Sei sulla pagina 1di 2

Reporte de lectura: Represión y tortura en México en la década de 1970.

Un
testimonio políticoi
Luis Antonio Martínez Franco
Ante la falta de oportunidades para el ascenso económico y social, la violencia
organizada y desorganizada, así como los espacios limitados para la participación
ciudadana en la política, muchas personas en México han visto las vías de lucha
democrática canceladas. Es por eso que, ante la cancelación de vías legales para
alcanzar una vida mejor, muchas personas han optado por la vía armada, tal fue el
caso del movimiento de independencia de 1810 o la revolución armada de 1910.

En décadas más recientes la lucha armada ha sido diferente, en primer


lugar, la gente no ha respondido de forma masiva al llamado a las armas como en
1810 o 1910, por el contrario, sólo un pequeño grupo de jóvenes han sido quienes
aceptan el camino armado. En segundo lugar, las técnicas y los materiales de
guerra han alcanzado un desarrollo que en años anteriores no se había visto, es
decir, el ejército cuenta con sistemas de comunicación, transporte y armamentístico
muy caro y sofisticado, lo que pone en clara desventaja a cualquier grupo insurgente
que decida enfrentarse mediante las armas al gobierno.

Ante este panorama, quienes han decidido tomar las armas encontraron en
la guerra de guerrillas la estrategia adecuada para alcanzar sus objetivos. La guerra
de guerrillas consiste en desgastar al enemigo, que en este caso es el gobierno,
mediante acciones a pequeña escala en sitios estratégicos, además de desplegar
una actividad política que atraiga a la opinión pública de su lado.

En México han existido distintos movimientos guerrilleros, cada uno con su


propio objetivo. Algunos de estos movimientos con mayores repercusiones han sido
la Liga 23 de Septiembre, el Partido de los Pobres (PDLP), el Frente Estudiantil
Revolucionario (FER) y hasta el más reciente Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN).

Como es de esperarse, el gobierno no ha permitido que los movimientos


guerrilleros actúen solos y ha tratado de contenerlos o desmantelarlos. Durante la

1
década de 1970 inició uno de los periodos de actividad guerrillera más intenso que
se ha registrado en México, en respuesta, el gobierno mexicano inició una
contraofensiva a la cual se le ha dado el nombre de “guerra sucia”, debido a la gran
cantidad de actos ilegales de los que se valió el gobierno para combatir a los
movimientos guerrilleros. Estas acciones incluyeron encarcelamientos ilegales,
tortura, desapariciones forzosas y asesinatos a manos de agentes del gobierno que,
teóricamente, deberían hacer cumplir la ley.

En el texto que se comenta, Verónica Oikión Solano recuperó un testimonio


muy valioso que da cuenta de las múltiples estrategias que el gobierno utilizó para
desmembrar el movimiento en el que participaba Francisco Campaña López,
miembro del FER y que fue capturado, encarcelado y sometido a una gran cantidad
de torturas. Al mismo tiempo, el testimonio entregado por Campaña es un ejemplo
de entereza y de la forma en que deben seguirse las convicciones personales a
pesar de las adversidades.

A pesar de que los acontecimientos narrados por Oikión tuvieron lugar hace
cuarenta años, hoy en día la tortura y la desaparición forzada ejercida por agentes
del gobierno es algo común. A pesar de la memoria que se ha conservado sobre los
años de la guerra sucia, de los distintos organismos de derechos humanos y de la
facilidad con que ahora se pueden documentar las violaciones a los mismos, en
México los policías y sus jefes torturan, privan ilegalmente de la libertad y matan
con fines políticos.

Es por eso que los trabajos como los de Oikión revisten mucha importancia,
pues nos permiten recordar que la tortura ha sido parte de la historia de México,
pero al mismo tiempo nos debe obligar a no permitir que vuelva a presentarse, hasta
que logremos erradicarla por completo.

iVerónica Oikión-Solano, “Represión y tortura en la década de 1970. Un testimonio político”, Historia


y grafía, n. 37, 2011, pp. 115-148.

Potrebbero piacerti anche