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LOS INTERESES DIFUSOS EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL PERUANO1

Johan S. Camargo Acosta2

SUMARIO: I. Los Intereses Difusos y su Contenido Esencial. – I.1. ¿Qué es un Interés Difuso? -
I.2. Los Intereses Difusos según el artìculo 82º del Código Procesal Civil Peruano (Evolución
Normativa). - I.3. Distinción entre Interés Difuso, Interés Colectivo e Interés Plural. - I.4.
¿Legitimidad para Obrar o Representación Procesal?

I. LOS INTERESES DIFUSOS Y SU CONTENIDO ESENCIAL

Los cambios sociales en nuestro tiempo provocan en el ordenamiento procesal,


como regulador de las relaciones sociales, la creación de nuevas formas de
tutela tanto para derechos personalísimos como para los que definiremos como
intereses difusos3; en este sentido el profesor Augusto MORELLO sostiene que:
“La intensidad de los problemas y su significación en punto a preservar la
calidad de vida, impone, a nuestro modo de ver, ir avanzando en pro de
“nuevas” manifestaciones que configuran verdaderos derechos subjetivos y ejes
vitales para la realización personal del hombre en la aprisionante convivencia
de nuestros días”4.

Es por ello que “la defensa en sede civil de cierto tipo de derechos respecto de
lo cuales no es posible identificar –en calidad y en cantidad- a sus titulares es un
tema demarcatorio de una nueva concepción del proceso”5 y empieza a resultar
necesaria la creación de nuevas formas de protección jurisdiccional que haga
efectiva la tutela de estos nuevos derechos.

1 La versión original de este texto ha sido previamente publicada en: Código Procesal Civil comentado por
los mejores especialistas Tomo I (comentario al artículo 82), Editorial ADRUS, Arequipa: Mayo 2010.
2Abogado por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de San Agustín, Maestría en
Derecho Procesal por la Universidad Nacional de Rosario – Argentina y Maestría en Derecho de
Empresa por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas – UPC, Egresado del Doctorado en
Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Miembro y Actual
Director Académico de la Sociedad Peruana de Ciencias Jurídicas, Miembro Titular del Instituto
Panamericano de Derecho Procesal, Ex Profesor de la Facultad de Negocios de la Universidad
Peruana de Ciencias Aplicadas - UPC y Árbitro. johan.camargo@hotmail.com Fan Page: Prof. Johan
Camargo
3 Como señala Isabel Flores Barreda: “Una de las características resaltantes del mundo contemporáneo es
el reconocimiento de que todo ser humano, por el hecho de serlo, es titular de derechos fundamentales que
la sociedad no puede arrebatarle lícitamente. Estos derechos no dependen de su reconocimiento por el
Estado ni son concesiones suyas, sin embargo no se puede negar que este reconocimiento por el Estado,
constituye un hito fundamental, pues permite entre otros, identificar responsabilidades para su garantía.
Son entonces, derechos universales que corresponden a todo habitante de la tierra.” (Flores Barreda,
Isabel. cofopri: El derecho a la propiedad y de una vivienda adecuada como derechos humanos, en Id Est
Ius, Año I Nº 1. Arequipa: 2005. p. 97.)
4 Morello, Augusto. Tutela Procesal de Derechos Personalísimos e Intereses Colectivos. Librería Editora
Platense, La Plata: 1986. p. 202.
5 Monroy Gálvez, Juan. Prologo Priori Posada, Giovanni y Bustamante Alarcón, Reynaldo. Apuntes de
derecho procesal. ARA Editores, Lima: 1997. p. 13.
I.1. ¿QUÉ ES UN INTERÉS DIFUSO? 6

LOZANO-HIGUERO Y PINTO precisa que: “interés difuso es el interés de un sujeto


jurídico en cuanto compartido –expandido- o compartible –expandible- por una
universalidad, grupo, categoría, clase o género de los mismos; cuyo disfrute,
ostentación y ejercicio son esencialmente homogéneos y fungibles, y que
adolece de estabilidad y coherencia en su vinculación subjetiva, así como de
concreción normativa en sus tutelas material y procesal”7

MONTERO AROCA por su parte señala que: “Los intereses difusos (…), se
caracterizan porque corresponden a una serie de personas que están
absolutamente indeterminadas, no existiendo entre ellas vinculo jurídico
alguno, de modo que la afectación a todas ellas deriva solo de razones de hecho
contingentes, como ser posibles consumidores de un mismo producto, vivir en
el mismo lugar, ser destinatarios de una campaña de publicidad, etc. (…) El
interés difuso supone que no es posible identificar a las personas físicas
implicadas y que no existe un ente, sea o no persona jurídica, que pueda afirmar
que agrupa a todas esas personas físicas”8

MONROY GALVEZ sostiene que los Intereses Difusos son aquellos “derechos
respecto de los cuales no hay posibilidad de identificar con algún nivel de
precisión a los sujetos a quienes se les puede reconocer como titulares de tales
derechos. Por ejemplo, los derechos del consumidor, los derechos del medio
ambiente o ecológicos”9

IDROGO DELGADO afirma que nos encontramos frente a: “intereses colectivos de


indeterminado numero de personas (…) que constituyen derechos supremos
colectivos que necesitan una defensa procesal por pertenecer a una sociedad
contemporánea organizada, cuya titularidad ya no es individual sustentada en
una economía basada predominantemente en las relaciones individuales como
la concebían los clásicos, sino se sustenta en una economía en la cual hay
fenómenos de masa como el trabajo, la producción, el intercambio, el consumo,
la educación, el turismo, las comunicaciones, la asistencia y previsión sociales,
el medio ambiente, los bienes o valores culturales o históricos, etc.” 10

6 A manera de aclaración diremos que al referirnos a un “Interés Difuso”, lo hacemos bajo la consideración
de éste como un interés jurídicamente tutelado al que el Derecho otorga protección jurídica o; dicho de
otro modo, nos referimos a un “Derecho Difuso”
7 Lozano-Hilguero y Pinto, Manuel. La Protección Procesal de los Intereses Difusos. Madrid, 1983. p. 155.
8 Montero Aroca, Juan. La Legitimación en el Código Procesal Civil del Perú, en Ius Et Praxis, Nº 24. Lima,
1994. Pp. 22-23. En idéntico sentido se refiere Priori Posada, cuando afirma que: “Los intereses difusos son
aquellos pertenecientes a un grupo de personas absolutamente indeterminadas, entre las cuales no existe
vinculo jurídico alguno, sino que mas bien se encuentran ligadas por circunstancias de hecho genéricas,
contingentes, accidentales y mutables, como habitar en una misma región, ser consumidores de un mismo
producto, ser destinatarios de una campaña de publicidad, etc.” (Priori Posada, Giovanni. Op. cit., p. 100.)
9 Monroy Galvez, Juan. La representación técnica o judicial del abogado y el recurso de apelación, en La
formación del Proceso Civil Peruano (Escritos Reunidos) 2da Edición. Palestra Editores, Lima: Diciembre
2004. p. 475.
10 Idrogo Delgado, Teofilo. Proceso de Conocimiento, Tomo I, 1ra Edición. Ed. Marsol, Lima: Febrero
2002. p. 89.
La Corte di Cassazione italiana estableció que: “Los intereses difusos son
aquellos en los cuales el objeto no es apto para ser considerado en el ámbito
exclusivamente personal, por lo que no son referibles al sujeto como individuo
sino como miembro de una colectividad más o menos amplia, coincidente,
como máximo, con la generalidad de los ciudadanos”11.

Vistas las definiciones propuestas, encontramos extremos en los que todas ellas
convergen, por ejemplo, todos coinciden que:

i) Se trata de un interés o derecho cuya titularidad es indeterminada o


indeterminable.
ii) Al afectar este derecho no se afecta exclusivamente un derecho individual
sino al grupo en general o clase de la que se forma parte12.
iii) Asimismo, se conviene que recae sobre bienes de inestimable valor
patrimonial.
iv) Entre las personas que conforman el grupo o clase –indeterminada- titular
del interés difuso no existe ningún vínculo jurídico que las convoque; sino
simplemente se encuentran ligadas por circunstancias de hecho genéricas.

Amparándonos en opiniones de tan reconocida y notable autoridad, diremos –


con algunos aportes adicionales- que: Un interés difuso es aquel que recae sobre
un bien que por su naturaleza es indivisible –como el caso del medio ambiente-,
carente de -o de inestimable- valor patrimonial y que responde en forma
idéntica a necesidades comunes de un número 13 indeterminado o
indeterminable de personas que son titulares de dicho interés, entre las cuales
no existe vinculo alguno –sea jurídico u organizativo- que los convoque o reúna
sino que se encuentran ligadas por circunstancias fácticas genéricas constituidas
por el simple hecho de ser seres humanos que; por ejemplo, sean consumidores
de un mismo producto, habiten en un medio ambiente determinado, sean
destinatarios de una campaña publicitaria, etc.

Cabe señalar que puede afirmarse que se trata de un bien que pertenece a todos
en general y a nadie en particular y, cuyo valor no puede ser calculado

11 Chaumet, Mario E. y Menicocci, Alejandro. El Amparo Constitucional. Ediciones Depalma, Buenos


Aires: 1999. p. 144.
12 Debemos precisar que si bien, al afectarse un derecho difuso, se afecta a la colectividad que se sirve del
derecho afectado como ocurriría en el caso de la contaminación del medio ambiente como consecuencia
del arrojo de desechos tóxicos, en forma indirecta se afecta también los derechos individuales de quienes
forman parte del grupo o clase afectados; tal es el caso de la contaminación a que nos referimos, en algún
momento –no precisamente en el momento en que se produzcan los actos de contaminación- se afectara –
entre otras cosas- la salud individual de quienes forman parte del ambiente contaminado; o por citar otro
caso, la afectación a bienes culturales o históricos, de modo difuso se afectara al grupo respecto de los
bienes culturales o históricos, sin embargo también podría verse afectado indirectamente –luego de
producida la afectación al interés difuso- el derecho a la identidad de cada uno de los miembros –
indeterminables- del grupo, pues todos –no sabemos cuantos- tienen derecho a identificarse con sus raíces,
su cultura, sus antepasados, su historia, o; en el caso de los destinatarios de una campaña publicitaria que
podría ser engañosa, se afectaría indirectamente el derecho individual a recibir una información cierta y
veraz.
13 Coincidente, como máximo, con la generalidad de los ciudadanos.
cuantitativamente a través de un calculo aritmético sino que su valor se
determina cualitativamente. Decimos que es difuso, en tanto es extenso, amplio
y pertenece a un grupo no identificable de personas.

I.2. Los INTERESES DIFUSOS SEGÚN EL ARTÌCULO 82º DEL CÓDIGO PROCESAL
CIVIL PERUANO (EVOLUCIÓN NORMATIVA).

Sin duda alguna, el tratamiento de los intereses difusos constituye un novísimo


tema de desarrollo doctrinario y normativo, tan es así que el Código Procesal
Civil de 1993 introdujo esta figura en su artículo 82º cuyo primer párrafo decía:

Artículo 82.- Patrocinio de intereses difusos.-


Interés difuso es aquel cuya titularidad corresponde a un conjunto
indeterminado de personas, respecto de bienes de inestimable valor
patrimonial, tales como la defensa del medio ambiente, de bienes o
valores culturales o históricos o del consumidor.

Mediante el Artículo 1 de la Ley N° 27752, publicada el 08-06-2002 el texto del


primer párrafo del artículo 82º queda modificado de la siguiente forma:

Artículo 82.- Patrocinio de intereses difusos.-


Interés difuso es aquel cuya titularidad corresponde a un conjunto
indeterminado de personas, respecto de bienes de inestimable valor
patrimonial, tales como el medio ambiente o el patrimonio cultural o
histórico o del consumidor.

Asimismo, fueron introducidas otras modificaciones referidas a quienes se


encontraban facultados para ejercer la defensa de estos intereses, tema que
desarrollaremos en líneas posteriores. Sin embargo, avocándonos al ítem
tratado, debemos señalar que la definición de interés difuso proporcionada por
nuestro Código Procesal Civil no deja de ser insuficiente para entender en
concreto cuando estaremos frente a un interés difuso, pues refiere que “es aquel
cuya titularidad corresponde a un conjunto indeterminado de personas” sin
embargo no especifica a que tipos de personas se refiere, si éstas tienen o no un
vinculo jurídico que los convoque, es por ello que en la definición de interés
difuso que proporcionamos indicamos que la única vinculación existente es el
hecho de ser seres humanos; asimismo se limita las posibilidades de calificar
como un interés difuso a cualquiera que no sea el medio ambiente, el
patrimonio cultural o histórico o los derechos del consumidor, pudiendo haber
empleado una afirmación mas contundente como lo hace la doctrina al sostener
que un interés difuso “recae sobre bienes de inestimable valor patrimonial, es
decir, bienes de valoración cualitativa”.

I.3. DISTINCIÓN ENTRE INTERÉS DIFUSO, INTERÉS COLECTIVO E INTERÉS PLURAL.

Como se ha señalado en el presente ensayo, Interés Difuso es aquel que


corresponde a un número indeterminado o indeterminable de personas entre
las que no existe un vinculo jurídico sino uno fáctico representado por el hecho
de ser seres humanos titulares de un bien de inestimable valor patrimonial.

Ahora bien, por una cuestión de confusión de denominaciones puede a este


interés confundírsele en algún momento –y sin duda se le ha confundido- con
los denominados Intereses Plurales o los Intereses colectivos, es por ello que a
fin de evitar estos posibles contratiempos resulta estrictamente necesario definir
en forma adicional estos conceptos.

Para definir lo que es un Interés Plural debemos en primer lugar, definir lo que
es un Interés Individual, toda vez que los Intereses Plurales constituyen la
sumatoria de dos o más -o un conjunto de- intereses individuales. En tal sentido
diremos que Interés Individual es toda facultad concedida por la ley al sujeto
individualmente considerado para la satisfacción de sus necesidades
individuales14; por ejemplo el derecho de propiedad15. Lo esencial en este tipo
de Intereses es que la defensa de éstos puede ejercitarse en forma individual
(considerándosele como Interés Individual) o en forma conjunta
(considerándosele como Interés Plural) sin que el ejercicio de alguna de estas
modalidades con exclusión de la otra provoque desprotección a alguno de los
Intereses Individuales, toda vez que de accionarse en defensa del interés plural
se emitirán pronunciamientos jurisdiccionales distintos en atención al grado de
involucramiento que presenten con la relación sustantiva que dio origen al
proceso; es decir, que no existe comunidad de suertes entre los Intereses
Individuales reunidos en un Interés Plural.

Respecto al Interés Colectivo diremos que es aquel que corresponde a un


conjunto determinado o determinable de personas más o menos numeroso
entre las que existe un vínculo jurídico u organizativo y cuya titularidad puede
o no recaer sobre bienes estimables patrimonialmente. Por Ejemplo: Los
Derechos de una Asociación o de un Sindicato. A diferencia del Interés Plural,
esta clase de interés responde al conjunto organizado y no al interés individual
de cada uno de sus miembros; asimismo, con relación a los Intereses Difusos
encuentran su caracterización en la determinación del grupo, en la vinculación
jurídica de sus miembros y en el hecho que la titularidad del interés puede o no
recaer sobre un bien estimable patrimonialmente.

I.4. ¿LEGITIMIDAD PARA OBRAR O REPRESENTACIÓN PROCESAL?

14 A efectos puede verse: Priori Posada, Giovanni. Op. cit., p. 99.


15 Trasladándonos a la aplicación práctica de este concepto en el área del derecho procesal un claro
ejemplo de ello seria el que un sujeto X que ha sufrido diversos daños en su propiedad como consecuencia
de una explosión provocada por un sujeto Y, decide recurrir al órgano jurisdiccional a fin de solicitar que
se le indemnice. En cuanto al interés plural, éste se presentaría en el supuesto que exista una tercera
persona Z que también haya resultado afectada con el hecho generador (la explosión provocada por Y) y
en forma conjunta con X interponen una demanda de indemnización de daños y perjuicios.; estaremos
también frente a un Interés Plural cuando un mismo sujeto plantee dos o mas pretensiones. Es decir,
podremos sostener que estaremos ejerciendo la defensa de un Interés Plural cuando se produzca un
Litisconsorcio Facultativo o una Acumulación Objetiva de Pretensiones.
Frente a la pregunta ¿Quién puede demandar en defensa de un Interés Difuso?,
existen respuestas con opiniones divergentes pues por un lado, existe un sector
de la doctrina16 que considera que respecto a la defensa procesal de los Intereses
Difusos lo que se debe determinar es lo concerniente a la Legitimidad para
Obrar Extraordinaria y; por otro lado existe un sector de la doctrina que
considera que mas que una determinación de quienes tienen o no legitimidad,
lo que corresponde determinar es quien ejerce la representación de tales
Intereses Difusos (posición esta ultima que compartimos). Ambas, las
desarrollaremos posteriormente no sin antes anotar que sea la posición que se
adopte, “lo que la ley ha querido es impedir que la falta de determinación del
sujeto activo en la relación material conduzca a una indefensión jurisdiccional
del derecho difuso”17.

Tener legitimación o legitimidad para obrar consiste en ser la persona que de


conformidad con la ley sustancial, puede formular (legitimación activa) o
contradecir (legitimación pasiva) las pretensiones contenidas en la demanda.
Por otro lado debe tenerse presente que no se trata de la titularidad del derecho
o de la obligación sustancial, porque puede ocurrir que éstos no existan, siendo
suficiente con que se pretenda su existencia18; el proceso sólo tendrá sentido si
el que lo insta afirma su titularidad del derecho e imputa la titularidad de la
obligación al demandado19, alegando que tanto demandante como demandado
son titulares indiscutidos de la relación material que da origen al conflicto. Es
decir, que la legitimidad para obrar supone la existencia de una ley sustancial
que regula una situación jurídica (Ej. Propiedad) y ante el surgimiento de una
alteración o un conflicto respecto a la situación jurídica regulada (Ej. Posesión
precaria de un tercero por carecer de un titulo para ejercer la posesión), esto es,
ante la afectación de algún derecho derivado de ésta; habilite a quienes en
atención a su vinculación, posición o titularidad indiscutida20 respecto a la
situación jurídica regulada (ser integrante de la Relación Jurídico Material),
puedan plantear determinadas pretensiones ante el órgano jurisdiccional
destinadas a tutelar la situación jurídica vulnerada a través de la reclamación de
los derechos derivados de la misma (Ej. El propietario tiene derecho a pretender
la restitución de la posesión) sin que ello sea equivalente a tener el derecho;
toda vez que mediante la sentencia final a recaer en el proceso se determinara si
el demandante era o no titular del derecho derivado de la situación jurídica
regulada (si se tenia derecho o no a la restitución de la posesión). Asimismo,
quien considere encontrarse en dicha posición habilitante debe además afirmar
que se encuentra habilitado para demandar en virtud de ser miembro
integrante de la relación jurídico material.

16 Entre los que destacan: Montero, Vescovi, Bujosa Vadell, entre otros.
17 Idrogo Delgado, Teofilo. Op. cit., Pp. 90-91.
18 Ticona Postigo, Víctor. Las Condiciones del Ejercicio valido de la Acción y el Nuevo Código Procesal
Civil, en Iuris Omnes “Revista de la Corte Superior de Justicia de Arequipa”, Año I, Nº 1. Arequipa: 1998.
p. 52.
19 Montero Aroca, Juan. Op. cit., p. 14.
20 Es decir, que sean integrantes de la relación jurídico material.
En un intento de justificación, se ha colocado a los Intereses Difusos dentro de
la Legitimación para Obrar Extraordinaria que consiste en la permisión legal
expresa a determinadas personas o instituciones, a fin de que sean éstas las que
puedan plantear determinadas pretensiones dando inicio a un proceso sin que
sean titulares del derecho discutido en él; sin embargo, teniendo en cuenta la
definición de Legitimidad para Obrar proporcionada, en el caso de la afectación
a un Interés Difuso (Medio Ambiente por ejemplo) se encuentran perfectamente
definidas las partes que conforman la relación jurídico material derivada de la
situación jurídica regulada por el ordenamiento legal (por un lado el sujeto que
daña el medio ambiente y por otro lado, todas las personas afectadas con el
daño ambiental). Teniendo en cuenta ello, cualquier persona –dentro de ésta
relación- que alegue estar afectada por el daño causado al Interés Difuso se
encontrara legitimada para demandar ante el órgano jurisdiccional la
protección del Interés Difuso, por lo que mal podría hablarse de una
legitimación extraordinaria, pues ésta no resulta necesaria.

Es por ello que, compartimos la opinión que refiere que no se trata de asignar
una legitimación para obrar extraordinaria para la defensa de los Intereses
Difusos, toda vez que dicha legitimación para obrar se encuentra perfectamente
determinada comprendiendo a todos quienes resulten afectados con la
vulneración del Interés difuso. Y lejos de pretender asignar una legitimación
extraordinaria, lo que se pretende es evitar que se produzca una falta de
legitimidad para obrar por defecto en la parte demandante por no poder
concurrir al proceso todos los afectados; dado que en número son
indeterminados o indeterminables y que con ello se produzca una situación de
indefensión; otorgando una representación procesal de origen legal.

Antes de proseguir, debemos señalar que la representación procesal si bien se


caracteriza por que:

i) El representante actúa en nombre de otro.


ii) El representante ejerce la defensa de un interés ajeno.
iii) El representante no tiene legitimidad para obrar, sino el que la tiene es el
representado.

Nada impide que quien ejerza la defensa de un Interés Difuso actúe en una
doble calidad; por un lado en nombre propio como integrante del grupo o clase
afectada y por otro lado, en representación de los demás integrantes del grupo
indeterminado con sujeción a las características descritas respecto a los demás
miembros del grupo21.

21 Monroy Gálvez enseña que no hay razón de “la necesidad de idealizar una identidad ficta entre el
sujeto procesal y el de la relación material cuando, en estricto, lo que ha querido la ley es impedir que la
falta de determinación del sujeto activo en la relación material conduzca a una indefensión jurisdiccional
del derecho difuso”. (Monroy Gálvez, Juan. Prologo Priori Posada, Giovanni y Bustamante Alarcón,
Reynaldo. Apuntes de derecho procesal, en La formación del Proceso Civil Peruano (Escritos Reunidos)
2da Edición. Palestra Editores, Lima: Diciembre 2004. p. 599.)
Habiendo expuesto y sustentado nuestra posición, en relación a la regulación
normativa de la defensa de los intereses difusos, el texto original del artículo 82º
-segundo párrafo- de nuestro Código Procesal Civil de 1993 prescribía:

Artículo 82.- Patrocinio de intereses difusos.-


Pueden promover o intervenir en este proceso, el Ministerio Público y las
asociaciones o instituciones sin fines de lucro que según la ley o el
criterio del Juez, ésta última por resolución debidamente motivada, estén
legitimados para ello.

Luego de la modificación insertada a través del Artículo 1 de la Ley N° 27752,


publicada el 08-06-2002, se amplia la gama de entes a los que se otorga
representación de los Intereses Difusos (sin que la representación se encuentre
restringida a quienes formen parte del grupo difuso afectado), siendo el texto
del segundo párrafo -en adelante- del artículo 82º, modificado de la siguiente
forma:

Pueden promover o intervenir en este proceso, el Ministerio Público, los


Gobiernos Regionales, los Gobiernos Locales, las Comunidades
Campesinas y/o las Comunidades Nativas en cuya jurisdicción se
produjo el daño ambiental o al patrimonio cultural y las asociaciones o
instituciones sin fines de lucro que según la Ley y criterio del Juez, este
último por resolución debidamente motivada, estén legitimadas para
ello.

Las Rondas Campesinas que acrediten personería jurídica, tienen el


mismo derecho que las Comunidades Campesinas o las Comunidades
Nativas en los lugares donde éstas no existan o no se hayan apersonado a
juicio.

Si se promueven procesos relacionados con la defensa del medio


ambiente o de bienes o valores culturales, sin la intervención de los
Gobiernos Locales indicados en el párrafo anterior, el Juez deberá
incorporarlos en calidad de litisconsortes necesarios, aplicándose lo
dispuesto en los Artículos 93 a 95.

La doctrina reconoce representación de los Intereses Difusos a: Las asociaciones


o instituciones privadas, las instituciones públicas, las acciones de clase y la
acción popular.

Las Asociaciones o Instituciones Privadas.- A través de esta modalidad se


otorga representación a las Asociaciones o Instituciones Privadas no solo por el
hecho de encontrarse mejor capacitadas técnica y económicamente para iniciar
un proceso en defensa de un Interés Difuso sino también por el hecho que al
tratarse de un derecho que pertenece a todos en general y a nadie en particular,
resulta positivo permitir que la sociedad organizada a través de una asociación
o institución privada sin fines de lucro puedan ejercer la defensa ante los
tribunales jurisdiccionales.

Sin embargo, el en caso de Sudamérica y mas precisamente en el caso Peruano


el otorgamiento de representación a estos entes resulta insuficiente por cuanto
en numero son escasos o no tienen la capacidad económica suficiente para
afrontar exitosamente un proceso judicial o bien porque de las pocas que
existen una buena parte responden a determinadas vinculaciones políticas.

Las Instituciones Públicas.- Aquí es el propio Estado quien al considerar que se


trata de un interés que concierne a todos, otorga representación a determinados
organismos dependientes de él, como el Ministerio Publico o Indecopi la
defensa procesal de los Intereses Difusos.

La desventaja de este tipo de representación se encuentra constituida por las


recargadas labores y responsabilidades que tienen que asumir las entidades
estatales, el presupuesto recortado que se le asigna a cada entidad o su
complicada estructura burocrática que hacen inviable una efectiva tutela de los
Interés Difusos.

Las Acciones de Clase.- Es de anotar que a pesar de ser considerada este tipo de
representación por un sector de la doctrina lo que caracteriza a las acciones de
clase es la sumatoria de intereses individuales, donde se acumulan pretensiones
típicas, conexas y estrechamente vinculadas, pero que no dejan de ser
individuales, razón por la que no resulta aplicable para ejercer la defensa de los
Intereses Difusos.

Las Acción Popular.- Ésta no debe ser confundida con la regulada por el inciso
5) del articulo 200 de la Constitución Política Peruana, pues la acción popular a
que se hace referencia consiste en el otorgamiento de representación para la
defensa de los Intereses Difusos a cualquier persona, como lo hemos señalado
precedentemente, nada impide que cualquier persona ejerza la defensa de un
Interés Difuso actuando en una doble calidad pues no se le puede negar al
ciudadano el acceso a los tribunales de justicia para solicitar la defensa de
derechos que le corresponden a él como integrante del grupo o clase afectada (y
en representación de los demás integrantes del grupo indeterminado).

En contrapartida a ello encontraremos que es bastante difícil que una persona


irrogándose este tipo de representación acuda al órgano jurisdiccional para
lograr la protección de un derecho que le corresponde a todo un grupo
indeterminado de personas debido a que por naturaleza no es agradable para
nadie tener que afrontar el dramático y novelesco drama del litigio invirtiendo
dinero, tiempo y esfuerzo. Asimismo, un serio temor en este tipo de
representación lo constituye la posibilidad de que se inicien procesos que
terminaran por declararse infundados, o que se encuentre en éste un medio
para procurarse un indebido beneficio económico a través de la extorsión o
chantaje y al momento de obtenerlo se termine el proceso con un desistimiento.

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