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Pa Fy) Se Eeeey ay SRA PA un co ae 2) ite ae : space " . ~ aa z Us, ¥\ (‘4 jse\o 2 Terapeutes eases ons Pablo Polischuk En la Iglesia evangélica hispanoamericana la ac- titud hacia la psicologia ha sido tradicionalmente negativa, alegando que si uno tiene fe, depende del Espiritu y ora, no necesita de ningtin agente externo para tratar con su mente. Algunas faccio- nes de la iglesia han sido més abiertas a las posibilidades de integracién de la teologia con las ciencias sociales y las humanidades. La iglesia no debe forzar un conglomerado inaceptable, sino escudrifiarlo todo y retener lo bueno. Hace falta perspicacia y discernimiento para utilizar los recursos disponibles con sabiduria. Lo importante es reconocer que Ja persona humana es polvo con aliento divino, un tesoro en un vaso de barro, o materia-espiritu; como tal, est4 sujeta a la entropia, a la gravedad y a todas las leyes naturales del cosmos. Para poder hacer una critica veraz, construc- . ‘tiva y funcional de la psicologfa, se necesita conocerla «desde dentro» y discernir cabalmente sus bases y sus principios filoséfi- cos, mas alla de sus conjeturas y sus reclamos. Esta obra es el resultado de varios afios de labor docente y de entrenamiento practico en el campo de la psicologia pastoral entre profesionales y lideres en el campo ministerial, que trabajan dentro del contexto del pueblo hispano y latinoamericano en Estados Unidos, y ha nacido de la necesidad actual de preparacién en los trabajos minisferiales, pero no quita el privilegio de prestar ayuda a toda persona interesada en el arte de aconsejar. Aunque se enfoca sobre profesionales; se tiene en mente al laico que tiene liderazgo y que funciona como consejero en sus tareas cotidianas. pverat aertty, : & a — — a o ~~ ee editorial clie * CLASIFIQUESE: 440 CONSEJERIA PASTORAL * 57282 * CTC 01-05-0440-04 * REF. 223692 + 97984 76"4 ISBN 84-7b45-728-b giidag El Consejo Terapéutico Un Manual para Pastores y Consejeros Consideraciones Teéricas Principios Biblicos-Teolégicos Integrados a la Psicologia y Aplicaciones Practicas Pablo Polischuk, Ph. D. El Consejo Terapéutico Un Manual para Pastores y Consejeros Consideraciones Teéricas Principios Biblicos-Teolégicos Integrados a la Psicologia y Aplicaciones Practicas aueraty, enteg a g B a oO Editorial CLIE Galvani, 113 08224 TERRASSA (Barcelona) EL CONSEJO TERAPEUTICO © 1994 por el autor: Dr. Pablo Polischuk Depésito Legal: B. 20.941-1995 ISBN 84-7465-728-6 Impreso en los Talleres Graficos de 1a M.C.E. Horeb, E.R. n° 2.910 SE -Polfgono Industrial Can Trias, c/Ramén Llull, s/n- 08232 VILADECAVALLS (Barcelona) Printed in Spain Clasifiquese: 0440 PASTORAL —Consejeria C.T.C. 07-05-0440-04 Referencia: 22.36.92 Contenido Introduccién ... -9 Primera parte Consideraciones teéricas 1. Integracién psicoldgica-teol6gica ............e0see. seessateanesrsseersvesse 23 Tensi6n entre disciplinas, 25 - Didlogo entre disci- plinas, 28 - Definicién de términos, 31 - Atentados integrativos, 34 - Paradigmas integrativos, 37 2. Modelos de integraciOn ........essssssseree La posibilidad de integracién, 41- Construccionismo fundacional-existencial: Un modelo personal, 53 - Didlogo intrapsiquico entre los componentes, 60 3. El ser humano: Contribuciones teolégicas a la antropologia Biblica ....... El Panorama Teolégico, 64 - El ser humano: Punto ‘de vista Biblico, 66 - La diversidad interpretativa de la Imagen de Dios, 68 - Acercamientos Sustanciales, 70 - Hacia una teologfa de la familia, 78 4. El ser y el devenir .........0000 EI ser dial6gico: Construccionismo existencial, 83 - La Ontologfa del Ser, 89 - Aberraciones y distorsiones del ser, 94 - El Didlogo Mutuo, 98 - Consideraciones ontoldgicas en relacién al tiempo, 99 - El ser y el «no ser», 101 - El objetivo terapéutico en cuanto al ser, 104 - El «llegar a ser» como el Prototipo Ideal, 105 5. Consideraciones acerca del pecado y la psicopatologia ...... EI pecado como principio ontolégico, 110 - Niveles de andlisis, 114 - Las consecuencias del pecado en el ser, 117 - Sobre causas, efectos y correlaciones, 120 - Acercamientos y Tratamientos, 122 6. Consideraciones tedricas PsicOl6gicas .......sseessssseesseseeee 127 Psicologfa, 127 - Psicoterapia, 128 - Influencias analiticas, 133 - Influencias humanistas-existenciales, 139 Influencias conductistas, 147 - El aprendizaje social, 148 Contibuciones de la psicologfa cognoscitiva, 149 7. Desarrollo humano natural....... oases La perspectiva del desarrollo humano, 156 - Premisas en el desarrollo humano, 157 - Principios de desarrollo psicolégico, 160 - Salud mental y desarrollo, 161 - Provocando al amor, las buenas obras y al crecimiento, 162 - Excitaci6n autonémica y percepcién, 166 - Procesos adaptativos, 167 - Patologia y mecanismos de defensa, 168 8. Contribuciones fisiolégicas y neuroldgicas al entendimiento del ser humano. Cerebro y mente, 171 - Enfasis actual, 173 - «Renovando la mente», 175 - El factor fe, 180 9. Problemas emocionales-espirituales .... Las distorsiones del ser y la psicopatologfa, 183 - Causas de problemas, 187 - Los efectos de los problemas espirituales, 195 - 155 Segunda parte Conceptos bdsicos de consejo terapéutico 10. Conceptos terapéuticos..... EI proceso terapéutico y el ser "restaurado, 210 - Sintesis, 211 11. La iglesia como comunidad terapéutica............. Laberintos iniciales, 213 - La iglesia como comunidad terapéutica, 215 - «Unos a otros», 217 - Bases terapéuticas nacidas de la mutualidad, 218 - Aspectos ministeriales en la comunidad, 222 12. Modelo conceptual ........ssssssssssseesee Eventos, procesos y estructuras, 227 - Enfoque integrativo o sintesis, 237 - Fenomenologia e integraci6n existencial, 239 13. El objetivo del consejo...... o Necesidades humanas y peticiones al respecto, 244 - Objetivos pastorales y necesidades humanas, 246 - . 201 a. 227 Diferencias entre objetivos, 251 - Salud mental y consejo pastoral, 253 14. La motivacién terapéutica.. Motivacién, 257 - Preparacién, 261 - Estabilidad y flexibilidad, 264 - Actitudes en las funciones y papeles a desempefiar, 265 15. Habilidades en el arte de aconsejar: escuchar con atencién y responder con perspicacia.......sesereee 271 Empatfa, 272 - La empatia y el escuchar con atencién, 274 - Respondiendo con perspicacia, 279 16. El proceso de comunicacién en la relacién terapeutica .......cssececesseeseeseen euvscesonsseosannsoeonseee El observar y el proceso de comunicacién, 284 - Quién: la fuente de comunicacién, 284 - Qué: el contenido de la comunicacién, 287 - A quién: el recipiente de la comunicacién, 289 - Cémo: el estilo de la comunicacié6n, 290 - Dénde: el lugar donde la comunicacién ocurre, 291 - Cuando: el tiempo en relacién al proceso terapéutico, 292 - Los efectos de la comunicacién, 294 17. Genuinidad, honestidad y congruencia.............0000 Concernimiento positivo sin posesividad, 298 - Actitud hospedadora con enfoque, 300 - El ser participante y observador, 301 - La ética terapéutica, 302 257 297 Tercera parte Aplicaciones prdcticas 18. El contacto inicial ..... asscsanscscvsssscessssosssseeconsens S07 Las quejas actuales, 307 - El trasfondo de las quejas o problemas, 309 - ,Qué es lo que se espera alcanzar?, 311 - Asesoramiento de atributos positivos, 311 - La inspiracién de esperanzas, 312 - Formulacién del problema, 313 - El establecimiento de un contrato terapéutico, 314 19. Diagnosticando la situacién... je Fuentes de conocimiento y entendimiento, 315. La revelacién de Dios, 316 - La observacién clinica, 317 - wee 315 Los sfntomas, 318 - El trasfondo contextual, 322 - Relaciones actuales, 323 - Causas de los problemas, 324 - Asuntos eclesiogénicos, 325 20. La dinémica del proceso terapéutico.... on La relacién terapéutica, 327 - La perspicacia y la experiencia de libertad emocional, 329 - La vulnerabilidad en los procesos terapéuticos, 331 - El cuidado propio, 338 - Continuidad en el proceso, 339 21. La utilizaci6n de recursos espirituales ........ 1. 343 Recursos utilizados en acercamientos terapéuticos, 344 Recursos espirituales, 345 - Las Escrituras, 346 - La oracién, 349 - La meditacién, 351 - La comunidad, 353 22. Intervenciones de tipo critico ..... + 355 Crisis, 355 - Intervenciones en tiempos de crisis, 359 - Recursos y referencias, 362 - Instigacién de esperanza, 364 23. Condiciones crénicas..... Conclusién, 372 24, Mediando Conflictos .. La naturaleza y las causas de los conflictos, 373 - Observando los estilos empleados en la resolucién de conflictos, 375 - Consideraciones en el manejo y la tesoluci6n de conflictos, 380 25. El trabajo con parejas o familias ..... Factores familiares, 386 - Proporcionando poder al sistema, 394 - Estableciendo nuevos pactos, 396 - Intervenciones terapéuticas familiares, 405 «327 Apéndice. El contexto cultural .. wesesssseesreres 41D Concentraciones urbanas, 412 - Caracterfsticas de] minoritario pobre, 414 - Heterogéneos u homogéneos, 416 - La dimensién religiosa, 417 - Actitudes e intereses de ministros protestantes hispanos, 420 - El ministerio terapéutico, 421 -- 423 Bibliograffa....... Introduccién El objetivo del cuidado pastoral es el de edificar el cardcter y promover la actualizacién de las potencialidades de las per- sonas a las cuales los pastores, maestros, consejeros y Ifderes son llamados a servir o ministrar. Las funciones ministeriales tratan con varios aspectos del desarrollo global de las personas. Entre tales funciones figuran la predicacion, la ensefianza, la guia espiritual y el consejo apropiado. También se incluyen los aspectos de reconciliacién de las personas con Dios, con sus semejantes y consigo mismas. Tal reconciliacién permite el desarrollo de un sentido de rumbo en la vida y un sentido de cadencia o ritmo en el andar cotidiano. El apacentar incluye el sostén moral, ético y espiritual de las personas, y la salud espiritual y emocional de las mismas. Los aspectos globales que caracterizan una vida sana y libre, capaz de realizar los propésitos de Dios, son tenidos en mente. El consejo terapéutico es introducido como parte funcional del cuidado pastoral, ya que representa un aspecto vital del servicio de ayuda al ser humano en conflicto. Las tareas rea- lizadas en el desarrollo de las funciones ministeriales pueden contar con la integracién psicolégica y teolégica. El pro- porcionar un consejo adecuado es visto como una dimensién de tal cuidado, utilizando una variedad de procesos de ayuda interpersonal en lo referente a la salud emocional y espiritual. En tales funciones se enfatiza la utilizacién de recursos cognoscitivos, emocionales y conductivos que la persona po- see. Se busca evocar la perspicacia y la sabiduria necesaria para ayudar a los aconsejados a atravesar los problemas a fin de que ellos puedan enfrentarlos de manera mds adecuada, madura o funcional. La tarea es desafiante, ya que se invita a la reflexién y al escrutinio de las diversas investigaciones hechas al respecto en el campo de la psicologia clinica, social, experimental y del desarrollo humano. Se presta atencién a los conceptos teolégicos, a la ontologfa del ser y a la interaccién cultural- ambiental. Varios autores son citados 0 aludidos, dando crédito a los investigadores, pensadores y pragmatistas que entre las disciplinas cotejadas han proporcionado desaffos conceptuales y tedricos. En este libro se trata de presentar preguntas o cuestiones que susciten interés y despierten las ansias de in- vestigar las Escrituras y los aspectos referentes a las ciencias sociales que enfocan sobre el ser humano como objeto de estudio. El propésito de este libro Este libro es el resultado de varios afios de labor docente y de entrenamiento prdctico en el campo de la psicologfa pas- toral entre profesionales y lideres en el campo ministerial que trabajan dentro del contexto del pueblo Hispano y Latino- americano en Estados Unidos. El privilegio y el desaffo de trabajar entre personas dedicadas a la tarea ministerial, bus- cando incrementar sus conocimientos en lo referente al consejo terapéutico, ha suscitado el interés en publicar una obra que presente los aspectos bdsicos del proceso de aconsejar y sus aplicaciones practicas. A los tales se dedica esta obra con la intencién de equiparlos para una mejor realizacién de sus tareas. Ya que una gran parte de las funciones del cuidado pasto- ral tratan con las intervenciones interpersonales, los conflictos y problemas humanos, se trata de proporcionar una serie de aspectos funcionales que tienen que ver con la comunicacién y la din4mica de tal proceso con el propésito de incrementar Ja eficacia pastoral en tales labores. Las interacciones entre estudiantes, pastores y lideres que 10 han participado en los encuentros, las clases formales y talleres, ha generado el interés en una publicacién que trate con aspectos particulares y generales en el desarrollo del ministerio del consejo terapéutico. El autor ha dictado numerosas conferen- cias en diferentes lugares de USA, entre aquellos de habla inglesa asi como entre los de habla castellana. También ha desarrollado cursos y ensefiado formalmente a nivel graduado en programas especiales para Hispanos en seminarios teolé- gicos como el «Fuller y Gordon Conwell», y ha participado ocasionalmente en programas del «New York Theological Se- minary», el «Andover Newton Theological School», y esfuer- zos especiales del «Fund for Theological Education», entre otros. Tales experiencias, aparte de las clinicas desarrolladas entrenando psicdlogos en el programa del Massachusetts General Hospital de Boston, afiliado a Harvard Medical School como instructor, han enriquecido las exposiciones tedricas y las aplicaciones prdcticas que se presentan en este libro. La revisién del manuscrito ha sido ciclica y constante, y a través de los afios, diferentes aspectos que tratan con la materia del consejo terapéutico han sido agregados o editados. La versién actual, a pesar de tantas revisiones, no ha visto su expresién final. Es decir, lo que se presenta en estas paginas es evolutivo y todavia estd en un estado fluido, expresado con la esperanza de suscitar interés y despertar el 4nimo de las personas que buscan aumentar su nivel de preparacién en la materia del consejo terapéutico. Formato En cuanto a formato, se ha tratado de elegir entre dos posibilidades: Presentar la parte prdctica al principio y luego las bases tedricas, o seguir el estilo paulino de presentacién, dando pautas estructurales, premisas de operacién y aspectos teolégicos al principio, para luego presentar los aspectos prdcticos y concretos. La eleccién ha arrojado la versién que i presenta los aspectos fundamentales primero. Si el lector de- sea compenetrarse en la parte prdctica al principio, puede hacerlo para luego cotejar los asuntos teéricos o funda- mentales. Se trata de presentar el «porqué» del asunto, no s6lo el «cémo» hacerlo. Aun cuando considero extremadamente importante presentar las consideraciones teéricas y las reca- pitulaciones de las investigaciones pertinentes, creo que es funcionalmente necesario prestar atencién a la necesidad «ortopractica» de los pastores, ministros 0 trabajadores en el campo de la salud mental que necesitan ciertas directrices concretas. Audiencia En cuanto a la audiencia, el libro se dirige a las personas interesadas en el campo del consejo terapéutico en general, y su utilizaci6n queda a criterio del lector. La intencién de es- cribir esta obra ha nacido de la necesidad actual de preparacion en los trabajos ministeriales, pero no quita el privilegio de prestar ayuda a toda persona interesada en el arte de aconsejar. Aunque se enfoca sobre profesionales y paraprofesionales en el campo, se tiene en mente al laico que tiene liderazgo y que funciona como consejero en sus tareas cotidianas. Si se toma como texto, puede ser utilizado como base para discusiones y presentaciones. o para la promocién de los aspectos prdcticos a ser desarrollados. En muchos casos, se ha enfatizado la utilizacién de tales conceptos en situaciones de entrenamiento. Por ejemplo, se ha asignado el jugar roles o papeles tera- péuticos en talleres educacionales, con «trios terapéuticos» donde una persona es consejero/a, otra es la persona acon- sejada, y una tercera persona acttia como observadora. En tales casos, se programan varias sesiones de media hora o de una hora, con retroalimentacién adecuada y con fines educativos experienciales. La parte practica de este libro ofrece algunas 12 indicaciones en cuanto a las habilidades, estrategias, estilos 0 pormenores en las actuaciones terapéuticas a ser aprendidas en ejercicios pertinentes al tema. La psicologia y el ambiente cristiano En el campo de la integracién psicolégica-teolégica exis- ten ciertos concernimientos nacidos de los esfuerzos de aquellas personas dedicadas a Ja tarea de cotejar y aplicar los Principios y conceptos derivados de ambas disciplinas. Uno de ellos es que tal movimiento produce desavenencias en las filas de los que trabajan en las tareas ministeriales de la iglesia, provocando ciertas tensiones conceptuales. Las consideracio- nes prdcticas resultantes de tales tensiones aparecen cuando se asesora que el control de las actividades integrativas es difi- cil de lograr, debido a que las regulaciones seculares que se aplican al campo profesional de los terapeutas y las expec- tativas de adhesién fiel a la ortodoxia y la practica teligiosas, muchas veces aparecen en conflicto. Otro concernimiento es que el movimiento podré «ocupar», secularizar o influir demasiado a la iglesia en cuanto a filosofia de accién. A mi criterio, tales concernimientos deben ser aten- didos con sobriedad, esmero y dedicaci6n, ya que si no se afina la teologfa de muchos acercamientos terapéuticos considera- dos cristianos, 0 si no se respeta la investigaci6n cientifica debidamente, no podrén mantenerse los atentados integrativos. La segunda inquietud pareciera ser un poco exagerada, ya que si «las puertas del infierno no prevaleceran» contra la iglesia, tampoco lo-har4 la denominada psicologfa cristiana desde adentro. Sin embargo, la historia de la iglesia esta Ilena de eventos y procesos que demuestran que el acomodo, la asimi- lacién y adaptacién a las corrientes seculares ha diluido o tergiversado aspectos considerados fundamentales a la reve- lacion y a la fe. En la actualidad y en el futuro inmediato de la corriente integrativa, deberé enfocarse sobre tal secula- 13 rizacién con redefiniciones que tratarén de reinterpretar el significado de la fe y Jas prdcticas cristianas. Tal proceso debe ser asesorado paulatinamente, para mantener una perspectiva clara acerca de lo que se presenta en forma explicativa, normativa y esperada en cuanto a la personalidad, la conducta y las relaciones de las personas con problemas emocionales. Para poder hacer una critica veraz, constructiva y funcional de la psicologfa, se necesita conocerla «desde adentro» y dis- cernir cabalmente sus bases y sus principios filoséficos, més allé de sus conjeturas y sus reclamos. Lo mismo se aplica al campo teolégico. Muchos psicélogos seculares atacan a la religion, a la Biblia y a los postulados teolégicos sin saber lo que estan atacando. A los tales, se aplican las palabras desde la cruz, «Padre, perdénalos, porque no saben lo que hacen». EI cristiano que también es psicdlogo, necesita asesorar sus bases de fe, sus creencias bdsicas y sus interpretaciones par- ticulares. A pesar de los esfuerzos hacia la objetividad y hacia la adherencia ortodoxa, tales interpretaciones tacitas, persona- les y particulares nunca dejan de aparecer en la escena debido a los filtros naturales con los cuales la persona interacciona, descubre, aprende o asimila la verdad revelada. Entre las iglesias protestantes, se trata de aludir al pensa- miento que la psicologia cristiana no pasar4 a la historia inconsecuentemente, ni tampoco disminuird en su énfasis como una corriente pasajera. El movimiento ha cobrado fuer- za, con varias escuelas teolégicas dedicadas al desarrollo de programas de psicologfa clinica a nivel doctoral (Fuller, Rosemead, Fox, Pepperdine, Wheaton), y muchas otras a ni- vel de licenciatura (Masters’ degree). El autor ha participado en la fundaci6n del programa de psicologfa a tal nivel en el Gordon Conwell Theological Seminary en South Hamilton, Massachusetts. Centenares de graduados de tales escuelas han sido preparados en ambas disciplinas, integrando a nivel acadé- mico conceptual o teérico, como también en el entrenamiento clinico. 14 Las preguntas que se suscitan son importantes, ya que hay que asesorar a qué grado tal corriente afectaré al futuro de la iglesia en cuanto a definiciones y énfasis. Por ejemplo, asuntos que tratan con la naturaleza humana, con la herencia y la genética combinadas con el medio ambiente para arrojar cardcter y habitos considerados patolégicos, aberrantes, 0 ca- rentes de salud mental, podran ser objeto de estudio pero tam- bién proporcionardn terreno para debates y controversias. Asuntos de aberraciones definidas como pecados vs. psico- patologia, su relacién y sus causas, asf como las soluciones ofrecidas, deberdn ser aclaradas. Todo lo referente a la exégesis (el extraer el significado real de las expresiones biblicas) y a la hermenéutica (la correcta aplicacién de los principios de interpretacién de las Escrituras), necesitard ser cotejado, ya que en materia de opiniones y conjeturas, los cristianos evangélicos han sido muy libres para presentar versiones de la verdad a manera idiosincratica, cultural 0 denominacional. Otra pregunta es si la corriente integrativa ser4 considera- da como un componente vital propio del ministerio, o si sera vista como una afiadidura adjunta, lateral y en necesidad de constante cotejado. El atentado de considerar la integracién de lo religioso y lo secular como un trabajo valido ha sido cues- tionado, ya que por muchos siglos sélo lo revelado y aceptado en fe ha sido la base de las consideraciones eclesidsticas en cuanto al ministerio. A menudo la desconfianza pastoral hacia la psicolugfa ha funcionado en manera preventiva, protectiva 0 defensiva, debido al hecho que tal disciplina esté basada en consideraciones humanistas, evolucionistas, seculares 0 natu- rales. Aparte, la psicologia ha reclamado la primacfa en cuanto a la definicion de la realidad y ha relegado a la religién como algo primitivo, neurético o estupefaciente. En resumidas cuentas, ha sido dificil «tragar» y digerir la materia. La cuestién €s no tanto si la ballena puede tragarse a Jonés, como si Jon4s se tragard a la ballena. Muchos pastores se han unido a la corriente psicolégica, admitiendo que sus congregaciones tienen cierto apetito por lo 15 considerado «en boga» en la actualidad. A criterio del autor, muchas de las prdcticas integrativas han seguido la filosofia expresada en el dicho «Ya que estamos en el baile, bailemos». A veces, se han seguido corrientes populares sin discernir sus premisas bdsicas ni asesorarse de sus resultados finales. A juzgar por las propagandas vertidas por los grupos denomi- nacionales, muchos feligreses estén ensimismados con los asuntos psicolégicos. El grado de popularidad que gozan los esfuerzos dedicados a reuniones que enfocan sobre la sanidad emocional interior es innegable, considerando la cantidad de conferencias, programas de televisién y escritos sobre el tema. Muchos se retinen por su cuenta, y vuelcan su atencién hacia el «nifio herido» yacente en su fuero interno subconsciente y en necesidad de sanidad, formando grupos terapéuticos de sostén y apoyo paralelos a los grupos de alcohélicos anénimos 0 los «nifios adultos de hogares disfuncionales». La popularidad no sélo se nota en los aspectos clinicos, si- no también en los educativos. En las escuelas dominicales las personas estén interesadas en los aspectos cognitivos-emotivos presentes en los escritos paulinos, y se retinen para tratar de sonsacar conceptos psicolégicos de las Escrituras. Abundan talleres, exposiciones y esfuerzos educativos en los cuales los tépicos de «estima propia», «las motivaciones inconscientes y el llamado de Dios», «adicciones y su tratamiento», etc., apa- recen como exitosos, juzgando desde el punto de vista en cuanto a asistencia y dedicaci6n a la materia. Tales actividades y esfuerzos son los que preocupan a muchas personas que piensan que la intrusién de los aspectos psicolégicos al campo ministerial pueden ser mds nocivos que saludables. Personas como Clyde Narramore en USA y Paul Tournier en Europa, escribieron y propulsaron sus atentados integrativos en la década de los 50, con escritos, conferencias y programas radiales. La década de los 60 se caracteriz6 por la canaliza- cién de tales ideas en manera mas formal, con la fundacién de programas de psicologia clinica en seminarios como el Fuller y escuelas como Biola (Rosemead). Personas como Donald 16 Tweedie, Newton Malony, Neil Warren y Lee Travis dieron {mpetu al movimiento desde sus posiciones en Fuller, atra- yendo un numero de estudiantes e investigadores que dedica- ton esfuerzos a los aspectos integrativos. Otros cristianos evan- gélicos se sumaron a la lista, actuando desde sus propios tincones. James Dobson, Larry Crabb y Gary Collins —entre los psic6logos- y Frank Minirth y Paul Meier —entre los psiquiatras— formaron sus propios movimientos o fundaciones en diferentes lugares de Estados Unidos. Un critico interno del movimiento psicoterapéutico dentro del cristianismo protestante ha sido Jay Adams, quien propuso que todo consejo o terapia debe ser basado sélo y exclusiva- mente en la Biblia en lugar de tomar prestado de las filosofias paganas. En su libro Competent to Counsel, publicado en 1970, dio origen a reacciones ambivalentes, con adherentes y reac- cionarios. Los que defendieron el principio integrativo trataron de refinar sus reclamos, sus conceptualizaciones con auto- conciencia y con dedicacién a investigaciones empiricas. No s6lo aparecieron escuelas que ofrecieron la carrera terapeuta formal, sino también varios seminarios agregaron psicélogos a su plantel de educadores, como lo hicieron Dallas, Trinity y Gordon Conwell entre muchas otras instituciones. Otros cri- ticos aparecieron en la escena, atacando al sistema de psico- terapia agregado al ministerio, dedicando a los esfuerzos de desmerecer cualquier atentado integrativo, reclamando la pureza escritural y la interpretacién eclesidstica como fuentes exclusivas de consejo, El campo esta dividido entre las faccio- nes que apoyan la integracién psicolégica-teolégica y aquellas que rechazan cualquier conglomerado que no se ajuste a la manera ortodoxa tradicional. En la iglesia protestante hispanoamericana 0 latina en USA, la actitud hacia la psicologia ha sido tradicionalmente negativa. En general, en el mundo secular las personas han evadido la necesidad de definir problemas psicolégicos por su nombre. Es mas facil agrupar todas las quejas en términos médicos 0 fisiol6gicos que reconocer aspectos mentales, ya que no se 17 quiere dar lugar a etiquetas de «ser loco» o que le «falle la Mente» a uno. Si tal aprehensién existe en e] mundo en gene- ral, mucho més se nota en las facciones de la iglesia que descartan a la psicologfa como un ente indeseable. Tales personas alegan que si uno tiene fe, depende del Espiritu y ora, no necesita de ningtin agente externo para tratar con su mente. Otras facciones de la iglesia han’ sido més abiertas a las posibilidades de integracién de la teologia con las ciencias sociales y las humanidades. Habiendo participado en numerosas ocasiones y en dife- rentes organizaciones y denominaciones, el autor ha expe- timentado la aceptacién de labores, esfuerzos e interacciones que han tratado con asuntos integrativos de las disciplinas teolégicas y psicolégicas a nivel prdctico, predicativo y edu- cativo a pesar de las dudas, los recelos o las preguntas sinceras que han aparecido. A mi parecer, no se puede ni debe forzar un conglomerado inaceptable, sino escudrifiarlo todo y retener lo bueno. Hace falta perspicacia y discernimiento para utilizar los recursos disponibles con sabidurfa. Dependiendo del grado de conviccidn que existe en la persona que lee, de la sofis- ticacién de lo presentado y de las intenciones presentes al darse a esta tarea, la integracién puede ser considerada factible, deseable o funcional. Lo importante es reconocer que la persona humana es pol- vo con aliento divino, un tesoro en un vaso de barro, o bien materia-espfritu; como tal, es sujeta a la entropfa, a la gravedad y a todas las leyes naturales del cosmos tanto asf como es ca- paz de relacionarse con Dios. Sin desmerecer lo divino, lo so- brenatural, lo milagroso o lo revelado, en esta obra se enfatiza el aspecto ordinario, natural y corriente de las actuaciones humanas «debajo del sol». En el plano emocional se pueden utilizar los recursos de las investigaciones, la ciencia, el senti- do comin y las observaciones clinicas para ayudar al semejante. 18 «Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces to Ilamardn Ciudad de justicia, Ciudad fiel» (Isafas 1:26). «Donde no hay direccién sabia, caer el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad» (Proverbios 11:14). «Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman» (Proverbios 15:22). 19 PRIMERA PARTE CONSIDERACIONES TEORICAS 1 Integracién psicoldgica-teolégica Eclesiastés recalcé que «no hay nada nuevo debajo del sol». Cuando nos apercibimos de los reclamos de la psicologia clinica moderna, reconocemos sus ansias de establecer criterios de definicién, explicacién y solucién a los problemas humanos. Desde tal punto de vista, los reclamos tratan de proveer bases para el entendimiento y el acercamiento hacia tales problemas, y dar pautas acerca de la etiologia subyacente de tales proce- sos. Al tratar de establecer su presencia en un contexto mate- rialista, cientifico, tecnolégico y cada vez mds complejo, toda ciencia social trata con desdén a lo revelado, lo escritural y lo teolégico. En el afan de establecerse empfricamente, los pro- ponentes seculares de la psicologia muchas veces desplazan, denigran o relegan la funcién de lo proposicional y narrativo en materia escritural, considerando sus postulados como algo que no cabe en un paradigma que enfatiza la medicién, el control y la prediccién. Es como si la «ciencia de la psicologfa» tratara de «ganarse su pan» con reclamos considerados «s6lidos» y «prdcticos» en un mundo que trata de definirse aparte de su postulador. El estudiante que bésicamente ha alcanzado cierto grado de conocimiento sobre la materia, sabe que la tensién entre los acercamientos naturales y los que enfatizan la revelacién es- critural no es algo que surgié en los tltimos afios. También reconoce que el asunto de aconsejar terapéuticamente no es una invencién moderna. Existen varias fuentes de informacién que nos dan a entender que el consejo pastoral formaba parte de las actuaciones ministeriales desde la antigiiedad. Juan Criséstomo, en el afio 380, daba sus consejos en una 23 carta a una viuda joven. Tales consejos trataban con aspectos globales de la conducta humana. Los padres de la iglesia que residieron en Egipto, Siria y Palestina fueron buscados por los cristianos del cuarto y quinto siglo, ya que fueron considerados «hombres santos» cuyos consejos espirituales eran apreciados. La mayoria de tales san- tos enfatizaron los peligros de transitar la vida sin guia ni direcci6n espiritual. No eran tan autoritarios, sino mds bien ensefiaron con su ejemplo y con la palabra. Péntico y Casiano aparecen como dos representantes de tal tradicién. Gregorio el Grande, en el siglo VI, dejé principios de cuidado pastoral que establecieron criterios que fueron seguidos por més de mil afios en la iglesia. Lutero escribid acerca de sus catorce puntos de consuelo a los afligidos y cargados (1520). Ignacio de Loyola, enel siglo XVI, nos dejé sus ejercicios espirituales como bases de una vida sana. San Agustin, en sus confesiones intros- pectivas, nos ha dejado un modelo de escrutinio propio. En la iglesia ortodoxa griega, el papel de gufa espiritual fue muy estimado. Una guia del siglo VII dio direcciones en el entrenamiento espiritual (Doroteo, citado por Leech, 1977). La tradicién continué por mucho tiempo, ya que se respetaba a los ancianos sabios (startsy) en Rusia, considerados guias pastores de la grey en el siglo XV. Tales guias espirituales trataban de ser como el Buen Pastor, con la disposicién de amar y de sufrir vicariamente por otros. Los siglos XIV y XV fueron en general los tiempos de mas énfasis en el cuidado de almas a través de la guia espiritual. Luego del concilio de Trento (1545-1563), la practica del cui- dado de almas Ilegé a ser mas angosta, enfocando sobre las decisiones acerca de las vocaciones religiosas. Los cambios en las practicas de la gufa espiritual ocurrieron en la iglesia ca- t6lica y permitieron el desplazamiento de la cura de almas ha- cia elementos mds psicoterapéuticos. Los gufas espirituales se retrajeron hacia la ortodoxia y su preocupacién fue la de proteger a la iglesia de herejias y misticismos. Entre los protestantes, el énfasis sobre el sacerdocio de 24 todos los creyentes y el lugar central de las Escrituras en la salvacién y en el crecimiento del ser humano, fue ejemplificado en los escritos de Martin Bucer (On the True care of Souls, 1538, citado por McNeill, 1951). Su énfasis fue tomado del libro de Ezequiel 34:16, trayendo hacia Cristo aquellas per- sonas separadas de su amor, guiando a los extraviados de vuel- ta a Dios, fortaleciendo a los cristianos débiles y enfermos, enmendando la vida de los que caen en pecado, preservando a los cristianos sanos y fuertes, y urgiendo a todos en toda cosa buena hacia su derrotero. El movimiento wesleiano enfatiz6 la santidad de vida, pe- ro a través de la predicacién, con el énfasis sobre la accién de Dios en la vida del creyente, con menos necesidad de consejo y direccidn provista por semejantes, y més dependencia sobre la Palabra expuesta en forma predicada. De manera que, si existen personas en el 4mbito secular que tratan de desmerecer los acercamientos eclesidsticos sobre la materia, tales personas no han considerado los factores his- t6ricos. El hecho de tener un cientifico que descubre por su cuenta la compaginacién de la pélvora y hace planes para aprender a usarla no descarta a los chinos que ya la descu- brieron hace cinco mil afios y han dado pruebas tangibles de su utilizacién. Tension entre disciplinas La historia moderna ha mostrado que la psicologia ha tratado a la religién como un tabi (Douglas, 1966). En su libro Totem y Tabi, Freud (1913) traté con los orfgenes de la re- ligién, como en su libro Moisés y el Monoteismo (1937), dando «explicaciones» que descartaron la revelacién y enfatizaron lo evolutivo, natural y subconsciente en el desarrollo de las creencias religiosas. Mas atin, en su libro El Futuro de Una Tlusién (1927) subray6 que la religién era una obsesién universal, considerada como Ja «neurosis de los pueblos». 25 William James, en sus Pricipios de Psicologia (1890) y en sus cdtedras dictadas en Edimburgo en 1901-1902 (Las Variedades de la Experiencia Religiosa ) consider6 dos tipos de personas: los de mente sana, nacidos una vez, y los de mente enferma, o nacidos de nuevo. Los de mente sana eran los optimistas que negaron los efectos del pecado, con énfasis hacia la felicidad. Los de mente enferma, con su conciencia de pecado y del sufrimiento humano, buscan una vida en un plano més profundo y a través de una conversion, Ilegan a nacer de nuevo. Su intencién no era insultar a los creyentes ni ser un eritico destructor, sino teorizar acerca de las variedades de experiencias religiosas que las personas experimentan. A pesar de su perspicacia, James no era un creyente ortodoxo, sino un Pragmatista que aleg6 que la idea de una deidad era simple- mente adecuada para la vida cotidiana. Su orientacién fue funcional, y consideré la utilizacién de los recursos espiritua- Jes en manera practica. La escuela psicoanalitica originada por Freud descarté a la religién como base, principio, estructura o practica eficaz en el comportamiento humano. El conductismo de Skinner y sus sucesores también descart6 cualquier nocién mentalista o espiritual. La escuela humanista, con postuladores tales como Rogers, Allport, Maslow y May entre otros, no dieron lugar ni enfatizaron los aspectos de verdad revelada. Mas bien, promulgaron tensién entre ambas disciplinas y procuraron establecer «correcciones» y reemplazos seculares enfocados sobre el fenédmeno del ser humano, su naturaleza y sus problemas. El reclamo de Rogers ha sido que su apelacién no era a la revelacién ni a ninguna deidad, sino a su fenomeno- logia y a lo empirico. Al leer sus escritos, el lector puede apercibirse de las lineas paralelas que aparecen, tratando de postular principios y procesos de intervencién que se asemejan a los acercamientos cristianos, pero que niegan su eficacia y descartan lo revelado como tal. Muchos de los terapeutas que postularon sus ideas fueron entrenados en el ministerio en seminarios (Rogers, May ) para luego dejar a un lado su fe y 26 enfatizar su esfuerzo natural. Tal actitud es la que muchos cristianos que desean crecer en su conocimiento terapéutico rechazan, ya que juzgan innecesario prestar atencién a los que han dejado sus bases ortodoxas. Por otra parte, los que desean escudrifiar los asuntos y ver las desavenencias entre las disci- plinas, tratan de ser objetivos y «retener lo bueno» aun cuando los postulados son pronunciados por personas descartadas de antemano como inconsecuentes. Tales escudrifiadores recalcan el hecho que Dios se valié de Faraén para corregir a Abraham, de Ciro para tratar con los israelitas, y aun de un asno para hablarle a Balaam. ; Puede Dios valerse de personas cientificas para hacernos saber de ciertos aspectos de la realidad que escapan a nuestro escrutinio? Es la verdad descubierta me- nos que la verdad revelada? Si existe la posibilidad de descubrir un principio universal que se aplica a la creacién, hay que preguntarse si Dios se pone nervioso, o si mira tales actua- ciones como expresiones de una mayordomfa conciente. Claro esta, es muy dificil asesorar aspectos de verdad y error cuando se trata de ciencias naturales y més atin, cuando las consi- deraciones son hechas en el campo de las ciencias sociales en las cuales el control de las variables humanas y la prediccién total de resultados son virtualmente imposibles. Si bien la psicologfa ha tratado a la religién con desdén, por otra parte, la religién organizada ha tratado a la psicologia como un ente negativo desde su introduccién. Tal punto de vista se desarroll6 como una reaccién a los ataques filoséficos y a las acusaciones que surgieron de los reclamos de las cien- cias naturales y sociales. Los aspectos evolutivos, determi- nistas, reduccionistas y materialistas dejaron muy poco para ser considerados dignos de rescate o apreciacién dentro del campo de la teologia y de la prdctica eclesidstica. Tales em- bates prematuros suscitaron las reacciones légicas y necesarias en los Ambitos religiosos. En las ultimas décadas, sin embargo, organizaciones eclesidsticas mds liberales han dado lugar a las ciencias sociales con mds acomodo y flexibilidad. Por otra parte, las ciencias sociales en cierta forma han reconocido lo 27 complejo del ser humano y en alguna manera han desarrollado perspectivas «mds humildes» comparadas a los reclamos ori- ginales. En algunas ocasiones, facciones del campo terapéutico secular han aludido a cierta seudoespiritualidad como parte integral de los postulados transpersonales. Varias barreras existen en la mente de los cristianos que consideran la posibilidad de integracién, tales como el recha- zamiento de las explicaciones naturalistas de la psicologia, las diferencias en las consideraciones acerca del ser humano y el énfasis determinista de la psicologia. El concernimiento del cristiano con la responsabilidad personal y social antagoniza con las posibles excusas proporcionadas por la psicologia en cuanto a buscar chivos emisarios 0 madres y padres a los cua- les culpar. El énfasis freudiano acerca del sexo también ha contribuido a los recelos en cuanto a una aceptacién de los postulados analiticos. La distancia entre ambas disciplinas ha frustrado a los pro- ponentes de las posibilidades de integracién. Este capitulo trata de enfocar en los problemas que se encuentran en el camino cuando se pretende integrar aspectos teolégicos y psicolégicos. Didlogo entre disciplinas Ya que existe tensién entre dos disciplinas, con reclamos y ataques, es necesario no perder de vista sus bases y sus intenciones. El didlogo es posible si se presta atencién a tales postulados con el afan de esclarecer, enfocar y resolver conflictos. El movimiento de psicologia pastoral comenz6 en su antigiiedad con los escritos de Gregorio el Grande, como ya aludimos. También Richard Baxter, en su libro El Pastor Reformado publicado en 1656, dejé criterios prdcticos a ser seguidos en el desempefio de funciones pastorales. Con el ad- venimiento de la psicologia moderna al principio de este siglo, las ideas psicoanalfticas, conductistas, humanistas y trans- 28 personales, se afiadieron al pensamiento y las actividades tera- péuticas. Tres corrientes de pensamiento protestante surgieron que trataron de defender sus derechos, de canalizar las co- trientes existentes, o de amalgamar las filosoffas y practicas corrientes de consejo pastoral. Tales movimientos fueron el Puritanismo Norteamericano,.el Pietismo Alemén y el Cris- tianismo Reformado. Por un lado, pensadores y religiosos con actitudes liberales, adoptaron las nuevas filosofias, mientras que otros con carécter conservativo surgieron para con- trarrestar las amalgamaciones. El movimiento del consejo pastoral transformé la «cura de almas» en lo que modernamente se denomina psicoterapia o consejo pastoral. El comienzo de tal movimiento se ha fijado en 1905 entre el grupo episcopal de la iglesia Emanuel de Boston, Massachusetts. Las recomendaciones para el entrena- miento de aquellas personas dedicadas a tales propésitos, en lugar de basarse en la tradicién, se basaria en la ciencia. Congregacionalistas, presbiterianos y algunos bautistas se ple- garon al movimiento, y Ilegaron a publicar su periddico Psychotherapy (Benner, 1988). Los que practicaron tales formas alternativas en Nueva Inglaterra a principios de este siglo, tuvieron concernimientos pastorales y argumentaron acerca de la necesidad de darse a la tarea de involucrar métodos mentales, morales y espirituales en su terapia (Cabot, 1906). Cabot fue un pomotor de los aspectos espirituales dentro de las tareas de los servicios médicos. Entre las actividades desarrolladas en el Hospital General de Massachusetts en la primera década de este siglo, se enfatizé el entrenamiento de pastores como capellanes, para atender a las necesidades espirituales de los enfermos utili- zando el consejo terapéutico. Con el correr de los ajios, el interés resurgié entre los cristianos protestantes de afinar sus metas terapéuticas. Diferentes autores aparecieron dando énfasis a los aspectos espirituales del ser humano. Tournier (1940), Meehl (1958) y Narramore (1960) figuran entre los psicélogos que comenzaron 29 a integrar aspectos religiosos en sus consideraciones. A ellos se sumaron un buen ntimero de escritores, tales como Adams (1970), Clinebell (1966), Crabb (1975, 1977), Collins (1977), entre muchos otros, cuyos nombres y obras aparecen en la bibliografia de esta obra. Varios de ellos se dedicaron a es- cudrifiar la posibilidad de integracin, con ciertas salvaguardas. Adams (1970) sefialé su concernimiento acerca de tergiversar la verdad biblica con el pensamiento secular. Collins (1977) argumenté que la psicologia fallé en varias areas, subrayando que est4 basada sobre fundamentos en conflicto con las pre- misas Cristianas, Ilevando a los psicélogos a concluir err6nea- mente acerca de la naturaleza del hombre, y de las técnicas de modificacién de conducta que aparecen contrarias a la Palabra. Por eso propuso en sus escritos la reedificacién de la psicologia sobre bases biblicas. La psiquiatria y la psicologia moderna tratan de enfatizar el cambio del ser humano basado en sus propios esfuerzos, aparte de cualquier Dios imaginario. El alma se extrajo de las manos de los religiosos, se ha redefinido naturalmente y se ha colocado en las manos de los terapeutas, sujeta al empiricismo y al estudio cientifico. Por eso Collins propuso una verdadera reedificacién y no s6lo un emparche a la materia. Entre los psiquiatras mismos, existen las criticas cons- tructivas. En sus escritos sagaces, Szasz (1978) ha enfatizado que la contricién, la confesi6n, las oraciones, la fe, la reso- luci6n interna y muchos otros elementos han sido expropiados y re-nombrados 0 etiquetados de nuevo como «psicoterapia», mientras que los ritos y otros elementos de la religién son considerados como sintomas de neuroticismo o de psicoti- cismo. A su criterio, la psiquiatria no es simplemente indi- ferente a la religi6n, sino implacablemente hostil hacia ella. La considera no sélo una religién que pretende ser una ciencia, sino mas atin, una religién falsa que trata de destruir la verdadera religion. Varios cristianos concernidos han enfatizado que la in- tegraci6n no es necesariamente aconsejable y que la psicologia 30 puede ser dajfiina, caracterizada por la falta de esperanza y de ayuda verdadera. En muchos casos, los autores de numerosos libros populares de ayuda personal e interpersonal dudan de la necesidad de integrar la psicologfa y la teologia, aun cuando utilizan términos y conceptos psicolégicos en sus presen- taciones. Otros, como en mi caso, respetan las investigaciones cientificas que tratan de sondear aspectos de la verdad, tratan de ver su aplicacién funcional a manera construccionista- existencial, con fundamentos biblicos arraigados en las estruc- turas cognoscitivas-afectivas y guiando las consideraciones al respecto. Al decir esto, traigo a la memoria los versos gauchos compuestos en Berkeley, mientras estudiaba psicologia: «Esta ciencia de la cabeza que Ilaman sicologia, mi abuela ya la sabfa, aunque si, a propio modo y uno se empefia todo en tanta palabreria». Definicién de términos Integracién. Conceptualmente, la integracién puede ser vista desde tres niveles de operacién: Como un postulado fundamental, un proceso y una serie de eventos. Para nuestros propésitos, definimos «integracién» como el atentado de orga- nizar o traer en conjunto varios componentes hacia un ente complejo. No se trata de enfatizar que lo revelado en las Es- crituras es una verdad «incompleta» y por lo tanto hay que complementarla con verdades humanamente derivadas. En la opinién del autor, las Escrituras expresan todo lo necesario para que el ser humano escuche a Dios, sea regenerado, convertido, santificado y equipado para su relacién, su amor y dedicacién a Dios. Los aspectos redentores y la provisién de la guia de fe y conducta deseada son proporcionados en tal revelacién 31 especial. Ademds, las Escrituras presentan numerosas pautas acerca de la persona humana, dando lugar para la formulacién conceptual de cierta antropologia biblica. Entonces, el lector preguntard, «,Para qué afiadir o tratar de integrar algo mas a lo que se considera completo?» En la adquisicién de perspicacia y de conocimiento ne- cesario para captar, entender y aplicar las verdades reveladas, se utiliza la exégesis, la hermenéutica y la homilética. Tales procesos no carecen de tergiversaciones, de malentendidos ni de aplicaciones idiosincrdticas. La prueba est4 en la diversidad y multiplicidad de interpretaciones y versiones de lo conside- rado «la voluntad de Dios» y de las practicas eclesidsticas. Los filtros humanos siempre aparecen en tales procesos. La percep- cién, las atribuciones, los razonamientos nacidos de situaciones particulares, de condiciones humanas diversas y de tintes cul- turales e hist6ricos, siempre aparecen en escena como variables que intervienen aun cuando no se les invita. Las investiga- ciones hechas al respecto, basadas en el método empirico, proporcionan un asesoramiento de tales factores. Los intentos de integracién, lejos de desmerecer lo revelado, tratan de presentar un panorama en el cual se coteja, asesora y compara el contenido y el significado de la realidad en cuesti6n. A mi criterio, Dios «no se come las ufias» cuando un cien- tifico estudia o cuando un investigador se da a la tarea de observar, recoger datos, sistematizar sus ideas, formular sus hip6tesis, disefiar sus experimentos, asesorar sus resultados y vertirlos en sus publicaciones. Si el investigador es consciente, dedicado, honrado, honesto y humilde, sus resultados afiaden al caudal del conocimiento general acerca de la realidad. Si es pedante, soberbio y dado a su tarea idiosincratica de «probar» algo que ya tiene en mente, su «descubrimiento» es simple- mente una reformulacién de sus prejuicios y refleja lo que ya Rosenthal postulé como efecto en las investigaciones: Los resultados de una investigacién pueden seguir inadvertida- mente lo esperado de antemano, si el investigador no se aper- cibe de sus prejuicios. Es decir, muchos esfuerzos inves- 32 tigativos se realizan simplemente con el propésito de «probar» lo veraz de un asunto que al investigador se le ocurrié es «verdad», considerada a priori como tal. Si bien no se desmerece lo revelado, tampoco se descarta lo empiricamente derivado como si fuese inconsecuente, ya que tal conocimiento representa aspectos de la revelacién general y natural del mundo creado. La verdad escritural trata con asuntos redentores, dando pautas de todo lo que Dios ha hecho, hace y hard en lo referente a su comunién con sus criaturas. La palabra revelada no trata de presentar aspectos cien- tificos en sf (derivados de consideraciones fisicas, quimicas, neurofisiolégicas, termodindmicas), sino que proporciona bases de fe y conducta ante Dios. Aun asf, la revelacién par- ticular trata mucho con los aspectos antropolégicos, filosé- ficos, sociolégicos y psicolégicos del ser creado, pero sin darles un cauce primario, ya que el propésito histérico, actual y escatolégico de las Escrituras es el de traer a la persona en relacién a Dios. La integraci6n es una especie de cotejado, de comparacién o de atentado de traer a luz las aparentes discrepancias entre lo dado en forma proposicional y lo investigado empirica- mente. También es el proceso de sondeo y de adquisicién de perspicacia en el tratamiento de los postulados de aquellos que han vertido sus pronunciamientos aun sin tener bases empi- ricas, sino m4s bien fenomenolégicas y subjetivas. Mucho de lo pronunciado en la psicologia clinica y de personalidad aparece como ex catedra cuando en realidad representa con- jeturas, formulaciones subjetivas intrapsiquicas, creatividad idiosincrdtica nacida de la intuicién y varios aspectos latentes y teactivos de la persona que los postula. Hace falta indagar y asesorar tales aspectos, sin necesariamente ponerles el sello papal. El hecho de repetir vez tras vez un postulado, no lo realiza como un ente axiomatico. El hecho de hablar del id, del yo o del superyo no los hace més reales ni mds veraces hoy dia de 33 lo que eran cuando Freud los propuso en manera tedrica en su tiempo. Sin embargo, al postular tales entidades conjeturales, hace que sus proponentes se aferren a sus pronunciamientos, tratando de herejes a los que opinan en maneras diferentes 0 alos que postulen sus propias ideas. Freud «excomulg6» a Jung por sus ideas acerca de los arquetipos universales, y a Adler por sus conceptos populares. Se enojé con ambos porque no siguieron sus dictémenes «ortodoxos» acerca de sus dogmas sexuales, especialmente basados en el complejo edipal. En su libro Modern Man in Search of a Soul, Carl Jung (1933) recal- c6 que los pacientes fuerzan al terapeuta hacia el papel de sacerdote y esperan que tal persona los librara de sus angustias, por eso los terapeutas se ocupan con los problemas que per- tenecen a los tedlogos. Tanto el que extrae con su exégesis y aplica su hermenéu- tica a un texto, como el que extrae de su erudicién empirica, no son eximidos de subjetividad, de idiosincrasias y perso- nalismos. Ambos necesitan la salvaguarda del contexto social y comparativo que permite hacer observaciones mds adecua- das. La intersubjetividad por lo menos permite el cotejado de ideas, postulados y proposiciones que sirven de pardmetros en los paradigmas de integracién. El Dios viviente y en relacién al ser que se arraiga, da pautas de realidad objetiva, a ser enfrentada, asesorada y aceptada por la fe. Tal revelacién de- manda un trabajo honesto, abierto y consciente por parte de los que desean tomar las bases dadas como puntos de partida para las consideraciones integrativas. Atentados integrativos No podemos interpretar la religién como un mero producto de psicodindmica con fuerzas inconscientes motivadoras hacia la realizaci6n de ciertos deseos, sin perder de vista el fenémeno auténtico de la experiencia religiosa. Las fuerzas reduccio- nistas hacen que la psicologfa de la religién Ilegue a ser 34 «psicologia como una religién» (Vitz, 1977). A tal punto el sistema (sea éste humanista, analitico, no-directivo, conduc- tivo, existencial, fenomenoldégico o de cualquier otro tinte) llega a ser «adorado» y tomado como base para explicar todo fenémeno humano bajo el sol. Los medios a ser utilizados Ilegan a ser las bases de utilizacién en el comportamiento de ayuda terapéutica, d4ndose atribuciones desmedidas de im- portancia y de validez. A pesar de las frustraciones en los atentados de integrar las dos disciplinas, no debemos perder de vista que una simple ensalada no basta, que la negacién de una de las dos no es suficiente, ni lo es tampoco un proceso de sintesis que combina ambas en una especie de amalgamacidn que pretende ser «mds verdadera» que cualquiera de las dos por separado. La revelacién de Dios en su Palabra (la Biblia) fue dada luego que su revelacién en la naturaleza, en la conciencia humana, en las tablas de la Ley, y mas especialmente en la persona de Jestis, habjan sido proporcionadas. Su verdad corre paralela en todas las manifestaciones de su revelacién. Ha- biendo hablado Dios «en muchas maneras... en los postreros dfas nos ha hablado por su Hijo» (He. 1:3). Stott (1973) se refiere a la revelacién especial de Dios en la Escritura como «verbalizada» y su revelacién en la natu- raleza como «visualizada». Su revelacién especial en Cristo como ambas: «La Palabra fue hecha carne, y vimos su gloria». Dios ha proporcionado la verdad postulada en proposiciones. También la verdad ha sido expresada en manera metaférica, parabélica, artistica y narrativa. Jestis representé todos esos aspectos en su vida y sus obras. EI enfoque explicativo en la Biblia y la teologfa asume lineas histéricas, con tinte sociocultural; en psicologia, la ex- plicacién es descriptiva, clinica, experimental y con énfasis en el desarrollo humano. En teologfa, se enfatiza lo metaffsico, mientras que en psicologfa se enfatiza lo empirico y lo cientffico. La epistemologia biblica es revelacional, mientras que la epistemologia de la psicologfa es empirica. 35 La psicologia y la ciencia en general enfrentan la verdad y desarrollan sus investigaciones «hacia la verdad» sin pretender poseerla en su totalidad. A veces, una especie de desintegracién falsificada aparece, tal vez debido al pensamiento occidental de estilo platénico que fuerza a todas las cosas hacia polaridades dicotomizadas. Como Schaeffer afirmé, la resurreccién de Cris- to y su ascensién prueban que no hay raz6n para proponer una dicotomia acérrima entre lo espiritual y lo material. Los psicélogos modernos se congregan alrededor del extremo material de la polaridad. El énfasis en lo empirico, en lo observable, lo medible y reducible a entidades biolégicas, fisiolégicas, neurotransmisoras y a una bioquimica compleja, se dejan notar en materia de estudio, consideracién y formu- laci6n teérica. El conductismo ha llegado a negar aspectos tales como «libertad» y «dignidad» (Skinner, 1974). Se ha tratado de reducir al humano a la cama procristea (muy chica, habia que cortar o los pies o la cabeza de las personas para que quepan: jlAstima que se morfan en el proceso!). La psicologia experimental ha tratado de hacer com- paraciones entre las personas humanas y los mamiferos. Se han realizado estudios con chimpancés, con perros, y especialmen- te con ratas. Tanto en medicina como en psicologia experi- mental se ha tomado al ratén albino o a las ratas de linaje conocido para hacer investigaciones acerca de la conducta, del aprendizaje, de las respuestas a estimulos y a sustancias, y acerca de muchas otras variables. Aun cuando reconocemos las lineas «del sexto dia» de la creaci6n, con analogias y procesos paralelos entre las criaturas, también reconocemos la invitacién especial dada al ser humano a «participar del séptimo dia» y gozar del descanso en comunién con el Ser que lo postulé. El ratomorfismo no llega a explicar niveles de trascendencia en los humanos que postulan su propio destino, tienen miedo a la muerte, o tratan de acercarse a Dios. Desde la edad media se ha dicotomizado el conocimiento como proveniente de Dios o de la naturaleza, de la revelacién o de la experiencia humana. Se ha dividido la fe contra la raz6n, 36 y en sentido platénico se ha enfatizado lo que es racional con- tra lo que es irracional. Las humanidades, en contraposici6n a la ciencia, dan pautas de enfatizar diferentes modalidades en el afan de llegar a conocer Ja verdad. Tales modalidades incluyen lo subjetivo, lo intuitivo y lo personal. La creativi- dad, la trascendencia y lo netamente humano en tales pro- posiciones no puede ser reducido atomisticamente a un nivel empirico. Bube (1971) proporcioné conceptos acerca de dos niveles de acercamientos en materia de investigacién. La ciencia no es simplemente complementaria a la Biblia: El mundo creado es tratado como complemento a la palabra revelada, ambos representan aspectos revelatorios —general y particular. De- bemos reconocer que hay fidelidad en ambos aspectos de revelacién, y que en ambas esferas se busca el entender sus caminos en lugar de dividir falsamente la Escritura contra la ciencia, la creacién en contra de la evolucién, las causas divinas contra las causas naturales, etc. La Escritura nos dice quién fue el que cre6 y por qué lo hizo, sin explicar tanto el c6mo lo hizo. Aparte, en sus diferentes estilos proposicionales, narrativos, figurados y artisticos, las expresiones escriturales no han bus- cado ser un tratado de ciencia sino un tratado de redencién del ser y su relacién a Dios. Paradigmas integrativos Clement y Warren (1974) han proporcionado cuatro tipos de integracién: (1) conceptual-teérica; (2) investigacién em- pirica; (3) prdctica profesional; y (4) intrapersonal. Tales aspectos representan diferentes niveles de entrada, de énfasis y de procesos cognoscitivos. En primer lugar, aquellos interesados en lo conceptual- teérico, se dedican a sondear las bases filoséficas del desarrollo de las ideas y de los conceptos, y apelan a la exégesis y a la hermenéutica para luego vertir su homilética en sus escritos y 37 presentaciones. Desde el punto de vista teoldégico, tal proceso se basa en la revelacién de las Escrituras y el cotejado de las ciencias sociales. EI dicho antiguo, citado con referencia a Jestis «El celo de tu casa me consume» no sélo se aplica a los que se dan por entero a sondear las profundidades espirituales y a aplicarlas con vigor, sino también a los que se dan de Ileno a la erudicién secular. Los que se acercan a los textos de Freud con cierta fidelidad, tratan sus escritos seriamente, como si fuesen pro- nunciados bdsicos y universales. Al hacerlo asi, le dan cierto sentido dogmatico 0 ex catedra (como lo hace Lacan, y hasta cierto punto Rizzuto). Tales pensadores utilizan su exégesis y hermenéutica para luego vertir sus interpretaciones en maneras que a menudo aparecen como dogmaticas o como enunciados y postulados conceptuales que a veces Ilegan a «realizarse» (a adquirir cierta propiedad de realidad «obvia») entre los adhe- rentes o feligreses seculares. Es necesario aclarar que existe mucho més anhelo entre los conceptualizadores teoldgi- camente inclinados a integrar las ciencias sociales, que entre los analistas a integrar la teologfa, con algunas excepciones (notablemente Rizzuto, en su libro The Birth of the Living God). Tal vez existan entre los religiosos personas con mds interés en la integracién porque su entrenamiento y sus ac- tuaciones constantemente alegan a la materia antropolégica, mientras que los analistas que descartaron lo religioso buscan el encuadrar todas sus teorfias y practicas en sus conjeturas humanistas solamente. En segundo lugar, aquellos que se dedican a integrar em- piricamente, tratan de operacionalizar sus variables y de en- contrar correlaciones entre las diferentes medidas de fe con las practicas religiosas y los aspectos psicolégicos de la perso- nalidad. Las caracterfsticas cognitivas, conductivas y emocio- nales de las relaciones interpersonales, de la salud mental y muchas otras manifestaciones humanas también son objeto de consideracién. La integracién «aparece» o emerge desde las investigaciones, sin necesariamente adquirir una forma dog- 38 matica. Se enfatiza la busqueda «hacia la verdad» y se acumula evidencia empirica sobre la materia. También cabe la integracién practica, nacida de las con- sideraciones clinicas, al realizar trabajos psicoterapéuticos en los cuales los aspectos epirituales, de fe y conducta enmarcadas en Ambitos cristianos, salen a relucir y son tratados con respeto, d4ndoseles lugar y escudrifiando su significado. Lineas para- lelas, adyacentes, contradictorias y paraddjicas son trafdas al trabajo terapéutico. Farnsworth (1974) trat6 con la materia de la «integracién incorporada», en la cual la investigacién promueve unidad con detalles vividos en la experiencia con implicaciones légicas. Carter y Mohline (1976) consideraron la naturaleza de la integracién como tripartita: (1) la relacién entre conceptos Cristianos y seculares; (2) las maneras en las cuales el Cristiano funciona espiritual y psicol6gicamente; y (3) las maneras sintéticas de pensar. A pesar de varios escritos significativos acerca del alma que datan desde Tertuliano y de Agustin, poco se ha dicho acerca de la integracién a través de los tiempos. Tal vez se debié a que la psicologia no se consideré una ciencia (ni natural ni social) hasta el siglo XX, y que tampoco se buscé una definici6n secular acerca del ser humano y su funcionamien- to en la esfera Cristiana hasta este siglo. En los ultimos aiios, se ha visto la proliferacién de acercamientos integrativos, ejemplificados con la formacién de escuelas dedicadas al pro- pésito de preparar personas en ambas disciplinas con cursos formales y con oportunidades para integracién teérica- conceptual, empirica, intrapersonal y practica-profesional. En Estados Unidos, donde la psicologia alcanzé un nivel independiente, sancionada como materia y entidad funcional, legal y prdctica, la aparicién de escuelas tales como Fuller, Rosemead, Fox, Pepperdine, y Wheaton a nivel doctoral, y una docena de instituciones a nivel de licenciatura, se han dado a la tarea de elaborar programas de integracién psicolégica- teolégica. En el afio 1990 se dio comienzo a un programa de 39 licenciatura en psicologfa integrada a la teologia en el Gordon Conwell Theological Seminary, en el cual el autor ha parti- cipado en su estructuracién y en la ensefianza como profesor. Claremont y Andover Newton figuran entre las entidades teolégicas hist6ricas ofreciendo programas con integracién entre las disciplinas pastorales y la psicologia. Carter y Narramore (1979) al escribir en su obra The Integration of Psychology and Theology presentaron cuatro aspectos en materia de integracién: 1) la psicologia en contra de la religin; 2) la psicologia de la religidn; 3) la psicologia paralela a la religiOn; y 4) la integraci6n entre la teologfa y la religién. A su criterio, sélo la cuarta categoria merece llamarse una verdadera integracién, ya que las restantes no reconocen la unidad de la verdad, y no consideran realmente la posibili- dad de realizar una tarea adecuada partiendo desde diferentes bases. Autores y escuelas que al presente tratan de integrar, sin duda aportardn sus contribuciones en los afios venideros. Es de esperarse que un refinamiento y la «retencidén de lo bueno» y funcional proporcionar4 una avenida consciente, légica y verdaderamente integrativa sin negar la importancia de las bases revelatorias ni de las empfricas. 40 2 Modelos de integracién La posibilidad de integracién Algunos argumentan acerca de la imposibilidad de integrar la psicologia y otras ciencias sociales con la teologia. En este escrito, la posibilidad de integracién se postula, con ciertas precauciones acerca de los modelos a ser utilizados a tal fin. La tarea no es facil, ya que la psicologia es un acercamiento que enfatiza el estudio de la conducta humana desde un punto de vista cientifico, empirico, fenomenolégico y cultural, basa- do sobre conocimiento y entendimiento saturado de prerro- gativas contextuales extrafdas «debajo del sol». La teologfa, por otra parte, enfatiza el punto de vista reve- lacional, dado axiomaticamente por un Creador que reclama derechos de disefio, propésito, funcidn y destino acerca del ser humano. Tal conocimiento debe ser extraido a través de la exégesis e interpretado a través de la hermenéutica. Tales pro- cesos, a su vez, son influidos por la relatividad cultural, la tradicién y la experiencia personal y necesitan ser constante- mente cotejados, renovados y supeditados al dador de la verdad, Existen varios modelos de integracién. Si preguntésemos «(Por qué se necesita integrar?», la respuesta bien pudiera ser semejante a la proporcionada por el escalador de montafias: «porque el desaffo esta alli». Las metodologfas son variadas, y reflejan las bases, los propésitos y las intenciones en relacién a la revelacién de Dios y las consideraciones acerca de la naturaleza humana. La revelacién general ha sido tomada por varios autores como el orden del universo, o como el «espejo 41 en el cual podemos contemplar a Dios, quien de otra manera es invisible» (Calvino). Confrontamos a las obras soberanas de Dios en la naturaleza, en la historia y en la existencia humana, considerando a la revelacién general como el testimonio de Dios a sus criaturas y el aspecto primordial de Dios en la criatura que lleva su imagen. Pasajes tales como los Salmos 19, 29, 93 y 104 reflejan al Dios de la creacién; Juan 1:9; Hechos 14:17; Romanos 1:20; 2:15 y Apocalipsis 4:11 reflejan también aspectos de tal revelacién. En cuanto a la revelacién particular, los aspectos histéricos, concretos y personales son tenidos en mente. Juan 1:14 y Hebreos 1:1-2 son ejemplos de tal proposicién. Aunque polaridades existen en cuanto al én- fasis dado, entre la teologia natural y la revelada, Colosenses 1:15-20 apunta hacia Jestis, quien entrelaza ambos aspectos en su persona y en su obra. El énfasis dado a los argumentos deductivos e inductivos tefleja el acercamiento de cada autor, pensador y proponente. Los que parten de lo general hacia lo particular emplean métodos deductivos. Las bases biblicas generales son enfati- zadas y las conclusiones sacadas de la historia, 0 los principios establecidos de la ciencia, son tomados como punto de partida hacia un derrotero mds especffico. Los que emplean el método inductivo parten de los particular hacia lo general, basados en las observaciones repetitivas, con inferencias sonsacadas de las consideraciones que parecieran conglomerarse y solidificarse en principios o generalidades. También hay que considerar la cuestién de la validez de los sistemas seculares, y cémo éstos se entrelazan con lo revelado. Por un lado, hay quienes enfatizan el primado de la revelacién, con pronunciamientos categéricos y deductivos, sin dar mucho lugar a la perspicacia secular, a las investigaciones o al pen- samiento humano. Por el otro lado, hay quienes consideran a la ciencia como teniendo més exclusividad, y en manera prag- mética aplican sus argumentos sin necesidad de apelar a la revelacién. Las posibilidades de integracién reflejadas en varios escritos parecen tomar las nociones propuestas por 42 Richard Niebuhr (1951) en su obra Christ and Culture, donde la relacién entre lo revelado en la persona de Cristo y la actividad humana cultural entran en juego, arrojando las po- sibilidades de ver: 1) a Cristo contra la cultura; 2) al Cristo de la cultura; 3) a Cristo sobre la cultura, con subdivisiones tales como: a) la sintesis entre Cristo y la cultura; b) el dualismo tenso y paraddjico entre Cristo y la cultura; y c) a Cristo transformando o redimiendo a la cultura. A las nociones ya expuestas, Kraft (1979) agrega dos mas, 1) el defsmo en el cual Dios pareciera no tener concernimiento con la cultura humana; y 2) Dios usando a la cultura en forma instrumental, como el vehiculo de interaccién con las personas. En tal posicién, la cultura es considerada neutral (ni corrupta ni correcta), y sus estructuras pueden ser redimidas. De las premisas mencionadas, Carter y Narramore, entre otros, han categorizado los atentados integrativos como modelos contra- puntos, complementarios, paralelos, e integ.ativ ss. Los diferentes caminos para escalar la montafia desafiante son los que presentamos a continuacidn. 1. Modelo disminuyente de las diferencias. 2. Modelo paralelo. 3. Modelo estratificado, con diferentes niveles de anilisis. . Modelo incorporativo. . Modelo prestador funcional. . Modelo reconstructor. - Modelo construccionista-existencial. NAGE A continuacién, damos una breve resefia de tales modelos, con alusiones a personas proponentes, conceptos y posibilida- des de conceptualizacién. Al presentar nociones, se tienen en cuenta dos factores: a) hace falta discernimiento para Ilegar a entender «cémo» la psicologia y la teologfa se relacionan. El andlisis de las dimensiones de las materias, los diferentes nive- les significativos y la iluminacidn del Espiritu, quien da dones 43 de discernimiento espiritual, pueden trabajar en forma integral; b) hace falta deliberar sobre tales asuntos para dialogar inter- namente al considerar temas psicoldégicos-teolégicos. El experimentar el didlogo interno considerando con la mente abierta las posibilidades, se constituye en una especie de ac- tuacién metacognitiva, donde uno se considera como un participante-observador de sus propios procesos. 1. Modelo disminuyente de las diferencias Desde diferentes 4ngulos humanistas, naturalistas, o misti- cos, varios autores seculares y religiosos han propuesto la nocién de que el ser humano es un ser moral-espiritual. Las dos disciplinas tratan con tal ser y buscan establecer un terreno en comin para sus consideraciones. En muchos casos, se re- ducen los reclamos teolégicos, negando lo sobrenatural. Se enfatizan los aspectos narrativos y metaf6ricos, para expresar verdades universales. Las doctrinas del pecado, la cafda y sus consecuencias, el poder del sacrificio de Cristo, etc., no se enfatizan tanto, y se establecen nociones més «naturales» de Ja condicién. humana, sus luchas adaptativas y su posibilidad de actualizacién. Entre los proponentes seculares, Erich Fromm figura como un representante cuyas perspectivas pueden cotejarse en su libro Psychoanalysis and Religion (1950). Fromm consideré la relacién entre la religién y el psicoandlisis como algo muy complejo y trat6é de buscar un terreno de mutualidad e interés comin. La religién, para tal autor, es titil porque ayuda a la persona a vivir mds plenamente. La naturaleza especial, reve- lacional, sagrada o sobrenatural de las Escrituras es desmito- logizada y la Biblia pasa a ser un tratado de psicologia antigua, que desde hace tiempo ha promovido el bienestar, la libertad, el amor y la verdad entre los seres humanos. A esta altura, todas las religiones corren al mismo nivel y afectan de la misma forma. Aunque sus escritos han sido citados por muchos cristianos ortodoxos, los tales estén conscientes de las bases naturalistas y universalistas de Fromm. 44 Karl Menninger en su obra Whatever Became of Sin? (1975) enfocé sobre el concepto del pecado, con redefiniciones psi- colégicas del mismo. La conducta que viola el cédigo moral © la conciencia individual de la persona, como asi también la conducta que apena, hiere o destruye al projimo 0 a uno mismo, es considerada pecado. En tal concepto, el pecado es contra otros o contra uno mismo, pero Dios no aparece en la escena, cosa que suscita cuestiones en cfrculos ortodoxos. Debe darse crédito a tal autor por la osadfa de presentar tales conceptos en el dmbito psicolégico secular, a la vez que se presta atencién a las consecuencias de la ausencia del asunto central acerca del pecado: La rebelién contra Dios no es tenida en cuenta, y la condicién pecaminosa es redefinida sin su severidad ni sus consecuencias espirituales. En el Ambito cristiano, algunos escritores como Paul Tour- nier (1963, 1964, 1968) al discutir la relaci6n entre la teologia y la psicologfa, proponen la nocién que el conflicto es mas aparente que real. Su acercamiento es funcional, dando pautas de hacer el mejor trabajo posible utilizando el entendimiento proporcionado por ambas disciplinas para lograr establecer la salud mental. Si los proponentes de las disciplinas antagonizan y descartan aspectos importantes en manera exclusivista, el resultado es una malinterpretacién de los asuntos. Los tedlogos y psicdlogos no luchan los unos contra los otros sino més bien ambos tratan de ayudar a la gente necesitada con métodos de escuchar, consolar y guiar. El seguir esta linea disminuye la tensién, pero pareciera ser una simplificacién prematura el afirmar tal acercamiento. E] punto central de Tournier es que la verdad es una, y que las consideraciones verticales hacia Dios no descartan las horizontales en cuanto a relaciones hu- manas en necesidad de ayuda. Su punto central en Guilt and Grace apunté hace tres décadas hacia la distincién entre la culpabilidad neurética que es producto de las consideraciones horizontales, y la culpabilidad verdadera, que resulta del juicio divino de Dios. Tournier produjo unos veinte libros, con tinte ecléctico y 45 reflejando estilos europeos de pensar, con énfasis en lo exis- tencial y en las ideas de Freud, Adler y Jung. Su critica de tales sistemas ha sido constructiva, expresando concernimientos acerca del reduccionismo y de la sistematizacién psicolégica. Tal énfasis eleva los métodos, los mecanismos y las funciones en lugar de enfocar sobre las personas y sus valores. No se declaré adherente a ningiin sistema en particular, y traté de sintetizar lo que a su parecer era provisto desde la revelacién en general y la particular. Este modelo da lugar a la utilizaci6n de ambas disciplinas en una especie de «ensalada mixta» sin pretender amalgamar las diferencias ni hacer aclaraciones exhaustivas acerca de las bases exegéticas. Las criticas constructivas se aplican a este nivel, alegando que a veces se rebaja la revelaci6n a la altu- ra natural, o que se eleva la erudicién secular a la altura mistificada, 2. Modelo paralelo: Vias de ferrocarril Los proponentes de este modelo tratan a los conceptos de ambas disciplinas en maneras paralelas sin necesariamente integrarlas. La psicologia es tratada como una ciencia 0 como una practica, y la religidn cristiana es vista como un fenémeno personal. Existen versiones de tal modelo que consideran a las dos disciplinas como encapsuladas, aisladas y convivientes pero no correlacionadas. Por otra parte, aparecen modelos que tratan de correlacionar aspectos psicolégicos con los escri- turales y teolégicos, trazando equivalencias funcionales. Por ejemplo, varios autores cotejan los conceptos del SuperYo con la consciencia, 0 al Id con los impulsos carnales y primitivos sin redimir. Paul Meehl, psicélogo y ministro luterano, quien fue presidente de la Asociacién de Psicologia de Estados Unidos (APA), discutié asuntos tales como la sanidad por fe, la cul- pabilidad humana, la psicopatologfa, el determinismo, la gracia, la fe y la personalidad, en su libro What Then is Man? (1958). Las preguntas abundaron, pero no tanto las respuestas. 46 Los resultados de las consideraciones presentaron lineas pa- ralelas de pensamiento teolégico y psicolégico, yendo ambas en la misma direccién y uniéndose en el infinito, con algunos durmientes conectores a lo largo del camino. Tal paralelismo no es necesariamente integraci6n, sino més bien el trazado comparativo de conceptos, términos, explica- ciones y postulados que corren distintivamente lado a lado tratando de honrar a ambas materias. Cabe decir que la versién que parte desde las premisas cristianas es mds desarrollada que la contraparte secular, ya que muy pocos psicdlogos no- creyentes han expresado sus teorfas paralelas en sus escritos. A los tales, nunca se les ocurrié apelar a otra versién de la verdad de la que ellos aprendieron desde el Angulo empirico, evolutivo, fisiolégico, etc., y no consideraron la posibilidad de cotejar con los aspectos proposicionales 0 revelados por Dios, ya que no lo tienen en cuenta. Sin embargo, al descartar tal posibilidad, varias corrientes actuales apuntan hacia una seu- doespiritualidad nacida de la autosugestién, o de la meditacién trascendental pero que no corresponde ni a la teologia revelada ni a la prdctica ortodoxa. Gordon Allport (1950) fue un psicdlogo de Harvard cuyos escritos reflejaron cierto paralelismo correlacionado, sugirien- do que la religién y la psicologia expresan la misma verdad utilizando diferentes simbolos. Sin embargo, en su caso se puede decir que se efecttia una traduccién mas bien que una integracién. Se esclarecen los conceptos, pero no cabe la po- sibilidad de la elaboracidn de un paradigma que integre ambas disciplinas. Paul Clement (1976), quien fue un psicélogo de Fuller, presenté su versién paralela, con el concepto de la relacién ortogonal de dos conceptos en la cual dos factores son relacionados, pero permanecen independientes entre si. En su modelo, la teologia y la psicologia se relacionan ortogonal- mente y se complementan pero son encapsuladas, aisladas e independientes; se unen en el infinito y tienen ciertos dur- mientes que las unen al transitarlas. 47 La mayoria de psicdlogos que son entrenados en universi- dades seculares y cuya fe no infiltré sus consideraciones cien- tificas en forma tdcita, sobrentendida o profundamente sub- yacente, se dan a la tarea de «integrar» en forma paralela. Aun cristianos definidos como tales en sus escritos trazan parale- lismos sin necesariamente integrar, como lo hizo Narramore en su libro Psychology of Counseling (1960), donde simple- mente traduce premisas rogerianas en cuanto a acercamiento y consideraciones freudianas sobre bases tedricas, cotejadas con principios bfblicos. La terapia confrontativa de la «realidad» propuesta por Glasser y la terapia de la «integridad» propuesta por Mowrer son tomadas por autores como Drakeford (1967) en forma paralela a las ensefianzas del cristianismo. Este modelo enfatiza dos esferas independientes, con sus fuentes de verdad fundadas, una en la revelacién y la otra en el método cientifico. Ambas tienen cierto método de inves- tigacién, una basada en la exégesis y la otra en la experi- mentacién. Si se trata de ayudar a una persona con problemas emocionales-espirituales, se recurre al psicdlogo por un lado y al pastor por el otro, sin necesariamente integrar sus acer- camientos ni referirse a sus métodos respectivos. Aunque no se trata de antagonizar ni de desmerecer a «la otra» disciplina, se debe aclarar que desde el ambiente secular, no hay manera de equiparar a las versiones cristianas de este modelo, ya que los psicdlogos que no aceptan la Biblia como fuente de autoridad no dan importancia a los aspectos redentores o renovadores del acercamiento cristiano. E| problema con este modelo es que a veces se reducen los datos empiricos o se rebajan los estdndares de interpretacién escritural para que la versién sea paralela. En tal caso se psicologiza indebidamente a la Escritura y se cristianiza superficialmente a la psicologfa. Adams (1970) ha criticado con certeza a tales acercamientos, reclamando la superioridad escritural y la pureza de la doctrina. Aunque se puede criticar al mismo Adams de ser reduccionista, es saludable a mi criterio 48 considerar tales advertencias, ya que varios modelos paralelos parecen estar apuntando a hecho de tener una «psicologia cristiana» que no es ni psicologia ni cristiana. 3. Estratificado: Acercamientos de niveles de andlisis Bube, presbiteriano y profesor en la universidad de Stan- ford, en su libro The Human Quest (1971) presenté dos tesis centrales a su obra: (1) El universo existe momento a momen- to solamente por el poder creativo y preservador de Dios; y (2) Hay varios niveles en los cuales una situacién dada puede ser descrita. Una descripcién exhaustiva realizada en un nivel no necesariamente descarta descripciones hechas desde otros niveles, Niveles elevados tratan con cuestiones con significado pri- mario, pero no son ni mds ni menos importantes que descrip- ciones hechas a niveles menos elevados. Basado en tal acercamiento, Bube considera innecesario el debate acerca del hombre: Si es una mAquina o una persona creada por Dios. Puede ser entendido sélo cuando se lo describe como ambas, funcionando a niveles biofisicos, biolégicos, bioquimicos, de acuerdo a las leyes que gobiernan tales cosas naturales, y al mismo tiempo considerando la personalidad creada a imagen y semejanza de Dios. Si bien la ciencia no puede dar soluciones a todos los interrogantes del universo, tampoco la teologia pretende dar Tespuestas a todas las preguntas debajo del sol. El rompeca- bezas no se junta autométicamente, sino en trabajo sintético realizado por la accién conjunta de cientificos y tedlogos. Sin embargo, las dificultades interdisciplinarias abundan, y al tra- tar de juntar elementos de varias ramas notamos la gran varie- dad de debates interminables en las definiciones, conceptos, interpretaciones y en las aplicaciones practicas. Este modelo leva en sf una especie de procesado en paralelo, pero entre- tejido e hilvanado en forma global, interdependiente y simul- tanea. No se descarta ni se niega la importancia de los simbolos empleados a diferentes niveles, y se busca la posibilidad de 49

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