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Antecedentes
El antagonismo entre ambas casas comenzó con el derrocamiento y Ricardo, duque de Enrique VI de
asesinato del rey Ricardo II, en 1399, a manos de su primo Enrique
York † Inglaterra
Bolingbroke, duque de Lancaster. Enrique era el cuarto hijo de Juan de Eduardo IV de Margarita de Anjou
Gante, quien a su vez era el tercer hijo de Eduardo III: sus expectativas de
Inglaterra Eduardo de
llegar al trono eran escasas. De acuerdo a la ley de sucesión inglesa y a Ricardo III de Westminster †
los precedentes sentados por la tradición, la corona debía recaer en los
Inglaterra † Enrique VII de
descendientes masculinos de Leonel de Amberes, segundo hijo
Inglaterra
superviviente de Eduardo III. De hecho, Ricardo II había designado
heredero presunto de la corona al nieto de Leonel, Roger Mortimer. Sin
embargo, se toleró la situación exclusivamente porque el gobierno de
Ricardo II había sido extremadamente impopular. Por esta causa, el
Parlamento lo declaró rey de Inglaterra y asumió la corona con el nombre
de Enrique IV.
Enrique VI
El rey Enrique VI de Lancaster estaba rodeado de un cúmulo de regentes y consejeros
impopulares. Los más notables de ellos fueron Edmundo de Beaufort, duque de Somerset, y
Guillermo de la Pole, duque de Suffolk, a quienes se acusó de ser incapaces de manejar el
gobierno y de concluir la guerra contra Francia. Durante el gobierno de Enrique VI se
perdieron virtualmente todas las posesiones inglesas en el continente, incluidas las tierras
ganadas por Enrique V. Enrique VI comenzó a ser percibido como un rey débil e inhábil. Para
mayores males, éste sufrió por entonces una serie de episodios embarazosos causados por
u n a enfermedad mental emergente. Hacia mediados de la década de 1450, muchos
consideraban a Enrique incapaz de gobernar. La legalidad de la corta línea de reyes
Lancaster pasó a estar plagada de dudas, y la Casa de York fortaleció su pretensión sobre la
corona. El creciente descontento civil, sumado a la multiplicación de nobles con ejércitos
privados y a la incapacidad y corrupción de la corte de Enrique VI, formaron el clima político
ideal para la guerra civil.
Enrique VI.
Cuando, en 1453, el rey padeció un primer episodio grave, producto de su enfermedad
mental, se estableció un Consejo de Regencia encabezado por el Lord Protector, el poderoso
y popular Ricardo Plantagenet, duque de York y líder de su Casa. Ricardo empezó de inmediato a pugnar audazmente por su
pretensión al trono, encarcelando a Somerset, y apoyando a sus aliados Salisbury y Warwick en conflictos menores contra los
adherentes a la causa de Enrique, especialmente los condes de Northumberland. Sin embargo, la recuperación de Enrique,
en 1455, frustró las ambiciones de Ricardo, quien fue despedido rápidamente de la corte por la esposa del rey, Margarita de
Anjou. La incapacidad manifiesta de liderazgo de Enrique se tradujo en el fortalecimiento de la cada vez más poderosa reina
Margarita, quien se convirtió en la máxima figura de la Casa de Lancaster. Ella conformó una alianza de varios nobles contra
Ricardo, con el fin de reducir su influencia. La creciente frustración de Ricardo y la agresividad de la reina derivaron finalmente
en acciones armadas, dando lugar a la primera batalla de San Albano.
El 22 de mayo de 1455, mientras el duque de York dirigía una pequeña fuerza hacia Londres, fue enfrentado por las tropas
leales de Enrique en el poblado de San Albano (St. Albans). Este primer combate abierto de
la guerra, pese a ser de escala reducida, se fundó en la intención de Ricardo de eliminar de la
corte a los malos consejeros del rey. El resultado fue la derrota de las fuerzas de Lancaster,
muriendo en acción varios de sus líderes, entre ellos Somerset. York y sus aliados
reconquistaron sus posiciones de influencia. Por un tiempo, ambos bandos se sintieron
impresionados por haber llegado al campo de batalla, y realizaron sus mejores esfuerzos
para alcanzar la reconciliación. Sin embargo, el rey volvió a sufrir un ataque de demencia,
designándose a York como Lord Protector y a la reina Margarita como encargada del cuidado
del monarca, una posición secundaria y al margen del poder.
Después de la primera batalla de San Albano, el compromiso adquirido por las partes en
1455 llegó a alcanzar cierto éxito, con York a la cabeza del Consejo hasta la recuperación de
Enrique. Pese a esto, los problemas generados por el conflicto emergieron de nuevo, en
especial el asunto de si correspondía a Ricardo o a Eduardo de Westminster (hijo de Enrique
VI y Margarita) la sucesión de la corona. La primera alternativa era inaceptable para
Margarita, quien rechazó cualquier solución que significara el desheredamiento de su hijo,
dejando en claro que toleraría esa situación tanto como durara la supremacía militar del
duque de York. Enrique se recuperó en el interior del país en 1456, pero la reina no le La Torre del Reloj de San
permitió regresar a Londres. Por lo menos en el interior del reino contaban con alta Albano (c. 1500).
popularidad, no así en la capital, donde los mercaderes estaban descontentos por la caída en
los mercados y el amplio desorden. Por estas razones, la corte del rey se estableció en la
ciudad de Coventry, donde el nuevo duque de Somerset, Enrique Beaufort, ascendía en popularidad llenando los zapatos
vacíos de su padre. La reina consiguió convencer a su esposo de la importancia de desconocer los nombramientos y arreglos
hechos por York, y le ordenó regresar a su posición en Irlanda. Los disturbios aumentaron y se sucedieron en la capital y por
toda la costa sur, pero el rey se mantuvo en sus cuarteles reforzando sus posiciones. La reina estableció la conscripción
obligatoria por primera vez en Inglaterra, realizando levas para sus ejércitos. Mientras tanto, la popularidad de Ricardo
Neville, conde de Warwick y aliado de York crecía sin pausa, emergiendo como el campeón de las clases mercantiles.
Ante tal situación, York decidió regresar a Inglaterra, retomándose las hostilidades el 23 de
septiembre de 1459 en la batalla de Blore Heath en Staffordshire. Esta acción significó el
fracaso del gran ejército de Lancaster en evitar que la fuerza de los York dirigida por lord
Salisbury, proveniente del castillo de Middleham en Yorkshire, se reuniera con las tropas
acuarteladas en el castillo de Ludlow. Sin embargo, la guerra continuó con un triunfo de los
Lancaster en la batalla del Puente de Ludford, que forzó la huida hacia Calais de Eduardo, el
hijo mayor de York (y posterior rey Eduardo IV de Inglaterra), Salisbury y Warwick. Los
Lancaster recuperaron el control total, nombrando a Somerset gobernador de Calais. Sus
intentos de derrotar a Warwick fueron fácilmente truncados. Entre 1459 y 1460, los
seguidores de York acosaron, desde Calais, distintos puntos de la costa inglesa,
acrecentando la sensación de caos y desorden.
Pa ra 1460, Warwick y sus seguidores estaban listos para iniciar la invasión de la isla, El Castillo de Ludlow.
estableciéndose en Kent y en Londres, donde encontraron mucho apoyo. Enrique dirigió un
ejército hacia el sur, mientras Margarita se quedó en el norte con el Príncipe Eduardo. El 10
de julio de 1460, las fuerzas se encontraron en la batalla de Northampton, que probó ser un completo desastre para los
Lancaster. El ejército de York, dirigido por Ricardo Neville, ayudado por la traición entre los dirigentes Lancaster, logró
capturar al rey Enrique VI, llevándolo prisionero a Londres.
Acta de Acuerdo
Después de sus logros militares, York, basándose en la ilegitimidad de la línea sucesora de los Lancaster, se decidió a
reclamar el trono. Desembarcó en el norte de Gales, desde donde se dirigió junto con su esposa Cecilia a Londres, donde
ambos fueron recibidos con el ceremonial reservado a los monarcas. El Parlamento estaba reunido y Ricardo esperaba que
se le concediera directamente la corona, tal como habían hecho en 1399 con Enrique IV. En vez de ello encontró un silencio
sepulcral. Al anunciar su pretensión a la corona, los lores, incluidos Warwick y Salisbury, estaban asombrados con sus
intenciones. No había ánimo entre ellos para destronar al rey Enrique, sino que se limitaron a sus esfuerzos originales,
expulsando a los malos consejeros.
Al día siguiente, York apoyó su reclamación con detallados esquemas genealógicos, basado en su descendencia de Leonel
de Amberes, siendo comprendido de mejor manera. El Parlamento accedió a considerar la materia, y finalmente decidió que
la reclamación de Ricardo era mejor, al mismo tiempo que, por una mayoría de cinco, decidía mantener en el trono a
Enrique. En octubre se llegó a un compromiso que se conoció como el Acta de Acuerdo de 1460, que por un lado reconocía
el derecho de los York y por otro lo declaraba sucesor de Enrique, desheredando al príncipe Eduardo de seis años. York tuvo
que aceptar este acuerdo como la mejor oferta que tenía para elegir, teniendo presente que al mismo tiempo era designado
nuevamente Lord Protector, lo que le permitía gobernar en nombre de Eduardo. En cualquier caso, el acuerdo era
inaceptable para los Lancaster, que se reunieron bajo la égida de la reina Margarita y el Príncipe Eduardo, formando un gran
ejército en el norte del reino.
Parhelio al atardecer. En esos momentos, la reina Margarita se trasladó hacia el sur de Inglaterra,
causando grandes estragos en aquella rica región por medio del pillaje hecho por sus
tropas. Mientras tanto, en Londres Warwick utilizaba estos hechos como propaganda
para reforzar su posición en el sur, logrando que ciudades como Coventry se cambiaran de bando, uniéndose a los York.
Pese a esto no logró levantar una gran fuerza, lo que le valió ser sorprendido el 17 de febrero de 1461 en los alrededores de
San Albano. Sin el apoyo del ejército de Eduardo, la segunda batalla de San Albano significó la más decisiva derrota para las
fuerzas de York. Sorprendidos y derrotados, dejaron abandonado al rey Enrique VI, que fue hallado debajo de un árbol.
Enrique armó caballeros a treinta miembros de las fuerzas de Lancaster al atardecer. Producto de la gran victoria, y mientras
las tropas del rey Enrique se dirigían al sur, un gran pánico y temor se apoderó de Londres, al llegar rumores de la intención
de saquear la ciudad. El pueblo decidió cerrar las puertas de la ciudad y se negó a entregar provisiones al ejército de la reina,
que ya se encontraba saqueando los condados vecinos de Hertfordshire y Middlesex.
Batalla de Townton
Eduardo había avanzado por el oeste hasta los alrededores de Londres, donde reunió sus
fuerzas con las de Warwick. Al coincidir con la retirada de la reina Margarita al norte, hacia la
ciudad de Dunstable, Eduardo y Warwick pudieron entrar a Londres con su ejército, donde
fueron aclamados y recibidos con entusiasmo, dinero y provisiones por parte de la más
grande ciudad yorkista. Con su padre y hermano muertos en batalla, la guerra se había
convertido a esas alturas en una pelea por la mismísima corona, ya que Eduardo de York no
podía argumentar que quería separar al rey de sus malos consejeros. La necesidad de
autoridad por Eduardo se vio resuelta cuando el obispo de Londres le preguntó su parecer al
pueblo, que respondió con gritos y hurras al rey Eduardo. El Parlamentó no hizo sino
confirmar la opinión popular, logrando coronarlo en una precipitada ceremonia en la Abadía
de Westminster entre escenas de júbilo.
Así Warwick y York habían capturado la ciudad de Londres, pese a que Eduardo hizo votos de
Eduardo IV.
no tener una coronación formal mientras Enrique y Margarita no hubieran sido ejecutados o
exiliados. También anunció que Enrique había violado el Acta de Acuerdo al permitir que su
esposa levantara ejércitos contra los herederos al trono. Por tanto, el argumento legal pasó a ser que la victoria de Eduardo
no era más que su restauración en sus legítimos derechos, de manera que Enrique y los Lancaster no habían sino usurpado
sus poderes.
Una vez consolidada la situación en la capital, York y Warwick se dirigieron al norte, levantando un gran ejército. Sus fuerzas
se toparon con el también gran ejército de la reina en el pueblo de Towton. La batalla de Towton se convirtió en la más
grande y sangrienta de la guerra de las Dos Rosas. Ambas partes habían acordado de antemano que todos los problemas se
decidirían finalmente ese día, peleando sin pedir ni dar cuartel. Se estima que entre 40 000 y 80 000 hombres tomaron parte
en el enfrentamiento, con una cifra cercana a los 20 000 muertos durante (y después) del combate: un número
extremadamente alto para la época, considerado el máximo derramamiento de sangre en un solo día en el Reino Unido. El
nuevo rey y su ejército ganaron esta batalla decisiva. Mientras los Lancaster eran diezmados, con la mayoría de sus líderes
muertos, Enrique y Margarita, en compañía de su hijo Eduardo, esperaban en York las noticias de la batalla. Apenas se
enteraron del macabro resultado, decidieron huir al norte. Muchos de los lores que apoyaban la causa de Lancaster
cambiaron de bando ese día, apoyando al rey Eduardo. Los que no lo hicieron fueron perseguidos hacia el norte, donde se
refugiaron en unos pocos castillos, al igual que en el país de Gales. Eduardo se dirigió hacia la ciudad de York con el fin de
conquistarla, enfrentándose a las cabezas cortadas de su padre, su hermano y Salisbury. Estas fueron rápidamente
remplazadas por las de destacados líderes de la Casa de Lancaster, entre los que se contaba al famoso lord Clifford de
Skimpton-Craven, quien ordenó la ejecución del hermano de Eduardo, Edmundo, después de la batalla de Wakefield.
En 1464 se produjeron dos revueltas por la causa de Lancaster. La primera fue reprimida en la batalla de Hedgeley Moor el
25 de abril, y la segunda en la batalla de Hexham el 15 de mayo. Ambas fueron reducidas por John Neville, marqués de
Montagu, hermano de Warwick.
Los conjurados fueron declarados traidores y forzados a exiliarse en Francia, donde Jorge
contrajo matrimonio en secreto con una de las hijas de Warwick, Isabel Neville, en 1469.
Entonces, Warwick y Clarence provocaron la rebelión del noble Robin de Redesdale en
Luis XI de Francia. Yorkshire en contra del rey Eduardo, forzando a éste a acudir a sofocarla, situación que fue
aprovechada por Warwick y Clarence para invadir por el sur Inglaterra. El rey fue hecho
prisionero y su suegro (el padre de la reina consorte Isabel Woodville, Ricardo Woodville,
convertido hacía tiempo en tesorero real) y el hijo de éste, Juan Woodville, fueron ejecutados. Warwick, entonces, liberó al rey
Eduardo creyendo volver a tener influencia sobre él, pero éste aprovechó una rebelión en Lincolnshire para levantarse en
armas, acusando a Warwick de complicidad con dicha rebelión. Warwick huyó con Clarence de nuevo a Francia.
En 1470, Luis XI se encontraba bajo una gran presión por parte de la exiliada reina Margarita de Anjou, para que lo ayudara a
invadir Inglaterra y reconquistar y liberar a su cautivo esposo. Fue el rey Luis quien sugirió la posibilidad de una alianza entre
Warwick y Margarita, una idea que a ninguno de los antiguos enemigos le gustaba. Pese a sus reticencias, ambos llegaron a
darse cuenta del potencial de tal alianza, pese a los fines que perseguían cada uno. Margarita quería reclamar su reino y
asegurar la sucesión de su hijo, mientras que Warwick esperaba poder mantener como un títere al rey, fuera Enrique, su hijo
o Jorge de Clarence. En cualquier caso se comprometieron por medio de una alianza matrimonial entre el príncipe de Gales
Eduardo de Westminster y la hija de Warwick, Ana Neville. Con el pacto en vigor, Ricardo Neville (1428-1471), conde de
Warwick, invadió Inglaterra en el otoño de 1470 con la ayuda de Jorge de Clarence.
Esta invasión significó la derrota de Eduardo, que fue depuesto como rey y exiliado.
Retornó la corona al hasta ese momento preso en la Torre de Londres, Enrique VI,
como marioneta de Walwick, persona que realmente dirigía el poder en Inglaterra. Sin
embargo, la restauración de los Lancaster en el trono no gustó a Jorge de Clarence
(puesto que él era York), por lo que intentó aliarse con su hermano depuesto,
Eduardo IV, consiguiéndolo en marzo de 1471, cuando Eduardo desembarcó con sus
tropas en Ravenspur. Estas tropas provenían del ejército levantado por Eduardo con
la ayuda de Carlos el Temerario , duque de Borgoña, al ser obligado éste a hacerlo
por el rey de Francia (traicionando a Warwick, pues Warwick quería invadir Borgoña
junto con el rey francés). La alianza entre Eduardo y Jorge de Clarence derrotó a las
tropas de Warwick en la batalla de Barnet y destruyó a todas las fuerzas de Lancaster
en la batalla de Tewkesbury , dando muerte a Eduardo de Westminster, hijo de
Enrique VI y heredero presunto de la corona. El mismo Enrique fue asesinado el 14 de
mayo, con el fin de reforzar el bando de York en el trono. Batalla de Tewkesbury, librada el 4
de mayo de 1471.
Ricardo III
La restauración de Eduardo IV en el trono en 1471 ha sido considerada por algunos
historiadores como el final de la Guerra de las Dos Rosas. La paz había sido restaurada por
Eduardo, quien murió repentinamente en 1483. Esto marcó el inicio de un nuevo ciclo de
desórdenes dinásticos. Bajo el reinado de Eduardo, las facciones se habían dividido entre los
parientes de la reina, la familia Woodville (en particular Antonio Woodville y Thomas Grey,
marqués de Dorset), y quienes consideraban a esta familia como unos recién llegados,
hambrientos de poder. El heredero al trono, Eduardo V, tenía entonces sólo doce años, y
había sido criado y educado bajo el cuidado de Anthony Woodville. Esto significaba que
estaban bajo una influencia insoportable para el partido anti-Woodville, quienes forzaron la
designación de Ricardo, duque de Gloucester y hermano de Eduardo IV como Lord Protector,
convirtiéndose de facto en el líder de esta facción.
Dado que Ricardo III era el mejor general del bando de York, muchos lo aceptaron ante la perspectiva de tener que manejar a
dos niños por intermedio de un Consejo de Regencia. Los Lancaster por su lado, concentraron sus expectativas en Enrique
Tudor, cuyo padre, Edmundo Tudor, conde de Richmond, era hermano ilegítimo de Enrique VI. Sin embargo, la pretensión de
Enrique al trono era por medio de su madre, Margarita Beaufort, una descendiente de Eduardo III por vía de John Beaufort,
que era hijo de Juan de Gante, I duque de Lancaster, quien a su vez era hijo de Eduardo III de Inglaterra.
Enrique Tudor
En la batalla de Bosworth, el 22 de agosto de 1485, las fuerzas de Enrique Tudor derrotaron a
los ejércitos de Ricardo III, que murió durante la batalla, convirtiéndose así en el rey Enrique
VII de Inglaterra. El novel rey fortaleció su posición casándose con la hija de Eduardo IV, Isabel
de York, la mejor reclamante al trono de la Casa de York . Así reunió en su persona a las dos
casas reales que con gran violencia habían combatido por el poder. Juntó la rosa roja de
Lancaster con la rosa blanca de York, creando un nuevo emblema, la Rosa Tudor. Para
confirmar su preeminencia, Enrique ordenó matar a cualquier otro potencial pretendiente
que cayera en sus manos, política que continuó su hijo Enrique VIII.
Muchos historiadores consideran el acceso al trono de Enrique VII como el efectivo punto final
del conflicto. Otros arguyen que la guerra como tal terminó finalmente en la batalla de Storke
el 16 de junio de 1487, cuando fuera de toda lógica se alzó la figura del último pretendiente
Enrique VII.
masculino de la casa de York, Eduardo, conde de Warwick e hijo de Jorge, duque de Clarence,
hermano de Eduardo IV. Sin embargo, para males de la causa, el joven se encontraba
realmente bajo la custodia de Enrique, por lo que el niño (llamado Lamberto Simmel) demostró no ser más que un impostor.
Sus fuerzas, dirigidas por Juan de la Pole, conde de Lincoln (que había sido designado heredero presunto por Ricardo III,
aunque se había reconciliado con Enrique después de Bosworth), quien murió en la batalla. El joven Simmel, por su parte, fue
perdonado ya que se consideró que no había sido más que un instrumento de los adultos, y fue enviado a trabajar en las
cocinas reales.
En la ficción
Parte del argumento de la serie de novelas y relatos de fantasía Canción de Hielo y Fuego del
La Rosa Tudor, creada al
escritor norteamericano George R. R. Martin está inspirado en la Guerra de las Dos Rosas. En término de la guerra civil,
estas obras de ficción, las casas Lancaster y York tienen su equivalencia en las imaginarias uniendo ambos emblemas.
Lannister y Stark.
Figuras clave
Es te árbol genealógico de las familias nobles de York, Lancaster, Plantagenet y Tudor permite ubicar los partícipes
prominentes de este hecho histórico.
Reyes de Inglaterra
Enrique VI (Lancaster)
Eduardo IV (York)
Eduardo V (York)
Ricardo III (York)
Enrique VII (Tudor)
Casa de York
Véase también
Cronología de las Guerras de las Rosas
Guerra de los Cien Años
Referencias
Notas
1. Shakespeare, William. Obras Completas. Editorial Aguilar, Madrid, 1961
Bibliografía
Feiling, Keith. A History of England. McGraw-Hill Book Co., Londres, 1948.
Haigh, Philip A. (1995). The Military Campaigns of the Wars of the Roses. ISBN 0-7509-0904-8
Wagner, John A. Encyclopedia of the Wars of the Roses, ABC-Clio, 2001. ISBN 1-85109-358-3
Worth, Sandra. The Rose of York: Love & War, 2003 ISBN 0-9751264-0-7
Weir, Alison. Lancaster and York: the Wars of the Roses. 1998 ISBN 0-7126-6674-5
Enlaces externos
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