<amor desgraciadorr, cuyo <<mito
una mejor comprensi6n de la realidad del objeto, gracias
de Tristàn se ha convertido en su expresidn mds repre-
a la reduccidn de las proyecciones, etcéteru.
sentativa>>, escotomiza el cardctet fundamental <<desgra-
Lejos de considerarlo Freud una corvea impuesta,
ciado>» del arnor edipico, del que el arte y la literatura
el amor genital lo considera como dador al género huma-
se hacen eco, y cuyo rnito de Tristdn es una de las expre-
no de <<las mdximas sensaciones de su existencia, cons-
siones mds representativas.
tituyendo para é1, a decir verdad, el prototipo de toda
Es la espada del rey Marc, y no la represi6n social, la
felicidad» (Malestar en la civilizacidn).
que se interpone entre Tristdn e Isolda y da a su amor
la dimensidn trigica.
De un modo general, el autor parece considerar al
De modo general, la idea de que la sociedad de con-
amor genital, al hecho de <,poner en contacto los 6rga-
sumo o de abundancia, sea la sociedad represiva por ex-
nos genitales de dos individuos de sexo diferente», como
celencia, significa desconocer profundamente su catàctet,
una penosa corvea. Parc é1, s61o una <<resexualizacidn» de
mutil6ndolo al nivel de la libertad compulsiva de las so-
todo el cuerpo, una <{restauraci6n de la estructura pri-
ciedades primitivas.
maria de la sexualidad», permitiria una auténtica libe-
Sabemos que su impotencia frente a la natutaleza,
raciln de Eros. En cambio, para Freud la sexualidad sus dificultades en la lucha por la existencia, la penuria
pregenital no desaparece totalmente, no es normalmente
è1 obleto de un rechazamiento extendido, ni de una <<de'
al nivel de las satisfacciones m6s elementales, tornan
al Yo del ser primitivo pafiicularmente timorato, dando
sexualizaci6n» absoluta.
lugar a una extraordinaria multiplicacidn de los tabris
La libido oral, por ejemplo, tiene su parte en el pla- (prohibiciones).
cer de la mesa, en el de la palabra. Adem6s, la pregenita-
àNo es, ante todo, ol hombre unidimensional, el <<sal-
lidad desempefla un papel en lo que Freud denomina vaje», alienado en provecho de los espiritus y los demo
<<el placer preliminar» del coito (por ejemplo, el beso).
nios de que puebla el universo, y que se implantan en la
Aparte de esto, los analistas como Ferenczi han estu-
totalidad de sus actos, de todos los actos de su existon-
tliado de modo profundo el papel de las diferentes com-
cia, en sus tnenores detalles por sus tentativas de tener
pulsiones pregenitales en el coito genital. Esta opini6n es
propicios a los terribles seres que él mismo ha engen-
adoptada actualmente por gran nrimero de sicoanalistas
drado?
que relacionan el coito genital logrado con la feliz inte-
graci6n de los componentes pregenitales de la libido. Pero
ia genitalidad no se caructeriza s6lo por la primicia de
El Universo Contestatario 237
que se celebrd en el Petit Palais de Paris en tiempos de cesidades (4), necesarias para el rendimiento del sistema.
la ocupacidn alemana demostraba de qué modo la revista Marcuse habla de Ia sociedad y sus <(esclavos». Pero esos
Marie Claire habia intentado dar a las mujeres arias un esclavos se ignoran como tales y es necesario abrirles los
semblante judio gracias a la foto de la portada que pre- ojos y denunciar la felicidad de que disfrutan.
sentaba casi siempre rostros judios propuestos a las lec- Una inscripci6n en Censier definia la pedagogia como
toras como modelos. Y esta creencia se corresponde, a «el arte de encular a los demds sin que se den cuenta».
nuestro entender, con la esencia misma de una idea como Y asi podria formularse esta idea exactamente respecto
ésta: al Hombre Unidimensional de Marcuse: «iTe dejas encu-
lar y no te das cuenta!».
' Lo que se llama igualdad de clases revela en esto su En realidad, esta imagen se halla en el centro de
funcidn ideoldgica. Si el obrero y su empresario contemplan todo temor de persecucidn. Es el leitmotiv de Bagatelas
el mismo progiama de televisidn, si la secretaria se viste tan pot una matanza, Céline, que siempre estd muy cerca de
bien como laiija de su jefe, si el negro posee qn «cadillac»,
si todos leen ei mismo-peri6dico... esta asimilaci6n no in' su inconsciente y que se expresa del modo escatol6gico
' dica la desaparicidn de- clases, sino hasta qué punto las tan conocido, no se sirve de ningrin rodeo para decir que
clases dominàdas participan de las necesidades y -las satis-
facciones que garf,ntizan el sostenimiento de las clases rec- el judfo est6 a punto de encular a sus semejantes (en
tora§. este caso los franceses). La convicci6n de que tras el
aspecto armonioso de las cosas se halla el mal, la fealdad,
Recordemos asimismo esta prefiguraci6n de la socie- la suciedad, y que hay que desconfiar de las apariencias,
dad unidimensional cuyo responsable es el judfo, segrin se encuentra siempre ligada, en el inconsciente, al temor
Céline: final de la sodomia (5). Asf, el hecho de no poder dis'
tinguir lo positivo de lo negativo, que el primero haya
Lo estàndar en todo es la panacea del judio. No hay que
absorbido al segundo, es en si un peligro, ya que se
temer ninguna revuelta (3) ile los individuos pr-errob6ticos
oue va soiros. Nuestros muebles, novelas, peliculas, coches, corre el riesgo de dejarse sorprender, de no desconfiar,
lènsdaie. la inmensa mayoria de las poblaciones modernas de abandonar toda vigilancia.
va ést6n-estandardizadas.'La civilizaciln moderna es la estan-
àardizaci6n total de las almas y los cuerpos bajo el dominio (4) Recordamos la extravagante encuesta sobre Ia prostitacidt e-tt
iudio. Sus idolos est6ndar naCidos de la propaganda judia las ziandes aslomeraciones, dondà se dijo con la mavor setiedad del mundo
iro puede temerlos nunca el judio... qrriun amat. casa de cada dos se prostitula, a fin.de satisfacer no un
dleseo et6tico perverso, como un punto de vista simplista- pod{a suponer,
iino las necesidades expetimentadas por culpa de la publicidad.y el des-
La teofia del hombre unidimensional descansa, como pliegue de metcanclas. Esta versi6n moderna del «enueciite-», delirante y
hemos visto, en la idea de que la apariencia de satisfac' ialtà'de humor, no ptovoc6 masivos denuestos por parte de los lectores
àà1 resultado dé tal èncuesta, sino que, pot el conttado, fue el otigeq de
ci6n y felicidad que al individuo le ofrece la sociedad, la oellcula de J. L, Goddard: Dos o trei cosas qae sé de ella..., sefral de
quJ lòs fanta.mas paranoicos siempre son bien recibidos y que desempe'
enmascara la explotaci6n de que es objeto; explotaci6n fian una punci6n importante.
que alcanza a su tiempo y forma de trabajo, a la organi' (5) Una vez mZs, este temor es comÉn a todos. Lo que intentamos
rcaliàai aq)i no es el àndlisis de Matcuse, sino simplemente la derivaci6n
iaciln de sus pasatiempos y a la creaci6n de falsas ne' de los teàas de petsecuci6n presentes en su.obra, de 1o cual esperam-os
."car alguna luz pìra la compiensi6n de la adhesi6n que obtiene tal obra
(l) por parte del pÉblico en general.
Subrayado nuestro'
244 André Stéphane El Universo Contestatario 245
He aqui dos ejemplos que da al autor de esta absor- y del agua aparece varias veces en la obra de Marcuse,
ci6n del negativo por el positivo: asi como en su entrevista para el Express.
Es Céline, cuyo vocabulario se halla muy lejos del
Me paseo pot el campo, todo va bien. La naturaleza se de Marcuse, quien nos describe la Contaminaci6n, que
halla en el cenit de su belleza. Los p6jaros, el sol, el césped, aqui escribimos con mayriscula:
la vista de las montafras a través de los 6rboles, la soledad,
sin radio, sin olor a gasolina. Pronto, el sendero gira y
acaba en la autopista. De nuevo me enfrento con los car- La ciudad mds malsana del mundo, Ia m6s encajonada,
teles, las gasolineras, los moteles y los paradores. Estoy en la més enclaustrada, infestada, confinada, irremediable... es
un parque nacional y sé que lo que he visto no era la reali- Paris con su carcasa de colinas. Un callej6n sin salida atra-
dad, sino una «reserva natural», algo que se preserya como pado en una cloaca, lleno de carrofias, de letrinas, de torren-
una especie en extincidn. Sin la intervenci6n del Gobierno, tes de gasolina y petr6leo, ardiente, un cubo de podredumbre,
las consignas politicas, los vendedores de perros calientes una cat6strofe fisioldgica, preconcebida, mantenida, entu-
y los moteles ya hace tiempo que habrian invadido este siasta. La poblaci6n, a partir de mayo, hundida, ligada a
espacio natural, Esto se 1o agradezco al Gobierno. Es mejor una prodigiosa campana de. gas que_ sofoca,..que estrangula
que antafio,,. con sus emanaciones, con el humo de mil fébricas, de cien
mil coches en tr6fico... con sus escapes sulfurosos, con sus
... el Metro por la tarde a la hora punta, la gente que veo y miles de perros, una ciudad absolutamente corroida, minada,
que presenta unos semblantes y unas figuras fatigadas. Veo putrefacta hasta en sus riltimos hemoblastos por las m6s
el odio y el descontento. Siento que a cada momeflto alguien insidiosas, las mds perniciosas de las bazofias aéreas. No
podria sacar su cuchillo..., lasi! Leen, o mejor dicho, se hay ventilaci6n, Parls, un tubo de escape sin escape, Lodo,
hallan absortos en su peri6dico, su revista o su libro de bol- nubes de todos los carburos, de todos los aceites, de todas
sillo. Y sin embargo, dos horas màs tarde, la misma gente las podredumbres hasta el Éltimo piso de la Torre Eiffel.
desodorizada, lavada, vestida o desv-estida, puede ser feliz, Una cuba opaca, asfixiante, en cuyo fondo nos arrastramos
tierna, sonreir de veras y olvidar (o recordar). Pero estardn y morimos. En cuanto a nuestras grandes industrias, esas in-
en su interior solos o en familia, o con unos amigos, y para mensas emponzoffadoras en trance de gemir cerca del Sena
la mayoria esto ser6 terrible. y sus transportes, podria content6rselas, colmando sus de-
seos. Desmantelar esas grietas, esas calles, esas pÉstulas, esas
gldndulas llenas de pus, los inmuebles, curar a la humanidad
Se ve claramente en estos dos ejemplos el fantasma de su vicio infecto: la ciudad...
del mal (la autopista, el olor a gasolina, los carteles...),
enmascarado bajo la apariencia engafiosa de la naturale- Si hemos transcrito este célebre pasaje de Bagatelas
zabella y pura; y también el peligro (el odio, el cuchillo, pot una tndtanza, es a fin de demostrar cdmo el tema de
la desdicha), bajo el aspecto cuidado, lavado, desodo- la contaminacidn se halla relacionado inritilmente a la
izado. persecuci6n y a la analidad, y c6mo una vez m6s el per-
Asimismo, reconocemos la huella de la analidad de seguidor capitalista burgués que, en Marcuse, se encarna
que tanto hemos hablado, tras la ausencia del <<olor a en la an6nima sociedad de la abundancia, se asemeja
gasolina>» la primera yez, baia la apariencia desodorizada al judio perseguidor.
y lavada de la gente la segunda, estando siempre la ;Significa esto que no existe la contaminacidn a cargo
persecuci6n unida hemos visto a prop6sito del de las grandes industrias o que la propaganda es com-
-como
racismo-, a la analidad. pletamente inofensiva? No 1o creemos asi. La contami-
La inquietud que atafie a la contaminaci6n del aìre nacidn del aire y el agua es un problema real. La propa-
246 An&é StéPhane
principalmente en torno de unas expresiones esencial- probablemente intuitiva, una serie de imdgenes y afectos
mente propagadas mediante la técnica de las inscripcio- inconscientes (relaciondndose con la idealizaci6n del seno
nes murales. Los jefes de este movimiento se reconocie- materno).
ron, no tanto por la semejanza de sus ideas, como por Sin embargo, no puede denunciarse por una parte el
la utilizaci6n de algunos términos percibidos de inme- cafircter <<terrorista>> de las técnicas publicitarias y utili-
diato; o sea, antes de que el pensamiento critico se zar constantemente la misma técnica con fines politicos,
despertase y la raz6n se ejercitase. La expresi6n <<re- o abstenerse de denunciar esta técnica de propaganda
presi6n», por ejemplo, despierta en el inconsciente toda cuando la practican los <<amigos»>, sin correr el riesgo de
una cadena asociativa y una serie de afectos que nada que a uno le recuerden la anécdota de la paja y la viga,
tienen que ver con el contenido de la idea expresada; a ya que, en fin 2quién podria pensar de buena fe en
saber, que en la sociedad democrdtica liberal, la libertad semejante <<alienaci6n>>, que nos empuja a entregar 1,50
conoce restricciones ligadas a tal o cual otro factor, pero francos en las cajas del grupo Unilever, y esta otra alie-
que estdn relacionadas directamente con temores arcaicos naci6n que condujo a los alemanes a la kristallmacht,
(infantiles). I y luego a la <<soluci6n final>>, o a los estudiantes de la
Asi, el vocablo'«represi6n>» puede evocar en el in- rcvoluci6n cultural a romper la muffeca de un gran pia-
consciente <<Policia»>, <<Gestapo>>, <(tortura», <<aplastamien- nista laureado con el premio George Enesco? (1).
to», {<castraci6n>>, evocando al mismo tiempo una imagen [,No hay cierta analogia con 1o que hemos descrito
paterna terrible. como derivado de los mecanismos proyectantes que con-
Una técnica de informaci6n que se apoye, de forma ducen a denunciar en los dem6s 1o que uno se niega a
deliberada o no, en el despertar de los procesos prima- admitir como propio?
rios inconscientes, rn6s que en el pensamiento l6gico, es, Asimismo, la definicidn que da Henri Lefebvre de la
ya 1o hemos manifestado, propia de la propaganda poli- sociedad <<terrorista>> participa plenamente, a nuestro en-
tica de los regimenes totalitarios. tender, de lo que é1 pretende denunciar, o sea del terro-
En efecto, es la técnica de la propaganda: «Persil rismo. En efecto, dice:
lava mds blanco» se dirige al inconsciente de las amas
de casa y despierta en ellas una cadena de asociaciones No llamaremos «terrorista» a una sociedad donde se
que de la blancura conduce ala pureza (sexual y moral). aclama a la violencia, donde corre la sangre. El temor poli-
tico rojo o blanco no puede durar largo tiempo. Un grupo
Que los publicistas se vean guiados por su intuici6n, definido lo ejerce para mantener su dictadura. El terror po-
o sea que inspiren conscientemente en el conocimiento litico se localiza, no puede atribuirse a <<toda» la sociedad,
Semejante sociedad est6 aterrorizada, no es terrorista, En
de las leyes del inconsciente y de la significaci6n simb6- la «sociedad terrorista» reina un terror difuso. La violencia
lica de la blancura, poco importa aqui. Pero cuandò Mao se halla en estado latente. Las presiones se ejercen de todas
Tse-tung ofrece como regalo a una delegacidn de obreros parter sobre los miembros de esta sociedad. Les cuesta
unos mangos y Radio Pekin explica que los recipienda- (1) Es cierto que si el capitalismo es el mal absoluto, invertir dineto
rios no cesaban de contemplados y manosearlos, con los en lo§ ,rnrrJ es colaborar con el Diablo, cs contribuir a eternizarlo.
ojos arrasados en ldgrimas, rnoviliza de forma semejante, Los métodos de la ptopaganda polltica, en efecto, se asemejan a veces
a los de la publicidad, de un modo sorprendente.
I
250 Andté StéPhane El Universo Contestatario 25L
peso del mismo' Para empezar, Lefebvre affuma que <(el terror rojo
-òàau separarse del terror, apartar de si el
mucho
se convierte en tèrrorista y su propio
tu t...1"n,j
.terrori's-
No hay necesidad de dictador, cada-cual se denuncia o blanco no puede durar largo tiempo». A escala de la
u rì'irÀà" y se castiga. El terror no se localiza, se-halla Historia tal yez, pero iy a escala humana? Si Lefebvre
àn-ii y en ei detalle. «El sistema» (si puede ha- hubiese sido judio en Alemania entre 1955 y 1945, sin
de- sistema) coge a cada miembro y lo somete al
blarse"o"junlo
coniunto. o sea a una éstrategia, a una finalidad disimulada, duda habria hallado el tiempo muy largo. Cierto que su
a uàos fines que s6lo conocen los poderes de decisidn.y que espera habria podido verse acortada por esta sociedad
nada ni nadie puede poner en duda ni en tela de juicio'
«no terrorista». Asimismo, de haber estado en Rusia
También dice: durante la era stalinista, perteneciendo, por ejemplo, al
grupo de los primeros bolcheviques que ascendieron al
La sociedad superrepresiva terrorista confia las tareas poder después de la revolucidn, le habria ocurrido lo
r"oÉiiuu. a la familia v al padre, o mejor arin, a Ia con- mismo.
;il;i" de cada cual (...) Una cierta democracia (liberal)
parece el resultado y la exp-ansi6n de la sociedad represiva-' Cuando Lefebvre afirma que <<e1 terror politico se
LÀ restricciones no se perèiben se viven como tales (-"-)
ni localiza, no puede atribuirse a "toda" la sociedad, una
Éria democracia guardà en reserva la violencia y no deja
intervenir màs que en riltima instancia, como recurso su' sociedad tal est6 aterrorizada, no es terrorista», creemos
u h fuerà (...) La represi6n es inritil en la medida que desconoce los mismos fundamentos de las sociedades
"i"Ào
èirCtu .tt que la autorrepre§idn (grupos e individuos) ,se
à"iàrgu de ia tarea (...) La sociedad superrepresiva halla totalitarias. En efecto, esas sociedades, sean de esencia
en laiociedad terrorista su fin l6gico y estructural. Entonces, religiosa, fascista o comunista, tienden a suprimir toda
;rv;À; las restricciones y el sentiiaiento «vivido» de la oposici6n, no s61o por la violencia declarada, sino me-
libertad.
diante una propaganda cuyo cafircter especial ya hemos
Nosotros consideramos precisamente como terrorista recordado, o por una propagaci6n de la fe que tiende a
la llamada efectuada al inconsciente por el empleo del destruir las raices profundas individuales e interiores de
calificativo de <<terrorista», repetido varias veces a modo toda resistencia.
de una frase publicitaria, y su aplicaci6n a unos fen6- Los regimenes totalitarios siempre tienden a consti'
menos que exigirian una explicaci6n previa. tuir una sociedad un6nime, cuyos elementos se unen con-
En éfecto, el vocablo <<terrotismo>> se impone con tal Ea un grupo designado como <<victima propiciatoria» (los
violencia en raz6n de su impacto sobre el inconsciente, incrédulos, los judios, los capitalistas o los revisionistas,
que barre el pensamiento ldgico y deja el campo libre a
por ejemplo). Mediante una continua presidn ejercida
làs torbellinoi fantasiosos, cuyos retofios a nivel de con-
sobre los espiritus, m6s gue sobre los cuerpos, las dicta'
ciencia quedan impregnados por el proceso primario hasta
duras mds feroces consiguen el asentimiento general de
el punto de abolir toda facultad crftica.
Si tratamos de no dejarnos sumergir por los afectos y las masas. La intolerancia se erige entonces et dogma,
puesto que siempre se trata de preservar el Bien y des'
los fantasmas, asociados siempre al vocablo <<terrorismo>>,
podremos efectuar las observaciones siguientes, sicoanalf- truir el Mal. Asi es c6mo las victimas del stalinismo
ticus o no, respecto a la tesis de Lefebvre. lloraron la muerte de Stalin, exclamando: <<Cuando se
252 André Stéphane El Universo Contestatario 253
tala un bosque vuelan las virutas» (sin ver que las viru- el <<Mal>>, eno es ejercer una accidn que supera en mu-
tas eran ellas mismas) (2). cho Ia de.un «terrorismo» localizado, ya que consigue
Al decir antes que de haber siclo Lefebvre un judio apoderarse de todos los espiritus?
en la Alemania nazi habria hallado el tiempo largo, no ;,Es que una propaganda que durante quince afios
hemos llegado hasta el lfmite de nuestro pensamiento: agosta todas las quejas que la poblaci6n 6rabe alimenta
En efecto, parece evidente que no son s6lo los judios cootra los regimenes llamados «progresistas)>, contra Is-
los que sufrieron el terror hitleriano; no s6lo los anti- rael, hasta el punto de que los intelectuales creen que
nazis, sino todo el pueblo. Ya que convertir a todo un el sionismo es una doctrina religiosa que quiere arrojar
pueblo en unos criminales de los que muy pocos a los àrabes del Oriente Medio (5), (Le6n Poliakov nos
garlo seria de mala fe- supieron conservar la -ne- razdn ha informado que los estudiantes atribuyen al vocablo
«sionismo» una etimologia que deriva de expansionismo),
suficiente para no dejarse arrastrar a la Cruzada contra
no acaba por ejercer una violencia tal sobre los Énimos,
(2) Naturalmente, se hablan tefido esos hilos sutiles que unen a la que éstos llegan a incensiar al jefe que, no s61o los ha
vlctima con su vetdugo, No podemos pasar esta alusi6n por alto. engaflado, sino que los ha conducido a la catdstrofe?
Sih embatgo, que se nos permita afirmar la relativa inocuidad de
una Torte Eiffel pottadora de las siglas de la casa Citroén con relaci6n i,Es que a partir del momento en que toda la masa
al revestimiento de Paris pot la esvdstica (cruz gamada),la Cruz de Lorena, estd de acuerdo en una doctrina, aunque ésta sea promul-
o cualquier oto slmbolo polltico. La publicidad que flos maneja (<<La pu-
blicidad te maneja») no intenta en ningÉn caso <<alienatnos» totalmente. gada por uno solo, puede hablarse de <<terrorismo loca-
Si se nos sugiere qqe malchemos a la hora <<Lip», esto 11s imFlica m6s lizado>>?
que a un sectot lnfimo de nuestra personalidad, peto si se nos obliga a
marchar a la hora del «Che», esto tiende a una empresa totalitaria (la Mds arin. Lefebvre nos dice que 10 qtJe caractetiza a
discusi6n que nos conducirla a demostrar que el guevarismo o el casilismo
son o no reglmenes totalitarios no viene a cuento aqul, Ahora nos tefe- la sociedad terrorista superrepresiva, alias democracia li-
rimos al método que tratan de imponernos, Nuestro criterio serla idéntico beral, es que se llega a la autorrepresidn, o sea que cada
aunque se ffatata de cualquier otra ideologia polltica).
Por otta parte, bueno es observat esto se aplica mds especialmeate cual es su propio censor. Sin embargo, creemos que una
a Marcuse que ptetende que el mundo -y moderno impulsa a la desetotizaci6n sociedad donde se practique la autocritica (priblica), no
del ambiente, ya gue seeÉn é1, los enamorados pueden etotizat a la
nafi$aleza pero no a los edificios de Manhattan- que los palses que no es represiva. En efecto, o esta autocritica es hip6crita y
viven en un sistema econdmico de metcado, presentan. el triste espectdculo en tal caso es el efecto de la violencia que obliga al re-
de los escaparates polvorientos donde se acumulan sin ningrin orden algu-
nos obietos an6nimos. Sin espetanza de beneficio y correlativamente sin fractario a someterse a un procedimiento humillante y
publicidad, le garantizamos a Marcuse una deserotizaci6n mucho mds ab-
soluta que la que é1 cree comprobar en Ia actualidad. En realidad, algunos cruel, o es sincera y constituye una manifestaci6n tre-
estudios amedcanos pretenden que las j6venes que etrffan en un gran menda donde el infantilismo disputa la preminencia a
almacén ofrecen cietto gtado de excitaci6n libidinal. Esto, en efecto, es
probable. No discutiremos con Matcuse respecto a los méritos aftodislacos la superstici6n religiosa. Pero de todos modos, se trata
comparados de la ciudad y el campo, ya que ésta es una cuesti6n de de una forma de autorrepresi6n poco madura.
gustos. Diremos simplemente que los sfinbolos sexuales de los suefios tanto
los p:esta el paisaje ubano (casas, escaletas, totre, tascacielos, callejones, ZQUé es exactamente Io que Lefebvre denomina <<auto-
etcétera), como el paisaie natutal y rural (tfos, barrancos, grutas, 4rboles, rcpresidn»?
colinas, gtanjas, etcétera). Ademds, tecordemos que las artes han apelado
ampliamente, desde la industtializaci6n, a la poesla que puede sep,llarse
de las <<ciudades tentaculares» (ver Monet y la estaci6n de Saint Lazare, (3) Muchos intelectuales de Izquierda franceses comparten ests opi-
Delvaux y los apartaderos de selecri6n, los fetocaniles en la literatura
rusa, Léger y los motivos de hertamientas o mecrinica. Numerosos pintores ni6n, sin haberse molestado en acudh a las fuentes, o sea leer El cstado
judio, de Hetzi.
abstractos también se han sentido inlluidos por el paisaje utbano).
El Universo Contestatario 255
254 André Stéphane
Esta ideologia es particularmente optimista, ya que
Pa':a empezar, tenemos que ob§ervar- que toda
educa-
los sicoanalistas saben que muy pocos individuos pre-
en la interioiizaci6n de las prohibiciones
-i.r.uur"
se funàa sertan todos los caiacteres propios de la <<genitalidad»
"iOn
ii;'q;; llama auto-represi6n)' No es s61o el (de la que hemos dicho que era preciso entenderla como
ì.** ut pedagogo o al guardia, o-sea al castigo o a.una
sino mds bien extendiéndose mucho mds all6 de la primacia de los
rà"oÀp."iu, u1Jqu" la educaci6n,
"oridu." un 6rganos genitales, e implicando una forma particular y
u iu àpu"iaad de evalu ar el carilcter rnoral de acto
prohibici6n externa' en principio màs perfecta, màs madura de relaciones con
por si *it*o en ausencia de toda
Ios objetos y consigo mismo).
una
Hemos visto que, segtin Freud, esta'capacidad es El abismo que separa el cardcter <<adulto>> de la ideo-
frrr.r"iu del complejo de Edipo (El Yo- Superior)' (o
Un
logia propia de la democracia liberal por relaci6n con
habiendo
?;-^S"p.tt,"i irt,iti"i.ttemente constituido la realidad de los individuos, da a los regfmenes liberales
."iriao regresi6n), concluye en una dependencia ex-
"r, una enorme vulnerabilidad, ya que la tolerancia de que
;;;;t;;p.ctJ a los.objetos exteriores en la evaluacidn dan prueba, por definicidn, les impulsa a admitir la
de los actos, y en partiòular a una sumisi6n absoluta
a
es el.ordenado por oposici6n. Pero si ésta tiende a destruir su misma esen-
to" i.t"r. El aito moralmente vdlido cia, la ldgica del sistema implica que se le deje cierta
de esta imper-
iàf.. El Yo Superior carece entonces libertad de acci6n, por m6s que los regfmenes liberales
"i
sonalidad ,re.erutiu que permite evaluar los actos
con
la r-e- contengan en permanencia un germen de muerte. Mas
ieia"ion a unos criterios fermanentes que superan cuando tratan de defenderse, se ven obligados a emplear
persona u òttu' Es la existencia de un Yo
laci6n de una las armas (en todos los sentidos de la palabra) de los
Suoerior <(autorrepresivo>> que ha permitido' por ejem-
regimenes totalitarios. Por tanto, también contienen un
t.rirtencia, la moral personal, inmediata' contin- germen de fascismo.
"iJ--i" ha sido borrado en
ffi;;'àe obediencia al jefé iritemporal,
.que
independiente' Decir junto con Cohn Bendit que el régimen francés,
i"""r' aà una moral abstratta, con ocasidn de los sucesos de mayo de 1968, estuvo vaci-
valores trascendentes'
-- obediencia a unos
de
de la democracia liberal (4) lante por una parte, y por la otra demostrd su verdadera
É" ..rfiaad, la ideologfa
esencia policiaca, es simplemente describir el Caribdis
., *u ii.ofogiu de adultoi, donde cada cual es su propio
"la .,libertad de cada cual termina donde y la Escila entre los que oscila todo régimen liberal que
;;;;;;" sufre los golpes de sus adversarios (5).
émpieza la libertad ajena>>' No hay <(terror» en los regimenes liberales, o de lo
«indivi-
Cuando decimos uadultos' deberiamos decir contrario este vocablo nada significa, pero como siempre
a una fase pre-
duos post"dipicos», o sea no regresados
quieren que signifique algo, no es posible emplear esa
el Yo Superior adquiere unos
g"ritri à" t*iibiao, donde
caracteres arcalcos' (5) Que sea necesatio recotdar unas vetdades tan sencillas, que Mon-
tesquieu, Tocqueville y oEos, asi como el buen sentido, han hecho fami-
liares, es sintomdtico de la eficacia de la propaganda y, sobre todo, de
cl protestantismo' Hav que
(4) con
Para Lefebvte, ésta se .confunde que
lo motei6 de <<capilla iudia»'
la necesidad, sobre la que insistiremos, en la que se hallan ciertos intelec-
recordar que éste desperto Òefi*' tuales de teformar la realidad y de acoger con deleite las contta-vetdades
'i'iàat uàòpìé
Aunque este regrmen'liÉIrii
forma mds autotitatia que manifiestas.
"tu
t, de-Ioi'i"gimenes de asambleas'
256 André Stéphane El Universo Contestatario 257
y otras palabras semejantes mds que con prudencia, salvo Iéon Poliakov hace de esta proyecci6n sobre el judio
si se deiea <(maneiar» a la gente a la que uno se dirige, de sus deseos de la devoracidn una motivaci6n esencial
hurgando en su inconsciente y no en su raz6n, procedi- del antisemitismo.
miento que s61o el arte, la poesia o la literatura en prcsa Hemos dicho que esos temas son propios del conflicto
utilizan con entera legitimidad. inconsciente del nifro con su madre. Al mismo tiempo,
Pero la democracia liberal parece confundirse hoy dia hallamos en esta absorci6n total el fantasma de empresa
con <<la sociedad burocrdtica de consumo)', o d menos, de que hablamos anteriormente. En riltimo andlisis, es
tal es la opinidn de Lefebvre. laanalidad en todos sus aspectos lo que se proyecta sobre
Como Marcuse, Lefebvre ve en la sociedad de con- Ia sociedad. En efecto, lo que se pretende esencialmente
sumo una sociedad unidimensional (aunque piense que etr esas acusaciones de absorci6n, aparentemente de nivel
la situaci6n de 1os intelectuales los induce siempre a oral, es el resultado, o sea la reducci6n de objetos alta-
<<contestarr>), que quiere integrar. iQué? Sus miembros, mente diferenciados (el arte, la poesfa, las filosofias) al
grupos, e individuos, los àtomos y las moléculas. eA estado de materia neutra, de particulas despojadas de
[uién? A ella misma, ya que nadie piensa que la socie- todo individualismo, en el sitio del excremento. Ta1 es,
d-ad sea un sujeto. Esta sociedad, con su intenso estetis- en efecto, el fin conducente de la digestidn.
mo, eno ha integrado el antiguo romanticismo? El su- Por tanto, en Lefebvre hallamos, como en Marcuse,
rrealiimo, el existencialismo... lincluso gran parte del rma temdtica persecutoria tipica.
marxismo?, por la via del mercado como mercancia' Con-
testaci6n de ayer, hoy dia producto de calidad para el
consumo cultural. Este consumo ha deglutido aquello a
lo que pretendia darle un sentido; 1o ha devorado'
-Esta-s
referencias al tema de la devoraci6n y la di-
gesti6n no nos son desconocidas.
La semejanza, por no decir la identidad, entre los
temas racialés, antisemitas en particular, y los temas anti-
burgueses, también se hallan a este nivel. Los judfos son
periddic"mente acusados de crimenes rituales que con-
iirt"o, supuestamente, en la muerte de nifios cristianos
que venden como carne en las carnicerfas, o con cuya
.*gr. fabrican el pan 6zimo (consultar el caso Beilis,
de àonde Malamud èxtrajo su libro el hontbre de Kiew)'
La proyecci6n de los deseos sddicos de devoraci6n apa'
recJenesto muy claramente, ya que la carne y la sangre
del Pequefio Jeiris (el nifio cristiano) se consumen cada
dia en la celebraci6n del sacramento de la eucaristia'
El Universo Contestatario
- ' Conviene evocar aqui
algunas proposiciones del libro
dc Radl Vaneigem: Tratado de seber vivir al uso de lac
Nltaw genoraciones.
Antes de abordar el contenido, propiamente dicho,
hay que aclarar que el estudio de Vaneigem va contra
todo precedente, por el catdctq excesivamente personal
de su prosa. En la obra se siente vibrar una gran sensi-
bilidad que se expresa en un bello lenguaje, rico y a
meaudo fastuoso. El pensamiento del autor estd impreg-
nado de una cultura profunda y extensa. Hay que afiadir
t3 qre el estilo de Vaneigem es el mismo de las frases pro-
1ryand(sticas de los sucesos de mayo en Parfs y, en fin,
RAUL VANEIGEM, O LA EXTERIORIZACION DE de todas las contestaciones. Por lo demds, parece haber
LA INTERIORIDAD r&b el origen de gran nÉmero de f6rmulas entre las m6s
ffices y poéticas (1).
Sin duda, habian sido previamente propagadas por la
No es el hombre, es el mundo que es anormal. Gf,ista de la Internacional Situacionista, en cuyo cuadro
es lmo de los mds eminentes redactores.
A. Anrnun, - Tal yez sea preciso recordar que los situacionistas de
(Anfiteatro de Mrlsica en Nanterre) Estrasburgo habian emigrado a Nanterre a comienzos
del afio solar de 1967.
La enlermedad mental no existe. La admiraci6n por la obra de arte que es este libro y
R. VeNBtcBl,t la simpatfa, en el sentido etimol6gico del término, que
ar autor inspira al lector, no pueden impedir su critica.
Tratado de saber vivir aI uso de las iivenes
Algunas de las tesis propuestas por Vaneigem se
generaciones.
pùecen a las de Marcuse y Lefebvre. Nos referimos esen-
(1) «Geatividad, espontaneidad y poesla», «vivir sia tiempos muer-
Hoy dia se estd tentado a no considerar n'tds o, <vivir la vida», <<sobrevivirla>>, «cambiar la vida>>, <<s6lo e*iste el
que la realidad socinl del hombre. Perc no. !re revolucionario», «banalidad>>, <<brib6n crucificado de'Nazaret», <<morir
è lrmhre o morir de abumimiento», etcétera.
Esto es demasiado superficial. Hay cosas que -@ Igralmente, parece ser el creador del estilo de las frases publicitarias
en la invemi6n de los términos, segÉo el modelo de ia respuesta
nos atosigan en nuestra realidad individual, àda por Marx a Proudhon: «Filosofla de la miseria», «miseria de la
GLrsr*ia»; «el sentido comrln de la sociedad de coasrimo ha utilizado
intima... L ùtisua expresi6o: "ver las cosas de frente", pero en zu rcsultado
Itico: "no vet ante sI rnr4s que cosas"»; «coherencia del mito y mito de la
W. GoMsnowtcz (Conversaci6n con o*sencia»;_ «irroherencia del especlÉculo y espectdctlo de la incoherencia»;
.trDÉ:ttf,oc deseos de infancia reencootrados reencuenùan la infancia dè
Dominique de Roux, Combat,2 dic. 1968). m8rms deseos», etcétefa.
260 André StéPhane El Universo Contestatario 261
ciaLnente aL cardcter de maquiavelismo malicioso, de ... el sentimiento de humillaci6n no es m6s gue el sen-
timiento de ser objeto... Convertirse en algo tan-insensible
maquinaci6n secreta, de empresa total (con los habituales y- tan manejable como un ladrillo. A esto iÀvita la organiza-
faniasmas correlativos) contra los que no es posible lu- ci6n social a cada uno con afectuosidad.
char ni defenderse, que incluso dan la ilusi6n de libertad,
propia de la sociedad llamada de consumo.
- Anteriormente El mismo aburrimiento est6 perfectamente organi-
hemos agrupado los principales rasgos zadoz
prestados a esta sociedad bajo el término genérico de
fantasma <<Paranoioo»» (2). Un asesino de dieciséis aflos declard recientemente: «Maté
porque me aburria».
Vaneigem asimila asi <<la organizaci1n social jerarqui' Aquel que ha sentido ascender en su interior la fuerza
zada (...) a un gigantesco racket cuya habilidad (...) con- de
-su
p,lopia destrucci6n sabe con qué negligente cansancio
siste en colocarse fuera del alcance de la violencia que podrfa llegar a matar a los organizàdores -del aburrimiento.
suscita, y en conseguir esto consumiendo en una multitud
de comÈates dudosos las fuerzas vivas de cada cual»"' Pero el aburrimiento traduce una imposibilidad de
«Nadie escapa a la necesidad de conducir su encuesta poseer libidinalmente el mundo exterior por razones con-
sobre el racket que le acosa hasta en sus pensamientos, flictivas. Las mds maravillosas fiestas no pueden distraer
incluso en sus sueflos. Los menores detalles revisten una ni divertir a quien lleva en si el aburrimiento, esta caren-
importancia capital. Insolencia, fatiga, humillaci6n"' cai cia en la economia de la libido. Ner6n también se aburrfa.
prodest? eA quién beneficia?»> i,Hay que incendiar Parfs, por ejemplo, para divertir a
Hallamos aqui los fantasmas de persecuci6n (5) para- los que no saben o no pueden hallar en nuestro mundo
noica que ya nos son familiares: la empresa total del per- tan extraordinariamente apasionante un apoyo posible a
seguidor que se insinria por doquier (el racket que acosa sus posesiones?
haita en lòs pensamientos y los suefios), la desventraci6n En cuanto al trabajo, se reduce a una tortura (el autor
(consume laifuerzas vivas de cada cual), la maquinaci6n recuerda que el vocablo procede de tripalium), a la que
iee q,rien beneficia?), la necesidad de desenmascarar la burguesia somete al proletario, cuyas fuerzas emplea.
ài perseguidor (conducir òu encuesta sobre el rucket)' §osotros recordamos que la sala de partos de las mater-
-Un
poco m6s lejos hallamos el tema de la empre' nidades también se llaman <<sala de trabajo», lo que
sa (a) bàjo la forma de una manipulaci6n que reduce al implica que el mismo posee una afinidad con el dolor,
sujeto al estado de objeto: lrro concebido éste como un preludio para el nacimiento,
trrototipo de toda creaci6n.) Como sicoanalistas, no pode-
mos olvidar las expresiones <<trabajo de ensuefio», <<tra-
(2) .no- nos iotetesa en
sI
Afimamos que el anrilisis de Vaneigem
-través
mismo. Lo que nos pr"o."pu-o-io-Àprotar. a
-ioÀpt*der de tres escritores la bajo de duelor>, que designan las elaboraciones fecundas,
J...uri.n.i"
'de cierios t.àut- v las mzones del éxito de
permitiendo, de una parte, que los deseos inconscientes
àsuéIlos entre los contestatatios'
(3) No nos sorprendiqoé este libro empiece con el relato de una Iluyan en imdgenes cuya creaci6n posee sus propias leyes,
r*ototi -i[i"ìi-*ocunida a Rousseau'
"*'Aì célebre operaci6n que nunca deja de admirar al analista, y por
ìòaot-eiiò. t"*"t a los que hemos seialado a pto-
o6ritot-4. i;'H;id d;-u-e".i,ia"-oE t-oo-t en matcha» contra los otra, al dolor, consecutivo a la pérdida de objeto, de
iellos» (ellos nos han cegado, ellos no hatr engailaclo"',|'
262. André Stephane El Universo Contestatario 263
sufrir un p(oceso que 1o haga aceptable y finalmente dudar de que el comunitario halle agradable el mundo
enriquecedor para el Yo (aludimos a las identificaciones en que vivimos. Basta con volver de Argelia, de Portugal
normales con el objeto perdido). o de Rumanfa para hallar este mundo nuestro *con
Vaneigem se extraffa al comprobar que la gente «cae» todos sus innegables defectos- relativamente satisfacto-
en la trampa.tendida por la sociedad de consumo: rio. Pero también qs tan diffcil hablar del cielo con un
ateo como de lavadoras o trilladoras-aventadoras a quien
Personas que han trabajado verdaderamente por teler-un exige de la sociedad que le abra las puertas del paraiso.
refrigerador, un coche, un receptor de televisi6n. Muchos Ya que <<el nuevo proletario vende su fuetza de trabajo
contilnÉan hàciéndolo, <iinvitados a consumir la pasividad y el para consumir» (dicho entre paréntesis, ésta es una de-
tiempo vacuo que les ofrece la necesidad de producir».
Millones de seres humanos fusilados, torturados, apre§a- claraci6n que parece absolutamente absurda, cuando se
dos, hambrientos, embrutecidos, ridiculizado-s sabiamente, la somete a quien conoce la miseria. ;,Para qué otra cosa,
tienen al menos, et la paz de los osarios y las fosas comunes,
la garantia hisi6rica àe estar muertos, como aislados en pues, hay que trabaiar? Tal es la respuesta que se da
apaitamentos con aire acondicionado, y-s1ls descendientes siempre).
alrenden a repetir, gracias a .las emisiones televisadas Sin embargo, consumir es un cebo que los capitalistas
dìariamente, què son l-ibres y felices. Los comunitarios se
han dejado mitar hasta el riltimo para.que también qÉ-pg".du: burgueses ponen ante los ojos de los trabajadores para
adquirir una cadena estereof6nicà PhiIlips-de alta fidelidad. lnder enriquecerse a sus expensas (6).
Un buen porvenir que habria hecho la alegria del pasado,
sin duda alguna.
_ La burguesia halla en la supervivencia la materia prima
de sus intereses econ6micos. La necesidad de alimentarse
En efecto, nadie lo duda. Hay que haber contra-inver' y de subsistir motiva a la fierza el comercio y la industria.
Aunque no sea abusivo ver en la primacia de la economia
tido verdaderamente el materialismo para no comprender el dogma del espiritu burgués, la fuente misma de su célebre
que comprar un coche puede constituir un fin en si, al humanismo. Si los burgueses prefieren el hombre a Dios, es
menos provisional, y que esta adquisici6n procure una porque produce y èo-pru y iumirristra,
"oniume,
gran alegria. En esta idea del hornbre conducÌdo por el burgués
Hay que haber olvidado la pena de los hombres y al estado de cerdo cebado o de pato atiborrado, hallamos
las mujeres parla ironizar sobre la posibilidad ya rc4lizada el tema de la manipulaci6n absoluta que reduce el hom-
de comprar unas méquinas que alivian todo esfuerzo (5). bre al estado de objeto utilitario (7). Ni siquiera el ins-
Hay que haber olvidado 1o que es la miseria, el ham-
bre, el embrutecimiento, el horror de las <<cuevas de , (6) Hav que destacar que todos esos escritores (Marcuse, Lefebue
y Vaneigem) patecen habm perdido de vista que si el capitalismo burgués
Lille», por ejemplo, y otros infiernos del siglo xlx para quiete entiquecerse, es porque ser rico es agtadable. 1Y qué se hace con
el dinero si no se consume? iEs acaso d capitalista vlctima de un engaffo?
(5) En una emisi6n televisiva de André Voisin, una arrciana de (7) En Ia realidad, este fantasma fue actualizado por los nazis
92 afiòs. la seffora Lefertre, explic6 que «habia pasado una iuventud muy
orando hicieton pantallas con la piel de los deportados o jab6n con grasa
humana,
aifLl a"biao al trabaio...'iOh, sf, muv diffcill» «lPor qué?» pteguntdle En China, se exhorta al pueblo a ser buenos comunistas reselaado
i,i intoto.ut"., «Porque do ÉUià apatatos, todo se hacfu a mano. Se Ias heces fecales para usarlas como abono. Los resueflimientos son estig-
coaaba la hietba con una hoz, se ataban las gavillas a maog'.. -Oh,-todo matizados. Pero en6e esta tealidad y los fantasmas proyectados sobre el
;;;;"y dificil. Ios j6venes'actuales no se dan cuenta de ello. Y se butgués, cuyo humanismo sewitla incluso para enmascafaf a los comer-
oueian>>
' 'Estas-afiadi6 la anciana. ciantes mds odiados, existe un rDargen que creemos dificil suprimir.
palabtas, dentro de su sencillez, merecen ser meditadas.
264 André Stéphane El Universo Contestatario 265
tinto de muerte significa otra cosa, segtln el autor, que ataques efectuados contra la sociedad de consumo. Éstos
«el estilo de emPresa de Poder». adoptan a menudo la mdscara de una lucha contra el
De este modò, el hombre queda castrado, vaciado de padre (esto se ve claramente en Marcuse, y en menor
su sustancia. Estd condenado a morir exangiie. grado,
_en
Lefebvre y Vaneigem que critican èl patriarca-
do, asf como entre los contestaiarios en su conjunto),
El hombre de la supervivencia es el hombre del placer- pero en realidad el conflicto es regresivo y se siida en
angustia, de lo inacabado, de la mutilaci6n' nn registro pregenital, de esencia maternal. (ya insistire-
mos sobre este punto).
Pero lqué es esta sociedad que asf somete los indi- El autor del Tratado de saber vivir nos da una pista
viduos u tu empresa mortal? Una vez mds hallamos una para la comprensi6n del papel y el lugar de los mec-anis-
representaci6n de la imagen maternal que alimenta a rnos paranoicos en nuestra civilizaci6n.
sus hijos con leche adulterada. En efecto, Vaneigem subraya el fracaso del «pensa_
_
miento burgués>»:
Producci6n y consumo son los senos, de Ia sociedad mo-
a"r"à]iÀ*nutltuau a" esta manera, la humanidad crece Ninguna de sus justificaciones alcanza la fuerza de espe-
èr, fu"tru y en belleza (el tono es ir6nico)'
que antafio suscit6 su apuesta fundamental so6re
-rìanz-a
la técnica y el bienestar.
De modo curioso, una interpretaci6n hecha por el
autor de La Filosotla de tocadot comporta una escoto- Cita las frases de un obrero negro a un empresario
mizaciln total de la suerte reservada a la Madre al final blaoco:
de la obra de Sade. En efecto, Vaneigem opone los liber- «Cuando vimos vuestros camiones, vuestros
aviones,
tinos de Los Ciento veinte dias de Sodoma que gozan con creimos que erais dioses...>>
las torturas que infligen a sus objetos, y que acaban por En estas frases encontramos el eco de nuestras propias
matar, a losiibertinos de La filosotia, <'amables y bulli- lnlabras cuando observamos que es en el momento en
ciosos»>, que celebran llevar al extremo sus goces mutugs' que el mundo occidental sale pàr fin de
la miseria, cuan-
Los primàros son los amos antiguos, que vibran de odio el progreso técnico torna ìl hombre semejante
y rebeldfa; los segundos, los amos sin esclavos que no $
dim, cuando apenas se ha repuesto de una guerra
a un
espan-
àescubren entre si mds que el eco de sus propios placeres' bsa, que tiende a renegar de todos los bienès de la
Recordemos que el libro termina con las torturas in'
iivi_
lizaci6n y desea destruir Ia sociedad quà, ,i,
embargo,
fligidas a la sef,ora de Mistival, madre de Eugenia, que 1xlrece haber colmado sus antiguos anhelos, como el nifio
seie humillada, golpeada, sodomizada por la compafiia' que después de haber-suspirado largo tiempo por
la po-
comprendida Eugénia. Es violada por un uiado con vi- mi6n de un juguete, Io ròmpe tan f,ronto io tìene entre
ruelas. Sus 6rganos genitales y su aflo son cosidos por sus manos. Asi es lo que observa Èdgar Morin,
que se
su hija, para que el veneno del criado la penetre entera- interesa profundamentJpor el plano lòcd francés:
mente y para que no pueda volver a dar a luz' Hallamos
en este òt ido-d"l autor uta de las caracterfsticas de los
TI]L
El Universo Contestatario 267
266 André StéPhane
Tierr-a donde apareci6 al principio como una criatura escla-
Es la crisis repeRtina de una hermosa sociedl!
d:^^".o1.
vizada y pr6xima al animal, donde cada retofio de su raza
'"i'" 4; t ct*:, :11, .I:3 r
#I:kXt ";.';;fé.,ffi*il todavia debe efectuar su entrada en'el estadO de lactante
activa, una socledao i"3r:r,I
totalmente- impot€Bte. a iytch ol nature! y el hombre puede
oolitica. Ios movimienò;;;; peligrosos de la
descoloniza-
don- considerarlas como conquistas de la civilizaci6n. Desde hace
#* ;i"d t;;';;É;;;i"A;; deu'na iociedad ascendente'
los més. ele.vados de Europa'
largo tiempo se forj6 un ideal del.poder absoluto y de la
#:i ffiilfi;;Epi;ilr"" don{e--1e reducen las
omnisciencia,.encarn6ndolo en sus dioses. Les atribuy6 todo
adn tiene qu" el.nurr.l "nà iÀtiàa"a que s6lo quince lo que para él era inaccesible o prohibido. puede afirmarse,
tanto
ilà;;'y'É-àtòuit#ot,-èn cònitituian-ta -hace de fondo"' pues, que esas divinidades eran unos <<ideales culturales».
ut":'àÀo tela
af,os la pobreza v Actualmente, que se ha aproximado considerablemente a
donde todo tiende a la
Y he aqui qr""r ì-t';iciedadarmonia' e-ste ideal, se ha convertidò en un dios... (...) En interés
ya que carece
u*àn'à àÀi.i"lànu,"t'la verdadera demrmba' todo se
de nuestro estudio no queremos sin embargo olvidar que,
de càncer negro o uÈt"à*iià, todo se y que por m-uy semejante que sea a Dios, el hombre actual no sé
màot,. todo se embrolla' todo se para' ante considera dichoso.
"g.ià|"
la "i
prodigiosa *uq,,,nà derrotada
que se detienen' protestan' con-
"iUèÀeti"u--queda
i"iff'.,"a.--a" descoitentos
testan... Y segdn Vaneigem, «el paso del sistema de adapta-
ci6n aristocràtico aL sistema de adaptaci6n democr6tico,
Edgar Morin también se refiere a la
<<Francia moder-
4gtanda brutalmente la separaci6n que existe entre la
*ri"É y reformadora... en la cumbre de su carrera"' pasividad de la sumisi6n individual y el dinamismo so-
(B)'
dominada por un patriarca-jefe liberal» cial que transforma la natutaleza, entre la impotencia
--FizuJ ya intent6 explicar el Malostar en la civiliza- de los hombres y la potencia de las nuevas técnicas» (9).
de que esta riltima es objeto debido Pensamos, en efecto, que el progreso técnico ha co-
"i6;;i;dottitaua
alas desilusiones qtue ocasiona: Iocado al hombre delante de su propia impotencia (y no
de la impotencia en que le mantendria la sociedad). eue-
En el curso de las Éltimas generaciones' la humanidad
ha hecho ejecutar ,' p'gt"tg &traordinario- a las ciencias remos decir que, mientras el hombre crey6 que veria el
y ^sus"aplicaciones ha asegura-
técnicas;
iirrJà-s v-tàii,iales a
,l^ cl dominio sonrà 1à nàturaleza de una manera hasta fin de sus males el dia en que hubiera sometido a'la
de este prosreso son tan
It".i iiiii,i"iÉitÈ l-ot caracteressuperflua' naturaleza y vencido a la miseria, su narcisismo pudo
Los hombres se ser protegido, y esto con tanta m6s facilidad cuanto que
conocidos, qo. .., "t
#iù;"""Èrffi;,i-a" "n'*tiuii6'
JJi"-t v' cor.r-buena taz6n' sin
que esté reciente dominio del
"àtquistas. convertia a Dios en el depositario de su mdximo poder.
embargo, de la
"ra"r, "o-ptobar de las fuerzas Por lo dem6s, llegaria un dia en que el màs all6 le per-
&;;iS-y "i-ii"*po,'éJu-i"Àia'*lte milenarias''no han
naturaleza, e.ta rear,,u-cì6n dé aspiraciones en la vida' mitiria recuperar su dep6sito, puesto que tenia prometida
:,1l"UA; il il;;-d; i.."J q"è i'peran alcanzar Ia vida eterna donde sus necesidades recibirian una sa-
No creen ser, por todo esto' màs lellces'
tisfacci6n absoluta.
También observ6: Pero hoy dia, en que el hombre ha realizad,o por fin
embargo' son.la
el periplo que se proponia rcalizat en sus sueffos, se da
... es como un cuento de hadas'-Y.sinla mayori?- dt 19: cuenta de que sigue siendo un ser mutilado, abocado a
realizacidn atectu ài'iod* -"o' de
oiras gtacias a cuva
àiiiiéiàt'IJtiàiiòt ."-iot iuentos' ésassabido la insatisfaccidn. Como al mismo tiempo parece, hasta
hombé ha enriquecer esta
;il;ilv-;"ya-ie*ituit
(9) Subrayado nuesto.
de «gaullista»>'
(8) Es bien sabido que Edgat Motin no es sospechoso
268 André Stéphane El Universo Contestatario 269
hacer responsable a la organizaci6n de nuestra sociedad de CreEmos que algunos hechos corroboran nuestra hi-
ià ài"etià y la degradaci6=n de zus miernbros' He -aquf una 1Étesis segÉn la cual el acceso a la comodidad, a la
iàea profundamenle nueva. Ya no so consideran los males
de la fatalidad». Una <<novedad» tan actual abundancia, y también a una existencia, no s6lo més
""rno^"ròar.t"to
nJ oaiece haber engaflado con exce§o a los bueoas almas fdcil sino menos sujeta a riesgos, ya que el Estado Pro-
tr"'dadas a la fatali-dad: Sartre y el infierno de los dem6s, videncia se encarga del ciudadano desde el nacimiento
Freud v el instinto de la muerte, Mao y la necesidad hist6ri'
ca... i"Oué diferencia con lo estÉpido: los hombres son hasta la muerte, lleva al hombre a reconocer su impo-
hechos asi!» (11). Encia intrinseca, lo que es lo mismo, a infligirle una
herida narcisista que puede empujarle a la desesperacidn,
El autor ataca una vez m6s al sicoandlisis que, no la depresidn y la autodestrucci6n:
nos cansaremos de repetirlo, acentria demasiado su inte- «Pobre, a pesar de las comodidades, Ia existencia del
rés por los conflictos internos: zueco medio se halla a merced del suicidio y del mal de
la supervivencia», afirma Vaneigem (es bien sabido que
Cuando la imagineria freudiana cuelga sobre la puerta bs pafses escandinavos presentan un indice de suicidios
del Yo el monstruò del Superego (12), sucumbe menos a la
tentacidn de una simplificaèi6n abusiva que a !a qegativa de p,articularmente elevado). Es también en Suecia donde
examiuar m6s atentàmente el origeo social de las restric- parece haber tenido lugar el primer ataque aparente-
ciones. mente ciego y espontdneo contra la sociedad de abun-
(11) Hay que zubrayar el cardctet particular que.teviste la iotoleran' dancia: <<f,Estamos condenados al estado de bienestar?
.ir àÉi'"rait&'(de ta que no parece ienet conciencia) cuando trata de (...) En diciembre de 1956, un millar de jdvenes se ma-
.*.-. *rtai*às del tiìano» a- Ios que tienen un concepto del hombte nifestaron por las calles de Estocolmo (13) incendiando
o-dè iu i"i"ara que favotece poco la btoyecci6n. Ya que es posible tenet
,* ;*.;;i;'Oueàel iombte v de la soCiedàd desptovisto de todo sentido coches, rompiendo los anuncios luminosos, destrozando
oolitico. pueda favorècer al tirano (si existe tal timno) no empaÉa
éo-nàa" ù catricter de verdadero o de falso. No se le puede exigit-a los cartelones publicitarios, saqueando los grandes alma-
o". subordine sus descubrimientos o sus hip6tesis a la utilizaci6u oenes» (p.67), «ya que los que vacilan en echar luera el
"rli"
p.ùìi.i q".-poatiu" servir. O meior arin, esta exigelcia que.somete la
[i"aa v tat'in"estigaciones sobte-la verilad a unos fines ordenados es incendio que les devora sdlo prrcden incendiar, consu-
---i].t totalitarismo (polltico o religioso).
orooia del-.;i;; mirse, segùn las leyes de lo consumìble» (1a) (p. 280).
tuì.Èfuaua intema-del'movimiento contestatatio. Al
estudiat la Éistoria es l6cil comprobat que los movimientos, pollticos que Se trata, en efecto, de exteriorizar la interioridad (15),
se han realizado con ayuda de un factot ptogresivo patticularmerte acen' haciendo a la sociedad responsable de nuestros males.
t rrà". riÉÀoi" t acàbado por estinguirie v su extrema degradai6n ha
àoir-oiro-"-ai[o-"i ^n
ÀoÀ"oto q* lu-utilizacidn de la p.tovecci6n,r-,S,t{" A falta de esta proyecci6n que nos conduce a la destruc-
intensa, (Natutalmente, no"n nos refetimos a la ptoyecoon en caldad de
;*r"i;.ò. sino al uso politico que de la misma se haea.) La proveccién ci6n de Io que se halla fuera de nosotros, corremos el
;""n, un Japd-lr"Uiotepondelante al éomienzo de un movimiento, cuando éste riesgo de destruirnos a nosotros mismos.
;d-". ." tien afirmado, pero también en eI momento de su
aéairàiil" .enit (ri" hablar de loi que se, construven rinicamente sobre En su momento nos vimos asombrados pof las re-
la proyecci6n, sieqdo ésta su rinica razon -de set). acciones del gran priblico ante la muerte de Marilyn
- '1l»--và'hemos dicho antes que el Superego o el Yo Superior es
el hè#ero dei compleio de Edipo: ante todo, es Ia -interiotizaci6o de la
É"**à-ààt iac"tto, destinada à salvar al suje,to de la castraci6n' Se (13) Rccordemos qrc la pellcula del director succo Sjòoan §o,
irut.-"oi-tuntò. dé resultado de un conflicto iltemo aote todp, ea el curiosa col:lstitttla, pata los que sablan descifrar sus simbolismos, una
irìiia=ote*Éao" social interqiene muy poco. Adem{s, cn los,casos ptefiguaci6n del gigantesco derrumbamiento que debfa destruir a nleste
o'o"màLr, él Srrp...go no tieÀe nada de monstruo§o, puesto que z la vez sociedad poco después de su proyecci6n en las pantallas mundiales.
prctege y testrirgp. (14 v 1,5) Subrayado nuestro.
272 André Stéphane El Universo Contestatario 273
Actualmente, también e1 hombre toman como realice, aparte de su propia vacilaci6n. Todo pasa como
-se
criterio sus aspiraciones pasadas-, 1o tiene todo para ser en esas escenas dramdticas donde uno de los protagonis-
feliz (en todo caso el contestatario, que algunas recientes tas arma el brazo de quien pretende matarle, exclamando:
encuestas confirman que generalmente procede de la gran
«;A qué esperas? lDispara pronto, dispara!». Continuar
burguesia). No obstante, la ausencia de la lucha por la afirmando que la sociedad opone sus prohibiciones a
exisiencia, junto a una educacidn sumamente indulgente, los deseos sexuales humanos, es impedir que el Yo se
producto dé unos padres gue han qas-ad9 por la gueara enfrente con su propia insuficiencia.
y qo" u" prometieron hacer la felicidad de sus hijos, jus- Sabemos que un sujeto de Yo débil y falto de madu-
iificando-a menudo su debilidad mediante una teoria rez (16), enfrentado a una situaci6n en la que las com-
pulsiones se solicitan de modo permanente y brutal, queda
sicoanalitica mal transmitida o mal recibida, impiden que
el Yo se fortalezca afrontando las frustraciones y, por invadido por la angustia. Entonces, puede verse inducido
tanto, la realidad. Este Yo se muestra timorato ante sus a mostrar una conducta clàstica. El «paso al acto>> agre-
propios impulsos, que ninguna b-arrera -externa puede sivo es a menudo obra de un Yo invadido por las com-
pulsiones libidinales que no pueden descargarse sobre el
èncàminar (1o que equivale a los efectos de frustraciones
excesivamente precoces y brutales). modo sexual, ni pueden ser rechazadas. En tal caso, la
Cuando Marcuse, Lefebvre y Vaneigem, cada uno a violencia es la Énica salida posible.
Pero si volvemos al dominio que se halla mds estre-
su modo, atacan a la sociedad industriat de consumo por
chamente ligado a 1a sociedad de consumo de
los tabtis sexuales que imponen a los individuos, hay que -el los
bienes materiales-, comprobamos que la abundancia de
comprender sus reproches como un intento de proyecci6n'
éstos y la propaganda de que son objeto, actrlan igual-
En iealidad, los tabrls sociales nunca habian estado tan
mente como una solicitaci6n apremiante, una tentaci6n
relajados. La procreaci6n, desde la «pastilla», ya no es
obligatoria. Làs pelfculas oftecen un cat6logo de actos (16) . Hemos hablado a este tespecto de los efectos de la falta de
.e*Jdtt o no-, casi completo. El incesto hteetaci&r de la analidad.
-perversos
':'' El Universo Contestatario 275
274 André Stéphane
permanente. Pero la codicia asi despertada puede vivirse, implica, como hemos visto, una regresi6n a partir del
a cambio de las compulsiones no aceptadas por el Yo, cstado sddicoanal en el registro narcisista del principio
como realmente perseguidora, dando lugar a reacciones de placer. El tema de la Fiesta, presente en Lefebvre,
agresivas (de donde se deriva Ia idea expresada llor un goza de un honor particular en Vaneigem. En ambos
contestatario, de que <<todas las mercanclas expuestas son casos s6lo puede tratarse de un retorno al estado de
una porqueria», convirtiéndose el objeto de una codicia saturaleza que la «desublimaci6n» propuesta por Mar-
no aceptada en portador de una intensa agresividad que cuse implicaba evidentemente (aunque no fuese la idea
la hace peryersa y odiosa). oonsciente del autor). Una vez aniquilada la antigua so-
La abundancia en la sociedad de consumo no le ha ciedad, la Fiesta se instala para siempre («bajo las cal-
aportado al hombre la felicidad ni ha resuelto todos sus zadas, en la playa»). La realizaci6n de la obra de des-
problemas. Tal vez deberiamos traer aqui un correctivo. trucci6n, o sea la Revolucidn, es ya del dominio de la
Sobre todo parece insoportable a aquellos cuya falta de Fiesta. Para quien desembaraza al mundo de todo Mal,
madrrez les incapacita paru aprovecharse de sus bonda- para quien ha aplastado a la Serpiente, el gcz,o es inmen-
des. Ni los obreros (17) ni los campesinos, ni los <<bur- so. La lucha contra la depresi6n sigue el camino de la
gueses)>, que han salido penosamente de un ambiente proyecci6n paranoica. La victoria sobre el perseguidor
proletario de origen, est6n disgustados con la sociedad har6 estallar el triunfo manfaco (19): «iqué seria una
de consumo. Los que estàn aguerridos en la lucha por la sociedad sin neurosis?» (20). Una fiesta permanente. No
vida aprecian el bienestar obtenido y no se dejan alienar hay otra guia que el placer. <<La triada unitaria: reali-
por las propagandas. Pero, sobre todo, creemos, tienen zaci6n-oomunicacidn-participacidn» debe comprenderse
menos tendencia que los contestatarios a conseguirlo todo conducente a <<la transparencia de las relaciones huma-
de una sociedad que no es para ellos, ni tiene por qué nas, favoreciendo la participacidn real de todos en la
serlo, una nodriza inagotable cuyo seno debe aplacar toda realizaci6n de cada individuo». <<La rcalizaci6n de la
sed, comprendida la de lo absoluto (18). Mas lo absoluto srbjetividad individual serd colectiva o no existird.»
Hay que favorecer «las experiencias colectivas de
realizaci6n individual y multiplicar con ello los encuen-
(17) Nota de octubre de 1968. Ea El linal de la *topia, Marcr:se tros amorosos reuniendo una gran variedad de compa-
se refiete varias veces a la reticencia de la clase obreta a atacat a la
sociedad de consumo y hasta habla de la oposicidn obrem a los movi- ieros (conyuges) v6lidos>>... «La multiplicidad de ex-
mientos estudiantiles norteamericanos: «Hay casos he visto con mis periencias vividas en comÉn funda entre los c6nluges
ptopios ojos- en que la Policla debe ptotegd -los a los manifestantes, y
hasta debe, y esto es mds gtave, defenderlos contra los obteros». Natural- un lazo fraternal. Los grandes amores siempre han te-
mente, Marcuse acusa de esto a la alienacidn de los trabajadores.
(18) A este respecto es inteÌesante comprobar que lo vivido hace nido algo incestuoso; de ahi a deducir que los amores
unos veinte aios pot la mayot patte de estudiantes como una libertad entre hermano y hermana comparten privilegios, no hay
deleitosa se consideta hoy dla como un ebandono insoportable, iNo les
piden a los prolesores que no les abandonen, que matrtengan el didloeo mds que un paso que podrfa franquearse derribando de
abierto con ellos, que ejerzan un control permanente de los conocimientos? una vez por todas uno de los tabris mds antiguos y ri-
Mientras que los estudiantes de los affos 50 (y precedentes) exigfan e
y no se inmiscuyesen en sus estudios,
sus profesores que les dejasen en Ènz
sin concederles el derecho siquiera a echar un vistazo a zus copias de (19) Ver el esquema kleiniano.
(20) Lcer: una sociedad no alicnante.
276 André Stéphane El Universo Contestatario 277
dfculos. Podria hablarse de sororizacifin. lJna esposa- cipio de placer, implica, como dijimos, el retorno al es-
hermana cuyas amigas mfas sean mis esposas y mis her- tado de natura. Aparte de su caràcte'r perfectamente
manas.>> irrealizable (por largo tiempo), este fantasma, aparente-
En esto encontramos el universo narcisista fusional mente seductor, que se inscribe en una dimensi6n regre-
(21), del que ya hemos hablado, en el que los conflictos siva muy profunda, se asemeja mucho mds a 1o que los
y los obstdculos quedan abolidos. Pero la Gran Fiesta Ia sostenedores de la riltima teorfa de los instintos de Freud
realizarà plenamente el proletario: denominan Tanatos, que a Eros. Eros obliga al hombre
a afrontar el obst6culo, a aferrarse a la realidad, a com-
El proletariado_ destruiré el muro de las restricciones por prender el dominio de las compulsiones y del mundo
medio del soplo de su placer y la violencia esponténea-de
su creatividad. Muestra-ya toclo el goce, toda la risa que exterior, a fin de obtener satisfacci6n para todos los
puede ofrecer («mientras que la burguesia no ha conocido
otro placer que degradarlos todos»). En esto hallamos el rodeos, los paros, las procrastinaciones necesarias. El
tema.de la degradacidn por el burgués, apoyo de la analidad, principio de placer es profundamente triste incluso frente
oponiéndose a_l,a prreza del proletario (22), qte 1o torna al despliegue de conductas astutas, inteligentes, cornple-
pqra <<celebrar en el fuego del goce y la ruptura de
-aptoprohibiciones,
Ias la gran fiesta social». jas, que el principio de realidad induce al hornbre a
exhibir. «Todo el rumor de la existencia procede de
Es de observaf que el fantasma de la Fiesta, de la Eros>>, afirma Freud, y la brisqueda del placer en el
ruptura de prohibiciones que instaura el reino del prin- interior del principio de realidad constituye «el arte de
vivir>».
(21) Ellantasma de la gran coniunci6n universal que se instautarla
uÀa_vez aplastada la antigua sociedad, debe comprendersè formando p'arte
intrlnseca del universo fusional a-conflictivo err el cuadro del priniipio
del.placer donde los obstdculos (la rivalidad edlpica y el temoi de cìs-
tmci6n concomitante) no eristiesea.
(22) Vaneigem_ albmaz <<La verdadera creatividad es irrecuperable
por el poder. En Bruselas, en 1869, la Policla cey6 meter mand en el APÉNDICE
tesoro de Ia Intemacional que tanto molestaba y atosigaba a los capita-
listas. te apoder6 de_.una èaja colosal, muy s6iida, oA:lta crr- liriài
"n al ier
oscuro. La abtieron. 56lo contenla carb6n. La Policii ignotaba que,
tocado por manos enemigas, el oro puro de la Internaìional se c6nvertla
en catb6n>>-
. Hallamos aqui_ t_la vez la idealiaaciin del ptoletario inocente y puro En las protestas de estos riltimos tiempos nos hemos
ftente a la suciedad del burgués capitalista qùe corompe todo io'que
toca, asl como el tema de la tedenci6n (es el proletario quien «romp-et6 asombrado ante todo por el papel desempefiado en las
el muro de las resticciones»,
testricciones», etcétera). Diiilios quà la
Diiimos. anteriormente que h
proyeccidn
proyeccroD §oDre Ia socleoad
sobre ra sociedad de consumo de una con ula cuyo
conjura cuyo òbieto
objeto mismas por algunos adultos. Dejamos de lado a los que
es el aburguesamiento del proletariado, tenla como fii salvaeuardai el por oportunismo demag6gico se han puesto al lado de los
mantenimiento_ de una posici6n maniquea: lt natttaleza del piolcgdado
no aspira aI aburguesamiento (no participa por tanto del universo de la contestatarios. 56lo queremos referirnos a los adultos a
suciedad), pero es vlctima de una maquinaci6n de la sociedad burguesa
de consumo. Su pueza esencial queda asl intacta. En este capltulo-exa-
quienes las protestas se les han subido literalmente a la
minamos el aspecto global de las proyecciones (paranoicas)-efectuadas cabeza y que se hallan alineados incondicionalmente al
sobre la sociedad de consumo. Dichas proyecciones
orovecciones lè permiteir
oermiten al hombre
homhre
evitar que se halle enfrentado a sl mismo.
mismo, a sus internos y
sus conflictos rnÉrnos va lado de los estudiantes, empleando su lenguaje, manifes-
su flaqueza, que es incapaz de asumir. tdndose con ellos, atavirindose como ellos... en resumen,
278 André Stéphane El Universo Contestatario 279
regresando a zus veinte afios. Pero aqué significa regre- Un capitulo de su obra se titula «El espacio tiempo
sar a los veinte aflos? Sf, la juventud es envidiable y de lo vivido y la correcci6n de 1o pasado>r.
tener la ilusi6n de ser joven por segunda vez tiene sus <<Al comprender la infancia (25) (...) èno identifica-
encantos y sus goces. Pero como analistas sabemos que mos la historia con el destino individual?»
todo deseo se refiere, en riltima instancia, a un deseo <<Los deseos de infancia reencontrados reencuentran
infantil que, en cierto aspecto, es su modelo o prototipo. la infancia de nuestros deseos.>> Y también: <<Construir
Hemos comprobado, ya en nuestro ambiente, ya en nues- el presente es corregir el pasado, cambiar los signos del
tros pacientes, que los adultos contestatarios mds furi- paisaje, liberar de su esterilidad los sueffos y los deseos
bundos eran los que, tras haber militado con atdor en inalcanzables... >>
tts.
Cuarta parte
ru
I
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rirll,
74
EL CONTESTATARIO Y EL «NARCISISMO
COSMICO»
LeurnÉeuoNt.
t*
El Universo Contestatario 289
288 André StéPhane
l*-
2gO André StéPhane El Universo Contestatario 29t
*"t:#X.il. .,es semanas me diverti como los,'chicos Hemos asistido a reuniones que duraron horas y
-iitgo
castigo (se ref iere aI drscur ;à;§:?rìtit;
r-"p"tà,
a.rorl!?f,É'
sullT.or',if.tiffi
ìì'ifrrìrr*i""ii
.el
ffi ,:ti'":i[!ryTi13d.*3{iry";,:'"rrff
dan rrueltas en torno a la ensena tola-
pàt"- -i era un acto contra los-'adul^tos'
i{ horas. Se marchaban unos y proseguian otros. El ambient!
era'mds bien casto. Era una verdadera fusidn narcisista.
Al parecer, de noche hubo manifestaciones sexuales, lo
centro huelguista perlterlco):
Hubiera querido que tooo ìiìt"oÈase' y.etu i{1a este
me entuslasmaba;
lado la gente
cual es inevitable, aunque se trate de distinguir entre
trionfatoo' De
*^o-"trnptt,-1"o'-'àJtot sexualidad y exhibicionismo. Estas manifestaciones sexua-
bruscamente, ""
ilL',Lt",ilt',;I".i*';x"#nq:'::'ffi 'ti:.:,i':., j":$:H-".**,:"j les eran mds bien demostraciones, contando la transgre-
lffi :lH si6n mds que los actos. Las parejas eran ocasionale-s y
::r*'mirì*";'irr"Ii***1,?,TiT'i?ài';'::"ffi no verdaderas, m6s prdximas al autoerotismo que al amor.
- iiat
ilI" iàÉ qué haY en su interior'
»Hace buen dia, poo
'à""i" ààdo gozar del sol' La tensi6n ner-
Ademds, es no-rmal que una reuni6n juvenil comporte
viosa es incr-eib-le. de los una
»Tenia la i-mpreslon,de intensidad'- 'uigd como si. a uavés
de vida' reactiyacidn de la sexualidad y, esio aparte, Jl camino
otlos. tuviese a",".no t'oit#'""tÈ;-G;
*ot'u ios mavotes' Por
-
:.o,*3lf*'J";%.8:fl,qr[]*;ii*iT:'
296 André StéPhane El Universo Contestatario 297
l*t^
300 André StéPhane
postura
de la que es un niflo mimado, manteniendo esta
y afirmando que desea salvar a los que lo atacan, convir-
iiJ"a"t. el atàcado en algo simb6lico y abstracto, e iden-
;iii;;rd" a guienes han de beneficiarse con su acto salva-
dor o redenior.ot todo el mundo, sobre el que deberia
piopuguttt el «estado de gracia» (investimiento narci-
iirÉl."Nor enfrentamos en este gaso con 1o que podria
J.oo*irutt" <<complejo de redenei6n», que corresponde
u-"ru i.Aiaad siquicà, ya que si el sujeto se siente cul-
oable de haber sustraiao J investimiento narcisista al
'.uoao, nada mds l6gico que desear restitufrselo' Asi se
15
también ìu proselitismo (necesita la paz a
"o*pt"ta"
i" .'.,"L se opone la intJnsidad de su culpabilidad)' asf
EL ADVENIMIENTO DEL REINO DE LOS CIELOS
.o*o .., despecho y su violenta cdlera si los dem6s de se
Un cartel.
movimiento.
302 André StéPhane El Univerro Contestatario JO3
Las dos citas que encabezat este capitulo son com- materia y cuyo rinico poder técnico trasciende al univer_
plementarias y contradictorias, explicando la segunda a so) no puede ser lo que hemos visto hasta ahora_
Ia primera hasta cierto punto, que el aburrimiento expe- miis que el padre -por
o la madre que, organizadores del
rimentado por el autor del cartel, asi como por Raril mundo material, representan en là creacidn el factor s6-
Vaneigem, de quien se copi6 la riltima frase de dicho dico-anal (el universo anal de esencia material, como vi_
cartel, nunca puede procedel de la sociedad sino del mis- mos, va seguido a menudo por el desplazamiento del
mo sujeto. El objeto de ambos textos es, no obstante padre). Todas las emanaciones de la autoridad paternal
esto, idéntico. Nos referimos al narcisismo conflictuali- se hallan recusadas por el autor que citamos, lo mismo,
zado en el caso de Vaneigem que §e aburre (1) (aburrirse naturalm,ente, que las obras que tienen como origen esta
significa etimol6gicamente odiarse), cumpliéndose en la autoridad. Por tanto, el padre debe desaparccer como
segunda cita bajo la forma del Reino de Dios, o sea una
p!.r es-c9tr]16n, dejando paso instant6neamente a la apari-
equivalencia de la regresi6n exultante prenatal. ci6n del Hijo (Muerte y Resurrecci6n casi simult6n;as),
En la actualidad resulta de buen tono disertar sobre en una apoteosis narcisista, de una perfecci6n absoluta
la muerte del hombre. y de una madurez acabada (J).
«Si por esto se entiende Maurice Clavel- Asi, el esquema de los estudiantes contestatarios se
-dice
como nuestra cultura occidental hace dos siglos, un ser adecria aI mito cristiano de evitacidn del complejo de
acabado, hecho de materia, sin trascendet al univetso Edipo, y el autor confirma en otro articulo la iàentidad
rnds que por su poder cientitico pata conocerlo' pot su absoluta entre la revoluci6n y el cristianismo (4).
técnica ile rehacerlo (2), ese Hombte ha muerto»», y tam- Hallamos en esto la regresi6n sddico-anal proyectada
bién «La revoluci6n contestataria es la primera de las !9!r.r ."1 Padre y el narcisismo representado por !t Uiio
(divinizado), pero también el paso milagroso del narci
sacudidas que destrryirdn los cimientos de su existencia,
sismo del nacimiento a la madurez plena de la edad adul_
el suelo en el que se ha arraigado».
Estas frases van precedidas de una alusi6n a «un ta. En lo referente a la oposicidn entre el judaismo y el
precedente muy ilustre de Muerte y Resurrecci6n casi cristianismo, considerados en la misma perspectiva de
contraste entre la fase sddico-anal y el narcisiimo, pode-
iimultdneas, por el que, precisamente, a mi entender, lle-
gamos a ser hombres>». mos comprobar que si Ia ley judaica regula Ia existència
El hombre de que se trata en este texto (hecho de
-(3) Aparte un episodio rerativo a su adorescencia, cristo aparece
en _el. mito a la,edad ?"
perlodo
h
de su vida anterior.
ma.tuiez, ; icdffi;tui"' rò-iàri.àit.-ri
(1) Se dice que los i6venes se abutrian, no habiendo tenido guerta (4) El papa Pablo VI, en su discurso del 25 de setiembte de 1968.
neii{terrcia1àu. ["urrré a la boca». Peto el aburimiento coffesponde se pregunraba,: «dNo hay en,esta insatisfai.ior-
"i ìiàrt" rÉttiao ,rn, falta d'- metabolismo del tiempo que no puede
l,ì ;"i.irl-irii-à;ilJ
sagraoa rte valor trascendente, _la necesidad de una fe
irrgurr. y digerirce" como lo hacfa Ktonos. El aburtimiento exptesa el ma- necesidad de una fe en Dios vivo?».
en lo absoluto, la
metabolismo del tiempo' Cuando
'.ì'""ìnò--p-Égrttai' unt. el insuficiente
riii.r-ii,iaiiil*on) Se refiri6 después a_ Ias aptitudes de los j6venes para
.iiQ"a hago, mamita?», demuestta que hacer algo le , el sacrificio. el
varor, eI amor, el heroismo, que llevan en el coraz6ì: «Su impacieÉcia
à, iiÉ*rit"ii"téi. Pi àturti-iento dio el tono a Ia época del tomanticis- por eftrar inmediatamente comò- los hombres uduiiò.-v
;;i;il;ti;isÀ; iÀplica narcisismo con desdén de, lo r.!al),.v l.DtoP6sito io t*- nir*
J.i i;;;irmo; ha escdto que eta <<el mal del siglo» (Brasillach)' -peqr-reffos en la arena de la vida teal 4no,es r";;r;.i;bÈ;-.-;;;J;
"o*o
loable deseo de participar en las responìabila^aiì càrir"eslr.
(2) Subrayado nuestro.
304 André §téPhane El Universo Contestatario 305
ésta cudl sea, siempre ser6: <<Necesitamos otra cosa», realidad que es la nuestra y que està ligada a la unidad
situando esta otra cosa, de modo obligado, en el futuro' narcisista del sujeto.
El deseo siempre es un movimiento circular del sujeto Tomemos el caso de un deseo narcisista de grado
en torno a si mismo («yo quiero ser...») pero jam6s se m6ximo, el de poder volar. Sabemos que existe este de-
convierte en sustancia (relaci6n objetal) ni en compulsi6n seo, que a menudo se suefia y que tiene una superdeter-
(movimiento hacia...). Este deseo ha de quedar inexpre- minaci6n sexual, existiendo igualmente a titulo aut6nomo.
sado, ya que una vez expresado entra en la dimensi6n Pero este deseo tiene su origen también en la existencia
derivaàa del componente anal. Y esto conduce a situa- intrauterina, ya que el feto flota en el liquido amni6tico,
medio donde no existe el peso. Cierto, el hombre ha ter-
ciones ttagic6micas, ya que tan pronto como un proyecto
de rcforni es rcdaitadò (:expresado), el contestatario minado por conseguir ese suefio, aun mds all6 de toda
previsidn. Pero si vuela es gracias a unos ingenios calcu-
ha de contestarlo inmediatamente, buscando nuevas que'
jas como materia de contestaci6n (recordando la <<injus- Iados, inventados, construidos y modelados segin las
leyes materiales, o sea derivadas de un componente s6-
iicia colectora» pertnanente desrita por Bergler)'
dico-anal. Los que disponen de un dominio suficiente
El contestatario cree (1o cual nos asombra) que des- de este componente narcisisticamente investido, son cons-
truyendo las fdbricas de productos textiles, el hombte se tructores de aviones, azaf.atas o pilotos. Otros, que dispo-
ativiaria espontdneamsnte «como el lirio de los campos», nen de un equilibrio compulsivo suficiente, pueden viajar
y que bastària con suprimir las guias- y las agencias de en avi6n, experimentando en ello gran placer. Pero hay
irrrir*o (sin hablar de los hoteles, los ferrocarriles v que tener en cuenta a los que se oponen a la integraci6n
,demds medios de comunicacidn) para que la gente se del componente anal y gue, no obstante, conservan la
- r^ t^^ -1^^^-^^ :,{{1i^^.
idilicos y
beneficiara inmediatamente de los placeres
-./
iriti
508 André Stéphane
El Universo Contestatario 309
Pese a poder ser tachados de <<desmovilizadores», de- ventos o monasterios (10). Hemos comprobado que entre
bemos meicionar a este respecto (en taz6n del objeto los contestatarios hay muchos que nos han recordado por
de este ensayo) que una de esas defensas esenciales'es su conducta su postura afectiva, incluso en §us hdbitos
la politizacidn. Pòlitizarlo todo es rechazarlo todo, que- eclesidsticos, pudiendo considerarlos como frailes moder-
aando desplazados los conflictos personales sobre los nos. Pero toda esta clase de equivocos proceden de que,
grupos sociales y la colectividad en general, o sea pro- al atacar a la sociedad y colocarse fuera de ella, los con-
!"ciudos f:ueru. La politizacidn conduce a un sicodrama testatarios continfan dentro de la misma (11).
prr-uo.rt, que puede constituir para el individuo un Participando del movimiento se hallan obligatoriamen-
medio provisi-onaf de canalizar ciertas tensiones y evitar te en el interior del sistema. Por tanto, intentan organi'
una crGis depresiva. Pero el rechazamiento de toda la con- zarse de modo que, moralmente casi, puedan escapar al
flictualidad sigue subsistiendo. mismo contest6ndolo todo; en tanto que dicen <<si>> al
Pudo leerse en la Prensa una protesta contra la frus' sistema por su existencia en su seno, con su <<no» vigo
traci6n de los sacerdotes, privados de las tres relaciones roso y repetido se hacen la ilusi6n de no pertenecer a
mds importantes: el arnor, el trabajo y la polltica. Esta él (12). Como el sistema organizado por el factor sédico-
formulaii6n confirma 1o que hemos subrayado respecto anal, de donde se deriva toda organizaci6n, se apoya en
del cristianismo, ya que 10 que sustenta estas actividades la libre competencia, exigen la supresi6n de este principio
es la analidad, d; manera prevalente en la politica el
y asi como el de las instituciones cuyo funcionamiento ase'
trabajo, y a titulo de componente muy importante en la guran siempre (concursos, selecci6n, exdmenes, diplornas,
§exualidad. la jerarqufa entre profesores y alumnos, etcétera). Decre-
Para el catolicismo, el sacerdote es quien asume com'
pletamente el rechazo de la analidad en todas las mani' (10) Los sacerdotes llamados act:tt t en el seno de la sociedad, los
iestaciones de este componente parcial de la sexualidad' ^
*r"r orilit-t"., han hecho la experiencia de la misma dificultad y han
captado la antinomia entte su posicidnL y la necesidl4. de entrat en un
Y decimos para el cat6lico, ya que los protestantes y los .iitiÀu ti." *al sea su conterido). Escuchemos al Vicatio entrevistado
ortodoxos nò conocen esta prohibicidn, en todo caso res- --- un
Dor redactor de Flgqo:
uNot h"Àos hecÉ sacetdotes pata anulciar la Buena Nueva de Jesy-
pecto a los puntos segundo y primero. Entre los analistas, cisto. pàr, éito t t habido que enitat en un sistema q-ue hemos aceptado
iay algunoi que se oponen a esta toma de conciencia iaora de É1, potque estamàs dispuestos a todo por É1, pero el sigtefa
" impide anunciarlo. A menudo, oculta Jesucristo a los hombres... Todos
nos
de'la ànalidad, alinedndose con el catolicismo (recorda- nos hailamos en una situaci6n falsa; no de este mundo, como exffaflos en
mos que los medios intelectuales cat6licos que siempre --' v de reDente. va no susceptibles
é1. de evaogelizarlo.>>
itii Lìs esiudiantes a la univetsidad v quieten, no obstante,
han téchazado el freudismo, se adhieren a menudo y sin -"nt.nérh como fortin
^ta{^,
dirigido contra la sociedad. Se revuelven contra
Éì*i"a"a d" rrno, sien-do sus primeros beneficiarios, uniéndose. a las
vacilaci6n al lacanismo). obtemi, peto atacin a los partidos v a los sindicatos.
iii"i"dliacio""r"ott
El contestatario se distancia del sistema y, si pudiera §éln" fru"eoi. Miterarid, 1a <<Nueva Izquietda» <<quiere set a Ia vez la
ÀÀ p"ra y la mds maliéiosa». «He aqul que os.envlo como- o-vejas en
lograrlo por completo, no se defender(a siquiera por ello' ildi6 a; l'os lobos; mosttaos maliciosos como serpientes y cdndidos como
(TesÉs a Ios Ap6stoles, ea Mateo).
Efcatoliòismo le ofrece a1 creyente esta posibilidad, orga- 'oalomas»
(12) 'eomo el colegial que'rompe su diploqa («Mitad qué .hago con
nizando para sus fieles su <<retiro» del mundo bajo la d») i Éalla un atcomenio satisfactorio para iustificar su acto (vdlido para
él)'ante sus padrÀ, radiante de contento pot haber rcalizado plenamente
forma deìerdaderas <<ciudades de Dios» gue 6on los con- y sin equivocòs su'sepataci6n del sistema (caso clinico)'
312 André Stéphane El Universo Contestatario 513
tan que <<la personalidad s61o puede florecer en el seno otofga el contestatario en pensamiento y en palabras (o
del grupo» (iQue universidad?... i,Qué sociedad?). sea que no depende ya de las leyes de la materia). Es
posible (en pensamiento o en palabras) «hacer retroceder
los limites de lo posible>> e izar «la imaginaci6n al poder».
El temor al individualismo (y el igualitarismo que El <<hacer» real estd obligatoriamente circunscrito, limi-
este temor provoca) corresponde al miedo a1 padre y a tado, unido a circunstancias de toda clase que exigen
la evitaci6n de la posici6n de rivalidad. Lo que de este unos preparativos y debe hallarse integrado en un con-
modo pierde el contestatario en el plano compulsivo se texto. Exige poder, saber, esfuerzo, tiempo y paciencia.
halla compensado por lo que gana en el plano narcisis- Puede fracasar o tropezar con los obstàculos. iNo resulta
ta, mediante el investimiento de su marginalizacidn y por m6s satisfactorio poder decretar: «todo el mundo puede
el desdén del sistema y de aquellos que se insertan en el hacerlo todo»? Para ello basta con reencontrar el narci-
mismo. sismo todopoderoso de la existencia prenatal, y sabemos
La religi6n, por su parte, preconiza la existencia del que el hombre posee una gran variedad de medios para
espfritu y el desprecio a la materia. El milagro ha de lograrlo; los j6venes se drogan y se ve a menudo la droga
demostrar que el primero se halla por encima de la se- asociada a las revoluciones (14), aunque a veces la revo-
gunda y que las leyes de ésta dependen del espiritu, o luci6n en si ya es una droga y permite, por esto, que el
sea que no existe (porque las leyes que la gobiernan individuo se sitrie fuera del sistema. La droga la
pueden invertirse) (13). -y
revoluci6n- elevan (exaltaci6n) y segregan servidumbres
Para Gertrude von Le Fort, poetisa catdlica moderna, de la materia y sus leyes, como el milagro; se hacen pla-
los santos son: nes, se est6 fuera de las contingencias, se siente ligereza,
las aguas en las pendientes de las montafias, retflon- el revolucionario o el drogado se torna inmaterial, como
tando hacia sus fuentes. si estuviese por encima de todo, se est6 maravillado,
Como los luegos que brillan sin hogar. arrobado. Existen verdaderos toxic6manos de la revolu-
Como un grito de alegria hacia la muerte. ci6n, para quienes ésta constituye algo perentorio y gue,
Catno un rayo entre las negras sombras, etcétera (los sin su dosis cotidiana, se hallan en una verdadera «ne-
santos desafian a las fuerzas de la naturaleza, estando por cesidad».
encima de ella). Para Che Guevara, <<cuando 1o extraordinario se con-
vierte en cotidiano es que hay revolucidn», 1o cual ex-
plica que una vez ha triunfado la Revolucidn, y se ha
La incapacidad de hacer puede hallar una compensa- consolidado, haya que buscar la exaltaci6n revoluciona-
ci6n narcisista en el hacer milagroso e ilimitado que se
(14) Esto se escribi6 mucho antcs del asunto de lar drogas de Nan-
(13) Esta superiotidad del Esplritu sobte la Materia es la evidencia tetre. Pcto nosotros hemos podido conocer ia alianza de la dtoga y la
para el cleyente. Pam-el hombrc de la Edad Media el milagro eta banal, contestaci6n en nuestros propios pacientes, y sobte todo mediante el es-
comiente, cotidiano, No vacilaba en creet ni un sslo instante en la culpa- tudio de la esuuctura del contestatario que no puedc su conflic-
bilidad del acusado si, en una otdalla, la Naturaleza no invettia sus leies tualidad especlfica- mds que ptesefltar a menudo unos -dada
rasgos tonico-
pata demostrar la inocencia del acusado. maniacos, al menos latentes.
3!4 André Stéphane El Universo Contestatario 315
ria en otra parte. Una vez consolidada la revoluci6n ya <<Apesta ya, es el cuarto dfa» (el olor siempre es una
no es asunto de los contestatarios que se ven rechazados referencia anal).
por el aspecto técnico, material, planificador y organiza- El cristiano piensa que <<si reza' el Poder y el Gozo
dor de la <<construccidn del posici6n
socialismo>». La (la agresividad anal y el placer sexual) desaparecerdn y
narcisista absoluta (s61o cuentan el espiritu y la idea) no sobrevendrd el Reino de los Cielos» (17). El investimien'
soporta ninguna referencia al materialismo en el sentido to narcisista torna asi omnipotente a la palabra (el rezo),
de una integracidn en el mundo circundante, no pudiendo que arroja al componente anal (el Poder y el Gozo) y las
ser mantenida la desculpabilizaci6n mds que con la ayuda palabras ocupan el sitio de las cosas: «Hay m6s trabajo
de esta dimensi6n siquica. àg jnterpretai las interpretaciones que en interpretar las
Lo <<consagrado» pone igualmente al abrigo la culpa- co§as; y m6s libros sobre libros que sobre cualquier otro
bilidad debida al componente sddico-anal. Éste se halla tema; no hacemos otra cosa que entreglosarnos». Foucault
ausente en el acto religioso y la hostia debe tragarse (ora- (Los vocablos y las casas), que cita a Montaigne, olvida
lidad), pero no mordida (utilizacidn del componente anal). el ligero pero agrio matiz peyorativo de la frase: Mon-
En la iglesia no se hace nada, sobre todo durante el ofi- taigne ataca en este pdrrafo a los que podrian llamarse
cio, salvo cantat y escuchar mrisica sacra, <<la persona se <<intelectuales de Izquierda de su época>>, que crearon un
siente mejor» (predominio narcisista y desculpabilizaciln), sistema narcisista autdnomo, realizando con gran antela-
y el momento de la Elevacidn es exultante (15). La revo- ci6n «el Hombre Unidimensional».
luci6n era una fiesta y esto no s6lo en el sentido de una
explosi6n. de jfbilo de tipo maniaco, sino una fiesta en
el sentido religioso del término; la juventud contestataria
suspendi6 toda actividad profesional y los que aquellos
dfas continuaron entregados a sus ocupaciones fueron
tratados como verdaderos profanadores, como aquellos
que antaflo osaban trabajar en el dia del Seflor (16).
La Resurrecci6n es una forma tipica del narcisismo
omnipotente, pero es sobre todo un triunfo sobre el ma-
terialismo y, como acabamos de decir, sobre las leyes de
la matefi:a, o sea sobre la analidad. Este matiz estd per-
fectamente indicado en el Evmtgelio segrtn San luan:
mica»>. La Biblia (Gérwsis) considera que el hombte est6 cualidades de precisi6n y delimitaci6n. Si el inmaduro
hecho para <<llenar la tierra y dominarla», y la palabra rehÉye el complejo de Edipo, también es incapaz de en-
,,poseeir, = sentarse encima, que designa una de las tregarse a una relaci6n de fuerzas s6dico-anales construc-
funciones esenciales de la analidad, corresponde a la tivas y si fecaliza al otro, es porque, sicol6gicamente,
actividad anal del niflo en su sentido mds estricto. Sa- éste deja de existir, es decir, que el sujeto est6 ya solo
bemos asimismo que los animales utilizan para delimitar (con sus semejantes) en su universo narcisista (1).
su territorio (su universo) el mismo método excremencial' El método que acabamos de describir est6, evidente-
Mas las protestas contestatarias presentan un aspecto mente, tomado de la revoluci6n cultural china, pero la
que obliga a pensar en esta «analidad c6smica>>. La ince- espontaneidad con que ha sido adoptado y generalizado
sante producèi6n deicarteles, las pinturas murales, las demuestra que corresponde a un nudo estructural comrin
frases propagandisticas, la continua fluidez verbal, el a los contestatarios de todos los paises.
estruendo ensordecedor, toda esta literatura de folletos, La muerte no existe para el Inconsciente, pero los
manifiestos y octavillas, superan en mucho a la eficacia contestatarios exigen a los demds que, sicol6gicamente,
pr6ctica que se busca en la realidad. Todo esto corres- se hagan el muerto. Esto nos permite captar la posici6n
-ponde,
a nuestro modo de ver, a una toma de posesi6n inconsciente de los estudiantes que (conscientemente)
àe cardcter excremental (otros han subrayado el lado ex- declaran: <<Para poder dialogar es preciso antes que se
cremencial, aludiendo al aspecto de los locales después acepten nuestras reivindicaciones>> (se trata de estudian-
de vatios dias de ocupaci6n, pero esto entra en e1 orden tes mejicanos). O sea que para poder entrar en negocia-
normal de las cosas. Lo que aqul queremos destacar es ciones, es preciso que el contrario declare que no lo es,
una tendencia inconsciente que se expresa por la suciedad, que no existe como tal. Esta inexistencia del adversario
el desbordamiento,los gritos e improperios y que traspasa por el procedimiento de la fecalizaciln que se le hace
los limites de las consecuencias obligatorias de una falta sufrir, no es completo si no queda rubricada por Ia mtler-
de higiene). te (y esto demuestra hasta qué punto el que fecaliza se
El desordert en sf tiene una significaci6n precisa: el halla poco seguro de la eficacia de su acci6n, y hasta
orden mantiene al mundo objetal en una cierta armonfa, d6nde continria dependiendo de su vfctima). Esto es lo
en cuyo interior cada factor posee su individualidad con que transforma todos los enfrentamientos en Tribunales
relacidn a los otros, y también por referencia al conjunto, Revolucionarios (y arroja una luz sobre las confesiones
en tanto que e1 desorden, destruyendo esta armonia, su- espontdneas de los procesos de Moscf y sobre las auto-
prime las individualidades y las hornogeiniza' Asi es
(1) Que pueda imponer, incluso vencer éstos al ambiente del qqe
iOmo la digestidn priva gradualmente a los alimentos in- evoluciona, no constituye mds que un epifendmeno; todo el mundo sabe
geridos de su estructura propia, degraddndolos' que no hay espadachfn mds peligroso para su adversario que el que
nunca ha empuiado una espada y si un detviche no es màs que una
Una postura narcisista basada en la realizaci6n de curiosidad, cien mil Dodfian patalizar una ciudad. De todos modos, todas
una .,analidad c6smica» no es equivalente a un dominio las conduètas de los contestatarios estÉn marcadas con el sello narcisista,
todas sus manifestaciones son abreacciones y *1os tseultados lo demues-
objetal (en el interior del universo narcisista no hay ob' trar- n da se halla mds lejos de ellos que las considetaciones dativas
jetà;, ni a una relacidn sddicoanal, ya que no posee las a los cfectos Éti1es y eficaces de sus acciones sobre los otros'
320 André StéPhane El Universo Contestatario 321
acusaciones institucionalizadas por la revoluci6n cultural parte y eI erotismo anal por la otra, sino también toda
china). la dindmica de la agresividad y la actividad motriz del
Un representante del §. N. E. protest6 priblicamente nifio, todo el aspecto energético de sus funciones fisio-
por radio cottttu el presupuesto votado po1el Estado para l6gicas y el componente de dominio que sustenta su acti-
ia reparaci6n de lai calzadas desempedradas por los- ma- vidad sexual; sus relaciones objetales dependen de este
nifesìantes del Barrio Latino; sdlo puede comprenderse componente, aunque también su actividad mental y todas
esta extraffa queja considerando con este sindicalista que sus actividades formadoras, su sentido de la realidad, et-
s6lo existen ios estudiantes y su derecho natural a sa- céteru. El factor «analidad» es el organizador de la vida
quear el Erario Priblico: el que tepara los destrozos que social y técnica del individuo y todà ceacidn se funda
aquéllos provocan, causa un perjuicio a su derecho abso- sobre la analidad, cuya significaci6n es en si eminente-
luto de establecer su analidad cdsmica' mente positiva. Y, sobre todo, segfn nuestra perspectiva,
Asi, los contestatarios dividen a la humanidad en dos la analidad es e1 fundamento de toda construcci6n mate-
gropo., ellos mismos y los otros. O-perdndose la separa- rial o mental. Puede, por tanto, considerarse esta com-
iiOn pot la via excremencial; asi, los nazis encerraron pulsi6n parcial que hunde sus raices en las profundida-
a los que no pensaban como ellos en inmensos sistemas des filogenéticas del gdstrula, nuestro antepasado, como
intestinales (Éoess, gauleiter de Auschwitz, llamaba al la energfa que preside nuestras obras mds acabadas y
.u*po de concentracidn: el ano del mundo), donde los sublimes. Sin embargo, es en el interior de este sistema
hacàn pasar por las distintas fases de la digesti6n' En pregenital que debemos aislar la <<fecalizaci6n», limitdn-
cuanto à los òontestatarios <<encierran fuera>> a los
que dola a la transformaci6n del contenido del conducto di-
no forman parte del grupo o los reducen a la inexisten- gestivo en detritus y en la expulsi6n de los mismos. Con
ii, tz).un joven "uÈe.illu de los <<faroleros>', exclamd relaci6n a su objeto, es una funci6n eminentemente nega-
el dia'de su eleccidn: «iAhora voy a c"' en esta socie- tiva, yendo dicha negaci6n, como acabamos de ver, hasta
Jad!, (sin duda para dar a entender que s61o é1 vivia y la supresi6n del objeto como tal. Si la analidad propia-
los demds habfan muerto, opini6n que él mismo y algunos mente dicha es ante todo un dominio y una relacidn
de sus colegas afirmaron claramente)' objetales, la fecùizaci6n anula, en cierto modo, el objeto,
El lectoi habr6 observado sin duda que utilizamos en tras haber transfonnado al mismo en detritus, llegando a
estas dltimas pdginas tanto el vocablo <<analidad» como un estado narcisista anobietal.
ei termino ufàcalizacidn». En realidad, existe una dife- Freud ha considerado la pasidn del orden como una
rencia fundamental entre ambos, que puede considerarse formaci6n reactiva a la compulsi6n s6dico-anal, pero
en algunos casos como una verdadera oposicidn' Consi- cabria situar el orden y la limpieza entre las variantes
que
deranios la analidad en una perspectiva muy amplia, sublimadas de la analidad, reservando el término de feca-
engloba no s6lo la funci6n digestiva y excretora
por una lizaciln para designar el desorden.
Para ilustrar lo antedicho nos atendremos al ejemplo
de las huelgas obreras desencadenadas cuando los distur-
(2) Esperando poder enc-errarlos <(dentro» (<<en.1972 los estudiantes
.iili.i'iràt li,ìeìiii* estardn en campos de concentracidn»)' bios del Barrio Latino de Parfs. §ea cual sea la opini6n
"'ai#
l1
322 Andté StéPhane El Universo Contestatario 323
que se tenga sobre la oportunidad de tales huelgas y los analidad propiamente dicha, sino de la fecalizacidn, Hay
lazos que los estudiantes deseaban establecer entre las que afiadir, no obstante, que aqui s61o se integra en una
mismas y su movimiento, es seguro que su significado linea tan vieja como la humanidad, y que para muchos
era diferente segÉn se considerasen en la perspectiva de la palabra «agresividad» (cuyo sentido es muy discutido
la mayoria de los obreros o en la de los estudiantes; los en sicoandlisis) significa ante todo la f.ecalizaci6n, o sea
primeros «reivindicaban», o sea que *ataban de mejorar el ataque de objetos o personas mediante la actividad
su situacidn, siendo su fin constructivo y derivàndose, digestiva y su transformaci6n en excrementos. La fecali-
por tanto, del componente sddico-anal. zaciln ocupa incluso un lugar en nuestro yo Superior
Para los estudiantes (que por otra parte juzgaban muy colectivo, para destruir, habiendo adquirido con el tiempo,
severamente el aspeeto reivindicativo de las huelgas), se junto con cierta propaganda como ayuda, un verdadero
trataba, al contrario, de suprimir el sistema que podia valor moral y social. Hacemos alusi6n al acto defecatorio
contestar a las reivindicaciones laborales, y su finalidad per se y dejamos de lado las razones objetivas que en
se referia a su objeto de un modo negativo. Los trabaja- ciertas circunstancias politicas o econ6rnicas pueden jus-
dores iban a la huelga para poder circular en los coches tificar la utilizaci6n de este movimiento instintivo. Hemos
que los estudiantes quemaban y no destruian sus ritiles visto que en lo que respecta a las algaradas estudiantiles
de trabajo como hicieron los estudiantes extremistas. Los no era tal el caso, antes al contrario, puesto que toda
obreros, para quienes la huelga, con algunas excepciones, la dialéctica revolucionaria està invertida, 1o cual consti-
no tenia nada de espontdnea, no se manifestaron hasta tuye la originalidad absoluta del fen6meno.
después de las transacciones, aprovechando a fin de
cuentas una oportunidad para reivindicar sus derechos; o
sea que se inscribieron en el sistema, acto derivado del La revoluci6n se describe como una verdadera <<fiesta
componente sàdico-anal, en tanto que los estudiantes in- maniaca>» y como este término presupone una liberaci6n
virtieron el orden de factores, puesto que su movimiento superegotista total, reducida a cierto sector del yo, puede
atendfa a la defecaci6n (la expulsidn) del sistema, sirvien- hablarse de una realizaciln narcisista mediante la des-
do Énicamente las causas invocadas (contradictorias, des- viaci6n de una gratificaci6n o satisfacci6n compulsiva
proporcionadas, secundarias) de coartada a un movimien- desconflictualizada (gracias a la preponderancia de este
to puramente afectivo y, desde el punto de vista objetivo, mismo factor narcisista). Algunos utilizaban unas fdrmu-
irrazonable en vista de las circunstancias, o sea la realidad las que se referian a una posici6n mixta. Asi, Maurice
(su movimiento ha elaborado una teoria cuya esencia es Clavel, que se refiere a <<formidables inocencias evidente-
la abolici6n de toda acci6n utilitaria, de toda acti?idad mente injuzgables», llama a los revolucionarios <<animales
pragmdtica organizada y de toda consideracidn eficaz de divinos». Para é1, <<la contestaci6n es una irrupci6n de
la realidad, por razones que hemos tratado de esbozar trascendencia, urra llamada de esencia infinita de cada
en el presente ensayo, todas las cuales giran en torno a alma...», etcétera. Sin duda, este momento narcisista
la negaci6n de la realidad). Cierto nrimero de actos y exultante estd presente en toda revoluci6n de principio
motivaciones del contestatario no se derivan, pues, de la a fin, pero la exaltaci6n narcisista no basta para dar
324 André StéPhane El Universo Contestatario 325
cuenta de las particularidades de los acontecimientos re- En esta perspectiva, igualmente podemos captar Ia
volucionarios, a menos que no se trate del estado exul- naturaleza de ciertas exigencias ligadas al sistema de en-
tante o de la «fiesta maniaca>>. Por 1o dem6s, nos parece seflanza, refiriéndose en particular a la supresidn de los
mds ritil interrogarnos sobre los lazos existentes entre exdmenes. En efecto ;qué es un examen visto segrin la
ciertos detalles dél acontecimiento revolucionario y de la perspectiva pregenital sino una escena de control de
regresi6n f.ecalizadota. Hagamos 1a experiencia' esfinter? <<FIaz eI examen escrito y yo te vigilo» (<<Haz
Fijémonos :unavez mds en e1 famoso grito: <<iEsto no y te vigilo»). Se comprende que el escolar prefiera, para-
puede continuar asi!>> o «iEsto no es vivir!», gritos pro' ddjicamente, el sistema de <<control permanente», donde
ieridos por unos sujetos que; objetivamente, no tenian siempre es observado por el profesor, pero nunca (<pues-
ningrin àotivo para queiarse y que, de hecho, no pueden to en el orinal>>. Asi penetra cierta fluidez (narcisista-oral)
dar-cuenta de ia naturaleza inconsciente del clamor que en el sistema anal rigido, haciéndolo m6s flexible y so-
se les escapa de la garganta. Estas frases constituyen el portable. En cuanto al <<paso sobre el cuaderno>>, arin es
rinico elernento formulado, rodeado de interrogantes sin mds libre desde el punto de vista anal, ya que el profesor
respuesta: el sujeto no sabe por qué protesta, no sabe cu61 puede saber asi lo que el alumno <<tiene en el vientre»>,
.. à1 ob;ttiuo de tu contestaci6n. («No sabemos, ya bus- sin entrar en contacto con é1.
.ure*ot el programa...»)' Y entre estas dos ignorancias, Los contestatarios invocan la «salvaje represidn poli-
lanza una eiclamaci6n que ha de tornarlas comprensibles' ciaca»>, pero esta represi6n es ya una proyecci6n, puesto
Pero si admitimos que se halla en trance de luchar contra que sabemos que mucho antes de la intervenci6n de la
una tensi6n interna que tiende a exteriorizarse y que Policia, en Nanterre, por ejemplo, los estudiantes arro-
presiona, comprendemòs que la causa de su contestacidn jaban a los profesores de las aulas, que luego ocupaban
ieside en esta- tensi6n qué, si se mantiene, hace la vida ellos, y arremetian contra los que no eran de su opini6n.
insoportable. Asi es fdcil comprender que no tiene nece- Esto también es una represi6n, y aÉn mucho peor, puesto
sidaà de saber 1o que har6 después, por 1a simple raz6n que decir represidn es decir pre.i6, ejercida pàra reprimir
de que la solucidn ya se ha obtenido («ya veremos»)' Si una accidn que ha provocado la represi6n y esto de forma
uurà, no era vivir>>, <<ahora hablamos>», o sea, damos deliberada. Sin embargo, aqui tenemos un razonamiento
libre curso a la satisfacci6n compulsiva anal hasta ahora que parece fuera de lugar y es admitido de una vez por
retenida por un desplazamiento <<de abajo arriba» (diarrea todas que la actividad de transgresi6n es sagrada por de-
verbal). finicidn, sea cual sea su fin y su contenido, y que im-
También se comprende el sentido (muy directo y muy pedir a cualquiera que se entregue a ella se deriva de una
simple) de frases como: ulo echaremos todo patas arriba barbarie intolerable. ;,C6mo entender esta postura? Existe
v rrìgà todo iré bien». o sea, nos desembarazaremos
del una situacidn en la que la presi6n siempre es un derecho
ofi.ti malvado que llevamos en nuestro interior, lo ex' y la represi6n un abuso, y aunque dicha situacidn la
poirurr*o, y esto representar6 un gran-alivio' Lo es, al conocemos bien y todo niffo ha de pasar por ella obliga-
iraoo, el mo*ento vivido como tal' Pero como el toriamente, queremos referirnos al control del estinter.
"r,
gesto no queda integrado por un andlisis en regla, el re- El niflo <<aprieta>>, bien para retener, bien para defe-
iultado s6io puede ser efimero y superficial'
326 ,:,l-AndÉ StéPhane
REBATEI,
Escambros.
328 .- André StéPhane
El Universo Contestatario 329
se fortalecia, el mantenimiento de los limites tan tensos Hemos de recordar una yez mds que los nazis al de-
del Yo resultaba imposible. purar al mundo del <<veneno judio»; los stalinistas al
Poco a poco, 1o proyectado llega a las formaciones asesinar a los primeros bolcheviques; los chinos al humi-
periféricas; luego, paso a paso, llega a las que est6n mds llar a una célebre actriz, empujdndola al suicidio, estaban
pr6ximas al grupito al que pertenece el sujeto. La lucha o est6n convencidos de obrar asf en favor de la salud
de los pequefios grupos prosigue en el interior del Yo in' del mundo.
vadido-prògresivamente por las compulsiones aborrecidas Es evidente que nazis, chinos o contestatarios, son
y viéndòse obligado a replegarse a nuevas fronteras, desin- idénticos a los que quieren combatir, o sea a la madre
vistiendo cada vezm6s grupos que a su vez se convierten s6dica. Esta identificacidn se efectria en nombre del
en <<los otros». Superego y se halla completamente libre de culpa. Ni
siquiera constituye un ejemplar «retorno de lo recha-
Yo susceptible de tan grande extensi6n también
Este zado»> (7).
sufre en una demora bastante breve el proceso inverso,
que lo convierte en una auténtica piel de zapa. Este me- Los lazos que unen la proyecci6n al maniqueismo, el
cànismo se halla en el origen de 1o que Freud llama «el maniqueismo a la violencia y al terrorismo, se extienden
narcisismo de las pequefias diferencias», estando éstas al totalitarismo. En efecto, si el maniqueismo es absoluto,
tanto m6s investidas cuanto que se ponen al servicio del la necesidad de destruir al Mal (al objeto sobre el cual
maniqueismo, tendiendo a establecer unas fronteras rigi- se proyectan las compulsiones no integradas) también serd
das en torno a un Yo reducido a 1o mdximo. absoluta. Entonces, todo habrd de estar subordinado a
Por tanto, en nombre del Bien combate el contestata' este fin y ninguna actividad o pensamiento humano es-
rio al Mal. El maniqueismo resultante de la proyecci6n capaÉ. a la puesta en marcha de los medios que conducen
hace que halle buenos todos los medios de lucha. Como a la solucidn linal (librarse del Mal absoluto para instau-
dice Iònesco, se trata de un caso de legitima defensa. rar el Bien absoluto). No hay lugar para la actividad
Este mecanismo lo arrastra a liberar una violencia «gratuita» del espiritu (gratuita en relacidn con el fin
sin freno, puesto que se eierce en nombre del Bien, o sea perseguido). Todas las actividades quedardn <<inclui-
de Ia moral, no siendo de todas maneras la violencia das» (8).
ejercida mds que una respuesta a la violencia de la so-
ciedad (6). (7) _Cuando
-Ie interpel6: el rector Beaujou fue arojado al suelo, un contestatario
Este razonamiento es propio de los paranoicos y el comprendido ahora cudl es la relaci6n de las fuetzas?
nricieo paranoico que todos llevamos en si, en estado la' -gHas
La relaci6n de fuezas define precisamente la relaci6n propia del estado
sridico-anal,
tente, puede, cuando sus manifestaciones hallan el apoyo . - (8) Es notable que la <<Imaginaci6n en el poder» haya conducido
de todb un grupo, conducir al terror o al totalitarismo' tdpidamente a la aparicidn de ideales como <<El arte al seniciodel oueblo».
el <«ontrol de la preosa» y otros. Esto también lo ha observadò Edgai
Morin: «Los _pintores, actores, rehacen, de modo aùn mfs caticatutesoo'y
(6) Asl se puede echat pot tiema y golpear al decano Beauiou' Esta rdpido, el ciclo_ tan cotrocido que va a la brisqueda de un arte proletatià
violeÀii nà-ii.À", ;"s,1" .l coirtestatario, nàda en comÉn con la que ejetce y conduce a ciertos dogmas intimidatorios, yà sobre eI fute ai servicio
la sociedad butguesa, a la que teptesenta el Decano' de Ia Revoluci6n, ya de la Revoluci6n al iervicio del Ame...»
336 André Stéphane EI Universo Contestatario 337
A menudo, como el contestatario es un intelectual, si el gran soplo se apaga; los rigidos marxistas-leninistas
se identifica con la madre sddico-anal, proyecta su acti' proclaman la ley de Althusser; el marxismo liberador se
vidad intelectual sobre esta figura materna todopoderosa, transforma en marxismo arrogante e intimidador; los
convirtiéndola en un <<maestro del pensamiento»». Maestro Poujade del intelecto gritan fuerte; los vocablos revolu-
del pensamienJo con el que se identificar6 secundaria- ci6n y clase obrera se convierten en vocablos mand, en
mente (haciendo él voluntariamente de maestro de es- vocablos tabri, los situacionistas se entregan a agresiones
cuela), y esto en un rnodo que conduce sin falta a la fisicas, varios contra uno, agresiones que juzgan poéti-
instauraci6n de un <<terrorismo intelectual» (9). cas... Esta Comuna deja transparentar su cadencia origi-
Se comprende que la guerra total contra el Mal no nal en la recaida, y en su libertarismo hay muy poco
pueda oponerse m6s que de forma radical a la ideologia liberalismo. Quiere demasiado y cree excesivamente que
de la democracia liberal. Esto implica el laicismo, o sea el liberalismo es burgués. No comprende la necesidìd
la separaci6n de 1o temporal con Io espiritual, pudiendo de las profundidades, fundamentalmente liberal, que as-
esto fltimo ser religioso o politico (aunque la ideologia ciende de los regimenes llamados comunistas>>.
en cuesti6n sea de esencia materialista). La pregunta que Edgar Morin no formula es saber si
O sea que una ideologia que implique el maniqueismo esta <<recaida de la Comuna» que conduce al <<terroris-
y el anhelo de lo absoluto no pueden tolerar la existencia mo», segùn sus propias palabras, no forma parte intrin-
de la democracia liberal, conduciendo ineludiblemente seca, necesaria e inevitable, esencial, del movimiento que
al aplastamiento de las libertades. tanto admira.
Edgar Morin escribe en un articulo (muy favorable
por cierto al movimiento contestatario), que <<el terroris- La ideologia de la democracia liberal, a la inversa, no
mo intelectual (10) trata de instalarse por doquier donde puede satisfacer por sf misma las aspiraciones humanas
al infinito, ni la sed de absoluto, y esto en raz6n de su
naturaleza intrfnseca que, precisamente, tiende a limitar
El nuevo paralso socialista de Cuba también se halla a punto de su empresa a un campo relativamente restringido del
tener <(un atte al servicio de la revoluci6n». Ademds, las costumbtes alll
se vigilan exffemadamente. Un joveo contestatario que marchd a Cuba espfritu y de las actividades del hombre, dejando al in-
regres6 ultajado, ya que los estudiantes cubanos le habian teprochado que
se pasease llevando a su <<amiguita»> cogida de la cintura. La rigidez de dividuo el cuidado de disponer a su arbitrio de todo lo
las costumbrcs sexuales ha de acompaiat al totalitadsmo ya que el amor que se halla situado fuera de este campo.
permite que el hombte escape a la politizaci6n total de la vida. Adem6s,
el maniquelsmo se basa en un techazo de ciertos compofleotes sexuales, y Ya vimos que para el que exige, como el niffo espera
siempte es la virtud tandtica la que acaba por tiunfat. que su madre se lo dé todo, que la sociedad le entregue
(9) Este componente sridico-anal no integtado no s61o se transpa-
rente.en la coercidn absoluta con la que el contestatario impone sus ideas la llave del paraiso, la democracia liberal es decepcionan-
sino también en su expresi6n que florece sobre el tereno de una libettad te. Supone, en efecto, que los ciudadanos han alcanzado
sicomotriz
- mental, verbal y caligtdfico.
(10) R.ecordemos que el decano Grappin, efl su carta de dimisi6n, el estado cientffico, o sea que han superado el estado
decla entre otfas cosas:
«No puedo aceptar la supresido de la libertad de expresido en el religioso, empleando la distinci6n que Freud establece de
interior de la Facultad, el desdén hacia la cultura, la pt4ctica constante Toteru y Tabrt entre los que han renunciado al narcisismo
de una intolerancia agresiva... Esta situaci6n me parece intoletable por
los mismos motivos que fui a combatir el nazismo.» omnipotente y los que no pueden separarse del mismo
338 André Stéphane El Universo Contestatario 339
m6s que en beneficio de un favor divino del que lo Por ejemplo, cabe preguntarse si las compulsiones
esperan todo. anales y los deseos edipicos, de los que tanto hemos
La ideologia de la democracia liberal se apoya en hablado, podrian satisfacerse en un régimen donde no
una concepci6n adulta del mundo, como dijimos cuando existiese el beneficio, ni la propiedad privada, ni tampoco
opusimos el Superego, heredero del complejo de Edipo, la jerurqruia social.
que implica la interiorizaci6n de las prohibiciones y una Sabemos que poseer, acumular, atesorar, tratar de
independencia con respecto a los objetos, a la moral del obtener provecho, son derivados directos de las compul-
esfinter, de esencia materna pregenital ligada directamente siones anales primitivas, para ejercer una influencia o un
a la autoridad, forjada por reglamentos limitados y rigi- poder; pero todas estas actividades son al mismo tiempo
dos, sin que establezca una Ley trascendente. impulsadas por los deseos edipicos de traspasar las ri6e-
ras, aunque privar al hombre de la posibilidad de satis-
facer algunos instintos fundamentales puede hacer nece-
Todo esto podria conducirnos naturalmente a extender sario el mantenimiento de una dictadura destinada a su-
nuestras reflexiones al problema crucial de las relaciones primir la descarga libre de la energia compulsiva en el
entre Socialismo y Libertad. Semejante tema mereceria dominio econ6mico y social. Ademds, habtia que buscar
un estudio en el que el abordamiento sicoanalitico resul- algunas vdlvulas de escape si no se desea que la presi6n
taria muy valioso. Naturalmente, aquf s61o podemos evo- de las compulsiones resulte demasiado explosiva. Creemos
car algunos de los problemas que se plantean. Sabemos que una de las explicaciones sicol6gicas posibles de la
Martinet lo subraya en La conquista de los
-y Gillesque
poderes- ningtin régimen socialista de los paises en
existencia de una burocracia opresiva en los regimenes
socialistas puede hallar aqui su lugar; a falta de poder
que actualmente existen, ofrece el ejemplo de una conjun- derivar algunas energfas hacia la actividad econ6mica, a
ci6n real entre socialismo y libertad. falta de insertarse en la pir6mide social donde el indi-
Como analistas debemos preguntarnos si semejante ré- viduo siempre se siente inferior a alguien, pero también
gimen permite dar satisfacci6n a los instintos primarios superior a otro, aquél puede ser inducido a buscar una
del hombre sobre un modo directo o sublimado. Una satisfacci6n sustitutiva en la organizaci6n y el manteni-
respuesta negativa nos conducird ineludiblemente a la miento de una administraci6n todopoderosa, tanto m6s
conclusi6n de que la libertad debe padecer una violacidn restrictiva y an6nima cuanto que la regresidn de un
mds o menos grave para permitir al socialismo que se cierto nrimero de compulsiones sdlo sirve para reforzar el
perpetfe (o sea, al estar impuesto por la fuetza), a menos componente sddico-anal de la existencia sicosexual, com-
que no sea el mismo socialismo el que sufra una presidn ponente que hallar6 su adecuada expresidn en el universo
mds o menos importante. Asi es posible que un arreglo burocrdtico.
realizado bajo el imperio de la necesidad conduzc a a la
alteracidn de los dos miembros de la pareja, no siendo Pueden establecerse otras <<vdlvulas de escape», como
el régimen ni verdaderamente libre ni totalmente socia- la tolerancia respecto a actividades paralelas de orden
lista. individual (propiedades de los campesinos con rebafios,
340 André Stéphane EI Universo Contestatario 341
cultivos, etcétera, mercado paralelo con venta de pro- En efecto, toda ideologia que se funde en la proyec-
ductos procedentes de una cosecha personal, restableci- ci6n y correlativamente en el maniqueismo, lleva en si
miento de la heredad... En la industtia: primas de ren- los gérmenes de la violencia y el totalitarismo, sean cuales
dimiento, etcétera). sean en el plano consciente, su belleza, su grandeza y su
En los atentados a las libertades, aparte de las desti- generosidad.
nadas a las libertades econ6micas, y las libertades politi- Asimismo, también nos referimos a Freud para apoyar
cas propiamente dichas, pueden actuat sobre la libertad nuestra hip6tesis. Tras haber observado que <<siempre
de pensamiento, ejerciendo una presidn moral al inculcar es posible unir los unos a los otros por los lazos del amor,
que las medidas socialistas coinciden con lo que estd bien, a condici6n de que fuera de este grupo queden otros
y estigmatizando lo que no es socialista como lo que estd individuos para recibir los golpes>», Freud aporta algunos
mal. Entonces, puede existir la tentacidn de ayudar a la ejemplos de este mecanismo. Para terminar dice que «no
adquisici6n de esta educaci6n moral mediante una pro' fue obra de la casualidad que los alemanes apelasen al
paganda adecuada. antisemitismo para dar cima y remate a su suefio de su-
Creemos que Ia conciliaci6n de un régimen que no premacia mundial; y ya se ve c6mo la instauraci6n en
satisfaga ciertos instintos humanos con la libertad corre Rusia de una civilizaci6n comunista nueva se apoya sico.
el riesgo de ser aleatorio. l6gicamente en la persecuci6n de los burgueses; pero
Como dice Freud en su qitica del comunismo (Males' cabe preguntarse con ansiedad qué hardn los soviets una
tdr para la civilìzacidn): vez hayan exterminado a todos sus burgueses>>.
Al abolir la propiedad privada se priva a la agresividad Esta asociaci6n final entre antisemitismo y persecu-
humana y al placer que procura uno de sus instrumentos,
instrumento poderoso sin duda, aunque no el m6s potente. ci6n de los burgueses nos conduce a nuestro estudio so.
Como desquite, no ha habido cambio alguno en las dife- bre <<un racismo nuevo», en que hemos tratado de lograr
rencias de potencia e influencia de que abusa la agresi6n,
como tampoco en la naturaleza de ésta. Ya que no ha sido una identidad entre el mito del burgués y el mito del
creada por la propiedad sino que reinaba de forma casi ili. judio (11). Si nos hallamos ante un ayatar del racismo,
mitada, en los tiempos primitivos, en que esta tiltima era 4podemos creer realmente sin ninguna vacilaci6n en los
bien poca cosa; apenas el instinto de la propiedad ha per-
dido en el niffo su forma anal primitiva, que la agresi6n ya <(mafranas que cantan»? (12). ePodemos estar seguros de
se manifiesta en él; constituye, en fin, el sedimento que se que la alternativa <<socialismo o barbarie» no se transfor-
deposita en el fondo de todos los sentimientos de amor o ma en la conjunci6n del socialismo y la barbarie?
ternura que unen a los humanos...
En todo caso, es preciso prever esto; sea cual sea el ca-
mino que la civilizaci6n escoja, el trabajo indestructible de (11) Freud tenta taz6n, ya que tras haber perseguido a los butgueses,
la naturaleza lo seguird siempre. los comunistas se revuelven ahora conEa Ios judlos, después de haber, por
1o demds, disminuido gf,avemeote sus propias filas.
Pero el punto que juzgamos fundamental en todo (12) Dutante las protestas y después, una de las acusaciones mis fte-
cuentes lanzadas contra los no contestatarios, fue que <<temtan perder su
estudio del problema que plantea la conciliaci6n del so- momio»>; pata. efipezat, creemos que s6lo las personas que poseen la
recta con lo que hemos tratado de demostrar en este expetiencia de perder sus bienes por culpa del comunismo o el nazismo,
o por ambos en sucesi6n, pueden hablar de semeiante eventualidad con
capitulo. conocimiento de causa.
iu
intensidad de 1o que ocurre fuera del Yo s6lo sirve para cido-, adquiere un barco-faro desafectado para aislarse
consolidar la fofialeza caracterial en el interior. finalmente de todo. Predica politicamente la no violencia
La postura contestataria se halla de este modo, y obli y en su vida sexual se cornporta como sddico. Los mani-
gatoriamente, fija, estdtica, asegurdndose por este medio festantes desfilan, en dicha pelicula, al grito de: <<Estados
contra toda modificaci6n posible, procedente por ejemplo Unidos, asesinos», pero la puesta en escena da a entender
de un cambio de postura del adversario: a los espectadores que sus gritos de rebeli6n se dirigen a
<<Si el enemigo ha aceptado, s6lo puede tratarse por su los adultos que contemplan la manifestaci6n desde sus
parte de un cdlculo maquiavélico; la contestaci6n sigue ventanas, aunque las tentativas ultrajadas para romper
en pie» (a prop6sito de la reforma de Edgar Faure). toda relaci6n con los adultos parecen abocadas al fracaso,
si bien los contestatarios pelean ferozmente contra el pe-
ligro de ser «recuperados» por el cuerpo social, a decir
En virtud de la defensa caracterial, el contestatario verdad contra el intenso deseo de hallar en el mismo un
se aisla cada vez mds en relacidn con el resto de la so-
sitio. El contestatario oscila entre la dependencia respecto
ciedad y nada refiierza mds la barrera que le separa
a sus padres y la rebeli6n brusca, cuyo car6cter violenta-
de la misma que los ataques de que es objeto después de mente agresivo testimonia la debilidad interna de su
haberlos provocado, segrin la fdrmula: <<provocaci6n, re- movimiento de revuelta.
presi6n, contestacidn», ya que toda oposici6n s6lo sirve
En su contexto politico continria esta posici6n infantil,
para justificar y rcfsrzar su aislamiento al mismo tiennpo
confundiéndose el blanco de su desesperado ataque y la
que lo pone al pairo.
sumisi6n absoluta a su ideal politico, con su postura
Por esto, el contestatario se ve inmediatamente con- entre las dos imdgenes paternales, viéndose en la misma
testado a su vez y se halla obligatoriamente superado
los mismos matices afectivos.
prdcticamente, sino en palabras, por el movimiento revo-
Su postura politica, positiva y negativa, corresponde,
lucionario. en consecuencia, a la misma fijaci6n superficial y a la
Éste, de ritmo menos convulso, y m6s insertado en lo
misma ambivalencia que caractetizan sus relaciones pa-
real orgdnicamente, también mds dindmico, se ve humi- ternales, ya que se trata del <<Yo» extremadamente tfmido
llado a la larga por la ciega rigidez y testarudez de Ia y f.ràgil; y el encantador joven, culto y servicial, al que
contestacidn (5). no se reconoce en las barricadas, ya no es el mismo; por
En el interior del grupo de sus semejantes, el contes- una parte, es el resultado de su ambiente, por otra se
tatario siempre estr{ aislado y relativamente solo, y el impone como la manifestaci6n brutal de sus afectos; su
redactor del diario laboral de Ia pelicula contestataria de Yo no es homogéneo, no estd s6lidamente organizado, ya
Sjòman ("Quiero saberlo todo») ---+olectivista conven- que sus perturbaciones se remontan a una grave traumati-
(l) Si se ha podido decir («El hombre de la sociedad», Tabla Re- zaciln narcisista-oral, siendo siempre el narcisismo un
donda nrim, 8) que <<este aspecto de escdndalo es el que ha permitido, de punto de fijacidn, una llamada a la regresidn, Se ha dicho
una parte, derribat las estructutas universitatias y de otra, conducir a la que el contestatario estd hambriento de amor, 10 cual es
toma de conciencia politica», es preciso afiadit que también es el principal I
factor del fracaso. perfectamente cierto. Quisiera ser amado todos
t -como
i
I
,1 I
346 André Stéphane El Universo Contestatano 347
los narcisistas- por sf mismo y no porque lo merezca (4). toriamente en el sentido moral del término) (6), mds o
De este modo, rcchaza a la sociedad que hace pagar en menos activo, m6s o menos manifiesto. La perversidn
dinero todas las satisfacciones que procura y combate el constituye un desafio que el contestatario aruoja a la ca-
sistema de selecci6n y exdmenes porque desea ser acepta- beza del adulto y desempefia ante todo el papel de una
do plenamente, por si mismo, tal como es, por lo que es, transgresi6n con relaci6n a la sociedad (en tanto que, en
arrojando por la borda todos los sistemas de criterios ob- realidad, evita el enfrentamiento edipico que se vive
jetivos basados en la qomparaci6n y en la rivalidad (5). inconscientemente por el perverso como unido a un peli-
Esos adolescentes Que quieren un avance de- gro supremo, el de la castraci6n), pero el carilcter per-
-por de maduraci6n
sesperado- saltar por encima del periodo verso de esta demostraci6n nos parece m6s bien secun-
(sustituyendo, por ejemplo, el poder por el saber, el hacer dario (7).
por el pensar y el escribir,la f.uerua real por una seudo- En realidad, la perversi6n del contestatario tiene una
agresividad y la seguridad por la exageraci6n del acto tendencia muy clara a ser voluble, ya que es obligatoria-
y la palabra) e imponerse como adultos, no son adoles- mente conflictual, aunque organizdndose sobre la base de
centes prolongados sino adolescentes infantiles ; retroceden la evitaci6n edipica, el contestatario nunca se halla ale-
no s61o ante el complejo de Edipo sino ante la integraci6n jado de la soluci6n perversa que tiene Ia misma finalidad
de la analidad y quedan aferrados a un narcisismo que que la evitacidn del complejo de Edipo mediante la con-
tiende a techazar eternamente la inserci6n de las com- testaci6n.
pulsiones en la trama narcisista y en el Yo; faltos de Como vive mds o menos aislado de la sociedad, en el
analidad integrada, no pueden pasearse por el mundo, seno de un auténtico universo contestatario, o sea en un
sino que impulsados por un narcisismo que no conoce medio narcisista, se ve tentado obligatoriamente a orien-
limites, unen su vag6n a cualquier locomotora que avance tarse sexualmente hacia las soluciones narcisistas, de las
hacia la perspectiva de las satisfacciones narcisistas in- que la perversi6n es, en cierto sentido, el prototipo. De
finitas. forma general,rechaza al adulto como compafiero ya que
El predominio narcisista que inviste una actividad decia aquel joven de cuarenta afios- «el adulto
pregenital, cuyo camino hacia la integraci6n en el haz no es estupendo».
genital estd cerrado, y que se mantiene fuera del proceso El medio narcisista despierta en él una excitaci6n
edfpico, debe favorecer te6ricamente a las perversiones; sexual especifica (invistiendo el narcisismo a la sexuali-
1 en la estructura del contestatario no puede faltar un dad de modo autoer6tico), el ejercicio de su motricidad
nùcleo.perverso (en el sentido sicoanalftico y no obliga-
(6) Ver la definici6n de la perversi6n en el capltulo consagtado
a Marcuse.
(4) En el Evangelio hallamos el tema natcisista del amor sin mere- (7) En la pellcula de Sid,man «Soy cutiosa», la pareia que se ama
va vestida de igual forma; ambos protagonistas llevan pantal6n, sus gestoc
cerlo, entre offas, en la pardbola de1 hiio pr6digo y en la de los obteros son simétricos, se balancean titmicamente en un movimiento tfpicamente
de Éltima hora.
(5) La dimensi6n sddico-anal estri suprimida en los «duelos cervece- masturbador. Cabe considerar este acoplamiento como un acto masturbadot
petverco, peto sobre todo es un acto de desaffo; en efecto, se desea sub-
ros>> de las corporaciones de estudiantes alemanes. En ellos no hay ni
vencido ni vencedor, ya que el que pietde se tetita con el titulo, narcisls-
iayar que los enamotados se activan priblicamente en pleno dia en la
balaustrada que da ftente al Palais Royal (Patls). El centinela que les
ticamente mds satisfactorio, de <<segr:ndo vencedot».
contempla asombrado tepresenta el Superego paternal bufo y ridiculizado.
348 André Stéphane El Universo Contestatario 349
yerbal y muscular (barricadas), affadiendo su contingente mismo, sobre todo de la vida de familia, se otienta natu-
de componente s6dico-anal, sin hablar de la agresividad ralmente hacia la contestaci6n que persigue como objetivo
propiamente dicha. Asi llega a una excitaci6n sexual el rechazamiento de la pareja paterna y de la familia (8).
(<<cuanto mds hago la revoluci6n mds deseo amar»»), pero El contestatario, frente a la conducta de los adultos
este proceso corresponde esquemàticamente al desarrollo (por ejemplo, frente al «culto de la libertad»), ostenta la
natural del paso por las fases pregenitales y no se welve misma actitud que el peryerso ante la actividad sexual
obligatoriamente a la perversi6n. adulta (genital).
Marcuse describe el mismo proceso al referirse a la La perversi6n que halla naturalmente su lugar en el
«convsrgencia de una revuelta politica y una revuelta movimiento contestatario es el masoquismo. Una tela,
ético-sexual» Gl lin de la utopial. (Esta formulaci6n imitaci6n de obras mejicanas, fue colocada en el despa-
corresponde a la evitaci6n del complejo de Edipo y a la cho del decano de la Sorbona, representando a un Cristo
regresi6n sexual concomitante): gue sostenia una metralleta, 1o que no es tipicamente
masoquista pero su significado se aclara si se tiene en
El episodio que os relato se produce en el transcurso de cuenta que el masoquismo pone en primer plano su cas-
una de las mayores manifestaciones contra la guerra del Viet-
nam que haya habido en Berkeley. La Policia habia auto- traci6n por la madre para poder, bajo este disimulo, in-
rizado la manifestaci6n pero prohibiendo el acceso al objetivo troducir analmente el falo del padre. Por tanto, hemos
de la misma: el centro militar de Oakland... de interpretar la tela en cuesti6n de esta manera:
A la cabeza de la procesi6n que se acercaba a la forma-
ci6n policiaca habia, como siempre, unos jdvenes que grita- Ser Cristo (o identificarse con Él) permite empufiar
ban a los demds que no se detuviesen y rompieran el cord6n, una metralleta y servirse de ella (contra los incrédulos).
tentativa que naturalmente habria provocado disparos por El masoquista contesta asi a su verdugo --que en el fon-
parte de la policia, sin ningrin tesultado positivo.
Al cabo de dos o tres minutos angustiados, los millares do es el padre-, lanzdndole el desafio: «yo gozo en las
de estudiantes sentdronse en tierra. Entonces, surgieron las calzadas», o sea: «Tri puedes atacarme, vencerme (o
guitarras y las arm6nicas, empez6 el petting, las caricias
amorosas y 1a manifestaci6n termin6 de este modo. cerrarme el camino del Edipo), pero yo gozo (a mi ma-
Por una parte creo que se manifest6 de forma espont6nea nera».
y andrquica una unidad, la confluencia de dos revueltas, y La provocaciOn constante ejercida por el contestatario
esto acabar6 por impresionar a los m6s escépticos...
se nutre en gran parte por el componente masoquista; y
Sin embargo, con ocasi6n de la actividad revolucio- (8) El Evangelio segrin San Mateo insiste igualmente en la impor-
naria, el sadismo halla una facilidad de acci6n, en par- tancia de esta postuta contestatada; «El hermano enttegatà su padre a la
muette y el padte a su hijo; los hijos se levantatdn contra sus padres y los
ticular para las j6venes que tienen la posibilidad relativa- hardn morir. Y vosotros seréis odiados de todos a causa de mi Nombte,
mente reducida de esta compulsi6n parcial (las pe-
vivir pem e1 que tesista hasta el lin, éste serd salvo».
(Segrin los chinos: «Nosotros seremes aÉn trescientos millones después
troleras), sin hablar de las compulsiones homosexuales, del exterminio at6mico y podremos gobernar el mundo para aplicar el
despertadas por los tumultos, siempre en el limite del vetdadero marxismo>>.)
Ademds: «No credis que he venido a traet lù paz sobre la Tietra; no
verdadero peli$o. he venido a ttaet La paz sino la guema, ya que he venido a enlrentar al
Ademds, el perverso que,por definici6n, se aparta hombre con su padre, la hija a su madre y el yemo a su suegta».
«Se tendrd como enemigos a los propios familiares. Quien ame a su
del complejo de Edipo y de todo 1o que se deriva del padre o a su madre m6s que a Ml no cs digno de Ml.»
I
I
350 Andé Stéphane El Universo Contestatario 551
cabe recordar aquf la alucinaci6n colectiva de los estu- resumida es sorprendentemente abundante) de las carac-
diantes de Nanterre, relatada por Epistémon, que, bajo teristicas comunes al fascismo y al izquierdismo contesta-
la influencia del hashish, se imaginaban ser atacados por tario demuestra una identidad de ambos movimientos
el grupo <<Occidente>»; de esto hay que deducir que su en numerosos puntos:
deseo masoquista de ser atacados era lo bastante poderoso
como para estallar en forma de delirio colectivo transi- terrorismo intelectual (9),
torio. racismo (ver el capitulo <<Un nuevo racismo>>),
También recordamos que los contestatarios esto laborismo (el fascismo siempre se calific6 de socialista),
se ha visto varias veces-, quieren a toda costa-y
su mdr- dulzwa angelical y ferocidad,
tir (su Cristo). mezcla de idealismo y sadismo,
De manera machacona, hemos subrayado que la con- regresi6n al proceso primario y falta del sentido de rea-
testaci6n tiene una finalidad afectiva complexual y que lidad,
su contenido (ya sosteniendo con su 16gica interna el fanatismo,
castillo afectivo, ya estando en contradicci6n con el afec- maniqueismo,
to), tiene una importancia secundaia y contingente. Es cierta filosofia pesimista de origen alemdn,
intercambiable y depende de la moda del momento. antisemitismo (antisionismo),
El enfrentamiento entre contestatarios y contestados antiliberalismo,
es el mismo, tenga un contenido existencialista, estructu- antipadamentarismo,
ralista o maofsta. Y si hoy dfa los contestatarios comba- culto a la juventud,
ten o ignoran el existencialismo, es porque pertenece al culto a la violencia.
pasado, o sea al reino del Padre. En esto hallamos al-
gunas caracterfsticas esenciales del movimiento contesta- En tanto que la revoluci6n ataca a la clase enemiga,
tario éste es un acercamiento preffado de consecuen- la contestaci6n ataca a su propia clase. Esto supera sin
-yen el
cias-, fascismo anterior a la guerra, tal como embargo la noci6n de clase, ya que la enemistad se ex-
hemos demostrado, especialmente en lo referente a las tiende a la familia y a la sociedad en su conjunto, como
acusaciones proferidas contra la sociedad de consumo. emanaci6n paternal. En el sentido centripeto, la hostili-
De este modo, nos vemos obligados a identificar el mo- dad se refiere al Yo del individuo, movimiento ilustrado
vimiento contestatario con un fascismo que no se atreve por el estallido de la contestacidn en grupos pequefios
a tomar su nombre y a dat, en cierto modo, la raz6n a hostiles entre si; el verdadero enemigo del contestatario
lonesco: «la tfuania hoy dfa est6 en la izquierda». estd en su propio seno y el afecto proyectado tiende a
Por tanto, hemos llegado a un punto de partida de un regresar sobre el sujeto (10), y siendo el Yo a la vez sujeto
movimiento circular (ver el sentido etimol6gico del vo-
cablo revolucién), qre es el décimo avatar del mismo fe- (9) Sartre, en el Noauel obseruateur: «Raymond Aron deberd desnu-
datse (ante los estudiantes), y se Ie devolverdn los vestidos cuandp acepte
n6meno. la contestaci6n».
Una breve recapitulacidn (pero que incluso en forma (10) Ver el capltulo «Identificaci6n final con Ia madre sddico-anal».
352 André Stéphane EI Universo Contestatario 353
y objeto, trata de proyectar la agresividad sobre la victima de la taz6n, y que en efecto ha instituido las
restricciones.
designada, aunque finalmente la recibe é1. Estas restricciones corresponden a su componente
s6dico,
Pero este mecanismo también actÉa en el fascismo, y qr9-1e empareja con su narcisismo: «la Fe
no es incom_
no hay nada sorprendente en que el contestatario trabaje patible con la L6gica, pues es superior».
inconscientemente en el mismo sentido que el fascista I,a <<prdctica politica» que queiria situar
a los contes_
y eue, finalmente, ambos se crucen a un nivel que de- tatarios en el lugar de loJ estudios escolares es
la tra-
pende del contexto hist6rico: los observadores registraron duccidn exacta de esta restricci6n de doble .rru, y
antafio con extraffeza la rupidez con que, a taiz de los esto también existe un curioso cruce entre fascismo"n
y
acontecimientos hitlerianos, nueve millones de comunistas contestaci6n. En ambos hallamos la politizaci6n
extendi_
se convirtieron en nueve millones de nazis. A ruiz de da a la juventud, con un matiz de aritiintelectuuli;t (i;
los acontecimientos de mayo en Paris, los mismos obser- que se sabe desde el principio s6lo puede ser
un saber
vadores habrian podido notar la tendencia inconscien- m6gico), y la magrrificacidn del afectà (12). Con
el régi-
te, aunque m6s segura, que empujaba a los contestatarios men fascista se vieron promociones escolares ru"aJu-r,
hacia la instauracidn menos por vfa indirecta- de1 no_ en los méritos, sino en motivos polfticos,
fascismo en forma de-al
ex6menes
una dictadura militar (la eventua- y diplomas concedidos a los màs ardiéntes fascistas,
todo
lidad mds probable, en el caso en que el movimiento lo cual vuelve a estar de moda entre los contestatarios.
contestatario hubiera puesto en peligro el <<sistema>>), Para terminar con estas consideraciones no podemos
tendencia que no ha cesado de obrar todavia en la actua- disimular nuestra conviccidn de que si los paàres son
lidad, en el mismo sentido. contestados, la culpa es, en gran parte, por .r, d.bilidud,
La contestacidn, por muchos aspectos, constituye un ya que, para enfrentarse con una problemdtica
edipica,
fascismo de izquierdas y, en realidad, una contrarrevolu- no basta un hijo, sino también uo pàdr.. Si el padre'fue,
ci6n (11). Esta dictadura ya està rcalizada por el terro- en un pasado reciente, un tirano doméstico, hòy es algo
rismo intelectual, cuya forma mds simple es la conviccidn, inexistente o un «camarada» al que el nifro y-luego "el
mantenida a pesar de la l6gica y de la realidad: «el inte- adolescente no se afera bastante, con lo quà
tienie a
lectual de Izquierda>> que dice, después de haber escucha- perder su papel de objeto de identificaci6n.
do y comprendido los argumentos m6s v6lidos: <<iPues, <<Esta crisis Gombrowicz_ es m6s una crisis
bien, nosotros pensamos de otro modo! », demostrando asi de adultos que-afirma
de j6venes, y demuestra ante todo una
que rinicamente investia el afecto irracional en detrimento sorprendente debilitaci6n del hombre maduro frente
al
joven» (13).
(11) Para rebelarse eficazmente contra el padre hay que haberlo
integtado antes. La verdadeta revoluci6n s61o puede ser edlpica. Los con-
testatados se apartan de los objetivos tevolucionarios que desdefian; son los (:2)- Ei, los dos oovimientos pollticos fratemos, el
adolescente es
hiios del padre, integrado como tal, los que se baten pot la libettad; los
lfl: el mundo pudo ocu.hàr -en lì-i.l.ii.iàii"àl joven
contestatatios se mofan de la libertad e la natrraleza de su iden- que T.:9.
dlJo:
estudiante
tificaci6n inconsciente y secreta con la-segfin
madte anal- instituyen la res- ..-h a me
,decisj6n pre-inscdbf en Vincennes, pero aguardo para
ticci6n esfinteriana, Hablan de congesti6n y de participaci6n, perb a lo conocer todos Ios recovecos da;J; .;'";;;:-
ratificar mi
que tienden en tealidad es a la inversi6n de la relaci6n de fuetzas: <<{No
has cemptendido cudl era la relaci6n de fuerzas?»> (al decano Beajou
,. Lo menos-que_puede decirse ei q"eiq-il ffiil;.
se(do por el afdn de saber_
parecla estar po-
arrojado al suelo). (13) «Entrevista con Witold Gombrowicz», por Dominique de
Roux.
12
El Universo Contestatario i55
compulsivo que no podfa integrat'y anue§tro entender tal exultante de la vida prenatal de la cual se conserva un
es el caso del contestatario. recuerdo casi visceral, pero que, al situarse mds all6 de
Entonces, se comprende que llegue a soluciones ex- toda formulaci6n, de la sensibilidad y del Yo consciente,
tremas: destruir la sociedad existente es destruir la reali- escapa a toda precisidn y toda descripci6n. Es incluso
dad que s61o le ha procurado decepciones. No espera este cardcter inefable el que constituye su encanto.
ya el restablecimiento de su poder omnimodo, del pro El contestatario piensa asi inconscientemente que le
greso de su dominio sobre e1 mundo. Se ve obligado a basta con rechazat al mundo material para que automà-
ietroceder, a regresar al estado narcisista anterior al naci- ticamente surja de la nada la felicidad narcisista. Pero
miento del Yo y el Objeto, anterior a la escisi6n desga- cuando se le formulan preguntas respecto al sujeto de
rradora entre el mundo interior y el mundo exterior, an- esta felicidad, llegada espontdneamente, simplemente por
terior al principio de realidad. Ia creaci6n del vacio, no puede contestar; en efecto, ha
De repente, la sociedad que representa la realidad de presentar con su respuesta otra realidad, y para él solo
se le aparece como un obst6culo a la felicidad conocida el sueffo se confunde con aquélla.
antafioÌcuando era feto en el seno matetno, no formando Esta posici6n no es tinicamente la del contestatario
que un todo con el universo). La destrucci6n del mundo (por otra parte, en cada individuo hay un aspecto con-
àe los objetos (en todos los sentidos del término) se le testatario), sino que se halla muy extendida como meollo
aparcce entonces como la condici6n necesaria para la latente y susceptible de un despettar,y eso es lo que ocu-
liberaci6n del sendero que ha de conducirle al paraiso rre cuando se produce una protesta contestataria.
perdido. Ya que la realidad objetal llega un dia a susti- Se querria creer en el advenimiento de esta felicidad
tuir al mundo egoc6smico del lactante, siendo tenida, con absoluta m6s allé del tiempo y el espacio, de la l6gica y
raz6n, como la gran lesponsable de la pérdida del uni- la realidad; no es posible nombrarla, pero se vive con su
verso narcisista anterior. nostalgia (en forma de cielo, de paraiso perdido), tanto
Es preciso que desaparezca la sociedad organizada mds cuanto que se estd seguro de tener derecho a la
para los padres y la sociedad conjuntamente, o sea para misma, puesto que (y esto se adecua perfectamente con
el mundo. la realidad, ya que cada cual ha pasado por la existencia
fetal) que se ha sido feliz y un dia, injustamente, y por
un acontecimiento cataclismico (el nacimiento del Yo) se
Si la realidad (el mundo objetal y material manejado ha visto privado de tal felicidad para caer en el mundo
y dominado por la pareja paterna), desapareciese para de los seres humanos representados por la pareja paterna,
siempre, para el contestatario que vive inconscientemente primero por la madre (1), que es la primera representante
todo en su cuerpo, su Yo se confundiria con el universo,
y esto conduciria a la regresi6n al estado primitivo narci- (1) Existe un deseo narcisista especifico exttrmadamente rcchazado
rirtu q,r" precedi6 al estado madurativo compulsional que prro que t_emonta casi al preconsciente, y es el de estar solo; solo con el
Cosmos tal como era antes del nacimiento. En la situaci6n airalltica sobre
no ha conseguido integrar. todo.,.ciertoa suietos parecen hallar de nuevo algo que les acerca a la
Pero la iegresidn narcisista corresponde al impulso telrctdad Prrmltlva.
frt
Contestatarlo
il
i
358 André StéBhane El Universo 559
el pretexto <<social>» para solucionar su propio conflicto La revoluci6n concierne al mundo objetal y si busca
familiar. al «tirano» es porque éste, con su funci6n, representa el
obstÉculo frente a la voluntad revolucionaria; la contes-
taci6n apunta al mundo objetal, sea cual sea. Es un mo-
El revolucionario construye su realidad paso a paso, yimiento subjetivo lirico y se dirige a una persona (aun-
continuando por uo camino que conduce a un ideal a
que en general), no a causa de su funci6n sino porque
realizat, no una vez p$ todas sino gradualmente, in-
ésta es paru él una representaci6n de la Imago personal.
cansablemente. El contestatario, aunque afirmdndose en
principio a la contestaci6n permanente y a la autocon- Ataca al «poder personal» porque es el apéndice de una
persona y al <<poder establecido» porque està en contra
testacidn, se encierra en relacidn en el cerco rigido de
su construccidn puramente te6rica, para ser contestado a
de todo establecimiento, con independencia de la forma
del mismo. Se e,s tourierista, por ejemplo, no a causa de
su vez por otros contestatarios, sin que la contestacidn
las proposiciones precisas de Fourier (que son totalrnen-
en cadena represente obligatoriamente un progreso.
El contestatario no se inserta en una linea (es la li- te delirantes), sino porque ha querido convertir el traba-
jo en un juego, o sea que ha abandonado el dominio de
nea precisamente el objeto de contestacidn), sino en Ia de
la realidad, de la edad adulta para regresar a la infancia.
la contestaci6n como tal. Asi citard por su nombre a
La revoluci6n se aferra al contenido ya que su fnico
ciertos contestatarios del pasado, aunque sin impregrrar-
objetivo es crear una realidad m6s perfecta que la actual.
se con sus obras en el sentido de una continuidad orgdni-
Por tanto, se esfuerza por introducir en la realidad exis-
ca, de una filiaci6n (8). La revolucidn organiza la com-
pulsidn sddicoanal y la introduce en el combate, buscan- tente un nuevo elemento. Parad6jicamente, no es éste
do un fin bien definido, mientras que el contestatario
el caso del contestatario que, ante todo, retrocede con
considera a su adversario como vencido por anticipado
relaci6n a la realidad presente, quiere anularlo todo
(<<se borra todo y welta a empezar»), pero en sus velei-
(previamente), estando asi seguro de que el combate no
podr6 tener lugar. Como el padre ya ha muerto para é1, dades de recomenzar no se descubre nada nuevo (no
no tiene que medirse con el mismo (9).
somos nosotros los dnicos en hallar el catàctet <<de paso»»
de la contestaci6n).
(8) La conteslaci6n de los aios 40 se efectu6 baio la eficie del El contestatario no invoca el futuro a crear mds que
sil que
existencialismo -el
la contestaci6n de nuestta época tuviera en aquélla como coartada y justificaci6n seudo-racional (dice, por
la nenor raiz. Pot conuatio, Ia ha descattado violeotamente, o ignota-
do, y esto no habrla sido nunca de oro modo dada la naturaleza mism. ejemplo, que es algo tan nuevo que no es posible con-
del fendmeno. El movimiento actual ha comenzado baio las alas del estruc-
turalismo, habiéndose despegado del mismo, y Epistémon pudo constatar
que las protestas de mayo en Parls, por ejemplo, firmaron el acta de
defunci6n del estructuralismo; si esta constataci6n es exagetada en esta sddico-anal con su rigidez,La revoluci6n libeta Ia sexualidad peto la vena
{orma brusca, es seguro, no obstaote, que cierta anttopologla, estructufa- contestataria la frena y pese a ciertas poses exhibicionistas (<<dia sin ra-
listico-lingiilstica hà- ptopotcionado a los cotrtestatarios «intelectuales de bas»), los contestatarios, en su conjunto, son de inspisci6n austera y
Izquierda» (adultos) un contenido ampliamente utilizado, habiencio perdido putitana. Serla interesante seguir la evoluci6n de las costumbrcs bajo
su valot natcisista como apoyo del movimiento. la Revoluci6n Francesa, asl como la primera ola de libetaci6n sexual y
(9) Asimismo, d complejo de Edipo nunca setd integrado oi pmnoco attlstica en Rusia ente 19t7 y 1923, segrrida por la teacci6n puritana
el Supeieeo edlpim-que estructura al adulto, erigido sobre sus ruir:as. Eo que afo subsiste. 2Era 6ta la contestaci6n de los hiios que triun{aban
lugar de este riltimo fuocionar6n las pmhibiciones matemales del estado de esta manera de la primera generaci6n de revolucionarios?
364 AndÉ Stéphane El Universo Contestatario 565
cebirlo) y sus textos se inspiran en Krapotkin, en Baku- El.revolucionario quiere hacer su revolucidn y ésta
nin, en Fourier o en Blanqui (10). A lo sumo, trata de se inserta en un contexto preciso que comporta unos
buscar la novedad en la originalidad de su protesta, elernentos politicos, econ6micos y sociales que determinan
sustentdndola con ulla agresividad superficial o un estilo la acci6n revolucionaria.
original que sustituye al impulso revolucionario. El contestatario no quiere tener en cuenta toda esta
La revoluci6n es un proceso que tiene una direccidn, infraestructura (la gran discusi6n entre contestatarios y
un fin, y sobre todo una duraci6n (la etimologia del tér- sindicalistas se referia, como es sabido, a la oporlunidad
mino comporta una alusi6n muy precisa a este factor). de la Revoluci6n, o sea a la definicidn de la situaci6n
En revoluci6n hay evoluci6n, y este vocablo expresa una pot si era o no revolucionaria), y por otra parte no eje-
evoluci6n acelerada, sobre todo en su periodo inicial; cuta una revolucidn sino todas las revoluciones, lo cual
por tanto, puede comprenderse como un proceso de madu- explica el cardcter de <<veleidad» del sustrato te6rico
raci6n. Pero si el revolucionario que posee el dominio de (ya se ha visto el aspecto ildgico y contradictorio, al
la realidad se halla a su gusto en este proceso evolutivo, mismo tiempo que anticuado de la mezcla anarco-sin-
aunque a un ritmo un poco lento, casi invisible, pero dicalista-maofsta, trotskista, etcétera) de la contestacidn.
fecundo, el contestatario quiere obtenerlo todo inmedia- Lo que se halla unido a la realidad es s6lo el afecto del
tamente («todo y al momento>>), como por milagro (11). contestatario, afecto que posee una motivacidn comple-
xual inconsciente, que trata de manifestarse a través
del sustrato que traiciona directamente su origen pura
(10) El contestatario antes de juzgar una acci6n busca la etiqueta
que a priori obligarri a admitirla o a descartarla. Con esto recuerda el ser y esencialmente cultural y libresco. Los obreros cono-
primitivo que va en busca de un remedio a casa de un cuandero y cen la grandeza de la distancia que separa estas <(teerias»
utiliza el mismo medicamento en todas sus dolencias.
(11) En el fnconsciente, no hay duaci6n ni maduraci6n. El ptoceso de la pr6ctica, aunque ésta se apoye en aquélla. En cuan-
de maduraci6n es una rcstricci6n permanente que el sentido de Ia realidad to a los pequefios grupos que se baten entre si por mati-
hgce sulril _al Inconsciente, y sabemos que el Inconsciente prieitivo (en
el seno del principio del placer), no gobernado por eI Yo, no puéde ces te6ricos a menudo infimos, pueden compararse a las
soportar ni la espeta de la satisfacci6o ni el aplazamiento de las com-
pulsiones. Ni uno ni otro existen en el sueffo, donde la espera es un sectas que, dando la espalda a la realidad, entablan la
estado estdtico bajo la tensi6n ptogresiva, o por el conilario, una exacet- lucha sobre tal o cual punto de la exégesis bfblica.
baci6n de la compulsidn, peÌo que por este mismo motivo espanta al Yo
del sofiador (bajo la presi6n del Yo Superior), y desttuye la dimsnsign Mas como el investimiento de la exégesis constituye
onirica, transform6ndola en pesadilla, para despeltar {inalmente al dur- una defensa obsesiva oontra cierto compromiso edipico, la
miente, cuyo Yo se ve desbordado por la inminencia de la realizaci6n
del deseo. En el suefio, los estados se siguen directamente, uno se apoya guerra por unos matices esconde una actitud ambivalente
en el otro, ambos se telescopian (miden a distancia), y a nuestro e[ten- ante el meollo de la religi6n. El investimiento despro-
der, en esta perspectiva puede captarse el fen6meno de la condensaci6n. He
aqul el suefio de una mujer que luchaba contta una tremenda culpabili- porcionado de los matices doctrinales testimonia la inte-
dad, unida al anhelo de muerte de su madre y que tard6 affos en integrar
su ambivalencia edlpica. Durante el anrilisis soff6: «mi padte estl en el lectualizaci6n del conflicto y su cardcter privado, perso-
jardin ataviado de negto, y coo sombreto hongo. Es jovenl va mds erguido nal y narcisista; por esto los contestatarios han desde-
que ahora, y lleva una regadera en la mano».
Ella asocia: <<era un atavTo de luto y de casamiento a la vez». Es frado el aspecto reivindicativo, o sea anal, las huelgas.
inritil insistir sobre el simbolismo del erguimiento y la tegadera, asl como La revoluci6n sirve para expresar un conflicto incons-
del sombrero hongo. Io que aqul interesa es la condensaci6n o<presada
por el atavlo en la imagen onfrica. ciente y si no siempre pueden hacerse todas las revolu-
366 AndÉ Stéphane
antiguas hasta el punto en que pueden imponerse v6li SucuNpe pARrE. Ll socrrpao DE coNSUMo . X03
damente. La casa es nueva pero en ella existen también 4 El consumador consumido. 105
todas las vigas sdlidas del pasado. 5 «El vellocino de oro siempte es de barro». 1ll
La pintura conocid una revoluci6n, la revolucidn 6 El contestatario y el verbo l4l
impresionista con Manet. Éste copi6 al comienzo de su 7 Algunas contradicciones internas del iz'
quierdismo 154
carrera a los maestros del pasado. Si por ejemplo, se con-
8 El redentor 165
templa «La Virgen del conejo». Este cuadro est6 inspi-
9 Un nuevo racismo. 178
rado en obras antiguas («El desayuno sobre la hierba»).
Lo mismo pasa, por ejemplo, con Van Gogh que copi6 Tencena pARTE. Tnss uarsrRos oPINAN soBRn LA
a Rembrandt y éste se halla en aquél, lo mismo que Ve- coNrrsrecl6N 2,j5
làzqluez que sobrevive en <<Las meninas>> de Picasso. 10 Marcuse: eContribuci6n a Freud o contri-
El verdadero revolucionario, y esto es mds visible buci6n a los mitos 207
11 Marcuse (continuacidn\ Matanza por ba-
en el arte y la literatura, incorpora el pasado, o sea el 236
gatelas
. universo paternal, y lo supera. 12 Lefebvre o el mito del terror . 247
El contestatario corta todas sus rafces y no puede, 13 Raril Vaneigem, o la exteriorizaci6n de la
., cuando es artista o escritor, màs que crear obras faltas interioridad 258
de autenticidad. Lo nuevo no es verdaderamente nuevo
m6s que cuando contiene lo antiguo y trascendental, Cu,mte pARTE. LA BstnucruRA DEL coIYTESTATARIo, 281
Nota preliminar 283
14 El contestatario y el <<narcisismo c6smico». 285
15 El advenimiento del Reino de los Cielos . 301
16 Analidad y flecalizaci6n 316
16 Analidad y fecalizaci6n 516
17 La identificaci6n final a la madre s6dico-
anal 327
18 Izquierdismo y fascismo 342
19 Revoluci6n y contestaci6n. 354