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Programa de: Licenciatura en Psicología

Alumno: Juan González Ferrer

Actividad: Aspectos generales de la evaluación de


un niño

Asignatura: Intervención psicológica en contextos


escolares

Unidad 4. El manejo de conflictos en los contextos


escolares

Tutora: Mizarai González Portillo

7 de noviembre del 2017


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ANTECEDENTES DEL CASO Y MOTIVO DE CONSULTA
El día 4 de junio del 2014 el niño Edgar Gerardo Burciaga Rodríguez de 5 años de
edad fue traído por sus padres: La señora Maricela Rodríguez (29 años) y el señor Oscar
Burciaga (39 años) a recibir atención psicológica en el Centro de Terapia Proyecto de Vida
en el que brindo atención como terapeuta familiar. Dicha familia fue canalizada de la
asociación civil Casa Amiga Esther Chávez Cano, lugar al que llegaron en primera estancia
buscando ayuda, sin que pudieran obtenerla ya que dicho lugar no atiende niños, sino solo
mujeres en situación de violencia. A esta pareja les fue solicitada una valoración psicológica
de parte de la escuela (Jardín de niños federal María Bricia Rodríguez De Ayala), debido a
los constantes problemas de conducta que había presentado el menor durante el ciclo
escolar, mostrándose violento ante sus compañeros y no acatando las ordenes de la
maestra. Incluso se mencionaba en la carta que en la última semana el niño fue sorprendido
mostrando sus genitales a otros compañeros.
DESARROLLO DE LA PRIMERA ENTREVISTA
En la sesión inicial los padres se presentan junto con el menor y un servidor después de
tomar los datos generales de la familia inicié la sesión preguntando.

Yo - ¿Cuál es el motivo por el que buscaron la terapia?


Sr. Oscar Burciaga- Edgar es nuestro hijo más pequeño y considero que ha sido un niño
hiperactivo y nos pidieron en el kínder mediante una carta que le buscáramos atención
psicológica, y al llevarlo a Casa Amiga nos canalizaron a este lugar.
Yo ¿Por qué razón les pidieron lo trajeran?

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Sra. Marisela Rodríguez- Me dijo su maestra que le ha pegado a algunos niños, aunque
Edgar me dijo que esos niños lo habían estado molestando, por lo que creo que Edgar solo
se defendió de las agresiones.
Yo ¿Es lo que le dijo el niño o usted pudo comprobarlo?
Sra. Marisela Rodríguez- Yo le creo al niño porque incluso algunos días me llego con
moretones en los brazos.
Yo ¿Desde cuándo le han reportado esa conducta en el niño?
Sra. Marisela Rodríguez- No habíamos tenido reportes hasta ahora que tiene una maestra
mayor que es algo impaciente con los niños. Ya que Edgar no es el único niño a quien se
mandó llamar a los padres.
Yo ¿Y en su casa cómo se comporta el niño? ¿Muestra conductas de violencia?
Sr. Oscar Burciaga- Pues es muy activo y travieso, convive bien con sus hermanos, por lo
que creo que fue en la escuela donde ha aprendido a decir malas palabras y a pegar.
Yo ¿Consideran entonces que este cambio de conducta se presenta solo en la escuela?
Sra. Marisela Rodríguez- Creo que si porque Edgar me dice de otros tres niños con los que
se junta y son bien vagos. Un niño que se llama José Carlos le sugiere que haga travesuras,
pero creo que luego culpan a Edgar de todo.
Yo ¿Quiere decir que hay otros cómplices?
Sra. Marisela Rodríguez- Hay otros tres niños con los que siempre se juntan, como que
hacen un grupito y son los que mortifican a la maestra.
Yo ¿Conoce a esos niños?
Sra. Marisela Rodríguez- Si uno se llama Ulises, el otro Ángel y el otro Mauricio
Yo ¿Y desde un principio se juntaba con estos niños?
Sra. Marisela Rodríguez- No sabe que al principio Edgar era muy solitario, como que no lo
juntaban y los mismos niños de ese grupito lo agredían. Me dijo una mama que vio como le
dijeron a Ulises que tirara a Edgar al piso.
Yo ¿Con sus otros hijos hubo reportes de mala conducta?
Sra. Marisela Rodríguez- Creo que su hermana si fue algo brusca en la escuela a la edad
de Edgar.
Yo ¿Qué actividades o juegos disfruta hacer Edgar?
Sra. Marisela Rodríguez- Le gusta dibujar, colorear y jugar con sus carritos.

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PARTE DE LA ENTREVISTA INICIAL CON EL NIÑO
Yo ¿Oye Edgar que dices tu acerca de estos niños de la escuela? ¿Te han agredido?
Edgar- Si me pegan en la escuela
Yo ¿Quién te pega?
Edgar- Ulises y Carlos
Yo ¿Y le has dicho a la maestra?
Edgar- Si
Yo ¿Y qué hace la maestra?
Edgar- Nada
Yo ¿Y tú también les has pegado?
Edgar (Mirando primero a la mamá y al responder muestra una actitud de estar apenado con
una mirada desviada)- Si
HIPÓTESIS DE LA PRIMERA ENTREVISTA
Quedo claro en la primera entrevista que para los padres de Edgar el problema de
agresividad se remite solo a la escuela y para la madre es el resultado de la influencia de
otros niños, y que Edgar solo reacciona a las agresiones o las imita de los otros niños, y en
plan de justificar a su niño, afirma que al final la maestra solo lo inculpa a él.
REPORTE DE LA SEGUNDA ENTREVISTA CON LOS PADRES:
En la siguiente sesión una semana después la madre de Edgar reporta que le suspendieron
a su hijo, luego de una pelea con otros niños, y les condicionaron el regreso a clases
después de que lo lleve a evaluar con un neurólogo. Para la siguiente sesión pude platicar
también con Edgar y me di cuenta de que era un niño muy inteligente, pero a la vez muy
hiperactivo. Al observarlo no se mantenía quieto en la sala y llevaba varios muñecos para
que pudiera jugar y entretenerse. Para explorar ese punto pregunte a los padres sobre el
nivel de actividad de Edgar y salió a relucir que es muy activo, al grado de que batalla para
dormir en las noches. Por lo que explore más sobre un posible problema de hiperactividad.
Ya que le cuesta concentrarse en las actividades escolares y solo logra entretenerse en
ciertos juegos o en pintar. Aunque también pude comprobar que puede acatar ciertas
órdenes.
USO DE LAS PRIMERAS PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
Al evaluar al niño no se notaron problemas en él para mantener la atención, ya que podía
jugar y coordinar movimientos de psicomotricidad, así como responder a preguntas directas

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que le hice sin problema alguno, aunque se mostró moderadamente hiperactivo e impulsivo
en la sesión. Por lo que aplique una primera prueba: El H.T.P. (casa, árbol, persona), en el
que se diagnosticó una ligera ansiedad o quizás frustración por los trazos repetidos sobre las
mismas líneas o contornos, (posible característica de los niños hiperactivos). Sin embargo,
pudimos comprobar desde ese primer momento que el niño podía concentrarse y trabajar en
actividades, y que tiene una madures apropiadas para su edad (aplique también el Test
Gestáltico Visomotor de Bender).

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HIPÓTESIS PARA LAS DOS POSTERIORES SESIONES, CONTRATO TERAPÉUTICO Y
PROPUESTAS DE INTERVENCIÓN.
Hasta el momento estaba en probar un posible padecimiento de déficit de atención e
hiperactividad (TDHA), sin embargo, al saber que la escuela había condicionado también una
evaluación neurológica deje a que fuera el neurólogo quien lo confirmara.
Por otra parte, e independiente del resultado que arrojara el diagnóstico neurológico, pude
comprobar que Edgar podía participar bien de ciertas actividades, sobre todo, si se le
involucra, y se le presta atención, por lo que se le ofreció a los padres asesoría para
ayudarles a trabajar con el niño, aprender técnicas de buenas direcciones, límites y
estímulos, y reestructurar la rutina de trabajo con el niño en el hogar, de modo que dichos
cambios pudieran reflejarse también en la escuela.
Mi hipótesis inicial es que la familia estaba pasando por un momento de preocupación y
estrés, debido a la falta de control del niño y la presión de los constantes reportes de la

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escuela, sin embargo, pudimos comprobar que el niño podía acatar órdenes, si se trabaja
con él con buenas direcciones, sin alterarse o imponerse. Sobre todo, mi observación es que
la madre se mostraba muy aprensiva y ansiosa, lo cual parecía estarlo transfiriendo a Edgar.
Los padres se comprometieron desde entonces a asistir junto con su hijo a las sesiones de
terapia familiar que fueran necesarias, para ayudar a su hijo a mejorar su conducta, lo cual
hicieron constantemente durante 8 sesiones, mostrando interés y compromiso en ayudar a
su hijo.
RESULTADO DE LAS INTERVENCIONES EN EL HOGAR Y LA ESCUELA
Por testimonio de los propios padres y lo que vi en las siguientes cuatro sesiones, el niño ha
mostrado avances en la respuesta a diversas técnicas y juegos terapéuticos para ayudarle a
canalizar su hiperactividad, mostrando una mejor concentración y contención de su conducta.
Así mismo se ha podido comprobar que ha podido controlar más sus impulsos, aprendiendo
a esperar su turno durante el juego y reflejado en una mejor convivencia con sus hermanos
mayores, lo cual es una buena señal de que con técnicas conductuales se puede mejorar los
síntomas presentados. Por otra parte, pude también comprobar el interés puesto en los
padres para aprender técnicas de buenas direcciones, límites, estímulos, y reestructurar la
rutina de trabajo con el niño en el hogar, logrando cambios importantes en el hogar. Estos
mismos cambios se esperaban que poco a poco fueran reflejándose también en la escuela.
Sin embargo, y aunque se recomendó en su momento a la maestra del niño, trabajar con él a
través de estímulos y tiempos cortos de trabajo, ya que los niños con hiperactividad no
responden a tiempos largos de sobrecarga escolar, ni responden a presión directa. Además,
su ritmo de trabajo puede ser diferente al de sus compañeros, por lo que también sugerimos
a la escuela el uso de técnicas didácticas que impliquen actividades variadas de interés para
él, y en donde se muestre interés por su persona y por su progreso. Además, sugerí por
escrito para la maestra de Edgar mantenerlo cerca de ella y del pizarrón, alejado de ventanas
y puerta, darle una indicación a la vez, mirándolo a los ojos, cerciorarse de que ha entendido
(y retenido) la información, además de asignarle tareas frecuentes (manuales), menos libros
o escritura y tareas simples o sencillas para su edad, permitirle levantarse de su sitio si lo
desea (sin interrumpir) la clase.
Sin embargo, dicho apoyo no se consiguió departe de la maestra, quien al contrario mostraba
intolerancia, y no dejaba de etiquetar al menor como un niño problemático, sin considerar
que en el salón había otros niños que también eran hiperactivos al igual que Edgar y que

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seguido lo molestaban, teniendo así una retroalimentación negativa que producía reacciones
de mayor actividad de parte del niño. Por esta razón los padres optaron aprovechar el nuevo
ciclo para un cambio de escuela, en la que Edgar tuvo un buen inicio y aceptación de parte
de la nueva maestra.
REPORTE NEUROLÓGICO DE EDGAR
Los padres acuden a consulta con el neurólogo pediatra, el Dr. Ricardo Ballesteros Ruiz,
quien partiendo del reporte del problema de conducta en la escuela y del testimonio verbal de
los padres en el sentido de que obedece órdenes, y aparentemente trabaja bien. Observa
constante actividad motora (no para) además en casa presenta los mismos síntomas y con
dificultad para conciliar el sueño.
Su diagnóstico es que clínicamente y por la edad pasa por un trastorno de hiperactividad
inespecífica (probable déficit de atención con hiperactividad), trastorno de conducta
inespecífico trastorno de ansiedad generalizada trastorno del sueño. Dado lo anterior es
importante resolver los problemas de ansiedad y el sueño, de lo contrario no mejorara la
sintomatología que presenta en la actualidad. Por lo que se procedió a medicar a Edgar.
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA DE MI PROPUESTA DE INTERVENCIÓN HOLÍSTICA EN
LA ESCUELA Y EL HOGAR PARA EL CASO DE EDGAR
Esto confirma las investigaciones al respecto, en el sentido de que los niños con rasgos de
hiperactividad son propensos a acrecentar más sus impulsos bajo ambientes no controlados
o sin supervisión. Sobre todo, si se encuentra relacionado funcionalmente con
prácticas educativas inadecuadas, en el hogar familiar o en el Centro Educativo (García
Pérez y Magaz Lago; Grupo ALBOR-COHS, 2007). Además en otros casos extremos en los
que se cae en el bullying, fenómeno cada vez más reconocido desde la etapa preescolar, se
ha podido comprobar que hay niños que son agresores ocultos, y otros que caen ya sea en
el papel de víctimas pasivas y que sufren en silencio, y otros más que responden a la
agresión no dejándose, que pudiera ser el caso de Edgar, pero en estos casos son estos
niños más expuestos a ser castigados por responder a la agresión, sin considerar que desde
la perspectiva sistémica del problema no es asunto de un solo niño, sino que cuando hay
situaciones de violencia es por lo general un problema de cuando menos dos o más
personas involucradas.
A raíz de esta situación la madre de Edgar se ofreció con la maestra en ayudar en lo
necesario y solicitarle reúna a las madres de los niños del salón con rasgos de hiperactividad

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para organizarse y apoyar a la maestra, lo cual desde mi punto de vista ayudaría mucho a
quitar sobre carga a la maestra e involucrar a los padres para que mantengan un ambiente
más controlado, y bajo supervisión sobre todo en el receso, y para evitar incluso situaciones
de riesgo o accidentes entre estos niños hiperactivos.
Siegue recomendando por escrito que la escuela se abriera a considerar la organización de
un grupo de apoyo conformado de los padres para la supervisión de los niños del grupo que
presentan rasgos de hiperactividad.
Por los informes aportados por la madre, se mantiene la hipótesis de que, aunque Edgar ha
mantenido avances notables en la casa, en donde el ambiente cambio de ser estresante a un
ambiente de mayor contención emocional para el niño, pero el ambiente de la escuela siguió
siendo un detonante para la conducta de Edgar, por lo que ahora al solicitar la dirección de la
escuela la valoración neurológica del menor, a lo que los padres accedieron. Sin embargo, y
de acuerdo a mi perspectiva de formación en terapia familiar sistémica, y bajo mi experiencia
en estos casos, de los cuales no refieren seguido de diversas escuelas, creo que el problema
no se resolverá si se mira en una sola vía en la que se siga viendo al menor como el
problema del salón, viéndolo como el chivo expiatorio.
CONCLUSIÓN DEL CASO Y APRENDIZAJES RESPECTO AL TEMA DE LA
INTERVENCIÓN EDUCATIVA EN CASO DE NIÑOS CON HIPERACTIVIDAD
En el caso de Edgar y en base a los resultados de la observación personal del menor y de
los reportes ofrecido por sus padres consideré comprobable su problema de hiperactividad,
aunque no era muy grave los rasgos de falta de atención o problemas de aprendizaje,
problemas de lenguaje o psicomotor (comprobado por la observación y el test Gestáltico
Visomotor de Bender). Consideré por tanto recomendar, seguir siendo tratado por la
medicación del neurólogo, la atención psicológica, y la debida atención pedagógica para el
caso. En esto último, lo que si considerando urgente, e insistí con los padres es que se
corrigiera el ambiente no controlado de la escuela, que iba a estar detonando las conductas
de los niños, no solo de Edgar, para que se dieran más hechos de conducta impulsiva o de
agresividad, como se pudo comprobar posteriormente en un evento en que otro niño del
salón fue ya suspendido por agredir a Edgar. Por lo que la escuela haría bien en buscar
soluciones fomentando mayor participación de los padres de hijos impulsivos que estén
involucrados, proveyéndoles de herramientas para trabajar con sus hijos, o en todo caso si

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se carece de la suficiente información o experiencia, invitar a un especialista que les oriente
sobre el trabajo con estos niños hiperactivos tanto en el hogar como en la escuela.
Algo que tampoco considero conveniente es optar por etiquetar al menor como “el niño
problema”, sin considerar el entorno de relaciones que también son parte del todo, o lo que
es peor expulsarlo de la escuela, como ya ha sucedido en otros casos, obligando a los
padres a llevar a sus hijos a otra escuela, en donde habrá otros niños impulsivos, y que muy
probablemente en un corto tiempo se dé la misma situación sin tener una solución definitiva.
Creo finalmente que es una oportunidad para la escuela de Edgar de ver este caso como un
desafío para atender una situación que cada vez es más común en los menores y lograr una
correcta percepción del problema para ejecutar una correcta intervención educativa que
corrija el problema de fondo.
Bibliográficas consultadas:
Fayne Esquivel y Ancona, María Cristina Heredia y Ancona y Emilia Lucio Gómez-Maqueo.
(Tercera edición 2007). Aspectos generales de la evaluación del niño. En Psicodiagnóstico
clínico del niño(pp,1-27). México, D.F.: Editorial El Manual Moderno.

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