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Diálogo con Antonio Buero Vallejo

Por Luis Bodelón


¿Qué significa, para usted, escribir tea- ticuadas. Los intereses de unos y otros
tro? grupos se enfrentaron entonces. Las razo-
Pues escribir teatro, por lo que voy vien- nes verdaderas de la guerra fueron mate-
do, significa la forma mayor de autorrea- riales, a pesar de que uno y otro bando las
lización que yo puedo haber encontrado. hayan querido hacer espirituales. No era
nada fácil llevar esas visiones enfrentadas
¿Y bajo qué enfoques o con qué perío- a un acuerdo. Por eso estalló la guerra.
dos dividiría, personalmente, su vida?
Esto, en cierto modo, es común. La vida Durante la guerra usted estuvo destina-
humana está siempre dividida en infan- do en Sanidad con la República, prime-
cia, adolescencia, juventud, madurez, ve- ro en el frente del Jarama y luego en el
jez. Ahora yo no sé si estaré en la madurez frente de Aragón… ¿Cómo recuerda su
o en el principio de la vejez. Esa división experiencia de soldado?
por etapas no creo que sea especial en mi Los recuerdos son muy variados, no for-
caso. Cada una de las épocas tiene su sig- zosamente ingratos, muchas veces agra-
nificado: yo creo que, bien miradas, todas dables. Tuve la suerte de contar con supe-
ellas arrojan un porcentaje de significa- riores honestos, de buen trato. No llegué
ción; desde la infancia a la madurez, todas a disparar un solo tiro contra el enemigo,
ellas influyen grandemente en la constitu- nada más lo que disparé contra los blan-
ción de la personalidad. cos, en el campo de instrucción. Mi activi-
dad en Sanidad Militar no era la de un en-
En 1936, con 19 años, usted es estudian- fermero usual, sino en la revista de sanidad
te en la Escuela de Bellas Artes de San que publicábamos, en las asambleas… Mi
Fernando cuando, en el mes de julio, experiencia no fue exactamente la de un
una sublevación militar se transforma en soldado, aunque era un soldado.
una Guerra Civil de tres años. El resul-
tado: una tragedia de casi un millón de Precisamente iba a preguntarle si llegó a
muertos. ¿Cree usted que aquella gue- disparar alguna vez contra el «enemigo».
rra fue realmente inevitable? ¿Por qué No, no he disparado y estoy muy conten-
sociedad española no se quiso entender to de que haya sido así. Si hubiera tenido
a sí misma? ¿Por qué no pudo dialogar? que hacerlo, seguramente lo habría hecho
Nunca se sabe si los acontecimientos porque así es la guerra. Mi destino en Sa-
son o no son inevitables. La Historia está nidad Militar cambió las cosas, de lo cual
siempre formada por circunstancias aza- me alegro porque tengo la tranquilidad
rosas. En el caso de la guerra civil españo- de conciencia de no haberle agujereado a
la, sin asegurar que habría sido inevitable, nadie el pellejo.
sí se puede afirmar que habría sido muy
difícil haberla evitado. Los mecanismos Acabada la guerra usted vive momentos
que dieron origen a esta guerra provenían difíciles, desde el campo de concentra-
de una estructura de la propiedad, sobre ción de Soneja, en Castellón, a las pri-
todo de la propiedad rural, muy arcaica. siones de Conde de Toreno, en Madrid,
Las formas económicas también eran an- Yeserías, el Dueso, Santa Rita y, en fin,

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Ocaña. En total, seis años y medio, in- En primero lugar, haré la observación de
cluyendo ocho meses durante los cuales que no es, en rigor, Historia de una escale-
estuvo esperando una condena a muerte ra la primera obra que escribo, aunque sí la
que, afortunadamente, sería conmutada. primera que se estrenó. En cuanto a cam-
¿Qué opina ahora de aquella prisión po- bios, evolución, los comentaristas hacen
lítica? ¿Qué se puede decir que enseñan diferentes interpretaciones. Esto puede es-
esas circunstancias? tar bien en un sentido didáctico pero siem-
Bueno, pues enseñan muchas cosas, des- pre es muy discutible. Por supuesto que
de luego. Enseñan cómo somos seres en mi teatro ha habido una línea evolutiva,
históricos, cómo nos enfrentamos a la pero una línea siempre más suave de lo que
realidad histórica y cómo son las amena- a veces se ha dicho. Creo que en obras de
zas que esta realidad puede hacer gravitar la primera etapa ya había ciertos temas o
sobre nosotros. Estas circunstancias, aun- aspectos que he desarrollado después, de
que a veces sean duras, nos pueden ense- modo que creo que hay una gran unidad
ñar porque el hombre no sólo aprende en dramática. Yo diría que parto de una es-
la placidez o la alegría, sino en el dolor o tructura más bien tradicional para ir luego
el temor. No se puede llegar a ser valeroso hacia formas abiertas y modos de entender
si no se ha conocido el temor. el material teatral que campean en las úl-
timas obras. En definitiva, yo creo que es
En la cárcel, en Conde de Toreno, usted un proceso de interiorización creciente en
y Miguel Hernández se hicieron amigos. el ánimo de los personajes y en el empleo
¿Con qué impresión recuerda al Miguel de las formas estructurales que pueden ha-
Hernández de aquel tiempo? cer resaltar esta interiorización. La primera
Fue una relación, una unión, una convi- obra que escribí, En la ardiente oscuridad,
vencia realmente muy grata, no sólo por- y que fue la segunda que se estrenó, lleva-
que era un gran poeta –de vez en cuando ba ya ese apunte de formas más abiertas,
me recitaban cosas que hacía– sino tam- el germen de otras etapas, porque, ya digo,
bién porque me dio pruebas de su finísi- estaba todo muy mezclado.
ma sensibilidad humana. En realidad, yo
le había conocido antes, a finales del año ¿Por qué presta usted especial atención
38, en un hospital de campaña habilitado en su teatro a personajes con alguna
en la playa de Benicasim. Él estaba muy limitación física –ceguera, sordera, mu-
agotado y sus superiores le gestionaron dez…– o algún problema psíquico –lo-
un permiso para que se repusiera. El sitio cura, desequilibrios–?
era ideal. Después, fue en Conde de To- Bueno, la respuesta es casi perogrullesca.
reno donde nos volvimos a ver. Es decir, casi todos los seres humanos
tienen limitaciones de una u otra clase:
En 1947, año en que escribe Historia unas veces físicas; otras, psíquicas u otras,
de una escalera, usted comienza una psicofísicas. De modo que a quien le inte-
creación dramática que ya no cesará. resan los aspectos problemáticos del ser
¿Qué cambios, qué evolución, distin- humano forzosamente ha de hacer uso de
guiría en su teatro? estas limitaciones en sus obras.

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¿Qué le decidió a cambiar su inicial vo- atraen los detalles que antes me alejaban.
cación de pintor por la de autor dramá- Yo creo que hay varias obras en mi esti-
tico? mación, una sola no sabría señalarla. De la
El hecho de no haber pintado metódi- primera etapa: En la ardiente oscuridad.
camente durante muchos años, cerca de En la etapa intermedia, El concierto de san
diez, entre la guerra y las cárceles. Ya en Ovidio y El tragaluz. Y en la etapa final,
la calle noté que se había producido una muy amplia –casi la mitad de mi obra–: La
descompensación y una desilusión (y lo Fundación, El sueño de la razón y, proba-
segundo nacía, tal vez, por lo primero). blemente, Diálogo secreto.
Como siempre me había gustado la litera-
tura, pues me pasé a ella, aunque, de mo- ¿Y por cuáles de sus personajes siente
mento, sin abandonar la pintura. más cariño?
Pues también está mi cariño muy repar-
Germán Gómez de la Mata se ha refe- tido. A los personajes se les puede tomar
rido a una cuestión como clave de todo cariño por lo que ellos inspiran, pero
el teatro de Ibsen. Esa cuestión sería la también por el acierto con que se ha podi-
de «saber cómo y en qué medida pode- do hacer el retrato de uno, aunque sea un
mos poner de acuerdo nuestra vida so- personaje odioso. Los que mejor he sabi-
cial con nuestra vida interior». ¿Cuáles do retratar, simpáticos u odiosos, son los
serían, para Buero Vallejo, la cuestión o personajes que prefiero. Creo que un per-
cuestiones claves de su propio teatro? sonaje odioso no lo es nunca del todo, y
Pues debo decir que prácticamente no se los personajes simpáticos nunca dejan de
diferencia de esa definición del teatro ib- tener alguna mezquindad. Yo creo que los
seniano que Gómez de la Mata ha dado, seres humanos somos un poco así, mez-
a mi juicio, de manera atinada. A menudo clados. Esto último es lo que diferencia
he dicho que uno de mis grandes maes- a mi teatro del melodrama, en el sentido
tros es Ibsen. No obstante las diferencias, actual de la palabra, no en el etimológico.
el fondo de mi teatro es muy parecido a Aunque tenga notas melodramáticas, mi
lo que él, genialmente, desarrolló. Yo creo teatro no es melodramático, como no lo
que también se parece a él el teatro de son algunas de las grandes tragedias. Yo
muchos dramaturgos de nuestra época. procuro siempre escribir tragedias, pero
Shaw se declaró él mismo ibseniano, pero eso no quiere decir que las notas melo-
luego hay muchos otros, algunos de ellos dramáticas hagan a una tragedia.
vivos, que, aunque no lo digan, cuentan
con la influencia de Ibsen. ¿Qué podría ser lo que hace a una tra-
gedia?
¿Cuáles de sus obras considera más lo- Definir la tragedia siempre ha sido difícil
gradas? para los estudiosos. Sin pretender ago-
No lo sé. Mi opinión ante mis propias tar la cuestión, yo diría que la tragedia
obras es una opinión fluctuante. Hay mo- aborda un problema humano de lucha
mentos en que una obra me parece mejor entre la necesidad y la libertad, que pue-
que otra y luego hay otra etapa en que me de arrojar alguna luz sobre ese enigma

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que llamamos destino. El melodrama no las situaciones, pero esto ya lo hacía el
suele plantearse problemas tan elevados, teatro. Este interés por las situaciones se
se apoya más bien en la excitación de la produce a través del diálogo.
sensibilidad vulgar de la gente, la sensi-
bilidad más simple, más somera. Por eso Usted ha practicado una forma de teatro
en el melodrama se suele caer en esa di- en donde la función de la palabra es fun-
visión, que uno no procura en su teatro, damental. ¿Qué opina de la crítica que el
entre personajes muy buenos, muy bue- siglo xx ha hecho del teatro de texto por
nos, y personajes infinitamente malos. ver con el lenguaje del cerebro en lugar
de con el lenguaje del cuerpo?
Durante la creación de una obra, ¿cómo Bueno, un estudioso de mi teatro, Luis
diría que es la relación que va sostenien- Iglesias Feijoo, ya dijo en una ocasión que
do el autor con el argumento, los perso- yo no escribía textos, sino espectáculos.
najes, la acción? Yo no soy un autor de textos dialogados,
Primero hay que concebir todo eso. Pri- sino de obras que desde el texto mismo
mero hay que llegar a un plan suficiente- pretenden convertirse en espectáculos.
mente completo, y eso es enormemente He sido un autor de textos dialogados
difícil. La relación entre el autor y ese en los que el silencio, la expresión, tenían
magma que por el momento no es lo también suma importancia desde el punto
suficientemente articulado es de lo más de vista teatral. La crítica del teatro de tex-
penosa. Por eso muchas veces los auto- to, efectuada a través del teatro de expre-
res, no sólo yo, tenemos que abandonar sión corporal o a través del teatro de ex-
un plan, porque ese plan no se ha redon- presión sonora no dialogada, ha sido una
deado. Una vez que un plan se redondea crítica exagerada, como sucede con todo
–la relación, no obstante, puede conti- movimiento renovador. Sin embargo, pa-
nuar siendo penosa si no se tiene tino–, rece advertirse una clara tendencia en el
cuando se tiene y cuando hay suerte, se teatro no textual a recuperar la palabra y
termina por lograr una obra que se pare- el diálogo, aunque sea sin abandonar la
ce a lo que llamamos teatro. toma de posición de lo no verbal. Bueno,
yo estaba en eso ya. Quizá, como en mu-
¿Qué es, para usted, lo más específica- chas cosas, el punto de equilibrio entre las
mente teatral? ¿Lo que separa al teatro dos posiciones sea lo más adecuado. En
de la novela, la pintura, el cine? el cine mudo ocurrió algo parecido con
Bueno, tomando siempre cualquier defi- el texto, hasta que por fin se encontró el
nición de este tipo a beneficio de inven- sonoro. Si esto mismo ha ocurrido en el
tario, porque nunca podemos pretender cine, podemos decir que el teatro no ver-
dar una definición resolutiva, lo que más bal volverá también a la palabra porque
puede diferenciar al teatro es el sentido nunca el mejor teatro –de diálogo, de tex-
de las situaciones. Esto ya le diferencia to– abandonó los efectos no verbales.
poco del cine, pero es que el cine nació
del teatro, y el cine mismo ha termina- Que el teatro de Artaud, de Roy Hart,
do prestando un interés muy grande a Peter Schumann, Peter Brook encuentre

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tan poco eco, ¿no cree usted que reve- pasa inexorablemente en cualquier oca-
la una pobreza de sensibilidad un tanto sión. Pero los intereses de las empresas
preocupante? ¿No cree que se insiste privadas ponen trabas al teatro renova-
mucho en unas lecturas establecidas, en dor. Ésa es la eterna lucha entre lo que
un repertorio tradicional? hay y lo que viene. Es una lucha que
Yo no diría que eso es preocupante. tiene sus cauces de salida y en la que lo
Desde la juventud se piensa que algo es nuevo no tiene por qué ser derrotado.
negativo cuando, en realidad, no lo es. Lo que viene, cuando es válido, termina
El proceso del tiempo va cimentando lo por imponerse.
que tiene perdurabilidad. Estas tentati-
vas de Artaud, De Roy Hart son poco ¿Qué dramaturgos, europeos, america-
recibidas por la masa del gran público nos, de este siglo elegiría?
simplemente porque está habituada a Si tomamos el siglo entero, elegiría yo,
otras cosas. Pero, ahora bien, los aspec- desde luego, a Pirandello, a Bernard
tos más sólidos, más serios de estas ten- Shaw, desde luego, a Bertolt Brecht, a
tativas, se insertan luego en el teatro nor- Beckett y, muy probablemente, a Euge-
mal, y el público termina por aceptarlos. ne O’Neill (y es muy probable que se me
Ahora viene bien recordar algo que ha escape alguno).
dicho Peter Brook, que, finalmente, ha
sido también aceptado por el gran pú- ¿Y españoles?
blico: «Realmente no creo que el teatro Ya es un tópico decir que García Lorca
del futuro no sea un teatro de autores. y Valle-Inclán, pero, claro, es una gran
No creo que el teatro del futuro vaya a realidad.
consistir únicamente en espectáculos ri-
tuales». Esto lo ha dicho Brook, con lo En el teatro griego, en el teatro noh japo-
cual ha demostrado ser muy inteligente. nés, la danza, la música, formaba parte
Su adaptación Marat-Sade, a partir de activa de la representación. Hoy día, en
la obra de Peter Weiss, es muy revela- Occidente, tendemos a la escenografía,
dora en su respeto por el diálogo. Brook los juegos de luz, los montajes, pero ¿es
también ha hecho una película sobre ese esto bueno? ¿No estaremos sustituyen-
tema. Las corrientes más o menos ar- do la naturaleza elemental, humana,
taudianas, tomadas al pie de la letra, no simple, directa, del teatro por cosas ar-
suelen dar resultado, pero sí cuando se tificiales?
mezclan con otros elementos de la tra- El teatro es artificio, no hay que tener
dición teatral, entonces es cuando sí se inconveniente en buscar artificios que
produce la continuidad. sean cualificados. Los artificios, si son
buenos, son hallazgos (y lo mismo en
¿Se podría decir que los intereses eco- la música o la danza). En mi caso, es
nómicos impiden un teatro menos fácil, muy rara la obra mía que no lleva de al-
menos comercial? gún modo dentro música, y esto no por
Sí, por supuesto, esto ha pasado siem- adorno, sino por entender que la músi-
pre. Lo que podemos decir es que no ca cumple también una función dramá-

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tica, aclaratoria del problema que se ha lo tiene, todo el trabajo metódico no sir-
abordado. Sería uno de esos aspectos no ve. Claro, yo me refiero al intérprete de
verbales que a mí siempre me han intere- gran talento. En intérpretes inicialmente
sado de manera grande. mediocres, el estudio puede llevar a no
un gran intérprete, pero sí a un profesio-
¿Qué factores, diría usted, son los que nal de bastante solidez.
hacen una buena puesta en escena?
Esto es elemental. Una buena puesta en En su formación personal, ¿qué perso-
escena se basa en que todos los ingredien- nas o autores han sido más importantes?
tes alcancen una buena calidad. Un buen Una buena parte han sido citados ya.
texto, una buena dirección, una buena Pero habría que seguir citando el tra-
escenificación o decoración, una buena to con la dramaturgia griega y también
interpretación forman el hecho teatral. con algunos grandes autores del pasa-
Cuando todo esto es bueno, nos encon- do: Schiller, Shakespeare, Calderón. Yo
tramos con una buena puesta en escena. creo que todo el teatro ha influido en mí.
Desde mi infancia he leído muchas cosas
¿Y qué cualidades harían a un buen muy buenas y también mucha basura,
actor? pero todo eso me ha servido para fami-
Eso es muy difícil de definir. En definitiva, liarizarme con el medio. La relación con
todo depende del talento. A un buen actor excelentes directores o intérpretes me ha
se le debe exigir la cualidad de ser muy te- enseñado acerca de lo que el teatro debe
naz y muy estudioso. Sin embargo, todos ser. Yo creo que no soy solamente un au-
sabemos que hay intérpretes excelentes tor de teatro, sino un hombre de teatro
que han estudiado muy poco y que hay que podría manejar también la dirección
intérpretes a los cuales el estudio ha mejo- o la interpretación. No creo que haya un
rado sin llegar a convertir en un buen ac- autor de teatro que no lleve dentro de sí
tor. Lo decisivo es el talento de interpretar, un actor, si no, no podría entender cómo
que, por supuesto, con un método, con se escribe una comedia. Se tiende a es-
una buena escuela, se mejora muchísimo. pecializar esto, pero los autores de teatro
claro que saben de interpretación, si no,
¿Y qué escuela preferiría usted? ¿La no podrían escribir una línea.
del Actor’s Studio, la de Vittorio Gass-
man, la francesa…? ¿Qué le atrae más la creación artística o
De manera exclusiva no, en todas ellas su contemplación?
hay cosas aprovechables. El Actor’s Stu- En mis tiempos de mayor ímpetu vital
dio es una consecuencia de Stanislavski me sentía muy inclinado por la creación,
y es, sigue siendo, una magnífica escuela. después a uno le cuesta más trabajo con-
En España hay varias escuelas de teatro, centrarse en esa tarea enojosa de crear.
incluida la oficial, que, creo, intentan
una utilización ecléctica de las diferentes A la hora de escribir, ¿tiene usted en
técnicas de interpretación. Pero lo deci- cuenta ciertos hábitos? ¿Fuma? ¿Toma
sivo sigue siendo el talento: si el actor no té o café? ¿Maneja una pluma, un bolí-

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grafo, un lápiz? ¿Le gusta pasear para fonía de Beethoven, Petrushka de Stra-
buscar ideas? vinsky. Salvaría muchas cosas, claro.
Pues, desde luego, fumo. Fumo cuando es-
cribo y no escribo. Antes, cigarrillos, pero Hay un retrato, desde afuera, sobre us-
no me sentaba nada bien. Ahora fumo en ted, hecho por García Pavón, que dice:
pipa. Escribo con bolígrafo, siempre a «Por ahí viene, despacioso, como el
mano la primera redacción. No empiezo que cuenta los pasos, ligeramente alza-
a escribir hasta que no tengo, por medio do el perfil rococó, desafiante su nariz
de notas, definitivamente planeado el de- de espátula, pujante el agudo botón de
sarrollo de la obra. Supongo que eso será su nuez. Siempre hay en él cierto gesto
lo que harán la mayor parte de los autores. de doloroso sentir, de no se sabe qué
El café, aunque me gusta, lo tomo de tarde melancolía». ¿Cómo se vería usted a sí
en tarde. No suelo beber, aunque, de vez mismo, desde adentro?
en cuando, tomo una cerveza. Yo, más que Pues desde adentro me vería aproxima-
pasear para buscar ideas, diría que son las damente lo contrario. Ese retrato no está
ideas las que tropiezan contigo, estés pa- mal, está muy bien, pero da una aparien-
seando o en la cama. cia somera. Yo me considero una persona
compleja. Para decir las características
¿De qué manera cree usted que hoy habría que hacer una introspección. Ese
actúa la expresión artística en la socie- retrato da una impresión de cierto des-
dad? ¿Diría que realmente la sociedad mayo, cierta languidez. Yo me veo por
se deja influir por el arte? dentro un tipo muy obstinado y, en cues-
Yo creo que, a la larga, el gran arte tiene tiones no físicas, yo diría que soy muy
bastante influjo sobre la sociedad. A la lar- lógico, inclinado hacia los misterios de la
ga; a la corta, muy poco, el grande. El pe- vida –siempre pasados por el tamiz de la
queño, lo chabacano, las manifestaciones lógica– y muy preocupado por los aspec-
menos cualificadas son las que a la corta tos morales de lo humano. Creo que soy
tienen más influencia en la sociedad, pero un hombre muy perezoso al que le salva,
esto es a la corta. Aquí también hay una sin embargo, la tenacidad en los propósi-
lucha entre lo mejor y lo peor que, a la lar- tos que se plantea.
ga, suele ser ganada por lo mejor.
Para terminar, ¿hay algún pensamien-
Usted, ¿qué obras de la historia del arte to, alguna frase, algo que sea para usted
salvaría de un hipotético incendio? un lema?
Salvaría todo lo que pudiera, lo salvaría No tengo un lema, un pensamiento con-
todo. Las Meninas, la Venus de Milo, el creto. No sé muy bien cuál o cuáles se-
Moisés de Miguel Ángel, la Novena sin- rían. No sabría señalar nada.

NOTA: La entrevista, inédita, pertenece a un libro dedicado a la vida de la cultura española en el final de siglo. Fue realizada en
el domicilio del dramaturgo en Madrid el 14 de marzo de 1988.

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